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Jorge Andrés Bustos G. ilustrado y descubrían al tiempo que los europeos las dichas de la ra-
2010. ¿Una odisea zón, de la ciencia y el derecho; en la otra América, la de los ríos y selvas
inhóspitas, la de los valles, nieves, trópicos y playas donde habitaban
en nuestro espacio? los otros americanos, se devenía en procesos de la era premoderna, del
gamonalismo y la contrarreforma. Los “otros”, eran esclavos, siervos,
bestias de carga y trabajo, seres sin alma debido a la negrura de sus
“El pueblo no quiere, necesita; cuerpos, seres perezosos, salvajes e inferiores que en adelante, confor-
y lo que necesita no lo sabe…” marían el caldo de cultivo de lo que hoy llamamos nuestra América,
América latina, Ibero América, Hispanoamérica, indo-afro-ibero-América.
“El pueblo es al cabo la materia
política” Este desconocimiento de nuestra humanidad, de nuestra condición, se
traduce en argumentos, como aquel de Montesquieu, quien aseguraba
José Ortega y Gasset que: “no se concibe que Dios… haya puesto un alma en un cuerpo tan negro,
y un alma buena, es aún más inconcebible en un cuerpo semejante”1; o en el
pensamiento de Marx o Hegel, quienes veían en los nativos americanos
En el estado actual de las cosas, uno es seres perezosos y débiles además de torpes e ignorantes a causa de las
solamente el reto que afrontamos en esta condiciones ambientales que imperaban en estas tierras; incluso estas
parte del mundo, digo en ésta pero las creencias y formas de ver el mundo se extienden hasta nuestros paisa-
consecuencias de nuestros actos se debe- nos. No es de extrañar entonces que nuestros padres de la patria al con-
rán hacer sentir en todo el globo. Para el formar los ejércitos de independencia, fuesen de un latifundio a otro
año 2010 estaremos conmemorando el solicitando a los señores la donación de esclavos para las luchas de
segundo centenario de la independencia independencia o su correspondiente condonación en oro.
de nuestras naciones.
Qué decir de nuestros negros obligados a servir en estos ejércitos por
Han pasado casi doscientos años desde periodos de hasta ocho años al término de los cuales se les concedía la
aquella tarde en que impulsados por la libertad. Pero a qué precio: la vida, la vida misma.2
fiebre y el ardor de las revoluciones, de-
cidimos tomar en nuestras manos el des- En este sentido fue mayoritario el deseo de organizar nuestras socie-
tino y el futuro, y más que eso, el senti- dades a partir de los presupuestos bajo los cuales se gestaron las repú-
do de nuestras acciones y nuestras blicas francesa, inglesa y norteamericana modernas, y esa idea de so-
vidas. ciedades igualitarias, justas, independientes, redundó en la implan-
tación de modelos extraños que se adaptaron a necesidades urgentes.
Amparándonos en pequeños “peros”
logramos a fuego y sangre criolla, india Novedad del nuevo mundo
y negra, sacudirnos el yugo colonial que
nos mantenía hasta entonces en el patio Es indudable que en estos procesos de configuración y organización
trasero de la modernidad y siendo la nacionales, nos vimos obligados a pensar el mundo de una manera un
sirvienta de la civilización. Lo malo fue tanto más cosmopolita de lo que realmente pudimos ser. Es decir, pensa-
entonces lo oculto del deseo americano mos que aquello que hacía mayor bien a la humanidad, por verlo he-
de independencia, pues nuestros criollos cho ejemplo en las acciones de las grandes naciones europeas, serviría
virreinales ilustrados deseaban más que además para organizar estas sociedades tan desiguales desde su mismo
libertad, igualdad y fraternidad, princi- origen. El profesor Rubén Jaramillo describe esta situación como la “ad-
pios que rigen el proyecto moderno, el
dominio sobre la tierra y sobre quienes
en ella habitaban.
1MONTESQUIEU. El espíritu de las leyes. Cap. V: De la esclavitud de los negros. Ed. Supernova. Bogotá. 1990.
La formación de nuestros Estados-na- 2“Según una estadística de Federico Debuyst, entre 1825 y 1950, la proporción de negros en toda Latinoamérica pasó el
ciones tuvo una doble naturaleza, pues 17.8 % al 8.5%; la de indios puros del 35.6 % a 8.8 %.” Citado por Gutiérrez Girardot en: Insistencias. Ariel. Bogotá.
1997. Eso sin contar las cifras y hechos descritos por Nuria Sales en su texto “Sobre esclavos, reclutas y mercaderes de
quintos”.
miración de pueblo joven por los pueblos ya quienes ejercen la función de autoreconocimiento y denuncia de nues-
maduros del continente europeo”3. Siempre tra condición4.
expectantes a los progresos de esas so-
ciedades vivimos para reconocer y sa- El cine se ha apropiado de esta necesidad de reconocimiento y ha
car, bueno o malo, provecho de aquellos expuesto nuestras carencias y necesidades vitales. En él podemos en-
movimientos que las llevaron al desa- contrar ejemplos de lo que es en realidad la condición humana del ser
rrollo tanto industrial como social; lo latinoamericano. El cine, la pantalla que sangra, nos muestra de mane-
malo entonces ha sido siempre, el desco- ra descarnada, viva, latente las particularidades de vida en las distintas
nocer las características sociales, econó- sociedades de nuestro tercer mundo; denuncia la vida en las favelas, en
micas e históricas de nuestra América. los suburbios (el reflejo de nuestro tedio, dice Borges), en las comunas
y hasta en las grandes ciudades; denuncia las condiciones de vida de
Adaptamos e implantamos modelos de los latinoamericanos verdaderos, los promedio: mestizos −indios, ne-
todo tipo para satisfacer nuestra extraña gros y blancos; aquellos que no reciben educación porque ella no está
necesidad de ser contemporáneos; lo ha- pensada para ser una educación que le sirva al ciudadano que vive en
cemos por épocas y de maneras diferen- esta tierra; por si acaso la escuela enseña a leer y escribir, a sumar y
tes. Nuestras letras, llenas de magia y multiplicar, pero a qué muchacho le importan las letras y los números
sentimiento, de barroquismo y ciudad, cuando en sus manos tiene un arma que le sirve para obtener el sus-
nos reivindicaron hace apenas poco más tento, detentar el poder y conseguir el favor de las peladas; cuando es
de un siglo; pero es indudable que en más fácil viajar cargado de droga hacia el gigante del norte o hacia Eu-
nuestras primeras letras, las ilustradas y ropa, pues así se ganan unos pesos para mejorar la condición de vida y
románticas, plasmábamos una evoca- satisfacer necesidades creadas de consumo y deseo; cuando es tal el
ción y añoranza por la Europa moderna grado de alienación que difícilmente alguien se sienta frente a la panta-
y cuna de la civilización, una alabanza lla a mirarla críticamente y a reflexionar acerca de la importancia de las
hacia aquellos que desentendían total- imágenes en la configuración del sentido de la vida propia y de la iden-
mente el concepto de igualdad que tan tidad.
buenamente proclamaban en sus aren-
gas racionales y revolucionarias. Tal vez, como dice Renton, uno de los personajes de Trainspoting,
porque eliges
Nuestra heteroclicidad
“sentarte en el sofá a mirar programas estupidizantes… siendo una
El proceso ha sido más bien difícil de vergüenza para los malcriados que has creado para reemplazarte”.
llevar a cabo y complejo. Al darnos
cuenta de esta realidad heteróclita y Odisea
multiforme, de la confluencia de rea-
lidades tan variadas como las sangres En sociedades como las nuestras donde la degradación social, la desi-
que se mezclan en cada ser latinoameri- gualdad, el desencanto y la fragmentación son tan marcados, se hace
cano, las más poderosas y grandes dirá necesaria una educación que promueva estas nuevas certezas que de-
Alejo Carpentier, precisamos reconocer nuncian la realidad de América latina; una educación que de cuenta de
y dar validez a tan disímiles costum- la diversidad cultural, racial y étnica que nos hace americanos. Esa
bres, usos y culturas mediante un siste- educación debe pasar por el reconocimiento de los hechos y trascender
ma participativo y democrático que las hacia la configuración de una identidad propia que nos saque del esta-
reúna a todas bajo un designio general: do letárgico en que vivimos, que nos haga conscientes de nuestra histo-
igualdad. ria y de nuestra realidad
latinoamericanas, aunque es claro que en Colombia el papel que estos juegan está sujeto a las necesidades particulares
de los gobiernos de turno. Sólo por citar dos ejemplos: en Chile la televisión llevó a la consolidación del mercado y los
3 JARAMILLO Vélez, Rubén. La postergación de la modernidad en ideales capitalistas; en Cuba la radio hizo lo propio al apoyar la lucha antiimperialista y al establecimiento del
Colombia. Estructura científica, Vol. 2, t II. Bogotá. 1990. p 41. comunismo.
No resulta fácil si miramos nuestra Sólo con una buena educación, del pueblo para el pueblo, apelando a
condición. Crisis económica, educativa, forjar una conciencia ciudadana crítica y reflexiva; con sistemas de sa-
crisis social, desempleo y violencia im- lud eficientes y donde los ciudadanos hagan la veeduría correspon-
pune que a fuerza de hacerse escuchar diente a los intereses de sus propios dineros invertidos en el sistema,
con los ruidos de metralla y bombas se tendremos la tranquilidad de saber que somos realmente nosotros, la
ha ensordecido y ha hecho de la vida sociedad en general, quienes hacemos por el mejoramiento de la
una dicha pasajera, pues nos ha dejado calidad de vida en este tercer mundo.
de importar ante la certeza de la muerte,
y la esperanza (tal vez) consista en ser Sin embargo es claro que las condiciones materiales no están dadas
abatido de un balazo en la esquina de una para que la sociedad civil se haga cargo de su propio gobierno. Si en
calle en plena carrera (Albert Camus). primera instancia tomamos conciencia de lo que significa vivir en una
democracia, si pensamos en la educación como la única vía para salir
Este conflicto bélico que desgarra nues- del estancamiento y retraso histórico en que nos hemos quedado; si
tra sociedad, que se lleva millones de concebimos la diversidad racial, étnica y cultural como el espacio en
vidas humanas hacia el Hades, y que que se hace nuestra vida cotidiana; si pensamos que nuestras acciones
deja otras tantas en la miseria absoluta, repercutirán en detrimento o beneficio de la sociedad en general; en
obligándolas a ser desplazados, mendi- suma, si hacemos de nosotros mismos los móviles del cambio social y
gos de la caridad ajena en las grandes moral que precisan nuestras sociedades, entonces así seguramente ma-
ciudades, en los centros económicos y ñana tendremos un lugar en la mesa de la civilización, o mejor, tendre-
culturales de nuestra América, hace de mos nuestra propia mesa para degustar ese banquete (Fuentes. 1990).
la condición de vida del latinoamericano
una constante agonía donde se multi- Pese a todo, pese a la violencia impune, al robo, la extorsión, la crisis
plican la desigualdad, la injusticia, la social, la desigualdad y la ignorancia, estamos llamados a afrontar el
ignorancia y la miseria y lo peor es que reto que nos impone nuestra propia historia: el de hacer de esta Amé-
como dice el fantasma Juan Rulfo (para- rica latina una nueva potencia de cara al segundo centenario, el de re-
fraseándolo) eso ha sido toda la vida, no escribir la historia de la humanidad pero no ya desde el vagón trasero
un año, ni dos, ha sido toda la vida. de la modernidad, el de dejar de ser la sirvienta, madre que todo lo en-
trega al mundo sin esperar nada a cambio y sólo recibiendo el despre-
Ante esta realidad, tristemente pensa- cio de quienes no hubiesen sido nada, en absoluto, de no haber sido
mos que la solución debe siempre venir- por esa fatal casualidad ocurrida hace ya 516 años, un 12 de octubre.
nos del Estado, de ese aparato que ele-
gimos inconscientemente a través del Desafortunadamente estamos tan plagados de ideologías ajenas y es
voto, para que de cuenta de estos pro- tan común este hecho que nos debatimos inconcientemente entre la ne-
blemas y los resuelva, talvez esperando cesidad de bienestar, la alienación constante en el trabajo, las necesida-
que, como lo indica Carlos Fuentes, “la des infundadas por los medios y el logro del placer; que esas ideologías
riqueza, acumulada en la cima, descienda, difícilmente son apropiadas y pensadas como finalidad, como camino
un buen día y espontáneamente, hasta la cierto para alcanzar el bienestar propio y el general. Debemos tener en
base.”5, sin tener conciencia de que en cuenta no tanto el punto de llegada como el camino que debemos reco-
realidad esto no sucederá, y que las polí- rrer para tal fin y el capital humano con que nos encaminamos hacia
ticas de estado tenderán siempre a la ese futuro próximo. Pensar el camino, los caminantes y la meta sólo se
descentralización y disminución de las logra tomando conciencia y autocerciorándonos de lo que realmente
funciones del Estado, dando así conti- nos hará surgir con una nueva bandera y una página que escribir en el
nuidad a las políticas neoliberales que libro de la historia de las civilizaciones humanas. Restan dos años para
tanto daño nos han hecho en las condi- el segundo centenario y ya se están viendo grandes movimientos en
ciones de desigualdad, fragmentación e este lugar del mundo. Una fecha está cerca, el siglo apenas comienza y
ignorancia en que nos encontramos. nuestra América comienza a despertar del profundo sueño en que ha
estado sumida durante tanto tiempo.