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GRUPO

#1
CUESTIONARIO
Transformaciones sociales en el continente asiático
1.- Complete:

En China por el contrario el Quinientos contempla la ………………, con el fin de la dinastía


……………. y la conquista Manchú, que iniciaría la dinastía ……………a mediados del siglo………….

a) decadencia-Qing-Ming-XVI

b) decadencia-Ming-Qing-XVII

c) decadencia-Ping-Ming-XV

d) decadencia-Ming-Qing-XVIII

2.- En el continente asiático se dio la guerra vietnamita ¿Contra qué países aliados se dio
ésta guerra?

a) Francia y EEUU

b) Egipto y Alemania

c) China y Europa

d) Francia y Asia

3.- Escoja según corresponda y complete el enunciado con los años correctos.

Dos hechos de gran trascendencia impulsaron las fuerzas sociales y políticas del continente
asiático: la independencia de India del Reino Unido en ………. y la revolución comunista en
China en ……….

1. 1956 - 1977
2. 1947 - 1949
3. 1800 - 1919
4. 1949 - 1958

La crisis financiera asiática


4. Completar

La crisis financiera asiática, también conocida como la crisis del …………………………comenzó el


………………………………. con la devaluación de la …………………………….

A) Fondo Monetario Internacional – 2 de julio de 1997 – moneda tailandesa

B) ONU – 4 de septiembre de 1950 – bolsa de valores

C) Estado tailandés – 18 de marzo de 1975 – moneda japonesa

D) Fondo internacional – 6 de marzo de 1992- moneda ecuatoriana

5.- ¿Cuántos millones de indonesios pasaron a engrosar las filas de los oficialmente pobres?

a) 25 millones de indonesios
b) 10 millones de indonesios

c) 21 millones de indonesios

d) 30 millones de indonesios

Levantamientos democráticos
6. -Seleccione cuáles fueron los motivos por el cual se levantó el pueblo de Túnez:

1. Un nuevo presidente

2. Desigualdad

3. Falta de ropa

4.Injusticia

a) 1,2
b) 2,3
c) 1,4
d) 2,4

7.- ¿En dónde se tomaron medidas para luchar contra el nepotismo y la corrupción?

a) En Irak

b) En Egipto

c) En China

d) En Túnez

8.- Complete:

La Primavera árabe fue una serie de …………….. en el ámbito político y ……………..que sucedieron
en los países árabes los cuales llevaron a la caída de dos importantes dictaduras, la de …………..
y la de ………………

a) peleas- privado- Ben Morat- Mubarak


b) conflictos- popular- Ben Ali- Mubarak
c) enojos-publico-Murabak-Ben Morat
d) peleas-popular- Ben Ali- Mubarak

La Primavera Árabe
9.- Elija 3 factores que desencadenaron la Primavera Árabe.

1.- La corrupción
2.- La falta de comida
3.- El estudio
4.- El desempleo
5.- La falta de libertades
a) 1,3,4
b) 2,5,1

c) 3,5,2

d) 1,4,5

10.- En Egipto ¿Qué gobierno cayó tras las manifestaciones políticas del 2011? Encierre con
un círculo el literal de la respuesta correcta.

a.- Hosni Mubarak

b.- Ali Abdullah Saleh

c.- Abd Rabbuh Mansur al-Hadi

d.-Ben Ali GRUPO


Cuestionario
#2

ANTIGUAS CIVLIZACIONES
1. ¿Cuál fue la religión de la civilización Mesopotámica?

a) Politeísta
b) Cristianismo
c) Monoteísta
d) Brahmanismo

CRISIS DEL MUNDO DESARROLLADO


2. Seleccione la respuesta correcta: La crisis se define como el punto de:
a) Prosperidad
b) encumbramiento
c) Inflexión
d) Auge

ANTIGUAS CIVILIZACIONES
3. Seleccione la respuesta correcta: La civilización Mesopotámica veneraban
a sus dioses y astros en la pirámide llamada:
a. Kefrén
b. Guiza
c. Zigurat
d. Dyedefra

ANTIGUAS CIVILIZACIONES
4. Selecciones la respuesta correcta: ¿Qué civilización rendia culto a los
animales especialmente al gato?
a. Maya
b. Azteca
c. Mesopotamia
d. Egipto

CRISIS DE MUNDO DESARROLLADO


5. Seleccione la respuesta correcta: ¿En que año se dio la gran depresión?
a. 1914
b. 1929
c. 1932
d. 2001

CRISIS DE MUNDO DESARROLLADO


6. Seleccione la respuesta correcta: Los jeroglíficos fueron un sistema de
escritura creado por:
a. Los fenicios
b. Los egipcios
c. Los mesopotámicos
d. Los chinos

ANTIGUAS CIVILIZACIONES
7. ¿Qué civilización era gobernada por el jefe político Patesi?

a) China
b) India
c) Griega
d) Mesopotamia

ANTIGUAS CIVILIZACIONES
8. ¿Cuáles fueron las distintas culturas que surgieron en la antigua
Mesopotamia?
a) Semitas, incas, mayas
b) Asirios, tonteras, babilónicas
c) Asirios, acadios, semitas
d) Acuarios, semitas, toltecas

ANTIGUAS CIVILIZACIONES
9. ¿Qué civilización practicaba la momificación?
a) Mayas c) Sumerios
b) Egipcios d) Incas
ANTIGUAS CIVILIZACIONES
10. De acuerdo a la teoría de las grandes civilizaciones escoja las opciones
correctas.

1) Eran totalmente nómadas y nunca se organizaron


2) Fue una sociedad estratificada y jerárquica
3) Surgieron en espacios geográficos
4) Se origino a partir del auge absurdo de bolsa de valores.

a) 1,4 b) 2,3 c) 3,1 d) 4,2 e) 3,4

GRUPO
CUESTIONARIO #3
Civilizaciones Prehispánicas
1. Seleccione: los tres grandes periodos en que se dividió la historia de la
civilización Maya:
a. Preclásico
b. Formativo
c. Prehistoria
d. Clásico
e. Posclásico

2. Seleccione: el tipo de escritura que tenían los Aztecas:


a. Escritura pictográfica con un desarrollo progresivo a la escritura fonética.
b. No tenían ningún tipo de escritura.
c. Escritura glíptica
d. Escritura jeroglífica

3. Seleccione la respuesta correcta: con que otro nombre se les conocía a los
mensajeros en el Imperio Inca:
a. Quipus
b. Ayllu
c. Chasquis
d. Esclavos
El Hombre Ecuatoriano

4. ¿Cuál fue la primera cultura mas conocida en Ecuador?


a. La cultura Machalita
b. La cultura Valdivia
c. Cultura las Vegas

5. ¿Cómo se llamaba el lugar por donde atravesaron los asiáticos para llegar
hasta américa?
a. Golfo de Guayaquil
b. El estrecho de Bering
c. El Tahuantinsuyo
d. Golfo de México
Periodos de la Prehistoria
6. Relacione:
1 Periodo Precerámico a Aparecen las aldeas agrícolas, la caza se ve
reducida, aparece la cerámica rudimentaria.
2 Periodo Formativo Temprano b Aparición de centros administrativos y de la
religiosidad.
3 Periodo Formativo Intermedio c Tiene como culturas principales a
Machalilla, Upano y Chorrera.
También llamado Periodo Paleoindio.
4 Periodo Formativo Tardío d Grupos nómadas, se dedicaban a la caza,
recolección y pesca.

a. 1a, 2b, 3d, 4c


b. 1d, 2c, 3a,4b
c. 1d,2a, 3b, 4c
d. 1c, 2d, 3c, 4a

7. Complete:
La Cultura………………ocupó extensos territorios de las provincias de Manabí,
………………..y la provincia de Santa Elena.
a. Valdivia- Guayaquil
b. Babahoyo-Chorrera
c. Valdivia- Esmeraldas
d. Machalilla-Esmeraldas

8. Seleccione:
Dos grandes yacimientos del Periodo Precerámico fueron:
a. Valdivia y Chorrera
b. Machalilla y Palanda
c. Cubilan y Valdivia
d. Chabshi y Cubilan

9. Complete:
La …………………. más aceptada de la cultura Guangala se sitúa entre los 500 años
…….y ……. D.C.
a. Cronología – A.C – 600
b. Investigación – D.C – 500
c. Investigación – D.C – 200
d. Cronología – A.C – 500

10. ¿En qué periodo se desarrollaron los señoríos étnicos?


a. Periodo de Desarrollo Regional
b. Periodo de Integración
c. Periodo Formativo
d. Periodo Paleolítico

CUESTIONARIO
GRUPO
1. Cristóbal Colón fue un navegante de origen: #4
A. Italiano.
B. Portugués.
C. Genovés.
D. Alemán.
2. Con la conquista de América, se impuso hacia los indígenas los trabajos de:
A. La encomienda, mita, porteo, y la esclavitud.
B. La encomienda, servicio militar y mita.
C. La encomienda, huelgas, y porteo.
D. La encomienda, mita, y participación política.

Los Viajes Del Descubrimiento


3. ¿Cuáles son los puertos de donde zarpó Cristóbal Colón en sus 4 viajes?
A. Cádiz, Génova, Palos
B. Génova, Sanlúcar, Lisboa
C. Lisboa, Cádiz, Palos
D. Palos, Cádiz, Sanlúcar
4. ¿Cómo llamó Colón a su primera isla descubierta?
A. Santo Domingo
B. San Salvador
C. La española
D. La Isabela
5. ¿En cuál de los cuatro viajes, Colón llegó por primera vez a América del
Sur?
A. Primer viaje
B. Segundo viaje
C. Tercer viaje
D. Cuarto viaje
Conquista y Colonización de América

6. Subraye la respuesta correcta:


- ¿Cuáles fueron los países que intervinieron en la conquista y colonización de
América?
A: Portugal

B: Francia
C: Alemania

D: España
1.- A, B 2.-C, D 3.-A, D 4.-B, C

7. Complete el párrafo:
Durante la etapa de conquista los pueblos sufrieron un largo periodo de
maltrato y esclavización, donde además los europeos explotaron las grandes minas de
y plata la que se encontraban en (México) y la Región Andina (Perú).

A: Conquistados, metales preciosos, Guatemala


B: Precolombinos, oro, Mesoamérica

C: americanos, bronce, América del Sur


D: Aborígenes, metal, Mesoamérica

Teorías Del Descubrimiento De América


8. Subraye la respuesta correcta:
-En qué año Madog ab Owain Gwynedd llego al continente americano.

A. En el año 1170.
B. En el año 1492.
C. En el año 1100.
D. En el año 1230.
9. Complete el siguiente enunciado:
-Zheng He fue un marino y explorador chino que llego al continente americano en
_______, reconocido por sus viajes de exploración en el _______.
A. 1489 – oeste americano.
B. 1418 - sudeste asiático.
C. 1290 – norte de américa.
D. 1346 – sudeste africano.
10. Complete el siguiente enunciado:
-La historia de los templarios, establece que después de los sucesos del año
_______, donde fueron perseguidos y casi exterminados, los sobrevivientes huyeron
hacia ______.

A. 1301 – Italia y Alemania.


B. 1349 – África y Brasil.
C. 1307 - Escocia y Portugal.
D. 1329 - España y Rusia.

CUESTIONARIO GRUPO
#5
1.- ¿En qué siglo se dio la aparición de la industria?
a) XIX
b) XVIII
c) XV
d) XVII

2.- Seleccione las respuestas correctas


Con la aparición del proletariado también llego el movimiento
a) Ecologista
b) Feminista
c) Antimilitarista
d) Obrero
3.- Seleccione la respuesta correcta
Aparecieron las grandes fábricas y paralelamente fue desapareciendo la mayor parte de
los
a) Artesanos
b) Recursos
c) Salario
d) Emprendimientos
4.- ¿Que clases sociales surgieron con la revolución industrial?
a) Patricios y plebeyos
b) Burguesía y Proletariado
c) Nobles y Esclavos
d) Todas las anteriores

5.- ¿Cuál fue la principal consecuencia de la Revolución Industrial?


a) Surgimiento y desarrollo del capitalismo
b) Cambiaron, los roles en el hogar
c) La revolución agraria que proporcionó fuerzas de trabajo a obreros
d) James Watt fue quien invento la máquina de vapor

6.- Seleccione la respuesta correcta


La independencia de América fue un proceso político y militar que se dio entre los
años:
a) 1808 -1826
b) 1810 -1912
c) 1910 -1918
d) 1802 - 1807

7.- Seleccione la respuesta correcta


La sociedad Latinoamérica había llegado a un punto de gran descontento como
consecuencia de la……………………
a) Revolución industrial
b) Liberalización económica
c) Colonización española
d) Corrupción

8.- Complete con la frase correcta


La declaración de la independencia estadounidense y la revolución francesa sirvieron
de……….. para la Independencia de América
a) Modelos para la lucha independentistas
b) Difusión de ideas liberales
c) Desarrollo de la economía
d) La invasión de España

9.- ¿Una consecuencia visible de la independencia de Latinoamérica en lo económico


fue?
a) Aumento el racismo
b) Mejoro la artesanía
c) Bajo la producción
d) Independencia del mercado internacional

10.- Complete con la palabra correcta


La esclavitud tendió a……………… gracias a la independencia de Latinoamérica
a) Crecer
b) Expandirse
c) Reaparecer
d) Desaparecer

GRUPO
Cuestionario #6
Selecciones la respuesta según corresponda:

Primera Guerra Mundial

1.- ¿En qué fecha comenzó la Primera Guerra Mundial?

a) 18 de julio de 1918.
b) 28 de junio de 1914
c) 18 de junio de 1914.
d) 28 de julio de 1914.

2.- Complete el enunciado sobre la crisis de 1917, etapa que se dio durante la
Primera Guerra Mundial

La crisis de 1917:
El equilibrio .................. de finales de 1916 y la imposibilidad de dar fin a la
guerra a corto plazo puso en dificultades a los .............. Tropas y retaguardia
fueron presa de una .................. desmoralización.

a) armamentista - enemigos - creciente.


b) militar - beligerantes - creciente.
c) armamentista - beligerantes - decreciente.
d) militar - enemigos - decreciente.

3.-¿Qué países formaban parte de la Triple Entente antes de la Primera Guerra


Mundial?

a) Italia, Francia y el Imperio Británico.


b) Alemania, Austria-Hungría e Italia.
c) Rusia, Francia y el Imperio Britanico.
d) Rusia, Italia y el Imperio Británico.

Segunda Guerra Mundial


4.- Complete el texto sobre las sanciones impuestas a Alemania en el tratado de
Versalles.

A Alemania se le prohibió tener armas ……………, ceder territorios ………. a


los países aliados y pagar ……………… a los países afectados.

a) Modernas – valiosos – deudas


b) Bélicas – productivos – indemnizaciones
c) Modernas – estratégicos – indemnizaciones
d) Actuales – estratégicos – deudas

5.- ¿Contra quién fue dirigida la “Operación Barbarroja” en el transcurso de la


segunda Guerra Mundial?

a) Unión Soviética
b) Países Aliados
c) Inglaterra
d) Francia

6.- ¿Cuáles fueron las fechas del inicio y término de la Segunda Guerra Mundial?

I- 11 de noviembre de 1918
II- 1 de septiembre de 1939
III- 14 de agosto de 1945
IV- 2 de septiembre de 1945
a) I – II
b) II – IV
c) I – III
d) II – III

Guerra Fría

7.- ¿Qué superpotencias se enfrentaron durante la Guerra Fría?

a) La República Popular China y los Estados Unidos de América


b) La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y Vietnam
c) Los Estados Unidos de América y la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas
d) La República Popular China y Japón
8.- ¿Cuál fue la principal causa de la Guerra Fría?

a) Estados Unidos y la URSS tenían ideales diferentes, uno defendía el


comunismo y otro el capitalismo
b) En Vietnam se quiso implantar un sistema socialista unificado
c) La detonación de bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki
d) La muerte del archiduque Francisco Fernando

9.- ¿Qué presidente estadounidense propuso lo que sería “la apuesta” durante La
Carrera Espacial?

a) Nikita Jrushchov
b) John F. Kennedy
c) Mijaíl Gorbachov
d) Franklin Delano Roosevelt

10.- ¿Qué suceso marca “el fin” de la Carrera Espacial?

a) La caída del Muro de Berlín


b) La disolución de la URSS
c) La puesta en órbita del Sputnik 1
d) La llegada del hombre a la Luna a bordo del Apolo 11
UNIVERSIDAD TÉCNICA DE AMBATO
ESTUDIOS SOCIALES Y CULTURALES
PEDAGOGÍA DE LOS IDIOMAS NACIONALES Y EXTRANJEROS
Integrantes: Kevin Bombón
Marcelo Borja
Madeleine Cano
Angélica Cerda
Docente de área: Yolanda Pérez
Tema: TRANSFORMACIONES SOCIALES EN EL CONTINENTE ASIÁTICO
LEVANTAMIENTOS DEMOCRÁTICOS EN EL NORTE DE ÁFRICA Y MEDIO
ORIENTE
TRANSFORMACIONES SOCIALES EN EL CONTINENTE ASIÁTICO
En Asia encontramos varios grandes Imperios, cada uno de los cuales sufrieron transformaciones
en este periodo. A comienzos del siglo XVI la dinastía Safávida logró reunificar los territorios
iraníes, iniciando un nuevo periodo glorioso de Persia. En los mismos años, también los grandes
mongoles inician su dominación sobre la India y comienzan a reunificarla, formando un Imperio
que dará uno de los momentos de mayor esplendor cultural y artístico además de fuerza militar y
organización política, al subcontinente indostánico. En China por el contrario el Quinientos
contempla la decadencia, con el fin de la dinastía Ming y la conquista Manchú, que iniciaría la
dinastía Qing a mediados del siglo XVII. Y en Japón, la descomposición feudal del shogunato
ashikaga dará paso con el cambio del siglo a la monarquía absoluta de los tokugawa que conseguirá
así una mayor fuerza interior y exterior.
También suelen mencionarse, sobre los cambios sociales del neolítico, la institucionalización y la
generalización de la guerra. Como pasa con otras especies animales, próximas o alejadas a los
humanos, la violencia entre los grupos es algo natural; y no podemos pensar que surge ahora
espontáneamente, la arqueología recoge indicios de este comportamiento desde los preludios del
linaje humano. Pero la agricultura le da a todo esto un nuevo enfoque, supone un cambio radical
en la manera de perseguir el territorio, especialmente de las áreas de captación. La violación de las
fronteras, el forrajeo o saqueo de cosechas podían tener consecuencias desastrosas para las
primeras comunidades de agricultores. Es frecuente, a partir del neolítico, encontrar individuos de
la necrópolis con evidentes signos de lucha como por ejemplo puntas de flechas que han arañado
los huesos. Algunas manifestaciones artísticas también hacen pensar que en los primeros
enfrentamientos es posible que surjan ahora las primeras armas, destinadas, no tanto a la caza, sino
al combate.
PERIODO DE GUERRAS
Dos hechos de gran trascendencia impulsaron las fuerzas sociales y políticas del continente: la
independencia de India del Reino Unido en 194 y la revolución comunista en China en 1949. Los
comunistas de China firmaron una alianza con Stalin, pero Estados Unidos se negó a reconocer al
nuevo régimen.
En medio de los dos modelos, se dieron otros acontecimientos que influirían en el futuro de los
pueblos asiáticos: las guerras vietnamitas contra Francia y contra EEUU. La guerra de Corea inició
cuando Corea del Norte comunista invadió a Corea del Sur capitalista en 1950.
Asia ha sufrido las mayores presiones políticas y militares provenientes de la unión soviética
europea y la influyente revolución china incluyendo el aumento de la guerra fría y la aceleración
del desarrollo económico de Japón bajo control estadounidense para luchar contra el comunismo
asiático.
LA CRISIS DEL NEOLIBERALISMO EN EL CONTINENTE ASIÁTICO
La crisis financiera asiática fue un período de dificultad financiera que se apoderó de Asia en julio
de 1997 y aumentó el temor de un desastre económico mundial por contagio financiero. También
conocida como la crisis del Fondo Monetario Internacional, comenzó el 2 de julio de 1997 con la
devaluación de la moneda tailandesa.
Por efecto dominó, le sucedieron numerosas devaluaciones en Malasia, Indonesia y Filipinas, lo
que repercutió también en Taiwán, Hong Kong y Corea.
Aquí la gente empezó a gastar más de lo que ganaba, lo cual llevó a la acumulación de deudas
externas. Durante esta crisis se vivió la especulación mobiliaria más grande y excesiva, mientras
que para prevenir un colapso de los valores monetarios los gobiernos tuvieron que incrementar las
tasas de interés de manera exagerada para disminuir la fuga del capital.
Sin embargo, lo que parecía ser una crisis regional se convirtió con el tiempo en lo que se denominó
la "primera gran crisis de la globalización «Sólo durante las primeras semanas un millón de
tailandeses y 21 millones de indonesios pasaron a engrosar las filas de los oficialmente pobres.
El “desastre” comenzó porque el menor crecimiento y la caída de las exportaciones del Sudeste de
Asia, provocaron un terrible endeudamiento que generó pánico en los mercados financieros los
que comenzaron a retirar sus capitales.
Vietnam
Crecimiento demográfico

Devaluación de la moneda
India
Tailandesa Inicio

Causas
Países Taiwán
Transformaciones en el
Continente Asiático afectados

Países afectados
China
Efectos
Tailandia
Singapur
Huidas de inversionistas
Filipinas

Malasia
Devaluaciones de divisas
Indonesia

Corea del
Sur

LEVANTAMIENTOS DEMOCRÁTICOS EN EL NORTE DE ÁFRICA Y EL MEDIO


ORIENTE
El 17 de diciembre de 2010, la vida en los países del norte de África y en toda la región árabe
comenzó a cambiar. El pueblo de Túnez, se levantó en contra de la desigualdad, la injusticia, la
falta de oportunidades, entre muchas otras. Este levantamiento, fue la pieza que detonó un efecto
domino, pues posteriormente otros países árabes, con regímenes autoritarios, decidieron seguir los
pasos de sus hermanos tunecinos.
En Túnez y en Egipto, forzaron a los dirigentes a abandonar el poder después de décadas de
despotismo y de flagrantes violaciones de las libertades fundamentales. En Argelia, Jordania,
Marruecos y Omán, los máximos dirigentes se comprometieron a iniciar reformas y amplias
revisiones constitucionales. En el Territorio Palestino Ocupado (TPO), las autoridades anunciaron
la organización de elecciones presidenciales y legislativas en los próximos meses. En Iraq, los
líderes tomaron una serie de medidas para luchar contra el nepotismo y la corrupción, principal
reivindicación de los manifestantes. Por el contrario, otros regímenes contestaron al movimiento
de protesta con violentas represiones de las manifestaciones (Bahrein, Libia, Siria, Yemen).
Además, los autores de estas graves violaciones de derechos humanos permanecen impunes a pesar
de algunas declaraciones oficiales en las que se anunciaba la creación de comisiones de
investigación sobre los actos violentos acaecidos durante las manifestaciones (Siria). En Egipto y
en Túnez, los ex Presidentes Hosni Mubarak y Ben Ali, al igual que el ex Ministro del Interior
egipcio y varios miembros de la familia Ben Ali, están siendo investigados en relación con la
violenta represión de las manifestaciones de comienzos de 2011.
LA PRIMAVERA ÁRABE
El término «Primavera Árabe» fue popularizado por los medios de comunicación occidentales a
principios de 2011 cuando se dio el levantamiento exitoso en Túnez contra el exlíder Zine El
Abidine Ben Ali que alentó protestas antigubernamentales similares en la mayoría de los países
árabes. El término «Primavera Árabe» es una referencia que se hace a las Revoluciones de 1848,
un año en el que se produjo una ola de disturbios políticos en muchos países de Europa, muchos
de los cuales dieron como resultado el derrocamiento de las antiguas estructuras monárquicas y su
reemplazo por una forma de gobierno más representativa.
La Primavera Árabe fueron una serie de conflictos en el ámbito político y popular que sucedieron
en los países árabes, que llevaron a la caída de dos importantes dictaduras que existían en la época,
la de Ben Ali localizada en Túnez, y la de Hosni Mubarak que estaba localizada en Egipto. Con
ella se dio el reforzamiento de la violencia que ya existía en Yemen y ocasionó además una guerra
en Libia.
FACTORES QUE DESENCADENARON LA PRIMAVERA ÁRABE
A) GERONTOCRACIAS: Líderes con mucha antigüedad en el puesto, mayores.
B) FALTA DE LIBERTADES: Ausencia de democracia. Ausencia de posibilidades de
participación ciudadana. Ausencia de derechos políticos, libertad de prensa. Y violación de
derechos humanos.
C) CORRUPCIÓN: La utilización de cargos públicos para lucrarse personalmente, y la huida del
puesto saqueando las arcas públicas
D) DESEMPLEO: El cóctel explosivo se forma por la unión de una población joven, sin
perspectivas y sin empleo, y que a través de medios comunicación perciben unos estilos de vida
mejores en los que podemos llamar “estados de derecho y bienestar”
E) POBREZA: Amplios colectivos que viven por debajo del umbral de pobreza.
F) DESIGUALDAD: Consecuencia de algunos de los factores anteriores, hay una inexistencia de
clases medias en muchos de los países afectados. La distribución de la renta es excesivamente
inequitativa.
G) PRECIOS DE LOS ALIMENTOS: Las subidas de precios de los cereales han llegado a ser de
un 80% en 2010, mientras el paro se duplicaba en muchos países.
EGIPTO:
Luego de la caída de Mubarak se dieron los siguientes eventos:
1.- Se cambió la Constitución, con una aprobación del 63,8% de los votos; pero de 52 millones de
votantes sólo el 32,9% votó.
2.-Destitución de la cúpula militar de Mubarak, Jefe de Estado Mayor, Jefe de Fuerza Aérea y
Marina.
3.- Eliminación del decreto que impedía la Presidente revocar a los jefes del ejército.
4.- Inicio de la consolidación del régimen democrático y representativo.
5.-Carestía de la Gasolina.
6.- Aumento de la influencia del islam en la comunidad egipcia.
7.-Ganas de tener una vida al estilo occidental.
TÚNEZ
Túnez experimentó una serie de conflictos durante los tres años previos a la primavera árabe. La
revolución democrática árabe es considerada la primera gran oleada de protestas laicas y
democráticas del mundo árabe en el siglo XXI. Las protestas, de índole social y en el caso de
Túnez, apoyada por el ejército, estuvieron causadas por factores estructurales y demográficos,
unas condiciones de vida duras arraigadas en el desempleo, a lo que se añadían regímenes
corruptos y autoritarios.
YEMEN
En enero de 2011 los ciudadanos yemeníes se rebelaron contra el régimen de Ali Abdullah Saleh,
mediante una serie de manifestaciones pacíficas que fueron reprimidas violentamente por el
gobierno. La situación política y social del país empeoró a lo largo del 2012, hasta que se logró la
destitución de Saleh con la llegada al poder de Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, quien participaba en
el gobierno del anterior dictador. Cuando Saleh volvió a intentar recuperar el poder del país al-
Hadi se negó y este se unió a los rebeldes huzíes, que inicialmente se habían levantado en armas
contra él.
Actualmente Yemen está sufriendo una de las peores catástrofes humanitarias de Oriente Medio
por la falta de alimentos y los civiles están atrapados a causa del control que Arabia Saudí ejerce
de los puertos y los aeropuertos.
CONSECUENCIAS
Una de las principales repercusiones que trajo consigo la Primavera Árabe fue la guerra civil que
se desarrolla en Siria, muchas personas que participaron de ella esperaban que nuevos gobiernos
que se crearan trajeran consigo nuevas reformas políticas y justicia social, pero esto nunca sucedió.
La Primavera Árabe en realidad vino a desestabilizar las naciones de la región, situación que
muchos consideran fue creada por personas poderosas de la nación. Hay más guerras, más muertes
y más violencia, que reprimen cada día más a aquellos que quieren alzar la voz en busca de una
sociedad más justa y abierta.
BIBLIOGRAFÍAS:
https://es.wikipedia.org/wiki/Primavera_%C3%81rabe_(2010-2012)

Felipe Peralta (2016) Prezi https://prezi.com/xpilcdsqp0jl/levantamientos-democraticos-en-el-


norte-de-africa-y-medio-or/

André Jiménez (2019) Goconqr


https://www.goconqr.com/en/mindmap/18144915/levantamiento-democr-ticos-en-el-norte-frica-
y-medio-oriente

OPDD (2011) Fidh


https://www.fidh.org/IMG/pdf/obs_2011_sp-mmo.pdf

Porras Nicole (2017) Nicole Porras.blogs


http://nicoleporrasmsociedadycultura.blogspot.com/2017/07/transformaciones-sociales-en-
el.html

Miguel Angel Urgiles (2016) Scribd


https://es.scribd.com/document/335365803/Las-Transformaciones-Sociales-en-El-Continente-
Asiatico

Alfredo Carrillo (2017) Slideshare


https://es.slideshare.net/carrilloauquilla/asia-historia-social-evolucion-economia

https://en.wikipedia.org/wiki/Yemen

https://en.wikipedia.org/wiki/Tunisia
https://en.wikipedia.org/wiki/Egypt

Gabriela Briceño (2010) Euston96


https://www.euston96.com/primavera-arabe/
1

UNIVERSIDAD TÉCNICA DE AMBATO

FACULTA DE CIENCIAS HUMANAS Y DE LA EDUCACIÓN

INFORME DE ESTUDIOS SOCIALES Y CULTURALES

1.Datos Informativos :

1.1. Tema: Las grandes civilizaciones del mundo.y la crisis del mundo desarrollado.

1.2. Integrantes: Emely Chango, Jennifer Constante, Janeth Chasipanta. y Mónica

Chicaiza.

1.3. Curso: Nivelación PINE

1.4. Docente: Yolanda Pérez

2. Desarrollo de la Actividad

Las Grandes Civilizaciones Del Mundo.

CIVILIZACIONES ANTIGUAS

Las primeras civilizaciones surgieron en espacios geográficos que permitieran la producción

agrícola de alta intensidad. Estos espacios tienen como principal característica, la presencia de

cursos de agua como ríos (civilizaciones fluviales) o fuente de aguas subterráneas, que daban

origen a valles fértiles que permitían la práctica de la agricultura. se organizaban en torno a las

ciudades y la vida urbana. En estas ciudades (como también lo es ahora), hay una gran cantidad

de población que se dedican a diferentes actividades productivas o trabajos, por sobre todo un

gran intercambio cultural y comercial, no solo con los habitantes de estas, sino que también con

otras sociedades. Las primeras civilizaciones presentan una sociedad estratificada y jerárquica, es

decir, estratificada porque se diferencian grupos sociales por su función (división social del
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trabajo) y origen de nacimiento, y jerárquica debido a que unos pocos concentran el poder y los

privilegios, y la mayoría de la población se dedica a la producción, incluso comenzó a utilizarse

la esclavización como forma de dominio.

Egipto: los primeros pobladores egipcios se agruparon en clanes, en el cual cada clan

estaba protegido por un tótem y cada tótem representaba un animal. La unificación de cada clan

dio como resultado los nomos (provincias) en cada uno gobernaba un príncipe; los nomos se

fusionaron y formaron los reinos. Siendo los más relevantes los del bajo Egipto en el Delta y

los del valle o alto La unificación se lograría con Menes aproximadamente hacia el 3100 a.C.

Siendo así, Menes el primer faraón denominado rey. Este mismo desempeñaba la función de

gobernante y jefe religioso, de ahí que estuvieran por encima de la jerarquía social e inclusive no

se les representaban, dictaba las leyes y su incumplimiento merecía multas, privación de libertad,

azotes y hasta la muerte; el faraón heredaba el poder, por lo que los integrantes de una familia

gobernaban por un largo tiempo. Su tipo de gobierno fue una teocracia. El reino del faraón fue

tan vasto que tuvo que nombrar a los llamados visires, entre sus funciones eran los que se

encargaban de la agricultura y comercio e inclusive gobernaban los nomos. No cualquiera podía

ejercer la función de funcionario, se requería que supieran escribir y los únicos que los

desempeñaban eran los hijos del faraón. El desarrollo de la civilización de Egipto, comprende

cuatro milenios y varias dinastías a próximamente.

En Egipto la organización social se basaba en: En la riqueza, aunada a la actividad que se

realizaba, establecía el nivel social; por un lado, los poseedores de la riqueza: la familia real, los

nobles, los militares de lata jerarquía, los grandes comerciantes y la burocracia estatal. Por el

otro, los hombres libres que se dedicaban al pequeño comercio, a la elaboración de artesanías y

al cultivo de la tierra, juntos integraban la mayor fuerza de trabajo. Hasta el final estaban los
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esclavos que llegaron a convertirse en la fuente de producción y riqueza del estado. La posesión

de la riqueza y la actividad económica que realizaban eran determinantes para ocupar un nivel

social y, tanto el tipo de protección legal que recibían de parte de las autoridades.

El faraón representaba a Osiris en la tierra. No hay que olvidar que también se rendía culto a

algunos animales, como consecuencia a la representación de los dioses.

La comercialización del cereal gracias a su excedente fue beneficiosa para Egipto y otras

civilizaciones como los fenicios o mesopotámicos. También supieron fabricar el vidrio. En

cambio, carecían de madera para sus construcciones. Los egipcios utilizaron una escritura

llamada jeroglíficos, utilizando como soporte el papiro. También heredaron una escritura

hierática y demótica, estas dos últimas son derivaciones simplificadas de la primera. Su literatura

fue religiosa, la obra más conocida es el libro de los muertos. La arquitectura de la civilización

egipcia estriba fundamentalmente en la aplicación de las tumbas, más tardes denominadas

pirámides. Entre estas podemos encontrar las de Keops, Kefren y Mykerinos. Considerando la de

Keops la más alta, aproximadamente 141 metros de altura.

Mesopotamia: en lengua griega significa entre “ríos”. Su ubicación geográfica se localizaba

hacia el norte con Asia menor y las montañas de armenia, al oeste con los montes Zagros; al Sur

con el Golfo Pérsico y hacia el este con los desiertos de Arabia y Siria. Actualmente algunas

extensiones formaron parte de este territorio de Iraq. En esta porción florecieron distintas

culturas como los sumerios, los semitas, los acadios, los asirios y los caldeos. Con la utilización

de la rueda y la fabricación de carros jalados por asnos, el intercambio y la exportación

comercial se llevaron a cabo. El intercambio consistió en productos como cereales, y exportación

de alfarería. Se recibían piedras y metales preciosos. Su religión fue politeísta. Eran gobernados

por un jefe político llamado Patesi. Este jefe político era el intermediario entre dios y la tierra, de
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ahí su nombre. Posteriormente los sumerios elijen a un jefe militar, y convirtiéndole en

sacerdote, llamándole rey-sacerdote, esto con la finalidad de guiarlos en sus luchas. Con el paso

del tiempo se considera hacer la no elección, sino, a las familias, dando paso a las monarquías o

a los gobiernos de un rey, haciéndose estas hereditarias. Fue a través de sus pirámides llamadas

Zigurat, por la cuales los sacerdotes veneraban a sus dioses y astros. Dentro de la sociedad

sumeria prevaleció la división de clases como en el resto de las civilizaciones; por ejemplo, la

primera jerarquía social estaba compuesto por el rey, los funcionarios, los sacerdotes y sus

familias. Dentro de la segunda clase social se encontraban los escribas y los comerciantes, en el

tercer estamento el resto de la población comprendía a los artesanos y campesinos. El último

estrato social lo constituían los esclavos, formado por los prisioneros de guerra y se utilidad

consistía en realizar los trabajos más pesados, con la condición de perdónales la vida. En el caso

de la tercera jerarquía, integrado por los campesinos y artesanos, se les obligaba a pagar tributo a

los sacerdotes y gobernantes. A su vez estos últimos en algunas ocasiones repartían parte de

estos tributos a la población, aunque no siempre era así. Los funcionarios por su parte se

encargaban de las actividades de las cuales la sociedad debería desempeñar, como la

construcción y embellecimiento de sus templos, palacios, la apertura y elaboración de caminos y

diques, así como los canales para el cultivo de sus tierras.

India: colinda hacia el norte con dos grandes cordilleras la del Indukush y la del Hilamalaya,

por el oeste se encuentra rodeada por el Mar Arábigo y hacia el este con el golfo de Bengala,

hacia el Sur con el océano Indico. Sus dos caudalosos ríos el Indo y el Ganges son considerados

sagrados por los habitantes hindúes. Sus primeros pobladores realizaron asentamientos cerca del

río Indo y sus afluentes. Los drávidas cosecharon la cebada, el trigo y el algodón. Inclusive son a

éstos a quienes se les atribuyen el tejido de telas. La invasión Aria procedente del este de Rusia
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modificó la organización de los primeros pobladores. Su principal fuente fue la agricultura, así

como el comercio. La invasión Aria influyó en la deidad en la población primitiva, modificando

a sus antiguas deidades el dios Indra y el Shiva por el brahmanismo. Según esta última doctrina

los cuerpos reencarnaban en otro ser o seres, hasta que el alma se purificara. La división de la

religión de la india fue el Brahmanismo, bajo esta se regía las clases o estamentos sociales. Por

ejemplo, la primera clase social estaba constituida por los sacerdotes o brahmanes, quienes se

consideraban haber nacido de la cabeza del dicho dios. La segunda clase social se componían de

los Kshatriyas o guerreros, estos según la creencia dieron origen de los brazos del brahman, a

diferencia de la tercera clase social que había dado origen de los muslos de dicho dios (Esta clase

social se encontraban los campesinos, artesanos y comerciantes), por último, los Sudras quienes

habían nacido de los pies del dios Brahmán. La oposición de una nueva corriente religiosa

llegaría con el budismo. Su principio tuvo como fundación la equidad. Su verdadero nombre fue

Siddharta Gautama. Esta nueva religión profesaba que todos los hombres son iguales y que lo

más relevante era la virtud, siendo bien acogida entre las clases oprimidas. Esta nueva religión

tuvo una buena aceptación posteriormente en China y Japón.

China: La antigua ubicación geográfica de China colindaba hacia el norte con el desierto de

Gobi, Mongolia y Manchuria, hacia el este con el Océano Pacífico y el sureste con la cordillera

del Himalaya. Sus dos principales ríos son el rio Amarillo (Hoahg -Ho) y el rio Azul (Yang

TseKiang). Que nace del Tíbet y atraviesan la gran extensión China, desembocando hacia el mar.

Sus tierras son muy fértiles y propensas a inundaciones por el desbordamiento del Rio amarillo.

El periodo más antiguo que se conoce fue el Yin, y el estado que lo constituyó se le denominó

Chang. Como pueblo antiguo también practico la agricultura, fuente primordial de la economía.
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Para entonces ya se tenía conocimiento de diversos cultivos como la cebada, el mijo y el trigo,

posteriormente se siembra el arroz. Esta actividad trajo como resultado la construcción de

canales de riego, así como también la fabricación de nuevas herramientas de trabajo. Contaban

con conocimientos técnicos que en caso de su revelación se castigaban con la muerte, como en el

caso de la producción de seda. En cuestiones políticas recaía en el rey toda la autoridad, pero

limitados por un consejo de denominados gens o tribus. Su división social fue marcada, ya que el

grueso de la población lo componían los campesinos. Fue durante este periodo Chag Yin se da

origen a la escritura china. Esta dinastía (Chou) se caracterizó por sus constantes

enfrentamientos con grupos provenientes del norte, principalmente nómadas. Logrando penetrar

al territorio chino. Su fragmentación de la dinastía Chou provienen posteriormente con la

división de principados independientes. La Dinastía Tsin combatió por la hegemonía China.

Aunque su esplendor corresponde a la dinastía Chen, al que se le atribuye el título de Tsin Shi

Hoang Ti. Entre sus logros alcanzados se pueden mencionar la ampliación del sistema de riego, y

la construcción de carreteras. Así también para su defensa en contra de las invasiones bárbaras y

bajo su mando se construyó la muralla china. Su represión fue tal que se dice que mando a

enterrar vivos a 460 confucionistas. La dinastía Han, se caracterizó por el restablecimiento feudal

de tierras. Este restablecimiento consistió en que los nobles las repartieran entre sus herederos, y

no directamente a sus primogénitos, tratando de que no se fortalecieran la clase noble. Se

impulso el comercio y se da paso a grandes inventos como el papel y de gran trascendencia para

el ser humano.

La cultura China Por su aportación cultural China fue relevante ya que ejerció gran influencia

no solo para los pueblos orientales, sino que también para Europa y posteriormente occidente,

con el invento del papel, la brújula y la pólvora. Sus vastos conocimientos en escritura
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jeroglífica, en observaciones astronómicas, en medicina y en matemáticas contribuyeron a que se

le denomine como una de las civilizaciones más completas dentro del campo del saber.

Los fenicios se establecieron entre dos grandes civilizaciones: Egipto y Mesopotamia.

Actualmente, ocupa los territorios de Líbano e Israel. Entre sus ciudades más relevantes fueron

Biblos, Sidón y Tiro. Estas servían como sitios de intercambio comercial. Por su angosto

territorio, hubo poca actividad agrícola y ganadera, dedicándose a la navegación. Las principales

actividades que llegaron a practicar estuvieron la pesca y el comercio. Esta actividad se

desarrolló debido a que la situación geográfica les era benéfica para el intercambio de sus

productos, como sucedió con los metales en el caso del estaño y el bronce. Fueron intrépidos

navegantes, bordearon el continente africano y parte de Europa, estableciendo factorías.

Enriqueciendo el intercambio cultural con otros lugares. Como ejemplo del intercambio cultural

estuvieron el dar ciertas tonalidades a las telas de lino, algodón y seda. Su religión fue la

politeísta, con un dios protector denominado Baal. El gobierno fenicio fue de tipo aristocrático,

en donde los comerciantes e industriales, algunas veces depositaban el poder en la persona del

rey. Esto se explica; porque el comercio y la industria, tenían gran injerencia política a diferencia

de los pueblos de la antigüedad. La cultura fenicia se reflejó en el desarrollo mercantil, también

dispusieron de algunos conocimientos en aritmética, astronomía y en las artes, aunque en este

último no hayan creado un estilo propio. Su alfabeto estuvo formado por 30 caracteres entre las

cuales solo se hacían mención a las consonantes, ya que las vocales debían añadirse por la

persona que leía.


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Griegos Situado actualmente en la península de los Balcanes, entre Europa y Medio Oriente.

La situación geográfica de Grecia antigua colindaba hacia el Norte con Iliria, Macedonia y

Tracia, hacia el Sur con el mar Mediterráneo, al este con el mar Egeo y occidente con el Mar

Jónico. Por su posición geográfica establecieron vínculos culturales con otros pueblos, al igual

que los fenicios, fueron buenos navegantes, aunque ésta haya sido propiciada por la carencia de

suelos fértiles. El antecedente inmediato del origen de la civilización griega fueron los aqueos,

que se establecieron en Creta, posteriormente los jonios y los eolios. Consecuentemente los

Dorios.

Sumeria: Según Bosch Gimpera (1970) esta civilización es la más antigua de que se tiene

conocimiento. Fueron los primeros instalados en la baja Mesopotamia e incluso Asiria, estos

territorios son los que hoy se conocen como el sur de

Irak, entre los ríos Tigris y Éufrates, y se cree que habitaron entre los años

4.500 y 3.650 a. C. La ciencia sumeria era puramente empírica, es decir, basada en la

experiencia, en la que el ensayo y el error, sumados a la paciencia, eran lo fundamental, y la

justificación religiosa o mágica era la única explicación válida.

La existencia del agua fue primordial para la aparición de la agricultura, así mismo, la

ausencia de materias primas como piedras, metales y madera, provocó la necesidad del comercio

y la búsqueda de otros materiales en otros

lugares. Los sumerios, al asentarse en la región, construyeron una red de canales que

aumentaron la superficie de cultivo y posibilitaron el desarrollo de la civilización.

Como consecuencia también del desarrollo de la agricultura, se dio el establecimiento de un

sistema de cálculo del tiempo (calendario) a partir de meses lunares, y el desarrollo del cálculo

matemático en general con un sistema sexagesimal, debido a las necesidades para el control
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administrativo de los templos y palacios, así como para calcular superficies y volúmenes,

utilizando la geometría. La sumeria se convirtió en la lengua escrita más antigua, la cual se

extendió rápidamente por toda Mesopotamia. Debió empezarse por usar signos pictográficos que

representasen el objeto real, pasando poco a poco a agruparlos según un sistema en el que cada

uno de ellos adquiere un significado convencional; pronto se usaron las pictografías

convirtiéndose en aplicación a las múltiples finalidades de la vida diaria (contratos, cartas,

documentos privados de toda clase) a medida que el comercio se desarrollaba. Esta escritura

recibe el nombre de cuneiforme debido a que sus caracteres se grababan con la punta de una caña

en forma de cuña sobre tablillas de barro. Fruto del mismo carácter es el desarrollo del derecho,

que todo lo regula: actos de la vida de familia, comercio, industria, salarios, precios, ejercicio de

las profesiones, etc.

Babilonia: Esta civilización siguió a los sumerios, se asentó en la media y baja Mesopotamia.

Hizo grandes aportes a la Astronomía y a la Medicina, la primera iniciada por el interés del

hombre de darle significado y organización a los eventos que surgían alrededor de él, fue así

como la constante observación de estos fenómenos dio paso al entendimiento de los ciclos o

periodos que acontecían entorno de él, lo que proporcionó la creación del calendario lunar, la

división del día en horas, minutos y segundos; la demostración del movimiento de los cuerpos

celestes, la velocidad de ellos y el nombramiento de las constelaciones constituidas por las

estrellas más brillantes. La segunda fue el aporte a la Medicina la cual se ejerció por un método

mágico-religioso, pues se creía que los dioses eran quienes causaban y sanaban las enfermedades

y que esto ocurría como castigo a los pecados que cometían los hombres. Los babilonios hicieron

aportes en el estudio de algunos órganos internos, así como las primeras descripciones de

enfermedades como la tos, las hemorragias, la diarrea y la fiebre; inventaron la cirugía como
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método para curación de heridas o fracturas óseas, para estos eventos era importante tener

amuletos, hacer sacrificios animales y exorcismos. Para la Medicina también existían leyes en el

código de Hammurabi en donde se explicaba que a la persona que ejerciera ese trabajo se le

aplicaba justicia dependiendo su honor o castigo por lo que había hecho.

Otro aporte importante hecho por esta cultura fue la creación de la rueda que dio un avance

increíble en el transporte de mercancías, también la formación del sistema de mediciones

(longitud, masa, volumen, área) que dio inicio a la geometría y a la matemática con ecuaciones,

que ayudó primeramente al manejo de la economía de la civilización.

Mayas: Los Mayas se ubicaron en las tierras altas de la actual Guatemala alrededor del año

2100 a. C. y luego ocuparon una extensa región de México, tales como los actuales estados de

Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Chiapas, así como buena parte de Belice,

Honduras y El Salvador; cubriendo una extensión territorial que varía, de acuerdo con los

diversos arqueólogos e historiógrafos, entre 325.000 a 400.000 km2, teniendo por límite el Golfo

de México y mar de las Antillas; el océano Pacífico; el río Grijalva (conocido en Guatemala

como río Usancita), en el estado de Tabasco; el río Ulúa en Honduras y el río Lempa en El

Salvador.

Los Mayas eran básicamente agricultores y sedentarios lo cual les permitió formar una

organización de pequeños poblados. El sistema agrícola fue el de roza o milpa, el cual consistía

en derribar árboles y arbustos, quemarlos y después sembrar usando un palo aguzado, llamado

bastón plantador, actividad que se desarrollaba al inicio de la temporada de lluvias. “El

descubrimiento de restos de obras hidráulicas indica que los mayas construyeron canales para

riego, lo que les permitió una mayor producción agrícola. La tierra era explotada de forma

comunal”. Los Mayas primitivos se agrupaban en pequeños caseríos, distantes unos de otros.
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Posteriormente fueron erigidos algunos centros ceremoniales. La vida de estos primeros

habitantes del área maya dependía enteramente de los elementos naturales y del cultivo y

recolección de sus cosechas. Con la vida sedentaria y la práctica continua de la agricultura

primitiva, surgió lo que al principio fue el culto sencillo de la naturaleza y de los elementos

ligados a la siembra, tales como el sol, la lluvia, el viento, las montañas, el agua, etc. Las

sencillas ceremonias eran oficiadas y dirigidas por el jefe de la familia. Posteriormente, con la

tecnificación incipiente de la agricultura, la práctica religiosa fue organizada en forma más

compleja y surgieron los primeros sacerdotes profesionales. Los sacerdotes se convirtieron en los

depositarios de la ciencia y adquirieron un poder político creciente que los transformó en una

casta dominante. A ellos se debió el perfeccionamiento del calendario, la cronología y la

escritura jeroglífica. A medida que la agricultura se hace más compleja, creándose sistemas de

riego e incluyendo el cultivo de productos comerciales, como el cacao y el algodón, aumenta la

población y empiezan a surgir centros ceremoniales; así mismo, se consolida la jerarquización de

las clases sociales, que resulta de la división del trabajo.

Las construcciones mayas se hicieron de madera y piedra básicamente. Entre las maderas se

prefirieron la coba y el zapote por ser resistentes a los ataques de las termitas. Entre las piedras

se usaron: caliza, arenisca, mármol. Realizaron todo tipo de construcciones: palacios

rectangulares y alargados, templos, juegos de pelota, calzadas (sacbeob) que unían las ciudades

principales, fortificaciones, baños de vapor (temazcal).

Se conservan importantes pirámides escalonadas en piedra. En lo alto de éstas se colocaba el

templo. Estaban decoradas con pinturas de una variada gama de colores, y relieves. Algunos de
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estos son inscripciones de la escritura jeroglífica Maya, aún no descifrada completamente. Las

construcciones más importantes de esta época fueron las de Copán, Quiriguá, Piedras Negras,

Palenque y Tikal. Los Mayas desarrollaron el sistema de escritura más completo de todos los

pueblos indígenas americanos. Con él escribieron todo tipo de textos de medicina, botánica,

historia, matemáticas, astronomía...

Roma: Su desarrollo se localizó en la península Itálica. La ubicación geográfica de Roma

colinda hacia el oeste con la península de los Balcanes, rodeada por diversos mares: el Adriático,

Tirreno y Jónico. En su interior se expanden los Apeninos y al norte con los Alpes. Entre

algunos ríos localizamos al Po y al rio Tíber. La navegación se desarrolló con forme transcurrió

el tiempo, sus primeros habitantes practicaron la agricultura, y la ganadería. Hubo migraciones

de pobladores griegos hacia el Sur de Italia. De este vínculo, los romanos aprendieron la

literatura y el alfabeto. El origen romano descansa entre la civilización etrusca. No hay datos

exactos sobre el origen Etrusco. Heródoto menciona que fue gracias a la migración por el mar

hasta tirreno. La vida social y política de los etruscos era similar a la de los griegos. Sus

magistrados eran elegidos con carácter temporal. Los etruscos incineraban a sus difuntos y los

itálicos los inhumaban. Compitieron con otros pueblos, entre estos los fenicios y griegos. En la

ciudad de Roma existió la división de clases: patricios, plebeyos, extranjeros y esclavos. Con una

enorme desigualdad social ya sea por derivados y derecho. Los plebeyos conformaron la mayoría

de la población: entre estos se encontraban los artesanos, comerciantes y campesinos. La labor

de los extranjeros consistió en la servidumbre de los patricios. Los esclavos fueron los más

numerosos y la clase social más baja. Entre los primeros reyes que tuvo roma destacaron

Rómulo, Numa Pompilio, Tulio Hostilio, Anco Marco, Lucio Tarquino Prisco y Servio Tulio. En
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la monarquía romana en el primer periodo de la república, eran muy difíciles los vestigios de la

Sociedad gentilicia. El poder estaba concentrado en los patricios nobles y ricos.

El descontento patricio vendría con las reformas de los hermanos Tiberio y Cayo Graco.

Quienes lucharon por obtener las “leyes agrarias que limitaban la extensión de las tierras que

podían poseer los nobles (Latapi,1995). Dentro de las aportaciones romanas, se pueden

mencionar el derecho romano, el coliseo, el calendario. También se llevaron a cabo avances en la

medicina, el calendario, y a la evolución del latín.

La Crisis Del Mundo Desarrollado.

Las crisis económicas mundiales expresan las tensiones del régimen de acumulación

imposibles de resolver según el funcionamiento ordinario del sistema. A la gran crisis de 1929

siguió una depresión superada definitivamente al enorme costo de la II Guerra Mundial. Luego

de la expansión de posguerra, la crisis de los años setenta marcó una inflexión. Desde entonces

sucesivas crisis se repitieron periódicamente en las cuatro décadas siguientes, con lapsos cortos

de recuperación, hasta el estallido de 2007. El término crisis referencia en una economía de

mercado a la cuestión de los ciclos o fluctuaciones económicas. No son factores externos al

sistema, como los desastres climáticos o las guerras, los que originan las crisis, aunque pueden

coadyuvar a ellas, sino elementos endógenos al mismo. En particular, lo que caracteriza el

periodo de contracción o recesión, cuya fase más aguda llamamos crisis, es la disminución

general de la actividad económica, reflejada en la baja de la producción de bienes y servicios y

del empleo, acompañada por una reducción general del nivel de beneficios, precios y salarios.

Técnicamente la crisis se define como el punto de inflexión de un ciclo, el momento en que de la

prosperidad se pasa a la recesión. Pero este fenómeno también implica una perturbación
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dramática de la vida de una sociedad. La idea de crisis dice el filósofo Edgard Morin “está

conformada por una constelación de nociones interrelacionadas: la idea de perturbación, la de

progresión de las incertidumbres; la de parálisis y rigidez de aquello que constituía la flexibilidad

organizativa del sistema, de los dispositivos de respuesta y regulación”. Con la incertidumbre

añade Morin “el hombre actual ha perdido la promesa de un progreso predicho infaliblemente

por las leyes deterministas de la historia o del desarrollo lógico de la ciencia y de la razón”

(Figallo y Ceretto, 2003: 23). Las crisis del capitalismo contemporáneo más importantes fueron

la de 1929, la de los años 1970 y la actual, estas dos últimas vinculadas en el tiempo y de las que

nos ocuparemos más específicamente. Por cierto, las fluctuaciones en los mercados financieros

juegan un rol propio, y a menudo fundamental (como en 1929 y sobre todo en la crisis actual), en

los periodos de expansión (burbuja especulativa) y contracción posterior.

La expansión de posguerra, un periodo sin crisis a nivel regional o global, llegó a su fin en la

década del setenta con una nueva situación crítica en la economía mundial. No hubo entonces un

crac en la bolsa de valores, como en la crisis de 1929, sino otros hechos decisivos: algunos que

reflejaban tendencias históricas, como la caída de las tasas de ganancia; y otros más

coyunturales, como el colapso del orden monetario internacional establecido en Bretton Woods y

la cuestión del petróleo.

La crisis frenó la expansión económica del periodo de posguerra, generando la estanflación

(estancamiento con inflación). Para contrarrestarla, las políticas fiscales y monetarias procuraron

recortar los beneficios del Estado de Bienestar. Se instaló entonces el triángulo recesión,

inflación, desocupación, y el consumo disminuyó. A consecuencia de esto último, y de la crisis

monetaria, el sector financiero amplió su presencia y empezó a predominar sobre el sector real

donde la acumulación de capital resultó afectada. El crecimiento de los países desarrollados


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disminuyó sensiblemente, aunque se incrementó el de países emergentes (China, India, Sudeste

asiático).

La crisis de la deuda latinoamericana, que se inicia en 1981 y se agudiza en 1982, esta

tendencia se acentúa hasta 1985 tomando medias móviles se debió en gran medida al alza de las

tasas de interés de la Reserva Federal desde 1979, y constituye un ejemplo de las tesis de

Prebisch. A su vez, la economía estadounidense empezó a recuperarse en 1983, luego de una

fuerte recesión, gracias, entre otras cosas, al retorno acrecentado, vía las mayores tasas de

interés, de capitales colocados anteriormente en los países deudores. Estas políticas impulsaron

la recuperación del país del norte, pero otro crac bursátil en Wall Street, en 1987, ocasionó

pérdidas tan o más importantes que las de 1929. El derrumbe político y económico de la

superpotencia rival y el fin de la Guerra Fría significaron para los Estados Unidos la posibilidad

de iniciar una larga etapa de prosperidad. Sin embargo, esto no ocurrió de inmediato porque la

crisis de las cajas de ahorro en 1989, volvió a afectar seriamente a la potencia del norte.

. La Segunda Guerra Mundial, con un alto costo humano y material, contribuyó a disipar

finalmente sus efectos. Igual que en 1929, en la década de 1970 la crisis expresaba la debilidad

de la moneda clave antes, hoy, el dólar la baja de la rentabilidad empresarial, la disminución de

las tasas de crecimiento desequilibro en las economías centrales. Pero, también, el conflicto

acerca de la distribución del producto mundial entre los países exportadores de materias primas y

las potencias industriales.

Citas Bibliográficas:

1. Prado, L. M. (25 de Noviembre de 2020). Obtenido de http://www.secst.cl/colegio-

online/docs/26052020_618am_5ecd0928a94a7.pdf
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2. Salazar, I. P. (25 de Noviembre de 2020). bitstream. Obtenido de bitstream.com:

https://repository.urosario.edu.co/bitstream/handle/10336/3780/DI65_Admon_interno_fi

nal%20impresion.pdf?sequence=5&isAllowed=y

3. wordpress. (25 de Noviembre de 2020). wordpress.com. Obtenido de

https://civilizacionesymundosantiguos.files.wordpress.com/2018/05/civilizaciones.pdf

4. Mario Rapoport y Noemí Brenta (2010) La crisis económica mundial: ¿el desenlace de

cuarenta años de inestabilidad? Revista Problemas del Desarrollo, 163.


TRABAJO DE ESTUDIOS SOCIALES Y CULTURALES

CARRERA: PEDAGOGÍA DE LOS IDIOMAS NACIONALES Y EXTRANJEROS

CURSO: NIVELACIÓN

MAESTRA: YOLANDA PÉREZ

INTEGRANTES:

 DAYANA GALLARDO
 JHAROL GUAMAN
 YADIRA GUAMAN
 FERNANDA JIMÉNEZ

TEMA: CIVILIZACIONES PREHISPÁNICAS, IMPERIO INCA, AZTECA Y


MAYA. ORIGEN DEL HOMBRE ECUATORIANO, PERIODOS DE LA
PREHISTORIA (PERIODO PRECERÁMICO, PERIODO FORMATIVO,
DESARROLLO REGIONAL Y PERIODO DE INTEGRACIÓN).
ÍNDICE

1. Civilizaciones de la prehistoria
1.1 Los Mayas
1.2 Los Aztecas
1.3 Los Incas
2. El hombre Ecuatoriano
2.1. El cráneo de Punin
2.2. Teoría de los cráneos de Paltacoto
2.3. Teoría de las cuevas de los Chobsi
2.4. Teoría de la cultura las Vegas
2.5. Teoría del pueblo de Real Alto
3. Periodos de la Prehistoria
3.1. Periodo precerámico
3.1.1. Pobladores en la región andina
3.1.2. Pobladores en la costa
3.1.3. Los grupos humanos
3.1.4. Tipos de vivienda
3.1.5. Tallado de piedra
3.1.6. Sitios arqueológicos del Paleoindio
3.1.7. Cultura Las Vegas
3.2Período Formativo
3.2.1. Formativo Temprano
3.2.2. Formativo Intermedio
3.2.3. El Formativo Tardío
3.2.4. Culturas del período Formativo o Agroalfarero
3.3. Período Desarrollo Regional
3.3.1 Cultura Guangala
3.4. Período de Integración
3.4.1. Cultura Manteña
3.4.2. Cultura Huancavilca
4. Bibliografía
5. Anexos
1. CIVILIZACIONES PREHISPANICAS
1.1Los mayas

Se desconoce el origen de los primitivos mayas. Entre las fechas del 800 al 600 a. C., se
tiene noticia de ocupación humana en el Petén, hoy situado al norte de la actual
Guatemala, y que comenzaba por lugares como Altar de Sacrificios y Ceibal (en las
orillas del río de la Pasión), o Barton Ramie, en el territorio de Belice, más hacia el este.
Hacia el año 600, Tikal, en el Petén, es a su vez poblado, como lo atestiguan los restos
de cerámica de esta época y de diversos objetos que nos hablan ya de una redde
intercambios comerciales. De todas maneras, el inicio de las culturas mayas permanece
en la sombra. Se ha descubierto un íntimo parentesco con las culturas dela vecina región
de Veracruz, en México, y hoy día habitan allí por lo menos dos tribus que se entienden
por medio del dialecto maya, como los totonacas y los hustecas.Sea que hayan emigrado
de Veracruz a Guatemala, o que ocurriese a la inversa, lo cierto es16 que dicha analogía
existe y que antes de la era cristiana los mayas se establecieron en la península de
Yucatán, Tabasco, Chiapas, en las regiones norte, central y oriental de Guatemala y en
el sector noroeste de Honduras. En estas zonas desarrollaron una civilización que
alcanzaría su máximo esplendor mucho antes del año 1000 de nuestra era. En realidad,
los mayas pueden considerarse en algunos aspectos la más alta civilización del nuevo
continente. Durante este período que no pasa del año 1000, considerado como "clásico",
florecieron ciudades como Copán, Palenque y Tikal, las cuales ejercieron su hegemonía
hasta el siglo V de nuestra era. Durante esta etapa, los mayas no desarrolla-ron un
imperio unificado, sino que se dividió el área en ciudades-Estado gobernadas por
autoridades político-religiosas o grupos oligárquicos. El arte, la arquitectura, las
matemáticas, la ingeniería y la astronomía alcanzaron grandes adelantos. Inventaron un
sistema numérico que tenía por base 20, así como un signo equivalen-te a "cero" y un
calendario mucho más preciso que el calendario juliano. Establecieron un sistema de
comunicaciones por vía terrestre que algunos consideran superior al de los romanos. La
creación de códices estuvo sometida a propósitos religiosos y astronómicos y en ellos se
inscribieron fechas ceremoniales importantes en caracteres conocidos en su conjunto
como "escritura glíptica", la cual no ha llegado a ser plenamente descifrada. Se
erigieron templos y otros edificios en piedra tallada. La religión era politeísta y la clase
sacerdotal ejercía la autoridad política tanto como la religiosa y, a un tiempo,
juntamente con los grupos oligárquicos, el control de la educación. El comercio, la
artesa-nía textil, la cerámica y, en especial, la agricultura, estaban muy desarrolladas.
Durante el siglo XIII, la guerra civil entre las grandes ciudades mayas permitió el
triunfo de grupos mexicanos que se establecieron en la zona norte de Yucatán. Chichén-
Itzá, que había sido la urbe más floreciente bajo el impulso de los toltecas durante los
siglos Xy XI, entró en decadencia, mientras rompía su alianza con Uxmal y Mayapán.
Ayudada esta última por los aztecas, intentó inútilmente continuar las altas tradiciones
del clasicismo maya y logró mantenerse hasta 1451, fecha en que fue destruida y18
en que Chichén-Itzá y Uxmal fueron abandonadas. A la llegada de los españoles, la
civilización maya había entrado en un languidecimiento cultural y político, a pesar de
grupos como los mayas-quichés, de clara influencia tolteca, y de los cachiqueles,
tzutuhilesy mames, todos ellos situados en las Tierras Altas de Guatemala, y
continuadores de las viejas tradiciones mayas. Las guerras continuas entre ellos
facilitaron la tarea de conquista de los españoles. Por ese entonces, a principios del siglo
XVI, se calcula la existencia de 400000 a 500000 mayas en la península de Yucatán. La
Cultura quiché de Guatemala ha dejado como legado del Pol Vuh, libro sagrado basado
en las tradiciones orales, que se dio a conocer por una versión del siglo XVI.

Historia de la cultura maya

La historia de la civilización maya es extensa: casi 3500 años de duración. Por ello se la
suele dividir en tres grandes períodos:

 Preclásico. El que va de 2000 a.C. a 250 d. C., durante el cual se dan los
primeros vestigios del pueblo maya y los asentamientos lentamente se
convierten en las primeras grandes ciudades de la región. En el último lapso de
este período (el llamado Preclásico tardío) se produjo el primer florecimiento
cultural de los mayas y, hacia el siglo I d. C., su primer colapso. Muchas
ciudades fueron abandonadas por causas que se desconocen.
 Clásico. El que va de 250 a 900 d. C., en el cual ocurre un renacimiento de la
cultura maya equiparable sólo al vivido en Europa luego de la Edad Media o, en
todo caso, a la Grecia de la antigüedad clásica. Durante este período se producen
grandes y sangrientas guerras, que eventualmente condujeron a un nuevo
colapso político y abandono de ciudades, en favor de las regiones del Norte.
 Posclásico. El que va de 950 a 1539 d. C., más o menos, durante el cual
perduraron vestigios de la cultura maya en ciudades ubicadas en territorios
elevados, cuya organización en diversos estados mayas obedeció a un consejo de
reyes y reinos cuyas pugnas internas los dejó debilitados para la llegada de los
colonos españoles.

Arquitectura maya

Los templos ocupaban un lugar preferencial en la urbe maya. Las ciudades mayas
variaban considerablemente en su arquitectura, si bien poseían características
semejantes. Cada estilo dependía de los materiales disponibles, la topografía
específica y las preferencias de la élite, cuyos edificios eran siempre los más duraderos.

Los templos ocupaban un lugar preferencial en la urbe maya, así como los palacios para
los gobernantes. Las casas de la plebe se hacían con materiales más blandos y por
eso no perduraron, por lo que ignoramos mucho respecto a las clases populares de los
mayas.

Escritura maya

Los mayas solían escribir en vasijas, murales y estelas. Los mayas lograron el sistema
de escritura más avanzado de toda la América precolombina, cuyos inicios se
estiman entre los siglos I y II d. C. en la costa de la actual Guatemala. Su sistema es
muy semejante a la escritura ístmica (logogramas) también mesoamericana, por lo que
se sospecha que surgieran en paralelo. Los mayas lo usaban para escribir en vasijas,
murales y estelas.

Matemáticas
Los mayas crearon un sistema numérico con base en el 20, que consistía en rayas y
puntos para representar las cifras, con la absoluta innovación de que añadieron un signo
para representar el cero. Esto a menudo se considera un aporte maya a la humanidad, si
bien pudo haber sido antecedido por el sistema de los babilónicos.

Lengua maya

La mayoría de los textos mayas del periodo clásico encontrados están en choltí clásico.
El idioma hablado por los mayas era diverso, es decir, no era uno solo. El proto maya
ancestral habría derivado en un conjunto de lenguas mayas, que obedecían a los
distintos reinos que las hablaban: la lengua huastecana, la quicheana, la mameana, etc.
Sin embargo, la mayoría de los textos mayas del periodo clásico encontrados están en
choltí clásico.

1.2Los aztecas
Los primitivos pobladores de la meseta central mexicana, llamada del Anáhuac,
tuvieron que soportar la invasión de los toltecas, oriundos del norte. Estos
conquistadores fundaron la célebre ciudad de Tula, situada a quince millas al norte de la
actual ciudad de México. Los tol-tecas transmitieron su cultura que incluía cono-
cimientos matemáticos y astronómicos y un calendario, posiblemente tomado de los
mayas, a los pueblos de las tierras del sur. Pero el eclipse de los toltecas ocurrió hacia el
siglo XII de nuestra era, a lo que sucedió un período de transición durante el cual
floreció la cultura chichimeca. De la zona de cavernas de Tenocuyán, los hombres de
esta cultura pasaron a las orillas del lago Texcoco, donde establecieron la ciudad de tal
nombre. Los aztecas, reunidos bajo el mando de Ixcoatl, llegaron más tarde a las orillas
del Texcoco, probablemente hacia del lago la urbe sagrada de Tenochtitlán o México,
llamada así a causa de que allí se tributaban honores al dios Mexi. Los aztecas, por
medio de una gran capacidad política y militar, extendieron sus dominios y mantuvieron
sus poderes en la zona central y el sur de México e implantaron colonias en América
Central. Cuando llegaron los españoles, alrededor de 1519, Tenochtitlán era una ciudad
compuesta por 60 000 familias y todo el imperio de los aztecas comprendía unos cinco
millones de habitantes. El gobierno azteca estaba relativamente centralizado, presidido
por un monarca, jefes provinciales designados por la autoridad central, un bien
organizado sistema judicial y un amplio y eficiente ejército. En cuanto a las ciencias, los
aztecas destacaron por sus adelantos en ingeniería, arquitectura, matemáticas y
astronomía. Poseían una rica tradición de historia, filosofía y poesía, las cuáles eran
transmitidas oralmente. La escritura azteca era pictográfica con un progresivo desarrollo
hacia la escritura fonética. La actividad agrícola se había desarrollado amplia-mente,
mientras el comercio y las artesanías prosperaban. Trabajos de cerámica, de oro y de
plata, así como los tejidos, tuvieron un cultivo esmerado. Por otra parte, la religión de
los aztecas era politeísta y, aunque incluía elaborados conceptos sobre la divinidad,
Huitzilopochtli, el dios de la guerra, fue la principal deidad venerada, para cuyo culto se
desarrolló un extenso sistema de sacrificios humanos como muy pocas veces ha podido
verse en la historia del hombre. Los sacerdotes constituían un grupo poderoso, tanto en
el orden político como en el religioso. Algunos de los pueblos sometidos por los aztecas
se hallaban dispuestos a rebelarse a la más mínima oportunidad. En las montañas al este
del lago Texcoco, los tlaxcaltecas, que mantenían su independencia, veían a los aztecas
como enemigos temibles. Tal situación creaba unas condiciones que habrían de
aprovechar los españoles a su llegada. Hacia 1440, Moctezuma I había organizado el
centro de México en una confederación de tri bus. Entre 1519 y 1521, Hernán Cortés, al
mando de cuatrocientos españoles, puso término a la hegemonía político-militar de los
aztecas.

Características de los aztecas

 Se ubicaban en el actual México y fueron los últimos en llegar al pueblo de


Valle de México.
 Tenían sus propias creencias y divinidades, a raíz de las cuales practicaban el
canibalismo y realizaban sacrificios humanos.
 Su forma de gobierno era una monarquía autoritaria.
 Su economía se basaba en el cobro de tributo, el comercio y la agricultura.
 Contaban con un gobernante supremo, llamado Huey Tlatoani.
 Su idioma principal era el náhuatl.
 Fue una de las primeras culturas que fundó escuelas, incluida una para
mujeres.

Religión de la cultura azteca

Como la mayoría de las culturas mexicanas, los aztecas eran politeístas, es decir,
rendían servicio y adoraban a varios de dioses; sin embargo, le profesaban su fe y culto
solo a los dioses principales, los cuales en su mayoría estaban estrechamente
relacionados con la vida agrícola y el ciclo solar. Su religión tenía como particularidad
la utilización de sacrificios humanos y la práctica del canibalismo. Los ritos aztecas
están relacionados y pueden derivar de otras culturas antiguas, como la cultura tolteca.
Posteriormente, su forma de adoración fue copiada por civilizaciones más modernas.

1.3Los incas

El más avanzado de los imperios prehispánicos fue, sin lugar a dudas, el del
Tahuantinsuyo (de las cuatro regiones unidas) o imperio de los incas. Su núcleo central
estaba situado en el Cusco (o Cuzco), de donde fue expandiéndose hasta abarcar el
territorio que actualmente ocupan Perú, Ecuador, Bolivia, el norte y centro de Chile
(hasta el Maule), el noroeste argentino(hasta Salta y Tucumán) y el sur de
Colombia(hasta Pasto).La fundación del imperio en el Cuzco data, al parecer, del siglo
XII de nuestra era, pero la cultura preinca de Chavín se remonta a no menos de 850 años
a. C. La expansión territorial se aceleró pronto, en especial a partir del siglo.
Uno de los conquistadores más renombrados fue Huayna Cápac, que vivió hasta el
primer cuarto del siglo XVI, ya en los primeros tiempos de la Conquista. Los incas eran
originalmente una tribu de lengua quechua procedente de la región del Titi-caca.
Llegaron a constituir un imperio que abarcaba una población de seis a ocho millones,
regida por un sistema de administración riguroso. La organización política se asentaba
en un despotismo teocrático y paternalista, al frente del cual se hallaba el Inca, monarca
absoluto y hereditario, considerado hijo del Sol. La población se dividía en tres clases:
la nobleza, el pueblo y los yanaconazgos servidores de los grandes del imperio. La
célula social era el ayllu núcleo de familias unidas por un antepasado común o por la
religión o los intereses. El ayllu recibía una porción de tierra que debía cultivar. Los
individuos, además, tenían que trabajar la tierra del Inca, la tierra de los sacerdotes, la
de los guerreros y la de las viudas y huérfanos. El ejército era numeroso y bien
organizado, a cuyo servicio se hallaba una amplia red de caminos por todos los lugares
del Imperio. Un sistema de correos unía las partes más distantes, que recorrían los
mensajeros o chasquis en una verdadera carrera de postas para hacer circular las
noticias. En matemáticas y astronomía, los incas no alcanzaron los adelantos de los
mayas y los aztecas. Sin embargo, en ingeniería, arquitectura y en la producción de
textiles y cerámica lograron notables realizaciones. No desarrolla-ron ningún tipo de
escritura, pero se valieron de cuerdas de varios colores, a las que llama banquitos, para
hacer cuentas y mantener en la memoria fechas importantes como una forma de
preservar tradiciones. Se destacaron en el arte de labrar el oro con el que fabricaban deli
cada figuras. Aunque el comercio no estuvo suficientemente desarrollado, realizaron
exploraciones a lo largo de toda la costa. En realidad, la agricultura era la principal
actividad en el orden económico: cultivaban el maíz, la patata, la coca, el algodón y
otras plantas mediante la irrigación y el abono. La música y la poesía fueron las artes
predilectas de los incas. Distinguidos como arquitectos, sus edificios destacan por la
solidez de los muros y la sencillez de la construcción. Vestigios admirables se
encuentran hoy en Cuzco,26 HISTORIA
Cajamarca, Machu Picchu, Paramonga y otros lugares. A la muerte de Huayna Cápac, el
Imperio se dividió entre Huáscar, su hijo legítimo, y Atahualpa, el hijo bastardo.
Socavadas las fuer-zas incaicas por la lucha entre ambos hermanos, el imperio no pudo
resistir el avance de los conquistadores españoles. Cuando Atahualpa cayó prisionero en
Cajamarca por orden de Francisco Pizarro, en 1532, Huáscar, su hermano y rival, ya
había sido vencido y capturado. Desde su encierro, Atahualpa impartió la orden de
matara su hermano, el Inca, lo cual le imputaron los españoles como un crimen
imperdonable. Con la muerte de Atahualpa, en 1533, se extinguió el Imperio de los
incas.

Origen. - El origen de los Incas se puede considerar como parte de la migración de


Asia, y como ya mencionamos también se considera posible la existencia de migrantes
de Australia, fueron una tribu belicosa que se acento en la cordillera peruana.

Conformación. - Su cuerpo es de tronco grueso y firme con piernas ligeramente cortas


y brazos fuertes, su tez es obscura y su cabello lacio y de cañón redondo.

Sociedad. - Era una algo cerrada, su estructura social era jerárquica y elitista, las
jerarquías sociales fueron siempre claras y evidentes, lo que produjo diversos estratos
sociales que fueron sumamente marcados y apreciados por los occidentales en el
momento de la conquista.

Religión. - Se trataba de religiones politeístas, y reflejaba la simplicidad de su


formación, se basa en mucho de la mitología inca. Aunque actualmente adoptaron el
catolicismo sigue siendo parte importante de su religión las costumbres religiosas
prehispánicas. Sus ceremonias eran simples y muy vistosas, así como el que sus
edificaciones religiosas sí contaban con adornos y relieves.

Alimentación. - La alimentación de los incas se basaba principalmente de plantas y


semillas, aunque por su situación contaba con amplias cantidades de proteína animal.

Agricultura. - Su agricultura no fue muy técnica pero sí muy productiva, se


concentraba en semillas como el maíz, frijol, papas y legumbres de diversos tipos.
Expansionismo. - después de habitar la codillera sur del Perú, estos habitantes se
diseminaron y se convirtieron en conquistadores, forzando la tributación y sometimiento
de diversos pueblos, llegando a abarcar desde ecuador, parte de argentina, chile y
Colombia, lo que formaron en un momento parte de este imperio.

Conquista. - La conquista de este basto e inmenso conglomerado fue realizado por


francisco Pizarro, quien con una superior fuerza y mejor ejército logró comenzar la
lucha y fue más encarnizada debido al apoyo de las tribus sometidas por los incas.

Arquitectura. - Su arquitectura fue muy simple, casi no utilizaba argamasas y se


realizaba por medio de rocas medianas o grandes que se acomodaban en forma tal que
se mantenían una sobre otra. Este tipo de construcción cuenta con una simetría muy
clara que se aprecia, aunque la colocación de las piedras labradas parezca
aparentemente desordenada o asimétrica.

Sus construcciones son simples sin adornos o inscripciones y en caso de hacerlas fueron
muy austeras y aplicadas exclusivamente a los templos.

Ganadería. - La ganadería de los incas fue muy parca, debido principalmente a los
escases de animales grandes, pero entre los pocos existieron las llamas y las aplacas que
son unos mamíferos de tamaño mediano o grande, estos animales son pertenecientes a
los “camélidos” (clasificación de los animales como camellos, dromedarios, llamas y
alpacas). La industria ganadera fue sumamente importante para los incas, pues en ella
descansó su industria textil, su alimentación y su posición económica regional.

Escultura. - La escultura inca tuvo motivos religiosos y se enfatizó ampliamente sobre


sus ídolos religiosos con figuras humanas (Antropomorfas) así como en figuras de los
animales “Llama” y “alpaca” que son parta indispensable de su religión y cultura.

2. EL ORIGEN DEL HOMBRE

Es un hecho verdadero que el origen del hombre ecuatoriano es el resultado de las


generaciones descendientes de los primitivos cazadores nómadas que llegaron hace más
de diez mil años al continente americano desde el Asia, atravesando el hoy llamado
Estrecho de Bering.

Estos cazadores, al desplazarse hacia el Sur del continente, arribaron hasta el actual
territorio ecuatoriano, recorriendo a lo largo y ancho de las tres regiones naturales
(Costa, Sierra y Oriente). Al respecto, se han encontrado evidencias materiales que
demuestran la actividad fundamental a la que estuvieron dedicados los primitivos
hombres del Ecuador en los primeros tiempos: se trata de los instrumentos de roca
volcánica de la cual elaboraron las puntas de flecha y de lanzas, hachas de mano,
raspadores y cuchillos, que fueron utilizados para la cacería de animales muy grandes
como los mastodontes, osos de las cavernas, armadillos gigantes, caballos y llamas
andinos; que pertenecieron a la megafauna continental ya desaparecida hace algunos
miles de años.

En realidad, la nación ecuatoriana al inicio fue habitada por los grupos humanos
nómadas que caminaron por todo el continente. De esta manera, llegaron aquellos
primeros cazadores primitivos desde las diferentes direcciones: naturalmente lo hicieron
por el Norte, también por el Este, desde la región Amazónica, y además desde el Sur del
continente.

Hasta la actualidad, los restos humanos más antiguos del Ecuador (generalmente
cráneos) se han encontrado en los siguientes lugares: Otavalo (provincia de Imbabura),
Cotocollao (provincia de Pichincha), Punín (provincia del Chimborazo), Paltacalo
(provincia de Loja) y Real Alto y Las Vegas (provincia del Guayas).

Los cráneos humanos fósiles de Punín, Paltacalo y de Otavalo tienen rasgos físicos
muy parecidos entre sí: caja craneana poco elevada y alargada hacia atrás. El rostro
posee un abultamiento horizontal en la base de la frente y los dientes son grandes. Estas
características son muy semejantes a los cráneos hallados en el sitio de la Lagoa Santa
en Brasil, y en varios lugares de América y de otras partes del mundo, inclusive en
Australia, que corresponden al nivel evolutivo de Homo Sapiens Sapiens. Sin embrago,
cuando se menciona en los textos estudiantiles en cráneo de Punín se dice de una
manera que considero no muy clara, que es “Puninoide australoide de la raza de la
Lagoa Santa”, cuando sería mejor decir: con rasgos particulares de Homo S’ Sapiens.

Es de lamentar que todavía no haya un conocimiento exacto sobre la verdadera


antigüedad de los restos fósiles hasta ahora encontrados. Por ejemplo, el hombre de
Punín, que es considerado el más antiguo de todos, tiene una datación de 4995 años. En
cuanto al cráneo del hombre de Otavalo se le han hecho dos dataciones, pero
increíblemente dieron fechajes diferentes: el uno de 28000 años y el otro de 500 años
antes del presente, ¿cuál es la verdadera antigüedad el primitivo hombre de Otavalo?

Realmente causa indignación el saber que en nuestro país no ha habido suficiente


preocupación de las instituciones u organismos encargados de cuidar el patrimonio
nacional, y en este caso para siquiera datar la antigüedad exacta de los primeros
habitantes del Ecuador. Ojalá ya la tengamos pronto para beneficio de la cultura del
país.

El Inga, ubicado en el cerro Ilaló, en el valle de los Chillos, fue un campamento-taller


donde se han encontrado una amplia colección instrumental lítica que consiste en:
puntas de lanza, tajadores, cuchillos bifaciales, cepillos, raspadores perforadores, entre
otros que completan 50 diferentes tipos de artefactos.
Sobresale la variedad de formas de puntas de lanza (como en la fotografía) las cuales
eran colocadas en el extremo de un astil de madera y amarradas con fibras vegetales,
tendones de animales o cordones de cuero para, de este modo, obtener
proyectilesutilizados en la caza.
La materia prima para la fabricación de estos artefactos fue el basalto y la obsidiana,
obtenidos en los depósitos primarios existentes en páramos conocidos como Quisca
tola, Yanaurco y Mullamica, provincia de Pichincha.
2.1 El cráneo de Punin
El vestigio humano más antiguo del Ecuador fue hallado en la quebrada de Chalán de
la parroquia Punín de Riobamba.

La parroquia Punín se encuentra a 10 minutos de la ciudad de Riobamba.

Los pobladores de Punín consideran a la quebrada como un lugar sagrado.

En la misma quebrada se han encontrado huellas de mastodontes y varios fósiles de


fauna pleistocénica.

En 1.871, Wolf menciona está quebrada en su intento por determinar la edad de las
erupciones volcánicas.

Reconoce el carácter pleistocénico de varios fósiles, como el mastodonte (Mastodon


andium), un caballo extinto (Equis andium) y un armadillo (Dasypus Magnus) por
encontrarse inmersos en tobas volcánicas del cuaternario.

2.2 Teoría de los cráneos de Paltacalo

A diferencia de la teoría inga, los paltacalos fueron otra cultura que se asentaron en la
región costeña del actual ecuador aproximadamente 3000 años A.C. en la provincia de
el Oro se encontraron más de 138 cráneos con características similares a los
denominados los hombres de Logao Santa; así mismo se observaron restos de cerámica
y fósiles de animales con lo que llegaron a la conclusión de que fueron grandes
artesanos y que por primera vez practicaban las artes cerámicas.

TEORIA DEL HOMBRE OTAVALO

Este cráneo se encontró en una excavación en una obra dentro de la ciudad de Otavalo.
Además, según los datos históricos, este provino del río Ambi que nace en Otavalo
como el río Jatun Yacu y kilómetros más adelante adopta el nombre de río Blanco.
Desde el momento en que lo empezaron a estudiar, se convirtió en un punto de
referencia sobre las edades de los fósiles encontrados en este cantón. El paleontólogo
advierte, además, que este cráneo fue sometido a varios estudios donde se emplearon
dataciones radioquímicas, las cuales arrojaron diferentes edades. Como dice Román,
algunos investigadores consideran que tiene alrededor de 50 000 años; otros 30 000
algunos más, 4 o 5 000 años. Aunque no hay un acuerdo sobre su edad, se lo considera
un fósil importante. De hecho, está protegido en una caja de vidrio para evitar que los
visitantes lo toquen y, por ende, se desgaste
2.3. Teoría de la cueva de los Chobsi

La cultura Chobshi pertenece al sitio arqueológico que se halla ubicado en las


estribaciones del cerro Huallil, en la provincia de Azuay, Ecuador. Chobshi es un sitio
histórico importante, ya que constituye uno de los hallazgos más antiguos de este país.

En esta cueva se han encontrado muestras de la presencia de los primeros hombres


ecuatorianos, convirtiéndolo de tal manera como uno de los sitios emblemáticos del
paleo-indio y ubicado culturalmente en la época del pre-cerámico.

El sitio arqueológico de Chobshi se halla ubicado en una de las paredes de la quebrada


Puente Seco en la margen izquierda del Río Santa Bárbara, cantón de Sigsig a 62 Km de
cuenca, capital de la provincia de Azuay.

Limita al norte con los cantones de Chordeleg y Gualaceo, al occidente con la ciudad de
Cuenca, al sur con la parroquia de Chigüinda y al oriente con Limón Indaza. Está
ubicado a una altitud media de 2498 m.s.n.m. con una temperatura anual promedio de
15°C.

En la zona pueden ser apreciados tres tipos de climas:

En el Ecuador el pre-cerámico se cree que comenzó alrededor del año 9000 A.C. hasta
el 4200 A.C. De acuerdo con el investigador Jeffrey Quitter, Ecuador da muestra de
densas ocupaciones en las tierras altas que hasta ahora no han podido ser demostradas ni
en Perú o Bolivia.

Este momento encaja dentro del Holoceno como un nuevo periodo climático con
características de fauna nuevas. La megafauna del pleistoceno ya ha desaparecido, así
como los antepasados de las especies actuales.

2.4. Teoría de la cultura de las Vegas

La cultura las Vegas fue la primera cultura arqueológica conocida que se asentó en los
actuales territorios de Ecuador. Se desarrolló entre el holoceno y pleistoceno tardío, en
la costa, entre 10.000 a.C. y 4.600 a.C. Existen al menos 31 asentamientos de esta
cultura en la península de Santa Elena (provincia de Santa Elena).
El pueblo de Las Vegas se dedicó a la caza, recolección1 y a la pesca,2 y además
desarrolló técnicas primitivas de agricultura, domesticando hace más de 11 mil años
plantas, como Cucurbita ecuadorensis, Calathea allouia y Lagenaria siceraria.34
Aparentemente utilizaron huesos y espátulas con el fin de producir redes y textiles junto
a varias herramientas y envases hechos de conchas. Adicionalmente, se especula que
usaron madera, corteza de árbol, bambú, y caña como herramientas de su agricultura.5
La cultura Las Vegas representa una adaptación pre-cerámica temprana, previa a
la Cultura Valdivia, y ofrece observar un antecedente cultural del Período Formativo en
el sureste ecuatoriano.
2.5. Teoría del pueblo de Real Alto

El hallazgo de un complejo urbano prehispánico en 1971 por el arqueólogo ecuatoriano


Jorge Marcos, en Real Alto, a 112 kilómetros de Guayaquil, en el ala sur de la península
de Santa Elena, permitió identificar uno de los asentamientos más antiguos del
continente americano (3.500 a. C.).

Una concentración de 80 a 100 viviendas ordenadas alrededor de una plaza central cuyo
centro está cortado por dos montículos de tierra. Las moradas tenían forma elíptica de
12 m. de largo por 8 m. de ancho, en cuyos costados se colocaban surcos para la
siembra.

Su economía combinó la agricultura con los recursos del mar. En esta época apareció la
artesanía del tejido con uso del telar, el trabajo en concha y la escultura en arcilla.

El sitio permitió identificar el proceso del asentamiento, de una población de 50 a 60


personas, en una fase inicial, a 1.500 habitantes, en una posterior, con el
perfeccionamiento de servicios comunales: 150 pozos subterráneos para reserva
agrícola, construcción de viviendas mayores en el fondo de la herradura, que podrían ser
sitios de reunión.

En las fases medias y tardías de la cultura Valdivia, se convirtió en un Recinto


Ceremonial de importancia regional.

Estudios arqueológicos han revelado que el lugar estuvo habitado por grupos humanos
que pertenecieron a las culturas Valdivia, Machallilla, Guangala, y Manteño-
Huancavilca.

3. PERIODOS DE LA PREHISTORIA

3.1. Periodo Precerámico


El Periodo Precerámico, también llamado por muchos historiadores Periodo Paleoindio,
se suele datar desde el 10,000 a.C. hasta el 3,600 a.C., En Ecuador, los asentamientos
más conocidos fueron los de El Inga, Chobshi, Cubilán y Las Vegas.

Dentro de este periodo se pueden encontrar diferencias importantes entre los


asentamientos de la sierra y los de la costa. El primero desarrolló una industria lítica
más rica en materiales, además de construir utensilios con lascas y láminas retocadas.

En ambos casos, se trataba de grupos nómadas, organizados en hordas o bandas.


Basaban su existencia en la caza, la recolección y la pesca.
Algunos restos encontrados han mostrado la presencia de maíz, lo que ha llevado a los
expertos a pensar que podían practicar algún tipo de agricultura rudimentaria.

3.1.1. Pobladores en la región andina

En la zona andina, los primeros pobladores solían asentarse en campamentos


temporales, ya que eran nómadas. Durante su estancia en cada zona, aprovechaban los
recursos que encontraban alrededor, ya fuera mediante la caza o la recolección de frutos
y raíces.

3.1.2. Pobladores en la costa

Por su parte, los expertos señalan que los habitantes de la costa comenzaron un proceso
de sedentarización. Estas áreas eran muy ricas en recursos, desde los animales marinos
hasta las plantas.

3.1.3. Los grupos humanos

En Ecuador, las evidencias muestran que los primeros grupos humanos se organizaron
en hordas o bandas. Estas estaban compuestas por pocas familias, sin que existiera una
jefatura ni clases sociales.

Los campamentos, provisionales, se levantaban con carpas de pieles y palos. Otra


opción era resguardarse en cuevas y otros refugios naturales. Estas hordas solían
permanecer en el mismo lugar mientras la caza y otros recursos alimenticios fueran
suficientes para sobrevivir.

3.1.4. Tipos de vivienda

Las viviendas usadas por estos primeros habitantes de Ecuador iban desde las chozas
cubiertas con ramas al aprovechamiento de las cuevas como refugio.

Las chozas de la costa han sido estudiadas por algunos expertos. La conclusión es que
medían entre 150 y 180 centímetros de diámetro, construidas con forma de colmena.
Las paredes se cubrían con hierbas y ramas secas.

3.1.5. Tallado de piedra

Desde los inicios del Precerámico, los grupos humanos desarrollaron una sofisticada
técnica para tallar la piedra. Con este material construían armas y utensilios que les
servían para cortar.

Sus armas eran lo suficientemente poderosas para cazar animales de tamaño mediano,
así como grandes presas como mastodontes o llamas gigantes. Gracias a su habilidad,
eran capaces de aprovechar eficientemente su carne, piel y huesos

3.1.6. Sitios arqueológicos del Paleoindio


Los arqueólogos, gracias al estudio de los yacimientos, han llegado a la conclusión de
que los primeros asentamientos en tierras ecuatorianos se produjeron en el callejón
interandino. El nombre dado a estos poblamientos es el de campamentos-taller.

Entre los más importantes se encuentra el sitio de El Inga. Este se encuentra en la base
del cerro Ilaló, a 2520 metros de altura. Su creación data, aproximadamente, del año
7080 a.C y, por los restos hallados, se sabe que sus habitantes realizaban manufactura
de artefactos.

Entre las herramientas que han sido encontradas se encuentran cuchillos, raspadores y
puntas de proyectil.

Otros dos grandes yacimientos del Periodo Precerámico fueron los de Chobshi y
Cubilán, datados entre los años 8500 a.C. y el 5585 a.C. La primera estuvo situada en
un cero de 2400 metros de altura, donde los arqueólogos han hallado utensilios de
piedra y de hueso, así como flechas de proyectil.

Por su parte, el de Cubilán estaba a 3100 metros de altura, en el subpáramo. Los restos
encontrados son muy similares al de los dos anteriores.

3.1.7. Cultura Las Vegas

La cultura más estudiada de las desarrolladas durante este periodo es la de Las Vegas,
en la costa ecuatoriana.

Sus habitantes usaron la madera para fabricar herramientas de caza, como jabalinas y
lanzas. Con las cañas hicieron cuchillos y elaboraron utensilios de labranza con grandes
caracolas marinas.

3.2. Período Formativo

Formativo equivale al Neolítico del viejo mundo por la domesticación de las plantas y
las apariciones de aldeas y centros urbanos. El Formativo ocurre entre el 3.600 a.C. y el
500 a.C., en esta fase se pueden apreciar tres partes: Temprano, Intermedio y Tardío.
Las culturas más importantes de este periodo son: Valdivia, Mayo-Chinchipe-Marañón,
Machalilla, y Chorrera.

3.2.1Formativo Temprano

Durante el Formativo Temprano (3,600 a.C.-2,600 a.C.) aparecen ya propiamente aldeas


agrícolas. La agricultura, aunque incipiente, se instala como el sustento económico
principal de las personas ya que era mucho más eficiente que la recolección. Mientras
que la caza se ve bastante reducida, la pesca continúa como un importante sustento de la
economía local.
Aparecen otros inventos como el telar, se utiliza la piedra pulida para hacer figuras o
monolitos, como los "Búhos de Piedra" de Valdivia.

Sin embargo, el invento más importante de esta época es la cerámica, la cual parte de
algo simple y rudimentario hasta llegar a algo complejo. La cerámica más antigua de
América está en la Cultura Valdivia (3,600 a.C.) y es mucho más antigua que la
cerámica de Colombia (3,200 a.C.), México (2,600 a.C.) y Perú (1,800 a.C.). Del
Formativo Temprano los únicos vestigios conocidos hasta la fecha (en el Ecuador) son
los de la cultura Valdivia en la costa ecuatorial.

3.2.2Formativo Intermedio

En el Formativo Intermedio (2,600 a.C.- 1,800 a.C.) se da la aparición de centros


administrativos, y la religiosidad da como resultado a figuras como el sacerdote o
sacerdotisa como líder.

Cuando una aldea crecía en tamaño demasiado, entonces los excedentes de población
migraban a otro lugar y fundaban una nueva aldea, pero la nueva aldea mantenía una
relación de dependencia con la original. Así pues, con el paso del tiempo, la aldea
original pasa a controlar a varias otras haciendo que esta se transforme en un centro
administrativo. Este centro de poder ya no hace agricultura (aunque sí otros oficios) y
recibe los alimentos necesarios para el sustento de sus pobladores de las otras aldeas.

De esta época tenemos aldeas y centros administrativos como Real Alto (Cultura
Valdivia) y Palanda (Cultura Mayo-Chinchipe-Marañón). Se sabe que la costa
ecuatoriana tuvo intercambio comercial con el litoral peruano por la presencia de
conchas spondylus en tumbas de la civilización Caral. Así mismo, también hubo
intercambio entre la costa ecuatoriana y la zona amazónica habitada por la cultura
Mayo-Chinchipe-Marañón.

Los centros administrativos era poblados que en general constaban de casas para la
clase dominante, al menos una plaza que se utilizaba en ceremonias y reuniones, al
menos una construcción grande que ejercía la función de templo y casas para la gente
común. En el caso de Real Alto las casas tenían 12x8 m, eran ovaladas, tenían dos
puertas, una a cada lado de la casa, divisiones internas y un fogón en medio. La mayoría
de las viviendas rodeaban una plaza rectangular principal. Las casas de la élite y los
templos se encontraban sobre tolas (montículos artificiales de tierra).

En el caso de Palanda, esta era una aldea con viviendas de piedra que rodeaban una
plaza circular central. Esta plaza era amurallada de un diámetro de 40m.

3.2.3El Formativo Tardío

El Formativo Tardío (1,800 a.C. - 500 a.C.) tiene como culturas principales a
Machalilla, Upano y Chorrera. Esta parte del Formativo se característica por varias
cosas, lo primero es la desaparición de la cultura Valdivia que es reemplazada por la
cultura Chorrera y la cultura Machalilla, mientras que la Cultura Mayo-Chinchipe va
desapareciendo al mismo tiempo que va surgiendo la cultura Upano.

Otro aspecto característico de esta fase es que la Cultura Machalilla nace con un estilo
cerámico influenciado por la Amazonía (influencia de la cultura Mayo-Chinchipe)
mientras que la cultura Chorrera mantiene un estilo tradicional heredado de Valdivia.

3.2.4. Culturas del período Formativo o Agroalfarero


La Cultura Valdivia ocupó extensos territorios de las provincias de Manabí, Esmeraldas
y la provincia de Santa Elena. Es una de las candidatas a poseer la alfarería más antigua
de América.
La Cultura Machalilla ocupó territorios de la actual provincia ecuatoriana de Manabí, y
parte de las provincias vecinas de Santa Elena con importantes contactos con la región
interandina. Tuvo vinculaciones muy cercanas con las culturas de Valdivia y Chorrera.
La Cultura Chorrera tuvo su núcleo en el sitio La Chorrera, ubicado en la ribera
occidental del río Babahoyo; pero extendió su presencia hacia casi todas las regiones
costaneras e inclusive a algunas de la sierra.

3.3.Período Desarrollo Regional


El Desarrollo Regional se dio en 500 a. C. al 500 d. C. A este período se lo ha
llamado Desarrollo Regional por el importante grado de organización social y política
de las culturas que alcanzaron desenvolvimientos autónomos en zonas geográficas
pertenecientes a subregiones naturales. El arte también tuvo características
diferenciadas, que se notan con facilidad entre una y otra cultura. El trabajo de los
materiales tiene por primera vez su registro en este período. Durante esa etapa, las
sociedades existentes fueron adquiriendo un mayor grado de organización política
hasta alcanzar desenvolvimientos autónomos dependiendo de la zona geográfica. Esas
diferencias regionales son claramente visibles en sus expresiones artísticas.
Por otra parte, una de las características más llamativas de este periodo fue la
aparición de los trabajos diferenciados. De esta manera, cada individuo pasó a
especializarse en una labor concreta, desde la agricultura al comercio, pasando por
sacerdotes o alfareros.
Las culturas más importantes de este periodo fueron la Jambelí, la Guangala, la Tejar-
Daule, La Tolita o, en la zona de la sierra, las de Cerro Narrío y Alausí.
3.3.1. Cultura Guangala

A la Cultura Guangala se le atribuye una datación correspondiente al 500 a. C. y 500


d. C., sus asentamientos se han encontrado al norte de la península de Santa Elena y a
lo largo de la costa del Océano Pacífico hasta la altura de la Isla de la Plata frente a la
costa central de Manabí. Hacia el interior sus límites alcanzan la cordillera de
Chongón- Colonche en la Provincia del Guayas y la cordillera de Paján en Manabí.
El hallazgo de innumerables manos y metales de piedra, además de estigios de presas
de tierra para almacenar el agua, hacen pensar en una intensa y muy bien organizada
actividad agrícola que se complementaba con la provisión de alimentos marinos y la
cacería.
Sin embargo, en la zona que hoy es Guayaquil, durante el periodo de Desarrollo
Regional, dos grupos importantes se asentaron. El primero, definido por los hermanos
Parducci, corresponde a poblaciones de la denominada Fase Guayaquil, asentados en
zonas bajas, como en la Atarazana. Existen también otros sitios definidos dentro del
proyecto el Gran Guayaquil, el que da cuenta de que la sociedad del Desarrollo
Regional en la zona se constituía en algo diferente a Guangal de la Península de Santa
Elena.
Hacia los afluentes del Daule y Babahoyo, la Fase Daule-Tejar, y sus variantes, Fase
Silencio, son importantes grupos de la zona.

3.4. Período de Integración


El Período de Integración data de 500 d. C. a 1500 d. C. La paulatina desaparición de
las fronteras de los grupos menores y la integración del imperio Incas con culturas
menores constituyen una de las principales características del Período de Integración.
Otros rasgos distintivos de este período se pueden sintetizar en los siguientes puntos:
• Existe una mayor tecnificación de la agricultura, sobre todo mediante la utilización
de terrazas de cultivo que dejarán su huella indeleble especialmente en el paisaje
andino.
• La mejor producción agrícola permitirá la expansión de la población y en
consecuencia la de los centros urbanos.
Estos pueblos fueron evolucionando en su organización, dando lugar a los señoríos
étnicos, característicos del Periodo de Integración. Estos señoríos fueron un tipo de
sociedad que, aunque no se pueden asimilar a los Estados actuales, sí representaron
un gran cambio dado la complejidad administrativa y política que presentaron.
Durante el periodo de integración existieron varias culturas importantes. En líneas
generales, los historiadores diferencian entre las que se asentaron en las costas y
aquellas que habitaban las sierras del país. Entre las más importantes destacaron los
Manteños y los Huancavilcas.

3.4.1. Cultura Manteña

La Cultura Manteña se desarrolló aproximadamente desde el año 600 hasta el 1534.


Las crónicas españolas dicen que los manteños tenían conocimientos de navegación y
pesca, vivían en pequeñas casas de madera, y poseían artesanías de oro y esmeraldas.
Uno de sus centros religiosos era la Isla de la Plata, así como el Cerro de Hojas,
ubicado entre lo que actualmente es Manta y Portoviejo, donde se encontraron sillas o
tronos de propósitos religiosos.
3.4.2. Cultura Huancavilca

La Cultura Huancavilca tiene unos setecientos años de antigüedad entre los 800 -
1500. Dicen los historiadores que los huancavilcas se extraían los dientes a temprana
edad como señal de sacrificio a sus dioses, por ello los llamaban "los desdentados".
Desarrollaron la agricultura y eran excelentes guerreros. El cacique Huancavilca vivía
en la Isla Puná frente a los que actualmente es la ciudad de Guayaquil, dentro de lo
que ahora es la Provincia del Guayas.

4. BIBLIOGRAFÍA

 Fornés Bonavía, L. (2010). Historia universal: América latina. Miami, FL,


United States of America: Firmas Press. Recuperado de
https://elibro.net/es/lc/uta/titulos/36419.
 Juan Carlos Arévalo. (2011, 15 julio). Periodo formativo. Slideshare.
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 Montano, J. (2019, 14 marzo). Periodo precerámico del Ecuador: origen y
características. Lifeder. https://www.lifeder.com/periodo-preceramico-ecuador/
 El Período Precerámico - culturas del ecuador. (2014, 4 diciembre). Google
Sites. https://sites.google.com/site/culturasecu/epoca-aborigen/el-periodo-
preceramico

5. ANEXOS
Estudios sociales y culturales

La conquista y dominación del nuevo mundo: El


descubrimiento de América
Curso: Nivelación

Docente: Dra. Yolanda Pérez

Integrantes:

• María José López


• Cynthia Mariño
• Robinson Masabanda
• Sofía Llerena
Contenido
La conquista y dominación del Nuevo Mundo: El descubrimiento de América ............................. 3
Conquista de América .......................................................................................................................... 3
Las primeras exploraciones geográficas (1492 - 1519) .................................................................. 3
La conquista de Mesoamérica y el área andina (1519 - 1535)....................................................... 3
Dominio de los territorios marginales (1536 - 1580) ...................................................................... 4
Auge y decadencia del régimen colonial hispanoportugués (1580 - 1700) ................................... 4
Teorías del descubrimiento de América.............................................................................................. 5
Cristóbal Colón ................................................................................................................................. 5
Los viajes de Colón ........................................................................................................................... 5
Primer viaje ....................................................................................................................................... 6
Segundo viaje..................................................................................................................................... 6
Tercer viaje ........................................................................................................................................ 8
Cuarto viaje ....................................................................................................................................... 8
Fenicios .............................................................................................................................................. 9
Madog ab Owain Gwynedd............................................................................................................ 10
Abubakari ........................................................................................................................................ 10
Los templarios ................................................................................................................................. 10
Chinos .............................................................................................................................................. 11
Principales causas del descubrimiento de América ......................................................................... 11
Buscar una nueva ruta hacia las Indias. ....................................................................................... 11
La búsqueda de riquezas para aumentar el poder económico .................................................... 11
Transmitir la religión católica. ...................................................................................................... 11
Las cruzadas abrieron los horizontes de los reyes europeos hacia el este .................................. 12
La ruta de la seda era necesaria mantenerla activa y segura...................................................... 12
La caída de Constantinopla a manos del Imperio otomano ........................................................ 12
La competencia marítima entre España y Portugal .................................................................... 13
La expulsión de los musulmanes de Castilla permitió a la corona española invertir en
expediciones ..................................................................................................................................... 13
Consecuencias del descubrimiento de América ................................................................................ 13
Bibliografía .......................................................................................................................................... 13
La conquista y dominación del Nuevo Mundo: El descubrimiento de América

Conquista de América
El proceso de conquista y colonización de América por España y Portugal, desarrollado
principalmente en los años 1492 a 1580, este periodo se subdividido en tres fases: 1492-1519, 1519-
1535 y 1535-1580.

Las primeras exploraciones geográficas (1492 - 1519)


Durante estos años se realizaron los llamados primeros grandes viajes de descubrimiento
europeos a partir de la travesía de Cristóbal Colón. En esta fase se creó una base firme en las Antillas
-La Española desde 1493, Puerto Rico (1508), Jamaica (1509) y Cuba (1508-1511) - para las futuras
incursiones en el Continente, aunque el denominador común de estas primeras travesías fue la
búsqueda de un paso para llegar, por una vía más rápida y barata que la tradicional al Oriente y sus
productos (especies, drogas, materias tintóreas, metales preciosos, etc.). Los primeros pequeños
establecimientos fundados en la masa continental se crearon en la costa de Coro en Venezuela y en
Darién (Panamá) a partir de 1509. Vasco Núñez de Balboa cruzó tres años después el istmo de
Panamá y llegó al Océano Pacífico, que denominó Mar del Sur; ningún estrecho o comunicación entre
el Atlántico y el Pacífico pudo ser hallado en estos años. Se firmó el Tratado de Tordesillas (1494)
que implicó el primer reparto del mundo entre España y Portugal. La fase se cierra con el hallazgo por
Fernando de Magallanes del estrecho que lleva su nombre, que permite el esperado paso al Oriente,
aunque este hecho ocurrió cuando ya los españoles se habían topado con las deslumbrantes culturas de
Mesoamérica, que hizo atractiva la conquista del Continente y desestimó la travesía al Oriente.

Un siglo después de la llegada de las carabelas de Cristóbal Colón al mar Caribe, de los más
de 70 millones de indígenas preexistentes sólo quedaban tres millones y medio de almas. Primero,
fueron derrotados por la desproporción de recursos, la sorpresa y la confusión. Luego, fueron privados
de su cultura y creencias, sometidos al trabajo esclavo y finalmente, las enfermedades importadas por
los europeos encontraron a sus organismos sin anticuerpos para resistir los virus y bacterias.

La conquista de Mesoamérica y el área andina (1519 - 1535)


Esta fase se distingue porque en ella se llevan adelante las famosas expediciones de conquista
que culminaron con el sometimiento de las grandes culturas indígenas, en particular la azteca, maya e
inca. La conquista por Hernán Cortés de la Confederación azteca, entre 1519 y 1522, y del Imperio
incaico por Francisco Pizarro, de 1532 a 1533, fueron los dos grandes momentos de la conquista. A
ellos siguieron en esta fase la ocupación española del México central y buena parte del meridional, el
Norte de Centroamérica (1524) y el área andina (1539), así como el sometimiento de los mayas de
Yucatán (1527-1546). Los tesoros encontrados en México y Perú, junto a poblaciones mucho más
avanzadas que las existentes en las Antillas, inauguraron la denominada época próspera de la
conquista. Al toparse con estas grandes civilizaciones, los europeos se sintieron cautivados por el oro
y la perfección de las construcciones en piedra. La búsqueda de metales preciosos se convirtió, a
partir de la conquista de México, en el motor impulsor de la colonización española, así como de la
estructuración de sus nuevos dominios en las Indias. El traslado de metales preciosos hacia España y
de allí al resto de Europa, proveniente de las grandes culturas conquistadas en Mesoamérica fue
continuado por la explotación de minas existentes en el área andina. Después de los llamados viajes
de descubrimiento (1492-1519), Castilla encontró en México y Perú la base de explotación del Nuevo
Mundo. El oro y la plata, asociados a una numerosa población y al eficaz control de la Corona
garantizaron la prolongada compulsión que sufrieron los pueblos precolombinos.

Dominio de los territorios marginales (1536 - 1580)


Las operaciones de conquista de España posteriores a 1535, se dirigieron en lo fundamental a
asegurarse la posesión de los territorios que le pertenecían en el Nuevo Mundo según lo estipulado
por el Tratado de Tordesillas, lo mismo que haría Portugal desde 1549 con la región que llevaría el
nombre de Brasil. En el caso de Hispanoamérica la iniciativa colonizadora procedió muchas veces de
los propios centros ya conquistados. A esta fase corresponde la ocupación española de toda el área
norandina y como colofón el encuentro de tres expediciones en Bogotá; el completo dominio de la
meseta altoperuana y el establecimiento en el Chile central, a contrapelo de la tenaz resistencia
araucana encabezada por Lautaro y Caupolicán. La segunda fundación de Buenos Aires (1580) -la
primera en 1536 había sido un fracaso, como también ocurrió en La Florida hasta 1565-, por un
puñado de conquistadores mestizos procedentes del interior (Asunción del Paraguay), que buscaban
una ruta de comunicación con Europa, señala aproximadamente el fin de esta fase. A ella también
corresponde la implantación del poderío real en toda su extensión, prácticamente después que Carlos
V liquidara los privilegios de los ensoberbecidos encomenderos (Leyes Nuevas de 1542). La derrota
de los conquistadores por los funcionarios de la Corona no fue un proceso fácil y en algunos
territorios, como el Perú, produjo encarnizados enfrentamientos armados que los cronistas
denominaron las "guerras civiles". Es también la fase en que ocurrió el aplastamiento de la resistencia
indígena, simbolizado con la ejecución en el Cusco (1572) del primer Túpac Amaru.

Auge y decadencia del régimen colonial hispanoportugués (1580 - 1700)


Corresponde con la etapa floreciente del Imperio Español de Ultramar, que tuvo sus zonas
medulares en el Virreinato de Nueva España (México), cuyo Virrey fundador fue Antonio de
Mendoza en 1535. En el Perú desde 1543, Blasco Núñez de Vela como primer Virrey con jurisdicción
sobre toda la América del Sur. En estos territorios el establecimiento de sistemas de explotación
precapitalistas (mita, servidumbre, peonaje, esclavitud) estuvo motivado por la existencia de
fabulosos yacimientos de minerales preciosos, para lo que fue necesario expoliar a la población nativa
y aprovechar buena parte de su organización social. De esta manera, grandes y ricas minas de plata
fueron descubiertas en El Potosí (Virreinato del Perú) y Zacatecas (México) entre 1545 y 1546.
Veinte años después todos los yacimientos importantes de la meseta mexicana y los Andes centrales
estaban ya en explotación.

A pesar de los despojos e inhumanos sistemas de explotación implantados por los europeos,
como repartimientos, encomiendas, mandamientos, muchas comunidades indígenas lograron
preservarse, conservando sus tradiciones y culturas. Así se mantuvo la sociedad aborigen al lado de la
española, más tarde también la criolla y la ladina o mestiza, constituyendo una gran reserva de fuerza
de trabajo y de tierras, para una economía colonial fundamentada en la despiadada explotación del
indio.

Teorías del descubrimiento de América


Cristóbal Colón
La versión simplista de la llegada de Cristóbal Colón al ahora Continente Americano,
establece de que partió del Puerto de Palos, el 3 de agosto de 1492, con tres carabelas, La Niña, La
Pinta y la Santa María y navegó por el océano tratando de llegar a las Indias Orientales, buscando
nuevas rutas comerciales para Europa y sobre todo para España, la cual patrocinaba el viaje después
de haber convencido a los Reyes Católicos de este fin, tocando tierra el 12 de octubre de 1492
llegando tierras hasta ese momento desconocidas para los europeos y a partir de ese momento el
mundo fue uno solo y comenzó una nueva era de viajes de exploración alrededor del globo terráqueo.
Hasta ahí la historia por todos conocida y que resume en pocas líneas años de peregrinar de diversas
civilizaciones a tierras del continente llamado americano.

En el territorio que hoy ocupa el continente, estaba para el momento del arribo de los
españoles (1492) ocupado por diversas tribus y pueblos desarrollados de norte a sur y de oriente a
occidente. Como ejemplo de desarrollo, se encuentran los Olmecas, Mayas y Aztecas por mencionar
algunos en tierras mexicanas, los Incas en Perú y los Taironas en Colombia, así como centros urbanos
distribuidos en el continente que dan fe de los avances tecnológicos de estas civilizaciones,
Teotihuacán, Machu Pichu, Cuzco, La Venta y Chichen Itzá son claros ejemplos de que las
sociedades aquí desarrolladas no eran pueblos inhóspitos o incivilizados.

Los viajes de Colón


La Corona procuró dos carabelas que «encargó» a los vecinos de Palos de Moguer por
mandato real, así como también «solicitó» a las ciudades costeras de Andalucía vituallas,
abastecimientos y pertrechos militares para la empresa. Se eximió a Colón del pago de derechos y se
le concedió la categoría de Embajador de Sus Majestades ante el Gran Khan. No resultó fácil al
genovés reunir una tripulación. Para los marineros, Colón era un desconocido con fama de iluso, por
lo que les sorprendió el respaldo que suponía la real cédula leída en la iglesia de San Jorge, en mayo
de 1492. Martín Alonso Pinzón prestó a don Cristóbal un apoyo decisivo, gracias a la intervención de
fray Juan Pérez y procuró la leva de la tripulación para las tres carabelas, ya pre- paradas. En junio de
1492 comenzó el alistamiento.

Primer viaje
Con tres carabelas, la «Pinta», la «Niña» y la «Santa María» (esta última propiedad de Juan de
la Cosa, quien embarcó en ella como maestro o piloto), bajo el mando, respectivamente de Martín
Alonso Pinzón, Vicente Yáñez Pinzón y del mismo Colón, se hicieron a la mar el 3 de agosto de 1492
en el puerto de Palos y se dirigieron hacia las islas Canarias, donde recalaron para reparar algunos
desperfectos de la «Pinta» y la «Niña» y para que Colón realizara algunas visitas antes de arrostrar el
océano.

Continuaron viaje el primero de septiembre desde Las Palmas, impulsados por vientos alisios
favorables. Dos incidentes notables ocurrieron en la lenta travesía: la desviación observada en la aguja
de la brújula (que achacaron a la variación de la latitud), y el creciente nerviosismo de los marine- ros,
después de un mes de navegación sin resultados. La inquietud se hizo crítica el 7 de octubre, poco
antes de avistar tierra, cuando ya indicaban su proximidad leños, pelícanos y plantas terrestres
flotantes. Colón y los hermanos Pinzón colaboraron para sofocar algunos conatos de rebelión.

En la madrugada del 12 de octubre, Rodrigo de Triana, lanzó el grito de «¡Tierra!». La


expedición arribó a una islita del archipiélago de las Lucayas o Bahamas, que los naturales conocían
por Guanahani y que el marino llamó San Salvador (probablemente la actual Watling). Colón tomó
posesión de ella en nombre de la Corona de Castilla y Aragón, treinta y dos días después de salir de
las Canarias. Tras recorrer varias islas, en las que se detuvo poco, llegó el 27 de octubre, guiado por
las noticias recibidas de los arahuacos, a una isla mayor, Cuba. Desembarcó en el puerto de Bariay en
el extremo oriental de la isla, que bautizó con el nombre de Juana. A continuación, exploró la isla de
Santo Domingo, que denominó La Española. En ella pierde la «Santa María» al encallar cerca de las
costas septentrionales y con sus maderas fabrica el fuerte al que nombró Natividad, en el cual dejó
una pequeña guarnición. Colón inició el regreso a la Península el 16 de enero de 1493.

La «Pinta» y la «Niña» se separaron en el camino debido a una tempestad. Los hermanos


Pinzón llegaron en la «Pinta» a Galicia y el Almirante, en la «Niña» (que había reca- lado en las
Azores, donde tuvo dificultades legales con los portugueses de las islas) arribó al puerto de Lisboa.
Después de muchos inconvenientes regresó a Palos, desde donde se trasladó a Barcelona, para
reunirse con los Reyes Católicos, que le recibieron como correspondía a la magnitud de la empresa
realizada.

Segundo viaje
Ante el éxito conseguido por el navegante genovés, los reyes, una vez obtenida la bula Inter
caetera del papa Alejandro VI, que ratificaba, de iure y ante Dios, la posesión de las islas y tierras
descubiertas en nombre de la Corona, se apresuraron a organizar una segunda expedición, ya que los
portugueses se disponían a preparar otra y a tratar de variar los términos de la bula. El 7 de junio de
1494 se firmó en Tordesillas un tratado, por el cual las nuevas tierras quedaban divididas por un
meridiano a trescientas setenta leguas al oeste de las islas Cabo Verde, base de los derechos que
reclamará Portugal para su colonia de Brasil. Toda la zona situada al oeste de la línea pertenecía a
España; la del oeste, a Portugal.

Colón partió del puerto de Cádiz en su segundo viaje con una poderosa flota compuesta por
diecisiete naves el 25 de septiembre de 1493. Los navíos iban cargados de pertrechos, colonizadores y
soldados, además de animales domésticos y plantas europeas. La empresa contaba con doce
misioneros y con los célebres Antonio de Marchena, Juan de la Cosa, Diego Colón, Alonso de Ojeda
(conquistador de Santo Domingo), el padre y un tío de fray Bartolomé de Las Casas y Juan Ponce de
León, entre otros. La expedición, financiada por el duque de Medina Sidonia, recaló en la Gomera el 5
de octubre para proveerse de alimentos y agua. El domingo 3 de noviembre Colón tocó tierra
americana por segunda vez, en una islita, a la que da por nombre Dominica y, posteriormente, en otras
islas que bautizó como Marigalante y Guadalupe, en honor de la virgen extremeña. Descubrió la isla
de Puerto Rico el 16 de noviembre del mismo año, a la que llamó San Juan (los naturales la llamaban
Boriquén).

Al llegar a La Española, experimentó un profundo disgusto, pues encontró el fuerte de


Navidad incendiado y muertos sus moradores por las tribus aborígenes, dirigidas por los caciques
Caonabo y Guacanagi. Poco después de fundar otro fuerte, La Isabela, recorrió la costa sur de Cuba y
denominó a sus innumerables cayos Jardines de la Reina. Convencido el navegante de hallarse en las
Molucas o Indias Orientales, descubrió también la isla de Santiago (Jamaica).

La expedición —una proeza náutica— se mostraba cada vez más como un fracaso económico.
Las duras condiciones del lugar, la escasez de comodidades, los desmanes de algunos expedicionarios
y la hostilidad de los indios le crearon muchos problemas al genovés. Colón decidió poner proa de
vuelta a la Península, después de convalecer durante cinco meses en el fuerte La Isabela, única
colonia europea en el continente americano por entonces. Reemprendió el viaje de retorno, en medio
de las dificultades y errores provocados por algunos abusos de los colonizadores y del propio
navegante. Nombró a Bartolomé Colón, su hermano, Adelantado de la isla, y partió en la «Niña» el 10
de marzo de 1496. Después de un azaroso viaje, desembarcó en Cádiz el 11 de junio con un grupo de
indios que había encabezado el propio Caonabo (fallecido durante la travesía). Los reyes le recibieron
de buen grado y le con- cedieron las mercedes que solicitó; Colón rechazó, sin embargo, los títulos
nobiliarios que le ofrecieron. A pesar de la mala fama que había adquirido por el trato que daba a sus
subordinados, pudo montar otra expedición por cuenta de la Corona.
Tercer viaje
Colón zarpó del puerto de Sanlúcar de Barrameda el 30 de mayo de 1498 con seis naves, hizo
escala en La Gomera y, después de atrapar un bajel corsario, se dirigió al Nuevo Mundo. Una vez
atravesadas las zonas de la calma chicha, que agota- ron sus provisiones, avistó el 31 de julio una
tierra agreste, a la que impuso el nombre de Trinidad (que aún conserva). El día 1 de agosto
desembarcó por primera vez en tierra firme venezolana en las penínsulas de Paria y Cumaná, a las que
confundió con islas. Remontó hacia La Española donde conoció el despoblamiento del fuerte La
Isabela y la fundación de Santo Domingo, a orillas del río Ozama. Colón, muy enfermo de gota y de
oftalmía, se enfrentó a la rebelión de la justicia de Francisco Roldán y se produjo un desorden general
en la colonia que el almirante no pudo evitar. La Corona mandó al comendador Bobadilla, quien
acusó a Colón y le envió a España encadenado, pero al llegar a la Península se le devolvieron sus
prerrogativas. Las medidas de Bobadilla quedaron anuladas y le sustituyó en su cargo Nicolás de
Ovando.

Colón fue rehabilitado en sus antiguos privilegios, que se hicieron extensivos a sus herederos,
si bien no se le confirmó como virrey de aquellas regiones, cargo. que jamás volvió a recuperar, por lo
que renunció a ejercer el mando en La Española. Consecuente con su promesa de levantar un ejército
para liberar los Santos Lugares del domino turco, intentó de su propio peculio realizar una leva,
exaltado por su celo religioso y un profundo misticismo.

Pero su afán descubridor le impidió poner el plan en práctica y, aunque viejo, todavía
enérgico, emprendió su cuarta y última aventura marinera, convencido todavía de que las tierras por él
descubiertas antecedían a Asia, proponiéndose el descabellado plan de remontar el río encontrado
cerca de Trinidad, el Orinoco, hasta llegar al mar Rojo y, desde allí, acceder a los Santos Lugares,
para liberarlos de la opresión seléucida.

Cuarto viaje
Colón armó cuatro naves (tres carabelas y una pequeña embarcación) que zarparon de Cádiz
el 9 de mayo de 1502, con la recomendación de no acercarse a La Española salvo en caso de mucha
necesidad. Pisó América por postrera vez el 13 de junio de 1502, en una isla que denominó Martinino
(Martinica), pero tuvo que dirigirse, muy a su pesar, a La Española, donde Ovando le negó el permiso
de atracar, por lo que hubo de protegerse de un ciclón en Puerto Bello, en el occidente de la isla.
Ovando, ignorante de los consejos de Colón y de su experiencia en aguas tropicales, se hizo a la mar y
perdió veinte naves con sus hombres y tesoros, incluidos los enemigos de Colón, Roldán y Bobadilla.

Desde La Española, el almirante partió hacia Jamaica, en busca de un paso hacia el océano
Índico. Atravesó los Jardines de la Reina y llegó a una isla que bautizó como Guanaja, a unas cuarenta
millas de la costa de Honduras. Allí capturó una gran canoa cargada de ricos objeto de cobre y armas
que anunciaban una cultura más importante que las conocidas por ellos hasta entonces, la del imperio
maya o mexica. El afán de Colón por llegar a la India le impidió prestar atención a aquellos indígenas,
que supuso pertenecían al imperio del Gran Khan.

Navegó hasta el cabo de Gracias a Dios (entre Honduras y Nicaragua) y el istmo de Panamá.
Trató de colonizar la costa de Veragua, pero los mosquitos y la hostilidad de los aborígenes se lo
impidieron. Tras más de dos meses de un mal tiempo que estropeó las naves y quebrantó la salud de
muchos hombres, el almirante recaló en una bahía a la que llamó Belén, y en ésta intentó dejar una
guarnición al mando de su hermano Bartolomé y pedir refuerzos a la Península. Pero la agresividad de
los indios le obligó a reembarcar. Ante estos descalabros, volvió a Cuba en mayo de 1503. Después
partió hacia Jamaica, donde le recibieron pacíficamente y permaneció allí durante un año. Su falta de
salud y los abusos de su gente le crearon infinidad de problemas. Los indios le cortaron el suministro
de víveres, pero lo volvió a conseguir astutamente al anunciar un eclipse que conocía de antemano. El
tardío socorro desde La Española llegó en junio de 1504. Colón permaneció en Santo Domingo hasta
que una expedición lo condujo a España, el 7 de noviembre de 1504, tras mil penalidades y un fuerte
ataque de gota que lo postró. A los pocos días fallecía su protectora, la reina. Colón acudió a ver al rey
en Segovia, sede de la Corte, en mayo de 1505. Murió el 20 de mayo de 1506 en su quinta de
Vallado- lid, en medio del olvido general y en la creencia de que había descubierto el camino
occidental hacia las Indias y el Gran Khan, sin percatarse de que se trataba de un enorme continente
intermedio, completa- mente nuevo y desconocido.

Fenicios
De los primeros que los autores mencionan pudieran haber llegado a estas tierras son los
fenicios, no es un secreto que los Fenicios se consideren los más intrépidos navegantes del mundo
antiguo, a ellos se les atribuye entre muchos otros descubrimientos el océano Atlántico, fueron los
primeros en explorar las costas de Europa y los primeros en circunnavegar África.

De los viajes que han quedado constancia y que llegaron a nuestros días, se encuentra el que
tuvo lugar alrededor del año 600 a. C., realizado gracias al financiamiento del Faraón Egipcio Necao,
partieron del Mar Rojo y regresaron por las columnas de Hércules, Gibraltar, al Mediterráneo y a
Egipto tres años después, estos barcos fenicios median entre 80 y 100 pies de largo y pesaban
alrededor de 100 toneladas, y la única prueba que tenemos de su viaje está en los escritos de
Heródoto, quien alrededor del año 430 a. C., escribió que a la fecha se han encontrado algunas piedras
con inscripciones fenicias, pero hasta el momento y de acuerdo a los investigadores aun no es
prueba concluyente de que alguna de las embarcaciones fenicias hubiera llegado a las costas de
Sudamérica, específicamente Brasil arrastrados por las corrientes del océano.
Madog ab Owain Gwynedd
Existe también la leyenda de Madog ab Owain Gwynedd, príncipe galés que se embarcó en el
año 1170 rumbo al Oeste huyendo de la violencia fratricida de su país y llegando al continente
americano, estableció un asentamiento en el que dejó a más de 100 personas, y regresó a su tierra.

En 1190 organizó otra expedición para seguir explorando, pero al llegar el asentamiento este
había desaparecido, siendo él mismo víctima de los nativos del lugar, esta teoría supondría que habría
llegado a las costas de la Florida y navegado por el rio Mississippi, sin embargo carece de
fundamentos científicos y la única mención a esta se encuentra en dos libros, el primero de George
Peckhan, en “A True Report of the late Discoveries of the Newfound Landes” (1583) y una segunda
edición datada en 1589 de Richard Hakluyt y en “La Historia de Cambria” de David Powell (1584)

Abubakari
Siguiendo con teorías que no tienen base de análisis científico, existe la del Abubakari II, del
imperio de Malí, quien en el año 1310 envió una expedición al Atlántico de 400 naves. Según el
relato, se enviaron dos expediciones las cuales incluyeron a especialistas en diversas ramas
relacionadas con las los viajes de exploración y navegantes, según esta historia, cada barco tenía
reservas para toda la tripulación por dos años, de estas naves que zarparon, solo una regreso pues el
resto se hundió en una tormenta, y debido a este hecho, el mismo Abubakari se hizo a la mar en una
segunda expedición y ninguno de ellos regreso a Mali.

Investigadores señalan que esta podría ser la razón de que existieran en Sudamérica personas
de origen africano antes de la llegada de Colón y antes de que comenzara el tráfico de esclavos
africanos a América.

Los templarios
La historia de los templarios establece que después de los sucesos del año 1307, donde fueron
perseguidos y casi exterminados, los sobrevivientes huyeron hacia Escocia unos y a Portugal otros,
donde se dedicaron a diversas actividades, entre ellas la navegación.

Esta idea, de que los templarios establecieron la ruta a seguir y que pudieron haber
intervenido en la financiación del viaje es la bandera de la cruz roja sobre el fondo blanco que
llevaban las embarcaciones que utilizó Colon en sus viajes.

Parte de la leyenda indica que pocos años antes de la travesia de Colón, un navegante italiano,
Giovanni Caboto, llegó a las costas de Terranova y navego en América del Norte. Este viaje fue
apoyado financieramente por Enrique VII de Inglaterra, y tenían la creencia de haber llegado a las
costas de Asia.
Chinos
Los chinos, también tiene historias relacionadas con el descubrimiento de América, Zheng He
fue un marino y explorador chino, reconocidos por sus viajes de exploración entre los años 1405 y
1433, se tiene constancia de sus exploraciones al sudeste asiático, Indonesia, Ceilán, la India, el Golfo
Pérsico, la Península Arábiga y el este de África hasta el canal de Mozambique. Recientemente en el
año 2006, se descubrió un mapa datado en el 1418, se afirma que Zheng llegó al continente
americano.

Principales causas del descubrimiento de América


Buscar una nueva ruta hacia las Indias.
Las rutas conocidas eran muy costosas, ya haya sido por aranceles de intercambio comercial,
por las largas distancias o por los peligros del viaje. Quien proporcionara una solución se podría hacer
muy rico y ganaría el favor de los reyes. La ruta por el Mediterráneo/Mar-Rojo/océano Índico por el
Nilo tenía muchos riesgos, pues en esa zona se encontraba el Imperio musulmán.

La ruta reclamada por los portugueses de dar la vuelta por África para llegar a la India era
muy larga y era amenazada por tropas musulmanas estacionadas en el norte del continente africano.

La búsqueda de riquezas para aumentar el poder económico


Nunca iba a estar de más hacerse con recursos que permitieran acrecentar el poderío de las
arcas de la corona. Siempre estaba abierta la posibilidad de encontrar metales preciosos como el oro y
la plata u otros productos que generaran ganancias.

Descubrir nuevos territorios y reclamarlas para la corona se convirtió en sinónimo de poder a


partir del 1500 d.C. De hecho, la conquista de América se llevó especialmente por parte de iniciativas
privadas. Estas tenían libertad para luchar por nuevos territorios y luego dar una quinta parte de las
ganancias a la corona española.

Por tanto, había una ambición por parte de muchos conquistadores, como Hernán Cortés, por
encontrar oro y otras riquezas

Transmitir la religión católica.


La derrota de los musulmanes en tierras españolas motivó a la corona a seguir peleando en
contra de los no creyentes alrededor del mundo, hacer llegar la influencia católica y la conversión de
fieles. Obtener el favor del papado en Roma era otra de las competencias entre los reinos europeos.

La eterna necesidad humana de llegar más lejos obligó a mejorar la construcción de barcos
Las exploraciones Vikingas desde el siglo VII d.C. por el norte del Atlántico dio al ser humano siglos
de experiencia para perfeccionar la construcción de navíos más fuertes para viajes más largos.
Queriendo siempre ir más lejos, los conquistadores llegaron a la actual Islandia y Groenlandia;
eventualmente tocando costas de Norte América alrededor del 1001 d.C., sin interés de asentarse.

Sus modelos de barcos fueron lentamente mezclándose en estilo y calidad con los del resto de
Europa de la edad media, haciendo evolucionar la industria de navíos que exigía cada vez
exploraciones más ambiciosas. Querer lanzarse a mar abierto forzó la optimización en el diseño de las
velas. Antes del siglo XV, las velas eran cuadradas. Esta forma limitaba la navegación ya que el
viento solo podía ser aprovechado si soplaba desde atrás.

Los portugueses diseñaron las velas triangulares que permitieron el uso del viento soplando
desde ángulos diferentes. Este cambio permitió a los navegantes aventurarse a aguas más abiertas.

Las cruzadas abrieron los horizontes de los reyes europeos hacia el este
El entendimiento de la geografía del europeo promedio antes de las cruzadas era mínimo. No
se ampliaba más allá de la vaga, limitada y controlada información de unos pocos textos de la era
romana.

Con el éxito de la primera cruzada, los europeos estuvieron más en contacto con el resto del
mundo. Los mercaderes siguieron el camino de los territorios tomados hacia el este y vieron la
oportunidad de comerciar en sedas y especies en estas ciudades.

Esto llamó la atención de los reinos que quedaron fascinados con los productos del lejano
oriente. No pasó mucho tiempo para que se establecieran empresas para comerciar estos bienes
oficialmente.

La ruta de la seda era necesaria mantenerla activa y segura


Fue tarea de los líderes Khan del Imperio mongol asegurar que el suministro de productos
desde la lejana China e India tuvieran transito asegurado por tierra hasta las ciudades comerciales con
paso al Mediterráneo. Es el caso de Constantinopla, donde barcos europeos siempre esperaban
comprar como clientes fascinados, fieles y seguros.

La caída de Constantinopla a manos del Imperio otomano


En 1453, los turcos conquistaron la capital del Imperio bizantino, tomando el control del
cruce comercial más importante de la baja edad media.

El comercio se vio bajo muchos obstáculos y los precios de los impuestos se incrementaron
considerablemente. Este es probablemente una de las causas más importantes ya que fue el catalizador
para buscar retomar contacto con Asia.
La competencia marítima entre España y Portugal
Portugal llevaba la delantera en la carrera de asegurar una nueva ruta comercial a la India y
China. No solo era necesario encontrar una vía alternativa sin pasar por territorios controlados por
musulmanes, sino también era imperioso tener una ruta propia y más eficiente que la de los
portugueses. La expulsión de los musulmanes de Castilla permitió a la corona española invertir en
expediciones.

La unificación de España con Fernando e Isabel ayudó en la lucha y derrota del poder
musulmán en sus tierras. Tras la expulsión, el reino recuperó dinero. Pero la idea de intentar
restablecer relación comercial en la nueva Constantinopla otomana/musulmana era inconcebible. Así
que cuando Colón presenta su propuesta a la reina, esta decide darle la oportunidad, y el resto es
historia.

La expulsión de los musulmanes de Castilla permitió a la corona española invertir en


expediciones
La unificación de España con Fernando e Isabel ayudó en la lucha y derrota del poder
musulmán en sus tierras. Tras la expulsión, el reino recuperó dinero. Pero la idea de intentar
restablecer relación comercial en la nueva Constantinopla otomana/musulmana era inconcebible.

Así que cuando Colón presenta su propuesta a la reina, esta decide darle la oportunidad, y el
resto es historia.

Consecuencias del descubrimiento de América


❖ Develamiento del mapa mundial.
❖ Conquista y colonización del continente americano por parte de los europeos.
❖ Sometimiento de las poblaciones amerindias al orden militar, político, religioso y cultural
occidental.
❖ Expansión comercial de Europa.
❖ Asentamiento de la hegemonía de los reinos conquistadores: España, Portugal, Inglaterra,
Francia y Holanda.
❖ Desarrollo de la economía transatlántica.
❖ Inicio del proceso de globalización, es decir, integración de todo el mundo en una narrativa
histórica universal.

Bibliografía
• Alfonso de Lamartine. (1876). Descubrimiento de las Américas Tomo III. España: Urbano
Manini.

• Carlos Pereyra. (1969). Breve historia de América. México: Patria.


• Compilación. (1982). Descubrimiento y Conquista de América Cronistas, Poetas, Misioneros
y Soldados. México: UNAM.

• Vilalboy, S. G. (1997). Etapas y procesos en la historia de América. Obtenido de


http://biblioteca.clacso.edu.ar/Mexico/iih-s-uv/20170608043740/pdf_473.pdf.

• Armas Anaya, E. D. (2010). América Virreinal. Firms Press. O


https://elibro.net/es/lc/uta/titulos/36421

• Veksler, B. (2006). Una visión crítica de la conquista de América. Universidad Nacional de


Entre Ríos, Buenos Aires.
Integrantes:
La conquista y -María José López.
-Cynthia Mariño.

dominación del -Robinson Masabanda.


-Sofia Llerena.

Nuevo Mundo; El
descubrimiento de
América.
España en el siglo XV Economía de España se basaba en: La vid,
olivo, cereales, tejido y minería.

Matrimonio de
Fernando II de Aragón
e Isabel I de Castilla.

Expulsión de culturas del


medio Oriente.
Cristóbal Colón
Capitulaciones de
Santa fe (abril, 1492)

Nació en Génova, Inspirado por Marco Polo, Pío II;


~1451 relatos de navegantes
❖La Llegada de Cristóbal Colón a América.
Cristóbal Colón
fue un navegante
genovés.

Se entrego a Colón
tres carabelas ( La Pensaba que podía llegar
Niña, la Pinta y la mas cerca a las Indias,
Santa María) para el dando la vuelta al mundo.
viaje.

Así, los reyes


Recibió el apoyo de
aprobaron y
los Reyes Españoles
financiaron la
para su viaje.
expedición.
Los viajes de descubrimiento

Martín Alonso Pinzón ayudó en la


Emprendieron el viaje a bordo de la
preparación del viaje.
Pinta, la Niña y la Santa María.
Codescubridor de América.
Colón llegó a América el 12
de octubre de 1492 a las
costas de San Salvador.

Donde encontró
pobladores de tez
cobriza.

Pensó que había llegado a la


India que tanto buscaba, así,
dio al lugar el nombre
de Indias occidentales y a
sus gentes el nombre de
“indios”.
Primer Viaje
Zarparon desde Palos el
3 de agosto de 1492

Recalaron en las Islas


Canarias

1 de septiembre retoman
el viaje

12 de octubre llegan al
archipiélago de las
Bahamas
Segundo Viaje
Se firma el tratado
de Tordesillas el 7
de junio de 1494.

El 3 de noviembre
Parte de Cádiz el
desembarca en
25 de sep. de 1493.
Dominica.

Descubre Puerto Se encuentra con


Rico el 16 de problemas en La
noviembre. Española.

Retorna a España
el 10 de marzo de
1496.
Tercer Viaje
Zarpo de
Sanlúcar el 30 de
mayo de 1498

Llega a la Isla
Trinidad

El 1 de Agosto
llegó a tierras
venezolanas:
Paria y Cumaná
Cuarto Viaje

Zarpó de Cádiz el 9 de
mayo de 1502.

Llegó a Martinino el 13
de junio.

Descubrió el istmo de
Panamá.

Regresa a España en
1504.

Muere el 20 de mayo de
1506.
Conquista y
Colonización.
El proceso de conquista y colonización de América por España y Portugal, se
desarrollo principalmente en los años 1492 a 1580.

Este proceso se subdividió en tres etapas principales:

A: 1492-1519 B: 1519-1535 y C: 1535-1580.


La Conquista de América.

Comenzó en el siglo
XVI de la mano de
España y Portugal.

El Tratado de Ambos mandos


consiguieron una
Tordesillas (1494).
dominación
política y militar
sobre las tierras.
Estableció los limites
de las áreas de En la conquista influyo
exploración y mucho, las armas y
conquista para Castilla técnicas utilizadas por
y Portugal. los europeos, que eran
mas avanzadas que los
indígenas.
A.- LAS PRIMERAS EXPLORACIONES
GEOGRÁFICAS (1492 - 1519) .

Se realizaron los primeros grandes viajes de descubrimiento europeos


a partir de la travesía de Cristóbal Colón. El principal factor de estas TRATADO DE TORDESILLAS
primeras travesías fue la búsqueda de un paso para llegar, a Asia y
poder comercializar sus productos.

Se creó una base firme en las Antillas -La Española desde 1493, Puerto
Rico (1508), Jamaica (1509) y Cuba (1508-1511) y los primeros
asentamientos se dieron en la costa de Coro en Venezuela y en Darién
(Panamá) a partir de 1509.

Vasco Núñez de Balboa cruzó tres años después el istmo de Panamá y


llegó al Océano Pacífico, que denominó Mar del Sur. Se firmó el Tratado
de Tordesillas (1494) que implicó el primer reparto del mundo entre
España y Portugal.

La fase se cierra cuando Fernando de Magallanes descubre un


estrecho que lleva su nombre, que permite el paso a Asia, aunque
este hecho ocurrió cuando ya los españoles se encontraron con las
culturas de Mesoamérica.
B.- LA CONQUISTA DE MESOAMÉRICA Y
EL ÁREA ANDINA (1519 - 1535) .

En esta etapa se realizan expediciones de conquista que culminaron con el sometimiento


de las grandes culturas indígenas, en particular la azteca, maya e inca. La conquista por
Hernán Cortés de la Confederación azteca, entre 1519 y 1522, y del Imperio incaico por
Francisco Pizarro, de 1532 a 1533, fueron los dos grandes momentos de la conquista.

Al toparse con estas grandes civilizaciones, los europeos se sintieron cautivados por el
oro y la perfección de las construcciones en piedra. La búsqueda de metales preciosos se
convirtió, a partir de la conquista de México, en el motor impulsor de la colonización
española.

Luego de que los europeos explotaran los metales preciosos de las grandes culturas
conquistadas en Mesoamérica y los trasladaran hacia España y de allí al resto de Europa,
rápidamente continuaron con la explotación de minas que existían en el área andina.

Durante la etapa de conquista los pueblos precolombinos sufrieron un largo


periodo de maltrato y esclavización, donde además los europeos explotaron las
grandes minas de oro y la plata que se encontraban en Mesoamérica (México) y la
Región Andina (Perú).
C.- DOMINIO DE LOS TERRITORIOS
MARGINALES (1536 - 1580) .

A partir 1535 España se concentro en lo fundamental que era


asegurar la posesión de los territorios que le pertenecían en
el Nuevo Mundo según lo estipulado por el Tratado de
Tordesillas.

Portugal a partir de 1549 al igual que España comenzó a


posicionarse territorialmente de la región que llevaría el
nombre de Brasil, sin embargo estas conquistas no fueron
nada fáciles debido a la gran resistencia de los indígenas. EJECUCIÓN DEL PRIMER TÚPAC AMARU.
La derrota de los conquistadores por los funcionarios de la
Corona no fue un proceso fácil y en algunos territorios, como
el Perú, produjo grandes enfrentamientos armados que los
cronistas denominaron las "guerras civiles".

Luego de un tiempo se produjo el aplastamiento de la


resistencia indígena, puesto que los conquistadores
realizaron la ejecución en el Cusco (1572) del primer Túpac
Amaru.
RÉGIMEN COLONIAL HISPANO-
PORTUGUÉS (1580 - 1700) .

Es la etapa floreciente del Imperio Español de Ultramar, que


tuvo sus zonas en el Virreinato de Nueva España México A pesar de los trato inhumanos que recibían , muchas
comunidades indígenas por parte de los europeos,
(Antonio de Mendoza -1535) y en el Perú (Blasco Núñez de lograron preservarse, conservando sus tradiciones y
Vela-1543).En estos territorios el se crearon sistemas de culturas. Así se mantuvo la sociedad aborigen al lado
explotación precapitalistas (mita, servidumbre, peonaje, de la española, más tarde también la criolla y la ladina
esclavitud), estuvo motivado por la existencia de grandes o mestiza, poco a poco fueron formando una gran
yacimientos de minerales preciosos. Grandes y ricas minas reserva de fuerza de trabajo y de tierras, para luego
de plata fueron explotadas veinte años mas tarde. poder liberarse de los conquistadores.

LA MITA. LOS ESCLAVOS.


❖La Colonización Portuguesa.
La A partir de 1502, comienza Se construyo puertos en la Impusieron
la explotación de recursos costa brasilera, así, el comercio
Colonización naturales en los nuevos atlántico portugués queda
un régimen
Portuguesa. territorios. finalmente consolidado. esclavista.

Los portugueses se Portugal tuvo el Portugal tuvo el Emplearon mano de


habían comprometido control de la control de la obra aborigen y africana
con el Vaticano a producción producción en las explotaciones de
evangelizar a los azucarera hasta el azucarera hasta el caña de azúcar,
aborígenes. siglo XVII. siglo XVII. mandioca y tabaco.

A partir del siglo


XVII, Brasil obtuvo el
grado de principado,
dentro del Imperio
Portugués.
❖La Colonización Española.
Masacraron a
La El primer asentamiento Al mando de Hernán Cortés, los nativos y los
español en el continente, soldados españoles se abrieron
Colonización fue fundado en la isla La paso a través del Imperio
sometieron a
Española. Española. Azteca.
regímenes de
trabajo forzado.

Fundaron el Virreinato de
Tras derrotar al Imperio Destruyeron los Como la Encomienda,
Nueva España, el 12 de
Inca, se los sometió al octubre de 1535, que abarco Imperios Maya y la Mita, el Porteo o la
mismo régimen de partes de Centroamérica, Azteca. Esclavitud.
trabajo forzado. México y EE.UU.

Fundaron tres nuevos


América se convirtió La Evangelización, no
virreinatos: Virreinato
en la proveedora fue pretexto de los
del Perú, Virreinato de
de materias españoles para no
Nueva Granada y explotar y esclavizar a
primas y metales
el Virreinato del Río de los indígenas.
preciosos de Europa.
la Plata.
Teorías del descubrimiento
de América Latina.
Cristóbal  Tocando tierra el 12 de
octubre de 1492 llegando

Colón. a tierras desconocidas


para los europeos.

 Partió del Puerto de Palos,


el 3 de agosto de 1492.

 Con tres carabelas, La Niña,


La Pinta y la Santa María.
Fenicios.

 Considerados los más intrépidos  Se han encontrado algunas


navegantes del mundo antiguo. piedras con inscripciones fenicias
en a las costas de Sudamérica,
específicamente Brasil.

 El viaje fue realizado


alrededor del año 600 a. C.,
realizado gracias al
financiamiento del Faraón
Egipcio Necao.
Madog ab Owain Gwynedd
 Se embarcó en el año 1170
rumbo al Oeste huyendo de la
violencia fratricida de su país y
llegando al continente
americano.

 Estableció un asentamiento en
el que dejó a más de 100
personas, y regresó a su tierra.

 En 1190 organizó otra expedición


para seguir explorando, pero al
llegar el asentamiento este había
desaparecido, siendo él mismo
víctima de los nativos del lugar.
4.-
Abubakari
En 1310 envio En la primera:
una expedición oIncluian especialistas en la
al Atlantico en rama ralaciona a la a la
400 naves. exploración y la navegacion.
oUna de las dos regreso, la otra
se hundió en una tormenta.

DOS EXPEDICIONES
En la segunda:
oAbudakari zarpó pero nunca
regresó.
oPor esta razón existe en
Sudamérica personas de origen
africano antes de la llegada de
Colón y el comienzo del tráfico
de esclavos africanos.
5. Los FUERON
PERSEGUIDOS
templarios
ESTUVIERON A PUNTO
DE LA
EXTERMINACIÓN.

SOBREVIVIENTES
HUYERON A ESCOCIA
Y PORTUGAL.

ESTABLECIERON LA
RUTA A SEGUIR.

PUDIERON INTERVENIR
EN LA FINANCIACIÓN DEL
VIAJE DE LA CRUZ AZUL.
6. Chinos
Zheng He
Fue un marino y explorador
chino, reconocidos por sus viajes
de exploración entre los años
1405 y 1433.
Sus exploraciones al sudeste asiático,
Indonesia, Ceilán, la India, el Golfo
Pérsico, la Península Arábiga y el este
de África hasta el canal de
Mozambique.
CONSECUENCIAS.
❖Consecuencias de los descubrimientos.
*Demográficas.
➢ La emigración a las colonias, que absorbería en adelante los excedentes de la población de europeos.
➢ El mestizaje racial, especialmente visible en Iberoamérica.
➢ La trata de esclavos negros, asentados en los países de clima tropical.
➢ El intercambio continental de enfermedades, que contribuyo al descenso de la población indígena.

*Económicas.
➢ Se produjo el desplazamiento de la actividad comercial dese el Mediterráneo hacia el Atlántico, provocando la crisis de los
puertos mediterráneos y el auge de otros como Sevilla, Lisboa, Londres o Amberes.
➢ Los metales preciosos que llegaban de América sirvieron para colmar la necesidad de medios de pago en Europa y
fomentaron la tendencia de las naciones al atesoramiento de oro, provocando, a su vez, un alza general de los precios.
➢ El comercio internacional se incremento por la apertura de nuevos mercados y la llegada de nuevas materias primas y
metales preciosos. El trasvase de productos realizados entre las dos orillas del Atlántico fue muy intenso.
➢ La ganadería americana, basada exclusivamente en la explotación de la llama, se transformo totalmente con la importación
de las especies conocidas en Europa.
*Económicas.
➢ El trigo, el café, la caña de azúcar, el olivo y el cáñamo, entre otros, fueron implantados en el nuevo continente. Por otra
parte, en Europa se implantaron el maíz y la patata.
*Sociales
➢ .Los valores propios de los pueblos europeos, junto con su lengua, su religión, su arte, su sentido del derecho y su forma de
concebir el mundo, fueron llevados a las nuevas tierras descubiertas.
➢ En América, la llegada de los europeos trajo consigo destrucción de las civilizaciones allí existentes y configuro un nuevo
tipo de sociedad en la que la población blanca adquirió una posición dominante.
➢ La ingeniería y las técnicas de navegación se desarrollaron ante el incremento de los viajes entre Europa y dichas tierras.
➢ A mediados del siglo XVI, la humanidad disponía de un conocimiento del mundo bastante completo y real; prácticamente
solo quedaban fuera de ese conocimiento las regiones polares y el interior de Australia y de África.
GRACIAS.
UNIVERSIDAD TECNICA DE AMBATO
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Y DE LA EDUCACION

CARRERA: PEDAGOGIA DE LOS IDIOMAS NACIONALES Y


EXTRANGEROS

SOCIALES
NIVELACIÓN
---------------------------------------------------------------------------------------
Investigación acerca de: LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
E INDEPENDENCIA DE AMÉRICA
---------------------------------------------------------------------------------------

NOMBRES: Francesca Mayorga


Jeimy Nuela
Gisela Oña
Fabricio Paca
AMBATO-ECUADOR
UNIVERSIDAD TÉCNICA DE AMBATO
Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación
Carrera de pedagogía en idiomas nacionales y extranjeros
Nivelación
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

ÍNDICE
La Revolución Industrial ................................................................................................................................ 4
Aparición y desarrollo de la Revolución Industrial ........................................................................................ 4
Causas ........................................................................................................................................................ 5
Cambios sociales, culturales, económicos .................................................................................................... 6
Aparición de la industria................................................................................................................................ 8
Principios fundamentales de la industria ...................................................................................................... 8
Producción en serie ................................................................................................................................... 9
Auge de la economía ................................................................................................................................... 11
Formación de nuevas clases sociales .......................................................................................................... 13
Burguesía ................................................................................................................................................. 13
Proletariado ............................................................................................................................................. 14
El desempleo, el trabajador pobre .............................................................................................................. 15
Ludismo ....................................................................................................................................................... 16
Consecuencias de la revolución industrial .................................................................................................. 18
INDEPENDENCIA DE AMÉRICA .................................................................................................................... 20
Situación de América Latina .................................................................................................................... 20
Causas de la Independencia ........................................................................................................................ 21
Causas internas ....................................................................................................................................... 21
Causas Externas ....................................................................................................................................... 21
Características generales del proceso independentista.............................................................................. 22
Las etapas ................................................................................................................................................ 22
Factores y protagonistas de los movimientos independentistas ................................................................ 23
Los primeros movimientos: 1808-1814....................................................................................................... 24
El proceso de Independencia ...................................................................................................................... 25
La Independencia de Suramérica ............................................................................................................ 25
Centroamérica y México ......................................................................................................................... 26
Perú, Nueva Granada y Venezuela .......................................................................................................... 27
La independencia de Brasil...................................................................................................................... 29

2
UNIVERSIDAD TÉCNICA DE AMBATO
Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación
Carrera de pedagogía en idiomas nacionales y extranjeros
Nivelación
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Consecuencias del proceso de independencia............................................................................................ 29


Económicas.............................................................................................................................................. 29
Sociales .................................................................................................................................................... 30
Políticas ................................................................................................................................................... 30
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................. ¡Error! Marcador no definido.
Revolución Industrial .................................................................................. ¡Error! Marcador no definido.
Independencia de America......................................................................... ¡Error! Marcador no definido.
ANEXOS ....................................................................................................................................................... 32

3
UNIVERSIDAD TÉCNICA DE AMBATO
Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación
Carrera de pedagogía en idiomas nacionales y extranjeros
Nivelación
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

La Revolución Industrial

Aparición y desarrollo de la Revolución Industrial

La Aparición de la industria a mediados del siglo XVIII produjo en Gran Bretaña varias
transformaciones económicas y sociales que dieron lugar a la revolución industrial. Fue la
primera de las grandes transformaciones de la Edad Contemporánea, y una de las más
importantes de la historia.
Inglaterra en aquel entonces, era un país que estaba bien preparado para generar un impulso
industrial sin precedentes, ya que poseía una agricultura prospera, un sector manufacturado
desarrollado, un importante comercio de ultramar, que le proporcionaba consumidores, materias
primas y capitales y un gobierno que apoyó la innovación técnica y el desarrollo de las industrias.
La revolución industrial termina con el sistema económico de la Edad Moderna, dinámico en sus
orígenes, pero que había adquirido mayor rigidez en los últimos siglos. La economía preindustrial
contaba con el predominio de una agricultura deficiente, era la principal actividad económica,
pero su rendimiento era muy pobre, las técnicas eran deficientes, elementos precarios, escasos
abonos para alimentar a la tierra, sistema de campo abierto, que perjudicaba la producción; con
una tecnología precaria, las formas de producción eran el pequeño taller artesanal, el sistema
doméstico o rural a domicilio y la gran manufactura urbana. Los medios de transporte eran poco
efectivos; y un estancamiento demográfico donde la población crecía a un ritmo muy lento. Las
tasas de mortalidad eran elevadas por la incidencia de las pestes, la hambruna y la inexistencia de
buenas condiciones médicas y sanitarias. Los alimentos eran insuficientes y el sistema de
transporte para su rápida distribución era deficitario.
En su base de economía fundamentalmente artesanal, el comerciante entregaba la lana a una
familia y ésta la hilaba, la tejía y devolvía a su patrón el producto terminado a cambio de una
suma de dinero. El trabajo manual fue remplazado por otro dominado por la industria y
manufactura de maquinaria.
Los principales rasgos de la Revolución Industrial habría que clasificarlos en tecnológicos,
socioeconómicos y culturales. Los cambios tecnológicos incluyen los siguientes: el uso de nuevos
materiales como son el hierro y el acero; de nuevas fuentes de energía como el carbón y nuevas
fuerzas motrices como la máquina de vapor. Se inventarán nuevas máquinas para hilar (spinning
Jenny) o para tejer (el telar mecánico) que permiten un enorme incremento de la producción con
un mínimo gasto de energía humana. También deben destacarse las importantes mejoras de los
transportes (trenes y barcos de vapor) y la creciente interacción entre la ciencia y la industria.
Estos cambios tecnológicos supondrán un vertiginoso incremento del uso de recursos naturales y

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de la producción en masa de bienes manufacturados. Fuera del campo industrial se producirán


también importantes cambios: mejoras en la agricultura que hará posible el suministro de
alimentos para una creciente población urbana, declive de la tierra como principal fuente de
riqueza con el creciente papel que irán tomando la industria y el comercio internacional. Entre los
cambios sociales y culturales son destacables el crecimiento de la población urbana, el desarrollo
de la llamada clase obrera y sus movimientos de protesta (el movimiento obrero), el espectacular
crecimiento de los conocimientos científicos y técnicos.

Causas

 Los principales factores fueron un acelerado crecimiento de la población, lo que significaba


más gente para trabajar en la industria, así como un aumento de la demanda de productos
manufacturados. Las razones de este crecimiento se debieron fundamentalmente al descenso
de la tasa de mortalidad, gracias a los avances en la medicina y en la higiene y en las mejoras
de alimentación.
 El comienzo de transformaciones agrícolas en Inglaterra, cuyos avances y eficacia hicieron
que se necesitara menos gente para las tareas agrícolas. Esa mano de obra desocupada quedo
disponible para el trabajo industrial.
 En Gran Bretaña en el siglo XVIII la actividad inventiva se desarrolló mucho más que en
cualquiera de los países del continente europeo. En ella se patentaron la mayor parte de las
máquinas que revolucionaron la industria y más tarde los transportes, y la historia de la
revolución industrial es en parte la de los hombres responsables de esos inventos.
 Hubo dos sectores que experimentaron los primeros cambios revolucionarios en la tecnología
y la organización económica: la industria del algodón y la del hierro. La primera pasó de tener
un papel insignificante a ser la principal actividad manufacturera, fue el primer sector que
utilizó máquinas en gran escala.
 El mercado externo se consolidó por el aumento del comercio de ultramar, pues Gran Bretaña
poseía la mayor flota naval., Inglaterra vendió sus manufacturas a América, África y el lejano
Oriente.
 Se considera que el papel del comercio de ultramar fue fundamental como impulsor de la
revolución industrial. Además se requirió capital, con el cual Inglaterra contaba en
abundancia, este provenía de las ganancias del mercado de ultramar y también del campo.
Comerciantes y propietarios invirtieron sus ganancias en la industria, compraron maquinaria
y abrieron fábricas.
 La nueva industria contó también con el apoyo del estado, se dictaron leyes que fijaban los
salarios máximos, nunca los mínimos; con esto favorecían la acumulación de capital de los

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empresarios industriales. El gobierno apoyo este crecimiento, a través de una política exterior
expansiva, medidas proteccionistas y un marco jurídico claro.
 La existencia en Gran Bretaña de suficientes recursos naturales, de carbón, que fue la
principal fuente de energía durante la revolución industrial. El desarrollo de las
comunicaciones terrestres y acústicas, que junto con las mejoras en el trasporte, permitieron a
Inglaterra comerciar con puntos distantes y lograr el control del comercio internacional.

Cambios sociales, culturales, económicos

Un considerable volumen de capital social ya estaba siendo constituido, en buques, instalaciones


portuarias y mejoras de caminos y canales. La política estaba engranada con los beneficios. Las
peticiones de los hombres de negocio podían encontrar resistencia en otros grupos de interés; los
agricultores iban a alzar una última barrera para impedir el avance de los industriales entre 1795
y 1846.Sin embargo, en conjunto se aceptaba que el dinero no sólo hablaba, sino que gobernaba,
todo lo que un industrial necesitaba adquirir para ser admitido entre los regidores de la sociedad,
era bastante dinero.
El hombre de negocios estaba en un proceso de ganar más dinero, pues la mayor parte del siglo
XVIII fue para toda Europa un período de prosperidad y de cómoda expansión económica.
Las primeras manifestaciones de la revolución industrial ocurrieron en una situación, en la que el
crecimiento económico surgía de las decisiones entrecruzadas de innumerables empresarios
privados e inversores, regidos por el imperativo de la época “comprar en el mercado más barato
para vender en el más caro”.
Gran Bretaña tenía una economía lo bastante fuerte y un estado lo bastante agresivo para
apoderarse de los mercados de sus competidores.
La indiferencia religiosa de los señores, combinada con el cumplimiento de los deberes rituales,
había sido corriente entre los nobles, aunque las damas, siguieron siendo muy devotas. Los
nombres cultos y educados podían ser creyentes en un ser supremo, sin embargo, su actitud
respecto a la religión era despectiva, casi la misma que si hubieran estado dispuestos a declararse
abiertamente ateos.
Filosóficamente se inclinaban al materialismo o empirismo. Para el liberalismo clásico el mundo
humano estaba formado por átomos individuales y con ciertas pasiones y necesidades, cada uno
de los cuales buscaba por encima de todo, las máximas satisfacciones y las mínimas
contrariedades. En su deseo de satisfacer sus intereses, cada individuo, encontraba útil o

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ventajoso entablar relaciones con otros individuos, y este complejo de útiles tratos constituía la
sociedad y los grupos políticos o sociales.

La felicidad del mayor número era el verdadero designio de la sociedad.


En forma opuesta a este pensamiento se encontraba el utilitarismo puro, que reducía las
relaciones humanas que se mostraban en el liberalismo clásico, limitado en el siglo XVII a
algunos filósofos como Thomas Hobbes, cuyas obras fueron recogidas por los utilitaristas
británicos. Había mostrado que el interés propio, que justificaba una mayor interferencia de lo
que era agradable en la <natural libertad> del individuo para hacer lo que quisiera y guardase lo
que ganara. El interés propio impedía cualesquiera limitaciones a priori sobre el poder del estado.
Una filosofía que eliminaba la moral y el deber al reducirlos a cálculo racional, podía debilitar el
sentido de la disposición eterna de las cosas entre los pobres ignorantes sobre los cuales
descansaba la estabilidad social. Por razones como estas, el utilitarismo nunca monopolizó la
ideología de la clase media liberal. John Locke declaraba a la propiedad privada un derecho
natural.
El progreso de la ciencia no es un simple avance lineal, pues cada etapa marca la solución de
problemas previamente implícitos o explícitos en ella, planteando a su vez nuevos problemas.
En Inglaterra, las mayores industrias era la textil algodonera y la del carbón, hierro, el ferrocarril
y la naviera. Los conocimientos que las revolucionaron fueron los de los hombres empíricos. El
héroe de la revolución del ferrocarril británico fue G. Stephenson, quien no era un científico culto
sino un hombre intuitivo, un súper artesano más bien que un técnico.
La ciencia se benefició con la educación científica y técnica. Aquí fue clarísima la influencia de
la doble revolución.
La época revolucionaria engrosó el número de científicos y eruditos y extendió la ciencia en
todos sus aspectos. Vio al universo geográfico de la ciencia ensancharse en dos direcciones. En
primer lugar, el progreso del comercio y la explotación abrió nuevos estudios científicos y
estimuló el pensamiento sobre ellas. En segundo lugar, el universo científico se ensanchó para
abarcar poblaciones y países que hasta entonces sólo le habían aportado contribuciones
insignificantes.
La química fue la más ligada a las prácticas industriales. Tanto esta ciencia como la física, fue
una ciencia prominentemente francesa.
La aplicación de los métodos matemáticos a la sociedad realizó otro gran avance.

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Las ciencias sociales fueron revolucionarias, lograron algo nuevo y original, el descubrimiento de
la historia como un proceso de evolución lógica y no sólo como una sucesión cronológica de
acontecimientos.
Las teorías evolucionistas habían hecho progresos en el estudio de la sociedad. El período de la
doble revolución pertenece a la prehistoria de casi todas las ciencias sociales.
J. S. Mill fue el primero en reclamar la psicología como una ciencia. Se fundó en Francia y en
Inglaterra al mismo tiempo, sociedades etnológicas especiales para estudiar las razas humanas.
Gran Bretaña se convirtió en el país geológico por excelencia.

Aparición de la industria

Industrialización: proceso mediante el cual una formación social caracterizada por unas
relaciones de producciones pre capitalista, basada en una economía agricultora, experimenta un
conjunto de transformaciones que se desembocan en un nuevo modo de producción, capitalista o
de transición al socialismo. Desde un punto de vista económico, lleva consigo modificaciones
sustanciales en la participación de los diversos sectores en la formación del PNB (Producto
Nacional Bruto), en la distribución de la mano de obra y en la participación de diversas industrias
en el sector industrial, ofreciendo trabajo a la mayoría de la población.
Sus características son el abandono del medio rural por amplias capas de población en busca de
trabajo a las ciudades; expansión y crecimiento de las urbes en torno a las cuales se instalan las
grandes empresas industriales; emergencia de la burguesía como clase social detentadora de los
medios de producción y que defenderá el liberalismo en la creación de empresas y el comercio;
aparición de la cultura del proletariado y, con ella, del movimiento obrero que encuentra su
expresión sociológica y filosófica en el marxismo; progresiva desaparición de los modelos
ilustrados y de la nobleza como detentadores de la titularidad de los recursos económicos y del
poder político.

Principios fundamentales de la industria

Con la revolución industrial los empresarios debieron afrontar los problemas de un mercado en
constante ampliación. Producir más a menores costos y tiempo. El trabajo de varios operarios fue
sustituido por la introducción de la máquina. Los artesanos se convirtieron en trabajadores a

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sueldo en las fábricas. Y a su vez la concentración de ellos en los establecimientos fue


acompañada por la fragmentación del proceso productivo, en la cual cada trabajador realizaba
solo una parte del trabajo empleando maquinarias. Esto contribuyó a la aceleración del proceso
de la división del trabajo. La reducción de personal fue la cara oscura de la producción
automatizada.
En las nuevas formas de organización del trabajo vemos que en el interior de la planta se mueven
equipos que tienen a uno de los obreros como líder y todos conocen el trabajo de los demás. Se
trata de trabajadores calificados y capaces de realizar distintas funciones, operar distintas
máquinas, hacer registros estadísticos y controles de calidad, de este modo, los jefes y
supervisores fueron reducidos o eliminados. En este modo de organizar el proceso de trabajo los
obreros son responsables por la cantidad y calidad de su producción y de la toma de decisiones.
Los obreros son jóvenes, no tienen experiencia sindical y se adaptan a los cambios. Sus
sugerencias para reducir costos son tenidas en cuenta, lo cual los hace sentir protagonistas en el
proceso de producción.
Gracias a revolución industrial las regiones se pueden especializar, sobre todo, debido a la
creación de medios de transporte eficaces, un mercado nacional y otro internacional, lo más libre
posible de trabas arancelarias y burocráticas.

Producción en serie

La utilización del vapor permitió ampliar la producción en serie. Aparecieron las grandes fábricas
y paralelamente fue desapareciendo la mayor parte de los artesanos, que fueron convirtiéndose en
obreros.
Como lo ilustra la industria del algodón, esta industria disfrutaba de inmensas ventajas. La
mecanización aumentó mucho la productividad de los trabajadores, muy mal pagados y en gran
parte mujeres y niños. Pero por encima de todos, el mayor costo fue drásticamente rebajado por
la rápida expansión del cultivo de algodón en Estados Unidos después de inventar Eli Whitney.
Los empresarios gozaban de la bonificación de una inflación, la tendencia general de los precios
a ser más altos cuando vendían sus productos que cuando los hacían.
Después de 1815 estas ventajas se vieron neutralizadas por la reducción del margen de ganancias.
La revolución industrial y la competencia causaron una constante y dramática caída en el precio
del artículo terminado, pero no en los diferentes costos de la producción. En segundo lugar, el
ambiente general de los precios era de deflación, las ganancias padecían una ligera baja.

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La situación general en toda la industria británica, no era del todo pesimista. 1< Las ganancias son
todavía suficientes para permitir una gran acumulación de capital en la manufactura>. Las ventas
totales seguían ascendiendo, el total de ingresos ascendía también, aunque la unidad de ganancias
fuera menos. Se necesitaba llegar a una expansión astronómica y sólo podía lograrse reduciendo
los costos de los jornales, el cual era el que más se podía comprimir.
Comprimirse por una reducción directa de jornales, por la sustitución de los caros obreros
expertos por mecánicos más baratos, y por la competencia de la máquina. Redujo el saldo
semanal de los trabajadores a un total de cuatro chelines y penique y medio. Pero había límite
fisiológico a tales reducciones, si no se quería q los empleados murieran de hambre, como les
ocurrió a quinientos mil tejedores manuales. Manchester se convirtió en el centro de una
desesperada y creciente oposición militante al terratenientismo en general.
Así pues, la industria se veía obligada a mecanizarse, a racionalizarse y a un aumentar sus
producciones y sus ventas.
Transformaciones socio-económicas en Inglaterra, como resultado de la revolución industrial.
Esta fue el motor que impulsó al capitalismo, la acumulación de capital hizo posible, el aumento
progresivo de la generación de capitales.
Nuevas relaciones sociales de producción. El sistema industrial capitalista, al tener como
propósito esencial el afán de lucro y el constante incremento de capitales, dio origen a que el
trabajo humano se considerara como una mercancía que podía comprarse con el pago de un
salario
Podríamos mencionar como las características más sobresalientes de la primera revolución
industrial respecto a la economía, los nuevos inventos tecnológicos en las actividades
productivas, tales como la suplantación del trabajo textil manual en industrial; la consolidación
de la industria capitalista y el carácter colectivo de la producción. También podemos destacar el
crecimiento acelerado de la población urbana, los movimientos migratorios y paralelos a esto el
surgimiento de una nueva estructura social, simultáneamente se produjo un crecimiento de la
agricultura, como fuente de recursos alimentarios.
La revolución industrial hizo posible como nunca antes el aumento progresivo de la generación
de capitales contando con nuevas relaciones sociales de producción. El trabajo humano paso a
considerarse como una mercancía que podía comprarse con un salario.
Como consecuencia de estas modificaciones surgieron dificultades de los trabajadores para
adaptarse a la nueva vida en las ciudades industriales. Se Difundieron las innovaciones
tecnológicas a los países que reunieron los requisitos socioeconómicos y políticos para
industrialización: Holanda, Francia, Estados Unidos, Bélgica y Alemania.

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Auge de la economía

El interés egoísta, mueve a la iniciativa privada para que, ejerciendo la libertad de empresa,
produzca los artículos que la sociedad requiere para satisfacer sus necesidades y los ponga en
venta, con el interés, limitado por el interés de los demás, era el medio aumentar sus capitales.
La competencia, es un elemento fundamental en la economía capitalista: si el productor de un
determinado articulo fuera una sola persona o empresa, podría elevar sus ganancias sin medida;
sin embargo, surgen otros productores alentados por los beneficios que el primero obtuvo, y al
tratar de conseguir compradores, ofrecen un producto de mejor calidad y, sobre todo, más barato.
Resulta entonces que el primer productor se ve obligado a reducir sus precios y utilidades y,
obviamente, a tratar de superar la calidad de los artículos. De esta manera, “en forma natural” se
llega de un nivel razonable de precios, el cual impide el abuso del producto y beneficia al
consumidor.
La oferta de la ley y la demanda se basa en el postulado de que en ninguna necesidad humana es
absolutamente limitada; esto es, que llegado un punto en que la necesidad del consumidor se
satisface por completo, esta deja de existir como tal y, por lo tanto, la sociedad no puede requerir
de un volumen limitado de determinado articulo dentro de un periodo determinado. Es por eso
que aun cuando el número de productores su hubiera multiplicado excesivamente en u renglón
especifico y pudieran aumentar en forma desmedida su capacidad de producción, llegará un
momento en el que no habrá quien compre todo lo que producen y se verán forzados, para que su
empresa sobreviva, a reducir tanto los precios como la producción, hasta dedicarse a otros
campos de actividad productiva, lo cual resulta benéfico para la sociedad por cuanto contribuye a
la diversificación de la economía.
Esta ley opera asimismo en las relaciones entre el capital y el trabajo porque la capacidad de
trabajo de los obreros es equivalente a las mercancías en el sentido de que al igual que estas, el
trabajo tiene un valor y puede ser vendido por los obreros y, por consiguiente, está sometido
también a la ley de la oferta y la demanda. Así, cuando la demanda permite a los productores
elevar los precios de las mercancías y obtener cuantiosas ganancias, su “interés natural” los
alienta para aumentar la producción y, en consecuencia, se ven en la necesidad de contratar un
mayor número de obreros, a los que tendrán que pagar salarios más altos.
En las economías capitalistas se opera un fenómeno de concentración del capital y de la
producción de manera que el número de empresas disminuye, en tanto que la producción crece
considerablemente. Esa concentración se debió a dos factores principales: en primer lugar, la
adquisición y el mantenimiento de las nuevas máquinas creadas por el progreso técnico

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representaban gastos muy grandes que sólo las empresas más fuertes podían costear; el segundo
factor, muy relacionado con el primero, se refiere a la búsqueda de máxima rentabilidad, esto es,
de mayores utilidades para el empresario, la cual solamente podrían lograr las empresas de
grandes dimensiones, capaces de sacar mayor provecho de los recursos, empleando maquinaria
más moderna que aumenta la productividad del trabajo y, en consecuencia, disminuyera los
costos de producción.
Esta situación ponía en desventaja a las empresas pequeñas, que se iban rezagando en la
obtención de utilidades y eran las más afectadas cuando ocurrían crisis económicas, incluso
llegaban a desaparecer por no estar en condiciones de competir con las grandes empresas. Estas
fueron absorbiendo los mercados y controlando la producción, y propiciaron con ello un elevado
nivel de concentración, que condujo al surgimiento del monopolio capitalista, el cual consiste en
una situación de mercado en la cual la producción y venta de un artículo específico están
dominadas por una sola empresa cuyo poder económico le permite absorber a los competidores.
Las condiciones que caracterizan al monopolio puro se consideran completamente opuestas a las
de la competencia perfecta descrita por Adam Smith. Al no existir competidores, la empresa
monopolista está en posibilidades de imponer sus reglas en cuanto a precios, calidad de los
productos y condiciones de venta; en consecuencia, los consumidores no tendrán más alternativa
que aceptar esas condiciones de mercado al adquirir los productos requeridos para satisfacer sus
necesidades.
La concentración monopolista se dio también en el sistema bancario al producirse la función del
capital bancario y el capital industrial. Desde la fase anterior al proceso de industrialización, si
había operado un cambio en la función de los bancos, que habían dejado de ser modestos
intermediarios de los pagos para convertirse en socios capitalistas. Al irse incrementando las
operaciones bancarias con el desarrollo industrial de los países europeos y de Estados Unidos en
el último tercio del siglo XIX, se formaron poderosos consorcios financieros que manejaban casi
todo el capital monetario de los empresarios, y absorbían a los pequeños banqueros que no tenías
la capacidad requerida para competir con ellos. Para comienzos del siglo XIX los grandes grupos
financieros de las potencias occidentales controlaban todo el mecanismo de la economía
capitalista al centralizar capitales e ingresos monetarios, y es en esos momentos cuando comienza
a cobrar mayor importancia la alianza entre los banqueros y los grandes empresarios, que
fusionan ambos capitales, el bancario y el industrial, mediante la adquisición de las acciones de
las empresas por parte de los banqueros o bien ocupando algunos de ellos puestos directivos en la
administración de las mismas.

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Formación de nuevas clases sociales


Burguesía

Con la industrialización en Inglaterra se desarrolló una sociedad más compleja, pero, sobre todo,
se creó una estructura social nueva y más dinámica.
La Revolución Industrial provoca que la sociedad inglesa deje de estar constituida por
estamentos, grupos cerrados determinados en gran medida por el nacimiento y con una función
prescrita todavía por la tradición feudal, para convertirse en una sociedad integrada por clases
sociales, grupos abiertos determinados por una actividad económica y los ingresos que ésta les
otorga. El dinero llega a ser un elemento esencial para ubicar a las personas en los diferentes
niveles de la sociedad.
La burguesía rica, culta y emprendedora había dado impulso a la revolución técnica y continuaba
acumulando grandes fortunas.
En el nuevo mundo industrial, los empresarios, los banqueros, los grandes propietarios agrícolas,
en resumen, la burguesía, se convirtió en la nueva clase dominante, en la elite del cuerpo social.
De este grupo social surgió la inmensa mayoría de las elites científica: Los ingenieros, los jefes
de las instituciones y las empresas, constituyéndose auténticas dinastías familiares en cada uno de
los países.
Este grupo de nuevos privilegiados monopolizó el poder económico. Estaban plenamente
representados en los gobiernos de los países en los que se implantó el capitalismo, y el sufragio
censatario permitirá que los diputados y los dirigentes políticos surjan esencialmente de esas
nuevas elites originadas de la alianza entre la vieja aristocracia y la nueva burguesía.Su enorme
riqueza les permitirá una brillante vida social.
Alrededor de las elites burguesas nació una importante clase media. Al lado de sus
representantes tradicionales, las clases medias agruparon a toda una serie de categorías sociales
que fueron adquiriendo importancia con el desarrollo industrial. Este grupo social, que no
ejercía trabajos manuales, intentó diferenciarse de los obreros y campesinos en sus vestidos y
sus costumbres. Muchos de los ellos hicieron estudiar a sus hijos, como método de ascenso
social, e imitaron los modelos familiares y culturales burgueses.

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Proletariado
Los pequeños propietarios se vieron obligados a vender sus posesiones, porque carecían de
medios para cercar las propiedades los campesinos más pobres, que solo tenían cabezas de
ganado y vivían trabajando las tierras de otro, al cercarse las tierras, perdieron la posibilidad de
mantener sus animales y tuvieron que venderlos. Emigraron entonces a las ciudades. La
población rural que comenzó a vivir en las ciudades se transformó en mano de obra libre y barata
para las industrias de la ciudad. Con esto, la industria pudo contar con gran cantidad de brazos
para su trabajo.
Por los caminos pululaban mendigos y vagabundos, pero preferían la oscuridad al trabajo. En
todas partes la autoridad toma medidas enérgicas para reducir su número, y al mismo tiempo
beneficiar a las nuevas industrias con esta mano de obra. El fenómeno tiene un carácter universal
en el primer periodo de industrialización. La destrucción de las comunidades rurales tradicionales
era ya un hecho consumado. El reclutamiento de la fuerza obrera para aquella se torna, no una
movilización de elemento que ya han roto sus lazos con el campo, sino una destrucción de los
lazos colectivos de la comunidad.
Los rodeos del proceso de industrialización tanto en el pasado como en nuestros días constituyen
una amplia gama, desde los “poor laws”, las casas de trabajo forzado para los vagabundos; hasta
los ensayos de transferir al trabajo industrial por lo menos parte de la fuerza obrera todavía vivía
en el cuadro tradicional del campo.
La plaga de la desmoralización de la clase obrera en vías de formación pasa por una pequeña
comunidad, en donde el simple lazo social es al mismo tiempo un lazo de control social, un
control indagador, que husmea por todas partes, sin reparos de ninguna clase, a veces cruel,
siempre eficaz. En una pequeña comunidad todo el mundo se conoce, todos se mezclan en los
asuntos de todos, cada cual sabe que su vecino se mete en lo suyo. La buena conducta de las
jovencitas, la aptitud de los muchachos para el trabajo, son discutidas por todo el mundo. Esta
presión de la opinión pública forma desde la infancia al miembro de la comunidad, llevado de
golpe a una gran aglomeración donde no conoce a nadie ni nadie lo conoce, se siente libre de toda
constricción social.
En la sociedad industrial el obrero también “trabaja para vivir” y aún cien veces más que su
predecesor. Nunca el reparto de las horas del día en “work” y en “leisure” ha sido tan riguroso
como en la sociedad industrial, y es precisamente ese reparto lo que el candidato obrero de la
sociedad preindustrial, en los comienzos de la industrialización.

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El desempleo, el trabajador pobre

El rico solía tratar al pobre con caridad, y el pobre vivía sencillamente, pues en aquellos días los
órdenes más bajos necesitaban menos que hoy.
Pero incluso ese modesto lugar en el orden social parecía que iba a serles arrebatado. La sociedad
burguesa, siempre unida a la inhumanidad. Como procedimiento de aliviar la pobreza, la caridad
cristiana era tan mala como inútil, en los Estados Pontificios, en los que abundaba.
Había trabajadores que hacían los posible por unirse a la clase media y por seguir los preceptos
de austeridad, de ayudarse y mejorarse a si mismos.
Las ciudades y zonas industriales crecían rápidamente, sin plan ni supervisión. Faltaban
abastecimientos de agua, sanidad y viviendas para la clase trabajadora. La consecuencia de este
abandono fue la reaparición de grandes epidemias de enfermedades contagiosas. El desarrollo
urbano fue un proceso de segregación de clases, que empujaban a los nuevos trabajadores pobres
a grandes concentraciones de miseria alejadas del centro del gobierno y negocios.
La bebida no era la única muestra de desmoralización. El infanticidio, prostitución, suicidio y
desequilibrio mental han sido relacionados con aquel cataclismo económico y social. Tanto el
aumento de criminalidad como el de violencias, eran una ciega afirmación personal contra las
fuerzas que amenazaban con destruir a la humanidad.
Todas estas desviaciones de la conducta social tenían algo en común entre ellas. Eran tentativas
para escapar del destino de ser un pobre hombre trabajador, o algo al menos para aceptar u
olvidar la pobreza y la humillación.
Grandes masas de poblaciones permanecían al margen de las nuevas industrias, como un sustrato
constante de pobreza y desesperación.
La fase inicial de la revolución industrial no impulsó a todos los trabajadores hacia las factorías
mecanizadas. Por el contrario, en torno a los pocos sectores mecanizados y de producción en gran
escala, se multiplicaba el número de artesanos preindustriales.
El trabajador era explotado y empobrecido por el rico, que se hacía más rico mientras el pobre
más pobre. El mecanismo social de la sociedad burguesa era cruel, injusto e inhumano. <No
puede haber riqueza sin trabajo>2. El trabajador es la fuente de toda riqueza.
El movimiento obrero proporcionó una respuesta al grito del hombre pobre. Lo nuevo en el
movimiento obrero de principios del siglo XIX era la consciencia de clase y la ambición de clase.
No era el pobre el que se enfrentaba al rico, la clase trabajadora, obreros o proletariado, se

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enfrentaba a patrones o capitalistas. La revolución industrial imprimió en ella la necesidad de una


movilización permanente. Se requería la vigilancia continua y actividad del <movimiento>:
sindicatos, sociedades mutuas y cooperativas, instituciones laborales, periódicos, agitación.

En la década de 1830-1840 ya existía la conciencia de clase proletaria y las aspiraciones


sociales. La conciencia jacobina, o sea, la serie de aspiraciones, experiencias, métodos y
actitudes morales que la revolución francesa infundió en los confiados pobres. Tanto el rico
como el pobre trataban de asimilarse a la gran masa, o sea, el proletariado o clase trabajadora.
Los primeros sindicatos (Trade Unions) los formaron casi invariablemente impresores,
sombreros, sastres, etc.
Los hombres que adoptaron las doctrinas cooperativas de Owen eran, en su mayor parte,
artesanos, mecánicos y trabajadores manuales.
Sólo en Inglaterra los nuevos proletarios habían empezado a organizarse. Fuera de Inglaterra,
los trabajadores de las fábricas y las minas eran todavía en gran parte más víctimas que agentes.
El movimiento obrero era una organización de autodefensa, de protestas, de revolución. Pero
para el trabajador pobre era una norma de vida. El movimiento les exigía uniforma de vivir
diferente. La unión en general de 1834-1835 fracasó. Lo que mantenía firme el movimiento era
el hambre, la desgracia, el odio y la esperanza. Y lo que lo derrotó, tanto en Inglaterra cartista
como en el continente revolucionario de 1848, fue que los pobres carecían de la organización y
la madurez capaz de hacer de su rebelión algo más que un momentáneo peligro para el orden
social.

Ludismo

El ludismo fue un movimiento encabezado por artesanos ingleses en el siglo XIX; que
protestaron entre los años 1811 y 1816 contra las nuevas máquinas que destruían el empleo
La aparición de las fábricas, en el siglo XVIII, como consecuencia de la Revolución Industrial,
cambio la vida de los trabajadores que se convirtieron en rehenes de esas máquinas, que los
obligaban a permanecer interminables jornadas labor, en lugares insalubres por una paga
miserable, y habitando en barrios sucios y contaminados.

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Buscaron, a partir de la segunda década del siglo XIX, un culpable para sus desgracias y hallaron
dos responsables: los patrones y las máquinas. Los que entraron en la nueva tecnología aplicada a
la producción la causa de sus males, se llamaron ludistas, por basarse en la ideología del inglés
Nedd Ludd, dirigida a la destrucción de las maquinas, cuando, según la leyenda popular en 1779,
se deshizo de un telar mecánico que representaba para él, la fuente de sus desgracias.
Amparados por la oscuridad nocturna, y ocultos tras máscaras, los obreros comprendieron que
sólo luchando unidos, podrían conseguir ser tenidos en cuenta como seres humanos, y nos
simples operarios generadores de ganancias, para los patrones capitalistas. Estos debieron
soportar pérdidas que ascendieron aproximadamente a cien mil libras, en Inglaterra.
El enigmático Capitán Ludd, era quien firmaba las proclamas y petitorios hacia el gobierno
para lograr reivindicaciones laborales, en una época en que la expresión “Derechos
Laborales”, era utópica. El progreso y la rapidez que significaba el trabajo industrial,
representaba para los humildes asalariados, una marcha también veloz, hacia su propia
destrucción moral y material.
El movimiento ludista nació en Inglaterra, cuna de la Revolución Industrial, pero pronto se
extendió por toda Europa, como los sucesos de Cataluña o la destrucción de los telares de
Arcoy, en España, ocurrido en 1820.
En Nottingham, ciudad del Reino Unido, una manifestación obrera iniciada el 12 de Abril de
1811, fue violentamente reprimida, y más de cincuenta máquinas, pertenecientes a William
Cartwright, destinadas al tejido de medias, fueron destruidas por los trabajadores como represalia
a la brutal acción contra su reclamo de trabajo, y de hacerlo en dignas condiciones. En
Lancashire, Yorkshire, Leicester, Cheshire, y Derby se vivieron situaciones similares. Más de
diez mil soldados ingleses, al mando de Thomas Maitland, fueron destinados a impedir la
rebelión obrera.
En 1813, dieciocho miembros del ludismo fueron ejecutados en la horca por el gobierno,
acusados de ser peligrosos para el estado, por aplicación de una ley promulgada por el
Parlamento, a la que solo se opuso Lord Byron. Dicha norma legal había establecido pena de
muerte para los que destruyeran las fábricas, o elementos de trabajo contenidas en ellas.
El 16 de agosto de 1819, las fuerzas obreras celebraron un motín en el campo de San Pedro. Las
fuerzas de caballería pusieron fin a la vida de once personas y cuatrocientas resultaron heridas,
pero lograron un éxito: derogar la ley que impedía las coaliciones obreras.
Por ese entonces, surgieron los movimientos sindicales (Trade Unions) y los Partidos Social-
demócratas, que redujeron hasta casi hacer desaparecer el ludismo, que en realidad no atacaba las
causas reales del problema. La lucha estaría dirigida a partir de entonces, contra los dueños de las
fábricas.

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En 1836 se fundó la Asociación Obrera de Londres, que inició una lucha llamada cartismo,
realizado peticiones al gobierno que fueron rechazadas.
Actualmente se ha puesto en boga el término ludista, designado a quienes se oponen al gran
crecimiento tecnológico, acusado de deshumanizar a la población, contaminar el ambiente y
alejarnos de la vida natural.

Consecuencias de la revolución industrial

 Fue gracias a la tecnología, a la introducción de las máquinas a la industria, que se realizó la


Revolución Industrial, también influyó el hecho del crecimiento demográfico, disminuyó la
mortalidad, la gente se empezó a concentrar en los centros urbanos, y fue así como surgió el
urbanismo.

 La ciencia nunca había parecido más triunfal; los conocimientos nunca habían sido más
vastos. Los inventos alcanzaban cada año cimas más sorprendentes.
 La gran mayoría de los habitantes del mundo seguían siendo campesinos como antes, aun
cuando hubiera algunas zonas en donde ya la agricultura era la ocupación de una pequeña
minoría y la población urbana estaba a punto de superar a la rural.
 Surge así, una nueva historia de la civilización occidental. Económicamente, se imponen la
industrialización y el capitalismo; socialmente, predomina la burguesía y surge el
proletariado; políticamente se consolida el liberalismo político bajo la forma de monarquía
constitucional; ideológicamente, prevalecen el racionalismo y el sentido crítico; la
industrialización, se difundió por los países europeos y los Estados Unidos; la explosión
demográfica, se produce en los países industrializados, resultado de adelantos higiénicos y
médicos. El crecimiento de la población benefició a la industria y favoreció la inmigración
hacia otros países.
 En la revolución agrícola: Inglaterra realizó notables progresos; introdujo la siembra de
plantas de origen americano (maíz, papa), estableció las faenas agrícolas, aplicó abonos y
fertilizantes. Con esta revolución se permitió garantizar el suministro de los alimentos y mano
de obra necesaria para las ciudades, se empezaron a usar las máquinas, la producción de los
alimentos fue creciendo, también para así abastecer a la creciente población.
 En el desarrollo Comercial: el comercio se intensificó, los países industrializados vendían
mercancías y adquirían materias primas, se incrementaron el comercio, las comunicaciones y
los transportes. De forma más general la revolución industrial provocó: que la industria
progresara, y que la producción se hiciera en serie. Los precios de los productos bajaron. Se
formaron dos clases sociales: Burguesía: Compuesta por los dueños de fábricas y grandes
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comerciantes y los Proletariados: Compuesta por obreros. Hubo desempleo, porque con las
máquinas no eran necesarios tantos trabajadores, a su vez aumentó la delincuencia y algunos
obreros culparon a las máquinas de ser la causa de desempleo y las destruyeron. Esto se
llamó "Ludismo" porque el jefe de éste movimiento fue Ned Ludd.
 La burguesía explotó a los proletariados. Y para su defensa los proletariados formaron
organizaciones llamadas "Trade Unions" (sindicatos, para defender sus derechos). Fueron
logrando que la jornada de trabajo diario se fuera reduciendo, que se le pagara un salario
adecuado y que se le diera derecho a huelga. En la economía hubo un gran auge porque
surgieron los grandes capitales, las operaciones financieras y los cambios.
 Fue un proceso económico continuo y acelerado y, al mismo tiempo, recíproco ya que la
innovación en un sector repercutía a los demás. Este cambio colocó a Gran Bretaña a la
cabeza de los países industrializados del mundo. Pronto, los resultados se hicieron notar
aumentando enormemente la producción, abaratando los costes y permitiendo comercializar
más lejos la producción gracias a la revolución de los transportes.
 A mediados del siglo XIX era el mayor productor de carbón y de hierro, empleaba las
técnicas más avanzadas, tenía la renta nacional más alta, poseía la red más densa de
ferrocarriles y la Armada más poderosa. El sector predominante de la economía pasa a ser la
industria, centrándose en tejidos, siderurgia y ferrocarriles. La lana queda desplazada por el
algodón, hay una renovación técnica agrícola favorecida por las nuevas máquinas y las
nuevas fuentes de energía (carbón, hierro) siendo el segundo sector de crecimiento.
 La producción de bienes pasó de ser una artesanía, que se producía familiarmente, a una
industria, realizado por más gente, había más producción de bienes y era más económico.
 La subida al poder de la burguesía a través de la revolución económica, social y política que
efectuó con una creciente conciencia de su papel y de su fuerza y la formación paralela de la
clase trabajadora, la cual, creada por la actividad industrial de la burguesía, alcanzó
gradualmente las formas y valores de una clase social al adquirir, a su vez, conciencia de
clase. Aunque coparticipes en el crecimiento de la economía, la clase burguesa y la clase
trabajadora pronto chocaron por la radical oposición de sus intereses materiales y sus
conspiraciones sociales, políticas o culturales.
 Los burgueses disfrutaban verdaderos privilegios sociales y materiales en comparación con el
resto de la sociedad, particularmente con respecto a la masa campesina.

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INDEPENDENCIA DE AMÉRICA

Situación de América Latina


En el conjunto de América Latina encontramos dos grandes espacios. Uno bajo dominio
portugués (aproximadamente el actual Brasil) y otro bajo dominio español (Hispanoamérica). El
territorio español se dividía en cuatro virreinatos (Nueva España, Perú, Nueva Granada y Río de
la Plata, al frente de los cuales
había un virrey) y cuatro capitanías generales (Guatemala, Cuba, Venezuela y Chile, al frente de
las cuales estaba un capitán general). Junto a ellos las intendencias (para el control de los
ingresos reales y el abastecimiento de los ejércitos), las audiencias (ejercicio de la justicia) y los
obispados y arzobispados (dimensión religiosa). Todo este entramado administrativo estaba en
manos de peninsulares, siendo escasa la presencia de criollos.3
Los indios en Hispanoamérica conservaron sus tierras por las que tributaban al rey. La
legislación les había protegido evitando su conversión en esclavos. Los negros eran una
población menor (10%) en Hispanoamérica siendo más elevada en Brasil. Eran mano de obra
esclava, aunque desde mediados del XVIII fue aumentando el número de libertos. Indios y
negros formarán parte de los ejércitos de independencia, tanto en el bando realista como en el
independentista.
Económicamente América Latina producía materias primas con destino a Europa y compraba
productos manufacturados. Todo este comercio debía pasar por España, que se beneficiaba de las
cargas tributarias que tal comercio generaba. Pero el desarrollo industrial de Inglaterra y Francia
convirtieron a América Latina en un enclave necesario para ampliar su mercado y potenciar su
desarrollo industrial. La debilidad de la marina española y de su armada, acentuada tras la derrota
de Trafalgar, conllevaba la incapacidad de España para responder a las crecientes demandas de
tráfico marino, a la vez que, cada vez más, navíos de diferentes naciones decidían comerciar
directamente sin pasar por España. Esta situación uniría los intereses americanos e ingleses
durante la invasión napoleónica de España, favoreciendo los procesos de independencia.

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Causas de la Independencia
Repasando lo expuesto en el apartado anterior podemos tener ya un panorama claro de las
causas que motivaron la independencia de las colonias americanas. Tradicionalmente estas
causas se han dividido entre internas (a las que hemos aludido) y externas.

Causas internas
• el menosprecio de la Corona hacia la población criolla, que estaba apartada de las
grandes decisiones políticas. Los criollos accedían a los puestos inferiores de la
administración, pero no a los más elevados reservados a los españoles. A pesar de su
poderío económico y de ser descendientes de españoles se veían mermados en sus
capacidades políticas.

• el monopolio mercantil en favor de España, perjudicando los intereses comerciales y


empresariales de la población criolla. Los esfuerzos económicos de la población residente
en América sólo servían para incrementar los ingresos de la Hacienda española.

• una administración que anteponía los intereses de España a las necesidades de los
habitantes de las colonias y que, fácilmente, caía en la corrupción y el nepotismo.

• una diversidad racial que llevaba aparejada la exclusión y sometimiento de partes


importantes de la población, sobre todo de los indígenas y negros, aunque también de la
población mestiza.

Causas Externas
• el ejemplo de la independencia de los EE. UU: Ponía de manifiesto que unas colonias
podían sacudirse el poder de la metrópoli y que la independencia era algo posible.

• la introducción de las ideas ilustradas y de la revolución francesa: Dimensionaron las


demandas económicas de los criollos al situarlas en un plano político y de autonomía
nacional y personal. El protagonismo demandado por los criollos y la liberalización

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económica demandada, adquirió una versión política plasmada en un liberalismo


independentista.

• la creciente economía inglesa con su desarrollo industrial y la necesidad de nuevos


mercados, junto al nuevo marco bélico europeo tras la llegada al poder de Napoleón,

Características generales del proceso independentista


Aunque el proceso va a ser distinto en cada uno de los virreinatos americanos, no por ello dejan
de compartir una serie de características, entre las que podemos destacar:
-fue un proceso protagonizado por las minorías criollas y blancas, en el que la población
indígena se vio relegada.

 Tuvo el proceso un carácter autoritario y caudillista, no promoviendo un cambio


social, sino un cambio en la titularidad del poder.
 Fue un proceso largo y complejo, en el cual no sólo se luchó contra los españoles,
sino que también se produjeron enfrentamientos entre los propios americanos.
 La estrecha relación entre el proceso de independencia y la evolución de España:
ya que la invasión francesa será aprovechada para proclamar la independencia,
mientras que la vuelta al absolutismo por parte de Fernando VII impulsará el
liberalismo en América. Por último, las tropas que en 1820 se levantan en España
contra el absolutismo de Fernando VII y a favor de la Constitución de Cádiz,
estaban destinadas a América para sofocar las rebeliones. El que esas tropas no
llegasen a América facilitará la definitiva independencia.

Las etapas
La invasión de España, por parte de los franceses, provocará que las colonias americanas tomen
el poder en sus manos, evitando caer en manos francesas. Para ello tuvieron que oponerse a las
autoridades nombradas desde España, que permanecían fieles a Cádiz. En este proceso podemos
distinguir dos modelos: uno el iniciado en las capitales, protagonizado por las élites blancas que
luego se extiende al mundo rural y otro de origen campesino y popular, que se vivió en México.
En el primer modelo los cabildos metropolitanos asumieron el poder, destituyendo a las
autoridades españolas y formando Juntas de gobierno. Más adelante estas Juntas convocarán

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congresos constituyentes en los cuales se declaró la independencia. Este es el proceso que se


vivió en: Venezuela, Argentina, Chile y Ecuador.
El segundo modelo es el vivido en Nueva España. Allí, en la localidad de Dolores, el cura
Miguel Hidalgo convocó a indios y mestizos frente a la población blanca, asaltando las
posesiones de éstos y convirtiendo la revolución en un gran movimiento social, ante el que se
produjo la reacción de los blancos y criollos, que frenaron, con el apoyo del ejército español, la
revolución.
El proceso iniciado se puede estructurar en una serie de fases, relacionadas con la evolución de
la península:
1. la ocupación francesa de la península pone en marcha los procesos independentistas, al
tratar de desvincularse de España con el objeto de no quedar convertidas en colonias
francesas

2. la restauración en el trono de Fernando VII y la vuelta al absolutismo posibilita que las


fuerzas españolas vuelvan a controlar una gran parte de los territorios sudamericanos,
acabando con los conatos independentistas, excepto en el cono sur

3. El triunfo del liberalismo durante el “trienio liberal”, entre 1820-1823 facilita una nueva
explosión independentista, favorecida por que los refuerzos militares enviados desde
España no llegan al continente americano. Esta situación es aprovechada por los
independentistas para expulsar, definitivamente, a los españoles de América Latina.

4. Tras el proceso de independencia se inicia el de creación de estados nacionales a partir de


la división de las grandes áreas creadas por los “libertadores”.

Factores y protagonistas de los movimientos independentistas


Los factores que incidieron en el proceso de independencia de la América Latina fueron los
siguientes:

a) El ejemplo de la independencia de los Estados Unidos.

b) Las ideas ilustradas y liberales contrarias al Antiguo Régimen, que procedían de Europa.

c) El vacío de poder que se produjo durante la ocupación francesa de España.

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d) La debilidad política y militar española a partir de 1814.

La iniciativa en los procesos de independencia fue de los criollos, es decir, de los descendientes
de los españoles, que se consideraban discriminados en la administración colonial, cuyos puestos
eran ocupados por los peninsulares, aunque tuviesen un innegable poder económico. También
estaban disconformes con el monopolio comercial español que les impedía comerciar con otros
países, a pesar de la existencia del contrabando. Por otro lado, existía un malestar social entre los
sectores indígenas y mestizos por su situación económica y social, y por la presión fiscal que
soportaban y que los enfrentaba tanto a los criollos como a los peninsulares.

Los primeros movimientos: 1808-1814


La ocupación napoleónica de España propició el surgimiento de los primeros movimientos
emancipadores. El vacío de poder creado con el traslado de la familia real española a Francia
provocó en América la misma reacción que se había producido en España, es decir, la creación de
juntas de gobierno. En Buenos Aires se constituyó la primera junta en mayo de 1810, formada
por la burguesía criolla y que intentó extender su influencia hacia el interior. En 1811, Artigas se
hizo con el poder en Uruguay, y Rodríguez de Francia en Paraguay, proclamando la
independencia de España pero, también de la Junta de Buenos Aires. En Chile, el independentista
O’Higgins se puso al frente de una junta de gobierno. Estos procesos se repitieron en muchas
ciudades americanas, suponiendo la primera experiencia criolla de autogobierno. En 1811 se
reunió en Caracas un Congreso de Notables, que proclamó la independencia y promulgó una
constitución federal, destacando ya en este proceso la figura de Simón Bolívar. En Santa Fe de
Bogotá, por su parte, se rompían los lazos con España y se convocaba un Congreso Nacional de
los territorios de Nueva Granada.

En México, los primeros movimientos tuvieron, al contrario de otras zonas, un fuerte


protagonismo campesino, dirigidos por los sacerdotes Miguel Hidalgo y José María Morelos. Se
proclamó la independencia en 1813 pero los criollos, temerosos de una revolución social,
apoyaron al ejército español para liquidar la revolución y poner fin a la independencia. Este es un
ejemplo claro de cómo, a pesar de muchas semejanzas, los procesos de emancipación estuvieron
marcados por las realidades específicas de cada área geográfica. Las juntas de gobierno
depusieron a las autoridades coloniales e introdujeron reformas fiscales y abrieron sus puertos al
comercio mundial. Hasta 1814, España no tuvo capacidad de respuesta ante estos procesos. Pero,
una vez restaurado en el trono Fernando VII, las revoluciones independentistas fueron sofocadas.
El propio Simón Bolívar tuvo que refugiarse en Haití

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El proceso de Independencia
Será la invasión francesa el desencadenante inmediato del proceso independentista. La
autoproclamación de Cádiz como depositaria de los derechos dinásticos y salvaguarda de la
unidad de España, no fue suficiente. América Latina se debatió entre acatar la autoridad
española, con el riesgo de terminar convertida en una colonia francesa, o tomar la iniciativa
constituyéndose como un poder propio. Las autoridades españolas se decidieron por la fidelidad
a Cádiz, mientras que los revolucionarios apostaran por la gestión autónoma del poder. Se inicia
así un camino en el que los vaivenes de la situación peninsular incidirán en la evolución del
proceso independentista.

La Independencia de Suramérica
Tras la expulsión de los ingleses del intento de ocupación de 1807, S. Liniers se convierte en el
nuevo gobernador militar de Buenos Aires. Su figura es mitificada, mientras la del virrey y sus
ayudantes es desprestigiada por el abandono en que dejaron a la ciudad tras la invasión inglesa.
Por otro lado, los criollos se convencieron de su fuerza, ya que fueron ellos los que repelieron el
ataque británico y no los peninsulares.
Tras conocerse los sucesos del 2 de Mayo de 1808 se produce un nuevo levantamiento en
Buenos Aires, arrestando al virrey que es depuesto. El poder queda, temporalmente, en manos
del Cabildo de la ciudad, hasta que el 25 de Mayo se nombre una Junta Patriótica. No todo el
virreinato aceptó esta decisión. Montevideo se opuso, al igual que Paraguay. Otros territorios del
antiguo virreinato de la Plata se oponen, pero son sometidos mediante el envío de tropas.
El caso de Paraguay es distinto. De entrada, se situó de forma recelosa ante los acontecimientos
de Buenos Aires, prefiriendo sus autoridades reconocer la regencia de Cádiz y apoyarse en el
bando realista, rechazando una ofensiva militar dirigida desde Buenos Aires. Al poco, en mayo
de 1811, un golpe de estado encabezado por los criollos, declaró la independencia de Paraguay.
Ésta derivó en una dictadura, dirigida por José Gaspar de Francia.
Tampoco Uruguay había aceptado la primacía de la Junta de Buenos Aires, habiéndose
declarado independiente. Las divisiones internas dieron lugar a una guerra entre los uruguayos
que se alargó durante varios años. Sus protagonistas fueron Elio (presidente de la Junta de
Montevideo) y Artigas, líder de los gauchos. Artigas consiguió alzarse con el poder finalmente
consolidando la independencia de Uruguay respecto de Argentina aunque al poco caería bajo
control portugués. Su independencia definitiva vendría de la mano de Gran Bretaña que, a fin de
defender sus intereses comerciales, convenció a Argentina y Brasil, para convertir Uruguay en
un estado independiente, lo que se logró en 1829.

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El proceso en el resto del Virreinato de la Plata se ralentizará con la reinstauración de la


monarquía absoluta de Fernando VII en España y el envío de tropas a América. España
recuperará en 1814 Chile, donde en 1810 se había destituido a las autoridades españolas y
proclamado la independencia.
A pesar de este parón, el territorio argentino va a tratar de reimpulsar el proceso y de hacer
realidad el sueño de unidad del antiguo Virreinato de la Plata. Por ello se convoca un congreso
en Tucumán en el que se produce la declaración de independencia de las “Provincias Unidas de
América del Sur” el 9 de julio de 1816.
Tras esta declaración se propone la liberación de Chile. Por ello se envía una expedición
comandada por el general San Martín4 que lograba la independencia de Chile en 1817. En 1818
el militar Bernardo O’Higgins proclamará la independencia de
Chile separándose de Argentina y rompiendo, definitivamente, el proyecto de unificación del
virreinato.

Centroamérica y México
Es, de todos, el proceso con mayores diferencias, ya que parte de unas revueltas sociales entre
1810 y 1815. Protagonizadas por la población indígena, estaban encabezadas por dos sacerdotes
rurales, Manuel Hidalgo5, primero, y José María Morelos, después.
Estas revueltas reclaman el reparto de tierras y la igualdad de derechos entre todos los
ciudadanos, cuestionando el dominio español. Las élites acabaron con las revueltas, ya que
suponían un ataque a su situación. Las élites se pusieron del lado del dominio hispano
permitiendo su supervivencia, ante el miedo a la revolución.
Con la llegada del Trienio Liberal las élites se sintieron incómodas con las medidas aprobadas
desde la metrópoli, iniciándose un movimiento de rechazo que será encabezado por
Agustín de Itúrbide6. Éste proclamó el “Plan de Iguala” el 24 de Febrero de 1821, defendiendo
un gobierno monárquico, garante de la religión y de los derechos, propiedades y privilegios de
la clase alta. Este levantamiento contó con el apoyo de la élite y obligó a España a reconocer la
independencia de México tras firmar el Tratado de Córdoba el 24 de Agosto de 1821. Un mes
más tarde las principales autoridades mexicanas firmaban la “Declaración de Independencia

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del Imperio Mexicano”, siendo Itúrbide nombrado presidente. Posteriormente el Congreso


Mexicano nombrará a Itúrbide rey con el nombre de Agustín I.
La monarquía de Itúrbide fue efímera ya que abdicará el 19 de Marzo de 1823, ante su
incapacidad de regir el nuevo Estado.
El resto de América Central se había mantenido leal a España, pero la independencia mexicana y
de Nueva Granada provocó que se iniciase un movimiento independentista, surgiendo las
“provincias unidas de Centroamérica” en 1821. Una realidad política inestable ya que había dos
bandos, unos a favor de la anexión a México y otros a favor de la independencia. Al final se
decidió la anexión a México, pero la evolución de éste (su conversión en Imperio), provocó la
vuelta a la independencia de las repúblicas centroamericanas.
Por su parte las Provincias Unidas de Centroamérica formadas por Guatemala, El Salvador,
Honduras, Nicaragua y Costa Rica, pusieron fin su unidad a lo largo de la década de los 30 del
siglo XIX. Nicaragua se separó de la República el 30 de abril de 1838, Honduras el 6 de octubre
y el 14 de noviembre Costa Rica. Guatemala se separó el 17 de abril de 1839.

Perú, Nueva Granada y Venezuela


En el virreinato de Nueva Granada el proceso se inicia de forma semejante. Parte de un
levantamiento en Caracas, deponiendo a las autoridades españolas y formando un cabildo abierto
que pretender regir los destinos del virreinato. Luego se convocará un Congreso Nacional en
toda Venezuela, del que surge un gobierno que proclama la independencia de Venezuela el 5 de
julio de 1811.
En el resto de Nueva Granada la Junta de gobierno de Santa Fe convocó un congreso. Pero
Quito, Venezuela, Panamá y Cartagena no se integraron, surgiendo diferentes gobiernos que
pretendían controlar un mismo territorio. Los conflictos internos facilitaron el avance realista y el
posterior sometimiento del territorio al control español. También en Ecuador se creó una Junta y
se aprobó la Independencia, dotándose en febrero de 1812 de una Constitución. En este caso la
intervención de las tropas realistas del Perú acabó con el proceso independentista.
El fin de la presencia francesa en España y la restitución de la monarquía de Fernando VII,
posibilitará que los realistas tomen posiciones y recuperen todos los territorios del antiguo
virreinato de Nueva Granada, expulsando a los insurrectos. Simón Bolívar verá como el
territorio independizado en Venezuela vuelve a manos españolas con el apoyo de parte de la
población blanca y criolla que se ha sentido amenazada por el proceso independentista.

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Bolívar7 volverá a intentarlo en 1819, siendo nombrado presidente en el Congreso de Angostura


en 1819, contando esta vez con mayores apoyos e iniciando primero la conquista de Nueva
Granada y después de Venezuela, formando la “República de Colombia”. Todavía en 1821
tendrá que vencer las últimas resistencias realistas en la región de Maracaibo anexionando,
posteriormente, Panamá y Cartagena. A la vez se elabora la constitución de la Gran Colombia.

Respecto al virreinato de Perú, era el de mayor presencia militar peninsular convirtiéndose en el


centro de la Resistencia española frente a los procesos independentistas. De hecho la pérdida de
este virreinato se debió a la acción conjunta de San Martín por el sur y Bolívar por el norte que
buscaban, con la derrota de las tropas españolas, acabar con la amenaza de una posible
recuperación, por parte de España, de los territorios proclamados independientes.
El primer paso lo dio San Martín al ocupar Lima. En 1820 San Martín había desembarcado en
Pisco con su ejército argentino-chileno. Algunas de las ciudades peruanas aprovechan la
situación para proclamar su independencia y el virrey abandona Lima que es ocupada por San
Martín. Éste no continúa su acción contra los españoles.
En 1822 San Martín se entrevista con Bolívar en Guayaquil, dejando en manos de este último la
expulsión de los españoles del Perú. San Martín abandona Lima que es ocupada de nuevo por los
españoles. Sin embargo, Bolívar iniciará su ofensiva. En 1822, junto a su lugarteniente Sucre, se
encaminan hacia Quito para completar el territorio soñado por Bolívar, derrotando al ejército
español en la batalla de Pichincha en mayo de 1822, e integrando Ecuador.
En el norte del continente sudamericano Simón Bolívar había tratado de crear la Gran
Colombia, su gran aspiración formada por Colombia, Venezuela y Ecuador, a la que pretendió
unir Perú y Bolivia. Las diferencias entre los distintos territorios fueron, progresivamente,
disgregando este imperio.
Del proyecto de la Gran Colombia Venezuela sería la primera en separarse. Con una fuerte
presencia de población blanca, que aún ocupaba los principales centros políticos y económicos,
planteó su separación nombrando su primer presidente en 1830. Luego le seguirá Ecuador, donde
Juan José Florés, militar nombrado por Bolívar, proclamó la independencia de Ecuador. De este
proceso quedó la República de Nueva Granada (actual Colombia) que se convirtió en
independiente al disgregarse los demás territorios.
Respecto a los territorios de Perú y Bolivia, a pesar de haber alcanzado la independencia, se
vieron envueltos en una serie de guerras entre los aspirantes al poder, que llegaron a su fin
cuando el presidente de Bolivia, Andrés de Santa Cruz, unificó Perú y Bolivia entre 1836 y 1839,
dando origen a la confederación peruano-boliviana que se disolvió en 1839 ante el ataque de

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Chile y Argentina temerosos del potencial que adquiría este territorio. A partir de ese año, Perú y
Bolivia recorrerán sus caminos de forma independiente.

La independencia de Brasil
La independencia de Brasil arranca de la invasión de Portugal realizada por los ejércitos
franceses. El rey Don Juan VI huye con su esposa Joaquina y el resto de la familia real a Brasil,
con la ayuda de la armada inglesa.
La llegada de la familia real a Brasil supuso un cambio en el estatus de la colonia, al realizarse
una serie de reformas que convierten a Brasil en sede del imperio. A la vez se abren los puertos
al comercio con todas las naciones poniendo fin al monopolio portugués, creándose las
instituciones de gobierno (Consejo de Estado, Corte de Justicia, etc.)
Tras el fin de la ocupación francesa en Portugal se estableció una regencia que se hizo muy
impopular, provocando una revuelta liberal que reclamó el regreso del monarca. Juan VI regresa
dejando a su hijo Pedro como regente en Brasil. Pero el regreso del monarca a Portugal supuso
un retroceso en el estatus de Brasil que volvía a ser considerada colonia. Este descontento se
encauzó en una demanda independentista que tuvo su punto de partida en el grito de Ipiranga (7-
9-1822), que declaraba la independencia de Brasil y nombraba emperador al príncipe Pedro. Las
tropas portuguesas serán expulsadas de Brasil.

Consecuencias del proceso de independencia


Económicas
La consecuencia más visible de la independencia de las colonias americanas fue el final del
monopolio español y brasileño y con ello la apertura de Latinoamérica al mercado mundial. La
gran beneficiaria de este cambio fue Gran Bretaña, que pudo acceder libremente al mercado
latinoamericano proveyéndolo de productos manufacturados. En muchos casos la calidad y
precio de los productos ingleses dieron al traste con la incipiente industria local, a la vez que
desanimó inversiones productivas por parte de los capitalistas americanos. Pero hubo un cambio
importante, ya que la política arancelaria era ahora diseñada por los mismos americanos,
pudiendo utilizarla en su beneficio. Fueron las ciudades las que impusieron sus políticas
económicas sustituyendo, en este sentido, a la antigua metrópoli, favoreciendo el desarrollo de
los intereses de estos núcleos urbanos en detrimento del mundo rural.

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Otra consecuencia de las guerras fue la disminución de la mano de obra y la liberación de los
esclavos a los que se había prometido la libertad si se enrolaban en los ejércitos. Esta
disminución de la mano de obra y la conformación de una realidad económica que prescindía de
la esclavitud, fomentó el sector ganadero, sobretodo en Venezuela y Argentina, que necesitaba
de escasa mano de obra y contaba con abundantes territorios para su desarrollo.

La minería sufrió un fuerte retroceso por la retirada del capital que conllevaba la marcha de los
españoles. Además, los procedimientos obsoletos de explotación no favorecieron su desarrollo.
La abolición de antiguos sistemas de explotación como la mita, conllevaron la merma de
beneficios. Sólo Chile se sobrepuso a esta decadencia minera.
Respecto a la agricultura, está vivió un continuo crecimiento a la par que se producía una
especialización en diferentes monocultivos, que a la larga la volverán muy dependiente del
mercado internacional.

Sociales
La sociedad sufrió un enorme cambio. Fruto de la independencia fue la igualdad de todos los
ciudadanos. Se abolieron las diferencias legales con base racial. Todos eran declarados
ciudadanos. Se pasaba así de una sociedad de castas a una sociedad de clases en la que el nuevo
elemento diferenciador fue la riqueza. Este cambio legal no conllevó un cambio social real salvo
la ocupación, por parte de los criollos, de los puestos del Estado. Las antiguas élites sociales y
económicas mantuvieron su posición social. Si bien, la tierra se convirtió en el elemento
sustentador de las élites, desplazando a la oligarquía estrictamente urbana.
La esclavitud fue una realidad que tendió a desaparecer cuyo proceso, en algunos países, se
inicia con los procesos de independencia mientras que, en otros, tendrá que esperar hasta
mediados de siglo para la aprobación de leyes abolicionistas.
Los indios pasaron a convertirse en ciudadanos, pero sus propiedades comunales se vieron
reducidas progresivamente por el avance de las haciendas, que fueron expulsando y
proletarizando a este sector social que pasó de la protección estatal española, al abandono de los
recientes estados en manos de los ricos terratenientes.

Políticas
El elemento más significativo del proceso independentista fue el surgimiento de nuevas
naciones dotadas de independencia política. Sin embargo, sus sistemas políticos pronto se
distanciaron del liberalismo y derivaron hacia el autoritarismo. Por un lado, fruto del contexto de

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guerra que hacía necesaria la autoridad para concentrar los esfuerzos en la consecución de la
victoria, pero también porque los nuevos estados nacían bajo la égida militar.

Por otro lado, las élites pronto tuvieron miedo a que el proceso independentista derivase en
movimientos revolucionarios, por lo que apostaron por sistemas políticos autoritarios que
protegiesen sus intereses.
Este movimiento autoritario dará origen al caudillismo, que reproducía el modelo de las grandes
haciendas, y que se hizo necesario en el proceso independentista, sostenido por el estamento
militar y las élites políticas.

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ANEXOS

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Pedagogía de los Idiomas Nacionales y Extranjeros

Estudios Sociales y Culturales

Primera Guerra Mundial

Segunda Guerra Mundial

Guerra Fría
Docente: Msc. Yolanda Pérez

Estudiantes Grupo número 6:

Adriana Pantoja
Melanie Paredes
Cinthya Pazmiño
Josué Paredes

Curso: Nivelación “A”


ÍNDICE
Primera Guerra Mundial ........................................................................................................... 4
Fecha de inicio: ........................................................................................................................ 4
Fecha de finalización: ............................................................................................................. 4
Personajes destacados:............................................................................................................ 4
Antecedentes: ........................................................................................................................... 5
Causas económicas: ................................................................................................................. 5
Las disputas imperialistas: ..................................................................................................... 5
El nacionalismo radical: ......................................................................................................... 6
Bloques beligerantes: .............................................................................................................. 6
• Triple Entente:.............................................................................................................. 6
• Tripe Alianza ................................................................................................................. 7
Las fases de la Guerra: .............................................................................................................. 7
• La guerra de movimientos (1914): ............................................................................... 7
• La guerra de posiciones: ............................................................................................... 7
• La crisis de 1917: ........................................................................................................... 8
• El final de la guerra 1918: ........................................................................................... 8
Datos importantes: .................................................................................................................. 8
• El atentado de Sarajevo: .............................................................................................. 8
• La declaración de guerra: ............................................................................................ 8
• La batalla del Marne: ................................................................................................... 8
• Batalla de Galopi:......................................................................................................... 8
• Verdún: ......................................................................................................................... 8
La Segunda Guerra Mundial ..................................................................................................... 8
La invasión de Polonia ............................................................................................................ 9
La invasión de Noruega y Dinamarca ................................................................................. 10
La invasión de Europa Occidental ....................................................................................... 10
La guerra ruso-finlandesa .................................................................................................... 10
Anexiones soviéticas .............................................................................................................. 10
Italia entra a la guerra .......................................................................................................... 11
Avances del Eje ...................................................................................................................... 11
La invasión de la Unión Soviética ........................................................................................ 11
Estados Unidos entra a la Segunda Guerra Mundial ........................................................ 12
La guerra en el Pacífico ........................................................................................................ 12
El bombardeo aliado de Alemania....................................................................................... 12
La guerra en el norte de África ............................................................................................ 12
La contraofensiva soviética .................................................................................................. 13
Desembarcos aliados en Italia .............................................................................................. 13
El Día D .................................................................................................................................. 13
Avances soviéticos ................................................................................................................. 14
La derrota de Alemania ........................................................................................................ 14
La derrota de Japón .............................................................................................................. 15
Consecuencias:....................................................................................................................... 15
Demográficas: ..................................................................................................................... 15
Económicas: ........................................................................................................................ 16
Políticas: ............................................................................................................................. 16
Las muertes de la Segunda Guerra Mundial ...................................................................... 16
La Guerra Fría .......................................................................................................................... 16
Antecedentes .......................................................................................................................... 17
La doctrina Truman y el Plan Marshal: ............................................................................. 17
Causas y consecuencias de la Guerra Fría .......................................................................... 18
Causas de la Guerra Fría................................................................................................... 18
Consecuencias de la Guerra Fría ...................................................................................... 19
Etapas de la Guerra Fría ...................................................................................................... 19
Conflictos durante la Guerra Fría ....................................................................................... 20
• La Guerra de Corea (1947-1953): ............................................................................... 20
• El Bloqueo de Berlín (1948): ...................................................................................... 20
• Guerra de Vietnam (1954): ......................................................................................... 20
• Guerra del Sinaí (1956-1957):..................................................................................... 20
• Carrera armamentística: .............................................................................................. 20
• Carrera espacial: .......................................................................................................... 21
• Crisis de los misiles de Cuba: ..................................................................................... 21
Personajes destacados ........................................................................................................... 21
Los Tratados de No Proliferación: ...................................................................................... 22
Etapa final de la Guerra Fría ............................................................................................... 22
Fuentes consultadas: ................................................................................................................. 24
Primera Guerra Mundial: ....................................................................................................... 24
Segunda Guerra Mundial: ...................................................................................................... 25
Guerra Fría:............................................................................................................................ 25
Investigación del grupo 6

Primera Guerra Mundial


La Primera Guerra Mundial es el nombre con el que comúnmente se designa al conflicto
militar que tuvo lugar entre 1914 y 1918. Afectó a los cinco continentes e implicó a gran
parte de la humanidad. Otras denominaciones que ha recibido son: “Gran Guerra”,
“Guerra Europea” o “Guerra del 14".

Fecha de inicio:
• 28 jul 1914

Fecha de finalización:
• 11 nov 1918.

Personajes destacados:
• Archiduque Francisco Fernando: heredero del trono del Imperio Austro-Húngaro.
Fue asesinado en Sarajevo el 28 de junio de 1914, hecho que desencadenó la
Primera Guerra.

• Nicolás II: Zar de Rusia. Intervino en ayuda de Serbia. Fue derrotado por
Alemania y derrocado por la Revolución Rusa de 1917.

• Guillermo II: Emperador de Alemania. Apoyando al Imperio Austro-Húngaro, le


declaró la guerra a Rusia y Francia.

• Wondrow Wilson: presidente de Estados Unidos. Intervino en la guerra en ayuda


de Inglaterra y Francia.

• Lloyd George: Primer Ministro de Inglaterra durante la Primera Guerra Mundial.

• Von Kluck: general alemán que invadió Bélgica y atacó Francia, provocando así
la batalla de Marné.

• José Jacobo Joffre: general francés que contuvo a los franceses en la batalla de
Marné.

• Ferdinand Foch: general francés que derrotó a los alemanes en la batalla de


Somme.
• Pablo Von Hindenburg: general alemán que derrotó a los rusos en las batallas de
Tannemberg y de los Lagos Masurianos.

• John Pershing: General que dirigió a las tropas estadounidense que desembarcaron
en Europa para combatir en la Primera Guerra Mundial.

Antecedentes:
Este trabajo pretende ser un estudio sobre las causas tanto sociales como económicas que
supusieron el origen de esa inmensa tragedia que fue la primera guerra mundial. Las
causas subyacentes de la Primera Guerra Mundial, son varias. Entre estas causas fueron
conflictos políticos, territoriales y económicos entre las grandes potencias europeas en las
cuatro décadas anteriores a la guerra. Así, se busca explicar que la guerra no estalló como
respuesta inmediata al asesinato del heredero al trono austro-húngaro, sino que fue el
resultado de un conjunto de situaciones que se analizarán a continuación.

Causas económicas:
Entre el último tercio del siglo XIX y la primera década del XX se desarrolló la Segunda
Revolución Industrial. Ésta se caracterizó por una serie de cambios: Fábrica de
armamento, nuevas fuentes de energía (petróleo y electricidad), nuevos sectores de la
producción (químico y alimentario), nuevas formas de organización del trabajo, la
concentración de capitales en torno a grandes agrupaciones de tendencia monopolística y
una creciente globalización de la economía.

Surgieron nuevas potencias industriales como Estados Unidos y Japón) que se unieron a
Gran Bretaña, Alemania, Francia. Alemania ganó terreno económico a Gran Bretaña por
el carácter más competitivo y moderno de su industria y fue líder en determinados
sectores productivos, como el químico. Al mismo tiempo intentó arrebatar a Inglaterra
sus mercados, tanto europeos (Bélgica, Holanda, Rusia) como coloniales, yse convirtió
en un serio rival comercial.

Las disputas imperialistas:


Durante el siglo XIX Gran Bretaña y Francia se habían repartido gran parte del mundo.
Al comenzar la siguiente centuria el peso económico de Alemania superaba al de ambas.

Dos episodios constituyeron la antesala de la Gran Guerra. Tuvieron lugar entre 1904 y
1911 en Marruecos, área bajo las aspiraciones coloniales francesas que Alemania utilizó
para conseguir sus propios beneficios coloniales. Se conocieron como “Crisis
marroquíes”.

La segunda crisis marroquí (1911) Se originó tras la acusación efectuada por Alemania
de que Francia había trasgredido el Acta de Algeciras.

El nacionalismo radical:
El nacionalismo atribuye entidad y singularidad propias a un territorio y a sus ciudadanos,
y sobre él se asientan aspiraciones políticas de carácter muy diverso. En ese proceso
nacieron en el siglo XIX dos estados que jugarían un papel fundamental en la historia de
Europa: Alemania e Italia. Al tiempo que esto acontecía, tenían lugar procesos de signo
inverso que supusieron la disgregación de viejas entidades estatales en beneficio de otras
nuevas. Fue el caso de la Turquía otomana, imperio que a finales del siglo XIX estaba en
plena descomposición, parte de la cual se desarrollaba en el área de los Balcanes.

La guerra franco-prusiana (1870), puso los territorios franceses de Alsacia y Lorena en


manos de los alemanes. Desde entonces nacionalismo francés no cesó de alentar el
desquite y el rescate de dichos territorios. Un tercer escenario de fricción nacionalista lo
constituyeron los imperios coloniales, cuyas disensiones alentaron fuertes tensiones
internacionales que propiciaron la formación de alianzas militares y la carrera de
armamentos.

Bloques beligerantes:
La Primera Guerra Mundial enfrentó a dos bloques de países:

• Triple Entente: (Francia, Inglaterra y Rusia, a los que se unieron entre otros
Bélgica, Italia, Portugal, Grecia, Serbia, Rumanía y Japón).

Se creó en 1907 y sus integrantes fueron Francia, Gran Bretaña y Rusia, a las que se
añadió más tarde Serbia. Se conoce también con el nombre de los “aliados”. Los
precedentes de esta liga hay que buscarlos en la “Entente Cordiale” de Francia y Reino
Unido, instituida en 1904. Durante el conflicto se incorporaron Bélgica (atacada por
Alemania); Japón (agosto de 1914) aspirante a arrebatar a Alemania sus colonias del
Pacífico y sustituir su papel de potencia imperialista en China; Italia (mayo de 1915);
Rumanía (junio de 1916), Portugal (marzo de 1916); Estados Unidos (abril de 1917);
Grecia (junio de 1917); también fue el caso de China y varios estados latinoamericanos.

• Tripe Alianza: (el Imperio alemán y el Imperio austrohúngaro, apoyados por


Bulgaria y Turquía).

Se formó en 1882 promovida por el canciller alemán Bismarck. Estuvo constituida por
Alemania, Austria, Hungría e Italia. Sin embargo esta última no cumplió sus
compromisos cuando estalló la guerra y en principio se mantuvo neutral hasta intervenir
más tarde como miembro del bando contrario. A lo largo del conflicto nuevas potencias
se adhirieron a este bloque: Turquía (octubre de 1914) y Bulgaria (octubre de 1915).

Las potencias de la Entente, a pesar de sus recursos demográficos, durante las primeras
semanas de las operaciones sólo disponían de 167 divisiones de infantería (activa y
reserva) y de 36 divisiones de caballería: Gran Bretaña, cuyo ejército permanente era muy
modesto, sólo pudo alinear 5 divisiones de infantería; Rusia, a causa de la insuficiencia
de su red ferroviaria, no pudo trasladar rápidamente al frente de combate las divisiones
estacionadas en Siberia, Turquestán o en el Cáucaso y, a causa de la escasez de sus
mandos, sólo pudo llamar a filas alrededor de un tercio de los hombres en edad militar.
De hecho, los ejércitos alemán y francés, el valor de cuyos soldados y el de los mandos
eran análogos, fueron los que estuvieron llamados a llevar la carga esencial de las
operaciones: uno tiene 87 divisiones de infantería y 11 divisiones de caballería; el otro,
73 divisiones de infantería y 10 divisiones de caballería. El ejército alemán posee,
además, una neta superioridad en artillería pesada de campaña, ametralladoras y
vehículos automóviles1.

Las fases de la Guerra:


• La guerra de movimientos (1914): Recibe el nombre de las operaciones que
tuvieron lugar durante 1914, centradas en los esfuerzos alemanes para derrotar a
Francia y, una vez conseguido esto, aniquilar los ejércitos de Rusia. Durante esta
fase los alemanes emplearon una estrategia basada en rápidos movimientos con el
objetivo de sorprender a sus adversarios. Se desarrolló en dos frentes: Occidental
y Oriental.

• La guerra de posiciones: Esta fase de la guerra es conocida también como “Guerra


de trincheras” por la forma en que se desarrollaron las operaciones militares.
Abarcó los años 1915 y 1916. Fue consecuencia del fracaso de la guerra
relámpago iniciada por los alemanes en 1914. Supuso un cambio de estrategia
respecto a la fase precedente y abrió paso a la guerra de frentes estables que
inmovilizó a los ejércitos en líneas de trincheras.

• La crisis de 1917: El equilibrio militar de finales de 1916 y la imposibilidad de dar


fin a la guerra a corto plazo puso en dificultades a los beligerantes. Tropas y
retaguardia fueron presa de una creciente desmoralización.

• El final de la guerra 1918: En 1918 ambos bandos atravesaban serias dificultades


tanto militares como económicas. Sin embargo, la fatiga era más visible en el
bando de las potencias centrales que en el aliado, pues la incorporación de los
Estados Unidos al conflicto había supuesto una auténtica inyección de recursos
materiales y humanos. No
obstante, en 1918 los alemanes consiguieron eliminar definitivamente del
escenario bélico a los rusos que habían iniciado negociaciones para poner fin al
conflicto.

Datos importantes:
• El atentado de Sarajevo: El estudiante nacionalista serbiobosnio Gavrilo Princip
mató de dos disparos al archiduque y a su esposa.

• La declaración de guerra: El 28 de julio Austria declaró la guerra a Serbia y


bombardeó Belgrado tras haberle dado un ultimátum el 23 de julio.

• La batalla del Marne: El 6 de septiembre, las fuerzas francesas, dirigidas por el


general Joffre, y las británicas lanzaron un contraataque: la batalla del Marne.

• Batalla de Galopi: Fuerzas británicas y francesas desembarcaron en Galípoli, en


el estrecho turco de los Dardanelos.

• Verdún: Los alemanes que querían "desangrar por completo" al ejército francés
y obligar a París a pedir la paz, lanzaron una gran ofensiva al norte de Verdún.

La Segunda Guerra Mundial


Durante la segunda guerra mundial se vivió un holocausto, considerado como el más
grande por el que la humanidad ha atravesado. Es en este período que “la idea de que una
raza es superior a otras”, prevalece; por lo que se empezó la matanza de muchos judíos y
personas con capacidades especiales por parte de los precursores de la guerra.

Alemania, Italia y Japón fueron los entes precursores de esta guerra, impulsados por un
dictador como líder. Pero esta no fue la única de las razones por las que se dio este odio
hacia ciertos sectores de la población; una de ellas fue “El tratado de Versalles” con las
siguientes imposiciones que afectaban a Alemania principalmente:

• Pago de indemnizaciones por parte de Alemania a los Aliados por las pérdidas
económicas sufridas por los mismos a causa de la guerra.
• Reducción del ejército alemán a la cantidad de 100 mil hombres, sin el derecho
de poseer ninguna arma moderna de combate (tanques, aviación y submarinos).
• Reducción de la Flota Alemana a buques menores a las 10 mil toneladas.
• Pérdida de importantes y estratégicos territorios alemanes como Alsacia y Lorena,
Sarre, Schleswig-Holstein, gran parte de la región de Prusia Occidental y la
mayoría de las colonias alemanas en África y Oceanía.

Italia también quedó con un gran resentimiento al ser excluida de la distribución


igualitaria de tierras. Además de que sentían que la recompensa que recibieron, no era la
adecuada para sobreponer las pérdidas de la guerra y cumplir con sus ambiciones.

En el sector asiático, Japón quería alcanzar una expansión en sus territorios, impulsada
por dos motivos económicos que impulsarían el desarrollo del imperio.

Otra de las razones fue la gran depresión económica por la que atravesaban las naciones
tras vivir la primera guerra mundial.

Es así que la segunda guerra mundial dio inicio, las fuerzas aliadas contra el Eje.

La invasión de Polonia
En 1938 y 1939, Alemania adjuntó a Austria y los territorios checos bajo su dominio sin
tener que recurrir a la guerra. Alemania aseguró la neutralidad de la Unión Soviética,
comandada por Joseph Stalin a través de un tratado que desalentaba a la agresión.
Posteriormente, Alemania invadió Polonia el 1 de septiembre de 1939, acto que inició la
Segunda Guerra Mundial en Europa. Debido a que permitieron que la Alemania nazi
destruyera Checoslovaquia entre guerra y guerra, Gran Bretaña y Francia aseguraron la
integridad de la frontera polaca en abril de 1939. Por lo tanto, respondieron a la invasión
polaca el 3 de septiembre. Pero en menos de un mes, las tropas alemanas y soviéticas
ocuparon Polonia y dividieron el estado polaco.

Es en este período que se da la guerra boba durante el invierno.

La invasión de Noruega y Dinamarca


El período de calma después de la derrota de Polonia terminó el 9 de abril de 1940, cuando
las fuerzas alemanas invadieron Noruega y Dinamarca. Dinamarca se rindió el mismo
día. Noruega resistió hasta principios de junio, cuando el ejército alemán logró ocupar
todo el país.

La invasión de Europa Occidental


El 10 de mayo de 1940, Alemania invadió la neutral Francia y los Países Bajos (Holanda,
Bélgica y Luxemburgo) y comenzó una ofensiva contra Europa Occidental. A finales de
mayo, los Países Bajos habían sido ocupados por Alemania. El 22 de junio de 1940,
Francia y Alemania firmaron un acuerdo de armisticio. El acuerdo de armisticio consideró
la ocupación alemana de la mitad norte de Francia y permitió el establecimiento de un
régimen cooperativista en la parte sur con su sede en Vichy. Desde el 10 de julio hasta el
31 de octubre de 1940, los alemanes lucharon contra los británicos en una batalla aérea
dando como resultado el fracaso por parte de Alemania. Esta batalla aérea se llamó la
Batalla de Gran Bretaña.

La guerra ruso-finlandesa
Según el acuerdo de esfera de influencia establecido con la Alemania nazi en 1939, la
Unión Soviética invadió Finlandia a finales de noviembre de 1939. Después de una dura
batalla de invierno, la Unión Soviética obligó a los finlandeses a ceder territorios a lo
largo de la orilla norte del lago Lagoda al norte de Leningrado (San Petersburgo) y la
costa ártica en marzo de 1940.

Anexiones soviéticas
En 1939, la Unión Soviética ocupó y anexó el este de Polonia. Animada por los alemanes,
la Unión Soviética ocupó los Estados bálticos en junio de 1940, los mismos que anexó en
tan solo el transcurso de un mes. A finales de junio de 1940, los soviéticos también
tomaron Besarabia y Bucovina en el norte de Rumania.
Italia entra a la guerra
Italia entró en guerra el 10 de junio de 1940 e invadió el sur de Francia el 21 de junio. El
dictador fascista Benito Mussolini no estaba satisfecho con la parte del botín de Italia
durante las negociaciones del armisticio y atacó a Grecia desde Albania en octubre de
1940 (los italianos ocuparon el país en abril de 1939). A finales de octubre de 1940, los
italianos también atacaron a las tropas británicas en Egipto desde Libia. Ambas aventuras
terminaron en desastres militares que requirieron la intervención alemana.

Avances del Eje


Alemania incitó a Hungría, Rumania y Eslovaquia en noviembre de 1940, así como a
Bulgaria en marzo de 1941, para que se unieran al Eje. En abril de 1941, Alemania —con
el apoyo de Italia, Hungría y Bulgaria— invadió Yugoslavia y la desmembró. Para
mediados de junio, las potencias del Eje ya habían subyugado a Grecia. Del colapso de
Yugoslavia surgió el denominado Estado Independiente de Croacia, bajo la dirección de
la organización fascista y terrorista Ustasha. El nuevo estado, que incluía a Bosnia y
Herzegovina, se unió formalmente al Eje el 15 de junio. Alemania ocupó el este de
Eslovenia, el Bánato serbio y la mayor parte de la misma Serbia. Italia capturó Istria y el
oeste de Eslovenia, unió la provincia de Kosovo a Albania y ocupó la costa croata-dálmata
y Montenegro. Hungría se anexó Backa, situada en el noreste de Yugoslavia, y Bulgaria
ocupó Macedonia y la provincia serbia de Pirot. Después de permitir que Bulgaria
ocupara la Tracia griega, Alemania e Italia dividieron a Grecia en zonas de ocupación,
con los italianos en el oeste y los alemanes en el este.

La invasión de la Unión Soviética


El 22 de junio de 1941, los alemanes y sus socios del Eje (excepto Bulgaria) invadieron
la Unión Soviética en una violación directa del Pacto Alemán-Soviético de agosto de
1939. Finlandia, que buscaba compensación por su derrota en la guerra de invierno de
1939 a 1940, se unió al Eje y a la invasión alemana. Para finales de octubre de 1941, las
tropas alemanas ya se habían adentrado profundamente en la Unión Soviética; invadieron
los estados bálticos y sitiaron Leningrado en el norte, capturaron Smolensk y marcharon
hacia Moscú en el centro, tomaron Kiev (Kyiv) y se acercaron a Rostov, en la
desembocadura del río Don, en el sur. El endurecimiento de la resistencia del Ejército
Rojo en agosto y de nuevo en noviembre de 1941 impidió que los alemanes tomaran las
ciudades clave de Leningrado y Moscú. El 6 de diciembre de 1941, las tropas soviéticas
lanzaron una importante contraofensiva que expulsó permanentemente a los alemanes de
las afueras de Moscú.

Estados Unidos entra a la Segunda Guerra Mundial


Un día después, el 7 de diciembre de 1941, Japón continuó librando la guerra contra la
China continental y lanzó una incursión en Pearl Harbor en Hawái. Estados Unidos
declaró inmediatamente la guerra a Japón. El Reino Unido hace lo mismo. El 11 de
diciembre, Alemania e Italia declararon la guerra a Estados Unidos.

La guerra en el Pacífico
En el invierno de 1941 a 1942, los japoneses atacaron y conquistaron Filipinas, la
Indochina francesa (Vietnam, Laos y Camboya) y el Singapur británico. A finales de la
primavera y principios del verano de 1942, el Reino Unido ralentizó con éxito la entrada
de los japoneses en Birmania y Estados Unidos derrotó de forma decisiva a la armada
japonesa a medio camino del Pacífico. En agosto de 1942, las tropas estadounidenses en
Guadalcanal en las Islas Salomón impidieron que los japoneses avanzaran hacia Australia
a través de las Islas del Pacífico.

El bombardeo aliado de Alemania


En mayo de 1942, la Royal Air Force utilizó mil bombarderos para atacar la ciudad
alemana de Colonia. Esta es la primera batalla en territorio alemán. Durante los siguientes
tres años, las fuerzas aliadas bombardearon sistemáticamente ciudades y fábricas en todo
el imperio. En 1945, habían reducido la mayor parte de las ciudades alemanas a
escombros.

La guerra en el norte de África


A finales de 1942 y principios de 1943, las fuerzas británicas y estadounidenses lograron
una serie de importantes victorias militares en el norte de África. Incapaces de resistir, las
fuerzas armadas francesas de Vichy, cedieron rápidamente el territorio francés del norte
de África hasta la frontera con Túnez a las fuerzas aliadas, esto unos días después de
aterrizar en la costa de Marruecos y Argelia el 8 de noviembre de 1942. Esto también
provocó la ocupación alemana de todo el sector bajo la dirección de Vichy el 11 de
noviembre de 1942. A finales de octubre de 1942, los británicos derrotaron al Afrika
Korps alemán en El Alamein, Egipto, lo que provocó que el ejército del eje huyera hacia
el oeste y cruzara Libia hasta llegar al este de Túnez. En mayo de 1943, cerca de 150.000
soldados se rindieron en Túnez.
La contraofensiva soviética
En junio de 1942, los alemanes y sus socios del Eje reanudaron su ofensiva en la Unión
Soviética, y llegaron a Stalingrado (Volgogrado) en el río Volga, con lo que aseguraron
la península de Crimea y penetraron en las profundidades de la región del Cáucaso para
finales de septiembre de 1942. En noviembre, las tropas soviéticas lanzaron una
contraofensiva en el noroeste y suroeste de Stalingrado, que aisló a las fuerzas alemanas
en la ciudad. El 2 de febrero de 1943, el sexto ejército alemán se rindió ante los soviéticos.
Los alemanes organizaron una ofensiva más en Kursk en julio de 1943, la mayor batalla
de tanques de la historia, pero las tropas y los tanques soviéticos desafiaron el ataque y
asumieron una iniciativa militar que no volverían a abandonar. Para finales de 1943, los
alemanes se vieron obligados a evacuar el Cáucaso y a abandonar Kiev.

Desembarcos aliados en Italia


En julio de 1943, los aliados occidentales desembarcaron con éxito en Sicilia. Esto
precipitó la decisión del Gran Consejo del Partido Fascista Italiano de derrocar a
Mussolini. Al mando del Mariscal de Campo Pietro Badoglio, el ejército italiano
aprovechó el vacío político para derrocar al régimen fascista y reemplazarlo con una
dictadura militar. El 8 de septiembre, justamente antes del desembarco de las fuerzas
anglo-estadounidenses en Salerno, cerca de Nápoles, el gobierno de Badoglio se rindió
incondicionalmente ante los aliados. Las tropas alemanas destaca mentadas en Italia
tomaron el control del norte de ese país y siguieron resistiendo. Mussolini, que había sido
arrestado por las autoridades militares italianas, fue rescatado por comandos de las SS en
septiembre y estableció (bajo supervisión alemana) un régimen títere neofascista en el
norte de Italia.

Los aliados aterrizaron con éxito cerca de Anzio, al sur de Roma, pero no ocuparon la
ciudad hasta principios de junio de 1944. El ejército alemán continuó ocupando el norte
de Italia, insistiendo obstinadamente en no rendirse hasta que el 2 de mayo de 1945
cedieron. Después de la liberación de Roma, las fuerzas aliadas bombardearon con éxito
objetivos alemanes en oriental, como la planta de caucho de Auschwitz-Monowitz y la
planta de combustible sintético en Silesia.

El Día D
El 6 de junio de 1944 (Día de los Caídos en la Guerra), más de 150.000 soldados aliados
desembarcaron en la costa de Normandía, Francia. Después de estar atrapados en la costa
de Normandía durante seis semanas, Gran Bretaña y Estados Unidos rompieron con éxito
el cerco el 25 de julio y liberaron París el 25 de agosto. El 11 de septiembre de 1944, las
primeras tropas estadounidenses cruzaron la frontera hacia Alemania. En diciembre, toda
Francia, la mayor parte de Bélgica y partes del sur de Holanda habían sido liberadas.

Avances soviéticos
El 22 de junio de 1944, el ejército soviético destruyó el centro del Grupo de Ejércitos
Alemán en el este de Bielorrusia. El 1 de agosto de 1944, rápidamente se trasladaron al
oeste hasta el río Vístula, cerca de Varsovia. A principios de agosto, las tropas soviéticas
que ya habían conquistado la provincia rumana de Besarabia en el este de Rumanía
aparecieron en el río Prut y se estaban preparando para atacar el corazón de Rumania, lo
que llevó al país a rendirse el 23 de agosto. Los búlgaros se rindieron el 8 de septiembre
de 1944. Estos acontecimientos obligaron a los alemanes a evacuar de Grecia, Albania y
el sur de Yugoslavia. El 19 de marzo de 1944, Alemania ocupó Hungría para evitar que
el gobierno húngaro buscara una paz de forma separada. Luego, en octubre, Alemania
patrocinó el golpe de Estado extremista del Partido Arrow Cross para evitar que los
húngaros se rindieran nuevamente.

Finalmente, con la aparición de las tropas soviéticas en la frontera finlandesa, los


finlandeses pidieron un armisticio el 12 de septiembre de 1944. En agosto de 1944, el
Ejército Nacional clandestino de Polonia y la Resistencia Nacional Eslovaca se
organizaron para resistir a los alemanes, sin embargo, los alemanes lograron reprimir
dichos levantamientos.

La derrota de Alemania
El 16 de diciembre de 1944, los alemanes lanzaron un infructuoso contraataque en
Bélgica y el norte de Francia, conocido como la Batalla de las Ardenas. Para el día de año
nuevo, las tropas británicas y estadounidenses habían obligado a los alemanes a replegarse
a Alemania. El 12 de enero de 1945, los soviéticos reanudaron la ofensiva, liberando
Varsovia y el oeste de Polonia. En diciembre, los soviéticos habían rodeado Budapest,
aunque la ciudad no cayó hasta el 13 de febrero de 1945. Para comienzos de abril, los
soviéticos habían expulsado los remanentes del régimen de la Cruz Flechada de Hungría
y habían forzado la rendición de la República Eslovaca fascista con la caída de Bratislava,
el 4 de abril de 1945. El 13 de abril, los soviéticos capturaron Viena, mientras que los
partisanos del mariscal Josip Tito forzaban la huida de los líderes de la Ustasha y el
colapso del llamado Estado Independiente de Croacia.

A mediados de febrero de 1945, los aliados bombardearon Dresde y mataron a unos


35.000 civiles alemanes. El 7 de marzo de 1945, las tropas estadounidenses cruzaron el
Rin en Remagen. El 16 de abril de 1945, la última ofensiva soviética hizo que estas
fuerzas rodearan Berlín. El 30 de abril de 1945, Hitler se suicidó cuando las tropas
soviéticas avanzaron hacia la Cancillería Imperial. El 7 de mayo de 1945, Alemania se
rindió incondicionalmente a sus aliados occidentales en Reims y el 9 de mayo se rindió a
la Unión Soviética en Berlín.

La derrota de Japón
Después de expulsar a los japoneses de las Islas Salomón en noviembre de 1942, las
fuerzas británicas y estadounidenses comenzaron a moverse lentamente hacia el norte,
brincando de isla en isla hacia Japón, mientras las fuerzas británicas trabajaban con el
gobierno nacionalista chino para luchar contra los japoneses en China. En una campaña
paralela, el movimiento comunista chino luchaba contra los japoneses mientras se
defendía de los ataques de los nacionalistas. En octubre de 1944, las tropas
estadounidenses desembarcaron en las Filipinas. Para mayo de 1945, las tropas británicas
y estadounidenses habían conquistado Okinawa, la última base japonesa importante antes
del mismo Japón.

El 6 de agosto de 1945, Estados Unidos lanzó la primera bomba atómica en Hiroshima y


posteriormente, el 9 de agosto, lanzó una segunda bomba atómica en Nagasaki. El 8 de
agosto, la Unión Soviética le declaró la guerra a Japón e invadió el territorio de Manchuria
que estaba ocupado por ese país.

Menos de una semana más tarde, el 14 de agosto de 1945, Japón aceptó rendirse; la
ceremonia formal tuvo lugar el 2 de septiembre. La Segunda Guerra Mundial había
terminado.

Consecuencias:
Demográficas:
➢ Debido a los fuertes enfrentamientos, la población se vio forzada a
movilizarse, creándose así un importante impacto demográfico.
➢ Las pérdidas humanas ascendieron a un estimado de 50 millones de
muertos.

Económicas:
➢ Los países que sirvieron de escenario para los enfrentamientos quedaron
totalmente arrasados económicamente y con déficits e inflación gravísima,
en cambio los países que no se vieron afectados incrementaron su riqueza.
➢ EEUU y la URSS surgieron como grandes potencias.

Políticas:
➢ En el marco internacional se empezaron a celebrar conferencias aliadas y
tratados de paz para evitar otro conflicto bélico.
➢ Se forma la ONU.

Las muertes de la Segunda Guerra Mundial


Como resultado de la Segunda Guerra Mundial, se estima que murieron 55 millones de
personas en todo el mundo. Aunque muchas de las siguientes estadísticas pueden variar
según los datos originales, se pueden utilizar como referencia para los cálculos. Durante
los combates, Estados Unidos tuvo 292,129 bajas y 139,709 personas desaparecidas. La
Unión Soviética tiene 8.668.400 bajas y otras 4.559.000 desaparecidas. Hubo 2.049.872
víctimas en Alemania y 1.902.704 desaparecidos. China tiene 1.324.516 bajas y 115.248
desaparecidos. Japón tiene 1.506.000 bajas y 810.000 desaparecidos. El número de
víctimas en el Reino Unido fue de 397.762 y desaparecidos 90.188. El número de civiles
muertos es igualmente aterrador. La Unión Soviética perdió 14.012 millones de civiles;
estas cifras incluían entre un millón y un millón y medio de judíos. China perdió más de
un millón de civiles, mientras que Polonia perdió casi cinco millones, incluidos tres
millones de judíos.

La Guerra Fría
Por Guerra Fría se entiende una situación de tensión continua, que emerge de la inmediata
posguerra, y que va a enfrentar, en primer lugar, a las dos superpotencias, Estados Unidos
capitalista y la antigua URSS socialista, para extenderse después a los dos bloques de
países liderados por ellas. Este conflicto inició en 1947 y terminó en 1989.
Antecedentes
La doctrina Truman y el Plan Marshal:
Desde la Conferencia de Yalta no dejaron de aumentar los puntos de fricción entre
Estados Unidos y la URSS, pero tres hechos fueron los que provocaron
fundamentalmente la reacción norteamericana del 47, concretada en la llamada doctrina
Truman: la instalación de gobiernos comunistas en las naciones europeas ocupadas por el
ejército soviético; la fuerza y el prestigio de los partidos comunistas en países como
Francia o Italia (que podían actuar como peones de Moscú); y la cuestión griega, donde
la URSS, a través de Bulgaria, prestaba apoyo a los partisanos comunistas enfrentados a
los grupos monárquicos que, a su vez, recibían apoyo de Gran Bretaña. Pero los
británicos, en 1947, reconocían su incapacidad para resolver la situación y retiraban sus
tropas. La debilidad británica, unido a los hechos anteriores, reforzaba la idea
norteamericana de una Europa susceptible de caer en la órbita de Moscú.

En la primavera del año 47 el presidente Truman expuso en un discurso ante el Congreso


las ideas que se conocen como “doctrina Truman”: ante el avance del comunismo – “en
varios países del mundo, recientemente, se han implantado por la fuerza regímenes
totalitarios, contra la voluntad popular”- Estados Unidos debía ayudar a los países libres
e impedir que en ellos se impusieran regímenes totalitarios comunistas. El presidente
anunciaba así el abandono de la tradicional política aislacionista de la nación y fijaba los
fines que desde entonces seguiría la política exterior de Estados Unidos: defender el
mundo occidental o libre, agrupando a su alrededor a los países decididos a oponerse a la
difusión del comunismo y al expansionismo soviético. Se ponía en marcha la política de
“contención” del comunismo, dando prioridad a Europa Occidental.

La doctrina Truman o política de “contención” se concretó, en primer lugar, en la ayuda


a Grecia: Truman decidió apoyar al ejército monárquico que consiguió la victoria en el
año 48.

Pero la ayuda a Grecia era sólo el preámbulo de una ayuda mucho más importante a las
naciones europeas para su reconstrucción: el Plan Marshall. Propuesto en 1947 por el
Secretario de Estado, George Marshall, consistía en un programa masivo de ayuda, en
forma de créditos y donaciones, para la reconstrucción de Europa (también daba salida a
la superproducción americana). Comprendía Estados Unidos que ésta constituía el mejor
antídoto contra el comunismo. Pensaba más o menos lo mismo la Unión Soviética, que
denunció la ayuda americana como una vía de control y dependencia de Estados Unidos,
por lo que fue rechazada por la URSS y los países del Este. El plan aportó casi 13.000
millones de dólares a un total de 16 países. Ello permitió la rápida reconstrucción
económica de Europa occidental, al tiempo que cohesionó el bloque occidental bajo el
liderazgo de Estados Unidos. En 1949, mantuvo sus tropas en Europa y creo la OTAN o
Alianza Atlántica: una organización militar permanente

Existe un cierto desacuerdo sobre cuándo comenzó exactamente la Guerra Fría. Mientras
que la mayoría de historiadores sostienen que empezó nada más acabar la II Guerra
Mundial, otros sostienen que los inicios de la Guerra Fría se remontan al final de la I
Guerra Mundial, en las tensiones que se produjeron entre el Imperio ruso, por un lado, y
el Imperio Británico y los Estados Unidos por el otro. El choque ideológico entre
comunismo y capitalismo comenzó en 1917, tras el triunfo de la Revolución rusa, de la
que Rusia emergió como el primer país comunista. Éste fue uno de los primeros eventos
que provocó erosiones considerables en las relaciones ruso-estadounidenses.

Algunos eventos previos al final de I Guerra Mundial fomentaron las sospechas y recelos
entre soviéticos y estadounidenses: la idea bolchevique de que el capitalismo debía ser
derribado por la fuerza para ser reemplazado por un sistema comunista, la retirada rusa
de la I Guerra Mundial tras la firma del Tratado de Brest-Litovsk con el Segundo Reich,
la intervención estadounidense en apoyo del Movimiento Blanco durante la Guerra Civil
Rusa y el rechazo estadounidense a reconocer diplomáticamente a la Unión Soviética
hasta 1933. Junto a estos, diferentes eventos durante el periodo de entreguerras
agudizaron las sospechas: la firma del Tratado de Rapallo y del Pacto germano-soviético
de no agresión son dos notables ejemplos.

• La II Guerra Mundial y la posguerra (1939-1947)


• Las Conferencias (Conferencia de Yalta y Potsdam)
• El Telón de Acero

Causas y consecuencias de la Guerra Fría


Causas de la Guerra Fría
Las principales causas de la Guerra Fría se pueden resumir en:

• La Unión Soviética quería difundir su ideología comunista a todo el mundo, lo


que alarmó a los americanos, que odiaban ese sistema político.
• La adquisición de armas atómicas por parte de los americanos alertó enormemente
a los soviéticos.
• Ambos países temían el ataque de uno u otro.
• El presidente estadounidense sentía una aversión personal contra el presidente
ruso Josef Stalin.
• Los soviéticos temían que Estados Unidos utilizara a la Europa occidental como
base para atacar a la Unión Soviética

Consecuencias de la Guerra Fría


Los efectos que trajo consigo la Guerra Fría fueron:

• Los Estados Unidos y la Unión Soviética acumularon grandes arsenales de armas


atómicas y misiles balísticos.
• Se formaron los bloques militares de la OTAN y el Pacto de Varsovia
• Se llegó hasta los conflictos destructivos de Vietnam y Corea
• La Unión Soviética se derrumbó debido a sus debilidades económicas
• Se derribó el Muro de Berlín y se desintegró el Pacto de Varsovia
• Los estados del Báltico y algunas repúblicas ex soviéticas lograron la
independencia
• Estados Unidos se convirtió en la única superpotencia del mundo
• Se derrumbó el comunismo

Etapas de la Guerra Fría


Cronológicamente cabe diferenciar tres etapas en la evolución de la guerra fría.

- Un primer período de máxima tensión desde 1947 hasta 1953, con dos escenarios
principales: la crisis de Berlín (1948) y la guerra de Corea (1950-53). En esta etapa,
después de que la URSS ensayara su primera bomba atómica (1949), se impuso la lógica
carrera de armamentos.

- Un segundo período que se extiende hasta finales de los setenta, denominado de


coexistencia pacífica, en el que la negociación comienza a ser posible. También salpicado
de conflictos: crisis de los misiles cubanos (1962) y guerra de Vietnam (1960-75).

- Un tercer período de rebrote de la guerra fría con la invasión soviética de Afganistán y


la subida de Reagan a la presidencia de EEUU (1980)
Conflictos durante la Guerra Fría
• La Guerra de Corea (1947-1953): La península de Corea, posesión japonesa, había
sido ocupada por la URSS y EE.UU. en 1945 tomando como línea de división el
paralelo 38º. El estallido de la guerra fría tuvo como resultado la partición de este
país en dos estados: Corea del Norte, donde en 1948 se estableció una "república
popular", es decir, una dictadura comunista dirigida por Kim Il Sung; y Corea del
Sur, donde ese mismo año Syngman Rhee estableció una férrea dictadura pro-
norteamericana.
• El Bloqueo de Berlín (1948): En 1948, ya en Guerra Fría y durante un pico de
tensión política entre estas potencias, la URSS cerró las fronteras de la zona
alemana que quedaba bajo su control, de manera que el Berlín occidental bajo
gobierno francés, británico y estadounidense quedaba aislado y sin
abastecimiento. El único modo en el que se podía cruzar las fronteras era mediante
un corredor aéreo que la URSS estaba obligada a permitir, creándose así un puente
aéreo.
• Guerra de Vietnam (1954): Conflicto en la península de Indochina que tuvo lugar
entre mediados de los cincuenta y mediados de los setenta y que enfrentó a los
EE.UU. y el gobierno de Vietnam del Sur, por un lado, contra Vietnam del Norte
y las guerrillas comunistas que actuaban en Vietnam del Sur por otro. La guerra
terminó extendiéndose también a Laos y Camboya. La guerra del Vietnam fue la
más larga de la historia norteamericana, supuso para este país una experiencia de
fracaso y frustración, constituyendo, sin lugar a dudas, el más serio fracaso de
EE.UU. en la guerra fría.
• Guerra del Sinaí (1956-1957): Operación Kadesh” o “Ataque Triple” es una breve
guerra desarrollada entre el 29/10/1956 y el 5/11/1956, en donde Israel, Francia e
Inglaterra atacaron al Egipto de Nasser, tras una serie de graves agresiones del
mandatario egipcio. En Israel, la Guerra se conoce como Operación Kadesh, en
honor al antiguo poblado de Kadesh Barnea
• Carrera armamentística: Al terminar la Segunda Guerra Mundial, las dos
potencias vencedoras disponían de una enorme variedad de armas, muchas de
ellas desarrolladas durante el conflicto. Tanques, aviones, submarinos y otros
navíos de guerra constituían as llamadas armas convencionales. No obstante, la
desigualdad resultaba patente, o por lo menos eso les parecía a los estadistas.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, la URSS contaba con el mismo número de
carros de combate que el resto de las naciones juntas, y superaba en aviones al
conjunto de todas las demás fuerzas aéreas. Después del conflicto, la diferencia
numérica no era tan abrumadora, pero aún resultaba ostentosa. Sin embargo, su
flota no podía competir en condiciones de igualdad con la de Estados Unidos. Tras
la Batalla de Midway quedó demostrada la importancia del avión y el portaaviones
en los conflictos marítimos. La armada soviética disponía de muchos menos
barcos de este tipo que la estadounidense, y además, sus naves eran de menor
tamaño, y no disponían de cubierta corrida para operar dos aeronaves
simultáneamente, por lo que su inferioridad resultaba manifiesta
• Carrera espacial: La carrera espacial se puede definir como una subdivisión del
conflicto no declarado entre Estados Unidos y la Unión Soviética en el ámbito
espacial. En 1957, los rusos lanzaron el Sputnik, primer artefacto humano capaz
de alcanzar el espacio y orbitar el Planeta. En Noviembre de ese mismo año, los
rusos lanzan el Sputnik II, y dentro de la nave, el primer ser vivo sale al espacio:
una perra Kudriavka, de nombre Laika, que murió a las 7 horas de salir de la
átmosfera.
• Crisis de los misiles de Cuba: En octubre de 1962, aviones espías norteamericanos
U2 detectaron la construcción de rampas de misiles y la presencia de tropas
soviéticas. El 22 de octubre, con el apoyo claro de sus aliados occidentales,
Kennedy toma una medida de gran dureza: establece una "cuarentena defensiva",
es decir, un bloqueo de la isla, desplegando unidades navales y aviones de
combate en torno a Cuba. Si los navíos soviéticos intentaran forzar el bloqueo, el
conflicto armado entre las dos superpotencias estaba servido. Fue el momento de
la guerra fría en que más cerca se estuvo del enfrentamiento directo entre la URSS
y EEUU y de la hecatombe nuclear. Finalmente, tras negociaciones secretas,
Kruschev lanza una propuesta aceptada por Kennedy: la URSS retiraría sus
misiles de Cuba a cambio del compromiso norteamericano de no invadir la isla y
de la retirada de los misiles Júpiter que EE.UU. tenía desplegados en Turquía.

Personajes destacados
• Josef Stalin
• J. F. Kennedy
• Harry S. Truman
• Franklin D. Roosevelt
• Mijaíl Gorbachov

Los Tratados de No Proliferación:


El Tratado de No Proliferación Nuclear fue un consenso para evitar la proliferación de
armas nucleares, firmado el 1 de julio de 1968. Este consenso fue alcanzado por la
necesidad de regular la incipiente escalada nuclear de diferentes países, puesto que la
aparición de nuevos países nuclearmente armados reducía efectivamente la seguridad de
todo el planeta, multiplicando el riesgo de accidentes o uso no autorizado de este tipo de
armas, o su uso en conflictos locales que podrían ser globales a través del mecanismo de
escalada nuclear. El TNPN fue el eje que sustentó una serie de acuerdos para reducir el
peligro de una guerra nuclear entre las superpotencias. Los tratados sobre no proliferación
más significativos de las décadas de los '60 y los '70 fueron: • 1963 - Tratado de
prohibición parcial de ensayos nucleares: Impulsado por Kennedy, prohibía los test
nucleares en la atmósfera, bajo el agua y en el espacio. Ni China ni Francia, ambas
potencias nucleares, firmaron el tratado. • 1968 - Tratado de No Proliferación Nuclear
(TNP): En primera instancia promovido por Irlanda, regulaba la posición de los Estados
Unidos, la Unión Soviética, el Reino Unido, Francia y China como "Estados
Nuclearmente Armados". El resto de países tenían prohibida la posesión, creación o
adquisición de armas nucleares u otros artefactos nucleares. • 1972 - Tratado ABM:
Acuerdo bilateral entre Estados Unidos y la Unión Soviética para limitar el uso de misiles
balísticos. • 1972 - 1979 - Acuerdos SALT (SALT I y SALT II): Firmados por los Estados
Unidos y la URSS tendentes a limitar la cantidad de armamento nuclear, y que prohibía
los ensayos nucleares sobre tierra y en el mar. • 1973 - Acuerdo de Prevención de Guerra
Nuclear: Firmado por los EE. UU. y la URSS que vinculaba a ambas partes a consultarse
en situaciones que pudieran desembocar en una guerra nuclear.

Etapa final de la Guerra Fría


Desde mediados de los sesenta se sucedieron los acuerdos de control de armamentos
(Tratado de no Proliferación de Armas Nucleares, SALT I y SALT II), lo que contribuía
a disminuir la tensión entre las dos potencias. Este clima de disminución de la tensión o
“distensión” tuvo su mejor momento con la celebración de la Conferencia para la
Seguridad y la Cooperación en Europa en Helsinki, entre 1973 y 1975. Allí, más de 30
países europeos (capitalistas y comunistas) más Estados Unidos y la URSS no sólo
hablaron de misiles sino también de derechos humanos y de cooperación internacional.
El acta final comprometía a los países firmantes a no recurrir a la amenaza o al uso de la
fuerza, a respetar la inviolabilidad de las fronteras europeas y a fomentar la cooperación
entre las naciones. El clima distensión internacional que surgió de esta conferencia hizo
posible que se hablara del nuevo espíritu de Helsinki.La Guerra Fría tuvo su fin en 1989
con la caída de muro de Berlín. Pero a finales de la década de los años setenta el mundo
asistió a un rebrote de la guerra fría. La Unión Soviética, aprovechando la erosión del
liderazgo norteamericano tras la derrota de Vietnam y la recesión económica, fruto de la
crisis de 1973, se planteó tomar la delantera en la confrontación bipolar. Por parte
norteamericana, el rebrote de la guerra fría tuvo como protagonista al presidente Ronald
Reagan, firmemente decidido a superar las secuelas de Vietnam y restablecer la
hegemonía estadounidense.

Dentro de los gastos militares destacó un nuevo programa, la Iniciativa de Defensa


Estratégica, conocido popularmente como guerra de las galaxias, que implicaba la
construcción de un escudo espacial para proteger a Estados Unidos de un hipotético
ataque con misiles nucleares soviéticos.

La subida de Mijail Gorbachov al poder en la Unión Soviética en 1985 supuso un cambio


radical en el curso de la guerra fría que acabó con la desaparición de los bloques. El
programa de la perestroika provocó cambios profundos en la política exterior soviética.
Era preciso reducir los asfixiantes gastos militares para incrementar los gastos civiles,
cosa que sólo podía conseguirse con la iniciación de conversaciones para el desarme y la
limitación del intervencionismo en otros países. Por su parte, los norteamericanos
aceptaron entablar un diálogo que contaba con el apoyo de amplios sectores de la opinión
pública internacional (incremento del pacifismo y del antimilitarismo en la opinión
pública de ambos bloques). Gorbachov celebró varias entrevistas con Reagan con el
objetivo de reducir los niveles de armas
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Primera Guerra Mundial,
Segunda Guerra Mundial y
Guerra Fría
GRUPO 6
INTEGRANTES:
• ADRIANA PANTOJA • JOSUÉ PAREDES
• CINTHYA PAZMIÑO • MELANI PAREDES
Primera Guerra Mundial
28 JUL 1914 - 11 NOV 1918.
GRAN GUERRA GUERRA EUROPEA

GUERRA DEL 14
Personajes destacados:

Archiduque Francisco Fernando Nicolás II

Guillermo II Woodrow Wilson


Antecedentes:
Causas económicas:

Segunda Estados Unidos


Revolución y Japón nuevas
Industrial. potencias
Industriales.
Las disputas imperialistas:

Alemania superaba ha La segunda crisis marroquí.


Gran Bretaña y Francia.

“Crisis marroquíes”
Bloques beligerantes:
Tripe Alianza:

Alemania, Italia y el Imperio Austrohúngaro,


apoyados por Bulgaria y Turquía.
Triple Entente:

Francia, Inglaterra y Rusia, a los que se unieron entre


otros Bélgica, Italia, Portugal, Grecia, Serbia, Rumanía y
Japón.
Las fases de la Guerra

La guerra de
movimientos (1914):

La guerra de posiciones

La crisis de 1917:

El final de la guerra
1918
Segunda Guerra
Mundial
1 SEPT 1939 – 2 SEPT 1945
Antecedentes
INICIO
Invasión de Polonia

9 de abril de 1940

▪Neutralidad y Tratado
▪Guerra boba
Invasión de Noruega y
▪Tropas alemanas y Dinamarca
soviéticas
▪10 de mayo de 1940
▪Acuerdo de Armisticio
▪Batalla aérea de Gran Bretaña Guerra ruso-finlandesa

▪Finales de noviembre de 1939


▪Invasión en Finlandia

Invasión de Europa
Occidental
Anexiones Soviéticas Italia entra a la guerra

▪Polonia ▪10 de junio de 1940


▪Estados Bálticos, junio de 1940 ▪Benito Mussolini
▪Rumania ▪Grecia y Egipto
▪Abril de1941 ▪“Operación Barbarroja” el 22 de
junio de 1941
▪Estado independiente de
Croacia ▪Finlandia
▪Alemania, Italia, Hungría, ▪Ejército rojo en Moscú
Bulgaria ▪6 de diciembre de 1941

Invasión de la Unión
Avances del Eje Soviética
Estados Unidos
entra en la Segunda ▪7 de diciembre de 1941
Guerra Mundial

La guerra del ▪Agosto de 1942


Pacífico

El bombardeo ▪Mayo de 1942 - 1945


aliado de
Alemania
▪8 de noviembre de
1942
Guerra en el norte
de África ▪Afrika Korps
▪Mayo de 1943
La contraofensiva ▪Julio de 1943
Soviética ▪8 de septiembre, rendición de
Italia
▪Principios de junio de 1944
▪2 de mayo de 1945

▪Junio de 1942
▪2 de febrero de 1943
▪Julio de 1943, la mayor
batalla de tanques de la Desembarcos aliados
historia. en Italia
▪6 de junio de 1944 Avances Soviéticos
▪25 de julio – 25 de agosto
▪11 de septiembre de1944

▪22 de junio de 1944


▪Rumania y Bulgaria
▪Hungría
El día D
▪Alemania reprimió dos
levantamientos
Derrota de Alemania Derrota de Japón

▪Batalla de las Ardenas el 16 de diciembre ▪Tropas estadounidenses y


de 1944 británicas
▪Hungría y Eslovaquia ▪6 y 9 de Agosto de 1945
▪Bombardeo en Dresde ▪14 de agosto de 1945
▪Suicidio de Hitler
▪7 y 9 de mayo de 1945
El 2 de septiembre de 1945 se dio fin a la Segunda Guerra Mundial, luego de 6
años de contienda.

Consecuencias:
▪Demográficas Alrededor de
55 millones
▪Económicas de fallecidos.
▪Políticas
La Guerra Fría
1947 – 1989
Terminó en
La Guerra Fría Inició en 1989 con la
1947 caída del muro
de Berlín

Por Guerra Fría se


Estados Unidos
entiende una
capitalista y la
situación de tensión
antigua URSS
continua, que emerge
socialista, para
de la inmediata
extenderse después a
posguerra, y que va a
los dos bloques de
enfrentar, en primer
países liderados por
lugar, a las dos
ellas.
superpotencias.
Antecedentes de la
Guerra Fría
Revolución Lucha de Enfrentamien
Tensiones
hegemonía to entre
Rusa y la derivadas de la
mundial entre capitalismo
creación de la II Guerra
Estados Unidos y vs
URSS Mundial
la URSS comunismo

Las conferencias
División de de:
Europa tras la Teherán:1943 Telón de acero
guerra Yalta : 1945
Potsdam: 1945
Causas de la Guerra Fría
La adquisición de El presidente
armas atómicas por estadounidense
parte de los sentía una aversión
americanos alertó personal contra el
enormemente a los presidente ruso
La URSS quería soviéticos. Josef Stalin
difundir su ideología
comunista a todo el
mundo, lo que alarmó
a los americanos, que
odiaban ese sistema
político.

Los soviéticos temían


que Estados Unidos Ambos países
utilizara a la Europa temían el
occidental como base ataque de uno u
para atacar a la Unión otro.
Soviética
Consecuencias de
la Guerra Fría
Los Estados Unidos Se formaron La Unión
y la Unión Se llegó hasta
los bloques Soviética se
Soviética los conflictos
acumularon
militares de la derrumbó
destructivos
grandes arsenales OTAN y el debido a sus
de Vietnam y
de armas atómicas Pacto de debilidades
y misiles balísticos Corea
Varsovia económicas

Los estados
Se derribó el Estados
del Báltico y
Muro de Berlín Unidos se Se
algunas
convirtió en
y se desintegró repúblicas ex derrumbó el
la única
el Pacto de soviéticas comunismo
superpotencia
lograron la
Varsovia del mundo
independencia
Etapas de la Guerra Fría

- Un primer período de máxima tensión desde 1947 hasta 1953, con


dos escenarios principales: la crisis de Berlín (1948) y la guerra de
Corea (1950-53). En esta etapa, después de que la URSS ensayara su
primera bomba atómica (1949), se impuso la lógica carrera de
armamentos.
- Un segundo período que se extiende hasta finales de los setenta,
denominado de coexistencia pacífica, en el que la negociación
comienza a ser posible. También salpicado de conflictos: crisis de los
misiles cubanos (1962) y guerra de Vietnam (1960-75).
- Un tercer período de rebrote de la guerra fría con la invasión
soviética de Afganistán y la subida de Reagan a la presidencia de EEUU
(1980)
Conflictos y sucesos importantes durante
la Guerra Fría
• La Guerra de Corea (1947-1953)

• El Bloqueo de Berlín (1948)


• Guerra de Vietnam (1954)

• Crisis de los Misiles Cubanos(1962)


• Carrera armamentista

• Carrera espacial
Personajes destacados durante la Guerra
Fría

Iósif Stalin Harry S. Truman


J. F. Kennedy Nikita Jrushchov
Mijaíl Gorbachov Franklin D. Roosevelt
Etapa final de la Guerra Fría

▪Acuerdos SALT
▪Espíritu de Helsinki
▪Caída del Muro de Berlín
(1989)
▪Guerra de la Galaxias
▪La Perestroika
▪Disolución de la URSS
Historia de América Latina
EDWIN WILLIAMSON

HISTORIA
SECCIÓN DE OBRAS DE HISTORIA

HISTORIA DE AMÉRICA LATINA


Traducción de
GERARDO NORIEGA RIVERO
EDWIN WILLIAMSON

Historia de América
Latina

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


Primera edición en inglés, 1992
Segunda edición en inglés, 2009
Primera edición en español, 2013

Williamson, Edwin
Historia de América Latina / Edwin Williamson, trad. de Gerardo Noriega
Rivero. — México : FCE, 2013
706 p. ; 23 × 17 cm — (Sección de Obras de Historia)
Título original: The Penguin History of Latin America
ISBN 978-607-16-1646-3

1. Historia — América Latina I. Noriega Rivero, Gerardo, tr. II. Ser. III. t.

LC F1410 Dewey 972W196h

Distribución mundial

Diseño de portada: Laura Esponda Aguilar

Título original: The Penguin History of Latin America


D. R. © 1992, 2009, Edwin Williamson

D. R. © 2013, Fondo de Cultura Económica


Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14738 México, D. F.
Empresa certificada ISO 9001:2008

Comentarios: editorial@fondodeculturaeconomica.com
www.fondodeculturaeconomica.com
Tel. (55) 5227-4672; fax (55) 5227-4694

Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere


el medio, sin la anuencia por escrito del titular de los derechos.

ISBN 978-607-16-1646-3
Impreso en México • Printed in Mexico
A Susan, Louise y Phoebe
SUMARIO

Prefacio 11

PRIMERA PARTE
La era del Imperio 13

I. Descubrimiento y conquista 15
II. Indígenas e ibéricos 47
III. España en América 84
IV. Las Indias españolas 121
V. El Brasil colonial 170

SEGUNDA PARTE
El desafío del mundo moderno 195

VI. Reforma, crisis e independencia 197


VII. La búsqueda del orden: conservadores y liberales en el siglo XIX 233
VIII. “Civilización y barbarie”: sucesos literarios y culturales
(primera parte) 283

TERCERA PARTE
El siglo XX 307

IX. Nacionalismo y desarrollo: visión de conjunto 309


X. México: revolución y estabilidad 372
XI. Brasil: orden y progreso 403
XII. Cuba: dependencia, nacionalismo y revolución 428
XIII. Argentina: el largo declive 451
XIV. Chile: democracia, revolución y dictadura 476
XV. Identidad y modernidad: sucesos literarios y culturales
(segunda parte) 501

CUARTA PARTE
Hacia una nueva era 555

XVI. Globalización y reforma: visión de conjunto 557


9
10 SUMARIO

Apéndice estadístico 605


Bibliografía recomendada 617
Mapas 657
Glosario de términos básicos 671
Índice analítico 679
Índice onomástico 691
Índice general 703
PREFACIO

La historia de América Latina ha fascinado y a la vez desconcertado a los


observadores. Se diría que el continente tiene un sabor extranjero, un exotis-
mo derivado quizá de que en otro tiempo se lo haya considerado un “nuevo
mundo”, aunque subsisten monumentos y reliquias de sociedades antiguas
cuyas culturas seguimos sin entender del todo hasta hoy. Este carácter elusi-
vo —que evoca al mismo tiempo un anterior estado de gracia y cierta co-
rrupción original— ha hecho que la interpretación de la historia latinoame-
ricana se preste a la especulación y a la creación de mitos. Por lo mismo,
acometí la tarea con cautela, por no decir aprensión.
La principal finalidad de este libro es ofrecer al lector lego una obra ge-
neral. En la medida de lo posible trato de presentar un relato desapasionado
y, a veces, tentativo de los hechos, señalando las lagunas de nuestro conoci-
miento o los ámbitos de controversia. Por otra parte, no quise despojar de
colorido el cuadro, así que el método suele ser narrativo, centrado a veces en
personajes y, al abordar obras literarias, concebido para que el lector com-
prenda rasgos sobresalientes de la cultura.
Como mi interés principal es América Latina y no la América precolom-
bina, comienzo por relatar que el continente llamó la atención de los euro-
peos meridionales y cómo los españoles conquistaron a algunos de sus habi-
tantes. Antes de continuar con la discusión de las sociedades híbridas que
surgirían después, incluyo un capítulo en el que presento los antecedentes de
los pueblos indígenas más importantes, así como los de los conquistadores
ibéricos. En cuanto al periodo que siguió a la independencia, decidí sacrifi-
car un panorama general de las repúblicas en favor de un acercamiento se-
lectivo, creyendo que así ofrecería un mejor enfoque para abordar aconteci-
mientos representativos sin omitir por completo circunstancias locales. El
siglo XX presentó el mayor problema de alcance; al final opté por una sinop-
sis introductoria seguida de capítulos más breves sobre varios países en par-
ticular, cuya experiencia ha sido especialmente significativa.
En décadas recientes la literatura latinoamericana ha recibido una aten-
ción extraordinaria en todo el mundo. Las circunstancias históricas en que
se produjo son menos conocidas. He intentado, pues, situar mi discusión de
la literatura y la cultura en un contexto histórico más amplio. En esos capí-
tulos dedico alguna atención a determinados escritores porque creo que su
obra puede aportar importantes profundizaciones en las ideas, imágenes y
preocupaciones que dieron forma a la “mentalidad” de una época. A la in-
versa, pensé que sería provechoso subrayar, en la mayor medida posible,
los hallazgos de recientes investigaciones históricas sobre cuestiones que
11
12 PREFACIO

han sido objeto de debate cultural y político en América Latina durante mu-
chos años.
Un libro de esta naturaleza necesariamente se basa en el trabajo de
muchas personas. Quisiera expresar mi gratitud a los numerosos estudio-
sos que han contribuido a nuestro conocimiento y entendimiento del pasado
del continente. De manera más específica, quisiera dejar constancia de mi
gratitud al Research Comittee del Colegio Birkbeck, en la Universidad de
Londres, por haberme otorgado la beca que hizo posible un largo periodo
de investigación ininterrumpida. Deseo agradecer también a todas las per-
sonas que ayudaron en la creación de este libro: Monique y John Fa, por su
hospitalidad y asistencia bibliográfica en la ciudad de México; Ian Williamson
y Francine Nahai por prestarme su casa en Suffolk, donde escribí partes
importantes de esta obra; y, no menos importante, a mi esposa Susan, cuyo
aliento, consejo y apoyo fueron invaluables, como siempre.

Edimburgo, mayo de 1991


PRIMERA PARTE

LA ERA DEL IMPERIO


I. DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA

DESCUBRIMIENTO

La seducción de las Indias

Después de soportar un largo y penoso viaje por regiones desconocidas del


océano Atlántico, el marinero genovés Cristóbal Colón avistó tierra la maña-
na del 12 de octubre de 1492. Al llegar a la costa estaba convencido de que
había encontrado una ruta marítima al continente asiático y de que era posi-
ble cumplir la finalidad de su expedición: conseguir la autorización de los
soberanos de China y Japón para iniciar un comercio privado de oro y espe-
cias bajo los auspicios de sus protectores, los Reyes Católicos de España.
Asia era un continente misterioso que fascinaba a los europeos. Se le co-
nocía vagamente como las Indias, nombre que se aplicaba no sólo a la India
propiamente dicha, sino a la península de Malaca, las islas Molucas o de las
Especias e incluso, en el sentido más amplio, a China y Japón. Pocos euro-
peos se habían aventurado lejos en su fabuloso interior, y las imágenes del
continente en Occidente estaban teñidas por la crónica de principios del si-
glo XIV del explorador veneciano Marco Polo, que refirió su viaje terrestre a
través de las estepas centrales hasta los dominios de Kublai Kan, emperador
de Catay. La imaginación de Colón también estaba influida por otros relatos
más fantasiosos sobre Asia, como las famosas crónicas de sir John Mande-
ville, quien a fines del siglo XIV evocaba tierras pobladas de monstruos y bes-
tias exóticas, donde había minas de oro y donde el reino cristiano del Preste
Juan formaba un enclave entre los paganos.
De hecho, existían lazos comerciales entre Europa y Asia desde hacía si-
glos a través de varias rutas que surcaban el Mediterráneo oriental y que a
partir del siglo XI habían quedado en poder de las repúblicas italianas de Gé-
nova y Venecia. Una cadena de colonias comerciales en el Levante mediterrá-
neo daba acceso a Egipto y Siria, las puertas de entrada a las riquezas de
Arabia, la India y el Extremo Oriente. Desde estas lejanas tierras, caravanas
que recorrían el desierto o barcos que hacían cabotaje transportaban espe-
cias, sedas y otros artículos de lujo, de los que había una demanda cada vez
mayor en la Europa de fines de la Edad Media. Génova y Venecia se enrique-
cieron con este intercambio y adquirieron una considerable pericia naval y
comercial. Los italianos también producían azúcar en plantíos cultivados
por esclavos en sus colonias del Mediterráneo, pues la trata de esclavos era
parte integral del intercambio comercial entre Europa y Asia.
Los mercaderes italianos habían negociado con Europa septentrional
15
16 LA ERA DEL IMPERIO

viajando a través de los Alpes, pero la lentitud de esta vía de comunicación


los obligó a buscar mejores rutas comerciales, y cuando en 1277 una flota
mercante genovesa cruzó el estrecho de Gibraltar con destino a Inglaterra y
Flandes, se inauguró un vínculo marítimo directo entre las economías medi-
terránea y atlántica. Al cabo de unos cuantos años había comunidades de
comerciantes genoveses en Sevilla, Cádiz y Lisboa, y esta presencia italiana
en el litoral atlántico de la Península Ibérica condujo con el tiempo al trasla-
do al oeste de las empresas comerciales y la pericia marinera acumuladas
tras la prolongada experiencia de comercio con las Indias en el extremo
oriental del Mediterráneo.
Los lujos orientales se pagaban con oro y esclavos, y la fuente más abun-
dante de estos productos era África, sobre todo las regiones centrales y occi-
dentales situadas al sur del Sahara, conocidas entonces como el imperio del
Sudán. A cambio de los bienes europeos, el Sudán enviaba esclavos, marfil y
oro en caravanas por el desierto hasta los puertos de las costas mediterrá-
neas del Magreb, que estaba en poder musulmán, desde donde se reexpedían
al sur de Europa. Sin embargo, como los metales preciosos llegaron a ser la
base de la economía monetaria europea, la demanda general de oro no podía
ser satisfecha por las lentas recuas de camellos que atravesaban el Sahara.
En el transcurso del siglo XIV surgió en Europa, sobre todo en el sur, lo que
Pierre Chaunu llamó “hambre de oro”.1 El intercambio con Oriente se volvió
deficitario y el sistema comercial que tan rentable había resultado a los ita-
lianos entró en una crisis cada vez más profunda. La caída comercial contri-
buyó a la terrible depresión producida en Europa por los desastres natura-
les, las convulsiones políticas y los estragos demográficos que la peste negra
acarreó entre 1347 y 1350.
Portugal y España resintieron los efectos de la depresión hasta mediados
del siglo XV. Como observó Chaunu, “el oro desapareció casi por completo de
la Península Ibérica. Hubo una crisis en Portugal entre 1383 y 1434, y una
similar en Navarra”.2 Además, Portugal padecía escasez de trigo: obtenía
malas cosechas un año sí y otro no, poco más o menos, y tenía que importar
víveres del norte de África. A principios del siglo XV las necesidades materia-
les y un resurgimiento del espíritu de las cruzadas impulsaron a los portu-
gueses a buscar un control más directo de las fuentes de oro y trigo. En 1415
atravesaron el estrecho de Gibraltar y tomaron el puerto de Ceuta, pero su
conquista de Marruecos fue contenida en Tánger, lo que con el tiempo los
llevó a rodear el Magreb y establecer una ruta marítima hasta la costa atlán-
tica del África subsahariana.
Una etapa intermedia decisiva en este desplazamiento por la costa afri-
1
Pierre Chaunu, European Expansion in the Later Middle Ages, Ámsterdam, Nueva York y
Londres, North-Holland, 1979, p. 103. [Ed. en español: La expansión europea (siglos XIII al XV),
traducción de Ana María Mayench, Barcelona, Labor, 1972. Es traducción de la obra original en
francés, L’expansion européenne du XIIIe au XVe siècle, París, PUF, 1969 (T.).]
2
Idem.
DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA 17

cana fue la explotación de los archipiélagos de las Azores, Madeira y Cana-


rias. Su descubrimiento efectivo en las décadas de 1330 y 1340 (había cierta
noción de su existencia incluso antes) muestra la magnitud de la exploración
marítima que se hacía desde los pequeños puertos pesqueros del sur de Por-
tugal y el suroeste de Andalucía. Sin embargo, estas islas atlánticas no se
colonizaron sino hasta un siglo después, cuando la crisis económica sirvió
de acicate para sacarles provecho: a fines de los años 1430 los colonizadores
ibéricos plantaron caña de azúcar en Madeira y algunas de las Canarias. Es-
tas primeras incursiones en aguas del Atlántico llevarían a la exploración del
litoral africano, y una vez traspuesto el cabo Bojador, en 1434, se abrió para los
portugueses una ruta marítima para comerciar oro y esclavos directamente
con el Sudán. Al cabo de pocas décadas se fundaron varias factorías (estable-
cimientos comerciales) en puntos estratégicos a lo largo de la costa del África
noroccidental y las islas situadas frente a ella.
A esto siguió un notable periodo de expansión marítima de los portugue-
ses, que a finales del siglo establecieron una ruta marítima a las Indias cir-
cunnavegando África y atravesando el océano Índico hasta alcanzar, primero,
el subcontinente indio y, más allá, las islas Molucas. A medida que el crecien-
te poderío del Imperio otomano cortaba las tradicionales rutas comerciales
a Oriente por el Levante mediterráneo, Portugal se fue convirtiendo en el
principal intermediario del comercio entre Europa, África y Asia, asumiendo
en los años 1490 muchas de las actividades económicas de Venecia y Géno-
va: el cultivo de la caña de azúcar, la trata de esclavos y el intercambio de oro
y especias por artículos europeos. Aun así, la presencia de navegantes y mer-
caderes genoveses en los puertos atlánticos de la Península Ibérica durante
casi 200 años fue una de las causas fundamentales de que Portugal acome-
tiera la gran “empresa de las Indias”.

Los cuatro viajes de Cristóbal Colón (1492-1504)

Fue en el contexto de la expansión portuguesa hacia las Indias donde Cris-


tóbal Colón, miembro de la comunidad de comerciantes genoveses de Por-
tugal, concibió la idea de encontrar una ruta marítima directa a Asia cruzan-
do el Atlántico hacia el oeste, lo que entonces no era una noción absurda: ya
en la Antigüedad se había aceptado que el mundo era redondo, por lo que
cabía la posibilidad, al menos en teoría, de llegar a Catay navegando hacia el
oeste, con lo que podía evitarse el largo rodeo de África. Sin embargo, se ig-
noraba la extensión del océano que se interponía entre ambos puntos, y su
inmensidad disuadía a los marineros de intentar cruzarlo hacia el oeste para
alcanzar las legendarias regiones situadas al otro lado del mundo.
Marinero desde su juventud, Colón había emparentado con una impor-
tante familia genovesa establecida desde hacía tiempo en Madeira: el abuelo
de su mujer había sido colaborador de Enrique el Navegante, promotor de las
18 LA ERA DEL IMPERIO

expediciones marítimas portuguesas, y su suegro se había distinguido en las


empresas de Portugal en África. Colón había participado por lo menos en
una expedición a la gran factoría de San Jorge de la Mina, en la Costa de Oro
del África occidental, donde conoció de primera mano el funcionamiento del
sistema comercial portugués de esclavización y trueque. Comprendió que
hallar una ruta marítima a las Indias por el oeste podía reportarle no sólo
enormes ganancias comerciales, sino fama y gloria. Además, semejante lazo
propiciaría el logro de los fines estratégicos y religiosos de Portugal al poner
a los cristianos en contacto con el reino del Preste Juan en Oriente, lo que les
allegaría un poderoso aliado y les permitiría rodear al enemigo musulmán;
también allanaría el camino para la conversión de muchos millones de al-
mas paganas en preparación para el establecimiento de la monarquía uni-
versal que precedería a la segunda venida de Cristo.
La cuestión que seguía sin resolver era la extensión del mar. Colón cono-
cía las teorías de los cosmógrafos antiguos y medievales, y sabía que la dis-
tancia que separaba la Europa occidental de Asia era tema de cierta contro-
versia, derivada de la discrepancia entre el cálculo de Ptolomeo y el de Marco
Polo de la superficie total de las masas continentales de Europa y Asia. El
gran erudito florentino Paolo Toscanelli, contemporáneo de Colón, respalda-
ba el cálculo más optimista de Marco Polo, e indujo al navegante genovés a
creer que la anchura del océano era mucho menor de lo que admitía la opi-
nión general. Además, Colón cometió otros errores propios, lo que redujo
aún más su cálculo de la anchura del mar a tan sólo 2 400 millas náuticas
desde las islas Canarias hasta Japón, situando este último donde en realidad
están las Indias Occidentales. Si, como era probable, había islas sin descu-
brir en el trayecto, entonces una ruta marítima por el oeste era una propues-
ta práctica; no quedaba sino convencer al rey de Portugal para que diera su
patrocinio a esta nueva empresa de las Indias.
Juan II de Portugal, sin embargo, no se mostró favorable al proyecto que
Colón le presentó en 1485: su fundamento científico fue cuestionado con ra-
zón por los expertos del rey y, en todo caso, el Estado portugués ya había in-
vertido demasiado en la búsqueda de una ruta a las Indias circunnavegando
África. La posibilidad de semejante ruta era por entonces muy prometedora:
en 1484 el explorador Diogo Cão había descubierto la desembocadura del río
Congo y estaba en vías de ampliar los horizontes de la exploración mucho
más allá al erigir un pilar a los 21° 47⬘ de latitud sur para dejar constancia de
ello, y en 1488 Bartolomeu Dias rodearía por fin el cabo de Buena Esperan-
za, lo que abriría la puerta para el histórico viaje de Vasco da Gama a la In-
dia en 1497-1498.
Así pues, en 1485 el plan de Colón le pareció a la corona portuguesa una
distracción descabellada y dispendiosa de la perspectiva más segura de lle-
gar a las Indias rodeando África. Colón acudió a otros príncipes europeos,
entre ellos los reyes de Castilla, pero ninguno estaba dispuesto a embarcarse
en semejante aventura, todavía. En 1492, sin embargo, Isabel y Fernando,
DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA 19

sobre todo la reina, tras haber conseguido la trascendental capitulación del


reino musulmán de Granada, estaban preparados para arriesgarse a respal-
dar a Colón. El marinero genovés obtuvo permiso para acometer una empre-
sa de descubrimiento. Las Capitulaciones de Santa Fe fueron extraordinaria-
mente generosas al conceder a Colón los títulos hereditarios de almirante del
Mar Océano, virrey de las Indias y gobernador de todas las tierras que descu-
briera en su viaje, así como la décima parte de la riqueza que reportaran ta-
les descubrimientos. Isabel y Fernando también le adelantaron un préstamo
y ordenaron a las poblaciones portuarias de los alrededores de Cádiz ayudar
a equipar y aprovisionar la expedición. Si Colón tenía éxito, la Corona obten-
dría la soberanía de nuevos territorios en ultramar y quizá Castilla superaría
a Portugal en el establecimiento de un vínculo marítimo directo con Asia y
en el consiguiente dominio del lucrativo comercio con los grandes reinos de
Oriente.
El 3 de agosto de 1492 Colón zarpó del puerto de Palos, en el suroeste de
Andalucía. Capitaneaba tres barcos: una nao gallega, la Santa María, de 100
toneladas, y dos carabelas de estilo portugués construidas en la localidad: la
Pinta, de 60 toneladas, y la Niña, de 50. La tripulación total era de 87 hom-
bres, la mayoría marineros correosos, curtidos, de los puertos de la región;
los más notables eran miembros de las distinguidas familias de navegantes
Pinzón, Niño y Quintero, sin cuya ayuda y experiencia Colón no habría podi-
do realizar su proyecto. En la expedición iba también el gran marinero viz-
caíno Juan de la Cosa, maestre y dueño de la Santa María, que en los próximos
años iba a adquirir fama como explorador y cartógrafo.
Obligada a detenerse más de un mes en las Canarias para reparar las na-
ves, la expedición no comenzó propiamente sino hasta el 9 de septiembre.
Tras otro infructuoso mes en el mar, con sus hombres cada vez más inquie-
tos y sin otro sostén que su determinación, Colón empezó a observar signos
favorables: bandadas de aves que volaban en el cielo, ramas que flotaban en
el agua y luego un extraño centelleo en el horizonte en plena noche. Por fin,
a las 2 de la madrugada del 12 de octubre, el vigía de la Pinta vislumbró tie-
rra: acantilados blancos iluminados por la luna. Al despuntar el día las naves
encontraron una bahía y Colón desembarcó, se arrodilló y dio gracias al Se-
ñor por haberles permitido al fin llegar a puerto. Efectivamente habían cru-
zado un océano, pero no estaban en Japón, sino en una isla de las Bahamas
que Colón llamó San Salvador en honor de Jesucristo.
Al ver las tres extrañas embarcaciones, los habitantes de la isla se acerca-
ron a nado para subir a bordo. El Almirante, como ya lo llamaban, se fijó en
su aspecto: iban casi desnudos, algunos con el cuerpo pintado, y llevaban
armas muy primitivas, pero parecían dóciles y muy ansiosos de trocar sus
pertenencias por las baratijas que los españoles les ofrecían. Eso no era lo
que él buscaba: quería llegar a Japón, y aquel pueblo parecía demasiado in-
civilizado para ser súbdito de un monarca poderoso. Colón era un hombre
de esperanzas obsesivas: se había jugado la vida y el honor con tal de llegar a
20 LA ERA DEL IMPERIO

Oriente, y buscó obstinadamente pruebas que confirmaran sus ideas precon-


cebidas. Además, acostumbrado como estaba a las empresas comerciales de
italianos y portugueses, no tardó en calcular el potencial económico de su
descubrimiento. Encontrando poca cosa en San Salvador —aparte de la po-
sibilidad de utilizar a los nativos para el tráfico de esclavos—, siguió costean-
do por otras islas de las Bahamas, admirando sin cesar la belleza del paisaje,
hasta enterarse de que hacia el sur había islas mayores con yacimientos de
oro. Llegó entonces a la costa norte de “Colba” (luego castellanizada como
“Cuba”), que, según esperaba, debía de ser Japón; en realidad había muy
poco oro, pero observó que los nativos se relajaban aspirando el humo de un
rollo de hojas secas encendido: el tabaco, un hábito que los españoles acaba-
rían por adoptar e introducir en toda Europa.
En el extremo oriental de la isla se enteró por boca de los taínos, el pueblo
relativamente más pacífico que había encontrado hasta entonces, de la exis-
tencia de los caribes, más aguerridos y practicantes de la antropofagia. Al
llegar a otra isla grande que en su opinión se parecía a España, la bautizó La
Isla Española (hoy La Española, dividida entre Haití y República Dominica-
na). Los nativos llevaban adornos de oro en abundancia y eran muy amisto-
sos; las mujeres desnudas se ofrecían libremente a los extranjeros. En la cos-
ta del noroeste conoció al importante cacique Guacanagarix, cuyos atributos
regios le infundieron un gran alivio, pues los interpretó como prueba de que
se iban acercando a la civilización y, por ende, a Japón o China. Cuando los
nativos hablaron de un lugar llamado Cibao, Colón pensó que se referían a
Cipangu, nombre con el que conocía a Japón.
El día de Navidad, la Santa María encalló en un arrecife de coral y hubo
que abandonarla. Colón interpretó el desastre como una señal divina de que
debía fundar allí la primera colonia española y, con ayuda de los hombres de
Guacanagarix, se erigió el poblado de La Navidad con los restos de la embar-
cación encallada. Colón dejó allí un grupo de 21 voluntarios, y el 4 de enero,
seguro ya de que había llegado a las Indias, partió de vuelta a España a bor-
do de la Niña.
Un temporal feroz obligó a la carabela a detenerse primero en las Azores
y luego en Lisboa. Juan II recibió al Almirante con cortesía y le permitió
reanudar su viaje a España. El 20 de abril de 1493, con una comitiva en la
que figuraban seis nativos con loros en jaulas, Colón se presentó triunfal
ante Isabel y Fernando en la corte de Barcelona como descubridor de nuevas
tierras en las Indias, tierras con yacimientos de oro y que España podía dedi-
car con provecho al comercio.
Los Reyes Católicos ya podían anticipar una victoria sobre Portugal en la
carrera por establecer vínculos comerciales directos con las Indias (los por-
tugueses no llegarían a la India sino hasta 1498). Obtuvieron la legitimidad
necesaria para su empresa de Alejandro VI, el papa español Borgia, quien
expidió una serie de bulas que concedían a Castilla el dominio de todas las
tierras que se descubrieran en el hemisferio occidental. Para evitar conflictos
DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA 21

con Portugal, las bulas se propusieron asignar a cada una de las potencias
ibéricas rivales un sector de la parte del orbe por descubrir. En 1493 se trazó
una línea de demarcación a una longitud de 100 leguas al oeste de las islas
Azores y Cabo Verde, pero, a petición de Portugal, y con la anuencia diplo-
mática de España, en 1494 el Tratado de Tordesillas recorrió la línea 270 le-
guas más al oeste, con lo que inadvertidamente se cedió a Portugal el territo-
rio aún desconocido del Brasil actual.
Antes de que se alcanzara este acuerdo diplomático, el 25 de septiembre
de 1493 Colón zarpó de Cádiz a la cabeza de una gran expedición de 17 bar-
cos y unos 1 500 hombres (no había mujeres a bordo) para fundar una colo-
nia permanente en las islas descubiertas. En La Española se encontró con que
los nativos habían destruido el poblado de La Navidad y dado muerte a los
españoles para vengar los saqueos que éstos habían cometido. Era un hecho
ominoso que revelaba la verdadera calidad de los hombres: aventureros da-
dos a las pendencias, con intenciones no muy distintas de las del propio Co-
lón, pero manifestadas de manera mucho más baja. Se habían jugado el todo
por el todo para llegar a esas tierras a obtener la riqueza y la posición social
que, en general, se les habían negado en su país. Es evidente que no les inte-
resaba establecerse para labrar la tierra o comerciar en paz con los nativos; a
fin de cuentas, había grandes reservas de mano de obra indígena que podían
explotar para enriquecerse y vivir como señores cuando volvieran a España.
Contrariado por la destrucción de La Navidad, Colón zarpó hacia el este
en busca de otro sitio para fundar una factoría al estilo portugués como las
de la costa africana. Edificó una colonia a la que llamó La Isabela en honor de
la reina, en un lugar bastante mal elegido, y desde allí envió expediciones a
Cibao para localizar la fuente del oro de los nativos. Luego emprendió un
viaje de exploración que lo llevó de nuevo a Cuba y alrededor de Jamaica, y
en septiembre de 1494 volvió a La Isabela, donde una vez más se encontró
con problemas de indisciplina entre los españoles: una facción de catalanes
se había rebelado contra su hermano Diego, a cuyo mando había dejado la
colonia. Enfrentando una tensión creciente entre su vocación de explorador
y comerciante (reconocida en su alta dignidad de almirante del Mar Océano)
por una parte, y sus funciones como gobernador de la nueva colonia españo-
la (virrey de las Indias era el segundo título) por la otra, Colón intentó saciar
las ambiciones de los españoles sublevados que esperaban recompensas rá-
pidas de la colonización: autorizó más expediciones brutales al interior para
buscar oro e hizo un repartimiento de indios cautivos para dotar de mano de
obra a los colonizadores. También se propuso iniciar el comercio de esclavos
para mejorar las perspectivas económicas de la factoría, y envió a España un
barco cargado con unos 500 indios (dos centenares murieron de frío durante
la travesía y casi todos los demás perecieron poco después de llegar al mer-
cado peninsular). Las tribus indígenas de La Española se rebelaron y mar-
charon sobre La Isabela, pero los españoles sofocaron fácilmente la revuelta
con armas de fuego y perros feroces.
22 LA ERA DEL IMPERIO

En marzo de 1496 Colón volvió a España para defenderse de calumnias


esparcidas por colonos descontentos llegados de La Española. Su empresa de
las Indias se había desacreditado en la corte: había pocas pruebas de la exis-
tencia de yacimientos abundantes de oro, no se había tenido ningún contacto
con los monarcas de China o Japón, y en La Española bullía el descontento;
además, la ferviente reina Isabel estaba inconforme con el trato que se daba a
los indios, cuya esclavización había prohibido expresamente. Con todo, Co-
lón quedó aliviado al comprobar que los Reyes Católicos, a pesar de sus reser-
vas, seguían confiando en él, quizá porque les preocupaban las intenciones de
los portugueses, de quienes se sabía que preparaban una flota de exploración
mandada por Vasco da Gama con la esperanza de llegar por fin a la India.
Le llevó a Colón unos 18 meses organizar una nueva expedición, finan-
ciada esta vez por el tesoro real bajo la supervisión del arcediano de Sevilla,
Juan Rodríguez de Fonseca, ambicioso funcionario eclesiástico que en el
curso de dos décadas habría de adquirir una enorme influencia en la direc-
ción de la empresa de las Indias. Colón se hizo a la mar en mayo de 1498 y
llegó a la isla de Trinidad en julio; exploró luego la costa de la actual Vene-
zuela, infiriendo, por la fuerza de las corrientes de agua dulce en el golfo de
Paria y el delta del Orinoco, que debía de formar parte de Tierra Firme, es
decir, de un gran continente. Aun así, obsesionado por la búsqueda del Orien-
te, no comprendió las implicaciones de haber descubierto esa gran masa de
tierra, aunque se refirió metafóricamente a ella como un “nuevo mundo”.
Sería otro explorador italiano, Américo Vespucio, al viajar en un barco es-
pañol a través de rutas marítimas inauguradas por Colón, quien formularía
la sugestiva idea de que se había descubierto un continente distinto de Asia;
él fue el primero en llamarlo mundus novus, un “nuevo mundo”. Colón, en
cambio, nunca perdió la mentalidad medieval: siguió siendo hasta el fin un
visionario apocalíptico fascinado por las maravillas que se le revelaban, es-
peculando, por ejemplo, que el delta del Orinoco podía ser el río de cuatro
brazos que, según las Escrituras, regaba el paraíso terrenal.
A su llegada a La Española, sin embargo, el Almirante encontró a los es-
pañoles en estado de guerra civil. La ciudad de Santo Domingo, fundada en
su ausencia por su hermano Bartolomé, era tan ingobernable como el pobla-
do de La Isabela. Aunque Colón intentó conciliar las facciones en pugna, a
sus hermanos y a él se les veía con resentimiento como extranjeros, y su in-
capacidad para controlar la situación mermó aún más su autoridad. Por fin,
en agosto de 1500 el administrador real Francisco de Bobadilla llegó enviado
por la Corona para investigar el asunto. Los hermanos Colón fueron apre-
hendidos, y Cristóbal enviado a España sujeto con grilletes.
Este trato arbitrario fue, desde luego, una terrible afrenta para el Almiran-
te, pero las circunstancias exigían una revisión de su empresa de las Indias. Si
los problemas políticos de La Española habían llegado al punto de no tener
remedio, era porque no se podía convertir la isla en una factoría como la con-
cebía Colón. No era posible obtener el oro por trueque como en las factorías
DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA 23

portuguesas de la costa africana; había que extraerlo en minas, lo que supo-


nía una operación mucho más complicada: una colonización permanente y la
organización de una fuente de mano de obra, tareas que exigían la interven-
ción del Estado para instituir un aparato de gobierno eficaz. Fue así como el
monopolio personal de Colón sobre la empresa según lo estipulaban las Capi-
tulaciones de Santa Fe quedó cancelado. En febrero de 1502 los Reyes Católi-
cos enviaron a un administrador experimentado, Nicolás de Ovando, como
primer gobernador real de lo que llegaría a llamarse las Indias españolas.
No obstante, Colón seguía empeñado en encontrar un paso a Asia por el
oeste, y recibió autorización para hacer un cuarto viaje de exploración por
el Atlántico: partió en mayo de 1502 en una expedición que duraría hasta
noviembre de 1504. Esta travesía amplió enormemente el conocimiento de
España sobre las tierras recién descubiertas en el hemisferio occidental, pues,
en su intento de encontrar una ruta al Asia continental, Colón exploró la cos-
ta centroamericana por las actuales Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Pa-
namá. A su regreso a España solicitó a la Corona que se restaurasen algunos
de sus privilegios, y consiguió por lo menos afianzar la futura designación de
su hijo Diego como gobernador de La Española y el debido reconocimiento
de los títulos hereditarios de virrey y almirante. Cristóbal Colón murió el
20 de mayo de 1506, convencido hasta el final de que había encontrado la ruta
marítima al Oriente por el oeste, y de que las tierras que había descubierto
eran islas y penínsulas de Asia.

Las dificultades que aquejaron a Colón en el gobierno de las primeras colo-


nias españolas en el Caribe anunciaban los muy complejos problemas de go-
bierno con que el Estado español se enfrentaría en América. Los desórdenes
políticos de La Española se debieron a la pugna entre dos pueblos hasta en-
tonces desconocidos entre sí y de aspiraciones culturales incompatibles. Los
españoles, como todos los europeos de su tiempo, se movían en una econo-
mía monetaria donde el oro era muy escaso y por lo mismo tenía enorme
demanda; además, su sociedad concedía una elevada posición a la propiedad
de mano de obra sometida, ya fuera esclavizada o nominalmente libre. Los
pueblos de las islas, en cambio, vivían en una economía de trueque y auto-
abastecimiento donde el oro tenía un valor meramente decorativo y no se
habían instituido mecanismos de servidumbre. Por consiguiente, los españo-
les exigían bienes y servicios que las sociedades indígenas no estaban en po-
sibilidad de proveer.
Ninguna de las partes entendía este conflicto de expectativas: los colo-
nizadores españoles interpretaban la resistencia a trabajar de los naturales
como holgazanería, mientras que los indios no se explicaban el apetito de
oro de los españoles ni su exigencia de mano de obra para el trabajo. Este
conflicto amenazaba a cada parte con la destrucción: sin el suministro de
mano de obra indígena para obtener un artículo comerciable como el oro, la
24 LA ERA DEL IMPERIO

colonia española no podía subsistir, pero su demanda de oro y mano de obra


impondría a su vez presiones intolerables a las sociedades originarias. La
atención de este conflicto de expectativas, con todos los problemas éticos y
económicos que planteaba, representaría la mayor tarea política de la Coro-
na española durante todo el siglo XVI.
El conflicto era, desde luego, intrínsecamente desigual. Para empezar, los
españoles, aunque muy pocos en número, tenían recursos técnicos muy su-
periores, así como fuertes motivaciones para conseguir un conjunto de obje-
tivos claros; pero eso no era todo: había un factor biológico oculto que hizo
estragos en la población indígena y agravó el choque de culturas. El encuen-
tro de dos razas aisladas hasta entonces una de otra produjo un intercambio
de virus que infligió gran mortandad a ambas partes.
Los españoles sucumbieron a las enfermedades tropicales: de los 1 500
hombres que partieron con Colón en 1493 para colonizar La Española, ape-
nas unos 360 seguían con vida en 1502, cuando Nicolás de Ovando llegó con
2 500 colonizadores más; un año después casi la mitad de estos últimos ha-
bían muerto de dos misteriosos padecimientos a los que se dio en llamar
modorra y baquía. A quienes sobrevivían y se aclimataban les decían baquia-
nos, término que con el tiempo pasaría a designar a los trabajadores tenaces
que servían de guías y que pelearon contra los naturales en las fronteras de
los establecimientos españoles durante todo el periodo colonial.
En cuanto a las poblaciones indígenas de las islas del Caribe, fueron casi
exterminadas por la viruela, el sarampión y otras enfermedades del Viejo Mun-
do contra las cuales no tenían inmunidad por el aislamiento total en que ha-
bían vivido durante milenios respecto a las demás razas. Aunque la mor-
tandad a causa de las epidemias fue sin duda desoladora, las dimensiones de
la despoblación aún se discuten debido a la falta de estadísticas confiables
(según algunas autoridades, es posible que la población de La Española haya
sido de hasta ocho millones, mientras que otras la calculan aproximadamen-
te en 50 000).
La enfermedad, sumada a las presiones económicas, produjo una espiral
de destrucción que acarreó enormes costos en vidas de indígenas. La mayo-
ría de los colonizadores españoles eran campesinos bastos e incultos de Ex-
tremadura y Andalucía occidental, propensos a sublevarse y desacatar la au-
toridad, pues habían llegado a las islas del Caribe para hacer fortuna y luego
volver a su tierra de origen. Su indiferencia hacia el bienestar de los indíge-
nas era escandalosa y suscitó las protestas de otros españoles, sobre todo del
clero. Su desaforada demanda de mano de obra nativa dio lugar a una explo-
tación cruel, así como a un floreciente, aunque ilícito, tráfico de esclavos.
Debilitados por las extenuantes jornadas, el trato brutal y el desorden agríco-
la, los indígenas quedaban aún más indefensos contra las enfermedades, y
muchos perdieron la voluntad de vivir y el impulso sexual.
La necesidad de mantener el abasto de mano de obra indígena fue un
importante aliciente para que los colonizadores intensificaran la exploración
DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA 25

y la conquista. Ante la brusca disminución de la población trabajadora, los


tratantes de esclavos, en su búsqueda de más indígenas, incursionaron en las
islas próximas: Puerto Rico fue conquistado en 1508, Jamaica en 1509 y
Cuba en 1511. Desde estas islas los conquistadores alcanzaron partes de Tie-
rra Firme, donde establecieron factorías para adquirir por trueque esclavos,
oro y otras mercancías. La Tierra Firme (la costa norte de las actuales Co-
lombia y Venezuela), descubierta por Colón en su tercer viaje, había atraído
en 1509 españoles que ambicionaban explotar su riqueza. Ese año los tratan-
tes de esclavos acometieron la conquista del istmo de Panamá y fundaron la
población de Santa María la Antigua del Darién; el explorador Juan Ponce de
León descubrió la Florida en 1513, pero la península no se colonizó sino has-
ta mucho después.
El abasto de trabajadores representó, pues, un problema fundamental
para los sucesivos gobernadores de La Española y las islas vecinas. Colón no
pudo resolverlo porque la reina Isabel le había prohibido esclavizar a los in-
dígenas. Para dar estabilidad a la inquieta colonia, el gobernador que lo su-
cedió, Nicolás de Ovando, adaptó la encomienda, una forma de servidumbre
tradicional en España, a las circunstancias de La Española: se repartían tra-
bajadores indígenas a colonos españoles que se comprometían a cuidarlos,
pagarles salarios justos e instruirlos en la fe cristiana a cambio de sus servi-
cios. A la reina Isabel le disgustaba la encomienda porque implicaba coerción
y estaba lejos del trabajo libre que la corona española siempre había pro-
pugnado; además, al igual que sus sucesores en el trono, temía crear en las
Indias una nueva clase de señores feudales que desafiaran la autoridad real.
Con todo, la encomienda era preferible a la esclavitud y para entonces ya se
había evidenciado que los indígenas no estaban dispuestos a trabajar por un
salario. Aunque la encomienda sancionaba los trabajos forzados, también
representaba el intento de regularlos y humanizarlos al adoptar cierto grado
de responsabilidad feudal del encomendero para con los trabajadores indí-
genas. El sistema tendría enormes repercusiones en las relaciones laborales
en toda la América española.
En La Española, sin embargo, la encomienda fracasó pronto debido a la
rápida despoblación indígena, y por lo mismo no pudo eliminar abusos
como el trabajo excesivo y las incursiones para la captura de esclavos. Cuan-
do en 1509 Ovando fue sucedido como gobernador por Diego Colón, hijo de
Cristóbal, el Estado español redobló los esfuerzos para imponer la ley y el
orden en sus colonias del Caribe. En 1511 se fundó en Santo Domingo la pri-
mera audiencia (real tribunal de justicia) en América. Un año antes habían
llegado a la isla cuatro misioneros dominicos para ayudar a organizar la
evangelización de los naturales, y quedaron horrorizados ante el trato que
los encomenderos daban a los trabajadores. En 1511 el fraile dominico Anto-
nio de Montesinos pronunció un famoso sermón en el que exhortaba a los
encomenderos a tratar a los indios con humanidad, so pena de condenarse.
Fue el primer esfuerzo importante de los misioneros españoles para defen-
26 LA ERA DEL IMPERIO

der los derechos de los naturales contra los intereses de los colonos. Un en-
comendero atendió de manera drástica este llamamiento a la conciencia
cristiana: Bartolomé de Las Casas, quien renunció a su encomienda, se vol-
vió fraile dominico y como tal promovió la defensa de los derechos indígenas
durante cinco décadas de su muy larga vida.
Las protestas de los dominicos convencieron a Fernando de Aragón (la
reina Isabel había muerto en 1504) de promulgar en 1512 las Leyes de Bur-
gos, que estipulaban salarios justos y disponían la supervisión de las enco-
miendas por los funcionarios reales. Sin embargo, estas leyes resultaron in-
aplicables en las Antillas, y en general se hizo caso omiso de ellas. En el
mismo año se dedicaron algunos esfuerzos a controlar las escandalosas co-
rrerías para capturar esclavos: la Corona reiteró su opinión de que no se po-
día esclavizar de manera legítima sino a aquellos indios hechos prisioneros
en “guerra justa”. Un jurista español redactó una guía para que los conquis-
tadores determinaran en qué circunstancias podían declarar una guerra jus-
ta: el Requerimiento, un documento que establecía el derecho del monarca
español a la soberanía en las Indias y señalaba los fundamentos de la fe cris-
tiana. Los conquistadores debían leer en voz alta esta proclama siempre que
se encontraran con pueblos indígenas, y sólo el rechazo expreso de sus térmi-
nos legitimaba una guerra justa y la consiguiente captura de esclavos. Desde
luego, quienes se dedicaban a hacer redadas de esclavos abusaron amplia-
mente del Requerimiento.
A la muerte de Fernando, en 1516, el regente, cardenal Francisco Jimé-
nez de Cisneros, que había sido confesor y consejero de Isabel, hizo un nue-
vo intento de impartir justicia en las islas del Caribe. Se confió el gobierno de
La Española a tres frailes jerónimos, pero ellos tampoco pudieron erradicar
los abusos de la encomienda, y ante la rápida disminución de la población
indígena permitieron la importación de esclavos negros de África para satis-
facer la demanda de mano de obra de la colonia.
Estos intentos repetidos de conciliar las necesidades económicas con los
principios cristianos continuarían durante todo el siglo XVI. De hecho, el pro-
ceso de colonización española se acompañaría de un profundo examen de
conciencia oficial; tanto es así que en la década de 1550 la Corona decidió
dirimir los complejos problemas jurídicos y éticos planteados por la presen-
cia de España en América en un gran debate celebrado en Valladolid. A esas
alturas, nuevas conquistas en Tierra Firme habían agravado las dificultades
morales que aquejaban a la Corona y a la Iglesia, conquistas que empeque-
ñecían los problemas de La Española y demás colonias insulares. Al mismo
tiempo, los objetivos de España en ultramar se habían vuelto mucho más
claros: América representaba la tarea primordial del imperio. Y es que en
1519 Fernando de Magallanes había encontrado un paso del Atlántico al Pa-
cífico por el estrecho que hoy lleva su nombre en el extremo sur de América,
realizando así la primera circunnavegación de la Tierra. Los españoles com-
prendieron que no había ruta fácil a Asia, y que se precisaba supeditar la
DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA 27

ambición inicial de Colón a la empresa de explorar y conquistar el inmenso


continente que —al fin se percataban de ello— se extendía entre la Península
Ibérica y Japón.

LA CONQUISTA DE TIERRA FIRME

Durante más de 20 años desde el primer viaje de Colón a través del Atlántico
los españoles hicieron pocos descubrimientos de importancia aparte de La
Española y Cuba. Lo que había más allá de esas islas seguía siendo motivo
de conjeturas: los viajes de exploración habían reconocido poco a poco las
costas de la América continental en el Caribe, pero aún faltaba determinar la
extensión de esta Tierra Firme, como ya se le llamaba. Ante la disminución
de las poblaciones de naturales en las islas, los españoles optaron por las in-
cursiones en el continente para capturar esclavos, y de esta actividad pasa-
ron a expediciones más ambiciosas de conquista y colonización que com-
pensaran los menguantes atractivos de las Antillas.
En 1513 una expedición comandada por Pedrarias* Dávila partió de Es-
paña con autorización real para conquistar la región del istmo en América
Central. A su llegada, Dávila se encontró con otro español, Vasco Núñez de
Balboa, que encabezaba a los sobrevivientes de una expedición fallida a Tie-
rra Firme en 1509 y había fundado la población de Santa María la Antigua
del Darién en esa inhóspita región tropical. A su encuentro con Dávila, Bal-
boa ya había cruzado el istmo e izado el estandarte real sobre aguas del Pací-
fico, reclamándolas para los Reyes Católicos de España. Además, había oído
rumores de la existencia de un reino de oro llamado Birú, que parecía estar a
la altura de todas las ambiciones de un conquistador de las Indias. Dávila no
tardó en pelear con Balboa y lo mandó decapitar; continuó luego el recono-
cimiento del istmo en busca de oro y esclavos, pero no consiguió ningún bo-
tín que superase gran cosa lo hallado en las islas. En 1519 fundó la ciudad de
Panamá y desde allí siguió explorando tierras más lejanas para encontrar el
fabuloso reino de Birú.
Era una época de gran inquietud en la que muchos otros españoles aca-
riciaban sueños de conquista y pillaje. Entre 1517 y 1518 Diego Velázquez, el
conquistador de Cuba, había enviado dos expediciones a reconocer las costas
de Tierra Firme en torno a la actual península de Yucatán y el golfo de Méxi-
co. Como los expedicionarios le llevaron pruebas de la existencia de una civi-
lización opulenta en el interior, Velázquez inició los preparativos de una ter-
cera expedición destinada a establecer una base para emprender desde allí
más exploraciones y una posible conquista. Conforme al procedimiento nor-
mal, Velázquez escribió a España solicitando la necesaria autorización de la
Corona, pero antes de que ésta llegara a Cuba, el comandante nombrado
para encabezar la expedición zarpó sin permiso del puerto de Santiago. Este

* Contracción de Pedro Arias usada en la época, que a veces se conserva [T.].


28 LA ERA DEL IMPERIO

advenedizo era Hernán Cortés, un hidalgo de 33 años, extremeño de Mede-


llín, que se había distinguido como soldado y administrador en La Española
y Cuba desde su llegada al Caribe a la edad de 19 años. La expedición que
dirigía era modesta: a bordo de las naves llevaba unos 600 hombres, 16 caba-
llos, 14 cañones y 13 mosquetes; sin embargo, con estos recursos se propo-
nía hacer frente a lo que encontrara más allá de las abruptas sierras de Tie-
rra Firme, que dificultaban el acceso a las riquezas de las Indias.
Cortés hizo la corta travesía de Cuba a la isla de Cozumel, frente a la cos-
ta de Yucatán, donde se encontró con un náufrago español, Jerónimo de
Aguilar, que hablaba la lengua maya. Luego de costear la península, en el
actual Tabasco, le entregaron a una mujer llamada Malintzin —doña Marina
para los españoles— que hablaba tanto náhuatl como maya y le serviría fiel-
mente a partir de entonces como intérprete y amante. Con la ayuda de am-
bos intérpretes Cortés se encontraba en excelente posición para determinar
la naturaleza de la oposición que enfrentaba y concebir una estrategia infor-
mada para su campaña de conquista. De hecho, su habilidad estratégica re-
sultaría decisiva para la victoria, pues el emperador Moctezuma envió espías
para vigilarlo tan pronto como fue advertido de la llegada de aquellos extran-
jeros de tez blanca, que habían venido por el mar sobre torres aladas.
El 22 de abril de 1519, Viernes Santo, Cortés fundó la Villa Rica de la
Vera Cruz (la actual Veracruz) en un punto de la costa del Golfo situado en
los dominios del emperador azteca. Esperaba así imprimir cierta legitimidad
a su empresa, en vista de que había partido de Cuba sin permiso real y en
desacato a la autoridad de Velázquez. Pocos días después se presentaron los
primeros emisarios de Moctezuma para hacerle obsequios ceremoniales y
disuadirlo de su empeño. Sin embargo, nada más lejos del propósito de Cor-
tés que volver sobre sus pasos; por el contrario, mandó a España todo el oro
que había reunido hasta entonces para atraerse el favor del emperador Car-
los V* e impedir que alguna decisión real lo inhabilitara para gozar de los
frutos de la conquista que anticipaba. Luego echó a pique sus barcos. Ya no
podía dar marcha atrás: adelante estaba la capital azteca, Tenochtitlan, y
no había otra opción que marchar sobre ella y tomarla como pudiera.
Mientras los españoles avanzaban hacia la capital del poderío azteca,
Cortés se enteró de las divisiones internas del imperio de Moctezuma y del
odio que los pueblos vasallos y otros señoríos profesaban a los imperialistas.
Decidió aprovechar estos antagonismos y ocultar a los aztecas sus verdade-
ras intenciones. En Cempoala solicitó y obtuvo el apoyo de los totonacas, y
más adelante, al término de una batalla feroz, los españoles convencieron a
los tlaxcaltecas, enemigos históricos de los mexicas, de unírseles en su cam-
paña para derrocar a Moctezuma. Cuando llegaron al señorío de los cholulte-
cas, los españoles primero hicieron alarde de amistad hacia estos vasallos

* Carlos V asumiría este título cuando, el 28 de junio de 1519, fue elegido emperador del Sa-
cro Imperio Romano Germánico; como rey de España su nombre era Carlos I [T.].
DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA 29

voluntarios de los aztecas, pero Cortés descubrió lo que parecía una conspi-
ración para matarlo y decidió perpetrar una masacre ejemplar de nobles y
sacerdotes, que estaban reunidos en la ciudad para una festividad religiosa.
Según fuentes indígenas, esas tácticas equívocas sembraron la confusión y el
desánimo entre los aztecas, lo que dio a los invasores una ventaja psicológica.
Moctezuma, por su parte, parece haber optado desde el principio por una
estrategia parecida: desconcertar a los españoles combinando una diploma-
cia ceremonial con amenazas vagas y ataques encubiertos. Sin embargo, aún
no está claro cuáles eran sus verdaderos designios al permitir a los españoles
acercarse tanto al corazón de sus dominios. Las especulaciones han girado
en torno a su aparente debilidad de carácter y a su presunta creencia de que
Cortés era el dios Quetzalcóatl, que volvía para reclamar sus dominios, pero
estos supuestos deben tomarse con reserva: la dignidad de emperador de
Moctezuma no era hereditaria; lo había elegido un pueblo aguerrido, impe-
rialista, por lo que debe de haber sido un hombre de extraordinarias dotes de
liderazgo, que estaría muy poco dispuesto a entregar un imperio por creer
que un extranjero mal preparado era un dios vengativo. Es mucho más pro-
bable que Moctezuma haya malinterpretado a Cortés, entre otras razones
porque los fines de la guerra y la política en Mesoamérica eran muy distintos
que en la Europa renacentista. Mientras que los europeos peleaban para ma-
tar, ocupar y expoliar, los indígenas concebían la batalla como un ritual de
dominio y sumisión en el que era preferible tomar prisioneros vivos para
hacerlos sacrificar ceremonialmente a sus dioses sanguinarios. Como la in-
vasión española resultó desastrosa para los aztecas, es muy posible que pos-
teriores poetas nahuas y cronistas españoles hayan transformado, con la
perspectiva del tiempo, los errores tácticos de Moctezuma en una nostálgica
leyenda de presagio y fatalidad.
En todo caso, no cabe duda de que Moctezuma subestimó la astucia y la
determinación de Cortés. Luego de dos días de marcha desde Cholula, los es-
pañoles avistaron la capital azteca y siguieron acercándose a pesar de las
reiteradas advertencias de amigos y enemigos de que Moctezuma les había
tendido una trampa y estaba decidido a destruirlos. Mientras se aproxima-
ban, la majestuosidad del panorama les produjo gran admiración. Bernal
Díaz del Castillo, soldado del pequeño ejército de Cortés, escribió después:

Y desde que vimos tantas ciudades y villas pobladas en el agua, y en tierra firme
otras grandes poblazones, y aquella calzada tan derecha y por nivel como iba a
México, nos quedamos admirados, y decíamos que parecía a las cosas de encan-
tamiento que cuentan en el libro de Amadís, por las grandes torres y cúes [tem-
plos] y edificios que tenían dentro en el agua, y todos de calicanto, y aun algunos
de nuestros soldados decían que si aquello que veían si era entre sueños.3

3
Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, 2 vols.,
vol. I, México, Porrúa, 1955, p. 260.
30 LA ERA DEL IMPERIO

Cuando los españoles llegaron a la principal calzada de acceso a la ciu-


dad lacustre, el señor de Texcoco salió a su encuentro para saludarlos e invi-
tarlos a una audiencia con Moctezuma. Aun a sabiendas de que muy posible-
mente se dirigían a una trampa, Cortés condujo a sus hombres a Tenochtitlan,
la ciudad más poblada del Nuevo Mundo. En la audiencia fue bien recibido
por Moctezuma, quien lo alojó junto con su tropa, de unos 400 hombres, en
un complejo de grandes edificios dentro de la ciudad. Durante aproximada-
mente una semana los españoles vivieron en temor constante de ser atacados
y muertos a pesar de las ostensibles muestras de cortesía que les dispensa-
ban el emperador y su corte. Sin embargo, ante la creciente inquietud de sus
capitanes en torno a los verdaderos propósitos de Moctezuma y sus minis-
tros, Cortés decidió por fin apresar al emperador y retenerlo como rehén en
los aposentos de los huéspedes, so pretexto de que había ordenado un ataque
a la guarnición española de Veracruz, en el que había muerto un capitán es-
pañol. En realidad Cortés intentaba dar un golpe de Estado; con una fuerza
tan pequeña era imposible que emprendiera una ofensiva directa contra el
poderío azteca. Apresando a Moctezuma los españoles cautivos podían ga-
nar tiempo e intentar manipular la autoridad imperial a su favor. El destino
de México pendía, pues, del desenlace de una batalla entre dos ingenios.
Sin embargo, en un momento crítico del golpe llegó la noticia de que
Pánfilo de Narváez había desembarcado en Veracruz procedente de Cuba, a
la cabeza de un gran contingente de españoles, con orden del gobernador
Diego Velázquez de castigar a Cortés por su insubordinación. Cortés decidió
que sólo él podía encarar tan inoportuna amenaza a su empresa, y partió
con el grueso de sus hombres para enfrentarse con Narváez, dejando la cus-
todia de Moctezuma en manos de uno de sus capitanes, Pedro de Alvarado,
quien quedaba así en situación comprometida y precaria: como la dignidad
imperial era electiva y no hereditaria, cuanto mayor tiempo estuviera cauti-
vo Moctezuma, más riesgo había de que se quedara sin autoridad. Para que
el golpe de Estado triunfara y los españoles afianzaran su posición, tenían
que rematar la captura del emperador con otra acción decisiva. Sin embar-
go, la llegada de Narváez había hecho que Cortés se ausentara precisamente
en el momento menos propicio, dejando a las escasas fuerzas españolas en
Tenochtitlan a merced de los violentos sobrinos de Moctezuma. Alvarado se
alarmó al oír rumores de una conspiración de la nobleza azteca para atacar
a los españoles, y ordenó un asalto preventivo contra un grupo de sacerdotes
y nobles que asistían a una ceremonia religiosa. La consiguiente matanza
indignó a los mexicas, que se levantaron en armas y sitiaron a Alvarado en
los aposentos de los españoles.
Entretanto, Cortés había logrado convencer al grueso del ejército de Nar-
váez de unirse a la conquista del Imperio azteca antes que hacer la guerra a
sus coterráneos y compañeros de armas. Sin embargo, a su regreso a Teno-
chtitlan encontró a los españoles sitiados y a los mexicas en pie de guerra.
También perdió la paciencia con el emperador cautivo, de quien sospechaba
DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA 31

que se había comunicado secretamente con Narváez para ofrecerle su ayuda


en contra de Cortés a cambio de su libertad. En todo caso, la autoridad de
Moctezuma se esfumó, pues en su lugar se había designado emperador a su
hermano Cuitláhuac. Moctezuma murió poco después de la llegada de Cor-
tés, supuestamente a causa de las heridas sufridas al ser apedreado por su
propio pueblo cuando salió a exhortar a la calma a una turba enardecida que
rodeaba los aposentos de los españoles.
La muerte de Moctezuma dio al traste con la estrategia de Cortés; esca-
seaban las provisiones y muchos españoles habían muerto o estaban heri-
dos. El comandante decidió, pues, emprender la retirada de Tenochtitlan. El
30 de junio de 1520 los españoles salieron de la ciudad peleando; sufrieron
importantes bajas y perdieron buena parte del oro y las joyas reunidos. La
Noche Triste, como se ha llamado a este episodio, fue el mayor revés para los
españoles en la conquista de México: el golpe de Estado de Cortés había fra-
casado estrepitosamente, y con las maltrechas fuerzas que le quedaban se
replegó a Tlaxcala para rehacerse.
Agotadas las tretas de la guerra psicológica, a Cortés no le quedaba más
remedio que emprender una guerra abierta contra Tenochtitlan. El coman-
dante español pasó seis meses planeando su campaña en Tlaxcala; convocó
refuerzos de las islas del Caribe, reclutó miles de soldados indígenas y man-
dó construir bergantines en piezas sueltas para subirlos por la sierra y ar-
marlos en el lago de Texcoco. Los españoles, además, contaban con un alia-
do oculto del que quizá no estaban al tanto: el virus de la viruela, que un
soldado de Narváez había traído a Tierra Firme desde Cuba y ahora se pro-
pagaba entre los indígenas, quienes no tenían inmunidad contra este agente
infeccioso del Viejo Mundo. El nuevo emperador azteca, Cuitláhuac, fue una
de las primeras víctimas de la enfermedad. Lo sucedió Cuauhtémoc, un go-
bernante que ya no se hacía ilusiones respecto a los planes de los españoles
en México, y que estaba, por tanto, dispuesto a movilizar hasta el último
hombre para defender la ciudad y el Imperio contra los invasores europeos.
En diciembre de 1520 Cortés llegó al Valle de México, donde pasó tres
meses más preparándose para la guerra. La ofensiva española comenzó por
fin en abril: Cortés puso sitio a Tenochtitlan, destinando los bergantines a
patrullar el lago para impedir la entrada de víveres a la ciudad. Sin embargo,
los primeros ataques directos fracasaron y costaron muchas vidas, aunque
los españoles estuvieron a punto de tomar el Templo Mayor. Quedó claro que
pelear en aquel laberinto de calles estrechas eliminaba la ventaja que los ca-
ballos y las armas de fuego daban a las fuerzas españolas, muy inferiores en
número. Cortés comprendió que para tomar Tenochtitlan había que arrasar-
la, de manera que los españoles y sus aliados indígenas, al cabo de cuatro
meses de intensos combates, terminaron por reducir a escombros, edificio
por edificio, la ciudad que Cortés describiría como la más hermosa del mun-
do. El 13 de agosto, cuando ya sólo quedaba en pie la cuarta parte de la capi-
tal, el emperador Cuauhtémoc, que había encabezado la heroica resistencia
32 LA ERA DEL IMPERIO

de los mexicas, fue capturado y obligado a rendirse. Ansioso de recompensar


a sus agotados hombres como esperaban, Cortés hizo torturar a Cuauhté-
moc para que revelara dónde estaba el tesoro que los españoles habían per-
dido durante la retirada de la Noche Triste.
Después de la victoria Cortés se dedicó a reconstruir Tenochtitlan y a
unificar los antiguos dominios de los aztecas bajo el gobierno español, lo que
consiguió admirablemente, le valió el respeto de las masas indígenas y le con-
firió la autoridad carismática de un gobernante que lo era por esfuerzo pro-
pio. Carlos V le concedió grandes propiedades, el derecho de cobrar tributo a
miles de indígenas y el título de marqués del Valle de Oaxaca. Sin embargo,
el grado de poder personal de Cortés en la Nueva España, como llamó a los
territorios conquistados, suscitaría la envidia de sus rivales y la suspicacia de
la propia Corona, que estaba ansiosa de refrenar las ambiciones políticas
de los conquistadores en las ricas y lejanas tierras del Nuevo Mundo. En 1527
Cortés fue relevado del cargo de gobernador de la Nueva España y una real
audiencia (consejo judicial de funcionarios reales) asumió el gobierno del
reino. Cortés volvió a España dos veces para defenderse de sus detractores
en la corte y, de hecho, allí murió en 1547. Después de Cortés, bajo el manda-
to de Nuño de Guzmán, presidente de la primera audiencia, el gobierno de la
Nueva España degeneró en la explotación brutal de los naturales. En 1530 se
removió a Guzmán de su cargo y la segunda audiencia restableció el orden
hasta cierto punto en la turbulenta colonia. La autoridad real no se instauró
firmemente sino hasta que en 1535 se creó el virreinato de Nueva España y
se designó virrey a Antonio de Mendoza, uno de los grandes gobernantes del
Imperio español.
La espléndida victoria de Hernán Cortés aceleró el ritmo de la expansión
colonial de España en América y amplió los límites de la ambición personal;
los numerosos capitanes españoles en las Indias parecían enfrascados en
una carrera por conquistar otro México. El mismo Cortés dedicó poco tiem-
po a otras expediciones: hacia el norte recorrió la costa del Pacífico hasta la
región que llamó California en recuerdo de un país imaginario de amazonas
que figura en Las sergas de Esplandián, una popular novela de caballerías de
la época; hacia el sur llegó a los señoríos mayas, y de allí hasta Honduras.
En 1524 dos de los capitanes de Cortés encabezaron sendas expediciones
a América Central. Cristóbal de Olid fue a Honduras, cuyo territorio intentó
reclamar para sí, y enfureció a Cortés al pactar con su viejo enemigo Veláz-
quez, el gobernador de Cuba. Cortés partió hacia Honduras para castigarlo y
se encontró con un terreno intransitable de selvas y pantanos. Cuando por
fin llegó, habían asesinado a Olid. De hecho, toda la expedición fue un fraca-
so: no se hallaron más reinos de oro y Cortés empañó su reputación al orde-
nar la muerte del emperador cautivo, Cuauhtémoc, por sospecha de que ins-
tigaba a los guerreros indígenas de la expedición para que se amotinaran.
América Central decepcionaría a sus primeros conquistadores. El otro capi-
tán de Cortés, Pedro de Alvarado, dedicó los siguientes 10 años a la conquista
DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA 33

de los actuales Guatemala y El Salvador sin encontrar nada que rivalizara


con la riqueza del Imperio azteca. Al internarse hacia el sur en lo que hoy es
Nicaragua se encontró con otras expediciones españolas enviadas al norte
desde el istmo por el rapaz gobernador de Panamá, Pedrarias Dávila.

La conquista del Perú

Desde que dio muerte a Balboa, Pedrarias Dávila no había conseguido nada
equiparable a los frutos de la conquista de Cortés, pese a las brutales corre-
rías que realizó en la parte sur de América Central, a la que en otro tiempo se
había dado la optimista designación de Castilla de Oro. Sin embargo, las no-
ticias del triunfo de España en México lo convencieron de limitarse a Nicara-
gua, donde parecía haber mejores posibilidades que en el sur, del cual no se
sabía gran cosa aparte de los relatos sobre un país de oro llamado Birú o
Perú. Aun así, dos experimentados hombres de armas de las Indias, Francis-
co Pizarro y Diego de Almagro, obtuvieron autorización de Dávila para ir en
busca del Perú. Un primer intento en 1524 resultó descorazonador, pero la
segunda expedición, en 1527, llegó a la ciudad de Tumbes, en el noroeste del
actual Perú, y reunió objetos de oro y plata y otras pruebas de que había una
civilización avanzada. Con la evidencia de estos hallazgos Pizarro volvió a
España en 1528 para conseguir una capitulación (permiso de la Corona) que
le daba derecho a conquistar y colonizar el Perú con independencia de Pe-
drarias Dávila. A su regreso a Panamá llevaba consigo un gran número de
paisanos extremeños, entre ellos sus cuatro medios hermanos. Su socio Al-
magro había pasado algún tiempo en Panamá reuniendo hombres para la
expedición, y otro participante, el sacerdote Hernando de Luque, se encargó
de obtener fondos para la empresa entre socios capitalistas.
Francisco Pizarro y Diego de Almagro eran personajes encumbrados en
la colonia de Panamá. Poseían rentables propiedades y tenían derecho a co-
brar tributo a los indígenas, pero también eran conquistadores aguerridos y
extremadamente sedientos de aventuras: cuando partieron a la conquista del
Perú, los dos tenían más de 50 años, edad avanzada para la época. Pizarro
había llegado a las Indias en 1502, y participó en varias expediciones de con-
quista. Zarpó de La Española a Tierra Firme con Diego de Ojeda en 1509; lue-
go atravesó el istmo de Panamá en la expedición en que Núñez de Balboa
descubrió el Pacífico, en 1513; años después se pasó al bando de Pedrarias
Dávila y participó en la conspiración para aprehender a Balboa, por lo que el
nuevo gobernador de Panamá lo dotó de tierras y trabajadores indígenas.
A diferencia de Cortés, Pizarro no era hidalgo, sino hijo ilegítimo, porquero
de oficio, sin estudios y con toda probabilidad analfabeto hasta el fin de su
vida. Almagro no tenía mejores antecedentes: era un expósito de Castilla que
llegó a las Indias huyendo de la justicia y que en el istmo escaló a una po-
sición de dominio sobre los indígenas; tales eran las posibilidades de arribis-
34 LA ERA DEL IMPERIO

mo en el traicionero mundo político de Panamá bajo el gobierno de Pedra-


rias Dávila.
Aunque Pizarro y Almagro habían sido socios en otras empresas, la capi-
tulación de conquista que el primero obtuvo en España indignó al segundo,
quien se resintió de que a Pizarro le hubieran concedido el título de goberna-
dor y capitán general del Perú, mientras que a él le prometieron el cargo
mucho menos lucrativo de gobernador de Tumbes. Otra causa de fricciones
quizás haya sido la confianza que Pizarro depositaba en sus medios herma-
nos y sus amigos extremeños, que formaban un grupo cerrado en la fuerza
expedicionaria. El despecho de Almagro disminuyó temporalmente, pero las
circunstancias acabarían por convertirlo en abierta hostilidad.
En diciembre de 1530 Pizarro zarpó de Panamá con el grueso de la fuer-
za expedicionaria: unos 180 hombres y 27 caballos; Almagro debía seguirlo
después de reclutar a más españoles. Al llegar a la costa del actual Ecuador,
Pizarro desembarcó con sus tropas y emprendió el camino a Tumbes, una
marcha larga que estuvo sembrada de reveses, enfermedades y ataques de
los naturales. Cuando por fin llegaron a Tumbes, comprobaron que el gran
Imperio incaico, cuya conquista ambicionaban, se encontraba en estado de
conmoción, debatiéndose en una guerra de sucesión dinástica que había es-
tallado al morir de viruela el emperador Huayna Cápac (la misteriosa epide-
mia había avanzado desde México y estaba diezmando a la población de los
Andes centrales).
Se disputaban la sucesión Huáscar, hijo de Huayna Cápac, y su medio
hermano Atahualpa, que había instigado una rebelión en las provincias del
norte, próximas al actual Ecuador. Cuando llegó Pizarro, el conflicto se ha-
bía resuelto a favor de Atahualpa, que avanzaba en dirección sur hacia la
ciudad sagrada de Cuzco, centro del mundo incaico, donde su ejército man-
tenía prisionero a Huáscar. Pizarro averiguó que en ese momento Atahualpa
acampaba cerca de Cajamarca, ciudad abandonada por casi todos sus habi-
tantes durante la guerra civil.
Provisto de refuerzos llegados de Panamá, Pizarro decidió buscar a Ata-
hualpa y, emulando a Cortés, tomar al inca como rehén. Al igual que en Mé-
xico, los indígenas mantuvieron vigilados a los españoles en su avance a Ca-
jamarca, pero, por razones que tampoco se han aclarado, el emperador se
abstuvo de destruir una fuerza invasora de apenas 60 soldados de a caballo y
un centenar de a pie. En noviembre de 1530, a casi dos años de haber partido
de Panamá, Pizarro llegó a Cajamarca, se instaló en la ciudad y envió emi-
sarios para invitar a Atahualpa a reunirse con él. Para impresionar al inca
los emisarios ofrecieron un espectáculo ecuestre, treta que al parecer dio re-
sultado porque el caballo era totalmente desconocido para los indígenas.
Atahualpa accedió a presentarse en Cajamarca al otro día, pero, informado
por sus espías de que los españoles desensillaban los caballos por la noche y
eran por tanto más vulnerables a un ataque, apareció a esa hora.
Al caer el sol, el sábado 16 de noviembre de 1532, Atahualpa entró en la
DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA 35

desierta plaza de Cajamarca en una magnífica litera sostenida por 80 nobles


y escoltada por 6 000 hombres; miles de guerreros en formación de batalla
aguardaban órdenes en una llanura fuera de la ciudad. A su vez, Pizarro ha-
bía escondido a su centenar y medio de soldados en los edificios vacíos ale-
daños a la plaza, donde pasaron horas esperando, tensos y recelosos, la lle-
gada del inca. Sorprendido por la ausencia de los españoles, Atahualpa la
interpretó como muestra del temor que les inspiraba su ejército. Pero enton-
ces el sacerdote Vicente de Valverde apareció en la plaza acompañado tan
sólo de un intérprete nativo, y empezó a leer el Requerimiento, el pregón que
se dirigía a los pueblos paganos exhortándolos a someterse a la autoridad del
papa y el rey de España y permitir la enseñanza de la religión cristiana. El
rechazo del Requerimiento se consideraba razón suficiente para declarar una
“guerra justa” en nombre de la Corona española. Atahualpa, que nunca había
visto un libro, tomó el volumen de Valverde, lo examinó con curiosidad y
luego lo arrojó al suelo. Valverde se volvió entonces hacia los españoles es-
condidos, gritando que el inca había repudiado la palabra de Dios. Ante una
señal convenida, los hombres de Pizarro se lanzaron al ataque: cañones y ar-
mas ligeras hicieron fuego contra la atestada plaza, la caballería salió de los
edificios a galope y Pizarro se abalanzó sobre Atahualpa para derribarlo de
la litera, lo que no consiguió sino hasta que los españoles acabaron con los
nobles que lo llevaban, y que opusieron una tenaz resistencia. La infantería y
la caballería españolas persiguieron a los empavorecidos indígenas hasta fue-
ra de la ciudad y luego se volvieron contra el ejército que esperaba en la llanu-
ra; de 6 000 a 7 000 incas perdieron la vida, y muchos más quedaron heridos.
Francisco Pizarro había logrado una proeza: en una noche se había adue-
ñado de un imperio, pues la autoridad del emperador inca, que se creía divina,
era absoluta e indiscutible. Al igual que Moctezuma, Atahualpa había sub-
estimado a los españoles; le parecía inconcebible que una fuerza tan insigni-
ficante osara atacar un imperio que él mismo acababa de ganar a costa de
una cruenta guerra civil. La curiosidad lo había inducido a dejarlos llegar a
Cajamarca, y después admitió que se proponía capturar a Pizarro y matar o
esclavizar a sus hombres. Los españoles se habían librado de este destino
gracias a la ferocidad y sorpresa del ataque.
Apresado Atahualpa, la fortuna empezó a sonreírle a Pizarro. El inca se-
guía sin saber cuáles eran las intenciones últimas de los españoles: le parecía
punto menos que imposible que quisieran gobernar su imperio; consideraba
más probable que fueran bandidos a los que se podía comprar con oro y lue-
go destruir cuando intentaran escapar. Por eso ordenó a sus generales no
atacar a los españoles; al contrario, les ofreció un fabuloso rescate en oro
puro, que Pizarro aceptó con avidez dando su palabra solemne de liberar al
cautivo en cuanto lo recibiera. Atahualpa también tuvo el cuidado de conso-
lidar su posición política: ordenó a las tropas que ocupaban Cuzco ejecutar a
su hermano Huáscar para impedirle aprovechar su cautiverio. Los españoles
esperaron ocho meses a que el rescate llegara de Cuzco y otros lugares. Ha-
36 LA ERA DEL IMPERIO

bían enviado un mensaje a Panamá pidiendo refuerzos, pero los peligros de


la espera saltaban a la vista: eran presa fácil para los ejércitos victoriosos
de Atahualpa. En Cuzco había 30 000 guerreros comandados por Quizquiz;
en Jauja, a medio camino entre Cuzco y Cajamarca, aguardaba una hueste
de 35 000 hombres al mando de Chalcuchímac, y en el norte otro ejército
poderoso custodiaba Quito bajo las órdenes de Rumiñahui. Cualquiera de
estos generales podía dirigir un ataque contra la minúscula fuerza española
que mantenía prisionero al emperador. En tales circunstancias, el único re-
curso de los españoles era la astucia. Hernando Pizarro, al pasar por Jauja
de regreso de una correría en busca de oro, convenció a Chalcuchímac de
visitar al emperador cautivo; en Cajamarca los españoles apresaron al pode-
roso general, asestando un golpe más a la estructura del poder imperial.
Otro revés para Atahualpa fue la llegada de Diego de Almagro en abril de
1533 al frente de una compañía de 150 soldados ávidos de botín. Al verse
aún prisionero cuando todo el oro prometido se había entregado y fundido,
Atahualpa debió percatarse de que sólo la fuerza militar podía salvarlo. De
hecho, tras recibir el rescate los españoles no sabían qué hacer con él. Al oír
rumores de que el ejército de Rumiñahui se acercaba desde Quito, Pizarro
envió una fuerza de caballería al mando de Hernando de Soto para compro-
barlo. No obstante, sin esperar a que De Soto volviera, Almagro y sus segui-
dores presionaron a Pizarro para que ordenara la muerte inmediata de Ata-
hualpa. Pizarro cedió por fin, pues temía que el inca escapara o que, si lo
llevaban consigo en el largo camino a Cuzco, instigara una rebelión general,
por lo que mandó estrangularlo. Fue un acto cruel e ilegítimo, deplorado por
muchos españoles en Perú —quienes habrían preferido que se le desterrara—
y hasta por el monarca español, que ansiaba conservar el derecho moral y
religioso de España a gobernar en el Nuevo Mundo.
Eliminado Atahualpa, los españoles se prepararon para marchar sobre
Cuzco, el centro del imperio. Sus fuerzas seguían siendo muy pequeñas, pero
se les presentó la oportunidad de dividir y vencer. La guerra de sucesión ha-
bía exacerbado las discordias políticas y tribales del imperio, y Pizarro supo
enfrentar a un bando con el otro. La muerte de Atahualpa fue bien recibida
por los miembros del linaje de Huáscar, quienes ofrecieron su colaboración
a los españoles con la esperanza de recuperar el trono que les había arreba-
tado el usurpador de Quito. Pizarro no desaprovechó la ocasión y se presen-
tó a las tribus leales a Huáscar como el restaurador del legítimo linaje incai-
co. Hizo proclamar emperador a Túpac Hualpa, hermano de Huáscar, para
que cuando los españoles llegaran a Cuzco fueran vistos como liberadores
venidos a expulsar de la ciudad a las fuerzas de ocupación quiteñas coman-
dadas por el general de Atahualpa, Quizquiz.
La marcha de Cajamarca a Cuzco resultó difícil: por primera vez desde
su llegada a Perú los españoles tuvieron que entablar batalla abierta con
ejércitos indígenas. La estrategia política de Pizarro se vino abajo cuando el
emperador títere Túpac Hualpa enfermó y murió. Al sospechar que el gene-
DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA 37

ral quiteño capturado Chalcuchímac lo había envenenado, Pizarro lo hizo


quemar vivo por traición. Luego instaló a otro hermano de Huáscar, Manco,
de 20 años, como nuevo emperador títere. Por fin, tras una serie de batallas
en el camino, los españoles infligieron una derrota decisiva al ejército de
Quizquiz en una cruenta batalla en los montes que dominan Cuzco. El 15 de
noviembre Pizarro entró al frente de sus hombres en la capital de los incas,
donde los conquistadores pudieron saciar su sed de oro saqueando los abun-
dantes tesoros de la ciudad.
Aunque el corazón del imperio había caído en poder de Pizarro, la con-
quista estaba lejos de haber terminado. Faltaba tomar las provincias septen-
trionales de Quito, donde se encontraba estacionado el ejército de Rumiña-
hui y hacia donde se habían replegado las tropas vencidas de Quizquiz. Al sur
seguían inexplorados los territorios de los actuales Bolivia y Chile. Más im-
portante aún, los españoles tenían que dejar en claro varias cuestiones antes
de estar en posibilidad de afianzar su poder en Perú. Para empezar, Manco
Inca seguía pensando que Pizarro era un aventurero y no un conquistador, y
acariciaba la ambición de reinar sobre un imperio restaurado cuando se con-
venciera a los españoles de marcharse. En segundo lugar, Almagro y sus
hombres estaban resentidos por los privilegios de los hermanos Pizarro, pues
no habían recibido parte alguna del rescate de Atahualpa ni satisfecho su
ambición de recompensas de la conquista. Estos asuntos pendientes provo-
carían más guerras sangrientas y retrasarían la pacificación del Perú durante
unas tres décadas.
Un lugarteniente de Pizarro, Sebastián de Belalcázar, acometió la con-
quista de las provincias septentrionales de Quito, pero su expedición se en-
frentó con una invasión rival dirigida por uno de los conquistadores de Méxi-
co, Pedro de Alvarado, que sin anunciarse había avanzado desde Guatemala
en busca de más riquezas que expoliar. Los ejércitos de ambos conquistado-
res estaban dispuestos a entablar batalla, pero en el último minuto Alvarado
accedió a retirarse cuando Diego de Almagro, que había acudido en ayuda
de Belalcázar, le ofreció un pago en oro. La campaña que siguió fue especial-
mente difícil y cruenta, pero a fines de 1534 Belalcázar y Almagro habían
arrebatado las provincias de Quito a los jefes militares sobrevivientes de Ata-
hualpa, y el poderío militar del Imperio incaico estaba acabado.
Entre tanto, Francisco Pizarro, adjudicándose el título de gobernador del
Perú, se había dedicado a consolidar la presencia española en las provincias
centrales. En el mismo Cuzco se fundó una ciudad española, pero por su situa-
ción tierra adentro y a gran altura en los Andes, era de poca utilidad como cen-
tro administrativo, por lo que Pizarro decidió construir una nueva capital cerca
de la costa, en el valle del río Rímac. Fundada el 6 de enero de 1535 con el
nombre de Ciudad de los Reyes en recuerdo de la adoración de los Reyes Ma-
gos, pronto se le llamó Lima, derivación de Rímac. Pizarro eligió bien, pues en
el conflicto que se avecinaba con su socio Almagro, Lima representaría una
ventaja para el abastecimiento directo desde Panamá por vía marítima.
38 LA ERA DEL IMPERIO

La manzana de la discordia entre Pizarro y Almagro sería la ciudad de


Cuzco. A principios de 1535 los socios habían recibido de Carlos V una or-
den que concedía a Pizarro jurisdicción sobre los territorios del norte del
Imperio incaico, y a Almagro sobre los del sur. Sin embargo, el decreto real
no estipulaba a cuál de los dos correspondía la valiosa recompensa de Cuz-
co, que quedaba en el centro. La incertidumbre produjo tensión entre los
partidarios de Pizarro y los de Almagro que había en la ciudad; el primero
alejó temporalmente el conflicto convenciendo al segundo de dirigir una ex-
pedición de conquista a territorios de los actuales Bolivia y Chile, provincias
que pertenecían indiscutiblemente a su jurisdicción y prometían más rique-
zas. En consecuencia, Almagro partió en una campaña que duró dos años y
resultó desastrosa. Pese a la gran crueldad ejercida contra los indígenas y las
tremendas privaciones sufridas al cruzar la glacial cordillera de los Andes y
los tórridos yermos del desierto de Atacama, la expedición de Almagro en-
contró poca cosa de valor. Cuando volvieron, desolados y con las manos va-
cías, pero dueños de una solidaridad forjada durante aquella prueba terrible,
los “rotos de Chile” y su capitán ambicionaban Cuzco aun más que antes, y
ya eran enemigos jurados de los hermanos Pizarro.
Durante la ausencia de Almagro y sus hombres la ciudad se había queda-
do a cargo de Gonzalo y Juan Pizarro, pero la administración de éstos resul-
tó un fiasco que pondría en grave peligro la conquista española del Imperio
incaico. Se habían puesto pocos límites a la voracidad de los numerosos ad-
venedizos españoles que afluyeron a la ciudad sagrada. En vista de los incon-
tables abusos y atropellos cometidos contra los indios, el gobernante títere
Manco Inca comprendió que los avariciosos españoles no tenían ninguna
intención de marcharse. Censurado duramente por los ancianos incas a cau-
sa de su sumisión, Manco decidió, en el otoño de 1535, dejar de colaborar
con los extranjeros y llamar a la rebelión para expulsarlos de sus dominios.
Llegada la primavera de 1536 había reunido un ejército formidable con el
que puso sitio a Cuzco, donde había sólo 190 españoles, aunque dirigidos ya
por el hábil Hernando Pizarro, que había relevado del mando a sus irrespon-
sables hermanos menores. Otro ejército inca acometió el asedio de Lima,
donde Francisco Pizarro, creyendo que todo se perdería, pidió auxilio a los
españoles de Panamá. Gracias a la llegada de pertrechos y refuerzos de toda
la América española, el cerco de Lima no tardó en ceder, pero Cuzco perma-
neció asediado durante casi un año, hasta que los “rotos” de Chile llegaron de
su expedición en 1537 y levantaron el sitio obligando a Manco Inca a retirar-
se. Almagro entró entonces en la rendida ciudad, arrestó a los hermanos Pi-
zarro y partió a Lima para enfrentarse a Francisco. Los socios de otro tiem-
po no pudieron zanjar sus diferencias y el Perú, que había sucumbido a los
españoles como consecuencia de una guerra intestina entre los incas, se
hundió en una nueva guerra civil, esta vez entre los propios conquistadores,
incapaces de llegar a un acuerdo sobre los despojos de la victoria.
La guerra no duró mucho, pero sus amargas secuelas fueron muy perju-
DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA 39

diciales para los intereses de España en el Perú. Después de varias esca-


ramuzas, Hernando Pizarro consiguió llegar a Cuzco, donde infligió una cruel
derrota a los almagristas en la Batalla de las Salinas el 26 de abril de 1538.
Diego de Almagro fue hecho prisionero, procesado y, ante el horror de mu-
chos españoles, estrangulado. Los Pizarro se vieron entonces dueños de Perú,
aunque su poder sobre el imperio conquistado era precario. Debían tener
en cuenta, para empezar, una numerosa facción de vengativos almagristas
encabezados ahora por el hijo mestizo del caudillo asesinado. También de-
bían considerar al rebelde Manco Inca, que seguía en libertad sublevando a
los indígenas y encabezando revueltas que era preciso reprimir con gran de-
rramamiento de sangre, lo que retrasaba la pacificación del país. Para col-
mo, malvivientes españoles acudían en tropel al Perú en busca de oro inca y,
al ver frustradas sus esperanzas, se convertían en rebeldes y forajidos. Los
hermanos Pizarro debían lidiar, por último, con el disgusto del monarca es-
pañol ante la manera en que se había ganado el Perú en nombre de la Coro-
na. La muerte de Atahualpa había producido ya bastante molestia, pero la
ejecución de Almagro hizo estallar la ira en la corte imperial: cuando en 1539
Hernando Pizarro se presentó en España con regalos de oro para el empera-
dor, fue encarcelado y dejado 22 años en prisión. Para Francisco, las conse-
cuencias de la muerte de Almagro serían fatales: el 26 de junio de 1541, 20
almagristas irrumpieron en su palacio en Lima y lo apuñalaron. Los asesi-
nos proclamaron entonces gobernador del Perú a Diego de Almagro el Mozo.
La guerra civil volvió a estallar en el Perú español, pero esta vez la Coro-
na intervino directamente para restablecer el orden. El visitador real Cristó-
bal Vaca de Castro marchó contra los almagristas al frente de un ejército de
partidarios de Pizarro, y los venció en la Batalla de Chupas el 16 de septiem-
bre de 1542. Aun así, los disturbios no terminaron: antes de transcurridos
dos años, los colonos españoles del Perú se rebelaron contra el virrey Blasco
Núñez Vela por sus torpes intentos de aplicar las Leyes Nuevas, disposicio-
nes reales que pretendían mejorar las condiciones de los indígenas supri-
miendo el carácter hereditario de las encomiendas. Gonzalo Pizarro acaudi-
lló la rebelión y llegó a ser gobernante de facto del Perú cuando Núñez Vela
fue muerto en batalla en 1546.
Al morir el virrey, los hermanos Pizarro que sobrevivían y los muchos co-
lonos españoles que eran sus partidarios vieron la oportunidad de declararse
independientes de España haciendo que Gonzalo se proclamara rey del Perú.
Para impedirlo, en 1547 un ejército real desembarcó en el virreinato al man-
do de Pedro de la Gasca, quien suspendió las Leyes Nuevas para apaciguar
a los colonos y luego, el 9 de abril de 1548, trabó combate con los pizarristas y
los venció en la Batalla de Jaquijahuana, en las cercanías de Cuzco. Con la
ejecución de Gonzalo por traición terminó al fin el poder de los Pizarro;
la autoridad real se afirmó sin impugnación directa gracias a una serie de
virreyes capaces en las décadas de los 1550 y 1560, más de 20 años después
de que Francisco Pizarro y sus hombres irrumpieron en el Imperio incaico.
n nuestros días resulta común referirse a las raíces geo-
gráficas, económicas o políticas como aquellos vínculos
que permiten a un amplio grupo de personas sentirse
parte de una sociedad. Y, sin embargo, es innegable que
sólo nuestra historia —la historia de Latinoamérica—
puede dar cuenta de un pasado —y un futuro— común;
un pasado que ha suscitado tanta fascinación como
asombro y que se ha construido sobre la base de las
creencias, la lengua y la cultura hispánica y lusitana que
un grupo de europeos, en busca de gloria y aventura,
trajeron consigo y terminaron por integrar, en mayor o
menor medida, a la cultura de la población nativa.
Pese a ello, han sido pocos los libros que reúnan, de
forma concisa pero profunda, los escenarios y los per-
sonajes fundamentales que, en su conjunto, ofrezcan un
panorama general de nuestro pasado como esta Historia
de América Latina. Edwin Williamson no busca el análisis
exhaustivo y total de una realidad que por su compleji-
dad cultural y amplitud geográfica y temporal rebasaría
por mucho la extensión de este fascinante cuadro. Su
obra es la introducción práctica que ofrece al lector las
herramientas para adentrarse en esa complejidad que
él articula brillantemente con una capacidad narrativa
que no escapa a los objetivos de todo relato histórico:
interpretar el pasado, acercarlo a los seres humanos y
buscar la verdad.
www.fondodeculturaeconomica.com

ISBN: 978-607-16-1646-3
Historia latinoamericana,
historia de América Latina,
Latinoamérica en la historia*
Hilda Sabato

conicet/Universidad de Buenos Aires

C uando Stefan Rinke me invitó a reflexionar sobre la historia global reaccioné con mi reti-
cencia habitual frente a temas tan amplios, pero también descarté centrarme en mi área
específica de investigación. Preferí, en cambio, una escala intermedia para intentar una conver-
sación sobre América Latina, foco de esta conferencia. Pensé que quizá valía la pena interrogar
el objeto mismo del encuentro, denominado –como saben– “Entre Espacios: la historia latinoa-
mericana en el contexto global”.
¿A qué nos referimos con historia latinoamericana? ¿A la de los países tal y como los co-
nocemos actualmente? ¿A la de la suma de esos países? ¿A la de una región que suponemos
tiene una historia que no es apenas la de esa suma? Y ¿cómo se cruza la dimensión geográfico-
espacial (los territorios del subcontinente) con la dimensión socio-temporal? Esto es, esta “his-
toria latinoamericana”, ¿surge de proyectar hacia atrás la definición actual de América Latina
para abarcar todo el pasado humano de un espacio que hoy comprende desde el Río Grande
hasta Tierra del Fuego? O solo se ocupa de América Latina desde… ¿desde cuándo? ¿Desde que
fue conquistada por los europeos? En ese caso: ¿cuáles son sus límites? Habría quizá que incluir
California y la Florida, por lo menos… O tal vez solo queremos referirnos a lo que ocurrió des-
pués de la ruptura del orden colonial. En fin, no es fácil definir nuestro objeto.
La cuestión se complejiza si consideramos la frase “en el contexto global”. Lo global, ¿es
solo contexto? Y frente a una historia global, la historia latinoamericana ¿no presentaría las
mismas limitaciones que las historias nacionales? Pensar globalmente, ¿no exigiría cuestionar
la idea misma de ese recorte? Finalmente, “entre espacios”: la fórmula abre todavía más cues-
tiones, pues el tema del espacio no es de abordaje sencillo. Por eso, planteada la interrogación
general, no pretendo aventurar ninguna respuesta, sino apenas centrarme en una pregunta: qué
hacemos cuando decimos que hacemos historia latinoamericana.
La propuesta de incorporar al subcontinente como parte de una misma historia aparece en
forma fragmentaria desde muy atrás. A mediados del siglo xix, por ejemplo, Bartolomé Mitre
escribía la biografía de San Martín con proyección regional y le ponía como título Historia de
San Martín y la emancipación sudamericana. Más explícito fue el emprendimiento que, en

* Conferencia de clausura del XVII Congreso Internacional de ahila –Asociación de Historiadores Latinoamerica-
nistas Europeos–, Berlín, 12 de septiembre de 2014. Se ha mantenido el carácter coloquial de la conferencia, por lo
que el texto no incluye referencias bibliográficas.

Prismas, Revista de historia intelectual, Nº 19, 2015, pp. 135-145


1918, encabezaron historiadores académicos norteamericanos que crearon la Hispanic Ameri-
can Historical Review para canalizar la producción sobre los países ubicados al sur de los Esta-
dos Unidos. Ese fue, sin duda, un hito en el proceso de formación de un campo de estudios en
las universidades de ese país, cuya trayectoria ha sido explorada en varios trabajos relativa-
mente recientes. No es mi intención revisar esa literatura ni tampoco hacer un rastreo sistemá-
tico de la proyección y redefinición de ese campo en otros lugares, pues esa tarea requeriría de
capacidades y conocimientos que me exceden. Me interesa, en cambio, reflexionar sobre el
tema con una mirada más acotada y, debo confesar, muy marcada por mi propia experiencia a
lo largo de cuatro décadas. En ese marco, me pregunto por las maneras en que la historia como
disciplina encaró el estudio del pasado de este “subcontinente” que hoy llamamos América
Latina y encuentro tres variantes o momentos (que se superponen parcialmente en el tiempo) en
ese sentido. Los resumo en la fórmula incluida en el título de mi charla, con una variación en el
orden: historia de América Latina, historia latinoamericana y Latinoamérica en la historia.

Historia de América Latina

En 1968, se creaba, en Lima, la Comisión de Historia Económica del Consejo Latinoameri-


cano de Ciencias Sociales (clacso), coordinada por dos historiadores de prestigio en la región,
el mexicano Enrique Florescano y el chileno Álvaro Jara. Esta iniciativa reunía dos gestos in-
novadores: por una parte, se proponía fomentar la historia económica, en ese momento un
campo de vanguardia que venía a renovar la disciplina; por otro lado, se disponía a coordinar
a los cultores de ese campo en América Latina y a promover estudios sistemáticos sobre temas
específicos para toda la región. Los historiadores participaban así del movimiento más general
que, con foco en las ciencias sociales, contribuía a construir “América Latina” a la vez como
objeto de estudio y como espacio de intervención política e ideológica. Si bien esa denomina-
ción tiene una historia más larga, fue en la segunda posguerra cuando se impuso sobre otras
maneras de nombrar a la región, a la vez que adquirió fuerza connotativa en términos identita-
rios. La creación de cepal en 1948, en el marco de las Naciones Unidas, fue clave en ese
sentido, a la que siguió flacso en 1957, como organización intergubernamental. Finalmente,
diez años más tarde, por iniciativa autónoma de científicos sociales de la región, se creó el
Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (clacso), como institución no gubernamental
destinada a coordinar los centros de investigación existentes. Su constitución refleja bien el
clima de ideas prevaleciente en las ciencias sociales latinoamericanas, clima que fue a su vez
alimentado por la actividad y la prédica desarrolladas desde esa organización.
En ese marco, los historiadores mostraron un camino algo diferente al de sus colegas en
las otras disciplinas. Así, mientras sociólogos y politicólogos producían obras que buscaban
dar cuenta de los procesos regionales, como La dependencia político-económica de América
Latina, de Cardoso y Faletto, o La economía latinoamericana, de la conquista Ibérica a la
Revolución Cubana, de Celso Furtado, los dos de 1969, desde la historia los planteos eran
otros. El texto de fundación de la comisión de historia de clacso toma en consideración, como
punto de partida, “un pasado común y problemas también comunes” para fundamentar la vo-
luntad de “programar [a futuro] investigaciones de largo alcance y capaces de cubrir grandes
áreas y grandes períodos cronológicos”. A ello siguió la organización de dos tipos de simpo-
sios que desembocaron en varias publicaciones: por un lado, se discutió sobre aspectos meto-

136 Prismas, Nº 19, 2015


dológicos de la disciplina y cuestiones referidas a las tendencias historiográficas; por el otro,
se trabajó sobre temas concretos considerados de importancia común para Latinoamérica, que
dieron lugar a volúmenes colectivos como el libro pionero Haciendas, latifundios y plantacio-
nes en América Latina, de 1975; Orígenes y desarrollo de la burguesía en América Latina,
publicado en 1985 pero que reunía ponencias presentadas a una reunión de 1978, y otros por
el estilo. En estas obras, la definición de una temática general considerada relevante para el
conjunto de América Latina se desgranaba, sin embargo, en estudios específicos referidos a
algún país o región en particular. Se plasmaba así una visión que resultaba de una suma de
partes concatenadas entre sí por interrogantes comunes, y que a su vez podía revelar desarro-
llos paralelos y tendencias compartidas. La problemática era general, el abordaje, en cambio,
era particular.
Esta fórmula (“de lo particular a lo general”) se observa también en el libro clásico de
Tulio Halperin Donghi Historia contemporánea de América Latina, publicado inicialmente en
italiano en 1967 y en castellano dos años más tarde, donde el autor recorre, con un programa
común, el pasado de los distintos países de la región, uno a uno y a lo largo de un siglo y medio.
Desde el comienzo, Halperin advierte el desafío que tiene entre manos cuando dice “Problema
es ya la unidad del objeto mismo…”. Para construir esa unidad, combina tiempos y espacios, en
una arquitectura de gran complejidad que articula, como ha señalado con perspicacia João Paulo
Pimenta, situaciones muy diversas y ofrece una síntesis-problema. En sintonía con el clima de
la época en que fue escrito, el libro traza un arco que subsume al conjunto: la relación de depen-
dencia de América Latina frente al sistema internacional, desde la etapa colonial en adelante, en
la medida en que sucesivas metrópolis pautaron desde afuera las coordenadas dentro de las
cuales se desenvolvió la región. La historia está contada, sin embargo, en un diálogo entre lo que
ocurrió en cada lugar y en cada tiempo, y ese arco que imprime unidad a la diversidad.
Esta forma de aproximación contrasta parcialmente con la que ensayaban, por la misma
época, Stanley y Barbara Stein en La herencia colonial de América Latina, o la más simple que
había propuesto Pierre Chaunu a fines de la década de 1940 en su Histoire de l’Amérique La-
tine. Esos textos trazan patrones de comportamiento social y económico general para la región,
con énfasis en los siglos de dominación imperial. Ambos se internan, en sus últimos capítulos,
en el período posrevolucionario con resultados desiguales. Así, mientras los Stein mantienen
su visión integradora, Chaunu alterna ese propósito con el desgranamiento por países, en par-
ticular cuando quiere dar cuenta de los avatares políticos en diferentes espacios. De todas
maneras, los dos libros se inscriben en una tendencia más amplia, diferente de la anteriormente
mencionada y que identifico con el momento que llamo de la historia latinoamericana.

Historia latinoamericana

A diferencia de los historiadores del sur que se embarcaban en el estudio del pasado de Amé-
rica Latina a través de una composición articulada sobre la base de historias de espacios más
acotados (para el siglo xix, las flamantes naciones), en los centros académicos europeos y de
los Estados Unidos se consideraba la región como unidad ex ante. Y más allá de cómo cada
investigador armara la totalidad (si iba de lo particular a lo general o viceversa) el resultado
refería centralmente a esta. Y se fundaba sobre un supuesto muy fuerte que teñía el interés y la
producción sobre el tema: América Latina era una. Era “una” en su presente y en su pasado, y

Prismas, Nº 19, 2015 137


se definía básicamente en contraste con el norte. Era “el otro”, pero no el otro radical, sino el
que ofrecía la contracara del proceso civilizatorio occidental, de cuyo seno había surgido. Era
su criatura desviada. Más allá de las diferencias de valoración que surgieron en la academia
respecto a ese proceso y sus consecuencias para América Latina, la premisa de la fundamental
unidad de la historia y el destino del subcontinente presidía todas ellas. Se trataba, así, de en-
contrar en el pasado las causas de ese derrotero tan diferente al de la América del Norte, lo que
alimentó debates académicos y políticos durante décadas.
Sobre la base de esa premisa compartida, tomó forma el campo de la historia latinoame-
ricana, que se articuló con una tendencia más general en la vida institucional de las universi-
dades del norte, la proliferación de “area studies”, donde se conjugaban especialistas de dife-
rentes disciplinas –no siempre en armonía– en torno al estudio y la enseñanza sobre diferentes
áreas del mundo, entre ellas América Latina. Ese auge tenía menos que ver con la academia
que con las políticas internacionales del norte durante la Guerra Fría, en particular en los Esta-
dos Unidos, donde varias agencias estatales y fundaciones privadas fomentaron activamente
esa organización institucional para la construcción y difusión del conocimiento. Su influencia
fue decisiva en la promoción de los estudios latinoamericanos, en cuyos marcos se desarrolló
una historiografía que compartía el objeto de estudio.
En una nota más personal, pero que estoy segura reconocerán como propia unos cuantos
colegas, recuerdo que me sorprendí cuando, al llegar a Londres como estudiante de doctorado,
segura en mi definición de aspirante a historiadora sin más, me encontré incluida en una cate-
goría que para mí era hasta entonces desconocida, la de “latinamericanista”. El problema no
era solo de nomenclatura: nunca hasta entonces había pensado mi campo de interés en esa es-
cala, a la vez ampliada y reducida: ampliada a toda la región pero reducida a esa región. Mi
preocupación entonces era el proceso de acumulación capitalista en la Argentina, con foco en
el agro pampeano, lo que me impulsó a buscar y establecer comparaciones con otras regiones
del mundo, incluyendo algunos otros países de América Latina, pero sin darle especificidad
latinoamericana. Esa tarea quedaba, según entendía yo las prácticas de la época, para los cien-
tíficos sociales…
En un momento en que la historia buscaba en las ciencias sociales modelos de causalidad
fuerte y métodos para el estudio de las estructuras que se consideraban determinantes del de-
venir social, la mayor parte de los historiadores del sur que entonces insertábamos nuestra
disciplina en esa área científica seguíamos focalizados en lo particular y en el pasado que po-
dríamos denominar, laxamente, “nacional” (volveré sobre este último punto). Solo desde allí,
como ya dije, eventualmente y al calor de los cambios político-ideológicos del momento, se
buscaban conexiones y se trazaban comparaciones para hablar de América Latina.
De ahí el impacto que recibíamos al encontrarnos con la “historia latinoamericana”,
campo en que se presuponía una totalidad a partir de la cual se partía para atender los casos
particulares.
En los años 90 ese panorama fue sacudido por la crisis de los “area studies” –sobre todo
pero no únicamente en los Estados Unidos–. Antes que el resultado de algún cuestionamiento
intelectual o académico, esta crisis tuvo su origen en las nuevas políticas institucionales que
vieron la luz con la conclusión de la Guerra Fría, y que se tradujeron en un radical recorte de
los fondos y los proyectos para los estudios de área. Las prioridades pasaron a ser otras; el
mundo se tornaba “global”. Este giro inicialmente despertó una reacción fuerte de parte de
estudiosos hasta entonces ubicados en aquel espacio, que defendieron intelectual e institucio-

138 Prismas, Nº 19, 2015


nalmente su territorio. Esta resistencia tuvo en las Humanidades (entre ellas, la historia) su foco
principal, mientras que en los ámbitos de la sociología, la economía y las ciencias políticas se
reafirmaban, en cambio, propuestas teóricas y metodológicas que renegaban de las concepcio-
nes que habían alimentado los area studies, y privilegiaban otras formas de conocimiento. Para
ellos, el objeto América Latina carecía de relevancia de cara a los análisis de tipo teórico o, en
el terreno empírico, los destinados a corroborar, en diferentes períodos y lugares –preferente-
mente muy diferentes entre sí–, las teorías entonces en boga, como el “rational choice” o el
neo-institucionalismo. No se consideraba necesario, para ese ejercicio, conocer en detalle cada
caso elegido, ni incorporar bibliografía en diferentes idiomas, pues se cruzaban variables muy
generales, supuestamente disponibles en publicaciones escritas, sobre todo, en inglés.
Estos movimientos no desembocaron, sin embargo, en la desaparición de los programas,
institutos o posgrados “latinoamericanistas”, sino en una relativa marginación institucional y en
una reducción de su cobertura disciplinar. La historia como disciplina pasó a ocupar, en ese sen-
tido, un lugar destacado en ese nuevo contexto reducido y la historia latinoamericana mantuvo su
vigencia por algún tiempo más. Pero también allí llegarían los aires de cambio de la mano de la
globalización y darían paso al tercer momento, el que llamo “Latinoamérica en la historia”, y que
afecta tanto al norte como al sur, aunque de distintas maneras, como intentaré mostrar a
continuación.

Latinoamérica en la historia

En el transcurso de este año, me tocó participar de dos reuniones convocadas por colegas del
norte: la primera, en los Estados Unidos, llevaba por título “American Civil Wars. The Entan-
gled Histories of the United States, Latina America, and Europe” , y la segunda, en España, “Fe-
deralismos. Europa del Sur y América Latina en perspectiva histórica”. Si bien hubo ocasiones
anteriores en que asistí a reuniones donde se combinaban presentaciones de diversas regiones del
mundo, nunca la enunciación fue tan clara como ahora. América Latina aparece aquí como una
región entre otras, en paralelo con otras –¡al menos en el título!–. Y parece entrar en la Historia
del mundo ya no como lo otro sino como una parte. ¿Será así?
¿Qué está pasando? No es fácil trazar un mapa de situación, así que procederé por partes.
No me queda más remedio, entonces, que empezar por la historia global (a pesar de mi inicial
resistencia a hablar de ese tema). Y voy a hacerlo de manera muy elemental, refiriéndome a algu-
nos rasgos básicos y conocidos pero que sirven de punto de partida. Como sabemos, no hay una
definición universalmente aceptada de ese término, que se utiliza genéricamente para hacer
referencia a un conjunto de aproximaciones diferentes al pasado (que llevan distintos nombres
y conviven y compiten entre sí con bastante entusiasmo). Todas ellas tienen, sin embargo, un
denominador común: la crítica a las historias nacionales, que focalizan su mirada dentro de las
fronteras de cada país o de otros espacios sociopolíticos o culturales específicos. Proponen, en
cambio, una redefinición de los marcos y las escalas espaciales y temporales de indagación. En
el conjunto de enfoques que reconocen esta perspectiva, se distinguen dos orientaciones prin-
cipales. Por una parte, la que se impone trascender las fronteras políticas y territoriales de
“sociedades” consideradas singulares para atender a procesos más abarcadores, idealmente
globales o mundiales; por otra parte, la que apunta a los intercambios, flujos, transferencias y
conexiones entre sociedades diversas, esto es, transnacionales. En sus versiones más atractivas,

Prismas, Nº 19, 2015 139


estas dos vertientes no reniegan de las historias más acotadas, sino que se proponen atender a
diferentes escalas de observación y análisis.
No estamos ante problemas estrictamente nuevos, pues desde los orígenes mismos de la
disciplina no han faltado los intentos de escribir historias universales, así como de dar cuenta
de las articulaciones de diversa índole entre distintas partes del mundo. Lo novedoso reside en
dos factores que han potenciado la vigencia de estas propuestas. Primero, ante un mundo que
se globaliza aceleradamente y en el que, sobre todo, circulan ideologías de globalización, inte-
rrogarse sobre ese proceso ha puesto en primer plano la cuestión de las escalas espaciales y
temporales de indagación. Segundo, la propia disciplina ha experimentado una intensificación
de los intercambios e interconexiones, que ha reforzado la influencia de las historiografías que
se practican en los países centrales, lo que llevó a una relativamente rápida expansión de la
historia global. En esta materia, la prédica en pos de no replicar las viejas formas de la “historia
universal” –caracterizada por un eurocentrismo hoy objeto de fuertes críticas– no ha impli-
cado, sin embargo, el fin de las hegemonías a la hora de construir conocimiento. Y si bien en
América Latina existen precedentes en materia de aproximaciones globales o transnacionales
al pasado, la nueva ola proviene, en este caso, de los centros académicos del Norte.
Esta situación ha llevado a cambiar parcialmente las coordenadas con las que se abordaba
la historia latinoamericana en las universidades de los países centrales. Es cierto que el man-
dato de globalizar lleva, en un punto, a impugnar el recorte que presupone una unidad de sen-
tido para un territorio autocontenido, de fronteras previamente definidas (ya no solo “naciona-
les”) como, por ejemplo, América Latina. Kenneth Pomeranz, en un artículo reciente donde
hace agudas observaciones sobre los problemas que se le plantean a la disciplina en esta era
“menos nacional”, como él la llama, se refiere a esta cuestión. Traduzco sus palabras: “una
respuesta efectiva a la llamada ‘globalización’ no es simplemente descartar unidades toda vez
que descubrimos que no son totalidades autocontenidas, sino atender a cómo se hicieron y re-
hicieron, y preguntarse para qué son o no son útiles –como unidades analíticas para nosotros y
en tanto unidades frecuentemente ‘naturalizadas’ que se usan para movilizar recursos en pro-
yectos del ‘mundo real’–”. Su interés radica en el Este asiático, pero sus argumentos pueden
extenderse a otras áreas, como la que aquí nos ocupa. Encuentra que hoy es aun más pertinente
que antes considerar aquella región como una unidad a los efectos de la reflexión y el análisis,
pues en las últimas décadas y no obstante los procesos concretos de globalización que, dice,
supuestamente trascienden las regiones, el Este de Asia ha mostrado un incremento notable de
las interconexiones y las tramas de relación entre los países que la constituyen. La región de hoy
no es la misma que la de hace treinta años, lo que implica, además, que estamos frente a un
producto histórico que cambia, se rehace y redefine, pero que puede seguir entendiéndose como
una unidad de análisis, en una escala diferente a la vez de la nacional y de la global.
Pomeranz argumenta así contra algunas tendencias que se resisten a enfoques que no sean
los estrictamente globales. Frente a las propuestas más radicales, encontramos que la mayor
parte de los antiguos latinoamericanistas buscan inscribirse en las nuevas orientaciones pero
sin abandonar su lugar de referencia, ya sea a través de planteos que sintonizan con los de
Pomeranz, y que siguen pensando en América Latina otorgándole alguna unidad de sentido, ya
por medio de abordajes que refieren a la segunda veta de la revolución global, la que remite a
lo transnacional en alguna de sus variantes.
Si estas son las discusiones que atraviesan a la academia en el Norte, donde la historia
global se ha convertido no solo en una moda, sino en un mandato imperativo (so pena de perder

140 Prismas, Nº 19, 2015


influencias institucionales y apoyos materiales), ¿qué ocurre en América Latina? En la mayor
parte de nuestros países, esta ola ha llegado de afuera y solo recientemente ha entrado en la
agenda académica. No porque la historiografía se mantenga aferrada teóricamente a las histo-
rias nacionales en sentido estricto, sino porque los cuestionamientos a estas siguieron otros
derroteros y se manifestaron de otras maneras. Hace un año Sergio Serulnikof y Andrea Lluch
organizaron, en Buenos Aires, una reunión sobre “Latinoamérica y los enfoques globales”, de
la que participaron historiadores de la región especializados en diferentes campos invitados
para explorar la relación de sus propios trabajos con la perspectiva ahora en boga y para re-
flexionar sobre el impacto y el potencial de la misma para la historia de América Latina. Esa
convocatoria partía de la constatación de que la historia global en sus versiones más duras
prácticamente no tenía cultores entre nosotros, pero que era posible y deseable establecer un
diálogo entre nuestras prácticas y los enfoques vigentes con mayor fuerza en el Norte. El re-
sultado de este encuentro fue muy iluminador, porque mostró hasta qué punto, sin hacer pro-
fesión de fe global o transnacional, la mayoría hacía rato se había desmarcado de los encuadres
nacionales más tradicionales, y sobre todo, incorporaba, en sus trabajos, miradas e interrogan-
tes inscriptos en otras escalas.
Vuelvo, entonces, a la historia de América Latina en ese contexto. En lo que sigue, mis
observaciones van a estar seguramente sesgadas por mi propia especialización en el campo de
la historia política, aunque creo no equivocarme si supongo que en este terreno hay tendencias
compartidas con otras zonas de la disciplina. La historiografía reciente muestra, en general, un
cambio notable respecto tanto a la tradición de las historias nacionales como a las concepcio-
nes latinoamericanistas mencionadas antes y que florecieron en las décadas de 1960 y 1970.
Unas y otras, por cierto, marcadas por un esencialismo ahora bajo crítica. El punto de partida
sigue siendo preferentemente nacional (o sub-nacional), pero desde allí se han ido generando
espacios de interlocución y debate de mayor alcance: en primer lugar, de proyección latinoa-
mericana, pero también para incluir, según el tema de que se trate, a otros espacios sociales y
geográficos, como por ejemplo, las ex metrópolis imperiales (España y Portugal), América en
su conjunto, el mundo atlántico, etc. Este giro ha implicado no solamente la adopción de una
mirada comparativa en los estudios locales y el establecimiento de un diálogo intenso con otras
historiografías, sino también la consideración de temas “nacionales” como parte de conjuntos
más abarcadores que cruzan las actuales fronteras. El parámetro nacional no refiere ya a una
unidad autocontenida, origen y destino de la historia, sino más bien al punto de observación
actual del historiador nacionalmente situado, que formula y organiza sus preguntas desde ese
presente localizado, pero no aislado. Volveré sobre esto.
Ese movimiento es el resultado de factores muy diversos en buena medida compartidos
con otras regiones. Por cierto que la autonomización de la historia como disciplina respecto a
las que fueron sus obligaciones identitarias asociadas a la formación y consolidación de los
Estados-nación durante el siglo xix y parte del xx ha tenido un lugar central en la puesta en
cuestión de los marcos interpretativos nacionales. También los fenómenos de globalización del
“mundo real” han incidido decisivamente en la apertura a nuevas preguntas, y en el caso de
América Latina se podría pensar que la mayor intensidad en los intercambios económicos,
políticos y culturales de las últimas décadas entre los países de la región estimula a los histo-
riadores a ampliar sus marcos de referencia. Más que esa influencia “externa”, sin embargo,
tengo la impresión de que ha sido el propio desarrollo institucional de la disciplina lo que ha
contribuido a romper las fronteras de indagación. En la mayor parte de los países latinoameri-

Prismas, Nº 19, 2015 141


canos, en los últimos treinta años ha tenido lugar un cambio importante en las condiciones de
producción historiográfica. Se ha afirmado y ampliado el campo académico, donde se inves-
tiga cada vez más, se publican y circulan trabajos de todo tipo, se crean carreras de posgrado y
se multiplican los títulos, se organizan encuentros, se dan becas y subsidios, etc., etc. El resul-
tado ha sido un crecimiento del output historiográfico que, si lo midiéramos, seguramente re-
sultaría exponencial. Al mismo tiempo, junto a ese desarrollo se observa una sostenida circu-
lación de estudiosos y de sus producciones entre países, así como el trazado de redes de relación
institucional y articulación de proyectos, todo lo cual ha llevado a la formación de una comu-
nidad científica que no reconoce las antiguas fronteras. Esa apertura no se limita a los inter-
cambios entre latinoamericanos pero, a diferencia de las épocas en que la referencia externa
eran casi exclusivamente las universidades de los Estados Unidos y de Europa, desde donde,
en todo caso, se triangulaba con América Latina, en los últimos tiempos se observa un recono-
cimiento cada vez mayor de interlocutores de la propia región. Esta densidad en los intercam-
bios ha desprovincializado la profesión, pero ello no necesariamente implica un redirecciona-
miento de la historia nacional a otra latinoamericana, sino formas diferentes de pensar los
problemas, en cualquier escala que ellos se planteen.
Basta revisar el programa de este congreso para ver hasta qué punto la mayor parte de los
trabajos siguen teniendo anclajes que en primera instancia podríamos llamar “nacionales”. Me
explico: hice el ejercicio de revisar los títulos de las ponencias de todos los simposios como
una forma de aproximarme a los abordajes vigentes. Es cierto que los títulos pueden no reflejar
contenidos, pero son un indicador, sobre todo en un congreso cuya convocatoria exigía esfor-
zarse por insertarse en el debate global/transnacional. Los organizadores y los participantes, en
su gran mayoría latinoamericanos, respondieron de manera interesante. Por una parte, un im-
portante número de sesiones se abocan, explícitamente, a cuestiones que suponen interco-
nexiones transnacionales: hay varias sobre migración en sus diferentes formas (inmigración,
diásporas, exilios); otras tantas sobre circulación y flujos de otro tipo: saberes, mercancías,
personas, ideas, instituciones, discursos, etc., etc. Las ponencias incorporan casi siempre una
fuerte referencia “nacional” o local, pues en muchos casos se trata de flujos “desde” y “hacia”
un país o lugar determinado (por ejemplo, inmigración polaca al Brasil o viajeros en el Perú).
La dimensión latinoamericana solo se hace presente en la coexistencia de trabajos sobre dife-
rentes países de la región, y a veces por la comparación explícita entre dos o más de ellos.
Por otro lado, la mayor parte de los simposios proponen temas variados, que no necesaria-
mente implican una perspectiva transnacional y mucho menos global, con predominio de ponen-
cias referidas a casos particulares (en general, con anclaje “nacional”: como por ejemplo fiscali-
dad en México o planificación familiar en Guatemala o la niñez en el norte de la Patagonia, y así
siguiendo). En este caso, el escenario es de comparación más que de cambio de escala, compara-
ción que en algunos simposios se despliega explícitamente en sus ponencias y en otros está im-
plícita, en el marco de una agenda de temas que sí es compartida y refleja el clima de intercambio
al que me referí más arriba. Finalmente, un reducido número de trabajos incluyen en su título a
Latinoamérica como conjunto, o alguna referencia a la escala global propiamente dicha.
Este breve recorrido no tiene por objeto mostrar que todo sigue igual, que seguimos ha-
ciendo historias nacionales como siempre, o cualquier otra afirmación general por el estilo.
Estoy convencida de que este congreso mostró novedades en la agenda, y no solo por su título,
ni porque estemos necesariamente haciendo historia global de América Latina. Me parece que
la innovación viene por el lado de una disposición compartida a interrogar las fronteras temá-

142 Prismas, Nº 19, 2015


ticas, espaciales y temporales de nuestra disciplina. En ese marco, y para terminar, quisiera
ensayar algunas reflexiones sobre el lugar que siguen manteniendo las historias nacionales en
esta era de desacople entre historia e identidad nacional, historiadores y Estado, y sobre los
desafíos que se presentan cuando buscamos articular diferentes escalas de análisis, para así
volver, finalmente, a la historia de América Latina.

Historias “nacionales”

La historia como disciplina tuvo un papel central en la consolidación de los Estados-nación,


y por muchas décadas afirmó su lugar y su poder a partir de su capacidad para inventar histo-
rias nacionales que contribuyeron a definir identidades. Esa colocación ha variado de manera
sustantiva, y, desde hace ya varias décadas, la historia se ha desgajado de ese papel; en con-
secuencia, ha ganado autonomía a la vez que ha perdido poder. Han sido, paradójicamente,
los propios historiadores quienes han contribuido de manera más sistemática a deconstruir
intelectualmente el artefacto Estado-nación y a revelar el rol que la historia como disciplina
tuvo en su conformación. Este proceso ha contribuido a abrir el pasado a apropiaciones e inter-
pretaciones diversas, en particular en los procesos de construcción de identidades colectivas,
ahora no solo nacionales.
Este proceso de autonomización de la historia ha inducido importantes cambios en la dis-
ciplina, y en lo que nos atañe aquí, ha desdibujado las referencias nacionales que durante mucho
tiempo constituyeron presupuestos fuertes de la producción historiográfica. Sin embargo, como
vemos, buena parte de las historias que se escriben en nuestros días mantienen su inscripción
nacional –esto es, se escribe historia de las mujeres, los inmigrantes, las finanzas o los partidos
políticos en México, Perú, Brasil, Argentina…– y que aun cuando se trabaja en escalas menores
–locales, regionales– la referencia a la nacional es recurrente. Esta inscripción no resulta apenas
una rémora, un obstáculo de etapas anteriores destinado a desaparecer, sino que remite tanto al
objeto mismo de estudio como a las formas de producción y difusión historiográfica, a las tra-
diciones del campo y al lugar que la disciplina ocupa en el debate público.
En cuanto al objeto mismo de estudio, las naciones son artefactos relativamente recientes
en la historia humana y en particular lo son en América Latina. ¿Qué sentido tiene, entonces,
referir al pasado presuponiendo el punto de llegada, contingente por cierto, de la formación
nacional? Pero aun para los tiempos nacionales, ¿qué posibilidad hay de dar sentido a cual-
quier proceso sin atender a ese carácter contingente, inestable y poroso de las naciones? Todo
esto es sabido y es lo que ha contribuido a otorgar vigencia a las propuestas globales y trans-
nacionales. Al mismo tiempo, sin embargo, las naciones existen y es poco probable que desa-
parezcan pronto. Como bien señala Tom Bender –en un libro ejemplar de una historia de los
Estados Unidos que trasciende espacial y temporalmente la dimensión nacional–, la nación
continua y debe continuar siendo un objeto central de la investigación histórica; la nación,
agrego yo, no como una unidad autocontenida cuyo punto de consagración se alcanzó con la
consolidación estatal, hacia la cual y desde la cual se organiza el pasado, sino como una más
de las formas de organización social humana. Al mismo tiempo, esa forma sigue hoy muy vi-
gente, superpuesta a otras pero no por ello menos verdadera. Y su eficacia se hace visible en
nuestra propia práctica disciplinar: la historiografía puede no reconocer fronteras, pero los
historiadores estamos en buena medida nacionalmente situados.

Prismas, Nº 19, 2015 143


En efecto, los historiadores seguimos insertos en estructuras institucionales con base na-
cional: universidades, instituciones de enseñanza y sistemas científicos de producción y eva-
luación, entre otros, sobre todo en América Latina. Hay algunas novedades en ese terreno, pero
no tantas. Por su parte, nuestro trabajo ya no depende únicamente de la documentación oficial,
pero sigue apoyándose sobre materiales generados y sobre todo puestos en valor y en circula-
ción pública por instituciones estatales (archivos, bibliotecas, etc.) o que se reconocen como
“nacionales”. En el seno de la profesión, por su parte, si bien la internacionalización es cre-
ciente, las tradiciones historiográficas locales pesan en el diálogo que establece cada uno de
nosotros con sus antecesores y con sus contemporáneos. Finalmente, gran parte de las preocu-
paciones que nos motivan están referidas a nuestro universo más inmediato de referencia, y el
país donde cada uno ejerce su oficio ocupa en ese sentido un lugar central, aunque no exclu-
sivo, por cierto. Esta situación se potencia por el papel que el pasado nacional ocupa en los
debates públicos, sobre todo en los países latinoamericanos, donde ese pasado –el reciente
pero también el más remoto, anterior a la era de las naciones– tiene una vigencia pública y
política que en otras sociedades no se manifiesta con la misma intensidad o se reserva para
algunas cuestiones específicas de gran trascendencia, como el nazismo en Alemania o la escla-
vitud en los Estados Unidos.
De esta manera, el “hacer historia” tiene fuertes anclajes en estructuras, representaciones
y prácticas relacionadas con lo nacional. Al mismo tiempo, existe el desafío ya bien instalado en
la profesión de trascender esos límites, lo que –opino– no debería convertirse en un nuevo man-
dato excluyente que busque desgajar el ejercicio de la disciplina de contextos que sirven, con
frecuencia, para enriquecer y dar sentido a la práctica del historiador. ¿Cómo trascender esos
límites y a la vez mantener la tensión creativa con el horizonte nacional que sigue vigente?
Sin pecar de optimismo excesivo, creo que eso es lo que está ocurriendo en parte de la
historiografía de América Latina, que no se ha lanzado a escribir la historia del subcontinente
sino a ampliar su horizonte de interrogantes y de indagación, lo que está llevando, me parece,
a pasar de las miradas comparativas a la articulación de problemas en diferentes escalas. La
percepción de que los fenómenos locales forman parte de historias más amplias no debería
llevarnos a pensar que solo los estudios en escala mayor tienen sentido. No se trata de que to-
dos nos dediquemos a indagar a Latinoamérica como un todo, o lo que sea, sino más sencilla-
mente de no tomar el marco nacional como límite de indagación o punto de partida y de llegada
inamovible. Tampoco América Latina, una representación cultural tan contingente como cada
una de sus naciones.
En ese sentido, quisiera plantear algo así como un juego de escalas, en que cada investi-
gación pueda enfocar niveles espaciales y temporales diferentes, según la índole del problema
a explorar y los interrogantes que guíen al historiador, pero a la vez se inscriba en un campo
problemático que incorpore también otras escalas de observación y análisis. Esta formulación
no encierra novedad alguna, pues es lo que siempre ha hecho la buena historiografía. Lo nuevo
quizá sea, en este campo, la exigencia que hoy se impone a cada uno de nosotros de atender a
las interconexiones e interrelaciones más allá de la escala elegida.
Esta posibilidad presenta, sin embargo, dificultades concretas en materia metodológica,
ya señaladas en los debates recientes sobre el tema y que aquí apenas sintetizo con la metáfora
que utiliza Pomeranz en el artículo ya citado cuando señala que “diferentes escalas históricas
no anidan prolijamente una dentro de la otra, como muñecas rusas…”. En ese sentido, me
gustaría insistir en lo que ya han remarcado otros estudiosos y que resumo en dos propuestas

144 Prismas, Nº 19, 2015


muy generales para nuestra labor: incorporar la “historia global” como una perspectiva que
resulta insoslayable, en la medida en que pensemos cada problema (acotado o ampliado, sin-
gular o compartido) en su inserción en un marco espacial, temporal y temático que lo excede;
al mismo tiempo, evitar que este posicionamiento se convierta en un imperativo teórico o me-
todológico, que nos fuerce a atender exclusivamente a aquellos temas que se consideran de
índole “global” o transnacional, o –en su versión teleológica– a rastrear en el pasado los cami-
nos hacia la globalización (o sus obstáculos) como en otros tiempos lo hicimos en relación con
la modernización o el desarrollo de las fuerzas productivas. Tampoco a forzar nuestros temas
para que encajen en esos parámetros y reemplazar la ideología nacionalista que presidió por
décadas el trabajo de los historiadores por una ideología de la globalización.
En ese marco, quisiera, para terminar, subrayar la productividad de pensar América Latina
como parte del mundo y no en sus márgenes, pero a la vez sin esencializarla y sin disolverla
necesariamente en el gran magma de lo global. La intensificación de la producción y el inter-
cambio de las últimas décadas nos habilita a hablar de un campo historiográfico específico, cuyo
objeto de indagación es una región particular del mundo en el que se dibujaron y se siguen di-
bujando y redefiniendo historias nacionales y locales conectadas entre sí y con el resto del pla-
neta, no solo en el mundo real sino también en la imaginación de nosotros, sus historiadores. o

Prismas, Nº 19, 2015 145


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1
LAS CIVILIZACIONES
ABORÍGENES (500 a. C. -1500 d. C.)
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“Templo
Fornés, deLeopoldo.
Bonavía, las tres Historia
ventanas” de América
universal: Machulatina,
Picchu, Perú.
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INTRODUCCIÓN 13

Introducción

En general se conoce mal la perspectiva his-


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tórica de los indios precolombinos. Por una


parte, debido a que casi toda se conservaba por
medio de tradiciones orales que fueron perdién-
dose en la medida en que esas civilizaciones se
desorganizaron y olvidaron sus estructuras
jerárquicas, y -de la otra- por destrucción de
códices y monumentos que guardaban esa
información.
El período histórico anterior al descubri-
miento y conquista del continente americano no
puede dividirse de acuerdo a las etapas de la
Historia europea. Esta afirmación es especial-
mente válida para lo que hoy día se conoce
como Latinoamérica, donde a lo largo de mile-
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14 HISTORIA UNIVERSAL: AMÉRICA LATINA

nios se sucedieron civilizaciones indígenas,


cuyo desarrollo tuvo un ritmo y unas caracterís-
ticas particulares. Al producirse la conquista
española, durante el siglo XVI, sólo quedaban los
últimos eslabones de la cultura y civilización de
aquellos pueblos; por un lado, los aztecas en la
altiplanicie mexicana, hacia la punta meridional
de América del norte, y por otro, los incas en la
zona andina de América del sur. Entre ambos
focos de civilización subsistían los restos de la
cultura maya situada en lo que los antropólogos
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denominan Mesoamérica, región extendida entre


la parte sur del México actual y una buena por-
ción de la actual Centroamérica. Aunque el
nivel de desarrollo de estas culturas fue impre-
sionante, sobre todo si se le compara con las
civilizaciones del mundo antiguo, algunas defi-
ciencias impidieron un mayor avance y explican
las diferencias de progreso con respecto al
mundo civilizado europeo. Los aborígenes ame-
ricanos desconocieron el uso del hierro y no lle-
garon a la invención de la rueda. El perro, el
pavo, el pato y, en las tierras altas peruanas, la
llama, la alpaca y el guanaco fueron los únicos
animales domésticos a su servicio, de los cuáles
sólo
Fornés, la llama
Bonavía, era una
Leopoldo. Historia bestia
universal: de carga.
América latina, Bien orga-
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INTRODUCCIÓN 15

nizados, políticamente autoritarios y con econo-


mías controladas, estos pueblos vivieron de la
agricultura, como fue el caso destacable de los
mayas. Si estos últimos, a la llegada de los espa-
ñoles se hallaban en un período de estanca-
miento que facilitaría su dominación, los incas y
los aztecas, en pleno desarrollo, tuvieron que
ser sometidos a través de las armas y la astucia.
La población aborigen, sin embargo, continuó
formando parte, de manera insoslayable, del
mundo y la historia latinoamericanos, como lo
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sigue siendo en la actualidad.

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16 HISTORIA UNIVERSAL: AMÉRICA LATINA

Los mayas

Se desconoce el origen de los primitivos


mayas. Entre las fechas del 800 al 600 a. C., se
tiene noticia de ocupación humana en el Petén,
hoy situado al norte de la actual Guatemala, y
que comenzaba por lugares como Altar de
Sacrificios y Seibal (en las orillas del río de la
Pasión), o Barton Ramie, en el territorio de Beli-
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ze, más hacia el este. Hacia el año 600, Tikal, en


el Petén, es a su vez poblado, como lo atesti-
guan los restos de cerámica de esta época y de
diversos objetos que nos hablan ya de una red
de intercambios comerciales.
De todas maneras, el inicio de las culturas
mayas permanece en la sombra. Se ha descu-
bierto un íntimo parentesco con las culturas de
la vecina región de Veracruz, en México, y hoy
día habitan allí por lo menos dos tribus que se
entienden por medio del dialecto maya, como
los totonacas y los hustecas.
Sea que hayan emigrado de Veracruz a Gua-
temala, o que ocurriese a la inversa, lo cierto es
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LAS CIVILIZACIONES ABORÍGENES 17

que dicha analogía existe y que antes de la era


cristiana los mayas se establecieron en la penín-
sula de Yucatán, Tabasco, Chiapas, en las regio-
nes norte, central y oriental de Guatemala y en
el sector noroeste de Honduras. En estas zonas
desarrollaron una civilización que alcanzaría su
máximo esplendor mucho antes del año 1000 de
nuestra era. En realidad, los mayas pueden con-
siderarse en algunos aspectos la más alta civili-
zación del nuevo continente. Durante este perí-
odo que no pasa del año 1000, considerado
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como "clásico", florecieron ciudades como


Copán, Palenque y Tikal, las cuales ejercieron su
hegemonía hasta el siglo V de nuestra era.
Durante esta etapa, los mayas no desarrolla-
ron un imperio unificado sino que se dividió el
área en ciudades-Estado gobernadas por autori-
dades político-religiosas o grupos oligárquicos.
El arte, la arquitectura, las matemáticas, la inge-
niería y la astronomía alcanzaron grandes ade-
lantos. Inventaron un sistema numérico que
tenía por base 20, así como un signo equivalen-
te a "cero" y un calendario mucho más preciso
que el calendario juliano. Establecieron un siste-
ma de comunicaciones por vía terrestre que
algunos
Fornés, consideran
Bonavía, Leopoldo. superior
Historia universal: al Firmas
América latina, de losPress,romanos.
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18 HISTORIA UNIVERSAL: AMÉRICA LATINA

La creación de códices estuvo sometida a pro-


pósitos religiosos y astronómicos y en ellos se
inscribieron fechas ceremoniales importantes en
caracteres conocidos en su conjunto como
"escritura glíptica", la cual no ha llegado a ser
plenamente descifrada. Se erigieron templos y
otros edificios en piedra tallada. La religión era
politeísta y la clase sacerdotal ejercía la autori-
dad política tanto como la religiosa y, a un tiem-
po, juntamente con los grupos oligárquicos, el
control de la educación. El comercio, la artesa-
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nía textil, la cerámica y, en especial, la agricultu-


ra, estaban muy desarrolladas.
Durante el siglo XIII, la guerra civil entre las
grandes ciudades mayas permitió el triunfo de
grupos mexicanos que se establecieron en la
zona norte de Yucatán. Chichén-Itzá, que había
sido la urbe más floreciente bajo el impulso de
los toltecas durante los siglos X y XI, entró en
decadencia, mientras rompía su alianza con
Uxmal y Mayapán. Ayudada esta última por los
aztecas, intentó inútilmente continuar las altas
tradiciones del clasicismo maya y logró mante-
nerse hasta 1451, fecha en que fue destruida y
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LAS CIVILIZACIONES ABORÍGENES 19

en que Chichén-Itzá y Uxmal fueron abandona-


das.
A la llegada de los españoles, la civilización
maya había entrado en un languidecimiento
cultural y político, a pesar de grupos como los
mayas-quichés, de clara influencia tolteca, y de
los cachiqueles, tzutuhiles y mames, todos ellos
situados en las Tierras Altas de Guatemala, y
continuadores de las viejas tradiciones mayas.
Las guerras continuas entre ellos facilitaron la
tarea de conquista de los españoles. Por ese
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entonces, a principios del siglo XVI, se calcula la


existencia de 400000 a 500000 mayas en la
península de Yucatán.
La Cultura quiché de Guatemala ha dejado
como legado del Pol Vuh, libro sagrado basado
en las tradiciones orales, que se dio a conocer
por una versión del siglo XVI.

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20 HISTORIA UNIVERSAL: AMÉRICA LATINA

Los aztecas

Los primitivos pobladores de la meseta cen-


tral mexicana, llamada del Anáhuac, tuvieron
que soportar la invasión de los toltecas, oriun-
dos del norte. Estos conquistadores fundaron la
célebre ciudad de Tula, situada a quince millas
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al norte de la actual ciudad de México. Los tol-


tecas transmitieron su cultura que incluía cono-
cimientos matemáticos y astronómicos y un
calendario, posiblemente tomado de los mayas,
a los pueblos de las tierras del sur. Pero el eclip-
se de los toltecas ocurrió hacia el siglo XII de
nuestra era, a lo que sucedió un período de tran-
sición durante el cual floreció la cultura
chichimeca. De la zona de cavernas de Tenocu-
yán, los hombres de esta cultura pasaron a las
orillas del lago Texcoco, donde establecieron la
ciudad de tal nombre.
Los aztecas, reunidos bajo el mando de Ixcoatl,
llegaron más tarde a las orillas del Texcoco, pro-
bablemente
Fornés, hacia
Bonavía, Leopoldo. 1325,América
Historia universal: y fundaron en el centro
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LAS CIVILIZACIONES ABORÍGENES 21

del lago la urbe sagrada de Tenochtitlán o Méxi-


co, llamada así a causa de que allí se tributaban
honores al dios Mexi. Los aztecas, por medio de
una gran capacidad política y militar, extendie-
ron sus dominios y mantuvieron sus poderes en
la zona central y el sur de México e implantaron
colonias en América Central. Cuando llegaron
los españoles, alrededor de 1519, Tenochtitlán
era una ciudad compuesta por 60 000 familias y
todo el imperio de los aztecas comprendía unos
cinco millones de habitantes.
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El gobierno azteca estaba relativamente cen-


tralizado, presidido por un monarca, jefes pro-
vinciales designados por la autoridad central,
un bien organizado sistema judicial y un amplio
y eficiente ejército. En cuanto a las ciencias, los
aztecas destacaron por sus adelantos en inge-
niería, arquitectura, matemáticas y astronomía.
Poseían una rica tradición de historia, filosofía y
poesía, las cuáles eran transmitidas oralmente.
La escritura azteca era pictográfica con un pro-
gresivo desarrollo hacia la escritura fonética. La
actividad agrícola se había desarrollado amplia-
mente, mientras el comercio y las artesanías
prosperaban.
Fornés, Trabajos
Bonavía, Leopoldo. Historia universal: de cerámica,
América de oro y de
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22 HISTORIA UNIVERSAL: AMÉRICA LATINA

plata, así como los tejidos, tuvieron un cultivo


esmerado. Por otra parte, la religión de los azte-
cas era politeísta y, aunque incluía elaborados
conceptos sobre la divinidad, Huitzilipochti, el
dios de la guerra, fue la principal deidad vene-
rada, para cuyo culto se desarrolló un extenso
sistema de sacrificios humanos como muy
pocas veces ha podido verse en la historia del
hombre. Los sacerdotes constituían un grupo
poderoso, tanto en el orden político como en el
religioso. Algunos de los pueblos sometidos por
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los aztecas se hallaban dispuestos a rebelarse a


la más mínima oportunidad. En las montañas al
este del lago Texcoco, los tlaxcaltecas, que man-
tenían su independencia, veían a los aztecas
como enemigos temibles. Tal situación creaba
unas condiciones que habrían de aprovechar los
españoles a su llegada.
Hacia 1440, Moctezuma I había organizado el
centro de México en una confederación de tri-
bus. Entre 1519 y 1521, Hernán Cortés, al
mando de cuatrocientos españoles, puso térmi-
no a la hegemonía político-militar de los azte-
cas.
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LAS CIVILIZACIONES ABORÍGENES 23

Los chibchas

Los chibchas ocupaban la zona situada entre


las regiones habitadas por los mayas y los incas,
o sea el territorio perteneciente a la actual
Colombia. El núcleo de la cultura chibcha flore-
ció en Cundinamarca, meseta de considerable
amplitud, rodeada de altas montañas.
La organización política de los chibchas era
bastante sólida. Cuando llegaron los españoles,
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dos caciques se disputaban la hegemonía; el


Zipa de Bacatá (Bogotá) y el Zaque de Hunsa
(Tunja). Ambos eran monarcas absolutos y
representaban a la divinidad. La autoridad reli-
giosa más alta estaba constituida por un sacer-
dote llamado Iraca. Los chibchas poseían un
calendario y un especial sistema numérico.
Acostumbraban a congregar sus casas en ciuda-
des o aldeas, rodeadas de fortificaciones de
madera y paja. Habían desarrollado un extenso
comercio y una actividad agrícola importante.
Eran notables alfareros y fabricaban gran varie-
dad de joyas y figuras de oro y cobre, hechas en
láminas de metal.
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24 HISTORIA UNIVERSAL: AMÉRICA LATINA

Los chibchas fueron fácilmente dominados


por los españoles y sus descendientes son, hoy
en día, agricultores en su mayor parte.

Los incas
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El más avanzado de los imperios prehispáni-


cos fue, sin lugar a dudas, el del Tahuantinsuyu
(de las cuatro regiones unidas) o imperio de los
incas. Su núcleo central estaba situado en el
Cusco (o Cuzco), de donde fue expandiéndose
hasta abarcar el territorio que actualmente ocu-
pan Perú, Ecuador, Bolivia, el norte y centro de
Chile (hasta el Maule), el noroeste argentino
(hasta Salta y Tucumán) y el sur de Colombia
(hasta Pasto).
La fundación del imperio en el Cuzco data, al
parecer, del siglo XII de nuestra era, pero la cul-
tura preinca de Chavín se remonta a no menos
de 850 años a. C. La expansión territorial se ace-
leró
Fornés, pronto,
Bonavía, Leopoldo. en especial
Historia a partir
universal: América Press,siglo XIV.
latina, Firmasdel
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LAS CIVILIZACIONES ABORÍGENES 25

Uno de los conquistadores más renombrados


fue Huayna Cápac, que vivió hasta el primer
cuarto del siglo XVI, ya en los primeros tiempos
de la Conquista.
Los incas eran originalmente una tribu de
lengua quechua procedente de la región del Titi-
caca. Llegaron a constituir un imperio que abar-
caba una población de seis a ocho millones,
regida por un sistema de administración riguro-
so. La organización política se asentaba en un
despotismo teocrático y paternalista, al frente
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del cual se hallaba el Inca, monarca absoluto y


hereditario, considerado hijo del Sol. La pobla-
ción se dividía en tres clases: la nobleza, el pue-
blo y los yanaconas o servidores de los grandes
del imperio. La célula social era el ayllu o núcleo
de familias unidas por un antepasado común o
por la religión o los intereses. El ayllu recibía
una porción de tierra que debía cultivar. Los
individuos además, tenían que trabajar la tierra
del Inca, la tierra de los sacerdotes, la de los
guerreros y la de las viudas y huérfanos. El ejér-
cito era numeroso y bien organizado, a cuyo
servicio se hallaba una amplia red de caminos
por todos los lugares del Imperio. Un sistema
de Bonavía,
Fornés, correos unía
Leopoldo. Historialas partes
universal: más
América latina, distantes,
Firmas Press, que
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26 HISTORIA UNIVERSAL: AMÉRICA LATINA

recorrían los mensajeros o chasquis en una ver-


dadera carrera de postas para hacer circular las
noticias.
En matemáticas y astronomía, los incas no
alcanzaron los adelantos de los mayas y los
aztecas. Sin embargo, en ingeniería, arquitectu-
ra y en la producción de textiles y cerámica
lograron notables realizaciones. No desarrolla-
ron ningún tipo de escritura, pero se valieron de
cuerdas de varios colores, a las que llamaban
quipos, para hacer cuentas y mantener en la
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memoria fechas importantes como una forma


de preservar tradiciones. Se destacaron en el
arte de labrar el oro con el que fabricaban deli-
cadas figuras. Aunque el comercio no estuvo
suficientemente desarrollado, realizaron explo-
raciones a lo largo de toda la costa. En realidad,
la agricultura era la principal actividad en el
orden económico: cultivaban el maíz, la patata,
la coca, el algodón y otras plantas mediante la
irrigación y el abono.
La música y la poesía fueron las artes predi-
lectas de los incas. Distinguidos como arquitec-
tos, sus edificios destacan por la solidez de los
muros y la sencillez de la construcción. Vesti-
gios
Fornés, admirables
Bonavía, Leopoldo. Historiase encuentran
universal: hoy
América latina, Firmas en Cuzco,
Press,
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LAS CIVILIZACIONES ABORÍGENES 27

Cajamarca, Machu Picchu, Paramonga y otros


lugares.
A la muerte de Huayna Cápac, el Imperio se
dividió entre Huáscar, su hijo legítimo, y
Atahualpa, el hijo bastardo. Socavadas las fuer-
zas incaicas por la lucha entre ambos hermanos,
el imperio no pudo resistir el avance de los con-
quistadores españoles. Cuando Atahualpa cayó
prisionero en Cajamarca por orden de Francisco
Pizarro, en 1532, Huáscar, su hermano y rival,
ya había sido vencido y capturado. Desde su
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encierro, Atahualpa impartió la orden de matar


a su hermano, el Inca, lo cual le imputaron los
españoles como un crimen imperdonable. Con
la muerte de Atahualpa, en 1533, se extinguió el
Imperio de los incas.

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28 HISTORIA UNIVERSAL: AMÉRICA LATINA

Los Arauacos

Para el hombre europeo, los primeros indios


americanos eran 105 habitantes de las Antillas,
los cuales ofrecian una rica diversidad étnica a
la llegada de los conquistadores. El poblamien-
to de las Antillas tomó tiempo, ya que dependía
del desarrollo de la navegación que podía per-
mitir cubrir las distancias entre el continente y
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las islas más próximas. Las corrientes migrato-


rias se iniciaron en América del Sur, de ahí que
la lengua y la cultura de los grandes grupos
antillanos estén muy relacionados con familias
lingúistícas sudamericanas y con la cultura de
los agricultores de la selva amazónica. La pobla-
ción de las Antillas se dividía en tres grupos:

Ciboneys:

A la llegada de los españoles se encontraban


en el este de Cuba o confinados en las pequeñas
islas próximas y en la península suroeste de La
Española. Se desconoce el origen de su lengua.
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LAS CIVILIZACIONES ABORÍGENES 29

Los ciboneys vivían de los productos del mar y


de la caza de reptiles. Sus poblados se encontra-
ban a lo largo de la costa.

Arauacos:

Pasaron desde las costas de Venezuela a las


Antillas en el comienzo de nuestra era. El grupo
más importante de los arauacos lo constituían
los taínos, que habitaban Puerto Rico, La Espa-
ñola, este de Cuba y parte de Jamaica. Su prin-
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cipal fuente de vida era la agricultura. Cultiva-


ban maíz, vuca, piña, tabaco y otras plantas.
También se dedicaban a la caza y a la pesca.
Fabricaban cestos, cerámica y adornos de metal.
El medio de transporte eran las canoas. Los
arauacos tenían dos tipos de viviendas: el
bohío, de planta circular, y el caney, de forma
rectangular. Sus casas estban distribuidas alre-
dedor de la plaza o batey.

Caribes:

El origen de la palabra caribe proviene de


“caníbal”,
Fornés, que
Bonavía, Leopoldo. significa
Historia antropofagia.
universal: América latina, Firmas Press, Los cari-
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30 HISTORIA UNIVERSAL: AMÉRICA LATINA

bes se asentaron en las Antillas. A diferencia de


los arauacos, era un pueblo guerrero. Los cari-
bes también eran agricultores y se dedicaban a
la pesca. Construían excelentes canoas y desta-
caba su cestería. Los hombres ocupaban una
gran casa en el centro del poblado, mientras que
las mujeres se distribuían en varias más peque-
ñas. Los caribes practicaban la poligamia y enta-
blaban luchas con otras tribus para apoderarse
de nuevas esposas.
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Guaraníes:
Los guaraníes ocupaban una zona junto a la
costa atlántica y, en el interior, en el área de los
ríos Paraná, Paraguay y Uruguay. su principal
actividad era la agricultura, con el cultivo de la
mandicoa, sandias, plátanos y caña de azúcar.
Vivían en grandes cabañas alrededor de una
plaza donde se celebraban las reuniones. Tam-
bién fabricaban cestas y cerámicas. Los guaraní-
es veneraban a un Ser supremo dentro de una
religión
Fornés, en laHistoria
Bonavía, Leopoldo. queuniversal:
se practicaba el Press,
América latina, Firmas canibalismo
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LAS CIVILIZACIONES ABORÍGENES 31

ritual. Desde el principio de la conquista se


mezclaron con 105 españoles y fueron evangeli-
zados por los jesuitas.

Araucanos:
Los araucanos ocupaban lo que actualmente
es Chile. Al norte vivian los atacameños. Al sur
del desierto de Atacama habitaban los diagui-
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tas. De norte a sur de la faja chilena estaban los


picunches, los mapuches y los huilliches, en el
sur.
Los araucanos se dedicaban a la cría de gana-
do y a la agricultura. Cultivaban el piñón, tubér-
culos y gramíneas. La población no se agrupaba
en grandes núcleos, sino que se diseminaba en
pequeñas aldeas autónomas.
La resistencia de los araucanos contra la
dominación de los conquistadores fue feroz y
duró tres siglos y medio.

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2
CIVILIZACIÓN MODERNA
(Desde 1500 hasta 1804)
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Página anterior:
Hernán Cortés y su amante indígena, Marina o la Malinche (arriba).
Moctezuma
Fornés, (abajo)Historia
Bonavía, Leopoldo. en suuniversal:
labor deAmérica
gobierno.
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CIVILIZACIÓN MODERNA 35

Introducción

Hacia 1500, los españoles, que con la unión


de Castilla y Aragón habían constituído el pri-
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mer estado “moderno” de Europa, llegaron al


continente americano, se enfrentaron a las civi-
lizaciones aborígenes, las destruyeron y sobre
sus cenizas crearon el vasto Imperio español.
Empresa que mal disimulaba las deficiencias
del sistema político-económico de la metrópoli,
el Imperio no siempre significó, a pesar de la
conquista y la colonización, una verdadera
penetración en el mundo aborigen. La influen-
cia española no logró romper del todo las anti-
guas tradiciones que permanecieron, hasta el
día de hoy, entre los indios no totalmente "occi-
dentalizados". Es el caso de los lacandones, en el
norte de Guatemala y el sur de México, tribu
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36 HISTORIA UNIVERSAL: AMÉRICA LATINA

actualmente en extinción definitiva, y de los


indios del río Magdalena en Colombia. La Igle-
sia católica, con su gran autoridad, no pudo
disolver el sistema de creencias religiosas de los
nativos, el cual en alguna medida sirve de sus-
trato a la fe de las poblaciones actuales. El gran
peso demográfico de algunas etnias indígenas -
los mayas o incas, por ejemplo y la condición
precaria de los países latinoamericanos, en los
que la inestabilidad política y económica ha
sido más norma que excepción, tal vez explica
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la supervivencia de esas antiguas creencias y de


supersticiones que se remontan a épocas prehis-
pánicas, confundidas hoy día con las modernas
doctrinas del pensamiento religioso occidental.
El autoritarismo del régimen colonial espa-
ñol, reflejo del modo de gobierno empleado en
la metrópoli, no dejó espacio para el libre ejerci-
cio de experiencias democráticas de autogobier-
no y, a la larga, este hecho marcó profunda-
mente la vida política de los pueblos
latinoamericanos. Los tres siglos de aislamiento
bajo el dominio de España, periodo en el que
florecieron grandes ciuedades y una prodigiosa
infraestrctura religiosa, y la natural incomunica-
ción
Fornés, queLeopoldo.
Bonavía, se derivó de tal
Historia universal: situación,
América han influido
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CIVILIZACIÓN MODERNA 37

igualmente en la fragmentación política del


subcontinente latinoamericano y en algunos
rasgos de inestabilidad institucional que se han
manifestado a lo largo de toda la etapa republi-
cana.
A pesar de sus riquezas naturales, los actua-
les países latinoamericanos se encuentran, hoy
día, en una fase media de desarrollo con nacio-
nes como Argentina, que alcanzan un percapita
de ocho mil dólares, y otras como Honduras,
que apenas alcanzan un millar. El sistema de
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tenencia de la tierra, el mercantiliamo de la era


colonial, prolongado durante la época republi-
cana por prácticas estatistas y grandes limita-
ciones a la libertad económica y política, suma-
das a las relaciones sociales heredadas del
período colonial hispánico, siguen produciendo
efectos negativos en la marcha evolutiva de
estas naciones. Lamentablemente el sueño, de
Simón Bolívar -una América Latina verdadera-
mente unida y libre- no ha llegado a realizarse:
la América descendiente del mundo español y
de las antiguas culturas aborígenes, continúa
sin resolver los graves problemas económicos y
sociales que impiden su libre desarrollo.
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38 HISTORIA UNIVERSAL: AMÉRICA LATINA

La llegada de los españoles

Los españoles arribaron a costas americanas


en naves capitaneadas por Cristóbal Colón en
1492. En el primer viaje, descubrieron la isla de
San Salvador (llamada Guanahaní en la lengua
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de los nativos, conocida por Watling moderna-


mente), y Cuba y Haití, a las que denominaron
respectivamente Juana y La Española. A partir
del segundo viaje se inició la ocupación de las
nuevas tierras descubiertas con la fundación de
Isabela, la primera ciudad hispánica creada por
Colón en La Española, en 1494. Pronto las pose-
siones se extendieron a Puerto Rico, Jamaica y
Cuba. Desde aquí se pasó al istmo de Panamá,
donde los conquistadores fundaron Nombre de
Dios, que vino a ser punto de partida para el
descubrimiento y conquista de las costas del
Pacífico (Perú, Ecuador y Chile), de la América
Central (Nicaragua y Honduras). Al mismo
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CIVILIZACIÓN MODERNA 39

tiempo, las conquistas se extendieron desde


Cuba hacia México, en dirección sudeste y suro-
este de América del norte. Al sur del Caribe, el
afán de dominios se propagó a Colombia y
Venezuela. Lima vino a ser el centro de irradia-
ción para la conquista del Alto Perú, Chile y
Tucumán. El centro expansionista chileno fue
Santiago, de donde partieron los exploradores y
conquistadores que llegaron hasta el estrecho
de Magallanes, sin poder penetrar en la Arauca-
nia, el territorio habitado por los feroces aborí-
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genes de esas tierras del sur.


De esta forma, a partir de 1519, comenzó una
vasta y persistente empresa de penetración con-
tinental. En febrero de ese año, Hernán Cortés,
que provenía de Cuba al mando de una impor-
tante expedición, bordeó la costa de Yucatán y
la región de Tabasco, y fundó frente al golfo de
México la ciudad de Veracruz. Emprendiendo el
paso tierras adentro, Cortés se dirigió a la capi-
tal de los aztecas, México, la cual sometió a su
dominio, con la rendición del emperador Moc-
tezuma, en ese año de 1519. Forzado a retirarse,
después de varias victorias y reveses alternos,
Cortés, con la ayuda de tribus indígenas enemi-
gasBonavía,
Fornés, de los aztecas,
Leopoldo. consiguió
Historia universal: conquistar
América latina, Firmas Press, defini-
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40 HISTORIA UNIVERSAL: AMÉRICA LATINA

tivamente la ciudad y toda la región austral


mexicana en 1521, y apresó al último empera-
dor, Cuauhtémoc, a quien los aztecas habían
recurrido después de la muerte de Moctezuma
un año antes.
Como señor de la situación, Hernán Cortés
reorganizó la vida local de acuerdo con las nor-
mas hispánicas, mandó traer misioneros para la
labor de evangelización de los nativos y logró
que el emperador lo reconociera capitán general
de Nueva España, como se denominó al territo-
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rio mexicano. De 1523 en adelante, se llevó a


efecto la conquista de América Central. Pedro
de Alvarado, el lugarteniente de Cortés, luchó
contra los mayas-quichés en las selvas meridio-
nales, y después de sangrientas batallas fundó
la ciudad de Santiago de los Caballeros de Gua-
temala en 1524. El resto de América Central fue
pacificado y dividido en gobiernos, correspon-
dientes aproximadamente a las nacionalidades
actuales y dependientes de los tribunales o
audiencias de Panamá y Guatemala, los cuales
se hallaban bajo la tutela del virrey de México.
La penetración en Colombia arrancó de las
localidades de Santa Marta y Cartagena de
Indias.
Fornés, La expedición,
Bonavía, Leopoldo. quelatina,
Historia universal: América partía del primer
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CIVILIZACIÓN MODERNA 41

LOS CONQUISTADORES Y EXPLORADORES


ESPAÑOLES AMÉRICA DEL NORTE

Florida, costas del Mississippi,


sur de Texas y norte de México Álvar Núñez
Cabeza de Vaca
(1528-1535)
Florida, Carolina del Sur, Tennesee
y Mississippi Hernando de Soto
(1539-1541)
México occidental, sureste de Arizona,
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Nuevo México y Arkansas Francisco Vázquez


de Coronado
(1540-1542)
México medio Hernán Cortés
(1524-1525)

AMÉRICA CENTRAL Y EL CARIBE

Guatemala, El Salvador Pedro de Alvarado


(1524)
Honduras Gil González
Dávila (1524)
Nicaragua Francisco
Hernández de
Córdoba
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42 HISTORIA UNIVERSAL: AMÉRICA LATINA

Costa Rica Juan Vázquez Coronado


(1564)
Yucatán Francisco Montejo
(1527,1529-1535)
Panamá Pedro Arias Dávila
(1519)
Cuba Diego Velázquez
(1511-1512)
Puerto Rico Juan Ponce de León
(1509)
Jamaica Juan de Esquivel (1509)
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AMÉRICA DEL SUR

Colombia Rodrigo de Bastidas


(1525)
Venezuela Jacome Castellón y
Juan de Ampués
(1527)
sur de Colombia, Ecuador, Francisco Pizarro
norte de (1524-1526) y
Bolivia y de Chile Diego de Almagro
(Imperio incaico)
(1531-1535)
Chile septentrional y central Diego de Almagro
(1536)
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CIVILIZACIÓN MODERNA 43

Chile austral Pedro de Valdivia


(1540)
río Paraná hasta el Pedro de Mendoza
y
afluente Pilcomayo Domingo Martínez
de lrala
(1536-1537)
ríos Paraná y Paraguay, Juan de Ayolas y
penetración del Chaco D. de Chaco
(1537-1538)
río de La Plata y río Paraná hasta Sebastián Caboto
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el afluente Bermejo (italiano al servicio


de España)
(1527-1530)

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44 HISTORIA UNIVERSAL: AMÉRICA LATINA

sitio mencionado, siguiendo el curso del río


Magdalena, fundó Bogotá en el altiplano en
1538. El grupo de Cartagena exploró y ocupó
toda la costa colombiana del Pacífico.
Si la leyenda de El Dorado, tras la que se ati-
zaba la fiebre del oro y la plata, estimulaba la
obra de ocupación del territorio de los chibchas,
en Venezuela, la explotación de perlas y la escla-
vización de los indios fueron las fuerzas motri-
ces de la Conquista. En 1510 se fundó Nueva
Cádiz, en Cubagua. Carlos V, falto de capitales,
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firmó en 1528 varios contratos con los banque-


ros alemanes Welser mediante los cuales se
comprometía a conceder la dirección y explota-
ción de Nueva Andalucía (Venezuela). El agen-
te Ambrosio Alfinger fundó Maracaibo y la
penetración llegó hasta La Guajira, Valle de
Upar y Tamalameque. La empresa, sin embar-
go, terminó por fracasar económicamente, debi-
do al desinterés civilizador de los germanos.
Carlos V convirtió la región en capitanía gene-
ral, dependiente de Santo Domingo. La empre-
sa colonizadora y organizadora correspondió a
los misioneros (franciscanos y capuchinos), que
fundaron su primera ciudad, Cumaná, en 1515.
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CIVILIZACIÓN MODERNA 45

La conquista del Imperio Inca

El avance de los españoles hacia el sur, desde


Panamá, se inició en 1524 con Francisco Pizarro.
En 1526, el conquistador extremeño llegaba a la
Isla del Gallo. Habiéndosele prohibido conti-
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nuar, Pizarro se negó a obedecer y trazó en el


suelo una raya, y los doce que la cruzaron, jun-
tamente con él, se convirtieron en los "trece de la
fama", encaminándose a Guayaquil y Bahía de
Túmbez.
Mediante un indio intérprete, a los que lla-
maban “lenguas”, los conquistadores tuvieron
conocimiento de que en el Imperio inca se enta-
blaba una guerra civil. Ante la oposición del
gobernador de Panamá, Pedro de los Ríos, para
intervenir en el conflicto, Pizarro se dirigió a
España. Carlos V, por el acuerdo de Toledo de
1529, decidió autorizar la conquista al peticio-
nario. De esta forma, la empresa asumió carác-
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46 HISTORIA UNIVERSAL: AMÉRICA LATINA

ter oficial. Desde la base de San Miguel de Tan-


garará, Pizarro se encaminó a Cajamarca con
ayuda de ciento sesenta hombres en 1532, y allí
prendió al emperador Atahualpa. Los españoles
continuaron hasta Cuzco, que ocuparon, y más
tarde, en 1535, fundaron la ciudad de Lima,
futura capital del Perú, completando luego la
ocupación en Colombia y el Amazonas.
En dirección a Chile, el avance no fue afortu-
nado. Las rivalidades de los jefes españoles,
agravadas con las hostilidades de los nativos,
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amenazaron con frustrar toda conquista. Fran-


cisco Pizarro logró salvar la situación y Pedro
de Valdivia emprendió la conquista de Chile.
Fundó Santiago en 1541 y Concepción en 1550,
manteniéndose en relación con Perú a través de
La Serena y con la Argentina por medio de
Tucumán. Las grandes distancias, sin embargo,
dispersaron las fuerzas españolas y Valdivia
murió en el cerco de Tucapel en 1554, a manos
de los indios comandados por Lautaro, caudillo
de los araucanos. Finalmente, Francisco de
Villagrán reunió a los españoles sobrevivientes
y eliminó a Lautaro en 1557. Fue sustituido por
García de Mendoza, que pacificó y reorganizó la
conquista,
Fornés, prosiguiendo
Bonavía, Leopoldo. hacia
Historia universal: América el sur
latina, Firmas Press, hasta el
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CIVILIZACIÓN MODERNA 47

golfo de Corcovado, al mismo tiempo que pro-


movía los asentamientos más allá de los Andes.
La ocupación del estuario del río de la Plata
se llevó a cabo en dos etapas. La primera culmi-
nó con la fundación de Buenos Aires, en 1556,
por Pedro de Mendoza, y de otras ciudades
como Santa Cruz de la Sierra y Santa Fe. La
segunda, con la nueva fundación de Buenos
Aires por Juan de Garay, en 1580, como base
marítima indispensable a la vida interior de la
región. Entre tanto, el enviado de Mendoza,
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Juan de Salazar, había fundado el fuerte de la


Asunción, que llegaría a ser la futura capital del
Paraguay en 1537.

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48 HISTORIA UNIVERSAL: AMÉRICA LATINA

Territorios fuera del dominio de los


españoles

La conquista y colonización
portuguesa de Brasil
Con el descubrimiento por el portugués
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Pedro Alvares Cabral y la aplicación del Trata-


do de Tordesillas (1494), forjado por el Papa
para dividir entre Madrid y Lisboa el continen-
te americano, las vastas regiones del Brasil
pasaron a manos de Portugal. La primera tenta-
tiva seria de colonización se realizó con Martín
Alfonso de Sousa, que fue enviado por la coro-
na portuguesa a tierras brasileñas, en 1530, para
desembarazarlas de intrusos franceses, fundar
poblaciones y organizar el territorio.
De esa forma, se dividió el país en doce capi-
tanías en 1534, cada una de las cuales se hallaba
bajo la responsabilidad de chequear, revestido
por el rey de poderes para nombrar jueces y
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CIVILIZACIÓN MODERNA 49

funcionarios, cobrar tributos y someter a los


indios para trabajar en las tierras administradas
por él. De tal empresa sólo se consolidaron dos
capitanías: la de Pernambuco, al norte, y la de
San Vicente, donde Sousa había fundado la ciu-
dad homónima en 1532 y que se encuentra cerca
de la actual Santos, base de la futura penetra-
ción portuguesa hacia el interior del país.
El sistema de las capitanías fue abolido en
1549. La corona levantó la sede de un gobierno
general ese mismo año, y nombró gobernador a
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Tomé de Sousa. De 1549 a 1602, Brasil contó con


once gobernadores generales y una Asamblea.
Con la muerte del rey don Sebastián y la ane-
xión de Portugal a la corona española, a la sazón
asumida por Felipe II, Brasil pasó a ser colonia
hispana de 1580 a 1640, fecha en que los portu-
gueses recuperaron su total autonomía. Hubo,
entonces, un primer virrey (1640-1641), seguido
de un triunvirato (1675-1678). Durante el siglo
XVIII, hubo doce gobernadores generales, algu-
nos de ellos virreyes en Bahía, y cinco virreyes
en Río de Janeiro.
La actividad civilizadora de Portugal en Bra-
sil comenzó a lo largo de la costa y a través de la
redBonavía,
Fornés, fluvial del
Leopoldo. enorme
Historia continente.
universal: América No tardó en
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50 HISTORIA UNIVERSAL: AMÉRICA LATINA

internarse, como en Sâo Paulo, de mano de los


misioneros, especialmente jesuitas, y de los
bandeirantes o bandas de aventureros. La econo-
mía se centró en el cultivo de la caña de azúcar,
en el ganado y la exportación del palo del Bra-
sil, el cual por su gran abundancia había dado
nombre al país. Como la mano de obra se volvió
requisito indispensable, el Estado organizó
entradas para la captura de nativos, que, al igual
que las bandas o grupos de bandeirantes, explo-
raron el territorio y sus posibilidades, expan-
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diéndose cada vez más hacia el occidente.

El Caribe y la intervención de
otros pueblos

Tanto franceses como ingleses ocuparon


algunas de las Antillas, ya descubiertas y explo-
radas minuciosamente por los españoles. En la
América del sur se asentaron en la Guayana
meridional los franceses, donde fundarían
Cayena en 1635, así como exploraron el curso de
varios ríos, principalmente el de Oiapoque. En
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CIVILIZACIÓN MODERNA 51

el Caribe, mientras tanto, los franceses tomaron


posesión de Haití, en 1697, y los ingleses de
Jamaica en 1670.
Otros pueblos, como los holandeses y los
rusos, contribuyeron al descubrimiento de nue-
vas regiones del continente americano. Los pri-
meros fundaron una colonia en la Guayana en
1580, y los rusos exploraron las costas y litorales
de Alaska y Canadá. Después de las guerras
napoleónicas, los holandeses habrían de com-
partir el dominio de Guayana con los franceses
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y los ingleses.

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52 HISTORIA UNIVERSAL: AMÉRICA LATINA

Autoritarismo

La estructura político-administrativa
española en la América colonial
Desde un principio España habría de refor-
zar la tradición de autoritarismo que ya en tiem-
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pos de los aztecas y los incas había imperado


entre los pueblos del continente recién descu-
bierto. En una primera etapa, el gobierno se
ejercía personal y militarmente, ya porque se
obtuviese por elección delegada por la corona a
los cabildos, ya por usurpación de los jefes de
expediciones, que compartían tal gobierno con
subalternos calificados en regiones recién con-
quistadas. No faltaron religiosos, como Bartolo-
mé de las Casas, que defendieron ardorosamen-
te a los indios.
Los desórdenes, las conspiraciones y los abu-
sos recíprocos de autoridad de los conquistado-
res, así como los atropellos a la población indí-
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CIVILIZACIÓN MODERNA 53

gena, indujeron a los monarcas a instituir un sis-


tema administrativo más apropiado con la dis-
tancia en que permanecía la metrópoli y la gran
extensión del Imperio. El núcleo del gobierno
local urbano y de tierras adyacentes eran el
cabildo, que se hallaba sometido a las audiencias.
Éstas estaban constituidas por tres o cuatro
miembros, los oidores, con un presidente y un
fiscal. Los oidores podían comunicarse directa-
mente con la Corona.
Los distritos geográficos, sujetos a las audien-
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cias, se volvieron grandes divisiones adminis-


trativas donde, siglos más tarde, habrían de sur-
gir en su mayoría las naciones independientes
de la América Hispana. Las audiencias eran
organismos que desempeñaban actividades
judiciales, administrativas y gubernamentales.
La más antigua se creó en Santo Domingo, a
partir de 1511, de la que surgieron la de Panamá
(1538) y las de Lima y Guatemala (1542, 1543).
La última, la de Bogotá, se estableció en 1562. La
presidencia de este organismo era más bien un
cargo formal y representativo, pues no contaba
con voz ni con voto en el Consejo de Indias. Sus
funciones judiciales se sujetaban a la residencia
de Bonavía,
Fornés, seis Leopoldo.
meses, Historiadebiendo
universal: América dar cuenta
latina, Firmas Press, de sus
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54 HISTORIA UNIVERSAL: AMÉRICA LATINA

actos,en caso de reclamación, y disponiéndose a


recibir la inspección de funcionarios de la Coro-
na procedentes de España, los visitadores generales.
La importancia de las audiencias era acorde
con la importancia del territorio en que estaban
enclavadas. Así, destacaban las audiencias de
los virreinatos, pues éstos tenían la más alta
jerarquía dentro de la división administrativa
hispánica. En un principio, había sólo uno: el
virreinato de México o de Nueva España, esta-
blecido en 1535. Después, el de Perú o de Nueva
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Castilla, en 1544. El de Tierra Firme o de Nueva


Granada fue creado en 1718 y comprendía los
futuros países de Panama, Colombia, Venezuela
y Ecuador. El virreinato del Río de La Plata, con
capital en Buenos Aires, fue instituido en 1776 y
ocupaba las regiones que son hoy día los países
de Argentina, Uruguay, Paraguay y parte de
Bolivia.
Las capitanías generales eran territorios de
menor importancia. Existían cuatro: la de Cara-
cas, la de Guatemala (que abarcaba todo el
istmo centroamericano con exclusión de Pana-
má), la de Chile y la de Cuba (que comprendía
las otras islas del Caribe).
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CIVILIZACIÓN MODERNA 55

Las relaciones económicas de la metrópoli


con las colonias estaban regidas por la Casa de
Contratación, de Sevilla, cuyo movimiento
puede reconstruirse a través de la abundante
documentación del Archivo de Indias. Los
asuntos puramente comerciales estaban dirigi-
dos por una sección especial de comerciantes
creada en 1543: el Consulado de Sevilla. El Con-
sejo de Indias, creado en 1509 y reorganizado en
1524, supervisaba todos los servicios adminis-
trativos y legislativos de las colonias españolas,
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al mismo tiempo que fiscalizaba el tratamiento


que se daba a los indios.

La estructura eclesiástica

La conquista de América no se realizó única-


mente bajo la perspectiva de una conquista polí-
tica o de una explotación económica, sino que
también fue realizada desde una perspectiva de
empresa misionera. De ahí que la Iglesia desem-
peñase un papel importante en la organización
de la vida americana y constituyese un poder
que tuvo que establecerse y regularse de cara a
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56 HISTORIA UNIVERSAL: AMÉRICA LATINA

las exigencias del poder civil. La unidad básica


de la estructura eclesiástica, similar al cabildo,
la formaban las parroquias, bajo la tutela espiri-
tual del párroco. Estaban sometidas a la autori-
dad eclesiástica superior de los obispos y arzo-
bispos, que velaban por las diócesis, las cuales
abarcaban varias parroquias. Pero la Iglesia
dependía del Estado: el derecho de patronato,
concedido por el Vaticano en 1518, establecía
una relación a la que la Iglesia debió ajustarse
durante todo el tiempo de la dominación colo-
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nial. En virtud de ese derecho, el Consejo de


Indias presentaba al rey una lista de propuestas
para el nombramiento de arzobispos y obispos
que, finalmente, elegía el monarca.
De esta forma, la Iglesia se convirtió en un
instrumento más en la tarea colonizadora del
Imperio español. Los obispos americanos, que
estaban obligados a jurar fidelidad al soberano,
actuaban a la vez de pastores y funcionarios. Se
les encomendaba colaborar en el ejercicio de la
justicia, en la recaudación de los impuestos y en
otros menesteres propios de la vida seglar.
Por otra parte, la evangelización misionera
promovió la penetración y exploración de los
lugares
Fornés, más apartados
Bonavía, Leopoldo. del continente.
Historia universal: América latina, Firmas Press, Ello con-
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CIVILIZACIÓN MODERNA 57

tribuyó a la empresa civilizadora del Imperio


como, en efecto, habría de suceder con las reduc-
ciones, de las que fueran buen ejemplo las Misio-
nes jesuitas del Paraguay. Con ellas la población
indígena se “reducía”, situándola en una región
determinada, sometiéndola a un régimen de
trabajo, principalmente agrícola y artesanal,
dentro de una colectividad administrada y
supervisada por españoles.
Asimismo, la Iglesia se encargó de la educa-
ción de las poblaciones, aunque fuese con carác-
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ter elitista. En realidad, la mayoría de los cam-


pesinos españoles pobres, los indios en
repartimiento y los esclavos negros quedaron
sin alfabetizar. De todas maneras, desde princi-
pios de la colonización, los sacerdotes domini-
cos y franciscanos implantaron escuelas prima-
rias para niños y adultos. En cuanto a la
educación superior, la Iglesia regentaba, de
común acuerdo con la Corona, el movimiento
cultural universitario. Así surgió la primera uni-
versidad, fundada en Santo Domingo en 1538, a
la que siguieron las de México y Lima, institui-
das ambas en 1551.

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58 HISTORIA UNIVERSAL: AMÉRICA LATINA

La sociedad colonial

Los indios
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El indio constituía el estrato más bajo de la


sociedad colonial por su condición de vencido.
La legislación civil determinó las relaciones
entre españoles e indios, enmarcadas en un
principio bajo el signo de la encomienda.
Se puede definir la encomienda como la reco-
mendación por parte de la Corona de un cierto
número de indios a un español que se convertía
así en un encomendero. Éste estaba autorizado a
exigir de los indios un trabajo o tributo y, a cam-
bio, tenía que hacerse cargo de su instrucción
religiosa y de su protección.
La encomienda era eficaz desde el punto de
vista administrativo. Pero, sobre todo durante
la época de Felipe II, fue fuente de abusos de
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CIVILIZACIÓN MODERNA 59

explotación de la mano de obra, en provecho


propio, de tributaciones exageradas, de despo-
jos y robos innumerables, que provocaron la
reacción de misioneros comprensivos que denun-
ciaron estos atropellos a la Corona. Como con-
secuencia, se promulgaron las "Leyes Nue-
vas",en 1542, por orden de Carlos V. Estas leyes
tendían a la extinción de la encomienda: la
número treinta y cinco suprimía la herencia de
la encomienda, otras excluían de la encomienda
a funcionarios y prelados y, a su vez, otra leyes
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prohibían la implantación de nuevas encomien-


das. En general, las "Leyes Nuevas" se proponí-
an liberar a los indios y hacer de ellos vasallos
directos de la Corona.
Pero el resultado de la nueva legislación fue
contrario al objetivo perseguido. Los colonos se
sublevaron y Carlos V tuvo que revocar la ley 35
en 1545. De esa forma, la encomienda persistió,
reformada, hasta el siglo XVIII.
La disminución de la población india se pro-
dujo en las décadas que siguieron a la conquis-
ta. Este descenso demográfico se mantuvo hasta
el siglo XVIII en que hubo una recuperación
unida a la urbanización y al crecimiento econó-
mico
Fornés, deLeopoldo.
Bonavía, finales deuniversal:
Historia ese mismo siglo.
América latina, La disminu-
Firmas Press,
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60 HISTORIA UNIVERSAL: AMÉRICA LATINA

ción de población nativa se debió no sólo a las


guerras y masacres, sino a epidemias y a la pér-
dida del impulso vital que habían ocasionado el
trauma de la conquista y la necesaria readapta-
ción a un nuevo estilo de vida.

Los negros

Además de los indios como fuerza de trabajo


masiva, se utilizó a los negros, a quienes se les
esclavizó y se introdujo en América como bie-
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nes de capital, según las reglas del comercio y


en función de las necesidades del momento.
Los primeros negros fueron importados por
la Casa de Contratación de Sevilla en 1505. El
origen de esta medida era la urgencia de traba-
jadores vigorosos para el laboreo en las minas.
Procedentes de África, hasta 1630 provenían,
sobre todo, de Senegambia y del golfo de Gui-
nea. A partir de esta fecha fueron importados
especialmente de Angola.
La dureza de las condiciones de vida y la
inclemencia de un clima que les era extraño
hizo difícil la reproducción de los negros hasta
el siglo XVIII. Se estima que la población negra
contaba
Fornés, con 40
Bonavía, Leopoldo. 000universal:
Historia habitantes hacia
América latina, 1570; a fina-
Firmas Press,
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CIVILIZACIÓN MODERNA 61

les de la época colonial, en cambio, había llega-


do a la cifra de 2 347 000 almas.

Los mestizos
El mestizaje empezó con el descubrimiento y
la conquista. Era algo implícito desde los pri-
meros encuentros entre europeos y nativos,
puesto que los conquistadores casi siempre eran
hombres. Se ha señalado, así, que la apropiación
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de las mujeres fue uno de los aspectos de la ser-


vidumbre generalizada de los indios.
Durante todo el período colonial, el concubi-
nato mantuvo en relación a las razas. Ello pro-
dujo una gran mezcla étnica que dio por resul-
tado una infinidad de variantes y, por
consiguiente, una gradación jerárquica de los
componentes de la sociedad colonial. El concu-
binato se daba entre hombres españoles y muje-
res indias y el fruto de esas uniones fueron los
mestizos.
En un principio, los mestizos fueron asimila-
dos fácilmente a los españoles. Poco a poco, la
ley restringió sus derechos: en 1549, perdieron
el2001.
Fornés,derecho a recibir
Bonavía, Leopoldo. una América
Historia universal: encomienda; en 1570, no
latina, Firmas Press,
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62 HISTORIA UNIVERSAL: AMÉRICA LATINA

podían ser caciques ni notarios y los pueblos


indios les estaban prohibidos. Felipe II intentó
que se les vedase la entrada en las órdenes reli-
giosas en 1568, pero el monarca tuvo que some-
terse a la opinión contraria del Papa, que consi-
deraba que podían ser ordenados siempre que
fueran virtuosos y conocedores de lenguas indí-
genas.
Únicamente en tiempos de las luchas de
independencia, los mestizos empezarían a
adquirir una mejor consideración social. A ellos
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se debe, en parte, la formación de las modernas


nacionalidades latinoamericanas.

Los blancos

La población blanca estaba constituida por


españoles, ya que los extranjeros estaban exclui-
dos por negárseles la inmigración. Se les dividía
en peninsulares, según que hubiesen nacido en la
península ibérica, y en criollos, en caso de que
fueran descendientes de españoles, pero naci-
dos en América. Las oposiciones entre ambos
grupos reflejaban su rivalidad como grupos
dominantes en la sociedad colonial. Por tanto
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CIVILIZACIÓN MODERNA 63

estas oposiciones encubrían querellas de intere-


ses, de precedencias y celos. Es de notar, sin
embargo, la solidaridad fundamental de ambos
grupos frente a los demás elementos constituti-
vos de la colectividad. Esta solidaridad estaba
reforzada por los matrimonios entre criollos y
peninsulares.
El desequilibrio numérico creciente a favor
de los criollos y las desigualdades del sistema
económico-social del Imperio, que los mismos
criollos resentían (se les privaba de intervenir
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en las funciones públicas) fueron factores deter-


minantes en la insurrección emancipadora de la
América hispánica. En ella los criollos habrían
de desempeñar un importante papel.

Resumen

De acuerdo con los diversos elementos que


componían la sociedad colonial, los grupos étni-
cos se situaron en una jerarquía social, durante
el período de la dominación española, tal y
como muestra el esquema siguiente:
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64 HISTORIA UNIVERSAL: AMÉRICA LATINA

Españoles peninsulares
Criollos
Mestizos
Mulatos, zambos (hijos de negro e india,
o al contrario), negros libres
Esclavos
Indios
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CIVILIZACIÓN MODERNA 65

Régimen económico

El régimen económico colonial hispánico


dejaría hondas huellas en el subcontinente lati-
noamericano. Por un lado, el sistema de tenen-
cia de la tierra patrocinó un latifundismo del
que habría de vivir holgadamente la aristocra-
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cia. Por otra parte, la legislación española con-


templaba sólo las condiciones de las ciudades
sin atender las necesidades del campo. Final-
mente, y en consonancia con los aspectos apun-
tados, socialmente rigió en las colonias una vida
señorial en la que los dueños de la tierra se
beneficiaban de ella y del trabajo de los indios.
Mientras tanto, los mestizos debían dedicarse a
actividades artesanales para su sobrevivencia y
las posibilidades de educación se restringían a
las clases superiores.
Todo ello determinaría el curso posterior de
la evolución económico-social de la América
española. Con las luchas de la independencia el
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Enrique Ayala Mora

RESUMEN DE HISTORIA
DEL ECUADOR
Tercera edición actualizada

CORPORACIÓN EDITORA NACIONAL


Quito, 2008

BIBLIOTECA GENERAL
DE CULTURA

1
Primera edición: 1993
Segunda edición: 1999
Tercera edición
ISBN: 978-9978-84-477-9
Derechos de autor: 007176 • Depósito legal: 000494
Impreso en el Ecuador, agosto 2008

© Corporación Editora Nacional, Roca E9-59 y Tamayo,


apartado postal: 17-12-886, Quito-Ecuador,
telfs.: (593 2) 2554358, 2554558, 2554658, fax: ext. 12,
cen@cenlibrosecuador.org • www.cenlibrosecuador.org

Diseño gráfico y cubierta: Raúl Yépez


Supervisión editorial: Jorge Ortega, Grace Sigüenza
Levantamiento de textos: Isabel Pérez, Ana María Canelos
Corrección: Fernando Balseca
CONTENIDO

Esquema general de la Historia del Ecuador


Presentación
Nota a esta edición

ÉPOCA ABORIGEN
Periodización de la Época Aborigen
La cuestión
Los primeros pobladores
Sociedades agrícolas incipientes
Sociedades agrícolas superiores
Sociedades agrícolas supracomunales
El Incario

ÉPOCA COLONIAL
Periodización de la Época Colonial
El hecho colonial
La conquista
La cuestión del “descubrimiento”
Conquista de Quito
La visión de los vencidos
Primer período:
Implantación del orden colonial
Las guerras civiles
Colonización inicial
Organización administrativa
Segundo período:
Auge del orden colonial
Mitas y obrajes
La sociedad colonial
Estado, Iglesia y cultura
Recuento del período
Tercer período:
Redefinición del orden colonial
La “crisis” de los 1700
Consolidación del latifundio
Recuento del período
Fin de la Época Colonial
INDEPENDENCIA
Y ETAPA COLOMBIANA

Periodización de la Independencia
y Etapa Colombiana
La Independencia
Perspectiva general
La Revolución de Quito (1808-1812)
El triunfo realista (1812-1820)
La campaña definitiva (1820-1822)
El Ecuador en Colombia
El proyecto bolivariano
Hacia la separación del Sur

ÉPOCA REPUBLICANA
Periodización de la Época Republicana
Caracterización de la República
El naciente Ecuador
Periodización de la República
Primer período:
El proyecto nacional criollo
La sociedad y el poder
Fundación del Estado (1830-1859)
Consolidación del Estado
Oligárquico Terrateniente (1860-1875)
Auge y caída del Estado
Oligárquico Terrateniente (1875-1895)
La cultura decimonónica
Segundo período:
Proyecto nacional mestizo
La Revolución Liberal (1895-1912)
Predominio plutocrático (1912-1924)
Un nuevo escenario
Crisis e irrupción de las masas (1925-1947)
Una etapa de estabilidad (1948-1960)
La cultura en medio siglo
Tercer período:
Proyecto nacional de la diversidad
Ascenso del reformismo
De la crisis al auge (1960-1979)
Del auge a la crisis (1979-2000)
Los últimos años
Conciencia de la crisis
Conclusión

Anexos
Ecuador, división política
Población del Ecuador 1780-1938
Población total 1950-2001
Población urbana 1950-2001
Población rural 1950-2001
Población étnica del Ecuador
Valor declarado de las exportaciones
e importaciones de productos, 1852-1949
Exportaciones e importaciones de productos
y saldo de la deuda externa, 1950-2006
Cotización del dólar 1910-2000
Breve cronología
Jefes de Estado del Ecuador
Constituciones del Ecuador
Bibliografía
El autor
PRESENTACION
Escribir Historia es siempre un desafío. Y lo es aún más cuando se pretende resumir en pocas
páginas diez o doce mil años, por la necesidad de ofrecer una breve visión global de la vida de lo que
llegó a ser Ecuador, nuestro país.
Es preciso recordar esta elemental advertencia en la lectura de las páginas que siguen, porque la
audacia de su brevedad va en homenaje a la necesidad de dar a los lectores un instrumento ágil de
sistematización de sus conocimientos sobre la trayectoria histórica del Ecuador. Vale decir, entonces,
que el propósito de esta obra es llegar a los lectores con una ayuda pedagógica y de información sin
pretensiones eruditas, pero con la expresa intención de que se constituya en referencia de
conocimientos ya adquiridos o enfoque general disponible a la mano, que tiene forzosamente que ser
profundizado y complementado.
Este libro está escrito, pues, con un criterio eminentemente instrumental. Quiere ser sencillo,
aunque no simple. Pretende ser claro, sin dejar de enfrentar la complejidad. Intenta desarrollar un
esquema general, sin perder la particularidad de los procesos y la individualidad de los hechos.
Los lectores encontrarán aquí el fruto de algunas décadas de experiencia en la investigación y
enseñanza superior de Historia Nacional; hallarán también el resultado de varios ensayos realizados
por divulgar aquello que la nueva investigación histórica del país ha venido produciendo en los
últimos años; descubrirán, por fin, un esfuerzo consciente y sistemático por entregarles una visión
renovada de la trayectoria de lo que ahora es el Ecuador, iluminada por un compromiso expreso por
cambiar la realidad prevaleciente, teniendo como actor fundamental a nuestra gente ecuatoriana y
latinoamericana.
La obra tiene la ventaja de su brevedad y estructura. Pero no pretende ser original. Su contenido
no incluye nada que un atento lector de los trabajos historiográficos –ajenos y míos– de los últimos
tiempos no haya conocido de antemano. Su originalidad debe buscarse en el esfuerzo sumario,
organizador y sistematizador. Desde luego que el trabajo tiene lagunas y fallas, de las que quiero
prevenir a los lectores claramente sobre su existencia, advertida de antemano.
La obra sigue un riguroso esquema, al que he llegado luego de haber realizado un gran esfuerzo
por sistematizar una periodización de la Historia del Ecuador. La división más general es la de tres
épocas (Aborigen, Colonial y Republicana) que siguen una tradición ya vieja pero, a mi juicio
correcta, clara y útil. Al inicio de la Época Colonial se inserta un acápite sobre la conquista. Luego
del fin de la Colonia y antes de la Época Republicana se inserta una unidad sobre la Independencia y
la Etapa Colombiana.
La segunda división es la de períodos, que componen cada época. Al inicio del estudio de cada
una de ellas se explica el criterio de periodización. Una tercera y última división, usada para la
Independencia y la República, divide los períodos históricos en etapas, delimitadas por años precisos.
Por razones expositivas se han introducido subtítulos adicionales, cuando en el estudio de un período
se hace necesario el análisis de un tema concreto.
Siguiendo el método histórico más adecuado, el texto se organiza en cada período a partir de una
revisión de la realidad económico-social, para luego pasar al estudio de las cuestiones políticas,
ideológicas y culturales. Dentro de la consigna de brevedad, se da también espacio a la exposición de
eventos con referencias de nombres y fechas clave.
Siempre es grato encontrar un espacio para reconocer el esfuerzo de quienes han hecho posible un
libro. Quiero, primero colectivamente agradecer a mis colegas y alumnos que han contribuido a
madurar este texto, a escribirlo y revisarlo. Expreso un reconocimiento especial a Lucho Mora y Raúl
Vallejo, que me embarcaron en la redacción de la obra y lograron que la escribiera en tiempo récord.
Debo también agradecer a Cecilia Durán, Guillermo Bustos, Agustín Grijalva, Jorge Ortega y Edgar
Vega, que lidiaron con los borradores y me ayudaron a corregirlos. Gracias, por fin a los trabajadores
gráficos que han puesto en manos del público este volumen, especialmente a Isabel Pérez y Edwin
Navarrete que trabajaron duro en el diseño editorial.
No tengo la costumbre de hacer páginas dedicatorias en mis libros. Pero, en este caso en que esta
obra se publica en una biblioteca dedicada a estudiantes, quiero confesar que la he preparado con la
confianza de que mis hijos Enrique Xavier y Pablo Antonio puedan tener por escrito una historia que
no he podido contarles de viva voz, como deberían hacerlo los padres, justamente porque el tiempo
de la convivencia familiar me lo robo para escribir Historia. Al disculparme por enésima vez ante mis
hijos de este “accidente crónico de trabajo”, quiero decirles que el esfuerzo podrá servir para que
otros estudiantes ecuatorianos tengan a la mano un instrumento, modesto ciertamente, pero aspiro que
útil, para entender mejor nuestro pasado y nuestro destino común de ecuatorianos y latinoamericanos.

Enrique Ayala Mora


Ibarra, marzo de 1993
NOTA A ESTA EDICIÓN
Luego de su edición original en 1993, este libro ha sido reimprimido varias veces todos los años,
hasta completar un total de más de setenta mil ejemplares en circulación. La causa de este éxito debe
buscarse en el hecho de que la obra llena una necesidad sentida en el público, que ha encontrado en
ella una visión de conjunto de nuestra historia. De manera especial se ha usado muy extensivamente
en el sistema educativo como manual para los alumnos.
El libro fue actualizado en 1999, conservando su contenido y estructura. En 2007 y 2008, al cabo
de una década y media de uso, el texto ha sido nuevamente actualizado y revisado en su integridad.
Se han reajustado las ilustraciones y se ha realizado una edición a todo color. Así, este Resumen de
Historia del Ecuador seguirá siendo un libro de consulta para los lectores en general, al mismo
tiempo que podrá ser utilizado con mayor eficiencia en el sistema educativo. De manera especial se
recomienda para los cursos correspondientes a Historia del Ecuador en la modalidad del Bachillerato
Técnico.
Expreso mi reconocimiento al Fondo de Investigaciones de la Universidad Andina Simón Bolívar,
Sede Ecuador, y a las personas que colaboraron en la revisión general del texto en su nuevo diseño,
de manera particular a Raúl Yépez. Agradezco sobre todo a los lectores, especialmente a los
maestros, que han encontrado amena y útil esta modesta obra, que busca las raíces de nuestro pueblo
ecuatoriano como uno de los ejes de su identidad.
Enrique Ayala Mora
Quito, marzo de 2008
ÉPOCA ABORIGEN
Los primeros pobladores
Sociedades agrícolas incipientes
Sociedades agrícolas superiores
Sociedades agrícolas supracomunales
El Incario

LA CUESTIÓN

Para los conquistadores, los pueblos conquistados no tienen historia. Por ello, en la versión
tradicional, la época anterior a la invasión europea se denomina “Prehistoria”, como si la historia
hubiera comenzado con la conquista. Pero la verdad es que los pueblos aborígenes no fueron meros
receptores sino actores de un proceso iniciado milenios antes. Por eso, el extenso lapso que va desde
el poblamiento inicial de Andinoamérica Ecuatorial hasta el fin del Imperio Incaico debe ser
considerado como una época histórica específica, la Época Aborigen.
Los arqueólogos han trabajado mucho en un esfuerzo de periodización de esta época, enfatizando
criterios de ocupación espacial y avances en la producción de artefactos. Se ha establecido de ese
modo la secuencia: Precerámico, Formativo, Desarrollo regional e Integración. Sin negar los aportes
valiosos de esta perspectiva de análisis, a la luz de los avances de la investigación reciente, vamos a
enfatizar más bien los hitos que marcan las grandes transformaciones que sufrió la sociedad en su
conjunto, desde la ocupación territorial originaria hasta pueblos en donde se dio el desarrollo del
Estado.

LOS PRIMEROS POBLADORES


Hay un amplio acuerdo sobre el origen del hombre en América. Se sabe que vino del Asia por el
estrecho de Bering, entre cuarenta y cincuenta mil años antes de Cristo. En el espacio que se ha
llamado “Área Septentrional Andina”, que debe denominarse con mayor propiedad Andinoamérica
Ecuatorial, y que corresponde al territorio del actual Ecuador, hay evidencias de poblamiento de hace
doce mil años. Para entonces las condiciones climáticas habían variado, elevándose
significativamente la temperatura y posibilitando mejor la vida de las sociedades. Los vestigios más
antiguos de asentamientos humanos se encuentran en los valles altoandinos. En el sitio de El Inga, en
la zona del Ilaló, cerca de Quito, se han encontrado numerosos artefactos líticos. Se han dado
descubrimientos similares en Chobschi, Cubilán y otros lugares.
Los primeros habitantes fueron cazadores especializados. Se agrupaban en bandas nómadas
dedicadas a la cacería de la fauna andina. El bosque de los valles bajos les proporcionaba alimento
vegetal, obtenido por la recolección. En los páramos cazaban animales y obtenían plantas
medicinales. Las armas eran confeccionadas con materiales líticos fuertes como el basalto y la
obsidiana. Los hombres vivían en cuevas o en construcciones muy simples, hechas de ramas y paja.
Los asentamientos eran temporales y se ubicaban en lugares que permitieran la caza y la provisión de
materias primas para las herramientas.
Con el tiempo, el poblamiento se extendió a otros lugares. Los asentamientos de la Costa son más
recientes, pero en ellos puede verse un control variado de los recursos, puesto que a la cacería y
recolección se añade la pesca. El sitio mejor estudiado es Las Vegas, en la Península de Santa Elena.
SOCIEDADES AGRÍCOLAS
INCIPIENTES

En el curso de varios milenios en Andinoamérica se dio una transformación de enormes


proporciones, con el aparecimiento de la agricultura. En la búsqueda de alimentación más variada, las
sociedades humanas fueron aprendiendo a domesticar a los animales y a las plantas, y a utilizar
productos de los diversos pisos ecológicos. Se desarrollaron técnicas agrícolas complejas como
terrazas de cultivo y canales de irrigación. La yuca, el maíz, y luego la papa fueron, entre otros, los
productos que comenzaron a cultivarse sistemáticamente. Especialmente el maíz se constituyó en la
base del sostenimiento de comunidades enteras.
Es importante destacar que la agricultura tuvo en estas tierras un amplio desarrollo autónomo. Si
bien no es posible establecer un lugar específico, se puede afirmar que el proceso agrícola se dio
tanto en Mesoamérica como en los Andes, sin que se descarten interrelaciones entre los dos espacios
geográficos. También debe ponerse de relieve que América ha contribuido al mundo con al menos
dos de sus alimentos básicos, el maíz y la papa, que fueron cultivados en el actual Ecuador hace
milenios. Se afirma que el maíz llegó al territorio del actual Ecuador hace nueve mil años, procedente
de Mesoamérica. Aquí fue sometido a un profundo proceso de selección y mejoramiento, lo cual
permitió, milenios después, que variedades mucho más ricas fueran devueltas a Mesoamérica y al
resto del mundo.
Por varios milenios, el desarrollo de la agricultura fue solo de subsistencia, pero permitió el
crecimiento de las comunidades, el aumento del número de sus integrantes y cierto nivel de
estabilización espacial. Se dio de este modo la consolidación de sociedades complejas, caracterizadas
por la existencia de las primeras aldeas agrícolas, en donde se podía notar ya una diferenciación
social e iniciales niveles de división del trabajo. Del aparecimiento incipiente de las técnicas de
elaboración de instrumentos cerámicos, se pasó a formas muy desarrolladas de ese tipo de artefactos.
Inclusive se dio luego una rudimentaria utilización de los metales.
Cuando en el actual Ecuador el desarrollo agrícola tenía milenios –debe observarse que ya en Las
Vegas hay vestigios de agricultura– aparecieron aquí culturas agroalfareras. La más antigua que ha
sido detectada es la denominada Valdivia, que floreció desde tres mil quinientos años antes de Cristo
en la Costa sur (actual provincia del Guayas), y se extendió muy ampliamente en el litoral
ecuatoriano. Valdivia se ha hecho famosa por la calidad de su cerámica, especialmente por las
figurinas, las “Venus”, muy características; pero es importante destacar que esta cultura, en sus
diversas fases, muestra una sociedad que había alcanzado ya una especialización en la producción,
con separación entre pescadores y agricultores y otros grupos que explotaban otras áreas del medio
ambiente. Asimismo, la evidencia arqueológica muestra ya un intercambio permanente de productos
entre diversos espacios. Luego de casi dos milenios de preeminencia de las diversas fases de la
cultura Valdivia en la Costa, comenzó el desarrollo de Machalilla.

SOCIEDADES AGRÍCOLAS
SUPERIORES
Entre los años 1300 y 550 antes de Cristo se dio un significtivo avance de las sociedades de
Andinoamérica Ecuatorial. La intensificación de la agricultura permitió obtener por primera vez
excedentes, y con ello sostener a grupos de guerreros y sacerdotes. Se dio ya una notoria
diferenciación social, pero se mantuvo la estructura comunal y el control colectivo de medios de
producción. Las evidencias muestran ya en estos años vestigios de redistribución incipiente y también
un intercambio activo entre pueblos de la Costa con los de la Sierra y la Amazonía. Con el paso del
tiempo se desarrollaron las técnicas de elaboración de cestos, tejidos, innovaciones cerámicas y de
construcción de viviendas. También floreció la elaboración de instrumentos de piedra, madera y
hueso.
Además de las últimas fases de Valdivia, en la Costa se desarrolló Chorrera. En la Sierra
alcanzaron importancia Cerro Narrío, Alausí y la cultura Cotocollao. Y en la Amazonía descollaron
la Fase Pastaza y los pueblos vinculados a la misteriosa Cueva de los Tayos.
SOCIEDADES AGRÍCOLAS
SUPRACOMUNALES

Conforme se acercaba el inicio de la Era Cristiana en el Viejo Mundo, en las tierras del actual
Ecuador se desarrollaron culturas con mayor ámbito territorial. En la Costa pueden mencionarse
Jambelí, Guangala, Bahía y La Tolita. En la Sierra Tuncahuán, Piartal, entre otras; así como la Fase
Cosanga en la Amazonía. No todas ellas habían alcanzado niveles iguales, pero en la mayoría se
aprecia la existencia de una vida urbana estable, una agricultura desarrollada, gran variedad en la
producción de artefactos, inclusive de metal. Asimismo, se observa la existencia de canales de
intercambio de productos, especialmente entre zonas geográficas diversas con climas y posibilidades
productivas complementarias.
Hacia el año 500 de nuestra era los arqueólogos han detectado un proceso de Desarrollo
Regional, que fue seguido luego por uno de Integración, en las tierras de Andinoamérica Ecuatorial.
Las unidades políticas previas fueron consolidando confederaciones y alianzas de corte más estable
entre ellas, constituyendo de esta forma cacicazgos o curacazgos de nivel local o supra local que, en
algunos casos, también han sido denominados señoríos étnicos.
Estos señoríos étnicos tenían importancia diversa. Unos llegaron a ser grandes unidades políticas
en las que se habían integrado varios cacicazgos, en tanto que otros mantuvieron sus proporciones
más bien pequeñas. El nivel de desarrollo político y económico fue también diverso. Las formas de
constitución de estos señoríos fueron alianzas guerreras, consolidadas mediante complejos sistemas
de parentesco y pertenencia étnica. Aunque no se establecían fronteras del todo delimitadas, lograban
al mismo tiempo cierta estabilidad en las relaciones de las comunidades integradas en el señorío y
entre los diversos cacicazgos.
Los señoríos étnicos se asentaban sobre la estructura de la producción comunitaria. No se daba en
ellos una apropiación privada de los medios de producción. La tierra, fundamentalmente, era
propiedad común. Se había logrado mayor productividad y coordinación de las actividades
económicas, sociales y religiosas. Al mismo tiempo, se había acentuado la ya existente diferenciación
social y se habían dado formas de autoridad que en muchos casos tenían carácter hereditario.
Había empezado a formarse un sector social diferenciado de gobernantes, aunque todavía sin un
perfil de organización estatal. Es importante, sin embargo, distinguir entre diversas jerarquías
caciquiles existentes, de acuerdo con la importancia del señorío. Además de los “caciques mayores”
de autoridad regional, existían caciques que residían en el centro habitacional más importante;
caciques menores de los llajtacuna y jefes de ayllu. Esos cacicazgos mayores, en los que se reconocía
la autoridad militar de un cacique sobre otros, fueron una característica anterior a la invasión inca. El
padre Juan de Velasco en su Historia percibe esta realidad con criterios occidentales y habla de la
existencia del Reino de Quito, como una especie de unidad política que cubría casi todo el actual
Ecuador. Evidentemente, ese Reino de Quito no existió, aunque la notable obra de Velasco
proporciona pistas muy importantes para el entendimiento de nuestra Historia Antigua y debe ser
considerada como uno de nuestros más importantes clásicos.
En el extremo norte del actual Ecuador habitaban los Quillacingas y los Pastos. Entre los ríos
Chota y Guayllabamba se dio un conjunto de señoríos conectados entre sí: Caranqui, Cochasquí,
Otavalo y Cayambe. Éstos adquirieron gran importancia en la resistencia contra los incas. Quito se
había constituido ya en un centro comercial y político. Hacia el sur estaban los señoríos de Panzaleo,
Píllaro, Sigchos y Puruhá. El país de los yumbos, habitantes de la zona tropical del suroeste de Quito,
tuvo gran importancia. Desde el nudo del Azuay hacia el sur se ubicaba el señorío Cañari, que
cumpliría un papel histórico de gran relieve. En el extremo sur estaban los paltas.
En el sector norte de la Costa se desarrollaron las culturas de La Tolita y Atacames. El más
importante señorío étnico de la actual Manabí fue el Manteño, y los que se destacaron en la actual
Guayas fueron los Huancavilcas, Punaes y Chonos. En la Amazonía vivían los pueblos Quijos y
Jíbaros.
EL INCARIO

Hacia fines del siglo XV, los pueblos de lo que ahora es Ecuador enfrentaron la conquista de unos
guerreros originarios del sur, los incas, que se habían asentado originariamente en el sur del actual
Perú. Su rápida expansión militar y política se inició hacia 1200 con el legendario Manco Cápac.
Túpac Yupanqui, soberano inca, inició la conquista de los pueblos del norte en la últimas décadas del
siglo XV. Su táctica fue combinada. Por una parte recurrió a las acciones militares contra quienes
resistían, pero optó también por la alianza y transacción. De este modo logró someter a los Paltas y
Cañaris. Su hijo Huayna Cápac, que justamente había nacido en la capital cañari Tomebamba (actual
Cuenca), continuó la conquista y consiguió dominar hasta las tierras de los Pastos. La resistencia más
encarnizada la encontró en Caranqui-Cayambe. Luego del éxito militar, consolidó su triunfo
casándose con una importante señora (Quilago) de Caranqui, con quien tuvo un hijo, Atahualpa.
También los incas incursionaron en la Costa, pero su control ahí fue parcial. En la Amazonía la
conquista no llegó a darse realmente.
La presencia inca trajo consigo una racionalización del sistema comunitario de producción
preexistente y su integración dentro de una nueva forma de organización social, cuyos rasgos
fundamentales parecen coincidir al menos en parte con aquellos que caracterizan al “modo asiático de
producción”. Algunos investigadores afirman la existencia de caracteres específicos que los han
llevado a pensar en la existencia de un particular “modo de producción andino” con atributos propios.
En todo caso, cualquier interpretación no puede ser sino provisional. Los trabajos de investigación
que hoy se llevan a cabo arrojarán, sin duda, buena cantidad de luz sobre la cuestión. Pero hay otros
aspectos sobre los que podemos hablar con mayor certeza.
El sistema inca no desterró formas de organización social y los rasgos culturales o religiosos
preexistentes, sino que los mantuvo, insertándolos en el complejo sistema del Tahuantinsuyo. La base
de la producción y organización social estaba en la comunidad, regida por su tradicional jefe, que
pasó a formar parte de la burocracia imperial. Cada ayllu o comunidad debía autoabastecerse y
entregar, además, contribuciones en productos o trabajo que eran centralizados por los
conquistadores. De este modo se incrementó el intercambio y se explotó la mano de obra para la
construcción de caminos, sistemas de regadío y otras obras orientadas a aumentar la producción
agrícola y la comunicación entre los pueblos. Las castas dominantes de guerreros y sacerdotes vivían
de la extracción de excedentes del trabajo de las comunidades, cuyo control político debió
mantenerse a base de una fuerte represión. Así pues, el Estado inca se caracterizó por su eficiente
organización, asentada sobre las relaciones comunitarias y por sus rasgos autoritarios.
Aunque la presencia inca duró algo así como ochenta años en el sur y cuarenta en el norte del
actual Ecuador, su influencia en nuestra historia ha sido enorme, no solamente porque el idioma y
varios rasgos de la organización social y política fueron adoptados por los pueblos locales, sino
también porque Andinoamérica Ecuatorial, con sus centros urbanos de primera importancia como
Tomebamba y Quito, se transformó muy pronto en uno de los ejes políticos de todo el inmenso
Tahuantinsuyo. Hablar, por tanto, de la “conquista” inca, aunque fue muy sangrienta, como un hecho
de sometimiento sin más es un error, puesto que significó una integración al gran imperio, en el que
los pueblos de nuestro actual país cumplieron un papel protagónico.
Cuando murió Huayna Cápac en 1528 en su ciudad favorita, Tomebamba, se dio una disputa
bélica por la sucesión entre sus hijos Huáscar y Atahualpa. El primero había sido respaldado por la
mayoría de las provincias del sur y se lo proclamó emperador en Cuzco; en tanto que el segundo se
hizo fuerte en el norte, especialmente en las tierras de Quito y Caranqui, donde había nacido. Al
principio la guerra le fue favorable a Huáscar, pero luego Atahualpa, con el apoyo de sus generales
Quizquiz y Calicuchima, logró tomar la “segunda capital” del imperio, Tomebamba, y posteriormente
la capital imperial, el Cuzco. Huáscar fue apresado y asesinado. Pero Atahualpa no llegó a gobernar
sobre el imperio unificado porque para entonces los españoles habían penetrado ya en el
Tahuantinsuyo y terminaron por tomarlo preso y asesinarlo.
ÉPOCA COLONIAL
La conquista
Primer período:
Implantación del orden colonial
Segundo período:
Auge del orden colonial
Tercer período:
Redefinición del orden colonial

EL HECHO COLONIAL

1492 fue un año clave para América, España y la humanidad. Con la llegada de la expedición de
Cristóbal Colón y el inicio de la subyugación violenta de los pueblos aborígenes comenzó una época
nueva para nuestro continente. También en ese año culminó el proceso de unidad política de todos los
reinos hispánicos bajo los Reyes Católicos. Y Europa, que salía del feudalismo, avanzó con el aporte
americano hacia una era de predominio mundial.
Al “descubrimiento” del nuevo continente y su ocupación inicial sucedió una corta etapa de
conquista militar. Luego se inició en estas tierras una extensa Época Colonial, que duró casi tres
siglos. La historiografía tradicional suele caracterizar a la Época Colonial del actual Ecuador, como
un lapso de gran estabilidad, sin cambios significativos, en todos los órdenes, en oposición a la
inestabilidad que se dio en los años republicanos. La “Colonia” se solía ver sin mayores
modificaciones en la estructura social y económica. Esta visión no es correcta. Durante los tres siglos
que estas tierras permanecieron vinculadas a la metrópoli española, se produjeron transformaciones
muy significativas, perfilándose al menos tres períodos diversos.
En los tiempos coloniales la vida de la sociedad y del Estado fue muy compleja y su
caracterización escapa las simplificaciones. Entender la sociedad colonial como “feudal” o
“semifeudal”, tal como lo repite una mala costumbre interpretativa que recogen algunos autores, es
un error. La formación económico-social de lo que luego llegó a ser Ecuador está llena de
complejidades. En medio de permanentes cambios, se dio un conjunto orgánico y articulado de
relaciones sociales de distinto carácter y origen histórico diverso, cuya integración escapa de las
caracterizaciones simplistas.
Si vemos a la sociedad colonial desde la perspectiva de sus relaciones económico-sociales
básicas, luego de la conquista encontramos tres grandes períodos en la vida de lo que ahora es el
Ecuador. Desde el fin de la conquista hasta fines del siglo XVI se dio un período de asentamiento e
inicial consolidación del régimen colonial español. Desde entonces y hasta las décadas iniciales del
siglo XVIII, es decir una centuria y unas décadas más, se dio un segundo período en el que la
actividad económica articulante de la sociedad fue la producción textil. Por fin, desde inicios del siglo
XVIII y hasta cerca de cien años después, cuando se inició la Independencia, se dio un tercer período,
caracterizado por la crisis, la readecuación de las relaciones sociales y el agotamiento del régimen
colonial.

LA CONQUISTA

La cuestión del “descubrimiento”


Cristóbal Colón, que era un navegante profesional al servicio de España, logró armar una
expedición y llegar a una isla del Caribe el 12 de octubre de 1492. Sus habitantes denominaban a
estas tierras de diversa manera. Los indios cuna, por ejemplo, la llamaban Abya-Yala (tierra en plena
madurez). Por confusión, los conquistadores llamaron Indias al nuevo continente. Luego, otra
confusión generalizada lo bautizaría como tierras de América, por Américo Vespucio, el geógrafo y
navengante que trazó uno de sus primeros mapas.
Designar la llegada de Colón como “descubrimiento” es pensar desde la perspectiva de los
invasores. Con este “primer contacto”, además de probarse en la práctica la teoría de la redondez de
la tierra, se incorporó todo un continente a la vida del resto de la humanidad, puesto que América se
vinculó por ese medio a Europa y a los otros continentes. No cabe duda de que ese contacto tuvo
aspectos positivos, pero con él éstas fueran consideradas “tierras de conquista” y sus habitantes como
objetos de explotación. El inicio de la colonización de nuestro continente, al mismo tiempo que la
apertura de una época, fue también el comienzo de un inacabado atropello a los pueblos aborígenes.
Colón realizó varios viajes a las recién descubiertas tierras e inició su colonización. A sus
empresas se sumaron las de otros españoles que, a inicios del siglo XVI, habían conquistado ya el
Caribe y se adentraron a tierra firme, cruzando el istmo de Panamá, en cuya ribera opuesta hallaron
un océano que denominaron Pacífico. Los descubrimientos y conquistas fueron tareas emprendidas
privadamente por aventureros españoles que obtenían autorización y privilegios de la Corona de
Castilla. Sin embargo, conforme se regularizaba la colonización, la influencia y la autoridad del
Estado se acentuaban.

Conquista de Quito
Luego de que se consolidó el control hispánico sobre el istmo de Panamá, comenzaron a recibirse
noticias sobre un rico país hacia el sur. En 1524 se organizó una empresa privada de conquista y
colonización que encabezaron Francisco Pizarro y Diego de Almagro. Pizarro dirigió una primera
expedición por la costa sudamericana en 1526, que llegó por primera vez a las playas de lo que ahora
es Ecuador. Luego de solventar dificultades, los dos jefes volvieron a organizar una nueva
expedición, que en 1531 recorrió nuevamente la costa hasta Túmbez, en donde desembarcaron para
penetrar tierra adentro.
Enterados los invasores de la guerra entre Huáscar y Atahualpa y del triunfo de este último,
tendieron una trampa al emperador en Cajamarca y lo tomaron preso. El desconcierto que esto causó
entre los pueblos indígenas y las alianzas que promovieron los españoles con los descontentos contra
Atahualpa, impidieron una defensa coordinada del incario. Los invasores demandaron un crecido
rescate por el soberano, pero luego lo hicieron víctima de un “juicio” al cabo del cual fue ejecutado.
En el norte del Tahuantinsuyo, varios generales de Atahualpa organizaron la resistencia, pero
fueron sucesivamente vencidos por las tropas españolas apoyadas por pueblos enteros de indígenas
descontentos. El más notable héroe de la resistencia fue Rumiñahui, que, luego de ser derrotado en su
defensa de Quito, fue bárbaramente ejecutado. Sebastián de Benalcázar fue encomendado por Pizarro
para ocupar el norte. En su avance fundó la ciudad de Santiago de Quito en agosto de 1534, cerca de
la actual Riobamba, para reforzar su derecho de conquista frente a otro grupo de españoles venidos
del norte. En diciembre de ese mismo año tomó posesión del sitio de la actual ciudad de Quito, que
había sido arrasada.
Una vez que fuera organizado el gobierno hispánico en Quito, partió de esta ciudad, bajo el
mando de Gonzalo Pizarro, una expedición a la Amazonía. Luego de afrontar grandes penalidades,
Pizarro encargó a Francisco de Orellana la exploración de las rutas fluviales. De este modo llegaron
al gran río Marañón o de las Amazonas, el 12 de febrero de 1542. Por allí salieron al Atlántico, para
arribar luego a España.
Cuando los españoles iniciaron su penetración en el Tahuantinsuyo, el Imperio Inca se debatía en
una aguda crisis. Al parecer, la racionalización impuesta sobre la producción comunal trajo consigo
una aceleración del desarrollo de las fuerzas productivas. Es decir, que el sistema social se hallaba en
proceso de descomposición, o, por decirlo de otra manera, en transición hacia otras formas que nunca
surgieron por efecto de la conquista. El derrumbamiento repentino del Imperio inca y la relativa
facilidad con que los conquistadores sojuzgaron al Tahuantinsuyo se pueden explicar mejor por
conflictos y debilidades internas de esa sociedad, más que por la acción audaz, la superioridad bélica
o la inteligencia de los españoles.
Desgraciadamente, la historia corriente latinoamericana y ecuatoriana ha explicado el fenómeno
exclusivamente a partir de estos últimos factores. Esto no solo acarrea un grave error sino que
expresa una ideología que explica y justifica el hecho de la conquista, y posterior explotación de los
pueblos indígenas, atribuyendo a los españoles el carácter de “raza superior”. Quienes describen con
caracteres épico-heroicos las aventuras y hasta los crímenes atroces de los conquistadores no
reconocen, por ejemplo, el hecho de que las escasas centenas de españoles armados con arcabuces y
caballos fueron apoyadas, en sus enfrentamientos a las tropas incas, por tribus enteras levantadas
contra la autoridad del Tahuantinsuyo, que colaboraron con los conquistadores. A eso se sumaron las
enfermadades que trajeron los invasores. Las epidemias diezmaron, aterrorizaron y desconcertaron a
las poblaciones aborígenes.

La visión de los vencidos


Aparte del sojuzgamiento, la propagación de enfermedades, el establecimiento de mecanismos de
explotación y la persecución a la cultura, la conquista significó el intento de expulsión de los
indígenas del escenario de nuestra historia. Desde entonces hasta los tiempos actuales, los indios, y
especialmente las mujeres indígenas, doble o triplemente discriminadas, no existen en las versiones
oficiales. Conquistadores, presidentes, obispos, notables y generales han poblado las páginas de
nuestros libros, cuando por cuatro siglos más los pueblos indígenas seguirían siendo actores
importantes de la vida del país.
Con el establecimiento del poder español no terminó la resistencia indígena. A veces por medio
de sublevaciones o “alzamientos”, o por mecanismos no violentos como la defensa de sus
costumbres, estructuras comunitarias, reivindicación de la tierra, fiestas, idioma y otras formas de
identidad, se mantuvo la presencia de los pueblos indios frente al poder colonial. Desde el punto de
vista de los vencidos, la conquista no fue la eliminación sino un nuevo momento de su historia y de la
historia de todos nosotros, que tenemos que verla “desde abajo”, venciendo interpretaciones que
conciben al triunfo ibérico como una “gesta gloriosa”, sin recordar que, junto a su indudable
importancia, vinieron también el sojuzgamiento y explotación.
Por otra parte, pensar que la “conquista” o la “invasión” concluyó en el siglo XVI deja de lado el
que los indígenas de la Amazonía y de la Costa interna tuvieron su “primer contacto” en períodos
posteriores y han sido objeto de conquista y colonización, aun en años recientes. El establecimiento
de una etapa entre los años treinta y cuarenta del siglo XVI como “La Conquista” es una perspectiva
de la sociedad dominante hispano-criolla. La vida de los pueblos invadidos tiene otra periodización.

PRIMER PERÍODO:
IMPLANTACIÓN DEL ORDEN COLONIAL

Las guerras civiles


Con la terminación de las guerras de conquista no concluyeron los conflictos. En la misma década
de los treinta se dieron enfrentamientos entre los conquistadores. Pizarro, nombrado marqués por el
Rey de España, disputó con Almagro el control del Cuzco y de todo el Perú. En 1538 Almagro fue
derrotado y ejecutado. Su hijo encabezó una revuelta, asesinó a Francisco Pizarro (1541) y tomó el
poder. Las autoridades españolas comisionaron a Vaca de Castro para que pacificara la región. El
joven Almagro no quiso someterse a la autoridad del comisionado, que lo venció en Chupas en 1542.
Luego fue ejecutado.
Los enfrentamientos entre conquistadores devinieron en un conflicto más de fondo entre éstos y la
Corona, que intentó cortar la autonomía con que aquellos pretendían manejar las tierras recién
conquistadas, siguiendo el ejemplo del feudalismo europeo. En este contexto se emitieron las Leyes
nuevas que centralizaban el manejo político y económico de las colonias en manos de la Corona y
establecían mecanismos de protección a los indígenas. Uno de los mentalizadores de esas leyes fue
fray Bartolomé de las Casas, gran defensor de los indios contra los abusos de los colonizadores. En
1544 se designó como virrey del Perú a Blasco Núñez de Vela para poner en vigencia las Leyes
nuevas. Los colonos o encomenderos resistieron el intento de quitarles el poder alcanzado y se
agruparon alrededor de Gonzalo Pizarro. Los ejércitos se enfrentaron en 1546 al norte de Quito. El
Virrey fue derrotado y ejecutado.
La respuesta de la Corona fue intentar una negociación con los colonos recién llegados, que tenían
expectativas de nuevos privilegios y estaban enfrentados a los encomenderos. Al mismo tiempo trató
de no aplicar las conflictivas leyes, cediendo cierto manejo de los asuntos americanos a los colonos, a
cambio de consolidar la autoridad central. Para enfrentar a Pizarro se designó al clérigo Pedro de la
Gasca, que anunció que el Rey cedía a las demandas de los colonizadores y logró levantar una fuerza
importante. Las ciudades y villas plegaron a su autoridad. En Quito fue asesinado el gobernador
Puelles, dejado por Pizarro. Los dos ejércitos se enfrentaron en Jaquijaguana, cerca del Cuzco, a
inicios de 1548. Pizarro fue derrotado y ejecutado con sus tenientes. Triunfó de este modo la causa de
la Corona, aunque al precio de concesiones al poder local.

Colonización inicial
Como se ve, al principio de la colonización se dieron dos procesos. Por una parte, el
sojuzgamiento e inicio del despojo de los indígenas. Por otra, la resolución en beneficio del poder
metropolitano, del conflicto creado por los primeros colonos que intentaron retener buena parte del
control local.
Al comienzo de la colonización, para manejar las tierras y las gentes recién conquistadas, los
españoles necesitaron de los caciques locales, que siguieron como autoridades de sus pueblos. Así se
dio el “mandato indirecto”. Pero desde el inicio establecieron mecanismos de control de los
indígenas. La institución básica del período fue la encomienda, que consistía en el encargo o
“encomienda” –de allí su nombre– que hacía la Corona a un colono español –el encomendero– de un
grupo de indígenas, para que los catequizara. Para esta labor, el encomendero pagaba a un
eclesiástico –el doctrinero– que tenía a su cargo la “evangelización”. Los indígenas debían pagar un
tributo a la Corona y, como pago del beneficio de la cristianización, quedaban obligados a prestar
servicios al encomendero o a darle dinero. Así se estableció un mecanismo de extracción de
excedentes en forma de trabajo e impuestos, y un instrumento de control ideológico de las masas
indígenas, que fueron catequizadas por el clero.
Entre la década de 1530 y la de 1590 se extiende un período de asentamiento del poder colonial
en el que, por una parte, se establece el sistema hispánico (fundación de ciudades, diócesis,
audiencias, etc.), y se consuma, por otra, la dominación de los pueblos aborígenes. Todo esto se da
bajo condiciones del “encuentro” de dos sociedades: de un lado, la metropolitana, que estaba inmersa
en la transición del orden feudal al capitalista en Europa; de otro, la indígena, que experimentaba una
aguda crisis de las formas aborígenes de organización social que precipitaron su derrota.

Organización administrativa
Luego de la conquista militar se institucionalizó el poder colonial, pasando de este modo
paulatinamente al “mandato directo”. Las ciudades hispánicas se fundaron desde el inicio: Quito
(1534), Portoviejo y Guayaquil (1535), Popayán y Cali (1536), Pasto (1539), Loja (1548), Zaruma y
Zamora (1550), Cuenca (1557), Baeza (1559), Tena (1560), Riobamba (1575). En estas villas o
ciudades propiamente dichas se estableció un cabildo representante de los intereses dominantes
locales, que cumpliría un papel crucial en el régimen colonial. El cabildo de Quito, asiento también
del gobernador nombrado por el Rey, asumió funciones de reparto de tierras y organización de
servicios.
Desde la década de los cuarenta se buscó organizar la administración religiosa. Vaca de Castro
pidió el nombramiento de obispo para Quito. La diócesis fue creada en 1545 con jurisdicción en lo
que hoy es territorio del Ecuador, el sur de Colombia y el norte del Perú. Para primer obispo fue
nombrado el bachiller García Díaz Arias, que se posesionó en 1550. La administración legal y
política adquirió organización definitiva en 1563, cuando se creó la Real Audiencia de Quito, con
jurisdicción parecida a la del obispado. Su primer Presidente fue el licenciado Hernando de Santillán,
que se posesionó en 1564.
Además de las ciudades de fundación española, se conservaron en las tierras de la Audiencia de
Quito varios asientos indígenas. No solo en este aspecto se dio continuidad a la sociedad indígena, ya
que la prevaleciente “Legislación de Indias” mantuvo una división entre la República de blancos, que
agrupaba a los colonos, y la República de indios, que mantenía sus elementos comunitarios
constitutivos e inclusive sus autoridades étnicas, como los caciques, asimilados a la burocracia para
efectos de gobierno y recaudación de impuestos. Durante el gobierno del virrey Francisco de Toledo
en el Perú (1569-1581) se realizaron fundamentales reformas administrativas y fiscales que
consolidaron el poder colonial en todo el Virreinato y en la Audiencia de Quito.
Hacia finales del siglo XVI en Quito se dio un conflicto entre el presidente de la Audiencia
Manuel Barros, de inclinaciones pro indígenas, y el Cabildo, defensor de los intereses locales
blancos. En 1592 y 1593 se produjo la Rebelión de las Alcabalas contra la aplicación de un impuesto
que afectaba al comercio local. Al fin triunfó una vez más la Corona, pero se mantuvo una suerte de
equilibrio de fuerzas entre ella y los poderes locales.

SEGUNDO PERÍODO:
AUGE DEL ORDEN COLONIAL
Mitas y obrajes
Desde fines del siglo XVI se abre un nuevo período de la dominación colonial en la Audiencia de
Quito. La estrategia española orientada a hacer de América un centro proveedor de metales preciosos,
generó una especialización regional dentro del imperio colonial. La Real Audiencia de Quito emergió
entonces como un importante abastecedor de tejidos y alimentos para los grandes centros de
explotación minera de Potosí. La encomienda fue perdiendo importancia hasta ser suprimida, y se
consolidó el mecanismo básico de la organización económica, la llamada mita. Esta institución de
origen incaico, reformulada por los colonizadores, consistía en un determinado tiempo de trabajo
obligatorio que los indígenas varones adultos tenían que realizar. La Corona distribuía este tiempo de
trabajo, reservándose parte de los mitayos para obras públicas y entregando los demás a los colonos
españoles que requerían de mano de obra. Aunque el trabajo era forzado, tenía que pagarse un salario,
lo cual garantizaba al Estado que los indígenas dispusieran de recursos para el pago del tributo.
Los mitayos trabajaban principalmente en la producción textil y la agricultura. Los llamados
obrajes –centros de elaboración de paños– se desarrollaron enormemente, de manera especial en la
Sierra norte y centro. La Real Audiencia de Quito se transformó de ese modo en uno de los polos
dinámicos del imperio colonial español, con una actividad productiva y de intercambio especializada,
aunque por ello sumamente vulnerable. El poder económico se concentró en manos de los grandes
productores y comerciantes de textiles, que manejaban obrajes propios o alquilaban los de la Corona.
Se definió una relación de explotación metrópoli-colonia, en la cual las riquezas producidas iban
en parte a manos de los grupos dominantes locales y fundamentalmente a alimentar el
funcionamiento de la economía española, que a su vez era crecientemente dependiente de los centros
más dinámicos de la manufactura y el comercio europeos. Determinada estructuralmente por el hecho
colonial, la economía de lo que hoy conocemos como Ecuador era desde esta época influenciada en
forma directa por su inserción en la economía internacional.

La sociedad colonial
Luego del primer siglo de colonización hispánica se había definido una estructura social
fuertemente diferenciada y asentada sobre la desigualdad. Los blancos, especialmente los españoles
de origen peninsular (miembros de la burocracia civil y eclesiástica, encomenderos, obrajeros y
comerciantes) estaban en la cúspide de la pirámide social. Ellos controlaban los principales centros de
produción económica, la circulación de los bienes y el poder político en la Audiencia y en los
cabildos locales.
En la base de la estructura social colonial, de otro lado, estaban los pueblos indígenas que
sufrieron cambios profundos, pero al mismo tiempo lograron mantener la continuidad de varios
elementos de su organización. El más importante de ellos fue la lucha por la conservación de las
tierras, que iban pasando a manos españolas, no sin hallar de parte de las comunidades dura, y a veces
exitosa, resistencia. La mantención de la estructura comunitaria indígena, de sus caciques y formas
culturales, fue usada por los colonizadores como mecanismo para el cobro del tributo que los
indígenas debían pagar al soberano español. Pero eso significó también la persistencia de formas de
organización e identidad que permitieron nuevos tipos de inserción de los pueblos indios en la vida
del conjunto social. Sería, pues, un error pensar que la diferenciación entre la República de blancos y
la República de indios era una barrera de incomunicación, puesto que ambas estaban estrechamente
imbricadas por relaciones de interdependencia y dominación.
Los indígenas aprendieron pronto ciertas técnicas agrícolas, el cultivo de plantas y la
domesticación de animales venidos del viejo continente. El quichua, que comenzó a ser difundido por
los incas, terminó por ser la lengua común de los indios, por influencia también de los misioneros. Se
dio una interrelación de ese idioma con el castellano. La religión, usada para el sojuzgamiento, fue
asimilada como forma de identidad y de expresión de la resistencia indígena. Muchas veces las
formas religiosas y culturales fueron más efectivas para la continuidad aborigen, que las fugas
masivas, los suicidios y los levantamientos violentos que, desde luego, tuvieron gran incidencia sobre
todo en determinados momentos de la vida colonial.
Conforme avanzó la época colonial fue adquiriendo mayor importancia el mestizaje. Éste se
originó fundamentalmente entre las uniones de conquistadores y mujeres indígenas, gestándose de
este modo un grupo social intermedio entre blancos e indios dedicado a ciertas labores agrícolas, el
mediano comercio y la artesanía. Los mestizos bregaron por abrirse campo entre sus dos polos de
origen social y étnico y lograron el reconocimiento de ciertos “privilegios” reservados a los blancos
peninsulares, pero quedaron relegados a una situación intermedia y subalterna en la sociedad, puesto
que no podían demostrar “pureza de sangre”. Solo con el paso del tiempo irían logrando el
reconocimiento de cierta identidad propia que se expresó en varias manifestaciones de la cultura
popular urbana de la época.
Ya para el siglo XVII, en la Real Audiencia de Quito se habían asentado varios grupos de
esclavos negros importados para realizar trabajos en la Costa y en ciertos valles cálidos de la Sierra.
Fue creciendo de ese modo un grupo social que, aunque minoritario, adquiriría importancia sobre
todo en ciertos espacios regionales. La situación de esclavitud colocó a los negros en el último lugar
de la vida colonial. Pero en Esmeraldas surgió una sociedad de negros libres y mulatos o zambos que
mantuvo cierta autonomía frente a las autoridades coloniales.
Con la diferenciación socioeconómica y étnica, se consolidó una sociedad estamentaria que
consagraba la desigualdad. Sus grupos tenían deberes y derechos diversos de acuerdo a su lugar en la
estructura social y el control de la propiedad. Los blancos podían estar exentos del trabajo,
epecialmente manual, y podían ejercer en forma exclusiva funciones de dirección política y religiosa.
Los mestizos que no pudieran ser reconocidos como blancos, ejercían ciertos oficios, pero estaban
excluidos de la educación formal y las funciones públicas. Los indios, y desde luego los negros, se
dedicaban exclusivamente al trabajo manual. En esta sociedad se consagró también una realidad de
discriminación de la mujer, que soportaba el peso del trabajo familiar en todos los niveles y
estamentos.

Estado, Iglesia y cultura

En toda la Época Colonial, el papel del Estado fue decisivo. No solo cumplió una función de
conservador del orden, garante de la actividad económico-social y de las funciones políticas e
ideológicas consiguientes, sino que se constituyó en una suerte de escenario de las contradicciones
entre los intereses metropolitanos y locales. Al mismo tiempo fue también un regulador de las
condiciones de reproducción del conjunto de la sociedad, puesto que participaba activamente en el
funcionamiento de las mitas y la distribución del trabajo social.
El Estado colonial no comprendía solamente la administración de la Audiencia, sino todas las
instituciones donde se daba la dirección política. En este sentido, los cabildos deben también
considerarse como parte del aparato del Estado. Lo mismo puede decirse de la Iglesia, que estaba
sometida al control de las autoridades estatales. En efecto, gracias a una concesión del Papa, los
soberanos españoles ejercían el derecho llamado de patronato sobre la Iglesia americana. Como
patronos se comprometían a protegerla y dotarla de recursos, al tiempo que ejercían celosamente las
atribuciones de nombrar y remover funcionarios, inclusive disponer sobre cuestiones de culto. La
Iglesia estaba firmemente enquistada en el aparato estatal colonial y ejercía un virtual monopolio de
la dimensión ideológica de la sociedad. La burocracia eclesiástica no solo tenía a su cargo la
evangelización de las masas indígenas y la función educativa de los colonizadores, sino que, al
imponer su cosmovisión de la cristiandad como horizonte ideológico, fundamentaba el “derecho de
conquista” y consolidaba las relaciones de explotación imperantes. Junto a esto, la Iglesia fue
adquiriendo cada vez mayor poder económico, hasta transformarse en el primer terrateniente de la
Audiencia.
La Iglesia era la institución con más recursos para promover las actividades culturales; en realidad
una de sus funciones básicas. Entre los más notables intelectuales de la época estaban los clérigos y
algunas monjas. Las manifestaciones artísticas se desarrollaron bajo la protección de los conventos,
que demandaban obras con motivos religiosos destinados a la evangelización. El enorme desarrollo
de la escultura, la pintura y la construcción, que se dio en el siglo XVII hasta bien avanzado el siglo
XVIII, se asentó en la utilización de la mano de obra artesanal mestiza y aborigen, que no solo copió
calificadamente modelos europeos sino que introdujo elementos originales que han hecho de nuestro
legado cultural una de las más altas expresiones del arte americano. Quito y su jurisdicción fueron un
centro muy importante de la pintura, la imaginería y el tallado.

Recuento del período

Entre la última década del siglo XVI y las primeras del siglo XVIII funcionó el “pacto colonial”
que caracterizó al segundo período de la época de dominación hispánica. Hubo entonces una notable
continuidad de la vida política y social de Quito, marcada por la relativa estabilidad económica y
social. Al tiempo que se robustecía el aparato burocrático colonial, se profundizaba también la
diversidad étnica, sobre todo el mestizaje.
Se inició el siglo XVII con la administración del presidente Miguel de Ibarra, que en 1606 ordenó
fundar la ciudad que lleva su nombre. Ibarra y sus sucesores continuaron la construcción de varios
conventos y templos y se dio comienzo a otros; se ampliaron las misiones; se regularizó la
producción de los astilleros de Guayaquil. En la presidencia de Antonio de Morga (1615-1636) llegó
a su auge la producción textil. Se fundó la Universidad de San Gregorio Magno, que coexistió con la
de Santo Tomás de Aquino. Todo esto, empero, se dio en medio de un clima de enfrentamiento entre
el poder civil y el eclesiástico y la lucha entre religiosos criollos y peninsulares por el control de las
órdenes religiosas.
En los años treinta y cincuenta del siglo XVII hubo dificultades económicas y se acentuó el
acaparamiento de tierras por los españoles. Quito fue azotada por sequías y pestes, que obligaron a
organizar la atención hospitalaria. También hubo cierto auge en la producción artística y literaria. En
las décadas siguientes, hasta finales de los setenta, las erupciones del Pichincha destruyeron buena
parte de Quito y otras localidades. Se destacó entonces la santa quiteña Mariana de Jesús, cuya vida
edificante contrastaba con el relajamiento de los religiosos y sus interminables disputas. La ciudad de
Guayaquil fue atacada por los piratas, razón por la que se buscó fortificarla mejor. Para contrarrestar
las dificultades económicas y proteger a la población indígena, el Rey prohibió el establecimiento de
nuevos obrajes. Esta orden la ejecutó el presidente Munive, que inició su gobierno en 1678.
La última década del siglo fue de sequía, agravada por un terremoto que destruyó Latacunga en
1692, y que se repitió en 1698, causando graves daños a la ciudad, así como a Ambato y Riobamba.
Comenzaba a sentirse la contracción económica que se agravaría el siglo siguiente. Con todo ello, sin
embargo, las actividades productivas y comerciales eran aún grandes. En 1681 existían doscientos
obrajes que ocupaban casi treinta mil trabajadores. En Guayaquil el tráfico marítimo era mucho más
intenso que a inicios del siglo y se habían construido barcos de alto tonelaje.
Además de las universidades, se estableció el Colegio de San Fernando, regentado por los
dominicos, quienes también fundaron una cátedra de Medicina. Las misiones en la Amazonía
drigidas desde Quito crecieron significativamente, de modo especial las que estaban a cargo de los
jesuitas.

TERCER PERÍODO:
REDEFINICIÓN DEL
ORDEN COLONIAL

La “crisis” de los 1700


El inicio del siglo XVIII fue para España y su imperio colonial el comienzo de una nueva era. Los
monarcas de la dinastía Borbón, que llegaron al trono luego de una guerra de alcance europeo,
intentaron superar las formas de administración tradicional que caracterizaban a la postrada economía
española, e impulsaron un proyecto de modernización que tendía a hacer de España una potencia
industrial, con capacidad para competir con Inglaterra y Francia y abastecer sus mercados coloniales.
En consecuencia, introdujo las llamadas “reformas borbónicas” con una serie de limitaciones al
comercio de las colonias, especialmente al de la producción textil de la Audiencia de Quito.
En las décadas iniciales del siglo XVIII, se abrió en la Real Audiencia lo que podría
definirse como el tercero y último período de colonización, que transcurrió marcado por una crisis
recurrente. Después de casi dos siglos de sobreexplotación, las masas indígenas estaban diezmadas
por el trabajo y las enfermedades. A esto se sumaron los desastres naturales que azotaron al país.
Varios de los más fuertes terremotos de la historia se sucedieron entonces, trayendo no solo pérdidas
humanas sino desorganización de la producción y deterioro de las vías de intercambio. Las pestes y
enfermedades mataron a poblaciones enteras.
Las calamidades internas se agravaron con una acelerada contracción de la economía colonial en
su conjunto. Los metales, cuya extracción era el centro de la actividad del imperio americano,
comenzaron a escasear. Las minas altoperuanas sufrieron una grave crisis que impactó también en las
zonas proveedoras como la Real Audiencia de Quito. Los textiles quiteños perdieron
vertiginosamente sus tradicionales mercados, ahora víctimas de la depresión. Los productos similares
europeos, de mejor calidad y precio competitivo, fueron paulatinamente desalojando a los productos
de Quito. Todo esto trajo una acelerada desmonetización de la economía y la consecuente depresión.

Consolidación del latifundio


Una confluencia de causas externas e internas, alentadas por la aplicación de las reformas
borbónicas, definieron lo que en términos generales se ha llamado “crisis de los 1700”. Así se delineó
un nuevo “pacto colonial”, cuyas consecuencias, sobre todo en nuestro país, pueden ser catalogadas
entre las grandes transformaciones de su historia.
Con la recesión textil, la explotación agrícola cobró gran importancia. De este modo se acentuó el
proceso de consolidación del latifundio como eje de todo el sistema económico, que se dio en buena
parte a costa de las propiedades de las comunidades indígenas, a quienes se compró en forma forzada
o simplemente se les despojó de la tierra. Las haciendas crecieron en tamaño y lograron integrar cada
vez mayor cantidad de trabajadores dentro de sus límites. La necesidad de pagar tributos,
compromisos religiosos, etc., obligó a los indígenas a trabajar más tiempo para los propietarios que
aquel establecido en la mita. De este modo surgió un nuevo tipo de relación, el concertaje, que si bien
era formalmente voluntario, ataba en la práctica al trabajador al latifundio. La necesidad de contar
con significativas sumas de dinero lo llevaba a pedir anticipos al patrono, con quien quedaba, de este
modo, permanentemente endeudado y, por tanto, compelido a trabajar sin posibilidad de abandonar la
hacienda.
A mediados del siglo XVIII el latifundio se había consolidado en la región serrana de la
Audiencia de Quito. Los sobrantes obrajes se integraron a la estructura de las haciendas y abastecían
fundamentalmente al mercado local, enviando también una parte de su producción al exterior, en
especial al valle del Cauca. En la Costa, por otra parte, especialmente en la segunda mitad del siglo,
se dio una significativa alza de la producción y exportación del cacao. De este modo surgió un nuevo
modelo de inserción en el mercado mundial, al mismo tiempo que una diferenciación regional iría
acentuándose cada vez más, como el crecimiento poblacional de la Costa que comenzó a ser más
significativo que el de la Sierra.

Recuento del período


Las reformas borbónicas, con las consecuentes transformaciones de la metrópoli y las colonias,
alcanzaron modestos resultados, sobre todo en la esperada dinamización comercial. “El segundo
pacto colonial” desembocó en un fracaso. La tardía reacción española ante el acelerado desarrollo de
la producción capitalista inglesa y su agresivo avance comercial, no pudo cambiar el curso de un
proceso que había venido gestándose desde siglos atrás y que entonces se manifestaba en su madurez.
Para fines del siglo XVIII, Inglaterra era el centro del desarrollo de un sistema capitalista
internacional consolidado ya como dominante. España, transformada en potencia de segundo orden,
perdería su imperio americano de un momento a otro.
El siglo XVIII se inició en Quito con las noticias del cambio de dinastía en España y con serios
enfrentamientos entre funcionarios de la Audiencia. Estos últimos hechos, entre otros, fueron
antecedentes de la supresión del Tribunal de la Audiencia de Quito, una vez que en 1717 fue creado
el nuevo Virreynato de Santa Fe de Bogotá, al que fueron adscritas las circunscripciones quiteñas.
Esta decisión, tomada con intención de ahorro, reforma y centralización administrativa, precipitó una
época de inestabilidad y constantes cambios. En pocos años, el nuevo Virreynato fue suprimido, se
adscribieron las jurisdicciones de Quito nuevamente al de Lima y se restableció su Audiencia. Más
tarde, el Virreynato de Santa Fe fue restablecido en forma definitiva. Luego de varias indecisiones y
medidas contradictorias, la Audiencia de Quito fue puesta definitivamente bajo la jurisdicción de
Santa Fe de Bogotá desde 1739.
Los efectos de la crisis económica, que trajeron consigo la supresión de la mita en los obrajes de
comunidad en 1704, sumados al descontento por los vaivenes audienciales, generaron un ambiente de
descrédito de la autoridad, que se acentuó en las décadas siguientes. La situación se complicó con el
recrudecimiento de los conflictos eclesiásticos y las pugnas con el gobierno civil. La Iglesia, tanto las
catedrales como las comunidades religiosas, habían logrado incrementar su riqueza y control
ideológico-político, que también se expresó en el patronazgo del gran auge del arte colonial quiteño
Entre 1728 y 1736 gobernó la Audiencia el presidente Dionisio Alcedo y Herrera, prototipo de
funcionario borbónico que hizo esfuerzos por reformar la administración y controlar al poder privado
y la Iglesia, especialmente el relajamiento del clero. Durante su administración, en 1734, llegó a
Quito la Misión Geodésica de la Academia Francesa, que venía a medir un meridiano terrestre.
Además de realizar extensos trabajos especializados en la Audiencia, la misión influyó en la
promoción de los estudios científicos y la divulgación de ideas ilustradas en la élite quiteña. El más
notable estudioso local fue el sabio riobambeño Pedro Vicente Maldonado.
Entre los sucesores de Alcedo estuvieron Félix Sánchez de Orellana, el único quiteño que llegó a
ser presidente de la Audiencia (1745-1753), y Juan Pío Montúfar, primer Marqués de Selva Alegre
(1753-1761). Después de esta administración se dio un vacío de poder por el crecimiento de la fuerza
económica y política de los terratenientes criollos y de la Iglesia. El Estado acentuó, entonces, un
esfuerzo de centralización. La medida más controvertida fue el establecimiento definitivo del
“estanco” o monopolio de aguardientes, en 1764. Simultáneamente se decretó también un impuesto
de aduana que racionalizaba el cobro de la alcabala. Esto afectó a productores de aguardiente y
pequeños comerciantes. En 1765 se dio un alzamiento de los barrios de Quito con actos de violencia
y protesta contra el gobierno. Esa fue la Rebelión de los estancos. El protagonismo de los grupos
populares urbanos conmovió a la sociedad colonial, que además fue sacudida por una larga secuencia
de levantamientos indígenas, motivados por los impuestos y los abusos de las autoridades y los
colonos. Estos alzamientos fueron reprimidos por las autoridades y los criollos blancos, que temían
que las acciones de protesta pudieran crecer hasta convertirse en movimientos de grandes
proporciones como los que se dieron en el Perú y el Alto Perú liderados por Túpac Amaru y Túpac
Jatari.
En la presidencia de José Diguja (1767-1788) se dio una política intervencionista, típica del
reinado de Carlos III. Justamente a Diguja le tocó ejecutar la orden de expulsión de la Compañía de
Jesús, la cual debió salir de todo el imperio hispánico en 1766. Esa orden religiosa había logrado
acumular inmensas riquezas, que pasaron a poder de la Corona. Esa, a su vez, las vendió
paulatinamente a particulares, con lo cual se reforzó el poder del latifundismo criollo. La corriente de
reformas se acentuó durante la administración del presidente José García de León y Pizarro, cuando
se implantó en Quito el régimen de intendencias, que limitaba las autonomías locales y regionales,
concentrando el poder en manos de intendentes de diversos niveles, que respondían directamente ante
la Corona. Uno de los resultados de las reformas fue el incremento de las rentas fiscales, pero con el
tiempo perdieron importancia, hasta que las propias intendencias desaparecieron, volviéndose en
algunos casos a las antiguas prácticas. La fuerza del poder local se hacía sentir.

Fin de la Época Colonial

La segunda mitad del siglo XVIII fue de agitación intelectual y cultural en la Real Audiencia. Se
fue gestando un movimiento de reivindicación de lo americano y lo quiteño, que expresaba el
nacimiento de una conciencia incipiente en las élites criollas. El padre Juan de Velasco, jesuita
riobambeño que marchó al exilio por la expulsión, escribió su Historia del Reyno de Quito, obra
monumental que ponía las bases de la conciencia quiteña y de la búsqueda de esa identidad, al mismo
tiempo que fundaba la historiografía nacional.
La más grande figura del despertar intelectual y político fue Eugenio de Santa Cruz y Espejo
(1747-1795). Hijo de un indígena y una mulata, apoyado por gente influyente y por el cambio de
apellido indígena por el español con el que lo conocemos, logró evadir las barreras de la sociedad
quiteña e ingresar incluso en la Universidad, en donde obtuvo el doctorado en Medicina y la
licenciatura en Jurisprudencia y Derecho Canónico. Fue el eje de la cultura ilustrada de su tiempo y
desarrolló una amplia actividad, protegido por los nobles criollos. Por otra parte, fue el más destacado
médico de la Audiencia de Quito. Sus ideas contestatarias y sus iniciativas de organización le trajeron
problemas con las autoridades españolas, que lo expatriaron y lo encarcelaron. Murió siendo todavía
joven.
Velasco y Espejo son las dos más altas figuras de un momento de definición inicial de la
conciencia quiteña. Los criollos, descendientes de españoles peninsulares, ocupaban crecientemente
el espacio dominante en Quito y buscaban su identidad a partir de diferenciarse de los europeos y de
los indígenas, reclamando para sí el carácter de explotados respecto de los primeros y consolidando
su posición de explotadores respecto de los segundos.
Desde el fin del siglo XVIII gobernó el barón Héctor de Carondelet (1799-1807), que tuvo
una clara política pro-criolla y al mismo tiempo se esforzó por recuperar las jurisdicciones perdidas
de la Audiencia. El Presidente encabezó una solicitud de mayor autonomía para Quito y la creación
de una Capitanía General. A inicios del siglo XIX las tendencias autonomistas estaban a la vista. Los
criollos habían logrado una significativa ampliación de su poder económico, especialmente con el
robustecimiento del latifundio, pero continuaban excluidos del acceso al poder político. Sus
tendencias autonomistas respecto de la metrópoli los conduciría, en pocos años, al rompimiento.
INDEPENDENCIA
Y ETAPA
COLOMBIANA
La Independencia
El Ecuador en Colombia

LA INDEPENDENCIA
Perspectiva general
El proceso de emancipación latinoamericana no puede ser explicado por motivaciones puntuales o
aisladas sino por sus causas estructurales complejas. Aunque se dio en un marco internacional
favorable, el principal motor de la Independencia fue interno. La decadencia del imperio español, la
independencia de Estados Unidos y la Revolución francesa con todo su impacto en Europa tuvieron
influencia muy significativa, pero el movimiento autonomista americano tuvo sus principales raíces
en el agotamiento del propio proceso colonial y en las contradicciones que se dieron en su interior. La
Independencia se inició con lo que debe considerarse como la Revolución Americana contra el
Antiguo Régimen. En el curso de dos décadas, el subcontinente cambió de fisonomía política y
surgieron en él quince nuevos países independientes.
La crisis de los 1700 afectó al equilibrio de poder que se había establecido entre el Estado
colonial, representante de los intereses metropolitanos, y los grupos de propietarios locales. Al
consolidarse el sistema hacendario, la burocracia estatal perdió su injerencia en la vida económica. La
mayoría de los trabajadores quedaron vinculados en forma directa y cada vez más estrecha al poder
latifundista. Por otra parte, las trabas comerciales implantadas por la metrópoli afectaban a los grupos
importadores y exportadores. Las clases terratenientes y los comerciantes consolidaron su control de
las economías locales y regionales, en tanto que la burocracia española conservaba solo el manejo
político. Este divorcio entre el poder económico social y el poder político se resolvería en favor de las
clases dominantes locales, que, una vez que manejaban ya el aparato productivo, se lanzaron a captar
la dirección política. Los cabildos que tenían a su haber una vieja tradición de protesta de los criollos
cobraron a fines del siglo XVIII enorme importancia.
Los grandes protagonistas de la Independencia, los patriotas, fueron los notables latifundistas, a
los que se sumaron lo que podríamos denominar grupos medios de la sociedad colonial, entre ellos
los intelectuales, que dieron un sesgo radical al proceso. Los grupos populares urbanos, básicamente
artesanales y el pequeño comercio, fueron reticentes al principio, y solo apoyaron la rebelión
anticolonial en estadios posteriores de la lucha. En las masas indígenas, protagonistas de muchos
alzamientos en las décadas previas, había la conciencia de que los beneficiarios de la autonomía eran
justamente los terratenientes que habían contribuido a la sangrienta represión de esos alzamientos.
Por ello, los pueblos indios solo excepcionalmente apoyaron las luchas independentistas. Y cuando lo
hicieron, en muchos casos respaldaron a las fuerzas españolas. Los negros, en cambio, cuando vieron
que su participación en la guerra les permitiría librarse de la esclavitud o ascender en la sociedad, se
integraron en los ejércitos patriotas. La jerarquía de la Iglesia, por su parte, se mantuvo leal a la
Corona, aunque hubo muchos clérigos que abrazaron la causa independentista.
En los territorios de la jurisdicción de la Audiencia de Quito, en el período que va desde la
primera década del siglo XIX hasta la fundación de la República del Ecuador, se distinguen dos
etapas. La primera cubre el proceso independista. En ella pueden distinguirse tres momentos: de 1808
hasta 1812, de 1812 hasta 1820 y de 1820 a 1822. La segunda etapa corresponde a los años de vida
del país dentro de la Gran Colombia.

La Revolución de Quito (1808-1812)

La intervención napoleónica en la península ibérica convirtió a las autoridades de los virreinatos y


audiencias en representantes del usurpador. Así surgió en América la idea de sustituirlas por juntas,
integradas por criollos que gobernarían a nombre del “monarca legítimo”. En Quito fue develado un
intento de este tipo en 1808. Sin desanimarse por el fracaso, los conspiradores formaron la Junta
Soberana que se hizo cargo del mando el 10 de agosto de 1809. El marqués de Selva Alegre fue
nombrado Presidente. En el hecho se destacó la acción de Morales, Quiroga, Riofrío, Ante y de doña
Manuela Cañizares.
La vida de la Junta fue precaria. El apoyo esperado de Cuenca, Guayaquil y Pasto no pudo
conseguirse. Las autoridades españolas controlaron la situación. La milicia quiteña no logró atraer a
los grupos populares y no alcanzó un nivel aceptable de organización. El virrey de Lima envió una
fuerza militar que cercó Quito. El de Bogotá dispuso la invasión por el norte. Débil y vencida, la
Junta Soberana se disolvió. Las autoridades españolas ofrecieron en principio “perdón y olvido”,
pero apresaron a cerca de una centena de revolucionarios y los castigaron con sentencias de muerte y
expulsiones. Como reacción, el 2 de agosto de 1810 el pueblo de Quito se lanzó a la toma de
prisiones y cuarteles. Éste fue pretexto para que las tropas realistas hicieran una carnicería.
La llegada a Quito de Carlos Montúfar, hijo del marqués de Selva Alegre, como comisionado
regio del Consejo de Regencia español, motivó la formación de una nueva Junta de Gobierno en la
que Montúfar tuvo gran influencia. Un congreso expidió los Artículos del Pacto Solemne de Sociedad
y Unión entre las Provincias que forman el Estado de Quito. Esta primera carta constitucional
reconocía como monarca a Fernando VII y establecía división de poderes, gobierno electivo,
representativo y responsable, y alternabilidad en las funciones públicas. Esta Junta también duró
poco. Fue vencida por las fuerzas españolas. A finales de 1812, el país estaba de nuevo firmemente
controlado.
Los protagonistas del proceso fueron poderosos latifundistas, para cuyo manejo político la
burocracia española era un impedimento. Una vez instalados en el mando, suprimieron las
contribuciones de los blancos, manteniendo las de los indios, e hicieron desaparecer la constancia de
las cuantiosas deudas que habían contraído con la Corona por compra de tierras. Los notables criollos
fueron los usufructuarios de la libertad. Pero no es posible entender el sesgo ideológico del proceso
sin la participación de intelectuales venidos de las capas medias, los “radicales” de la causa, como
Morales y Quiroga.
El fracaso militar de la Junta Soberana se ha adjudicado a la poca respuesta popular que logró el
movimiento. El pueblo se dio perfecta cuenta de que esa libertad no le beneficiaba. Solo cuando la
dirigencia insurgente logró imponer su propia visión de la independencia como necesidad general,
obtuvo cierta movilización de artesanos y pequeños propietarios, que emprendieron acciones
insurgentes como la del 2 de agosto.

El triunfo realista (1812-1820)

De 1812 hasta 1820 se vivió una tensa calma en la Audiencia de Quito. En España se precipitaban
los acontecimientos. Vuelto Fernando VII al trono, desconoció la Constitución de Cádiz e inició un
gobierno autocrático, reaccionario y represivo. Esto se hizo sentir en América. Dejando de lado
cualquier avance constitucionalista o autonomista, el Rey intentó volver a las colonias a la situación
anterior a las guerras napoleónicas. Esto precipitó la ruptura.
Durante la segunda década del siglo XIX, los impulsos independentistas fueron madurando en
Guayaquil. El respaldo a las autoridades realistas, que se dio frente a los movimientos de Quito
(1809-1812), dio paso a la demanda por la total autonomía. Las acciones contra el puerto, por parte
de los marinos ingleses al servicio de la independencia del Cono Sur, demostraron que los españoles
carecían de los recursos necesarios para defender Guayaquil, cuya vida estaría cada vez más a merced
de las fuerzas navales insurgentes. El hecho pesó en una ciudad liderada por comerciantes, a la que
llegaban regularmente noticias de los triunfos de Bolívar y de San Martín.

La campaña definitiva (1820-1822)


Los notables guayaquileños proclamaron su independencia el 9 de octubre de 1820. José Joaquín
de Olmedo fue la figura del pronunciamiento. Junto a él estuvieron, entre otros, Febres Cordero, el
jefe militar; Escobedo, Jimena, Roca y Espantoso, que formaron parte de las juntas, Provisional y
Suprema, que se sucedieron en el mando. El ejemplo porteño impulsó varios movimientos en el
interior. El más importante fue el de Cuenca, que proclamó su independencia el 3 de noviembre de
1820.
Una de las primeras acciones de Guayaquil independiente fue intentar liberar al resto de la
Audiencia. Luego de algunos éxitos, el ejército guayaquileño sufrió derrotas que lo obligaron a
replegarse. En estas circunstancias se recibió el refuerzo enviado desde Colombia por Simón Bolívar,
que destacó a su mejor general, el venezolano Antonio José de Sucre, para que dirigiera las
operaciones. Además del encargo militar, Sucre traía la comisión de gestionar la anexión de
Guayaquil a Colombia, pero la resistencia obligó a postergarla. Luego de un primer intento no
exitoso, Sucre logró seguir a la Sierra y llegar cerca de Quito. En la mañana del 24 de mayo de 1822
derrotó a los realistas en las faldas del volcán Pichincha. Esa batalla definió el curso de la
independencia de lo que hoy es Ecuador. Quedó pendiente en el Sur la independencia de Perú.
Después del fracaso de los intentos iniciales, la independencia de lo que hoy es el Ecuador solo
pudo concretarse cuando las élites ampliaron la base social de las fuerzas insurgentes con la
convocatoria a otros sectores sociales, y cuando se recibió la ayuda de Colombia. Es decir, el proceso
logró ser exitoso cuando convocó a los actores populares de apoyo, y cuando se integraron los
esfuerzos de diversos ámbitos coloniales contra las fuerzas metropolitanas. Fue una acción de
dimensiones continentales. La guerra se levantó desde Venezuela, Nueva Granada y Quito, y también
desde Buenos Aires y Chile, para confluir en el Perú.

EL ECUADOR EN COLOMBIA
El proyecto bolivariano
Luego de la victoria, los notables quiteños resolvieron la anexión del distrito a Colombia. Cuenca
había hecho otro tanto semanas antes. En Guayaquil, en cambio, hubo resistencias para dar ese paso.
Bolívar tuvo que usar la fuerza para conseguirlo. Así, lo que hoy es Ecuador quedó integrado a
Colombia con el nombre de Distrito del Sur que, a su vez, fue dividido en tres departamentos que
seguían las antiguas unidades regionales con capitales en Quito, Guayaquil y Cuenca.
La República de Colombia había sido fundada en 1819, en plena guerra independentista, como
una unión de Venezuela y Nueva Granada, con la expectativa de que también se uniera Quito, como
en efecto sucedió. Era un intento de crear un gran país, que sería un referente continental. El general
Simón Bolívar fue elegido presidente de la República. Pero justamente por las urgencias de la
campaña, no pudo ejercer el mando, que quedó en manos del vicepresidente Francisco de Paula
Santander, que imprimió en su administración un sesgo liberal. Organizó juntas de protección de la
agricultura y el comercio, impulsó una política librecambista, declaró ilegal el trabajo gratuito de los
indígenas, estableció un salario mínimo, impuestos directos e impulsó seriamente la abolición del
tributo indígena. Esta política lo puso en conflicto con los grandes latifundistas. Con el tiempo se
enfrentó a Bolívar, que pugnaba por mantener la unidad de Colombia e impulsar la integración de las
nuevas repúblicas americanas.
Por algunos años, Bolívar dirigió la guerra y gobernó el Perú. Además de las cuestiones peruanas,
le preocupó entonces su plan de convocar un gran congreso en Panamá para gestar la unión de los
países hispanoamericanos. También propuso un proyecto de Constitución para Bolivia, que se había
creado en su homenaje. En 1826 estaba ya de vuelta en Bogotá y asumió la Presidencia de Colombia.
Pero la tarea le resultó muy difícil por las fuerzas de dispersión y por las conspiraciones, inclusive las
de su Vicepresidente. Sus enemigos lo combatieron sin tregua y hasta intentaron asesinarlo. En una
ocasión lo salvó de la muerte su compañera quiteña Manuela Sáenz. Los conservadores se agruparon
alrededor de Bolívar, en tanto que Santander congregaba a los liberales y partidarios del federalismo.
Luego de su experiencia en Perú y frente a la situación de Colombia, el Libertador agudizó su
tendencia centralista. El temor de la movilización popular, la liberación de los esclavos, la integración
de los pardos y del federalismo llevaron a Bolívar a posturas godas, centralistas y conservadoras.
“No aspiremos a lo imposible –insistía– no sea que por elevarnos sobre la región de la libertad,
descendamos a la región de la tiranía. De la libertad absoluta se desciende siempre al poder
absoluto”. En su propuesta de Constitución para Bolivia proponía un presidente vitalicio, senado
hereditario y otras instituciones cercanas a la monarquía. Bolívar vio que se resquebrajaba la unidad
de Colombia y asumió la dictadura. Pero esto agudizó las tensiones y la dispersión. Venezuela se
separó de Colombia. Al fin, en 1830 el Libertador renunció al poder. En poco tiempo se enteró que el
Mariscal Sucre había sido asesinado (4 de junio). El 17 de diciembre murió camino al exilio. La gran
República que creó se había disuelto.

Hacia la separación del Sur

La etapa grancolombiana fue de gran agitación para el Distrito del Sur. La guerra de
emancipación del Perú absorbió enorme cantidad de sus recursos, hasta que culminó la campaña en
Ayacucho en 1824. El actual Ecuador llegó a pagar por esa guerra tres veces más que el resto de
Colombia. En 1829, cuando las tropas peruanas invadieron el país por el sur, el Mariscal Sucre fue
encargado de la defensa y venció al ejército invasor en Tarqui (27 de febrero). También en ese caso,
los Departamentos del Sur sufrieron la carga más pesada del esfuerzo bélico. Se firmaron acuerdos de
paz y, posteriormente, un tratado con limitación de fronteras, pero el conflicto territorial quedó
pendiente. Al fin, en 1830, cuando la Gran Colombia estaba ya virtualmente disuelta, el Distrito del
Sur se separó para formar un Estado autónomo.
Los latifundistas quiteños resistieron las políticas de Santander, especialmente las medidas
librecambistas que perjudicaban la producción textil, y las reformas igualitarias que afectaban la
estructura jerárquica corporativa, tan acentuada en la sociedad quiteña. Por ello, los notables de Quito
aceptaron entusiasmados la idea de la dictadura de Bolívar. En Guayaquil, los terratenientes y
comerciantes del puerto, reticentes en principio a la anexión, encontraron que las políticas de
Santander les favorecían. Por ello mantuvieron su lealtad a Colombia mientras en Quito había
agitación. Pero cuando cayeron las exportaciones al final de los años veinte, y se reactivaron vínculos
de comercio con Lima, las tendencias autonomistas renacieron. Las rebeliones de esclavos los
llevaron a pensar en la necesidad de mayor represión. Cuenca también experimentó una reactivación
del comercio con Perú. Esto reafirmaría sus reivindicaciones de autonomía. Por motivaciones
diversas y hasta contradictorias, las élites dominantes regionales del Distrito del Sur fueron llegando
al rompimiento con Colombia.
Cuando se trata de explicar la desmembración del gran país ideado por Bolívar resulta claro que,
al conflicto de intereses entre oligarquías regionales, se unió la inexistencia de una clase social con
capacidad para llevar adelante un proyecto nacional que fuera más allá de las presiones localistas y
regionales. A estas causas de dispersión interna se sumó la política de debilitamiento de las potencias
capitalistas interesadas en que no se consolidara un gran Estado, sino unidades políticas pequeñas,
débiles y manejables.
ÉPOCA
REPUBLICANA
Primer período:
El proyecto nacional criollo
Segundo período:
Proyecto nacional mestizo
Tercer período:
Proyecto nacional de la diversidad

CARACTERIZACIÓN
DE LA REPÚBLICA

El naciente Ecuador

El 13 de mayo de 1830 las corporaciones y padres de familia de Quito resolvieron “Constituir un


Estado Libre e Independiente, con los pueblos comprendidos en el Distrito del Sur y los más que
quieran incorporarse, mediante las relaciones de naturaleza y de recíproca conveniencia”. Semanas
después, en agosto, se reunió en Riobamba la primera Asamblea Constituyente. Uno de los problemas
que afrontaron los “padres de la Patria” fue cómo bautizarían al nuevo país. El tradicional nombre de
Quito, herencia indígena mantenida por la Real Audiencia, despertó resistencia entre los
representantes guayaquileños y cuencanos. En aras de la unidad se resolvió llamar al nuevo Estado
como lo habían hecho los sabios franceses que lo visitaron años atrás para hacer estudios sobre la
línea equinoccial. De este modo nació el Ecuador.
La característica del país en su nacimiento fue la regionalización. Tres espacios que habían
prevalecido en el último período colonial se consolidaron. La Sierra centro-norte, con su eje Quito,
retuvo la mayoría de la población y la vigencia del régimen hacendario. La Sierra sur, nucleada
alrededor de Cuenca, tuvo una mayor presencia de la pequeña propiedad agrícola y la artesanía. La
cuenca del río Guayas, con su centro en Guayaquil, experimentó un acelerado crecimiento del
latifundio cada vez más vinculado a la exportación, y sufrió una declinación de la pequeña propiedad
agrícola. Estas regiones mantenían precarias relaciones entre sí. Cada cual estaba vinculada
económicamente al sur de la actual Colombia, al norte del Perú o a la costa pacífica, pero no
constituían entre ellas un mercado que las articulara.
Las guerras de la independencia deterioraron los frágiles vínculos económicos y sociales entre las
regiones y redujeron el comercio internacional que, con la ruptura colonial, fue orientándose cada vez
más hacia las potencias capitalistas, especialmente a Gran Bretaña, que luego de las dos primeras
décadas de la República se constituyó en la principal contraparte comercial. El desarrollo del
comercio externo aceleró el crecimiento poblacional y económico de la Costa, pero al principio no
logró articular toda la economía del país. Eso sucedería en las décadas finales del siglo XIX.
Ecuador nació dominado por los grandes latifundistas, señores de la tierra que controlaban el
poder regional. La mayoría de la población eran campesinos indígenas, sujetos a la hacienda por el
concertaje. En algunos lugares de la Sierra y Guayaquil se mantenía la esclavitud de los negros y la
pequeña propiedad campesina, así como relaciones de corte precapitalista denominadas precarias. En
las ciudades, concentradas en su mayoría en la Sierra, vivían grupos de artesanos y pequeños
comerciantes con una cúpula de burócratas, clérigos y propietarios rurales.
Las primeras décadas de la República fueron de inestabilidad y desarticulación. El control
terrateniente reemplazó a la autoridad metropolitana y se desplazó a instancias regionales y locales,
asentadas en el régimen hacendario. Los latifundistas, sin embargo, no pudieron unificar a la
comunidad cultural y social de los ecuatorianos, y se consolidó una ruptura entre las clases
dominantes criollas y el pueblo. Se mantuvo el control oligárquico por medio de una votación
restringida de tipo censatario que excluía a las mujeres, los analfabetos (que eran la mayoría) y los no
propietarios, del mantenimiento de mecanismos de represión y manipulación ideológica de los
campesinos y trabajadores urbanos. Con la fundación de la República surgió un Estado Nacional
débil y excluyente, cuyo conflictivo proceso de construcción se ha extendido hasta nuestros días. Los
latifundistas impusieron su visión de continuidad hispánica y ruptura con la mayoría del pueblo.
Hasta fines del siglo XIX prevaleció un proyecto nacional criollo, limitado y excluyente, que no
pudo expresar a la mayoría de la población.
La naciente república surgió sobre bases de dominación económico-social de los indígenas,
campesinos mestizos y grupos populares urbanos. Por ello, el largo proceso de construcción nacional
no ha estado exento de conflictos. No solamente de aquellos que enfrentan a los detentadores del
poder, del control de la economía y la sociedad toda, con las mayorías de trabajadores sujetos a
explotación; sino también los que expresan las contradicciones regionales o la dominación racista
sobre los pueblos indígenas y negros.

Periodización de la República

Cuando nació el Ecuador, como hemos visto, la economía del país estaba profundamente
regionalizada. Predominaban varias formaciones económico-sociales regionales precariamente
relacionadas entre sí, merced a la existencia de un Estado central y unas relaciones de intercambio
muy débiles. Como ha sido frecuente en la realidad latinoamericana, en cada una de las regiones
coexistían relaciones productivas de diverso origen histórico y de distinto carácter, que incluían
dentro de las haciendas el concertaje y otras formas de corte servil y precapitalista, junto a la pequeña
producción rural y artesanal, e inclusive algunas relaciones salariales más modernas.
La Independencia se produjo en una etapa de consolidación del sistema capitalista a nivel
mundial. Pero el predominio capitalista dentro del Ecuador no se dio de inmediato. Fue un proceso
que abarcó casi un siglo. Por una parte, la influencia del mercado mundial fue creciendo, hasta
volverse determinante a fines del siglo XIX con el auge de las exportaciones de cacao. De este modo
creció la economía, pero se volvió más dependiente del sistema internacional. Por otra parte, las
relaciones sociales capitalistas fueron también ampliándose en la sociedad ecuatoriana, hasta que se
volvieron dominantes ya en el siglo XX, aunque se mantuvieron rasgos serviles y precapitalistas
fuertes, así como notorias especificidades regionales.
Al cabo de un primer período de fuerte regionalización, en el que solo tuvo influencia parcial del
mercado mundial, en las décadas finales del siglo XIX se abrió un período nuevo en la economía del
Ecuador de predominio capitalista y de mayor integración regional. A inicios de los años veinte se
dio la gran crisis del modelo primario exportador, que se extendió hasta finales de la década de los
cuarenta en que el auge bananero reactivó el modelo, para desembocar en una nueva crisis a inicios
de los sesenta. Allí se abrió un nuevo período que se configuró en la década siguiente, los setenta, con
la exportación petrolera. Ese período se extiende hasta el presente.
En el estudio de la Época Republicana, tomando en cuenta los hitos mencionados en la evolución
económica y el desarrollo del Estado Nacional, pueden establecerse tres grandes períodos: el primero,
desde la fundación hasta fines del siglo XIX, caracterizado por la vigencia del proyecto nacional
criollo; el segundo, desde el inicio de la Revolución Liberal hasta los sesenta del siglo XX, en que el
capitalismo ecuatoriano funciona inserto en el sistema mundial y predomina el proyecto nacional
mestizo; y el tercero, desde los sesenta hasta nuestros días, en que se abre paso un proyecto nacional
de la diversidad. A su vez, en estos períodos pueden distinguirse etapas o momentos diversos que se
recogen en los acápites que siguen.

PRIMER PERÍODO
EL PROYECTO NACIONAL CRIOLLO
La sociedad y el poder
Aunque para el Ecuador la Independencia significó una seria ruptura y un rápido cambio político,
muchos rasgos de la sociedad colonial pervivieron más allá de la fundación de la República. El fuerte
sentido corporativo y estamentario continuó sobre las fórmulas republicanas; se mantuvo la
discriminación racial y la exclusión de la mujer de la vida política. Los rasgos aristocratizantes
continuaron articulando las relaciones sociales, la cultura y la ideología. Tradiciones paternalistas
siguieron rigiendo las relaciones sociales. Solo el paso del tiempo y el agudizamiento de la lucha
social provocaron cambios significativos posteriores.
Desde el primer momento de la vida del Ecuador, se patentizó una tensión y enfrentamiento entre
las oligarquías regionales dominantes, especialmente de la Costa y de la Sierra. Desde luego, ambas
tenían intereses comunes pero también existían muchos motivos de tensión, como el control de la
mano de obra, siempre escasa en el litoral; y la mantención de medidas aduaneras proteccionistas que
defendían la producción textil serrana, pero limitaban el comercio. El conflicto irresoluto convirtió al
ejército (controlado por los veteranos de la Independencia) en árbitro de la lucha por el poder.
Alrededor de sus jefes se generaron las alianzas caudillistas de la época.
En la organización del nuevo Estado, la mayoría de la población quedó al margen de la
participación política. Los congresos y órganos del gobierno eran fruto de una participación electoral
limitada al reducidísimo grupo de notables propietarios. Detrás de las fórmulas republicanas
sobrevivía una sociedad jerarquizada, estamentariamente estructurada, en la que la autoridad se
justificaba por “derecho divino”. Los notables latifundistas se veían como continuidad hispánica y
sostuvieron un proyecto nacional criollo.
Frente a un Estado central débil, las instituciones del poder local y regional eran sólidas. La
descentralización era la norma prevaleciente. En las haciendas y los complejos productivos que
funcionaban a su rededor se daban muchas decisiones y hasta se mantenían prisiones privadas. Las
instituciones regionales, principalmente los municipios, controlaban la educación inicial, servicios,
obras públicas, beneficencia y administración de justicia en primera instancia. Corporaciones
autónomos que manejaban los notables, cobraban impuestos. Al Estado central le quedaba el manejo
del Ejecutivo, las escasas relaciones internacionales, el Congreso, las altas cortes, la fuerza pública,
un reducido plantel burocrático y la recaudación de algunas rentas.
Los ingresos fiscales, provenientes en buena parte de la “contribución” o tributo indígena,
estancos y diezmos, se gastaban en el mantenimiento del ejército, el clero y la alta burocracia. La
Iglesia, heredera de su poder colonial, tanto económico como ideológico, siguió inserta en el Estado
republicano, que reclamaba sobre ella el derecho de Patronato, o sea de controlar los nombramientos
de la jerarquía, a cambio de mantener a la religión católica como oficial y excluyente, financiando a
sus ministros y garantizando sus prerrogativas y propiedades. Esta situación se volvió cada vez más
conflictiva y desató varios enfrentamientos ideológicos y políticos. Al ser reconocida como oficial la
religión católica, la Iglesia mantuvo bajo su control: el registro de nacimientos, matrimonios y
muertes; el púlpito, que era un medio generalizado de comunicación; y la mayor parte del sistema
educativo, por cierto muy precario y dedicado solamente a una porción bajísima de la población.
La mantención de la esclavitud de los negros y del tributo indígena hasta la década de los
cincuenta fue síntoma de la continuidad colonial en la relación con los pueblos indios y
afroecuatorianos. Las comunidades vieron más que antes invadidas sus tierras comunales y
reforzados los mecanismos de sujeción al latifundio.

Fundación del Estado (1830-1859)

Juan José Flores, general nacido en Venezuela, que había desempeñado la función de jefe del
Distrito del Sur, fue designado presidente del nuevo Estado por la Asamblea Constituyente de
Riobamba. Una vez en el poder, Flores se dedicó a consolidar una alianza de gobierno entre el
tradicional gamonalismo latifundista de la Sierra, al que se había vinculado por matrimonio, los
terretenientes de Guayaquil y los altos mandos del ejército, integrados en su gran mayoría por
extranjeros. El floreanismo, como se llamó popularmente a su clientela caudillista, recogió la
tradición conservadora del bolivarianismo.
Directa e indirectamente controló Flores el gobierno desde 1830 a 1845. En 1832 incorporó
oficialmente las islas Galápagos al Ecuador. Su mandato se caracterizó por la revuelta permanente, el
desbarajuste administrativo, dos guerras con Nueva Granada (como entonces se llamaba la actual
Colombia) y el abuso de los soldados, dueños del país. Ni el esfuerzo organizador y sistematizador de
Vicente Rocafuerte, que llegó a la Presidencia de la República (1835-1839) mediante un pacto con su
enemigo Flores, pudo superar estas realidades. Cuando el caudillo se hizo elegir presidente por una
segunda y hasta tercera vez, y puso en vigencia la Carta de Esclavitud (1843), una constitución que
establecía la dictadura perpetua, la reacción nacional acaudillada por la oligarquía guayaquileña lo
echó del poder (1845). Flores pasó los años siguientes organizando invasiones al Ecuador con
mercenarios extranjeros al servicio de España y el Perú.
En los primeros años de la etapa “marcista” (llamada así porque la revuelta antifloreana fue en
marzo de 1845), gobernaron los civiles guayaquileños: Vicente Ramón Roca (1845-1849) y Diego
Noboa (1849-1850). Una de sus principales tareas fue enfrentar el peligro de las invasiones de Flores.
A inicios de los cincuenta, un nuevo conflicto de poder no resuelto dio espacio para un nuevo
arbitraje militar. El “hombre fuerte” del ejército, general José María Urvina, fue proclamado dictador.
Luego fue elegido presidente constitucional por una nueva Asamblea Nacional (1852-1856). Urvina
consolidó la alianza entre la oligarquía latifundista y comercial costeña con las Fuerzas Armadas, y
llevó adelante un programa de corte liberal que promovió la apertura económica y el comercio e
incluyó la abolición de la esclavitud, la supresión del tributo indígena y medidas a favor de los
campesinos serranos. Todo esto generó una feroz reacción del latifundismo tradicional que declaró la
guerra al urvinismo.
Una desastrosa negociación de la deuda externa y el intento de arrendar Galápagos a extranjeros
fueron motivos para que la oposición contra el general Francisco Robles, heredero de Urvina,
adquiriera fuerza. Diversas revueltas seccionales provocaron en 1859 una crisis de disolución. En
Quito, Guayaquil, Cuenca y Loja se formaron gobiernos autónomos. El Perú ocupó varios territorios
y bloqueó el Puerto Principal. Los países vecinos negociaban la partición del país. Llegó un momento
en que todo el sistema pudo venirse abajo con el peso de las contradicciones entre las oligarquías
regionales. Luego del fracaso de varias alternativas, en las que se planteó convertir al país en un
“Protectorado” de Francia, la aristocracia quiteña, con Gabriel García Moreno a la cabeza, ayudado
por Flores, logró triunfar en la Sierra, tomar luego Guayaquil y reconstituir el Estado ecuatoriano.

Consolidación del Estado Oligárquico Terrateniente (1860-1875)

Durante tres lustros, de 1860 hasta 1875, la figura de García Moreno dominó la escena nacional.
Al margen del debate desatado alrededor de su compleja personalidad, es preciso afirmar que las
condiciones objetivas del país determinaron el carácter básico de esta etapa, en la que se consolida el
Estado Oligárquico Terrateniente en el Ecuador. El incremento de las exportaciones de cacao y la
vinculación más estrecha del país al mercado mundial exigían un esfuerzo de modernización y
centralización que no podía llevarse adelante si las oligarquías regionales no llegaban a un acuerdo
que, sin abolir sus contradicciones, estableciera ciertas reglas para el control del poder. García
Moreno fue la expresión de esta alianza entre fracciones de la clase dominante, orientada a una
racionalización de la estructura y una articulación de las desparramadas regiones en cierto marco de
unidad.
El programa garciano refleja el carácter de esa alianza de consolidación estatal. Mediante la
renegociación de sistemas de la recaudación fiscal, se logró centralizar y administrar con mayor
eficiencia buena parte de las rentas públicas. Con el impulso dado al desarrollo de los bancos, se
controlaron las emisiones monetarias, poniéndose, al mismo tiempo, las bases del endeudamiento
crónico con el sistema financiero. Las obras públicas se construyeron por primera vez en forma
planificada y su crecimiento fue notable. Se crearon nuevas escuelas, colegios, institutos
especializados y centros de educación superior como la Escuela Politécnica Nacional. Se fundó el
Observatorio Astronómico. El ejército fue reorganizado y modernizado. En suma: el Ecuador
comenzó a ser un país organizado, mejor comunicado y con un creciente nivel de escolarización.
Pero estos cambios no podían efectuarse sin la protesta de grupos de la propia oligarquía y
fundamentalmente de sectores populares afectados por la racionalización del sistema. Por eso, el
programa garciano se llevó adelante dentro de las condiciones de represión más duras que se hayan
conocido en nuestra historia. El fusilamiento, los azotes, la cárcel y la repatriación fueron cosa de
todos los días. Aún más, como el caudillo se dio cuenta de que el apoyo de la Iglesia católica podría
ser un instrumento de consolidación de su programa, negoció con el Vaticano un Concordato que
estableció el monopolio del clero sobre la educación, la cultura y los medios de comunicación.
Muchos religiosos fueron traídos de Europa para llevar adelante un ambicioso programa educativo y
para “reformar”, en forma represiva, los conventos nacionales donde se había refugiado la protesta.
García Moreno gobernó al Ecuador entre 1860 y 1865. Constitucionalmente le sucedió Jerónimo
Carrión, que, a pesar de ser hombre de su confianza, no pudo mantener el régimen autoritario y fue
forzado a renunciar. Su sucesor, Javier Espinosa, tampoco pudo gobernar de acuerdo con los
dictámenes garcianos y fue derrocado por el propio García Moreno en 1869. En ese año se inició la
segunda administración del “hombre fuerte”, que se extendió hasta 1875. El nuevo período comenzó
con la aprobación de una Constitución de tipo confesional excluyente (establecía que para ser
ciudadano se requería ser católico) que daba al gobernante poderes dictatoriales. Sus opositores la
llamaron Carta Negra. El régimen se asentó en el apoyo del clero, que tuvo su expresión más visible
en la consagración oficial de la República al Corazón de Jesús.
El programa garciano descansó sobre una contradicción. Por una parte impulsó la modernización
y consolidación estatal, estimuló la producción y el comercio, desarrolló la ciencia y la educación;
por otra, impuso una ideología reaccionaria excluyente y represiva, con la dictadura clerical-
terrateniente. Así fue como todo el proyecto saltó en pedazos cuando García Moreno fue asesinado el
6 de agosto de 1875. Y si bien durante un tiempo la tradicional oligarquía serrana tuvo el control del
poder, las reformas favorecieron, a la larga, a la oligarquía costeña, en cuyo seno se iba definiendo
una nueva clase, la burguesía comercial y bancaria.

Auge y caída del Estado Oligárquico Terrateniente (1875-1895)


Desde los años setenta, y especialmente desde el inicio de los ochenta, el Ecuador experimentó un
acelerado crecimiento económico, debido fundamentalmente al gran incremento de la producción y
exportación del cacao. La fruta se había venido produciendo tradicionalmente en plantaciones de la
Costa, sobre todo del Guayas y Los Ríos. Las plantaciones funcionaban a base del trabajo asalariado
de grupos de jornaleros, y de redentores, jefes de familia que cultivaban la fruta en tierras del
latifundista y le entregaban sus cosechas de cacao en pago de una deuda. Esta relación de corte
precapitalista no solo permitía una producción cacaotera abundante y barata, sino que ampliaba
constantemente la extensión de las plantaciones. El cultivo y la comercialización del cacao
incrementó el poder económico de los terratenientes y de manera especial de los comerciantes y
banqueros de Guayaquil. Se establecieron varios bancos y casas de comercio. La ciudad creció
rápidamente. También se profundizó la inserción de la economía del país en el sistema económico
mundial. Los representantes del intercambio y el capital internacional empezaron a interesarse en el
Ecuador.
La etapa comprendida entre 1875 y 1895 se desenvolvió en medio de repetidos intentos de
superar la contradicción entre poder político y poder económico, heredada del régimen garciano. La
oligarquía latifundista y su aliada la Iglesia, lucharon por conservar el poder. Las élites
guayaquileñas, en cambio, en la medida en que consolidaban el control de la economía nacional,
reclamaban mayor injerencia en la dirección del país. Intentos por superar, o al menos equilibrar, este
conflicto se sucedieron en esos años. Primero un gobierno aperturista, luego la dictadura, y por fin
una suerte de camino medio, que terminó por fracasar.
En 1875 fue electo presidente Antonio Borrero, candidato de moderados y radicales frente al
garcianismo sucesorio. Borrero fracasó en la búsqueda de una salida para sustituir la Carta Negra.
Ante esto, la oposición encabezada por la oligarquía costeña promovió la dictadura del general
Ignacio de Veintemilla. Instalado en el poder, luego de vencer militarmente la resistencia serrana,
Veintemilla inició su gobierno con medidas liberales que enfrentaron a la Iglesia. Tiempo después, ya
elegido presidente constitucional, cambió su actitud y realizó un gobierno oportunista y estéril, que
desperdició una coyuntura de particular auge económico.
Cuando Veintemilla concluyó su período y se lanzó a una nueva dictadura, una especie de cruzada
nacional –la Restauración– lo echó del poder. En el conflicto se destacó su sobrina Marietta de
Veintemilla, una notable mujer.
Entoces se definieron las fuerzas políticas. El garcianismo se reorganizó como amplia coalición
cuando en 1883 se fundó la Unión Republicana. Empero, desde el inicio se dio en ella una división
entre los ultramontanos, que luego adoptaron el nombre de Partido Católico Republicano, y los
progresistas, de orientación liberal católica. Las fuerzas liberales se bifurcaron también. De un lado
emergió la figura de Eloy Alfaro con su opción radical montonera; de otro se estructuró una corriente
moderada que en 1890 constituyó el Partido Liberal Nacional. Así comenzaron las incipientes
instituciones políticas en el país, aunque la definición de los modernos partidos tomaría varias
décadas. Al mismo tiempo, a finales del siglo XIX, la penetración de bienes importados afectó al
artesanado, que reactivó su presencia pública y constituyó organizaciones que cumplirían un
importante papel en la movilización popular.
Con el triunfo de José María Plácido Caamaño en la Constituyente de 1884, tomó fuerza una
alternativa tercerista, el progresismo, que favorecía la rápida adaptación del país a las nuevas
condiciones del sistema internacional, evitando al mismo tiempo la separación de la Iglesia y el
Estado. El gobierno de Caamaño enfrentó la insurrección de las montoneras, realizó varias obras
públicas e impulsó la represión. En el de su sucesor Antonio Flores (1888-1892) se aceleraron los
cambios modernizadores y también los conflictos que definieron la etapa: reforma del régimen
bancario, sustitución del diezmo, renegociación de la deuda externa, contratos ferrocarrileros. En esos
años se inauguró el servicio de telégrafo.
En el gobierno del último progresista, Luis Cordero (1892-1895), la fórmula liberal-católica llegó
a su límite. La presión de conservadores y liberales quitó espacio a una alternativa que no pudo
afrontar las definiciones radicales. Cuando por un negociado de Caamaño, entonces gobernador del
Guayas y hombre fuerte del régimen, la oposición acusó al gobierno de haber “vendido la bandera”,
Cordero cayó. Semanas después, el 5 de junio de 1895, se proclamó en Guayaquil la Jefatura
Suprema de Eloy Alfaro. Con ello se inició la Revolución Liberal.

La cultura decimonónica
Durante el siglo XIX, aun con los cambios políticos, en varios aspectos de la cultura popular y en
la vida cotidiana se dio con fuerza la continuidad de la sociedad colonial estamentaria y
tradicionalista, dominada por la religiosidad, el racismo y la discriminación a la mujer. El
pensamiento liberal, que enfrentó al conservadurismo, fue un desafío creciente a esa realidad, pero
solo logró imponerse a fines de siglo. En el seno del pueblo, entre mestizos, cholos, montuvios,
indígenas y negros se mantuvieron y desarrollaron rasgos culturales que preservaron sus identidades
y buena parte de lo que hoy consideramos como patrimonio común.
La cultura oficial del naciente Ecuador se desarrolló con los caracteres elitistas y regionales de la
sociedad toda. La débil identidad nacional criolla se expresó en el pensamiento, la literatura y el arte.
En las primeras décadas de fundación del nuevo Estado, justamente en la primera mitad del siglo
XIX, prevaleció la Ilustración. Vicente Rocafuerte, político activo y presidente de la República entre
1835 y 1839, fue su personalidad más descollante. Se destacaron también las figuras del gran poeta
José Joaquín de Olmedo, del periodista fray Vicente Solano y del polemista y político Pedro
Moncayo y Esparza.
Con el esfuerzo educacional de García Moreno, se dio impulso a la cultura, de modo que las
décadas finales del siglo XIX estuvieron caracterizadas por un auge, cuyos personajes más
significativos fueron Juan León Mera, ideólogo de la derecha, crítico literario, novelista pionero y
autor del Himno Nacional, y Juan Montalvo, máxima figura del liberalismo, cuyas obras habrían de
ser la base ideológica de la transformación. Luego del Resumen de Historia del Ecuador de Pedro
Fermín Cevallos, nuestro más grande historiador, Federico González Suárez, publicó su Historia
General. Además de la publicación de otras obras de historiografía, como la de Marietta de
Veintemilla, se dieron también a la imprenta ensayos y poesía. Fue así como a lo largo de las décadas
del siglo XIX se fue dando un tránsito del pensamiento ilustrado al pensamiento romántico, del que
justamente Mera y Montalvo son importantes exponentes.
Ya en los primeros años de la República se desarrolló el periodismo y adqurió creciente influencia
en el debate político y la cultura oficial. A fines del siglo XIX se publicaban ya varios diarios, que
llegaron a dominar los espacios de la incipiente opinión pública. También en la arquitectura y la
plástica hubo una continuidad colonial, aunque en la pintura se destacaron varios maestros como
Joaquín Pinto, que innovaron la antigua tradición religiosa con elementos costumbristas y retratos de
los generales de la Independencia. En las últimas décadas del siglo comenzó a valorizarse la cultura
popular, en un medio en que se mantuvieron el racismo y el discrimen. Se dieron los primeros
trabajos de sistematización del quichua y de recolección de tradiciones y cantares populares, en que
se destacaron Mera y Luis Cordero.

SEGUNDO PERÍODO
PROYECTO NACIONAL MESTIZO
La Revolución Liberal (1895-1912)
El sostenido incremento de la exportación cacaotera y del comercio de importación trajeron
consigo un proceso de acumulación cada vez más significativo de capital, al mismo tiempo que más
estrechas vinculaciones con el mercado mundial. Se consolidó así el predominio de los sectores
capitalistas dinámicos de la economía. Se definió el “Modelo primario agroexportador”, bajo cuya
vigencia se mantuvo la regionalización del país, pero se rearticularon diversas formas de producción,
desde las más tradicionales hasta las más modernas. Las relaciones de tipo salarial se ampliaron no
solo en las ciudades, especialmente en Guayaquil, sino también en algunos espacios rurales.
El auge de las exportaciones cacaoteras provocó la consolidación, al interior de la oligarquía
costeña, de una fracción de comerciantes y banqueros, diferenciada de los propietarios rurales. Ese
grupo, al que podemos llamar con propiedad burguesía comercial y bancaria, fue el sector que logró
la dirección política con la “transformación” liberal. En el golpe de Estado y la guerra civil de 1895,
sin embargo, aunque el beneficiario político fue la burguesía, los sectores sociales más dinámicos
fueron el campesinado costeño, movilizado en las montoneras, los artesanos, especialmente del
Puerto Principal, y la intelectualidad liberal de sectores medios que era la divulgadora de las ideas
radicales.
Esta fue una etapa de consolidación del Estado Nacional en el Ecuador y de inicio de la vigencia
de un proyecto nacional mestizo. Ello supuso, por una parte, un programa orientado a la integración
económica de las regiones naturales mediante obras como el ferrocarril Guayaquil-Quito. Por otra
parte, el proyecto liberal trajo también la mayor transformación político-ideológica en la historia del
país. El Estado consolidó su control sobre amplias esferas que estaban en manos de la Iglesia. La
educación oficial, el Registro Civil, la regulación del contrato matrimonial, la beneficencia, etc.,
fueron violentamente arrebatadas de manos clericales y confiadas a una nueva burocracia secular. Del
mismo modo, la Iglesia fue despojada de una buena parte de sus latifundios, mediante la Ley de
manos muertas.
La Revolución Liberal significó un gran salto. El predominio político e ideológico del
latifundismo clerical fue desmontado por la burguesía y sus aliados, cuyos mecanismos de
dominación y reproducción ideológica suponían el establecimiento, al menos en principio, de ciertas
garantías y de libertad de conciencia y educación. No puede empero hablarse de una “transformación
frustrada” o de una “traición al credo liberal”. La revolución halló sus límites en los de su principal
protagonista. Es decir, que estuvo determinada por los intereses de la burguesía que ni pudo
desmontar la estructura latifundista de la Sierra, ni abolir el poder regional terrateniente. Derrotado,
pero no destruido en su base económica fundamental, el latifundismo cerró filas alrededor de la
Iglesia católica. De este modo, el conflicto político se dio entre el Estado liberal, que expresaba los
intereses de la burguesía y consolidaba su poder gracias al soporte del ejército y grupos medios, y la
Iglesia católica, dirigida por el clero y la vieja aristocracia, respaldados por sectores artesanales
organizados.
El general Eloy Alfaro se había vuelto una figura legendaria del movimiento radical. Combatió
por años en el campo y en la prensa contra el régimen, hasta que fue nombrado, en su ausencia, jefe
supremo por el pronunciamiento del 5 de junio de 1895. Como tal dirigió la campaña militar
triunfante que instauró el liberalismo en el poder. Conforme las iniciales reformas fueron
implantadas, los conflictos con la Iglesia arreciaron. La conspiración conservadora mantuvo en alerta
al gobierno, empeñado en fundar centros de educación laica y construir el ferrocarril. En 1901 se
patentizó la división liberal. El general Plaza, elegido presidente de la República, fue constituyendo
su fuerza propia. El alfarismo tenía un sesgo popular, tanto que el placismo venía a ser la alternativa
pro oligárquica.
Plaza llevó a cabo las reformas liberales anticlericales de mayor radicalidad. Al fin de su gobierno
intentó impedir la vuelta de Alfaro al poder, pero el caudillo lo tomó nuevamente con un golpe de
Estado. En la segunda administración alfarista (1906-1911) se emitió la Constitución de 1906, la
Carta Magna liberal, y se concluyó la titánica obra del ferrocarril trasandino (1908). Luego de dejar
el poder en 1911, y de una efímera ausencia en Centroamérica, Alfaro volvió al Ecuador intentando
ejercer el arbitraje en una nueva revuelta de los radicales. Tomado preso luego de una derrota militar,
se lo condujo a Quito junto con varios tenientes. En enero de 1912 fueron bárbaramente asesinados y
sus cadáveres incinerados por las turbas, agitadas por una oscura alianza de adversarios liberales y
derechistas furibundos.
Las transformaciones implantadas por el liberalismo (separación de la Iglesia y el Estado,
educación laica, libertades de conciencia y culto, etc.) fueron innovaciones políticas e ideológicas,
orientadas a consolidar mecanismos de reproducción del sistema capitalista en ascenso. Con ellas la
burguesía aseguró su control del Estado, garantizando condiciones favorables a la integración de los
mercados internos y a la vinculación cada vez más estrecha con el sistema internacional. Con esto se
acentuaba la situación dependiente del país respecto del imperialismo. Creadas estas condiciones, el
impulso ascendente de la Revolución Liberal se volvió peligrosa para las estructuras de dominación.
La caída y muerte de Alfaro fue parte de un plan de los sectores oligárquicos por frenar su impulso.
A fines del siglo XIX e inicios del XX se dieron importantes transformaciones en la vida de la
sociedad ecuatoriana, el crecimiento de las ciudades estuvo acompañado por la instalación de la luz
eléctrica y la circulación de los primeros automóviles. Se importaron varios artefactos eléctricos y
comenzaron a exhibirse las primeras películas.

Predominio plutocrático (1912-1924)

Luego de la fase revolucionaria, la etapa 1912-1925 fue de predominio de la oligarquía liberal.


Pero al mismo tiempo se fueron incubando las condiciones que determinarían su caída. Primero se
dio la revuelta en el medio rural de la Costa; luego, ya en los años veinte, estalló la agitación urbana.
Los sectores medios, que habían crecido con la burocracia y el comercio menor, pugnaron por
participar en el poder. Las organizaciones obrero-artesanales, cuyo desarrollo a principios de siglo
fue intenso, reivindicaban sus derechos. La guerra europea y fundamentalmente el triunfo de la
Revolución soviética fueron el marco externo de influencia político-ideológica.
En su segunda administración, que se inició en 1912, Leonidas Plaza logró un cese de fuego con
la Iglesia, a cambio de estabilizar las reformas sin ir más adelante. Buscó un consenso de oligarquías,
haciendo incluso importantes concesiones al latifundismo serrano. Entregó, cada vez más sin
mediaciones, el control directo del poder político a la todopoderosa banca guayaquileña,
especialmente al Banco Comercial y Agrícola. Plaza y su sucesor, Alfredo Baquerizo Moreno,
tuvieron que afrontar la insurrección montonera del coronel Carlos Concha, abanderado del alfarismo
radical que movilizó por más de cuatro años al campesinado de Esmeraldas y Manabí.
El gobierno de José Luis Tamayo, alto representante de la plutocracia guayaquileña, coincidió con
el agudizamiento de una crisis de la producción y exportación cacaotera. Como secuela de la
depresión de posguerra registrada en los países capitalistas centrales, los precios del producto cayeron
abruptamente en el mercado mundial y se dio una sobreproducción de fruta, al mismo tiempo que
azotaron varias enfermedades y plagas. Por añadidura, las plagas destruyeron las plantaciones. De
1918 a 1923 el auge de exportación se vino abajo. Los comerciantes y banqueros usaron su control
político para imponer medidas económico-monetarias que trasladaban el peso de la crisis a los
trabajadores. Una coyuntura de agitación social culminó el 15 de noviembre de 1922, cuando la
protesta popular fue sangrientamente reprimida en las calles de Guayaquil, con saldo de cientos de
muertos. Fue el “bautismo de sangre” de los trabajadores organizados.
Cuando en 1924 llegó a la presidencia Gonzalo Córdova, la etapa finalizaba. El liberalismo había
perdido su base popular, la reacción conservadora acumulaba fuerzas para lanzarse a la revuelta, la
crisis económica no se superaba, el descontento estaba en todo lado. Córdova fue derrocado el 9 de
julio de 1925 por un golpe de militares progresistas.

Un nuevo escenario
Con la transformación de julio de 1925 se inició una etapa de dos decenios, signada por una crisis
global. El descalabro de la producción y exportación cacaotera fue el detonante de una prolongada
depresión económica que, al iniciar la década de los treinta, se agudizó por el impacto de la recesión
del capitalismo internacional. El modelo agroexportador no pudo ser superado y se mantuvo. Se
siguió exportando cacao pero se dio también una diversificación productiva, con los cultivos de café,
arroz y caña de azúcar. Surgió una incipiente industrialización.
Los lazos dependientes del Ecuador, cada vez más estrechos, ataban su suerte a la de los centros
monopólicos. En ese marco, el control del poder de la burguesía comercial y bancaria se resquebrajó
seriamente. El latifundismo serrano robustecido se lanzó a la lucha por retomar posiciones perdidas
años atrás. Pero el resquebrajamiento del poder plutocrático se explica también por la presión que,
“desde abajo”, ejercían nuevos grupos que reclamaban espacio dentro de la nueva escena social y
política. Los sectores medios, robustecidos por la implantación del Estado laico, luchaban contra la
dominación oligárquica prevaleciente, intentando ampliar su reducida cuota de poder político-
burocrático. La clase trabajadora, ya con la sangrienta experiencia del 15 de noviembre, consolidaba
sus iniciales organizaciones y apuntaba a la agitación a nivel nacional, madurando al mismo tiempo
una alternativa política contestataria. Los grupos de pobladores, que comenzaban a crecer en los
suburbios de las ciudades más grandes, buscaban mecanismos de expresión y lucha. Por su parte,
grupos de mujeres que denunciaban la explotación por partida doble, protestaron contra la
discriminación social y política.
Los cambios sociales se proyectaron en la esfera política. Desde mediados de la década de los
veinte se produjo una reagrupación de las viejas fuerzas y la gestación de otras nuevas. Ahí podemos
ubicar con propiedad el surgimiento de los modernos partidos políticos del Ecuador. La Asamblea
reunida en 1923 estructuró a nivel nacional el Partido Liberal Radical. La Convención convocada en
1925 reconstituyó el Partido Conservador Ecuatoriano. En 1926 se fundó el Partido Socialista
Ecuatoriano como una heterogénea y pionera fuerza de izquierda. En 1931 sufrió una primera
división cuando el sector proestalinista se agrupó en el Partido Comunista.
El socialismo se constituyó en el polo de influencia ideológica más dinámico del Ecuador. En
cierto sentido fue la continuidad del radicalismo liberal y la base de la lucha por el laicismo,
especialmente en la educación, donde la izquierda socialista alcanzó enorme influencia. Un conjunto
de escritores de esta tendencia ideológica logró decisiva presencia en la cultura nacional. En el campo
de la organización popular, el socialismo fue un dinamizador. Desde los años veinte en adelante, se
reactivaron las antiguas organizaciones gremiales y se constituyeron nuevas de tipo sindical que se
movilizaron en reclamo de garantías en el trabajo y buscaron niveles de organización regional y
nacional. Paralelamente, la Iglesia católica y el conservadurismo incrementaron su influencia en
organizaciones de artesanos de tipo confesional. En 1938 se constituyó la Confederación Ecuatoriana
de Obreros Católicos (CEDOC), primera central nacional de trabajadores. Posteriormente, en 1944,
se formó la Confederación de Trabajadores del Ecuador (CTE), promovida por la izquierda.

Crisis e irrupción de las masas (1925-1947)

Los militares julianos invocaron en su programa político ciertas ideas socialistas e inclinaciones
hacia los trabajadores, pero su paso por el poder trajo en realidad una serie de innovaciones que
favorecieron a los sectores medios, principalmente a la burocracia, e impulsaron la modernización
estatal. Las reformas fiscales limitaron el poder de la banca y centralizaron la dirección de la
economía. Isidro Ayora, que tomó el poder en 1926, luego de dos gobiernos plurales, fue el ejecutor
de las principales reformas, entre ellas la creación del Banco Central. Luego de que fuera nombrado
presidente constitucional en 1928, gobernó por casi tres años, hasta que cayó en 1931, dejando al país
debatiéndose en una compleja situación de inestabilidad. La Constituyente reunida en 1928 realizó
importantes reformas legales, entre las que se cuenta haber establecido el voto de la mujer.
En un momento de debilidad de la burguesía costeña, el latifundismo serrano se lanzó a la
conquista del poder y logró el triunfo presidencial con Neftalí Bonifaz. Su descalificación por el
Congreso provocó la llamada Guerra de los cuatro días (1932), en la que desempeño un destacado
papel la Compactación Obrera, organización de artesanos controlada por la derecha. En una nueva
elección, la plutocracia guayaquileña reeditó sus viejos mecanismos de fraude electoral y llevó al
poder a Martínez Mera, derrocado por un golpe parlamentario, cuyo protagonista principal fue José
María Velasco Ibarra. Al cabo de pocos meses (1933), Velasco era presidente y se iniciaba una etapa
marcada por su presencia caudillista en la escena nacional. El velasquismo fue una nueva fórmula de
alianza oligárquica que, intentando superar la disputa ideológica conservadora liberal, movilizaba una
clientela de grupos medios y populares firmemente identificados con la electrizante figura del líder.
El primer velasquismo, como casi todos los restantes, cayó estrepitosamente en su primer intento
dictatorial (1935), dejando una vez más al país en manos del arbitraje militar. Federico Páez ejerció
por dos años una dictadura civil (1935-1937) encomendada por los altos mandos castrenses, en la que
luego de un fugaz intento progresista, ejerció una dura represión. Fue derrocado por el general
Alberto Enríquez Gallo, que en el corto lapso que gobernó al país como jefe supremo (1937-1938)
llevó adelante políticas nacionalistas y expidió el Código del Trabajo. Enríquez entregó el poder a
una Asamblea Constituyente (1938), disuelta por el presidente que ella misma designó, Aurelio
Mosquera Narváez, quien con esa medida intentaba parar la “amenaza izquierdista” y consolidar el
poder en manos de la oligarquía liberal. A su muerte repentina le sucedió Carlos Alberto Arroyo del
Río, máxima figura del liberalismo y representante de empresas capitalistas en el Ecuador, quien
planificó desde el poder su elección como presidente constitucional en 1940, bajo el interinazgo de su
coideario, Andrés Córdova.
Aunque los conservadores denunciaron el fraude electoral de Arroyo del Río, colaboraron en su
gobierno (1940-1944), que desde el principio fue represivo y de servicio a los intereses extranjeros.
En 1941 el Ecuador fue invadido por tropas peruanas, pero el gobierno careció del liderazgo nacional
y del respaldo para enfrentar la emergencia. Luego de la derrota de nuestro pequeño y mal equipado
ejército, el ministro conservador de Relaciones Exteriores, Tobar Donoso, suscribió en Río de Janeiro
un Protocolo (enero de 1942) en el que cedía al Perú extensos territorios amazónicos que el Ecuador
había reclamado históricamente.
Después de la derrota, el gobierno de Arroyo acentuó su carácter represivo, tornándose una estéril
dictadura constitucional que no quiso ni supo aprovechar la coyuntura de la Segunda Guerra Mundial
para promover el desarrollo industrial y el crecimiento económico, como otros regímenes de América
Latina. En 1944, Arroyo del Río cayó del poder ante una reacción popular masiva alentada por la
Acción Democrática Ecuatoriana (ADE), una heterogénea coalición de socialistas, comunistas y
conservadores que capitalizó el descontento popular. Llamado por el pronunciamiento, Velasco
Ibarra volvió por segunda vez al poder.
La llamada Gloriosa del 28 de mayo de 1944 fue un movimiento protagonizado por las masas
populares que esperaban cambios radicales. Velasco manifestó al principio ciertas inclinaciones a la
izquierda, pero éstas se desvanecieron cuando rompió la Constitución de 1945, preparada por una
Asamblea Constituyente predominantemente progresista. Luego de este paréntesis, en que nacieron y
se consolidaron varias organizaciones populares como la Confederación de Trabajadores del Ecuador
(CTE) y se creó la Casa de la Cultura, volvió el caudillo a su “natural” alianza con la derecha, se
proclamó dictador y convocó a una nueva Asamblea Constituyente en 1946, que lo ratificó en la
Presidencia. Un militar lo derrocó en 1947, pero no pudo ejercer el poder, que pasó a manos de
Mariano Suárez Veintimilla. En corto tiempo fue sucedido por Carlos Julio Arosemena Tola.

Una etapa de estabilidad (1948-1960)

La producción y exportación de un nuevo producto tropical, el banano, dio a la economía


ecuatoriana una posibilidad de expansión que se reflejó no solo en la dinamización del comercio
internacional, sino también en la apertura de nuevas fronteras agrícolas, el ascenso de grupos medios
vinculados a la producción y comercialización bananeras, así como al servicio público y el comercio.
El crecimiento robusteció a los sectores vinculados al auge bananero y llegó también a otros ámbitos,
inclusive a sectores de trabajadores que vieron elevarse sus ingresos. Para muchos, el país por fin
había hallado la vía del desarrollo.
Superada la recesión de las décadas anteriores, fue articulándose una nueva alianza dominante. La
burguesía era la clase dirigente, pero cedía al mismo tiempo una importante cuota al latifundismo y a
la pequeña burguesía urbana. En estas circunstancias, la estabilidad constitucional se mantuvo; tanto
más que el crecimiento poblacional de la Costa y las ciudades, el control conservador de la mayoría
del electorado había desaparecido.
Los partidos políticos “tradicionales” (Conservador, Liberal y Socialista) vivieron una época de
regularidad en su funcionamiento, pero al mismo tiempo tuvieron que habituarse a coexistir con
nuevas fuerzas emergentes. De las filas conservadoras se separaron varios elementos aristocratizantes
encabezados por Camilo Ponce, para formar el Movimiento Socialcristiano. Jóvenes venidos de
grupos medios integraban ARNE, un movimiento filofalangista que jugó un destacado papel en la
lucha contra la izquierda y el movimiento obrero. El liberalismo consolidó con el Partido Socialista la
fórmula del “Frente Democrático”, lo que trajo, años después, la división de este último. En
Guayaquil y otros lugares de la Costa creció el CFP, partido populista muy agresivo, integrado
fundamentalmente por bases subproletarias.
El gobierno de Galo Plaza (1948-1952) realizó un esfuerzo de modernización del aparato del
Estado y de readecuación de la economía ecuatoriana a las condiciones de predominio de Estados
Unidos que se consolidaba en la posguerra. El tercer velasquismo (1952-1956), que fue el único que
el caudillo concluyó regularmente, desarrolló un plan de construcción vial y educativo, pero frustró
una vez más a sus electores porque no desarrolló reforma importante alguna. La administración de
Camilo Ponce (1956-1960), pese a que fue producto de un triunfo de la derecha tradicional, no pudo
ser la vuelta al siglo XIX, sino que constituyó más bien un gobierno de tono liberal. Afrontó la
agudización de los conflictos sociales y ejerció dura represión, especialmente con los amotinados de
Guayaquil en junio de 1959.

La cultura en medio siglo


El siglo XX en el Ecuador se inició con el auge de la polémica sobre el establecimiento del
Estado laico. Fueron sus protagonistas, por parte del liberalismo, además del propio Don Eloy,
Abelardo Moncayo, José Peralta, Roberto Andrade y Manuel J. Calle, entre otros. De otro lado, en
una postura distinta a la de los jerarcas más tradicionalistas, dominó la escena de la reacción católica
el arzobispo Federico González Suárez con sus discípulos, entre ellos Jacinto Jijón y Caamaño. En
Cuenca, la gran figura de la tendencia fue el ensayista y poeta Remigio Crespo Toral. El debate sobre
el laicismo se extendió toda la mitad del siglo XX y en él se comprometieron las figuras más
destacadas del pensamiento ecuatoriano, transformándose en el eje de la contienda política. La
educación pública laica creció y ganó prestigio. Muchas mujeres se destacaron en el magisterio, entre
ellas, María Angélica Idrobo.
También a inicios del siglo quedó atrás el apogeo del romanticismo y dio paso a tendencias
realistas, que en la novela tuvieron su exponente en Luis A. Martínez, autor liberal de A la Costa. El
modernismo tuvo sus más importantes representantes en los poetas de la Generación decapitada. En
la segunda década del siglo, se dieron atisbos de un pensamiento científico que se desarrolló bajo el
influjo positivista. Se destacaron Belisario Quevedo, Alfredo Espinosa Tamayo y Julio Endara. En
los años veinte se inició el florecimiento del pensamiento indigenista, cuyo principal representante
fue Pío Jaramillo Alvarado. Tuvo también presencia el arielismo, cuyos máximos exponentes fueron
Gonzalo Zaldumbide y José María Velasco Ibarra.
El socialismo tuvo un enorme impacto en el pensamiento y la cultura desde los años veinte. Bajo
su influencia se dieron numerosos ensayos en el campo de la sociología y la pedagogía. Y también
generó una corriente literaria de gran aliento, cuyos más importantes exponentes fueron los integran-
tes de la Generación del treinta. Sus figuras más destacadas fueron Fernando Chaves, Jorge Icaza,
José de la Cuadra, Pablo Palacio, entre otros. En la poesía descollaron Jorge Carrera Andrade y César
Dávila Andrade. En el ensayo se destacó Leopoldo Benites Vinueza.
Entre los cuarenta y los sesenta se dio un gran auge artístico, que en la plástica tuvo figuras como
Mideros, Kingman y Guayasamín. Todo este desarrollo, junto con el boom de la literatura, se
consolidó con la creación de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (1944) fundada por Benjamín Carrión,
ensayista, crítico, biógrafo, narrador y gran suscitador. El principal impulso del pensamiento y el arte
siguió viniendo de sectores de izquierda, que hallaron ese espacio de contestación y de protesta. Pero
también en el campo conservador católico se desarrolló un pensamiento, cuyos principales
representantes fueron Aurelio Espinosa Pólit y Julio Tobar Donoso. Aunque en la mayoría de las
disciplinas científicas el predomino fue más bien laico y progresista, algunas como la historiografía
estuvieron dominadas por la derecha clerical.
En la primera mitad del siglo XX también la sociedad y la vida cotidiana experimentaron
sensibles transformaciones. Ciertos elementos de modernidad permearon las rígidas normas
tradicionales. El cine, las vistas como se lo llamó al principio, se popularizó muy pronto. Los
automotores fueron llegando a las ciudades. Los teléfonos eran utilizados cada vez por más gente. En
los cambios, tuvieron mucha influencia los medios de comunicación. Los periódicos regularizaron su
publicación y desde las primeras décadas circularon diarios en varias ciudades del país. Hasta
mediados de siglo, ya la radiodifusión cubría las urbes. Por estas vías la influencia cultural foránea y
la dependencia adquirieron nuevas dimensiones.

TERCER PERÍODO
PROYECTO NACIONAL
DE LA DIVERSIDAD
Ascenso del reformismo
La crisis de la exportación bananera precipitó el descalabro de la estabilidad constitucional, pero
abrió también paso a un conflictivo proceso de modernización y cambios de corte reformista. Desde
los años sesenta hasta el fin de los setenta o inicios de los ochenta, se dieron profundas
transformaciones de la sociedad ecuatoriana. No se trataba solamente de un cambio en el producto
básico de exportación (banano por petróleo), sino de un agotamiento del modelo agroexportador y del
surgimiento e inicial consolidación de un nuevo modelo de dominación. Un esfuerzo de
modernización y racionalización de la estructura, acompañado de los consiguientes conflictos y
tensiones sociales, fue la forma concreta que asumió este proceso en el que se produjeron
significativas variaciones en la ubicación de los grupos sociales, al mismo tiempo que se definían
cambios en las relaciones dependientes del Ecuador. La situación internacional en su conjunto,
particularmente la de la metrópoli norteamericana, sobredeterminaron la acelerada transformación de
la realidad del Ecuador.
Desde los años sesenta fue ganando impulso la integración latinoamericana. Su primer intento
fallido fue la ALALC. En 1969, con la presencia de Ecuador, se fundó el “Pacto Andino”, que con
logros y dificultades avanzó hasta fin del siglo y cambió de nombre y estructura en la Comunidad
Andina, CAN.
El cambio gestado en el agro, junto a un proceso de desarrollo industrial y el robustecimiento del
capital financiero, marcaron la tónica del período. Un nuevo cuadro de ubicaciones, contradicciones y
alianzas de los sectores sociales se iba configurando. Y en el plano más estrictamente político se dio
una expansión sin precedentes del ámbito del Estado junto con el resquebrajamiento de los
tradicionales frentes y organizaciones políticas. Las Fuerzas Armadas, a tono con el proceso de
modernización y complejización del Estado, fueron desarrollando cierto espacio de autonomía en su
acción política, que se expresó en sus dictaduras.
A inicios de los años sesenta, la protesta social se intensificó bajo condiciones de influencia
internacional del triunfo de la Revolución Cubana y el ascenso de la lucha antiimperialista
continental. Pero aunque el sentimiento pro-izquierdista se difundió mucho, las organizaciones de
izquierda sufrieron quiebras internas. El Partido Socialista y el Partido Comunista se dividieron en
varias alas. Las fuerzas tradicionales, conservadurismo y liberalismo, empezaron, por su parte, a
sufrir cuarteamientos. De este modo, dentro del aparato del Estado y en la escena política surgieron
tendencias reformistas y modernizantes, que se consolidarían en los años setenta.
Pero las modificaciones no se circunscribieron al Estado y a la escena política. Los años sesenta
estuvieron marcados por el inicio de transformaciones de la sociedad toda. La creciente urbanización;
la difusión de medios de comunicación, entre ellos la radio hasta en alejados sectores rurales, y la
televisión; el crecimiento significativo de la educación, son ejemplo de esto. Pero quizá el aspecto
más visible fue el profundo cambio de la Iglesia católica, que fue abandonando su actitud apologética
antiliberal y enfatizando en cuestiones sociales. Fue así como surgió una corriente de cristianos
renovados y comprometidos con la lucha de los pobres, cuya máxima figura es monseñor Leonidas
Proaño, quien tuvo que enfrentar la persecución de las dictaduras e inclusive de la propia jerarquía
eclesiástica.

De la crisis al auge (1960-1979)


En las elecciones de 1960 Velasco Ibarra explotó el sentimiento antiimperialista y los deseos de
cambio y logró un caudaloso triunfo, pero no pudo sostenerse en el poder. Fue depuesto en 1961 y le
sucedió constitucionalmente el Vicepresidente. El gobierno de Carlos Julio Arosemena (1961-1963)
afrontó conflictos surgidos del intento por sofocar y aislar la campaña norteamericana anticomunista,
histérica y virulenta, en la que el clero fue instrumento de las agencias de seguridad norteamericana.
Al cabo de varios meses de tensión, los jefes militares depusieron al Presidente, inaugurando una
nueva dictadura.
La Junta Militar de Gobierno (1963-1966) enmarcó su acción dentro de la tónica general impuesta
por la influencia norteamericana en el subcontinente. Fue, por una parte, ferozmente anticomunista,
como reacción al “peligro cubano”; por otra parte, buscó una modernización que readecuara al país, y
especialmente sus sectores más tradicionales, a las nuevas condiciones del desarrollo capitalista. La
Ley de Reforma Agraria, destinada a cambiar las relaciones precapitalistas en el agro, el crecimiento
enorme de una tecnoburocracia pretendidamente apolítica, pero derechista pese a su estilo
modernizante, son quizá los hechos fundamentales de un gobierno que, pese a todo, no logró ser sino
parcialmente reformista. En efecto, cuando intentó una reforma de los impuestos al comercio
exterior, la oligarquía afectada orquestó la reacción de varios sectores sociales que terminó por echar
abajo a los coroneles.
Fruto de un acuerdo de notables fue el interinazgo de Clemente Yerovi, que duró justamente lo
necesario para organizar una nueva Asamblea Constituyente. Reunida en 1966, eligió presidente
interino a Otto Arosemena Gómez, cuyo gobierno representó una alianza de la vieja derecha con
grupos de la oligarquía de vertiente más moderna, vinculados al comercio y la banca. En 1968 volvió
Velasco al poder, pero su triunfo estrecho fue síntoma de que su momento estaba ya pasando. La
crisis económica y fiscal y la consecuente agitación fueron los detonantes de una nueva dictadura en
que se embarcó el anciano caudillo en 1970. Pese a sus renovados esfuerzos por
“reconstitucionalizar” al país, cayó en 1972, casi al fin del período, por acción de los militares que
habían sostenido su régimen de facto.
El Gobierno Nacionalista y Revolucionario de las Fuerzas Armadas, presidido por el general
Guillermo Rodríguez Lara, comenzó en 1972, justo en el momento en que se abría la mayor
expansión económica que registra la historia nacional. La exportación petrolera se inició en una
coyuntura internacional de elevación sostenida de los precios de los hidrocarburos. Eso dio al
gobierno recursos que nunca antes había manejado, y que fueron dedicados, a veces en forma
superflua o mal planificada, al robustecimiento y modernización del Estado y el aparato productivo.
El gobierno tuvo iniciativas progresistas, especialmente en su política internacional, puesto que
defendió la soberanía del país sobre sus recursos naturales. El Ecuador ingresó a la Organización de
Países Exportadores de Petróleo (OPEP) e impulsó el control estatal de la explotación y
comercialización petrolera.
En 1976, Rodríguez Lara fue sustituido por un Consejo Supremo de Gobierno que continuó el
régimen militar, limitando sus políticas progresistas y llevando adelante actos de represión de los
trabajadores, como el que devino en la masacre de los obreros del ingenio AZTRA en 1977. Al
mismo tiempo, el gobierno contrajo agresivamente deudas externas que gravitarían en la economía
nacional en años subsiguientes. El Consejo Supremo estableció un “Plan de Reestructuración
Jurídica” para volver al régimen legal, mediante el sometimiento de dos proyectos de Constitución a
referéndum, uno de los cuales fue adaptado para entrar en vigencia desde 1979. En las elecciones de
1978 y 1979 triunfó sorpresivamente el binomio Jaime Roldós-Osvaldo Hurtado, de la alianza CFP-
Democracia Popular.
Al cabo de una década de dictadura, se podían observar cambios significativos en varios aspectos
de la vida del Ecuador. La modernización se había acelerado y el capitalismo había penetrado
profundamente en toda la estructura socioeconómica, acentuando la dependencia internacional del
país. Con el crecimiento poblacional el mayor número de habitantes pasó a ser mayoritariamente
urbano, y la Costa sobrepasó a la Sierra como región más poblada. La urbanización acelerada había
generado grandes grupos de pobladores que se consolidaban como actores de la vida social
ecuatoriana. El reagrupamiento de los grupos dominantes y la fuerza de la burguesía industrial y
financiera, tenían como contrapartida un proceso de unificación de las centrales de trabajadores del
país que convergieron en los setenta en el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), activo promotor
de la movilización y la protesta.
También las organizaciones políticas cambiaron. El eje definitorio de derecha-izquierda
tradicional, se desplazó de la disputa sobre la confesionalidad del Estado, a los límites de acción de
éste sobre la economía. Los viejos partidos entraron en crisis que precipitó su división y el
surgimiento de nuevas fuerzas reformistas como Democracia Popular (DP) e Izquierda Democrática
(ID), que ocuparon el centro político y crecieron significativamente, en tanto que la derecha
experimentó un reflujo, el populismo crecía, pero se dividía al mismo tiempo; la izquierda
revolucionaria pugnaba por reformular sus antiguos discursos y ganaba presencia en la escena
electoral, abriéndose a grupos de cristianos comprometidos en la lucha por la liberación. Se perfilaba
un nuevo escenario político.
Luego de dos décadas de ascenso del reformismo, que robusteció la presencia del Estado en la
economía, a inicios de los ochenta se patentizó su agotamiento, y se inició el predominio de posturas
de corte privatista que se propusieron reducir el Estado y aplicar duras medidas de ajuste que
intentaron, sin éxito por cierto, superar la recesión de largo plazo, que acompañó al país hasta el final
del siglo. Frente a esto se levantó un vigoroso movimiento de los pueblos indígenas, que en los
noventa, además de reivindicar sus derechos colectivos, articuló la resistencia al neoliberalismo. Des-
de esos años, decenas de miles de ecuatorianos y ecuatorianas que buscaban trabajo emigraron del
país a Norteamérica o a varios países de Europa. Los migrantes se convirtieron en actores
fundamentales de la vida, especialmente de la economía del Ecuador.

Del auge a la crisis (1979-2000)

Jaime Roldós inició en 1979 un gobierno de iniciativas progresistas, la fuerza del cambio a nivel
interno y una imagen internacional de autonomía. Surgieron, sin embargo, dificultades desde el
principio. El equipo de gobierno era muy heterogéneo y sus iniciativas reformistas desorganizadas; el
Presidente se enfrentó a su partido, CFP, cuyo jefe, Asaad Bucaram, intentaba dirigir el país, y
Roldós se quedó sin la mayoría parlamentaria. El Plan de Desarrollo no pudo ser aplicado. Todo esto
se complicó con un incidente fronterizo con el Perú a inicios de 1981. El Presidente logró un gran
consenso nacional para enfrentar la situación, pero tuvo que hacer concesiones en su línea progresista
internacional y se vio obligado a tomar medidas económicas que inflaron el Presupuesto del Estado y
golpearon fuertemente los ingresos de los ecuatorianos.
El 24 de mayo de 1981 murió Jaime Roldós en un accidente aéreo junto a su esposa y comitiva.
Le sucedió el vicepresidente Osvaldo Hurtado, que dio mayor organización, coherencia y
homogeneidad al gobierno, con un moderado reformismo, cada vez más limitado por la manera en
que enfrentó la crisis económica. En 1982 las exportaciones bajaron y se elevó el gasto público. Se
produjo una nueva recesión, agudizada por varios desastres naturales. El gobierno mantuvo ciertos
programas de desarrollo como la electrificación y la alfabetización, pero enfrentó la crisis tomando
medidas que afectaban duramente los ingresos de la mayoría, cediendo a presiones de las élites y del
Fondo Monetario Internacional (FMI). Realizó la sucretización, un arreglo de la deuda externa de
resultados desastrosos. La protesta social liderada por el FUT hizo tambalear al régimen, pero logró
mantenerse, sin cambiar sus políticas.
La oposición de derecha, agrupada en el Frente de Reconstrucción Nacional, ganó la elección de
1984 con su candidato León Febres Cordero, que en su gobierno aplicó medidas de corte neoliberal
que incrementaron el poder de banqueros y exportadores, y reactivaron a los productores para la
exportación. Una indiscriminada apertura al capital extranjero no tuvo eco, pero agudizó la
especulación, alentada también con una extensión de la sucretización. Los “precios reales”
provocaron elevaciones del costo de la vida, superiores a los incrementos de ingresos. En marzo de
1987 un terremoto dañó el oleoducto y suspendió por seis meses la exportación petrolera. Febres
Cordero enfrentó a las demás funciones del Estado y a la oposición, que denunció numerosos hechos
de corrupción gubernamental y violaciones a los derechos humanos. A base de actos de fuerza que
muchas veces violaron la Constitución, el gobierno logró reprimir las protestas, pero no pudo parar
una revuelta castrense encabezada por el general Frank Vargas. El gobierno perdió la elección
parlamentaria de 1986, pero no varió su política económica.
En las elecciones de 1988 triunfó Rodrigo Borja, candidato de Izquierda Democrática, que llegó a
dominar Ejecutivo, Congreso, Corte Suprema y organismos de control, pero no realizó los cambios
socioeconómicos ofrecidos. El gobierno mantuvo las políticas de ajuste “gradualistas”. La deuda
externa se incrementó y se dieron grandes alzas del costo de la vida. El gobierno logró romper el
aislamiento internacional del país, anunció garantías para las libertades de expresión y los derechos
humanos, y realizó programas como la alfabetización y una reforma fiscal. Desde 1990 el gobierno
enfrentó la revitalizada oposición política y la protesta de trabajadores e indígenas. Estos últimos
materializaron un levantamiento en 1990. El gobierno entregó tierras a indígenas de la Amazonía,
pero virtualmente paralizó la Reforma Agraria en la Sierra y la Costa. Efectuó una activa campaña
antiobrera y enfrentó escándalos por acusaciones de corrupción. Borja dio prioridad a la búsqueda de
un acuerdo en el diferendo territorial con Perú, cuyo presidente visitó Ecuador. Esta postura se
mantuvo en los años siguientes como política de Estado.
En la elección de 1992, la derecha se presentó dividida, pero triunfó Sixto Durán Ballén, cuyo
gobierno se basó en un plan de modernización, “reducción del Estado”, y aplicación de políticas de
ajuste que eliminaron los subsidios y elevaron precios, entre ellos el de los combustibles, a niveles
internacionales. El gobierno logró reducir en varios miles los servidores públicos, mantener una
política monetaria estable, bajar la inflación e impulsar varias privatizaciones. Se empeñó en una
renegociación de la deuda externa y realizó varias obras públicas. Pero su política económica tuvo
altos costos sociales, que provocaron nuevas caídas del nivel de vida, descontento generalizado y
negativa a las privatizaciones en una consulta popular. Para varias medidas recibió apoyo del PSC,
pero éste enfrentó al vicepresidente de la República, Alberto Dahik y planteó su destitución. Esto
provocó su renuncia y abandono del país.
En enero de 1995 el Perú atacó destacamentos ecuatorianos en la cabecera del río Cenepa, en la
Amazonía. La comunidad nacional reaccionó con unidad y madurez. El presidente Durán Ballén tuvo
una actitud firme pero abierta a un arreglo pacífico, con el reconocimiento de la vigencia del
Protocolo de Río de Janeiro. Luego de varias semanas de enfrentamientos, en los que las Fuerzas
Armadas defendieron exitosamente el territorio, se suscribió un acuerdo de paz y comenzó un
proceso de arreglo definitivo.
En la elección de 1996 triunfó el candidato populista Abdalá Bucaram Ortiz (PRE), contra el
favorito Jaime Nebot (PSC). Bucaram agudizó los conflictos regionales, exageró su estilo informal y
arbitrario; se enfrentó a sectores empresariales, laborales, indígenas y grupos medios que, acusándolo
de numerosos actos de corrupción, realizaron una protesta en febrero de 1997, que lo separó del
poder. El Congreso nombró presidente interino a Fabián Alarcón Rivera quien, ratificado por una
consulta popular, dirigió el país hasta agosto de 1998, en medio de circunstancias difíciles, como una
aguda crisis fiscal provocada por el descenso de los ingresos petroleros; acusaciones de corrupción
que determinaron la salida del Ministro de Gobierno, y la negociación del diferendo con el Perú que
logró importantes avances.
En 1997 se convocó a una Asamblea Nacional que hizo una reforma integral de la Constitución de
1978. Con mayoría de derecha, la Asamblea consagró una tendencia de corte privatista a la relación
Estado-economía y limitó la representación política. De otro lado, recogió las demandas de
reconocimiento de la diversidad del país, de los derechos indígenas, de las mujeres, niños y otros
sectores sociales; amplió la ciudadanía a todos los ecuatorianos; reformó el Congreso, la educación y
el régimen seccional, entre otros puntos. La Constitución entró en vigencia el 10 de agosto de 1998,
día en que se posesionó el nuevo presidente Jamil Mahuad (DP).
Mahuad cerró un arreglo de paz con el Perú en 1998, que ratificó la frontera establecida en 1942 y
sentó bases para el comercio, la navegación y la integración fronteriza. Este fue un paso histórico
positivo. Pero se agudizó la crisis económica. El gobierno tomó medidas de ajuste, dejó crecer los
conflictos y sacrificó a la mayoría nacional para proteger los intereses de los banqueros que
financiaron su campaña. En marzo de 1999 decretó un feriado bancario y una congelación de
depósitos, afectando a cientos de miles de personas. Entregó sin beneficio para Ecuador, renunciando
a la soberanía nacional, la base de Manta a fuerzas norteamericanas. Frente al descontrol económico
y una inflación que llegó a más de 20.000 sucres por dólar, para evitar su caída, por presión de
poderosos intereses decretó la “dolarización” de la economía nacional, sin estudios técnicos ni
preparación. Se levantó una vigorosa reacción nacional. El Presidente intentó la dictadura, pero los
mandos militares también tenían planes dictatoriales. Con el apoyo de una movilización indígena y
oficiales medios, depusieron a Mahuad el 21 de enero de 2000. Se proclamó una “junta” y después un
triunvirato, que duró unas horas. Luego se posesionó del mando el vicepresidente Gustavo Noboa
Bejarano.

Los últimos años

Noboa propuso una política de apaciguamiento. Mantuvo la dolarización, se esforzó por bajar la
inflación y realizó varias reformas presupuestarias y fiscales restrictivas, planteadas por el FMI, que
requirieron del apoyo de la derecha en el Congreso, donde el gobierno no tuvo mayoría. Promovió,
no sin fuertes cuestionamientos, varias negociaciones petroleras y la construcción del Oleoducto de
Crudos Pesados (OCP).
En 2002 ganó las elecciones el coronel Lucio Gutiérrez, líder del golpe de enero de 2000, con
apoyo de su propio partido (PSP), Pachakutik y MPD. Desde su inicio, el gobierno se identificó con
las políticas norteamericanas de Bush y apoyó al “Plan Colombia” del gobierno del vecino país. En
pocos meses se alió al Partido Social Cristiano. El MPD y Pachakutik salieron del gobierno. En una
favorable coyuntura económica por la elevación de los ingresos públicos, Gutiérrez aplicó políticas
clientelares y promovió la división popular e indígena. A fines de 2004, aliado al PRE y al PRIAN de
su adversario Álvaro Noboa, enfrentó a Febres Cordero y el PSC, cuyo predominio en el Congreso,
Corte Suprema y otros organismos fue desmantelado mediante cuestionadas decisiones de una
mayoría parlamentaria. Al inicio de 2005 Gutiérrez enfrentó creciente oposición. Un alzamiento
masivo de Quito empujó a las Fuerzas Armadas a desconocer al gobierno y al Congreso a destituir al
Presidente, reemplazado el 20 de abril por el vicepresidente Alfredo Palacio.
Con apoyo parlamentario precario y escasa base popular, Palacio llevó adelante un gobierno
débil, que no pudo cumplir sus ofertas de reforma política y de “refundar el país”. Pero realizó
algunas reformas petroleras que reivindicaron para el Ecuador el control de sus recursos naturales. Su
política exterior fue digna y su postura frente al conflicto colombiano fue firme, pero no logró detener
las intromisiones en la frontera.
En la elección del 26 de noviembre de 2006 triunfó Rafael Correa, un candidato que prometió
combatir el neoliberalismo y reformas radicales. Su gobierno se inició en medio de grandes
expectativas, en enero de 2007. De inmediato presionó por la convocatoria a una consulta popular
que resolvió la convocatoria a una Asamblea Constituyente, la que declaró en receso al Congreso
Nacional.
El gobierno logró una amplia mayoría en la elección de la Asamblea Nacional Constituyente que
se reunió en Montecristi y emitió una nueva Constitución, aprobada mediante consulta popular en
2008. En sus primeros años de administración Rafael Correa ha impulsado varias reformas de corte
progresista, ha ampliado el sector público y ha enfrentado a varios sectores del poder tradicional.
Desde fines de 2008, ha enfrentado una reducción de ingresos públicos por la baja de precios
petroleros. El país ha sido sacudido por una crisis económica mundial.

Conciencia de la crisis
Desde los años sesenta, la cultura ecuatoriana experimentó una aceleración en su desarrollo, que
se dio en medio del tránsito de una crisis económica inicial al gran auge de los setenta, y de ahí a una
nueva y aún más profunda crisis que se proyectó a los inicios del nuevo siglo.
En medio de la elevación del clima contestatario de los años sesenta, alimentado por la influencia
del triunfo cubano, se fue gestando una ruptura con las formas culturales tradicionales. El
debilitamiento de las organizaciones de izquierda, dentro de la escena política nacional, en una
coyuntura en la que el marxismo y el socialismo estaban en ascenso, las confinó en su accionar casi
exclusivamente a los sindicatos, a la universidad y otras instituciones de cultura. El arte militante fue
una característica de esos años. Se desarrolló la literatura, especialmente el relato, y la plástica. La
música popular y de protesta, así como la influencia del rock, canalizaron las expresiones
contestatarias.
En los setenta, y bajo sucesivas dictaduras, la ausencia de participación electoral reforzó el
aislamiento del movimiento artístico de la escena política nacional. Pero una inédita cantidad de
recursos económicos generados por el boom petrolero se canalizaron desde el Estado al mecenazgo
artístico-cultural y a la educación. Pero, si bien eso evitó rupturas espectaculares, alimentó el
desarrollo artístico de línea crítica y el crecimiento de las instituciones educativas, especialmente la
Universidad, que se planteó una nueva reforma, cuyo mentalizador fue Manuel Agustín Aguirre.
En los años setenta y ochenta, las formas más desarrolladas de la conciencia fueron las ciencias
sociales. El pensamiento económico tuvo exponentes como el propio Aguirre y Germánico Salgado,
en tanto que la sociología llegó a su madurez con el trabajo de ensayistas y pensadores de izquierda
como Agustín Cueva. También en el campo del análisis socioeconómico se destacaron Fernando
Velasco Abad, visionario mentalizador de la renovación socialista, y Osvaldo Hurtado, dirigente
político e ideólogo del ascenso reformista. En la antropología se dieron significativos avances, y en la
investigación histórica surgió una tendencia crítico-progresista que tuvo su mayor expresión en la
Nueva Historia del Ecuador. La filosofía y la historia de las ideas tuvieron impulso con trabajos
decisivos de Hernán Malo y Arturo Andrés Roig.
En medio de un vigoroso despertar de los pueblos indígenas, avanzó la conciencia de la
diversidad de la sociedad ecuatoriana y la necesidad de preservar los valores de todos sus
componentes mestizos, indígenas y afroecuatorianos. Se abrió paso un nuevo proyecto nacional de la
diversidad, que avanzará junto con el gran esfuerzo de forjar una sociedad intercultural.
Las manifestaciones de cultura popular cobraron fuerza, aunque la masificación de los medios de
comunicación, especialmente de la televisión fuertemente influenciada por contenidos exógenos,
representa una presión muy fuerte de desnacionalización y dispersión cultural. Las mujeres, al cabo
de varias décadas de reclamo por mayor participación, han encontrado ciertos espacios en la
producción cultural. Su contribución al sistema educativo es mayoritaria. A inicios del siglo XXI, la
cultura ecuatoriana rica, compleja y diversa, ha expresado en muchos sentidos la aguda recesión, que
han determinado la reciente historia nacional.

CONCLUSIÓN
A inicios del siglo XXI, el Ecuador enfrenta nuevas realidades y desafíos. Ha sobrepasado los
doce millones y medio de habitantes. La mayoría de ellos viven en la Costa, aunque la Sierra
conserva una alta proporción. La Amazonía y Galápagos tienen una población mucho menor, pero a
estas alturas su territorio está saturado. El Ecuador es el país de Sudamérica con más alta tasa de
crecimiento poblacional. Las ciudades se han ampliado en forma significativa en las últimas décadas.
Guayaquil sobrepasa los dos millones y Quito el millón y medio. Con el desarrollo de otras ciudades,
y desde hace tiempo, la mayoría de la población del país es urbana. Todo ello ha profundizado varios
problemas y ha generado otros nuevos, al mismo tiempo que ha cambiado ciertos caracteres de la
lucha social y la identidad cultural. Pero serios problemas persisten en el agro, empobrecido y
crónicamente descuidado.
La crisis económica que se manifestó a inicios de los ochenta se ha mantenido persistente. Los
ingresos por la exportación petrolera ha sido por décadas el principal sostén del Estado, pero a veces
sufren bajas y el consumo interno es cada vez más elevado. Los recursos generados por la
exportación de productos tradicionales y otros nuevos han dinamizado ciertos sectores. En medio de
la crisis se ha tratado de volver a una economía basada en las exportaciones de productos primarios.
Pero los rasgos estructurales persisten. La deuda externa ha aumentado de quinientos millones de
dólares en 1975 a nueve mil millones en 1986, bordeando dieciocho mil millones en 2007.
Para enfrentar la crisis, sucesivos gobiernos han aplicado políticas de ajuste de corte neoliberal
que han promovido privatizaciones de empresas públicas y varios aspectos de modernización de la
estructura del Estado. Esto ha traído, como en muchos otros países, la profundización de las
desigualdades y grandes sufrimientos para las mayorías. Como ahora los propios sustentadores del
neoliberalismo lo admiten, el modelo concentrador ha ido acrecentando la polarización entre sectores
cada vez más amplios de la sociedad, cuyas condiciones de vida se deterioran, frente a grupos
reducidos vinculados al capital monopólico. Los pobladores de los cinturones de miseria elevan el
nivel de sus demandas, los campesinos piden tierra y trabajo, los grupos medios ven cada vez más
reducidos sus ingresos y son lanzados hacia abajo en la escala social. La crisis económica ha llevado
a su auge la migración de grandes grupos de ecuatorianos y ecuatorianas a Norteamérica y Europa.
Esto ha traído consigo el abandono del campo y de varias actividades tradicionales; y la separación
de las familias, angustias y tensiones. Pero los migrantes han logrado establecer una nueva visión del
mundo en nuestro pueblo, y las “remesas” en dinero que envían han mantenido en buena parte la
economía.
Al filo del milenio, la sociedad ecuatoriana ha sufrido transformaciones. La gran mayoría del
pueblo empobrecido ha mantenido su exigencia de cambios. La lucha de los pueblos indígenas y las
demandas de los negros por su reconocimiento dentro de un Ecuador único pero diverso, ha
promovido el cambio de las concepciones de la nación mestiza uniforme. Durante toda la historia, el
hecho regional ha sido determinante en la vida del Ecuador. Un proceso de larga duración ha
desembocado en la actual estructura regionalizada del país. Esta es un valor de nuestra identidad y no
debe ser vista desde los prejuicios sino desde el valor y la riqueza de la diversidad. Las viejas
demandas regionales han adquirido nuevas facetas y nuevo vigor, planteando como cuestión
pendiente la descentralización y las autonomías. Los sectores medios mestizos –la gran mayoría de la
población nacional– golpeados por la crisis, cuestionan su identidad. Los movimientos de
reivindicación de la mujer han ganado importante espacio en el escenario nacional y han aportado
nuevas perspectivas. Los grupos ecologistas, como otros que emergen de la sociedad civil, están
presentes en el escenario social y político del Ecuador.
Luego de algunos años de reflujo, las organizaciones de trabajadores han comenzado a retomar su
protagonismo social. También las de pobladores urbanos y de campesinos mestizos o montuvios se
están revitalizando. Por otro lado, en los sectores representativos de los empresarios hay también
actitudes nuevas, que buscan la concertación social.
La acelerada urbanización, el ascenso de la lucha social, las iniciativas de modernización que se
extienden a la sociedad toda, la ampliación de la influencia de los medios de comunicación, en suma,
el hecho de que somos protagonistas de grandes cambios, nos hace pensar que estamos transitando a
una sociedad distinta en el marco de una gran transformación mundial. Todo ello ha traído consigo un
repensar filosófico y cultural que está en marcha. También nos ha hecho reflexionar que la
“globalización” no es una realidad neutra con resultados únicos. Es un fenómeno en el que se
ensancha el intercambio, la comunicación y el acceso al conocimiento, pero también se acentúan las
desigualdades y peligran las identidades. Como es un hecho dado, debemos tratar de evitar sus
desventajas y aprovechar sus oportunidades.
Hace apenas una década, se nos insistía que las fuerzas populares y de izquierda, afectadas por el
derrumbe de la URSS, ya eran cosa del pasado, que el neoliberalismo era una necesidad permanente e
inevitable. En la primera década del siglo XXI, el descalabro de las experiencias neoliberales es
evidente y en toda América Latina hay una revitalización de las fuerzas progresistas y el socialismo.
En ese marco internacional también en nuestro país se ha levantado esa alternativa, aunque el
progresismo tiene que enfrentar a la derecha y a sectores populistas. Paralelamente, con las nuevas
realidades nacionales, del mundo y del continente, se va a ir forjando una renovada identidad
ecuatoriana, que emergerá de las raíces del pasado y de los desafíos del futuro. Uno de sus elementos
fundamentales debe ser la búsqueda de la integración andina, sudamericana y latinoamericana,
cumpliendo nuestra vocación histórica definida por el Libertador Simón Bolívar.
En las últimas décadas se ha consolidado el régimen constitucional. Las instituciones se han
robustecido y se ha definido un sistema político con mayor tolerancia y derechos personales y
colectivos que cubren, al menos en su enunciado, a toda la comunidad. En general, en la sociedad se
han ido desarrollando tendencias democráticas y participativas que esperamos resultarán cada vez
más difíciles de ser dominadas. Pero el sistema político sigue siendo cuestionado no solo porque no
ha cambiado la desigualdad económica y social, sino también por su escasa representatividad. Por
ello es prioritario ampliar la representación de la sociedad en la política, una radical modernización
del Estado y un esfuerzo real de replanteo de su papel tradicional. En medio del proyecto nacional de
la diversidad debemos avanzar en el respeto a las identidades, al mismo tiempo que desarrollamos la
interculturalidad.
La constatación de nuestra realidad actual puede provocar pesimismo o desencanto de nuestras
posibilidades hacia el futuro. Pero no cabe duda de que hay entre nosotros energías positivas. El
acuerdo de paz con el Perú y la integración andina y sudamericana abren grandes posibilidades.
Ciertamente, la compleja situación que vivimos es al mismo tiempo una motivación para que la
superemos. Al fin y al cabo, más de diez mil años de vida de nuestra gente en nuestra tierra andina
son muestra de una capacidad ingente de enfrentar las contradicciones y superarlas. Esto nos enseña
la Historia del Ecuador.
ANEXOS
BREVE CRONOLOGÍA

Época Aborigen
12000 a.C.* Primeros rastros del poblamiento en Andinoamérica Ecuatorial (actual territorio ecuatoriano).
12000-3900 a.C.* Sociedades de cazadores y recolectores.
3900-1900 a.C.* Sociedades agrícolas incipientes.
3000 a.C.* Evidencias de poblados agrícolas (Valdivia).
1300-550 a.C.* Sociedades agrícolas superiores.
550 a.C-1470 d.C.* Sociedades agrícolas supracomunales.
500 d.C.* En medio de un proceso que los arqueólogos denominan “integración” se formaron los “señoríos
étnicos”, incipientes formas de organización estatal.
1470* Túpac-Yupanqui inicia la expansión inca a los Andes del norte (ocupa el Señorío Cañari).
1487* Huayna-Cápac inicia la conquista de los señoríos del norte (Caranqui-Cochasquí), culminando la ocupación inca del
actual Ecuador.
1492 (12 de octubre) Llega Cristóbal Colón al continente americano.
1505 El primer embarque de esclavos negros llega al Caribe desde África.
1513 Vasco Núñez de Balboa llega al océano Pacífico.
1526 El español Bartolomé Ruiz toca costas del actual territorio ecuatoriano.
1528 Muere Huayna-Cápac. Se inicia un conflicto por la sucesión entre sus hijos Huáscar y Atahualpa.
1530 Luego de algunas derrotas, Atahualpa logra varios triunfos y toma el Cuzco. Huáscar es apresado y muere asesinado.
1532 Los conquistadores españoles dirigidos por Pizarro penetran en el Tahuantinsuyo. En Cajamarca toman preso a
Atahualpa.
1533 (26 de julio). Los invasores españoles ejecutan a Atahualpa en Cajamarca.
1534 Los conquistadores, dirigidos por Almagro, invaden el norte del Tahuantinsuyo. Fundan Santiago de Quito cerca de la
actual Riobamba (15 de agosto). Rumiñahui organiza la resistencia y es vencido. Benalcázar ocupa Quito (6 de
diciembre).

Época Colonial
1535 (12 de marzo) Fundación de Portoviejo.
Fray Tomás de Berlanga llega a las islas Galápagos.
1538 (25 de julio) Fundación definitiva de Guayaquil.
1541 Gonzalo Pizarro y Francisco de Orellana dirigen una expedición al Oriente.
1542 (12 de febrero) Orellana y su expedición llegan al río Marañón o Amazonas.
Se emiten las “leyes nuevas” con límites al sistema de encomienda, que provoca la revuelta de los encomenderos.
1546 Fundación de Loja.
Gonzalo Pizarro vence en la batalla de Iñaquito al virrey Núñez de Vela.
1548 Pedro de la Gasca vence en Jaquijahuana a Gonzalo Pizarro, que es ejecutado el mismo año.
1550 Posesión del primer obispo de Quito, García Díaz Arias.
Fundación de Zamora y Zaruma.
1557 (12 de abril) Fundación de Cuenca.
1563 Creación de la Real Audiencia de Quito. Hernando de Santillán, primer presidente.
1575 El asiento de Riobamba se erige en pueblo.
1577 El virrey Toledo realiza importantes reformas en la administración colonial.
1578 Sublevación de los quijos.
1586 Los agustinos fundan la primera universidad quiteña de San Fulgencio.
Los jesuitas fundan el Colegio de San Luis, que luego es elevado a seminario (1594).
1592 Rebelión de las Alcabalas en Quito.
1606 (28 de septiembre) Fundación de Ibarra.
1622 Se abre en Quito la Universidad de San Gregorio dirigida por los jesuitas.
1624 Piratas holandeses asaltan y queman Guayaquil.
1631 Se prohíbe el comercio de Guayaquil con Acapulco en Nueva España (México).
1638 Se establece el colegio de los jesuitas en Cuenca.
Se funda la misión de Maynas en la Amazonía.
1640 Un terremoto se produce cerca de Riobamba.
1645 Muere Mariana de Jesús Paredes y Flores, que sería declarada en 1950 la primera santa ecuatoriana.
1660 Erupciona el volcán Pichincha.
1662 Dos terremotos en Quito.
1687 Guayaquil soporta un asalto de corsarios franceses e ingleses.
1688 Los dominicos establecen la Universidad de Santo Tomás de Aquino.
1689 Se funda en Riobamba el colegio de la Compañía de Jesús.
1690 Piratas ingleses asaltan Guayaquil.
1698 Terremotos en Ambato, Riobamba y Latacunga.
1717 Se suprime la Real Audiencia de Quito. Su territorio pasa a depender de la Audiencia del Virreinato de Santa Fe de
Bogotá.
1720 Se restablece la Audiencia de Quito, dependiente del Virreinato del Perú.
1731 Incendio de Guayaquil.
1735 Se autoriza a Pedro Vicente Maldonado para la apertura del camino Quito-Esmeraldas.
1736 Llega a Quito la Misión Geodésica.
1739 La Audiencia de Quito se incorpora definitivamente al Virreinato de Santa Fe de Bogotá.
1754 Llega a la Audiencia la primera imprenta, que se instala en Ambato.
1764 Sublevación indígena en Riobamba; una de las que se produjeron en la segunda mitad del siglo XVIII.
Incendio de Guayaquil, el “Fuego Grande”.
1765 Se sublevan los barrios de Quito: “Rebelión de los Estancos”.
1767 El Rey de España dispone la expulsión de la Compañía de Jesús de la Península y sus dominios americanos. Uno de
los jesuitas expulsados, el riobambeño Juan de Velasco, escribió en el exilio su Historia del Reyno de Quito (1789).
1768 Fuerte erupción del Cotopaxi.
1774 Se autoriza el libre comercio de cacao de Guayaquil con Nueva España (este es un elemento del auge de la producción
cacaotera).
1775 Se desata la más fuerte epidemia de esos años.
1778 El visitador Juan Josef de Villalengua inicia el levantamiento de un censo de Quito.
1786 Terremoto en Riobamba.
Se erige el obispado de Cuenca.
1792 Aparece en Quito el primer periódico de la historia Primicias de la Cultura de Quito, editado por Eugenio de Santa
Cruz y Espejo.
1797 Terremoto en Latacunga, Ambato, Riobamba y Chimbo.
1808 En España se inicia la resistencia contra la invasión francesa.
Se descubre una conspiración de los notables quiteños contra el gobierno colonial.

La Independencia y Etapa Colombiana


1809 (10 de agosto) Los criollos deponen al gobierno español y constituyen la Junta Soberana presidida por Juan Pío
Montúfar, marqués de Selva Alegre.
1810 (2 de agosto) Rebelión popular en Quito y masacre de los protagonistas del 10 de agosto que estaban presos.
1811 Establecimiento de una nueva Junta Soberana.
1812 Se redacta la Primera Constitución de Quito independiente.
Es derrotado el gobierno autónomo de Quito y se restablece el gobierno español en la Audiencia.
1819 El Congreso de Angostura funda la República de Colombia, que junta a Venezuela y Nueva Granada. Elige presidente
a Simón Bolívar.
1820 (9 de octubre) Guayaquil proclama su independencia.
(3 de noviembre) Independencia de Cuenca.
1821 El Gobierno de Guayaquil pide apoyo a Colombia. Una fuerza expedicionaria llega al puerto al mando del general
Sucre.
1822 (24 de mayo) El ejército patriota dirigido por Sucre derrota a las fuerzas españolas en la Batalla de Pichincha. Quito se
anexa a la República de Colombia.
(26 de julio) Bolívar y San Martín se entrevistan en Guayaquil. Esta ciudad se anexa a Colombia.
1823 (17 de julio) El Libertador derrota en Ibarra a tropas realistas procedentes de Pasto, lideradas por Agustín Agualongo.
1824 Se dicta la Ley de División Territorial de Colombia.
1826 Se establece definitivamente la Universidad Central en Quito.
1828 Luego de aceptar la dictadura, Bolívar convoca a la Convención de Ocaña para restablecer el régimen jurídico.
(25 de septiembre) En Bogotá, un grupo de conspiradores intenta asesinar a Bolívar, que logra escapar con ayuda de
Manuela Sáenz.
Se inicia la guerra entre Colombia y Perú por diferendo limítrofe. La flota peruana bombardea Guayaquil.
1829 (27 de febrero) El ejército de Colombia dirigido por Sucre derrota a las fuerzas peruanas en Tarqui. Posteriormente se
firman los Tratados de Guayaquil.
1830 Se reúne el “Congreso Admirable”, para mantener la unidad de Colombia, pero fracasa.
Bolívar deja el mando de Colombia.

Época Republicana
1830 (13 de mayo) El Distrito del Sur se separa de Colombia para formar un Estado independiente.
(4 de junio) Es asesinado en Berruecos el mariscal Sucre.
(14 de agosto) Se instala la Primera Asamblea Constituyente que emite la primera Carta Fundamental y nombra
presidente al general Juan José Flores.
(17 de diciembre) Muere el Libertador Simón Bolívar.
1832 El Ecuador toma posesión de las islas Galápagos.
1833 Aparece el periódico de oposición El Quiteño Libre, algunos de cuyos redactores son asesinados.
1834 Se distribuye la deuda colombiana entre Venezuela, Colombia y Ecuador. Comienza la “Deuda inglesa”.
1835 Luego de una guerra civil, Flores entrega el poder a Vicente Rocafuerte, que gobierna hasta 1839.
1838 Jesús Rodríguez de la Bandera, marino guayaquileño, cruza el río Guayas en un sumergible de su invención.
1845 “Revolución marcista” en Guayaquil, que depone a Flores.
1851 El general José María Urvina, como jefe supremo, decreta la manumisión de los esclavos negros.
1856 Arreglo de la Deuda Externa. Se entregan concesiones de tierra como parte de pago.
1858 Perú inicia guerra con Ecuador, bloqueando las costas.
1859 Las fuerzas peruanas realizan acciones de guerra y desembarcan en Guayaquil. El gobierno colapsa y el país se
divide en cuatro gobiernos regionales.
1860 Una reacción encabezada por García Moreno triunfa en la guerra civil. Fin del conflicto militar con el Perú.
1862 Se suscribe el Concordato con el Vaticano.
1863 Guerra con Colombia: el ejército ecuatoriano es derrotado en Cuaspud.
1868 Un terremoto destruye la provincia de Imbabura.
Se funda el Banco del Ecuador.
1869 Golpe de Estado encabezado por Gabriel García Moreno, que ejerce el poder absoluto hasta 1875.
1871 Sublevación indígena liderada por Fernando Daquilema.
1875 (6 de agosto) García Moreno muere asesinado en Quito.
1877 Muere asesinado en Quito el arzobispo José Ignacio Checa y Barba.
1883 La “restauración” echa del poder al dictador Ignacio de Veintemilla. Se funda la Unión Republicana, primer
partido del Ecuador (Partido Conservador).
1884 Inauguración del telégrafo Guayaquil-Quito.
Se inicia la montonera liberal en la Costa.
1885 Se adopta el sucre como unidad monetaria del Ecuador.
1888 Comienza la publicación de la Historia General de la República del Ecuador, de Federico González Suárez.
1890 Se funda el Partido Liberal Nacional.
Cobra mayor fuerza el auge cacaotero. Ecuador llega a ser el primer exportador de cacao del mundo.
1895 (5 de junio) Con el golpe de Estado en Guayaquil se inicia la Revolución Liberal liderada por Eloy Alfaro.
1896 Gran incendio de Guayaquil.
1897 Se firma el contrato de construcción del Ferrocarril Guayaquil-Quito.
1898 Se adopta el patrón oro.
1900 Se agudiza el conflicto liberal-conservador por el establecimiento del Estado laico. Comienza el Registro Civil.
1902 Leyes de Matrimonio Civil y Divorcio.
1906 Triunfa una nueva revolución de Alfaro. Se expide la Constitución que consagra la reformas liberales y separa el
Estado y la Iglesia.
1908 Se inaugura el Ferrocarril Guayaquil-Quito.
Con la Ley de Beneficencia se nacionalizan varios bienes eclesiásticos.
1910 Conflicto con el Perú al no aceptarse el Laudo del Rey de España sobre límites.
1911 Alfaro es derrocado (11 de agosto). Muere el presidente Estrada y estalla una revolución radical (23 de
diciembre).
1912 (28 de enero) Eloy Alfaro y varios de sus tenientes son asesinados en Quito.
1913 Se inicia en Esmeraldas la revuelta “conchista”.
1918 Es abolida por ley la prisión por deudas, base legal del concertaje indígena.
1920 Se patentiza una gran crisis de producción y comercialización del cacao.
1922 (15 de noviembre) Luego de una huelga general, los trabajadores y pobladores de Guayaquil son reprimidos a
bala con saldo de cientos de muertos.
1925 (9 de julio) Una revuelta militar derroca al gobierno e inicia la “Reforma juliana”.
1926 (23-26 de mayo) Se constituye el Partido Socialista Ecuatoriano.
1927 Se inicia una reforma del Estado. Se crean órganos de control, como la Contraloría y el Banco Central.
1928 Se expide una nueva Constitución con reformas sociales, entre ellas el voto femenino.
1932 El Congreso descalifica al presidente electo Neptalí Bonifaz y provoca la “Guerra de los cuatro días”.
1935 El Ecuador ingresa en la Liga de las Naciones.
1937 El Ecuador reanuda relaciones con el Vaticano mediante el Modus Vivendi.
1938 El Gobierno del general Alberto Enríquez expide el Código del Trabajo.
1941 Tropas peruanas invaden el territorio del Ecuador intentando imponer un arreglo limítrofe.
1942 (29 de enero) El Ecuador es forzado en Río de Janeiro a firmar un tratado de límites con el Perú.
1944 Una revuelta popular derroca al gobierno de Arroyo del Río. Velasco Ibarra se hace cargo del poder.
Se fundan la Confederación de Trabajadores del Ecuador (CTE) y la Casa de la Cultura Ecuatoriana.
1945 El Ecuador ingresa a la ONU.
1949 (5 de agosto) Un terremoto destruye Ambato y varias localidades de Tungurahua.
Con la visita de varias misiones internacionales se inicia una etapa de modernización.
1952 Se proclama el derecho de los países del Pacífico Sur a 200 millas de soberanía.
1957 Se dicta una Ley de Fomento Industrial.
Se inaugura el Ferrocarril del Norte.
1959 Levantamientos populares en Manabí y Guayaquil por la crisis económica.
1963 Se instaura una dictadura militar que inicia algunas reformas estatales.
1964 Se expide la Ley de Reforma Agraria.
1966 La Universidad Central es invadida por el ejército.
Cae la dictadura militar.
1967 Se localiza el primer yacimiento petrolífero en el Oriente.
1969 Ingreso del Ecuador al Grupo de Integración Andina.
1972 Se inicia una nueva dictadura militar, que administra el “auge petrolero”. Ecuador comienza a exportar petróleo
en medio de una elevación internacional de precios.
1973 Se erige la provincia insular de Galápagos.
1975 Se consolida el Frente Unitario de los Trabajadores, FUT.
1977 Los trabajadores del ingenio AZTRA son reprimidos violentamente con saldo de decenas de muertos.
1978 Se aprueba por plebiscito la nueva Constitución. Se dispone por primera vez el voto de los analfabetos.
1979 Con el traspaso del poder, concluye la dictadura y se inicia una fase de vigencia constitucional.
1981 Se produce un conflicto bélico con el Perú en la cordillera del Cóndor.
El presidente Roldós muere en un accidente aviatorio. Es reemplazado por Osvaldo Hurtado.
1985 El papa Juan Pablo II visita el Ecuador.
1987 (marzo) Un terremoto destruye varias localidades y daña el oleoducto.
1990 (4 de junio) Se inicia un levantamiento de los pueblos indígenas.
1991 El presidente Borja plantea en la ONU un arreglo pacífico del diferendo territorial con el Perú. Se realizan
conversaciones. El Presidente de ese país visita el Ecuador (1992).
1995 Nuevo conflicto bélico con el Perú. Las tropas ecuatorianas defienden exitosamente al país. Se suscribe una
declaración de paz y se inician las negociaciones para un arreglo.
1996 Por primera vez en la historia, en Atlanta, el marchista ecuatoriano Jefferson Pérez gana una medalla de oro en
los Juegos Olímpicos.
1998 La Asamblea Nacional Constituyente aprueba una reforma integral a la Constitución, que entra en vigencia el 10
de agosto.
(26 de octubre) Se firman los acuerdos de paz con el Perú, que permiten delimitar la frontera común, impulsar el
comercio y la navegación amazónica y la integración fronteriza entre los dos países.
2000 El gobierno decreta la “dolarización”. Se abandona el sucre y se adopta el dólar de Estados Unidos como moneda
de circulación legal.
2001 La Selección Nacional de Ecuador clasifica para el Campeonato Mundial de Fútbol, que se realiza en 2002.
2004 Ecuador suscribe en Cuzco la declaración de los presidentes que establece la “Unión Sudamericana”.
2006 El Ecuador vuelve a participar en el Campeonato Mundial de Fútbol. Su selección se considera entre las mejores
de América.
2008 Se formula una nueva Constitución que, sometida a consulta popular, es aprobada el 28 de septiembre y entra en
vigencia el 20 de octubre.

Elaboración: Enrique Ayala Mora

* Fechas aproximadas.
JEFES DE ESTADO DEL ECUADOR0

Juan José Flores, jefe de la Administración del Estado del Sur de Colombia, 13 may.-14 ago. 1830; presidente
provisional, 14 ago.-22 sep. 1830.
JUAN JOSÉ FLORES, presidente del Estado del Ecuador, 22 sep. 1830-10 sep. 1834.
José Félix Valdivieso, jefe supremo, Sierra, 12 jun. 1834-18 ene. 1835.
Vicente Rocafuerte, jefe supremo, Guayaquil, 10 sep. 1834-22 jun. 1835.
VICENTE ROCAFUERTE, presidente de la República, 8 ago. 1835-31 ene. 1839.
JUAN JOSÉ FLORES, presidente de la República, 1 feb. 1839-15 ene. 1843.
JUAN JOSÉ FLORES, presidente de la República, 1 abr. 1843-6 mar. 1845.
Gobierno Provisorio, Guayaquil: José Joaquín Olmedo, Vicente Ramón Roca, Diego Noboa, 6 mar.-8 dic. 1845.
VICENTE RAMÓN ROCA, presidente de la República, 8 dic. 1845-15 oct. 1849.
Manuel de Ascásubi, vicepresidente de la República a cargo del Poder Ejecutivo, 16 oct. 1849-jun. 1850.
Diego Noboa, jefe supremo, Guayaquil, 2 mar.-7 dic. 1850.
Antonio Elizalde, jefe supremo, Manabí y Cuenca, 15 jun.-7 dic. 1850.
Diego Noboa, presidente interino, 8 dic. 1850-25 feb. 1851.
DIEGO NOBOA, presidente de la República, 26 feb.-13 sep. 1851.
José María Urvina, jefe supremo, 24 jul. 1851-17 jul. 1852.
JOSÉ MARÍA URVINA, presidente de la República, 6 sep. 1852-15 oct. 1856.
FRANCISCO ROBLES, presidente de la República, 16 oct. 1856-fines 1859.
Gobierno Provisorio, Quito. Gabriel García Moreno, Jerónimo Carrión, Pacífico Chiriboga, 1 may. 1859-10 ene.
1861.
Jerónimo Carrión, vicepresidente de la República reconocido como Jefe del Gobierno en Cuenca, 6 mar. 1859.
Manuel Carrión Pinzano, jefe del Distrito Federal Lojano, 17 sep. 1859.
Guillermo Franco, Guayaquil. Jefe supremo, 17 sep. 1859-24 sep. 1860.
Gabriel García Moreno, presidente interino, 17 ene.-2 abr. 1861.
GABRIEL GARCÍA MORENO, presidente constitucional, 2 abr. 1861-30 ago. 1865.
JERÓNIMO CARRIÓN, presidente constitucional, 7 sep. 1865-6 nov. 1867.
Pedro José Arteta, encargado del poder, 7 nov. 1867-20 ene. 1868.
JAVIER ESPINOSA, presidente constitucional, 20 ene. 1868-19 ene. 1869.
Gabriel García Moreno, presidente interino, 17 ene.-16 may. 1869.
Manuel de Ascásubi, presidente interino, 16 may.-10 ago. 1869.
GABRIEL GARCÍA MORENO, presidente constitucional, 10 ago. 1869-5 ago. 1875.
Francisco Xavier León, ministro de lo Interior, encargado del poder, 6 ago.-6 oct. 1875.
José Xavier Eguiguren, ministro de lo Interior, encargado del poder, 16 sep.-9 dic. 1875.
ANTONIO BORRERO CORTÁZAR, presidente de la República, 9 dic. 1875-8 sep. 1876.
Ignacio de Veintemilla, jefe supremo, 8 sep. 1876-26 ene. 1878.
IGNACIO DE VEINTEMILLA, presidente de la República, 21 abr. 1878-26 mar. 1882.
Ignacio de Veintemilla, jefe supremo, 26 mar. 1882-10 ene. 1883.
Gobierno Provisorio, Quito. Agustín Guerrero, Luis Cordero, Rafael Pérez Pareja, Pablo Herrera, José María Plácido
Caamaño, 14 ene.-15 oct. 1883.
Eloy Alfaro, jefe supremo de Manabí y Esmeraldas, 5 jun.-15 oct. 1883.
Pedro Carbo, jefe supremo de Guayaquil, 10 jul.-15 oct. 1883.
José María Plácido Caamaño, presidente interino, 15 oct. 1883-10 feb. 1884.
JOSÉ MARÍA PLÁCIDO CAAMAÑO, presidente de la República, 10 feb. 1884-30 jun. 1888.
ANTONIO FLORES, presidente de la República, 17 ago. 1888-30 jun. 1892.
LUIS CORDERO, presidente de la República, 1 jul. 1892-16 abr. 1895.
Vicente Lucio Salazar, vicepresidente en ejercicio del Poder Ejecutivo, 16 abr.-sep. 1895.
Eloy Alfaro, jefe supremo, 5 jun. 1895-9 oct. 1896.
Eloy Alfaro, presidente interino, 9 oct. 1896-17 ene. 1897.
ELOY ALFARO, presidente de la República, 17 ene. 1897-31 ago. 1901.
LEONIDAS PLAZA GUTIÉRREZ, presidente de la República, 1 sep. 1901-31 ago. 1905.
LIZARDO GARCÍA, presidente de la República, 1 sep. 1905-15 ene. 1906.
Eloy Alfaro, jefe supremo, 16 ene.-9 oct. 1906.
Eloy Alfaro, presidente interino, 9 oct. 1906-1 ene. 1907.

0 Se incluyen todas las personas que ejercieron la función de Jefe de Estado, en secuencia temporal. Después
de cada nombre se determina la calidad con que gobernaron. Los presidentes constitucionales aparecen con
letras mayúsculas (JUAN JOSÉ FLORES). Los encargados del poder o presidentes interinos bajo régimen legal
aparecen en letras mayúsculas y minúsculas (Manuel de Ascásubi). Los gobernantes de hecho aparecen en cursiva
(José María Urvina).
En algunos casos en que una constituyente eligió primero como Jefe de Estado interino a quien luego ratificó
como definitivo, no aparece sino una vez mencionado el nombre respectivo.
No se mencionan jefes de Estado de hecho de muy corta duración o de discutible ejercicio del mando efectivo.
ELOY ALFARO, presidente de la República, 1 ene. 1907-11 ago. 1911.
Carlos Freile Zaldumbide, encargado del poder, 11-31 ago. 1911.
EMILIO ESTRADA, presidente constitucional, 1 sep.-21 dic. 1911.
Carlos Freile Zaldumbide, encargado del poder, 22 dic. 1911-5 mar. 1912.
Flavio Alfaro, jefe supremo, 22 dic. 1911-ene. 1912.
Pedro J. Montero, jefe supremo, Guayaquil, 28 dic. 1911-ene. 1912.
Francisco Andrade Marín, encargado del poder, 6 mar.-1 ago. 1912.
LEONIDAS PLAZA GUTIÉRREZ, presidente de la República, 1 sep. 1912-31 ago. 1916.
ALFREDO BAQUERIZO MORENO, presidente de la República, 1 sep. 1916-31 ago. 1920.
JOSÉ LUIS TAMAYO, presidente de la República, 1 sep. de 1920-31 ago. 1924.
GONZALO S. CÓRDOVA, presidente de la República, 1 sep. 1924-9 jul. 1925.
Junta de Gobierno Provisional: Rafael Bustamante, Luis N. Dillon, Francisco Gómez de la Torre, Pedro Pablo
Garaicoa, Francisco J. Boloña, Francisco Arízaga Luque, 10 jul. 1925-9 ene. 1926.
Junta de Gobierno Provisional: Julio E. Moreno, Homero Viteri Lafronte, Isidro Ayora, Humberto Albornoz, Adolfo
Hidalgo Narváez, José A. Gómez Gault, 10 ene.-31 mar. 1926.
Isidro Ayora, presidente interino, desde el 3 abr. 1926.
ISIDRO AYORA, presidente constitucional, 17 abr. 1929-24 ago. 1931.
Luis Larrea Alba, ministro de Gobierno, encargado del poder, 24 ago.-15 oct. 1931.
Alfredo Baquerizo Moreno, presidente del Senado, encargado del poder, 15 oct. 1931-27 ago. 1932.
Carlos Freile Larrea, ministro de Gobierno, encargado del poder, 28 ago.-1 sep. 1932.
Alberto Guerrero Martínez, presidente del Senado, encargado del poder, 2 sep.-4 dic. 1932.
JUAN DE DIOS MARTÍNEZ MERA, presidente constitucional, 5 dic. 1932-19 oct. 1933.
Abelardo Montalvo, ministro de Gobierno, encargado del poder, 20 oct. 1933-31 ago. 1934.
JOSÉ MARÍA VELASCO IBARRA, presidente constitucional, 1 sep. 1934-21 ago. 1935.
Antonio Pons, ministro de Gobierno, encargado del poder, 21 ago.-25 sep. 1935.
Federico Páez, jefe supremo, 26 sep. 1935-23 oct. 1937.
Alberto Enríquez Gallo, jefe supremo, 23 oct. 1937-10 ago. 1938.
Manuel María Borrero, presidente constitucional interino, 10 ago.-1 dic. 1938.
AURELIO MOSQUERA NARVÁEZ, presidente constitucional, 2 dic. 1938-17 nov. 1939.
Carlos Arroyo del Río, presidente del Senado, encargado del Poder Ejecutivo, 18 nov.-10 dic. 1939.
Andrés F. Córdova, presidente de la Cámara de Diputados, encargado del poder, 11 dic. 1939-10 ago. 1940.
Julio E. Moreno, presidente del Senado, encargado del poder, 10-31 ago. 1940.
CARLOS ARROYO DEL RÍO, presidente de la República, 1 sep. 1940-28 may. 1944.
José María Velasco Ibarra, presidente interino, 1 jun.-10 ago. 1944.
JOSÉ MARÍA VELASCO IBARRA, presidente constitucional de la República, 10 ago. 1944-30 mar. 1946.
José María Velasco Ibarra, presidente de la República, 30 mar.-10 ago. 1946.
JOSÉ MARÍA VELASCO IBARRA, presidente constitucional, hasta el 23 ago. 1947.
Carlos Mancheno, presidente de la República, 23 ago.-2 sep. 1947.
MARIANO SUÁREZ VEINTIMILLA, presidente constitucional, 2-16 sep. 1947.
CARLOS JULIO AROSEMENA TOLA, presidente constitucional, 16 sep. 1947-31 ago. 1948.
GALO PLAZA LASSO, presidente constitucional, 1 sep. 1948-31 ago. 1952.
JOSÉ MARÍA VELASCO IBARRA, presidente constitucional, 1 sep. 1952-31 ago. 1956.
CAMILO PONCE ENRÍQUEZ, presidente constitucional, 1 sep. 1956-31 ago. 1960.
JOSÉ MARÍA VELASCO IBARRA, presidente constitucional, 1 sep. 1960-7 nov. 1961.
CARLOS JULIO AROSEMENA MONROY, presidente constitucional, 7 nov. 1961-11 jul. 1963.
Junta Militar de Gobierno, contralmirante Ramón Castro Jijón, general Luis Cabrera Sevilla, coronel Guillermo
Freire Posso, general Marcos Gándara Enríquez, 11 jul. 1963-28 mar. 1966 (Freire fue separado el 29 nov. 1965).
Clemente Yerovi Indaburo, presidente interino, 29 mar.-16 nov. 1966.
Otto Arosemena Gómez, presidente constitucional interino, 16 nov. 1966-may. 1967.
OTTO AROSEMENA GÓMEZ, presidente constitucional, may. 1967-31 ago. 1968.
JOSÉ MARÍA VELASCO IBARRA, presidente constitucional, 1 sep. 1968-22 jun. 1970.
José María Velasco Ibarra, presidente de la República, 22 jun. 1970-16 feb. 1972.
Guillermo Rodríguez Lara, presidente de la República, 16 feb. 1972-12 ene. 1976.
Consejo Supremo de Gobierno, vicealmirante Alfredo Poveda Burbano, general Guillermo Durán Arcentales, general
Luis Leoro Franco, 12 ene. 1976-10 ago. 1979.
JAIME ROLDÓS AGUILERA, presidente constitucional, 10 ago. 1979-24 may. 1981.
OSVALDO HURTADO LARREA, presidente constitucional, 24 may. 1981-10 ago. 1984.
LEÓN FEBRES CORDERO, presidente constitucional, 10 ago. 1984-10 ago. 1988.
RODRIGO BORJA CEVALLOS, presidente constitucional, 10 ago. 1988-10 ago. 1992.
SIXTO DURÁN BALLÉN, presidente constitucional, 10 ago. 1992-10 ago. 1996.
ABDALÁ BUCARAM ORTIZ, presidente constitucional, 10 ago. 1996-6 feb. 1997.
Fabián Alarcón Rivera, presidente constitucional interino, 6 feb. 1997-10 ago. 1998.
Rosalía Arteaga, vicepresidenta de la República, encargada del poder, 9-11 feb. 1997.
JAMIL MAHUAD WITT, presidente constitucional, 10 ago. 1998-21 ene. 2000.
GUSTAVO NOBOA BEJARANO, presidente constitucional, 22 ene. 2000-15 ene. 2003.
LUCIO GUTIÉRREZ BORBÚA, presidente constitucional, 15 ene. 2003-20 abr. 2004.
ALFREDO PALACIO, presidente constitucional, 20 abr. 2004-15 ene. 2007.
RAFAEL CORREA DELGADO, presidente constitucional, 15 ene. 2007-

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Elaboración: Enrique Ayala Mora, A. Grijalva, Corporación Editora Nacional.
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EL AUTOR

ENRIQUE AYALA MORA, (Ibarra, 1950). Licenciado (1972) y doctor (1975) en Educación, Universidad
Católica del Ecuador. Curso de Maestría en Historia, Essex, Gran Bretaña (1978-1979); doctor DPhil (Ph.D.) en
Historia, Oxford (1982). Actualmente es rector de la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador; profesor
de la Universidad Central del Ecuador; director de Procesos, revista ecuatoriana de historia.
Fue profesor de FLACSO Quito, donde dirigió el primer posgrado en Historia Andina; de las universidades
Católica del Ecuador, Oxford, del Valle (Cali), San Marcos (Lima), Pablo de Olavide (Sevilla), Federico II-
Orientale (Nápoles), Estatal de Cuenca (Ecuador). Fue rector de la Universidad Andina, Sucre, Bolivia;
consultor de la Universidad de las Naciones Unidas, Tokio.
Editor de la Nueva Historia del Ecuador (15 volúmenes), coordinador de la Historia de América Andina (8
volúmenes), coautor de la Cambridge History of Latin America. Es editor del volumen VII de la Historia
General de América Latina, UNESCO.
Ha publicado más de treinta obras, entre ellas: Lucha política y origen de los partidos en Ecuador; Federico
González Suárez y la polémica sobre el Estado Laico; Los partidos políticos en el Ecuador: síntesis histórica;
Historia, compromiso y política; El bolivarianismo en el Ecuador; Resumen de Historia del Ecuador; Historia
de la Revolución Liberal Ecuatoriana; Sucre, soldado y estadista (editor); Ecuador-Perú: historia del conflicto y
de la paz; La enseñanza de la historia en el Ecuador; José María Velasco Ibarra: pensamiento político (editor);
Ecuador Patria de todos, Manual de Cívica; Simón Bolívar, Pensamiento Fundamental; El socialismo y la
nación ecuatoriana; La enseñanza de integración en los países andinos; Manual de Historia del Ecuador,
volumen I (editor), Manual de Historia del Ecuador, volumen II (autor).
Militante socialista. Diputado varios períodos, vicepresidente del Congreso, candidato a la Vicepresidencia
de la República (1988). Miembro de la Asamblea Nacional Constituyente (1997-1998); vicepresidente de la
Unión Interparlamentaria Mundial; miembro de la Junta Consultiva de Relaciones Exteriores. Ha colaborado con
organizaciones de trabajadores, campesinos e indígenas.

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