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En el tema anterior (TEMA 9) nosotros hemos venido explicando todo lo que ocurre en la FASE

ALEGATORIA del Procedimiento ordinario: demanda, admisión, emplazamiento, cuestiones


previas, contestación, reconvención, y cita de terceros.

Ahora bien, una vez finalizado el lapso de emplazamiento queda CERRADA LA FASE ALEGATORIA
y COMENZARÁ LA FASE PROBATORIA con la apertura automática por mandato de la ley del lapso
de promoción de pruebas, de 15 días de despacho. Luego vendrá un breve lapso de 3 días de
despacho para hacer oposición a la admisión de las pruebas promovidas por la contraparte, luego
vendrá otro breve lapso también de 3 días de despacho para que el tribunal decida sobre si admite
o no la pruebas promovidas por las partes, y luego viene un lapso de 30 días de despacho, el más
largo del proceso, para que las partes evacuen sus pruebas promovidas y admitidas por el
Tribunal. Así se esquematiza o resumen la fase probatoria.

Una vez que termina esa fase probatoria, vendrá la última fase del proceso de cognición o
conocimiento que no es otra que LA FASE DECISORIA.

Tema 10

Nótese entonces que en Derecho Procesal Civil II no tenemos en el programa o temario ningún
tema referido a la explicación de la fase probatoria. La carencia quizás se deba al hecho que todo
lo referido a las pruebas y al Derecho Probatorio en general lo veremos luego en otra asignatura,
Pruebas, en el décimo semestre.

Hago este extenso comentario porque quiero que sigan el hilo procedimental adecuado. Cuando
pasamos del tema 9 al tema 10 estamos dando un "salto" desde la fase alegatoria a la fase
decisoria sin pasar por la explicación de la fase probatoria. Eso deben tenerlo presente. Cuando ya
estamos en la fase decisoria es porque las partes han realizado todos sus alegatos y luego
incorporado las pruebas correspondientes.

Una vez que finaliza la fase probatoria con la terminación del lapso de 30 días de evacuación de
pruebas, inicia la fase decisoria. Si bien en esta fase el acto procesal más importante es la
sentencia del juez (lo cual ya debieron haber estudiado bien en Procesal Civil I), no es menos cierto
que las partes aún pueden realizar importantes actuaciones procesales.

Una esquematización sencilla de esta fase sería ésta: finalizado el lapso de evacuación de pruebas,
comenzará a computarse un término del 15º día de despacho siguiente para que las partes
presenten un informe cada una. Luego vendrá un lapso de 8 días de despacho para que las partes
presenten sus observaciones al informe de la parte contraria. Esas observaciones también suelen
ser denominadas en la práctica forense como contra informe. Y luego de finalizado los 8 días de
dicho lapso comenzará a computarse el lapso de 60 días continuos para que el juez dicte
sentencia.

El fundamento legal de esta estructura básica de la fase decisoria, así como otras cosas que
comentaremos luego, lo hallarán en el CPC en sus arts. 511 a 515, ambos inclusive.

De lo dicho anteriormente destacan entonces dos actuaciones básicas de las partes en la fase
decisoria: LA PRESENTACIÓN DE LOS INFORMES y LA PRESENTACIÓN DE LAS OBSERVACIONES al
informe de la parte contraria.

Ya en momentos explicaré en que consisten ambos. Pero, además, hay otras actuaciones que
pueden realizarse en esta etapa antes del juez sentenciar, y que son poco comunes, como es el
caso de la constitución del tribunal con asociados y el del dictado de los autos para mejor
proveer.

Los informes que presentan las partes son una especie de "proyecto de sentencia", un resumen o
síntesis de cómo ha quedado planteada la controversia, de los alegatos realizados y las pruebas
aportadas, una síntesis escrita en la que cada parte explicará al tribunal las razones por las cuales
se supone que deberá sentenciar a su favor y en contra del adversario. Por lo general se realiza
(aunque el CPC no dice cómo) siguiendo la estructura de una sentencia y sus tres partes clásicas.
Por eso la doctrina suele calificarlos como un "proyecto de sentencia".

Los informes sirven para realizar un equivalente a los alegatos de cierre de un proceso oral.
Hechos de cara a significar el trabajo de decisión del juez recordándole lo que ha venido
ocurriendo en el proceso.

Es importante destacar también que con los informes es posible presentar instrumentos públicos
de los que no son fundamentales a la demanda, tal y como se desprende del texto de los arts. 434
y 435 CPC.

La jurisprudencia permite realizar alegatos de hechos sobrevenidos y deberán ser revisados por
el juez siempre que esos alegatos sobrevenidos afecten al orden público. De lo contrario el juez
no estará en la obligación de pronunciarse sobre ellos porque serían alegatos extemporáneos.
Recuérdese que estamos ya en fase decisoria y que el art. 364 CPC no permite nuevos alegatos
una vez prelucida la oportunidad para contestar la demanda.

Por ese mismo motivo con los informes no pueden hacerse valer defensas o excepciones que no se
hicieron valer en la contestación de la demanda. Salvo la excepción ya dicha que reconoce la
jurisprudencia.

Como he mencionado antes los informes se presentan en un término del 15º días de despacho
siguiente a la finalización del lapso de evacuación de pruebas. No es obligatorio presentarlos, por
tanto si alguna de las partes no los presenta no tienen sanción alguna más allá del hecho de haber
perdido la oportunidad magnífica para consignarlos como su cierre.

Una vez verificado dicho término y habiendo presentado informes alguna o ambas partes, se abre
un lapso de 8 días de despacho para las observaciones. Tanto el informe como las observaciones
se hacen por escrito. Las observaciones no son más que una especie de réplica o control sobre o
respecto al informe del adversario, para hacer valer o destacar lo que se crea conveniente en
contra de ese informe: sus errores, tergiversaciones, falsedades, imprecisiones, etc.

Si una parte no presenta informe, obviamente que la contraria no podrá hacer observaciones.
Pero si una parte presenta informe, la contraria podrá hacer todas las observaciones que crea
convenientes, aún y cuando ella misma no haya presentado informe alguno.

Ahora bien, si ninguna de las partes presentó informe, entonces no sé procederá a abrir lapso
alguno para hacer observaciones porque no tendría sentido alguno. Y así se pasaría del término
de presentación del informe al lapso para sentenciar.

Luego de finalizado el lapso de las observaciones, si lo hubiere, comenzará el lapso para el juez
dictar sentencia. En el procedimiento ordinario ese lapso es, como saben, de 60 días continuos. Si
el Tribunal dicta sentencia pasado ese lapso, deberá notificar a ambas partes porque ya ninguna
estaría a derecho. Y sólo a partir de la constancia en autos de la notificación de la última de ellas
comenzará a correr el lapso para apelar la sentencia.

No se confundan con el art. 515 cuando dice que el lapso para sentenciar comienza luego de
presentados los informes. He visto Abogados en ejercicio equivocarse horriblemente con eso. El
lapso para sentenciar comienza luego de finalizado el lapso de las observaciones si las hubiere. Eso
por aplicación del principio de preclusión Procesal. Además fue aclarado por una vieja sentencia
de casación civil de la CSJ al poco tiempo de ser promulgado el CPC y que muchos ignoran...

La constitución del tribunal con asociados.

Se trata de una interesante posibilidad que casi nunca se usa en la práctica. Veamos. Como creo
que todos saben a estas alturas en materia civil, en Venezuela, los tribunales son unipersonales.
Salvo la sala de casación civil del TSJ que funciona como un tribunal colegiado.

Ahora bien el CPC da a la parte que así lo quisiere la posibilidad de solicitar que un tribunal
unipersonal se constituya en un tribunal colegiado, con varios jueces. Ello puede hacer ante los
tribunales de primera instancia y los Superiores pero no en municipio. Y es lo que se denomina a
Constitución del tribunal con Asociados. Lo hallarán mencionado apenas por el art. 511 CPC, pero
está desarrollado por allá por los arts. 118 y siguientes. Haré un breve resumen al respecto.
Ustedes leerán esos artículos y luego se lo sabrán mejor que yo. El asunto en forma sencilla es
éste: la parte que quiera que el tribunal pase a ser colegiado deberá solicitar que se constituya con
asociados. Dicha solicitud deberá hacerla dentro de los 5 días de despacho siguientes a la
finalización del lapso probatorio. Si fuere el caso entonces el cada parte deberá presentar una lista
de tres Abogados que reúna los requisitos para ser juez en el tribunal del cual se trate, con sus
respectivas cartas de aceptación. Se procederá entonces a sortear y escoger uno de cada lista. Y
ahí están los dos asociados. Ellos dos, junto con el juez de la causa, constituirán el tribunal que
ahora tendrá 3 jueces. Todo eso debe constar en autos. Y los asociados tienen que juramentarse.

Un punto muy importante es que el solicitante deberá consignar los honorarios profesionales de
los dos asociados por adelantado ante el Tribunal. De lo contrario no se constituirá con asociados.
Eso hace que en la práctica se le vea poco.

Cuando el tribunal se constituye con asociados, deberán decidir los tres. Se nombra un ponente
que redactará la sentencia y los demás la suscribirán si están de acuerdo. Quien no lo esté salva su
voto. Se impone la mayoría.

Por supuesto que deben tener presente que una vez constituido con asociados, luego de eso será
cuando comience a correr el término del 15º día para presentar el informe, luego los 8 para las
observaciones y luego los 60 para sentenciar.

Hablábamos la clase anterior respecto a esos casos curiosos y escasos en los que alguna de las
partes solicita al Tribunal que se constituya con asociados, pasando de ser un tribunal unipersonal
a ser un Tribunal colegiado.

Y cerramos explicando que si se solicita tal constitución, primero deberá procederse según los arts.
118 y siguientes CPC y luego de constituido el Tribunal con asociados se procederá con la
continuación de la fase decisoria con el término para la presentación del informe.

Ahora bien, hay otra interesante figura propia de esta etapa decisoria y que tiene que ver con la
posibilidad que el legislador le brinda al juez para ordenar de oficio la realización de actividades
probatorias. Esa circunstancia es excepcional en el actual CPC en el que priva el principio
dispositivo. Pero como la ley faculta aquí expresamente al juez, éste perfectamente podría
ordenar la realización de esas actividades probatorias de oficio.

Hay dos tipos de actividades probatorias que de oficio puede ordenar el juez: la primera se
denominan diligencias probatorias de oficio, y se hallan establecidas en el texto del art. 401 CPC;
y, la segunda, se denomina autos para mejor proveer, y se halla establecida en el texto del art.
514 CPC. Como ambos artículos se parecen muchísimo, es muy común que muchos Abogados los
confundan y a ambos los llamen como "autos para mejor proveer", pero ello es una imprecisión
terminológica. Autos para mejor proveer son sólo los del art. 514 CPC. Los del art. 401 CPC son
actividades probatorias de oficio. No voy aquí a transcribirlos. Ustedes los leerán. Pero si voy a
hacerles algunos planteamientos interesantes al respecto.

Lo primero es destacar de la lectura de los dos artículos que cada una de esas instituciones tienen
su propia oportunidad procesal en distintos momentos de la fase decisoria, lo cual podrán
constatar al leer el encabezado de cada uno de dichos artículos. Mientras las diligencias
probatorias de oficio deben ser ordenadas al finalizar el lapso probatorio, los autos para mejor
proveer lo son después de los informes.

En segundo lugar, el contenido. Los dos artículos son casi iguales, como les decía, pero el 401 tiene
cinco ordinales y el 514 sólo cuatro. El contenido del ordinal 3º del art. 401 (referido a la prueba
de testigos) no está en el 514.

En tercer lugar hay ciertas reglas comunes muy importantes a considerar. Así, cuando el juez
ordena la realización de cualquier actividad probatoria debe hacerlo con base en lo que exista ya
en el proceso. Es decir, un juez no puede ordenar de oficio hacer una prueba que no tenga ningún
tipo de base en algo que conste en el proceso. La razón es simple: el juez no puede usar su
conocimiento privado para nada en el proceso, tiene que basarse en sus decisiones en lo alegado y
probado en autos.

Luego, si el juez va a ordenar la realización de alguna de esas actividades probatorias, no puede


nunca suplir la prueba que le correspondía a una parte aportar al proceso y que por negligencia no
la aportó. De lo contrario, estaría actuando en forma parcializada ayudando a la parte que debía
aportar la prueba y que fue negligente en ello.

Además hay que recordar que cualquier actividad probatoria oficiosa que el juez ordene realizar
podrá ser controlada por las partes, en beneficio al derecho a la defensa, y que los costos
económicos de dichas pruebas serán sufragados por las partes de por mitad. Es decir, cada una
pagará el 50% del costo de la prueba ordenada.

Este tipo de actividades probatorias de oficio puede ser ordenadas por cualquier juez civil, desde
municipio hasta los Superiores.

La idea de ellas es que, al estar el proceso en la etapa final y faltar sólo la decisión del juez, si éste
albergase aún alguna duda respecto a lo alegado y probado, pueda tener alguna herramienta legal
que le permita superar esa duda, y obtener la convicción necesaria para decidir.

En la práctica son poco usadas estás figuras. Hay varias razones para ello, una es que los jueces
muchas veces no saben cómo usarlas, otra es que al usarlas se exponen automáticamente a los
ataques justificados o no de la parte que se sienta perjudicada por la práctica de esas pruebas,
porque considerará que el juez se parcializó con el adversario, lo cual necesariamente no ha de ser
así.

Finalmente me permito señalar que los arts. 401 y 514 CPC son artículos que tratan de recoger y
sistematizar disposiciones dispersas en nuestro ordenamiento jurídico. Hay otros artículos del
Código Civil, por ejemplo, que permiten al juez ordenar ciertas pruebas de oficio... el CPC recogió
muchos de esos mandatos dispersos y los ordenó en los dos artículos mencionados.

No obstante, otra regla básica para estas actividades probatorias de oficio es que el juez no puede
ordenar realizar actividades probatorias de oficio que no estén señaladas en la ley. No podrá
ordenar que se realice la actividad probatoria que a él mejor le parezca. No. Sino que sólo podrá
ordenar las actividades probatorias que la ley le faculta en alguna norma.

El tema 11

versa sobre el procedimiento se segunda instancia.

Con el tema 10 dijimos que el juez tiene un lapso de 60 días continuos para sentenciar. No
corresponde a nuestro curso indagar detalles sobre la sentencia porque eso es materia de estudio
en Derecho Procesal Civil I, concretamente en el tema 9 del programa, el cual recomiendo que
repasen. Igual estoy a la orden para aclarar cualquier duda al respecto.

Cuando una de las partes no está de acuerdo con la decisión o se ve afectada por ella puede
impugnarla a través del ejercicio de recurso de apelación. Tampoco es objeto de estudio de este
curso dicho recurso básico porque ello se ve en Derecho Procesal Civil I, concretamente en el tema
11, el cual también recomiendo que repasen.

Una vez que la parte interesada y legitimada por la ley para apelar lo hace dentro del lapso legal
establecido para ello, se procederá a escuchar o no la apelación. Si se escucha en uno o en ambos
efectos se generará el procedimiento de segunda instancia. Por tanto, el presupuesto de
procedencia del procedimiento de segunda instancia es que una o ambas partes apelaron la
sentencia definitiva de primera instancia. Actualmente ese procedimiento de segunda instancia se
lleva siempre ante el denominado Tribunal Superior de la circunscripción judicial de la cual se trate
(Anzoátegui, Sucre, Monagas, Zulia, etc.).

En Venezuela la Constitución garantiza a la parte perdedora la posibilidad de recurrir el fallo


adverso. Y eso se materializa a través del principio de la doble instancia. Hay, por tanto,
actualmente en nuestro país, dos instancias. Les recuerdo que Casación no es una instancia.

Entonces tiene que haber habido una apelación que haya sido escuchada en uno o ambos efectos
para que se inicie el procedimiento de segunda instancia ante el Tribunal Superior de la
circunscripción judicial de la cual se trate según la competencia territorial. En Anzoátegui, por
ejemplo, sólo hay tribunales superiores en materia civil y mercantil en Barcelona y en El Tigre.

Ahora bien, atención con esto... El CPC permite la apelación de las sentencias definitivas y de las
interlocutorias que causen un gravamen irreparable.

EL LEGISLADOR HA ESTABLECIDO ENTONCES DOS PROCEDIMIENTOS DE SEGUNDA INSTANCIA.


Uno para Sustanciar Las Apelaciones De Las Sentencias Definitivas y otro para Sustanciar Las
Apelaciones De Las Sentencias Interlocutorias Que Causan Gravamen Irreparable. Por tanto,
encontrarán dos procedimientos, aunque ambos son muy parecidos porque tienen la misma
estructura procedimental. Ya iré a eso luego.
Dicho lo anterior, y antes de entrar en aspectos técnicos, hallarán todo lo relacionado con el
procedimiento de segunda instancia en los arts. 516 a 522 CPC.

Comencemos por establecer cual es la estructura de esos dos procedimientos de alzada, que son
casi iguales:

1) Se reciben las actuaciones en la alzada. Si se apeló una sentencia definitiva se remite el


expediente completo en original porque la apelación se escucha libremente. Pero si se apeló una
sentencia interlocutoria que causa gravamen irreparable, entonces se reciben en la alzada copias
certificadas de las actuaciones, porque el tribunal de la causa conserva el expediente original y la
causa principal seguirá su curso, porque la apelación de la sentencia interlocutoria sólo se escucha
en un efecto.

2) Una vez recibidas las actuaciones en la alzada, las partes deberán presentar un informe en la
alzada. Sobre este informe hablaré un poco luego. Si se apeló una sentencia definitiva entonces el
informe se presentará en el vigésimo día de despacho siguiente al recibo de las actuaciones por la
alzada, pero si se apeló una interlocutoria el informe se presentará en el décimo día de despacho
siguiente al recibo de las actuaciones por la alzada.

3) Una vez presentado ese informe, se abre un lapso de 8 días de despacho para hacer
observaciones al informe de la parte contraria. Si nadie presenta informe no se abre ese lapso de 8
días porque no hay observaciones que hacer.

4) finalizado ese lapso de 8 días, la causa entrará en estado de sentencia por parte del tribunal de
segunda instancia: decidirá dentro de los 60 días consecutivos siguientes si se apeló una
sentencia definitiva, pero si se apeló una sentencia interlocutoria entonces el tribunal decidirá
dentro de los 30 días siguientes.

Como podrán constatar, el procedimiento de segunda instancia tiene una estructura muy
sencilla, que lo hace ser casi igual a la estructura de la fase decisoria del procedimiento de
primera instancia: se reciben las actuaciones, las partes presenten informes, las partes realizan
observaciones al informe de la contraria, y finalmente se abre el lapso de sentencia. Lo que va a
variar son el término para presentar el informe y el lapso para sentenciar, que varían
dependiendo de que tipo de sentencia se apeló, si definitiva o interlocutoria que causa
gravamen irreparable.

Sobre en qué consisten los Informes De La Alzada (que no son iguales a los de primera instancia),
posibilidades probatorias en el procedimiento de segunda instancia, y algunas otras cosas
(constitución del tribunal con asociados, autos para mejor proveer en la alzada) hablaremos en la
próxima clase, Dios mediante.
Explicábamos que hay dos procedimientos de segunda instancia dependiendo del tipo de
sentencia recurrida en apelación, y que ambos procedimientos tienen una misma estructura: se
reciben las actuaciones, se presenta el informe, se presentan las observaciones, y se dicta
sentencia. Quedamos pendientes por explicar en qué consisten esos informes, así como las
pruebas en alzada y otros detalles. Vamos con eso entonces.

Vamos ahora a hacer algunos comentarios respecto al informe de segunda instancia.

Es muy común, al menos yo lo he visto mucho, que los Abogados litigantes consignen en la alzada
un informe básicamente igual en sus formas y a veces en su contenido al producido en la fase
decisoria de la primera instancia y al cual he hecho referencia en el tema 10. Pero tal práctica en la
alzada no deja de ser un error. Me explico.

En la primera instancia se prepara un informe para hacer un resumen de cómo ha quedado


planteada la controversia para así facilitarle la labor de decisión al juez de la causa.

Pero en la segunda instancia ya ha habido sentencia y una o ambas partes la recurrieron.


Entonces, mientras en la primera instancia usted prepara y presenta un informe al tribunal y
contra su adversario, o contraparte, en la alzada usted, si es apelante, tiene como principal
adversario a la sentencia recurrida. No a la contraparte. Por tanto el informe del apelante debe
estar más dirigido a establecer con claridad todos los vicios, errores o motivos suficientes que
hacen nula a la sentencia recurrida, más allá de hacer un simple resumen de la controversia
como se hace en el informe de primer instancia. Eso quizás podría hacerlo en la alzada el no
apelante de la sentencia, pero el apelante tendrá que dirigir su informe a establecer con claridad
las razones que acarrean la nulidad de la sentencia apelada por él.

El apelante busca demoler el fallo apelado. Y para lograr eso con mayor seguridad debería usar su
informe de alzada precisamente para "informar" al juez superior sobre los vicios de la sentencia
impugnada y no sentarse a esperar que él los vea por si mismo... Porque si no los ve y usted no los
plantea claramente entonces tendrá muy difícil lograr demoler el fallo impugnado.

[Por eso sostengo desde hace años que la técnica de redacción o elaboración del informe de
alzada no necesariamente debe ser la misma del informe presentado en la primera instancia. Nada
de esto que les estoy diciendo lo dice el CPC.

El CPC sólo dice que debes presentar el informe en alzada en tal término, y listo. Usted que se las
arregle. Por eso tantos Abogados en la práctica se equivocan en sus apelaciones o son vagos o
imprecisos para plantear las nulidades de sentencias ante la alzada y pierden apelaciones que
podrían haber ganado con relativa facilidad.
Respecto a las observaciones al informe de segunda instancia no diré nada nuevo: es un réplica al
informe del adversario.

Luego, hay que mencionar también que en segunda instancia es posible, aunque con muchas
limitaciones, llevar a cabo actividad probatoria. Digo que con muchas limitaciones porque
mientras en primera instancia se tiene un lapso probatorio extenso y bien delimitado en el cual las
partes pueden llevar a cabo su actividad probatoria a través de cualquier medio probatorio
(instrumentos, testigos, experticias, inspecciones, documentos de todo tipo, etc.) en la segunda
instancia ello no ocurre así. No hay un lapso probatorio dilatado como tal, sino una oportunidad
que luego mencionaré no siempre muy extensa.

Además en la alzada el CPC limita el uso de los medios de pruebas a sólo tres : los instrumentos
públicos, las posiciones juradas y el juramento decisorio. Y el juramento decisorio en la práctica
no se usa desde que Bolívar cabalgaba por las llanuras de Venezuela... Las posiciones juradas
(especie de técnica de interrogatorio bajo juramento a las partes) se usa poco. Por tanto en la
práctica la actividad probatoria de alzada está muy reducida.

Ahora bien, si alguna de las partes se va a servir de alguno de estos medios probatorios en
segunda instancia, deberá promoverlos dentro de los 5 días de despacho siguientes a la llegada de
las actuaciones a la alzada. Véase al respecto el texto del art. 520 CPC.

Moraleja: como la actividad probatoria en segunda instancia es muy limitada, trate de incorporar
todas las pruebas que requiera en el procedimiento en primera instancia. No en la alzada.

En el caso de promover la prueba de instrumentos públicos, podrá acompañar o consignar los


instrumentos con el correspondiente informe ante la alzada, como se desprende de los arts. 435 y
520 CPC.

Luego, es conveniente recordar que en el procedimiento de segunda instancia es posible también


solicitar que el tribunal superior se constituya con asociados. Ello debe hacerlo la parte interesada
dentro de los 5 días siguientes al recibo de las actuaciones por la alzada. Si así lo hace se seguirá el
procedimiento previsto en los arts. 118 y siguientes del CPC, y una vez constituido el Tribunal con
asociados comenzará a computarse el término para presentar el informe correspondiente, sea el
10º día o el 20º según he explicado antes. Al respecto pueden ver el art. 518 CPC.

Finalmente, una vez que el tribunal de alzada decide, cuando se trata de la apelación de una
sentencia definitiva, entonces el tribunal superior dictará su sentencia para confirmar o anular y
sustituir la sentencia apelada según el caso. Esto es, declarando sin lugar o con lugar el recurso de
apelación, respectivamente. Esa decisión del Tribunal Superior respecto a la apelación de una
sentencia definitiva (no sobre las interlocutorias apeladas sino sólo en casos excepcionales, pero
eso no voy a explicarlo en este curso dado que no han visto nada de casación aún...) de primera
instancia, puede ser recurrida a su vez a través del ejercicio del recurso de casación para que
conozca la Sala de Casación Civil del TSJ.

Respecto al ejercicio de ese recurso de casación bástenos por ahora saber que debe ser anunciado
ante el Tribunal Superior que dicta la sentencia que se estaría recurriendo. Ese anuncio debe
hacerse dentro de los diez días de despacho siguientes al vencimiento del lapso para sentenciar en
la alzada, es decir, a los 60 días establecidos en el texto del art. 521 CPC. Si el anuncio es
escuchado favorablemente, entonces las actuaciones serán remitidas al TSJ para que allá, luego,
proceda el anunciante a formalizar el recurso de casación, lo cual es otra cosa y que requiere un
escrito especial para ello.

Si, en cambio, no se anuncia el recurso de casación, o anunciado no hubiere sido escuchado


favorablemente, entonces la sentencia del Tribunal Superior habrá quedado firme y se pasará al
tribunal de la causa para proceder con su ejecución, tal y como se desprende del texto del art. 522
CPC.

Un último detalle: el art. 522 CPC sufrió una nulidad parcial por inconstitucionalidad por medio de
la sentencia No. 362 de la Sala Constitucional del TSJ de fecha 10 de mayo de 2018 dictada en el
expediente No. 17-1129. Dicha nulidad parcial consistió en la eliminación del texto del artículo de
sus dos últimos párrafos... Los que comienzan "Si hubiere habido..." y "En todo caso...". Esos dos
últimos párrafos fueron eliminados y ya no forman parte del texto del artículo 522. Se los digo
para que hagan las correspondientes notas de actualización en sus CPC porque los editores no
suelen tomar eso en cuento y siguen publicando los artículos en su forma original sin actualizarlos
con notas aclaratorias al respecto, y para que luego no incurran en errores estudiando cosas que
no son...

Quiero además aclarar otra cosa: Ya antes les he dicho que casación no es una tercera instancia.
Hay sólo dos instancias y casación. Ello es así porque en casación no se discuten hechos (sino en
casos excepcionales en nuestro país, porque en otros no es posible). Casación es, esencialmente,
un Tribunal de derecho no de hechos. Por eso, en esencia, casación no es una tercera instancia.

Por otra parte, análoga observación a las que les hice en el tema 10 con el art. 515 les hago ahora
con el art. 521: el lapso para sentenciar que aparece allí comienza a correr luego de finalizado el
lapso de 8 días para las observaciones al informe de segunda instancia, si hubiere lugar a ellas.

Pero si nadie presenta informe en la alzada, entonces no habrá lapso para las observaciones y se
pasará al lapso para sentenciar y el Tribunal Superior entrará a decidir la causa.

La sentencia del Superior dictada después del lapso previsto en el art. 521 CPC deberá ser
notificada a las partes, porque ya no estarían a derecho.
TEMA 12. Las medidas preventivas

Me gustaría comenzar indicando o mencionando que los procesos judiciales suelen llevarse cierto
tiempo en su marcha y sustanciación. A veces demoran años. No es extraño hallar procesos que
tienen más de cinco años y algunos 10 o 15. Esas demoras en los procesos (de todo tipo... He visto
procesos orales que demoran 5 y 8 años también...) hacen que el tiempo pasado juegue en contra
del demandante tanto por desgaste o cansancio como por los terribles problemas de inflación y
devaluación que vivimos en Venezuela en los últimos 20 años, y peor aún en los últimos 5 años.
Esa devaluación de nuestra moneda así como la creciente inflación han hecho que las deudas
pecuniarias se conviertan en nada al poco tiempo favoreciendo al deudor holgazán. Pero aún en
tiempos en que ni hay inflación el palo del tiempo juega en contra del actor porque el deudor
podría utilizar ese tiempo para insolventarse en fraude a sus acreedores, como bien saben por
obligaciones.

Ahora bien, ¿cómo afrontar esa situación? ¿Brinda la ley alguna alternativa? Precisamente para
responder esas interrogantes hallamos las figuras de las denominadas medidas preventivas,
también llamadas medidas cautelares, providencias cautelares o medidas precautelativas

Las medidas preventivas existen como mecanismo judicial para garantizar al acreedor que no
quede ilusoria la ejecución del fallo eventualmente favorable a él; esto es, que pueda ejecutar la
sentencia que le sea favorable a través de la conservación de ciertos bienes propiedad del deudor
dentro de su patrimonio para así poder satisfacer luego la acreencia del actor su resulta victorioso
y el deudor no quisiere cumplir voluntariamente con la sentencia condenatoria adversa.

Las medidas preventivas, entonces, afectan bienes propiedad del deudor para conservarlos en su
patrimonio a efectos de que no pueda insolventarse en fraude a su acreedor y a que pueda
responderle si aquél gana el proceso.

Esas medidas preventivas pueden ser de dos grandes clases, las medidas cautelares nominadas y
las innominadas.

Las nominadas tradicionales en nuestro ordenamiento jurídico son tres:

 El embargo de bienes muebles.


 la prohibición de enajenar y gravar bienes inmuebles;
 y el secuestro de cosas determinadas.

Las medidas innominadas, en cambio, como lo indica su referencia, no tienen nombre alguno. Ya
luego nos ocuparemos de ellas.

Para que un tribunal proceda a decretar una medida preventiva debe la parte interesada
solicitarlo. Por lo general es el actor(demandante), no el demandado. Sí que si éste reconviene
podría hacerlo también en el marco de la reconvención. ¿Puede el demandado solicitar una
medida preventiva? En realidad el CPC no dice que no, aunque hay algunas normas que
parecieran negarlo. El hecho importante aquí es que cuando se solicita al Tribunal que decrete una
medida preventiva, deben acreditarse los requisitos que exige el CPC para ello. A eso iremos en
unos momentos.

El CPC regula las medidas preventivas en su Libro Tercero especialmente a tal efecto. Véanse los
Arts. 585 a 600 a propósito de este tema 12.

Decía que las medidas preventivas para poder ser decretadas por el Tribunal (se dictan por
decreto, no por auto ni por sentencia...) tiene que haberse acreditado que se cumplen con los
requisitos de procedibilidad exigidos por el CPC, concretamente en su art. 585 y denominados por
la doctrina como fumus boni iuris y periculum in Mora. Es decir, en castellano sencillo, el humo o
apariencia del buen derecho y el peligro de mora. A esto se refiere el art. 585 CPC. Que además
exige prueba de ambos... Eso en la práctica no siempre es fácil de lograr. El fumus boni iuris es
relativamente fácil a través de la correcta presentación del caso en cuanto a sus fundamentos
jurídicos, pero el periculum in mora casi siempre requiere un medio de prueba adjunto, por lo
general un instrumento.

Si se logran acreditar al tribunal tales requisitos, el riego manifiesto de que se haga ilusorio la
ejecución del fallo (periculum un mora) y la apariencia del buen derecho reclamado (fumus boni
iuris), entonces el tribunal deberá decretar la medida solicitada. ¿Cuál de ellas? La que el
solicitante haya pedido, nominada o innominada, con una excepción, como veremos luego, en el
caso del secuestro de cosas determinadas.

¿Cuándo puede la parte solicitar al tribunal que decrete la medida? En cualquier estado y grado
de la causa antes de haber sentencia definitivamente firme. El CPC no establece mayores límites
para ello. No obstante, por cuestión de eficacia, como veremos luego, es muy común que sean
solicitadas con el mismo libelo de demanda.

Lo que si debemos tener presente es que, como ya hemos dicho:

1. la parte solicitante debe acreditar los requisitos del art. 585;

2. No pueden afectarse bienes distintos a los que son propiedad de la persona a la cual se
pretende afectar con la medida (por lo general el deudor demandado) y ello sólo en la medida
justa para que se garantice la acreencia del actor. Al respecto véanse los arts. 586 y 587 CPC. A
este punto volveré luego.

3. Si van a pedirse medidas preventivas nominadas o típicas, ellas sólo pueden ser las establecidas
en el texto del art. 588 y que ya he mencionado antes. Respecto a las innominadas hablaremos
más adelante.

Antes de seguir con el desarrollo del temario, voy a insertar aquí un comentario personal sobre
una terrible realidad práctica en relación con las medidas preventivas: lamentablemente, las
medidas preventivas se han visto muy desvirtuadas en la práctica por dos factores:
El primero es que la parte solicitante de las medidas por lo general más que para garantizarse el
cobro de una acreencia si tuviere una sentencia favorable, suelen usarlas como mecanismos de
coacción contra el deudor. Ciertamente que en ese sentido pueden ser muy efectivas,
especialmente el embargo de bienes muebles, que muchas veces obligan a muchos deudores a
cumplir en el acto para no verse embargados en sus casas (por supuesto que, aunque suene duro,
nadie los mandó a endeudarse y no pagar...).

En segundo lugar, los funcionarios judiciales en los tribunales saben esto que acabo de mencionar
y entonces se prevalen de ello para, con sus prácticas corruptas (a los que son corruptos, no todos
porque siempre hay alguna honrosa excepción que suele distinguirse por su pobreza...) cobrar
sumas de dinero por el decreto y la práctica de la medida. Por supuesto que eso no es legal, pero
ocurre. Entoces suele pasar que a veces algunos tribunales prácticamente "venden" las medidas
preventivas a quien mejor se las pague, y otras que acreditando aún los requisitos para que te las
decreten no las decretan si no las pagas. Estas cosas pasan a diario en el seno poder judicial, y en
materia penal es aún peor que en la Civil porque la libertad de alguien no tiene precio...

Moraleja: no caigan en esas corruptelas. Una vez que usted paga por una medida, jamás le van a
decretar otra si no la paga, o mientras esté en el tribunal ese funcionario corrupto. Los
funcionarios pasan, pero los Abogados en ejercicio quedan. No se deje manchar en su nombre y
reputación por una práctica de ese tipo porque luego es muy difícil que, una vez que sea tildado de
corrupto, se le quite ese calificativo. Seamos abogado honrados, probos, y con talento. Recuerden
que, como dijo Bolívar, el talento sin probidad es un azote.

Volviendo al aspecto legal de las medidas preventivas, decía que usted puede solicitar, en primer
lugar, que el tribunal decrete una medida cautelar nominada o típica. Cuál de ellas eso dependerá
de sus necesidades en el proceso o del objeto de litigio. Hemos dicho antes que hay tres tipos de
medidas preventivas típicas o nominadas. El embargo de bienes muebles, la prohibición de
enajenar y gravar bienes inmuebles y el secuestro de cosas determinadas. Vean bien las
denominaciones porque en ellas ya tenemos la orientación respecto a la procedencia de cada una:

 si lo que vamos a afectar es uno o varios bienes muebles propiedad de la contraparte,


entonces pediremos una medida preventiva de embargo de esos bienes.
 Si por el contrario pretendemos afectar un inmueble de su propiedad, podremos solicitar
una medida preventiva de prohibición de enajenar y gravar ese bien inmueble.
 El secuestro procede es en ciertos casos específicos de los cuales me ocuparé más
adelante.

También la elección de la medida a solicitar puede estar determinada por el monto de su


acreencia, o por la disponibilidad de bienes de la contraparte. En el primer caso, puede ser que si
su pretensión pecuniaria no es tan elevada, pueda afectar algunos pocos bienes muebles o uno
sólo. Pero si es muy elevada quizás los bienes muebles no alcancen y deban entonces
preferentemente afectar a un inmueble.

En el segundo caso puede ser que el deudor no tenga inmuebles, entonces no te queda otra que
ir contra los muebles en forma preventiva.

Por supuesto que todo ello implica que exista un patrimonio de ese deudor, porque si es
Insolvente ya sería inoficioso solicitar una medida si no tiene bienes...

Hace algunos minutos les decía que las medidas preventivas suelen ser solicitadas con el libelo de
la demanda como una forma de garantizar a su vez su eficacia. No obstante pueden pedirse en
cualquier estado y grado del proceso. Quisiera ahondar un poquito en estas ideas antes de pasar a
hablar de cada una de esas medidas en particular. Veamos.

[9:30 p. m., 21/7/2020] Profesor Gabriel Cabrera: Es muy importante para que las medidas
preventivas Deán efectivas lo que yo suelo llamar el "factor sorpresa". Porque si el deudor ya está
avisado o en conocimiento de que va a ser dictada o practicada una medida preventiva en su
contra, simplemente se insolventa antes y de nada servirá la medida. Pero si el deudor no sabe
que la medida fue solicitada o decretada o que va a practicarse, no tendrá oportunidad de
insolventarse en fraude a sus acreedores. Es por este motivo que toda la doctrina y el CPC
permiten que las medidas preventivas pueda ser decretadas, al decir del brocardo latino, in audita
altera pars. Esto es, sin escuchar a la parte contraria. Por tanto, las medidas preventivas pueden
ser solicitadas y decretada por el Tribunal sin escuchar a la parte a la cual habrán de afectar, lo
cual permite, por ejemplo, que sea solicitada con la demanda y decretada por el tribunal aún antes
de haber citado al demandado. Así se logra su efectividad porque el demandado muchas veces se
entera en el instante mismo en que se practica la medida y no antes.

Ese "factor sorpresa" es el que le da efectividad a la práctica de la medida, porque si el


demandado se entera antes de ello la medida será ilusoria.

Ejemplo: si usted hoy se entera que mañana va el tribunal a su casa a embargar lo, usted hoy
posiblemente "vuela" y hace lo que sea para conseguir camiones y sacar sus bienes muebles de
allí. Mañana cuando llegue el tribunal se encuentra con que usted sacó hasta las baldosas del
piso... Y no hay nada que embargar... Y la medida no es efectiva. Para evitar eso es que pueden ser
decretadas in audita altera pars.

Ahora bien, podrá argumentarse rápidamente que eso es violatorio del derecho a la defensa y al
debido proceso, y la Constitución y los tratados internacionales y los derechos humanos y el
Espíritu de Bolívar y la justicia social y bla bla bla... Nada de eso es cierto, por la sencilla razón que
el CPC establece una oportunidad precisa para que el afectado pueda ejercer su derecho a la
defensa. Pero ello lo veremos con el tema 13 y lo reservo para esa ocasión.
hoy, a hablar un poquito de la primera de las medidas preventivas típicas. Comenzaré por la más
breve y sencilla:

la prohibición de enajenar y gravar bienes inmuebles. Esta medida está regulada en un único
artículo, el 600 CPC. La utilizamos cuando pretendemos afectar con ella algún bien inmueble
propiedad del demandado.

Además de acreditar los requisitos del art. 585 CPC, debemos estar muy claros y ser muy exactos
con los datos registrales de identificación de ese inmueble, porque una vez decretada la medida
por el tribunal, la misma se hará efectiva a través de la correspondiente notificación por oficio
dirigido al Registrador Público de la propiedad inmobiliaria del lugar donde se halla ubicado en
inmueble afectado para que estampe la correspondiente nota marginal. Una vez notificado el
registrados es cuando está medida se hará efectiva y se supone que ya el propietario del bien no
podrá enajenarlo ni gravarlo en forma alguna porque el registrador ya está en conocimiento de la
medida y estampó la nota marginal correspondiente. Los detalles internos de ello supongo los
conocen ya por Derecho Registral. Si a pesar de la prohibición el registrador la infringe, entonces
será directamente responsable por ello y esos actos que haya inscrito con posterioridad serán
nulos.

La clave de esta medida está en decretarla correctamente, esto es, sobre el bien exacto, y en
notificarla rápidamente al Registrador. Por ello es frecuente que el solicitante espere
pacientemente (o impacientemente según el caso y temperamento del Abogado) en el Tribunal
que una vez decretada la medida elaboren el oficio al Registrador y el mismo solicita al Tribunal
que lo nombren correo extraordinario o especial para ello y se lleva el oficio al Registro
velozmente para que se lo reciban y volver al tribunal rápidamente con el oficio firmado con el
acuse de recibo para que esa medida sea efectiva lo más rápido posible.

Si por ejemplo decretan hoy la medida y usted se duerme en los laureles embriagado de gloria
porque se la decretaron y no mueve rápidamente embriagado de gloria porque se la decretaron y
no mueve rápidamente llevar el oficio al registro podría pasar que la contraparte advertida por
alguien del tribunal de tal circunstancia (un amigo o alguien que le cobra por esa información...)
podrá enajenar el bien sin responsabilidad alguna y el registrador inscribir la enajenación hecha
porque no estaba en conocimiento de la medida preventiva decretada por el Tribunal...

Quedamos en que habíamos comentado la prohibición de enajenar y gravar. Me gustaría poder


seguir entonces con las otras medidas típicas o nominadas, embargo y secuestro. Hablaré primero
del embargo.

Como hemos dicho antes se trata de embargo de bienes muebles. Ahora bien, hay dos tipos de
embargo, el embargo preventivo y el embargo ejecutivo. Obviamente aquí nos referiremos al
embargo preventivo. El embargo ejecutivo es materia de curso de Derecho Procesal Civil III.
Si luego puedo por tiempo, les hago llegar algunas consideraciones útiles para diferenciarlos, al
menos las básicas. Luego iremos a eso. Por lo pronto vamos a centrarnos en el embargo como
medida preventiva y no como medida ejecutiva.

El embargo preventivo consiste básicamente en el desapoderamiento del bien, la desposesión del


mismo a su propietario para afectarlo de manera tal, que el propietario no pueda disponer
libremente del bien mueble embargado. Sólo pueden embargarse preventivamente bienes
muebles. Esa es una diferencia con el embargo ejecutivo, que puede recaer tanto sobre bienes
como sobre inmuebles.

El embargo preventivo, entonces, no quita propiedad alguna sobre el bien, lo que hace es sacarlo
de la esfera de disposición del propietario porque los actos de propiedad o dominio sobre un bien
mueble sólo puedes ejecutarlos si tienes ese bien en tu poder físico o a tu disposición, si no lo
tienes no podrás ejecutarlos. Por eso el embargo preventivo implica desapoderate del bien,
quitártelo de tu esfera de disposición particular. El bien sigue siendo propiedad del embargado
pero como no lo posee ya en forma material y efectiva no podrá disponer de él. De allí que el
efecto del embargo sea en buena medida conservativo, porque no solo permite conservar bienes
en el patrimonio del demandado, sino porque además permite conservar un bien objeto directo
de una pretensión para su eventual entrega o devolución a la parte victoriosa.

El embargo preventivo lo hallarán regulado en el CPC en sus arts. 591 a 598 ambos inclusive.

El embargo en la práctica es bastante más complicado que la prohibición de enajenar y gravar...


Una vez que el tribunal lo acuerda y decreta, entonces casi siempre se practicará a través de una
comisión. Ello porque los tribunales de primera instancia suelen huirle a esas prácticas y entonces
se las encomiendas por comisión a los de Municipio, y como estos no pueden rechazar la comisión
recibida no les queda otra que practicarla. Y eso es lo que ocurre en la práctica forense, salvo
cuando la demanda cursa en un juzgado de municipio, porque éste mismo practica su medida ya
que no puede comisionar a ningún inferior...

Además del tribunal comisionado practicar el embargo hay otras importantes consideraciones
prácticas que hacer al respecto... Para el comisionado trasladarse a practicar el embargo antes
suele pedir la colaboración de la policía para que destaque algún personal que los acompañe para
tal práctica porque es muy común que en los embargos el asunto se ponga peligroso. Nadie quiere
que le saquen sus bienes de su casa o negocio, y a veces hasta tiroteos se han presentado. No
debe ser, pero hay cada loco que uno nunca sabe cuando le toca uno así... Por ello se requiere
presencia policial para ello.

Pero además de la presencia policial se requiere también la presencia de la depositaria judicial,


porque al sacar los bienes muebles embargados es la depositaría la encargada del cuido y
resguardo de los mismos. La depositaria por lo general tiene camiones y personal para hacer "la
mudanza" y transporte de esos bienes embargados.
Las depositarias también cuentan con peritos avaluadores para que puedan estimar el valor de
cada uno de los bienes embargados. Esto es necesario para poder saber, de acuerdo con el monto
de la acreencia, cuales o cuantos bienes se habrán de embargar para cubrir esa acreencia...

Recuérdese que no podemos afecte con una medida preventiva sino los bienes estrictamente
necesarios para cubrir o garantizar la acreencia en virtud del principio de proporcionalidad que
consagra el art. 586 CPC.

De la práctica del embargo deberá levantarse acta correspondiente e inventario de todos y cada
uno de los bienes muebles embargados, sus características y condiciones que le permitan luego
identificarlos e individualizarlos. Esa acta deberá ser firmada por todos los participantes en el acto
de embargo, y será añadida a los autos.

En la práctica cuando el embargo recae sobre bienes muebles distintos a cantidades líquidas de
dinero, se suele embargar por el doble la cantidad adeudada más los honorarios profesionales
por costas. La razón de esto es sencilla: si hubiere que rematar en el futuro esos bienes
embargados, dicho remate por mandato legal en materia de ejecución de sentencia, deberá
hacerse por la mitad del valor del bien embargado. Por eso habría que embargar bienes hasta por
el doble de la acreencia para que si tiene que ser rematado por la mitad del valor de los mismos
siempre se pueda cubrir la acreencia.

Por supuesto que esto no aplica en absoluto si el embargo recae sobre cantidades líquidas de
dinero, porque legalmente no vas a rematar los billetes embargados por la mitad de su valor
nominal...

Por supuesto que hay que estar atentos en cuanto al hecho que hay bienes que son inembargables
porque sobre ello no es posible trabar ejecución. Por tanto tampoco pueden ser objeto de una
medida preventiva que los afecte, entre ellas el embargo. Al respecto los remito a los arts. 1929
del Código Civil y 91 de la Constitución Nacional.

Otra interesante diferencia con el embargo ejecutivo a tener en cuenta en este momento es que el
embargo preventivo presencia se decreta y práctica antes de existir una sentencia definitivamente
firma, mientras que el embargo ejecutivo se practica en ejecución de sentencia, cuando ésta ya se
halla firme.

También es posible señalar en esta misma temática el hecho que en el embargo preventivo el
embargado o su apoderado tiene la posibilidad de, si no hay perjuicio para el embargante, señalar
cuales habrán de ser lo bienes sobre los cuales recae el embargo en forma preferencial. Esto no es
posible en materia de embargo ejecutivo.
Por otra parte, mientras el embargo preventivo tiene un efecto más propiamente conservativo del
bien, como expliqué antes, el embargo ejecutivo va dirigido es a lograr el posterior remate de ese
bien.

La medida típica o nominada de secuestro de cosas determinadas es muy sui generis. Se parece en
su práctica al embargo, pero tiene muchas cosas que la hacen una medida muy especial. La
hallarán regulada en el texto del art. 599 CPC.

: Lo primero que quiero destacar es que cuando digo que se parece al embargo me refiero a que el
secuestro implica desapoderar al propietario de su bien. No se le quita la propiedad sino la
disposición física y jurídica sobre el bien. Pero hay que tomar en cuenta que el secuestro de cosas
determinadas sólo procede en los casos específicamente establecidos en el texto del art. 599 CPC.
No en otros.

Por esa misma razón, se deducen dos consecuencias prácticas importantes:

la primera es que puede recaer tanto sobre bienes muebles como sobre bienes inmuebles, según
sea el caso.

Y la segunda es que como procede sólo en esos supuestos entonces no está afectado a tener que
cumplir los requisitos del art. 585 CPC para su decreto: bastará con estar en un supuesto del art.
599 CPC para que proceda el secuestro, en cualquiera de sus siete ordinales. A diferencia del
embargo, el decreto de secuestro podría registrarse cuando recae sobre bienes inmuebles, como
lo prevé el texto del art. 605 CPC.

art. 599 CPC.

En cuanto a las medidas preventivas atípicas o innominadas el CPC brinda algunos parámetros
básicos para ellas, no mucho. Pero podemos hallarlo en el texto del parágrafo primero del art. 588
CPC, el mismo que en su encabezado refiere las medidas típicas o nominadas...

Lo primero destacable es que las innominadas requieren no sólo acreditar los mismos requisitos
que las nominadas (fumus boni iuris y el periculum in mora) sino que además requiere acreditar el
periculum un damni, o peligro de daño. Por eso ese parágrafo primero dice "cuando hubiere
fundado temor de que una de las partes pueda causar lesiones graves o de difícil reparación al
derecho de la otra...". Por tanto hay que demostrar esos tres requisitos para que proceda la
medida.

El CPC apenas brinda una idea genérica sobre en qué puede consistir esa medida innominada:
autorizar o prohibir la ejecución de determinados actos, y adoptar las providencias que tengan por
objeto hacer cesar la continuidad de la lesión.

Pero no dice nada más. Esto es así porque es usted como solicitante de la medidas el que debe
decirle al tribunal en que quiere que consista esa medida innominada. La razón de ello es que el
solicitante es el único que puede saber si en verdad una medida nominada no será suficiente y
cuál habría de ser la medida innominada suficiente para poder evitar el peligro de daño.

Por tanto solicitar una medida nominada puede ser en algunos casos una actividad muy creativa
por parte del solicitante, quien deberá fabricarla según sus necesidades, acreditar los 3 requisitos
antes mencionados, y no contrariar la ley para que el Tribunal pueda decretar la medida cautelar
innominada solicitada.

La jurisprudencia es una buena fuente de ejemplos prácticos de medidas cautelares innominadas


en nuestra práctica forense. Entre las más usuales hallarán la suspensión provisional de efectos de
decisiones societarias, por ejemplo.

De lo dicho en la clase precedente, creo que debe quedar claro entonces que existen ciertos casos
prácticos en los que una medida cautelar nominada o típica no sería suficiente para satisfacer las
necesidades de cautela y entonces allí puede ser solicitada y decretada, si fuere el caso, una
medida cautelar innominada. Por supuesto que es perfectamente posible que en un mismo
proceso coexistan tanto una medida nominada como una innominada. Todo dependerá de cada
caso particular. Por la misma razón también podrían coexistir en el mismo proceso varias medidas
preventivas si fuere el caso.

Ahora bien, todo lo dicho hasta aquí implica que las medidas han sido dictadas, salvo el secuestro
por las razones ya explicadas, con atención a los requisitos del art.
585 CPC. Y en las innominadas se suma también el periculum in
damni. Esto nos dice rápidamente que si no reunimos esos requisitos
el tribunal no decretará la medida solicitada.

Sin embargo, el legislador ha previsto una especie de "plan B" cuando el solicitante no puede
demostrar o acreditar los requisitos de procedencia de las medidas preventivas y aún así insiste en
que sea decretada. Para estos casos el legislador permite que el solicitante que no cumple esos
requisitos pueda obtener el decreto de la medida preventiva por el Tribunal a través de la
consignación de una fianza o caución suficiente a juicio del tribunal, tal y como se desprende del
texto del art. 590 CPC. Pero nótese que este se refiere es al embargo y a la prohibición de enajenar
y gravar. No al secuestro. No puede decretarse el secuestro con fianza o caución porque el
secuestro procede en casos específicamente establecidos en el art. 599 CPC. Tampoco menciona
el art. 590 a las medidas innominadas, por tanto con ellas habrá que cumplir los requisitos de ley.

La fianza o caución a consignar debe ser alguna de las establecidas en los cuatro ordinales del
texto del art. 590 CPC, no otra.
Dicho lo anterior, quiero aclara desde ya lo siguiente: el afectado por una medida preventiva
decretada en su contra puede defenderse de ella a través de una oposición, de lo cual hablaremos
luego. Pero, cuando la medida preventiva que lo afecta ha sido dictada a través del otorgamiento
de una fianza o caución en la forma establecida en el art. 590, la forma que tiene el afectado para
defenderse de esa medida no será ya la oposición a la misma, sino su levantamiento a través de
otra fianza o caución, tal y como lo permiten el parágrafo tercero del art. 588 CPC y el art. 589
CPC.

Tema 13.

esto es, con el procedimiento de las medidas preventivas.

[6:23 p. m., 28/7/2020] Profesor Gabriel Cabrera: Para el procedimiento de las medidas
preventivas los remito a los arts. 601 al 606 CPC.

[6:24 p. m., 28/7/2020] Profesor Gabriel Cabrera: Lo primero que quiero aclarar es lo siguiente: en
el tema 12 veíamos cuales eran las medidas preventivas, sus principios básicos de funcionamiento
así como la manera de decretarlas y practicarlas. Ahora vamos a hablar un poco del procedimiento
de las medidas preventivas, porque, en efecto, tienen una tramitación procesal.

Las medidas preventivas, hemos dicho antes, pueden ser solicitadas y decretadas en todo grado e
instancia del proceso antes de la sentencia definitivamente firme que finaliza el proceso. La
solicitud puede hacerse por escrito o por diligencia. El CPC no exige una u otra. Ya antes he dicho
también que por cuestión de eficacia es muy recomendable y frecuente que sean solicitadas con el
mismo libelo de demanda.

Esas medidas preventivas tienen su propia tramitación procesal porque constituyen una incidencia
del proceso, y por ello su procedimiento se sustancia en un cuaderno separado al de la causa
principal, el cual se denomina cuaderno de medidas. En ese cuaderno de medidas se agregarán
todas las actuaciones relativas a las medidas preventivas, desde su solicitud hasta su práctica,
oposición, etc.

Ese cuaderno de medidas lleva su propia tramitación con total independencia de la causa principal
que se lleva en el cuaderno principal. Por ello, salvo el hecho de que necesitas haber demandado
para solicitar una medidas preventivas (salvo ciertos casos excepcionales que no comentaré
ahora), del resto las medidas preventivas en su tramitación conservan total y absoluta
independencia de la causa principal. Por tanto, tener un proceso judicial con un cuaderno principal
para la causa principal y otro cuaderno de medidas adjunto a él es prácticamente como llevar dos
procesos distintos acumulados... Pero lo que se decida en uno no tiene que ver con lo que se
decida en el otro, por eso las medidas preventivas son independientes en su tramitación de la
causa principal.
[11:48 a. m., 29/7/2020] Profesor Gabriel Cabrera: Decía que la parte interesada realiza su
solicitud por escrito o por diligencia, pero tiene que acreditar los requisitos legales ya estudiados
en el tema anterior. Si no los acredita el Tribunal no le decretará la medida preventiva. Pero puede
ocurrir que frente a la insuficiencia de pruebas, el tribunal le ordene ampliarlas para poder
proceder, una vez ampliada esa prueba por el solicitante, a decretar la medida preventiva. En
cambio, si el solicitante acredita adecuadamente los requisitos, el tribunal debe decretar la
medida el mismo día en que se realice la solicitud, porque se supone que esa medida es urgente
para evitar la insolvencia del deudor. El decreto de la medida no tiene apelación, como dice el art.
601 CPC, lo cual es lógico porque usualmente los decretos no se impugnan por apelación como se
explica en el curso de Derecho Procesal Civil I.

: Ahora bien, hemos dicho en el tema anterior que el afectado tiene la posibilidad de oponerse a la
medida preventiva decretada en su contra, y el art. 602 CPC establece la oportunidad para ello,
pero tomando en cuenta que como la medida puede decretarse in audita altera pars, entonces es
posible distinguir dos supuestos diferentes para hacer oposición: el primero es que el afectado por
la medida estuviere previamente citado en el proceso judicial para contestar la demanda, y el
segundo es que el afectado por la medida no hubiere estado previamente citado para la
contestación de la demanda y se entera de la medida en el momento en que la practican.

En este orden de ideas, si la parte afectada ya estaba citada previamente, entonces podrá
oponerse dentro del tercer día siguiente a la ejecución de la medida. Pero si la parte afectada no
estaba citada antes, entonces podrá oponerse dentro del tercer día siguiente a su citación. Eso del
"tercer día" siempre se ha interpretado como un lapso y no como un término. Es en este sentido
que debe entenderse el texto del encabezado del art. 602 CPC.

[0:37 p. m., 29/7/2020] Profesor Gabriel Cabrera: Luego, haya habido o no oposición a la medida
preventiva, siempre se abrirá una articulación probatoria de ocho días de despacho para que los
interesados puedan promover y evacuar las pruebas que consideren convenientes a sus derechos.
Por supuesto que el legislador se refiere a las pruebas sobre las medidas preventivas.

[0:38 p. m., 29/7/2020] Profesor Gabriel Cabrera: Como quiera que la oposición a las medidas
usualmente versa sobre el hecho de no estén acreditados los requisitos de procedencia, o a la
vulneración del principio de proporcionalidad, pueden plantearse pruebas al respecto de parte y
parte.

[0:39 p. m., 29/7/2020] Profesor Gabriel Cabrera: Como ya había explicado antes, si la medida fue
decretada a través de la consignación de fianza o caución, entonces la forma para levantar la
medida es a través de otra fianza o caución, no a través de oposición.

[0:46 p. m., 29/7/2020] Profesor Gabriel Cabrera: Finalizada la articulación probatoria mencionada
por el primer aparte del art. 602 CPC, el juez tendrá un brevísimo lapso de 2 días para sentenciar
sobre la incidencia de las medidas preventivas, dictando así su sentencia interlocutoria al respecto
para decidir si la medida debe permanecer o debe ser levantada. Esa decisión interlocutoria tiene
apelación en un solo efecto, tal y como lo expresa el art. 603 CPC.

[0:46 p. m., 29/7/2020] Profesor Gabriel Cabrera: Por supuesto que, si el juez dicta se sentencia
interlocutoria luego de ese brevísimo lapso, lo casi siempre es así, tendrá que notificar de la misma
a las partes dada la independencia del cuaderno de medidas del de la causa principal.

[0:59 p. m., 29/7/2020] Profesor Gabriel Cabrera: Ahora bien, cuando el art. 602 CPC regula la
oposición a la medida preventiva se refiere al caso de la parte afectada por ella, pero nada dice
respecto del tercero que, por equivocación judicial, ve un bien suyo afectado por una medida
preventiva dictada en un proceso judicial en el cual no es parte. Cuando esto sucede, ese tercero
puede oponerse a la medida preventiva pero no usando como fundamento el art. 602 CPC que a él
no le es aplicable, sino interviniendo en el proceso a través del ordinal 2º del art. 370 CPC en
concordancia con el art. 546 ejusdem. Puede objetarte que ese mecanismo de intervención es sólo
para el embargo ejecutivo, no para las medidas preventivas, pero la doctrina y algún precedente
judicial están de acuerdo en que puede usarse ese m…

[0:59 p. m., 29/7/2020] Profesor Gabriel Cabrera: Como decía antes, las medidas preventivas en su
tramitación son independientes de la causa principal, al punto que ni su tramitación ni su decisión
ni el recurso planteado contra esta, suspenden el curso de la causa principal.

[0:59 p. m., 29/7/2020] Profesor Gabriel Cabrera: De hecho, nótese en este mismo sentido de
independencia entre la causa principal y el cuaderno de medidas lo que dice el art. 606 CPC...

[0:59 p. m., 29/7/2020] Profesor Gabriel Cabrera: Bien, estimados amigos creo que con eso
podemos dar por concluido mis comentarios básicos orientadores en torno al tema 13. Y el
programa. De todas formas aún no terminamos las clases porque quedo atento a sus comentarios
y voy a hacerles llegar luego algunas otras informaciones que creo les puedan ser útiles, algunas
quizás en lo procesal y otras, sobre todo, en la ética profesional o deontología jurídica.

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