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7 trucos sencillos para enseñarles a multiplicar a

los niños
Aprender a multiplicar puede ser práctico y divertido, ¡descubre cómo!
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La multiplicación suele ser una de las habilidades matemáticas básicas que más les
cuesta aprender a los niños. Esto se debe a que, además de demandar una buena
dosis de memoria, también requiere cierta capacidad de análisis y más recursos
cognitivos. Por si fuera poco, el hecho de que les insten a aprender de memoria las
tablas de multiplicación tampoco ayuda mucho ya que lo convierte en una tarea
aburrida. Sin embargo, existen muchísimos recursos para que los niños aprendan
a multiplicar sin que tengan que recurrir únicamente a su memoria. Te
desvelamos algunos trucos muy sencillos y fáciles de aplicar en casa.
Estrategias para enseñar a multiplicar a un niño
1. Comienza por las multiplicaciones básicas
Al contrario de lo que piensan muchos padres, las tablas de multiplicar deben ser lo
último que el niño aprenda. Primero debe comenzar por las multiplicaciones básicas,
aquellas que resultan más sencillas, como por ejemplo: 2×2, 3×2 o 3×1. La idea es
que comprenda que la multiplicación es la suma sucesiva de un mismo número
y que desarrolle la habilidad de multiplicar para que después se pueda
enfrentar a las multiplicaciones más complejas.
2. Explícale en qué consiste la propiedad conmutativa
Enseñarle al niño la propiedad conmutativa le ahorrará mucho tiempo y esfuerzo.
Básicamente, se trata de la propiedad de intercambiar el orden de los factores sin
que se altere el resultado del producto, lo cual le ayudará a entender que 2×3 es lo
mismo que 3×2. De esta manera, solo tendrá que aprenderse la mitad de la tabla
de multiplicación, lo cual aligerará muchísimo la carga sobre sus hombros.
3. Aterriza las multiplicaciones a la práctica
Un niño le suele prestar más atención a las lecciones cuando les encuentra una
utilidad práctica, por lo que enseñarle los beneficios de aprender a multiplicar será
una motivación adicional para que quiera intentarlo. Una estrategia muy efectiva
consiste en pedirle que haga cálculos sencillos cuando estáis en el
supermercado, por ejemplo, puedes preguntarle: “¿Cuántas manzanas debemos
comprar para que tú, tu papá y yo podamos comer una todos los días de esta
semana?”.
4. Recurre a los juegos
Mientras un niño juega también aprende, de hecho, los juegos son un recurso
educativo muy útil que puedes utilizar para enseñar a multiplicar a tu hijo. De esta
manera, será mucho más divertido y el pequeño se involucrará más en su
aprendizaje ya que no lo percibirá como una obligación. En Internet puedes
encontrar muchísimas ideas de juegos para aprender a multiplicar, como por
ejemplo: el puzle de la multiplicación o el juego de las cartas para practicar las
tablas de multiplicación.
5. Apóyate en los materiales
Un niño suele captar mejor los conceptos abstractos si los ve representados
físicamente. Esto se debe a que aún tiene muy poco desarrollado el pensamiento
abstracto y el razonamiento lógico por lo que le resulta complicado pensar a través
de representaciones mentales. Para aligerarle el trabajo puedes apostar por
utilizar materiales como cartas, cuentitas u otros objetos que pueda manipular
con relativa facilidad mientras multiplica.

6. Utiliza tablas de multiplicación sencillas


Para un niño, aprenderse las tablas de multiplicación tradicionales puede resultar
muy engorroso ya que esto requiere un gran esfuerzo cognitivo. Sin embargo,
existen otras tablas igual de efectivas y mucho más sencillas con las que le será más
fácil aprender a multiplicar como la tabla rusa de multiplicación y la tabla de
Pitágoras. En ambos casos se trata de una tabla más compacta, que ayuda a
visualizar de forma más rápida las multiplicaciones, a la vez que resulta más fácil
de usar.
7. Apuesta por la representación gráfica
Tener acceso a las tablas de multiplicación en todo momento es una estrategia
excelente para estimular su uso y facilitarle el trabajo al niño. De esta manera, cada
vez que el pequeño vea las tablas intentará recordar alguna de las multiplicaciones
que ya conoce o aprender una nueva. Una buena idea consiste en imprimir una
tabla de multiplicación y colocarla sobre su escritorio, en su habitación.

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