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Curso Introductorio 2016 – ll Redacción

“TIEMPOS DE LA MEMORIA”
Frase muy usada por los estudiosos de la memoria para referirse, talvez luego de 35 años
pasada la denominada “Maldita Guerra”, que vivimos en el Perú en los años 80 y
mediados de los 90 y su larga e interminable postguerra, para que así el recordar hechos
cada vez más dolorosos, quizás tal vez, más aun cuanto pase el tiempo con el único fin de
establecer un dialogo , dialogo que tal vez ni si quiera está cercano a darse por lo contrario
hemos asistido en el monologo , el monologo de la víctima ,el monologo del estado ,el
monologo de sendero, el de los derechos humanos , el de las fuerzas armada , de todo
aquello que tenga que culpar mas no perdonar.
Razones profundas deben existir pero tal vez la respuesta ante esta dificultad aún no
existe, esta dificultad para poder escuchar, ser escuchado, pero sobre todo para
entendernos, es por ello que hasta hoy no se puede tender ese largo puente para muchos
llamados el dialogo intercultural.
Tal vez sea ese el motivo por cual el que quiera decir algo distinto tiene que replicar el
ejercicio del monologo, como el del estado y su comisión de la verdad y reconciliación
(CVR), el de José Carlos Agüero (Los Rendidos: Sobre el don de perdonar), la de Lurgio
Gavilán Sánchez (Memorias de un soldado desconocido).
Pero solo basta ver la memoria como aquella salida, para esas personas que sufrieron la
lucha popular, aquellos hijos de la guerra, estigmatizados por la crueldad y en infortunio,
muchos de ellos bautizados bajo nombres tales como, Gonzalo, Lenin, Mao…
también bajo el ángulo de aquellas madres ayacuchanas que cada mañana se levantaban
con el temor de que sendero o las fuerzas armadas se llevase a sus jóvenes hijos para ser
matados cruelmente algunos de ellos más afortunados dirigirse en armas uno de los dos
lado, madres que ahora en las mismas tierras donde creen saber que sus hijos yacen
muertos lloran desconsoladas bajo el sonido de un melancólico huayno, La mirada de
aquellos niños hijos de militares que recibiendo ordenes de asistir a la zona de conflicto
veían cada vez más lejano el regreso de sus padres, padres que por órdenes cometían los
más crueles asesinatos.
Pero memoria también preguntarse, ¿Por qué hicieron lo que hicieron? ¿Por qué llegaron
tan lejos? ¿Por qué no podían salir de la lógica de la guerra aun cuando se sentían
derrotados? Preguntas que siguen siendo formuladas y que con el paso de tiempo se
anhela resolver.
Y es que cuando uno ve el pantano en el que la sociedad peruana se encuentra sumergida,
cuando ve la demanda no solo de justicia de las victimas si no también la venganza se da
cuenta que el país aún camina sobre sobre el sendero de la postguerra, esto tal vez sea
porque ninguno de nosotros asumimos responsabilidades ni mucho menos pedir perdón.

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