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Número de trabajo: 3
1. Bulbo raquídeo.
El correcto funcionamiento del bulbo raquídeo es vital para los seres humanos.
Literalmente, dado que la destrucción o cese del funcionamiento de esta área
provoca la muerte. Para comprender el porqué de tanta importancia es necesario
que consideremos algunas de las principales funciones tiene esta estructura.
2. La protuberancia
Es la porción del tronco del encéfalo que se ubica entre el bulbo raquídeo y el
mesencéfalo, conecta la médula espinal y el bulbo raquídeo con estructuras superiores
como los hemisferios del cerebro o el cerebelo.
Es que es una de las porciones más grandes de una estructura conocida como tronco
del encéfalo, encargada entre otras cosas de mantener en funcionamiento mecanismos
automáticos que nos mantienen con vida.
Las enfermedades que pueden afectar a esta estructura son varias, pero destacan la
enfermedad del Alzheimer y la del Parkinson, ya que ambas dañan amplias regiones
del sistema nervioso central e impiden el funcionamiento normal de las redes de
neuronas.
3. Mesencéfalo.
El mesencéfalo está situado casi en el centro del encéfalo, ocupando una parte de su
zona más profunda, y por consiguiente establece una comunicación directa con
muchas de las principales estructuras del sistema nervioso central.
La ubicación del mesencéfalo hace que las principales funciones de esta estructura
tengan que ver con la integración entre distintos tipos de informaciones. Por un lado,
recoge impulsos nerviosos vinculados a órdenes motoras que tienen que ser
ejecutadas por músculos, y por el otro recibe datos sensoriales, así como a los
procesos de regulación de la consciencia y del sueño, al estar atravesadas por la
formación reticular.
Cualquier lesión que afecte a las zonas más bajas del encéfalo puede llegar a alcanzar
el mesencéfalo. Las consecuencias de esta clase de accidentes casi siempre son muy
graves, produciendo el coma o la muerte.
El motivo está en que el mesencéfalo es una sección del sistema nervioso cuya
importancia es crucial para lograr coordinar funciones fisiológicas básicas del
organismo, y además sirve para que varios tipos de impulsos nerviosos alcancen los
grupos de neuronas superiores. Como el mesencéfalo actúa como nexo de unión entre
muchas áreas, la presencia de anomalías en esta zona afecta a muchas otras.
4. Cerebelo.
El cerebelo es una de las zonas del encéfalo con mayor densidad de neuronas. El
funcionamiento del cerebelo y la coordinación de la activación de los músculos se
relacionan activamente.
Aunque no interviene únicamente en los procesos motores, sino que además juega un
rol importante en otras muchas funciones como, por ejemplo:
La regulación de las emociones: una de las vías de conexión del cerebelo une esta
estructura con amplias zonas del sistema límbico, que es el que está relacionado con la
aparición y mantenimiento a lo largo del tiempo de los estados emocionales que tiñen
nuestras experiencias.
Los procesos cognitivos: el tamaño del cerebelo podría estar relacionado con el nivel
de inteligencia que se tiene.
Existen estudios en los que se observan los efectos que una lesión en el cerebelo tiene
sobre las capacidades mentales de los pacientes, se ha podido relacionar la disfunción
en esta estructura con los déficits de atención y el uso del lenguaje.
5. Nervios craneales.
Los nervios craneales son un conjunto de nervios que salen directamente del encéfalo,
a diferencia del resto de nervios del sistema nervioso.
Los pares craneales se llaman así porque se cuentan a pares, al existir uno tanto en el
lado derecho como en el izquierdo del cerebro. Así, hay doce nervios craneales
apuntando hacia el hemisferio derecho y otros doce apuntando hacia el izquierdo, de
manera simétrica. Cada par está numerado con un número romano según si la posición
desde la que salen del encéfalo más o menos cerca de la zona frontal.
Los trastornos que dañan directamente los nervios craneales incluyen traumatismos,
tumores, inflamación, infecciones (como el herpes zóster), un aporte inadecuado de
sangre (como ocurre en la diabetes), fármacos y toxinas.
Si uno de estos nervios está dañado, los músculos que controla pueden paralizarse en
grados variables (llamados parálisis) y la persona afectada puede ser incapaz de mover
los ojos normalmente. La forma en que se afecta el movimiento del ojo depende de
cuál sea el nervio afectado. Las personas con una de estas parálisis pueden tener
visión doble al mirar en ciertas direcciones.
De igual manera el cerebelo regula nuestras emociones y nuestra cognición por lo tanto
hay estudios que demuestran que muchas veces la depresión se origina por una
alteración en esta parte del cerebro y puede llegar a ser tratada por medio de estudios
neurológicos que nos permitan saber que tan severo es este daño y como puede
combatirse.
De igual manera en esta parte del sistema nervioso se regula la temperatura temporal
que nos permite en casos extremos como cuando se entra en un estado de hipotermia
lograr reducir nuestras funciones vitales para mantenernos con vida. El control de
sueño y la importancia que esto tiene en nuestra salud mental demuestran que si
existiera algún tipo de alteración en la protuberancia nuestra calidad de vida se vería
severamente afectada.
Como ya lo mencioné antes este parte del sistema nervioso es vital para permanecer
con vida y que nuestra calidad de vida sea optima.
Referencias:
Carlson, N.R. (2014). Fisiología de la Conducta (11 Edición). Madrid: Pearson
Educación.
Kandel, E.R.; Schwartz, J.H. & Jessell, T.M. (2001). Principios de neurociencia. Cuarta
edición. McGraw-Hill Interamericana. Madrid.
Libro: Velayos, J. L. & Diéguez, G. (2015). Anatomía y fisiología del sistema nervioso
central, Editorial CEU.
Capítulo A5: Planteamiento del estudio del tronco del encéfalo. Núcleos motores.
Capítulo A6. Núcleos sensitivos del tronco del encéfalo. Vías ascendentes del tronco
del encéfalo.
Capítulo A7. Vías descendentes del tronco del encéfalo. Formación reticular.