Está en la página 1de 2

Confianza

Después de varios años en el camino del Evangelio del Señor, estoy convencido que el
Espíritu Santo nos ha estado poniendo muy en claro que todas nuestras oraciones son totalmente
en vano a no ser que oremos en fe. La pregunta que sobresale, es: ¿Es que se puede orar de otro
modo?

No lo sé, sólo observa a tu alrededor. Y no estoy hablando del mundo secular. Porque tú
puedes llorar, ayunar, interceder, agonizar y afanarte en oración, y no hacer ningún impacto en el
Señor – a no ser que hagas todo esto con una fe simple, como la de un niño. Sin fe, Dios no actuará
en nuestro beneficio.

La Palabra dice, No piense, pues, quien tal haga [el que duda], que recibirá cosa alguna del
Señor (Santiago 1:7). El Señor nos manda a confiar en él. Pero muy a menudo tenemos muy poca
confianza en él, limitada fe en su buena disposición y deseo de contestar el clamor de nuestro
corazón.

Cuando llegues al cielo, estarás asombrado de descubrir todas las bendiciones, paz y
poder que tenías a tú disposición pero que no llegaste a apropiarte por causa de una débil fe.
Estoy convencido que en este tiempo, tú estás siendo movido grandemente por el Espíritu Santo a
desafiarlo a aumentar tu fe.

Pídele al Señor que perdone tu incredulidad y que llene tu alma con confianza en la
disposición que él tiene de responder abundantemente a sus sinceras oraciones. ¿Quieres una fe
aumentada? Cuando vayas a orar nuevamente, usa las siguientes Escrituras para entrar en razón
con el Señor. Él no negará su propia Palabra. Aprópiate de éstas:

Salmo 62:8

Salmo 91:4

Salmo 56:3

Proverbios 30:5

Jeremías 29:10-14

¡Sigue agarrándote de tu fe! Él te contestará y pronto. ¿Necesitas que siga escribiendo


sobre esto para aceptarlo? Quizás, porque todos los fines de semana las iglesias se llenan de
predicadores que demandan de los cristianos obediencia a Dios, eliminación de pecado y una serie
de cosas más que resultarían más que obvias si el Espíritu Santo estuviera siendo, de verdad,
nuestro único guía a toda verdad.

Tan obvio como decir que debes orar con fe o no recibirás absolutamente nada. No
analices, no examines, olvida a Grecia y su intelectualismo. Sólo ten confianza, y tu confianza no
será defraudada.

También podría gustarte