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Voces: IMPUESTO A LAS GANANCIAS ~ AJUSTE POR

INFLACION ~ PRINCIPIO DE NO CONFISCATORIEDAD


Título: El fallo "Candy S.A.", el ajuste por inflación y sus múltiples
interrogantes
Autores: Simesen de Bielke, Sergio A. Egüez, Hermosinda
Publicado en:

El 3 de julio de este año, con el voto de cuatro de sus miembros


(Dres. Lorenzetti, Higthon de Nolasco, Fayt y Maqueda) y la
disidencia del Dr. Petracchi, el Máximo Tribunal concluyó, en el caso
CANDY S.A., que "la prohibición de utilizar el mecanismo de ajuste
del Título VI de la ley del impuesto a las ganancias resulta inaplicable
al caso de autos en la medida en que la alícuota efectiva a ingresar de
acuerdo con esos parámetros insume una sustancial porción de las
rentas obtenidas por el actor — según cabe tener por acreditado con la
pericia contable— y excede cualquier límite razonable de imposición,
configurándose así un supuesto de confiscatoriedad."

Entre sus considerandos, comenzamos por destacar el


reconocimiento de la Corte acerca de la realidad de lo acontecido
en el año 2002 en la República Argentina, elemento esencial para
comprender mejor el tema bajo discusión. En efecto, en el
Considerando N° 13), señaló que "cabe destacar que en el caso, el
Tribunal tiene especialmente en consideración que se trata de un
ejercicio — el correspondiente al año 2002— signado por un
grave estado de perturbación económica, social y política que dio
lugar a una de las crisis más graves de la historia contemporánea
de nuestro país, que fue reconocido por el Tribunal en oportunidad
de pronunciarse en Fallos: 328:690, 329:5913 y 330:855. Esta
situación trajo aparejados importantes cambios económicos que se
tradujeron, entre otros aspectos, en el abandono de la ley de
convertibilidad y la consecuente variación en el poder adquisitivo
de la moneda. Asimismo, la crisis se vio reflejada en los índices de
precios, tanto a nivel mayorista como a consumidor final, cuyos
porcentajes acumulados en ese año ascendieron a un 117,96 % y
40,9%, respectivamente (confr. cifras oficiales publicadas por el
Instituto Nacional de Estadísticas y Censos)."

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Varios son los aspectos a analizar y otros tantos son los
interrogantes que produce la importante y esperada sentencia del más
Alto Tribunal de Justicia, a saber:

1°) Con clara intención de mantener la posición sustentada en el


precedente "Santiago Dugan Trocello S.R.L", la Corte insistió en que
la normativa aplicable (artículo 39 de la ley 24.073 y artículo 4 de la
ley 25.561 — que sustituyó el texto de los artículos 7 y 10 de su
similar 23.928) representan una decisión clara y terminante del
Congreso Nacional de ejercer las funciones que le encomienda el art.
75, inc. 11, de la Constitución. En consecuencia, recordó también la
Corte, la prohibición al reajuste de valores, así como de cualquier otra
forma de repotenciar las deudas, tal como ordenan los preceptos
cuestionados, es un acto reservado al Congreso Nacional por
disposiciones constitucionales expresas y claras, pues es éste quien
tiene a su cargo la fijación del valor de la moneda y no cabe
pronunciamiento judicial ni decisión de autoridad alguna ni
convención de particulares tendientes a su determinación (Fallos:
225:135; 226:261 y sus citas).

2°) Reitera la Corte en este pronunciamiento que "el mero cotejo


entre la liquidación del impuesto efectuada sin el ajuste por inflación,
y la suma que correspondería abonar por el tributo en caso de
aplicarse tal mecanismo de ajuste no es apto para acreditar una
afectación al derecho de propiedad, ya que "tal compulsa no
trasciende el ámbito infraconstitucional, y sólo podría derivar de ella
la mayor o menor bondad o equidad de un sistema por sobre el otro,
pero no la demostración de la repugnancia de la solución establecida
por el legislador con la cláusula constitucional invocada", máxime
habida cuenta de que para que proceda la declaración de
inconstitucionalidad se requiere que tal repugnancia sea
"manifiesta, clara e indudable" (arg. de Fallos: 314:424:
320:1166)".

3°) Aclarémoslo: la Corte, con sabio criterio, deja a salvo el


principio constitucional de la división de poderes al señalar que "en la

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medida en que las normas cuya validez se debate en la causa han sido
dictadas por el órgano al que el texto constitucional atribuye el
ejercicio del poder tributario — respetándose, incluso, el
procedimiento legislativo que estatuye el art. 52 de la norma suprema
— no puede alegarse una violación al principio de reserva de ley
tributaria".

4°) Hasta acá, lo conocido. La primera y relevante cuestión que


destacamos es el loable reconocimiento de la Corte -contrario a lo
sostenido por el fisco nacional- de que ha existido en el año 2002 "un
sensible proceso inflacionario". Este reconocimiento expreso
aparece vital para comprender el fondo del asunto: la
procedencia del ajuste por inflación a efectos impositivos y su
necesaria consecuencia: la aplicación del impuesto a las ganancias
sobre utilidades o beneficios reales y no meramente nominales.

5°) Luego comienzan las dudas: si, en palabras de la Corte, la


prueba ofrecida (un Informe Especial de Contador Público
conteniendo una estimación de resultados fiscales con los efectos de
la incidencia del ajuste por inflación impositivo, sobre la base de los
datos que surgen de los estados contables aportados y la suma que
correspondería abonar por el tributo en el supuesto de aplicarse el
mecanismo correctivo de la inflación) no es idónea, por sí misma,
para acreditar el derecho de propiedad que Candy S.A. entiende
afectado, no alcanza a entenderse cómo a continuación la Corte pasa a
considerar tal vulneración del derecho de propiedad partiendo de los
datos que, precisamente, surgen del trabajo pericial que, a su vez,
toma como base, justamente, los estados contables y ajusta el
resultado respectivo aplicando la normativa del Título VI de la ley del
impuesto a las ganancias ("Ajuste por Inflación"). Esto es, aún cuando
lo que se procura es analizar si hubo o no afectación al derecho de
propiedad (por una absorción por parte del Estado de una porción
sustancial de la renta o el capital - Fallos: 242:73 y sus citas; 268:56;
314:1293; 322:3255, entre muchos otros) y luego de aceptar que ha
sido decisión del Congreso de la Nación que no se aplicaran los
mecanismos correctivos por inflación, concluye encarando el
análisis de la posible confiscatoriedad aceptando las conclusiones
del perito basadas en la utilización de tales mecanismos (véanse

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las referencias al "Ajuste Estático" y al "Ajuste Dinámico",
expresiones propias de la ley impositiva, que formula el Supremo
Tribunal).

6°) Acepta la Corte que del informe pericial se desprende que, "de
no recurrirse en el período fiscal finalizado el 31/12/02 al mecanismo
correctivo cuya aplicación se discute en la causa, es decir, si se
determina el impuesto a las ganancias sin aplicar el ajuste por
inflación, la alícuota efectiva del tributo a ingresar no sería del
35% sino que representaría el 62% del resultado impositivo
ajustado correspondiente al ejercicio 2002, o el 55% de las
utilidades — también ajustadas— obtenidas por la actora
durante el ejercicio de ese mismo año, porcentajes éstos que
excederían los límites razonables de imposición." No llega a
entenderse lo que aparece como una contradicción evidente: o se
acepta que es idónea la prueba, por sí misma, o que no lo es, o se
acepta que para la verdadera medición de la renta -para saber si
resulta o no afectada en forma sustancial por la imposición, tal que
lesione el derecho de propiedad- se requiere aplicar el mecanismo de
ajuste (sustentado en coeficientes que miden la inflación del período
que contiene la ley vigente), o no se acepta porque las prohibiciones
de "repotenciación" impeditivas del ajuste por inflación "representan
una decisión clara y terminante del Congreso Nacional de ejercer las
funciones que le encomienda el art. 75, inc. 11, de la Constitución."

7°) Destaca el Alto Tribunal que sus precedentes han sostenido


"que no compete al Poder Judicial pronunciarse sobre la eficacia o
ineficacia de las leyes bajo su concepto puramente económico o
financiero, apreciando si éstas pueden ser benéficas o perjudiciales
para el país (Fallos: 150:89)". Tal afirmación parecería indicar que los
efectos económicos del impuesto a las ganancias -concepto
económico del tributo- no deben ser objeto de análisis por el Poder
Judicial, ya que constituiría probablemente una indebida incursión en
la esfera reservada a otro poder constitucional, la Ciencia Económica
ha destacado la importancia del estudio de los efectos económicos de
los impuestos en general y del impuesto a la renta en particular
(Verbigracia: John Due y Ann F. Friedlaender, "Análisis Económico

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de los Impuestos y del Sector Público", El Ateneo, 1981, págs.
299/316 en lo relacionado con las Sociedades de Capital), de modo
que la forma de imposición seleccionada por el legislador no puede
desprenderse de sus consecuencias económicas si pretende ser
razonable. La misma Corte, con relación a otros tributos, ha dicho que
"… existen casos en los que es posible y además necesario reconocer
trascendencia jurídica a los efectos económicos de los impuestos para
arribar a una solución que resulte armónica con los derechos y
garantías que establece la Constitución Nacional y con el
ordenamiento jurídico vigente" ("Compañía General de Combustibles
S.A.", sentencia del 16/06/93); en nuestro concepto, el fallo de la
Corte ha realizado precisamente ese reconocimiento en procura de
conciliar el tributo que requiere el sostenimiento del sistema de
provisión de bienes públicos con su razonabilidad en términos
económicos y garantísticos, reconocimiento expresado en estas
palabras: "la facultad de establecer impuestos es esencial e
indispensable para la existencia del Gobierno, pero ese poder, cuando
es ilimitado en cuanto a la elección de la materia imponible o a la
cuantía, envuelve necesariamente la posibilidad de destruir que lleva
en su entraña, desde que existe un límite más allá del cual ninguna
cosa, persona o institución tolerará el peso de un determinado tributo
(Fallos: 186:170)."

8°) Otra duda más despierta el pronunciamiento que comentamos:


si el mero cotejo de las liquidaciones impositivas, teniendo en cuenta
o no el ajuste por inflación impositivo, no resulta apto para acreditar
la afectación al derecho de propiedad: ¿cómo podría acreditarse, si no
es demostrando tal diferencia, una desproporción de magnitud tal que
"permita extraer razonablemente la conclusión de que la ganancia neta
determinada según las normas vigentes no es adecuadamente
representativa de la renta, enriquecimiento o beneficio que la ley del
impuesto a las ganancias pretende gravar" (en estrictas palabras de la
Corte)?

9°) La conclusión a que se arriba, en consecuencia, no puede ser


otra: "la prohibición de utilizar el mecanismo de ajuste del Título VI
de la ley del impuesto a las ganancias resulta inaplicable al caso de

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autos en la medida en que la alícuota efectiva a ingresar de acuerdo
con esos parámetros insume una sustancial porción de las rentas
obtenidas por el actor — según cabe tener por acreditado con la
pericia contable— y excede cualquier límite razonable de imposición,
configurándose así un supuesto de confiscatoriedad." Compartimos
plenamente la conclusión pero el camino transitado para arribar a la
misma, sinceramente no nos convence.

10°) Y resta todavía agregar que si la conclusión de la Corte es que


"…corresponde declarar procedente en el caso, la aplicación del
mecanismo de ajuste por inflación por el período fiscal
correspondiente al año 2002, que aquí se reclama", con el mismo
razonamiento -paso por paso- correspondería concluir que el
mecanismo es aplicable en todos los períodos (no solamente en el
período 2002) en que se dieren circunstancias similares, es decir, que
afectaren sustancialmente la renta y afectaren el derecho de
propiedad. Las cuestiones que quedan pendientes son varias y de
especial trascendencia; señalamos solamente dos: a) ¿cuál debe
ser la inflación del período para que, aplicando los índices
correspondientes, la comparación de la renta nominal con la
renta ajustada produzca esa sustancial afectación?; b) ¿cuál debe
ser la alícuota efectiva resultante tal que afecte el derecho de
propiedad, atento que la Corte deja abierta (en nuestro concepto,
peligrosamente) la posibilidad de aplicar un criterio distinto de
sus precedentes que pueden sintetizarse en un 33% máximo de
afectación al señalar que "…el criterio para la determinación del
límite de afectación del derecho de propiedad en el caso no puede
estar férreamente atado a los parámetros fijados en aquellos
precedentes?"

11°) Parece obvio que los contribuyentes "beneficiados" con el


criterio fiscal que sostiene la inaplicabilidad del ajuste por inflación a
efectos impositivos, no habrán de realizar planteo constitucional
alguno, pero es también obvio que se ha afectado seriamente el
principio constitucional de igualdad en la imposición al no gravarse a
quienes, al contrario del caso sentenciado, obtendrían una ganancia
impositiva superior por resultar positivo el pertinente ajuste por

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inflación. La desigualdad de tratamiento resulta una injusticia a
todas luces.

12°) Finalmente, apreciamos sobremanera los términos de la Corte


en cuanto a los servicios profesionales de peritos: "Ello es así pues
cabe reconocer validez a las conclusiones del experto para la decisión
de aspectos que requieren apreciaciones específicas de su saber
técnico, de las que sólo cabría apartarse ante la evidencia de errores
manifiestos o insuficiencia de conocimientos científicos (Fallos:
319:469; 320:326), circunstancias que, a criterio de este Tribunal, no
concurren en el caso. En efecto, a pesar de que los dictámenes
periciales están sujetos — como todo otro elemento probatorio— a la
valoración por parte de los jueces (Fallos: 315:2774), si no se
observan razones que desmerezcan las conclusiones del informe
pericial, corresponde asignarle suficiente valor probatorio (Fallos
329:5157)."
Es una pena que no se haya prestado similar atención a las
recomendaciones de los amigos del tribunal, reconocidos expertos en
la materia tributaria.

Así mismo quedan pendientes de análisis, entre otros:

La situación de los contribuyentes "no empresas" en cuanto a la


corrección de los efectos inflacionarios sobre sus declaraciones
juradas (Verbigracia Ajustes de amortizaciones).

Los índices aplicables en períodos sin ninguna duda inflacionarios,


sin reconocimiento en los índices oficiales (Verbigracia Año 2008).

Los parámetros a contemplar por los sujetos, en similares


condiciones a los del caso resuelto, es decir afectados por el proceso
inflacionario de 2002 que no tienen causas resueltas o las tienen en
trámite o no las han planteado a fines de tomar una decisión sobre su
adhesión o no al Régimen Especial de la Ley 26.476.

BS CBIO

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AMORTIZ
GRAVAB DE LOS INTERESES SUJEROS EMPRESA
OBLIG DEL FISCO DE ACTUALIZAR ANUALMENTE LOS
VALORES

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