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Hec 4,29 Y ahora, Señor, ten en cuenta sus amenazas y concede a tus siervos que

puedan predicar tu Palabra con toda valentía,


Hec 20,27 pues no me acobardé de anunciaros todo el designio de Dios.
Rm 10, 8 Cerca de ti está la palabra: en tu boca y en tu corazón, es decir, la palabra de
la fe que nosotros proclamamos.
9 Porque, si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios le
resucitó de entre los muertos, serás salvo.
10 Pues con el corazón se cree para conseguir la justicia, y con la boca se confiesa para
conseguir la salvación.
11 Porque dice la Escritura: Todo el que crea en él no será confundido.
12 Que no hay distinción entre judío y griego, pues uno mismo es el Señor de todos,
rico para todos los que le invocan.
13 Pues todo el que invoque el nombre del Señor se salvará.
14 Pero ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Cómo creerán en aquel a
quien no han oído? ¿Cómo oirán sin que se les predique?
15 Y ¿cómo predicarán si no son enviados? Como dice la Escritura: ¡Cuán hermosos los
pies de los que anuncian el bien!
16 Pero no todos obedecieron a la Buena Nueva. Porque Isaías dice: ¡Señor!, ¿quién ha
creído a nuestra predicación?
17 Por tanto, la fe viene de la predicación, y la predicación, por la Palabra de Cristo

Is 52,7 ¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz,
que trae buenas nuevas, que anuncia salvación, que dice a Sión: "Ya reina tu Dios!"

(1 Corintios 1)17 Porque Cristo no me envió a bautizar, sino a anunciar la Buena


Noticia, y esto sin recurrir a la elocuencia humana, para que la cruz de Cristo no pierda
su eficacia.

(1 Corintios1)23 nosotros, en cambio, predicamos a un Cristo crucificado, escándalo


para los judíos y locura para los paganos, 24 pero fuerza y sabiduría de Dios para los que
han sido llamados, tanto judíos como griegos.

(1 Corintios 2) 3 Por eso, me presenté ante ustedes débil, temeroso y vacilante. 4 Mi


palabra y mi predicación no tenían nada de la argumentación persuasiva de la sabiduría
humana, sino que eran demostración del poder del Espíritu, 5 para que ustedes no
basaran su fe en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.

(1 Corintios 4)19 Pero pronto iré a verlos –si así lo quiere el Señor– y entonces los
juzgaré, no por sus palabras, sino por el poder que tienen. 20 ¡Porque el Reino de Dios
no es cuestión de palabras sino de poder!

(1 Cor 9, 16).Ay de mí si no predicara el Evangelio!

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