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El 1 de mayo de 1922 un grupo de 160 hombres llegó al glaciar de Rongbuk.

Su propósito:
establecer el campamento base para intentar el ascenso al Everest. Se trataba de la 1ª expedición
para tratar de lograr tal hazaña.

La épica de la búsqueda de los límites humanos de las expediciones estaba en boga. Años antes
se llegó a ambos polos (el americano Peary al Norte, 1909; el noruego Amundsen al Sur, 1911). El
Imperio Británico se propuso alcanzar el “Tercer Polo”, el techo del mundo, el Everest.

El grupo realizó 3 intentos: el 1º, capitaneado por Mallory (q falleció con Irvine en la
expedición de 1924 con la incógnita aún no resuelta de si hicieron o no cumbre), tardó 3 días en
ascender sin oxígeno desde el campamento base (a 5.300 m de altitud) hasta desistir a 8.225 m.
En el 2º y 3º se emplearon botellas de oxígeno. Del 2º desistieron a los 8.326 m de altitud
(nuevo récord altitud) al quedarse sin oxígeno tras 4 días de subida y el 3º… acabó en tragedia: 7
sherpas fallecieron en un alud. El 2 de agosto los miembros de la expedición regresaron.

El resto es historia más conocida: Edmund Hillary y el sherpa Tenzing Norgay hicieron cumbre
por 1ª vez a las 11:30 h del 29 de mayo de 1953 (más de 30 años después) ayudándose de unas
bombonas de oxígeno mucho más avanzadas y con mayor capacidad que las de Mallory y cía.

La expedición que logró el hito estaba formada por 400 personas (con 362 porteadores y 20
sherpas) y estableció un último campamento final a 7.890 m. Aun así, desde allí tardaron más de un día
en alcanzar la cima, pasando una última noche a 8.500 m de altitud.

Menos conocido es que el hito de Hillary y Norgay se produjo en el 2º intento de aquella


expedición. El 26 de mayo Tom Bourdillon y Charles Evans se quedaron a 91 m. de la cima porque el
sistema de oxígeno de Evans falló.

No imagino a Bourdillon muy contento….

Tras un intenso debate médico sobre si era posible conquistar la cima del Everest sin ayuda de
oxígeno artificial el 8 de mayo de 1978 Reinhold Messner y Peter Habeler al fin lo consiguieron.

Habían pasado más de 65 años del primer intento y casi 25 del primer ascenso.

La historia de las ascensiones al Everest es una historia apasionante de la superación del ser
humano, de la búsqueda de sus límites.

Y es que nuestro sistema respiratorio empieza a tener dificultades para captar el oxígeno
atmosférico a partir de los 2.000 m de altitud.
Llegar sin aclimatación previa a un lugar situado a 2.500 m puede provocarnos malestar general
y llegar a ciudades como La Paz (3.640 m) puede desembocar en verse afectado por el soroche o mal
de altura por hipoxia. No digamos ya si nos ponemos a hacer ejercicio físico...

Y es que a medida que aumenta la altitud la disponibilidad de O2 disminuye por la menor


presión atmosférica. Aunque el % de O2 es el mismo (21%), esa menor presión hace que el aire sea
menos denso. A 6.000 m el O2 disponible es la mitad, en la cima del Everest es el 34%.

Por ello el ataque a altas cumbres requiere de una aclimatación previa a esa falta de O2 y de un
ascenso paulatino. Ascender demasiado rápido multiplica las posibilidades de sufrir un edema
pulmonar o cerebral que pueden ser fatales por dificultades de adaptación.

El médico Wyss-Dunant definió en 1953 los 7.500 m como la altitud que marca para los
humanos la “zona de la muerte”. A partir de ahí el hombre sólo puede permanecer un tiempo limitado:
ni el reposo absoluto compensa el gasto de energía en el que se incurre para permanecer vivo.

Por eso un buen escalador de ochomiles jamás pasa mucho tiempo al coronar: la mayor parte
de las muertes suceden en el descenso, el agotamiento se acumula. Estos días del Everest masificado al
menos 5 personas murieron por permanecer demasiado tiempo esperando para el selfie..

Vayámonos ahora a 1973. Entre el intento Hillary y el de Meissner, un avión comercial


sobrevolaba Abiyán (Costa de Marfil) cuando sufrió un impacto en uno de sus motores. El piloto anotó
la altitud del incidente: 37.000 pies. Es decir, 11.277 m sobre el nivel del mar.
El avión pudo aterrizar sin problema en Abiyán. Del motor se sacaron restos de un ave: 5
plumas completas y 15 parciales de cola, cuello y pecho. Suficientes para identificar la especie con la
que se produjo el impacto: un buitre Griffon de Rupell (Gyps rueppelli).

Esos 11.277 m es la mayor altitud registrada del vuelo de un ave. Vale q los buitres ascienden
aprovechando las corrientes térmicas de aire y planean gran parte de tiempo, con el ahorro energético
q ello supone. Pero es q a esa altitud la disponibilidad de O2 es aprox. un 20%...

No sólo los buitres son capaces de volar a altitudes asombrosas. "Procedente del sur, el
zumbido distante se convirtió en llamada. Entonces, como si salieran de las estrellas sobre mi cabeza,
escuché el graznido de los ánsares calvos".

Así describió el naturalista Lawrence Swan su encuentro con los ánsares índicos o calvos en las
alturas del Himalaya mientras acompañaba a Sir Edmund Hillary en una de sus expediciones al Everest.

En efecto, el ánsar indio (Anser indicus) es una anátida migratoria que anida en los altiplanos de
Asia central e hiberna en los humedales de India o Pakistán. Para ello realizan 2 veces al año un viaje
de 4.500 km en el que deben atravesar la cordillera del Himalaya.
Cualquiera q haya visto una bandada de patos volar sabe q el suyo no es un estilo parecido al
del buitre. Aunque migran en bandadas y la mítica forma en V les permite aprovechar las turbulencias
producidas por los individuos q les preceden las anátidas no dejan de mover las alas.

Nada de planear, nada de reposo, frenesí a 6.000-8000 m de altitud (se estima que volar supone
un coste energético que es 2,5-3 veces mayor que correr). Eso sería imposible sin un sistema
respiratorio dotado de mecanismos que optimicen la absorción de O2 y la eliminación de CO2.

Podría pensarse que las aves se dotan para ello de grandes pulmones, pero no. Sus pulmones
son pequeños y además no son distensibles como los de mamíferos. Tampoco tienen diafragma, el
músculo que se contrae y expande ayudándonos a respirar.

¿Entonces? Tienen unas estructuras membranosas muy distensibles que impulsan el aire a
través de los pulmones. Los sacos aéreos. Los músculos de la pared corporal posibilitan la entrada y
salida del aire en el sistema respiratorio. A ver si me explico.
El sistema funciona como un fuelle: la parte interna y flexible del fuelle representa los sacos
aéreos; y las palas los músculos de la pared corporal. Cuando la pared corporal está relajada se
expande y produce presión negativa de succión en los sacos aéreos (entrada de aire).

Por el contrario la contracción de los músculos de la pared corporal comprime los sacos aéreos
y produce la salida de aire. Por eso debemos evitar coger un ave por su cavidad corporal y NUNCA
debemos hacerlo presionando en exceso: añadiremos estrés dificultando su respiración.

El número de sacos aéreos es variable, de 7 a 14, aunque típicamente son 9. Con independencia
de su número se dividen en 2 grupos: posteriores o caudales (que en el proceso se llenarán de
oxígeno) y anteriores o craneales (de dióxido de carbono).

Más peculiaridades: si un ciclo respiratorio en mamíferos consta de una inspiración y una


espiración, en aves la circulación de un volumen determinado de aire por el sistema respiratorio
requiere de dos inspiraciones y dos espiraciones. ¿Cómo?

Con la 1ª inspiración el aire con O2 penetra por las cavidades nasales y la tráquea. Pero solo
parte de ese aire entra en los pulmones; la mayor parte va a los sacos aéreos posteriores, que se
hinchan como vimos en el ejemplo del fuelle.
Luego con la 1º espiración tanto pulmones como sacos aéreos se contraen: el aire con O2 de
los sacos aéreos posteriores pasa a los pulmones y a su vez el aire que estaba en los pulmones sale
cargado de CO2 hacia el exterior.

En la 2ª inspiración vuelve a entrar aire con O2. Los sacos aéreos anteriores recibirán el aire con
CO2 que quedó en los sacos aéreos posteriores en la 1ª inspiración. Y con la 2ª espiración
(contracción) los sacos aéreos anteriores expulsarán el aire con CO2.

Os dejo un esquema que creo que facilita la comprensión. (Sé que estáis impresionados por la
calidad de diseño del esquema, es mío; podía haber sido mejor pero el graphic designer de esta cuenta
estaba justo de vacaciones).
Como se deduce de la explicación, en los sacos aéreos no se produce absorción de O2 o
expulsión de CO2. No son pulmones complementarios, son estructuras que les dan a las aves otras
funcionalidades. Vamos a enumerarlas:

1) Gracias a la existencia de los sacos aéreos el sistema respiratorio SIEMPRE está


proporcionando oxígeno a los pulmones, tanto en la inspiración, como en la espiración. No
me digáis que no es una ideaca…
2) 2) Los sacos aéreos son “globos” q proporcionan mayor flotabilidad al ave. Facilitan q vuele
al quitarle “densidad” al cuerpo.
3) 3) Sirven de sistema de ventilación para disipar el calor producido al volar. El aire absorbe el
calor del cuerpo a través de sus paredes membranosas.

Otra cuestión que mejora el rendimiento del sistema respiratorio aviar con respecto al de
mamíferos es que el flujo es unidireccional: el aire con O2 entra por unos conductos y el aire con CO2
sale por otros. Siempre llega aire “limpio” a los pulmones.

En mamíferos los conductos son los mismos y siempre queda algo de aire cargado de CO2 en
ellos cuando inspiramos (no podemos vaciar los pulmones por completo) que se mezcla con el aire
nuevo que entra: el cruce de flujos hace que el proceso pierda rendimiento.

¿Pero cómo realizan exactamente el vuelo los ánsares indios para cruzar el Himalaya? Pues para
empezar, con mucho cuidado…

Aparte de eso, es evidente que intentarán encontrar la estrategia que les suponga el menor
desgaste posible para no desfallecer atravesando el Himalaya. El equipo de Charles Bishop, de la Univ
de Bangor (UK), implantó 7 dispositivos a otros tantos ánsares para obtener respuestas.

Esos sensores permitían medir la altitud, la frecuencia cardíaca y el nº de aleteos/segundo de


los individuos marcados. Los expertos tendían a pensar q una vez alcanzada la máxima altitud las
anátidas mantenían altura para no tener q volver a gastar energías en ascender…

Pero el resultado obtenido fue distinto. Muy distinto: la trayectoria de vuelo resultó ser un sube
y baja vertiginoso.

Los ánsares van “como en una montaña rusa” resume Bishop. Podían perder 4.000 m de altitud
de forma abrupta para luego ascender de nuevo…

¿La causa? Pues en parte la explicada: la menor disponibilidad de O2 en altitudes elevadas por
la menor densidad del aire.
Pero es que además esa menor densidad obliga a los pájaros a tener que aletear más rápido
para mantener el ritmo de vuelo, lo que aumenta su ritmo cardíaco.

Por todo ello, y al contrario de lo q nos diría la intuición, volar a una altura constante tiene para
ellos un coste energético más alto que ese extenuante subir y bajar.

Su primer secreto para cruzar los Himalayas es: “Vuela todo lo bajo que puedas”.

¿El segundo? “Vuela de noche todas las horas que puedas”. 7 de las 8 mayores altitudes
registradas se dieron en horario nocturno. ¿Las razones?

a) las menores temperaturas hacen q el aire sea más denso (por eso el aire caliente sube)

b) los vientos fuertes son menos frecuentes.

Luego está la increíble adaptación evolutiva de la especie: comparadas con otras aves sus
pulmones son un 35% mayores y tienen muchos más vasos sanguíneos en corazón y músculos. Ello
permite mantener el ritmo cardíaco bajo durante todo el viaje: 328 pulsaciones/min. 328, sep...

Hay que tener en cuenta que en reposo las aves de mayor tamaño suelen tener unas 200
pulsaciones. Pero es que el colibrí sobrepasa las 500 en reposo y alcanza 1.200 pulsaciones por minuto
en vuelo, la mayor frecuencia cardíaca conocida en un vertebrado.

Esas adaptaciones evolutivas les permiten ascender ¡¡casi un metro por segundo!! durante
varios minutos. A ese ritmo Hillary y Tenzing habrían tardado poco más de un cuartito de hora desde
el campamento base (a 7.890 m) hasta hacer cima…

Evidentemente eso mataría a cualquier ser humano. Como ya hemos dicho la ascensión debe
efectuarse lentamente para minimizar el riesgo de edemas. A metro por segundo, muerte segura.

Los ánsares emplearon 17 h en uno de esos trayectos para atravesar Himalaya (6-8 h) y meseta
tibetana (4.500 m. de altitud media). Tras subir constantes hasta 3.200 m, acumularon después 6.340 m
de ascenso y 4.950 m de descenso.

Es por otro lado muy raro que alcancen los 8.000 m. De hecho evitan pasar cerca de las altas
cumbres y la mayor altitud que se registró en los 3 años que duró el estudio fue de 7.290 m. El sube y
baja continuo les permite llevar una altura media de unos 4.700 m.

El ansar indio no es el único ave que atraviesa el Himalaya. Otra preciosa anátida que empieza a
ser cada vez más fácil de ver en España, el tarro canelo (Tadorna ferrugínea), también lo hace.

Y el cóndor, con sus más de 3 m de envergadura (de punta de ala a punta de ala) y sus hasta 15
kg es capaz de alcanzar altitudes similares en los Andes: cerca de los 8.000 m. En modo planeador, por
supuesto, como el amigo buitre de Rapell.

Es interesantísimo también cómo se creó evolutivamente el sistema respiratorio de las aves y


sus sacos aéreos.

De hecho, gracias a este estudio apasionante que nos descubrió @BioTay fue como surgió la
idea de hacer este hilo.

Resumen: los heredaron de los dinosaurios, q tuvieron q adaptarse a una atmósfera en la que el
% de O2 descendió al 12%. Lo increíble es la concatenación de evoluciones: tuvo su origen en la salida
de las plantas del agua y la aparición de la lignina como elemento de sostén.
Claro, cuando apareció la lignina no había microorganismos que la descompusieran... por lo que
el carbono fijado para su síntesis no se descomponía ni volvía a la atmósfera, q llegó así a superar el
30% de O2. Pero las bacterias mutaron y empezaron a descomponer la lignina y había tanta acumulada
que se devolvió de golpe muchísimo CO2 a la atmósfera, bajando el % de O2 hasta el 12%. Los seres
vivos tuvieron q evolucionar (el 95% no lo lograron y murieron); los dinosaurios con un sistema
respiratorio que las aves tomaron prestado posteriormente.

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