Porque más me deleito en la lealtad que en el sacrificio,
y más en el conocimiento de Dios que en los holocaustos. Oseas 6:6
A-En nuestras iglesias y ministerios a través de
América Latina hay mucha gente intoxicada. Y su intoxicación resulta muy perjudicial para su propia salud y crecimiento, y luego para la salud y crecimiento de estas iglesias y ministerios. Esta es la conclusión de casi 30 años de observación y dos años y medio de investigación y análisis muy concentrados. Los miembros y ministerios de nuestras iglesias están siendo intoxicados. Y muchas veces, son los mismos participantes y líderes que, sin darse cuenta, contribuyen a la distribución de los tóxicos involucrados. ¿Es correcta esta percepción? Y si es, ¿cómo sucedió y por qué? ¿Cuáles tóxicos están involucra- dos? Y ¿hay alguna manera de contrarrestar sus efectos? Juntos busquemos las respuestas.
NUESTRA META ES LA SALUD
B-Durante casi 30 años de servicio como misionero en América Latina, no
conozco a nadie que ha deseado fundar una iglesia o ministerio malsano. Durante 18 años de trabajo como profesor en un seminario teológico, nuestra meta como personal académico, y la meta de nuestros alumnos también, siempre ha sido desarrollar iglesias y ministerios sanos. Y durante 12 años de trabajo como instructor en un programa de educación teológica arraigado en la iglesia local, nuestra meta como instructores y estudiantes siempre ha sido desarrollar iglesias y ministerios sanos. Si esto ha sido nuestra meta, si esto ha sido una de nuestras preocupaciones centrales, entonces ¿dónde esta- mos en este proceso? ¿Tenemos iglesias y ministe- rios sanos o no?