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Álvaro Sevilla-Buitrago
Resulta complejo sintetizar el rol de una figura tan polié- posteriormente truncados. Castells concibe la labor investi-
drica como Manuel Castells en la cultura urbanística de la gadora como herramienta de «lucha»en «articulación directa
Transición, un contexto que mostró la extraordinaria cualidad al movimiento [social] y sus dirigentes», constata la impoten-
proteica de la izquierda española ante la reestructuración cia del «reformismo socialdemócrata»para superar la crisis,
económica y política del primer neoliberalismo. Más que in- critica los excesos «izquierdistas»del 68, etcétera4. De forma
tentar demostrar su influencia directa en el Plan General de crucial para entender el desarrollo posterior del Plan General,
Madrid, ofreceré algunas notas para ilustrar de qué forma la este periplo conduce a la elaboración de un programa de po-
evolución de su trabajo entre finales de los setenta y media- lítica urbana para Madrid explícitamente ligado al PCE, jun-
dos de los ochenta puede servir de índice para comprender to a Ramón Tamames y futuros dirigentes y miembros de la
ciertas derivas en el enfoque del Plan General de Ordenación Oficina Técnica del Plan, incluyendo entre otros a Eduardo
Urbana de Madrid y, viceversa, de qué modo los desplaza- Leira e Ignacio Quintana, con el apoyo del grupo Desarrollo
mientos e implementación posterior de éste expresan la tra- de Iniciativas Ciudadanas (Arias, Gago, Gaviria…). Publicado
yectoria de un importante sector de la izquierda intelectual en 1977 —el año de Eurocomunismo y Estado de Carrillo y
en ese momento. del primer varapalo electoral para el PCE en las generales de
junio—, Madrid para la democracia: la propuesta de los co-
El primer Castells es el más cercano a la realidad urbana del munistas puede entenderse como un intento de superar la
fordismo tardío. Los artífices del Plan conocieron bien el tra- divisoria entre planificación y movimientos identificada en La
bajo de esta etapa —a veces en colaboración directa— com- cuestión urbana con una práctica urbanística reformada, res-
prendida entre La question urbaine y Ciudad, democracia y pondiendo a las reivindicaciones del tejido asociativo y las
socialismo, es decir, entre el análisis de base economicista de clases populares para acabar con la imaginación franquista
la relación entre sociedad y espacio como expresión de cierta de Madrid como «capital del capital»5. Las políticas urbanas
articulación de modos de producción y el estudio de orienta- sugeridas en el libro son a menudo vagas, pero perfilan un
ción más política y cultural de los movimientos sociales en el enfoque que caracterizará después los primeros pasos del
contexto de la crisis urbana, proyecto este último que le lle- Plan, centrado por un lado en estrategias de emergencia en
vará a estudiar el caso madrileño a través de sus asociacio- materia de vivienda, educación, rehabilitación, etcétera, y
nes de vecinos1. Entre los múltiples hilos comunes que unen por otro en el reequipamiento de la ciudad para reforzar la
esos trabajos cabe destacar la atención al protagonismo del vida social en los barrios, en una perspectiva abiertamente
Estado local en la producción y administración de «medios descentralizadora. En ese mismo sentido, Castells elabora en
colectivos de consumo», es decir, de los equipamientos co- 1978 un informe para Gerencia de Urbanismo junto a Nuria
lectivos como elementos centrales en la gestión estatal de Pascual y Alfonso Álvarez Mora, titulado Evolución del tejido
la reproducción de la fuerza de trabajo, y la emergencia de urbano de Madrid y análisis tipológico de barrios, al tiempo
luchas ciudadanas que median ese proceso con demandas que se suma a la denuncia del proceso de despoblamiento
histórica y localmente específicas. «Lo urbano»—quizá sea del centro, que este último hace en su La remodelación del
ésta la contribución más duradera de La cuestión urbana— se centro de Madrid6
identifica como instancia para la resolución de las contradic-
ciones de reproducción del capitalismo, específicamente a En 1979, coincidiendo con las primeras elecciones locales
través de la planificación y la coordinación del equipamiento en Madrid, Castells inicia su andadura en la Universidad de
colectivo2. Consecuentemente el declive del modelo fordista California, Berkeley. En los años siguientes su trabajo va a su-
se manifiesta, entre otros aspectos, como una reapertura de frir una deriva dramática, en paralelo al arranque del Plan y la
esas contradicciones: crisis del estado local, crisis de repro- rearticulación de la izquierda institucional en toda España,
ducción, crisis urbana y surgimiento, como reacción, de movi- tras la llamada «crisis de los renovadores»en el PCE —de
mientos sociales urbanos que resisten desde los barrios y la la que él mismo es protagonista junto a Tamames7— y el
vida cotidiana al colapso del estado del bienestar3. trasvase de cuadros técnicos a otras formaciones políticas.
Castells cierra su investigación sobre los movimientos socia-
No puede comprenderse esta primera fase de Castells sin les y desarrolla su trabajo sobre la crisis urbana centrando
atender a su compromiso con el comunismo institucional. su atención en las nuevas formas de capital transnacional y
El arco cubierto por los libros antes mencionados transita su impacto sobre el estado y las comunidades locales, con
entre la inspiración, explícita, en Althusser y Carrillo, entre un tono de paulatina moderación política, especialmente
la adscripción fundamentalmente teórica a un marxismo en sus escritos fuera de España8. Son reveladoras, en este
estructuralista integrado en el Parti Communiste Français sentido, las intervenciones de menor formato anticipando
PCF y la postura más abiertamente militante ante las expec- no sólo futuros temas de investigación —las consecuen-
tativas del PCE en los primeros pasos hacia la Transición, cias espaciales de las nuevas tecnologías y los procesos de
Manuel Castells y el Plan de Madrid: del comunismo Álvaro Sevilla-Buitrago 222
a la socialdemocracia