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Alumna: Bracamonte Burgos Estefania Sarai

ACTIVIDAD 1 FECHA DE ENTREGA 15 DE ENERO DEL 2021

RESUMEN

La institución del amparo se encuentra en embrión constitucional en el Acta de


Reformas de 1847; antes de la expedición de esa Ley ya existía un antecedente que
puede considerarse precursor: El proyecto de Constitución para Yucatán, elaborado
por Don Manuel Crescencio Rejón a fines de 1840, que enumera los derechos del
hombre y que usa por primera vez en nuestro país el término “amparo”.

En efecto, el artículo 53 de dicho proyecto, antecedente del juicio de garantías,


establecía:

“Corresponde a este Tribunal reunido (Corte Suprema de Justicia del Estado):

1°. Amparar en el goce de sus derechos a los que les pidan su protección contra
las leyes y decretos de la Legislatura que sean contrarios a la Constitución; o contra las
providencias del Gobierno o Ejecutivo reunido, cuando en ellas se hubiesen infringido
el Código Fundamental o las leyes, limitándose en ambos casos a reparar el agravio en
que éstas o la Constitución hubiesen sido violadas”.

También previene el artículo 63 del proyecto que:

“Los jueces de primera instancia ampararán en el goce de los derechos


garantizados (los individuales que antes enumera) a los que les pidan su protección
contra cualesquiera funcionario que no correspondan al orden federal, decidiendo
brevemente las cuestiones que se susciten sobre los asuntos indicados”
Como se ha dicho, el cromosoma jurídico del amparo se encuentra en el Acta de
Reformas de 1847, que se estima obra exclusiva de don Mariano Otero y que sirvió de
base a la Constitución de 1857 para establecer los derechos del hombre y el juicio de
amparo que los garantiza.

En la exposición del Acta se dice lo siguiente:

“Los frecuentes ataques de los poderes de los Estados y Federación a los


particulares, hacen urgente que, al restablecerse la Federación, se dé a aquellos
una garantía personal; esta garantía sólo puede encontrarse en el Poder Judicial
protector nato de los derechos de los particulares y por esta sola razón es conveniente.
En Norteamérica este poder salvador provino de la Constitución y ha producido los
mejores efectos. Allí el Juez tiene que sujetar sus fallos, antes que todo a la
Constitución y de aquí resulta que sin hacerse superior a la Ley ni ponerse en
oposición contra el Poder Legislativo, ni derogar sus disposiciones, en cada caso en
que ella debía herir la hace impotente. Una institución semejante es del todo necesaria
entre nosotros… también se necesita extender un poco más la acción del Poder
Judicial de la Unión, muy imperfectamente organizado en la Constitución Federal y
sobre todo, elevar la condición y asegurar la independencia de un Tribunal llamado a
representar en el campo político un papel tan importante como el del Supremo Poder
Judicial.”

Y el artículo 25 del Acta de Reformas, textualmente dice:

“Los tribunales de la Federación ampararán a cualquier habitante de la república


en el ejercicio y conservación de los derechos que les conceden esta Constitución y las
leyes constitucionales, contra todo ataque de los Poderes Legislativo y Ejecutivo, ya
sea de la Federación, ya del Estado, limitándose dichos tribunales a impartir su
protección en el caso particular sobre el que verse el proceso sin hacer ninguna
declaración general respecto de la ley o del acto que lo motivare”.
Esta fórmula jurídica logra la supremacía de la Constitución mediante la protección
del individuo en el goce de los derechos que la misma le concede. Y por esto se ha
considerado a Otero como “creador del juicio de amparo: porque encontró esa fórmula
magnífica y la expresó en términos breves y claros”. Así se concluye que:

“Fue Rejón el precursor del amparo; fue don Mariano Otero su


creador”

PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL JUICIO DE AMPARO:

En el amparo penal prevalecen los principios de instancia o iniciativa de parte,


existencia del agravio personal y directo y el de relatividad de las sentencias. En
cambio, no operan los principios de definitividad del acto reclamado ni el de estricto
derecho, verbigracia:

Está presente el de iniciativa o instancia de parte, porque para que pueda


sustanciarse el juicio de amparo es necesario que alguien lo promueva, ya sea
directamente el agraviado o su defensor, algún pariente, alguna persona extraña e
inclusive un menor de edad cuando el agraviado se encuentre imposibilitado para
promoverlo directamente.

Igual acontece con el de agravio personal o directo, dado que para que sea
procedente la petición de amparo es necesario que quien lo solicita esté sufriendo un
perjuicio, un menoscabo, una ofensa a su persona por el acto que reclama.

También está presente el principio de relatividad de la sentencia, pues las


sentencias sólo surten efectos en relación con las personas que promovieron el juicio,
pero no respecto a las que no lo hicieron.

En cambio, el principio de definitividad del acto reclamado, que prevé que el juicio
de garantías sólo procede contra las resoluciones definitivas, respecto de las cuales no
exista ningún recurso o medio de defensa dentro del procedimiento por virtud del cual
puedan ser modificadas, revocadas o nulificadas, no tiene aplicación en la materia
penal
-lo que constituye una excepción a la regla-, ya que conforme a Ley de Amparo, no hay
que agotar los recursos en los casos en que el acto reclamado importe el peligro de
privación e la vida, deportación o destierro, o cualquiera de los actos previstos por el 22
constitucional.

Tampoco es necesario agotar el recurso de apelación contra el auto de formal


prisión Tesis: “AUTO DE FORMAL PRISIÓN. PROCEDENCIA DEL AMPARO CONTRA
EL. SI
NO SE INTERPUSO RECURSO ORDINARIO. Cuando se trata de las garantías que
otorgan los artículos 16, 19 y 20 constitucionales, no es necesario que previamente al
amparo se acuda al recurso de apelación”.

Tampoco es necesario agotar el recurso de apelación para la procedencia del


amparo, cuando se interpone en contra de un auto de sujeción a proceso.

Por último, el principio de estricto derecho, que obliga al juzgador a valorar la


constitucionalidad del acto reclamado a la luz de los conceptos de violación
expresados, y a la de los agravios si se trata de un recurso, también tiene su excepción
en el amparo penal, donde no se aplica, ya que conforme a la fracción III, inciso a), del
artículo 79, de la Ley de Amparo, el juzgador en materia penal debe suplir la deficiencia
de la queja, la que operará “aún ante la ausencia de conceptos de violación o de
agravios del reo”.

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