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En esta unidad repasaremos dos de los reductos más importantes del estilo antiguo, la
música sacra y la música para tecla, dedicando un puesto especial a la fuga -el género
que representará en el Barroco la quintaesencia del estilo antiguo- y al último gran
representante del estilo antiguo, Johann Sebastian Bach.
Tres siglos de “estilo antiguo”: desde Bach hasta Bernstein: Aunque “polifonía” y
“contrapunto” se pueden referir en ciertos contextos a la misma textura musical, al
referirse al Barroco y a estilos posteriores se prefiere el segundo término. El contrapunto
sería el arte de combinar distintas voces en una composición musical, tendría en la fuga
su género emblemático y en J. S. Bach su representante más arquetípico.
Hasta la aparición de los estilos galantes (domésticos) que hemos visto en la Unidad 10 a
principios del siglo XVIII, la música para tecla fue un género mayoritariamente ligado al
estilo antiguo. La vinculación del órgano con el ámbito eclesiástico y la pervivencia de la
tablatura de órgano (un sistema de notación intrínsecamente polifónico) fueron dos
factores que hicieron perdurar esta situación hasta la generalización de la notación para
tecla en pentagrama y el desarrollo de un mercado editorial para el aficionado burgués. La
música polifónica para tecla mantuvo por tanto, desde los tiempos de Antonio de
Cabezón, una línea continua de ámbito europeo que se extiende hasta Johann Sebastian
Bach.
El estilo de esta música es heredero de la polifonía vocal sacra del Renacimiento, y por
ello está cimentada en los procedimientos imitativos (canónicos). El tiento, el ricercare, la
canzona, el capriccio, la fantasia o la fuga son algunas de las denominaciones empleadas
para referirse a este género instrumental.
Con el avance del Barroco, este tipo de composición fue asimilando rasgos de los estilos
modernos: un perfil melódico instrumental (con más saltos, arpegios y agilidades) y
alejado del paradigma vocal inicial, mayor incisividad motívica y un lenguaje armónico
actualizado. La fuga tardía llegará a sintetizar todos estos rasgos con un plan formal
similar al del movimiento de concierto barroco en el que el sujeto hace las veces del
ritornello, en el que podemos distinguir tres secciones:
Exposición: En la exposición las distintas voces entran una por una. Todas las voces
entran enunciando el sujeto (motivo principal), pero de tal modo que lo hagan
alternativamente en el tono principal y en el V grado. Si hubiera un contrasujeto obligado,
éste sería enunciado por cada una de las voces justo después del sujeto, y si hubiera un
segundo contrasujeto obligado, éste sería enunciado por cada una de las voces justo
después del primer contrasujeto.
Desarrollo: Es una sección en la que el sujeto reaparece periódicamente en distintas
voces y distintas tonalidades. Las secciones que enlazan las distintas entradas del sujeto
se denominan episodios. Si la fuga tiene contrasujetos obligados, éstos deben entrar
acompañando al sujeto cada vez que éste lo haga. El sujeto y los contrasujetos se
disponen de forma variada, ocupando voces diferentes (voz superior, inferior, o centrales).
Retorno: La sección final tiene como función confirmar la tonalidad principal. Esta sección
es preparada con frecuencia por un pedal de dominante y puede presentar un cierto
carácter reexpositivo. En muchas fugas, los sujetos suelen entrar cada vez más próximos
entre sí según avanza la fuga, llegando a solaparse unos con otros. A las secciones en
las que se producen solapamientos entre sujetos se les denomina strettos.
La música de tecla mantuvo vivas las técnicas del contrapunto gracias al oficio de
organistas y maestros de capilla, tanto en el ámbito luterano como en el católico. Esta
música fue permeable a las innovaciones armónicas procedentes de los ámbitos profanos
y supo adaptarse a todo tipo de gustos, tanto populares como serios, prácticos o
didácticos, como muestran los siguientes ejemplos.
Johann Sebastian Bach – El clave bien temperado, Libro I – Fuga nº16, en Sol menor
BWV 861 [1722]. La fuga es considerada el género contrapuntístico por excelencia. Bach
aplicó las técnicas de fuga a todo tipo de géneros vocales e instrumentales, y también
consagró a la fuga varias colecciones monográficas, como los dos libros de El clave bien
temperado o El arte de la fuga
Muerto con solo 26 años, Giovanni Battista Pergolesi fue autor de una de las obras de
música sacra más influyentes del siglo XVIII: su Stabat mater.
La música sacra constituyó otro ámbito natural de desarrollo del estilo antiguo durante el
Barroco. Los maestros de capilla cultivaron el arte de sus antecesores aunque no fueron
inmunes a las influencias provenientes de la ópera y la música instrumental profana.
Debido a ello, junto a la misa y el motete, cultivaron géneros más modernos como la
cantata (colección de recitativos y arias con textos sacros) y el oratorio (especie de ópera
con asunto religioso pero que no se representaba escénicamente), o combinaron los
estilos antiguo (coros, fugas, etc.) y moderno (recitativos, arias da capo, etc.) en
cualquiera de los géneros antedichos.
Compositores Barroco
La música del Clasicismo es la música del equilibro, busca el orden y la claridad, que
demuestra en sus melodías y armonías simples y sencillas, muy fáciles de comprender
para el público. Es música refinada y elegante.
El instrumento más importante del período del Clasicismo es el Piano. La evolución del
Clave (que ya hemos estudiado en la música en el Barroco) es el llamado "pianoforte". El
clavecín no podía hacer sonidos más fuertes o más suaves, siempre emitía los sonidos
con la misma intensidad. Su evolución podía, en cambio, variar esta intensidad según si
se tocaban las teclas con mayor o menor fuerza. Los términos musicales para suave y
fuerte son piano y forte, por eso este nuevo instrumento se llamó así, pianoforte, aunque
con el paso del tiempo el nombre se acortó hasta ser conocido simplemente como piano,
tal y como lo conocemos actualmente.
Los tres grandes músicos del Clasicismo son Hydn, Mozart y Beethoven, que trabajaron
en Viena, la ciudad más importante en contexto musical.
La burguesía no fue solo el principal motor del movimiento ilustrado, los avances
científicos o la secularización de la sociedad durante el siglo de las luces, sino que
desarrolló nuevos códigos culturales que ejercieron una decisiva influencia en la
evolución de los estilos musicales y que la historiografía musical ha englobado
dentro del concepto Clasicismo. En esta unidad repasaremos la consolidación del
estilo Clásico en relación con tres ámbitos socio-musicales: - La música de
cámara. - Las sociedades filarmónicas. - La ópera popular.
La madurez alcanzada por este género durante las décadas finales del siglo XVIII
unida al innovador epigonismo de las obras beethovenianas -estrenadas entre
1800 y 1824- convertirían con el tiempo a la sinfonía en uno de los estandartes de
un nuevo paradigma estético que alcanzará su cenit en la segunda década del
siglo XIX: la “música pura“. Es decir, música instrumental no descriptiva ni bailable
concebida únicamente para ser disfrutada a través de la escucha. Un paradigma
nuevo tanto con respecto al pitagórico como al retórico.
Los conciertos públicos y la sinfonía
Los dos principales focos de ópera popular fueron la ballad opera inglesa y la
opera buffa italiana. La ballad opera es una comedia musical basada en melodías
populares preexistentes (ballads) y se extendió a Alemania bajo la denominación
Singspiel (teatro cantado). La ópera bufa fue el único género de ópera popular
íntegramente cantado -los demás intercalaban diálogos hablados entre los
números cantados- y alcanzó difusión internacional gracias a la red tejida por los
músicos italianos.
En Francia, la influencia de la ópera bufa propició el tránsito del vaudeville (género
que utilizaba melodías preexistentes) a la opéra comique (género con música
original), mientras en España se desarrolló un género autóctono: La tonadilla
escénica.
2) sentimiento -el estilo clásico canaliza una nueva forma de expresión más
intimista y libre, apoyada básicamente en el gusto y el sentimiento-
- Primer movimiento. Forma de sonata (la vemos más abajo con mayor
detalle).
- Segundo movimiento. Tema y variaciones, o forma de sonata sin desarrollo
(o con desarrollo breve).
- Tercer movimiento. Minueto o Scherzo. Este movimiento suele excluirse en
las sonatas. En las serenatas y divertimentos puede haber varios minuetos
o scherzos.
- Cuarto movimiento. Rondó, forma de sonata, o rondó-sonata.