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EL MERCADER DE VENECIA

Bassanio, un joven veneciano, trata de ganar la mano de Porcia, una hermosa y rica heredera de
Belmont. Se dirige a su mejor amigo, Antonio, el mercader de Venecia, y le pide un préstamo de
3.000 ducados. Dado que la riqueza de Antonio está invertida en su flota, actualmente en
altamar, se ve obligado a pedir prestado el dinero de Shylock, un prestamista judío a quien
desprecia. Shylock le otorga el dinero, pero le hace firmar un contrato que estipula que si
Antonio no paga el préstamo a tiempo, tendrá que saldar la deuda con una libra de su carne.

Mientras tanto, en Belmonte, siguiendo la voluntad de su padre, Porcia pone a prueba a una
serie de pretendientes que tratan de ganar su mano por la elección de la parte derecha del
pecho de cada tres que se les presenta. Después de que el príncipe de Marruecos y el príncipe
de Aragón no pasen la prueba, llega Bassanio y elige el lado derecho del pecho y gana la mano
de Portia.

Durante ese tiempo, en Venecia, Jessica, hija de Shylock, se fuga con su amante, Lorenzo el
cristiano, llevando con ella todo el dinero de su padre. Cuando Shylock se entera de que los
buques y de la riqueza de Antonio se han hundido en el mar, anuncia que va a demandar a
Antonio por la libra de carne que le adeudaba.

El rumor de la demanda llega a Bassanio y rápidamente se dirige a Venecia, para estar con su
amigo durante el juicio. Portia y su criada llegan a la corte veneciana disfrazadas de hombre.
Portia, haciéndose pasar por un abogado académico, declara en el caso de Antonio, se
encuentra una laguna en el contrato y libera a Antonio de las garras de Shylock. Shylock es
condenado a entregar toda su fortuna a Lorenzo y convertirse al cristianismo. La obra termina
en Belmonte con la unión de todos los jóvenes amantes.

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