Está en la página 1de 7

Trabajo Práctico

Materia: Pedagogía

Profesora: Natalia Clementi

Alumnos: Carlos Ferreyra


Martin Guzman
Rolando Choque
Andrea Mansilla
Camilo Talavera
Tres experiencias de Aprendizaje-Servicio

1) Proyecto Solidario “Ayudando Al Que No Puede”

En la escuela número 14 de Villa Rosa, en el área de Educación Física se


estableció un proyecto solidario, por parte de los profesores en y colaboración con los
alumnos, que consistió en una interesante y didáctica exhibición de baloncesto en
sillas de ruedas a la que asistió la comunidad educativa.

Este evento suponía un doble objetivo. En primer lugar, fomentar la práctica de


éste deporte, y a su vez sensibilizar a la comunidad sobre las dificultades que implican
determinadas condiciones físicas como también la capacidad de superación de estas
adversidades. De esta manera, se desarrollaría un proyecto que involucraría a jóvenes
con discapacidades físicas.

La exhibición comenzó con la presentación de los jugadores y una breve charla


sobre las características particulares de esta modalidad deportiva. A continuación, se
dio paso al encuentro, en el se pudo disfrutar de un gran ritmo y dinamismo con cada
jugada.

Para finalizar, algunos de los asistentes tuvieron la oportunidad de probar una


silla de ruedas, experiencia que serviría para generar conciencia sobre la verdadera
dificultad que supone la práctica de esta rama del baloncesto.

Este proyecto empezó a desarrollarse en distintas escuelas de la zona donde


los alumnos motivaron a otros para seguir extendiendo esta beneficiosa actividad para
la comunidad. Esta expansión y socialización contribuyó a la inclusión de los
adolescentes con distintas condiciones físicas. Así, con el apoyo de la institución y los
profesores, los alumnos logran compartir y enseñar valores de igualdad y solidaridad
en un campo de juego como en otros aspectos de la vida.

2) Proyecto Solidario “Para El Comedor Del Barrio”

El colegio Media 9 de Peruzzotti, Localidad de Pilar, impulsó a los alumnos y


alumnas de sexto año del nivel secundario a realizar un proyecto solidario. La
propuesta sería colaborar con el comedor del barrio ubicado cerca del predio del
colegio. Toda la comunidad de la zona se comprometió con el proyecto, dirigido por
profesores y alumnos. A raíz de esto, los docentes articularon diferentes trabajos
prácticos dentro del aula. Los trabajos consistirían en reforzar los valores de la
solidaridad, a medida que también ayudan con la recolección de alimentos para el
comedor.

La escuela, además de recolectar las donaciones, propuso jornadas con


docentes y alumnos en el comedor en el cual realizaron rifas y sorteos .

3) Proyecto Solidario “Donaciones de Juguetes”

Este proyecto nace con el objetivo de atender las necesidades de recreación y


aprendizaje a través del juego de los niños del jardín perteneciente a la comunidad
educativa de Villa Laza, con quienes la escuela secundaria comparte espacios
institucionales.

“La Fábrica de Juguetes” es un espacio de juego y aprendizaje adolescente,


para ayudar a crear un espacio de juego en el jardín; un recorrido realizado por la
docente María Flores, la colaboración de carios docentes junto a los alumnos de
primer y segundo año del secundario, que promueve la solidaridad y la participación
comunitaria y ciudadana de los alumnos.

Es así que dando cierre a este proyecto, entregaron 40 juguetes didácticos


confeccionados por los mismos alumnos a los niños del Jardín de Infantes 912,
fortaleciendo y favoreciendo de esta forma el derecho a jugar de los niños, permitiendo
que se los utilice como herramienta de enseñanza de valores sociales.

Concepto de Aprendizaje-Servicio

En primer lugar, sería prudente brindar un acercamiento al concepto de


“aprendizaje-servicio” que detalla Nieves Tapia en su texto Aprendizaje y Servicio
Solidario. La autora establece claras diferencias entre distintos tipos de actividades
solidarias: I) Trabajo de Campo II) Iniciativas Solidarias Asistemáticas III) Servicio
Comunitario Institucional IV) Aprendizaje-Servicio

A partir de estos cuatro conceptos se pueden apreciar en cada uno de los


casos distintos grados de calidad. La “calidad” debe ser entendida en dos ejes
distintos, siendo el primero la calidad pedagógica y el segundo la calidad solidaria. En
el primer eje, se debe tener en consideración el grado de eficacia que el proyecto
presenta en cuanto al impacto de éste en los aprendizajes académicos formales. Por
otro lado, la calidad en cuanto a servicio solidario está asociada con la efectiva
satisfacción de los receptores del mismo (con impactos mensurables en la calidad de
vida de la comunidad, con la posibilidad de alcanzar objetivos de cambio social a
mediano y largo plazo, y no sólo de satisfacer necesidades urgentes por única vez.)

Así, se podría afirmar que el trabajo de campo (I) es una acción educativa que
no genera un aporte a la comunidad ya que es de un carácter estrictamente
académico; una investigación que si bien implica un contacto con las problemáticas
reales de la comunidad, no tiene interés o intenciones de generar un cambio, sólo las
ve como un objeto de estudio.

En segundo lugar, se puede observar que en cuanto a las iniciativas solidarias


asistemáticas (II) se caracterizan por su intención solidaria, pero al no estar reguladas
por las instituciones, resultan actividades esporádicas y sin un impacto importante en
la calidad del servicio. De la misma forma, generan una muy pobre articulación con los
aprendizajes académicos formales.

En tercer lugar, el servicio comunitario institucional se caracteriza por proveer


un servicio de mayor calidad a la comunidad, que está sostenido en el tiempo y
enraizado en el proyecto institucional. Pero en cuanto al aprendizaje, si bien resulta
efectivo en la incursión de valores sociales a los alumnos, es improbable que impacte
en los aspectos académicos de éstos.

Finalmente, el aprendizaje-servicio (IV) brindan en simultáneo una alta calidad


de servicio y un alto nivel de aprendizaje, generando un doble impacto: en lo
pedagógico y en lo social. Éste, entonces, se distingue por tres características
específicas:
a) está protagonizada fundamentalmente por los estudiantes
b) se propone atender solidariamente una necesidad real y sentida por
la comunidad (intencionalidad solidaria)
c) está planificada no sólo para atender a esa necesidad social, sino
para mejorar la calidad de los aprendizajes escolares
(intencionalidad pedagógica)
El primer punto (a) corresponde al protagonismo de los estudiantes y enfatiza
en la importancia de que los alumnos sean los actores principales del proyecto,
teniendo un rol activo en el desarrollo de las actividades vinculadas al diagnóstico
previo, en la planificación, en la gestión de los recursos, y en todas las actividades
previstas, incluidas la evaluación. Si no se les cede este papel, es muy probable que el
alumnado no esté motivado en el proyecto, y la falta de motivación derivaría en poco o
nulo aprendizaje. En este sentido, el liderazgo que ejerza el docente debe estar en la
misma posición que el liderazgo desarrollado por los alumnos, actuando de forma
colaborativa y sinérgica.

El segundo punto (b) se vincula a la intencionalidad solidaria y afirma que el


objetivo de un proyecto de aprendizaje-servicio es brindar un servicio concreto, no una
acción efímera que tenga impacto para bien solo en las conciencias de los alumnos,
sino que enfrente de manera concisa (y atenida a las circunstancias reales de la
situación) las problemáticas más relevantes y accesibles de la comunidad, generando
una solución que se mantenga y progrese en el tiempo para los verdaderos afectados.

El tercer punto (c) responde a la intencionalidad pedagógica. El aprendizaje-


servicio no es una actividad “extra-programática”. Al contrario: uno de sus principales
propósitos es que los alumnos “aprendan más contenidos científicos, desarrollen más
competencias lingüísticas y comunicacionales y en general, aprendan más y mejor de
lo que hubieran aprendido por las vías tradicionales.”

Fundamentación

Habiendo descrito las principales ideas que implica Aprendizaje-Servicio según


la autora, Nieves Tapia, se procederá a desarrollar una fundamentación que vincule a
este concepto con los proyectos solidarios previamente expuestos.

En cuanto al protagonismo de los estudiantes, queda en evidencia que en los


tres casos el rol principal y liderazgo fue ejercido por los estudiantes, teniendo una
participación activa en el desarrollo de los distintos eventos.

En el primer caso (1) el rol de los estudiantes se muestra activo en cuanto al


planteo desde el inicio de la exhibición (en colaboración con los profesores) y el
posterior esfuerzo por parte del alumnado de expandir el proyecto y entusiasmo por
éste a otras instituciones.

En el segundo caso (2) los alumnos cooperan de forma activa en el comedor,


generando a partir de la jornada propuesta por la institución, nuevas actividades y
dándole más usos al comedor para toda la comunidad.

En el tercer caso (3) los alumnos tuvieron un papel fundamental en el


desarrollo del proyecto, ya que fueron los que generaron el espacio y quiénes
confeccionaron los juguetes que serían donados a los niños.

En cuanto a la intencionalidad solidaria (b) en el primer caso (1) se logró un


gran avance en la enseñanza de tolerancia y comprensión de los jóvenes que tienen
distintas condiciones. En el segundo caso (2) el proyecto tuvo tal impacto que gran
parte de la comunidad fue partícipe de éste y no se redujo a una actividad
exclusivamente de los alumnos. En el tercer caso (3) el proyecto benefició a los más
jóvenes de la comunidad y del jardín con la donación de los juguetes.
En cuanto a intencionalidad pedagógica (c) no está muy detallado en los
proyectos brindados. Se sabe que en el primer proyecto (1) los jóvenes se vieron
involucrados en actividades relativas a la educación física, en el que aprendieron los
distintos detalles del deporte exhibido. En el segundo proyecto (2) se específica que
los docentes de las distintas áreas brindaron trabajos prácticos a los alumnos que se
relacionaban con el proyecto solidario.

Concepto de Didáctica Crítica

La didáctica crítica es una corriente pedagógica que se origina a partir de las


ideas desarrollada a partir del pensamiento posmoderno.

Esta corriente entiende que el proceso de aprendizaje-enseñanza no puede ser


considerado “neutro” y que debe, inevitablemente, tener distintas posiciones políticas.
De esta forma, el aprendizaje se concibe como una forma de construcción que no es
sólo una consecuencia de una enseñanza automatizada, sino que implican distintos
actores tales como os intereses, conocimientos previos, experiencias, entre otros.

La misma discute con las corrientes más tradicionales y tiene como principal
objetivo la emancipación de los alumnos y el desarrollo de una mirada crítica, en los
que éstos sean capaces de discernir la distintas variables del conocimiento a la vez
que puedan emitir una opinión al respecto y tomar una determinada posición. Este
trabajo anima a los alumnos a una construcción en sus vidas mediante la crítica social
y desnaturalización de situaciones para su transformación..

“Por ello, en un aula en la que se promueva la visión crítica de la educación, los


estudiantes deben aprender a pensar por sí mismos y a pensar sobre los
conocimientos e ideas que van adquiriendo.” (Cita extraída del archivo Word sobre la
didáctica crítica brindado por la profesora)

De esta forma, se nos presenta un modelo educativo en el que la interacción


entre el rol docente y el de educando se vuelve activa en el sentido que las clases se
prestan (se deben prestar) a debates, discusiones e intercambios de opiniones, con el
objetivo primordial de promover la racionalidad en los alumnos.

Relación entre la didáctica crítica y el aprendizaje-servicio

Una primera consideración a tener en cuenta sobre la relación entre la


didáctica crítica y el aprendizaje-servicio serían los efectos de la globalización que
detalla María Cristina Reigadas en su texto Los Desafíos de la Educación Argentina
en el Siglo XXI. Los distintos cambios que se originaron en el siglo XX y progresaron
intensamente en este siglo dieron lugar al desarrollo de un fenómeno más que
importante: la diversificación de una sociedad en la cual ya no será viable entenderla
como una comunidad homogénea, sino que debe comprenderse en una multiplicidad
de subjetividades.

Esta diversidad supone al menos dos cuestiones: en primer lugar, la necesidad


de acabar con una lente de “pensamiento único” que se ha mantenido durante los
años 90 en Argentina y que ahora, bajo estas nuevas circunstancias, sería ridículo
mantener. Es necesaria una reestructuración educativa con la cual se genere una
visión cosmopolita del aprendizaje. Esto no significaría una modificación a los
contenidos (y al modelo) académicos y ya, sino que también debería repensarse todas
las variables de poder que afectan las relaciones educativas. En este punto, resulta
interesante repasar la concepción de una escuela crítica detallada por la autora
Margarita Panza González, quién propone una evaluación por parte de los alumnos y
docentes con respecto al poder que éstos ejercen en las instituciones educativas (“En
la institución escolar, el examen del problema del poder propicia una toma de
conciencia de que la escuela es un centro de contradicciones psicológicas,
económicas y políticas.”) Así, en efecto, la concientización sobre los distintos factores
que afectan las situaciones de educación en las distintas comunidades se podrían
atribuir no sólo al factor humano que implican toda institución, sino también a un factor
que abarca mucho más terreno y atraviesa de lleno a la sociedad: el concepto de
glocal. Un concepto que “permite desechar la ilusión de que la globalización es algo
que sucede en otros lados, por arriba y/o por fuera de nuestras situaciones locales y
que puede o no afectarnos”.

Esto da paso a una segunda cuestión: la apertura que da la diversidad a la


fragmentación y creciente exclusión de los bienes sociales. Esta consideración es
quizás, el punto de partida para el desarrollo de los modelos educativos aprendizaje-
servicio, los cuales se deben a la solarización con estos sectores afectados por la
globalización y ahora visibles. Así, estos proyectos solidarios se dan en una sociedad
atravesada completamente por la pluralidad y es a partir de ésta que los alumnos y
profesores deben empezar el debate y el cuestionamiento sobre el poder de cada rol,
el papel que juega cada uno en un ámbito donde el conocimiento no es unimembre
sino que se bifurca en muchísimas variantes.

Necesariamente los proyectos solidarios deben aplicarse en el marco de una


didáctica crítica, única corriente que permitirá el trabajo del pensamiento crítico con el
objetivo de no sólo emancipación, sino que cambio social. En un punto, Reigadas
afirma: “Pero la crítica no debe confundirse con la mera expresión de deseos ni con las
buenas intenciones. No basta con decretar que ahora sí asumimos la tan valorizada
complejidad e incertidumbre que, por cierto, no visualizamos durante décadas. Ir más
allá del pensamiento único, crear alternativas, construir otros modelos de acción,
requiere esfuerzo, trabajo sostenido y disciplina, todas prácticas que no pertenecen al
orden del espontaneísmo ni de la mera expresividad.” dejando en evidencia que las
corrientes críticas están estrechamente ligadas al aprendizaje-servicio, en que la
reestructuración social (en las escalas que posibilita una institución educativa) debe
ser permanente y mantenerse en el tiempo, pero sobre todo debe estar ajustado a una
realidad.

Conclusiones finales

En conclusión de este trabajo, consideramos que la investigación con respecto


al concepto de Aprendizaje-servicio fue de gran ayuda para la comprensión de la
importancia de los proyectos solidarios en cada institución educativa, herramienta que
también es útil considerar en vista de que nosotros estamos en la posición de futuros
docentes. Entender como éstos eventos se dan y que resultados y finalidades
conllevan nos dan conciencia sobre la magnitud del impacto en las distintas
comunidades en que se desarrollan estos modelos.

También podría gustarte