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Las personas con diabetes deben seguir unas reglas generales para seguir una dieta

saludable que son aplicables a todo el mundo:

• Limitar las grasas (en especial las saturadas y los ácidos transgrasos).
• Limitar el colesterol de la dieta.
• Consumir cantidades importantes de fibra, verduras y frutas frescas.
• Limitar las proteínas.
• Reducir la sal.

Pruebas de medición de los niveles de glucosa: tanto la hipoglucemia como la


hiperglucemia preocupan a los pacientes que son tratados con insulina. Es importante,
por tanto, monitorizar las concentraciones de glucosa en sangre cuidadosamente. En
general, los pacientes que mantienen un control estricto de los niveles de glucosa
necesitan medir sus concentraciones de glucosa cuatro veces al día o más. Los pacientes
deben intentar los siguientes valores:

• La glucemia preprandial debe estar entre 80 y 120 mg/dl.


• Antes de acostarse, entre 100 y 140 mg/dl.

Miles de alimentos nuevos se introducen cada año, muchos de los cuales se acompañan
de anuncios sobre sus beneficios nutricionales. Es importante tanto para toda la
población en general como, en especial, para los pacientes con diabetes poder
diferenciar los "anuncios publicitarios" de la realidad. Las etiquetas de los alimentos
suelen mostrar el número de calorías que contienen en forma de grasas, la cantidad de
nutrientes potencialmente peligrosos (grasa, colesterol, sodio, azúcares) así como los
nutrientes útiles (fibra, hidratos de carbono, proteínas, vitaminas).

Las etiquetas suelen mostrar los "valores diarios", el porcentaje de la dieta diaria que
cada uno de los nutrientes importantes ofrece por cada ingesta. Desgraciadamente, el
"valor diario" se calcula sobre 2.000 calorías que son generalmente muchas más de las
que debe ingerir una persona diabética y las cantidades por cada ingesta pueden no ser
equivalentes a las que constan en las "Listas de Intercambios". La mayoría de la gente
necesitará recalcular los gramos y las calorías relacionados en las etiquetas de los
alimentos para adaptarlos a las cantidades que ingiere en cada comida y a sus
necesidades calóricas.

¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES COMPONENTES DE LA COMIDA EN UNA DIETA


DE DIABETES?

Hidratos de carbono

Si se comparan con las grasas y las proteínas, los hidratos de carbono tienen una
influencia mucho mayor en el azúcar sanguíneo, sin embargo, los diferentes hidratos
tienen diferentes efectos. Los hidratos de carbono pueden ser complejos (como los de
los almidones) o simples (como los de las frutas y azúcares). Un gramo de hidratos de
carbono equivale a cuatro calorías. En la actualidad se recomienda que los hidratos de
carbono aporten entre el 50 y el 60 % de la ingesta calórica diaria.

Hidratos de carbono complejos: Los hidratos de carbono complejos se encuentran en


los cereales intactos (completos), y en las verduras, y son preferibles a los de los
alimentos ricos en almidón como las pastas, los productos de harina blanca y las patatas.
En un estudio realizado en pacientes con diabetes tipo 2, al sustituir el pan normal por
uno especial, libre de almidón, se produjo una disminución significativa en la glucosa
sanguínea y en la hemoglobina glicada.

Fibra: la fibra es un componente esencial de muchos carbohidratos complejos. Se


encuentra sólo en las plantas, en especial verduras, frutas, cereales enteros, nueves y
legumbres (como guisantes y judías). La fibra no puede ser digerida pero pasa a través
del intestino atrayendo agua con ella y es eliminada como un componente de las heces.
Las dietas altas en fibra (hasta 55 gramos al día) tienen las siguientes ventajas para las
personas con diabetes:

• Los estudios han observado que las dietas ricas en fibra que proviene de cereales
enteros reducen el riesgo de diabetes tipo 2. Las fuentes de estos cereales son el
pan negro, el arroz entero y el salvado.

• La fibra insoluble (que se encuentra en el salvado, cereales enteros, semillas, y la


piel de fruta y verduras) puede ayudar a conseguir pérdida de peso.

• La fibra soluble (que se encuentra en las judías secas, cebada, manzanas, cítricos
y patatas) tiene beneficios importantes para el corazón, en especial para
conseguir unos niveles adecuados de colesterol y posiblemente ejerciendo algún
beneficio sobre la presión arterial. Algo tan sencillo como añadir cereales al
desayuno regularmente parece reducir los niveles de colesterol. Las personas
que aumenten su nivel de ingesta de fibra soluble también deben aumentar la
ingesta de agua y de líquidos.

• Aunque el efecto propio de la fibra en la diabetes no está claro, un estudio del


año 2000 informó de que una ingesta de fibra alta (50 gramos),
predominantemente soluble, en los pacientes con diabetes tipo 2 se asoció con
un control de glucosa mejor, así como de los niveles de insulina, comparándolo
con un grupo de baja cantidad de fibra (alrededor de 24 gramos).

Los suplementos de fibra, como el Metamucil, el Fiberall y el Perdiem no parecen tener


los mismos beneficios que los alimentos ricos en fibra soluble de forma natural. Sin
embargo, el Glucomannan, un polvo natural rico en fibra que proviene de una raíz está
siendo prometedor para ayudar a controlar los niveles de glucosa, colesterol y la tensión
arterial.

Azúcar: No parece existir diferencias entre los hidratos de carbono complejos y los
azúcares simples en su capacidad para aumentar las concentraciones de glucemia. La
fructosa (la molécula de azúcar de las frutas) puede producir un aumento de la glucosa
más lento que la sacarosa (azúcar de mesa). Esto no significa que los diabéticos deban
aumentar la ingesta de azúcar, pero sí que pueden añadir fruta fresca a sus dietas, lo que
tiene beneficios significativos para su salud, en cantidades mayores a las que se pensaba
antes. Con todo, incluso el consumo de fruta debe ser moderado. Los estudios a largo
plazo sugieren que con el tiempo, la ingesta elevada de fructosa puede producir un
aumento de los triglicéridos (una molécula grasa que parece ser perjudicial para el
corazón). También se ha asociado a la sacarosa con estos niveles perjudiciales de
triglicéridos y de colesterol. El azúcar en sí mismo añade calorías, aumenta la glucosa
sanguínea rápidamente y no aporta nutrientes. Las personas con diabetes deben evitar
los productos con más de 5 g de azúcar por ración. Si no constan las cantidades
específicas, los pacientes deben evitar los alimentos en los que el azúcar consta entre los
primeros cuatro componentes de la etiqueta.

Edulcorantes Artificiales

Los edulcorantes artificiales incluyen la sacarina, el aspartamo (Nutra-Sweet, Equal), la


sucralosa (Splenda) y el acesulfamo K. La sucralosa, el edulcorante más reciente es apto
para la pastelería, a diferencia de los demás edulcorantes artificiales. Algunos estudios
iniciales demostraban que la ingesta de sacarina en grandes cantidades causaba cáncer
de vejiga en ratas, pero las ratas recibían cantidades mucho más grandes que no son
aplicables en el hombre. (de todos modos, las evidencias sugieren que seis o más tomas
pueden suponer un riesgo). El aspartámo ha sido sometido a exámenes rigurosos por
haberse comunicado algún caso de alteraciones neurológicas que incluían cefalea o
vértigo, relacionadas con su uso. Sin embargo, ha sido más estudiado que cualquier
aditivo alimentario y cualquier preocupación sobre posibles problemas de salud
importante está infundada.

Proteínas

En general, los expertos recomiendan que las proteínas deberían aportar del 12 al 20 %
de las calorías. Algunos creen que todos los enfermos con diabetes, excepto las mujeres
embarazadas, deberían restringir su ingesta proteica a unos 0,4 g por cada libra de su
peso ideal lo que representaría un 10 % de las calorías diarias. Un gramo de proteínas
contiene cuatro calorías. Las proteínas se recomiendan habitualmente como parte de una
comida antes de ir a la cama para mantener los niveles de azúcar normales durante la
noche, aunque los estudios respecto a sus posibles beneficios para prevenir la
hipoglucemia nocturna han tenido resultados contradictorios.

La reducción de proteínas puede ayudar a frenar la progresión de la enfermedad renal, y


un estudio de 1999 indicó que una dieta restrictiva podría retrasar la necesidad de
diálisis en pacientes con insuficiencia renal. (debe destacarse que una dieta que sea
intensamente baja en proteínas y sal unida a una ingesta alta de líquidos aumenta el
riesgo de hiponatremia, situación que puede causar cansancio, confusión y, en casos
extremos, constituir una amenaza para la vida.

Pescado: probablemente el pescado es la mejor fuente de proteínas para las personas


con diabetes. Tiene muchas ventajas:

• Varios estudios han observado que el comer pescado o marisco como mínimo
una vez por semana reduce el riesgo de muerte súbita debida a arritmias
cardíacas severas a menos de la mitad. El pescado aceitoso, como el salmón, pez
espada y atún, parece ser especialmente beneficioso. (los estudios de personas
que toman suplementos de aceite de pescado, que contienen ácidos grasos
omega-3, no han encontrado los mismos beneficios, indicando que el pescado
contiene otras sustancias protectoras).

• Otros ensayos indican que el comer pescado reduce los triglicéridos y la


lipoproteína A.
• El comer pescado también parece proteger el sistema nervioso central y reducir
los riesgos de otras enfermedades, como la artritis reumatoide, el asma, la colitis
ulcerosa y algunos cánceres.

En la actualidad, la mayoría de los estudios indican que el comer cantidades moderadas


(una o dos veces por semana) de pescado ofrece los beneficios mayores. Algunos
estudios observaron que las cantidades excesivas (cinco o seis veces por semana) podían
ser perjudiciales. Este riesgo puede ser debido a la presencia de mercurio en muchas
clases de pescado (el salmón es una excepción).

Soja: la soja es un alimento excelente. Es rico tanto en fibra soluble como insoluble,
ácidos grasos omega-3, y proporciona todas las proteínas esenciales. Los brotes de soja
también contienen estrógenos naturales, llamados isoflavonas, que tienen efectos
positivos sobre los niveles de lípidos. Varios estudios han observado que los sujetos que
consumen hasta 40 gramos de proteína de soja diarios reducen sus LDL en un 13%, sus
triglicéridos en un 11%, y aumentan las HDL en un 2%. Cuatro onzas de tofu equivalen
a aproximadamente de 8 a 13 gramos de soja, y una hamburguesa de soja contiene unos
18 gramos. El polvo de proteínas de soja que contiene unos 60 mg de isoflavonas puede
tener unos beneficios similares. Sin embargo, los comprimidos de isoflavonas
específicas de la soja no parecen ofrecer ninguna ventaja. (Nota: la salsa de soja sólo
contienen trazas de soja y tiene un contenido de sodio muy alto). Un hecho
posiblemente preocupante es que la alta ingesta de soja durante el embarazo puede tener
efectos adversos sobre el feto, aunque sólo se ha observado en estudios animales. Es
importante investigar más al respecto.

Carne: un estudio de 1999 sugirió que, para la protección cardíaca, no importaba si se


elegía el pescado, aves, buey o cerdo, si la carne era magra (las grasas saturadas de la
carne son el principal peligro para el corazón). El contenido de grasa de la carne es
diferente dependiendo del tipo de carne y la parte del animal. Es mejor comer pechuga
de pollo o pavo; los cortes más magros del cerdo (lomo y solomillo), ternera y buey son
prácticamente comparables al pollo en cuanto a sus calorías y contenido en grasa, así
como en su efecto sobre las LDL y HDL. Sin embargo, debe hacerse hincapié en que
incluso el pollo o la carne magra no mejoran los niveles de colesterol y, en términos de
salud cardiaca, el pescado es una elección más deseable.

Grasas y aceites

Recomendaciones generales: alrededor de dos tercios del colesterol del cuerpo no


proviene del colesterol de la comida, sino que es fabricado en el hígado, siendo su
producción estimulada por las grasas saturadas (la mayoría de productos animales). La
clave dietética para controlar el colesterol, por tanto, reside en entender las grasas y los
aceites. Cuando se trata de estudiar los efectos de la grasa en el cuerpo, sin embargo, el
problema es de una naturaleza compleja. Todas las grasas y aceites que se encuentran en
los alimentos están formados de unas cadenas de moléculas compuestas de carbono y
glicerol unidos por átomos de hidrógeno denominadas ácidos grasos. Hay tres tipos de
cadenas:

• Ácidos grasos monoinsaturados: tienen la menor cantidad de puentes de


hidrógeno. Se encuentran en los productos que provienen de las plantas.
• Ácidos grasos poliinsaturados: tienen dos o más puentes de hidrógeno. Se
encuentran en productos que provienen de las plantas.
• Ácidos grasos saturados: tienen el número máximo de puentes de hidrógeno. Se
encuentran en los productos animales.

Los aceites y grasas que comen los animales son casi siempre mezclas de los tres tipos
de ácidos grasos, pero un tipo acostumbra a predominar. Además, hay tres subgrupos
químicos de los ácidos grasos poliinsaturados llamados ácidos grasos esenciales: son los
ácidos grasos poliinsaturados omega-3 y omega-6 y los monoinsaturados omega-9.

Para complicar la situación, también existen los llamados ácidos transgrasos. No son
grasas naturales, sino que han sido sintetizadas añadiendo otro átomo de hidrógeno, en
un proceso llamado hidrogenación, a los ácidos grasos poliinsaturados. Este subgrupo
ha sido muy estudiado para determinar sus efectos sobre la salud.

Todas las grasas, buenas o malas, tienen las mismas calorías. Para calcular la ingesta
diaria de grasa, se debe multiplicar el número de gramos de grasa por 9 (un gramo de
grasa equivale a 9 calorías, saturada o insaturada) y dividirlo por el número total de
calorías deseadas. Una cucharilla de aceite, mantequilla o de otras grasas equivale a
cinco gramos de grasa.

Aunque hay mucha controversia sobre los efectos globales de la grasa, virtualmente
todos los expertos aconsejan limitar la ingesta de grasa saturada y de ácidos transgrasos
(que se hallan en los productos de pastelería envasados y en la comida rápida). Otros
ácidos grasos parecen tener beneficios.

Grasas perjudiciales: el reducir el consumo de grasas saturadas y de ácidos transgrasos


es el primer paso en el control de los niveles de colesterol mediante la dieta.

Grasas saturadas:

las grasas saturadas se encuentran predominantemente en los productos animales,


incluyendo tanto la carne como los productos lácteos. Se asocian potentemente con
niveles de colesterol elevados. (los llamados aceites tropicales como los de dátil, coco y
cacao, también son ricos en grasas saturadas. De todos modos, no hay evidencias sobre
su efecto sobre el corazón. Los países con la mayor cantidad de aceite de dátil, Costa
Rica y Malasia, también tienen una tasa mucho menor de enfermedades cardiacas y de
hipercolesterolemia que los países occidentales).

Ácidos transgrasos:

los ácidos transgrasos también son peligrosos para el corazón y pueden representar un
riesgo de ciertos cánceres. Se crean durante un proceso que intenta estabilizar las grasas
saturadas para que no se vuelvan rancias y para mantenerlas sólidas a temperatura
ambiente. Algunos expertos creen que estas grasas parcialmente hidrogenadas son
incluso peores que las saturadas porque aumentan las LDL, reducen las HDL y pueden
ser perjudiciales para el revestimiento interior de las arterias. Un estudio hecho en
80.000 enfermeras informó de que las mujeres cuyo consumo total de grasa era el 46%
de la ingesta calórica total no tenían más riesgo en general de un infarto de miocardio
que las mujeres que sólo ingerían el 30% de sus calorías en forma de grasa. Las mujeres
cuyas dietas eran altas en ácidos transgrasos, sin embargo, tenían un 53% más riesgo de
infarto comparándolas con las que consumían menos ácidos transgrasos. Las grasas
hidrogenadas se usan en la margarina y en muchas de las comidas rápidas y productos
de pastelería, incluyendo muchos de los panes precocinados. (la margarina líquida no
está hidrogenada y se recomienda, porque es "margarina libre de ácidos transgrasos").
La FDA requiere actualidad que las etiquetas de los alimentos incluyan información
sobre los ácidos transgrasos.

Grasas y aceites beneficiosos: debe hacerse hincapié en que algunas grasas son
esenciales para la salud y para el desarrollo adecuado de los niños. La atención pública
se ha centrado primordialmente en los beneficios o riesgos posibles de las grasas
monoinsaturadas (MI) y poliinsaturadas (PI). Las grasas poliinsaturadas se encuentran
en el girasol, maíz, y pescado, mientras que las monoinsaturadas se encuentran
predominantemente en los aceites de oliva, colza, y en la mayoría de los frutos secos.
Sin embargo, los estudios no están de acuerdo en sus efectos. Por ejemplo, los estudios
iniciales indican que las grasas monoinsaturadas ayudan a mantener niveles adecuados
de HDL, mientras que las poliinsaturadas los reducen. En general, no hay evidencias
claras sobre los efectos de las grasas MI y PI sobre los niveles de glucosa sanguíneos y
la insulina. algunos estudios no han encontrado ningún efecto. Sin embargo, en un
estudio, el aceite de girasol, MI, se asoció con un deterioro del control de glucosa, así
como con una elevación de los niveles de colesterol. Los investigadores están
interesados primordialmente en los componentes de los ácidos grasos que se encuentran
en estos aceites, llamados ácidos grasos esenciales, que pueden tener efectos más
específicos sobre los lípidos: tres ácidos grasos importantes son los omega-3, omega-6 y
omega-9. La comida acostumbra a contener una combinación de los tres bloques de
ácidos grasos, lo que podría ser la causa de la mezcla de resultados que se han
observado en las personas que los consumen.

• Los ácidos grasos omega-3 se subcategorizan en ácido alfa-linoléico (se


encuentra en el aceite de colza, brotes de soja, aceite de oliva y muchos frutos
secos y semillas) y ácidos docosahexanóico y eicosapentanóico (se encuentran
en el aceite de pescado y en la leche materna).

• Ácido alfa-linoléico: los estudios han indicado que los aceites vegetales que
contienen ácido alfa-linoléico son protectores del corazón. Se ha asociado al
aceite extra de oliva virgen con una reducción de la presión arterial y un estudio
del año 2000 informó de que podría tener beneficios específicos para los
diabéticos tipo 2. Sin embargo, un estudio muy pequeño también del año 2000
informó de niveles de colesterol más altos, incluyendo LDL, en las personas que
consumían aceite de oliva comparándolo con los que consumían aceite de
girasol. Muchos estudios han señalado a los frutos secos, que contienen ácidos
grasos omega-3, fibra y otras sustancias importantes y además son
especialmente beneficiosos para el corazón porque disminuyen las LDL y el
colesterol total sin aumentar los triglicéridos.

• Ácidos docosahexanóico y eicosapentanóico: los aceites de pescado, que


contienen ácidos docosahexanóico y eicosapentanóico, no tienen efecto sobre el
colesterol pero pueden ser beneficiosos para el revestimiento interior de los
vasos sanguíneos (el endotelio) y podrían mejorar la circulación de la sangre. En
un estudio en animales, el aceite de pescado también mejoró la sensibilidad a la
insulina (ver también "Proteínas" más arriba).

• Ácidos grasos poliinsaturados omega-6: se dividen en el ácído linoléico (se


encuentra en maíz, brotes de soja y aceite de colza) y en los ácidos
araquidónicos. Los ácidos poliinsaturados que contienen linoléico constituyen la
mayoría de los aceites consumidos en los EEUU. Algunos estudios han
observado una protección mayor para el corazón con los omega-6 que con los
omega-3, pero los omega-6 también se han asociado con el aumento de unos
productos llamados eicosanoides, que se han asociado con el crecimiento
tumoral en animales.

• Ácidos grasos omega-9: la fuente principal es el aceite de oliva.

Los estudios han indicado que, en un equilibrio adecuado, todos estos ácidos grasos son
esenciales para la vida. Por ejemplo, tanto los omega-3 como los omega-9 contienen
sustancias químicas que neutralizan los eicosanoides perjudiciales que se hallan en los
omega-6. Sin embargo, las investigaciones sugieren que en nuestra cultura occidental, la
dieta contienen una relación poco saludable de omega-6 respecto a los omega-3 (10 a
1). La idea es pues obtener un mejor balance de ácidos grasos sin ingerir demasiadas
calorías.

Sustitutos de la grasa: los sustitutos de la grasa, añadidos a alimentos comerciales y a


productos de pastelería, proporcionan algunas de la calidades deseables de la grasa pero
no añaden tantas calorías. Incluyen los siguientes:

• Algunos sustitutos, como el gel de celulosa Avicel, Carrageenan, la goma guar y


la goma arábica se han usado durante décadas en muchos alimentos comerciales.

• Los esteroles, unas sustancias vegetales, reducen los niveles de colesterol


impidiendo su absorción en el tracto intestinal. Un esterol llamado sitostanol,
también llamado estanol, está siendo usado en margarinas (Benecol, Take
Control). E Take Control es un derivado de los brotes de soja, siendo efectivo.
Los estudios sobre las margarinas con estanol han informado de que dos tomas
al día dentro de una dieta baja en grasas pueden descender los niveles de LDL y
de colesterol total. De alguna preocupación es la posibilidad de que el estanol
bloquee la absorción de nutrientes importantes de características grasas, como
las vitaminas A, E y D y los carotenoides (compuestos, el más importante el
caroteno, que se convierten en vitamina A). un estudio sugirió que no tenía
ningún efecto sobre las vitaminas pero dificultó la absorción de beta-caroteno.
En las personas que ya estén en una dieta baja en grasas, la adición de esta
margarina probablemente no producirá mayores beneficios.

• El Olestra (Olean), pasa a través del cuerpo sin dejar ninguna caloría
proveniente de la grasa (sin embargo, debe comentarse que los alimentos que
contienen Olestra sí que tienen calorías provenientes de carbohidratos y de
proteínas). Un estudio del año 2000 informó de cambios saludables en los
niveles de colesterol en personas que habían tomado Olestra durante un año. Los
informes preliminares de rampas y de diarrea tras ingerir alimentos con Olestra
no han probado ser significativos. De mayor preocupación es el hecho de que
incluso pequeñas cantidades de Olestra vacían al cuerpo de ciertas vitaminas y
nutrientes que son importantes para la protección de enfermedades graves, como
el cáncer. La FDA obliga a añadir vitaminas a los productos con Olestra, pero
ningún nutriente más.

• Están en investigación los sustitutos de la grasa que contienen beta-glucán, la


fibra soluble que se encuentra en los cereales (p.ej, Nu-Trim). Pueden tener
beneficios para la salud reduciendo las calorías y reemplazando las grasas
hidrogenadas o saturadas.

Pese a todo, las personas deberían limitar las comidas bajas en grasa y los sustitutos de
la grasa en sus dietas. Aunque uno pudiera creer que comiendo estos productos también
se reducen las calorías, a menudo no es el caso. Muchos productos comerciales bajos en
grasa (light) tienen calorías extra provenientes de azúcar y de otros carbohidratos. Un
estudio ha observado que las personas que consumen alimentos que contienen sustitutos
de la grasa no aprenden a rechazar los alimentos grasos, mientras que las personas que
aprenden a cocinar usando alimentos que naturalmente son bajos en grasa, pueden llegar
a perder el interés por las dietas ricas en grasas.

Algunos ejemplos de alimentos sanos


Alimentos Fitoquímicos y Vitaminas y otros Beneficios
Carotenoides nutrientes
importante
s

Manzanas Flavonoides Fibra Puede tener


actividad frente a
ciertos cánceres
(pulmón).
También puede
ayudar a mantener
un colesterol
saludable.

Judías Flavonoides Ácido fólico, Algunos expertos


hierro, potasio y creen que las
zinc. Fibra judías son el
alimento perfecto.

Bayas, todas las Ácido elégico Vitamina C, Puede proteger


de color oscuro minerales. frente al
envejecimiento.
(en un estudio los
arándanos fueron
los más efectivos).

Bróquil (también Flavonoides, Vitamina C, Propiedades


la col, coles de folatos, fibra y anticancerosas.
Bruselas y isotiocianatos selenio. Protectores frente
coliflor) a las enfermedades
cardiacas y
embolias
cerebrales.

Zanahorias y Luteína, beta- Vitamina A (a Protege los ojos,


otros vegetales de carotenos partir de los los pulmones (el
color amarillo carotenoides), cocinar las
brillante vitamina C y zanahorias podría
fibra. incluso potenciar
los nutrientes)

Pescado, aceitoso Vitamina B3, Protectores de


(salmón, B12. Ácidos corazón y cerebro.
sardinas..) grasos esenciales.
Selenio

Ajo Allium Contribuye a los


(organosulfuros) niveles adecuados
de colesterol.
Posible acción
antiinfecciosa.

Gengibre Zingiberáceae Propiedades


anticancerosas.

Cereales (enteros) Lignanos Vitamina B, Puede ayudar a


(fitoestrógenos) selenio (un reducir la
importante capacidad de
antioxidante invadir tejidos
mineral), fibra, sanos de las
folato. células
cancerígenas.

Uva y vino tinto Flavonoides, Propiedades contra


resveratrol. enfermedades
cardiacas y cáncer.

Frutos secos Vitamina E, Protege el corazón


vitamina B1, y puede prevenir
ácidos grasos la embolia
esenciales, folato, cerebral.
fibra.

Cebolla Flavonoides, Puede tener


allium actividad contra
(organosulfuros) ciertos cánceres
(pulmón).

Naranjas Monoterpenos Vitamina C, Puede tener


folato, fibra beneficios para la
salud.

Boniatos Vitamina C, Puede tener


vitamina E, beneficios para la
vitamina A salud.

Soja Isoflavonas, Puede tener


(fitoestrógenos), efectos similares a
flavonoides, los estrógenos,
fitosterol, fitato, incluyendo la
saponinos. conservación del
hueso y beneficios
para el corazón.
Puede también ser
protectora frente al
cáncer de próstata
y probablemente
otros cánceres. Se
necesitan más
estudio (nota: han
sido preocupantes
algunos estudios
que han informado
de un declive
mental mayor en
personas que
comían grandes
cantidades de
tofu).

Espinacas y otras Zeaxantina, beta- Vitamina C, Protege los


verduras de color caroteno folato, vitamina A pulmones y el
verde oscuro (a partir de los cerebro
carotenoides)

Té (el té verde Flavonoides Propiedades


tiene incluso más anticancerígenas,
beneficios) en especial el té
verde. El té negro
no parece tener
estos beneficios.
Tanto el té verde
como el negro
tienen propiedades
protectoras del
corazón y podrían
proteger frente a
las embolias
cerebrales.

Tomates Licopeno, Vitamina C, Los estudios los


flavonoides biotina, minerales han relacionado
con reducciones
del cáncer de
próstata y de otros
cánceres. Activos
contra la
infección.

Colesterol de la dieta

El tema del colesterol que hay en la dieta no está enteramente claro. El colesterol sólo se
encuentra en los tejidos animales, con grandes cantidades en la carne, lácteos, yema del
huevo y marisco. La Asociación Americana del Corazón recomienda no tomar más de
300 mg de colesterol al día. Sin embargo, un estudio estimó que el reducir el colesterol
diario a 100 mg sólo produciría una disminución de un 1% en los niveles de colesterol.
De destacar son unos estudios que indican que aunque el colesterol de la dieta por sí
mismo no parece aumentar el riesgo de enfermedades cardiacas en personas sanas, las
personas con diabetes, en especial los tipo 2, pueden ser una excepción. Hasta que se
investigue más al respecto, deben considerar evitar comer huevos o otros alimentos
ricos en colesterol (como las gambas) más de una vez por semana.

Vitaminas

Propiedades antioxidantes: actualmente, el beneficio más importante de las


vitaminas A, C, E y muchos otros carotenos y fitoquímicos es su papel como
antioxidantes, interceptores de unas partículas llamadas radicales libre de
oxígeno (también llamados a veces antioxidantes). Estas sustancias
químicamente activas son productos de muchos procesos normales del
organismo. Aumentan en determinados ataques ambientales, como el tabaco,
sustancias químicas, toxinas y el estrés. A niveles elevados, los oxidantes
pueden ser muy dañinos:

• Pueden dañar las membranas celulares e interactuar con el material genético,


probablemente contribuyendo al desarrollo de varias enfermedades, como la
diabetes, cáncer, enfermedades cardiacas, cataratas e incluso el propio proceso
del envejecimiento.

• Los radicales libres de oxígeno también potencian las propiedades perjudiciales


del colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad (LDL), un actor principal
en el desarrollo de la ateroesclerosis.

Las vitaminas antioxidantes (A, C y E), los carotenoides y muchos fitoquímicos pueden
neutralizar los radicales libres y pueden reducir o incluso prevenir algunos de sus
efectos perjudiciales. Desgraciadamente, aunque está claro que las vitaminas son
necesarias para prevenir las enfermedades por déficit de las mismas, los posibles
beneficios de su ingesta a altas dosis no han sido probados en la mayor parte de las
ocasiones. Hasta ahora, no hay evidencias fuertes de que los suplementos de
antioxidantes tengan un efecto protector real. En algunos casos, las dosis altas pueden
ser perjudiciales (ver el cuadro "Nota de precaución sobre las vitaminas antioxidantes").

Vitamina E: la vitamina E puede prevenir los coágulos de la sangre y la formación de


las placas grasas y proliferación vascular de las paredes de las arterias. Sin embargo, los
estudios a largo plazo de las personas que tomaban suplementos de vitamina E tuvieron
resultados diferentes. Muchos no encontraron ningún beneficio, o beneficios modestos.
Por ejemplo, un gran estudio del año 2000 informó de que los pacientes que tomaban
vitamina E naturales a dosis de 400 IU durante cuatro a seis años no tuvieron ninguna
protección adicional contra las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, es de
interés un estudio muy pequeño del año 2000 que informó de que cuando las personas
con diabetes tipo 2 tomaban altas dosis (1200 IU) de vitamina E, tuvieron menos
evidencias de inflamación de los vasos sanguíneos, un indicador de un riesgo mayor de
enfermedades cardiacas y de embolias cerebrales. Otros estudios han observado
resultados similares en las personas con diabetes tipo 1 después de unos suplementos de
vitamina E durante mucho tiempo, así como también observaron efectos beneficiosos
sobre los niveles de colesterol. De hecho, algunos expertos recomiendan suplementos de
vitamina E durante toda la vida en las personas con diabetes tipo 1. Los diferentes
compuestos de vitamina E, como el gammatocoferol o el tocotrienol pueden tener
beneficios que es suplemento sintético estándar (d-l alfatocoferol) no tiene. Los estudios
son bastante consistentes en cuanto a afirmar que el comer alimentos ricos en vitamina
E de forma natural puede ser protector.

Vitamina C: la vitamina C parece mantener la flexibilidad de los vasos sanguíneos y


mejorar la circulación en las arterias de los fumadores. Estos hallazgos se han
observado por norma general en el laboratorio. Sin embargo, no hay evidencias de que
los suplementos de vitamina C ofrezcan protección alguna frente a las cardiopatías.
Además, hay evidencias de que las dosis altas pueden acelerar los procesos destructivos
que puedan ya existir en las arterias.

Vitaminas del complejo B: varios estudios importantes han demostrado una relación
entre la deficiencia de las vitaminas B como el ácido fólico (folato), B6 y B12 y una
elevación en la sangre de los niveles del aminoácido homocisteína, un factor de riesgo
de ateroesclerosi y posiblemente también de mortalidad en los pacientes con diabetes
tipo 2. El ácido fólico es especialmente potente para reducir los niveles de
homocisteína. (el comer verduras verdes y legumbres, cerealses enriquecidos y zumo de
naranja, que son ricos en folato, también los reduce). No está claro todavía si el reducir
los niveles de homocisteína realmente tiene un efecto protector contra las enfermedades
cardíacas. Actualmente hay en marcha varios estudios grandes y los resultados
preliminares son prometedores. Otra vitamina B importante es la niacina (Vitamina B3),
que tiene beneficios especiales para los pacientes con colesterol alto. Ha habido cierta
preocupación sobre si los niveles altos podrían tener efectos negativos sobre el control
de la glucosa. Sin embargo, un estudio del año 2000 encontró que la niacina mejoraba
los niveles de colesterol y de triglicéridos sin efectos significativos sobre los niveles de
glucosa (ver también el informe de Well-Connected "Colesterol").
Nota de precaución sobre los suplementos a altas dosis de antioxidantes

Algunos estudios están sugiriendo en la actualidad que el uso excesivo de los


suplementos de antioxidantes pueden interferir con otros nutrientes o convertirse en pro-
oxidantes y ser perjudiciales. De especial interés son unos estudios que han hallado un
aumento del cáncer de pulmón y de la mortalidad global en las personas fumadoras que
tomaban suplementos. Además, un estudio del año 2000 informó de un riesgo mayor de
cáncer en los varones fumadores que tomaban suplementos multivitamínicos y A, C o
E. para determinar las razones de este efecto, un estudio en animales sugirió que los
beta-carotenos aumentaban unas enzimas en el pulmón que lo que hacían en realidad era
promover los cambios cancerígenos. Y, más preocupante, en las personas con cáncer ya
existente, las dosis altas de vitaminas antioxidantes, como la vitamina C o los beta-
carotenos podrían incluso proteger las células cancerosas (tal y como lo hacen con las
células sanas). También hay evidencias de que las altas dosis de vitamina C aceleran la
ateroesclerosis.

Minerales

Magnesio: La deficiencia de magnesio puede tener algún papel en la resistencia


a la insulina y en la hipertensión arterial. Un estudio informó de que los niveles
disminuidos de magnesio en sangre se asociaban con un riesgo mayor de
diabetes tipo 2 en personas blancas, no en los afroamericanos. Sin embargo, la
ingesta de magnesio en la dieta no parece jugar ningún papel para aumentar o
reducir el riesgo en ningún grupo de población. Es más probable que la diabetes
cause la pérdida de magnesio. No se recomienda la toma de suplementos de este
mineral si no se demuestra la existencia de concentraciones disminuidas. Las
personas que reciben diuréticos por su hipertensión arterial pueden necesitar
aporte suplementario de potasio, aunque, en otros casos que incluyen ciertos
problemas renales, pueden presentar una sobrecarga de potasio, por ello, los
suplementos de este mineral tampoco se recomiendan de forma general, sin
previa consulta médica.

Cromo: Algunos estudios han informado de una asociación entre las deficiencias
de cromo y un riesgo mayor de diabetes tipo 2. Los estudios en ratas obesas a las
que se les dio cromo informaron de una mejoría en la sensibilidad a la insulina y
en el metabolismo de la glucosa. Sin embargo, los estudios en pacientes
humanos de diabetes tipo 2 informaron de pocos beneficios y de algunos efectos
adversos. Muchos enfermos con diabetes tipo 2 son deficitarios en zinc, aunque
se necesitan más estudios para establecer los beneficios o riesgos que pueda
tener la toma de suplementos de este elemento. El zinc tiene algunos efectos
secundarios tóxicos y algunos estudios han asociado su ingesta elevada con el
desarrollo de cáncer de próstata.

Sal y sodio

La sal puede aumentar la tensión arterial y los pacientes con diabetes deberían limitar su
ingesta, en especial si también son hipertensos, obesos o ambos. Las personas obesas
que tienen una ingesta alta de sodio también pueden tener un riesgo aumentado de
muerte por enfermedades cardiacas. Las dietas ricas en sal en las personas que son
sensibles a la sal pueden dañar el riñón y el cerebro, incluso independientemente de la
presión arterial. Además de ayudar a disminuir la tensión arterial, la restricción de sal
aumenta los beneficios de algunos fármacos antihipertensivos al reducir la pérdida de
potasio, y puede ayudar a proteger contra la enfermedad renal en los pacientes que
toman también fármacos bloqueadores del calcio para su hipertensión arterial.

Aunque no está claro si la restricción de sodio añade algún beneficio para las personas
con diabetes cuyas dietas son ricas en frutas, verduras y lácteos desnatados y que no son
sensibles a la sal, siempre es bueno intentar consumir un máximo de 2000 mg de sodio.
El simple hecho de eliminar la sal de la cocina puede ser beneficioso. Los alternativos a
la sal, como el Cardia, que contiene una mezcla de potasio, sodio y magnesio pueden
comprarse actualmente pero son caros. Sin embargo, debe destacarse que alrededor del
75% de la sal que se consume en la típica dieta americana proviene de los alimentos
comercialmente procesados, por lo que los sustitutos a la sal de mesa tienen unos
beneficios modestos. Se necesita algo de sodio para proteger al corazón, pero la mayoría
de los expertos están de acuerdo en que la cantidad es mucho menor que lo que se usa
en la dieta americana media.

Alcohol.
Estudios de 1999 y del año 2000 han sugerido que la ingesta moderada de alcohol (uno
o dos vasos al día) puede tener beneficios específicos para las personas con diabetes tipo
2. En uno de ellos se asoció aun riesgo reducido de muerte por enfermedad cardiaca, y
en el otro fue protector de la diabetes tipo 2. El vino particularmente parece tener
algunos efectos beneficiosos sobre la salud. En un estudio, el tomar vino tinto con las
comidas redujo los niveles de glucosa en algunos casos (el alcohol por si mismo no
tiene efecto sobre los niveles de glucosa). Sin embargo, cuando se utiliza insulina o
sulfonilureas, el alcohol puede causar hipoglucemias asintomáticas, de las que el
bebedor puede no darse cuenta. Las mujeres embarazadas o los pacientes con riesgo
para presentar abuso de alcohol no deben beber.

Bebidas con cafeína

• Té: el té parece tener un efecto positivo sobre el corazón. Aunque contiene


cafeína, también es rico en flavonoides y otras sustancias que ofrecen protección
contra las formas perjudiciales de LDL. El té verde ha sido comentado muy a
menudo por sus beneficios sobre la salud, pero el té negro también puede ser
beneficioso. En un estudio, el consumo más elevado de té, especialmente por
parte de las mujeres, se asoció con un riesgo reducido de enfermedades
coronarias graves. El té también contiene ácido fólico, que reduce los niveles de
homocisteína, un posible factor en la enfermedad coronaria.

• Café: el consumo regular de café tiene un efecto perjudicial en las personas que
sufren de hipertensión arterial (la cafeína causa una elevación transitoria en la
presión arterial de todas las personas, que se cree que es inofensiva en las
personas normales). El café sin filtrar (café turco, escandinavo o francés y el
expresso), contiene un alcohol llamado cafestrol, que puede aumentar los niveles
de colesterol. El café filtrado no contiene este residuo. De preocupación es un
estudio que ha observado que los niveles de homocisteína aumentan en las
personas que toman muchas tazas de café al día (el descafeínado no aumenta los
niveles). La homocisteína es un factor posible en la enfermedad de las arterias
coronarias. Por otra parte, el café, al igual que el vino tinto, contiene fenol, que
ayuda a prevenir la oxidación del colesterol LDL. Un estudio de 1999 informó
de una efecto de la cafeína sobre el cerebro que tiene implicaciones en la
diabetes: reduce el flujo sanguíneo del cerebro incluso cuando hay suficiente
glucosa. Las personas con diabetes que toman dos o tres tazas de café pueden
creer que están hipoglucémicos, cuando sus niveles de glucosa realmente son
normales. Un estudio sugirió que este efecto puede ayudar a reconocer los
síntomas de la hipoglucemia en las personas que tienen dificultades para
reconocer sus síntomas.

algunas dietas especifícas para las personas con diabetes

Cualquier persona con diabetes necesita algún tipo de dieta planificada. Sin embargo,
diferentes personas tienen diferentes necesidades. Por ejemplo, un diabético tipo 2 que
tenga sobrepeso y resistencia a la insulina puede necesitar ingerir un balance
carbohidratos-proteínas diferente que un diabético tipo 1 delgado en peligro de sufrir
enfermedad renal. Los hábitos dietéticos adecuados junto con un buen control de la
glucosa sanguínea son las metas más importantes en esta enfermedad, y hay varios
métodos adecuados para conseguirlas:

• Simplemente una dieta sana para el corazón junto con el control del peso puede
ser suficiente para las personas con diabetes tipo 2. Un estudio en personas con
diabetes tipo 2 comparó varios planes dietéticos: una dieta rica en carbohidratos
y fibra, una dieta baja en grasas, y una dieta de control del peso. Después de 18
meses, todos los grupos experimentaron una mejoría en los niveles de
hemoglobina glicosilada y de colesterol. Los investigadores concluyeron que los
posibles beneficios de la dieta no provienen del régimen específico, sino que se
deben a que las personas del estudio estaban más atentas y enfocadas hacia la
dieta. En otras palabras, cualquier dieta saludable funcionará si los pacientes la
siguen.

• Existen también otros métodos dietéticos más complicados para controlar el


azúcar en los pacientes diabéticos tipo 1 y tipo 2. El más usado para controlar la
glucosa es el uso de las "Tablas de Intercambios para Diabetes". Otros métodos
más sofisticados incluyen el cálculo de los gramos de hidratos de carbono y su
ajuste según las concentraciones sanguíneas de glucosa.

Si uno de estos métodos consigue controlar las concentraciones de glucosa, no existe


ninguna razón para escoger otro. Cualquiera de ellos puede ser efectivo, sin embargo,
puesto que la regulación de la diabetes es una situación individual, cada paciente con la
ayuda de un dietista, debería seleccionar el mejor método para él.

Algunas sugerencias para conseguir una dieta sana para la diabetes

• En general, todo el mundo debería intentar tomar 5 raciones de frutas y verduras


y seis raciones de cereales enteros cada día, y dos raciones semanales de pescado
azul.

• Deben preferirse los carbohidratos complejos que tienen un índice glucémico


menor y son ricos en fibra. Por lo general, esto se refiere a los cereales enteros
(la fibra soluble es la mejor para mejorar los niveles de colesterol. La fibra
insoluble es adecuada para el control del peso) [ver la tabla del índice glucémico
de algunos alimentos más abajo].

• A la hora de elegir grasas y aceites, deben preferirse las grasas monoinsaturadas


(aceite de oliva o de colza), aunque también se pueden incluir aceites
poliinsaturados como el de girasol..

• A la hora de elegir frutas y verduras, elegir las de color intenso (rojo, azul,
amarillo, verde).

• Incluir una ración diaria de frutos secos, legumbres o semillas.

• Para elegir proteínas, deben comerse con moderación, y preferir las del pescado
o de la soja sobre las de la carne (evitar, en cualquier caso, las carnes muy
grasas).

• Cuando se elijan alimentos con azúcar, elegir las frutas frescas, pero hacerlo con
moderación.

• Evitar las dietas que tienen alto contenido de proteínas y bajo de carbohidratos,
porque nadie con diabetes debería comer demasiadas proteínas. Además, la
ingesta baja de carbohidratos aumenta los ácidos grasos libres tras las comidas,
lo que aumenta a su vez la resistencia a la insulina.

• Reducir la sal.

• Evitar las grasas saturadas (animales) y los ácidos transgrasos (grasas de comida
rápida y de productos de pastelería comercializados).

El paciente trabaja con el dietista durante dos sesiones de 45 a 90 minutos para


planificar cuantos gramos de carbohidratos necesita. Hay tres grupos de carbohidratos:

• Pan/farináceas
• Fruta
• Leche

Una ración de cada grupo debe contener entre 12 y 15 gramos de carbohidratos

El plan contempla alimentos:


- bajo en azúcares
- pobre en grasas
- Rico en fibras
- Hidratos de Carbono en justa medida

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