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El 24 de abril de 1494, fue instalado el primer Ayuntamiento del

Nuevo Mundo en la Villa de La Isabela, en lo que hoy es el municipio


de La Isabela en la provincia de Puerto Plata, constituyendo el
principio del desarrollo en el nuevo continente, de la vida
administrativa municipal y comunitaria.
Los Ayuntamientos o Cabildos durante la colonia tenían funciones
normativas, jurisdiccionales, impositivas y recaudadoras de
impuestos, arbitrios y tributos en general que engrosaban los fondos
de la Corona.

Cuando fue tomada la parte Oriental de la Española por Toussaint


Louverture en el año 1822, la Isla fue dividida en dos Departamentos:
el Oriental con su capital Santo Domingo, el del Norte o Cibao con su
capital Santiago de los Caballeros, y a los municipios se les cambió
el nombre denominándolos parroquias.

El 26 de julio del 1801, la Asamblea Central vota por la ley para


regular la administración municipal. En ella se disponía que en cada
territorio o parroquia existiera un Ayuntamiento que estaría
compuesto por un Alcalde y cuatro Regidores. El Alcalde tenía
atribuciones administrativas entre las cuales se encontraban:
Administrar justicia menor, que es lo que nuestra legislación actual
llama infracciones de simple policía y Registros Civiles que consistía
en anotar los actos de registro y traspaso de las propiedades y
negocios realizados en el municipio.

Al proclamarse la Independencia de lo que hoy es la República


Dominicana, el 27 de febrero del 1844, y elaborarse la primera
constitución, los Trinitarios proponían que para la mejor y más pronta
expedición de los negocios públicos se distribuyera el Gobierno en:
Poder Municipal, Poder Legislativo, Poder Judicial y Poder
Ejecutivo, sin importar el orden de principalía de los poderes del
naciente Estado Dominicano. Para los fundadores de la República el
Municipio constituía un poder del Estado.

Diversas disposiciones legales han regido a nuestros Ayuntamientos


a través de la historia, hasta culminar en la Ley 176-07 del Distrito
Nacional y los Municipios, de fecha 12 de julio del 2007 promulgada
el 17 del mismo mes y año y publicada en la Gaceta Oficial No.10426.
Esta derogó en su totalidad todas las disposiciones anteriores relativas
al quehacer municipal. La primera legislación municipal dominicana
fue la ley No. 32 del 2 de mayo del 1845. En ella se delega la
Administración Comunal de los Ayuntamientos y éstos ejercían el
gobierno político y económico de las comunas.

En nuestra constitución nunca se ha consignado el municipio como


un poder del Estado, sino como una división política administrativa
con un organismo de gobierno denominado Ayuntamiento, cuyas
funciones y atribuciones del constituyente ha dejado abandonadas a
que lo establezca el legislador.

Leyes muy importantes fueron las Nos. 3455 y 3456 del 21 de


Diciembre de 1952 sobre Organización Municipal y del Distrito
Nacional. Aunque fueron modificadas en 1961 por la Ley No.5622,
el hecho de haber permanecido vigentes por más de 40 años,
demuestra que en su momento eran legislaciones adecuadas, al grado
de desarrollo que vivía el país.

La citada ley No. 5622, trata sobre autonomía municipal. A partir de


la misma, los ayuntamientos comenzaron a funcionar como
verdaderos gobiernos locales sin que fuera necesaria la autorización
del Presidente de la República o cualquier otro funcionario para
realizar sus actividades y así está consignado en los Arts. 1 y 2 de esta
ley que establece como normas inherentes a la autonomía municipal,
que los ayuntamientos no requerirán autorización del Presidente de la
República para realizar actos de las funciones que establecen la leyes
3455 y 3456.

No obstante, posteriormente se han dictado leyes que han cercenado


la autonomía municipal restringiéndole su capacidad de establecer
arbitrios y tasas por servicios, así como el requerimiento, excepto para
el Ayuntamiento del Distrito Nacional, de la aprobación de la Liga
Municipal Dominicana para la ejecución de proyectos, presupuestos
y demás actos inherentes a sus funciones.

La recién promulgada Ley 176-07, confiere amplia participación a la


ciudadanía en la gestión del municipio y obliga a las autoridades de
los ayuntamientos a ajustar sus actuaciones a las normas legales.
Además le otorga derecho de participar en la formulación del
presupuesto municipal y dar seguimiento al desarrollo de proyectos y
obras a construir. También concede derechos y estimula al ciudadano
a vigilar, denunciar y someter a la justicia a quienes no cumplan con
sus deberes y funciones; promover su destitución si no reúnen las
condiciones que exige la ley para ejercer el cargo de síndico o regidor,
o porque hayan incurrido en causas de incompatibilidad.

El Ayuntamiento está considerado como una división Política


Administrativa. Es un organismo de gobierno, integrado en la
actualidad por 37 regidores, que constituyen el Concejo Municipal,
que es el cuerpo legislativo y de fiscalización; por el Síndico/a y el
Vice síndico/a. El Síndico o Alcalde es el ejecutivo del gobierno local.
También debemos tomar en cuenta la creación de la ley 176-07 la que
Contrario a lo que a veces se piensa, las leyes no hacen los cambios,
más bien debería ser que las sociedades producen las leyes que
faciliten el camino a los cambios necesarios para asegurar su
desarrollo. Tiene sentido recordarlo en este momento en que el país
ha tenido la visión de dar un paso importante en pos del desarrollo
municipal al formular, aprobar y promulgar la Ley 176-07 del Distrito
Nacional y los Municipios.

Sin embargo, esta ley, como todas, no es un acto mágico que con ella
traerá los cambios esperados. Sus planteamientos sólo cobrarán vida
en la medida en que la sociedad en general y el municipalismo en
particular asuman el compromiso de convertirla en su herramienta de
trabajo.

Después de más de diez años de discusiones y esfuerzos de mucha


gente interesada en lograr sacar del atraso jurídico el accionar
municipal y ponerlo a tono con la nueva realidad del país, se ha
logrado derogar leyes de los años cincuenta del siglo pasado, como la
No. 3455, sobre Organización Municipal, y la No. 3456, sobre
Organización del Distrito Nacional. Ambas del año 1952.
Sin ninguna duda, esta ley plantea una de las oportunidades de
cambios más importantes en la práctica de la gestión pública y en la
gobernabilidad en la sociedad dominicana en los últimos tiempos.
Hasta ahora la mayoría de las personas solamente conocen algunos
artículos aislados citados por los medios de comunicación,
información que no permite valorar la totalidad de la misma ni sus
aportes al desarrollo municipal.

Por razones de espacio, vamos a referirnos sólo a una parte de los


principales logros que esta ley plantea, pero esperamos que esta nota
estimule a los lectores a buscar la ley y consultarla:
• Consagra la Planificación Municipal Participativa y crea los
mecanismos para facilitarla: El Consejo Económico y Social
Municipal y las Oficinas Municipales de Planificación y
Programación (artículos del 122 al 125).

• Consagración de la Participación Ciudadana con equidad de género


en la gestión municipal. Para ello crea las vías de participación
(artículo 226 al 231): Derecho de Petición, Referéndum Municipal, el
Plebiscito Municipal, el Cabildo Abierto y el Presupuesto
Participativo. Además, crea los órganos de participación: El Consejo
Económico y Social Municipal, Los Comités de Seguimiento
Municipal y los Consejos Comunitarios. En el artículo 262,
contempla el control de la comunidad a través de la auditoría social
por parte de la comunidad y las entidades de la sociedad civil. En el
artículo 41, da cabida a la denuncia ciudadana ante el concejo
municipal para aquellos de sus miembros que no reúnan las
condiciones para ejercer el cargo de síndico/a o regidores/as o hayan
incurrido en causas de incompatibilidad. Crea, además, la oficina de
acceso a la Información municipal (OAIM) (artículo 225)

• En sus artículos 18 y 19 la Ley define las competencias del


ayuntamiento, con la novedad de que ahora tiene más competencias y
la posibilidad de hacer mucho más coordinación con las instituciones
del nivel central. Las clasifica en: competencias propias,
competencias coordinadas o compartidas (con otras entidades del
Estado) y competencias delegadas (del Gobierno Central a solicitud
del ayuntamiento).

• Define los requisitos y procedimientos para la creación de nuevos


Municipios y Distritos Municipales, y sus atribuciones y funciones.

• El gobierno del Distrito Municipal estará compuesto por un


Director/a y la junta de distrito municipal integrada por 3 vocales.
Todos son electos por cuatro años en las elecciones congresuales y
municipales por el voto directo de los/as electores/as inscritos en ese
distrito. (artículos 80 y 81)

• La ley crea importantes nuevas posiciones para contribuir al


fortalecimiento institucional, como son: el contralor/a municipal (para
todos los municipios), gerente financiero (para municipios de más de
30,000 habitantes) y secretario/a general (para municipios con más de
100,000 habitantes). (artículos del 152 al 154)

Puede no estarse de acuerdo con uno o varios de sus artículos, pero


quien estudie esta ley tendrá que convenir que recoge la realidad de
muchos avances que han venido ocurriendo en la vida de muchos
municipios del país, que es un paso gigante hacia el camino a la
transparencia en la gestión pública municipal y una contribución al
cambio hacia una nueva cultura de gobierno municipal con real
participación de la comunidad.
Bibliografía.

https://www.opd.org.do/index.php/analisis-gobiernolocal/443-los-
gobiernos-locales-en-la-republica-dominicana

http://adn.gob.do/index.php?option=com_content&view=article&id
=104&Itemid=233

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