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Hemorragia intraparenquimatosa

Hemorragia intraparenquimatosa.
Ruptura de vasos sanguíneos
intracerebrales con extravasación de
sangre hacia el parénquima cerebral que
forma una masa circular u oval que
irrumpe al tejido y crece en volumen,
mientras el sangramiento continúa,
comprimiendo y desplazando el tejido cerebral adyacente.

Clasificación

Se utiliza el término de hemorragia parenquimatosa primaria cuando la


ruptura de la pared vascular se ha producido como consecuencia de su
afectación por procesos degenerativo, tales como la arteriosclerosis, la
angiopatía amiloide o la hipertensión arterial. Se habla de hemorragia
secundaria cuando se debe a la ruptura de vasos sanguíneos
congénitamente anormales -malformaciones vasculares-, vasos neofor-
mados -hemorragia intratumoral- o vasos alterados por procesos
inflamatorios -vasculitis o aneurismas micóticos.

Si la hemorragia es grande se desplazan las estructuras de línea media


hacia el lado opuesto, lo cual puede comprometer centros vitales del tallo
cerebral; esto lleva al coma o la muerte. En dependencia de su tamaño y
localización, la sangre puede abrirse paso a los ventrículos o al espacio
subaracnoideo vecino -hemorragia cerebromeníngea. Según la topografía,
la hemorragia cerebral se puede clasificar en: lobar, profunda -ganglios
basales, capsular o subtalámica-, troncoencefálica y cere-belosa.

Patogenia
De acuerdo con su causa se puede dividir en traumática y espontánea. La
hemorragia espontánea se puede originar por múltiples causas entre
ellas:

 Hemorragia intraparenquimatosa del hipertenso.


 Ruptura de aneurisma sacular.
 Ruptura de malformación arteriovenosa.
 Angiopatía amiloide cerebral.
 Tumores cerebrales: primarios y metastásicos.
 Trastornos de la coagulación y administración de anticoagulantes
orales.
 Consumo de drogas simpáticomiméticas y de narcóticos.
 Arteritis primarias y secundarias.
 Infarto hemorrágico arterial o venoso.

Diagnóstico

Cuadro clínico

Los síntomas y signos más tempranos dependen de la localización del


sangramiento intraparenquimatoso. Si el hematoma se inicia en la región
putaminal derecha, al inicio el paciente nota disfunción de la cara,
miembro superior, miembro inferior izquierdo o ambos. Si el hematoma
afecta la sustancia subcortical de la porción laterosuperior del lóbulo
temporal izquierdo, el primer síntoma puede ser el trastorno del lenguaje.

Si el sangramiento es cerebeloso deben predominar la ataxia y la


sensación de inestabilidad y desequilibrio.
En la medida en que el hematoma crece, los síntomas focales empeoran.
La rapidez e intensidad de la progresión dependen del tamaño y la
localización de la arteria afectada, la tensión arterial sistémica y la cuantía
del sangramiento. En sangramientos de desarrollo rápido, los signos
focales se desarrollan y empeoran en segundos o pocos minutos; sin
embargo, si el sangramiento es lento puede tomar hasta 6 h para alcanzar
su tamaño máximo.

El vómito es un síntoma diagnóstico importante, en especial si el


hematoma se encuentra en el compartimiento infratensorial. La cefalea se
puede presentar con frecuencia, probablemente menos que el vómito,
pero puede estar ausente en los hematomas pequeños; de forma habitual
sigue a los signos focales iniciales.

La alteración del estado de conciencia depende del tamaño y la


localización del hematoma. El letargo, estupor o coma son comunes en
pacientes con hemorragias que afectan tálamo y protuberancia, debido a
que afectan, de manera directa, el sistema reticular activador en esas
regiones. El hematoma cerebeloso o cerebral causa estupor por el
aumento del contenido e incremento de la presión intracraneal. Cuando
el estupor o coma aparecen en un paciente con hemorragia lobar o
putaminal, el pronóstico de recuperación es malo; sin embargo, en
lesiones de tálamo no existe buena correlación entre el nivel de conciencia
y el pronóstico.

Exámenes complementarios

La TAC de cráneo es el medio diagnóstico de elección para la


determinación de la hemorragia, su topografía, extensión y apertura al
líquido cefalorraquídeo (LCR). permiten establecer la presencia de edema
y desplazamiento de estructuras, y evaluar, evolutiva-mente, su
resolución o aparición de complicaciones. Es prudente realizar TAC
evolutiva simple y con contraste, después de la resolución total del
hematoma, lo cual puede aclarar la posible presencia de una
malformación arteriovenosa o un tumor primario o metastásico de base.
La angiografía cerebral es, también, un estudio importante cuando se
sospecha como causa una malformación vascular -aneurisma o
malformación arteriovenosa.

Los estudios de la coagulación de la sangre y el funcionamiento hepático


son imprescindibles para el pesquisaje de esta causa. La punción lumbar
no reporta ninguna utilidad, pues la presencia de sangre en el LCR está
presente, únicamente, cuando la sangre llega al espacio subaracnoideo o a
los ventrículos, casos en los que puede ser peligroso por la posibilidad de
herniación cerebral. Por otra parte, el IC hemorrágico arterial o venoso
puede teñir de sangre el LCR

Diagnóstico etiológico

La HTA es la principal causa de este tipo de hemorragia, y se encuentra


en el 60 % de los pacientes. Se debe a los cambios degenerativos de los
vasos perforantes producidos por HTA, que provocan sangramientos en
regiones profundas del encéfalo; estas por orden de frecuencia son:

 Putamen.
 Centro oval.
 Tálamo.
 Hemisferios cerebelosos.

Protuberancia.

Otras causas son: ruptura de aneurismas, angiomas cavernosos, drogas,


alcohol, discrasias sanguíneas, terapia anticoagulante, angiopatía
amiloide y tumores cerebrales.
Tratamiento en la fase aguda

Al igual que en el IC, el diagnóstico de HIP debe llevar una conducta


terapéutica hacia la preservación de la vida del paciente, evitar las
complicaciones y las posibles secuelas. Esto requiere un diagnóstico
rápido y admisión urgente en unidades de cuidados especiales -unidad
de ictus o de cuidados intensivos.

Las medidas generales son similares a las explicadas para el IC, a


excepción de algunas particularidades, entre las que se encuentran:

Se recomienda un control más estricto de la presión arterial con reducción


de las cifras 190/110 en las seis primeras horas.

Con mayor frecuencia será necesario el uso de medicación para el edema


cerebral con manitol y furosemida.

Se aconseja el tratamiento con benzodiacepinas de vida media corta o


neurolépticos y analgésicos en caso de agitación.

Prevención secundaria

En general, se recomienda tratamiento de la HTA y control estricto,


procurando mantener cifras por debajo de 140/80 mmHg.

l resto de la prevención estará en dependencia del tratamiento etiológico.


En caso de cavernomas, se recomienda la cirugía en las lesiones
accesibles, y en las profundas, un estrecho seguimiento con indicación de
la cirugía, en casos seleccionados. En las MAV se recomienda el
tratamiento quirúrgico, endovascular o la radiocirugía, o bien la
combinación de varios, en función de su localización, forma y tamaño.

En las hemorragias cerebrales (HC) secundaria a tumores se aconseja el


tratamiento quirúrgico del tumor subyacente, siempre que el tumor sea
accesible, que la exéresis sea curativa -Ej., tumores benignos- o mejore la
calidad de vida o la supervivencia y el riesgo quirúrgico no sea mayor
que el beneficio.

En las HC por vasculitis, inflamatorias o secundarias a fármacos se


podrían emplear corticoides. En la HC secundaria a terapia
anticoagulante o trombolítico se recomienda suspender el tratamiento e
iniciar transfusión de plasma fresco o crioprecipitados y vitamina K, de
forma inmediata, en los casos de tratamiento anticoagulante. Se podría
recomendar la cirugía en casos seleccionados, una vez revertido el efecto
anticoagulante o trombolítico. En la HC asociada a trombopenia debe
realizarse la transfusión de plaquetas.

En pacientes con trombopenia autoinmune se recomiendan corticoides,


en especial si se va a realizar cirugía.
Introducción
En este trabajo analizaremos que la hemorragia intracerebral representa
alrededor del 10% de todos los accidentes cerebrovasculares, pero es la
causante de un porcentaje mucho más alto de muertes debidas a dichos
accidentes. Entre las personas de más de 60 años, la hemorragia
intracerebral es más frecuente que la hemorragia subaracnoidea
(hemorragia alrededor del cerebro, más que en su interior.
Conclusión
En este trabajo analizamos que la hemorragia intracerebral se presenta
con mayor frecuencia cuando la hipertensión arterial crónica debilita una
pequeña arteria, causando su rotura.

El consumo de cocaína o anfetaminas causa hipertensión arterial,


temporal pero muy alta, y hemorragia. En algunas personas mayores, una
proteína anormal llamada amiloide se acumula en las arterias del cerebro.
Esta acumulación (llamada angiopatía amiloide) debilita las arterias y
causa hemorragia.
Bibliografía
 MSD Manuals › ... › Accidente cerebrovascular (ACV)
 http://www.medintensiva.org/www.medintensiva.org › es-
actualizacion-hemorragia-cerebral-espontan...

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