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Universidad Central de Venezuela

Facultad De Ciencias Jurídicas y Políticas


Centro De Estudios de Postgrado
Especialización en Derecho de la Niñez y la Adolescencia

PARTICIPACIÓN EN LOS PROCESOS JUDICIALES Y ACCESO


A LA JUSTICIA DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES

Proyecto de Trabajo de Grado a ser sometido a la consideración del


Comité del Postgrado de Derecho de la Niñez y la Adolescencia para
optar a título de Especialista otorgado por la Facultad de Ciencias
Jurídicas y Políticas de la Universidad Central de Venezuela

Abg. Belkys Carolina AguanaPerez


CI: 14.157.261

JUNIO 2017
INDICE

Capítulo I: FUNDAMENTACIÓN
Resumen 2
Planteamiento del Problema 3
Objetivos 8

CAPITULO II: MARCO TEORICO


Antecedentes 10
Planteamiento General 16
Régimenes de Incapaces 18
La edad como factor determinante de la capacidad
23
La capacidad procesal 27
Acotaciones a la LOPNNA en materia de capacidad procesal 33
Supuestos de Capacidad Procesal en la LOPNNA 33

CAPITULO III: MARCO METODOLOGICO


Método 37
Análisis de Jurisprudencia 38

Referencias Bibliográficas

1
Universidad Central de Venezuela
Facultad De Ciencias Jurídicas y Políticas
Centro De Estudios de Postgrado
Especialización en Derecho de la Niñez y la Adolescencia

PARTICIPACIÓN EN LOS PROCESOS JUDICIALES Y ACCESO


A LA JUSTICIA DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES

Abg. Belkys Carolina Aguana Perez


CI: 14.157.261

Fecha: 2017

2
RESUMEN

El presente Proyecto de Tesis tuvo como objetivo general el estudio y


análisis de la capacidad procesal como subespecie de la capacidad de obrar
o de goce a los fines de determinar si la incorporación de los artículos 85, 86
y 87 de la Ley Orgánica Para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes
conceden capacidad procesal plena a los niños, niñas y adolescentes o si
por el contrario estos artículos únicamente establecen la posibilidad que
tienen los niños, niñas y adolescentes de acudir directamente al juez no
obstante su incapacidad y que la misma debe ser completada a través de la
representación de sus padres o responsables.
En este sentido también se analizó el contenido del artículo 451 de la
Ley Orgánica Para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes que
establece la capacidad procesal en aquellos casos en los que la ley conceda
capacidad de obrar o de ejercicio; como en el caso del artículo 100 de la
mencionada Ley o del artículo 22 de la Ley Para la Protección a la
Maternidad, la Paternidad y la Familia que otorgan capacidad de ejercicio
plena en materia laboral y del reconocimiento del hijo al adolescente mayor
de 14 años.

Enmarcada en un estudio documental de tipo descriptivo de la Presente


investigación se pudo concluir que los niños, niñas y adolescentes solo
tienen capacidad procesal para actuar por sí mismos en los casos
expresamente contemplados por la Ley Orgánica para la Protección de
Niños, Niñas y Adolescentes y en las leyes especiales que así lo dispongan
debido a que los mismos carecen de capacidad de obrar y por ende no
pueden disponer de los bienes en litigio.

Descriptores: Participación Procesos Judiciales Acceso Justicia Niños,


Niñas Adolescentes

3
CAPITULO I

FUNDAMENTACIÓN

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

En el ámbito del Derecho Procesal Civil en Venezuela desde la entrada en


vigencia del Código de Procedimiento Civil en el año 1987 y del Derecho de
Familia y de Menores de la Ley Tutelar del Menor de 1.980, existió una
limitación en lo que se refiere a la capacidad de los niños, niñas y
adolescentes para realizar actos válidos sin la representación o asistencia de
alguno de sus progenitores o responsables.

Respecto a la capacidad de los niños, niñas y adolescentes cabe señalar que


para mayor comprensión de la misma debe ser estudiada comenzando por
su noción en el campo jurídico y su calificación; distinguiendo entre
capacidad jurídica, legal o de goce y capacidad de ejercicio, de disfrute o de
obrar y la subdivisión de esta última en capacidad negocial, capacidad
procesal y capacidad delictual.

La capacidad en derecho es definida por Aguilar Gorrondona como “la


medida de la aptitud de las personas en relación con los derechos y deberes
jurídicos”. 1

La Capacidad Jurídica, legal o de goce y la Capacidad de Ejercicio, de


disfrute u Obrar son definidas por el mismo autor como: “la medida de la
aptitud para ser titular de derechos o deberes”; y “la medida de la aptitud
para producir efectos jurídicos mediante actos de propia voluntad”,
respectivamente.

1
1 Aguilar Gorrondona, José Luis: Derecho Civil Persona. Caracas, UCAB, 14° edic,2000

4
De igual forma es importante señalar un concepto de Capacidad Procesal en
virtud de que la misma será el punto de enfoque del presente trabajo de
investigación siendo la misma definida como “la aptitud para realizar actos
procesales válidos por voluntad propia”.

En este orden de ideas, desde el punto de vista legislativo se puede decir


que en Venezuela la forma de concebir los derechos y deberes de los niños,
niñas y adolescentes ha evolucionado desde la entrada en vigencia en el año
1936 de la llamada Primera Convención de la Federación Venezolana de
Maestros en la que se aprobó la Tabla de los Derechos de los Niños,
siguiendo con el Código de Menores de 1939, el Estatuto de Menores de
1949 y la Ley Tutelar del Menor de 1989, que acogían la llamada Teoría de la
Situación Irregular y que por lo tanto consideraban al menor de edad como
un ser completamente incapaz de ejercer sus derechos y deberes.

Desde la entrada en vigencia en Venezuela de la Convención Internacional


de Derechos del Niño en el año 1990, de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela en el año 1999, que declara a los niños, niñas y
adolescentes sujetos plenos de derecho y de la de la Ley Orgánica para la
Protección de Niños y Adolescentes en el año 2000 y su posterior reforma en
el año 2007 se acogió la llamada Teoría de la Protección Integral, que
contempla el derecho a la defensa, el derecho a la justicia, el ejercicio
progresivo de los derechos y específicamente en el artículo 451 la capacidad
procesal del adolescente

En este sentido, en ejercicio de los anteriormente mencionados derechos es


frecuente encontrar en los Tribunales de Protección del Circuito Judicial del
Área Metropolitana de Caracas casos de menores de edad ejerciendo por si
mismos su derecho al acceso a la justicia ya sea en el rol de demandados o

5
de demandantes, inclusive demandando a sus propios padres o
responsables.

La LOPNNA ofrece un cambio de paradigma que integra muchos avances de


la psicología del desarrollo y se relaciona con las características generales
de este proceso a lo largo del ciclo vital. Es importante destacar que los
derechos y las responsabilidades de niños y adolescentes son los mismos
independientemente de la edad. No obstante, la forma de ejercerlos varía de
acuerdo a las posibilidades y a las limitaciones que le imponen los cambios
evolutivos y las expectativas culturales de su entorno. El artículo 78 de la
CRBV, despeja cualquier duda que pudiera tenerse al respecto de la
capacidad de niños y adolescentes, cuando expresamente señala que estos
son sujetos plenos de derecho.

El legislador patrio al conceder a través de la LOPNNA a niños y


adolescentes el ejercicio personal de sus derechos y garantías de manera
progresiva y conforme a su capacidad evolutiva (Art. 13), nos lleva a concluir
que los cambios consecutivos y acumulativos que caracterizan cada período
del ciclo vital de cada niño o niña siguiendo un orden de menor a mayor
complejidad y diferenciación, cada niño lo sigue a su propio ritmo.

 Empero, no debe considerarse que el ejercicio del derecho en referencia


concede plena capacidad procesal, pues como lo refiere la LOPNNA en sus
artículos10 y 11 que tratan sobre el carácter enunciativo y la naturaleza de
los derechos y garantías, esta debe integrarse bien por su representante
legal quien conforme a lo establecido en el artículo 13, parágrafo primero
eiusdem tiene un deber de orientación y es generalmente el administrador de
los bienes en el ejercicio de la patria potestad conforme lo prevé el artículo
348 LOPNNA y, en aquellos supuestos en que existan intereses
contrapuestos entre los representantes legales y los adolescentes

6
(fundamentalmente en asuntos de familia), debe perfeccionarse con un
representante judicial designado por el juez, ello, a los fines de proseguir con
el procedimiento respectivo una vez planteada la solicitud o petición, la cual,
como ya se señaló, puede ser propuesta directa y personalmente por el
adolescente sin la participación inicial de un representante, todo ello sin
menoscabo del derecho de opinar y ser oído, previsto en el artículo 80 de la
Ley en referencia”.

 Con base a lo anteriormente expuesto se plantea en el marco de esta


propuesta de Trabajo Especial de Grado las siguientes interrogantes:

1. ¿otorgan capacidad procesal los artículos 86, 87 y 451 de la Ley


Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes?
2. ¿Cuáles son los supuestos en los que se le otorga capacidad procesal
a los niños y adolescentes?
3. ¿Cuál es el alcance que tiene la participación de los niños, niñas y
adolescentes en los procesos donde éstos son los principales
interesados?
4. ¿Cuál es el sentido de la participación de los niños y adolescentes en
los procesos judiciales?
5. ¿Cuáles son las confusiones derivadas de la LOPNNA en lo que a la
capacidad procesal de niños, niñas y adolescentes se refiere?

7
OBJETIVOS

Objetivo General

Analizar si el Artículo 451 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños,


Niñas y Adolescentes concede capacidad procesal plena a los niños, niñas y
adolescentes o si por el contrario solo la otorga en los casos específicamente
señalados en la misma y en otras leyes especiales.

Objetivos Específicos

1) Establecer a través del análisis de jurisprudencia nacional e


internacional si la capacidad procesal otorgada a niños, niñas y
adolescentes sólo se refiere a las materias donde la ley expresamente
les concede capacidad
2) Verificar a través del análisis de jurisprudencia nacional e internacional
cual es el alcance que tiene la participación tiene la participación de
los niños, niñas y adolescentes en los procesos donde éstos son los
principales interesados
3) Definir cuál es el alcance de la participación de los niños, niñas y
adolescentes en los procesos judiciales en los que estos sean los
principales interesados
4) Definir a través del análisis de jurisprudencia de la Sala Constitucional
y de la Sala de Casación Civil si existen confusiones derivadas de la
LOPNNA respecto a la capacidad procesal de niños, niñas y
adolescentes.

8
JUSTIFICACIÓN

La investigación debe tener un propósito y partir de potencialidades,


necesidades y oportunidades del tema en estudio, luego respondiendo a
ciertas preguntas específicas se definen las curiosidades y tendencias de la
investigación. Para el autor esta es su manera de crear una justificación
eficiente, respondiendo a dichas preguntas claves dentro de la investigación,
pues cada investigador tiene su estilo propio.

En este orden de ideas, este trabajo se justifica teóricamente, ya que aporta


el conocimiento acerca de la capacidad procesal plena de niños, niñas y
adolescentes establecida en la LOPNNA en los artículo 451 (capacidad
Procesal), 85 (Derecho de Petición), (Derecho a Defender sus Derechos) y
87 (Acceso a la Justicia)

En este sentido, el marco referencial del trabajo especial de grado es actual,


puesto que fue con la entrada en vigencia de la Ley Orgánica para la Protección
de Niños y Adolescentes en el año 2000 y su posterior reforma en el año 2007,
comenzó a discutirse tanto en la doctrina como en la jurisprudencia si los
artículos 85 (Derecho de Petición), 86 (Derecho a defender sus derechos), 87
(Derecho a la Justicia) y 451 (Capacidad Procesal) habían otorgado capacidad
procesal a los niños, Niñas y Adolescentes y cuál era su alcance.

Sobre la base de lo anterior, la autora del proyecto de trabajo especial de


grado se va a circunscribir al territorio nacional, a través del análisis de la
doctrina, la jurisprudencia de la Sala de Casación Social y la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia así como a una muestra de
los Tribunales de Protección que conforman el Circuito del Área
Metropolitana de Caracas.

9
CAPITULO II

MARCO TEORICO

EL CONCEPTO DE INFANCIA A LO LARGO DE LA HISTORIA

Para una mayor comprensión de la Capacidad Procesal que la LOPNNA


otorga a niños, niñas y adolescentes se hace necesario comenzar por
analizar la evolución histórica del tratamiento que ha recibido la infancia y la
adolescencia no solamente desde el punto de vista legal, sino social y
cultural en las distintas etapas de la humanidad y el surgimiento de las
principales doctrinas en lo que se refiere a la participación de niños, niñas y
adolescentes en la sociedad; es decir, la Doctrina de la Situación Irregular y
la Doctrina de la Protección Integral.

Un análisis riguroso demuestra que la historia de la infancia es la historia de


su control. Esta perspectiva parte del rechazo de considerar a la infancia
como una categoría ontológica, sosteniendo por el contrario, que la misma
constituye el resultado de un complejo proceso de construcción social cuyos
orígenes pueden ubicarse en torno al siglo XVII. En otras palabras, esto
significa afirmar que la niñez de hoy no fue percibida como una categoría
diferenciada de los adultos antes de dicho periodo. Esta posición remite al
trabajo de Philippe Aries, quien utilizando una fuente documental de carácter
altamente heterodoxo como la pintura de la época demuestra que antes del
siglo XVII, pasado el estricto periodo de dependencia materna, esos
individuos pequeños se integran totalmente al mundo de los adultos. 2

2
Garcia Mendez Emilio: Derecho de la Infancia/Adolescencia en América Latina: De la
Situación Irregular a la Protección Integral.

10
Las fuentes documentales de Aries muestran a quien hoy consideramos
natural y obviamente como niños, vistiendo las mismas ropas que los adultos
y realizando sus mismas tareas3.

Los antecedentes más antiguos sobre el tema nos sitúan en el mundo


Grecorromano, donde se observa la ausencia de un concepto para describir
la niñez, más bien este periodo estaba vinculado a los conceptos de
“nutrir”,”criar”, “engordar”, es decir, no existía una forma específica para
referirse a este periodo de la vida. Solo por una relación de sentido se puede
asociar nutrir, criar, engordar con la infancia. Pero están alejados de una
descripción de niñez como una etapa definida de la vida. 4

Como antecedentes de esta época la literatura de Platón tiene


representaciones de los primeros años de vida, donde se ve este período
como posibilidad, donde no interesa lo que es la niñez, sino la posibilidad de
llegar a convertirse en adulto… y de poder gobernar la polis. Platón describe
a los menores de edad en términos de inferioridad, frente al varón adulto,
ciudadano, y su consecuente imagen de lo no importante, lo accesorio, lo
superfluo y lo prescindente. 5

Posteriormente, en el idioma latín aparece el término “infantia” que se refiere


literalmente a una ausencia del habla, es decir, un concepto utilizado para
determinar a personas con carencias en la comunicación verbal, pero no es
un término que representara a la “infancia”. De hecho, en los estudios
históricos sobre Roma antigua, se observa que las consideraciones que se
hacen referencia a la niñez, derivan sólo de la preocupación de los adultos

3
Garcia Mendez Emilio: Derecho de la Infancia/Adolescencia en América Latina: De la
Situación Irregular a la Protección Integral.
4
Álvarez Chuart Jorge: Primera Infancia Un concepto de la Modernidad
5
Álvarez Chuart Jorge: Primera Infancia Un concepto de la Modernidad

11
por temas como la fecundidad, la patria potestad, normativas respecto a
educación y a la institucionalidad social.6

Así, en los inicios de la civilización occidental, no existe un término que


representa a la infancia, hay que hacer un esfuerzo mental para recordar
continuamente que los niños y niñas estaban siempre presentes y en
importante número, ya que en la literatura, en los reportes históricos y
manifestaciones artísticas de la época, prácticamente los niños y niñas no se
mencionan.

Esta situación de casi negación de la infancia, concordantes con las


prácticas extendida y aceptada en la antigüedad respecto del infanticidio y
del sacrificio de niños en diversos rituales.

Durante la época medieval, en Europa, tampoco existe una representación


socialmente significativa sobre la infancia, como lo demuestran diversas
pinturas y relatos costumbristas de esa época; lo que hoy llamamos infancia
estaba limitado a la definición de un periodo muy breve de las personas, de
los niños, desde muy pequeños, una vez que pasaban el estricto y breve
período de dependencia materna, se integraban totalmente al mundo de los
adultos, vistiendo igual que ellos y realizando las mismas actividades u
oficios. Así la sociedad, de principios de la Edad Media sólo ve en el niño
una persona pequeña o, mejor dicho, “un hombre incompleto que pronto se
haría, o debería hacerse, un hombre completo. Así mismo en aquel duro
ambiente de guerreros de la edad media, la debilidad que simboliza el niño
no se aprecia como agradable ni gentil.7

6
Álvarez Chuart Jorge: Primera Infancia Un concepto de la Modernidad
7
Álvarez Chuart Jorge: Primera Infancia Un concepto de la Modernidad

12
Con posterioridad al siglo XVII la utilización como fuente específica del
retrato de familia lo que permite demostrar una clara inversión de tendencia.
Aquellos individuos pequeños, aparecen ahora con ropas diversas ubicados
en el centro del retrato familiar. Una historia critica posterior permitirá percibir
con nitidez el alto precio que la infancia pagará por esta nueva centralidad:
pérdida total de autonomía y origen de una cultura jurídico social que vincula
indisolublemente la oferta de protección a la declaración previa de algún tipo
de incapacidad. Parece posible identificar aquí la génesis y la prehistoria de
la llamada Doctrina de la Situación Irregular.8

Pero la construcción social de la categoría infancia sería imposible de


entender sin hacer mención a la institución que contribuyó decisivamente a
su consolidación y reproducción ampliada: la escuela. Sin embargo, no todos
los integrantes tienen acceso a la institución escuela, e incluso una parte de
los que se incorpora, resulta por diversos motivos expulsados de la misma.
La diferencia socio-cultural que se establece, en el interior del universo
infancia, entre aquellos que permanecen vinculados a la escuela y aquellos
que no tienen acceso o son expulsados de ella es tal, que el concepto
genérico de infancia no podrá abarcarlos. Los excluidos se convertirán en
menores.9

Para la infancia, la familia y la escuela cumplirán las funciones de control y


socialización. Para los menores será necesaria la creación de una instancia
diferenciada de control socio-penal: el tribunal de menores (que no por acaso
recibe desde sus orígenes esta denominación). 10

8
Emilio García Méndez Derecho de la Infancia/ adolescencia en América Latina: De la Situación Irregular a la
Protección Integral.
9
Emilio García Méndez Derecho de la Infancia/ adolescencia en América Latina: De la Situación Irregular a la
Protección Integral.
10
Emilio García Méndez Derecho de la Infancia/ adolescencia en América Latina: De la Situación Irregular a la
Protección Integral.

13
Un hecho que sintetiza lo señalado es la realización del Primer Congreso
Internacional de Protección de la Infancia, realizado en Brúcelas, que instala
la temática de la niñez en la agenda de los Estados Unidos y en el discurso
de las organizaciones internacionales. Los temas centrales del congreso
fueron la higiene y la educación para la crianza de la infancia, la urgencia es
disminuir la mortalidad infantil, los programas para superar déficit en la tutela
de niños y la educación de las madres en el cuidado de sus hijos, es decir,
temas que con algunas variantes y ampliación de sus concepto se ha
mantenido en los programas de congresos y seminarios internacionales
hasta hoy.

En Venezuela la Doctrina de la Situación Irregular sirvió de base para las


leyes que en materia de menores de edad se dictaron con anterioridad a la
Convención Internacional Derechos del Niño.

La protección de los menores de edad se inicia con el Estatuto de Menores


(1950), aunque éste tiene sus antecedentes en la creación del Consejo
Venezolano de 1936 y en el Código de Menores de 1939. El Estatuto de
Menores es sustituido por la Ley del Instituto Nacional del Menor (1.978) y la
Ley Tutelar del Menor (1981).

La legislación especial coexiste, primero, con la regulación de las relaciones


familiares por las disposiciones del Código Civil de 1942, dentro de una
tónica tradicional, y luego con una normativa más moderna de la Ley de
Reforma Parcial del Código Civil de 1982. Otras leyes especiales han
regulado también la situación de los menores de edad y de la familia en las
últimas décadas, entre las que se destaca la Ley de Adopción dictada en
1972 y reformada en 1983.

14
El Estatuto de Menores constituyó un avance en el desarrollo en el concepto
del interés del menor, sin que se tuviera plena conciencia de ello. El uso de la
expresión se hizo más frecuente y en cuanto al contenido del concepto,
además de incluir algunas innovaciones concretas a favor de los menores de
edad, el Estatuto hacía referencia a lo que debía entenderse por “beneficio” o
“bienestar” del menor en forma general, al consagrar en las disposiciones
fundamentales “el derecho que tiene el menor de vivir en condiciones que le
permitan llegar a su completo y normal desarrollo físico, intelectual y moral”.
Dichas condiciones, que el Estado se comprometía a garantizar, coincidían a
grandes rasgos, con los derechos contenidos en la Declaración de los
Derechos del Niño aprobada en 1959.

En la Constitución de 1961, en relación con la infancia y la juventud, se


ordena dictar las medidas necesarias para asegurar a todo niño sin
discriminación alguna, protección integral, desde su concepción hasta su
completo desarrollo, para que éste se realice en condiciones materiales y
morales favorables. Luego enfatiza, que la ley promoverá lo conducente para
que todo niño, sea cual fuere su filiación, pueda conocer a sus padres, para
que éstos cumplan el deber de asistir, alimentar y educar a sus hijos y para
que la infancia y la juventud estén protegidas contra el abandono, la
explotación o el abuso. Se hace referencia también a la protección de la
filiación adoptiva, a la responsabilidad subsidiaria del Estado en la formación
de los niños y jóvenes y se ordena que la protección de los mismos sea
regulada por legislación especial y realizada por organismos y tribunales
especiales.

La Ley Tutelar del Menor recoge las innovaciones de la jurisprudencia y


aglutina y perfecciona en general las disposiciones protectoras del menor de
edad, consagradas en el Estatuto de Menores y en las leyes especiales ya
mencionadas. En el artículo 1º se establece que dicha ley “tiene por finalidad

15
tutelar el interés del menor”, lo que es indicativo de la importante significación
que se atribuye a esa noción. Se señala además que dicha ley deberá
interpretarse, fundamentalmente, en interés del menor y se atribuye a los
Jueces de Menores competencia para conocer de todos los asuntos
vinculados al interés del menor.

La Doctrina de la Situación Irregular es defina en palabras de Cristóbal


Cornieles Perret Gentil como:
“La doctrina de la situación irregular que es la base de todo el
derecho minoril, sostiene que el ordenamiento jurídico debe
prever que los “menores de edad” son incapaces plenos y
absolutos en todas las esferas de su vida. La regla general es su
incapacidad, aunque la ley puede reconocerles excepcionalmente
cierta capacidad para determinados actos o en algunas
circunstancias. Así, los “menores de edad” constituyen “sujetos”
de derecho atípicos o sui generis, pues se le reconoce capacidad
de goce más no capacidad de obrar. En otras palabras se
entiende que son titulares de derechos y garantías pero no se les
reconoce la facultad para exigirlos defenderlos o ejercerlos”.

La característica primordial de la Doctrina de la Situación Irregular está dada


por el hecho de no considerar a los niños como sujetos plenos de derecho
sino sujetos de tutela por parte del Estado, el cual se encuentra representado
por la figura del Juez de Menores.

Otras características propias de la Doctrina de la Situación Irregular son:


1. Privación constante de principios básicos y elementales del derecho,
incluso de los consagrados en la Constitución de la República,
inherente a todas las personas
2. Las decisiones referentes a los menores de edad se encuentran
centralizadas en el poder absoluto y discrecional del Juez de Menores

16
3. Se criminaliza la situación de pobreza, lo que da paso o constituye el
soporte de sanciones que constituyen privaciones de libertad, por
motivos generalmente vinculados con la falta o carencia de recursos

Surgiendo la necesidad de modificar y actualizar toda la legislación vigente


en materia de menores, de modo que esta se adapte a los paradigmas y
modernas tendencias internacionales a favor de la infancia, se aprobó la
Convención Internacional sobre los Derechos del Niño en la Sede de la
Asamblea General de las Naciones Unidas, en la ciudad de Nueva York, el
20 de noviembre de 1989

El 02 de octubre de 1998, en cumplimiento del compromiso adquirido por el


Estado Venezolano al ratificar la Convención, se promulga la Ley Orgánica
de Protección al Niño y al Adolescente (LOPNA), la cual entra en vigencia el
01 de abril de 2000 sustentada en la Doctrina de la Protección Integral, la
cual garantiza a todos los niños, niñas y adolescentes, que se encuentren en
el territorio nacional, el ejercicio y el disfrute pleno y efectivo de sus derechos
y garantías.

La nueva doctrina sostiene, que tratar a los niños y adolescentes como


personas carentes de toda racionalidad, que es el efecto producido al
considerarlos legalmente incapaces plenos y absolutos, es incongruente y
contrario a todos los descubrimientos de las ciencias auxiliares del derecho,
como la psicología, la psiquiatría y las ciencias pedagógicas, que plantean
que las personas a medida que crecen y se desarrollan van adquiriendo
capacidad progresivamente para tomar decisiones y actuar en base a ellas.

La Doctrina de la Protección Integral establece que debe reconocerse a los


niños, niñas y adolescentes capacidad jurídica, de manera progresiva y
conforme a su desarrollo para ejercer personal y directamente sus derechos

17
y garantías, así como para cumplir con sus deberes y responsabilidades.
Esta capacidad progresiva se encuentra y debe entenderse siempre en
equilibrio con la facultad de los padres, madres, representantes o
responsables de orientarlos y formarlos, por lo tanto, no se trata de prever
que los niños, niñas y adolescentes tienen plena capacidad jurídica, sino de
establecer un régimen legal en el cual se les atribuya capacidad progresiva,
en concordancia con su nivel de desarrollo y bajo la debida orientación de
quien ejerce la patria potestad y/o la guarda.

LA CAPACIDAD
PLANTEAMIENTO GENERAL
El Código Civil utiliza la palabra capacidad en los artículos 18 y 19 CC. El
artículo 18 fija la mayoridad en los 18 años y dispone como consecuencia de
la mayoridad, la capacidad del individuo “para todos los actos de la vida civil
con las excepciones establecidas por normas especiales”. El artículo 18 del
Código Civil indica que en relación con la capacidad de obrar, el principio
general consiste en que la capacidad es la regla (en principio todos los
mayores de edad gozan de capacidad); mientras que la incapacidad es la
excepción (existen mayores de edad incapacitados legalmente). De la
norma legal mencionada se desprende que quienes no han alcanzado la
edad de la mayoridad están en principio afectados de cierto grado de
incapacidad. Del principio enunciado la doctrina deduce tres (03)
consecuencias: a) no hay incapacidad sin texto legal que la establezca; b) las
normas que establecen la incapacidad son de interpretación restrictiva y c)
quien afirma la incapacidad tiene la carga de probarlo. 11

El artículo 19 del Código Civil enumera las personas jurídicas (en sentido
estricto) y declara que ellas “son capaces de obligaciones y derechos”.

11
Hung Vailant, Francisco: Notas sobre la capacidad jurídica de niños, niñas y adolescentes a la luz de la
LOPNA. En Revista de Derecho del Tribunal Supremo de Justicia Nro.2, año 2000, p 343

18
NOCIÓN.
La palabra “capacidad” etimológicamente es capax-acis, significa lo que
tiene en sí, ámbito suficiente para contener una cosa.

En el léxico jurídico, la expresión capacidad denota la aptitud de los sujetos


para ser titulares de derechos y obligaciones y otras veces, se emplea para
significar el poder que se le reconoce a la mayoría de dichos titulares para
realizar actos jurídicos para realizar actos jurídicos sin el ministerio o
autorización de otra persona. En el primero de los sentidos, la capacidad es
un atributo de la personalidad jurídica. En el segundo de los sentidos, la
capacidad es un requisito para la validez de los actos jurídicos. De allí que no
se admite tal validez sino se tiene el grado de discernimiento y experiencia
suficiente para comprender el sentido y las consecuencias de tales actos. 12

Para Aguilar Gorrondona la capacidad es la medida de aptitud de las


personas en relación con los derechos y deberes jurídicos. 13

Señala Francisco HungVaillant la capacidad como medida (mayor o menor)


de la aptitud para la actuación de derechos y deberes jurídicos. 14

La doctrina clasifica la capacidad en: jurídica o de goce y capacidad de obrar


o de ejercicio.

La mayoría de los autores definen la capacidad jurídica o de goce como la


aptitud para ser titular de deberes y derechos o idoneidad para ser sujeto de
derecho. Visto así, no existiría desde el punto de vista conceptual diferencia
alguna entre la capacidad de goce y la personalidad.
12
Domínguez Guillen María Candelaria: Nociones Generales Sobre Capacidad. En Ensayos sobre capacidad y
otros Temas de derecho Civil, Colección Nuevos Autores, Nro. 1, Tribunal Supremo de Justicia, p
13
Aguilar Gorrondona, José Luis: Derecho Civil Persona. Caracas, UCAB, 14° edic,2000,

14
Hung Vailant, Francisco: Derecho Civil I, Vadell Hermanos, año 2001

19
Por su parte, hay autores que observan una sutil pero importante diferencia
entre personalidad y capacidad de goce, la cual viene dada por una noción
cuantitativa. La personalidad para Adolfo Carretero es el antecedente de la
capacidad.15

En el mismo sentido, se pronuncia Melich Orsini, para quien el concepto de


personalidad jurídica se vincula al de capacidad jurídica, ya que esta no es
sino la medida de la aptitud que se tiene según el ordenamiento jurídico
positivo de ser titular de derechos y deberes, lo que equivale a decir que la
capacidad jurídica es reconocida. No puede haber, pues, personalidad
jurídica sin un cierto grado de capacidad jurídica. 16

Mélich Orsini señala que la capacidad de obrar es la aptitud para cuidar


mediante la realización voluntarios los propios intereses. HungVaillant acoge
las ideas de Aguilar Gorrondona en cuanto a que la capacidad de obrar sería
la medida de la aptitud para producir plenos efectos jurídicos mediante actos
de la propia voluntad. 17

Al respecto, Domínguez Guillen critica estas definiciones al utilizar el


elemento “medida”, por cuanto ésta es necesaria para la noción de
capacidad de goce, para distinguirla de la personalidad, y no para la de
obrar, la cual define como, la aptitud o posibilidad de realizar actos jurídicos
por voluntad propia.18
15
Domínguez Guillen María Candelaria: Nociones Generales Sobre Capacidad. En Ensayos sobre capacidad y
otros Temas de derecho Civil, Colección Nuevos Autores, Nro. 1, Tribunal Supremo de Justicia, p
16
José Mélich Orsini: Doctrina General del contrato
17
De Freitas de Gouveira, Edilia: La Noción de Capacidad en la Doctrina Jurídica Venezolana. Estudios de
Derecho Civil: Libro Homenaje a José Luis Aguilar Gorrondona, Serie Colección Libros Homenaje 5, Tribunal
Supremo de Justicia.

18
De Freitas de Gouveira, Edilia: La Noción de Capacidad en la Doctrina Jurídica Venezolana. Estudios de
Derecho Civil: Libro Homenaje a José Luis Aguilar Gorrondona, Serie Colección Libros Homenaje 5, Tribunal
Supremo de Justicia.

20
Ahora bien, en la Doctrina, capacidad de obrar se subdivide en tres tipos de
capacidades, a saber: Negocial, Procesal y Delictual.

La doctrina venezolana es conteste en afirmar que la capacidad negocial es


la aptitud para realizar negocios jurídicos válidos por voluntad propia. En
consecuencia, para la realización de cualquier negocio jurídico es necesario
tener capacidad de obrar, de lo contrario el acto estaría viciado de nulidad. Al
respecto señala Aguilar Gorrondona que nuestro derecho no señala ningún
régimen para la capacidad negocial, sino para contratar.

En consecuencia, donde exista un acto jurídico que implique manifestación


de parte en realizar cualquier negocio jurídico, sea este unilateral o bilateral,
requerirá capacidad de obrar, de lo contrario está afectado de nulidad.

La capacidad delictual es la aptitud para quedar obligado por los propios


hechos ilícitos. No se considera si es mayor o menor de edad, sino que para
el momento del mismo tenía discernimiento, es decir, sabía que su conducta
se apartaba de lo correcto.
Por lo que de conformidad con el artículo 1.186 del Código Civil el incapaz
responde por sus hechos ilícitos si ha obrado con discernimiento.

La capacidad procesal se configura como la aptitud para realizar actos


procesales válidos.

La capacidad para ser parte, equivale a la capacidad jurídica del derecho


privado, todo aquel a quien el ordenamiento le reconoce personalidad
jurídica, capacidad para ser titular de derechos y obligaciones tiene
capacidad para ser parte en un proceso.

21
La capacidad procesal también denominada Legitimatio Ad Procesum es una
especie de la capacidad de obrar contemplada en el artículo 136 del Código
de Procedimiento Civil que contempla:
Son capaces para obrar en juicio las personas que tengan, el
libre ejercicio de sus derechos, las cuales pueden gestionar por
sí mismas o por medio de apoderados, salvo las limitaciones
establecidas en la ley.

De la lectura del mencionado artículo se puede inferir que tendrán capacidad


procesal aquellas personas que por su propia voluntad puedan ejercer la
defensa de sus derechos, a través de actuaciones en los tribunales, tales
como por ejemplo interponer demandas, contestar demandas, promover y
evacuar pruebas, ejercer recurso de apelación ejercer recursos
extraordinarios tales como casación, ejercer amparos, sin que una tercera
persona tenga que intervenir a los fines de subsanar su incapacidad bien
sea a través de algunos de los regímenes de incapaces contemplados en la
ley tales como la asistencia o la representación.

La Legitimatio ad procesum implica la aptitud para comprender la


trascendencia de los actos procesales, y es un requisito necesario de
actuación procesal. Couture define la legitimación procesal como la
posibilidad ejercer en juicio la tutela del derecho. A ésta se refiere el Ord. 2°,
artículo 346 del Código de Procedimiento Civil.

Dentro del lapso fijado para la contestación de la demanda, podrá


el demandado en vez de contestarla promover las siguientes
gestiones previas:
2° La legitimidad de la persona del actor por carecer de la
capacidad necesaria para comparecer en juicio.

La cuestión previa contemplada en el Ordinal 2° del Artículo 346 se refiere a


la ilegitimidad de la persona del actor por carecer de la capacidad necesaria
para comparecer en juicio, por ser esta capacidad un requisito atinente a la

22
parte, cuya falta obsta al seguimiento del juicio mientras no se subsane el
defecto.19
Es conveniente precisar que como indica María Candelaria Domínguez
Guillen no debe confundirse la capacidad procesal o capacidad de obrar
procesal con la capacidad de ser parte, la cual está asociada a la capacidad
jurídica procesal. En tal sentido, los incapaces podrán figurar en un proceso
como actor o demandado en un proceso, teniendo así la capacidad de ser
parte, no tiene la capacidad procesal para actuar ante la jurisdicción por su
voluntad.20

REGLAS O PRINCIPIOS APLICABLES EN MATERIA DE CAPACIDAD

La doctrina representada por José Luis Aguilar Gorrondona, ha señalado


algunas reglas en materia de capacidad, encontrándose entre las más
importantes las siguientes:

1) Todas las personas tienen capacidad de goce


Es jurídicamente imposible que una persona carezca totalmente de
capacidad jurídica o de goce. En el derecho contemporáneo todos los
individuos de la especie humana son personas, no existen seres humanos
sin capacidad de goce. Esta última se adquiere por el hecho del nacimiento
con vida, de conformidad el artículo 17 del CC.

No existe pues, una incapacidad general de goce, lo que sí existe son


incapaces generales de goce. Estas afectan a la persona en casos
particulares. Pues en términos generales, el sujeto de derecho siempre
tendrá capacidad de goce, pues esta es una noción simultanea a la de
personalidad.
19
Rengel Romberg, Aristides: Tratado de Derecho Procesal Civil Venezolano
20
Dominguez Guillen María Candelaria: Capacidad Procesal del Menor de Edad, Nuevos Estudios de Derecho
procesal . Homenaje a José Andrés Fuenmayor. Colección Libros Homenaje N° 8. Tribunal Supremo de Justicia,
2002

23
2) La capacidad de obrar presupone la capacidad de goce, pero no
viceversa.
Toda persona natural tiene capacidad de goce pero no necesariamente
capacidad de obrar. Esta afirmación denota que la capacidad de obrar
presupone necesariamente de la existencia de la capacidad de goce, pero no
viceversa, es decir una persona humana puede tener solamente capacidad
jurídica y no tener la posibilidad de realizar actos jurídicos por voluntad
propia porque carece de capacidad de obrar.

3) Las normas que rigen la capacidad de goce y la capacidad de obrar


son substancialmente distintas
Esto porque la noción entre una y otra capacidad varía, siendo que la
capacidad de goce corresponde a toda persona, en tanto que la de obrar
puede no existir en la persona natural. Esto da lugar a una regulación
normativa distinta tanto respecto a su alcance como a la cantidad de
restricciones.
4) Las normas que establecen la capacidad son de orden público
Estas normas no pueden ser relajadas por convenio entre particulares, ni aun
con el consentimiento de la persona en cuyo favor se haya establecido esta
incapacidad. Como consecuencia tendríamos que aun cuando las partes de
un contrato dispusieran de mutuo acuerdo considerar a una de ellas capaz
no siéndolo realmente el contrato de todos modos sería anulable.
5) las causas que afectan la capacidad de obrar son taxativas
En razón de las más importantes consecuencias jurídicas que se derivan de
la incapacidad, se ha sostenido que la capacidad es la regla y la incapacidad
es la excepción.21

REGIMENES DE INCAPACES
21
Domínguez Guillen María Candelaria: Nociones Generales Sobre Capacidad. En Ensayos sobre capacidad y
otros Temas de derecho Civil, Colección Nuevos Autores, Nro. 1, Tribunal Supremo de Justicia, p

24
Los regímenes para incapaces están establecidos en la ley con la finalidad
de lograr que puedan ser realizados negocios jurídicos válidos que
produzcan efectos en la esfera jurídica de los incapaces. Dicho de otro
modo, la ley no se limita a declarar incapaces a las personas que se
encuentren en la imposibilidad de atender a sus propios negocios e
intereses; por el contrario, establece un mecanismo jurídico para superar la
incapacidad negocial que los afecta. Los mecanismos consisten en organizar
la intervención de determinados terceros en la celebración de negocios
jurídicos que interesan y afectan al incapaz. En algunos regímenes, el
tercero que interviene sustituye en la actuación jurídica al incapaz; el tercero
realiza los negocios jurídicos en nombre del incapaz y éste no interviene de
forma alguna en la celebración del negocio, aun cuando recibe la totalidad de
los efectos jurídicos del negocio (regímenes de representación). En otros
regímenes, el tercero no sustituye al incapaz en la celebración del negocio,
sino que para la validez de éste la ley requiere la intervención conjunta del
tercero y el incapaz (regímenes de asistencia) o bien el incapaz actúa con
la aprobación del tercero (regímenes de autorización).22

Del conjunto de dispositivos técnicos mencionados, se desprende que


nuestro derecho considera la edad como un factor decisivo para determinar
la capacidad negocial de las personas. Igualmente se deduce de ellos que la
regla general consiste en que los mayores de edad tienen una capacidad
negocial plena para todos los actos y la regla inversa se aplica a las
personas que no han alcanzado la mayoridad. Ambas reglas no son
absolutas y tienen excepciones.

LA EDAD COMO FACTOR QUE AFECTA LA CAPACIDAD DE OBRAR O


DE EJERCICIO

22
Aguilar Gorrondona, José Luis: Derecho Civil Persona. Caracas, UCAB, 14° edic,2000

25
La edad, como tiempo de vida de la persona, le da oportunidad a ésta para
su desarrollo físico e intelectual; extremos que tienen indudable
trascendencia a los fines de dotar a la persona de experiencia vital y
madurez de entendimiento. Lo común en esta materia se refleja en la
circunstancia de que mientras mayor es el tiempo de vida de la persona,
mayor cantidad de experiencia vital. Lo expuesto tiene su efecto más
importante en el campo de la capacidad negocial; es decir, en el campo de la
aptitud para realizar, en nombre propio negocios jurídicos válidos; solución
que es igualmente aplicable en el caso de la capacidad procesal de acuerdo
a lo previsto en el artículo 136 CPC. En efecto, conforme a esta norma, son
capaces de obrar en juicio las personas que tengan el libre ejercicio de sus
derechos, salvo las limitaciones establecidas en la ley.

La edad es una de las circunstancias limitativas de la capacidad de obrar del


ser humano. Manuel Albaladejo, la define como el tiempo de vida de una
persona desde el momento de su nacimiento hasta el momento de su vida en
que se considere.23

La edad en el derecho es la que atribuye efectos determinados o


capacidades según se tenga una edad u otra, por cuanto es uno de los
elementos que marca el discernimiento de los sujetos de derecho en nuestro
ordenamiento jurídico. El legislador patrio estableció la edad de 18 años
como límite para alcanzar la mayoría de edad. Así señala HannaBinstock
que, la edad en el derecho contemporáneo es criterio determinante de la
capacidad de obrar de las personas naturales, en razón de la estrecha
relación que existe entre edad y madurez. Para Domínguez Guillén, la
capacidad de obrar supone y requiere de la voluntad, y esta viene dada

23
Dominguez Guillen María Candelaria: Reflexiones en Torno a la Capacidad Procesal en la Ley Orgánica para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, En Ensayos sobre capacidad y otros Temas de derecho Civil,
Colección Nuevos Autores, Nro. 1, Tribunal Supremo de Justicia

26
progresivamente en razón de la edad, de allí que para dicha autora sea un
contrasentido con capacidad de obrar.24

La edad influye en el ejercicio de la capacidad jurídica y marca el límite de la


capacidad civil. La capacidad civil, se identifica así con la capacidad de obrar
o de ejercicio.25

La edad es el factor determinante de la capacidad de obrar de la persona y


constituye el principal hecho constitutivo de la capacidad de actuar. Estando
la capacidad cognoscitiva y volitiva, el derecho imputa al sujeto su propio
comportamiento en cuanto el mismo se encuentra en posibilidad de darle
cuenta del alcance y significado.26

Los menores no emancipados, en principio son incapaces de obrar y a su


vez son incapaces negocial y procesal, salvo que la ley expresamente le
otorgue capacidad plena o limitada para la realización de ciertos actos. Se
dice que “en principio” porque no obstante ser el menor incapaz de obrar, la
ley le concede en ocasiones capacidad plena o limitada. 27

A veces, en atención al grado de madurez que presenta el menor a cierta


edad, la ley no obstante su incapacidad de obrar le concede capacidad plena
(puede actuar por sí solo) o limitada (puede actuar mediante autorización o
asistencia) para realizar ciertos actos jurídicos. En el ámbito negocial, se

24
Castillo Herdé Yudmildre del Valle: Consideraciones en Torno a la Noción de Capacidad en el Articulo 78 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en www.redlamyc.info.
25
Domínguez Guillen María Candelaria: Reflexiones en Torno a la Capacidad Procesal en la Ley Orgánica para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, En Ensayos sobre capacidad y otros Temas de derecho Civil,
Colección Nuevos Autores, Nro. 1, Tribunal Supremo de Justicia
26
Domínguez Guillen María Candelaria: Reflexiones en Torno a la Capacidad Procesal en la Ley Orgánica para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, En Ensayos sobre capacidad y otros Temas de derecho Civil,
Colección Nuevos Autores, Nro. 1, Tribunal Supremo de Justicia

27
Dominguez Guillen María Candelaria: Reflexiones en Torno a la Capacidad Procesal en la Ley Orgánica para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, En Ensayos sobre capacidad y otros Temas de derecho Civil,
Colección Nuevos Autores, Nro. 1, Tribunal Supremo de Justicia

27
puede citar entre otros, algunos supuestos en que la ley reconoce capacidad
negocial al menor en los artículos 222, 263, 277, 146, artículo 837 (ord.1) del
CC. El artículo 100 de la LOPNNA concede capacidad negocial y procesal
plena en el ámbito laboral del adolescente al adolescente de 14 años. 28

ACOTACIONES A LA LEY ORGANICA PARA LA PROTECCION DEL NIÑO


Y DEL ADOLESCENTE EN MATERIA DE CAPACIDAD PROCESAL.

La capacidad procesal es la posibilidad de realizar actos procesales validos


por voluntad propia. Así por ejemplo, quien tiene capacidad procesal puede
interponer por su sola voluntad demandas, contestarlas, promover pruebas,
ejercer los recursos correspondientes.29

La regla seguía y sigue siendo la misma: los niños, niñas y adolescentes,


eran y son, en principio incapaces de obrar y por ende incapaces procesales,
salvo que la ley expresamente le confiera capacidad plena o limitada. Pero
tal concesión de capacidad no viene dada, por algunas importantes
innovaciones procesales que se asimilan a la acepción técnica de capacidad
procesal.Fue así comoMaría Candelaria Domínguez Guillen insiste en que
los artículos 85, 86 y 87 de la LOPNNA que aluden al “derecho de petición”,
al “derecho a defender sus derechos” y al “derecho a la justicia”,
respectivamente, no se traduce en modo alguno en una concesión de
capacidad procesal al niño y al adolescente. Ello en consonancia con los
artículos 26 (Acceso a los Órganos de Administración de Justicia), 51
(Derecho de Petición) y 78(Niños, Niñas y Adolescentes como sujeto de

28
Dominguez Guillen María Candelaria: Reflexiones en Torno a la Capacidad Procesal en la Ley Orgánica para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, En Ensayos sobre capacidad y otros Temas de derecho Civil,
Colección Nuevos Autores, Nro. 1, Tribunal Supremo de Justicia
29
Dominguez Guillen María Candelaria: Reflexiones en Torno a la Capacidad Procesal en la Ley Orgánica para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, En Ensayos sobre capacidad y otros Temas de derecho Civil,
Colección Nuevos Autores, Nro. 1, Tribunal Supremo de Justicia

28
derecho) de la Carta Magna. Pero atender la petición directa de un incapaz
no es concederle capacidad de obrar. 30.

Tal vez, la confusión viene dada por la expresión utilizada por la LOPNA
“defender sus derechos por sí mismo” en razón de una de las acepciones
que ha tenido en la doctrina la capacidad de obrar, entendiendo que ésta es
la facultad de ejercer los derechos por sí mismos. Esta definición ha sido con
razón criticada porque se afirma que las personas incapaces de obrar, tienen
sin embargo incapacidad de goce, y de cierta forma ejercen por sí mismos
sus derechos. Por eso para ser más preciso ante la observación de que
cierta forma los incapaces también ejercen los derechos lo correcto es
referirse a que más que al ejercicio del derecho, la capacidad de obrar
31
apunta a la realización de actos jurídicos por voluntad propia.

Expresa acertadamente Aguilar Gorrondona, que en materia de capacidad de


ejercicio, lo decisivo no es la facultad de ejercer personalmente los propios
derechos o de cumplir personalmente los propios deberes, sino la facultad de
realizar actos de voluntad que produzcan en cabeza propia plenos efectos
jurídicos.
Al comentar la LOPNNA refiere Venthencourt de Escobar que uno de los
principios rectores de esta ley es el reconocimiento progresivo a los niños,
niñas y adolescentes del ejercicio de sus derechos y garantías, lo cual ha
generado la necesidad de que ciertos derechos, usualmente vinculados a la
defensa de otros derechos, caso patente de la apertura de procedimiento
que desembocan en la imposición de sanciones o multas, pueden ser

30
Dominguez Guillen María Candelaria: Más sobre la Capacidad Procesal del Menor de Edad en
Revista de Derecho Nro. 29, Tribunal Supremo de Justicia, 2009
31
Venthencourt de Escobar Belkys en las infracciones a la protección debida y las sanciones en la
Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente. En Introducción a la Ley Orgánica para
la Protección del Niño y del Adolescente. Caracas, UCAB.

29
iniciados y ejercidos directamente por los niños, niñas y adolescentes, cuyos
derechos o garantías han sido vulnerados. 32

De allí, que algunos sostengan que la LOPNNA garantiza expresamente la


capacidad de ejercer sus derechos por sí mismo de manera progresiva,
conforme a la capacidad evolutiva y bajo la orientación de sus padres, según
lo dispuesto en el artículo 13 de la LOPNNA.

La expresión “ejercicio por sí mismo de los derechos” o “ejercicio propio de


los derechos” no puede entenderse como la concesión de capacidad de
obrar en el ámbito procesal. Si un niño, es incapaz de obrar natural, porque
su nivel de madurez no le permite discernir con claridad, evidentemente la
33
ley no puede otorgarle capacidad procesal.

El hecho de darles participación a los niños, niñas y adolescentes, en los


casos en que sean los principales interesados, no supone la atribución de
capacidad procesal a favor de éstos, especialmente en aquellos casos, en
que la temprana edad del menor anula la existencia propia del
discernimiento. No es posible otorgar capacidad procesal a un ser que por
naturaleza es incapaz de obrar.34

Se trata simplemente de estimar al niño o adolescente como el protagonista


de su propio entorno jurídico y reconocer que su opinión debe ser
considerada al margen de su incapacidad de obrar.

32
Venthencourt de Escobar Belkys en las infracciones a la protección debida y las sanciones en la Ley Orgánica
para la Protección del Niño y del Adolescente en En Introducción a la Ley Orgánica para la Protección del Niño
y del Adolescente. Caracas, UCAB.
33
Dominguez Guillen María Candelaria: Reflexiones en Torno a la Capacidad Procesal en la Ley Orgánica para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, En Ensayos sobre capacidad y otros Temas de derecho Civil,
Colección Nuevos Autores, Nro. 1, Tribunal Supremo de Justicia

34
Domínguez Guillen María Candelaria: Reflexiones en Torno a la Capacidad Procesal en la Ley Orgánica para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, En Ensayos sobre capacidad y otros Temas de derecho Civil,
Colección Nuevos Autores, Nro. 1, Tribunal Supremo de Justicia

30
La capacidad procesal excede del hecho de “acudir a un tribunal competente,
independiente e imparcial, para la defensa de sus derechos… “porque la
realización de actos procesales, supone actuaciones de gran trascendencia
jurídica que puede llegar hasta la disposición del derecho. Quien tenga
capacidad procesal podrá interponer acciones, contestarlas, oponer
cuestiones previas, promover y evacuar pruebas, presentar informes, ejercer
los correspondientes ordinarios y extraordinarios.

No se debe confundir la capacidad procesal con la capacidad de ser parte en


un que se desprende de la capacidad jurídica. Es la capacidad de poder
realizar como demandante o demandado, actos procesales. Esta capacidad
es distinta de la capacidad para ser sujeto como demandante o demandado,
de una relación jurídico-procesal, que se corresponde o identifica con la
capacidad jurídica. 35

Señala María Candelaria Domínguez Guillen que pretender la capacidad


procesal de niños, niñas y adolescentes llevaría al absurdo de sostener que
un niño puede otorgar un poder por sí solo a un abogado para que lo
represente en juicio o que el representante legal de los niños, niñas y
adolescentes ya no ejerce la representación legal en la esfera judicial
inevitablemente asociada al atributo de la administración o que podrían ser
citados personalmente como demandados. El sentido de la ley es otro; que
los niños, niñas y adolescentes pudieran acceder directamente al órgano
administrativo protector y jurisdiccional al margen de formalidades y su
incapacidad de obrar porque, ello constituye garantía efectiva en su
protección y porque precisamente el llamado a protegerlo o representarlo

35
Domínguez Guillen María Candelaria: Reflexiones en Torno a la Capacidad Procesal en la Ley Orgánica para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, En Ensayos sobre capacidad y otros Temas de derecho Civil,
Colección Nuevos Autores, Nro. 1, Tribunal Supremo de Justicia

31
puede ser quien este violando sus derechos o está inerte a sus
necesidades.36

La idea de dar participación al menor de edad en los casos en que este sea
el principal interesado, no supone a nuestro juicio, la atribución de capacidad
procesal a favor del menor, especialmente en aquellos casos, en que la
temprana edad del menor anula la existencia propia del discernimiento. 37

En este mismo sentido, se puede inferir de lo anteriormente dicho que el


sentido de darle participación a los niños, niñas y Adolescentes en los
procesos en que éstos sean los principales interesados lo que busca es dar
valor a la opinión que estos puedan tener acerca de un proceso determinado
por ser los principales interesados, derecho que se encuentra consagrado en
el artículo 86 de la LOPNNA cuando se refiere a la “defensa de sus derechos
por sí mismo”, simplemente convierte la opinión del menor en un elemento
de peso, porque no puede desestimarse la petición y posición del principal
interesado por la sola razón de su edad.38

Igualmente se puede afirmar que el legislador en el mencionado artículo 86


(Defensa de sus derechos por si mismos) de la LOPNNA no busca afectar la
aplicación en el caso de los niños, niñas y adolescentes el artículo 136 del
CPC que establece:
Son capaces para obrar en juicio las personas que tengan, el libre
ejercicio de sus derechos, las cuales pueden gestionar por sí
mismas o por medio de apoderados, salvo las limitaciones
establecidas en la ley.

36
Domínguez Guillen María Candelaria: Más sobre la Capacidad Procesal del Menor de Edad en
Revista de Derecho Nro. 29, Tribunal Supremo de Justicia, 2009.
37
Domínguez Guillen María Candelaria: Reflexiones en Torno a la Capacidad Procesal en la Ley Orgánica para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, En Ensayos sobre capacidad y otros Temas de derecho Civil,
Colección Nuevos Autores, Nro. 1, Tribunal Supremo de Justicia
38
Domínguez Guillen María Candelaria: Reflexiones en Torno a la Capacidad Procesal en la Ley Orgánica para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, En Ensayos sobre capacidad y otros Temas de derecho Civil,
Colección Nuevos Autores, Nro. 1, Tribunal Supremo de Justicia

32
La norma transcrita, simplemente proyecta la idea que acompaña la noción
de capacidad de obrar, en una de sus subespecies: la capacidad procesal:
tendrá capacidad procesal y podrá realizar actos procesales válidos por
voluntad propia quien a su vez tenga capacidad de obrar. Contrariamente,
quien es incapaz de obrar porque no tiene voluntad para realizar actos
jurídicos por voluntad propia, no tendrá tampoco capacidad procesal, porque
las actuaciones judiciales, constituyen, igualmente, actos jurídicos que no
pueden realizar quien carece de capacidad legal o de capacidad natural
(discernimiento).39

Respecto al artículo 136 del CPC existe un sector de la doctrina encabezado


por HungVaillant que afirma que el artículo 87 de la LOPNNA si modifica la
regla contenida en el mencionado artículo del Código de Procedimiento Civil
y otorga capacidad procesal a los niños, niñas y adolescentes

Siguiendo la orientación anteriormente indicada, sostiene María Candelaria


Domínguez Guillen que el artículo 87 de la LOPNNA en modo alguno
modifica el artículo 136 CPC, pues este simplemente consagra una simple
norma, que a su vez constituye un principio en materia de capacidad, y es
que quien no tiene capacidad de obrar no tiene a su vez capacidad procesal.
De allí que la nueva ley no pueda sobreponerse a los principios
fundamentales que informan la teoría de la capacidad. Precisamente, esa
idea de tomar y considerar la petición del niño y del adolescente en forma
directa en algunos supuestos, en lugar de convertirlo en un ser plenamente
capaz desde el punto de vista procesal, constituye un supuesto especial en
que la ley toma en cuenta al menor de edad, a pesar de ser este un
incapaz.40
39
Dominguez Guillen María Candelaria: Reflexiones en Torno a la Capacidad Procesal en la Ley Orgánica para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, En Ensayos sobre capacidad y otros Temas de derecho Civil,
Colección Nuevos Autores, Nro. 1, Tribunal Supremo de Justicia

40
Dominguez Guillen María Candelaria: Reflexiones en Torno a la Capacidad Procesal en la Ley Orgánica para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, En Ensayos sobre capacidad y otros Temas de derecho Civil,

33
CONFUSIONES DERIVADAS DE LA LOPNNA

La Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes


contempla la creación de los Tribunales de Protección de Niños, Niñas y
adolescentes, jurisdicción especial a través de la cual deben ser resueltos los
asuntos, familiares, administrativos y de jurisdicción voluntaria,contemplados
en el artículo 177 eiusdem.

Ahora bien, existen casos en donde a pesar de que en los mismos participen
niños o adolescentes como principales interesados no significa que los
tribunales competentes para conocer de dichas causas sea el Tribunal de
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, ya que al carecer estos de
capacidad de obrar y por lo tanto de capacidad procesal necesitan que sus
padres, representantes o responsables ejerzan su representación legal
correspondiendo de esta manera la competencia a los Tribunales Civiles,
Mercantiles, Laborales etc, dependiendo de la materia en que algún niño o
adolescente pudiera actuar como parte interesada.

En este sentido, la LOPNNA consagra diversas disposicionesque van


dirigidas a lograr que los niños, niñas y adolescentes tengan una mayor
participación en los procesos en que estos sean los principales interesados,
sin que esto signifique como afirma un sector de la doctrina que el legislador
haya otorgado capacidad procesal a los niños, niñas y adolescentes, ya que
a pesar de que todo el procedimiento técnico sea llevado por un abogado
con conocimiento técnico en el asunto de que se trate, la persona que carga
con las consecuencias derivadas del juicio sería el niño o el adolescente y

Colección Nuevos Autores, Nro. 1, Tribunal Supremo de Justicia

34
eso no es posible en virtud de que los mismos no tienen la administración de
sus bienes por carecer de capacidad de obrar. 41

En este sentido respecto al artículo 85 de la LOPNNA que consagra el


derecho de petición de los niños y los adolescentes, refiere María Olga
Quintero que “este legal tiene como limitativo la capacidad para comparecer
en juicio que tiene relación con los presupuestos procesales imperativos. Las
normas procesales en torno a la forma de subsanar la incapacidad de
menores siguen vigentes y en modo alguno puede pretenderse una
subversión de la teoría general de la capacidad con la entrada en vigencia de
la LOPNNA.-42

Expresa acertadamente Aguilar Gorrondona, que en materia de capacidad de


ejercicio lo decisivo no es la facultad de ejercer personalmente los derechos
propios o de cumplir personalmente los deberes propios, sino la facultad de
realizar actos de voluntad que produzcan en cabeza propia plenos efectos
jurídicos43

Sin embargo, en ocasiones el representante legal del menor, puede ser quien
esté vulnerando los derechos del menor, razón por la cual se ha considerado
justo y conveniente considerar la opinión del menor por sí solo en ciertos
procedimientos.

Este parece ser el sentido de los artículos 86 y 87 de la LOPNNA al


consagrar que la petición de los niños, niñas y adolescentes puede ser
hecha por éstos en forma directa, es decir, personalmente.

41
Domínguez Guillen María Candelaria: Capacidad Procesal del Menor de Edad, Nuevos Estudios de Derecho
Procesal. Homenaje a José Andrés Fuenmayor. Colección Libros Homenaje N° 8. Tribunal Supremo de Justicia,
2002
42
Quintero Tirado María Olga: Los Principios Procesales en el Marco de la Ley Orgánica para la Protección de
Niños, Niñas y Adolescentes en Estudios de Derecho Civil, homenaje a José Luis Aguilar Gorrondona.
Colección Libros Homenaje Nro. 5. Tribunal Supremo de Justicia, 2002.
43
Aguilar Gorrondona, José Luis: Derecho Civil Personas. Caracas, UCAB, 14° edic,2000

35
El artículo 86 de la LOPNNA bajo la denominación “Derecho a defender sus
derechos”, indica:
Todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a defender
sus derechos por sí mismos. Se debe garantizar a todos los
niños y adolescentes el ejercicio personal y directo de este
derecho, ante cualquier persona, instancia, entidad u organismo.

El artículo 87 eiusdem, denomina tal disposición “Derecho a la justicia”,


agrega:
Todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho de acudir
ante un tribunal competente, independiente e imparcial, para la
defensa de sus derechos e intereses y a que éste decida sobre
su petición dentro de los lapsos legales. Todos los y las
adolescentes tienen plena capacidad de ejercer directa y
personalmente este derecho.
Para el ejercicio de este derecho, el Estado garantiza asistencia
y representación jurídica gratuita a los niños, niñas y
adolescentes que carezcan de medios económicos suficientes.

El artículo 13 de la LOPNNA titulado “ejercicio progresivo de los derechos


y garantías, prevé:
Se reconoce a todos los niños, niñas y adolescentes el ejercicio
personal de sus derechos y garantías, de manera progresiva y
conforme a su capacidad evolutiva. De la misma forma, se le
exigirá el cumplimiento de sus deberes.
Parágrafo Primero El padre, la madre, representantes o
responsables tienen el deber y el derecho de orientar a los
niños, niñas y adolescentes en el ejercicio progresivo de sus
derechos y garantías, así como en el cumplimiento de sus
deberes, de forma que contribuya a su desarrollo integral y a su
incorporación a la ciudadanía activa.
Parágrafo Segundo Los niños, niñas y adolescentes en
condición de discapacidad mental ejercerán sus derechos hasta
el máximo de sus facultades.

36
En base a las disposiciones citadas, cierto sector de la doctrina ha llegado a
la conclusión, que la LOPNN A le otorga capacidad procesal al menor de
edad.44

En el mismo sentido, indica Yumildre del Valle Castillo Herdé que la


capacidad procesal, entendida como la posibilidad de realizar actos
procesales válidos por voluntad propia, requiere obligatoriamente de la
existencia de una voluntad de entender y de querer, la cual solo existe en
personas que han alcanzado la madurez que deriva del transcurso del
tiempo.45

Para la mayoría de los autores, afirmar de manera concluyente que niños o


adolescentes tienen capacidad procesal, es echar a un lado todas las
nociones que se han tejido en torno a la capacidad de obrar. Ello en virtud a
que la consideración del niño como un ser capaz iría no solo en contra de la
lógica, sino contra la naturaleza lógica del ser humano, pues aseguran que la
madurez y el discernimiento los otorga el tiempo y el derecho solo los
reconoce.46
Inclusive algunos (los mas) sostienen que seguir el progreso intelectual o de
discernimiento de cada uno de los individuos que pretendan intervenir en
cualquier acto jurídico y así derivar sus eficacias jurídicas, seria en extremo
difícil, por cuanto se rebozaría en contenidos subjetivos y dudosos al
momento de realizar el acto en cuestión. Esto les lleva a concluir que fue
una decisión sabia la del legislador venezolano, esa de fijar la edad como
límite para alcanzar la capacidad plena y absoluta.
44
Domínguez Guillen María Candelaria: Reflexiones en Torno a la Capacidad Procesal en la Ley Orgánica para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, En Ensayos sobre capacidad y otros Temas de derecho Civil,
Colección Nuevos Autores, Nro. 1, Tribunal Supremo de Justicia
45
Castillo Herdé Yudmildre del Valle: Consideraciones en Torno a la Noción de Capacidad en el Articulo 78 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en www.redlamyc.info.
46
Castillo Herdé Yudmildre del Valle: Consideraciones en Torno a la Noción de Capacidad en el Articulo 78 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en www.redlamyc.info.

37
Otros (los menos), expresan sin embargues su franco desacuerdo con el
planteamiento de la Ley Orgánica para la protección del Niño, Niña y del
Adolescente (LOPNNA) a niños y adolescentes capacidad jurídica
progresiva.

Existen situaciones dentro del proceso en los que de cierta forma los niños,
niñas y adolescentes presentan una participación relevante o intervención
activa, sin que ello de forma alguna signifique la concesión de capacidad
procesal.

El menor de edad puede tener cierta participación en los procesos judiciales


no obstante su incapacidad en razón de su discernimiento el adolescente de
doce (12) años puede ser testigo de conformidad con lo establecido en el
artículo 477 del Código de Procedimiento Civil 47

Artículo 477.- No podrán ser testigos en juicio: el menor de doce


años, quienes se hallen en interdicción por causa de demencia,
y quienes hagan profesión de testificar en juicio
La Convención Derechos del Niño consagra en su artículo 12 la necesidad
de escuchar la opinión del niño en todos los asuntos en donde este tuviera
interés.

De igual manera el artículo 80 de la LOPNNA establece el derecho a ser


oído que tienen los niños y los adolescentes en los procesos en los que
estos tuvieran interés y que la regla en este sentido tiene que ser que el Juez
de protección está en la obligación de escuchar la opinión de los niños salvo
en aquellos casos en los que una vez constatada su inmadurez en razón de
la edad se deje constancia en el expediente que el niño no será oído debido
47
Domínguez Guillen María Candelaria: Capacidad Procesal del Menor de Edad, Nuevos Estudios de Derecho
Procesal. Homenaje a José Andrés Fuenmayor. Colección Libros Homenaje N° 8. Tribunal Supremo de Justicia,
2002

38
a que por su corta edad no comprende el alcance y el contenido del proceso
a llevarse a cabo.

SUPUESTOS DE CAPACIDAD PROCESAL DE NIÑOS, NIÑAS Y


ADOLESCENTES
Ahora bien, cabe preguntarse si la Reforma de la LOPNA del año dos mil
siete (2007) cambia la situación antes referida al incluir dentro de su
articulado en el capítulo IV referido al procedimiento ordinario el artículo 451
que se denomina “Capacidad Procesal del Adolescente”, dentro del
capítulo IV relativo al procedimiento ordinario de la citada ley. 48

Si se lee con detenimiento la citada disposición podrá apreciarse que la


“plena capacidad en todos los procedimientos” relativos a acciones dirigidas
a la defensa de los derechos e intereses del adolescente tiene lugar en
aquellos casos “en los cuales la ley les reconoce capacidad de ejercicio”.
Siendo así, agrega la norma, el menor podrá otorgar directamente un poder a
un abogado para que lo represente en juicio, por ser esta una de las formas
de actuación judicial, amén de la asistencia del profesional del derecho, es
decir, la actuación conjunta con el abogado, quien tiene la capacidad de
postulación o conocimiento técnico del derecho. 49

De allí que la norma en comento, sea en concepto de la antes mencionada


María Candelaria Domínguez es sumamente clara en subordinar la
capacidad procesal a aquellos casos en que la ley le concede al menor de
edad capacidad de ejercicio, denominada capacidad de obrar. Lo cual es
lógico porque la capacidad procesal no es sino una consecuencia de la
48
Domínguez Guillen María Candelaria: Capacidad Procesal del Menor de Edad, Nuevos Estudios de Derecho
Procesal. Homenaje a José Andrés Fuenmayor. Colección Libros Homenaje N° 8. Tribunal Supremo de Justicia,
2002

49
Domínguez Guillen María Candelaria: Capacidad Procesal del Menor de Edad, Nuevos Estudios de Derecho
Procesal. Homenaje a José Andrés Fuenmayor. Colección Libros Homenaje N° 8. Tribunal Supremo de Justicia,
2002

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capacidad de ejercicio. De allí la incapacidad de ejercicio del menor como
regla, salvo previsión especial en contrario.

Sin embargo, la ley puede excepcionalmente conceder al menor capacidad


de ejercicio, para ciertos actos. Esto es pues, que no obstante la incapacidad
de obrar, existen supuestos en los que el ordenamiento expresamente le
concede al adolescente, capacidad plena (para actuar por sí solo) o
capacidad limitada (precisa de asistencia o autorización no obstante
mantenerse la iniciativa del acto) para la realización de determinados actos
jurídicos.

Al efecto, comenta acertadamente D’Antonio que la ley lo que hace es


reconocer la trascendencia que adquieren ciertos actos jurídicos
concretos,sin que deje de funcionar como regla general el elemento
protectorio de la incapacidad; en tales casos, la norma jurídica hace un
paréntesis y permite al menor por sí solo o con asistencia realizar
50
válidamente un acto. La propia ley establece excepciones a la regla
general de la mayoría de edad como atributiva de capacidad de obrar,
existiendo previamente otras edades jurídicamente relevantes en las que se
51
le confiere al menor capacidad para realizar ciertos actos jurídicos.

De allí que algunos admitan que el menor no es un incapaz o más


precisamente, al igual que el inhabilitado es un incapaz relativo, o para
algunos parcialmente capaces. Pero en todo caso, tales distinciones no
deben hacer perder de vista que la incapacidad del menor es la regla y la
capacidad la excepción, la cual debe ser expresa. Como afirma González del
50
Domínguez Guillen María Candelaria: Capacidad Procesal del Menor de Edad, Nuevos Estudios de Derecho
Procesal. Homenaje a José Andrés Fuenmayor. Colección Libros Homenaje N° 8. Tribunal Supremo de Justicia,
2002

51
Asencio Sánchez , en Mas sobre la capacidad procesal del menor (a propósito del artículo 451 de la Ley
Orgánica para la Protección de niños, Niñas y Adolescentes)

40
Solar, la incapacidad de obrar del menor tiene por sí misma una gradación
decreciente, según la edad, que con excepciones le va abriendo un espacio
progresivo a la actuación jurídica.52

En materia laboral la capacidad negocial y procesal del adolescente de


catorce (14) años es plena (actúa por sí solo) a tenor del artículo 100 de la
LOPNNA. La administración del producto de su trabajo tiene lugar en las
mismas condiciones que el menor emancipado por remisión 273 CC
(capacidad limitada). La capacidad negocial del menor para el acto
personalísimo del reconocimiento voluntario es plena si cuenta con dieciséis
(16) años y es limitada si tiene menos de tal edad porque precisa
autorización. El menor presenta capacidad plena para disponer de sus
bienes por testamento a partir de los dieciséis años y antes de tal edad si
esta emancipado (art. 837, ord.1° CC). El menor de edad puede ejercer la
patria potestad de sus hijos, específicamente el atributo por excelencia de la
misma, esto es la responsabilidad de crianza (antigua guarda), aunque en
razón de su incapacidad de obrar no ejerza los atributos de representación y
administración (art. 263 y 277 CC)y el adolescente de 16 años en las
acciones derivadas del derecho de autor (art. 32 de la Ley Sobre Derechos
de Autor). Vale observar, que ni siquiera el menor emancipado tiene
capacidad procesal plena sino limitada por el artículo 383 del Código
Sustantivo, es claro en precisar asistencia para “estar en juicio y para los
actos de jurisdicción voluntaria”53

Se trata generalmente de actuaciones personalísimas que no admiten la


figura de la representación legal, y que dependen de la exclusiva voluntad
del interesado, por lo que inclusive en caso de algunos incapaces de obrar
52
González del solar, en Derecho de la Minoridad. Protección Jurídica de la Niñez. Córdoba, Argentina .
53
Domínguez Guillen María Candelaria: Capacidad Procesal del Menor de Edad, Nuevos Estudios de Derecho
Procesal. Homenaje a José Andrés Fuenmayor. Colección Libros Homenaje N° 8. Tribunal Supremo de Justicia,
2002

41
la ley otorga en tales supuestos capacidad plena (actuación por sí solo) o
limitada (actuación con asistencia o autorización).

Como regla en materia de capacidad, estaba claro que el menor por ser
incapaz de obrar, también lo era en el ámbito procesal, salvo que la ley
expresamente le concediera capacidad procesal plena (como en el ámbito
laboral) o limitada (como la administración del producto de su trabajo o en el
caso del emancipado):así esa capacidad plena o limitada puede extenderse
en el ámbito procesal, según se pueda actuar por sí solo o se precise de
asistencia o de autorización, respectivamente.

En este sentido, hay que recordar que en definitiva la capacidad procesal


plena que admite la nueva norma está subordinada a los casos
excepcionalmente en que el legislador le atribuye capacidad de obrar o
negocial plena. Habría de agregar que dado el carácter de interpretación
estricto en materia de capacidad y dada la redacción y sentido de la norma
en comento, que la capacidad de obrar o negocial atribuida ha de ser plena,
para que la procesal a su vez sea plena, que supone el otorgamiento de
poder a abogado por sí solo, o la posibilidad de actuar asistido únicamente
del profesional del derecho en la respectiva actuación judicial.

Así pues, el menor sigue siendo en principio un incapaz procesal, salvo en


los casos en que la ley le otorgue al adolescente capacidad de obrar. Por
ello, mal se puede volver a interpretaciones fuera de contexto y pretender la
capacidad procesal del adolescente en todo caso.

Una vez analizada la doctrina de la protección integral y su implicación en el


ámbito de la capacidad procesal otorgada a niños, niñas y adolescentes por
la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes se hace
necesario definir un concepto de capacidad en el ámbito jurídico, a los fines

42
de determinar si los artículos 85,86, 87 y 451 de la mencionada Ley Orgánica
otorgan capacidad procesal plena en todos los casos a los niños, niñas y
adolescentes o si sólo le otorga participación en los procesos en los que
éstos sean los principales interesados.

Respecto a la capacidad procesal de Niños, Niñas y Adolescentes, la


doctrina tanto nacional como extranjera ha mantenido opiniones
contradictorias: Unos como el profesor Francisco Hung V. quien estima que
el artículo 451 de la LOPNNA otorga capacidad plena a los adolescentes y
los que afirman, como la profesora María Candelaria Domínguez Guillen que
los Niños, Niñas y Adolescentes no tienen capacidad procesal en virtud que
la misma es una subdivisión de la capacidad de ejercicio o de obrar y que el
artículo 451 de la LOPNNA, sólo otorga capacidad procesal en los casos que
la ley expresamente lo señala, como en el ámbito laboral (art. 100 LOPNNA).

En este sentido, una vez sentada la posición del sector de la doctrina que
está de acuerdo en que la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes le otorga capacidad procesal plena a los niños, niñas y
adolescentes es conveniente analizar de forma sucinta la opinión del sector
de la misma que está en desacuerdo y que afirma que la mencionada ley
solo otorga capacidad procesal en los casos en que expresamente la ley lo
indica.

Con la vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,


y de la LOPNNA, nace y se incorpora en materia civil un nuevo concepto de
capacidad procesal del menor de edad, que bien vale la pena destacar y
analizar por su relevancia en materia de derecho civil.

De la lectura del artículo 78 de la Constitución de la República Bolivariana de


Venezuela, puede inferirse que ésta disposición confiere a niños, niñas y

43
adolescentes la cualidad de ser sujetos plenos de derecho, que no es más
que el ser susceptible de asumir deberes, derechos y obligaciones. Esta
obligación surge con la ratificación de la Convención sobre los Derechos del
Niño, suscrita por la República Bolivariana de Venezuela en el año 1990, que
rompe con el viejo esquema del enfoque jurídico, que existía antes con la
Doctrina de la Situación Irregular, que los definía como “incapaces plenos
y absolutos en todas las esferas de su vida”, a pesar de cierta capacidad en
algunos actos, en algunas circunstancias.

Analizando asimismo el artículo 78 de la Ley Orgánica para la Protección de


Niños, Niñas y Adolescentes, observamos dos aspectos: una referida a la
titularidad de todos los derechos consagrados en el ordenamiento jurídico a
favor de las personas, así como de aquellos que les atañen por su condición
especifica de personas en desarrollo, y por la otra la aceptación de la
capacidad jurídica y progresiva de niños, niñas y adolescentes para ejercer
de manera personal y directa todos sus derechos y garantías, al igual que el
cumplimiento de sus deberes y responsabilidades, con el acompañamiento
de sus padres o representantes.

El objetivo principal de este reconocimiento de la capacidad progresiva es


precisamente la erradicación de la práctica de colocar a los niños, niñas y
adolescentes en una incapacidad plena y absoluta, como en el caso de
entredichos e inhabilitados.

Es aquí donde se establece un doble enfoque, por una parte, se le concede


al niño y al adolescente ejercer sus derechos reconocidos en la Convención
Internacional Derechos del Niño, mientras en los artículos 80,81,85,86 y 87
se establece una capacidad limitada para el ejercicio de sus derechos, en el
sentido de que por una parte le conceden el derecho de actuar por sí mismos
en algunos aspectos de su interés y por el otro se les proporciona la

44
representación jurídica cuando estos no puedan ejercer su propia
representación.

En este sentido, en palabras de Francisco Hung 54, señala que el artículo 85


de la LOPNNA consagra a favor de niños, niñas y adolescentes derecho de
petición: derecho que, por lo demás se encuentra reconocido con carácter
general en el artículo 51 de la Constitución de 1999. En general, el derecho
de petición confiere facultad a todos los ciudadanos para dirigirse a
cualquiera de los órganos peticionando en el caso concreto. El derecho en
comento no se limita a la facultad de dirigirse al órgano competente sino, que
además comporta un deber correlativo para el órgano requerido: éste debe
dar al solicitante respuesta oportuna aun cuando el derecho no involucra la
recepción de una respuesta favorable al peticionario.

En general, se considera que el contenido de la petición no forma parte del


derecho, no obstante, debe entenderse de que el órgano requerido acuse
recibo de la petición y en caso de considerar esta improcedente, motive
suficientemente su negativa. Igualmente si el requerido se considera
incompetente, remita la petición al órgano competente y comunique su
declaración al interesado.

Paralelamente, el artículo 86 de la LOPNNA reconoce a niños y adolescentes


la facultad de defenderse por sí mismos, previendo el deber de garantizar el
ejercicio directo de dicho derecho. En su formulación legal, la facultad puede
ejercitarse ante cualquier persona, instancia, entidad u organismo, lo cual en
buena hermenéutica comprende a los órganos jurisdiccionales convirtiendo
en redundante el encabezamiento del artículo 87 ejusdem.

54
Francisco Hung: Notas sobre la capacidad jurídica de niños, niñas y adolescentes a la luz de la LOPNA. Revista
Nro. 2. Tribunal Supremo de Justicia.

45
En este sentido, como se mencionó anteriormente, el encabezamiento del
artículo 85 LOPNNA reconoce a los niños y adolescentes el llamado derecho
de petición; es decir, la facultad de presentar, dirigir peticiones a cualquier
entidad o funcionario público sobre asuntos de la competencia del requerido,
y el correlativo deber de éste de dar respuesta oportuna a la petición. La
norma en comento reconoce el derecho de petición como una facultad que
debe ser ejercida en forma personal y directa por niños y adolescentes; sin
embargo en el segundo aparte de la norma citada se establece como límite
del ejercicio del derecho de petición, “las facultades legales que
corresponden a los padres, representantes o responsable

CAPITULO III

MARCO METODOLOGICO

Tipo de Investigación

De acuerdo con los objetivos formulados y las características que presenta el


estudio, el mismo se concibe como un estudio de tipo descriptivo. En
relación con el carácter descriptivo de la investigación, Münch y Ángeles
(2003), señalan que “los estudios descriptivos sirven para explicar las
características más importantes del fenómeno que se va a estudiar en lo que
respecta a su aparición, frecuencia y desarrollo” (p. 30).

La presente propuesta de trabajo especial de grado es una investigación de


carácter no experimental descriptiva puesto que a través de las
características de la capacidad en general se busca definir lo que es la

46
capacidad procesal en el caso de los niños, niñas y adolescentes,
comprender su significado y definir cuál es el rol que ahora tienen los padres
ante la capacidad procesal dada por el artículo 451 de la Ley Orgánica para
la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (LOPNNA).

En este sentido, el estudio a realizar, corresponde a una investigación


Documental, en tanto consiste en la recolección de información proveniente
de diferentes fuentes bibliográficas y documentales, la cual fue organizada e
interpretada de acuerdo con los objetivos de la investigación. A tal efecto, y
de acuerdo con el Manual de Trabajos de Grado de Especialización, Maestra
y Tesis Doctórales de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador
(2006), este estudio se concibió como una Investigación Documental, dado
que consistió en:

El estudio de problemas con el propósito de ampliar y profundizar el


conocimiento de su naturaleza, con apoyo, principalmente, en
fuentes bibliográficas y documentales. La originalidad del estudio se
refleja en el enfoque, criterios, conceptualizaciones, conclusiones,
recomendaciones y, en general, en el pensamiento del autor (p.6).

Tal es el caso de esta investigación, que tiene como objetivo analizar la


capacidad procesal plena de niños, niñas y adolescentes establecida en la
LOPNNA en los artículo 451 (capacidad Procesal), 85 (Derecho de Petición),
(Derecho a Defender sus Derechos) y 87 (Acceso a la Justicia)

Diseño de Investigación

El diseño, según Christensen (citado en Hernández, Fernández y Baptista,


2008), "se refiere al plan o estrategia concebido para responder a las
preguntas de investigación (p.106), A través del diseño el investigador
establece las actividades para alcanzar los objetivos de su trabajo. En
función de esto, el que más se adapta a este estudio, es el diseño

47
bibliográfico, el cual es definido por Tamayo (1998) como "aquel que utiliza
datos secundarios, es decir, aquellos obtenidos por otros y se llegan
elaborados y procesados de acuerdo con los fines de quienes inicialmente lo
elaboran y lo manejan." (p.70).

Para la ejecución de este estudio, a través de una investigación documental,


se cumplirán las siguientes fases:

Fase I.Revisión Documental, permitirá la identificación de las principales


fuentes escritas y documentales a través de un estudio selectivo de sus
contenidos para fundamentar teóricamente el estudio.

Fase II. Selección y Planteamiento del Problema, esta fase consiste en


identificar la problemática existente para plantear el problema en el contexto
de un campo del conocimiento establecido.

Fase III.Revisión Bibliográfica y Documental, a través de esta fase se


precisarán aquellos elementos teóricos conceptuales que sirvieron como
explicación al problema de investigación con el propósito de clarificar el
significado de la temática.

Fase IV.Recolección de Datos, para cumplir con el procedimiento de


recolección de datos, se realizará un trabajo documental

Fase V. Análisis de los Datos. En esta fase se realizará el análisis e


interpretación de los datos

Fase VI.Reflexiones y Recomendaciones. En esta fase se plantean los


resultados e interpretación de la investigación realizada

Técnica e Instrumento de Recolección de Datos.

Para Ramírez (1999), “una técnica es un procedimiento más o menos


estandarizado que se ha utilizado con éxito en el ámbito de la ciencia.”(p.

48
137), por otra parte, “Se entenderá por técnica, el procedimiento o forma
particular de obtener datos o información” (Arias F., 2006, p. 67).

De acuerdo con Cázares, Christen, Jaramillo, Villaseñor y Zamudio (2000, p.


18), La investigación documental depende fundamentalmente de la
información que se recoge o consulta en documentos, entendiéndose este
término, en sentido amplio, como todo material de índole permanente, es
decir, al que se puede acudir como fuente o referencia en cualquier momento
o lugar, sin que se altere su naturaleza o sentido, para que aporte información o
rinda cuentas de una realidad o  acontecimiento.

Para la realización de este estudio, se recolectaron documentos provenientes


de fuentes secundarias, como lo son libros escritos y documentos en línea
(artículos, tesis) referidos a la iniciativa probatoria del juez en el proceso civil
venezolano, las cuales se ubicaron en bibliotecas así como en direcciones
electrónicas.

Dichos documentos fueron clasificados según la relación y pertinencia con el


tema de investigación. Como técnicas para dicha selección, se emplearon:

La Lectura: Para registrar la información durante el proceso de lectura


existen varias técnicas que contribuyen al desarrollo de un buen
aprendizaje gracias a la compresión e interiorización de todo lo leído.

Toma de notas: La toma de notas se da en lecturas extensas donde


debemos interpretar y anotar ciertos conceptos confusos. La toma de notas
tiene como procedimientos específicos además de registrar lo significativo, el
subrayado, las notas al margen y la trascripción de fichas.

El subrayado: Subrayar un texto es identificar las ideas principales o


esenciales que tiene el texto y que ayuda a comprenderlo. Se subraya las
ideas fundamentales del texto posterior a una lectura detenida, recordar que

49
en cada párrafo hay una idea principal y que las explicaciones y
complementos a las ideas se sitúan después del punto seguido

Síntesis: En comparación con el resumen, la síntesis consiste en la


explicación de las ideas de un texto con palabras e ideas propias.

Por su parte, el Instrumento de recolección de datos es “cualquier recurso,


dispositivo o formato (en papel digital), que se utiliza para obtener, registrar o
almacenar información” (Arias F., 2006, p. 67). El instrumento de recolección
empleado en este estudio es el instrumento de registro el cual “permite tener
un soporte de información en periodos de tiempo relativamente largos de
modo que el investigador puede recuperar la información cuando lo
necesite,” (Hurtado 2006, p. 148).

Técnicas de Análisis de los Datos

El análisis de los datos, según Colls (1994) “es interpretación, el investigador


contribuye interpretando las nuevas relaciones que ofrece la investigación
(p.4). En el análisis se desarrollan los elementos, tomando como referencia
distintos autores.

Por ello, para el presente estudio se empleará el análisis de Contenido


definido por Fox (2001) como “un procedimiento para la categorización de
datos verbales o de conducta, con fines de clasificación y tabulación” (p.55).
Cabe señalar que los instrumentos a ser utilizados en la presente propuesta
de trabajo especial de grado son el análisis de contenido de sentencias
dictadas por la Sala de Casación Civil, la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia y Tribunales de Instancia del Área Metropolitana de
Caracas.

50
En este sentido, respecto del análisis de contenido de las Sentencias
emanadas de los antes mencionados organismos de un universo de quince
(15) sentencias recopiladas se va a tomar una muestra de cinco (5) a los
fines de determinar el comportamiento de la jurisprudencia acerca de la
capacidad procesal de los niños, niñas y adolescentes.

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Castillo Herdé, Yumildre del Valle, Consideraciones en Torno a la Noción de


Capacidad en el Artículo 78 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela. www.redlamyc.info

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Domínguez Guillen, María Candelaria, Reflexiones en Torno a la Capacidad
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