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Existen muchos métodos de molde abierto que se usan para producir plásticos
reforzados con fibra.
Éste es el método más sencillo para producir una pieza reforzada con fibra. La
producción de una pieza con el proceso de colocación manual de capas usando
fibra de vidrio y un poliéster comienza con la aplicación de una capa de gel en el
molde abierto. El refuerzo de fibra de vidrio que normalmente viene en forma de
tela o colchoneta se coloca en forma manual en el molde y se aplica la resina
básica mezclada con catalizadores y aceleradores, vertiéndola ya sea con un
cepillo o por aspersión, posteriormente se pasan rodillos o escurridores para
empapar perfectamente la resina con el refuerzo y expulsar el aire atrapado. Se
agregan capas de colchoneta de fibra de vidrio o roving tejido y resina para
aumentar el grosor de las paredes de la pieza hasta llegar al espesor deseado del
diseño que se fabrica. El moldeado cura sin calor ni presión, ya que el curado se
logra mediante los catalizadores añadidos en la resina.
Ahora se examinarán los distintos pasos que se requieren en este proceso para
producir una pieza acabada. Primero, una lámina larga y delgada, que puede ser
de unas 60 pulgadas de ancho, o material epóxico con fibras de carbono pre-
impregnado, se coloca sobre una mesa grande. El material pre-impregnado está
formado por largas fibras de carbono en una matriz epóxica parcialmente curada.
A continuación se recortan trozos de la lámina pre-impregnada y se colocan unos
sobre otros en un molde para formar un laminado. Las capas o pliegues, como se
les llama también, pueden colocarse en distintas direcciones para producir el
patrón de resistencia deseado, ya que la más alta resistencia de cada pliegue se
encuentra en dirección paralela a las fibras.
Una vez que el laminado ha sido fabricado, tanto el molde como el laminado se
introducen en una bolsa de vacío para extraer el aire atrapado en el interior de la
parte laminada. Por último, la bolsa de vacío que contiene el laminado y el molde
de maquinado se introducen en una autoclave para el curado final de la resina
epóxica. Las condiciones de curado varían según el material de que se trate, pero
el material compuesto epóxico con fibra de carbono se calienta de ordinario a unos
190°C, a 100 psi de presión, aproximadamente. Después de sacarla de la
autoclave, la parte compuesta se separa de su molde de maquinado quedando
lista para otras operaciones de acabado.
Este proceso de molde abierto sirve para producir cilindros huecos de alta
resistencia. En este proceso, el refuerzo de fibra se alimenta mediante un baño de
resina y luego se enrolla en un mandril adecuado. Cuando ya se han aplicado
suficientes capas, el mandril donde éstas están enrolladas es curado ya sea a
temperatura ambiente o en un horno a elevadas temperaturas. Finalmente, la
parte moldeada se extrae del mandril. El alto grado de orientación de las fibras y la
elevada carga de fibras que se obtienen con este método producen cilindros
huecos con resistencia a la tensión extremadamente alta.
Éstos son dos de los procesos más importantes que se usan en grandes
volúmenes para producir plásticos reforzados con fibras en moldes cerrados. El
moldeo por compresión es cuando las matrices, calientes y acoplados, se cargan
con materia prima y se comprimen para que se adapten a la cavidad y curen. Y en
el moldeo por inyección, se inyectan los polímeros fundidos o en estado plástico
mezclados con fibras cortas, normalmente a alta presión, en la cavidad de un
molde y se deja curar.
La pultrusión continua se usa para fabricar plásticos reforzados con fibras para
obtener piezas con sección transversal constante, como perfiles estructurales,
vigas, canales, conductos y tuberías. En este proceso, una alimentación continua
de fibras en una orientación preseleccionada se impregna con resina y se
comprime a través de un calentado para darle la forma de la sección final. Durante
el paso por la matriz se produce un curado parcial o total.
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