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Eric Morales Schmuker

Instituto de Estudios Socio Históricos, Universidad Nacional de La Pampa (IESH, UNLPAM)-Consejo


Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Miembro del Grupo Interdisciplinario
de Estudios sobre el Pluralismo Religioso en Argentina (GIEPRA). Actualmente, en el marco de la
Beca Interna de Posgrado del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET),
desarrolla sus estudios de posgrado en la Universidad de San Andrés (UdeSA) y su tesis doctoral
“Minorías religiosas, estado y sociedad en los territorios nacionales del sur argentino (1865-1955)”
sobre los procesos de secularización y, especialmente, las relaciones entre protestantes, salesianos
y agentes estatales en la Patagonia.

Resumen
¿Cómo el espacio puede ser pensado, organi- desde lo religioso y la construcción de un cir-
zado y controlado a partir de lo religioso? En cuito sacro a partir de las prácticas de sacraliza-
los últimos años, los estudios provenientes de la ción de los colonos, desde su arribo a la región
“geografía de las religiones” han aportado un hasta 1939, periodo en el cual la colonia fun-
nutrido herramental para analizar la dimensión cionó como una “aldea étnico-religiosa”, con
espacial de lo religioso. A partir de esta pro- sus líderes e instituciones. Mediante un abordaje
puesta, el presente artículo aborda las prácticas histórico-cultural y el análisis de fuentes diver-
religiosas de los habitantes de Santa María, una sas (escritas, orales, materiales), el trabajo ana-
colonia fundada por alemanes de Rusia en el liza las relaciones entre el espacio, la religión y
territorio pampeano. Específicamente, estudia la la etnicidad, y su importancia en la preserva-
apropiación y redefinición del espacio rural ción de la identidad comunitaria.

Palabras clave:
Alemanes de Rusia; colonia; espacios sagrados; prácticas de sacralización; circuito sacro.

Fecha de recepción: Fecha de aceptación:


octubre de 2012 marzo de 2013
The Place of Religion. Sacred Spaces
and Sacralization Practices of Germans
from Rusia in the Central Pampa.
Santa María Colony, 1908-1939
Eric Morales Schmuker

Instituto de Estudios Socio Históricos, Universidad Nacional de La Pampa (IESH, UNLPAM)-


(CONICET). Member of the Interdisciplinary Group for Religious Pluralism Studies in Argentina
(GIEPRA). Currently, as part of the Internal Scholarship offered by the CONICET, he is pursuing
postgraduate studies at the Universidad de San Andrés (UdeSA) and writing his doctoral disserta-
tion on “Minorías religiosas, estado y sociedad en los territorios nacionales del sur argentino (1865-
1955)” on the processes of secularization and, in particular, the relationship between Protestants,
Salesians and state agents in Patagonia.

Abstract
How can space be conceived, organized and a sacred circuit based on the sacralization prac-
controlled on the basis of religion? In recent tices of the settlers, from their arrival in the
years, studies into the “geography of religions” region until 1939, during which time the
have provided tools for analyzing the spatial colony operated as an “ethnic-religious village”,
dimension of religion. On the basis of this pro- with leaders and institutions. Through a his-
posal, this article explores the religious prac- torical-cultural approach and the analysis of
tices of the inhabitants of Santa María, a colony various sources (written, oral and material), the
founded by Germans from Rusia in the Pampa article explores the links between space, reli-
region. More specifically, it studies the appro- gion and ethnicity and their importance in the
priation and redefinition of the rural space from preservation of community identity.
a religious perspective, and the construction of

Key words:
Germans from Rusia, colony, sacred spaces, sacralization practices, sacred circuit.

Final submission: Acceptance:


October 2012 March 2013
El lugar de la religión. Espacios sagrados
y prácticas de sacralización de los alemanes
de Rusia en la Pampa Central.
Colonia Santa María, 1908-1939
Eric Morales Schmuker

INTRODUCCIÓN dinámica social y en la preservación de la


identidad comunitaria.

E l presente artículo aborda las prác-


ticas religiosas de los habitantes de
Santa María, una colonia agrícola
fundada por alemanes de Rusia en el terri-
torio pampeano. Específicamente, estudia
LA DIMENSIÓN ESPACIAL DE LO RELIGIOSO.
ALGUNAS CONSIDERACIONES TEÓRICAS
la apropiación y redefinición del espacio Los últimos años han visto un crecimiento
rural desde lo religioso y la construcción notable de grupos de investigación, revis-
de un circuito sacro a partir de las prácti- tas especializadas y literatura referidos al
cas de sacralización de los colonos desde fenómeno religioso en sus múltiples mani-
su arribo a la región hasta 1939, periodo festaciones. En este marco, los estudios
en el cual la colonia funcionó como una provenientes de la “geografía de las reli-
“aldea étnico-religiosa”, con sus líderes e giones” tuvieron un desarrollo creciente
instituciones. en los centros académicos latinoamerica-
En primer lugar, realizamos una serie nos y aportaron una serie de herramien-
de consideraciones teóricas y metodológi- tas para analizar cómo el espacio puede
cas con el fin de indagar la dimensión ser pensado, organizado y controlado a
espacial de lo religioso. En segundo lugar, partir de lo religioso.1 Particularmente,
presentamos una breve historia de la co-
lonia Santa María en sus primeras déca- 1
Para una aproximación a los primeros estudios
das, para luego introducirnos en el lugar y a la situación de las diversas vertientes de la “Geo-
privilegiado que asumió la religión en la grafía de las religiones” en Europa y Estados Unidos,
vida de los colonos, especialmente, como véase Racine y Walther (2006). En el caso argentino,
“refugio de etnicidad”. En tercer lugar, la Red Culturas, Territorios y Prácticas Religiosas
coordinada por Cristina Carballo tiene el mérito de
estudiamos la construcción y funciona- avanzar en esta línea de indagación desde una perspec-
miento de un circuito sacro configurado a tiva culturalista: Carballo (2009) y Santarelli (2011).
partir de las “prácticas de sacralización” Uno de los primeros trabajos dentro del campo es la
de los mismos colonos. De este modo, tesis doctoral de Flores (2009), donde son analizados
proponemos un acercamiento a la tríada los procesos de producción, reproducción y resignifi-
espacio-etnia-religión y su papel en la cación espacial a partir del entrecruzamiento de las

Secuencia [123] núm. 90, septiembre-diciembre 2014


el presente trabajo recurre a la categoría des donde los movimientos políticos tie-
de “espacios sagrados” desarrollada por nen un carácter religioso, atribuyendo con-
Rosenhald (2009), en sintonía con la pro- notación política a lo sagrado” (Rosenhald,
puesta de la antropóloga Martín (2007) 2009, pp. 47-48). Así, Rosenhald facilita
sobre las “prácticas de sacralización”. una cartografía en la cual puede identifi-
A partir de la tesis de Rosenhald (2009), carse cada uno de los componentes del es-
afirma que un espacio sagrado es “un pacio sagrado, distinguiéndolo, al mismo
campo de fuerzas y de valores que eleva tiempo, de lo no sagrado, lo profano.
al hombre religioso por sobre sí mismo, Ahora bien, de acuerdo con Martín
que lo transporta a un medio distinto de (2007), existe una serie de prácticas que no
aquel en el cual transcurre su existencia”. refieren directamente a lo devocional y
Lo sagrado se extiende más allá de las imá- no por ello implican cualquier demérito,
genes, los templos y los santuarios; “se da “en el sentido de ser versiones falsas,
en el dominio de la emoción y del senti- menores o incompletas de algo ‘puramen-
miento del ser-en-el-mundo”. De este te religioso’” (p. 31). A raíz de sus inves-
modo, los espacios sagrados resultan de tigaciones sobre la devoción a la cantante
una combinación de diversos niveles: los popular Gilda, la especialista argentina
“fijos” (el templo), los “no fijos-flujos” (los propone pensar un conjunto de manifes-
devotos, los peregrinos) y el imaginalis, el taciones de lo religioso como “prácticas
“círculo sagrado” que rodea el propio espa- de sacralización”.
cio, definido por la imaginación de los
seguidores. Las prácticas de sacralización no vienen a
Tal formulación permite a la geógrafa designar una institución, una esfera o un sis-
brasileña diseñar su hierópolis o ciudad tema de símbolos, sino heterogeneidades
sagrada. Siguiendo su planteo, esta “orde- reconocibles en un proceso social continuo
nación espacial dada por lo espiritual” en un mundo significativo y, por ello, no
posee seis características distintivas: prime- “extraordinario” ni radicalmente otro. Tex-
ro, el orden espiritual dominante, marca- turas diferenciales, heterogeneidades recono-
do por la peregrinación al sitio donde se cibles que se activan en momentos específi-
verificó la “hierofanía”; segundo, las dife- cos y/o en espacios determinados y que, lejos
rencias entre tiempo sagrado y tiempo de existir de forma abstracta o con un con-
común; tercero, el costo de la distancia en tenido universal, son reconocidas y actuadas
relación con la fe; cuarto, los itinerarios por los nativos en diferentes situaciones: en
más o menos preestablecidos; quinto, la las discontinuidades geográficas, en las mar-
organización espacial marcada por el lugar cas diferenciales del calendario, en las inte-
central que ocupa lo sagrado (un punto racciones cotidianas, en gestos ordinarios y
fijo), y sexto, el papel político que desem- en performances rituales (p. 49).
peñan las hierópolis “en aquellas socieda-
Tal enfoque permite reflexionar sobre
nociones de espacio, religión e identidad. Para un lo religioso desde una mirada dinámica y
abordaje de la construcción del espacio y el imagina- constructiva, desde los propios actores,
rio espacial desde el discurso puede leerse el reciente quienes activan, de acuerdo con el con-
trabajo de Williams (2010). texto, la sacralidad del espacio. De este

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modo, integrando ambas propuestas, es La propuesta remite a una metodolo-
posible pensar los espacios sagrados, más gía cualitativa, mediante la triangulación
precisamente, los espacios sacralizados, de fuentes escritas (memorias de salesia-
como social e históricamente construidos, nos, informes de maestros de escuela), ora-
pero también como vividos, sentidos y les (testimonios de antiguos pobladores y
experimentados, más aún, si se conside- descendientes de los primeros colonos)
ran los tres componentes de la producción y materiales (mausoleos, ermitas, iconos), y
espacial que plantea Henry Lefebvre: las de técnicas: análisis discursivo, lectura del
“prácticas espaciales”, vinculadas con las ex- paisaje material y simbólico, entrevistas.
periencias cotidianas del espacio; las “re- Especialmente, se ha privilegiado el tra-
presentaciones del espacio”, es decir, la bajo de campo, la observación participante
organización del espacio desde las insti- y las entrevistas en profundidad.
tuciones, sus líderes y los discursos sobre
el territorio, y los “espacios de representa-
ción”, unidos a los componentes simbó- EL DEVENIR DE UNA COLONIA ÉTNICO-
licos que son extraídos de las vivencias y RELIGIOSA EN LA PAMPA CENTRAL
las prácticas cotidianas que le dan sentido
al territorio, transformándolo en “lugar” A caballo de los siglos XIX y XX, a medida
(entendido este como productor de iden- que Argentina consolidaba su posición en
tidad) (Flores, 2011). el mercado mundial y expandía sus fron-
teras productivas, el Territorio Nacional
de la Pampa Central era organizado y
ACLARACIONES METODOLÓGICAS repoblado siguiendo las directrices del
proyecto alberdiano.3 Para 1920, un por-
El artículo es el resultado de una investiga- centaje significativo de sus habitantes era
ción realizada en el transcurso de los años
2008 y 2009 en la colonia Santa María 3
con motivo de su centenario.2 Una prime- nales aEnpartir
1884 fueron creados los Territorios Nacio-
de las tierras obtenidas de las campa-
ra versión fue presentada en el libro con- ñas militares contra los indígenas. Dichos territorios
memorativo del aniversario de la colonia fueron nueve: Pampa Central, Río Negro, Neuquén,
(Rodríguez y Morales, 2011, pp. 177-200). Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Misiones,
Aquí se retoma con el fin de reflexionar Chaco y Formosa (Ley N ° 1532). Su organización y
sobre las prácticas religiosas de los colonos repoblamiento estuvo pautado por una serie de leyes;
desde una mirada transdisciplinaria, privile- a saber: Ley Nº 576, para la “Administración y
giando la dimensión espacial de lo religioso. Gobierno de los Territorios Nacionales” (1872);
Ley Nº 817 de “Inmigración y Colonización”, más
conocida como “Ley Avellaneda” (1876); y la mencio-
2 nada Ley Nº 1532 de Organización de Territorios
Pasantía de investigación en el proyecto El Libro
del Centenario de Colonia Santa María, a cargo de Nacionales (1884). Simultáneamente, entre 1881 y
los profesores María Esther Folco y Oscar Folmer 1884, fueron realizadas las mensuras correspondien-
(Resolución Nº 225-08/CD.FCH, anexo I), en el tes. En la primera mitad de la década de 1950,
marco del proyecto Los Pueblos en su Centenario, durante el gobierno peronista, la mayoría de los te-
bajo la coordinación de la magíster doctora Ana María rritorios nacionales fue provincializada, inclusive el
Rodríguez (Resolución Nº 358-06/CD.FCH). pampeano.

EL LUGAR DE LA RELIGIÓN 125


de origen transoceánico (28% de toda la Santa María fue una de las colonias
población) y se concentraban en la franja agrícolas constituidas por “alemanes de
oriental del territorio, área de mayor pro- Rusia” en el sureste del territorio pam-
ductividad agropecuaria. Los españoles peano, más precisamente en el actual depar-
constituían el grupo más importante tamento de Utracán.6 Nació a raíz del
(14 471 personas), seguidos por italianos establecimiento de quince familias pro-
(10 860 personas), rusos (alemanes de venientes de Coronel Suárez, provincia de
Rusia y judíos, 5 987 personas) y una Buenos Aires, todas practicantes del culto
decena de migrantes de orígenes diversos católico.7 Si bien una serie de documentos
(Maluendres, 1993). e investigaciones destaca como fecha fun-
Mientras que españoles e italianos dacional el 24 de marzo de 1909, ocasión
optaron por instalarse en el campo o la en la que fue efectuada la compra de las
ciudad de modo indistinto, según las con- tierras del hasta entonces paraje La Noria,
diciones en las que arribaban y las oportu- la fecha oficial vigente es el 20 de noviem-
nidades que se les presentaban, la inser- bre de 1910, cuando fue organizada la
ción de los ruso-alemanes se dio en un
ámbito preferentemente rural y con una 6
Este artículo utilizará la denominación “alema-
forma de asentamiento particular, la colo- nes de Rusia” de acuerdo con el planteamiento del
nia agrícola (Flores, 2006, p. 123).4 Tal pastor Jacob Riffel (2008) y la historiadora Olga
elección respondió a múltiples variables Wayne (1987), dado que es la expresión más ade-
aunque fue sobresaliente la tendencia de cuada para englobar a los germano-parlantes prove-
estos grupos a reproducir patrones de asen- nientes de distintas regiones de Rusia (Mar Negro,
tamiento favorables a la preservación de Volinia, Cáucaso, río Volga). Además, pese a que la
sus rasgos étnico-religiosos, como eviden- mayoría de los pobladores de la colonia Santa María
ciaron otros colectivos de inmigrantes ins- provenían originariamente de las aldeas en las márge-
talados en la región: los judíos de la colo- nes del Volga (Theler, Brabander, Hildman, Seminow-
nia Hirsch, los valdenses de la colonia Iris ka, Streckrau), también hubo otras familias oriundas
de Odesa (Mar Negro), sin contar al único italiano o
y, más recientemente, los menonitas de la suizo, de apellido Terzghi o Tersagui.
colonia La Nueva Esperanza.5 7
En 1878, los alemanes de Rusia fundaron Santa
María de Hinojo (Buenos Aires) y la colonia General
4
El autor retoma la definición de “colonia agrí- Alvear (Entre Ríos). Luego, hacia mediados de la
cola” de Archetti y Stolen (1975): “es una unidad de década de 1880, un grupo se estableció en Sauce
residencia que se define según dos criterios: vecindad Corto, en el suroeste de la provincia bonaerense. En
y participación en el sistema de relaciones sociales ese lugar, hoy Coronel Suárez, organizaron tres colo-
dominantes”. De acuerdo con Flores (2006), en dicho nias de acuerdo con las aldeas de origen: San José,
sistema son los propios colonos quienes definen su Trinidad y Santa María. De este núcleo partieron la
pertenencia como “vecinos” o no, a través de un con- mayoría de los fundadores de la colonia homónima
junto de representaciones que se van construyendo en el Territorio Nacional de la Pampa Central. Según
social e históricamente. consta en actas, los colonos fueron Juan Ginter, Pedro
5
La radicación y conformación de colonias étnico- Eberhardt, Juan Hammerschmidt, Juan Scholl, Juan
religiosas estuvieron facilitadas por el marco regula- Pedro Homman, Valentín Buss, José Konrad, Jorge
torio argentino, específicamente a partir de los artícu- Guitlein, Antonio Rasch, Juan Wertmüller, Felipe
los 14 y 20 de la Constitución Nacional y mediante Schwab, Enrique Seewald, Gabriel Jacob, Humberto
la mencionada “Ley Avellaneda” de 1876. Tersaghi, Teodoro Kraemer y Constantino Jacob.

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capilla que dio nombre al poblado.8 No nacional. Su origen y vocación le valieron
obstante, la festividad que reunió a los la confianza de los colonos, a tal punto
vecinos para conmemorar el suceso fue el que compró un solar en la colonia y cons-
día de la Virgen y patrona de su iglesia, truyó una vivienda, manteniendo su resi-
en coincidencia con el arribo de las dos dencia oficial en la localidad pampeana
primeras familias a la zona, el 8 de sep- de Guatraché, de mayor importancia y
tiembre de 1908 (Folco, 2011, pp. 23-35). también con un fuerte componente de ale-
El valor de los hechos mencionados puede manes de Rusia. Tal como expresa Rodrí-
ser anecdótico, pero otorga indicios sobre guez, las relaciones establecidas con los
las diversas apropiaciones simbólicas en las inmigrantes de base étnica alemana lo
que se ha envuelto la historia de la colo- condujeron a iniciar gestiones para con-
nia, y sirven de preludio para el enten- seguir jurisdicción espiritual donde la pre-
dimiento de la centralidad que adquirió la sencia de ellos era significativa. Así, en
religión en la vida de sus habitantes y en 1911, el obispo de La Plata lo nombró
la construcción de su identidad. capellán de la novel capellanía de Gua-
Desde su organización hasta entrada traché (Rodríguez y Morales, 2011).
la década de 1930, la colonia funcionó co- En ese tiempo, Santa María pertene-
mo una “aldea étnico-religiosa”, y estuvo cía a la misión salesiana de La Pampa,
organizada bajo la autogestión. De acuer- situación que condujo a un conflicto juris-
do con el estudio de Folco, la débil pre- diccional entre los salesianos y Kraemer,
sencia estatal en los territorios nacionales quien, en calidad de colono, visitaba y
permitió que sus habitantes desarrollaran atendía a sus coterráneos. El conflicto fue
formas societales originales en el nuevo superado un año después, cuando Kraemer
contexto. De este modo, la iglesia (inclui- fue nombrado capellán de Santa María, y
da la “escuela alemana” o Escuela Ecle- sus acciones en la localidad quedaron
siástica Privada) y el Geminderat (consejo supeditadas al vicario foráneo de la misión
consultivo comunal, formado por todos salesiana. No obstante,
los padres de familia y un presidente elec-
tivo) constituyeron los ejes vertebradores las prácticas de inmiscuirse en las cuestio-
del poblado, y las decisiones recayeron en nes materiales, tales como comprar y ven-
la figura del clérigo Teodoro Kraemer y der tierras y máquinas o propiciar la confor-
en los hombres más cercanos a él (Folco, mación de una sociedad de seguros entre los
2011, pp. 137-176). colonos, generaron también conflicto en
Además de oficiar como líder espiri- Santa María (Rodríguez y Morales, 2011,
tual, Kraemer fue apoderado legal del gru- pp. 179-180).
po, prosecretario del consejo comunal y
jefe del Registro Civil de Santa María de En 1915, Kraemer fue acusado ante la
Unanué por designación del gobierno justicia de estafa y defraudación. No se le
adjudicaron cargos, pero le valió una sanción
8
http://www.coloniasantamarialp.com.ar/funda- que lo alejó de la colonia definitivamente.9
cion.html (recuperado el 30 de junio de 2012). El
9
mes de noviembre era central en el calendario de los Kraemer montó un negocio de acopio de cerea-
colonos, pues constituía la época de cosecha. les y una sociedad de seguros con vecinos prominen-

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Imagen 1. Ubicación de la colonia Santa María en el Departamento de Utracán, La Pampa. Fuente:
Dillon (2011, p. 119).

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Durante los años siguientes, la colo- Cuadro 1. Población de la colonia Santa
nia pudo mantener sus características ini- María y de La Pampa (1014-1980)
ciales, pese a la ausencia de su líder y el
crecimiento de la población. Las institu- Población
ciones locales (la Iglesia, la escuela ale- Censo La Pampa Colonia Santa María
mana, el consejo comunitario y, a partir
de 1916, la “Unión Germánica”) coexis- 1914 101 338 Sin datos
tieron, no siempre de manera armoniosa, 1920 122 535 315
con las agencias del Estado (por algún 1935 17 5077 1 057
tiempo, únicamente, la escuela pública).10 1942 167 352 777
El liderazgo continuó en manos de las 1947 168 480 479
mismas personas, favorecidas por las rela- 1960 158 746 357
ciones de parentesco, los negocios y la for- 1970 172 029 304
mación en instituciones religiosas externas 1980 208 260 305
a la comunidad –la primera generación Fuente: Dillon, Medero y Carcedo (2011).
de dirigentes surgió del seno de un gru-
po de colonos educados en colegios confe-
sionales, mediante conexiones auspiciadas
por Kraemer– (Folco, 2011, pp. 141-142). En el último lustro de los años veinte,
Igualmente, la presencia de los misioneros las malas cosechas, las penurias y la nece-
salesianos no parece haber significado cam- sidad de ser reconocidos como Comisión
bios sustanciales; la congregación aprove- de Fomento por el gobierno territoriano
chó y potenció el carácter étnico-religioso (la primera petición es del año 1927)
de los colonos al enviar sacerdotes alema- motivaron un paulatino acercamiento al
nes y sostener el culto en su lengua.11 Estado. Pero fue a mediados de la década
de 1930 cuando se produjo un quiebre
en la dinámica comunitaria, a la par de la
tes de la colonia Santa María. Esta última iniciativa fue
acusada ante la justicia de “estafa y defraudación” por
preocupación creciente por la movilidad
su competidor, otro vecino de la colonia. El litigio poblacional resultante de las crisis agroe-
alejó a Kraemer de la colonia. A partir de entonces, cológicas que afectaron la región, primero,
y hasta 1964, los salesianos se hicieron cargo de la y las sospechas de las autoridades terri-
atención de los colonos. Desde 1939 la colonia fue torianas por denuncias de actividades
atendida desde General Acha y, a partir de 1964, “antiargentinas” en las colonias de “ruso-
desde Alpachiri. alemanes”, después. Con la creación de la
10
Entre 1913 y 1916 se producirán los mayo- ansiada Comisión en 1934 y la clausura
res enfrentamientos entre los directivos de la escuela de la escuela alemana en 1939, sumado
nacional y los “padres de familia”, defensores de la
escuela alemana. No obstante, la institución depen-
diente de la iglesia local funcionará hasta 1939, Matías Saxler (1927-29), Adolfo Wilmuth, Otón Gais,
cuando las autoridades territorianas procedan a su cie- José Mehringer y Guillermo Wasel (1946-1961).
rre definitivo. También, deben mencionarse a Juan Caminada, Elías
11 Heinrich, Teodoro Sack, Pedro Masson y los sacer-
Después de Kraemer, la atención de la capilla de
Santa María estuvo a cargo de Luis Schwartz (1915- dotes Doll, Valla, Luskar, Huesle, Winkel, Windelber-
1920), Francisco Schratzlseer (1921-1927 y 1919-1939), gep y Mirda.

EL LUGAR DE LA RELIGIÓN 129


a la prohibición del alemán en las misas, El fanatismo es extremo, habiendo obser-
inició una etapa caracterizada por un pro- vado muchas veces que los padres de los
nunciado intervencionismo estatal y una niños les exigen que deben ir a la iglesia dos
modificación de las estrategias de los colo- o tres veces diarias, otras veces faltan a clase
nos, tendentes al aperturismo y a una pau- porque tienen que hacer de “monaguillos” y
latina argentinización (Folco, 2011). ayudar a misa, faltando además todas las
veces que muere alguna persona para acom-
pañarlas.14
LA CENTRALIDAD DE LA RELIGIÓN
Dos años después, el siguiente director
La fuerte religiosidad de los colonos de denunciaba una situación similar al pre-
Santa María ha sido motivo para que algu- sentarse a su clase sólo dos niños de los
nos autores la definan como una “colonia 52 que asistían con regularidad, debido a
confesional”.12 Está claro que la mayoría de que “el cura párroco les ha comunicado
los habitantes eran cristianos y celosos a los padres de familia que hoy es fiesta”.
practicantes del culto católico. Además, La notificación no termina sin antes enfa-
su principal referente fue un hombre pro- tizar el hecho de que el “elemento ruso-
veniente del clero secular y los vecinos alemán guarda fiestas que no están de
más prominentes estuvieron vinculados acuerdo con las nuestras y no hay medio
a él por intereses simbólicos y materia- posible de hacerles desistir de ellas, máxi-
les. Lo cierto es que tal conceptualiza- me cuando el cura se las hace presente”.15
ción puede ser útil para las primeras tres Pese a las acusaciones e intervenciones
décadas, cuando la comunidad funcionó consecuentes, los conflictos entre agen-
bajo sus propias reglas e instituciones tes estatales y “padres de familia” conti-
y la religión marcó los ritmos de la vida nuaron; aún en la década de 1930 los
cotidiana. maestros debían lidiar con las prácticas de
Durante ese tiempo, junto al trabajo los colonos.16
infantil y el uso del dialecto alemán, las ¿Por qué motivo la religión ocupó un
prácticas religiosas de los colonos resulta- papel central en la vida de los alemanes
ron obstáculos para los maestros de la de Rusia de la colonia Santa María? Frente
escuela pública local.13 En 1916, el direc-
tor de la institución informaba: 14
Nota Nº 51, 24/10/1916. Archivo de la escuela
núm. 59 Alfredo Suárez Verdier.
15
Nota Nº 132, 19/03/1918. Archivo de la
12
Minetto (2008) analiza los alcances y las limi- escuela núm. 59 Alfredo Suárez Verdier.
taciones del concepto para el estudio de las colonias 16
En 1931, el maestro Alfredo Suárez Verdier
agrícolas de los alemanes de Rusia. decía: “Es causa que también entorpece la acción regu-
13
La escuela núm. 59 inició sus funciones en lar de la escuela, el fanatismo religioso de estos pobla-
1912. Su primer director fue el maestro normalista dores, pues los ritos religiosos que son muy a menu-
Simeón Gatica Luque. Durante las primeras décadas, dos y continuados, hacen que el niño falte a sus
los colonos le adjudicaron los adjetivos “argentina” y quehaceres escolares y distraiga su tiempo en prepa-
“nacional” para diferenciarla de su “escuela alemana”. ración de salmos y oraciones.” Nota Nº 159,
En la actualidad, la escuela núm. 59 lleva el nombre 28/11/1931. Archivo de la escuela núm. 59 Alfredo
de su sexto director, Alfredo Suárez Verdier. Suárez Verdier.

130 ERIC MORALES SCHMUKER


a un contexto postinmigratorio novedoso que está dotada de una sinagoga con su
y en muchos casos traumático, no resulta rabino (Tron, 1926, p. 5).
extraño que los recién llegados activaran
una serie de mecanismos con el fin de Así, la identidad de los colonos no sólo
recrear y preservar determinados elemen- fue (re)definida por los contenidos cultu-
tos, valores y prácticas constitutivos de su rales asumidos como tales, sino, conjunta-
identidad individual y colectiva. La for- mente, por los límites sociales, simbóli-
mación de colonias agrícolas de “su propia cos o materiales resultantes del “juego”
gente”, los matrimonios endogámicos, la establecido con diversos actores y su entor-
creación de instituciones propias y la exis- no. Frente a “otros” grupos étnico-religio-
tencia de espacios de sociabilidad fueron sos y un Estado cada vez más fuerte, los
algunas de las acciones desarrolladas en colonos asumieron una serie de elemen-
este sentido.17 tos y prácticas constitutivos de un “noso-
A principios de siglo, el sureste pam- tros”. Sin embargo, al mismo tiempo que
peano presentó una notable diversidad la identidad, ese “nosotros” en relación
étnico-religiosa. Un testimonio prove- con el “otro”, era definida, también sufría
niente de otra comunidad cercana a Santa recreaciones no exentas de conflictos
María, la valdense, describe la situación (Briones, 1996; Barth, 1976, pp. 9-49).
de esos años: En ese marco, lo religioso cumplió un
papel fundamental. De acuerdo con Her-
Estas llanuras de la Pampa –escribe el pas- vieu Léger (2005), la religión constituye
tor Daniel Armand Ugon– hace 30 años un lazo invisible entre los creyentes de las
recorridas por indios en estado semisalvaje, generaciones sucesivas, dado que “ninguna
ocupadas luego por criadores de animales, sociedad puede, para existir como tal,
hoy día roturadas y cultivadas, están pobla- renunciar enteramente a preservar un hilo
das, en gran parte, por agricultores pertene- mínimo de la continuidad, inscrito, de una
cientes a las nacionalidades y a las confesio- u otra forma, en la referencia a la ‘memo-
nes religiosas más diversas. Rusos-alemanes ria autorizada’ que es toda tradición”. Más
católicos, ortodoxos o protestantes, confinan aún, resulta un “dispositivo ideológico,
con alemanes, holandeses, dinamarqueses, práctico y simbólico por el cual es consti-
suizos y sobre todo valdenses, casi todos pro- tuido, mantenido, desarrollado y contro-
testantes, y allí cerca, una numerosa colonia lado el sentido individual y colectivo de la
israelita (La Esmeralda), fundada por el pertenencia a un linaje creyente particular”
barón Hirsh, quien ha colocado ya un gran (pp. 22-24).
número de sus correligionarios en la Argen- En este sentido, al igual que otros
tina, posee no solamente vastos terrenos, sino espacios de sociabilidad (por ejemplo, la
“Unión Germánica”), la religión ocupó
17
La historiografía referida a las migraciones ha
una posición privilegiada en la vida co-
dado cuenta de estos asuntos en repetidas oportuni- munitaria de los alemanes de Rusia al
dades; un excelente balance es ofrecido en Devoto constituir uno de los mecanismos funda-
(2009). Especialmente, por sus implicancias para el mentales en la preservación identitaria,
presente estudio, interesa señalar los trabajos de Bjerg un “refugio de etnicidad” (Seiguer, 2009).
(1994) y Bjerg (2001). Las ceremonias y servicios religiosos en

EL LUGAR DE LA RELIGIÓN 131


alemán, la presencia de sacerdotes y misio- pondiente al actual departamento pam-
neros de habla alemana, el sostenimiento peano de Utracán. Los propietarios afecta-
de la escuela alemana y, como se verá, la ron 200 hectáreas para emplazar la colo-
construcción de un circuito sacro en tor- nia lejos de caminos y otros poblados; el
no a la colonia, funcionaron dentro de la punto más cercano era la estación de ferro-
lógica del tándem religión-etnicidad, en carril de Epu-Pel, Unanue, a tres leguas de
donde “lo católico” permitió conservar “lo allí. En segundo lugar, el trazado del po-
alemán”. Como sostiene Seiguer (2010), la blado incluyó dos parcelas para cada uno
religión asumió “la misión preservadora de los quince fundadores. Todas tuvieron
de la nacionalidad y de los valores que 500 metros de fondo, variando en su fren-
eran asociados a esta”. te: tres colonos gozaron de parcelas de
entre 200 y 300 metros de ancho, mien-
tras que el resto fueron de 100 metros.
LA DIMENSIÓN ESPACIAL DE LO RELIGIOSO. Las proporciones guardaron relación con la
LA CONSTRUCCIÓN DE UN CIRCUITO SACRO extensión de campo adquirida y, de esta
manera, reprodujeron el entramado de
Santa María fue pensada e imaginada jerarquías sociales (Folco, 2011, p. 139).
como un espacio de preservación de la Los quince terrenos fueron ordenados en
identidad de sus habitantes, tanto por su torno a una calle principal, atravesada por
ubicación como por su planificación, re- un crucero. En su intersección, a modo de
creando algunos patrones de asentamiento panóptico, fue ubicada la capilla.
importados de Europa.18 En primer lugar, A partir de dicha disposición, interesa
las familias de alemanes de Rusia se asen- destacar los distintos modos de apropia-
taron en los lotes oficiales 8, 14 y 13 –en ción del espacio y la transformación de la
parte del cual se fundó la planta urbana–, geografía pampeana a partir de lo reli-
todos de la fracción D, sección III, corres- gioso, particularmente mediante la con-
figuración de un circuito sacro integrado
18
La diagramación de las aldeas se remonta a la
por cuatro espacios sacralizados: el cemen-
Europa campesina y estuvo vinculada con el acceso y terio, ubicado en el camino que comunicó
el aprovechamiento de los recursos naturales, como a la colonia con la estación del ferrocarril
observa Rösener (1990). Flores (2006) señala que el de Unanue; los umbrales (entradas norte
patrón de organización respondió a las mismas carac- y sur), donde se erigieron un par de cruces
terísticas en todas las aldeas y fue ese patrón el que singulares; el templo, centro simbólico y
trasladaron los inmigrantes a Argentina. Su origen material de la comunidad, y los propios
estuvo vinculado “a la imposibilidad de establecer hogares de los colonos, el mundo privado
sus viviendas en la zona rural debido a los ataques de de los feligreses, a partir de la construc-
grupos nómades, factor entrelazado a la vida religiosa ción de grutas y ermitas particulares.19
de la aldea, que en la mayor parte de los casos se
encontraba localizada en el centro de la planta urbana.
En cuanto al trazado de las aldeas, generalmente tuvie- 19
Los estudios de Santarelli y Campos (2007) y
ron la misma diagramación: dos calles o una princi- Santarelli y Campos (2009); ofrecen herramientas para
pal y manzanas rectangulares con calles paralelas y entender el proceso de apropiación del espacio y, espe-
transversales a aquellas más angostas. En el medio cialmente, las transformaciones del espacio tradicio-
del amanzanamiento se emplazó la iglesia” (p. 116). nal pampeano desde lo religioso.

132 ERIC MORALES SCHMUKER


Imagen 2. Plano de una aldea del Volga. Fuente: Guinder (1998, p. 74).

EL LUGAR DE LA RELIGIÓN 133


Imagen 3. Plano de la planta urbana de la colonia Santa María. Fuente: Guinder (2000, p. 14). A este
plano se agregaron la localización de la iglesia (1909) y el sitio donde funcionó la escuela número 59 a
partir de 1912.

Estos espacios, a su vez geosímbolos, fun- De la estación de Unanue al cementerio de


cionaron como, primero, manifestaciones la colonia
de la devoción de los alemanes de Rusia y
lugares de culto; segundo, herramientas Hasta la construcción del acceso a la Ruta
de control y regulación utilizadas por los Nacional número 35, en la década de
líderes religiosos y/o laicos, y tercero, 1970, la calle sur de Santa María sirvió
“refugios de etnicidad”, donde conserva- de principal vía de comunicación con la
ron, transmitieron y/o redefinieron los estación de Epecuén-Unanue. Por ella cir-
valores y las costumbres de la comunidad cularon individuos y bienes materiales y
a través de negociaciones constantes.20 simbólicos. Era tradición de los feligreses
ir a la espera de los misioneros, maestros
20
ambulantes y sacerdotes; recorrían los 18
Es importante enfatizar el hecho de que, duran-
te sus primeras décadas, Santa María fue una colonia
kilómetros que separaban la colonia de la
agrícola que mantuvo un marcado índice de analfabe- estación, mientras que otros, expectantes,
tismo y conservó un dialecto foráneo en un territo- se ubicaban a lo largo del sendero. Los
rio extenso y lingüísticamente heterogéneo. De este
modo, la distribución de los “geosímbolos” adquirió su entorno, en la comunicación de mensajes al inte-
un claro objetivo en la mediación de los colonos con rior de la comunidad y a los foráneos.

134 ERIC MORALES SCHMUKER


colonos preparaban sus “carros rusos” con si muere un vecino sea de la colonia o de las
una fanfarria de jóvenes que recibían a los vecinas se toca la campana de la iglesia, si
religiosos y otros visitantes ilustres, como los niños se encuentran en clase cuando su-
el inspector José Vespignani, el vicario cede el caso, no hay clase, van al acompaña-
foráneo del Territorio, Juan Farinatti y, en miento, quedando la escuela desierta hasta el
dos oportunidades, 1935 y 1942, el otro día.21
obispo de La Plata (Rodríguez y Morales,
2011, pp. 193-195). Dicha devoción quedó cristalizada en
En ese trayecto, el primer espacio una meticulosa elaboración de cruces y
sacralizado transitado por colonos y foras- ornamentos que denotan, por cierto, una
teros fue el cementerio. Construido tem- marcada convergencia de elementos reli-
pranamente, mantuvo la misma estruc- giosos disímiles traídos desde Europa (por
tura en encrucijada que el pueblo. En la ejemplo, el doble crucero de la insignia
actualidad, la entrada conduce a una de la Iglesia ortodoxa rusa).
ermita que divide el espacio en dos cua-
drantes. El primero de ellos se ubica en
dirección norte y resguarda los antiguos El umbral de la colonia: las cruces
enterratorios de niños, de los cuales se con-
servan unos pocos mojones como “lugares El segundo punto del circuito sacro estuvo
de la memoria” (Nora, 1984). Es impor- localizado en las entradas norte y sur de
tante señalar que el índice de mortandad la colonia. Se trató de un par de cruces
infantil fue elevado hasta mediados de elaboradas con madera y apliques de hie-
siglo y muchos lugareños relatan el sufri- rro que, desde su erección, fueron apre-
miento de las familias por la temprana ciadas por propios y extraños a causa de
pérdida de sus hijos (Dillon et al., 2011, su emplazamiento y sus dimensiones
p. 102). En el segundo cuadrante, orien- –aproximadamente, dos metros de altura.
tado hacia el sur, se haya el mayor número Según algunos relatos, los iconos eran cua-
de tumbas. Contiguo a la entrada se ubi- tro y rodearon la colonia formando una
can los enterratorios recientes y en el extre- gran cruz. Sin embargo, varios colonos no
mo sur sobresalen los más antiguos, todos coinciden con esta posición. Hay quienes
con vista al oriente. Según los testimo- sostienen que las cruces fueron tres origi-
nios, tal ordenamiento responde a la tra- nariamente, en honor a la Santísima Trini-
dición de enterrar a los difuntos de manera dad, aunque la mayoría de los habitantes
tal que, desde su última morada, puedan plantean que, desde la fundación de Santa
apreciar su tierra de origen. María, han existido sólo dos cruces, tal
La importancia del cementerio como como son conservadas en el presente.22
espacio sagrado devino de la misma cen-
tralidad de la muerte y sus ritos en la co- 21
Nota Nº 66, 15/12/1916. Archivo de la escuela
tidianeidad de los colonos. En 1916, el núm. 59 Alfredo Suárez Verdier.
primer director de la escuela pública local 22
En la actualidad, con motivo del centenario
informaba a las autoridades superiores que, de la colonia, las autoridades decidieron restablecer
cuando fallecía una persona, las activida- las cuatro cruces. La decisión generó malestar entre
des se suspendían, pues algunos colonos, pues tal decisión fue tomada a raíz

EL LUGAR DE LA RELIGIÓN 135


Imagen 4. Cementerio, sector norte. “Lugares de la memoria”: enterratorios de niños. Fuente: Colección
particular.

En uno de sus escritos, el inspector ximidades” (p. 140). Es decir, los geosím-
salesiano Vespignani (2008) afirma que bolos en cuestión funcionaron como marca
los alemanes de Rusia “suelen señalar los identitaria y distintiva frente al heterogé-
límites de su colonia con una gran cruz neo contexto que presentaba la Pampa
[…] no sólo por sentimiento religioso, argentina. También fueron lugares pri-
sino también para no ser confundidos con vilegiados para diversas prácticas religio-
muchos de los judíos que hay en las pro- sas. Un informante relata que “iban a rezar

del planteo de un antiguo poblador de Santa María. el oficio de su padre, se encargó de renovar las cruces
La mayoría de los habitantes de Santa María recuer- originales. Según su testimonio, las cruces eran dos y
dan a Juan Hollman como el primer herrero de la estaban ubicadas en las calles principales de la colo-
colonia y responsable de la confección de las cruces nia, es decir, las calles sur y norte: “las cruces tenían
del cementerio así como también de los detalles que que estar en la entrada del pueblo, porque venían
adornaban los geosímbolos en cuestión. Según el tes- antes de aquel lado. Y ahora se cambió porque hicie-
timonio de su nieta, María Esther Guitlein de ron la entrada de acceso a la colonia. Pero antes se
Konrad, nunca se habló de que hubiese cuatro cruces. venía de acá [del sur], por el cementerio y [del norte]”.
Tras la muerte de Juan Hollman, quien se convirtió Lambrecht, D. (diciembre de 2008). Entrevista a
en el herrero del pueblo fue Valentín Lambrecht. David Lambrecht/Entrevistador: Eric Morales Schmuker,
Justamente su hijo, David Lambrecht, quien heredó Colonia Santa María, La Pampa, Argentina.

136 ERIC MORALES SCHMUKER


Imagen 5. Cementerio, sector sur. Los enterratorios ubicados en dirección al este. Fuente: Colección
particular.

el rosario, a cantar”, mientras que otro venía el chacarero de este lado y el chaca-
de ellos señala que “las cruces servían rero de aquel.23
para pedir cuando había miseria en los
campos”. Asimismo, las cruces inte-
graron el sendero recorrido por quie- El templo, verdadero centro de la colonia
nes habitaban y trabajaban en las zonas
rurales aledañas, siendo funcionales para El tercer espacio del circuito corresponde
aquellos feligreses que no podían cumplir a la capilla. Ubicada en la encrucijada del
de modo debido con los servicios reli- pueblo, se erigió como centro material,
giosos. Al respecto, un entrevistado in- ceremonial, espiritual y simbólico de la
dica: comunidad. Tal como resalta el inspector
Vespignani (2008), “toda esta organiza-
las cruces, según los antiguos, eran como ción […] es a base de la religión” y “la
para ir […] ahora está la gruta, la ermita Iglesia es verdaderamente el centro de
donde van a rezar a la Virgen o san Cayetano la colonia”, así como el “sacerdote es verda-
[…] antes eran las cruces […] los chacare-
ros iban a hacer una caminata, una proce- 23
Lambrecht, D. (diciembre de 2008). Entrevista
sión pidiendo […] pero las cruces tenían que a David Lambrecht/Entrevistador: Eric Morales Schmuker,
estar así, de boca-calle, ¿por qué? Porque Colonia Santa María, La Pampa, Argentina.

EL LUGAR DE LA RELIGIÓN 137


Imagen 6. Diseños de cruces. Fuente: Colección particular.

deramente el padre, el consejero y director nia. No obstante, el culto era efectuado


de las familias, de los padres y la juventud” regularmente y todos los miembros de la
(p. 143). De allí que el 20 de noviembre comunidad cumplían con el sabbat. La misa
de 1910, fecha de inauguración del tem- dominical era celebrada dos veces en el
plo, sea considerado uno de los aconteci- día, de modo tal que los colonos asistieran
mientos fundacionales de Santa María. sin descuidar sus labores. En ambas opor-
Ahora bien, el emplazamiento del edificio, tunidades, niños y niñas se ubicaban ade-
a modo de panóptico y de fácil acceso, no lante, guiados por los respectivos maestros,
sólo respondió a mecanismos de control y y detrás de ellos hombres y mujeres, en sus
preservación de la identidad de la aldea sino, respectivos sectores. La tradición pautaba
también, a la misma necesidad de los feli- que los hombres se sentaran a la derecha y
greses de concurrir a misa debidamente. las mujeres a la izquierda, práctica que aún
En apartados anteriores se mencionó es sostenida por algunos colonos.
que la liturgia era impartida en alemán Además, en el predio del templo fun-
por los clérigos y misioneros salesianos y, cionó la escuela alemana o Escuela
regularmente, por el sacristán de la capi- Eclesiástica Privada. Fundada por el padre
lla. En general, la asistencia dependió de Kraemer, allí se enseñó idioma alemán,
la presencia de los religiosos en la colo- aritmética, catecismo, historia bíblica y

138 ERIC MORALES SCHMUKER


Imagen 7. Geosímbolo ubicado en
la antigua entrada, en el umbral sur
de la colonia. Fuente: Colección par-
ticular.

cantos religiosos. La presencia de esta ins- de oración en los cuales participaban todos
titución generó tensiones con la escuela los miembros de la familia. Como reme-
pública local, la “escuela nacional”, pues, mora un colono:
no casualmente, se superponían los hora-
rios y las actividades. Hasta su clausura, en durante el mes de la Virgen […] teníamos
1939, escuela y templo constituyeron los que rezar todas las noches. Mi papá se arro-
pilares de la colonia como “refugios de la dillaba en la punta de la mesa y toda la
etnicidad”, privilegiados frente al avance vuelta arrodilladitos, sentados rezando en
de los agentes del Estado. alemán. Y no se podía hablar, ni reír, ni nada.
Y mi mamá, mientras nos pudo manejar y
éramos chiquitos [nos hacía rezar] antes de
En el hogar: imágenes, grutas y oraciones acostarnos y antes de sentarnos a la mesa […]
teníamos que hacernos la señal de la cruz.24
Las demostraciones de piedad fueron
reproducidas por los colonos en sus hoga- 24
Kloster, J. (diciembre de 2008). Entrevista a
res donde, además de hallarse imágenes, Jorge Kloster/Entrevistadores: Gonzalo Folco y María Esther
estampas y crucifijos, existieron espacios Folco, Colonia Santa María, La Pampa, Argentina.

EL LUGAR DE LA RELIGIÓN 139


Imagen 8. Ermita privada. Fuente: Colección particular.

Tal fue la devoción que muchos luga- Las prácticas de sacralización y la activación
reños hicieron grutas privadas en sus pro- del circuito sacro
pias casas, como expresa uno de ellos: “me
hice una gruta ahí atrás […] en el patio. Al igual que la hierópolis de Rosenhald, la
Antes de acostarnos teníamos que rezar.”25 colonia Santa María mantuvo una orde-
De este modo, lo sagrado y lo profano coe- nación espacial dada por lo religioso, con
xistían en el ambiente familiar y se com- sus “fijos” (el templo, el centro simbólico
binaban de modo bastante flexible. Las y material), “no fijos-flujos” (las peregri-
mismas prácticas de los colonos eran res- naciones y procesiones de los colonos y
ponsables de la activación de la sacralidad fieles) y su imaginalis, la mácula sagrada
de esos espacios, haciéndolos “diferentes” construida por los mismos habitantes en
en momentos específicos. torno a cada uno de los espacios que inte-
graron el circuito sacro. Además, las prác-
25
Eberhardt, E. (diciembre de 2008). Entrevista ticas de sus habitantes estuvieron pautadas
a Eva Eberhardt/Entrevistadores: Eric Morales Schmuker por un tiempo sagrado, el calendario litúr-
y María Esther Folco, Colonia Santa María, La Pampa, gico, que, junto a los ciclos agrícolas, devi-
Argentina. no en el gran organizador de la dinámica

140 ERIC MORALES SCHMUKER


comunitaria: los primeros viernes y los 24 años, los colonos desarrollaron una serie
de cada mes, Semana Santa, Corpus Christi, de estrategias centradas en lo religioso
Navidad, Die Kerb (fecha de conmemora- para preservar su identidad y hacer frente
ción de la fundación de la colonia y día a los agentes estatales y otros actores que
de la Virgen), las primeras comuniones, presentaba el heterogéneo contexto pam-
las rogativas en tiempos de cosecha –gene- peano, entre ellas, la construcción de un
ralmente, de tres días–; acontecimientos, circuito sacro.
todos, que convocaron a los colonos y a Ahora bien, desde mediados de los
los fieles de la zona rural y de las localida- años treinta la comunidad sufrió una serie
des vecinas. de transformaciones como consecuencia
En los párrafos precedentes fueron de las crisis agroecológicas, el éxodo de
mencionadas algunas de las prácticas efec- muchas familias, el intervencionismo esta-
tuadas en torno al circuito sacro: las pro- tal y la paulatina argentinización, mar-
cesiones al cementerio, las súplicas en cando el fin de la etapa de la “aldea étnico-
tiempos de cosecha, las misas dominicales, religiosa”. Aunque las prácticas religiosas
las oraciones diarias hogareñas. Precisa- de los colonos no languidecieron y el
mente, sumados a los eventos pautados circuito sacro perduró en el tiempo, su
por el calendario litúrgico, constituyeron funcionamiento estuvo ligado al devenir
momentos privilegiados en donde los de la comunidad y sufrió una serie de
espacios cobraron sacralidad y el circuito cambios, redefiniciones y resignifica-
fue activado. De este modo, las prácticas ciones –merecedores de un análisis más
de los propios colonos no sólo alteraron detallado que exceden los límites de este
y redefinieron el espacio pampeano sino artículo.
que, además, le otorgaron otro sentido y De acuerdo con Folco (2011), las ges-
lo hicieron “diferente”. Tal como señala tiones de los gobernadores pampeanos
Martín (2007), constituyeron “texturas Evaristo Pérez Virasoro (1933-1939) y
diferenciales”, “reconocidas y actuadas Miguel Duval (1939-1945) se caracteri-
por los nativos en diferentes situaciones” zaron por el anhelo de construir “un ser
(p. 49). nacional”. Para ello se apoyaron en aso-
ciaciones civiles, las cuales proliferaron en
la colonia durante los años treinta y cua-
ESPACIO, ETNIA Y RELIGIÓN: MÁS ALLÁ renta: Cooperadora Escolar (1934); Co-
DE LA “ALDEA ÉTNICO-RELIGIOSA” misión Pro-Edificio Policial (1938); Club
Pampero (1943); luego, Plan de Foresta-
El presente trabajo tuvo como objetivo ción, Subcomisión de Forestación (1949);
estudiar las prácticas religiosas de los habi- Colecta Pro-Bandera de Ceremonias
tantes de Santa María, específicamente, (1950). Mientras que algunas de las ins-
los mecanismos de apropiación del espa- tituciones étnico-religiosas de Santa María
cio rural y su sacralización. La atención se dejaron de existir (el consejo comunal,
concentró en el periodo transcurrido desde la escuela religiosa alemana), otras, como la
la fundación de Santa María hasta 1939, Iglesia, debieron asumir nuevas modali-
cuando la colonia agrícola funcionó como dades para conservar su lugar en el nuevo
una “aldea étnico-religioso”. Durante esos contexto (por ejemplo, el uso del dialecto

EL LUGAR DE LA RELIGIÓN 141


Imagen 9. El centro de la colonia Santa María en la actualidad. La capilla, el templete anexado y el
nuevo bulevar. Fuente: Colección particular.

alemán fue prohibido en las misas y quedó del bulevar central, en donde se erigieron
limitado a los hogares). dos bustos, a don Bosco y “a la Madre”
Tras el derrocamiento del presidente (este último donado por la agrupación
Perón, en un periodo de inestabilidad “Amigos de Santa María” hacia fines de
política tanto a escala nacional como en 1976); la erección de un templete ale-
la recientemente creada provincia de La daño a la capilla y, por último, la expro-
Pampa, el crecimiento de la comunidad piación de un terreno para construir la
fue lento. La situación de Santa María plaza pública “8 de Septiembre”, en con-
cambió después de las elecciones de 1973 sonancia con la fecha de celebración de la
y en los primeros años de la dictadura a Natividad de la Virgen María (Folco,
raíz de una serie de iniciativas, obras y 2011, p. 168).
planes de vivienda efectuados por la nueva Tal como evidencian los testimonios
gestión. Entre ellos, interesa destacar los materiales, la religión gozó de una posi-
trabajos tendentes a construir un acceso ción privilegiada en la dinámica comuni-
a la localidad desde la Ruta Nacional nú- taria aún en los años setenta. No obstante,
mero 35, obra que demandó tres años; el dejó de ser la única garante de la preser-
llamado a licitación para la construcción vación de la identidad (y la memoria) de

142 ERIC MORALES SCHMUKER


los colonos. Próximo a cumplirse el cen- -Barth, F. (comp.) (1976). Los grupos étnicos y
tenario del arribo de los primeros ale- sus fronteras. La organización social de las diferencias
manes de Rusia a Argentina (1978), nació culturales (pp. 9-49). México: FCE.
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tes de Alemanes del Volga”, con filia- y fronteras: una mirada desde las producciones
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Pampa. Desde entonces, dicha organiza- Universidad Nacional de Quilmes.
ción asumió un papel fundamental en la -Bjerg, M. (1994). Dinamarca bajo la Cruz
construcción identitaria de las nuevas del Sur. Los asentamientos daneses en la Argentina
generaciones, “para mantenerse unidos en (1848-1930). (Tesis de doctorado). Universidad
esta tierra, preservando hasta nuestros días de Buenos Aires.
su cultura”.26 -Bjerg, M. (2001). Entre Sofie y Tovelille. Una
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salieron como rasgos identitarios de Santa 1848-1930. Buenos Aires: Biblos.
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constituyó un elemento menor. En con- torios y prácticas religiosas. Buenos Aires: Pro-
junto, las tres dimensiones estuvieron aso- meteo.
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Como hilos invisibles entre las generacio- en la Argentina. Buenos Aires: Ed. Sudamericana.
nes venideras, parafraseando a Hervieu -Dillon, B. (2011). Pautas y características
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EL LUGAR DE LA RELIGIÓN 143


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