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Sainte-Beuve, C. A. (2011).

 ¿Qué es un clásico?. Madrid: Casimiro.

Características de lo que se entiende por “Clásico”

 El concepto de Clásico para Sainte-Beuve

El autor distingue que las respuestas a la interrogante sobre el significado del concepto “clásico”, según qué
época, son variadas.
La respuesta más común se asocia con el autor antiguo, el cual ha sido consagrado y digno de
admiración, siendo influencia y de renombre en su género. Este sentido se basa en la palabra classici, de los
romanos, que era usada para identificar a los ciudadanos de la primera clase que disponían de una renta
determinada. Hacia el Siglo II, Aulo Gelio utilizó classicus para referirse a el escritor que poseyera valor y
prestigio, quien no se confunde entre la masa proletaria [classicus assiduusque scriptor].
En los siglos XV y XVI del Renacimiento se aclararon las confusiones que se tenían, durante la Edad
Media, de las graduaciones de los autores griegos y romanos; autores considerados clásicos por los modernos.
También, a lo largo de la Modernidad, surgieron en diversos países sus propios clásicos, aunque a distintos
pasos y escalas.

«Algunos escritores dotados de talento, originalidad y de excepcional inspiración, algunos esfuerzos brillantes,
puntales, y sin continuidad, interrumpidos y retomados, no bastan para dotar a una nación de una base sólida e
imponente de riqueza literaria. La idea de lo clásico implica continuidad y consistencia, algo que hace acervo y
tradición, que se va conformando y transmitiendo, perdurando.» (p. 10)
Por lo anterior dicho, Sainte-Beuve define el clásico como:

« […] un autor que ha enriquecido el espíritu humano, que ha aumentado realmente su tesoro, que le ha hecho dar
un paso más, que ha descubierto alguna verdad moral no equívoca, o retomado alguna pasión eterna en ese
corazón donde todo parecía conocido y explorado; que ha expresado su pensamiento, su observación o su
invención en la forma que sea pero siempre amplia y grande,, fina y sensata, sana y bella en sí misma; que ha
hablado a todos en un estilo nuevo sin neologismo, nuevo y antiguo, fácilmente contemporáneo a todas las
épocas.» (p. 12)

 El concepto de Clásico para Azorín

El autor clásico, según lo define Azorín, es:

«[…] un reflejo de nuestra sensibilidad moderna […] Nos vemos en los clásicos a nosotros mismos. Por eso los
clásicos evolucionan; evolucionan según cambia y evoluciona la sensibilidad de las generaciones […] Un autor
clásico es un autor que siempre se está formando. No han escrito las obras clásicas sus autores; las va escribiendo la
posteridad.» (p. 31)

 El concepto de Clásico para Borges

Borges ve poco fructuoso tratar de definir lo clásico remitiéndonos a sus etimologías, pues el origen de la
palabra puede lindar con la paradoja. En el caso de “clásico”, poco útil es saber que viene de classis, que pasó
de significar “flota” a significar “orden”. Ahora bien, Clásico lo define como:
«[…] aquel libro que una nación o un grupo de naciones o el largo tiempo han decidido leer como si en sus
páginas todo fuera deliberado, fatal, profundo como el cosmos y capaz de interpretaciones sin término […]
Clásico no es un libro (lo repito) que necesariamente posee tales o cuales méritos; es un libro que las generaciones
de los hombres, urgidas por diversas razones, leen con previo fervor y con una misteriosa lealtad.» (pp. 35-36)

 El concepto de Clásico en Gadamer

Gadamer ubica el concepto de la antigüedad clásica y de lo clásico desde los tiempos del clasicismo alemán, el
cual reunía un aspecto normativo y un aspecto histórico; remontándose a Herder y estando también presente en
Hegel:
«el arte clásico conserva en él su excelencia, pero entendido como “religión del arte”. Puesto que esta forma del
espíritu ya es pasada, sólo de ser ejemplar en un sentido limitado. Como arte pasado atestigua el carácter de
pasado del arte mismo.» (p. 37)

Esto trae como consecuencia una justificación sistemática de la historización del concepto de lo clásico,
además de poner en tendencia lo que conllevaría a concebir lo clásico como un concepto estilístico y
descriptivo. A partir de esta concepción ya no se habla de lo clásico como contenido normativo salvo que fuese
implícito. Ahora el concepto de clásico remite a «una fase temporal del desarrollo histórico», ya no a un «valor
suprahistórico». A pesar de esto, la normatividad a la que refería el concepto no desapareció del todo.
Por consiguiente, Gadamer define lo clásico como:

«[…] una verdadera categoría histórica porque es algo más que el concepto de una época o el concepto histórico
de un estilo, sin que por ello pretenda ser un valor suprahistórico. No designa una cualidad que se atribuya a
determinados fenómenos históricos, sino un modo característico del mismo ser histórico, la realización de una
conservación que, en una confirmación constantemente renovada, hace posible la existencia de algo que es verdad
[…] En el fondo lo clásico no es realmente un concepto descriptivo en poder de una conciencia histórica
objetivadora; es una realidad histórica a la que sigue perteneciendo y estando sometida la conciencia histórica
misma. Lo clásico es lo que se ha destacado a diferencia de los tiempos cambiantes y sus efímeros gustos; es
asequible de un modo inmediato […] es una conciencia de lo permanente, de lo imperecedero, de un significado
independiente de toda circunstancia temporal […] una especie de presente intemporal que significa simultaneidad
con cualquier presente» (pp. 39-40)

 El concepto de Clásico en Calvino

A lo largo del texto, Calvino juega con las analogías para dar diversas definiciones de lo que es Clásico, de entre las
cuales me gustaría distinguir una:

«Los clásicos son esos libros que nos llegan trayendo impresa la huella de las lecturas que han precedido a la
nuestra, y tras de sí la huella que han dejado en la cultura o en las culturas que han atravesado (o más
sencillamente, en el lenguaje de las costumbres) […] La lectura de un clásico debe depararnos cierta sorpresa en
relación con la imagen que de él teníamos.» (p. 51)

«La escuela y la universidad deberían servir para hacernos entender que ningún libro que hable de un
libro dice más que el libro en cuestión; en cambio hacen todo lo posible para que se crea lo contrario»
Zambrano, M., & Seneca, L. A. (1987). El pensamiento vivo de Séneca. Cátedra.

Características de lo que se entiende por “Clásico”

María Zambrano hace la distinción entre los clásicos “oficiales” y “no oficiales”. Los primeros ella los
denomina como «[…] nombres permanentes […] que son como la constante que mantiene la continuidad de la
cultura». Del otro lado se encuentran aquellos que tienen una función distinta en su trascendencia en la cultura,
los clásicos no oficiales. Dentro de estos, señala Zambrano, existe una variedad de géneros y clasificaciones; de
influencia y seducción de «seres que no dejaron su memoria, su histórica trascendencia».
Los clásicos no oficiales son: «[…] aquellos que tienen juntamente dos notas características: una cierta
permanencia en la popularidad y una cierta capacidad de <renacimiento> entre los cultos»

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