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Creencia en la Benevolencia Humana y Depresión en internas sentenciadas del

Establecimiento Penitenciario “El Milagro”

i
A Dios, porque aunque en ocasiones tomé rumbos distintos a los suyos, nunca me
dejó.

Para mi mamá, por estar a mi lado en cada paso que doy,

muchas veces apoyándome en consejo y oración,

y otras, dejándome protagonizar sola mi vida.

A mi padre, pues juntos hemos superado muchas vicisitudes

y a pesar de ello, y por ello, sabemos que nos amamos.

A Clau, por ser además de mi hermanita menor, mi mejor amiga y alegrar aún los
días más tristes.

Para Jesús, porque a través de este tiempo, he aprendido lo impensable a su lado.

Sandra

ii
A Dios, por su amor y compañía brindados
en los momentos más difíciles de mi carrera.

A mis padres, Victoriano y Juliana, por el


apoyo infinito en mi carrera, por la
paciencia en los momentos amargos y
sobre todo por su confianza en mí y en
mis decisiones.

A mis hermanos Huberth, Elber y Víctor, de


quienes he aprendido demasiado acerca de
la vida, de los retos, gracias a su gran
ejemplo he podido superar varios de los
obstáculos por los que atraviesa un
universitario.

A ti, Sandrita, por haber formado parte de mi vida y acompañarme en esta grandiosa
etapa, por la incalculable paciencia y perseverancia que has demostrado tener en
todo momento.

Milton

iii
Agradecimientos

En primer lugar a Dios, por darnos la vida y muchas oportunidades para ser mejores
y ser luz en las vidas de otras personas. Esta carrera es una oportunidad no
desperdiciada.

A nuestros padres, porque contamos con la bendición de su presencia y por


brindarnos siempre su inmensurable amor a través de su compañía, muchas veces
silenciosa, y también con mucho esfuerzo, otorgarnos su apoyo económico.

A nuestras asesoras, Psic. Olga Samanamud Ramírez y Psic. Mercedes Silva


Ramos por su paciencia, su constante orientación en el desarrollo del presente
trabajo, y el valioso tiempo que dedicaron a pulirlo junto a nosotros.

Además, esta investigación no hubiera sido posible sin la invalorable ayuda del
psicólogo Psic. Alejandro Zeñas Cerceda, al facilitar nuestro ingreso al penal y
acceder con agrado a despejar nuestras dudas.

A la directora del Establecimiento Penitenciario Lic. Doris Rodríguez Illescas, por


permitirnos trabajar con las internas de la institución a la que representa.

A los profesores Psic. Carlos Borrego Rosas y Psic. Felipe Isla Ordinola, y al
abogado Lic. Benicio Medina Crisanto, por colaborar con este estudio mediante
importante material bibliográfico.

Y a todas aquellas mujeres en prisión que desinteresadamente consintieron


compartir un poco de sus vidas con nosotros.

iv
PRESENTACIÓN AL JURADO

SEÑORES MIEMBROS DEL JURADO:

Cumpliendo con las disposiciones vigentes emanadas por el reglamento de grados y


títulos de la Universidad César Vallejo, Facultad de Humanidades, Escuela de
Psicología, sometemos a vuestro criterio profesional la tesis titulada “Creencia en la
Benevolencia Humana y Depresión en internas sentenciadas del Establecimiento
Penitenciario El Milagro”.

Con la convicción de que se le otorgue el valor justo y mostrando apertura a sus


observaciones, les agradecemos anticipadamente las sugerencias y apreciaciones
que se brinden a la investigación.

Trujillo, Diciembre del 2010

León Medina, Sandra Cecilia Muñoz Toledo, Milton Jesús

Bachiller de Psicología Bachiller de Psicología

v
Resumen

La presente investigación fue de tipo descriptivo- correlacional y tuvo como


objetivo determinar si existe relación entre la Creencia en la Benevolencia
Humana y la Depresión en 29 internas sentenciadas, que ingresan por 1º vez al
Establecimiento Penitenciario “El Milagro” de Trujillo. Para tal estudio se
aplicaron 2 instrumentos: Escala de Creencia en la Benevolencia Humana de
Thornton & Kline (1982) y el Inventario de Depresión de Beck (1983), ambos
baremados por los investigadores en dicha institución. Entre ellos se observa
que existe una relación negativa de grado moderado, estadísticamente
significativa de la Creencia en la Benevolencia Humana y la Depresión.

Palabras Clave: Depresión, Creencia en la Benevolencia Humana, mujeres,


prisión, sentenciadas.

vi
Abstract

The present investigation was descriptive and correlational to determine whether a


relationship exists between the Belief in Human Benevolence and the Depression in
29 sentenced internal, entering through a second time to prison "El Milagro" of
Trujillo. For this study two instruments were applied: Scale of Belief in Human
Benevolence Thornton & Kline (1982) and the Beck Depression Inventory (1983),
both scale by researchers at that institution. Among them was observed a moderate
negative relationship, statistically significant Belief in Human Benevolence and
Depression.

Keywords: Depression, Belief in Human Benevolence, women, prison, sentenced.

vii
Índice General

Dedicatoria……………………………………………………………………………. ii

Agradecimientos…………………………………………………………………….. iv

Presentación al Jurado…………………………………………………………….. v

Resumen……………………………………………………………………………… vi

Abstract……………………………………………………………………………….. vii

Índice General………………………………………………………………………... viii

Índice de Tablas…………………………………………………………………….. xii

Introducción…………………………………………………………………………. xiii

CAPÍTULO I: EL PROBLEMA……………………………………………….………. 16

1.1. Planteamiento del Problema ………………………………………………... 16


1.2. Formulación del Problema…………………………………………..………. 19
1.3. Justificación……………………………………………………………..…….. 19
1.4. Limitaciones…………………………………………………………………… 20
1.5. Objetivos…………………………………………………………………...…… 20
1.5.1. General…………………………………………………………………. 20
1.5.2. Específicos ……………………………………………………………. 20
1.6. Hipótesis……………………………………………………………….............. 21
1.6.1. General ………………………………………………………………… 21

CAPITULO II: MARCO TEÓRICO………………………………………………….. 23

2.1. Antecedentes………………………………………………………………….. 23
2.1.1. Internacional…………………………………………………………. 23
2.1.2. Nacional ………………………………………………………………. 25
2.1.3. Local …………………………………………………………………… 26
2.2. Bases Teóricas………………………………………………………………… 27

viii
2.2.1. Creencia en la Benevolencia Humana…………………….... ……. 27
2.2.1.1. Definiciones………………………………………………. 27
2.2.1.2. Creencia…………………………………………………... 29
2.2.1.3. Benevolencia…………………………………………….. 30
2.2.1.3.1. La Benevolencia como forma de mirar el
mundo………………………………………… 31
2.2.1.3.2. Benevolencia y Altruismo…………………… 32
2.2.1.3.3. Importancia de la Benevolencia Humana… 34
2.2.2. Depresión……………………………………………………….. ……. 36
2.2.2.1. Definiciones……………………………………………… 36
2.2.2.2. Causas…………………………………………………… 37
2.2.2.2.1. Factores Genéticos………………………… 37
2.2.2.2.2. Factores Bioquímicos……………………… 38
2.2.2.2.3. Factores Hormonales……………………… 39
2.2.2.2.4. Factores Psicológicos……………………… 40
2.2.2.2.5. Factores Sociales…………………………… 42
2.2.2.3. Signos y Síntomas………………………………………. 44
2.2.2.3.1. Síntomas Afectivos………………………..... 44
2.2.2.3.2. Síntomas Conductuales…………………… 45
2.2.2.3.3. Síntomas Cognitivos……………………….. 46
2.2.2.3.4. Síntomas Somáticos……………………….. 47
2.2.2.3.5. Síntomas Interpersonales…………………. 48
2.2.2.4. Teoría Cognitiva de Beck………………………………. 48
2.2.2.4.1. Postulados Básicos de la Depresión…….. 50
2.2.2.4.2. Proceso Cognitivo de la Depresión………. 51
2.2.2.4.2.1. Distorsiones Cognitivas……... 53
2.2.2.4.3. Los síntomas Depresivos según Beck........ 55
2.2.2.4.4. Niveles de Depresión……………………… 58
2.2.2.5. Tipos de Depresión……………………………………... 63
2.2.2.5.1. Depresión Endógena……………………… 63
2.2.2.5.2. Depresión exógena…………………………. 66
ix
2.2.2.5.3. Depresión Orgánica………………………… 67
2.2.2.6. Depresión en la Mujer…………………………………… 69
2.2.2.6.1. Síntomas de depresión en la
mujer…………………………………………. 71
2.2.2.6.2. Causas de la depresión en la mujer………. 71
2.2.3. Las Mujeres en Prisión ………………………………………………. 74
2.2.3.1. La cárcel como institución total………………………… 74
2.2.3.1.1. Espacio y Tiempo…………………………… 75
2.2.3.1.2. La cultura de los presos……………………. 76
2.2.3.2. La situación de las mujeres en prisión………………… 76
2.2.3.2.1. El proceso de
adaptación…………………………………… 78
2.2.3.2.2. Perfil de las mujeres en la cárcel………….. 79
2.2.3.2.3. Cuestiones Principales…………………….. 80
2.3. Definición Conceptual y Operacional………………………………………. 91
2.3.1. Definición Conceptual……………………………………………….. 91
2.3.1.1. Creencia en la Benevolencia Humana ………………… 91
2.3.1.2. Depresión …………………………………………………. 92

CAPITULO III: METODOLOGÍA…………………………………………………….. 94

3.1. Variables – Indicadores…………………………………………………......... 94


3.2. Tipo de Investigación………………………………………………………..... 94
3.3. Diseño de Investigación………………………………………………………. 94
3.4. Población – Muestra…………………………………………………............... 95
3.5. Técnicas, Instrumentos e Informes………………………………………...... 96
3.5.1. Instrumento N° 1: Guía de Entrevista sobre Datos Generales…… 96
3.5.2. Instrumento N° 2: Escala de Creencia en la Benevolencia
Humana…………............................................................................. 96
3.5.3. Instrumento N° 3: Inventario de Depresión……………………….... 99
3.6. Procedimiento………………………………………………………………… 103

x
CAPÍTULO IV: DESCRIPCIÓN DE LOS RESULTADOS……………………….. 105

CAPÍTULO V: DISCUSIÓN DE RESULTADOS………………………………….. 109

CAPÍTULO VI: CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES…………………… 117

6.1. Conclusiones…………………………………………………………………….. 118

6.2. Recomendaciones………………………………………………………………. 118

CAPÍTULO VII: BIBLIOGRAFÍA Y ANEXOS……………………………………... 121

7.1. Bibliografía……………………………………………………………………….. 122

7.2. Linkografías………………………………………………………………………. 126

7.3. Anexos…………………………………………………………………………..... 131

xi
Índice de Tablas

Tabla N° 1: Distribución según nivel en de Creencia en la Benevolencia Humana en


internas sentenciadas del Establecimiento Penitenciario “El Milagro”, Trujillo
2010…………………………………………………………………............................ 106

Tabla N° 2: Distribución según nivel de Depresión en internas sentenciadas del


Establecimiento Penitenciario “El Milagro”, Trujillo 2010………………………... 107

Tabla N° 3: Correlación de la Creencia en la Benevolencia Humana y la Depresión


en internas sentenciadas del Establecimiento Penitenciario “El Milagro”, Trujillo
2010………………………………………………….................................................. 108

xii
Introducción

La presente investigación se realizó con la finalidad de determinar la relación entre la


Creencia en la Benevolencia Humana y la Depresión en internas sentenciadas del
Establecimiento Penitenciario “El Milagro”. Las variables mencionadas se
consideraron poco estudiadas en nuestra realidad, conformando así una situación
alarmante por el cada vez más elevado número de mujeres en prisión. Esto despertó
el interés de los investigadores.

Para este fin, Thorton & Kline (1982) plantean a la Creencia en la Benevolencia
Humana como una actitud favorable donde los individuos creen que las personas son
generalmente benevolentes cuando se inclinan e interpretan las relaciones entre la
gente como habitualmente cooperativas, optimistas, solidarias y desarrollan ellos
mismos conductas altruistas de particular tolerancia y honestidad con los seres
humanos.

Asimismo a nivel teórico, Beck (1983) define a la depresión como un trastorno del
estado de ánimo, en el cual el sujeto manifiesta una visión negativa acerca de sí
mismo, de las interacciones con su ambiente y de su futuro.

Existen investigaciones nacionales e internacionales relevantes que validaron


nuestra investigación como la realizada por Pulido-Criollo & otros (2009), que en su
estudio “Factores sociodemográficos asociados con los síntomas depresivos en una
muestra de mujeres recluidas en dos prisiones “Pacho Viejo” y “Fortaleza San
Carlos” de México”, en donde encontraron que todas las mujeres que participaron en
la investigación presentaron síntomas depresivos y que hubo mayor incidencia en
mujeres que tienen hijos. Otro estudio que se tuvo en cuenta fue el efectuado por
Díaz & Montero en 1989, “Creencia en la Benevolencia Humana en delincuentes: Un
estudio inicial en función al tipo de delito cometido, la condición jurídica, el tiempo de
internamiento acumulado, la edad y grado de instrucción”, realizado en el
establecimiento penitenciario “San Jorge”- Lima; la muestra estuvo conformada por
60 internos, en donde los resultados indicaron que los sujetos que tenían menor
tiempo acumulado de internamiento, los que todavía no habían sido sentenciados,

xiii
los de mayor edad y nivel de instrucción, son los que tenían mayor desconfianza en
la benevolencia humana.

A continuación se detalla la composición de los capítulos descritos en el informe de


Investigación que permitirán llevar un orden adecuado de los temas y contenidos
desarrollados.

En el CAPÍTULO I, se desarrolló el PROBLEMA, el cual incluyó el planteamiento y la


formulación del problema, justificación, limitaciones, objetivos e hipótesis.

En el CAPÍTULO II presentó en su totalidad al MARCO TEÓRICO, en donde se hizo


un despliegue teórico de todos los autores que brindaron a esta investigación el
sustento necesario para su realización. Dentro de este capítulo se describieron los
antecedentes de otros estudios similares, bases teóricas y definiciones conceptuales
y operacionales de nuestras variables.

El CAPÍTULO III, se planteó la METODOLOGÍA empleada en el presente trabajo


incluyendo las variables, tipo y diseño de investigación, población y muestra, los
instrumentos utilizados y el procedimiento seguido para la elaboración del presente
estudio.

En el CAPÍTULO IV se procedió a realizar la Descripción de los Resultados, por


medio de la presentación de tablas estadísticas que permiten una mejor exposición
de los datos encontrados.

El CAPÍTULO V, estuvo conformado por la Discusión de Resultados, en el cual se


procedió a comparar los resultados con los antecedentes expuestos y las distintas
teorías planteadas, lo cual permitió comprobar la existencia de relación entre las
variables en estudio.

Finalmente en el CAPÍTULO VI se incluyeron las Conclusiones y Recomendaciones


a las que se llegó finalizado el proceso de recolección y procesamiento de los datos,
que permitieron la ejecución de la investigación metodológica realizada.

xiv
CAPÍTULO I

EL PROBLEMA

15
CAPÍTULO I: EL PROBLEMA

1.1. Planteamiento del Problema

No hace falta observar con demasiado detenimiento para afirmar que la


sociedad actual es totalmente diferente a la que fue incluso hace sólo 50 años.
Prueba de ello vienen a ser los grandes avances tecnológicos y científicos, el
acceso inmediato a la información, la promoción de la libre expresión entre
otros cambios cuya finalidad inicial fue mejorar la calidad de vida de los seres
humanos; todo esto resultado de la globalización.

Sin embargo, indirectamente han generado diversos efectos que escapan a su


objetivo inicial y acarrean nuevos retos como los cambios en la estructura
familiar, ruptura de tradiciones y con ello los valores sociales y morales,
información abundante, pero en ocasiones tergiversada, medios de
comunicación con gran poder de influencia, que no siempre es positiva, etc.
Como afirma Marías, J. en su obra “Sobre el Cristianismo” (citado por De
Balbín, R., 1998): “Siempre ha habido comunicación, y medios, artificios,
recursos para ella, pero nuestra época ha pasado a un nivel absolutamente
irreductible a todo lo anterior, y, por consiguiente, se trata de un fenómeno
cualitativamente distinto, que plantea problemas nuevos, únicos”.

Ello, aunado a la pobreza, el desempleo, las injusticias y la falta de ética,


procesos de migración, tugurización de las urbes, crisis económicas y
cambios a un estilo de vida más acelerado y exigente han dado como
resultado conflictos sociales profundos y de los que somos testigos a cada
hora. (Rivera, G. 2003).

Uno de los más preocupantes consiste en el aumento descomunal de la


delincuencia en todas sus modalidades, que provocan un sentimiento de
inseguridad en la población y la desconfianza en la benevolencia del resto de

16
individuos. Los delitos más frecuentes que se han incrementado en los últimos
años son los referidos a los delitos contra el patrimonio (robo, apropiación
ilícita, estafa y otros como fraude, extorsiones, etc.); contra las buenas
costumbres (delitos contra la libertad y el honor sexual, así como los de
corrupción); contra la familia (abandono, desamparo, etc.) y contra la
tranquilidad pública (acontecimientos que generalmente se presenta en
manifestaciones públicas de protesta, huelga, paros, etc., donde se cometen
también delitos contra la propiedad debido a los destrozos de ventanas, carros,
parques y jardines, etc.) Y principalmente los delitos contra la vida, el cuerpo y
la salud (agresiones que causan lesiones y muerte como el homicidio) y
también el delito de tráfico ilícito de drogas, cuyo aumento se da a pasos
agigantados. (Rivera, G. 2003).

Por otro lado, el ritmo agitado que nos característica actualmente también ha
traído consigo un cambio importante en lo que la mujer representa para la
sociedad de hoy, incluyendo su participación dentro del mundo delincuencial.
Como explican Yagüe &Cabello en el 2005, poco se ha divulgado hasta la
fecha de las características específicas actuales de la delincuencia femenina,
ya que la mayoría de estudios, investigaciones y debates con enfoques
criminológicos (y más concretamente del mundo carcelario), siguen
centrándose en la población masculina.

Citando cifras, Sepúlveda, M. A. afirma que las mujeres representan una


proporción de entre el 2 y el 9 % de la población penal a nivel mundial. El
porcentaje estimado para Latino-América es de 6.5% y en Perú equivale al
6.9% de mujeres privadas de su libertad (2,719 para el presente año, según
datos obtenidos del departamento de estadística del INPE).

El Diagnóstico de Salud Mental en internos e internas de establecimientos


penitenciarios de Lima realizado en el 2007 plantea que el 15.71% de éstos
padecen de depresión, siendo la patología psiquiátrica más común en ese
17
ambiente, y también fuera de éste pues tal como lo indica la Organización
Mundial de la Salud (citado por Paramadvaiti, S. en el 2008) la depresión es la
enfermedad que más se está expandiendo en este mundo representando una
fuerte amenaza para toda la humanidad. Incluso en el 2007, Velásquez (citado
por Alfaro, Castro & otros) refiere que entre 120 y 150 millones de personas
padecen este trastorno afectivo; lo cual resulta un problema alarmante de la
salud mental.

De la misma manera, ante los cambios negativos y drásticos en nuestra


sociedad, es consecuente que las personas pierdan la fe en sus semejantes y
surja la desconfianza en la bondad de éstos, contribuyendo así a atropellar los
derechos de los demás y entorpecer su autorrealización. (Figueroa, 2006)

En nuestra ciudad, el numero de reclusas asciende a 78, de las cuales 54 se


encuentran en el estado jurídico de sentenciadas y 24 de procesadas. Es por
ello que los autores de esta investigación proponen el estudio sobre Creencia
en la Benevolencia Humana y Depresión en internas del Establecimiento
Penitenciario “El Milagro” de Trujillo, pues en éste y, en general, en todos los
establecimientos penitenciarios del Perú, se han realizado escasas
investigaciones con esta población, lo que supone un campo que posee
muchas posibilidades de explorar. Además, resulta factible por la disponibilidad
de acceso de los investigadores.

El estudio se realizará desde la perspectiva de la psicología social, para así


aproximarnos a esta realidad poco abordada y conocer si existe relación entre
ambas variables; lo que no sólo forma parte de la problemática del INPE sino
que además concierne a la Salud Pública Nacional, lo cual nos incluye al
estudiar la carrera profesional de psicología.

18
1.2. Formulación del Problema

¿Existe relación entre la creencia en la benevolencia humana y la depresión en


las internas sentenciadas del Establecimiento Penitenciario “El Milagro” -
Trujillo, 2010?

1.3. Justificación

El presente estudio se justifica por las siguientes razones:

a. La investigación se realiza con el propósito de ampliar los conocimientos


dentro del campo de la psicología social al dar mejores luces sobre la
relación entre creencia en la benevolencia humana y la depresión en
internas sentenciadas del penal “El Milagro” de Trujillo, beneficiando así la
ampliación de los archivos del departamento psicológico de dicho Penal.
Esto también persigue la finalidad de proponer mejoras en el tratamiento
brindado en el servicio de salud mental de dicha institución.
b. Se considera una de las pocas investigaciones realizadas con esta
población, y en general, con mujeres en prisión.
c. Socialmente, permitirá auscultar la realidad penitenciaria de estas internas,
lo cual ayudará a comprender y solucionar dificultades propias para su
reincorporación total a la sociedad.
d. Desde el punto de vista teórico permitirá la discusión del tema sobre la
relación entre la creencia en la benevolencia humana y depresión, lo cual
es un tema poco abordado en la sociedad peruana.
e. Del mismo modo este proyecto puede servir de base para desarrollar
nuevos estudios y/o alguna teoría concreta y específica del tema en
cuestión.
f. Desde el punto de vista práctico, contribuirá a la promoción de la salud
mental en los Establecimientos Penitenciarios.

19
1.4. Limitaciones

Las limitaciones que se encuentran para la realización del presente estudio


son:

a. Escasos estudios realizados en las poblaciones del presente trabajo lo


cual resulta insuficiente para los antecedentes.
b. Escasas investigaciones con la variable Creencia en la Benevolencia
Humana.
c. Horarios limitados para el trabajo con las internas.
d. Los resultados sólo podrán ser representativos para poblaciones con
características similares.
e. Poca experiencia de los investigadores en el estudio de las variables
seleccionadas.

1.5. Objetivos

General:

 Determinar si existe relación entre la creencia en la benevolencia humana


y la depresión en las internas sentenciadas del Establecimiento
Penitenciario “El Milagro” - Trujillo, 2010

Específicos:

 Determinar la creencia en la benevolencia humana en las internas


sentenciadas del Establecimiento Penitenciario “El Milagro” - Trujillo, 2010

 Determinar la depresión en las internas sentenciadas del Establecimiento


Penitenciario “El Milagro” - Trujillo, 2010

20
1.6. Hipótesis

General:

 –>La Creencia en la Benevolencia Humana se relaciona con la


Depresión en las internas sentenciadas del establecimiento penitenciario
El Milagro - Trujillo, 2010.

21
CAPÍTULO II

MARCO TEÓRICO

22
CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO

2.1. Antecedentes

2.1.1. Internacionales

 En el 2009, Pulido-Criollo & otros elaboraron la investigación titulada


“Factores sociodemográficos asociados con los síntomas depresivos en
una muestra de mujeres recluidas en dos prisiones de México” mediante
un estudio exploratorio y descriptivo. Para ello se trabajó con mujeres de
18 a 50 años de dos prisiones del estado de Veracruz, México: los penales
Pacho Viejo (PV) y Fortaleza San Carlos (FSC). Se aplicó la escala de
depresión de Hamilton y se relacionó su puntaje con las características
sociodemográficas de las participantes (edad, estado marital, número de
hijos, actividad laboral dentro del penal y número y frecuencia de visitas
que recibía) y su situación jurídica, tipo de delito cometido y tiempo de
sentencia. Asimismo, todas las mujeres estudiadas en ambos penales
presentaron síntomas depresivos. Se encontró una elevada frecuencia de
síntomas depresivos en la muestra estudiada; la mayor intensidad se
relacionó con tener hijos y recibir visitas con poca frecuencia.

 En el 2008, la Organización que vela por los derechos humanos de las


personas presas, ADDAMEER, realizó un estudio en Cisjordania, Franja
de Gaza (Palestina) titulado “Abandono medico de las mujeres palestinas
en prisiones israelitas”. Allí encontraron que algunas de las prisioneras
padecen de desórdenes causados por estrés post-traumático y por
depresión debido no sólo a las violaciones de derechos humanos de las
que son víctimas en prisión (condiciones de encarcelación y detención
extremas, falta de contacto con sus familias, etc.) sino también por
experiencias relacionadas con la ocupación anterior a su ingreso en

23
prisión. Aquellas prisioneras recluidas por largos periodos de tiempo
necesitan de cuidados psicológicos especiales.

 En el 2007, Colmenares, Romero & otros, elaboraron la investigación


titulada “Depresión en mujeres y la dependencia a sustancias en el
sistema penitenciario de la Ciudad de México”. Para ello se valieron de un
estudio de campo transversal de tipo no experimental, descriptivo, ex post
facto, con una muestra de tipo no probabilística, seleccionada por
conveniencia, de 213 mujeres de dos prisiones de mujeres de la ciudad de
México: el Centro Preventivo Femenil Oriente y el Centro de Readaptación
Social Femenil Tepepan. Para evaluar el episodio depresivo mayor, se
utilizó la Mini Entrevista Neuropsiquiátrica Internacional (MINI). Los
resultados indican que la frecuencia del episodio depresivo fue de 62% en
la población entrevistada; asimismo, las mujeres de entre 18 y 27 años
cuya escolaridad era menor a secundaria, solteras y con hijos menores de
18 años son quienes presentaron mayor frecuencia de depresión y
consumo de sustancias. El estudio reveló que la frecuencia del episodio
depresivo se incrementa cuanto mayor es el tiempo de estancia o de
sentencia.

 En 1998, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (citado por


Esteban, Reyes & otros, 2007) realizó un estudio transversal, cuyos
objetivos fueron estimar la tasa de prevalencia de posibles trastornos
mentales, determinar el perfil sociodemográfico de las personas privadas
de libertad y describir algunos factores de riesgo relacionados con
trastornos mentales específicos en la Penitenciaría Central de Honduras.
Mediante un muestreo aleatorio simple seleccionaron una muestra de 284
sujetos y efectuaron un tamizaje de los casos probables de epilepsia y
trastornos mentales utilizando el Self Reporting Questionnaire (SRQ de la
Organización Mundial de la Salud) modificado. Las tasas de prevalencia

24
estimadas correspondieron a drogadicción 24.3%, psicosis 20.1%,
alcoholismo 13.4%, epilepsia 4.5%, depresión 3.5% y ansiedad 1.8%.

2.1.2. Nacionales:

 En el año 2007, Esteban, Reyes & otros realizaron la investigación


descriptiva titulada “Diagnóstico de Salud Mental en Internos de
establecimientos penitenciarios de Lima”; para ello se trabajó con 261
internos sentenciados y procesados de los establecimientos penitenciarios
del departamento de Lima y de la Provincia del Callao, de ambos sexos,
determinándose la Prevalencia de: Trastornos de la Personalidad,
Síntomas Psicopatológicos y Dimensiones sintomáticas (entre ellos, la
depresión) mediante el SCL-90-R, Trastornos Psiquiátricos Anteriores,
Consumo de alcohol y drogas; y, situaciones de violencia sea como
agresor o víctima. Del mismo modo, se encontró una alta prevalencia de
trastornos mentales en una proporción que oscila entre 15.70% y el
86.20%. La depresión se encuentra en el 72.40%de los internos evaluados
y constituyendo la patología psiquiátrica más frecuente. Asimismo se halló
que el Número de Ingresos, el tipo de delito y el consumo de drogas se
halla relacionado a la prevalencia de trastornos mentales.

 En 1989, Díaz & Montero (citada por Luna & Abad, 2008) realizaron la
investigación denominada “Creencia en la benevolencia humana en
delincuentes: Un estudio inicial en función al tipo de delito cometido, la
condición jurídica, el tiempo de internamiento acumulado, la edad y grado
de instrucción”. La muestra utilizada estuvo conformada por 60 internos
provenientes del establecimiento penitenciario “San Jorge” – Lima. Sus
resultados indican que los sujetos que tienen menor tiempo acumulado de
internamiento, los que todavía no han sido sentenciados, los de mayor

25
edad y nivel de instrucción, son los que tienen mayor desconfianza en la
benevolencia humana.

2.1.3. Locales:

 En el 2004, Benites & Solís publicaron su estudio “Depresión y Asertividad


en un grupo de mujeres de 18 a 50 años que sufren Violencia Familiar,
atendidas en la Asociación de Desarrollo Social Lestonnac de la Ciudad
de Chepén”, trabajando con una población total de 100 mujeres víctimas
de violencia familiar. Para ello usaron el Inventario de Depresión de Beck
y la Escala de Evaluación de la Asertividad de García y Magaz.
Posteriormente llegaron a las siguientes conclusiones: existe relación
significativa entre Depresión y Asertividad en las mujeres mayores de 35
años de edad, de estado civil solteras, con instrucción hasta primaria, así
como autoasertividad y depresión; ideas de suicidio, llanto, irritabilidad,
dificultad de relación, pérdida de peso y autoasertividad, y también ideas
de suicidio y heteroasertividad. Además, detectaron que existen
diferencias estadísticamente significativas entre heteroasertividad y
depresión; sentimientos de fracaso, incapacidad para trabajar y
autoasertividad; así como también sentimientos de fracaso, necesidad de
castigo, llanto, irritabilidad, dificultad de relación y capacidad de trabajo;
disminución de libido y heteroasertividad.

 En el 2003, Isla & Azabache realizaron la investigación cuasiexperimental


denominada “Efectos de la aplicación de un programa de Biodanza sobre
el nivel de Depresión de las mujeres recluidas en el Establecimiento
Penitenciario de la Cuidad de Trujillo” para probar la eficacia de un
programa de biodanza sobre el nivel de depresión de las internas de 20 a
50 años de edad, recluidas por los delitos de terrorismo, homicidio y

26
parricidio. Asimismo, utilizaron el Cuestionario de síntomas extraído del
manual de psiquiatría para trabajadores de atención primaria, de la
organización panamericana de salud. Entre sus hallazgos más relevantes
se encuentra que un programa de biodanza es efectivo en 99% para
reducir los niveles de depresión, incluyendo sus dimensiones de anergia,
discomunicación y humor depresivo.

 En el 2003, Zaldivar & Tanaka realizaron la investigación titulada “Nivel de


resentimiento y nivel de creencia en la benevolencia humana en internos
del establecimiento penitenciario El Milagro – Trujillo”. Para ello utilizaron
el Inventaro de Actitudes hacia la vida y la Escala de creencia en la
benevolencia humana. Dentro de las conclusiones a las que arribaron
tenemos que los internos del establecimiento penitenciario "El Milagro" -
manifiestan valores de resentimiento dentro del promedio. También se ha
determinado valores promedio en la escala de creencia en la benevolencia
humana. Del mismo modo se haya diferencia en el nivel de creencia en la
benevolencia humana para los siguientes grupos contra el patrimonio -
contra la salud pública, contra la vida el cuerpo y la salud - contra la salud
pública y contra la libertad sexual - contra la salud pública.

2.2. Bases Teóricas

2.2.1. Creencia en la Benevolencia Humana

2.2.1.1. Definiciones:

En 1982, Thornton & Kline (en Díaz &Montero, 1989) plantean que los
individuos que creen que las personas son generalmente benevolentes
deberían ser inclinados a interpretar las relaciones entre la gente como

27
habitualmente cooperadoras, optimistas, solidarias y desarrollan ellos mismos
conductas de esta índole. En el otro sentido, alguien que cree que la gente es
mala o poco benevolente será proclive a conductas antisociales, hostiles o de
poca consideración hacia los demás. Es por esto, que muchos de las mujeres
que son materia de este estudio, por sus constantes frustraciones han ido
perdiendo la confianza en las personas, porque tal vez considerar que si las
demás personas fueran solidarias, ellas no estuvieran atravesando la
sensación de estar siendo excluidas por la sociedad.

La creencia en la benevolencia humana es adjudicación a los otros valores


altruistas de particular tolerancia y honestidad para con los seres humanos.
El concepto se inscribe en el marco de las teorías modernas de la atribución,
desarrolladas inicialmente por Heider, en 1958 (citado por Borrego & León,
2003).

En 1986, Yépez (citado por Borrego & León, 2003) en su artículo titulado “La
Benevolencia como Actitud ante la Naturaleza y los Seres Vivos” señala que
utiliza palabra benevolencia en un sentido distinto al que empleaba Rousseau
y el lenguaje ordinario, según los cuales significa un sentimiento de
compasión hacia el débil y desprotegido, es decir, algo momentáneo que
lleva a dar una limosna, una ayuda, un gesto compasivo. Usa el término
benevolencia para indicar una actitud habitual, y en concreto, la más digna
del hombre: la actitud moral.

Desde este punto vamos observando que la creencia en la benevolencia


humana guarda relación con los valores morales que cada persona tiene, por
lo que podemos expresar que éstos se van aprendiendo desde que somos
pequeños y quiénes son los encargados de trasmitirnos son las personas
adultas, en especial nuestros padres.

La creencia en la benevolencia humana es, prestar asentimiento. Esto


significa que uno presta ayuda a los seres para que alcancen su fin:
“queremos que todos ellos sean como son”. Por esto, la benevolencia es

28
prestar ayuda a lo real, para que llegue a ser una plenitud. También se puede
decir que es acompañar a las cosas para que éstas puedan llegar a
desarrollarse por completo, y cumplir su tecnología propia de un ser que
encuentra un obstáculo, o padece un peligro.

Como se ha observado, la creencia en la benevolencia humana es descrita


por algunos autores, los cuales brindan su punto de vista de acuerdo a sus
investigaciones, sin embargo, para nuestro trabajo de investigación
aplicaremos los aportes de Thornton & Kline por ser los que más guardan
relación con nuestra problemática. A continuación se abordará la importancia
que tiene la creencia en la benevolencia humana.

2.2.1.2. Creencia

Tracy, B. (citado por Lucero en el 2008) sostiene que todo aquello en lo que
se cree emocionalmente es lo que en definitiva se convierte en la realidad.
Cuanto más intensamente se cree que algo es cierto, más posibilidades hay
que ese algo se convierta en algo absolutamente verdadero para quien lo
cree. Es por ello que es poco posible que se pueda imaginar que aquello sea
de otra manera.

En el 2003, Tanaka, E. & Zaldívar, A. postularon que la creencia determina la


perspectiva que se elige para desarrollar una idea o un sistema de ideas,
determina tanto los usos y costumbres como la organización del lenguaje, o
la ilusión de un mundo que se toma como “real”, pero que se observa desde
los limitados parámetros fijados por una perspectiva histórica. A medida que
cambia el “nivel” histórico de las generaciones, con lo que también se
modifica la perspectiva, el “desde dónde” se puede o se quiere observar el
mundo (personal, social, científico, histórico, etc.).

29
2.2.1.3. Benevolencia

Según Balbín (1998), la benevolencia hacia los demás es la disposición


personal hacia la realidad personal del otro. Es lo que ha sido llamado
amistad, que es querer a la otra persona por sí misma, no por tener alguna
cualidad que la haga útil o agradable para mí.

Y el principio de la paz, de la justicia, del bien, de la caridad, de la


democracia, e increíblemente de la justicia social, y de todo lo humano, es la
bendecida y santa benevolencia. Y el conde de Segur (citado por Borrego &
León, 2003) afirmó: “La benevolencia es la cualidad más atractiva y la más
admirable, si ella sólo inspira el mérito un frío respeto, y el mayor talento una
estéril admiración. Donde la benevolencia resplandece, podemos estar
seguros que no existe la mayor parte de vicios”. Y no olvidemos lo que
afirmara tan admirable Platón: “Buscando el bien de nuestros semejantes
encontramos el nuestro”.

Con nuestra benevolencia incitamos al hombre a ser mejores, bondadosos,


justos y esencialmente humanos, recordándoles que la gran virtud de la
benevolencia es la que salva y encadena a todos los corazones al bien. Y la
benevolencia no solo debe ser el vestido natural del alma, sino que debe ser
el pan espiritual diario de las personas.

Bedoya (2004) sostiene que la benevolencia es una especial forma de


bondad y de perdón mezclada con un poco de compasión y de fraternidad
humana; y es a la vez una gran filosofía espiritual y social que tiene
iluminación celestial. Y la benevolencia es la gran obra del corazón y gran
excelsa expresión humana. Tan poco hay nada que alivie más el alma y
refresque más la sangre que un acto de benevolencia.

Aristóteles en (citado por De Azcárate, 2005) argumenta que la benevolencia


se parece a la amistad. Pero no es precisamente la amistad. Esto nace en

30
que la amistad, como el amor, comienza al parecer por el placer de la vista;
porque si al pronto no produce encanto el aspecto de la persona, no se la
puede amar. No quiere decir esto, que porque uno se sienta seducido por la
forma, ya esté enamorado; pues solo hay amor cuando se siente la ausencia
de una persona y se desea su presencia. Es cierto que no pueden dos
hacerse amigos sin haber experimentado antes la benevolencia; pero
tampoco basta ser benévolo para amar. Uno se contenta con desear el bien a
aquellos que son objeto de nuestra benevolencia, pero sin que por otra parte
esté uno dispuesto a hacer nada con ellos, ni a privarse por ellos de cosa
alguna.

Solo metafóricamente puede decirse que la benevolencia es la amistad. Pero


también puede afirmarse que la benevolencia, prolongándose con el tiempo y
llegando a constituir un hábito, se convierte en una verdadera amistad, que
no es la amistad por interés, ni la amistad por placer; porque la benevolencia
no se inspira ni en uno ni en otro de estos motivos. En general la
benevolencia nace a la vista de la virtud o de un merito cualquiera siempre
que una persona muestra a otra que es hombre de honor, de valor o que
tiene cualquier cualidad o este género.

En el 2001, Kelley (citado por Valderrama & Rafael, 2006) afirma que la
benevolencia es un compromiso a actuar pacíficamente en el trato con los
demás, respetando sus derechos y dándoles lo que le corresponde. Es una
cuestión de justicia.

2.2.1.3.1. La benevolencia como forma de mirar el mundo

Por regla general, la gente adopta una de las dos formas que hay de mirar
el mundo, explica Tracy, B. (citado por Lucero en el 2008). La primera es la
que se llama visión benevolente. Si se tiene esa visión, lo normal es que

31
se crea que el mundo es un sitio bastante bueno para vivir. Se Tiene una
tendencia a ver el lado bueno de la gente y de las situaciones y a creer
que a nuestro alrededor llueven oportunidades que se pueden aprovechar
sin problemas. Uno cree que, aunque no es perfecto, no deja de ser en
general una persona bastante buena. Tiene fe en un futuro en el que tiene
cabida junto con los demás. Es por encima de todo optimista.

La otra forma de mirar el mundo es la de la visión malevolente. Una


persona con una visión de esta clase generalmente adopta una postura
negativa y pesimista hacia ella misma y hacia la vida. Cree que es “inútil
luchar contra el poder constituido”, que “el rico es cada vez más rico y el
pobre cada vez más pobre” y que “trabajes lo duro que trabajes, sino
tienes agarraderas, no te servirá de nada”.

2.2.1.3.2. Benevolencia y Altruismo

Kelley (2001), en su artículo en Internet titulado “Benevolencia y


Altruismo”, manifiesta que las acciones benevolentes son típicamente
consideradas altruistas, tanto en la moral convencional como en los
trabajos de la mayoría de los filósofos. Esta opinión general se puede
resumir del siguiente modo: la benevolencia humana implica una
preocupación por el bienestar de los otros en lugar de propio. En
ocasiones beneficiamos a otros, a cambio de, o como medio para cosas
que nos benefician. Es precisamente bajo este pensamiento que muchas
personas manejan la benevolencia con pinzas por llamarlo de alguna
manera, pues piensan que siempre se tiene que obrar por los demás
porque en algún momento los vas a necesitar y por lo tanto debemos de
mantener niveles mínimos de amistad para que en el futuro estos también
nos “sirvan” en alguna tarea u obligación encomendada. A diferencia de
tales actos, la benevolencia humana es genuina, se supone que implica

32
una inclinación desinteresada a cuidar y ayudar a otra persona por su bien,
en búsqueda de su bienestar no del nuestro.

En este aspecto, por otra parte, la opinión general sostiene que la


benevolencia humana es el más puro acto moral bajo el supuesto altruista
que la esencia de la moral es el servicio a los otros.

Esta opinión general, entonces, incorpora los siguientes tres supuestos:

1) Como doctrina, el altruismo es cierto; como practica es virtuoso.

2) Las virtudes de la creencia en la benevolencia humana son altruistas, no


egoístas.

3) Las virtudes de la creencia en la benevolencia humana son de gran


importancia en la moral.

Ante la duda que plantea Rand, A. (citado por Borrego & León, 2003) que
si la benevolencia es altruista, esta responde diciendo: El altruismo gana
mucho de su tenacidad como elemento de la moral convencional del
supuesto que hay conflictos de interés frecuentes y, definidos entre los
individuos.

Basado en ese supuesto, el perseguir el propio interés requiere que adopte


una política competitiva y agresiva respecto a los demás, buscando una
ventaja a costa de otro, explotando sus debilidades y en el caso extremo,
si se cree que se puede salir ganador, usando la fuerza y el fraude en su
contra. Si uno se abstiene de acciones, si trata a los demás
benevolentemente, entonces, bajo ese supuesto, la acción solo puede
explicarse como un sacrificio de propio interés en su beneficio. Por este
motivo mucha gente asocia benevolencia con altruismo.

En el 2000, Branden (citado por Borrego & León, 2003) publicó un artículo
en internet titulado “La benevolencia contra el altruismo” en donde afirma
que en la mente de la mayoría de las personas existe una desastrosa

33
confusión relacionada con la naturaleza del altruismo. Es la creencia de
que el altruismo representa o deriva del principio de la benevolencia, la
buena voluntad y la bondad hacia los demás. Los defensores del altruismo
hacen todo lo posible por alentar esa creencia a fin de establecerla como
algo de “hecho” a fin de ocultar ante sus víctimas el verdadero significado
de la moralidad altruista.

Tal visión del altruismo es peor que un error; al igual que la perversión
implicada en la técnica de la “gran mentira” representa exactamente lo
opuesto a la verdad; la benevolencia y el altruismo no son meramente
diferentes, son mutuamente opuestos y contradictorios.

El significado filosófico literal del altruismo es, según el mismo autor, situar
a los demás por encima de uno mismo. Como principio ético, el altruismo
sostiene que la mayor preocupación del hombre debe ser el bienestar de
los demás y que debe situar el interés de ellos por encima del propio.
Sostiene que el hombre no tiene derecho de existir para sí mismo, que el
vivir sirviendo a los demás es la justificación moral de su existencia, que el
autosacrificio es su primer deber y su más elevada virtud.

2.2.1.3.3. Importancia de la Benevolencia Humana

En el 2006, Figueroa, J. publicó un artículo en internet titulado “El hombre,


clave fundamental en el desarrollo”, en el cual afirmaba que la
benevolencia humana es importante por las siguientes razones:

a) Que con ella nosotros respetamos y reconocemos el valor de lo real en


sí mismo, en especial de los seres vivos.

b) Que les prestamos nuestra ayuda para que alcancen su plenitud, es


decir, colaboramos en su desarrollo.

34
c) Que buscamos la armonía de esos seres, que se consigue cuando
alcanzan su plenitud final y la perfección que los hace bellos.

d) Por eso, apartamos los obstáculos que les amenazan, ser benevolentes
quiere decir que me importa que los seres vivos alcancen su plenitud.

e) La benevolencia se dirige especialmente hacia las personas, en quienes


reconocemos un tú como nosotros prestándoles nuestra ayuda, en la
medida en que podamos, para que alcancen los bienes de que son
capaces y de los que quizá carecen, por encontrarse sumidos en la
miseria.

La benevolencia es la quinta esencia de la actitud ética hacia lo real que el


hombre debe tener, porque supone reconocer lo que las cosas y las
personas son, y ayudar a que lo sean. Parafraseando a Kant, el imperativo
de la benevolencia dice así: “obra de tal modo que no consideres nada en
el mundo meramente como medio, sino siempre al mimo tiempo como fin”.

La creencia en la benevolencia humana es la actitud más digna del


hombre porque le lleva a colaborar con lo real. Es una actitud afirmativa.
Mediante la creencia en la benevolencia humana, el hombre no solamente
se perfecciona a sí mismo, sino que también se convierte en un
perfeccionador de la naturaleza, vemos que el desarrollo del hombre y la
tarea de perfeccionarse a si mismo tienen carácter moral, pues la
benevolencia no es un acto aislado, sino una actitud y una convicción, es
decir, un habito del carácter, de la inteligencia, de la conducta: es un modo
de comportarse. Otorgarle a lo real nuestro asentimiento, hace el mundo
más perfecto y más perfecto, y hace al hombre más humano.

La benevolencia humana, tiene una gran importancia también por otra


razón; ser benevolente es respetar el derecho pues este es la protección
institucionalizada del desarrollo natural de la persona. La actitud de
respetar lo real es idéntica a la actitud de respetar “los derechos de lo

35
real”. No respetar el derecho es no respetar la realidad y carecer de
benevolencia.

2.2.2. Depresión

2.2.2.1. Definiciones

Acerca de cómo definir a la depresión existen muchos intentos. Por ejemplo,


Beck (1983) sostiene que la depresión es un trastorno del estado de ánimo
(afectivo), en el cual el sujeto manifiesta una visión negativa acerca de sí
mismo, de las interacciones con su ambiente y de su futuro. Asimismo refiere
que esto es causado por una situación amenazante percibida como real hacia
su persona (cognitivo).

Otras definiciones no menos importantes que las anteriores son las de la


Organización Mundial de la Salud en el 2000 (citado por Traywick, 2007) que
describe a la depresión como un trastorno mental común que se presenta con
estado de ánimo deprimido, pérdida de interés o de placer, sentimientos de
culpa o baja autoestima, trastornos del sueño o el apetito, poca energía, y
pobre concentración.

Además, The National Institute of Mental Health (2007) plantea a la depresión


como un trastorno del estado emocional que llega a afectar la valoración de
sí mismo (autoestima), la forma en que uno piensa, come y duerme. Ésta no
indica debilidad personal y no es una condición de la cual uno puede
liberarse a voluntad.

Asimismo, como afirman Borrego, Cruz & otros en el 2009, el problema de la


depresión no solo atañe al campo de la psicología, sino a la medicina en
general y a la sociedad en general pues ninguna enfermedad mental y muy
36
pocas enfermedades médicas conllevan un grado de sufrimiento subjetivo tan
intenso como los trastornos depresivos. En ello también interviene el precio
elevado del tratamiento, alto índice de suicidios (12 – 15%) y el incremento
de la mortalidad por su asociación con enfermedades médicas (Méndez,
Muñoz & Sevilla, 2006).

En el 2009, Bigatti, S. sostuvo que la depresión es la enfermedad mental más


común. Incluso, durante el curso de su vida, una de cada cuatro personas
tendrá suficientes síntomas de depresión como para merecer una diagnosis.
Así lo verifican Murray & López (citado por Alfaro, Castro& otros, 2008) pues
postulan que para el año 2020 se considerará como la segunda causa de
enfermedad más importante en el mundo, debido a los años de la vida
saludable ajustados por discapacidad o por muerte prematura y no
únicamente por el volumen de su mortalidad.

2.2.2.2. Causas

2.2.2.2.1. Factores Genéticos:

Una de las causas posibles de la depresión es atribuida a factor genético,


ya que algún tipo de depresión puede ser heredada, incluso la forma de
responder al tratamiento de tal forma como lo menciona Calderón en
1998 (citado por Mondragón, 2007), que si un enfermo deprimido
responde bien a determinado grupo de medicamentos antidepresivos, sus
parientes deprimidos responderán favorablemente al tratamiento con el
mismo fármaco; aún así no se puede hablar de una herencia directa del
cuadro de depresión, sino simplemente de la posibilidad de transmisión
hacía los desencadenantes más vulnerables al cuadro; como lo afirma
Sturgeon en 1987 (citado por Mondragón, 2007) diciendo que la
susceptibilidad a la depresión se parece a otros rasgos hereditarios en
37
que algunas personas de la familia la heredan y otras no. Por lo cual con
respecto a la depresión existe una predisposición genética a algunas
clases de depresiones. Como expresan Alfaro, Castro& otros en el 2009,
que la predisposición genética no implica que se padezca, sino que existe
una disposición hacia ella.

2.2.2.2.2. Factores Bioquímicos

Quizás la perspectiva más compleja dentro de la etiología de la


depresión, sea todo lo que se refiere a los aspectos bioquímicos. La
multitud de estudios llevados a cabo, sobre todo en los últimos años con
la aparición de los nuevos antidepresivos y un mejor conocimiento de la
neuroquímica cerebral.

En 1993, Robert (citado por Llorca, 1994) señala que durante las últimas
décadas la hipótesis sobre la patogenia biológica de las enfermedades
depresivas ha evolucionado rápidamente. Las primeras ideas modernas
apuntan hacia un modelo de enfermedad depresiva ligado a la carencia
(cantidad insuficiente de sustancia determinada como factor causal).
Pero a medida que aumentan los estudios aumenta la convicción de que
no era posible que la carencia de una sola sustancia fuera responsable
de los fenómenos observados en las enfermedades depresivas.

Del mismo modo, Cardichi (2001) sostiene que la depresión es una


enfermedad que afecta al sistema nervioso central, el cual es productor
de las sustancias químicas llamadas aminas biogénicas
(neurotransmisores). El mismo autor comenta que en el caso de la
depresión, se produce un importante desequilibrio en la producción de
estos neurotransmisores, afectando negativamente así al cerebro,

38
alterando su capacidad de pensamiento y conducta. Entre los principales
neurotransmisores se encuentran la serotonina (íntimamente relacionada
con la emoción y el estado de ánimo), la acetilcolina (responsable de las
estimulaciones musculares y participa en la programación del sueño), las
catecolaminas como la dopamina (interviene en el deseo y en la
sensación del placer), noradrenalina (pone en alerta máxima nuestro
sistema nervioso) y adrenalina (sustancia de acción por antonomasia).
(Wikipedia Foundation, 2010).

2.2.2.2.3. Factores Hormonales

En 1991, Walter & Anyan (citado por Alfaro, Castro & otros, 2008)
plantearon que otras causas son los factores hormonales: las Glándulas
hipotálamo, hipófisis (que se encuentran en el cerebro) y suprarrenales
(que se encuentran sobre los riñones). Estas tres glándulas funcionan
sincronizadas entre sí, de modo que la hormona segregada por el
hipotálamo estimula a la hipófisis a que produzca otra hormona que a su
vez estimula a las glándulas suprarrenales a producir cortisol.

Normalmente, la cantidad de hormona segregada frena a la glándula que


la ha producido de modo que se produce un mecanismo llamado de
retroalimentación. Si esta respuesta de retroalimentación no funciona con
normalidad, se origina la depresión. Por ejemplo, en la depresión mayor
se pueden observar niveles elevados de cortisol.

Las anomalías de la función de la glándula tiroides también se han


relacionado con los trastornos del estado de ánimo, ya que el
hipotiroidismo a veces da la cara como un síndrome depresivo. Como en
el caso anterior existiría en ciertos casos de depresión una mala
regulación de la secreción hormonal de estas glándulas.
39
En las hormonas femeninas, los estrógenos y la progesterona, juegan un
papel en la depresión. Los niveles anormales de determinadas hormonas
del estrés y del crecimiento también pueden desempeñar un papel
fundamental en el desencadenamiento de la depresión.

2.2.2.2.4. Factores Psicológicos

Según Wikipedia Foundation (2010), la depresión puede ser


consecuencia o respuesta a determinadas situaciones traumáticas. Se ha
implicado a las circunstancias externas potencialmente productoras de
estrés (los llamados acontecimientos vitales) como factores precipitantes
de los trastornos afectivos.

En 1991, Aszkenazi (citado por Alfaro, Castro& otros, 2009) afirmó que se
denomina suceso de vida a los hechos o eventos que son relevantes en
la vida de las personas y que éstas reconocen como importantes para su
cambio evolutivo. Un suceso vital se considera como estresante
básicamente si ha sido altamente perturbador e indeseable.

Estos acontecimientos vitales, al recaer sobre un individuo que ya tiene


una vulnerabilidad de base, desencadenarían el inicio de una depresión,
según expresa Rozados (2008).

Se piensa que los pacientes deprimidos experimentan más


acontecimientos vitales en los meses que preceden al comienzo de los
síntomas. Los acontecimientos vitales más potentes para precipitar una
depresión serían aquellos no deseados, no controlables, inesperados, y
que suponen una amenaza o peligro importante para el sujeto; entre
ellos, los acontecimientos que suponen una pérdida para el individuo
(muerte del cónyuge o un familiar próximo, divorcio o separación,
40
jubilación o pérdida de empleo, abandono del hogar por parte de algún
miembro de la familia) son los más claramente asociados al inicio de un
trastorno depresivo.

Según la Escala de Holmes – Rahe (La Enciclopedia de la Psicología,


2004), el encarcelamiento ocupa el cuarto lugar dentro del total de los
principales acontecimientos vitales estresantes.

Escala Holmes - Rahe


Acontecimiento Puntos
Fallecimiento del 100
cónyuge
Divorcio 73
Separación 65
Encarcelamiento 63
Fallecimiento de un 63
familiar cercano

También se han de considerar los problemas de salud física por suponer


igualmente una pérdida. Sin embargo, se ven muchos sujetos con
trastornos afectivos en cuyos antecedentes no se detectan
acontecimientos desfavorables y también se ven personas que padecen
dificultades y pérdidas considerables sin que manifiesten síntomas de
enfermedad.
Existen también situaciones estresantes crónicas que requieren un gran
esfuerzo del individuo para afrontarlas, y también podrían relacionarse
con el inicio de la depresión.
Esto se debe a que hay pasos intermedios entre el acontecimiento vital
estresante y la elaboración de respuestas psicobiológicas por parte del
41
organismo, en el que intervienen procesos de pensamiento y estrategias
de afrontamiento para enfrentarse al estresor.
En el inicio de un episodio depresivo, por tanto, hay que considerar, a
parte de los acontecimientos estresantes, la intervención de varios
niveles (biológico-psicológico-social) de forma interrelacionada entre sí.

2.2.2.2.5. Factores Sociales

El ser humano desde que nace es dotado, en la mayoría de los casos, de


amor, protección y seguridad por la madre como por los demás miembros
de la familia y conforme va creciendo va teniendo una identidad y una
posición en su entorno social por lo cual necesita el apoyo de algún
miembro de la familia y a lo largo de su vida esta persona necesita aún
más a algún punto de apoyo de otra.

De cualquier forma se sabe gracias a los estudios etiológicos,


mencionados en 1998 también por Calderón (citado por Ruiz, 2006); que
los estados afectivos de depresión son una respuesta a la pérdida de los
lazos de unión que han sido indispensables para la supervivencia y
desarrollo de nuestra especia. Lo cual se puede observar por las
manifestaciones físicas y psicológicas de angustia que se presentan
cuando se ha sufrido una pérdida, y cuando por consiguiente, en
determinadas ocasiones, se origina una depresión.

Para los seres humanos los vínculos afectivos son muy importantes y en
consecuencia se puede ocasionar una depresión al sentir la destrucción
de estos; la forma en que se llama a estas depresiones son las salidas o
entradas, en donde, según el mismo autor, las salidas son una defunción
de un ser querido, una separación de divorcio, la incorporación de un hijo
en el ejercito, etc., y las entradas son consideradas como el ingreso de
42
una persona al espacio vital o interpersonal del individuo cuando se
siente invadido el lugar en donde se relaciona; esto es que ciertos tipos
de situación cotidiana están estrechamente relacionados con la
enfermedad depresiva.

En estudios realizados en 1998 por Breton (citado por Ruiz, 2006) se ha


comprobado que personas que perdían a una madre antes de los once
años de edad y las que no tenían una relación estrecha con alguien en
que pudieran confiar, eran más susceptibles a alguna depresión; lo cual
demuestra que somos seres sociales por lo cual no podemos mantener
una vida equilibrada sin relaciones de este tipo que intervienen en
muchos aspectos anímicos, psicológicos y culturales del individuo. Así
por ejemplo las personas que tienen una mala relación conyugal son
blanco perfecto para que se presente una depresión ya que esto es peor
a que si no tuvieran ninguna relación, esto es porque la mala relación se
suma a su falta de autoestima y los hace más vulnerables a las
enfermedades depresivas; hay incluso personas que se casan sólo
porque piensan que si no la hacen en ese momento y con esa persona,
ya nadie va a querer estar con ella, y esto es a causa del bajo nivel de
autoestima que tienen.

Por otra parte Márquez dice en 1990 (citado por Mondragón, 2007) que
situaciones en las cuales puede apoyarse alguien, como tener
determinados proyectos de vida o empresas puede contribuir a sentirse
una persona importante, como un deportista o un famoso artista, o un
hombre que triunfe en la vida.

43
2.2.2.3. Signos y Síntomas

De acuerdo con Vásquez (1990) y pese a la diversidad de síntomas que


suelen asociarse con la depresión, se han identificado 5 grandes núcleos
de síntomas que intentan recoger el amplio espectro que estos pueden
representar a través de las personas y, también de los distintos episodios.

2.2.2.3.1. Síntomas Afectivos

La tristeza en considerada como uno de los principales síntomas


asociados con la depresión, aun cuando es un hecho que desde los
manuales de clasificación no es un requisito para emitir el diagnóstico e
incluso puede estar ausente en algunos casos. Sin embargo, se estima
que se encuentra presente en un 90% de los pacientes y, además, se
constituye en la primera queja de la mitad de ellos.

De manera general, puede indicarse que la expresión emocional de la


tristeza suele estar sujeta a variaciones culturales y es expresada a veces
como sensación de vacío, otras como abatimiento o desesperanza; en
otros casos, como estado ansioso e inquieto y en el caso de niños y
adolescentes, como afecto irritable.

Así mismo se detalla en la página web del Ministerio de Educación y


Ciencia de España, en el año 2005 que dentro de los síntomas afectivos
se encuentran: la tristeza patológica (llamada también tristeza vital o
humor disfórico, siendo este el síntoma nuclear del síndrome depresivo),
la ansiedad (estado de alerta que se experimenta como un miedo intenso
sin causa conocida, que puede manifestarse como la impresión del
paciente a que algo terrible vaya a suceder), la irritabilidad (caracterizada
por la reacción desproporcionada e injustificada ante cualquier estímulo),
anestesia del sentimiento (incapacidad de expresar otros sentimientos u
44
otras preocupaciones por su entorno), apatía (estado generalizado de
indiferencia que envuelve todo el impulso vital y que se manifiesta por el
desinterés en todas las actividades del sujeto).

2.2.2.3.2. Síntomas Conductuales

La pérdida de interés y de la capacidad para el disfrute, junto con la


tristeza, son también características de la depresión y se manifiestan
como rechazo a tomar parte de las actividades cotidianas según Buela–
Casal et al en el 2001 (citado por Mondragón, 2007). Los cambios, a nivel
conductual, tienen que ver con el comportamiento hipoactivo expresado
en la dificultad para levantarse, el descuido en la presentación personal,
la cantidad de energía para realizar las actividades rutinarias y el retardo
en la agitación psicomotora evidenciada en conductas como movimientos
permanentes, fumar excesivamente, comerse las uñas, entre otros.
También se afectan la postura corporal, el ritmo y timbre de la voz y la
fluidez del lenguaje.

Sin embargo, Cardichi (2001) sostiene que el deprimido también puede


presentar un comportamiento hiperactivo al manifestar su gran inquietud
mental con un excesivo movimiento de manos, como si este le ayudara a
expresar su sufrimiento. En general, estas personas mueven en exceso
todo el cuerpo.
Además, el mismo autor postula que el momento más doloroso del día
para un deprimido es la hora del despertar pues una gran tristeza hace
mella en él para no abandonarlo el resto del día. Sólo al caer la tarde,
suele por fin, aliviar su dolor.

45
2.2.2.3.3. Síntomas cognitivos

El propio estilo de pensamiento se ve alterado en las personas


deprimidas. Beck, Rush, Shaw & Emery (1983), plantean que las
personas deprimidas se caracterizan por mostrar un pensamiento
negativo de sí mismos, el mundo y el futuro, representando, lo que ellos
llamaron, la triada cognitiva, al servicio de la cual, aparecen determinados
modos de procesamiento de información denominados distorsiones
cognitivas.

Las ideaciones suicidas suelen ser otro síntoma cognitivo que acompaña
a la depresión, aunque su gravedad varía entre las personas y va desde
las ideas recurrentes de que los otros estarían mejor si uno muriera,
hasta planes concretos de suicidio.

En general, el curso del pensamiento de los pacientes con depresión se


caracteriza por su tendencia al enlentecimiento. También es frecuente la
dificultad de ideación o de generar ideas (que puede referirse como un
estado de confusión), la pérdida de vivacidad y una disminución general
para discurrir, pensar y concentrarse (inhibición del pensamiento), y a
menudo la indecisión, las dudas, los escrúpulos morales y la monotonía
de las ideas.

Por otro lado, estos síntomas hacen referencia a la disminución o pérdida


de la capacidad de concentración, para tomar decisiones y para pensar
en general. También se refiere a la alteración en la memoria, que en los
ancianos, puede tomarse de manera errónea como un síntoma de
demencia; pero en ellos, este problema se da a partir de un episodio
depresivo, según se indica en el Manual diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales (DSM IV – TR, 2002).

46
El contenido del pensamiento de los enfermos con depresión se
caracteriza por una tonalidad pesimista. Son también frecuentes los
autorreproches y la valoración negativa de su persona y sus bienes
(Página web del Ministerio de Educación y Ciencia de España, 2005).

2.2.2.3.4. Síntomas Somáticos

Estos síntomas son los que regularmente mayor malestar presentan para
el paciente y, por tanto, son en general, la causa de la búsqueda de
consulta.
El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM IV –
TR, 2002) plantea que dentro de los más significativos se presentan las
alteraciones del sueño, en especial del insomnio, aunque a veces
también se presenta hipersomnia. Los trastornos del sueño suelen ser los
últimos en aparecer en la depresión, pero también los últimos en remitir.
García (2005) sostiene que también se incluyen los síntomas
relacionados con la fatiga, la pérdida o aumento del apetito y la
disminución del deseo sexual, así como las recurrentes quejas somáticas
que los pacientes viven; sea como nuevos síntomas o como el
recrudecimiento de las lesiones previas.

Otros síntomas de los cuales los pacientes depresivos se quejan según la


página web del Ministerio de Educación y Ciencia de España (2005) son:

 Cefaleas o dolores de cabeza.


 Otros dolores: Algias musculares generalizadas y poliartralgias
atípicas.
 Síntomas gastrointestinales: La disminución del apetito suele ser el
síntoma gastrointestinal más precoz. Aunque menos habitual, puede
existir un aumento del apetito junto con ganancia de peso; esto suele

47
relacionarse con la presencia de ansiedad y es más frecuente en
mujeres.
 Pérdida de la libido: En general, la pérdida de la libido es uno de los
primeros síntomas que aparecen en las etapas iniciales de la
depresión, y suele ser uno de los últimos en recuperarse con la
mejoría clínica.
 Trastornos del equilibrio.
 Otros síntomas: Sudoración, palpitaciones y/o parestesias.

2.2.2.3.5. Síntomas Interpersonales

Las relaciones interpersonales suelen estar especialmente afectadas y


ser manifiestas en especial pérdida del interés por los demás;
adicionalmente, estos pacientes suelen ser objeto de rechazo por parte
del resto de personas como consecuencia de las reiteradas quejas del
paciente, y provocan que los demás expresen cierta incomodidad hacia
él. Además, estos pacientes muestran una disminución en sus
habilidades sociales y en su capacidad para comunicarse y dificulta su
interacción. Las alteraciones, a este nivel, suelen asociarse con un peor
curso de la depresión; ya que, el nivel de deterioro en el funcionamiento
se amplía en la mayoría de las esferas de la vida del sujeto y se
constituye en un elemento mantenedor del sufrimiento del paciente
afirman Barnett & Gotlip en 1988 (citados por Mondragón, 2007).

2.2.2.4. Teoría Cognitiva de Beck

Beck, A. (1983) basa su teoría en el principio de la existencia, en los


trastornos depresivos, de una distorsión o sesgo sistemático: los sujetos
depresivos valoran excesivamente los sucesos que implican una pérdida
o privación (suceso estreso), considerándolos (cognición) como globales,

48
frecuentes e irreversibles; amplificando, de esta forma, el sentimiento de
tristeza y abatimiento que por sí el suceso provocaría naturalmente.
Como resultado de esto hay una capacidad adaptativa deficiente.

Para Beck y sus colaboradores, las vivencias personales del niño cuando
es pequeño determinan el desarrollo de su manera de pensar
característica que explica el significado idiosincrásico que poseen las
situaciones concretas para cada individuo. La persona que desarrolla una
depresión sufrió durante su primera infancia expresiones tempranas
negativas, que originaron pautas de pensamiento erróneas esquemas
cognitivos inadecuados.

Beck manifiesta que en realidad no son los pensamientos y creencias los


que provocan la depresión, pero una vez que esta se instala, las ideas
negativas influyen fuertemente sobre el estado de ánimo. La depresión
sin duda, fue causada por una variedad de factores biológicos y
psicológicos.

El autor usa el término esquemas para señalar aquellas estructuras


cognitivas por las cuales el sujeto selecciona de la realidad, la
información que le es útil y consistente. Este fenómeno se denomina
como “economía cognitiva”. Este filtraje determinará cómo percibe,
interpreta, sintetiza y recuerda. En el caso el sujeto deprimido dichos
esquemas son muy rígidos, perdiéndose o minimizándose aquella
información de contenido positivo.

Este proceso implica una visión negativa de sí mismo, visión negativa del
mundo y visión negativa del futuro. De esta forma la depresión representa
un espiral: “las distorsiones negativas o errores en el procesamiento de la
información que los individuos depresivos cometen, por ejemplo, al

49
sobregeneralizar sus defectos, mantienen a su vez la validez de las
creencias negativas acerca de sí mismo, el mundo y el futuro”.
En las depresiones más leves el paciente generalmente es capaz de
contemplar sus pensamientos negativos con una cierta objetividad. A
medida que la depresión se agrava su pensamiento está cada vez más
dominado por ideas negativas, aunque puede no existir conexión lógica
entre las situaciones reales y sus interpretaciones negativas, sostiene
Moya en 1999 (citado por Risco, 2007).

2.2.2.4.1. Postulados Básicos de la Depresión

Beck (1983) elabora su teoría cognitiva para la depresión partiendo de


una serie de postulados básicos:

 La percepción y, en general, la experiencia son procesos activos que


incluyen tanto datos de exploración del entorno como de uno mismo
 Las cogniciones son el resultado de la síntesis entre las percepciones
internas y externas.
 La forma en que una persona evalúa una determinada situación se
evidencia, en general, a partir de sus cogniciones (pensamientos e
imágenes visuales)
 Estas cogniciones constituyen la visión que una persona tiene de si
mismo, de su entorno, de su pasado y de su futuro.
 Las modificaciones del contenido de estas estructuras cognitivas
influyen en su estado afectivo y en sus pautas de conducta.
 Mediante un tratamiento psicológico el paciente puede darse cuenta
de sus distorsiones cognitivas y variarlas
La corrección de estos constructos erróneos pueden producir un
nuevo modo de ver y valorar las cosas, una nueva forma de sentir
emocionalmente y una mejoría de su sintomatología clínica.

50
2.2.2.4.2. Proceso Cognitivo de la Depresión

En 1983 Beck propuso que los sujetos que padecían esta


enfermedad se definían por tres atributos en su pensar: 1) los
esquemas, 2) los pensamientos automáticos y 3) la tríada cognitiva.

1. La triada cognitiva consiste en las creencias sobre sí mismo, el


mundo y el futuro. En la triada cognitiva de la depresión, la
persona tiene una visión negativa del yo, del mundo y de su
futuro. Tiende a interpretar las experiencias del día a día de un
modo negativo, por ello se ve torpe y de poca valía,
subestimándose y frustrándose intermitente y continuamente.
Esto se origina en la niñez y en la adolescencia, cuando la
persona que tiende a la depresión, desarrolla o adquiere su
esquema negativo como producto de algún evento negativo:
perdida de alguno de los padres, tragedias familiares o
personales, rechazo social, excesivo criticismo de los maestros o
la actitud depresiva de alguno de los padres, rechazo de la pareja
o de sus pares.

El razonar negativamente distorsionado se expresa en tres áreas


configurando la "tríada cognitiva". Wright y Beck han comprobado
que los pensamientos pesimistas del futuro la desesperanza son
casi más importantes que la baja estima o las percepciones
deformadas del ambiente. La desesperanza es un núcleo
especialmente importante y requiere de toda la atención del
psicoterapeuta porque está significativamente asociada al suicidio
("no tengo vuelta, nunca nada me sale bien, estoy liquidado"). Sin
embargo, el sujeto se percibe efectivamente como indeseable,
inadecuado, deprivado, defectuoso, no valioso ("soy el
hazmerreír de mi grupo") y ve al mundo como demandante,
51
negativo, un lugar en que es habitual experimentar el fracaso, la
humillación y la derrota ("mi ambiente es cruel, sólo ganan los
sinvergüenzas, aprovechadores y arrastrados").

2. El esquema o patrones cognitivos estables que son la base para


transformar los datos en cogniciones. De acuerdo a una serie de
experiencias en animales y humanos, Beck sugiere que en la
depresión sucesos estresantes infantiles estimulan la generación
de estructuras o "esquemas" cognitivos estables negativos.

Los esquemas depresivos son creencias o supuestos básicos


disfuncionales, mantenidos, no explícitos, abstractos, que regulan
la información sobre sí mismo ("esquema de sí") así como los
actos, emociones y creencias latentes ("yo soy chico y gordo y sé
que no tengo ninguna esperanza de que una mujer se fije en
mí"). Esta información de los esquemas está almacenada en la
memoria de largo plazo bajo la rúbrica de proposiciones
generales, juicios y suposiciones distorsionados, e incluye reglas
para la autoevaluación. Un depresivo puede tener una cantidad
de "autoesquemas" que permanecen latentes no están sujetos a
análisis racional, sistemático hasta que son activados por eventos
temáticamente interconectados, es decir, cuando la persona se
encuentra ante situaciones que en alguna forma, directa o
indirecta le recuerdan las condiciones en que dicho esquema
fue aprendido ("soy débil, ayer de nuevo no le pude contestar al
jefe, tengo que controlar mi debilidad a toda costa o me hundiré
como siempre en mi trabajo y mis amigos me criticarán por
dejarme pisotear", "hoy no me invitaron a una fiesta, otra vez me
están insinuando que no valgo nada"). Son estos esquemas los
que precisamente subyacen a todas las condiciones negativas y
constituyen el núcleo de la afección.
52
Durante la depresión estos esquemas son inadecuados para el
sujeto pues pierde el control voluntario sobre sus pensamientos y
no se busca esquemas más adecuados.

3. Los esquemas dan origen al proceso cognitivo básico que se ha


denominado "pensar automático". Con el nombre de automático
se quiere recalcar que este procesamiento no se da en forma
deliberada, vale decir, que el individuo no elige necesariamente
atender a cierta información y pasar por alto o descalificar otra.
Son pensamientos que ocurren rápidamente, por momentos de
manera subliminal, mientras se encuentra la persona en una
situación, y en que ésta no llega a darse cuenta del alcance que
tienen en su vida hasta que el terapeuta se los señala mediante
preguntas dirigidas con habilidad ("me invitaron a jugar fútbol,
todos se van a reír de mí porque se van a dar cuenta que no le
pego ni al tercer bote", "siempre tengo que estar en las buenas
con toda la gente"). Beck denomina "distorsiones cognitivas" a
estas numerosas formas características de elaboración de su
experiencia de los pacientes deprimidos (inferencia arbitraria,
sobregeneralización, etc.) y ha hecho notar que un análisis
detenido de su contenido habitualmente revela errores típicos de
lógica, que corrientemente persisten a pesar de evidencias que
las contradicen ("soy un perdedor", "antes de la prueba ya sé que
será un desastre", "si no contesto todas las preguntas el profesor
me va a dejar en ridículo frente a mis compañeros")

2.2.2.4.2.1. Distorsiones Cognitivas

En resumen, las distorsiones cognitivas son los pensamientos que no


son verificables, que nos provocan emociones negativas y que no
53
están en consonancia con el acontecimiento que los ha activado. Estas
son de 10 tipos:

 Pensamiento todo/nada: consiste en valorar las cualidades


personales a partir de categorías absolutas. Todo debe ser
perfecto, de lo contrario es un fracaso. Piensan que todo es
blanco o negro (pensamiento dicotómico o absolutista).
 Generalización excesiva o hipergeneralización: consiste en llegar
a conclusiones valiéndose de una experiencia muy limitada y
estrecha, es decir, tomar un acontecimiento negativo que ha
ocurrido puntualmente y se generaliza, dando por hecho que se
repetirá.
 Filtro mental o abstracción específica: focalizarse en un solo
detalle ignorando otros aspectos más importantes de una
experiencia. En la depresión, el paciente se fija únicamente en los
aspectos negativos de las situaciones, sin atenderá la parte
positiva que pudiera haber implícita.
 Descalificación de lo positivo: es el rechazo a las experiencias
positivas argumentando que “no cuentan” transformando las
experiencias positivas o neutras en negativas.
 Razonamiento emocional: consiste en interpretar los estados de
ánimo como si se tratase de verdades objetivas.
 Enunciaciones “debería”, deberes e imperativos:
autoimposiciones generalmente no realistas. La utilización de
enunciaciones tales como “debería hacer esto” tiene un efecto
paradójico sobre la conducta.
 Conclusiones apresuradas: llegar a conclusiones negativas
precipitadas sin disponer de datos suficientes que la apoyen. Está
compuesta por la lectura del pensamiento y el error del adivino.
 Magnificación y minimización: tendencia a aumentar los fracasos
y a disminuir los éxitos de una manera desproporcionada.
54
 Etiquetación o Personalización: consiste en la construcción del
propio autoconcepto a partir de los defectos y errores, es decir,
auto referirse los sucesos externos sin base suficiente.

2.2.2.4.3. Los síntomas depresivos según Beck

Según Beck (1983) en su cuestionario autoaplicado de 21 ítems,


evalúa una serie de síntomas depresivos como son:

 Disforia: Las personas con depresión suelen experimentar una


reducción de los sentimientos positivos como: amor, placer,
alegría, humor, etc. La mayoría suelen informar un cierto grado de
tristeza e infelicidad, otros suelen experimentar periodos
alternantes de tristeza. Según Carabaza, Hernández & Martínez
(2004), la tristeza constituye el síntoma nuclear de la depresión,
cualquiera que sea su modalidad etiológica y clínica que constituye
un factor negativo en la dinámica existencial, que paraliza o inhibe
el desarrollo de las energías y cualidades madurativas del ser
humano.
 Desesperanza: llega por una acumulación de desilusiones y se
traduce en una aceptación resignada de la situación. Puede
conducir a la depresión, pero también puede mostrar el rostro de la
renuencia sonriente: “buenos días tristeza”. Es la visión negativa
del futuro (desamparo aprendido).
 Sentimiento de Fracaso: La persona depresiva exagera sus
dificultades interpersonales lo que le lleva a subestimar su
capacidad para hacer frente a distintas situaciones.
 Trastorno de Relación con las otras personas: El excesivo
criticismo, el rechazo social y aislamiento, las pérdidas de figuras
parentales entre otros, dentro de la etapa de niñez o adolescencia,
55
pueden emerger en la persona ante situaciones parecidas y
conducirlo a la depresión, repercutirlo en sus relaciones
interpersonales.
 Sentimiento de Culpa: La persona se siente culpable y
responsable de todo tipo de miserias. Este sentimiento de culpa se
debe frecuentemente porque se auto-recrimina; de forma poco
realista se hace responsable de la conducta de otras personas.
Algunos pacientes creen que el sentimiento de culpa les impide
llevar a cabo conductas antisociales y contraproducentes, lo que
muchas veces añaden una carga innecesaria.
 Necesidad de castigo: Su visión negativa del mundo conlleva a la
persona a aceptar castigos en respuesta a sus conductas.
 Odio hacia sí mismo: La persona carece de un sentimiento de
control y competencia. La falta de propósito le quita el significado y
el sentido de la vida.
 Auto-reproche: La persona se auto inculpa debido a sus
percepciones distorsionadas, las que lo obligan a
responsabilizarse de todos los males que ocurren y pueda ocurrir.
 Ideas de Suicidio: Este es un problema prevalente y
potencialmente letal en pacientes depresivos.
 Llanto: Cuando la persona llora es posible que se sienta lastima de
sí misma. De este modo sus cogniciones referentes pasan de ser
actitudes de rechazo o menosprecio a ser actitudes de compasión
o lastima.
 Irritabilidad: La persona depresiva, cuando tiene que enfrentar
alguna experiencia adversa o desgracia, ve afectada su
autoestima y podría responder de manera agresiva.
 Dificultad de Relación: El estilo atributivo depresivo resulta
aversivo, esto provoca rechazo y hostilidad a la personas que se
encuentran a su alrededor, lo que disminuye o reduce el apoyo
social de la persona para enfrentar eventos estresantes.
56
 Indecisión para tomar una resolución: Las personas depresivas
suelen expresar una especie de bloqueo, que les impide aportar
soluciones evidentes si no estuviese deprimidos.
 Ideas Nihilistas: El convencimiento de que la realidad es
absolutamente insostenible, idea delirante en torno a la no
existencia del yo (o de alguna de sus partes), de los demás y del
mundo ejemplo: “el mundo se ha terminado”, “nunca más tendré
oportunidad”.
 Incapacidad para el trabajo: Las consecuencias psicológicas de la
depresión puede disminuir considerablemente su capacidad para
el trabajo; se siente incapaz, no solo para interactuar con los
demás, sino dudar de sus propias capacidades, debido a la pobre
percepción de sí misma.
 Trastorno del sueño: Es uno de los síntomas más acusados de la
depresión. La mayoría de las personas depresivas presentan algún
tipo de alteración del sueño. Entre los problemas se incluye la
dificultad para conciliar el sueño, las interrupciones frecuentes del
mismo y despertar demasiado temprano por la mañana. Por regla
general recuperan su patrón de sueño habitual cuando desaparece
la depresión.
 Fatigabilidad: La persona se siente sin energía para actuar.
 Pérdida del Apetito: Algunas personas comen en exceso llegan a
engordar bastante al comienzo de la depresión, en tanto que otros
ganan pesos en la fase intermedia de la depresión y adelgazan
cuando la depresión se agudiza.
 Pérdida de peso: Algunas personas optan por dejar de comer y
otras por comer en exceso. Incluso en el Manual diagnóstico y
estadístico de los trastornos mentales (DSM IV – TR, 2002) se
sostiene que unas de las características básicas del episodio
depresivo mayor constituye en el Aumento o disminución de
peso/apetito.
57
 Hipocondría: el contenido principal de esta idea se refiere al
funcionamiento del propio cuerpo, es decir, una creencia insistente
en tener una enfermedad, una deformación o cambios en el físico
o en la mente, sea supuesta o real y a pesar del desacuerdo de los
observadores o médicos. Ejemplo: los deprimidos suelen expresar
“me duele tanto el corazón que siento que va a salir de mi pecho”.
En la página web PsicoActiva (2009) se afirma que en psiquiatría,
la actitud hipocondríaca aparece como un síntoma en algunas
formas de depresión endógena, especialmente en la melancolía
involutiva (depresión de los ancianos).
 Disminución de la libido: es uno de los primeros síntomas de la
depresión y se expresa una manifestación de pérdida de placer
generalizada, lo cual no suele preocupar demasiado. La página
web del Ministerio de educación y ciencia de España (2005) afirma
de que este suele ser uno de los últimos síntomas en recuperarse
con la mejoría clínica.

2.2.2.4.4. Niveles de Depresión

Beck (citado por Isla & Azabache, 2003) plantea 3 niveles de gravedad
de la depresión. La diferenciación entre los grados se basa en la
valoración clínica que incluye el número, tipo (factores personales,
sociales y culturales) y la gravedad de los síntomas presentes. Los
niveles de depresión son los siguientes: depresión leve, de grado
moderado y profundo.

 Depresión leve: En este nivel de depresión el paciente


generalmente es capaz de contemplar sus pensamientos
negativos con una cierta objetividad. Suele ser desencadenada
por sucesos o situaciones vitales externas al individuo. En este
tipo de depresión, la persona suele comunicar que se siente
58
perdida, defraudada o desilusionada. Habitualmente la depresión
leve es autolimitada y desaparece a medida que se recupera el
interés normal por la vida.

 Depresión de grado moderado: A medida que la depresión se


agrava, su pensamiento esta cada vez dominado por ideas
negativas, aunque pueda no existir conexión lógica entre las
situaciones reales y sus interpretaciones negativas. persiste en el
tiempo y los sentimientos depresivos empiezan a interferir
gravemente en las actividades vitales. La persona carece de
energía para durar todo el día. En el aspecto físico se sienten
fatigados, se mueven muy despacio y tienen dificultades para
comer y dormir, así como modificaciones en su función sexual y
en los ciclos menstruales.
Desde el punto de vista emocional se sienten sin fuerzas,
abatidos, desanimados y desgraciados. Los sentimientos de
impotencia, baja autoestima e ineficacia refuerzan sus puntos de
vista negativos. La desgracia nubla su capacidad de juicio y de
decisión.
En la depresión moderada, el aspecto intelectual del
funcionamiento se dedica a demostrar lo malo que es en realidad
el individuo. La lentificación del pensamiento y el deterioro de la
concentración se añaden a este cuadro de incapacidad. La
capacidad de resolución de problemas, va quedando de lado a
medida que la persona empieza a creer que se encuentra en una
situación de melancolía y desgracia de la que no puede escapar.
El riesgo de suicidio que presentan los que padecen este
trastorno, aumentan en paralelo a la intensidad de la depresión.

 Depresión Profunda: Aquí el pensamiento del paciente está


totalmente absorto en pensamientos negativos, repetitivos,
59
perseverantes y puede encontrar extremadamente difíciles las
formas de concentrarse en estímulos mentales voluntarias. La
depresión mayor o grave se prolonga durante más de dos
semanas, abarca toda su existencia y áreas de funcionamiento.
El entusiasmo por la vida se desvanece sin darse cuenta. Las
tareas más sencillas parecen imposibles de realizar, falta energía.
Esperanza y diversión son dos palabras sin sentido. Las
conductas que se asocian van desde la parálisis, a la agitación.

Cualquier pensamiento, movimiento o actividad expresa


sentimientos de escasa valía, culpa y desesperación. La
apariencia física decae. La mala concentración y la incapacidad
para realizar los quehaceres, desencadenan sentimientos de
impotencia y desesperanza.

El individuo que padece un episodio depresivo grave se arrastra


literalmente durante el día, es incapaz de funcionar, de llevar
nada a cabo e interesado sólo en su propio sufrimiento. Es un ser
humano extraordinariamente angustiado, que se encuentra
atrapado en su estado emocional descendente. Se abrigan
pensamientos suicidas, de modo que el suicidio se considera la
única forma de salir de la desgracia. Este episodio suele
observarse en combinación con otros problemas mentales.

2.2.2.4.5. El pensamiento “Primitivo” del deprimido vs el pensamiento


“Maduro”

Una manera de abordar el desorden de pensamiento presente en la


depresión es conceptualizarlo en términos de modos “primitivos” de
organizar la realidad vs. Modos “maduros”. Parece claro que las
personas depresivas tienden a estructurar sus experiencias de un

60
modo bastante primitivo. Tienden a emitir juicios globales respecto a
acontecimientos que afectan su vida. Sus contenidos de pensamiento
tienen una gran probabilidad de ser extremos, negativos, categóricos,
absolutistas, etc. La respuesta emocional, por lo tanto, tiende a ser
negativa y extrema.

En contraposición a este tipo de pensamiento primitivo, un


pensamiento más maduro integra automáticamente las situaciones en
varias dimensiones (en lugar de una única categoría), en términos
cuantitativos más que cualitativos, y de acuerdo con criterios relativos
más que absolutistas. En el pensamiento primitivo, la complejidad,
variabilidad y diversidad de las experiencias y la conducta humana se
reducen a unas pocas categorías.
Se aplicó la etiqueta “primitiva” a este tipo de pensamiento para
distinguirlo del pensamiento más adaptativo. A continuación se
esquematizan las características que diferencian ambas formas de
pensamiento:

DIFERENCIAS

PENSAMIENTO “PRIMITIVO” PENSAMIENTO “MADURO”

1. No dimensional y global: 1. Multidimensional: “Soy


“Soy un miedoso” medianamente miedoso,
bastante generoso y
ciertamente inteligente”

2. Absolutista y moralista: 2. Relativo, no emite juicios


“Soy un despreciable de valor: “Soy más
cobarde” cobarde que la mayoría
de las personas que
conozco”

3. Invariable: “Siempre fui y 3. Variable: “Mis miedos


seré un cobarde” varían de un momento a
otro y de una situación a
otra”

61
4. Diagnóstico basado en el 4. Diagnóstico conductual:
carácter: “Hay algo “Evito en gran medida
extraño en mi carácter” algunas situaciones y
tengo diversos miedos”

5. Irreversibilidad: “Como 5. Reversibilidad: “Puedo


soy intrínsecamente aprender modos de
débil no hay nada que se afrontar situaciones y
pueda hacer por mi luchar contra mis
problema” miedos”

Según esta representación esquemática, observamos que el paciente


depresivo tiende a interpretar sus experiencias en términos de
privaciones o e derrotas (no dimensionales) y como algo irreversible
(fijo) consecuentemente, se considera a sí mismo como un “perdedor”
(categórico, emite juicios de valor) y como una persona predestinada
(déficits de carácter irreversibles).

2.2.2.4.6. Predisposición y desencadenamiento de la depresión

Beck y sus colaboradores postularon que el modelo cognitivo ofrece


una hipótesis acerca de la predisposición y la aparición de la
depresión. En pocas palabras, la teoría propone que algunas
experiencias tempranas proporcionan la base para formar conceptos
negativos sobre uno mismo, el futuro y el mundo. Estos conceptos
negativos (esquemas) pueden permanecer latentes y ser activos por
determinadas circunstancias, análogas, a las experiencias inicialmente
responsables de la formación de las actitudes negativas.

Por ejemplo, la ruptura matrimonial puede activar el concepto de


perdida irreversible asociado con la muerte de uno de os padres
acaecida durante la infancia del individuo. En otro orden de cosas, la
depresión puede ser desencadenada por una anormalidad o una
enfermedad física que activa la creencia latente en una persona de
62
que está destinada a una vida de sufrimiento. Las situaciones
desagradables de la vida, incluso extremadamente adversas, no
conducen necesariamente a una depresión, a no ser que la persona
esté especialmente sensibilizada hacia un tipo concreto de situación,
debido a la naturaleza de su organización cognitiva.

En respuesta a situaciones traumatizantes, la persona media aun


mantendría su interés por otros aspectos no traumáticos de su vida,
valorándolos de forma realista. Por el contrario, el pensamiento de la
persona con tendencia a la depresión aparece bastante constreñido,
desarrollando ideas negativas acerca de todos los aspectos de su vida.

2.2.2.5. Tipos de Depresión

La psicóloga Marsellach, G. (2002) considera tres tipos de depresión


agrupadas bajo la categoría de trastornos afectivos:

 Depresión endógena
 Depresión reactiva, neurótica o exógena
 Depresión orgánica

2.2.2.5.1. Depresión Endógena

La palabra endógena significa que tiene su origen y su causa en el interior


del mismo individuo y no puede atribuirse a ninguna causa externa. Según
los últimos datos estadísticos, un 60%de los casos de depresiones
existentes en la actualidad son de este tipo.

Este tipo de depresiones son una respuesta a algún proceso endógeno o


interno desconocido. Estas depresiones no son desencadenadas por
ningún acontecimiento externo; simplemente, se abalanzan sobre la
63
persona afectada. Por lo general, presentan ciclos temporales regulares y
pueden ser bipolares o unipolares. La bipolar recibe el nombre de
maníaco-depresiva (el individuo pasa repetidamente de la desesperación a
un estado de ánimo neutro, de aquí a un estado maníaco hiperactivo y
superficialmente eufórico, para volver a la desesperación, pasando por el
estado neutro). La unipolar consiste en una alternancia regular de
desesperación y neutralidad, sin aparición de manía.
La depresión endógena acostumbra a tener una mayor duración que la
reactiva pero según los últimos estudios, su curación es mas definitiva que
la reactiva (Cardichi, 2001).

El curso de la depresión endógena no es estrictamente autóctono sino que


depende también de factores ambientales, explica Alonso-Fernández
(2001). Además las situaciones y los acontecimientos infortunados de la
vida ejercen un notable influjo sobre la depresión endógena en el sentido
de que pueden llegar a precipitar la presentación de una fase o a agravar
la sintomatología de la fase ya iniciada.

Las depresiones endógenas responden a menudo al tratamiento con


fármacos y pueden tener un origen hormonal. También pueden hallarse
genéticamente predispuestas (ej. si la madre es depresiva y el padre
alcohólico es posible que el descendiente llegue a ser depresivo. Se ha
dicho que en los hombres el alcoholismo es el equivalente de la depresión
en las mujeres) y sus síntomas suelen ser más graves que los de las
depresiones reactivas.

2.2.2.5.1.1. Otras formas de depresión endógena

Cardichi (2001) propone las siguientes:

64
a. Depresión “latente”
Suele ser crónica y de carácter leve pero que impide al que la
padece, el poder realizarse personalmente. El individuo puede
experimentar una importante dificultad para vivir la vida cotidiana. Le
invade la angustia y el cansancio.
Generalmente son personas difíciles de abordar, que presentan toda
clase de inconvenientes y problemas a la hora de intimar con ellas.

Como en toda depresión endógena, el deprimido experimenta dolor


psíquico, dolores de cabeza, angustias, etc.

Este depresivo “latente” es tildado de perezoso y torpe y se da el


caso de que estas personas acostumbran a ser personas eficientes y
productivas a las que la enfermedad ha minado sus cualidades. Ésta
es una de las razones por las cuales las personas cercanas al sujeto
se desesperan recordando sus cualidades anteriores y ver como
éstas desaparecen conforme avanza la enfermedad.

b. Depresión “enmascarada”

Esta forma de depresión es muy difícil de diagnosticar pues los


síntomas suelen ser disimulados. El enfermo va al trabajo, cumple
con todas sus obligaciones y aparentemente funciona como todo el
mundo, pero si observamos sus facciones, éstas son plenamente
inexpresivas.

Este tipo de depresión obliga al enfermo a vivir de una forma artificial


al experimentar solamente emociones superficiales. Su calma exterior
encierra un interior tortuoso y destructivo. Puede llegar a vivir como si
no fuera el mismo, incluso puede llegar al suicidio como solución de
todos sus conflictos.
65
Las depresiones enmascaradas pueden darse en aquel tipo de
jóvenes que se lanzan a aventuras intrépidas, ansiosos de libertad, y
luego no ven realizados sus sueños, o en aquellos que viven muy
duramente la responsabilidad de llevar adelante sus propias vidas.

2.2.2.5.2. Depresión reactiva o exógena

Es el tipo de depresión que tiene una causa razonable para


manifestarse, o al menos, para justificarse.

La depresión suele desencadenarse frente a un estado de


indefensión e inseguridad profunda, producido por alguna pérdida
afectiva o laboral. La persona se siente incapaz de hacer frente a su
propia vida, llegando a infravalorarse y a desestimarse, sostiene
Jiménez (1999).

Las depresiones reactivas son las más comunes y del tipo que a
todos nos es familiar. No presentan ciclos temporales regulares, por
lo general no responden a las terapias físicas (fármacos) no se hallan
genéticamente predispuestas y si responden a la terapia cognitivo-
conductual.

Es una respuesta a la desgracia o a otras circunstancias adversas


que nos puedan sobrevenir ya que no todas las personas están
preparadas para hacer frente a sus desgracias del mismo modo.
(Cardichi, 2001). Este tipo de depresión normalmente parece coincidir
con un acontecimiento adverso y estresante de la vida, tal como la
muerte de un ser querido, el divorcio, las desavenencias conyugales,
los problemas económicos o los problemas de desempleo. El estrés
se produce en el individuo cuando los acontecimientos le someten a
una tensión insostenible para él. Se presenta principalmente cuando
66
no cuenta con herramientas psicológicas suficientes para hacerle
frente a un conflicto determinado, de gran importancia, o a la
acumulación de varios problemas pequeños que se presentan a la
vez.

El inicio de la depresión no tiene porqué ocurrir inmediatamente


después del acontecimiento, sino, a veces al cabo de unas semanas
o meses. La primera aparición se produce, normalmente en la vida
adulta temprana y está caracterizada por sintomatología física y
psicológica variada. Es un estado más benigno y no psicótico,
aunque, hasta cierto punto, la recuperación se ve influida por factores
de personalidad.

2.2.2.5.3. Depresión Orgánica

Cuando se hace un diagnóstico de depresión es importante descartar las


bases orgánicas, puesto que el efecto y la conducta depresiva están
asociados muchas veces a una lesión cerebral o a la acción de ciertos
fármacos.

En el 2003, Rozados (citado por Benites & Solis, 2004) postuló que
existen los siguientes tipos de depresión:

a. Trastorno Depresivo Mayor


Se manifiesta por una combinación de síntomas, anteriormente
mencionados, que interfieren con la capacidad para trabajar, estudiar,
dormir, comer y disfrutar de actividades que antes eran placenteras.

b. Trastorno Distímico
Es un tipo de depresión menos grave, incluye síntomas crónicos (a
largo plazo) que no incapacitan tanto, pero sin embargo, interfieren
67
con el funcionamiento y el bienestar de la persona. La característica
esencial de este trastorno es un estado de ánimo crónicamente
depresivo que está presente la mayor parte del día de la mayoría de
los días durante al menos 2 años. Muchas personas con distimia
también pueden padecer de episodios depresivos severos en algún
momento de su vida, esto es lo que se conoce como Depresión
Doble. (Trastorno Depresivo Mayor + Distimia).

c. Trastorno Bipolar
El trastorno bipolar o enfermedad maniaco-depresiva es una
alteración de los mecanismos que regulan el estado de ánimo.
Quienes la sufren pasan alternativamente de la euforia o "manía" a la
depresión, llegando a necesitar, en ocasiones, la hospitalización.
Comienza usualmente en la vida adulta. Aunque es menos común,
puede ocurrir en la adolescencia y raras veces en la niñez. Esta
enfermedad puede afectar a cualquiera. Sin embargo, si uno o ambos
padres tienen un Desorden Bipolar, hay mayor probabilidad de que
los hijos desarrollen el desorden. La historia familiar de abuso de
drogas o de alcohol puede también estar asociada con el Desorden
Bipolar. No es tan frecuente como los otros trastornos depresivos. Se
caracteriza por cambios cíclicos en el estado de ánimo: fases de
ánimo elevado o eufórico (manía) y fases de ánimo bajo (depresión).
Los cambios de estado de ánimo pueden ser dramáticos y rápidos,
pero más a menudo son graduales. Cuando una persona está en la
fase depresiva del ciclo, puede padecer de uno, de varios o de todos
los síntomas del trastorno depresivo. Cuando está en la fase
maníaca, la persona puede estar hiperactiva, hablar excesivamente y
tener una gran cantidad de energía. La manía a menudo afecta la
manera de pensar, el juicio y la manera de comportarse con relación
a los otros.

68
2.2.2.6. Depresión en la Mujer

Rozados (2008) afirma que la depresión se da en la mujer con una


frecuencia casi el doble de la del hombre. Esta relación de dos-a-uno
existe sin importar el trasfondo racial y étnico o el nivel económico. Los
hombres y las mujeres tienen la misma tasa de trastorno bipolar (maniaco
depresivo), aunque en las mujeres típicamente se manifiestan más los
episodios depresivos y menos los maniacos. También, es mayor el número
de mujeres que tienen la forma de trastorno bipolar con ciclo rápido, la cual
puede ser más resistente a los tratamientos tradicionales (GeoSalud,
2005).

Se sospecha que una variedad de factores únicos a las vidas de las


mujeres juegan un papel en el desarrollo de la depresión. Las
investigaciones se concentran en el entendimiento de estos factores,
incluyendo los factores: reproductivos, hormonales, genéticos u otros
factores biológicos; el abuso y la opresión; factores interpersonales; y
ciertas características psicológicas y de la personalidad. Aún así, las
causas específicas de la depresión en las mujeres todavía no están claras;
muchas de las mujeres que están expuestas a estos factores no
desarrollan la depresión.

Muchos factores que aparecen en la depresión femenina son comunes a


ambos: mujeres y hombres; sin embargo, las causas específicas de la
depresión en mujeres siguen siendo confusas. Lo que sí es claro es que
sin importar los factores contribuyentes, la depresión es una enfermedad
con tratamiento efectivo.
Factores hormonales podrían contribuir a la tasa más alta de depresión en
la mujer. En particular, los cambios del ciclo menstrual, el embarazo, el
aborto, el periodo de posparto, la premenopausia y la menopausia.
Muchas mujeres tienen más estrés por las responsabilidades del cuidado
69
de niños, el mantenimiento del hogar y un empleo. Algunas mujeres tienen
una mayor carga de responsabilidad por ser madres solteras o por asumir
el cuidado de padres ancianos. Los investigadores han encontrado que las
mujeres de alguna manera están protegidas debido a que sus hormonas,
como la progesterona, surten el mismo efecto experimental que las drogas
antidepresivas un estudio reciente demostró que las mujeres
predispuestas a padecer del síndrome premenstrual (SPM) severo se
alivian de sus síntomas físicos y anímicos (por ejemplo depresión) cuando
se les suprimen sus hormonas sexuales con una medicación. Si se deja de
dar dicha medicación, las hormonas se reactivan y al poco tiempo los
síntomas vuelven. Por otro lado, a las mujeres sin SPM, la supresión
temporal de las hormonas no les produce ningún efecto.
Asimismo, Cardichi (2001) afirma que los primeros síntomas de depresión
suelen aparecer en las mujeres hacia los 30 años, pues es en esta edad
cuando se producen cambios importantes en su organismo: los primeros
signos de pérdida de juventud como pueden ser las denominadas “patas
de gallo” en el rostro, una casi imperceptible falta de frescura y lozanía en
su aspecto y, sobretodo, el asentamiento ya definitivo de su figura pues
pueden aumentar de peso al hacerse más lento el metabolismo general.
En consecuencia de todo ello, también su cerebro se altera pues empieza
en ellas la preocupación por el inicio de la decadencia de su atractivo
como mujer. Este periodo puede ser muy difícil para la mujer y puede
hundirla en una depresión.

Más tarde, en plena menopausia, la mujer encuentra también un vacio en


su vida, sobre todo si no ha podido desarrollar ninguna otra faceta de su
personalidad que no sea la de madre y esposa, refugiándose entonces en
un estado depresivo latente que puede, desgraciadamente, durar todo el
resto de su vida. Este problema, sin embargo, actualmente se está
subsanando positivamente, debido a la irrupción masiva de la mujer en el
mundo laboral.
70
2.2.2.6.1. Síntomas de depresión en la mujer

La paginan web “Guía para la depresión clínica” (2004) resumen las


manifestaciones de la depresión en la mujer así:

 Reducción del interés y/o del placer en actividades, incluyendo el sexo


 Sensaciones de la culpabilidad y de desesperación
 Pensamientos suicidas (recurrentes)
 Disturbio del sueño (insomnio o hipersomnia)
 cambios en el apetito/peso
 Irregularidades del período menstrual
 Estreñimiento.
 Dificultades de la atención/de la concentración
 Energía disminuida o fatiga inexplicada
 Disturbios psicomotores

2.2.2.6.2. Causas de la depresión en la mujer

2.2.2.6.2.1. Depresión en las mujeres debido a cambios hormonales

La mayoría de las mujeres están enteradas que ese sus propios cambios
hormonales pueden hacerlas más susceptibles al cambio de humor
alrededor del tiempo de su período mensual, durante embarazo, después
del parto y en la menopausia. En algunas mujeres esto toma la forma de
grados que varían de irritabilidad pudiendo inducir melancolía.

Si las mujeres están sufriendo ya de una enfermedad depresiva, puede


ser exacerbada por estos factores hormonales, pero solos no causan la
depresión en mujeres. Sin embargo pueden ser consideradas para ser un
factor de la predisposición. Las mujeres pueden ser más susceptibles a

71
una enfermedad depresiva, dada otros factores necesarios, alrededor de
los tiempos de cambios hormonales.

2.2.2.6.2.2. Depresión en las mujeres debido a influencias sociales

La otra razón por la que la relación entre las mujeres y la depresión es


más estrecha que en los hombres parece ser debido a la manera en que
la sociedad las trata, y las expectativas de ellas. El hecho de que los
índices de la enfermedad de la depresión tiendan a cambiar por
generaciones enteras sugiere que es una enfermedad que es
influenciada muy fuertemente por las costumbres sociales a través del
tiempo (Cardichi, 2001).

Como se está afirmando, estadísticas recientes parecen indicar una


reducción de la susceptibilidad a la depresión en mujeres. Esto puede
reflejar como su papel cambia en la sociedad y la tendencia general para
que ellas estén más implicadas en actividades fuera del hogar que antes.

Esta hipótesis es apoyada por investigaciones que demostraron que las


mujeres eran más susceptibles a la depresión si carecen de un trabajo
completo o por horas y si están implicadas en el cuidado de niños
pequeños.

2.2.2.6.2.3. Depresión en las mujeres debido a una baja autoestima

La razón para esto es que las mujeres que no tienen ningún trabajo fuera
del hogar, o que tienen poco tiempo para sí mismas debido a las
demandas de niños pequeños, tienden a perder su sentido de la
identidad. Se ven como personas que están solamente allí para
responder las necesidades de otras. Esto conduce a una pérdida de
autoestima y de la confianza en ellas mismas que, alternadamente,
72
contribuye a las sensaciones de poca valía que es una característica
común de la depresión en mujeres.

También se ha hallado que las mujeres confían más en sus amigos del
trabajo que los hombres. Esta libertad a confiar puede ser la liberación y
ayudarlas a superar cualquier acumulación de sensaciones y de
tensiones negativas antes de que eso pueda convertirse en un desorden
del humor.

2.2.2.6.2.4. Depresión en la mujer después del nacimiento de un niño

Muchas mujeres son también particularmente vulnerables después del


nacimiento de un bebé. Los cambios hormonales y físicos, así como la
responsabilidad agregada de una nueva vida, pueden ser los factores que
conducen a la depresión post parto en algunas mujeres. Mientras que los
estados de melancolía pueden ser comunes en las nuevas madres, un
verdadero episodio depresivo no es normal y requiere intervención activa.
El tratamiento de un médico comprensivo y la ayuda emocional de la
familia para la nueva madre son consideraciones básicas para ayudarla a
recuperar su bienestar físico y mental y su capacidad de cuidar y gozar
del infante.

2.2.2.6.2.5. Depresión en la mujer debido a materias financieras

El estado económico bajo trae con él muchas tensiones, incluyendo el


aislamiento, la incertidumbre, acontecimientos negativos frecuentes, y el
limitado acceso a los recursos útiles. Se sabe que los sentimientos
depresivos y la desmoralización son comunes entre los pobres, haber
privado, y los que carecen de apoyo social, pero no está claro si la
depresión es más frecuente entre las víctimas de estos factores de estrés
73
ambiental. De hecho, un estudio muy grande ha demostrado que estas
enfermedades tienden a actuar igualmente en pobres y en ricos.

2.2.2.6.2.6. Depresión en la mujer debido a la victimización

En el 2005, la Organización Geosalud sostiene que los estudios


muestran que las mujeres que fueron violadas de niñas tienen una
probabilidad más alta de sufrir de depresión clínica en algún tiempo
durante sus vidas que las que no tienen tal historial. Además, varios
estudios muestran una incidencia más alta de depresión entre las
mujeres que han sido violadas como adolescentes o adultas. Muchas
más mujeres que hombres han sido abusadas sexualmente de niñas y,
por lo tanto, esta información es relevante. Las mujeres que
experimentan otras formas comunes de abuso, tal como abuso físico y
hostigamiento sexual en el trabajo, también pueden experimentar tasas
de depresión más altas. El abuso puede resultar en depresión porque
fomenta la baja autoestima, el sentido de estar indefensa, la auto
culpabilidad, y aislamiento social. Pueden existir factores biológicos y
ambientales de la depresión como resultado de haberse criado en una
familia disfuncional.

2.2.3. Las mujeres en prisión

2.2.3.1. La Cárcel como institución Total

En 1970 Goffman (citado por Domecq, C., 2009) plantea que en los
establecimientos penitenciarios poseen una tendencia absorbente, pues
todos los aspectos de la vida se desarrollan en un mismo lugar y bajo la
misma autoridad, todas las actividades se desarrollan unos con otros y
están estrictamente programadas, todas las necesidades y acontecimientos
74
de la vida de los internos están sometidos a un plan determinado. Tales
condiciones y la pérdida de contacto con el exterior, definen su régimen de
vida artificial, que sustituye el entorno natural.

En el 2007, Antony, C. señaló que para la mujer, la prisión es un espacio


discriminador y opresivo. Esto se expresa en el desigual tratamiento recibido
y en el significado, muy diferente, que asume el encierro para las mujeres y
para los hombres. Sostiene también, que la prisión es para la mujer
doblemente estigmatizadora y dolorosa si se tiene en cuenta el rol que la
sociedad le ha asignado

2.2.3.1.1. Espacio y Tiempo

El Espacio carcelario no puede inhibirse de su condición de espacio de


reclusión, los largos pasillos con diversas compuertas, las cabinas de
vigilantes, las rejas, las ventanas altas, etc. Inclusive el patio es un lugar
inhóspito y reducido, en donde hay una escasez de actividades a
realizar.(Valverde, J., 2006)
La característica más fundamental es que se trata de un espacio no solo
restringido, sino además muy hacinado, siendo este ultimo un problema
latente e irresuelto que constituye uno de los factores más nocivos para la
vida de los internos, tanto física como psicológicamente, impidiendo el
disfrute de un espacio personal.
No menos trascendente es el factor temporal, por las propias necesidades
del régimen penitenciario, en la cárcel se encuentra todo bajo horario
predeterminado, en las que se ubican todas las funciones de régimen y
todas las actividades de los internos (horas de levantarse, de
alimentación, de actividades, de patio, de luz artificial).
En cuanto al tiempo de condena es bien reconocido que el tiempo que
resta de condena tiene un protagonismo inigualable en la vida del preso,

75
siendo una cuestión permanente presente que define actitudes,
comportamientos, estados de ánimo.

2.2.3.1.2. La cultura de los presos

En 1958, Sykes (citado por Domecq, C., 2009) sostuvo que la cárcel se
torna un universo particular, un mundo aparte en el que se conforma una
fenomenología cultural – o subcultura. Los internos permanecen
constantemente en el sistema, las 24 horas del día, los largos periodos de
estancia, la desconexión del mundo exterior, el radical cambio de estilo de
vida, conllevan a una necesaria transformación de valores de
concepciones, de expectativas, que posibiliten un mínimo equilibrio
psicológico.

En el 2009, Arroyo & Ortega (citado por El Blog de Psicología Forense,


2009), argumentaron que las personas que ingresan en un centro
penitenciario se encontrarán en un ambiente caracterizado por el
aislamiento afectivo, la vigilancia permanente, la falta de intimidad, la
rutina, las frustraciones reiteradas y una nueva escala de valores que entre
otras cosas, condiciona unas relaciones interpersonales basadas en la
desconfianza y la agresividad. Valverde, J. (2006) lo plantea como “Lucha
por la supervivencia”.

2.2.3.2. La situación de las mujeres en prisión

El papel de la mujer en la delincuencia ha ido evolucionando. Antes era


poco esperable que ésta cometa algún tipo de transgresión contra las
leyes pues “estaba ocupada comprando alimentos en el mercado ó
paseando a los bebés”. Además el control social era mucho más estricto
que en la actualidad: por un lado, cuando vivía con sus padres, estos
limitaban la hora de su llegada, inclusive el tipo de personas que tenía por
76
compañía, y posteriormente, por su esposo, al ser controlada también en
entradas y salidas del hogar y su uso del dinero (por poner algunos
ejemplos). Todo motivado por la ideología antigua que enfatizaba la
superioridad del hombre, permitiéndole incluso asesinar a su esposa y a
su amante si es que la sorprendía en adulterio. (Larrauri, E. 1994).
Aunque en nuestra sociedad peruana, los rasgos de una cultura machista
aun se hacen presentes, el papel de la mujer ahora es mucho más activo
pues sabe como cumplir las labores de la casa y también desempeñarse
en un trabajo remunerado. Inclusive muchas veces, sólo son ellas las que
aportan a la economía del hogar. A veces, esta imperiosa necesidad,
generalmente, las impulsa a involucrarse en el mundo de la delincuencia.

2.2.3.2.1. Los estigmas y la discriminación social

Las mujeres detenidas sufren el estigma de romper con el rol de esposas


sumisas y madres presentes que les asigna la sociedad (Antony, C.,
2007).

Fabre, A. (2003) afirma que las mujeres que delinquen constituyen una
afrenta a la sociedad en un sentido diferente a los varones que delinquen.
Ellas representan para el imaginario social a la anti-mujer, a aquella que
rompió con el pacto social y sexual; la que traicionó ese mandato social de
género que la naturaliza como buena, abnegada, sumisa y altruista.
Exacerbar y mantener vivo en ellas el sentimiento de culpa, especialmente
en relación a los hijos y a la familia, es el principal método de
disciplinamiento en la cárcel.

77
2.2.3.2.2. El proceso de adaptación

Valverde, J. (2006) sostiene que la conducta se adapta al ambiente en que


vive la persona. Por ello aclara que las características personales que
llevan al comportamiento desadaptado de los internos (as) no son sino
“sanos” mecanismos de adaptación a la cárcel, estrategias de
supervivencia. Manifiesta así que lo que está “loco” es el ambiente de la
cárcel, no la conducta que se adaptada a ese ambiente. En el 2009,
Arroyo y Ortega, (citado por el Blog de Psicología Forense), propusieron
que la entrada en la cárcel pone en marcha un proceso de adaptación al
entorno penitenciario, que muchos autores llaman prisionización y que
consiste básicamente en un comportamiento regresivo, inmaduro, ansioso
e inestable desde el punto de vista afectivo como respuesta a la entrada a
una Institución total como es la cárcel.

Azaola, E.& Cristina J. (citados por el Blog de Psicología Forense, 2009),


consideran en su libro “Las mujeres olvidadas” que es preciso tomar en
cuenta que las mujeres que pierden su libertad necesariamente atraviesan
por un proceso de duelo que se traduce en apatía, depresión, angustia y
rebeldía, proceso que inevitablemente las coloca en una posición de
conflicto. La vida cotidiana, la del afuera antes del encarcelamiento, ha
muerto y lo que sigue es el duelo. Un duelo que las presas describen
como "muerte en vida". Para sobrellevar la pérdida y soportar la angustia
de esta nueva realidad imperceptiblemente, pondrán en funcionamiento
mecanismos de defensa con el fin de procurarse alguna forma de auto-
protección. Los más usuales son:

 Negaciones: "no voy a pedir que me traigan ropa porque me voy en


dos días"
 Racionalizaciones: "esto es un error, se equivocaron de persona";
 Proyecciones: “¿qué hago yo acá rodeada de delincuentes?”.

78
Posteriormente describen las etapas del duelo por las que pasan las
mujeres en reclusión ante el choque emocional:
A. La primera reacción es la incredulidad.
B. Posteriormente, sobreviene la agresividad, la rebeldía.
C. La manipulación es lo que caracteriza a la tercera etapa, en la cual
comienzan los intentos de negociación para conseguir la libertad,
presionando a los allegados, a los abogados, etc.
D. Luego, la depresión y, con ella, un sentimiento de culpabilidad,
especialmente en relación a los hijos y a la familia, se apodera de las
mujeres presas, que caen en la apatía, duermen todo el día o recurren
a drogas.
E. Finalmente, la aceptación es, por lo general, muy dificultosa para estas
mujeres que en lo que se observa, parecen recorrer repetidas veces las
cuatro primeras etapas.

2.2.3.2.3. Perfil de las mujeres en la cárcel

Azaola, E. (2005) sostiene que el sistema penitenciario refuerza la


construcción de géneros y, por consiguiente, mantiene las diferencias
sociales que resultan en desventajas para las mujeres, cuyas necesidades
son relegadas en las prisiones, como ocurre en otros espacios sociales.
Es en este sentido que propone que las mujeres son sujetos ausentes o
no visibles para el sistema penal.

Así también lo afirma el Grupo del Proyecto de Mujeres en la Cárcel


(2007) pues, si bien es cierto, la presencia de la mujer en una situación de
cárcel aún es mínima en comparación a la del hombre, ésta está
avanzando rápidamente, lo cual resulta preocupante pues las condiciones
de los establecimientos penitenciarios están diseñadas para varones, y
como expresa Antony, C. en el 2007, también por la falta de leyes y

79
políticas adecuadas para abordar problemas como el de las madres
lactantes o los hijos de las mujeres encarceladas.

En el 2002, Romero (citado por Carabaza, Hernández & Martínez, 2004)


explica que los datos epidemiológicos, las estadísticas delincuenciales y
los datos etnográficos reportan que cada día mayor número de mujeres se
ve involucrada en la comisión de actos violentos y delincuencia, y que la
mayoría de las mujeres encarceladas proviene de sectores de la población
económica socialmente desfavorecida y que permanece encarcelada por
delitos típicos de personas que han vivido en la pobreza. Además, la
página Web Yo soy Madre Soltera (2010) afirma que más de la mitad son
madres solteras, o separadas, pero en cualquier caso solas. Cabezas de
familia (jefas de hogar), con hijos menores de edad a su cargo. No
cuentan con apoyo para cuidarlos. La mayoría de mujeres pertenecen a la
clase media baja, poseen estudios primarios y están desempleadas.

En el 2006, Garside (citado por Sepúlveda, M.A., 2009) complementa lo


dicho anteriormente cuando manifiesta que la mayoría de internas son
además jóvenes, escasamente educadas, víctimas de maltrato y abusos
sexuales en su infancia y/o juventud, ofensoras por primera vez, la
mayoría de sus crímenes están relacionados al tráfico y/o uso de drogas.

2.2.3.2.4. Cuestiones Principales

En esta sección se describen de manera general las cuestiones


principales que afectan a las mujeres encarceladas de todo el mundo.

2.2.3.2.4.1. El arresto
La mayoría de las mujeres viven, debido a las costumbres culturales y
educativas, en estrecha relación con el núcleo familiar y con el hábitat de
su casa-grupo familiar. Por ello el ingreso a la institución penitenciaria
suele provocar en la mujer una mayor angustia que en el

80
hombre, especialmente por la situación familiar y porque debe abandonar
a sus hijos y su casa. El ingreso es entonces conflictivo, angustiante por
la situación del delito y por el rompimiento del núcleo familiar. (Carabaza,
Hernández & Martínez, 2004)
Cuando arrestan a alguna mujer, los policías no le preguntan si tiene
hijos/as ni le dan tiempo para explicarle a los/as niños/as lo que sucede
ni para hacer arreglos de quién va a cuidar de ellos/as. Esto genera un
elevado nivel de ansiedad en estas mujeres y sus hijos.

2.2.3.2.4.2. Detención Preventiva

El Grupo del Proyecto de Mujeres en la Cárcel (2007) explica que las


mujeres tienden a ser retenidas en detención preventiva con más
frecuencia que los hombres pues pocas veces satisfacen los indicadores
usados para determinar una menor probabilidad de riesgo de fuga antes
del juicio. Aún cuando luego en el juicio sea declarada inocente, por
estar en detención preventiva la mujer puede perder su trabajo, su casa o
su lugar en algún programa de ayuda psicológica o de rehabilitación de
drogas al que pudiera estar inscrita.

2.2.3.2.4.3. La sentencia

Los prejuicios generados por la cultura social hacia “las delincuentes”


pueden provocar que reciban sentencias más severas que las que se
aplicarían a los hombres por el mismo delito, e incluso, que sean
encarceladas por delitos por los que un hombre no hubiera sido
encarcelado. Además, expresa Da Silva, M. en el 2003, las infracciones
por las cuales se condena a las mujeres son, sin embargo, reveladoras
de su condición: están sobre representadas en los procesos de carácter
familiar y económico, y sub representadas en los delitos de carácter
violento.
81
Según la fotógrafa Atwood, J. (citada por Da Silva, M., 2003), que ha
trabajado desde 1989 en el tema del encarcelamiento femenino en
Europa, en Rusia y en Estados Unidos, el 89% de las mujeres son
encarceladas por uso o venta de estupefacientes principalmente, delitos
no violentos, cheques sin fondos, robo de chequeras, tarjetas de crédito
falsas.
Las sentencias para las mujeres suelen ser cortas, pero éstas pueden
ser tan devastadoras como una sentencia larga, pues basta una
sentencia corta para perder hijos, trabajo y hogar.

2.2.3.2.4.4. Las cárceles

Valverde, J. (2006) expone que dentro de la cárcel hay predominio de los


planteamientos judiciales y el reglamento es percibido como restricción
de la vida y un sistema de dominación.
La vida en el patio se caracteriza por la ausencia de actividades (pasear
o estar sentado), lo cual trae como consecuencia la sensación de vacío,
estado de ansiedad, pensamientos y conversaciones obsesivas, mayor
riesgo de drogadicción y la definitiva pérdida de la capacidad de decisión,
argumenta el mismo autor.
El Grupo del Proyecto de Mujeres en la Cárcel (2007) afirma que, en
cuanto a los niveles de seguridad, éstos son desproporcionadamente
duros para las mujeres pues están instalados para evitar que hombres
escapen, siendo mucho más estrictos de lo justificado de acuerdo con el
riesgo que ellas presentan. Dentro de la cárcel, las instalaciones son
compartidas y se dan casos inapropiados, donde mujeres con diferentes
necesidades y diferente historial delictivo son encerradas todas bajo el
mismo régimen de seguridad. Posiblemente algunas cárceles ofrecerán
una variedad de oportunidades educativas y de trabajo: obligatorio o
voluntario (remunerado o no). En las cárceles de mujeres con poca
población, el acceso a la educación, capacitación y trabajo tiende a ser
82
mínimo. Asimismo, los trabajos y la supuesta formación profesional
impartida en la cárcel están dirigidos a aprender a coser, planchar,
cocinar, limpiar, confeccionar pequeñas artesanías y tomar cursos de
modistería. Esto traduce una total despreocupación por el mercado
laboral que les espera cuando salgan en libertad, pues pocas de estas
actividades les permitirán subsistir de manera independiente. (Antony, C.,
2007). Además se da un Bajo nivel de salario. Las mujeres que tienen
niños viviendo en la cárcel con ellas tendrán más dificultad para poder
trabajar.

2.2.3.2.4.5. Salud física y servicios médicos y sanitarios

Las mujeres encarceladas presentan padecimientos físicos y


psicológicos en una tasa mucho más alta y con una gravedad que
excede por mucho a las de los hombres encarcelados o a las de las
mujeres de la población en general. Algunos de ellos pueden estar
relacionados con las causas de su encarcelamiento, por ejemplo, el
consumo de drogas y la dependencia y problemas de salud que provoca,
propone el Grupo del Proyecto de Mujeres en la Cárcel (2007).
Sostiene también que, como consecuencia de abusos sexuales y
explotación antes y durante su encarcelamiento las mujeres pueden sufrir
problemas del aparato reproductor femenino, embarazos y
alumbramiento o aborto, VIH y otras enfermedades de transmisión
sexual. Asimismo, estos últimos también pueden ser transmitidos por el
hacinamiento y las inadecuadas condiciones de higiene, al igual que la
tuberculosis y hepatitis.
En cuanto a los servicios médicos, estos son mejores si se encuentran
fuera del establecimiento; sin embargo genera malestar cuando las
mujeres tienen que acudir esposadas o cuando deben ser supervisadas
por un agente de la policía en plena consulta médica.

83
Es probable que la cárcel no proporcione servicios acordes a las
necesidades sanitarias de las mujeres; por ejemplo, durante su
menstruación o cuando están pasando por la menopausia, las mujeres
necesitan baños constantes todos los días. Además, las embarazadas en
la cárcel necesitan recursos y atención especializados en cuanto a dieta,
ejercicio, ropa, medicamentos y atención médica, necesidades que no
son cubiertas a plenitud.

2.2.3.2.4.6. Salud mental y emocional

La prisión exacerba trastornos previos y/o crea nuevas condiciones para


el deterioro de la salud mental y el bienestar (Sepúlveda, M.A., 2009).
El sentimiento de vergüenza y de culpa ligado a la detención es más
intenso en las mujeres, y el cuerpo es el primer lugar de expresión de la
queja: somatizan, presentan trastornos funcionales, como la obesidad,
cefaleas persistentes, problemas de insomnio, experimentan
perturbaciones alimentarias y digestivas. Dejan de tener el ciclo
menstrual, a veces durante todo el tiempo de su detención. Para todo, la
institución ofrece lo mismo: aspirinas o psicodrogas.
Los estados graves de postración o de depresión, y las tasas de suicidio
o de automutilación son muy elevadas (Da Silva, M., 2003).
Muchas tienen problemas psicológicos de bajo nivel como son los
trastornos de personalidad, por los cuáles no se considera que ameriten
ser remitidas para atención psiquiátrica. Las mujeres pueden requerir
acceso a tratamientos y terapias específicamente creadas para ellas
(sólo mujeres), pero aún en las cárceles de mujeres las condiciones
probablemente no sean las ideales. Especialmente en las primeras
etapas de la detención, las mujeres pueden llegar a angustiarse en
extremo por no saber qué va a pasar con sus hijos. Las investigaciones

84
sugieren que esta preocupación es capaz de exacerbar o provocar
problemas psicológicos.

2.2.3.2.4.6.1. La depresión

La depresión constituye un trastorno predominante en el mundo


carcelario pues se apodera de muchas de ellas, que caen en la apatía,
duermen todo el día o recurren a drogas. Las presas lo llaman “ataque
de rejas”. (Fabre, A., 2003). Los médicos tienden a diagnosticar
depresión en las mujeres reas con más frecuencia que en los
hombres; también tienden a recetar a las mujeres -con mayor
frecuencia que a los hombres- psicotrópicos que alteran su estado de
ánimo. Las que consumen –y a las que les recetan– psicotrópicos son
más numerosas que los hombres: 45% contra 18% (Da Silva, M.,
2003).
Fuera de la cárcel los hombres son más propensos al suicidio que las
mujeres, pero dentro de la cárcel las mujeres son más propensas al
suicidio. La autolesión en las cárceles es un problema muy grande y
es más frecuente entre mujeres encarceladas.

2.2.3.2.4.6.2. Otras consecuencias psicosociales

Valverde, J. (2006) plantea:

 Cotidinización del ambiente: toda la vida de la interna se


estructura en torno a la cárcel, por lo que se da una exageración
de las situaciones (relevancia de las pequeñas cosas).
Posteriormente, se sienten “atrapadas en el tiempo” y se presenta
dificultad para elaborar un proyecto de futuro.

85
 Autoafirmación agresiva o sumisión frente a la institución:
Estructura poderosa de la cárcel frente a debilidad del preso (a)
(percepción de la vulnerabilidad). Necesidad de autoafirmación
para mantener la autoestima pues la cárcel es vista como sistema
de aniquilamiento, “espacio para castigar”, por lo tanto hay
necesidad de defenderse.
 Dominio o sumisión en las relaciones interpersonales: En un
entorno violento todo se vuelve violento y se da la necesidad de
agruparse: para defenderse o para dominar. Por ende existe la
sensación de peligro y rigidez en las relaciones. Lo que dificultaría
asumir la autonomía personal cuando estén fuera de prisión.
 Alteración de la sexualidad: La sexualidad, como todo lo demás,
se anormaliza en la cárcel pues, las relaciones sexuales se
convierten en situaciones estresantes por lo rápido que tienen que
llevarse a cabo y las habitaciones no son lugares apropiados,
embruteciendo así el sexo y causando disfunciones sexuales en la
pareja. Además, si es que no logran acceder a estar con su pareja
en las visitas conyugales, pueden presentar conductas
homosexuales, incluso masturbación, sin ausencia de fantasía y
vista como un medio de desfogue pero no para hallar placer.
 Ausencia de control sobre la propia vida: ante una situación
institucional poderosa, violenta y anormalizadora, y unas
relaciones interpersonales fuertemente jerarquizadas y centradas
en la dominación la reclusa llega prácticamente a no tener ningún
control sobre su propia vida.
 Estado permanente de ansiedad: En la prisión se está siempre
en peligro, estado de permanente ansiedad, que se generalizará a
todo tipo de situaciones y que le conduce a vivir aún con más
ansiedad las permanentes tensiones de la vida en la cárcel,
aumentando con ello las situaciones de riesgo y, por tanto, la
ansiedad.
86
 Exageración del egocentrismo: Ante las agresiones el recluso
se ve obligado a proteger su propio Yo. En ese ambiente, le lleva
a una exageración del egocentrismo pues todo se ve en función
del interés propio. La sensación de peligro es tal que difícilmente
puede el individuo establecer relaciones de solidaridad,
provocando sensación de soledad.
 Ausencia de expectativas de futuro: Si la reclusa no puede
controlar su presente, mucho menos puede planificar su futuro a
causa de la imprevisible dirección de su vida en la cárcel.
 Fatalismo: Se deja llevar por lo irremediable de la situación, "lo
que tenga que ocurrir, ocurrirá", y no tiene ningún poder para
evitarlo.
 Ausencia de responsabilización: Apenas tiene ninguna
influencia sobre las decisiones que se toman sobre ella
presentando una actitud pasiva, espera que las cosas "le vengan
dadas".
 Pérdida de vinculaciones: La entrada en prisión implica el
aislamiento tajante e inmediato dándose la restricción de las
relaciones interpersonales, una pérdida gradual de las
vinculaciones, perdiendo la noción de la realidad del exterior y
distorsionando e idealizando sus recuerdos.
 Alteraciones de la afectividad: sensación de desamparo y
sobredemanda afectiva: en los estadios iniciales se presenta una
elevada agresividad, dureza emocional, capacidad de afecto
profundamente enterrada mostrándose inafectiva, indiferente, lábil,
etc. Pues necesita proteger su YO. En estadios posteriores,
aprende a vivir en la cárcel pero su capacidad de afecto
permanece cuidadosamente oculta.

87
2.2.3.2.4.7. Violencia y vulnerabilidad

Aún en aquellos países donde no está permitida la tortura ni los tratos


inhumanos y degradantes, por ejemplo, en el Reino Unido, las mujeres
encarceladas están expuestas al abuso de otros presos. Lo que
caracteriza a la población carcelaria femenina es su gran
vulnerabilidad. “Son pocas las mujeres que ejercen la violencia, pero
en general la han padecido siempre” afirma Da Silva, M. en el 2003.
Entre las cuestiones relacionadas con la falta de seguridad de las
mujeres en las cárceles se puede mencionar por ejemplo las
supervisiones al desnudo, lo cual suele ser situaciones humillantes e
incluso traumáticas para ellas; o la falta de mecanismos de
supervisión y de quejas efectivos que permitan a las presas levantar
denuncias sin que por ello queden expuestas a la intimidación o a
mayores abusos.

2.2.3.2.4.8. Madres en prisión

La mayoría de las mujeres en las cárceles del mundo son madres.


Generalmente los niños ingresan junto a la madre acompañándola en
las cárceles y permanecen gran parte del proceso y sentencia. Estas
medidas preventivas son importantes en beneficio de la madre y
principalmente del niño. (Carabaza, Hernández & Martínez, 2004).
Con más frecuencia que los hombres, las mujeres tienden a ser las
principales o únicas cuidadoras de los niños y este factor hace que la
experiencia en la cárcel sea significativamente diferente para las
mujeres. Así también lo afirma en el 2007, Antony, C.: “Uno de los
aspectos más traumáticos para las mujeres privadas de su libertad lo
constituye la pérdida de sus hijos. La preocupación por ellos está

88
presente en toda su vida carcelaria y en muchas ocasiones se
convierte en una verdadera obsesión”.
Los efectos que el encarcelamiento de una madre tiene en las familias
son, generalmente, más devastadores que los que pudiera tener el
encarcelamiento de un padre. Hay datos que sugieren que los hijos e
hijas de madres encarceladas, y en particular aquellos/as que son
puestos en instituciones gubernamentales durante el encarcelamiento
de la madre, tienen un riesgo significativamente mayor que otros/as
niños/as de desarrollar un comportamiento delictivo en su vida adulta.

2.2.3.2.4.8.1. Madres solteras

La página Web Yo soy Madre Soltera (2010) afirma que las madres
solteras o solas y sus hijos son las grandes víctimas del sistema
penitenciario actual. En general, la madre que carece de pareja carece
también de apoyo, unas veces por la mala situación económica de su
familia, otras veces por haber sido obligada a abandonar la casa
cuando quedó embarazada.

El Defensor del Pueblo de Andalucía, en su informe de 2006 (citado


por Yo soy Madre Soltera, 2010) refiere que las mujeres en prisión con
pareja representan solo un 28%. Falta con demasiada frecuencia la
figura del esposo o compañero.

2.2.3.2.4.9. La soledad y abandono social

Fabre, A. (2003) expone que sólo la mitad de las mujeres


encarceladas recibe visitas, que por lo general son otras mujeres:
madres, hermanas, amigas. El resto son abandonadas por sus
parejas, o sus familiares deben encargarse de la crianza de los hijos

89
que quedaron solos y no disponen de tiempo para atenderlas, o
simplemente les resulta imposible llegar a una cárcel tan alejada de la
ciudad, por el costo del transporte y el tiempo que lleva. En el mismo
sentido Payá, V. (citado por el Blog de Psicología Forense, 2009)
considera que: “Es usual que, cuando los familiares se retiran del
penal, el estado de ánimo de la prisionera decaiga. Los internos saben
bien de este problema depresivo al que denominan con el apelativo de
“carcelazo”.

2.2.3.2.4.10. El delito femenino principal: Tráfico ilícito de drogas

El artículo N° 256 del Código Penal hace mención del delito de tráfico
ilícito de drogas cuando un ciudadano promueve, favorece o facilita el
consumo ilegal de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias
psicotrópicas, mediante actos de fabricación o tráfico o las posea con
este último fin, será reprimido con pena privativa de libertad no menor
de ocho ni mayor, de quince años, con ciento ochenta a trescientos
sesenta y cinco días-multa e inhabilitación conforme al artículo 36°,
incisos 1, 2, y 4.

Montalvo, R. (2010) plantea que en los últimos años, ha habido un


crecimiento de la población carcelaria femenina debido a diferentes
factores sociales que tienen que ver en buena medida con las nuevas
expectativas, condiciones y posiciones que tienen las mujeres en la
estructura social y familiar, donde muchas veces deben ser las
proveedoras principales. La mayor causa de detención, no sólo en el
Perú sino en muchos países, son delitos relacionados con el tráfico de
drogas, lo que plantea una nueva problemática a la que se ha
prestado poca atención aún.

90
Esto se manifiesta, por ejemplo, en la utilización que pueden hacer del
cuerpo y de las partes íntimas como un escondite, un lugar en el cual
se introduce lo prohibido. Ello ha dado lugar a las infames revisiones
recto vaginales a las que son sometidas las mujeres que visitan las
cárceles.
Fabre, A. (2003), colabora explicando que la mayoría de las personas
encerradas por tráfico de drogas son mujeres y estas conforman la
base de la pirámide del narcotráfico… y las que están en la base de la
pirámide, no los jefes, son las que van presas.

2.3. Definiciones Conceptual y Operacional

2.3.1. Definición Conceptual

2.3.1.1. Creencia en la benevolencia humana

Para Thorton & Kline (1982) es una actitud favorable donde los individuos
que creen que las personas son generalmente benevolentes deberían ser
inclinados e interpretar las relaciones entre la gente como habitualmente
cooperativas, optimistas, solidarias y desarrollan ellos mismos conductas de
esta índole. Esto es, la creencia en la benevolencia humana es adjudicación
a los otros valores altruistas de particular tolerancia y honestidad para con los
seres humanos; es decir, existe empatía, disposición para actuar
honestamente en relación con los demás para desarrollar conductas de
ayuda para con sus semejantes; reconociendo al otro y apoyándolo a ser o
autorrealizarse completamente.

91
2.3.1.2. Depresión

La depresión es un trastorno del estado de ánimo (afectivo), en el cual el


sujeto manifiesta una visión negativa acerca de sí mismo, de las
interacciones con su ambiente y de su futuro. Asimismo refiere que esto es
causado por una situación amenazante percibida como real hacia su persona
(cognitivo), sostiene Beck (1983).

92
CAPÍTULO III

METODOLOGÍA

93
CAPÍTULO III: METODOLOGÍA

3.1. Variables

3.1.1. Variable N°1: Creencia en la Benevolencia Humana medida a través de la


Escala de creencia en la Benevolencia humana de Thorton & Kline.

3.1.2. Variable N°2: Depresión, medida a través del Inventario de Depresión de


Aaron Beck.

3.1.3. Variables intervinientes: Edad, situación jurídica, número de ingresos al


Establecimiento Penitenciario “El Milagro” de Trujillo.

3.2. Tipo de Investigación

La investigación fue de tipo Sustantiva, la cual según Sánchez & Reyes, 2006
(citado por Chávez, 2008) es aquella que se orienta a describir, explicar,
predecir o retrodecir la realidad, lo que permite buscar principios y leyes
generales que permita organizar una teoría científica.

3.3. Diseño de Investigación

El diseño de investigación del presente estudio fue descriptivo - correlacional


debido a que se cuenta con dos variables (creencia en la benevolencia
humana y depresión) las cuales se someterán a un análisis correlativo. Esto
permitirá determinar la existencia de la correlación significativa entre ellas.
(Hernández, Fernández, & Baptista, 2003).

El diseño de investigación de este trabajo corresponde al diseño descriptivo


correlacional, graficado del siguiente modo:

94
O1

M r

O2

Donde:

M = Muestra conformada por internas sentenciadas del Establecimiento


Penitenciario de mujeres “El Milagro”

O1= Creencia en la Benevolencia Humana

O2= Depresión

R= Relación existente entre ambas variables.

3.4. Población y Muestra

Para el presente trabajo de investigación se trabajó con la población total de las


internas del Establecimiento Penitenciario de Mujeres “El Milagro” que cumplieron
con los criterios de inclusión detalladas en el presente informe, contando de esta
manera con la participación de 29 mujeres en calidad de sentenciadas.

Criterios de inclusión:

 Internas del Establecimiento Penitenciario de Mujeres “El Milagro” en


condición jurídica de sentenciadas.
 Internas del Establecimiento Penitenciario de Mujeres “El Milagro” que hayan
ingresado por primera vez.
 Internas del Establecimiento Penitenciario de Mujeres “El Milagro” cuyas
edades comprendan a partir de 19 años hasta los 64 años de edad.

95
 Internas del Establecimiento Penitenciario de Mujeres “El Milagro” que hayan
accedido de manera voluntaria con la investigación (consentimiento
informado).
 Se tomará en cuenta los protocolos que hayan sido contestados en su
totalidad

3.5. Instrumentos:

3.5.1. Instrumento Nº1: Guía de Entrevista sobre datos generales

Fue elaborada por los autores de la presente investigación y tiene como


objetivo recoger datos generales de la interna como: edad, situación jurídica,
estado civil, existencia y número de hijos, tiempo de condena, tiempo de
condena que ya ha cumplido dentro de la cárcel, grado de instrucción,
ocupación dentro del penal.

3.5.2. Instrumento Nº2: Escala de Creencia en la Benevolencia Humana

Para obtener datos sobre la primera variable de la presente investigación se


aplicó la “Escala de Creencia en la Benevolencia Humana” (Belief in Human
Benevolence Scale), de procedencia estadounidense y elaborada por
Thornton & Kline en 1982. Fue adaptada en el Perú por Susana Díaz
Huamán, y localmente por Carlos Borrego Rosas & Úrsula León Reinaltt en
el 2003.

Consta de 16 ítems que evalúan el grado en el cual el que responde cree


que en los seres humanos hay empatía, disposición para actuar
honestamente en relación con los demás, para desarrollar conductas de
ayuda para con sus semejantes.

El sistema de puntuación ha sido reformulado de la versión inglés, de tal


modo que cuánto más alto es el puntaje (80 máx.) mayor es la confianza en

96
la benevolencia en los demás. Por otro lado, el puntaje más bajo (16 puntaje
mínimo) indicaría una mínima creencia en la benevolencia humana.

Su forma de administración puede ser individual o colectiva, no tiene límites


de tiempo y es aplicable a sujetos de 16 años a más. Su uso suele ser para
fines educacionales, religiosos, clínicos, laborales, jurídicos. Son potenciales
usuarios aquellos profesionales que se desempeñan como psicólogos,
consejeros, sacerdotes, trabajadores sociales y orientadores vocacionales.

La calificación de la escala presenta 5 alternativas ponderadas de respuesta,


algunos son ponderados directamente y otros inversamente.

PONDERACIÓN

Directa Inversa Alternativa de


respuesta
1= 1 1=5 Muy de Acuerdo
2=2 2=4 De acuerdo
3=3 3=3 Indiferente
4=4 4=2 En desacuerdo
5=5 5=1 Muy en
desacuerdo

Los ítems calificados directamente son: 3, 4, 6, 8, 9, 10, 12, 14, 16

Los ítems calificados inversamente son: 1, 2, 5, 7, 11, 13, 15

ADAPTACIÓN NACIONAL Y LOCAL

La escala ha sido adaptada a nuestro país por Susana Díaz Huamán en


1989, realizó una investigación en la que aplicó el cuestionario con internos
del establecimiento penitenciario “San Jorge” de la ciudad de Lima,
validándola y dándole la confiabilidad necesaria.

97
Asimismo, la escala ha sido adaptada a nuestra ciudad por Carlos Borrego &
Úrsula León en el 2005, donde aplicaron este instrumento a adolescentes
trabajadores de la calle asistentes regularmente a los centros de referencia
del INABIF – PROMUDEH, Trujillo, donde se procedió a darle validez y
confiabilidad a la prueba.

ADAPTACIÓN DE CENTRO

La Escala fue adaptada por Sandra León & Milton Muñoz en el 2010 para
uso exclusivo de la población en estudio y poblaciones con características
similares. Para ello se aplicó el instrumento a 36 internas del Establecimiento
Penitenciario “El Milagro” de Trujillo, donde se le dio confiabilidad.

Datos Normativos:

Puntaje directo Nivel

54 - 80 ALTO

45 - 53 MEDIO

16 - 44 BAJO

JUSTIFICACIÓN ESTADÍSTICA

Confiabilidad:

La confiabilidad de la Escala de Creencia en la Benevolencia Humana, que


se aplicó a 36 Mujeres encarceladas en el Establecimiento Penitenciario “El
Milagro” de Trujillo por Sandra León & Milton Muñoz (2010), se obtuvo a

98
través del Coeficiente de Confiabilidad de Cronbach, arrojando como
resultado una confiabilidad de 0.74.

3.5.3. Instrumento Nº 3: Inventario de Depresión de Beck

Descripción de la prueba

El Inventario de Depresión de Beck (Beck Depression Inventary), fue creado


y publicado por Aaron Beck en 1961 en EE.UU.; pero en 1979, Aaron Beck &
Cols dan a conocer una nueva versión revisada de su inventario. Este
instrumento fue estandarizado por Novora, Sotil & Warton en 1985 y está
adaptado y traducido al castellano por Vásquez & Sanz (1991).

La prueba a usar tiene el propósito de medir la intensidad de la depresión y


su aproximación al juicio clínico. Puede aplicarse a personas a partir de los
11 años de edad. La administración es individual o colectiva y, aunque no
tiene un tiempo máximo de duración, suele comprender entre 15 y 20
minutos. Las categorías o niveles que determina son Depresión ausente o
mínima, depresión leve, depresión moderada, y depresión grave.

Teóricamente se fundamente en el Modelo Cognitivo de la depresión; el cual


surgió de observaciones clínicas sistemáticas de investigaciones
experimentales (Beck, 1963, 1964,1967). El modelo cognitivo postula tres
conceptos específicos para explicar el sustrato psicológico de la depresión: la
triada cognoscitiva, los esquemas y los errores cognitivos.

Actualmente se la utiliza con la investigación clínica de la depresión, para


medir el nivel verdadero de la misma el día en que es aplicada, proviniendo
su abreviatura (BDI) del inglés: Beck Depresión Inventory. Novara,
Sotil&Warton (1985).

99
Está conformado por 21 ítems que evalúa un amplio espectro de síntomas
depresivos. En la versión de 1961 cada ítem contemplaba de 4 a 6 opciones
de respuesta, ordenadas de menor a mayor gravedad.

En la versión revisada de 1979 se sistematizan 4 alternativas para cada ítem,


que evalúan la gravedad, intensidad del síntoma y que se presentan
igualmente ordenadas de menor a mayor gravedad. El marco temporal hace
referencia al momento actual y a la semana previa. Su contenido enfatiza
más en el componente cognitivo de la depresión, ya que los síntomas de
esta esfera representan en torno al 50% de la puntuación total del
cuestionario, siendo los síntomas de tipo somático/vegetativo el segundo
bloque de mayor peso; de los 21 ítems, 15 hacen referencia a síntomas
psicológico-cognitivos y los 6 restantes a síntomas somáticos –vegetativos.

Los 21 reactivos que comprendió el BDI evaluaron las siguientes categorías:

 Tristeza

 Pesimismo

 Sensación de fracaso

 Insatisfacción

 Culpa

 Expectativa de castigo

 Auto desagrado

 Auto acusaciones

 Ideas suicidas

 Llanto

 Irritabilidad

100
 Separación social

 Indecisión

 Cambio de la imagen corporal

 Retardo Laboral

 Insomnio

 Fatigabilidad

 Anorexia o bulimia

 Pérdida de peso

 Preocupación psicosomática

 Pérdida de la libido.

Por otro lado, aunque el instrumento fue inicialmente elaborado para advertir
la depresión en los pacientes psiquiátricos, la aplicación del BDI se ha
ampliado a poblaciones normales, médicas y psiquiátricas. Las propiedades
psicométricas del BDI, así como su aplicabilidad y limitaciones clínicas han
sido revisadas por Mayer (1977); Beck, es Steer & Garbin (1983); Kendall,
Hollon, Beck, Hammen & Ingram (1987); citados por Freemann (1985).

El BDI puede usarse como instrumento cuantitativo y cualitativo. Podemos


evaluar el nivel de depresión sobre la base de las sesiones y evaluar el nivel
de depresión por la mañana o por la tarde como medio para evaluar la
variación diurna del estado de ánimo. El BDI puede usarse también
cualitativamente para evaluar los componentes de la depresión del paciente.
Ejecutando un análisis de los ítems de la escala, el terapeuta puede
identificar rápidamente los ítems del foco de la depresión.

101
ADAPTACIÓN DE CENTRO

Del mismo modo que la escala anterior, el Inventario de Beck ha sido


adaptado para su uso en la población por Sandra León & Milton Muñoz
(2010), tomando como muestra a 36 Internas sentenciadas del
Establecimiento Penitenciario “El Milagro” de Trujillo, donde se procedió a
darle validez y confiabilidad.

Datos Normativos

Puntaje directo Nivel


17 - 63 GRAVE

11 - 16 MODERADA

7 - 10 LEVE

AUSENTE O
1-6
MINIMA

JUSTIFICACIÓN ESTADÍSTICA

Confiabilidad:

La confiabilidad del Inventario de Depresión de Beck, que se aplicó a 36


Mujeres encarceladas en el Establecimiento Penitenciario “El Milagro” de
Trujillo por Sandra León & Milton Muñoz (2010), se obtuvo a través del
Coeficiente de Confiabilidad de Cronbach, arrojando como resultado una
confiabilidad de 0.81.

102
3.6. Procedimiento

 Para realizar la presente investigación, en primer lugar se analizó las


principales situaciones problemáticas de nuestro entorno y se seleccionó
trabajar con la población penitenciaria femenina.
 Posteriormente se tuvo que contactar con el psicólogo del Establecimiento
Penitenciario de Mujeres, Alejandro Zeñas Cerceda, para tener idea de qué
tan pertinente sería el estudio, según las características de la población.
 Asimismo, se concertó una pequeña entrevista con la Directora del INPE,
Lic. Doris Rodríguez Illescas, presentándole un Oficio emitido por la
Universidad César Vallejo para solicitar el permiso, las facilidades y el
acceso a la población, haciendo el compromiso de brindarle los resultados
obtenidos en la investigación.
 Obtenido el permiso, se coordinó con la misma los horarios y las fechas
correspondientes para la aplicación de nuestros instrumentos, llegando al
acuerdo de los días miércoles y viernes, de 3 a 5 de la tarde, en un plazo de
1 mes y 2 semanas.
 Del mismo modo se procedió a la aplicación de los instrumentos en el
siguiente orden: ficha de recolección de datos, escala de creencia en la
benevolencia humana e inventario de depresión. Para ello, se realizó una
entrevista individual con la interna que accedía a participar de manera
voluntaria con el estudio, explicándole que los datos que nos
proporcionaban serian anónimos y confidenciales, y procediendo a leerle
los ítems después de su consentimiento.
 Luego se realizó la tabulación de los datos recogidos del Establecimiento
Penitenciario de Mujeres “El Milagro” y se procedió a contactar con una
estadista calificada para efectuar la Baremación de centro de ambas
pruebas psicológicas utilizadas.
 Se llevó a cabo el análisis estadístico de los datos recolectados a través de
los instrumentos.

103
 Cuando se obtuvieron los resultados, traducidos en tablas estadísticas, se
realizó la contrastación de hipótesis y la discusión de resultados con el
marco teórico investigado.
 Se realizaron las últimas correcciones del informe de investigación con la
asesora metodológica asignada.
 Posteriormente se hizo entrega del informe de tesis completo a la asesora
para que sea entregado a los respectivos jurados y otorguen así sus
correcciones.
 El presidente de jurado entregó un documento a los autores del estudio en
el cual se sintetizaban las correcciones realizadas por los tres miembros de
jurado.
 Corregidas las observaciones realizadas, se emitió el acta de aprobación de
la tesis, que, adjuntada a una solicitud, fue entregada a la facultad para
requerir la fecha de sustentación dela presente investigación.

104
CAPÍTULO IV

RESULTADOS

105
Tabla Nº 1

Distribución según nivel en de Creencia en la Benevolencia Humana en


internas sentenciadas del Establecimiento Penitenciario “El Milagro”–
Trujillo, 2010

Nivel de Creencia en la N %
Benevolencia Humana

- Alto 6 20.7

- Medio 13 44.8

- Bajo 10 34.5

Total 29 100.0

En la tabla Nº 1 los resultados evidencian que, del total conformado por 29


mujeres sentenciadas, 13 de ellas registran un nivel medio de Creencia en la
Benevolencia Humana representando el 44.8%, 10 demuestran un nivel Bajo
representando el 34.5% y sólo 6, es decir, el 20.7%,presenta un nivel Alto de
Creencia en la Benevolencia Humana.

106
Tabla Nº 2

Distribución según nivel de Depresión en internas sentenciadas del


Establecimiento Penitenciario “El Milagro” – Trujillo, 2010

Nivel de Depresión N %

Depresión profunda 5 17.2

Depresión Moderada 14 48.4

Depresión Leve 5 17.2

Depresión Ausente 5 17.2

Total 29 100.0

En la tabla Nº 2, los resultados evidencian que la mayoría de las internas


sentenciadas, es decir, el 48.4% (14) sufren de depresión moderada, el 17.2%
(5) presentan depresión profunda e igual porcentaje de mujeres padecen de
depresión en el nivel leve y solamente el 17.2% (5) no padece depresión.

107
Tabla Nº 3

Correlación de la Creencia en la Benevolencia Humana y la Depresión en


internas sentenciadas del Establecimiento Penitenciario “El Milagro” –
Trujillo, 2010

Correlación de la Creencia Significancia


en la Benevolencia Humana
y la Depresión

r = - 0.411 *0.027

(N=29)

*p< 0.05

En la tabla Nº 3 se muestra que la prueba estadística de correlación de Pearson


identifica relación negativa de grado moderado, estadísticamente significativa
(p<0.05) de la Creencia en la Benevolencia Humana y la Depresión en las
internas sentenciadas.

108
CAPÍTULO V

DISCUSIÓN DE RESULTADOS

109
CAPÍTULO V: DISCUSIÓN DE RESULTADOS

De acuerdo con los resultados encontrados a través de la investigación realizada, se


puede afirmar que gran parte de las mujeres sentenciadas recluidas en el
Establecimiento Penitenciario “El Milagro” de Trujillo presenta un nivel medio (44.8%)
o bajo (34.5%) de creencia en la benevolencia humana, es decir se muestran
desconfiadas hacia las demás personas. Como sostienen Thornton & Kline, alguien
que cree que la gente es mala o poco benevolente será proclive a conductas
antisociales, hostiles o de poca consideración hacia los demás. Esto se reafirma con
lo expresado por Arroyo & Ortega en el 2009 (citado por El Blog de Psicología
Forense, 2009), al argumentar que las relaciones interpersonales de las personas
que ingresan en un centro penitenciario estarán basadas en la desconfianza y la
agresividad por encontrarse en un ambiente caracterizado por el aislamiento afectivo,
la vigilancia permanente, la falta de intimidad, la rutina, las frustraciones reiteradas y
una nueva escala de valores.

Asimismo, las internas sentenciadas del penal trujillano obtienen altos índices de
depresión; 82.2% de ellas padecen de este trastorno mental repartidos en los 3
niveles de depresión planteados por Beck (alto, moderado y bajo). Así también, en el
2009, Pulido-Criollo & otros hallaron resultados similares en su investigación
“Factores sociodemográficos asociados con los síntomas depresivos en una muestra
de mujeres recluidas en dos prisiones de México ”al plantear que todas las mujeres
estudiadas presentaron síntomas depresivos en los 2 penales de estudio. Resultados
similares encontró la organización ADDAMEER en el 2007 al trabajar con mujeres
palestinas en prisiones israelitas pues explicaron que algunas de las prisioneras
padecían de desórdenes causados por estrés post-traumático y por depresión. De la
misma manera, al realizar el Diagnóstico de Salud Mental en Internos e internas de
establecimientos penitenciarios de Lima en el año 2007, se halló que la depresión
constituía la patología psiquiátrica más frecuente al presentarse en el 72.4% de los
casos totales. Esto vendría a suponer que gran parte de la población penitenciaria,
incluyendo la femenina, a nivel mundial presenta niveles de depresión constituyendo
110
así un trastorno predominante, tal como expresa Fabre, A. en el 2003. Así también,
Da Silva, M. (2003) explica que los médicos tienden a diagnosticar depresión en las
mujeres reas con más frecuencia que en los hombres; también tienden a recetar a
las mujeres -con mayor frecuencia que a los hombres- psicotrópicos que alteran su
estado de ánimo. Las que consumen –y a las que les recetan– psicotrópicos son más
numerosas que los hombres: 45% contra 18%.

La presente investigación halló también que se presenta una relación negativa


significativa de la Creencia en la Benevolencia Humana y la Depresión entre estas
mujeres. Es decir, si las prisioneras adjudican a las otros valores de tolerancia y
honestidad para con los demás (Yépez, 1986), la depresión disminuye, o viceversa.
Sin embargo, como vemos en líneas anteriores, la mayoría de ellas desconfía de los
otros y se presentan elevados índices de depresión.

Esto corresponde a la teoría de Azaola & Yacamán (citados por el Blog de Psicología
Forense, 2009), quienes consideran que es preciso tomar en cuenta que las mujeres
que pierden su libertad necesariamente atraviesan por un proceso de duelo que se
traduce en apatía, depresión, angustia y rebeldía, proceso que inevitablemente las
coloca en una posición de conflicto, pues la vida cotidiana, la del afuera antes del
encarcelamiento, ha muerto y lo que sigue es el duelo. Un duelo que las presas
describen como "muerte en vida". Además, se ha roto el núcleo familiar al que
estaban acostumbradas, lo que es aún más angustiante para ellas. (Carabaza,
Hernández & Martinez, 2004).

La depresión también se hace presente en estas mujeres pues en prisión se


encontrarán con un ambiente que está creado pensando en el varón, no siendo
adecuado para su género ni a las necesidades particulares que esto implica, tal
como manifiesta el Grupo del Proyecto de Mujeres en la Cárcel en el 2007. Además,
con el paso de los días llegarán a sentirse ausentes o no visibles para el sistema
penal y por ende, surgirá la desconfianza y recelo al verificar la inexistencia de
estructuras, espacios, leyes y políticas adecuadas para ellas.

111
En relación a ambas variables de estudio, Valverde, J. en el 2006 plantea que en el
entorno violento de la cárcel todo se vuelve violento, así pues las reas experimentan
la sensación de peligro y por ende denotan rigidez en las relaciones sociales que
establecen. Además, ante las agresiones se ven obligadas a proteger su propio yo,
exagerando el egocentrismo y buscando sólo el interés propio, lo que no contribuye a
creer que la gente será amable con ellas.

Explica Beck en 1983 que una de las principales manifestaciones del trastorno
depresivo es la dificultad para relacionarse con otras personas y una especial
pérdida del interés por los demás al darse un exceso de criticismo provocando el
rechazo social y aislamiento. Además argumenta que el estilo depresivo resulta
aversivo provocando hostilidad a las personas que se encuentran alrededor y
disminuyendo el apoyo social. La página web del Ministerio de Educación y Ciencia
de España (2005) explica que también ocurre una anestesia del sentimiento, es decir
incapacidad de expresar sentimientos u otras preocupaciones por su entorno. Así lo
verifican Barnett & Gotlip en 1988 (citados por Mondragón, 2007), expresando que
las alteraciones en el nivel de las relaciones interpersonales suelen asociarse con un
peor curso de la depresión. Según lo dicho por los autores mencionados, la
depresión no favorece las buenas relaciones sociales, y por ende la confianza en los
demás.

Del mismo modo, en 1986, Yépez (citado por Borrego & León, 2003) expresa quela
creencia en la benevolencia humana guarda relación con los valores morales que
cada persona tiene, expresando que éstos se van aprendiendo, principalmente de los
padres. Las mujeres internas en el establecimiento penitenciario en cuestión
manifiestan conductas de suspicacia al principio de la paz, de la caridad, de la
democracia, y sobretodo de la justicia social pues, como afirma Garside (citado por
Sepúlveda, M.A., 2009), la mayoría de prisioneras provienen de hogares en los
cuales imperó el maltrato y abusos sexuales que vivieron en su infancia y/o juventud,
lo que supone que no tuvieron modelos adecuados para creer que las demás
personas pueden ser bondadosas. Así también, según el modelo cognitivo de Beck,
112
las experiencias tempranas proporcionan la base para formar conceptos negativos
sobre uno mismo, el futuro y el mundo. Estos conceptos negativos (esquemas)
pueden permanecer latentes y ser activos por determinadas circunstancias, en este
caso, el encarcelamiento.

Wikipedia Foundation (2010), plantea que la depresión puede ser respuesta a


circunstancias externas potencialmente productoras de estrés (los llamados
acontecimientos vitales). Aquellos no deseados, no controlables, inesperados, y que
suponen una amenaza o pérdida importante para el sujeto y que son más potentes
para precipitar una depresión. Como menciona Farré, J. (2004) en la escala de
Holmes – Rahe de acontecimientos vitales, el encarcelamiento de por sí constituye
un suceso vital traumático tan fuerte que puede originar la aparición de la depresión
en quien lo atraviese, sobretodo por sus consecuencias tan drásticas en la mujer,
como tener que abandonar costumbres culturales y educativas, y perder la estrecha
relación con el núcleo familiar (Carabaza, Hernández & Martínez, 2004). Esto se
hace mucho más latente en las prisioneras pues por su condición de mujeres, hay
factores particulares que las sensibilizan a experimentar este trastorno afectivo;
como los cambios hormonales (Geosalud, 2005) y por las influencias sociales a las
que son sometidas (Cardichi, 2001), sobretodo en una sociedad tan “conservadora” y
machista como la nuestra.

Las mujeres en la cárcel, son específicamente víctimas de discriminación social pues,


según Antony, C. (2007), sufren el estigma de romper con el rol de esposas sumisas
y madres presentes que les asigna la sociedad representando para el imaginario
social a la anti-mujer, a aquella que rompió con el pacto social y sexual; la que
traicionó ese mandato de género que la naturaliza como buena, abnegada, sumisa y
altruista, lo que contribuye con su visión malevolente del mundo y la sociedad,
generando que adopten una postura negativa y pesimista hacia ella misma y hacia la
vida (Tracy, B., 2008). Esto también conlleva a su vez, a perder su sentido de la
identidad generando que experimenten sensaciones de poca valía, lo que es una
característica común de la depresión en mujeres, según Cardichi (2001).
113
Asimismo, la discriminación social que experimentan las prisioneras favorece la
exacerbación y mantener vivo en ellas el sentimiento de vergüenza y de culpa,
conformando el principal método de disciplinamiento en la cárcel (Fabre, A., 2003), y
esto también contribuye a la presencia de algunos síntomas generales de la
depresión: los sentimiento de fracaso y culpa, el auto reproche y por ende, la
necesidad de ser castigadas. Ellas no confían en el perdón y la compasión de los
demás. (Bedoya, 2004).

Además, la cárcel posee, según Goffman (citado por Domecq, C., 2009), una
tendencia absorbente, pues todos los aspectos de la vida se desarrollan en un mismo
lugar y bajo la misma autoridad, todas las actividades se desarrollan unos con otros y
están estrictamente programadas, todas las necesidades y acontecimientos de la
vida de las internas están sometidos a un plan determinado, definiendo un régimen
de vida artificial, que sustituye el entorno natural. Esto no contribuye a fomentar una
visión benevolente de la sociedad que les rodea pues este ambiente dista mucho de
generar la armonía que necesitan todos los seres vivos para alcanzar su desarrollo y
plenitud, características importantes para mantener una actitud optimista hacia los
demás. (Figueroa, J., 2006). La misma autora plantea que creer en la benevolencia
humana hace que el mundo de la persona sea más perfecto y lo vuelve más humano.
Sin embargo, las mujeres reas del penal “El Milagro” rechazan cualquier experiencia
positiva o neutra, transformándola en negativa y encontrando solo aspectos nocivos
de las situaciones que experimentan, lo que forma parte de las distorsiones
cognitivas presentes en la depresión. (Beck, 1983).

Valverde (2006) plantea a su vez que, la vida en la cárcel es tan absorbente y difícil
que hasta las actividades que deberían ser de esparcimiento en el patio resultan
monótonas (pasear o estar sentada), lo cual contribuye a la sensación de vacío,
estado de ansiedad y la definitiva pérdida de la capacidad de decisión,
características importantes de la depresión. El mismo autor señala que de por sí la
prisión es vista como sistema de aniquilamiento, un “espacio para castigar”, por lo
tanto hay necesidad de defenderse. Asimismo, las características propias de este

114
ambiente, que incluye la convivencia conjunta de prisioneras con distinto, y muchas
veces, violento historial delictivo (Grupo del proyecto de mujeres en la cárcel, 2007)
fomenta al temor y sentimientos de inseguridad para establecer relaciones sociales y
así poca predisposición a confiar en los demás.

Montalvo, R. (2010) explica que el nuevo papel que representa la mujer en la


estructura social y familiar la lleva a ser muchas veces la única proveedora del hogar.
Además, sabemos que la mayoría de mujeres que delinquen provienen de sectores
de la población económica y socialmente desfavorecida, lo que implica que estén en
una búsqueda constante de medios para subsistir. Es por ello que en el 2002,
Romero (citado por Carabaza, Hernández & Martínez, 2004) explica que gran parte
de las prisioneras se encuentran encarceladas por delitos típicos de personas que
han vivido en la pobreza, principalmente por el delito de tráfico de drogas;
constituyendo la mayor causa de detención, no sólo en el Perú, sino en muchos otros
países. Como explica Da Silva, M. en el 2003, las infracciones por las cuales se
condena a las mujeres son reveladoras de su condición: están sobre representadas
en los procesos de carácter familiar y económico, y sub representadas en los delitos
de carácter violento.

Una de las posibles causas de la aparición de la depresión es que se trunquen los


proyectos de vida de las personas, no alcanzar el triunfo, explica Márquez en 1990
(citado por Mondragón, 2007) e inevitablemente esto ocurre al permanecer en la
cárcel, en la cual, se da una transformación de valores de concepciones y de
expectativas. Es decir, los sueños que tenían estas mujeres antes de ser encerradas,
desaparecen y se establecen otros ideales, muy diferentes a los anteriores. Además,
la cárcel, por sus propias condiciones dificulta la superación personal, característica
importante para la creencia en la benevolencia humana de todos, incluyendo a las
prisioneras (Figueroa, J., 2006).

Breton (1998) sostiene además que las personas que no tienen una relación
estrecha con alguien en quien puedan confiar son más susceptibles a deprimirse. El

115
mismo autor plantea que no se puede mantener una vida equilibrada sin relaciones
de este tipo que influyen en muchos aspectos anímicos, psicológicos y culturales del
individuo. De por sí, vivir en una celda colabora con la ruptura de los vínculos
sociales a los que ellas estaban acostumbradas incluyendo los de pareja y
principalmente, con los que establecen con sus hijos. Antoni (2007) sugiere que las
mujeres madres que están en prisión son particularmente víctimas del rechazo social
porque rompen con el rol tradicional asignado, contribuyendo así a generar recelo
hacia la gente y una posible depresión por el dolor que esto provoca.

La misma autora plantea que uno de los aspectos más traumáticos para las mujeres
privadas de su libertad lo constituye la pérdida de sus hijos, tanto así que la
preocupación por ellos está presente en toda su vida carcelaria y en muchas
ocasiones se convierte en una verdadera obsesión.

Entre los factores que pudieron haber influido en los resultados presentados se toma
en cuenta que el tiempo brindando para realizar las evaluaciones resultaba corto por
lo cual éstas debían apresurarse en contestar y además, las entrevistas se realizaron
en las diferentes instalaciones de la institución, en donde muchas veces no había
privacidad u otras internas podían fácilmente enterarse de las respuestas brindadas
por las evaluadas.

116
CAPÍTULO VI

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

117
CAPÍTULO VI: CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

6.1. Conclusiones

Tomando en cuenta los resultados de la investigación se llega a las


siguientes conclusiones:

 Existe relación negativa de grado moderado, estadísticamente


significativa entre la creencia en la benevolencia humana y la depresión
en las internas sentencias del Establecimiento Penitenciario “El Milagro”
de Mujeres de Trujillo.
 El 44.8% de las internas sentenciadas presentan un nivel medio de
Creencia en la Benevolencia Humana, el 34.5% presenta un nivel Bajo y
sólo el 20.7% mostró un nivel Alto de Creencia en la Benevolencia
Humana.
 El 48.4% de las internas sentenciadas sufren de depresión moderada, el
17.2% de depresión profunda e igual porcentaje padece de depresión
leve y solamente el 17.2% no padece depresión.

6.2. Recomendaciones

 Realizar un programa para incrementar la confianza en los demás, que


involucre diferentes temáticas tales como relaciones interpersonales,
inteligencia emocional y habilidades sociales. Para esto se debe trabajar
con todas las internas, reunidas en pequeños grupos conformados por
reclusas que posean los diferentes niveles de creencia en la
benevolencia humana para que así intercambien experiencias
cooperando unas con otras y se refuercen entre ellas, estableciendo
vínculos más sólidos y duraderos, facilitando la vida en prisión. Esto
118
promueve también la disminución de los niveles de depresión padecidos
por ellas.
 Del mismo modo, se fortalecerá la creencia en la benevolencia humana
presentando testimonios (escritos o personalmente) de mujeres que
luego de egresar de algún penal, pudieron superarse y adaptarse a una
vida funcional. Esto les dará además motivación y esperanza de que hay
posibilidades de un futuro mejor.
 Evaluar a las internas que presentan un nivel grave y moderado de
depresión para conocer con exactitud a las características propias del
cuadro que presentan y derivarlas al consultorio psicológico para una
respectiva psicoterapia y si se considera pertinente, remitirlas a un
psiquiatra.
 Para las internas que presentan niveles moderados y leves de depresión,
es recomendable aplicar un programa que aborde los contenidos de
motivación, autoestima y relajación.
 Asimismo, la biodanza ha demostrado ser útil para superar la depresión y
podría llevarse a cabo también con las internas que la padecen, tanto el
nivel leve como moderado. Asimismo, esta terapia contribuye a mejorar
las relaciones sociales y afectividad de quienes la practican.
 Sería factible aplicar la terapia ocupacional para reducir los niveles de
depresión basada en práctica de deportes, formando equipos en los
cuales el apoyo mutuo para llegar a una meta común esté presente, y
capacitaciones laborales (alfabetización, emprendimiento de micro y
pequeñas empresas, etc.), empoderándolas y brindando así nuevas
alternativas de empleabilidad pues la mayoría de internas se encuentran
recluidas por cometer delitos para mantener a su familia; lo que también
contribuirá la reinsertarción de las mujeres encarceladas en la sociedad.
Esto también facilita la autorrealización de cada una de ellas,
favoreciendo la creencia en la benevolencia humana.
 Brindar asistencia psicológica continua a todas las internas,
especialmente a aquellas que recién ingresan al penal, con la finalidad
119
de iniciar adecuadamente el proceso de transición de la vida en libertad a
la vida en prisión, y lograr una adecuada adaptación.
 Realizar un taller de afectividad y comunicación de madre e hijo dirigido a
las mujeres que viven con sus hijos en el penal y de esa manera se
fortalezca el vinculo entre ambos.
 Hacer convenios con diferentes universidades para que pueden apoyar
con el envío de estudiantes de los últimos ciclos de diferentes carreras
como medicina (ginecología, pediatría), psicología y educación inicial.
 Promover la implementación de una guardería para los hijos de las
internas que viven en el penal en la cual se brinde estimulación temprana
y también se eduque a los niños según su edad. Para esto podrían
intervenir alumnos de psicología y educación inicial.
 Adecuar el ambiente destinado al departamento de psicología pues este
se encuentra compartido con otros, para que así las internas puedan
hacer uso de este servicio con confianza y discreción.
 Realizar investigaciones con internas cuya situación jurídica sea del tipo
procesada ya que existe una cantidad considerable de esta población, y
cada vez se va incrementando más.

120
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130
ANEXOS

131
ANEXO 1:

FICHA DE RECOLECCIÓN DE DATOS PERSONALES

1. Edad:

2. Delito del que se le acusa:


_________________________________________________________________
_________________________________________________________________

3. Situación Jurídica:

a. Sentenciada

b. Procesada

4. Estado Civil :

a. Soltera

b. Casada

c. Viuda

d. Divorciada o separada

e. Conviviente

5. Hijos:

a. Si N° _______

b. No

6. Tiempo de Condena:

7. Tiempo de Condena cumplido hasta la actualidad:

8. Número de Ingresos al Penal:

132
9. Grado de Instrucción:

a. Sin estudios realizados

b. Primaria completa

c. Primaria incompleta

d. Secundaria completa

e. Secundaria incompleta

f. Superior incompleta

g. Superior técnica

h. Superior universitaria

i. Posgrado

10. Ocupación dentro del penal:

a. No

b. Si, ¿Cuál? ________________________________

133
ANEXO 2:

ESCALA DE CREENCIAS EN LA BENEVOLENCIA HUMANA

INSTRUCCIONES:
A continuación se le proporciona 5 alternativas que van desde “Muy de Acuerdo” a
“Muy Desacuerdo”. Por favor, de su opinión o respuesta para cada una de las
siguientes preguntas por medio de una “aspa” según corresponda a la categoría o
alternativas asignadas en el casillero correspondiente. Trabaje rápido y responda
todas las preguntas:

MUY DE ACUERDO……………………………..MA

DE ACUERDO……………………………………DA

INDIFERENTE……………………………………IN

EN DESACUERDO………………………………ED

MUY EN DESACUERDO………………………..MD

MA DA IN ED MD

1. Pienso que se puede confiar en las personas

2. Creo que las personas se alegran cuando


ven a alguien contento

3. Creo que cuando alguien le dice o le hace un


cumplido a uno, es porque esa persona
quiere conseguir algo de uno

4. Por lo general, a las personas no les


interesa lo que les suceda a las demás

134
5. Creo que el modo adecuado de proceder
en la vida es ser cooperador y amable

6. Creo que las personas se aprovecharán de


uno si es que uno trabaja para ellos

7. Por lo general, las personas son


desinteresadas(es decir, se comportan
movidas por simpatía y solidaridad hacia los demás)

8. Las personas no suelen sacrificarse

por otros

9. Si es que se presenta la oportunidad,


las personas actuarán deshonestamente

10. A la gente le gusta por lo general, escuchar


y hablar sobre los errores de los otros.

11. Si uno quiere conseguir algo, uno


tiene que cooperar con la gente

12. A la gente no le importa mucho la


infelicidad de los otros

13. La gente es por lo general honesta

14. Para tener éxito en la vida, lo mejor


es no hacer caso ni preocuparse por
otras personas

15. Si uno es amable con la gente, la


gente será amable con uno

16. Es natural que rechacemos a la


gente que no es de nuestro agrado

135
ANEXO 3:

INVENTARIO DE BECK

INSTRUCCIONES: En este cuestionario aparecen varios grupos de


afirmaciones. Por favor lea con atención cada uno de ellas. A continuación
señale cual de las afirmaciones de cada grupo describe mejor sus
sentimientos durante la última semana incluido el día de hoy. Rodee con un
círculo el número que está a la izquierda de la afirmación que haya elegido.
Asegúrese de haber leído todas las afirmaciones dentro de cada grupo antes
de hacer la elección.

A. 0 No me siento triste.

1 Me siento triste.

2 Me siento triste continuamente.

3 Me siento tan triste o tan desgraciado que no puedo soportarlo.

B. 0 No me siento especialmente desamparado de cara al futuro.

1 No me siento desanimado de cara al futuro.

2 Siento que no hay nada porque luchar.

3 El futuro es desesperanzador y las cosas no mejoran.

C. 0 No me siento como un fracasado.

1 He fracasado más que la mayoría que las personas.

2 Cuando miro hacia atrás, lo único que veo es un fracaso tras otro.

3 Soy un fracaso total como persona.

D. 0 Las cosas no me satisfacen tanto como antes.

136
1 No disfruto de las cosas tanto como antes.

2 Ya no tengo ninguna satisfacción de las cosas.

3 Estoy insatisfecho o aburrido con respecto a todo.

E. 0 No me siento especialmente culpable.

1 Me siento culpable en bastantes ocasiones.

2 M e siento culpable en la mayoría de las ocasiones

3 Me siento culpable constantemente.

F. 0 No creo que este siendo castigado.

1 Siento que quizás esté siendo castigado.

2 Espero ser castigado.

3 Siento que estoy siendo castigado.

G. 0 No estoy descontento de mi mismo.

1 Estoy descontento de mi mismo.

2 Estoy a disgusto conmigo amigo.

3 Me detesto.

H. 0 No me considero peor que cualquier otro.

1 Me autocritico por mi debilidad o por mis errores.

2 Continuamente me culpo por mis faltas.

3 Me culpo por todo o malo que sucede.

I. 0 No tengo ningún pensamiento de suicidio.

1 A veces pienso en suicidarme pero no lo hare.

137
2 Desearía poner fin a mi vida.

3 Me suicidaría si tuviese la oportunidad.

J. 0 No lloro más de lo normal.

1 Ahora lloro más que antes.

2 Lloro continuamente.

3 No puedo dejar de llorar aunque me lo proponga.

K. 0 No estoy especialmente irritado.

1 Me molesto o irrito más fácilmente que antes.

2 Me siento irritado continuamente.

3 Ahora no me irritan en absoluto cosas que antes me molestaban.

L. 0 No he perdido el interés por lo demás.

1 Estoy menos interesado en los demás que antes.

2 He perdido gran parte del interés por lo demás.

3 He perdido todo interés por los demás.

M. 0 Tomo mis propias decisiones igual que antes.

1 Evito tomar decisiones más que antes.

2 Tomar decisiones me resulta mucho más difícil que antes.

3 Me es imposible tomar decisiones.

N. 0 No creo tener peor aspecto que antes.

1 Estoy preocupado porque perezco envejecido y poco atractivo.

138
2 Noto cambios importantes en mi aspecto físico que me hacen
parecer poco atractivo.

3 Creo que tengo un aspecto horrible.

O. 0 Trabajo igual que antes.

1 M e cuesta más fuerzo de lo habitual comenzar a hacer algo.

2 Tengo que obligarme a mí mismo para hacer algo.

3 Soy incapaz de llevar a cabo alguna tarea.

P. 0 Duermo tan bien como siempre.

1 No duermo tan bien como antes.

2 Me despierto 1- 2 horas antes de lo habitual y me cuesta volverme


a dormir.

3 Me despierto varias horas antes de lo habitual y ya no puedo


volverme a dormir.

Q. 0 No me siento más cansado de lo normal.

1 Me canso más que antes.

2 Me canso en cuanto hago cualquier cosa.

3 Estoy demasiado cansado para hacer nada.

R. 0 Mi apetito no ha disminuido.

1 No tengo tan buen apetito como antes.

2 Ahora tengo mucho menos apetito.

3 He perdido completamente el apetito.

S. 0 No he perdido peso últimamente.

139
1 He perdido más de 2 kilos.

2 He perdido más de 4 kilos.

3 He perdido más de 7 kilos.

T. 0 No estoy preocupado por mi salud.

1 M e preocupan problemas físicos como dolores, el malestar de


estómago o los catarros.

2 Me preocupa las enfermedades y me resulta difícil pensar en otras


cosas.

3 Estoy tan preocupado por las enfermedades que soy incapaz de


pensar en otras cosas.

U. 0 No he observado ningún cambio en mi interés por el sexo.

1 La relación sexual me atrae menos que antes.

2 Estoy mucho menos interesado por el sexo que antes.

3 He perdido totalmente el interés sexual.

140
ANEXO 4

Baremos percentilares de la Escala de Creencia en la Benevolencia


Humana de Thornton & Klineen internas sentenciadas del Establecimiento
Penitenciario “El Milagro” – Trujillo, 2010

Percentiles Puntaje directo Nivel

99 64

95 61

90 57

Alto
85 56

80 54

75 54

70 51

65 50

60 50

55 50
Medio

50 48

45 46

40 46

35 46

30 45

141
25 45

20 44

15 42

10 40

Bajo
5 35

3 33

2 33

1 33

142
ANEXO 5

Baremos percentilares del Inventario de Depresión de Beck, A. en


internas sentenciadas del Establecimiento Penitenciario “El Milagro” –
Trujillo, 2010.

Percentiles Puntaje directo Nivel

99 43

95 36

Grave
90 26

85 20

80 17

75 16

70 15

65 14 Moderada

60 13

55 12

50 11

45 10

40 10
Leve

35 9

30 8

143
25 7

20 6

15 6

Ausente o mínima
10 5

5 4

3 1

2 1

1 1

144
ANEXO 6

Prueba de Normalidad de Kolmogorov Smirnov de la Escala de Creencia


en la Benevolencia Humana de Thornton & Kline y del Inventario de
Depresión de Beck, A. en internas sentenciadas del Establecimiento
Penitenciario “El Milagro”– Trujillo, 2010

Z de
Instrumento de evaluación KolmogorovSmirnov Significancia

0.535 0.937 (n.s)


- Escala de Creencia en la
Benevolencia Humana

- Inventario de Depresión 1.288 0.072 (n.s)

p > 0.05

Como puede apreciarse en el anexo 6, la prueba de Kolmogorov Smirnov no


encuentra diferencia estadísticamente significativa (p>0.05), entre la distribución
de la Creencia en la Benevolencia Humana y la distribución de la Depresión, con
la distribución normal; por tanto se acepta la hipótesis de normalidad de las
distribuciones en referencia.

145
ANEXO 7

Confiabilidad de la Escala de Creencia en la Benevolencia Humana de


Thornton & Kline y del Inventario de Depresión de Beck, A. en internas
sentenciadas del Establecimiento Penitenciario “El Milagro”- Trujillo,
2010

Coeficiente de
Instrumento de evaluación Nº ítems
confiabilidad de
Cronbach

Escala de Creencia en la 16 0.744


-
Benevolencia Humana

- Inventario de Depresión 21 0.814

146

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