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Semblanza
de Aristóteles
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Semblanza
de Aristóteles
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9 En el fragmento citado anterionnente no quiere decir Epícra- Aquí pío~ no significa las costumbres de los animales, que
tes que los platónicos llevaran a cabo esu¡dios botánicos con un se dirían liíUI'tU. Es lo mismo que "naturaleza" y "género", y és-
espíritu positivo. Lo que ridiculiza es su entusiasmo por clasi- tos son realmente términos de la dialéctica de Platón, corno lo
ficar, que los llevó a considerar las relaciones entre los conceptos son "definición" , "división" y "examen". de los conceptos.. Los
más importantes que las cosas mismas. "Estaban definiendo el fragmentos de los "Oll0ta de Espeusipo los ha reuntdo P.
mundo de la naturdleza y dividiendo la vida (~(ov) de los anima- Lang, De Speusippi Academici scriptis (Bonn, 1911, tesis). Ya
les y b naturaleza de los árboles y las especies de los vegetales; el títuJ'o indica cuál era la finalidad del libro.
y entre estas últimas estaban examinando cuál es la especie de 10 "Hay tantas partes de la filosofía corno clases de sustan-
20 la calabaza." cias", Aris!., Meta!, r 2, 1004' 2. 21
espíritu general de una determinada fIlosofía; y es especialmente para las Leyes, un extenso material
natural, puesto que cada ciencia tiene su propio de derecho penal e histOíia de la civilización. Fue,
espíritu y sus propios principios. Únicamente bajo pues, durante el periodo en que Aristóteles perte-
la influencia de naturalezas duales, o allí donde la neció a la escuela como miembro, cuando Platón
filosofía tomó por guías a hombres de ciencia fa- volvió su atención a las cosas particulares, y el es-
mosos, que le imbuyeron el espíritu de ramas espe- tímulo que su colección de nuevos materiales histó-
ciales de investigación, tuvo lugar una penetración ricos y políticos representó para Aristóteles resulta
parcial. Aristóteles, Leibniz y Hegel, tipos muy dife- claro por las numerosas coincidencias entre las Le-
rentes, son los ejemplos más importantes. yes y la Política. Por otro lado, Aristóteles carecía
Platón tenía cierto conocimiento especializado del temperamento y de la capacidad necesaria para
de las cuestiones matemáticas, que le permitió se- cuanto fuese más que un trato elemental con .la
guir los importantes descubrimientos de la ciencia principal preocupación de la Academia, la mate-
de su tiempo. También se interesaba por la astro- mática; mientras que la Academia, por el contrario,
nomía hasta donde podía ésta tratarse entonces ma- no podía estimularle en el campo de la ciencia bio-
temáticamente. En la última parte de su vida se . lógica, en que residía su verdadero y propio genio.
dedicó seriamente a la física de los elementos, en Dé acuerdo con éste como estaba, y fecunda
la esperanza de llegar a ser capaz de deducir mate- como fue la experiencia juvenil que Aristóteles hizo
máticamente las diferencias cualitativas entre los del proceder riguroso y metódico de las diversas
llamados elementos de Empédocles, que miraba ciencias, la impresión hecha sobre él por la per-
como simples fases. Fuera de esto, su interés por los sonalidad de Platón fue la más fuerte de todas. Pla-
fenómenos se reducía a la esfera de la medicina ll tón oteaba todas aquellas fértiles llanuras desde la
y a la de la ética y política. En esta última recogió, alta cima de su propio espíritu creador e íntima vi-
sión, y Aristóteles fue enteramente presa de él.
11 eL ahora, sobre el interés de Platón por la medicina como
un modelo metódico para la filosofía, mi libro Paideia, Los Idea-
No es aquí nuestro propósito discutir la influen-
les de la Cultura Griega, vol. 3 (México, 1945), pp. 34 Yss. En el cia de la personalidad de Platón sobre sus contem-
segundo volumen de la misma obra (México, 1944) he aplicado poráneos, ni traducir a una fórmula su posición en
~istemáticamente las indicaciones de Platón en este respecto a la historia del conocimiento, aunque para un hom-
la interpretación de sus obras. En el Gorgias, donde desarrolla bre como Aristóteles fuese naturalmente esta última
por primera vez su concepto de la filosofía como una "tecbne
que se. cuida del alma humana", explica esta idea por la analogía cuestión el meollo de toda su actitud respecto a
con la medicina, la "tecbne que se cuida del cuerpo". Un parale- cuya composición y método están determinados en amplia
22 lo completo de medicina y filosofía se hace en la República, medida por esta analogía. 23
él. Los elementos de que surgió su obra no com- cultura corriente la impresión de una mezcla de
prendían ni la icr'toQía (indagación) jónica, ni la poeta, reformador, pensador critico y profeta. (El ri-
ilustración racionalizante de los sofistas, aunque es- gor con que se impuso a sí mismo su nuevo método
tas dos cosas constituyesen juntamente, a pesar de no habría alterado en un principio esta impresión.)
su disparidad, las formas del conocimiento por ex- No es sorprendente, pues, que en vista del abismo
celencia a la sazón. El primero de los verdaderos existente entre él y el resto entero de la ciencia,
elementos era 1) la pbrónesis o sabiduría de Sócra- tanto antigua como moderna, se le haya tachado de
tes, que presentaba sólo una semejanza superficial místico y expulsado de la historia del pensamiento.
con el racionalismo de los sofistas, pero que esen- Pero si tan sencilla solución fuese acertada, sería .
cialmente estaba arraigada en el reino de una con- bastante difícil de entender por qué ha tenido tan
ciencia ética de normas absolutas, no descubierto gran influencia sobre los destinos'del conocimiento
hasta entonces por la ciencia ni la filosofía griega, humano; y el hecho de ser el sol en tomo al cual gi-
y que requeria un concepto nuevo y supraempírico raban personalidades como las de Teeteto, Eudoxo
de la intuición intelectual. El segundo y el tercer y Aristóteles, es decir, los adelantados de más ta-
elementos, también extraños al pensamiento de la lento en el campo de la investigación científica
época, eran dos adiciónes nuevas a la filosofía so- que produjo el siglo IV a. c., es bastante para conde-
crática, productos de dar a la pbrónesis un objeto nar la filosofía barata cuya idea de la complejidad de
suprasensible y de hacer de éste una "forma". las corrientes de la vida intelectual es tan inadecua-
Tales eran 2) la Idea, resultado de un largo proceso da, que quema borrar de la historia del conocimien-
de desarrollo visual y estético del espíritu griego, y to al más revolucionario de todos los filósofos, por
3) el estudio, descuidado durante largo tiempo, de no haber descubierto simplemente nuevos hechos,'
la o'Úcría o sustancia, al que proporcionó Platón un sino también nuevas dimensiones.
nuevo material con el problema de la unidad y la Aristóteles vio tan claramente como Eudoxo que
pluralidad, y un contenido viviente y tangible con Platón había soldado en su obra filosófica descu-
la invención de las Ideas. El último elemento era 4) brimientos científicos, elementos míticos y misterio-
el dualismo del mito órfico del alma, a aceptar el sos reinos del espíritu en que no había penetrado
cual le inclinaba toda su idiosincrasia, y que regado jamás la mirada del conocimiento. Esta soldadura
por su fuerte imaginación, echó firmes raíces en la no era en modo alguno el simple resultado de las
nueva concepción del ser. inclinaciones subjetivas del creador; era la conse-
i
Bien mirados estos cuatro elementos, no es difí- cuencia necesaria de la situación histórica, cuyos
24 cil suponer que harían sobre las personas de una f elementos analizó más tarde Aristóteles con una 25
profunda comprensión tanto de la creación como que a la afirmación de que el alma puede conocer
del creador. En un principio, no obstante, se aban- lo que es justo sin ser justaY Esto, y no la sistema-
donó sin reservas a aquel incomparable e indivisi- tización del conocimiento, fue su finalidad al fundar
ble mundo, como lo muestran los fragmentos de la Academia y siguió siéndolo hasta el fin, como
sus primeros escritos, y fueron precisamente los muestra esta carta, escrita en su senectud. Hágase
elementos no científicos de la filosofía de Piatón, ,una comunión (<nJ~~v) de elegidos, de aquellos
esto es, sus partes metafísicas y religiosas, lo que que, una vez que sus almas han crecido en la at-
dejó la huella más duradera en su espíritu. Aristóte- mósfera del bien, son capaces, en virtud de sus
les ha de haber sido insólitamente sensible para superiores dotes, de participar al cabo en el co~o
tales impresiones. Fue el conflicto entre éstas y sus cimiento que es "como luz que proyecta un VIVO
propias tendencias científicas y metódicas lo que fuego". A él le parece, dice Platón, que la busca
suscitó más tarde la mayoría de sus problemas; y de este conocimiento no es cosa para la masa de los
la fuerza de las impresiones queda bellamente de- humanos, sino sólo para los pocos a quienes un~
mostrada por el hecho de no haberlas sacrificado lige~a señal basta para que lo encuentren por SI
nunca, a pesar de haber ido en materia científica mismos. 13
más allá de Platón en todos los puntos. En Platón
buscó y encontró un hombre que le guiara hasta
una nueva vida, exactamente como en su diálogo
Nennto presenta al sencillo labrador de Corinto
cautivado por el Gorgias hasta el punto de dejar su
arado por buscar y seguir al maestro.
Platón explica en su carta séptima las relaciones
entre conocer el bien y perseguirlo. El conocimien-
to que según Sócrates hace buenos a los hombres
y el llamado comúnmente conocimiento científico
son distintos. El primero es creador y sólo puede
ser alcanzado por almas que tengan una funda-
mental afinidad con el objeto que se trata de co-
nocer, o sea con lo bueno, lo justo y lo bello. No
hay nada a que se haya opuesto Platón más apa- 12 Carta VII, 344 A.
sionadamente hasta el término mismo de su vida 13 ¡bid., 341, e-E. 27
Primeras obras to que los tratados se reducen a ser las bases es-
critas de sus vastas actividades como profesor y con-
ferenciante). Hay, en efecto, excepciones a esta
afirmación. Alejandro o De la Colonización debe
de haber sido, a juzgar por el título, un diálogo del
momento en que la política racial de Alejandro en
Asia indujo a Aristóteles a hacer pública su des-
aprobación ante el mundo de lengua griega. El
rezagado que es este diálogo tuvo, por tanto, una
especial razón de ser en la posición política de Aris-
tóteles. Mutatis mutandis, lo mismo pasa con la
AristóteleS escribió una serie de obras en colección de 158 Constituciones, destinadas a la pu-
forma de diálogo. Los fragmentos que de blicidad y escritas en un estilo vivo y claro, como
ellas quedan no están tan estudiados como podemos ver por el de la Constitución de Atenas.
debían, en parte porque es más grato de- . A pesar de estas excepciones, sigue siendo exacto
jar a los filólogos un trabajo tan enojoso, decir que en el curso de su desarrollo intelectual
pero también debido a la convicción, siem- Aristóteles cambió radicalmente de ideas en punto
pre imperante en la escuela peripatética, a la necesidad de presentar la ciencia en forma lite-
de que al verdadero Aristóteles hay que raria y a la relación entre la obra literaria y la ver- .
buscarlo en los tratados. Pero incluso si de- daderamente creadora.
seamos entender solamente los tratados,
pueden enseñarnos muchas cosas los frag-
mentos de los diálogos perdidos. Aunque
no supiésemos nada más acerca de la re-
lación entre las dos clases de escritos ,
resulta de suma importancia ser capaz de
precisar que los diálogos, modelados so-
bre los de Platón, pertenecen casi íntegra-
mente a los primeros años de Aristóteles,
y que éste abandonó prácticamente en su
.28 último periodo la actividad literaria Cpu es-
El lugar de Aristóteles haya tomado la forma de una lucha de quinientos
años contra él. Mirado bajo el moderno punto de
en la historia vista, sin embargo, sólo es ahora el representante
de la tradición, y no un símbolo de nuestros pro-
pios problemas o del libre y creador progreso del
conocimiento. Únicamente logramos entrar en una
fecunda relación con él por medio de un rodeo,
por medio del conocimiento histórico de lo que sig-
nificó para la filosofía y la cultura griegas, y de la
labor especial que llevó a taba en su siglo. El mis-
LECIllRAS COMPLEMENTARIAS
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Este libro se terminó de imprimir y encuader- 1
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nar en el mes ele noviembre de 2000 en Im- -1
presora y Encuadernadora Progreso, S. A. de .
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C. V. (IEPSA), Calzo de San Lorenzo, 244; 09830
88 México, D. f. Se tiraron 2 000 ejemplares.