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Muñecas pandóricas1
Teresa López-Pellisa
Universidad de las Islas Baleares
2 Haraway, D. (1991): «Manifiesto para cyborgs: ciencia, tecnología y feminismo socialista a finales del siglo
XX». En Haraway, D. Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza. Madrid: Cátedra, 1991 y Las
promesas de los monstruos. Ensayos bore ciencia, naturaleza y otros inadaptados. Barcelona: Holobionte ediciones,
2019.
3 Braidotti, R. Lo Poshumano. Barcelona: Gedisa, 2015.
4 Braidotti, R. op. cit.
5 Haraway, D. op. cit. 1991, p. 253.
9 Véase De Lauretis, T. «La tecnología del género», Technologies of Gender. Essays on Theory, Film and Fiction.
Londres: Macmillan Press, 1989.
10 Véase López-Pellisa, T. op. cit. 2012, 2015 y 2018.
15 Hesíodo. Teogonía. Trabajos y Días. Escudo. Certamen. Madrid: Alianza Editorial, 1997, p. 60.
16 Mulvey, L. «Placer visual y cine narrativo», Eutopías, vol. 1., 1975, disponible en http://www.scribd.com/doc/
29042823/ Laura-Mulvey-Placer-Visual-y-Cine-Narrativo [Consultado: 3 de febrero de 2011].
17 Butler, J. El género en disputa. El feminismo y subversión del a identidad. Barcelona-Buenos Aires-México: Pai-
dós, 2007.
18 De Lauretis, T. op. cit. pp. 1-30.
19 Mesa Gancedo, D. Extraños semejantes. El personaje artificial y el artefacto narrativo en la literatura hispano-
americana. Zaragoza: Prensa Universitaria de Zaragoza, 2002.
20 Lotman, I. «Los muñecos en el sistema de la cultura». En: La semiosfera III. Semiótica de las artes y de la cul-
tura. Valencia; Cátedra, 2000, pp. 97-112.
21 Mesa Gancedo, D. op. cit. p. 92.
22 Rueda, A. Pigmalión y Galatea: Refracciones modernas de un mito. Madrid: Espiral Hispano Americana, 1998,
p. 347.
espíritu»28. Por lo que el cierre irónico del relato nos permite com-
probar que las mujeres no se pueden liberar de su función de obje-
to sexual, madres y amantes, ya que estos artefactos pueden
sustituir a las mujeres reales-biológicas, pero continúan teniendo
la misma función simbólica y están sometidos al deseo y al con-
trol masculino (para cuyo público se publicitan).
Si la sexualidad impuesta por el imperio heteropatriarcal ha
dado lugar a un binarismo arbitrario y desigualdades entre los
roles de género, se impone la necesidad de un Manifiesto contra-
sexual como el propuesto por Paul B. Preciado en el que nos dice
que: «La contra-sexualidad supone que el sexo y la sexualidad (y
no solamente el género) deben comprenderse como tecnologías
socio-políticas complejas: que es necesario establecer conexiones
políticas y teóricas entre el estudio de los aparatos y los artefac-
tos sexuales»29 tal y como se refleja en el cuento «Kitzka 2.1» del
escritor mexicano Naief Yehya30. En este relato el motivo de la
muñeca tamaño natural aparece para subvertir la función del cuer-
po femenino como fetiche heteropatriarcal, proponiendo una
muñeca transexual multiuso para todo tipo de cuerpos y sexua-
lidades, en un mundo donde un estudio de mercado ha deduci-
do que será un gran éxito debido a la «evolución psicosexual de
la especie», de modo que es una empresa la encargada de formar
(y conformar) la neo(sex)sociedad del futuro. El modelo de muñe-
ca TS supera el modelo estándar de simdroids porque está pen-
sada para aquellas personas que «han perdido el interés por la
dicotomía sexual. Los tiempos de la polaridad genital han pasa-
do y nuestro trabajo ahora es hacer la transición más amable. Es
el orden de los tiempos. No vamos a oponernos a la evolución
natural de la sexualidad»31.
Mujeres Virtuales
El fantasma es un monstruo clásico; es el alma o el espíritu de un
muerto que se manifiesta entre los vivos de forma perceptible, y
por tanto, nos aterra y lo consideramos un monstruo. Suelen apa-
recer como sombras, imágenes difuminadas o como nebulosas
antropomórficas inmateriales y transparentes. La tecnología nos
permite reproducir las imágenes de seres que ya han fallecido y,
de hecho, el propio Thomas Alva Edison pretendía conquistar la
naturaleza a través de sus reproductores de imágenes para triun-
far sobre la muerte y consideraba que el cinematógrafo daba la
sensación de vida. Las teorías pseudocientíficas que impregnan la
literatura fantástica de finales del siglo XIX, y la relación de escri-
tores como Edgar Allan Poe con el mesmerismo, así como con el
espiritismo, generaron un caldo de cultivo ideal para las relacio-
nes entre las apariciones fantasmagóricas, el terror y lo pseudo-
tecnología en la literatura de la época. La mayoría de las creaciones
de mujeres virtuales surgen como un producto de la tecnología
cinematográfica que reproduce en el espacio real las imágenes de
las anheladas actrices de teatro, de ópera o de Hollywood. En El
castillo de los Cárpatos (1892) de Julio Verne, una máquina de pro-
toholografía succionaba la vida de la cantante Stilla para proyec-
tar eternamente su espíritu en el castillo del varón Gortz. Igual
que la captación de la imagen, a través de la técnica pictórica, suc-
cionaba la vida del original en «El retrato oval» de Edgar Allan
45 Véase López-Pellisa, T. op. cit. 2018, «El síndrome de Pandora en las mujeres artificiales de José María
Merino...»
46 Vinge, V. «What is The Singularity?», 1993. Disponible en https://www.cp.eng.chula.ac.th/~fyta/213/Read-
ingList/Vernor%20Vinge%20-%20Singularity.pdf [Consultado: 8 de abril de 2018].
47 Vinge, V. op. cit. s.p.
48 Roas, D. Tras los limites de lo real. Madrid: Páginas de Espuma, 2011, p. 34.
49 Roas, D. op. cit. pp. 88-89.
57 Preciado, P. B. «Multitudes queer. Notas para una política de los “anormales”», Revista Multitudes, nº 12,
París, 2003, p. 157.
58 Preciado, P. B. op. cit. 2003, p. 163.