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Prólogo

Cuando el espacio se vuelve lenguaje:


territorios, nación e identidades en las ciencias sociales

C
on este número, los editores nos propu- de pertenencia (también llamados identidades),
simos un doble objetivo: por un lado, las soberanías nacionales, los trasvases fronterizos
nos interesaba enormemente mostrar las y las migraciones en todos los sentidos han sido
conexiones entre las ciencias sociales, la la leña que ha avivado el fuego de la discusión.
comunicación y los estudios del lenguaje; por el El espacio y la espacialidad han dejado de ser el
otro, analizar con cierto detalle una constelación tema principal de la geografía para convertirse,
de conceptos comunes relacionados con la cuestión en tanto eje vertebrador de identidades y con-
espacial y la formación de identidades en torno al formador de procesos de subjetivación, en objeto
concepto de nación. de las más variopintas disciplinas. El estudio del
Las ciencias sociales se han esforzado en estos espacio ha pasado a ser en poco tiempo un campo
últimos tiempos en mostrar cómo el territorio y, (y un problema) necesariamente interdisciplinar,
más generalmente, el espacio mismo no son algo orientado a analizar cómo se producen las nuevas
dado de una vez y para siempre, tampoco algo que “espacialidades”, constructos a la vez teóricos y
funcione como un mero contenedor o receptáculo políticos, porque el espacio es un fecundo lugar
de la vida social, sino que son una parte activa y donde la política, la materialidad y la reflexión se
conformadora de esta. Para llegar a este punto entretejen.
ha sido necesario recorrer un largo camino en Precisamente, las nuevas reflexiones sobre
la reflexión teórica. En primer lugar, fue preciso el espacio no han dejado de resaltar cómo todo
desnaturalizar categorías fuertemente arraigadas conocimiento no sólo hunde sus raíces en una
en el imaginario sociopolítico como han sido las misteriosa voluntad de poder, sino que además
de territorio, frontera, lugar e, incluso, la idea de tiene una procedencia, una geografía e incluso
cuerpo (la frontera del yo). En segundo lugar, ha una cartografía. Los enclaves de enunciación son
sido preciso evitar conclusiones muy apresuradas tan relevantes como lo enunciado desde ellos. Ese
como la que proclama la muerte del espacio en y no otro es el postulado principal del “conoci-
favor de procesos de globalización económica y miento situado”, esa corriente de pensamiento
cultural en el planeta, que borrarían todas las que pretende llevar la posmodernidad más allá
distinciones y particularidades. de sí misma.
Las relaciones entre lo social y el espacio se Antes de proclamar la desaparición del espacio
han constituido, de forma creciente, en un tema en favor de la simultaneidad, los flujos (a la manera
de reflexión en la disciplina. Los diversos sentidos de Manuel Castells) y la velocidad (a la manera

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de Paul Virilio), sería más prudente considerar el des inseparables e interdependientes. Tanto es así
panorama actual como un enorme movimiento que hoy día existe un consenso generalizado sobre
sísmico donde, por causa de desplazamientos en reconocer que el pensamiento fuertemente histó-
el subsuelo teórico, los espacios y los territorios rico, por no decir cronocéntrico de la modernidad,
están perdiendo la estabilidad y consistencia que, se ha ido suavizando y matizando progresivamente
en realidad, nunca tuvieron. Resultado de estos en el tránsito hacia la posmodernidad. Prueba de
cambios, temblores y corrimientos tectónicos es ello es la omnipresencia de ciertos conceptos clave
la emergencia de nuevos conceptos que aparecen que se han transformado en verdaderas palabras-
como islas en el océano, entre ellos el de heterotopía valija de la reflexión posmoderna.
o lugar otro, que debemos a una temprana reflexión Por paradójico que parezca, términos tan
de Michel Foucault que nunca llegó a desarrollar abstractos como desterritorialización o no lugar son
enteramente. En otro contexto y en otro momento, el índice de una tendencia por afianzar la reflexión
el antropólogo Marc Augé empezó a teorizar los teórica en realidades concretas, hoy diríamos
llamados no lugares o espacios que han perdido “situadas”, para articular memorias, historias y
todo posible anclaje de sentido y son no sólo narrativas junto con las realidades espaciales de
impersonales, sino humanamente inhabitables; las que emanan.
lugares de paso, de flujo, como buena parte de las Decíamos que en la física contemporánea
zonas urbanas. posnewtoniana, espacio y tiempo son entidades
Por otra parte resulta difícil, cuando no impo- inseparables e interdependientes. Tanto es así
sible, tomar en consideración el espacio desligado que Albert Einstein, en una célebre sentencia
de su pariente noble en la historia del pensamiento: que ha dado mucho que hablar (y que pensar),
el tiempo. Los críticos de la modernidad aseveran definió el tiempo como la cuarta dimensión de
que el control político del espacio se hizo funda- espacio. Dado el enorme impacto cultural de la
mentalmente por medio del ordenamiento del física einsteiniana, resulta comprensible que los
tiempo (Herrera, 2007). La cronopolítica (idea desarrollos llevados a cabo en las ciencias físicas
según la cual el tiempo borraría toda distinción hayan tenido repercusión también en las ciencias
espacial) se evidencia en el fenómeno social de la sociales y humanas.
globalización, acontecimiento sociopolítico que Sin embargo, en la teoría social todo funciona
conlleva la total aniquilación del espacio a favor de forma distinta a como sucede en la física teó-
del tiempo y el movimiento. rica; espacio y tiempo han manejado universos
Frente a este diagnóstico crítico, se encuentran conceptuales diferentes, cuando no divergentes.
aquellos que proponen como contrapeso a esta La historia de la filosofía da buena prueba de ello
tendencia un retorno a lo espacial, que trata de con el privilegio absoluto de la categoría de tem-
prescindir en sus reflexiones teóricas de cualquier poralidad en la metafísica, considerada condición
referencia a la temporalidad. Se trata de los defen- de la existencia, de la interioridad, estructurante
sores del giro espacial, y entre ellos es obligado de la memoria, fuente de la identidad individual
mencionar, no sólo por haber acuñado la expresión, y conformadora de la historia y, por lo tanto, de
sino por haber abierto un camino allí donde antes la identidad colectiva.
había un desierto, la influencia de Fréderic Jame- El espacio, muy pronto, se vio reducido a
son y su geopolítica del conocimiento. la esfera de lo natural y fue equiparado, como
Entre estas dos posiciones extremas se encuen- sucede en Descartes, a la pura extensión, a una
tran los que abogan por reconocer y valorar de objetividad medible y cuantificable. La geografía
forma equilibrada las dos dimensiones, tiempo y ha continuado en esta línea reduciendo lo espacial
espacio, tal como hace la física de nuestro tiempo, a una “mera cuestión de escala” (Herrera, 2007,
pues en la teoría de la relatividad ambas son entida- p. 55).

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Descartes se refirió al orden espacial como res el ser (humano) queda reducido a pura (y mera)
extensa, es decir, una abstracción geométrico-mecá- temporalidad. El espacio queda relegado a la exte-
nica desprovista de todas las cualidades atribuibles rioridad, expulsado de la conciencia y, por lo tanto,
a la percepción. A esta le opuso la otra sustancia: carente de sentido. El espacio pasa a constituir el
el pensamiento (res cogitans), fundamento de la orden de la objetividad de la naturaleza de tipo
interioridad, de carácter netamente temporal. La mecánica y matemática.
res cogitans es el territorio de la libertad frente al El filósofo madrileño José Luis Pardo (1992),
determinismo del espacio y la materia. en el que quizá sea el único estudio riguroso del
Lo metafísico queda muy pronto vinculado a espacio desde la filosofía, hace notar cómo el
lo suprasensible, es decir, la esfera que queda más tiempo tiene un origen netamente subjetivo y es,
allá de la espacio-temporalidad, más allá, por lo siguiendo a Kant, una forma de la interioridad,
tanto, “de toda experiencia posible” (Pardo, 1992, mientras que el espacio es una forma de la exterio-
p. 26). Para salir de este atolladero, Immanuel ridad. Como ya sucedía en Platón, el tiempo es un
Kant señaló que, propiamente hablando, espacio privilegio del alma y el espacio el más notable atri-
y tiempo no son fenómenos de la experiencia, sino buto del cuerpo. Contra este dualismo milenario,
las condiciones bajo las cuales puede darse toda que se ha prolongado con escasas modificaciones
experiencia. En la misma línea, y antes que Kant, hasta nuestros días, Pardo puntualiza y destaca
el filósofo alemán Leibniz ya había afirmado que que la función del tiempo consiste en constituir
espacio y tiempo son aquello que dota de sentido a la interioridad, mientras que la propia del espacio
lo que nos aparece, es decir, son aquello que impide es la de constituir el afuera, tanto el mundo social
que nuestras experiencias sean una colección como la naturaleza.
caótica de “presencias y presentaciones”. La naturaleza humana es la resultante de un
De este modo, es posible hablar de dos tipos complejo pliegue helicoidal entre esas dos dimen-
de espacio: por un lado, un espacio objetivo, equiva- siones. Como sucede con la cinta de Moebius, bien
lente al infinito indiferenciado de las coordenadas puede pasar que recorriendo el espacio interior
cartesianas, cuya característica principal es la súbitamente nos encontremos fuera, en el mundo,
extensión. Por el otro, un espacio habitado, lleno y viceversa.
de significaciones, puntos de vista, perspectivas, La posmodernidad parece haber resucitado
distancias, cercanías y relaciones, un espacio creado la importancia teórica del espacio cuando pare-
intersubjetivamente. ciera que en el ámbito político-económico es
Estos dos espacios requieren formas distintas precisamente el espacio aquello que está perdiendo
de aproximarse a ellos. La científica pura, en el importancia en el contexto de la globalización.
primer caso, y la fenomenológica, en el segundo. Al mismo tiempo, las fronteras se hacen poro-
La primera se presenta ajena a todo espectador, sas, los desplazamientos y migraciones desdibujan
no contiene ninguna mirada. Mientras en la las regiones, las áreas urbanas se masifican, las
segunda estamos incluidos como observadores en telecomunicaciones y la red electrónica suminis-
lo observado. Por decirlo de otra manera, nuestra tran experiencias de simultaneidad, las empresas
mirada está incluida: “nuestra mirada es lo que se deslocalizan y los capitales fluyen (y huyen)
vemos cuando creemos ver las cosas, los objetos de un país a otro. La velocidad, la aceleración y
del mundo” (Pardo, 1992, p. 21). la fragmentación que todo ello conlleva parecen
Prescindir del vínculo entre sujeto-espacio actuar como agentes disolventes de la identidades
equivale a quedarse como un sujeto despegado que tradicionalmente ha obtenido su estabilidad
del mundo, espectador sin espectáculo: ese es el y su fijeza del apego a un territorio.
sujeto de la filosofía moderna poskantiana: pura Frente a esta tendencia disolutiva, la apuesta
temporalidad. Como sucede en Martín Heidegger, consiste en recuperar el espacio, pero no desde la

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mirada moderna, que lo ha convertido en objeto radical en la Colombia decimonónica”, presenta
de una voluntad sistemática de control e institucio- de forma magistral la forma como los ilustrados
nalización, que lo ha formalizado y vuelto esencial colombianos de la segunda mitad del siglo xix
(el espacio estatal), sino desde una mirada que ve aprovecharon su condición de letrados para narrar
el espacio como el productor de lo social, como un un país y construir una nación “imaginada”, donde
campo abierto de experimentación de prácticas tanto sujetos como objetos estaban adentro y afuera
y luchas; ámbito de las transformaciones, de las de la verdadera espacialidad nacional. Por su parte,
interacciones y los intercambios. Verónica Murcia y Óscar Moreno, en el artículo
El territorio deja de ser considerado un nicho “La postura de la representación y del discurso.
ecológico para estudiarse como algo compuesto de O un trastrocamiento de la metáfora usual de la
límites elásticos, flexibles, negociables, constituidos nación”, evidencian las relaciones discursivas con
por la conducta de sus ocupantes. El cuerpo ya la producción de nación, entendida esta como una
no es aquel incordio que ocupa un espacio, sino representación, es decir, como una construcción
aquello mismo que resulta ocupado por múltiples social y simbólica.
espacios. Existir es un “estar en”, y las diferentes Antonio Roveda, en su artículo “Las identida-
maneras de existir son en el fondo diferentes des locales, lenguajes y los medios de comunicación
maneras de “estar en” el espacio. entre búsquedas, lógicas y tensiones”, nos describe
Como afirma la geógrafa inglesa Doreen la situación presente de las identidades locales, al
Massey (entrevistada en este número), el concepto ubicarlas de entrada en un contexto globalizado.
de lugar debe pensarse desde la interconectividad El texto hace notar cómo las transformaciones
y la apertura; la frontera debe concebirse desde la introducidas por la globalización socioeconómica
porosidad. No es casual que frente a los designa- tienen serias implicaciones sobre las identidades
dores rígidos del espacio (territorio, nación, Estado, locales. El artículo de Federico García, “La
frontera, cuerpo), la posmodernidad empiece egoesfera”, analiza las condiciones de habitabilidad
conceptualizando sus contrarios, los contraespacios de la ciudad de Medellín, al partir del aparato
que quedan por fuera de esa institucionalización conceptual de Sloterdijk. Este interesante análisis
instituyente: las heterotopías, los no lugares, las sirve para, primero, difundir en Colombia la teoría
desterritorializaciones, las nuevas corporalidades de este pensador alemán, en lo concerniente al
cyborg. No hay que dejarse confundir por el espacio, y, segundo, para aproximarse a la realidad
carácter negativo de este repertorio conceptual, cotidiana de Medellín, propia de la clase media,
del mismo modo que el nihilismo que propugnaba desde un ángulo que no es para nada el habitual
Nietzsche era tenido por un momento necesario en los estudios sociológicos al uso.
en el camino de la afirmación de la pluralidad y la “El lugar como política y las políticas del
voluntad de vida. Lo mismo sucede con estas nue- lugar”, de María Angélica Garzón, pone de mani-
vas espacialidades en tránsito hacia unos espacios fiesto que la revalorización tanto epistemológica
todavía por llegar, liberados en su multiplicidad como social e incluso existencial del espacio tiene
y diversidad. consecuencias políticas. El artículo describe la
A partir de las anteriores consideraciones, el aparición de las llamadas políticas del lugar, en
presente número aborda la cuestión monográfica conexión con los cambios sociales que llevaron a
del espacio en relación con el lenguaje y la nación colocar la cuestión espacial en el punto de mira
desde muchos ángulos distintos, que son signo de muchos teóricos y activistas. Destaca la autora
y evidencia de la amplitud del problema y sus el carácter novedoso del posicionamiento espacial,
múltiples conexiones. sobre todo si tenemos en cuenta que la desapari-
Álvaro Villegas Vélez, en su artículo “Hete- ción del espacio en el contexto global es un hecho
rologías y nación: proyectos letrados y alteridad incontestable para la mayoría. Por su parte, Sergio

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Roncallo, en su artículo “Por una repartición de lo usa contra las aspiraciones de representatividad del
sensible: disensos y aperturas de nuevos espacios”, principal pueblo indígena chileno: los mapuche.
pone de relieve la conexión entre arte y política a Hace un análisis del discurso donde estudia los
través del espacio, siguiendo el pensamiento del debates parlamentarios chilenos pertenecientes a
filósofo posmarxista Jacques Rancière. los partidos políticos conservadores, referidos al
Si las nuevas espacialidades suponen nuevas pueblo mapuche.
formas de entender el espacio más allá de los esen- Un volumen sobre las nuevas espacialida-
cialismos decimonónicos, algo similar sucede con des posmodernas no estaría completo sin hacer
el concepto de cuerpo y corporalidad. El artículo referencia a una intelectual, profesora y activista
de María del Mar Agudelo, “Definir lo indefini- que ha dedicado buena parte de su trayectoria
ble”, muestra precisamente que la posmodernidad a teorizar el papel del espacio en el capitalismo
entiende el cuerpo como un work in progress, globalizado. Afortunadamente, gracias a Patria
habitado y ocupado por múltiples tecnologías Román y Alejandra García, podemos contar
sociales y políticas que en algunas ocasiones (la para este número con una entrevista a Doreen
mayoría) contribuyen a normalizarlo, domesticarlo Massey. Empieza a ser un lugar común decir que
y catalogarlo; pero que en otras lo pueden liberar y la percepción moderna acostumbró a privilegiar el
proyectar hacia nuevas posibilidades existenciales. tiempo frente al espacio; al tiempo que este último
El texto, haciendo hincapié en el carácter perfor- se convirtió en un mero residuo conceptual del
mativo que tiene la tecnología en la cultura, pone tiempo. Los fenómenos sociales contemporáneos,
de manifiesto lo indiscernible que resulta hoy la de entre los cuales el más notable es la globaliza-
distinción naturaleza/cultura. ción, han forzado de alguna manera a tener en
El artículo de Paolo Celso, “Espaços okupas cuenta el espacio.
em Barcelona e a comunicação na cidade”, rastrea Como bien apunta Massey, la desintegración
las acciones de los movimientos okupas entre los del lugar, la multiplicidad de culturas en coexis-
meses de diciembre del 2006 y enero del 2007, a tencia, la hibridación y el bombardeo constante
través del análisis de la prensa local gratuita. En de objetos que nos llega a través de la red y de los
ese período tuvo lugar el desalojo del centro social medios han colocado el espacio en el centro de la
ocupado de más renombre y tradición en la ciudad, agenda intelectual. Se trata de un espacio repleto
Can Ricart, que albergaba lo que fue quizá la de desigualdades y asimetrías en todos los ámbitos
primera universidad okupa del mundo, con cursos —local, regional, étnico, cultural, económico y
y talleres regulares. de género— que reclama ser pensado de nuevo,
Adrien José Charlois examina en su artículo más allá de los esencialismos clásicos propios del
“La historia como proceso narrativo de construc- siglo xix.
ción de sentido” el problema de la veracidad del Incluimos, además, los siguientes informes
discurso histórico al hilo de la teoría narrativista de investigacion: el de Adriana Ángel, quien en
de la historia de Hayden White. Para este autor, el artículo “Análisis de retóricas políticas y perio-
las narrativas históricas tienen mucho de invento y dísticas” trabaja con las retóricas empleadas por los
hallazgo, lo cual permite equiparlas con las teorías candidatos presidenciales y los periodistas que los
científicas. María Antonieta Navarro enmarca su entrevistaron durante la campaña electoral colom-
artículo en la comunicación política y estudia el biana del 2006, que contó con la peculiaridad de
discurso parlamentario chileno, específicamente permitir la reelección presidencial inmediata.
el discurso conservador del Senado. Plantea como El de José Pablo Carro, en el texto “El mundo
tesis central que la concepción de nación tradicio- peronista a través del noticiero cinematográfico
nal, formulada como ideología, impide perfeccio- Sucesos Argentinos (1946-1952)”, que aborda el
nar la democracia chilena y, específicamente, se análisis del espacio público como articulador de la

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comunicación y de la política mediante el estudio y Giovanna Carvajal, en el artículo “Teoría del
de un noticiero cinematográfico que se proyectaba texto y tipología discursiva” diagnosticaron cuáles
en las salas de cine durante la Argentina pero- eran las condiciones en que se encontraban los
nista. El de Juan Carlos Arias, quien analiza las estudiantes de primer año de la Universidad del
estrategias publicitarias, los discursos periodísticos Valle (Colombia), en relación con la lectura, la
y los relatos audiovisuales a los cuales nos expo- escritura y el uso de dispositivos tecnológicos de
nemos a diario; esto con el propósito de examinar comunicación e información.
mediante qué estrategias empleadas en los medios Finalmente, la cuestión del cuerpo en los
de comunicación se nos hace presente la nación; espacios educativos está presente en este volumen
así mismo, para analizar qué tipo de discursos y gracias a la contribución de Harold Castañeda. Su
de herramientas retóricas se emplean para cons- trabajo “Positioning Masculinities and Feminities
truirnos un referente unificado que denominamos in Preschool EFL Education” analiza las formas
Colombia, el cual incluimos permanentemente en por medio de las cuales se transmiten y manifies-
nuestras prácticas cotidianas. tan masculinidades y feminidades en un colegio
Por su parte, Antoni Castells i Talens analiza de preescolar bogotano y, más precisamente, en el
cómo la radio ha ayudado, durante la mayor parte aula de inglés lengua extranjera. La investigación
del siglo xx, a difundir un discurso nacionalista revela cómo en el espacio escolar se desarrollan
en el proceso de formación del Estado mexicano. determinados tipos de patrones conductuales,
Para ello toma el caso de la península de Yucatán, construidos discursivamente, basados en prácticas
donde tres radios gubernamentales transmiten de género.
en maya, usan una iconografía parecida a la del
nacionalismo oficial y tienen un contacto con la Referencias
población más cercano y directo del que han tenido
los medios comerciales. Pardo, J. L. (1992), Formas de la exterioridad,
María Teresa Soto, en su investigación experi- Valencia, Pre-Textos.
mental, observa la influencia de la profesionalidad Herrera, D. (edit.), (2007), (Des) territorialidades
en la locución, el contenido del habla y la percep- y (no) lugares, Medellín, Instituto de Estudios
ción audiovisual en la formación de impresiones Regionales.
sobre hablantes mediáticos en el contexto comuni-
cativo español. De igual manera, Zulima Iglesias
presenta en “Los protagonistas de la realidad Pablo Pérez Navarro
informativa local en España” una investigación y Vladimir Núñez Camacho
sobre los contenidos de las televisiones locales Profesores del Departamento de Lenguas
de una región española (Castilla y León), con el Facultad de Comunicación y Lenguaje
propósito de conocer cómo estos medios pequeños Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá.
construyen la realidad informativa.
En la misma línea de investigaciones en
comunicación, Eduardo Gutiérrez revisa de
manera crítica el proceso de monitoreo de medios
de comunicación, realizado por la Misión de
Observación Electoral y un grupo de profesores
y estudiantes de ocho regiones pertenecientes a
universidades miembros de la Asociación de Facul-
tades de Comunicación Social (Afacom), durante
las elecciones de octubre de 2007. Alejandro Ulloa

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