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LECCION 1.

UN NUEVO COMIENZO
Algunos pueden pensar que empezar de nuevo es algo imposible. Sin embargo, la Biblia afirma
que es posible, que hay remedio y solución para cualquier problema. Pero, ¿Cómo se puede
tener un nuevo comienzo? Todo inicia con Dios y para ello tenemos que leer su Palabra.

1. UNA VIDA SIN DIOS.


Dice la Biblia en Efesios 2:1 lo siguiente:
• “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados”
(RV60).
• “Antes, ustedes estaban muertos para Dios, pues hacían el mal y vivían en pecado”
(BLS).

1.1. “Antes”.
Se refiere al tiempo cuando aun no conocíamos ni obedecíamos a Dios. En ese tiempo
estábamos sin Dios y por tanto, estábamos alejados de Dios viviendo en pecado sin pedirle
perdón. Cuando una persona viene a la iglesia, se da cuenta de muchas cosas por medio de la
enseñanza de la Biblia. Entiende que Dios es real y que es necesario vivir una vida recta.

1.2. “Muertos”.
¿Por qué dice que estábamos muertos cuando en realidad seguíamos vivos? La palabra muerte
nunca significa extinción o aniquilación. La muerte significa simplemente “separación”,
refiriéndose a dos cosas: separación del cuerpo o separación de Dios. En este texto muerte se
refiere a que estábamos separados o alejados de Dios. Toda persona que vive alejado de Dios
está muerto espiritualmente, ya que vive como si Dios no existiera.

1.3. “Delitos y pecados”.


¿Qué es lo que nos separa de Dios? Todo delito y pecado. “delitos” (paraptoma) significa “caer,
deslizarse, tropezarse, desviarse, descarrilarse o ir a los tumbos”, se refiere a una persona que:
• Se sale del camino correcto.
• No hace lo que debería hacer.
• Tropieza y fracasa.
• Se aleja a propósito del camino correcto.
“pecados” (hamartia): significa fallar, errar o perder el blanco. Se usa por lo general de los
pensamientos, palabras y acciones que no dan en el blanco. Significa que nuestros
pensamientos, palabras y acciones nunca van a ser perfectas. El hombre jamás va sacar un 10 en
pensamientos, palabras y acciones. ¿Por qué? Rom. 3:10-12, dice que no hay justo ni aun uno.
Todos somos pecadores, todos estamos lejos de Dios por causa de nuestros pecados (Rom.
3:23).

¿Cuál es la solución de Dios para remediar este gran problema?

2. TODO DEPENDE DE CREER.

La Biblia dice en Juan 3:18 lo siguiente:


• “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado,
porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios” (RV60).
• "El que cree en el Hijo de Dios, no está condenado; pero el que no cree, ya ha sido
condenado por no creer en el Hijo único de Dios” (DDH).
El texto está hablando de dos tipos de personas: él que cree y el que no cree. El elemento más
importante en este texto es CREER en el Hijo único de Dios.

2.1. “El que en él cree”


El destino de una persona va depender de si ha creído o no en Jesucristo. Ya sea el castigo
eterno o el consuelo eterno va depender de a dónde hemos puesto nuestra fe. Del otro lado de la
vida estará esperándonos aquello en lo que hemos puesto nuestra fe. Si en esta vida hemos
puesto nuestra fe en Jesucristo, después de la muerte, Él estará esperándonos. Caso contrario, si
no hemos creído o si hemos creído en otras cosas como imágenes o ídolos, tristemente la
condenación eterna será la consecuencia.
Pero, ¿Qué es creer? Primero tenemos que entender que la Biblia no es un libro de definiciones,
sino más bien de afirmaciones. Creer es sinónimo de Fe, por eso en Hebreos 12:1 afirma que la
fe es:
• estar muy seguro,
• una firme seguridad,
• una confianza absoluta.
La fe verdadera se refiere a estar plenamente convencidos de Jesucristo quien vivió, murió y
resucito para darnos perdón de nuestros pecados y salvación del castigo eterno.

2.2. “El que en Él no cree”.


En cambio, hay otras personas que intencionalmente rechazan creer en Dios y en Jesucristo su
Hijo. Generalmente, tienen muchas excusas que no son validas para no creer en la existencia de
Dios. La Biblia dice en Salmo 14:1, “Dice el necio en su corazón: No hay Dios…” Es decir,
rechaza a propósito la existencia de Dios aun viendo las evidencias, tanto en la creación como
en la consciencia humana que Pablo describió en Romanos 1. El hecho de que algunos
hombres insisten en negar la existencia de Dios no borra a Dios del universo. Dios sigue siendo
Dios aunque algunos le nieguen.

Una persona es condenada no porque tenga muchos pecados, sino que es condenado al infierno
por no creer en Jesucristo. La Biblia dice que Jesucristo es el Salvador de aquellos que creen en
Él y le obedecen de manera voluntaria, pero Jesucristo no es el Salvador de aquellos que lo
rechazan a propósito.

3. ¿QUE HA HECHO DIOS POR NOSOTROS?

Dice en Efesios 2:5, “aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con
Cristo”

3.1. “aun estando nosotros muertos”.


Recordemos que muerte significa que estamos separados de Dios a causa de nuestros pecados.
Al estar separados de Dios, es como si estuviéramos muertos para él porque al no arrepentirnos
y pedir perdón con fe nuestro destino final es la condenación al infierno.

Sin embargo, el texto de Efesios dice que aunque estábamos en un tiempo pasado muertos,
llenos de pecado y sucios, y que éramos dignos de merecer todo tipo de castigos, Dios nos dio
vida a través de su Hijo Jesucristo (Rom. 5:6). Él vino al mundo para dar vida en abundancia a
todos aquellos que se arrepienten y creen de todo corazón en Él. Jesucristo pagó con su muerte
lo que nosotros teníamos que pagar y por eso si nos acercamos a Él con fe, seremos perdonados
y recibidos como hijos de Dios.

Aunque haya muchas personas que piensan que Dios perdonara a todos al final, hay que
recordar que nadie va al cielo por ser bueno, talentoso o simpático. Dios dice: que todos están
muertos en pecado y que si no hay un arrepentimiento verdadero y la persona no se vuelve a
Dios con fe, estará separado de Dios eternamente en el infierno.

Una persona es condenada no porque tenga muchos pecados, sino que es condenado al infierno
por no creer en Jesucristo. La Biblia dice que Jesucristo es el Salvador de aquellos que creen en
Él y le obedecen de manera voluntaria, pero Jesucristo no es el Salvador de aquellos que lo
rechazan a propósito.

3.2. “Nos dio vida juntamente con Cristo”.


La persona al estar muerta a causa del pecado, necesariamente requiere que alguien que tiene
vida eterna le comparta o reciba vida de una fuente externa. Solo existe una persona que tiene
vida inagotable, eterna y suficiente para todo el mundo: es el Señor Jesucristo (Juan 11:25;
14:6). Jesús dijo “Yo soy la vida” y por eso en 1 de Juan 5:11-12, dice: “El que tiene al Hijo,
tiene la vida”. Así como Jesucristo volvió de la muerte, de la misma manera la persona que cree
en Jesucristo y le entrega su vida a Él, es revivido o nacido de nuevo (Juan 3:3), cuando
Jesucristo viene a morar en su corazón de manera espiritual. Un ejemplo para esto es, como
aquel auto que no arranca, necesita que otro coche le pase electricidad para arrancar. De esta
manera Cristo nos dio vida cuando nosotros estábamos muertos.
Por eso dice: Gálatas 2:20 “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive
Cristo en mi…” Cristo vive en nuestro corazón desde el momento en que le pedimos perdón y
Él prometido estar con nosotros para siempre.

4. CONCLUSION.

El perdón y la vida eterna están disponibles para todo el mundo y solo se puede encontrar en
Jesucristo. Por otro lado, recibir esta vida no es algo automático. Sino que Dios por su gracia
abre el corazón del muerto y lo capacita para creer en Jesucristo (Fil. 2:13). Algunos obedecen y
creen en el Señor, en cambio otros endurecen su corazón para seguir como estaban. Dios seguirá
llamando y buscando nuestra atención, pero llegara un momento en que no lo hará más (Prov.
1:28).

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