Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, como el fin de la pobreza, el hambre cero o la reducción de
las desigualdades, necesitan como base para cumplirse la solidaridad entre las personas.
No cabe duda de que la solidaridad se puede aprender, pero ¿qué es la solidaridad y cómo se
puede explicar de forma sencilla a los niños y niñas? ¡Sigue leyendo y te contamos todos los
detalles!
¿Qué es la solidaridad?
Se puede definir la solidaridad como la toma de conciencia de las necesidades ajenas y la voluntad
de ayudar para cubrir esas necesidades.
Es un valor que se debe enseñar tanto en el ámbito familiar como en la escuela. El objetivo es que
los niños y niñas comprendan la importancia del respeto, de la ayuda a las personas que lo
necesitan y de la empatía.
Antes de ver las formas de explicar la solidaridad a los niños y niñas es necesario considerar
algunos consejos que te pueden ayudar:
Desde los 2 años los niños y niñas ya tiene una conciencia sobre la existencia de otras
personas y pueden empezar con tareas como colaborar y ayudar.
La solidaridad debe ser una de las reglas de conducta más importantes en todos los
ámbitos de la vida.
La buena comunicación entre las personas adultas y los niños es fundamental para generar
confianza y enseñar valores.
Es preciso estar atentos a las conductas egoístas o intolerantes en los niños y niñas, para
evitarlos.
Enseñar a niños y niñas requiere paciencia. Puede que tengas que explicar las cosas varias
veces y con palabras y ejemplos sencillos.
¿Cómo explicar el valor de la solidaridad?
El concepto de solidaridad puede ser fácil de entender para una persona adulta, pero ¿cómo se le
pueden enseñar a un niño o niña?
El cuidado y la empatía que los padres y madres demuestran con sus hijos e hijas durante los
primeros años de vida son básicos para crear una base de afecto sana. Poco a poco, durante la
infancia, se desarrolla la sensibilidad con juegos, cuentos y con la imitación de las personas
adultas, que contribuyen a que se reconozca a las otras personas.
Si en el ámbito educativo, además, se fomenta un modelo participativo, la capacidad empática y la
solidaridad aumentarán.
Algunas de las actividades que se pueden hacer para enseñar la solidaridad a los niños y niñas,
tanto en la escuela como en casa, son:
Leer cuentos infantiles que incluyan ese valor. Por ejemplo, te proponemos El ladrón
escurridizo, una historia de un ratón que robaba cereales por un motivo muy especial; o El
dinosaurio y la tortuga, que cuenta la historia de una tortuga que quería ser tan grande y
fuerte como un dinosaurio. Los dibujos de los cuentos son recursos muy útiles para
enseñar a los niños de forma divertida.
Mostrarles fotos, vídeos o músicas que reflejen otras culturas o costumbres diferentes
para que aprecien la diversidad. Si desde la niñez vemos que existen otros países donde se
vive de diferente manera, seremos personas adultas abiertas a la diversidad, al respeto y a
la ayuda mutua.
Dar ejemplo. Si tanto el profesorado en la escuela como los padres y madres en casa
tienen comportamientos solidarios los niños aprenderán observando.
Compartir y regalar. Todos los niños y niñas suelen pasar una época en la que dicen “es
mío” refiriéndose a un juguete u otra cosa. En estos casos es fundamental enseñarles que,
aunque una cosa sea suya, la pueden compartir con otro niño o regalarla si ya no la
utilizan. Por ejemplo, es posible participar en campañas para donar juguetes a niños que
no tienen recursos.
Participar en actividades solidarias como carreras o eventos por causas como la ayuda
para recaudar fondos contra alguna enfermedad o para proteger a los animales o al medio
ambiente. Otra buena opción es apadrinar a un niño para lograr que reciba educación de
calidad, atención médica y una alimentación adecuada.
¿Por qué es importante que los niños y niñas aprendan qué es la solidaridad?
La solidaridad aporta beneficios muy importantes durante la niñez como los que describimos a
continuación:
Evitar el individualismo y el egoísmo. Las personas somos seres sociales y nos gusta
relacionarnos con otras personas. Por eso es fundamental que desde la niñez se aprenda a
compartir, ceder, respetar y coexistir con otras personas, evitando el individualismo y el
egoísmo.
Preparar para tener responsabilidades. Las responsabilidades van creciendo a medida que
nos convertimos en adultos y si se asumen poco a poco, desde la niñez, es más fácil ser
conscientes de la importancia de ayudar a otras personas.
En definitiva, la solidaridad para niños y niñas supone el desarrollo de adultos plenamente
concienciados de la importancia de ayudar a otras personas y de sentir empatía aquellos que son
diferentes o viven en situaciones distintas a la nuestra.
¿Tú cómo enseñas solidaridad a niños y niñas?, ¿qué actividades realizas? ¡Cuéntanos tu
experiencia en los comentarios!