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Extensión Maturín
Profesor Autor
Juan Serano
C.I 30.784.424
Diciembre/2020
INTRODUCCION
Con una mayor sensibilidad pero pocas novedades. A pesar de haber vivido
este año la peor sequía en décadas y el embate de un ciclón que devastó la
costa nordeste, Estados Unidos sigue sin dedicar gran atención al problema
del calentamiento global. El tema estuvo prácticamente ausente de la
campaña presidencial hasta que el huracán Sandy inundó Nueva York,
dejando a miles de personas sin hogar. Y aunque es cierto que en su
discurso de victoria Obama hizo una referencia al “poder destructivo de un
planeta que se calienta”, habrá que ver como consigue sortear la oposición
de la mayoría republicana, que ya hizo fracasar su propuesta para reducir las
emisiones en 2010.
Uno de los problemas del país, que no ratificó el Protocolo de Kioto pese a
ser uno de los mayores emisores de CO2 del planeta, es que a un 48% de
sus ciudadanos no les preocupa demasiado el calentamiento global y un
61% opina que el cambio climático no les afectará en el curso de sus vidas,
según los últimos datos de Gallup. La inminente crisis presupuestaria a la
que se enfrenta la administración de Barack Obama hace improbable que se
anuncien mayores contribuciones a los fondos de ayuda contra los efectos
del calentamiento para los países en vías de desarrollo.
La tercera economía mundial reniega del Protocolo que lleva el nombre de su
antigua capital imperial, Kioto, al que no considera justo ni efectivo, y llega a
Catar con la determinación de no aceptar nuevos compromisos a menos que
grandes contaminantes como China, EEUU y la India estén sujetos a
restricciones similares. El país nipón rechaza suscribir una extensión del
Protocolo de Kioto porque considera que no tiene sentido fijar un segundo
periodo de obligaciones sólo para un pequeño grupo de países desarrollados
que generan el 26% de las emisiones globales.
De forma unánime, los países de Latinoamérica, una de las zonas del mundo
más afectadas por el cambio climático, llevan a la cumbre de Doha un
mensaje de apoyo a las iniciativas para reducir las emisiones de gases y
para que los países industrializados asuman su responsabilidad de forma
más “ambiciosa”. Buscan la renovación del Protocolo de Kioto por ser “un
paso indispensable” que facilitará el proceso de negociación encaminado a
concluir en 2015 un nuevo instrumento vinculante aplicable a todos los
países y que permita estabilizar cuanto antes la temperatura terrestre.