Está en la página 1de 6

Sabemos que el coronavirus COD-19 es un virus que afecta las vías respiratorias, que se

contagia por el contacto de secreciones al estornudar o toser, a través de las mucosas (ojos,
nariz o boca); y mediante el contacto de objetos contaminados con dichas secreciones cuando
son llevados a las mucosas (ojos, nariz o boca) . Los  síntomas más comunes son: fiebre, tos
y sensación de falta de aire.

Las complicaciones se han manifestado en personas mayores de 50 años, con enfermedades


subyacentes y en individuos con sistema inmune débil.

La infección por el coronavirus activa una respuesta inflamatoria que puede producir daño a
nuestras propias células de la mucosa respiratoria. Nuestro sistema de defensa debe eliminar
las células infectadas con el virus, por lo que se genera un proceso
de AUTOINMUNIDAD TRANSITORIA. La INFLAMACIÓN se concentra a nivel pulmonar,
produciendo filtración de líquido en ellos y al no ser tratados a tiempo, puede producir
insuficiencia respiratoria grave y en algunos casos, dependiendo del estado de nuestro
sistema de defensa,  puede ser letal.

Coronavirus: qué le hace el jabón al


virus causante de la covid-19 

Lavare le mani; мыть руки; Hände waschen; 请洗手... no importa en qué lenguaje, el mensaje más importante del momento es
claro: lávate las manos.

Y es que, por más avanzada que esté la ciencia en el siglo XXI, en la pandemia del coronavirus el arma clave es esa tecnología milenaria
de combinar agua y jabón.

Aunque no sabemos con certeza quién, cuándo o cómo alguien tuvo tan brillante idea, sí sabemos es que esa mezcla sigue siendo la mejor
estrategia para combatir enfermedades infecciosas y ni siquiera el hasta ahora invencible SARS-CoV-2 puede contra ella.

Pero, ¿por qué funciona tan bien?


Porque lo que para nosotros puede ser tan agradable que llega a ser relajante -el sonido del agua, el placer de sentirla correr sobre nuestra
piel, el aroma del jabón y esa pausa que ahora, por consejo de las autoridades, va hasta acompañada de alguna canción-, para los
microorganismos es altamente destructivo.
Saltar las recomendacionesQuizás también te interese

Coronavirus: por qué no todos los virus son malos para nuestra salud

¿Se puede transmitir el coronavirus en playas y piscinas?


Cómo funciona nuestro sistema inmunológico y cómo combate al coronavirus


Fin de las recomendaciones.

Una sola gota de jabón en agua puede matar innumerables bacterias y virus.

El secreto del jabón


El jabón es una mezcla de alguna grasa, agua y álcali o sal básica.

Álcali viene del árabe: Al-Qaly ‫القالي‬, ‫القلي‬, 'ceniza', que es lo que usaban los sumerios ya en el año 3000 a.C., la más antigua referencia
conocida.
La receta que usamos hoy en día es muy parecida a la hallada en tablillas cuneiformes, y con razón, pues esa resbaladiza solución
cumple su cometido: limpiar.
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionUn arma poderosa en nuestras manos.

El secreto está en las predilecciones de cada extremo de las moléculas de jabón, las cuales tienen una cabeza y una cola.
La cabeza es hidrófila y la cola, hidrófoba y lipófila o, en otras palabras, por un lado le atrae el agua y por el otro, el aceite o la grasa.

Cuando te estás lavando las manos y las moléculas de jabón se encuentran con grasa, sus colas son atraídas hacia ella mientras sus
cabezas se quedan en el agua.

Las fuerzas de atracción entre las cabezas y el agua son tan fuertes que levantan la grasa de la superficie, de manera que esta queda
completamente rodeada de moléculas de detergente, que van separándola en pedazos cada vez más pequeños, que luego son arrastrados
con el agua.

Pero, ¿por qué es tan efectivo con virus como el que causa la enfermedad convid-19?
 Qué son los coronavirus, cuántos hay y qué efectos tienen sobre los humanos

El desempaque
El coronavirus, como todos los virus, es básicamente un conjunto de instrucciones -fragmentos de código genético- en busca de células a
las cuales invadir para obligarlas a seguir sus mandatos.

Pero resulta que esas instrucciones -el ácido ribonucleico (ARN)- están empacadas en lo que se conoce como la envoltura viral, y la del
SARS-CoV-2 está hecha lípidos y esos lípidos son grasas.
Frente al jabón, ese es su talón de Aquiles.

Cuando recoges sin querer coronavirus con tus manos, estos no pueden penetrar la piel, pues su capa más externa es ligeramente ácida,
pero sí pueden permanecer ahí esperando la oportunidad para entrar al cuerpo por lugares más vulnerables.

Y es en ese momento en el que lo puedes interceptar y destruir, con solo lavarte las manos.
El jabón no solo afloja al virus de la piel, sino que hace que la envoltura viral se disuelva, de manera que las proteínas y el ARN se
deslían y el virus metafóricamente muere -realmente se desactiva, pues los virus no están precisamente vivos-.

Solo le queda al agua llevarse los restos de lo que hasta hacía 20 segundos era una grave amenaza para nuestra la salud y la de otros.
 Por qué secarse las manos es tan importante como lavárselas para evitar la propagación del coronavirus
 ¿Sirve el gel antibacterial contra el nuevo coronavirus?
¿Por qué 20 segundos?

Porque el jabón necesita algo de tiempo para que su magia surta efecto y, de paso, nosotros también necesitamos unos segundos para
asegurarnos de que nos estamos enjabonando por todas partes.

Los desinfectantes también sirven pero la maravilla del agua jabonosa es que solo necesitas un poco para cubrir todas tus manos y con
solo restregarte te deshaces de lo indeseado.

Para lograr lo mismo con otros productos, que generalmente contienen alcohol, tienes que empapar con esas sustancias todos los
recovecos en los que puedan estar escondidos los virus.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-52008704

https://efectococuyo.com/coronavirus/que-es-el-covid19/
qué hace exactamente el virus en nuestros cuerpos. Los síntomas (fiebre, dolor de garganta, tos, falta
de aliento) pueden indicar cualquier cantidad de enfermedades, desde resfriado común hasta una
infección en la garganta, según lo publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA)
el 7 de febrero.

Para ser claros, el COVID-19 no es una gripe. Causa una enfermedad con diferentes síntomas, se
propaga fácilmente y pertenece a una familia de virus completamente diferente. Esta familia, los
coronavirus, incluye otros seis miembros que infectan a los humanos. Cuatro de ellos, OC43, HKU1,
NL63 y 229E, han sido “amablemente” molestos para los humanos durante más de un siglo, causando un
tercio de los resfriados comunes. Los otros dos, MERS y SARS (o “SARS-clásico”, como algunos
virólogos los han comenzado a llamar), causan enfermedades mucho más graves.

El virus se contrae a través de gotitas transmitidas al aire por la tos o los estornudos, las cuales pueden
ingresar por la nariz, la boca o los ojos de las personas cercanas. Las partículas virales en estas gotas
viajan rápidamente a la parte posterior de las fosas nasales y a las membranas mucosas de la garganta,
uniéndose a un receptor particular en las células, comenzando allí el problema.

La estructura del virus, que es esencialmente una pelota puntiaguda, proporciona algunas pistas sobre su
éxito. Esos picos que sobresalen se adhieren a una proteína llamada ACE2, que se encuentra en la
superficie de nuestras células. Ese material genético que ingresó, procede a secuestrar el metabolismo de
la célula y, en efecto, no permite que haga su trabajo habitual. Su trabajo ahora es ayudar a multiplicar y
crear más virus

¿Cómo causa los problemas respiratorios?


A medida que se multiplican las copias del virus, infectan las células vecinas. Los síntomas a menudo
comienzan en la parte posterior de la garganta con dolor y tos seca. Las células moribundas se
desprenden, llenan las vías respiratorias y transportan el virus más profundamente en el cuerpo, hacia los
pulmones. A medida que la infección progresa, los pulmones se obstruyen con células muertas y líquido,
lo que dificulta la respiración.

El sistema inmune contraataca al COVID-19 como un invasor hostil. Esto es lo que causa fiebre e
inflamación. A medida que avanza la inflamación en los pulmones, es mucho más difícil para el oxígeno
“nadar” a través de la membrana mucosa. Eso puede dañar los alvéolos o los sacos pulmonares, teniendo
que trabajar más para llevar a cabo su función de suministrar oxígeno.

La hinchazón y el flujo deteriorado de oxígeno pueden hacer que esas áreas en los pulmones se llenen de
líquido, pus y células muertas. La neumonía, una infección en el pulmón, puede ocurrir entonces. En
casos extremos, el sistema inmune se vuelve “loco”, causando más daño que el virus real. Por ejemplo,
los vasos sanguíneos pueden abrirse para permitir que las células defensivas lleguen al sitio de la
infección, eso es genial, pero pueden llenar los pulmones de más líquido. Estas reacciones exageradas
perjudiciales se denominan tormentas de citoquinas (The Lancet, 24 de enero).

Una tormenta de citoquinas es una reacción inmune severa en la cual el cuerpo produce células inmunes
y proteínas que pueden destruir otros órganos, fueron responsables de muchas muertes durante la
pandemia de gripe española, los brotes de gripe aviar H5N1 y el brote de SARS de 2003.

Y probablemente estén detrás de los casos más graves de COVID-19. Durante una tormenta de
citoquinas, el sistema inmune no solo se está volviendo loco sino que también está “fuera de juego”,
atacando a voluntad sin dar en el blanco correcto. Cuando esto sucede, las personas se vuelven más
susceptibles a las bacterias infecciosas.

Los virus infectan a todo tipo de organismos, desde animales, hongos, plantas, protistas hasta bacterias y arqueas.


También infectan a otros virus; estas especies reciben el nombre de virófagos. Los virus son en su gran mayoría demasiado
pequeños para poder ser observados con la ayuda de un microscopio óptico, por lo que se dice que son submicroscópicos.
Sin embargo, existen excepciones entre los virus nucleocitoplasmáticos de ADN de gran tamaño o girus, tales como
5
el Megavirus chilensis, que sí se pueden apreciar mediante microscopía óptica .

No todos los virus provocan enfermedades; muchos se reproducen sin causar ningún daño al organismo infectado. Pero
algunos, como el VIH, pueden producir infecciones permanentes o crónicas cuando el virus continúa multiplicándose en el
171819
cuerpo, evadiendo los mecanismos de defensa del huésped. En los animales, en cambio, es frecuente que las
infecciones víricas den lugar a una respuesta inmunitaria que confiere una inmunidad permanente a la infección. Eso es lo
que se pretende (y se suele) lograr con las vacunas. Con ellas se puede llegar a erradicar una enfermedad, como ha
ocurrido con la viruela. Los microorganismos como las bacterias también tienen defensas contra las infecciones víricas,
conocidas como sistemas de restricción-modificación. Los antibióticos no tienen efecto sobre los virus, pero se han
20
desarrollado medicamentos antivirales para tratar algunas infecciones.

Estiramientos y
calentamientos
Como Estirar

Los estiramientos son una parte del entrenamiento a la que cada día se está
prestando más importancia. Unos estiramientos adecuados preparan el
organismo para el esfuerzo que supone el entrenamiento y lo predisponen, una
vez concluido éste, a un mejor descanso y una mejor asimilación.

Y es una faceta que se descuida a menudo. Y es que muchas veces comenzamos


en entrenamiento directamente, sin hacer los estiramientos suficientes y sin
calentamiento y lo concluimos sin enfriar y sin los estiramientos adecuados.
Al descuidar estos ejercicios nuestro organismo se revela en forma de
sobrecargas, contracturas y lesiones en general.

Calentamiento
El objetivo principal del calentamiento es conseguir mayor movilidad y
flexibilidad en las articulaciones. Cuando calentamos obtenemos algunas
ventajas:

 Con el trabajo que realizamos al hacer estos ejercicios aumenta la


temperatura corporal.
 Aumento del ritmo cardíaco, que se produce como consecuencia de un
mayor flujo sanguíneo.
 Mejores reflejos y mayor actividad como consecuencia del un mayor
impulso nervioso.
 Un músculo que se contrae y relaja durante el ejercicio obtiene mayor
rapidez y eficiencia.
 Menos tensión muscular, ya que los músculos están oxigenados y tienen
más cantidad de sangre.

Estiramientos
Los estiramientos hay que hacerlos pausadamente y de manera progresiva. Hay
que estirar para que el músculo se relaje, notando cómo nos tira pero sin llegar
a tener sensación de dolor. Los ejercicios deben durar entre 10 y 20 segundos.

No hay que estirar con rebotes ni tirones, queriendo con ello conseguir una
mayor flexibilidad, ya que si se hace muy violentamente puede dar lugar a
lesiones.

Hay que procurar que la respiración sea lenta. Se inspira cuando se estira el
músculo y se expira mientras lo mantenemos en tensión.

El orden del estiramiento debe ser de la cabeza a los pies, siguiendo un orden.
Con ello conseguimos que ninguna de las partes del cuerpos se nos olvide.

Enfriamiento
El objetivo fundamental de los enfriamientos es relajar el tono muscular
después de la sobrecarga que nos ha supuesto el entrenamiento. Conseguimos
con ello una completa relajación muscular y evita que nos resintamos al días
siguiente del esfuerzo. 
Es aconsejable trotar unos minutos una vez concluido el entrenamiento y luego
hacer unos estiramientos muy suaves.

También podría gustarte