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Relacional Arte
Relacional Arte
De qué hablamos
cuando hablamos de
“arte relacional”
De la forma rebelde a las ecologías relacionales
1> Flavia Costa es docente e grupo editor de la revista Artefacto. 3> Ídem, pp. 13 y 142.
investigadora de la facultad de Ciencias Pensamientos sobre la técnica. 4> Ídem, pp. 5-6 y 14, traducción
Sociales de la UBA y del Instituto de Altos 2> Bourriaud, Nicolas, Estética relacional, ligeramente modificada.
Estudios Sociales de la UNSAM. Integra el Buenos Aires, Adriana Hidalgo, 2006.
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formarlo) en “espacio social libre”5 al hacer res que el visitante sólo ve a través del mar-
foco en los vínculos e interacciones que ge- co de una puerta. Maurizio Cattelan alimenta
nera en el público-espectador-participante. unas ratas con queso Bel Paese y las vende
Mi idea aquí es partir de la noción de Bou- como copias o expone cofres que han sido
rriaud para señalar algunos de sus proble- recientemente saqueados. […] Christine Hill
mas o límites; luego expondré los resulta- propone un taller de gimnasia una vez por
dos provisorios de un intento por definir la semana […] Tiravanija propuso un espacio
especificidad de un eventual “arte relacio- de relajación destinado a los artistas de la
nal”: en qué tradición se inscribiría, cuáles exposición, con un metegol y una heladera
serían sus rasgos, con el objeto de evaluar llena. […] Douglas Gordon exploró la dimen-
las potencialidades de una propuesta que sión ‘salvaje’ de la interactividad, actuando
puede seguir siendo, no obstante, producti- de manera parasitaria o paradojal en el espa-
va para pensar el arte del presente. cio social: llamar por teléfono a los clientes
Lo primero es observar que, tal como la de un café o enviar numerosas ‘instruccio-
desarrolla el autor, la noción es demasiado nes’ a personas determinadas […] Alix Lam-
imprecisa. Identifica como partes de un mis- bert se abocó a los lazos contractuales del
mo fenómeno obras, prácticas y situaciones matrimonio: en seis meses se casó con cua-
diferentes recorridas por una idea vaga: la tro personas diferentes, de las cuales se di-
de la supuesta centralidad de las relaciones vorció en tiempo récord […] y expuso los ob-
humanas en las artes visuales de fines del jetos logrados a través de ese universo con-
siglo XX como efecto de, o respuesta a, la tractual: certificados, fotos oficiales y otros
expansión urbana, la popularización de in- recuerdos”. (pp. 6, 36, 37 y 39)
ternet, el crecimiento exponencial de las in-
dustrias del entretenimiento y el “surgimien- Con esta noción, sin embargo, Bourriaud
to de inteligencias colectivas y la estructura intentó algo apreciable, que es proponer
‘en red’ en el manejo de las producciones una interpretación de carácter general so-
artísticas”6. En esta homologación, se con- bre el estado del régimen de las artes en
funden los aspectos formales o de estructu- los años noventa, y en particular sobre el
ra con el tema explícito; y las intenciones de modo en que en condiciones de moderni-
los autores con la posible interpretación es- dad tardía éste ha procesado tres situacio-
tética y ético-política de las obras. nes: el nuevo contexto social y político tras
Cito algunos ejemplos del autor que pueden la caída del muro de Berlín en 1989; el
ilustrar esto: nuevo ambiente tecnológico propiciado
por la difusión de las computadoras perso-
“Rirkrit Tiravanija organiza una cena en casa nales y el desarrollo de Internet comercial;
de un coleccionista y le deja el material ne- y finalmente, la propia tradición de las ar-
cesario para preparar una sopa thai. Philippe tes llamadas visuales en el siglo XX, que
Parreno invita a un grupo de gente a practi- incluye –entre otros elementos– la crítica
car sus pasatiempos favoritos un 1º de mayo institucional, el cuestionamiento de la opo-
en la línea de montaje de una fábrica. Vanes- sición artista-espectador, el “giro concep-
sa Beecroft viste de una misma manera y tual”, la importancia de las reproduccio-
con una peluca pelirroja a unas veinte muje- nes, copias y citas, la tendencia de las ar-
5> Kittelmann, Udo: “Preface”, en Rirkrit Is Another Day), Cologne, Salon Verlag / 6> Cf. ídem., pp. 6-7, 14 y 102.
Tiravanija: Untitled, 1996 (Tomorrow Kölnischer Kunstverein, 1996.
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tes a salirse de sus límites, tanto en el sen- más densos, combinaciones de existencia
tido disciplinario (ya no se trata de artes múltiples y fecundas” (pp. 54 y 55).
separadas, sino de un “arte en general”) No queda del todo claro cuáles son los cri-
como en el sentido de una búsqueda de terios para evaluar si una relación es “más
reunificación con la “vida”, en un triple giro justa” o un modo de vida “más denso” que
vitalista, social y político. otro –sobre todo si se obturan los conflictos
Considero que el crítico francés interpreta y las oposiciones con aquello injusto o po-
estos procesos bajo el signo de lo que Phi- co denso que se pretende transformar–. Por
lippe Breton describió como utopía de la co- un lado, Bourriaud afirma que ante una obra
municación7. Es decir, aplica a las artes un relacional hay que preguntarse: “¿me da la
discurso que –nacido en la segunda pos- posibilidad de existir frente a ella o, por el
guerra– resurgió en los noventa proponien- contrario, me niega en tanto sujeto por no
do la comunicación (o más bien, la relación considerar al Otro en su estructura? ¿Criti-
no sustantiva, el contacto, el “estar-juntos”) ca lo que juzgo criticable?” (p. 69). Pero por
como valor ya no sólo postraumático, como los ejemplos que da, parece más bien se-
fue en la segunda mitad de los años cuaren- guir confiando en el aura inherentemente
ta, sino ahora también “poscrítico”, que lle- benévola de las artes, en la potencia que
va consigo la idea de que toda coexistencia adquiere en su diferencia respecto de otras
comporta un principio democrático y por prácticas. Y simultáneamente, en la capaci-
ende positivo. Corre el riesgo así de caer, dad de las artes para devenir-vida; es decir,
como dice Hal Foster, en un “extraño forma- en la capacidad de los artistas de “producir
lismo de la discursividad y la sociabilidad, modelos de sociabilidad situándose dentro
promovidas como fines en sí mismas”8, a la de la esfera interhumana”9.
vez que minimiza los innumerables conflic- Muchos de los artistas que analiza Bou-
tos inherentes al nuevo escenario. rriaud exploran lazos sociales preexistentes
Bourriaud sostiene que el arte relacional se y los exponen de manera más o menos pa-
diferencia del arte anterior porque ya no está ródica, lúdica, incluso a la manera más o
“inmerso en un ‘imaginario de oposición’ menos neutra o ambigua de un collage cu-
[…]; [el arte del modernismo] se basaba en yo sentido está deliberadamente indetermi-
el conflicto, mientras que el imaginario de nado. ¿En qué sentido la obra de Alix Lam-
nuestra época se preocupa por las negocia- bert es crítica con respecto al matrimonio y
ciones, por las uniones, por lo que coexiste. a los rituales técnico-administrativos que lo
Ya no se busca hoy progresar a través de acompañan? ¿Qué critica, de qué se ríe,
opuestos y conflictos, sino inventar nuevos qué situación trastoca? ¿Su blanco es la
conjuntos, relaciones posibles entre unida- solemnidad burocrática de una instancia
des diferenciadas, construcciones de alian- que se ha vuelto efímera, o la levedad de
zas entre diferentes actores. […] Se preten- lazos que hasta hace poco eran el eje de
de crear modus vivendi que posibiliten rela- una promesa comunitaria, o ambas a la
ciones sociales más justas, modos de vida vez? ¿Y qué tiene de más “justo” o más
7> Breton, Philippe: La utopía de la “Capitalismo, esquizofrenia y consenso el “para qué” de la relación, se corría el
comunicación, Buenos Aires, Nueva de la estética relacional”, en Nómadas, riesgo de caer en “un mero ‘arte Nokia’”,
Visión, 2000. nº 25, octubre de 2006, Universidad que produce relaciones interpersonales
8> Foster, Hal: “Arte festivo”, en Otra Central, Colombia. El propio Bourriaud por el solo hecho de hacerlo”.
parte nº 6, Buenos Aires, invierno de señaló en una entrevista a Art Forum, en 9> Bourriaud, Nicolas: Post-producción,
2005, p. 5. Más duro aun es Eric Alliez: abril de 2001, que si no se tiene en cuenta Buenos Aires, Adriana Hidalgo, 2007.
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10> Rancière, Jacques: Sobre políticas del régimen estético de las artes: el juego curador o coleccionista de historias de
estéticas, Barcelona, Museu d’Art (sobre todo el juego de los signos, que vida); el misterio (la reunión de los
Contemporani de Barcelona y Servei de hace por un lado un guiño a la denuncia heterogéneos no como choque, sino
Publicacions de la UAB, 2005. de la industria del entretenimiento y otro como reunión que permite ver en ellos
11> Rancière señala que hay al menos al gesto pop de reunificar alta y baja una comunidad improbable pero
otros tres procedimientos culturas); el inventario (que se dedica a potencial). Muchos ejemplos de “arte
contemporáneos que dan cuenta de este explorar la posibilidad de “devenir-arte” relacional” en Bourriaud incluyen además
intento de “ajuste” en medio de la crisis de los objetos cotidianos: el artista como alguno de estos tres procedimientos.
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El propio Bourriaud lo advierte, cuando afir- (p. 27). Comenzaré por esta pregunta.
ma que las obras del arte relacional están Desde una perspectiva formal, y siguiendo a
“libres del peso de una ideología” y por lo Claire Bishop, propongo que si existe algo
tanto “se presentan fragmentarias, aisladas, así como un “arte relacional”, éste sería una
desprovistas de una visión global del mun- rama y al mismo tiempo una profundización
do”. Él ve en esto una ventaja, pero como del arte de instalación, género que se carac-
señala José Fernández Vega, esta actitud teriza por la presencia del espectador como
hace del espacio artístico un espacio neu- parte de la obra14. Desde su aparición en los
tralizado, más aun, “neutralizador, puesto años sesenta, bajo la forma de ambientes y
que deslegitima el campo artístico como happenings, las instalaciones se caracteriza-
ámbito de conflictos estéticos o políticos”.12 ron por expandir los límites de la obra artísti-
Parafraseando lo que señaló Foster respec- ca hasta hacer que el espectador pudiera in-
to de la tesis de Arthur Danto sobre el fin gresar en ella, y que de este modo pudiera
del arte, podría decirse que la estética rela- tomar conciencia no sólo de los rasgos del
cional de Bourriaud es “benignamente libe- “objeto” que tenía frente a sí, sino también
ral –el arte es pluralista, su práctica es del tipo de ambiente y del tipo de experien-
pragmática, su campo multicultural–” pero cia en la que estaba participando.
“no tan benignamente neoliberal”13, en tanto En el contexto de la crítica institucional de
que la “utopía de la proximidad” –tal como aquellos años, la persistencia de esta forma
la describe el propio Bourriaud (p. 8)–, es está relacionada además con ciertos valores
decir, de un contacto inocuo y amigable, lú- u objetivos. Particularmente me interesan
dico e indeterminado, de la proximidad am- dos: uno, que el espectador oriente su mira-
bigua pero sin verdaderas oposiciones, se da crítica hacia el ambiente en el que se en-
lleva significativamente bien con las leyes cuentra; sobre todo, que advierta su partici-
del mercado: silenciamiento de los conflic- pación dentro de la institución museo o gale-
tos ideológicos, de clase, de género; elimi- ría, lo que le permitiría visualizar y poner en
nación de todo criterio de valor que no sea cuestión, desde diferentes dimensiones, la
económico o estadístico. convención del arte como hecho “separado”
o “aislado” de la vida. Entre otros, los blan-
Ecologías Relacionales cos de esta crítica han sido la producción de
Después de describir una obra de Tiravanija objetos vendibles para el mercado del arte
consistente en una estantería metálica y (la instalación era un caso perfecto de arte
una enorme olla con agua hirviendo, a cuyo invendible), la centralidad del artista como
alrededor aparecen desparramadas cajas productor del sentido y la naturalidad con
de cartón con sopas chinas deshidratadas que las instituciones reproducen las mismas
que el espectador puede prepararse, Bou- reglas y los mismos valores que el “conteni-
rriaud se pregunta: “¿Escultura? ¿Instala- do” de las obras cuestionan (para dar sólo
ción? ¿Performance? ¿Activismo social?” un ejemplo, la conversión de la cultura en re-
12> Cf. Fernández Vega, José: Lo art?”, Claire Bishop ha argumentado que específico, lo cual es la condición para
contrario de la infelicidad, Buenos Aires, es precisamente la presencia del establecer convenciones que permitan,
Prometeo, 2007, especialmente los espectador el rasgo que permite primero, construir criterios para evaluar
capítulos 1 y 2 (la cita es de la p. 39). identificar el medio específico del arte de sus logros y, segundo, entablar con ellas
13> Cf. Foster, Hal: “Funeral para un instalación. Se ha enfrentado así a críticos tensiones que permitan la práctica
cadáver equivocado”, en Milpalabras nº 5, como Rosalind Krauss, para quien la autorreflexiva. Bishop, Claire: “But is it
Buenos Aires, otoño de 2003, p. 40. diversidad de medios utilizados en la installation art?”, en Tate etc. vol. 1; núm.
14> En su artículo “But is it installation instalación impide identificar un medio 3, primavera de 2005, pp. 26-35.
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curso económico, una tendencia visible en la dos de vinculación”, el mejor “arte relacional”
proliferación tanto de “gift shops” dentro de sería aquella rama de la instalación16 que ha-
los museos como de “espacios de arte” en ce funcionar ese antagonismo o esa fricción
cafés, teatros, shoppings, restaurantes, etcé- requiriendo de aquel que hasta ese momento
tera). Dos, que mediante la inmersión en la se concebía como espectador una actividad
obra, el espectador pueda participar en una no solamente intelectual, perceptual o cogni-
experiencia intensa de producción de senti- tiva, sino una participación corporal, una rela-
do, en oposición a la experiencia supuesta- ción material (aunque sea temporalmente efí-
mente pasiva y narcotizante de la gran ciu- mera) con la hasta entonces llamada obra,
dad y de los géneros más burdos de los me- con el artista y con los otros espectadores. Si
dios de comunicación de masas. además lo pone en juego para crear nuevas
Para decirlo con las palabras del artista situaciones, nuevos estados de cosas en el
ucraniano Ilya Kabakov: “El actor principal mundo, podríamos decir entonces –parafra-
de la instalación, el centro principal al cual seando a Reinaldo Laddaga y sus “ecologías
todo se dirige, hacia el cual todo está inten- culturales”17– que estamos en presencia de
cionado, es el espectador”15. Ahora bien, esa “ecologías relacionales”.
orientación al espectador tiene la forma de El “arte relacional”, como subgénero y a la
una tensión. Se le reclama que preste una vez profundización de la instalación, requie-
atención cuatro veces vigilante: respecto del re que el espectador traspase la distancia
artista (que ya no es la única ni principal que habitualmente presuponemos como
fuente del sentido), respecto del ambiente o propia de lo visual y que ponga en juego lo
la institución (que ya no es un supuestamen- corporal como “material” o “medio” que
te neutro y sacralizado “palacio de las mu- constituye la obra. Y puede hacerlo en al
sas”), respecto de la obra (que ya no sólo menos cuatro niveles de intensidad.
“representa” un tema sino que lo presenta El primero le exige “entrar” literalmente en
como situación a atravesar) y también res- la obra (exigencia que, como vimos, es co-
pecto de sí mismo (ya no va a “recibir” una mún a todas las obras de instalación). Des-
iluminación: debe disponerse a vivir una ex- de esta perspectiva, toda obra de instala-
periencia intensa, incluso incómoda, en tan- ción tiene un componente relacional, aun-
to que debe extraer el sentido de la obra de que en este nivel no cabría hablar todavía
su capacidad de apropiarse del espacio que de “arte relacional” en sentido estricto.
recorre y los objetos que lo rodean). Ejemplo de esto sería “La menesunda”, que
De todo esto podemos sacar una primera presentaron Marta Minujín y Raúl Santanto-
conclusión: si, como dice Bishop, “la mejor nín en el Instituto Di Tella en 1965.
instalación está marcada por un sentido del El segundo nivel implica que, si quiere ex-
antagonismo hacia el ambiente, una fricción traer algún sentido de ella, el espectador de-
con su contexto que resiste la presión organi- be hacer uso del espacio y de los materiales
zacional y, en cambio, ejerce sus propios mo- que tiene a disposición; aquí ya se ingresa
15> Citado por Bishop, op. cit. contenidos culturales”) y las muestras de las experiencias preceptuales (el Op Art) y
16> Otras ramas que señala Bishop han “artista-curador”, donde el énfasis se la que sale fuera de museos y galerías
sido una variante artística del diseño de desplaza hacia el diseño del para tomar “espacios públicos” (desde el
interiores, donde el énfasis se desplaza emplazamiento, la ubicación y la vito dito de Alberto Greco hasta las obras
hacia el diseño de espacios agradables selección de las obras. Cabe pensar de Krzysztof Wodiczko).
(Bishop menciona a Jorge Pardo, donde también en, al menos, otras dos ramas: la 17> Laddaga, Reinaldo: Estética de la
la propuesta “tiene más que ver con la de la estimulación de la conciencia emergencia, Buenos Aires, Adriana
experiencia de estilos de vida que con perceptiva del espectador, que enfatiza Hidalgo, 2006.
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en un primer nivel de “relación” o “interac- una mezcla que no disuelve, sino que más
ción” con la obra. Entre los casos que men- bien acentúa las tensiones entre los signifi-
ciona Bourriaud, el “Proyecto Masaje” e in- cados involucrados. O bien ambas cosas,
cluso el “Tourguide” de Christine Hill son como podría ser el caso del Siluetazo.20
ejemplos de este nivel18, uno de cuyos ras- Un cuarto nivel podría eventualmente incluir
gos es que la “obra”, si bien irrepetible en que esa “transformación perdurable” no se
esencia, puede de todos modos desmontar- refiera sólo a la obra, sino a un ámbito “exte-
se y remontarse en diferentes espacios; pue- rior” a ella (con lo que adquiere validez la ob-
de trasladarse y “volver a suceder”.19 servación de Bourriaud según la cual la “es-
El tercer nivel se produce en dos posibles tética relacional” se ocupa sobre todo de las
ocasiones: o bien (a) mediante su acción el relaciones “externas” al mundo del arte)21.
espectador altera la obra de manera perdu- Este cuádruple pasaje, al mismo tiempo
rable, incluso irreversible; o bien (b) la obra elemento formal (ingreso de cuerpo físico
tiene lugar en una especial coordenada del del espectador en la obra para que esta se
espacio-tiempo que hace del acontecimien- produzca) y objetivo o valor crítico-político
to algo absolutamente irrepetible (la obra (exigencia de una acción concreta por parte
relacional entra entonces en una zona linde- del espectador que implique una colabora-
ra a la conmemoración); es el caso de la ción sustantiva con el artista y con los otros
obra de Parreno que mencionábamos al espectadores-colaboradores, en el sentido
principio, donde el espacio habitado está de una transformación perdurable, aun irre-
asociado a un momento particular: es un in- versible), podría constituir un principio de
terior de una fábrica, se conmemora el 1º identificación del “arte relacional” en el vas-
de mayo y lo que los espectadores hacen to conjunto del arte de instalación.
es en realidad convertirse en artistas-traba- Poniendo a prueba la caracterización, diría
jadores que en su día realizan un hobbie, en que un ejemplo sencillo de “arte relacional”
18> Otro ejemplo de este nivel de tienen algo de irrepetible. La diferencia Mayo el 21 de septiembre de 1983, día del
implicación son las instalaciones o fundamental entre ellos radica en que en estudiante, aún en tiempos de dictadura
“arquitecturas relacionales” del artista esta última el eje lo constituyen las […] El procedimiento fue iniciativa de tres
mexicano Rafael Lozano-Hemmer, como acciones de un individuo o un grupo, artistas visuales (Rodolfo Aguerreberry,
la titulada “Frecuencia y volumen” (2005), mientras que en la instalación el eje Julio Flores y Guillermo Kexel) y su
donde un sistema de seguimiento habitualmente está en el modo en que el concreción recibió aportes de las Madres,
computarizado detecta las sombras de público habita, ocupa, recorre u explora las Abuelas de Plaza de Mayo, otros
los participantes, que se proyectan en un cierto espacio. Por otro lado, la organismos de derechos humanos,
una escala de entre 100 y 800 metros performance no necesariamente requiere militantes políticos y activistas” (en
cuadrados. Las sombras escanean las que el espectador “entre” en la obra: Longoni, Ana y Bruzzone, Gustavo: El
ondas con su presencia y posición, y su puede permanecer como espectador, Siluetazo. Buenos Aires, Adriana Hidalgo,
tamaño controla el volumen de la señal. como en las obras antes comentadas de 2008, p. 7). A esa primera jornada
Es posible sintonizar una gran variedad Beecroft. siguieron otras dos, en diciembre de 1983
de frecuencias, incluyendo tráfico aéreo, 20> En la Argentina se llamó Siluetazo a y marzo de 1984. En este ejemplo,
FM, AM, celular y radionavegación. Se una práctica artístico-política que consistió aparece en primer plano ese deslizamiento
escuchan hasta 16 canales simultáneos y en el trazado de la forma vacía de un hacia la conmemoración e incluso el ritual
el sonido generado es una composición cuerpo a escala natural sobre papeles. que mencionábamos recién, lo que a
dirigida por los movimientos de las Estos se pegaban después en las paredes primera vista parecería contradecir el
personas. “Esta pieza –dice el autor– de la ciudad, y la acción tenía el sentido de principio de “irrepetibilidad” de la obra o
investiga el espacio radioeléctrico y representar “la presencia de una práctica relacional de nivel tres. Sin
convierte al cuerpo en antena.” Ver ausencia”: la de los detenidos- embargo, aquello que se conoce con el
www.lozano-hemmer.com. desaparecidos durante la última dictadura nombre de Siluetazo es justamente el
19> Tanto el arte de instalación como la militar. Tal como escribe Ana Longoni, “el conjunto de las tres jornadas, que
performance ponen el acento en el hecho inicio de esta práctica puede situarse constituyen una misma obra.
de que ocurren en un lugar determinado y durante la III Marcha de la Resistencia 21> Cf. Bourriaud, N., Estética relacional,
durante un tiempo concreto, y por lo tanto convocada por las Madres de Plaza de p. 35.
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tístico está dado de manera fundamental que consiste en una forma de actuación que
por el hecho de que quien las organiza es produce nuevos estados de cosas, la “obra”
un artista reconocido. En este punto, la ten- es en realidad un plan de acción).
sión de la “forma rebelde” (rebelde, supon- Desde ya, cada estudio de caso obligará a
gamos, respecto de los vínculos anónimos analizar el particular (des)equilibrio entre es-
y las relaciones a distancia, o siguiendo a tas diversas dimensiones de la obra. Y una
Bourriaud, respecto de “la generalización teoría más acabada del arte relacional debe-
de las relaciones proveedor/cliente en to- rá atender a su lugar en la crisis del régimen
dos los niveles de la vida humana”, p. 104) estético de las artes, lo cual incluye una in-
se debilita frente al hecho de que se trata dagación, entre otras cosas, sobre (a) el pa-
de reuniones celebradas en espacios por pel de la ironía, la parodia, la indeterminación
completo protegidos e institucionales, para del sentido, en el contexto de la crisis de la
un grupo de afinidades preexistente, lo que “forma rebelde” y (b) el estatuto (si descripti-
las vuelve indiferenciables del vernisagge vo, si normativo o si decididamente político)
que suele acompañar una inauguración: un de lo “relacional”, que se vincula con la exi-
dispositivo de encuentro no demasiado in- gencia mencionada por Bourriaud de “corre-
genioso para reunir personas que de todos gir las fallas del lazo social” (!)22. Porque si al-
modos se encontraría en ese mismo lugar. go debería temer cualquier forma de arte es
Más allá de las debilidades que sin duda tie- convertirse en una práctica compensatoria.
ne este primer esbozo de definición, le en- Una práctica que, en ausencia de una verda-
cuentro la ventaja de que permite despejar dera política relacional, se apresure a asumir
la confusión entre la dimensión del conteni- la nueva distribución de las tareas en el or-
do (el hecho de que las obras tematizan las den consensual identificándose como un
relaciones sociales contemporáneas), la di- “programa angelical” que tiene como misión
mensión formal o de estructura (el hecho de “zurcir pacientemente la trama de relacio-
que la obra exige que el espectador ingrese nes”.23 Un arte tan pacífico, tan terapéutico,
físicamente en ella para que ella “ocurra”) y difícilmente pueda crear un sensorium más
la dimensión performativa (el hecho de que, rico, más tenso y paradojal, hecho tanto de
en la medida en que la obra no sólo exige deseables acercamientos como de necesa-
que el espectador actúe dentro de ella sino rias, indeclinables distancias.24
22> Ídem, p. 42. fue leído en las jornadas Los Estudios realizadas en el Instituto Walter Benjamin,
23> Ídem, p. 42. Visuales. Estéticas de lo Interactivo: de la Buenos Aires, mayo de 2008.
24> Este texto, con leves modificaciones, contemplación a la “experiencia”,
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