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1) , entre ellas como Para el ocultamiento de la Poesía (1978) y Sobre la poesía (1992),

fueron publicados en revistas como Poesía y Poética, suplementos culturales como Sábado
de unomásuno respectiva; Sobre César Moro (1989), Introducción a la lectura de poemas
(1984), fueron leídas en la exposición de pinturas y dibujos de César Moro Conversaciones
con Nedda Anhalt (1990);
2) Asimismo, Pecios de una actividad incruenta (1980) fue publicada en la revista Escandalar
de Nueva York y Repuesta a Carlos Germán Belli (1988) en el Diario 16 de Madrid.
3)
4) Como ya se había señalado este corpus de ensayos que se publica en 1995 va a concentrar
todos aquellos escritos que hacen referencia a la idea de lo poético para Westphalen,
primando los escritos que fueron publicados a partir de 1980 (precisar que la primera
división de Matos, la mayoría de los ensayos están publicados en un periodo de tiempo de
1931 a 1969), y, por consiguiente, serán materia de estudio importante para esta
investigación. Sin embargo, se hace necesario también, la revisión de ensayos anteriores
(los que pertenecen a esa “primera parte” dividida por Matos) a fin de poder ubicar algunas
nociones relacionadas a la poesía de Westphalen, para finalmente encontrar alguna
correspondencia (o de darse el caso divergencia) entre sus ideas en ambas etapas. De tal
forma, que en el presente trabajo se han revisado los siguientes ensayos y se han extraído
las siguientes ideas:

“El poema no nos alcanzará, no levantará en nosotros marea emotiva alguna, no nos moverá, en
suma, si el poeta no ha cogido y doblegado algún potro salvaje del sentimiento o la pasión. Tenemos
aquí un juego de dos fuerzas encontradas: un empuje violento, ciego, pronto a desbocarse, y una
voluntad de dominar, de enrumbar, de dar apariencia hermosa e inofensiva, de ceñir a la reglar, de
dar un estilo a esa fuerza bruta de inclinación asesina. Una definición posible del arte, de la poesía,
tendría por ello en cuanta esas dos presencias indispensables y es lo que, a nuestro parecer, ha
intentado” (2012, p. 466)

Elementos textuales

En sus ensayos podemos encontrar elementos textuales que nos permiten reconocer e identificar
rasgos estéticos del vanguardismo. Por un lado, la constante ruptura de la estructura del discurso
con intervenciones o apreciaciones del mismo autor. EAW realiza intervenciones constantes, su
diálogo con el lector no es lineal u obedece a una estructura fija; al contrario, puede notarse los
intervalos permanentes, utilizando las rayas, para añadir comentarios u intervenciones apreciativas
cuando desarrolla una idea. Por

Estos espacios son usados por el poeta para comentar, profundizar, clarificar, manifestar alguna
apreciación afectiva, intelectual, académica, etcétera; que genera un corpus dinámico. Esta “libertad
textual” que posee el creador es una característica propia del vanguardismo, la cual obedece a una
inconformidad con las estructuras estéticamente establecidas. Y, por otro lado, la alteración del
tamaño y el uso de las mayúsculas en las frases iniciales de cada ensayo (específicamente en la
edición de Los Poetas Los Poemas y La Poesía) como parte de la importancia visual que otorgan los
vanguardistas a las letras escritas: Se puede inferir también que el autor pretende acrecentar la
expresividad de una frase inicial en cuanto ésta engloba la idea general del texto
En el ensayo Sobre la concepción de la poesía con el ejemplo de Whitman, Westphalen menciona
que Withman es quien ha colocado o revelado aquello nunca antes visto, será vigía para el hallazgo
de todo lo nuevo que luego ha de florecer, porque ello ha nombrado, poeta o descubridor de las
riquezas que forman el patrimonio común de la humanidad. Pag. 160. El poeta será quien posee esta
visión privilegiada y concierne a
“La postura del poeta será la indicada en el desacato de la convención, de lo establecido por
la tradición y por ella anquilosado; sin inquina contra cosas y hechos hará que estos de
nuevo posean la incitación, que en lugar de neutros e indiferentes, de nuevo cosas y hechos
susciten en el hombre afán de relación, de movimiento, de cambio; en el mundo el hombre
tiene una misión de cumplir: atacar y destruir esas realidades en falta, en deterioro, para el
cambio, para la creación de las realidades otras, las mejores, las inalcanzables. Sin el
espíritu poético, en vez de la audaz aventura y el descubrimiento continuado que hacen la
plenitud de la vida más alta, tendríamos la existencia del hombre reducida a un mecanismo
de contadas reacciones, a un timorato contentamiento en el paupérrimo repertorio de lo
tradicionalmente admitido”. Pag. 158
“Para asombro mío fueron presentados unos dibujos de perfección y belleza incomparables- habían
sido hechos por mí (en sueños- aunque en los sueños no se siente el sueño sino la propia realidad-
viva y cambiante- desde luego- más viva y cambiante que la otra). La satisfacción era inmensa y no
podía ser de otro modo pues se trataba de los más hermosos dibujos nunca vistos (tal era el
convencimiento irrefutable). ¿Cómo explicarse que broten de uno tales portentos? ¿Quién me había
ofrecido en un instante la más hermosa obra de arte imaginable- de la cual yo me apropiaba sin
merecerla? ¿Y quién (otras veces) me sumergía en espanto y angustia insoportables? ¿Quién presta
tal espanto y angustia insoportables? ¿Quién presta tal percepción de lo imaginario?

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