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fábricas. Estas aparecieron con la revolución industrial, que se inició en Inglaterra a finales del siglo XVIII.
Las actividades industriales incluyen todos los procesos y técnicas que transforman las materias primas en productos elaborados.
Aunque a lo largo de la historia siempre ha existido la fabricación de útiles, solo se tiende a considerar como actividades
industriales a aquellas destinadas a alcanzar una producción masiva.
Los talleres tuvieron su apogeo en la Edad Media y la Edad Moderna. Cada taller empleaba a unos pocos artesanos, que
elaboraban los productos en todas sus fases, utilizando herramientas muy simples. Las producciones se vendían generalmente en el
mercado local. En la actualidad es una actividad residual en los países desarrollados, pero subsiste en los menos desarrollados.
Las manufacturas surgieron en el siglo XVII. Eran talleres de gran tamaño que realizaban productos de calidad
(porcelanas, tapices) para su posterior venta en un mercado nacional e internacional.
La industria como tal surgió en uno de los procesos históricos más relevantes de la historia de la humanidad: la revolución
industrial, en el último cuarto del siglo XVIII. Aparecieron las fábricas, cuya producción se caracterizaba por tres elementos:
El uso de máquinas, que consumen gran cantidad de energía. Las industrias poco tecnificadas, como por ejemplo la textil
y la del cuero, siguen empleando métodos de producción casi artesanales y mucha mano de obra.
La especialización de la mano de obra. Se implanta la división del trabajo, que se reparte en tareas pequeñas, y cada
trabajador se especializa en una, por lo que no realiza el producto completo.
La inversión de gran cantidad de capital para sufragar los salarios, los costes de mantenimiento y las inversiones en
investigación.
En ese proceso se distinguen tres etapas: la primera revolución industrial, que comenzó hacia 1780; la segunda revolución
industrial, que se inició en torno a 1870; y la tercera revolución industrial, que arranca en la década de 1970 y continúa en la
actualidad.
Empezaron a utilizarse nuevas fuentes de energía: primero, el vapor de agua y el carbón y, en la segunda fase, la
electricidad y el petróleo. Estas energías eran capaces de mover grandes máquinas.
Aparecieron las fábricas, grandes centros con muchos operarios, en los que había máquinas. En ellas, los obreros no
elaboraban el producto completo, sino que el trabajo se dividía en diferentes tareas y cada obrero se especializaba en una de ellas.
Este sistema de trabajo, junto al empleo de máquinas, permitió aumentar la producción y abaratar los precios de los productos.
Las industrias clave de la primera fase de la industrialización fueron la textil y la siderúrgica (producción de hierro). A partir de
1870 se desarrollaron nuevas industrias, como la química y la eléctrica.
La revolución industrial impulsó otra revolución: la de los transportes. En 1819, un barco de vapor cruzó por primera vez el océano
Atlántico y en 1825 se construyó en Inglaterra la primera línea de ferrocarril.
Inglaterra lideró la primera revolución industrial. Las innovaciones de la segunda fase se produjeron sobre todo en Alemania y en
Estados Unidos, que pasó a convertirse en la gran potencia económica del mundo en el siglo XX.
La emigración masiva de los campesinos a las ciudades en busca de un trabajo en las fábricas.
El crecimiento de las ciudades y la aparición de otras nuevas.
El incremento de la contaminación causado por la actividad industrial.
El aumento de las desigualdades entre países. El desarrollo industrial se convirtió en el principal elemento diferenciador
entre las zonas desarrolladas y las subdesarrolladas. Mientras Europa occidental, Estados Unidos y Japón se industrializaban, la
mayor parte de África, Asia e Iberoamérica se mantenían ajenas a estos cambios hasta finales del siglo XX.
Proceso artesanal
Está caracterizado porque los productos son elaborados a mano uno por uno de principio a fin.
Se realiza en pequeñas cantidades, lo hace un grupo más reducido de gente, y se dirigen a un público más chico.
Proceso industrial
No requiere de mucha demanda de estudio y conocimiento, si de habilidad y creatividad. Todos los productos que se crean con
este método tienen las mismas características.
La producción con este método hace más fácil y rápida la producción de artículos productos en serie. Es menos laborioso. Es
mucho más rápida
Se ocupan técnicas y optimiza el tiempo, herramientas producidas por las tecnologías tradicionales
Derecho público
Elena Trujillo
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El derecho público son las normas que regulan las actuaciones de los organismos del Estado y las relaciones entre personas
físicas o jurídicas de carácter privado con organismos de la Administración Pública.
La diferencia dentro del ordenamiento jurídico de normas de derecho privado y derecho público fue establecida en derecho
romano. El derecho público hacía referencia a cuestiones del Estado romano y su forma de gobernar, como por ejemplo la forma de
llegar a ser parte del senado o establecer las funciones de las instituciones.
Esta diferencia permanece en el estudio de las normas jurídicas que rigen un Estado. Por una parte, las normas que organizan,
fiscalizan y regulan los organismos públicos y, por otra, las normas que regulan las relaciones entre particulares privados.
Los juristas deben conocer desde sus estudios universitarios las dos ramas en que se clasifica el derecho.
Las normas que constituyen el derecho público y que regulan la función pública cumplen un fin esencial, el cual es proteger al
ciudadano del abuso de poder por parte del Estado.
Tipos de normas
Los derechos tributarios, administrativos, penal o constitucional son una muestra de normas del derecho público ya que regulan
este tipo de materias:
Todas estas normas son imperativas, rasgo característico de este derecho público, ya que no se pueden negociar los derechos
fundamentales, los plazos para presentar un recurso o las competencias de las Administraciones Públicas.
Principios del derecho público
Los principales principios que fundamentan las normas de derecho público son:
Principio de legalidad: Esto significa que cualquier actuación que realice la administración pública o cualquier
organismo estatal debe ser realizado bajo el amparo de la normativa. Es decir, que tendrá que seguir el proceso establecido
por ley y su contenido. No podrá sobrepasar su competencia ni establecer órganos específicos para que se favorezca sus
pretensiones, ya que su fin es conseguir el interés general para todos los ciudadanos.
Principio de motivación: Las decisiones tienen que estar motivadas o fundamentadas en derecho para que no exista
ningún tipo de arbitrariedad o abuso de poder.
Principio de seguridad jurídica: Las normas deben ser conocidas por los particulares para saber cómo relacionarse con
el ente público, lo que significa la publicación de normas.
Se conoce como derecho público a una parte de los ordenamientos jurídicos cuyas normas atañen al poder público y sus
relaciones con los individuos, las organizaciones y consigo mismo, siempre que éste se ejerza como representación de los intereses
del Estado.
Dicho en otras palabras, se trata de la rama del derecho positivo que ordena las relaciones de subordinación
y supraordenación entre el Estado (representado por la Administración Pública) y los particulares, así como entre los distintos
organismos que componen al Poder Público.
Junto con el derecho privado, compone la rama del derecho positivo, es decir, aquel que se encuentra contenido en
una legislación por escrito (Constitución, Ley, etc.) y de acuerdo y aceptación por la comunidad en la que rige.
Por lo tanto, el derecho público es también parte del ordenamiento jurídico construido por las sociedades para regir su propio
funcionamiento, y al que toda ella elige someterse.
El derecho público puede variar enormemente de acuerdo a la nación que rige, pero en líneas generales se rige por dos principios
rectores:
Principio de legalidad. Establece que toda acción de los poderes públicos debe estar inscrita necesariamente en el orden
jurídico vigente, es decir, debe contar con seguridad jurídica, conforme a su jurisdicción y naturaleza. Es decir: el Estado
no puede violar las leyes.
Principio de imperio. Establece que toda relación entre el Estado y los particulares se ejerce desde una situación
de desigualdad en la que el primero tiene el dominio (imperium) por lo que estará ejerciendo una potestad pública. Es
decir: el Estado es la autoridad.