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Boletín del Observatorio Cubano del Libro y la Lectura

Nº 22. Nueva época

Contenido

Notas

Libro a la carta con Margarita Mateo Palmer, Premio Nacional


de Literatura 2016

Garaje, no parqueo: proyecto del joven creador en Holguín

Ana Alcolea reivindica la literatura infantil y juvenil y la


animación a la lectura en Monzón

Opiniones

Una nueva Luz para la infancia, Enrique Pérez Díaz

Para leer la realidad, Graziella Pogolotti

Cuentos de Yunieski Betancourt: una extraña puerta sobre lo


circundante, Dazra Novak

Ñámpiti: el adiós a la literatura infantil de Eduard Encina

La Ficha

En librerías
Notas

Libro a la carta con Margarita Mateo Palmer, Premio Nacional de


Literatura 2016
La Habana, diciembre 2017
Dirección de Comunicación, Instituto Cubano del Libro

La ensayista, narradora y profesora Margarita Mateo Palmer, Premio Nacional


de Literatura 2016, será la invitada del espacio Libro a la carta que, a cargo del
periodista y crítico Fernando Rodríguez Sosa, se llevará a cabo el jueves 14 de
diciembre, a las cuatro de la tarde, en la Librería Fayad Jamís, en el Centro
Histórico capitalino.
Autora de una amplia obra ensayística, relacionada con figuras y temas de la
literatura cubana y latinoamericana, entre sus libros publicados aparecen Ella
escribía poscrítica, Paradiso: la aventura mítica y Dame el siete, tebano. La
prosa de Antón Arrufat; así como la novela Desde los blancos manicomios.
Más de una decena de reconocimientos avalan su labor intelectual, entre ellos el
Premio Alejo Carpentier en Ensayo y Novela, el Premio UNEAC de Ensayo
Enrique José Varona, el Premio Razón de Ser y el Premio de la Crítica Literaria,
este último alcanzado en siete ocasiones.
Doctora en Ciencia Filológicas, Margarita Mateo Palmer, quien nació en La
Habana, en 1950, ejerció, por décadas, la docencia como profesora de Literatura
Latinoamericana y Caribeña, en la Universidad de La Habana, y como profesora
de Literatura Latinoamericana, en el Instituto Superior de Arte.
Libro a la carta es un espacio mensual, creado en el año 2000, en la sede de la
Librería Fayad Jamís, con el propósito de establecer un diálogo con los
escritores cubanos contemporáneos, quienes enriquecen con sus obras la
literatura insular contemporánea.
Este Libro a la carta, con la ensayista, narradora y profesora Margarita Mateo
Palmer, Premio Nacional de Literatura 2016, el jueves 14 de diciembre, a las
cuatro de la tarde, en la Librería Fayad Jamís, en Obispo 261 entre Cuba y
Aguiar, en el Centro Histórico capitalino, es con entrada libre.

Garaje, no parqueo: proyecto del joven creador en Holguín

Yanela Ruiz Gonzáles


Viernes, 08 Diciembre 2017 14:05
Lecturas: 44

Las tardes de los primeros jueves de cada


mes tienen un sabor diferente en el salón
que ocupa el café de la Asociación
Hermanos Saíz (AHS). Un grupo de
jóvenes asisten, no solo para degustar del
exquisito aroma, sino del debate y
reflexión que se desprenden de las
propuestas que hace el proyecto
educacional y comunicativo Garaje, no
parqueo.
El estacionamiento es justo en este sitio, donde mayormente converge un
público joven que satisface la intención del espacio. Devenido como uno de los
proyectos extensionistas del Observatorio Académico de las Comunicaciones de
la carrera de Periodismo de la Universidad de Holguín, Garaje... pretende
impactar también en las comunidades.
Edilberto Carmona, su coordinador principal, explica que el proyecto es
auspiciado por la carrera de Periodismo de conjunto con la AHS y el periódico
¡Ahora!
“En estos encuentros participan especialistas, estudiantes y jóvenes
universitarios fundamentalmente, para debatir sobre temas de interés
relacionados con la sociedad cubana actual, el consumo cultural, el arte, con el
fin de establecer intercambios, emitir criterios y llegar a consensos y
definiciones al respecto y analizar cómo impactan en la sociedad”, comenta.
“Hemos realizado encuentros donde se han emitido interesantes opiniones
acerca del consumo musical, especialmente del reguetón, los reality show y
otros audiovisuales del famoso 'paquete'. Próximamente trataremos la
participación política en Cuba, fundamentalmente de los jóvenes. Para este
encuentro invitamos a profesores de la carrera de Historia de la Universidad de
Holguín, entre otros”, acota Carmona.
Otros especialistas han sido cómplices del espacio, como el DJ Tico, del grupo
Electrozona, musicólogos y profesores de Teoría de la Comunicación de la Casa
de Altos Estudios.
“Estimular a los jóvenes a que emitan sus criterios y la propia necesidad de
intercambiar de los estudiantes de Periodismo esencialmente, hizo posible el
nacimiento de este proyecto, el cual sentimos muy propio porque es el momento
para exponer nuestras ideas”, agrega Elizabeth Velázquez, joven periodista
también coordinadora del espacio.
El observatorio Académico de las comunicaciones cuenta con otros proyectos
como el de Videoperiodismo, eco mediático (sobre humor en el Periodismo) y
Competencias mediáticas y digitales, cuyo sentido trasciende su corte
investigativo para ser más extensivos a la comunidad.

Fuente: http://ahora.cu/secciones/cultura/32920-garaje-no-parqueo-proyecto-
del-joven-creador-en-holguin

Ana Alcolea reivindica la literatura infantil y juvenil y la animación a


la lectura en Monzón
La Feria del Libro Aragonés se inauguró con más de 150 autores y 33
puestos de editoriales. Las letras aragonesas viven una "edad de oro" con
la publicación de un millar de títulos cada año.

José Luis Pano

09/12/2017
Los primeros visitantes se acercaron ayer hasta la FLA para ver las últimas
novedades editoriales. Los primeros visitantes se acercaron ayer hasta la FLA
para ver las últimas novedades editoriales.J. L. Pano
La XXIII Feria del Libro Aragonés (FLA) de Monzón abrió ayer las puertas a
miles de visitantes con el emotivo alegato de la escritora zaragozana Ana Alcolea
a favor de las palabras "que nos hacen libres" y del trabajo "de las bibliotecas de
pueblo y de los programas de animación a la lectura, como el desaparecido de
Ramón Acín o los que realizan los ayuntamientos y diputaciones para llevar el
deseo de saber a rincones rurales que siguen siendo considerados parientes
pobres en otros ámbitos de la vida", afirmó.
Alcolea, autora de literatura juvenil, reivindicó precisamente este género y el
infantil denominado menor –"será porque se dirige a menores", ironizó–, y
arrancó cerrados aplausos con un discurso que dio valor a esta cita. "Este llevar
la cultura y la palabra a cada rincón es la mejor manera de seguir creando
ciudadanos libres y tal vez felices. Las palabras y las lenguas han de servir para
comunicar y unir, nunca para separar", señaló. Y culminó su intervención con el
deseo de que "las palabras se cuelen por la cerradura del cartel de este año y
lleguen a cada una de nuestras neuronas, las refresque y las haga cada vez más
libres. Larga vida a la Feria del Libro de Monzón, a los libros y a las palabras".
La XXIII edición va camino de marcar un hito de esta cita crucial en el
panorama literario de la Comunidad, a juzgar por unos datos de momento de
récord: nunca antes se había llegado a contar con 150 autores, que son los que
se podrán ver hasta este domingo en los 33 puestos de las editoriales presentes,
una cifra también en aumento, y este año ha sido también el primero que el
Tren de la cultura ha doblado su capacidad de viajeros provenientes de
Zaragoza, Huesca y Lérida, con cerca de 500. Fue el caso de María Jesús Ripa,
que se trajo a ocho amigos desde la capital aragonesa: "He venido ya varias
veces en el Tren de la cultura y siempre lo he pasado muy bien en esta feria.
Hemos visitado el castillo con recreación, ahora estamos comprando libros y
luego veremos el belén".
La feria contó con la presencia del director general de Cultura del Gobierno de
Aragón, Nacho Escuín, y el director de Política Lingüística, Ignacio López Susín,
junto con el alcalde Álvaro Burrell y el concejal de la feria y director del
certamen, Vicente Guerrero. Escuín definió a la FLA como "la fiesta de las letras
en Aragón. Monzón se convierte en capital literaria como todos los años y en un
perfecto lugar de encuentro antes de las Navidades ya que comprar libros es el
regalo perfecto".
Susín remarcó una de las señas de identidad de la feria que reúne a escritores en
las tres lenguas que se hablan en la Comunidad, castellano, aragonés y catalán:
"Es muy importante resaltar que las tres nunca han dejado de estar presentes en
la feria, sobre todo a través de editoriales y asociaciones, y este año en el ‘stand’
del Gobierno de Aragón que presenta sus premios".

Entrega de premios
Unos galardones que se entregaron a José Ramón Ayllón, premio Miguel
Labordeta de Poesía por su obra ‘Climogramas de estación emocional’; el
Guillem Nicolau de narrativa en catalán fue para Mario Sasot por su obra
‘Espills trencats’; el Arnal Cavero, en aragonés, para José Solana por ‘El siñor de
San Chuan’; el libro mejor editado 2016 se lo llevó ‘La península de Cilemaga’ de
Helena Santolaya y publicado por Pregunta Ediciones. El premio a la trayectoria
profesional en el sector del libro fue para el actor y poeta de El Silbo Vulnerado
Luis Felipe Alegre, que ofreció un recital como colofón a la jornada inaugural.
La Feria de Monzón es un buen termómetro para pulsar la situación del sector
editorial aragonés, y que según editores y autores, goza de buena salud. Así lo
constata también el director del Centro del Libro de Aragón, José Luis Acín:
"Últimamente se está viviendo la edad de oro de las letras aragonesas. Una
Comunidad como la nuestra, con poca población, tiene unas muchas editoriales
y un gran elenco de escritores. Ello redunda en que haya más lectores y se
vendan otra vez más libros. Estamos repuntando esos malos años y buena
prueba es que muchos escritores aragonesas ya son solicitados fuera de Aragón
y de España".
En Aragón se publican un millar de títulos al año y hay unas 50 editoriales,
buena parte de ellas presentes el fin de semana en Monzón. A ello se une el
fenómeno de la autoedición, que también tiene su espacio. Un ejemplo es
Chorche Paniello, fundador del certamen y único autor local que presenta libro,
‘La nueva cultura del agua. 40 años de luchas populares de los ríos y los espacios
húmedos’.

Fuente: http://www.heraldo.es/noticias/ocio-cultura/2017/12/09/ana-alcolea-
reivindica-literatura-infantil-juvenil-animacion-lectura-monzon-1212897-
1361024.html

Opiniones

Una nueva Luz para la infancia

Enrique Pérez Díaz

Establecer una nueva colección en el mundo editorial no es algo sencillo. Se


requieren experiencia, sensibilidad, un profundo conocimiento de los públicos
y, por supuesto, el necesario tino que deben poseer cuantos aplican políticas
editoriales, a la hora de dirigir un producto cultural al público.
Hace años que las editoriales de la AHS vienen marcando la diferencia en
cuanto se edita en Cuba para los niños, adolescentes y jóvenes, sobre todo por
su sentido de la búsqueda, su inconformidad ante lo establecido y esa manera
muy suya de encontrar el talento a lo largo y ancho del país y sacar a la luz la
creación de autores muy jóvenes que con su impronta ya marcan las letras
cubanas.
La casa holguinera Ediciones La Luz, que muy creativamente dirige alguien tan
sensible y entusiasta como el poeta Luis Yuseff, ha dado muestras más que
evidentes de poseer una gran preocupación por qué leen los libros. Vale
recordar selecciones de cuentos y versos preparadas junto a la AHS para
rescatar a creadores importantes: Retoños de almendros, Dice el musgo que
brota, Mi patio guarda un secreto, entre otras. En el caso de la más conocida de
ellas, Retoños… incluso se le ha asociado a un proyecto de mediación lectora que
cuenta con su propia campaña promocional con afiches, llaveros, agendas,
juegos de postales, exposiciones de
ilustradores, narraciones orales y hasta un
disco que recoge la experiencia.
Espejo para colorear es un atractivo
proyecto que debutará en la Feria
Internacional del Libro 2018, una colección
pensada por Yusef y por la AHS para dotar a
los niños con libros de colorear. Cada
volumen presenta un par de cuentos
inteligentes que tejen historias atractivas
para la infancia. Pero en este caso, con la idea de crear un libro para niños, no se
sacrifica el rango que debe tener toda buena literatura. Si bien cada libro de
colorear tiene por esencia un valor utilitario que propicie un rato de
entretenimiento, pero si se respalda con un buen cuento ya adquiere un rango
diferente.
Conocido es que a las ferias internacionales del libro concurren productos de
gran factura y empaque, pero que no siempre tienen que ver con nuestra cultura
pues reproducen patrones foráneos facilistas ya acuñados por la tradición. La
falta de productos que estimulen al consumo de la mejor literatura, valiéndose
de soportes atractivos y bien pensados (o promovidos) viene por desgracia
asociada a que se instaure en los públicos el peor gusto por lo más ramplón, al
no encontrar una mejor oferta.
La serie Espejo para colorear tiene, además, el concepto de reunir en un
volumen a una figura consagrada de las letras y a un joven creador,
preferentemente de la Asociación Hermanos Saiz, que haya dado muestras de
poseer el talento suficiente para compartir espacio con su conocido
acompañante.
Antes de entrar en otros pormenores de la nueva colección, vale decir que hace
algunos años, desde 1998 exactamente, ya la directora de Ediciones Unión Olga
Marta Pérez, creaba con Dienteleche un proyecto cuyo fin era divulgar mediante
álbumes ilustrados de forma apaisada, contenidos actuales de autores, no solo
cubanos sino caribeños, pues el proyecto surgió inicialmente como una
coedición con República Dominicana. Una de las premisas de aquella serie era
no repetir autores mientras no aparecieran todos los que en Cuba escriben para
niños. Como el paréntesis se ha ido abriendo hasta el infinito, afortunadamente
Dienteleche continúa incorporando cada nuevo año otros autores a su catálogo.
Similar intento fue el de la serie de minilibros Fililí, de Cauce, editora de la
UNEAC en Pinar del Río, aunque en esta la ilustración no era un elemento
primordial como en Espejo o Dienteleche.
Este año, los niños que adquieran Espejo para colorear podrán disfrutar con
cuentos de autores como Elaine Vilar, Luis Cabrera, Yunier Riquenes, José
Manuel Espino, Ivette Vian, Idiel García, Eldys Baratute y el redactor de estos
apuntes. Hermosamente ilustrada por conocidos dibujantes cubanos, esta
colección marca un hito en las producciones nacionales para la infancia.
Las entregas de Espejo para colorear para el próximo año tendrán a autores
como Soledad Cruz y Yohandro Sánchez; Ronel González y Rafael González;
Ailin García y Alberto Rodríguez Copa, así como José Raúl Fraguela y Leidy
González Amador.
Le deseamos pues una buena andadura a esta nueva colección de libros para
niños, que siempre debe mantener la premisa de lograr una empatía con sus
públicos, desde la búsqueda acuciosa de los mejores materiales, el depurado
trabajo de los ilustradores y con la vista eternamente puesta en los escritores
que en el futuro tiendan con sus obras nuevos puentes hacia ese público tan
exigente -y a veces desconocido- que es la infancia.

Para leer la realidad

Graziella Pogolotti
Granma, 3 de diciembre de 2017

Contaba hace poco Marta Rojas en Granma acerca de un mensaje enviado por
Fidel a Haydée Santamaría desde la prisión de Isla de Pinos. Se refería entonces
el Comandante a sus lecturas en esos días de aprendizaje y de preparación de
futuro. Con la madurez adquirida, había vuelto a Cecilia Valdés. Descubría en el
clásico de Cirilo Villaverde una penetrante mirada hacia los contextos sociales y
económicos de la Cuba colonial y, sobre todo, se le revelaban las mentalidades
dominantes en los tiempos que precedieron al estallido de la Guerra de los Diez
Años. La sagacidad del análisis literario se aplica al mundo que nos rodea, vale
decir, a lo que acostumbramos a llamar realidad.
Así lo hizo siempre Fidel. Entendió de manera ejemplar, válida para nosotros, el
papel decisivo de las mentalidades, portadoras de gérmenes de prejuicios
lastrantes y aspiraciones a un presente y un porvenir de permanente
renovación.
Conformadas por la sociedad, actúan también sobre ella. Con el triunfo de la
Revolución, Cuba se convirtió en voz respetada más allá de nuestras fronteras.
Al aplastamiento derivado de la intervención norteamericana al cabo de largos
años de combate por la independencia, siguió el renacer del más legítimo
orgullo patrio, revertido de manera concreta en la dignidad acrecentada de cada
uno de sus habitantes.
Movediza y susurrante en tanto expresión de la
subjetividad, el temple de la mentalidad se
reconoce al pegar el oído a la tierra y explorar la
realidad mediante el empleo de múltiples vías.
Como sucedió en el citado caso de Cecilia
Valdés, los artistas más lúcidos descubren
algunos aspectos significativos.
En el siglo XIX, Cirilo Villaverde reveló raíces
ideológicas en la justificación de la infamia
esclavista y mostró en la conducta de Cecilia la
reiteración de un modelo impuesto por la
sociedad que la marginaba y la condenó a seguir
un camino fatalmente prefijado, en
contradicción con sus intereses más legítimos.
Nunca desdeñable, la mirada del escritor no
agota la exploración de las mentalidades en el
mundo contemporáneo. La ciencia dispone de
métodos que no pueden descartarse. Debemos
también al siglo XIX el desarrollo acelerado de
la sociología y la sicología. Desde la perspectiva de cada una de ellas pueden
conocerse problemas que se reflejan en los ámbitos de la educación, de los
conflictos laborales, de la recepción de los mensajes difundidos por los distintos
medios.
Para paliar estallidos de violencia y para modelar conciencias, el capitalismo ha
colocado estos saberes al servicio del poder hegemónico. Así las derechas
imponen sus políticas en desmedro de los intereses legítimos de las mayorías.
Sin embargo, la instrumentalización del conocimiento con propósitos de
dominación no cancela la validez de los métodos de investigación elaborados.
Por esta vía pueden obtenerse referentes útiles a la hora de tomar decisiones.
Años atrás, Fidel indujo a los universitarios a conocer las zonas del país donde el
subdesarrollo había dejado las marcas más profundas. La tarea de profesores y
estudiantes involucrados en el proyecto consistiría en implementar acciones
culturales durante algunas semanas. En verdad, no íbamos a enseñar, sino a
aprender a través de la convivencia con los habitantes de territorios a los que
nunca habíamos tenido acceso, conocidos apenas, en el mejor de los casos,
mediante referencias librescas.
El país se electrificaba rápidamente. Pronto llegaban, por primera vez, el cine y
la televisión. Entonces, los viejos se mantendrían fieles a Palmas y Cañas,
mientras los jóvenes se agrupaban para escuchar Nocturno y se entrenaban en
nuevas maneras de bailar. Los cambios de mentalidad saltaban a la vista. Con
todos los sentidos en tensión, le estábamos tomando el pulso a la realidad en el
entrechocar del ayer de los más viejos con el hoy y el mañana de quienes iban
creciendo.
Ahora, las circunstancias están sujetas a los cambios impuestos por la
contemporaneidad. No es hora de aplicar las prácticas de entonces. En la
coyuntura actual, hay que seguir tomando el pulso a una realidad en
permanente evolución.
Porque los que siembran y labran la tierra, los que atienden el desempeño de los
niños en el aula, los que administran los recursos de la nación, los que
garantizan la transportación de los trabajadores afrontan también los desafíos
del vivir cotidiano. Constituyen por tanto el componente decisivo de la marcha
cohesionada en favor de la ejecución de los proyectos de mayor alcance.
Atenta al decursar de la historia, la voluntad revolucionaria de cambiar lo que
ha de ser cambiado mantiene como horizonte insoslayable el desarrollo de lo
conquistado en tanto garantía de nuestra dignidad como persona y como
nación, protección ante el desamparo, inclusividad de los preteridos, fidelidad –
en suma– a los principios sustantivos de justicia social.
Mutantes, las mentalidades se ajustan al lenguaje y al movimiento de cada
época. Pero, resistentes como hilos de acero, arraigan en valores que se han ido
edificando a través del tiempo. Para subvertirlas y manipularlas, el poder
hegemónico del capital financiero implementa el ocultamiento de la realidad
mediante el intenso bombardeo cautivante de imágenes ilusorias. Para
contrarrestar ese influjo avasallador, hay que aprender a descifrar, en lo más
profundo, las señales inequívocas de la verdad. José Martí las encontró en los
trabajadores del Cayo que entregaron sus pocos centavos a la causa
independentista y en los hogares campesinos que lo acogieron después del
desembarco en Playitas de Cajobabo.
Hizo de Patria un instrumento de la verdad. Tras medio siglo de desencanto
republicano, Fidel confió en ese rescoldo resistente aun después de los duros
golpes sufridos en el Moncada y en Alegría de Pío. Entonces, también, la verdad
fue su arma más poderosa. La reconocimos todos en la voz que llegaba con
Radio Rebelde desde la Sierra Maestra. La afrontó con la mayor transparencia
en la Crisis de Octubre y antes del derrumbe de la Unión Soviética.
Para hurgar en la verdad, Armando Hart abrió espacios de diálogo desde el
Ministerio de Cultura y el Programa Martiano.
Tendió puentes entre la tradición histórica y la contemporaneidad. Por eso, la
mayoría del pueblo ha compartido el doloroso estremecimiento de su reciente
pérdida.
Justo es reconocerlo: vivimos tiempos difíciles. A los problemas económicos se
suman los huracanes arrasadores, todo lo cual repercute en el vivir cotidiano.
Hoy como ayer, algunos flaquean. Tenemos que desembarazarnos de rutinas
gastadas, cambiar lo que ha de ser cambiado, tomar el pulso de la realidad,
asumir errores y rectificar a tiempo. Ante la magnitud del desafío, tenemos que
confiar en los hilos resistentes de una mentalidad devenida herencia cultural de
la nación construida, a pesar de todos los avatares, en la continuidad de una
lucha por la independencia, la justicia social y el mejoramiento humano.

Fuente: http://www.granma.cu/opinion/2017-12-03/para-leer-la-realidad-03-
12-2017-22-12-33
Cuentos de Yunieski Betancourt: una extraña puerta sobre lo
circundante

Dazra Novak

El volumen de cuentos Dados cargados, de


Yunieski Betancourt, nos relata trágicas historias
de personajes que habitan exóticas y devastadas
regiones. Mostrando un profundo interés
(justificado también por su profesión de sociólogo) y la prueba de haber
dedicado horas a un esmerado estudio de los conflictos que sacuden las tierras
palestinas, sirias e israelitas, así como los escabrosos motivos que los impulsan,
su autor nos introduce, más allá de las vidas privadas de esos personajes, en
esas radicales creencias que terminan haciendo pasto de sus fieles, en esas
sociedades que parecen no encontrar un camino definitivo hacia la paz. En este
premio Luis Rogelio Nogueras 2016, que se suma a la colección de Editorial
Extramuros, el lector encontrará ocho cuentos terribles, bien escritos, bien
contados, cuyo verdadero protagonista es la muerte.
El terrorismo y el extremismo, entre otros, se dan cita extrañamente en el
universo creativo de este autor. Y digo extrañamente porque, al alejarse de
nuestro terruño, de nuestros añejos conflictos de bodegas, emprendedores y
archiconocidos bloqueos económicos y mentales, cualquiera pensaría que nos
da la espalda para hacerle lugar a otras problemáticas que, si se les mira bien,
no deberían resultarnos tan ajenas. Distantes, quizá. Ajenas, no. A fin de
cuentas estamos hablando del derecho a ser respetados y aceptados, el derecho
a no ser manipulados, el derecho a elegir.
Quien guste de las historias, aquí encontrará historias. Quien guste de viajar a
otras latitudes a ponerse la piel de otras costumbres, le recomiendo esta lectura.
Pero quien guste solo de la palabra feliz, le aconsejo que vaya a por otro libro.
Dados cargados no es un libro feliz. Es, por el contrario, muy duro, es
despiadado, son los suyos personajes que se han resignado a esa suerte de
cuando ya no se tiene más para perder. Atrapados en sus convicciones como
callejón sin salida donde solamente existen dos opciones: hacer justicia por su
propia mano o esa heroica resistencia pasiva preñada de la mayor de las
razones. Sin embargo, y esto es de lo más curioso, también debería decir que es
un libro lírico, pues habla desde el ser humano, sin afeites ni apuros, con esa
intimidad de la primera persona que nos contagia la angustia de un narrador
personaje contemplando a tiempo real un cuadro vivo del terror: su ciudad
devastada, su familia extinguida, su existencia trastocada. El autor hilvana con
habilidad y dominio las tramas haciéndonos caer en zona de todos. Ya nada es
ajeno, da lo mismo que sea Palestina o Cuba, las necesidades humanas son las
mismas.
Quien guste de viajar a otras latitudes a ponerse la piel de otras costumbres, le
recomiendo esta lectura.
En el cuento que abre este volumen, a tan solo diez páginas de iniciado el
recorrido que propone su autor por esas zonas en guerra, nos tropezamos con
estas palabras: “No sé qué le resultará peor: darme por desaparecido o llegar a
contemplar mi cadáver “rescatado”. Mis restos tendidos en una camilla cubierta,
y él observando cómo se descorre la sábana y aparece el yo que queda de mí,
triste desecho de la cena de unos buitres. Una imagen que, no lo dudo,
aparecerá en revistas y periódicos de medio mundo”.
En realidad, se trata de la imposibilidad del rescate del ser humano al que
hemos llegado, en el que nos hemos convertido. ¿Es posible para el hombre
contemporáneo rescatarse de sí mismo? Me atrevo a decir que esta es una de las
interrogantes que lanza este libro. Que hurga en ello de una manera que se me
antoja cinematográfica, con un dramatismo sin histerias y con personajes que
asumen su terrible destino con una pasmosa sobriedad, en la influencia que
ejercen sobre ellos las tecnologías digitales (que para el mundo ya no son nuevas
aunque en nuestro país las sigamos llamando así por esta desconexión que nos
salva y nos daña a la misma vez. Eso el autor lo sabe, y por eso coloca al final,
además de información sobre ciertas organizaciones terroristas y demás, un
glosario de términos usados en la web.). Cuando digo tecnologías digitales
entiéndase Internet y sus redes sociales, donde muchos (al fin y al cabo la
sociedad digital no es más que una variante de la sociedad física, por decirlo de
alguna manera) siguen pretendiendo fama y fortuna al tratar de dar el golpe
periodístico colgando de primera mano la última noticia, luchando por hundirse
hasta las narices en ese torrente que llaman trending topic y que, si Heráclito
hubiera vivido, también aseguraría que no se puede cruzar dos veces pues es tan
efímero como el paso de una gota por el cauce.
El autor pone de un lado la peligrosa máxima de Maquiavelo que asegura que el
fin justifica los medios y del otro, la autonomía, de individuo y nación, para
abundar con lente sociológico en el peligro de las generalizaciones. En el último
cuento encontramos precisamente la tesis que defiende en boca de uno de los
personajes, que también esbozan mis motivos para recomendar esta lectura: “La
mente funciona como dados cargados”, me comentó en una de sus cartas hace
mucho tiempo. “Esos dados con el centro de equilibrio alterado, que no importa
cómo los tires siempre salen los mismos números. Así funciona la mente, la vida
la conduce de experiencia en experiencia, algunas solo la rozan, otras se hunden
en ella grabándose profundamente. Esas son las que emergen al encontrarnos
entre la vida y la muerte, revelándonos quiénes somos”.

Fuente: http://www.lajiribilla.cu/articulo/cuentos-de-yunieski-betancourt-una-
extrana-puerta-sobre-lo-circundante

Ñámpiti: el adiós a la literatura infantil de Eduard Encina

Alina Iglesias Regueyra, 06 de diciembre de 2017

El escritor Eduard Encina Ramírez


falleció el pasado 8 de septiembre,
mientras un huracán devastador
asolaba su tierra natal, Santiago de
Cuba, donde había nacido el 27 de
enero de 1973. Padre de familia,
licenciado en Educación Artística y
profesor de Apreciación de las
Artes Visuales, publicó y resultó
premiado en poesía y narrativa,
tanto en sus letras dirigidas a
adultos como a infantes. Entre
estas últimas destaca El silencio de
los peces (2003), a la luz por la
Casa Editora Abril; y Las Caravanas (2013), de Ediciones Caserón, de la
UNEAC local.
En el 2015, la Editorial Sed de Belleza, de Villa Clara, publica su novela corta
para infantes, titulada Ñámpiti, la cual centra su acción en el entorno rural en
que el autor desarrolló su vida y obra. El texto está dedicado a sus hijos Malcolm
y Handel –este último es el nombre del protagonista infantil–, al maestro Pepín
y a Daniel Faxas, a Inés y a la bruja que sobrevuela el cine de su pueblo. La
edición fue realizada por Jorge Luis Rodríguez, la corrección por Ricardo
Vázquez, la diagramación por Déborah García Morales, y el diseño de cubierta
por Marvelis Marrero. También contó con la ilustración original de Andrés
Batista Valdés, presente en el resto de las páginas del libro a manera de viñetas.
Muchos colegas y amigos opinan supersticiosamente que este último libro de
Encina para los niños no debió haberse titulado de esa forma, al ver en ello una
oscura premonición del final inminente del joven autor. Sin embargo, el humor
solapado que identifica las acciones dramatúrgicas de esta noveleta amerita tal
nombramiento, pues resume no solo la exitosa cacería de lagartijas que
realizaba el protagonista como juego –donde no las mataba, sino las marcaba y
dejaba libres, quizás en asociación con los martianos Versos Sencillos acerca del
niño travieso que cazaba mariposas para besarlas y liberarlas luego–, sino
también la victoria amorosa que logra al atrapar para sí a la niña más linda de
su grupo escolar, impensable al inicio pero real al final, debido a su nobleza,
humildad y sensibilidad artística. Otro tanto resulta de su adhesión al culto
cristiano, una buena atrapada celestial que salva a su padre alcohólico de los
vicios que ya estaba padeciendo peligrosamente: la violencia doméstica, la
irresponsabilidad y el desapego hacia el hijo, la aversión al contacto social y al
trabajo, entre otros. Muy curiosa y ocurrente es la nomenclatura empleada, al
llamar al espiritual benefactor de su familia “El Mago”, en vez de aludir
directamente a la entidad divina. Igualmente, el título propuesto puede referirse
al regreso definitivo de su madrastra Nelsa, a quien no lograba percibir como el
ente femenino cariñoso que lo alimentaba, atendía, protegía, y sustituía de
cierta forma la imagen materna ausente que confundía con la bruja que
planeaba sobre el cine del poblado, derivándose de ello una intensa y extensa
labor detectivesca por parte de Handel.
El libro de Encina puede percibirse como una
escritura de esperanza para aquellas personitas que
sufren acoso escolar, abusos y burlas, y que ven en
personajes tan típicos e igualmente maltratados como
Brunelo, el ciego vendedor de flores del pueblo, un
motivo para vivenciar las esencias existenciales más
profundas, concepto que maneja el autor a través de
los significados de las flores como la manifestación
extrema de la belleza que nos propone la madre
naturaleza. Es por ello que crea su propia flor, a la
que llama “asfódelo” y caracteriza de forma fantasiosa
con colores contrastantes y simbólicos. Handel las
crea para regalarlas a Inés, a pesar del triste entorno
que lo rodea: con su padre que solo se alegra con el
“pomito de cantar bolerones”; los motes de “enano,
negrito bembón, cuatro ojos, mariquita” que le ponen
el Ronco y su pandilla de violentos para caracterizarlo
por el color de su piel, su estatura, su visión afectada y su manía de ser “El
Pintor” que dibuja postales a su amada, interesante recurso del autor para
corporeizar a su héroe sin mediar una descripción directa desde su punto de
vista omnisciente.
Brocelinda y Brunelo encarnan la realización futura del sueño amatorio de los
pequeños protagonistas, aunque parezca increíble, como las dos flores de
fantasía que quedan sembradas una al lado de la otra en el jardín de la casa,
símbolos de una relación que ha atravesado todo tipo de retos y contratiempos
pero que ha salido triunfante. Otro Ñámpiti metafórico, en el sentido de la
cacería lograda más allá de la vida y la muerte, que el lector puede interpretar
positivamente.
“Pinta tu aldea y pintarás el mundo”, aconsejaba Tolstói, y así Eduard Encina
deja a la infancia cubana una despedida literaria cubanísima, triste y dulce,
quizás de tintes autobiográficos, plagada de amores y encuentros, de personales
victorias pequeñas que saben mejor que las grandes y ruidosas, y hacen de la
vida un lugar de paso placentero y digno, sin ambiciones mezquinas, bautizado
con la sencillez y la amplitud de todo tipo de amores que llegan o quedan a la
sombra de la espera futura, como toda buena historia que puede ser continuada
o imaginada.

Fuente:
http://www.cubaliteraria.cu/articulo.php?idarticulo=20905&idseccion=19
La Ficha

EN LIBRERIAS
Una mirada a las novedades del catálogo editorial cubano, a disposición de los
lectores en librerías de la capital.

Autores varios: Fidel Castro, como una espada


reluciente, compilación de María Julia Guerra Ávila y
Rubén Rodríguez González, Ediciones La Luz,
Colección Capella, Holguín, 2016, 520 pp., ISBN 978-
959-255-170-1

Segunda edición, aumentada y corregida, de un libro


que propone, entre otros materiales, una colección de
textos periodísticos que testimonian la relación del
líder histórico de la Revolución Cubana con la
provincia de Holguín.

Autores varios: El bolero en América Latina.


Compositores e intérpretes, compilación y presentación de
Alicia Valdés Cantero, Editorial Oriente, Colección Diálogo,
Santiago de Cuba, 2017, 352 pp., ISBN 978-959-11-1074-9

Ponencias presentadas en diversas ediciones del Coloquio


Internacional Boleros de Oro, que analizan, entre otros
temas, la presencia del bolero en varios países de
Latinoamérica y su reflejo en los catálogos discográficos.

Alfonso Cassola, Gricel: Aventuras en la Sierra del Rosario.


Excursionistas, exploradores y detectives, Editorial Capitán
San Luis, La Habana, 2016, 96 pp., ISBN 978-959-211-484-5

Aventura, suspenso, intriga, se entremezclan en esta novela,


protagonizada por un grupo de jóvenes, en un campamento de
exploradores en la Reserva de la Biosfera Sierra del Rosario, en
la provincia de Artemisa.

A noceto, Edelmis: Anestesia, Editorial Capiro, Santa Clara,


2017, 72 pp., ISBN 978-959-265-372-6

Cuaderno de versos –galardonado en la XXVIII edición del


Premio Literario Fundación de la Ciudad de Santa Clara
2016— que demuestra la madurez alcanzada por su autor en
el ejercicio de la poesía.
Equipo del Observatorio Cubano del Libro y la Lectura
Enrique Pérez Díaz (Director)
Jorge Ángel Hernández
Ofelia Cabrera
Fernando Rodríguez Sosa
Diosdalys Pedraza Salcedo
Pablo Vargas
Composición digital de este número: Jorge Ángel Hdez

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