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Así pues, se pueden empezar a rastrear algunos aspectos que funcionaron como fuerza
motora y le dieron forma a los rasgos más notables tanto del carácter, como de la carrera de
Freud y la manera de enfrentarse a los rechazos que desde temprana edad tuvo que atravesar
y que habría de seguir enfrentando durante el curso de su vida, un factor bien característico
que demuestra cómo efectivamente esa historia social enmarca los distintos eventos
posteriores en su vida. Si bien se puede identificar la influencia de su origen judío en aspectos
que hacen alusión a su talante, no se podría encontrar dentro de este mismo aspecto la
explicación a su invención del psicoanálisis, esta, podría encontrarse más bien en sus
características familiares (Robert, 1966).
No se puede obviar el hecho de que la familia de Freud tenía una composición bien
peculiar y poco habitual dado que su padre, Jacob Freud, se había casado dos veces y de su
primer matrimonio tuvo dos hijos, quienes eran contemporáneos con su segunda esposa,
Amalia Nathansohn, madre de Freud. Además, cuando su hermano mayor se casó, tuvo dos
hijos y las familias vivieron unidas, pues sus casas estaban juntas, de esta manera, los
compañeros de juego de Freud eran, a su vez, sus sobrinos. No bastando esto, su madre y su
otro hermanastro, tenían la misma edad, por lo cual pudo ser posible que Freud en su niñez se
tentara a emparejarlos y a ver de cierta forma a su padre, con un rol de abuelo, lo cual da
cuenta de que probablemente esa compleja situación le planteó a Freud más de un enigma
(Robert, 1996). Facilitándole, de acuerdo a Ernest Jones en (Robert, 1966), años más tarde, el
planteamiento del complejo de Edipo, debido al estímulo que su constelación familiar
provocó en él y por esas posibles represiones que una familia con dichas características podía
ofrecer.
Los aportes familiares a la vida de Freud no solo radicaron en sus teorías debido a ese
interés por conocerse a sí mismo y por partir de su propia experiencia para darle forma a las
mismas, sino que también estas influencias familiares se ven identificadas en su persona,
pues fue el mayor de ocho hijos y estuvo en una condición de pobreza y penuria constante
que no solo ensombreció su infancia, sino que lo acompañó toda su vida, llevándolo así a
fortalecer en él un sentido de responsabilidad y paternidad, ya que tomó el papel de ayudar a
los suyos en la situación económica que los acechaba en la medida que sus recursos se lo
permitían. A su vez la predilección materna influyó en la conformación de la seguridad y
confianza en sí mismo gracias a ser la admiración y el objeto de orgullo de su madre,
sentimiento que a pesar de los obstáculos y fracasos que estuvieron presentes en su desarrollo
profesional, no pudo ser perturbado, sino que, por el contrario, cada vez lo atraía más el
sentimiento de éxito (Robert, 1996, p.33).
Una vez más puede concluirse entonces, que esta influencia familiar no sólo tiene
lugar dentro de los rasgos que caracterizan el carácter y el desarrollo profesional de Freud,
sino que también tienen un lugar importante en los aspectos subyacentes a ese desarrollo,
pues su herencia familiar marcó en él unos factores precursores e incentivadores de su
curiosidad característica, promoviendo en el pequeño Freud herramientas que le permitieron
dar pie a su formación académica, pero no una formación académica usual, sino una
formación que lo diferenciaba de sus iguales; es así como se resalta el rol paterno de Jacob
Freud en cuanto a la educación de Sigmund Freud, pues algo tenía que ser bueno en esa
educación para que Freud tuviera una ventaja sobre sus compañeros en su periodo escolar,
sumado a su insaciable curiosidad intelectual (Robert, 1966). Cabe mencionar que, en cuanto
a ese buen desempeño en la época escolar, el mismo Sigmund Freud, años después como
psicoanalista y caracterizado por esa curiosidad de saber, curiosidad en los hechos afectivos y
en sí mismo, vuelve a esos recuerdos escolares, y decide ahondar al respecto, desarrollando
finalmente una explicación más compleja que le apunta a la transferencia de respeto y
esperanzas que despertaban los padres omniscientes en la infancia de sus hijos, y que se veía
proyectada en los profesores (Robert, 1966).
Ahora bien, será importante tener en cuenta de qué manera influyó la formación
profesional de Freud en la configuración de su obra, pero para ello cabría formular la
pregunta: ¿es el psicoanálisis una ciencia o una pseudociencia? Freud contó con numerosos
detractores de su obra, quienes escudriñaron cada detalle de su vida para encontrar un
pequeño desliz; sin embargo, todas aquellas críticas, más que estar orientadas hacia sus
postulados, se centraron en la búsqueda de alguna incriminación de sus dilemas personales,
constituyéndose así una crítica ad hominem (Sampson, 2018); en la que se da por sentada la
falsedad de su obra teniendo en cuenta a su autor. Para responder a la pregunta inicial, se
relatará ahora cómo fue el curso de sus estudios como referentes principales para la fundación
del psicoanálisis, el cual ha representado un modo de pensamiento que ha transformado las
explicaciones sobre lo psicológico.
La elección de la carrera de medicina no representó una decisión fácil para Freud, así
como tampoco un camino cómodo, sin embargo, dedicó sus mayores esfuerzos para
desarrollarla, aun cuando reconocía que no encontraba gusto alguno en ella y para la cual,
según él mismo reconoció, no tenía siquiera aptitud particular (Robert, 1996, p. 48). Para
Freud, la elección de esta carrera estaba mayormente orientada a una sed de saber en lo que
se refería primordialmente a las relaciones humanas. De esta manera, Freud decide
posteriormente cursar el complejo camino de la comprensión de las relaciones humanas de la
mano de otras disciplinas como la filosofía y la literatura, las cuales fueron referentes
importantes para la construcción de su obra.
La ciencia fue siempre para él la más alta autoridad, la única frente a la cual se sintió
responsable; fue quizá también una debilidad, cuando menos una causa del lento curso de sus
descubrimientos (Robert, 1996, p. 56). De esta manera, se observa cómo la ciencia para
Freud y las constantes investigaciones fueron para él un constante trabajo, pues siempre
estuvo rodeado de hombres y modelos de ciencia que guiaban el curso de sus estudios y
análisis. Es así como Freud se encuentra con Charcot en la Salpêtrière, en donde, de la mano
del neurólogo, se encargaron del estudio de los enfermos nerviosos crónicos. No obstante,
Charcot consideró que la doctrina de las enfermedades nerviosas estaba ya provisionalmente
terminada y dedicó entonces su interés casi exclusivamente a la histeria que, de esa manera,
se encontró de golpe en el centro de la atención general. Esta enfermedad nerviosa, la más
enigmática de todas (...) (Robert, 1996, p. 80).
Muchas veces hemos oído sostener el reclamo de que una ciencia debe construirse
sobre conceptos básicos claros y definidos con precisión. En realidad, ninguna, ni aun
la más exacta, empieza con tales definiciones. El comienzo correcto de la actividad
científica consiste más bien en describir fenómenos que luego son agrupados,
ordenados e insertados en conexiones (2018, p. 26).
Para concluir, se puede decir que la historia de vida de Freud, sus tempranas
experiencias y su formación académica, no sólo reflejan la manera en que se edificó su
carácter y sus rasgos profesionales, sino que también da cuenta de la manera en que
construyó su obra y la defendió firmemente a pesar de las fuertes críticas. El carácter es
comprendido como el grado de organización moral que posee un individuo; depende en gran
medida de la propia experiencia de cada individuo, debido a que cada persona se ve
influenciada por diferentes factores que ocurren a su alrededor, en pocas palabras, el carácter
se ve afectado por el medio ambiente, la cultura y el entorno social donde cada persona se
forma (Montaño, Palacios, Gantiva, 2009). Ahora bien, es importante añadir que los aspectos
mencionados a lo largo del escrito estuvieron centrados en que, pertenecer a la religión y
cultura judía, las bases educativas de sus padres en cuanto a la responsabilidad, confianza en
sí mismo, valor en el estudio, y las experiencias con sus distintos profesores y compañeros
desempeñan un papel constructor en la vida de Freud. Se concluye que su carácter, la
combinación de sentimientos y valores los adquirió de la interacción en las experiencias en su
ambiente social y familiar, es decir que los anteriores factores tuvieron repercusiones en la
vida adulta del psicoanalista, tanto en su campo profesional como personal.