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Análisis cuantitativo: Técnicas para describir y explicar en Ciencias Sociales
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Ebook245 pages2 hours

Análisis cuantitativo: Técnicas para describir y explicar en Ciencias Sociales

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About this ebook

Vivimos en un mundo en el que analizar datos es cada vez más importante. Este manual te enseña cómo hacerlo, qué análisis escoger en cada caso, y por qué. Se diferencia de otros trabajos en su vocación aplicada y práctica: ¿cuáles son las aplicaciones más interesantes y populares de cada técnica en ciencia política, sociología y economía? ¿Qué hacen realmente los famosos chi al cuadrado y gamma, o la anova, o los modelos de regresión? ¿Cuándo es apropiado usar cada uno?
LanguageEspañol
PublisherUOC
Release dateMay 14, 2018
ISBN9788490644027
Análisis cuantitativo: Técnicas para describir y explicar en Ciencias Sociales

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    Book preview

    Análisis cuantitativo - Andrés Santana Leitner

    Capítulo I

    Introducción

    Hasta hace no demasiado tiempo, la fuente principal de información política y social era de carácter textual, dada la escasez de datos cuantitativos que permitieran otro tipo de aproximaciones. Este estado de las cosas ha sufrido un cambio drástico gracias a los avances tecnológicos de las últimas décadas, que han permitido multiplicar la cantidad, calidad y variedad de datos sobre múltiples aspectos de la vida social, política y económica. De la mano de esta mayor disponibilidad, estamos evolucionando hacia un mundo en el que la explotación de información cuantitativa forma parte del quehacer diario de profesionales de la opinión, expertos en la persuasión política y comercial y, desde luego, la comunidad científica. Los periodistas incluyen con frecuencia tablas y gráficos en sus artículos, los políticos respaldan sus propuestas con información sobre la evolución de variables macroeconómicas, los publicistas diseñan sus campañas atendiendo a encuestas de satisfacción, y los investigadores incluyen secciones de análisis empíricos en sus trabajos académicos.

    Este libro te familiarizará con las técnicas de análisis cuantitativo más importantes. Aunque está centrado en el análisis de datos sociales y políticos, su ámbito de aplicación rebasa ampliamente el de los datos concretos con los que se ilustra cada técnica. Sin ir más lejos, yo mismo he utilizado las técnicas expuestas en este libro para encargos de consultoría sobre los patrones de consumo de los españoles. El objetivo principal de estas páginas es que sepas escoger la técnica de análisis más adecuada para cada situación y puedas explicar cómo se debe interpretar la información que presentes. A diferencia de otros manuales centrados en cómo acometer análisis estadísticos con un paquete econométrico específico (yo mismo he escrito uno: Santana, 2017), los conocimientos que adquieras con la lectura de este libro son válidos independientemente de los programas informáticos con los que decidas realizar tus análisis.

    1. El análisis de datos en la investigación social

    Por muy bien que esté hecho un análisis de datos, si está puesto al servicio de una investigación mal concebida, su aportación será limitada. Por eso, dedicaremos esta sección al diseño de la investigación. No dudes en consultar trabajos específicos sobre esta cuestión si deseas saber más (King, Keohane, Verba, 2000; Santana, 2013).

    1.1. El proyecto de investigación

    Antes de acometer la investigación en tanto que tal, conviene preparar un proyecto, que no es una investigación en pequeño, sino un plan de sus elementos principales. En él, debes especificar cuatro cosas.

    Primero: qué estudias, cuál es tu pregunta (que debes formular con claridad y concisión). Partirás de un tema general de interés (por ejemplo, la variabilidad en la participación política), y luego te focalizarás en el aspecto concreto que te interesa (el voto, las manifestaciones, la militancia) y el nivel de análisis que quieres estudiar (diferencias entre países o entre ciudadanos). Algunas preguntas se prestan especialmente bien a las investigaciones científicas. Por ejemplo, las que buscan información a favor o en contra de un bando en una polémica académica, o las que se cuestionan si una hipótesis ampliamente aceptada en la disciplina es falsa. Una opción muy productiva es partir de aparentes paradojas: ¿por qué algunos de los países más felices lideran también las tasas de suicido?

    Segundo, deberás justificar por qué es relevante responder a la pregunta planteada. Una investigación puede tener distintos tipos de relevancia:

    1. Relevancia teórica y substantiva, si contribuye al conocimiento general de temas importantes para la disciplina. Este tipo de relevancia es indispensable en ciertas investigaciones, como las tesis doctorales.

    2. Relevancia aplicada o práctica, si ayuda a conocer un caso específico o a solucionar un problema concreto.

    3. En algunas ocasiones, puede tener relevancia metodológica, si sirve para mostrar cómo se debe estudiar un tema o un conjunto de temas.

    4. Excepcionalmente, tendrá relevancia epistemológica, si conlleva implicaciones sobre las virtudes o deméritos de todo un paradigma científico.

    Tercero, cuál es tu hipótesis, tu respuesta tentativa a la pregunta. En algunas investigaciones, como las tesis doctorales, tu hipótesis teórica ha de ser original; en casi todas ellas, debe plantearse como una afirmación positiva:

    1. Las afirmaciones positivas son proposiciones sobre el ser, sobre cómo es el mundo. Estas pueden ser descriptivas o explicativas: hoy ha llovido más de dos horas; hoy ha llovido porque tu hermano no ha ido a la escuela. Estas afirmaciones estarán objetivamente bien o mal, es posible decir si son correctas o no. Decimos que son falsables, porque se pueden evaluar en términos de su veracidad o falsedad.

    2. Las afirmaciones normativas son proposiciones sobre el deber ser, sobre cómo tendría que ser el mundo: el estado debería bajar los impuestos, los socialistas deberían ganar las elecciones, el precio de los tenedores debería subir, España debería tener doscientos millones de habitantes. Estas afirmaciones no están ni bien ni mal, sino que dependen de las opiniones y los valores de cada uno y, por consiguiente, no suelen ser apropiadas para las investigaciones científicas.

    Y cuarto, cómo comprobarás si tu hipótesis es correcta o no: qué metodología emplearás, cuál será el ámbito de tu estudio; qué archivos, fuentes y bases de datos recabarás (datos macroeconómicos, estadísticas oficiales, encuestas realizadas por terceros o por ti mismo, entrevistas, grupos focales, etc.).

    Las decisiones sobre el ámbito de la investigación responden a las preguntas del cuándo y del dónde. Lógicamente, el ámbito (temporal, espacial, e incluso sectorial) al que se circunscribe el estudio condiciona su alcance: en principio, si un estudio está circunscrito a los estudiantes varones del último curso del grado en Sociología de nuestra universidad, no será válido extrapolar las conclusiones al conjunto de ciudadanos y ciudadanas del país.

    Es esencial justificar con cuidado las razones que han conducido a la selección de un ámbito determinado. Esta justificación se debe fundamentar o bien en consideraciones teóricas, o bien en consideraciones de disponibilidad de datos. En caso contrario, los lectores podrían sospechar que los resultados presentados son fruto de una selección sesgada o caprichosa del ámbito del estudio, que, eventualmente, podría favorecer el hallazgo de evidencia favorable a las hipótesis presentadas.

    En las consultorías y los trabajos conducentes a un grado académico, como TFG (trabajos de fin de grado), TFM (trabajos de fin de máster) y tesis doctorales, es costumbre incluir también una sección con el «cronograma» de trabajo y otra con los «objetivos» del estudio. Hay que distinguir entre tres tipos de objetivos:

    1. El objetivo general de la investigación es responder a la pregunta central de la investigación.

    2. Los objetivos secundarios son objetivos que no son necesarios para lograr el objetivo general, pero que aportan valor añadido a la investigación. Por ejemplo, una investigación podría tener el objetivo principal de determinar las causas que llevan a los ciudadanos a votar o a abstenerse, y plantearse el objetivo secundario de comprobar si las variables que se han utilizado tradicionalmente como medidas indirectas del coste de votar, como por ejemplo la renta o la educación, constituyen buenas aproximaciones de estos costes.

    Hay que tener cuidado: una investigación con demasiados objetivos secundarios corre el riesgo de la dispersión y de no lograr su objetivo general.

    3. Los objetivos específicos son un conjunto de objetivos que conjuntamente (si se cumplen todos y cada uno de ellos) permiten cumplir el objetivo general. Hay que rehuir la tendencia a enumerar un listado para «cumplir con el expediente». En cambio, si se formulan con cuidado, pueden facilitar muchas tareas de la investigación. Por ejemplo, en un estadio primigenio de esta, puede resultar útil la construcción de una tabla de doble entrada que relacione las referencias bibliográficas que se pretenden consultar y los objetivos específicos de la investigación. Esto puede dar pistas muy valiosas: ¿se dispone de la bibliografía necesaria para lograr con éxito cada uno de los objetivos específicos? ¿Incluye nuestra selección bibliográfica inicial muchas fuentes que no tienen relación con ninguno de los objetivos específicos? También resultan útiles para dividir la tarea global en una serie de tareas más pequeñas y delimitadas.

    Un conjunto sensato de objetivos específicos cumple tres condiciones:

    1) Ninguno puede ser tan amplio como el general.

    2) Conjuntamente son suficientes. Si todos se cumplen, se cumple el general.

    3) Individualmente son necesarios. Si alguno no se cumple, no se cumple el general. Es decir, ninguno puede ser superfluo.

    Finalmente, muchos proyectos incluyen una sección con una «revisión de la literatura», de los estudios existentes sobre el tema. La ciencia es una empresa colectiva, con lo que, antes de emprender tu investigación, deberás revisar bien lo que ya se ha escrito. Así, evitarás dos cosas: reinventar la rueda y caer en plagio. La mayoría de las universidades cuenta con software antiplagio, como Turnitin, con lo que es importante que documentes qué ideas son tuyas y cuáles han sido defendidas en otros estudios. Para citar bien las fuentes consultadas, lo mejor es incorporar cada referencia a medida que la usas (nunca dejes todas para el final) y emplear programas especializados de gestión bibliográfica, tales como Zotero, Refworks o Endnote.

    Una buena revisión del estado del arte sirve para mucho más que evitar duplicidades (King; Kehoane; Verba, 2000, pág. 27) o plagios: supone una ayuda inestimable para definir el trabajo (circunscribirlo al «hueco» dejado por los estudios existentes), defender su relevancia (quienes investigaron temas afines habrán tenido que explicar por qué lo hicieron), justificar los efectos esperados y los mecanismos causales (gracias a ideas e hipótesis desarrolladas por otros estudiosos), percatarse de posibles variables relevantes o relaciones entre variables, elegir los indicadores más adecuados de los conceptos, y maximizar la comparabilidad y el alcance del propio trabajo.

    Una nota final. Si tu proyecto compite por financiación, escribirlo bien se convierte en un arte en sí mismo (Przeworski; Salomon, 1995). Suele valorarse positivamente que sugieras cuál será el producto esperado (un libro, un artículo, una tesis), que demuestres un conocimiento profundo y actualizado de la literatura, y que relaciones tu investigación con discusiones teóricas controvertidas en la disciplina.

    2. Conceptos

    En esta sección, clarifico conceptos que serán empleados con profusión a lo largo del libro. Empiezo con los de descripción y explicación, ya que los dos capítulos siguientes se refieren a la primera, y el cuarto, a la

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