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El Paso, TX.
www.fabro.com.mx
E-mail: hola@fabro.com.mx
Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las
sanciones establecidas por las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o
procedimiento, comprendidos la repografia, y el tratamiento informático, y la distribución de
ejemplares de aquella mediante alquiler o prestamos públicos.
Los textos que conforman este libro fueron arbitrados y dictaminados por pares ciegos y se omiten los
nombres de los dictaminadores por consideraciones de ética profesional y procedimientos de arbitraje.
Es un libro de carácter científico y su contenido es responsabilidad de quienes lo firman y no refleja
necesariamente la postura institucional de la Universidad Autónoma de Coahuila.
ISBN: 978-1-938038-02-0
DE LO EFÍMERO A LO ETERNO
MUERTE Y TRANSICIÓN
Coordinadores
Dario D'Aguillon
1. Introducción
2. Altares Y Tumbas
3. "En Recuerdo de la banda... Descanzeh en pas..". La
muerte a través del grafiti
4. La muerte como reflejo constante de la sociedad
juarense
5. Los lápices caídos durante el proceso creativo
6. Textiles en el norte de México: tejidos de vida y
muerte, la cobiija rarámuri
7. Dobles exequias, envoltorios sagrados y el cambio de
ropa en Pomuch, Campeche
8. La muerte en las redes: una reflexión sobre los cambios
ritualísticos de la muerte a partir de las redes sociales
digitales.
9. Muerte asistida: ¿eutanasia tecnológica?
10. Tanatología Y Duelo
11. La inevitable voz de la muerte en la música: Un
acercamiento a la importancia del concepto de la
muerte en la música
12. Discurso e intersemiosis en los relatos orales sobre
aparecidos en carretera en el sureste de Coahuila
13. El ciclo agrícola y el culto a los muertos en San Agustín
Ostotipan, Guerrero
14. Bien morir y mal vivir para alcanzar la santidad. De
monjas endemoniadas y seres infernales del otro mundo
1
15. Enfermedad y muerte en la Nueva España. El caso de
los reos indígenas del Septentrión a fines de la época
Colonial
16. La muerte como símbolo y como narración: relatos de
muerte y hermenéutica socio-cultural
17. Elementos Oníricos. La obra de Roberta Marroquín
Landmarks
1. Cover
Introducción
El presente libro es una recopilación de las investigaciones presentadas en el
VI Coloquio Internacional de Día de Muertos, celebrado en la Escuela de
Artes Plásticas de la Universidad Autónoma de Coahuila entre el 26 y el 28
de octubre de 2016. Las ponencias presentadas en el coloquio abordaron el
tema de la muerte, la transición, lo efímero y lo eterno, desde disciplinas
diversas como el arte, la psicología, la historia, la legislación, la sociología o
la tecnología. Los textos presentados son resultado de investigaciones
realizadas por académicos de universidades y centros de investigación de la
República mexicana.
Coordinador
1
Altares Y Tumbas
Representación del Día de Muertos en la frontera
Ciudad Juárez-El Paso, Texas
Efraín Rangel Guzmán | efrain.rangel@uacj.mx
Resumen
Sin embargo desde los años setenta a la fecha, por la instalación de industrias
maquiladoras en ciudades de la frontera norte, el panorama cambió. Hoy se
puede afirmar que “la franja fronteriza contiene cerca del 10 por ciento de la
población mexicana y produce un poco más del 20 por ciento del Producto
Interno Bruto (PIB), representa uno de los principales bastiones para la
generación de empleo en el país, esto explica parte de la enorme migración
que se da desde otras regiones del país” (Sánchez y García, 2011: 111).
Y por la compleja realidad que allí se observa, el mismo autor indica que no
es posible interpretar a las ciudades fronterizas a través de un solo concepto,
pues dependiendo de la mirada y de las situaciones sujetas a algún tipo de
análisis y reflexión puede tener cabida uno o más. Por ejemplo, tenemos
conceptos con los que se han hecho distintos acercamientos interpretativos
sobre estos escenarios como: intersección cultural, vecindad, apropiación
cultural, transculturación, innovación o creatividad cultural, recreación
cultural, resistencia cultural, interpretación y translación cultural (Valenzuela,
2003).
Por las maestras Martha Flores de García, Esperanza Yepo Yong, Rosa María
Garduno y María Dolores García Flores, todas adscritas al Programa de
Diseño de Interiores y más antiguas organizadoras del evento, lo mismo que
por otros adultos mayores de la ciudad, nos pudimos dar cuenta que años
anteriores que se comenzara a promover la tradición en la universidad, la
forma de festejar el 2 de noviembre, era asistir las familias a los panteones
con el fin de limpiar y pintar las tumbas, decorarlas con flores de la región –
porque la flor de cempasúchil no se conseguía fácilmente__, encenderles
veladoras, rezarles y cantarles a los difuntos. Sin embargo, aunque la práctica
de celebrarle a los muertos seguía viva en la ciudad, la adopción de
Halloween por los juarenses era cada vez más evidente.
La palabra altar, se deriva de la raíz latina alta ara, que significa altar alto. Y
en su sentido simbólico remite a lo sagrado, el lugar donde convergen todos
los actos rituales. De acuerdo con Jean Chevalier, un altar visto en el campo
de la simbología universal:
Tabla 1
El éxito del evento se debe en parte al empuje que la UACJ le ha dado, para
convertir esta celebración no sólo en una celebración de la universidad, sino
de los juarenses. Los juarenses lo han arropado y lo ven como uno de los
principales referentes de la cultura mexicana. Ahora la organización del
evento incluye distintas exposiciones, espectáculo y venta de productos, tal
como se indica en la tabla siguiente:
Tabla 2
Bibliografía
Sánchez Juárez, Isaac Leobardo y García Almada, Rosa María (2011) “La
frontera norte de México. Una aproximación socio-económica desde
Tijuana”, Entelequia, Revista Interdisciplinar, No. 13, primavera 2011, Pp.
109-120, consultado el 10 de septiembre de 2016 en la página de internet:
http://www.eumed.net/entelequia/pdf/2011/e13a07.pdf
Informantes:
1. En este estudio se denominará sur de México al grueso del territorio que se ubica fuera de la zona fronteriza de
Ciudad Juárez , que avanza hacia la orientación cardinal sur o que sus rutas aéreas y terrestres buscan alcanzar
entidades del centro y sur del país. Esta denominación surge a partir de las formas en que las personas de la
frontera se refieren a todos los lugares que se localizan fuera del estado y que se ubican en esa orientación
cardinal.↩
2. “El tipo de altares piramidales puede tener de dos a siete niveles dependiendo del gusto y posibilidades
económicas. Cuando cuenta con dos escalones, el altar hace referencia a la dualidad antagónica que todo ser
humano lleva en él: la vida versus la muerte. En un sentido amplio, simboliza la posibilidad del doliente de
poder entrar en contacto con sus seres queridos que habitan el más allá, la región de los muertos, y a los que no
verán sino hasta la hora de la Resurrección” (Yglesias y Cabrera, 2008: 80). Y así tres niveles suele representar
la santísima trinidad, el cuatro puede entenderse como los cuatro puntos cardinales y la cruz, etc…↩
2
"En Recuerdo de la banda... Descanzeh en pas..". La
muerte a través del grafiti
Pavel Alejandro Castañeda e Iván Mendoza Amaro
Resumen
Actualmente podemos notar una evolución técnica y conceptual por parte del
movimiento graffiti en Morelia, así como una gran variedad de estilos y
formas de hacer murales y en general arte en las calles. Algunos exponentes
de Michoacán ya representan al país en Festivales y exposiciones
internacionales.
Mapa 1. Presencia de Murales dedicados a muertos en Morelia (Fuente: Google Earth, elaboración
propia con datos recogidos en el trabajo de campo)
Las manifestaciones culturales de este tipo (graffiti, rap) son productos que
surgen de entre ciertos grupos de jóvenes que al adaptar tendencias globales
de expresión a sus propios estilos, es decir, al reinterpretarlas, crean nuevas
formas de expresión colectiva. García Canclini denomina al graffiti como “un
género constitucionalmente híbrido” (2009: 314), para describir con este
término las fusiones entre estructuras opuestas como tradicional y moderno;
culto y popular, por mencionar algunas. Además hablar de la cultura del
graffiti es, a su vez, hablar de “tribus urbanas” (Maffesoli, 2004) y de
“culturas juveniles” (Reguillo, 2000; Moncada, 2009) conceptos que ayudan
en la descripción de esos grupos de jóvenes con afinidades hacia la práctica
de graffiti. Puede decirse que pertenecer a estas comunidades significa para
los jóvenes, practicar las reglas del juego del graffiti y adaptarlas a su
entorno, sin pretender reproducir al estereotipo que ha estigmatizado a dichos
jóvenes con la imagen del criminal o del drogadicto.
Los murales, que son ofrendados a jóvenes que han fallecido, relatan las
historias colectivas de los grupos de muchachos del barrio. Pueden estar
contando vidas individuales pero, también el desarrollo de un grupo de una o
varias colonias. Por ejemplo, en el trabajo de campo se ha encontrado que un
pintor puede estar participando en la realización de varios murales de este
tipo, en colonias distintas a la de su origen. También se obtuvo información
relacionada con que, para algunas crews o grupos de jóvenes, los eventos
donde uno o varios de sus miembros han muerto son casi siempre momentos
de quiebre, coyunturas especiales luego de las cuales el grupo sufre
transformaciones importantes.
Por otro lado, el contexto también tiene que ver con la escalada de violencia a
partir de 2006, que en palabras de la CMDPDH (2014):
Así lo dice Secko del Vergel 73, en la "Intro" del disco Buscando problemas
(2007):
Tres por el vergel y sus maleantes que siempre le han sido fiel
Al igual que en el rap, la escena local del graffiti rinde también su tributo a
los muertos por medio de murales de carácter realista, en la mayoría de los
casos, con un gran despliegue técnico, se suele hacer un retrato de gran
formato (más de 1 x 2 metros) del difunto o ser querido, acompañado de
frases que van de lo religioso a lo poético, con un fuerte contenido
emocional. La cultura popular acerca de la muerte es convertida en memoria
plástica, en una especie de altar en la esquina del barrio, en la casa del occiso
o en la pared que algún amigo proporcionó para esta noble causa. Hacen
explicito que la muerte no se limita a cierta clase social, ni tampoco a alguna
forma de vida o profesión, y lo prueban con estos murales, que se ejecutan en
recuerdo de algunos cuántos jóvenes que encontraron la muerte en la “vida
loca” o en circunstancias de violencia y accidentes.
Foto 1. R.I.P. Cesar, Curva. Autor desconocido. (Fuente: Pavel Alejandro Castañeda Hernández, 2005)
Foto 2. Los
Chanos, autor desconocido. (Fuente: Pavel Alejandro Castañeda Hernández, 2015)
Foto 3. El Azul,
autor desconocido. (Fuente: Pavel Alejandro Castañeda Hernández, 2015)
Foto 4. Steck,
autores: Smack y Hucker, WS crew. (Fuente: Iván Mendoza Amaro, 2013)
Foto 5. Pollo,
autor desconocido. (Fuente: Pavel Alejandro Castañeda Hernández, 2015)
Foto 6. Oliver y
Dani, autor desconocido. (Fuente: Pavel Alejandro Castañeda Hernández, 2016)
Foto 7. Raly,
autor desconocido. (Fuente: Pavel Alejandro Castañeda Hernández, 2016)
Foto 8. Autor: Joel Cuack, Av. Poliducto. (Fuente: Pavel Alejandro Castañeda Hernández, 2016)
Relación de Fuentes:
Perea, Carlos Mario (2008), ¿Qué nos une? Jóvenes, cultura y ciudadanía,
Colombia: La Carreta Social.
1. Se dice, por los miembros de algunas crews y seguidores del hip hop, que los cuatro elementos son: el graffiti,
el baile o break dance o B-boying, las mezclas musicales o "scratch" y los vocales de rap o MC´s. Está cultura
ha permeado la vida de muchos jóvenes en los espacios marginales de las ciudades contemporáneas (GreyFox,
2009).↩
3
La muerte como reflejo constante de la sociedad
juarense
Autor: M.A. Berenice Ivette Vazquez Bernal
berenice.vazquez@uacj.mx
Resumen
Es una certeza saber que lo único seguro que se tiene es la muerte, pero más
aún, saber que como mexicanos tenemos la paradoja de celebrarla. México
como nación, es un país lleno de cultura, vida y celebración; se tiene un día
oficial para festejar a la temida muerte y el contexto que la rodea, asignada
una fecha oficial en noviembre para el día de muertos. Como se menciona en
el cuaderno 16 de Patrimonio Cultural y Turismo en el cual citan a Guillermo
Bonfil del ámbito del libro México Profundo “que la fiesta del Día de
Muertos encuentra su expresión más definida y revela con mayor claridad los
principios básicos de un patrimonio cultural intangible...[...] donde se
presenta un momento privilegiado del encuentro de los indígenas con sus
antepasados, pero también de los hombres entre sí” (2006, p. 19), memoria la
cual viene año con año para recibir a la catrina 1 y su flamante cortejo. En
este día, se prepara para recibir a los difuntos (no solo recordarlos), si no,
tener la presencia espiritual por el lapso de veinticuatro horas, continuo del
ente mortal y el sentimiento que provoca la pérdida. Una manera de
reconfortar el significado de la muerte y al mismo tiempo, aceptarla como
parte inevitable de la vida común. Homenaje el cual, en un periodo regular y
constante, se festejó a diario su llegada y presencia, como si todos los días
fuera día de muertos.
Entre los años 2007 y 2014, etapa en la vida del juarense donde la
comunicación de la muerte se convirtió, más que una estadística, una especie
de tabla de puntuaciones en las que se sumaba día a día la cantidad de
personas asesinadas, acribilladas en público, aparecidas en un terreno baldío.
El narcotráfico de acuerdo a Hernández Ramírez en su tesis “El narcotráfico
en México” es conjunto de actividades operativas de planeación, ejecución,
evaluación y desarrollo, relacionadas con los delitos contra la salud (2001, p.
22), que define el delito contra la salud como el que atenta contra las
personas perjudicando su integridad física y psíquica, en razón del consumo
de narcóticos como destino final (2001, p. 7); lo cual involucra el
movimiento y comercio ilícito de drogas y su desarrollo contextual,
implicando la vida de una persona como la de una sociedad. Debido a que el
narcotráfico, una fuente económica y de vida reconocida en Ciudad Juárez,
provocó desequilibrio al momento que los cárteles3 de drogas no estuvieron
de acuerdo con la negociación de territorio y la plaza4, combatiendo día con
día el poder y control sobre la venta de narcóticos. Esto condujo a una serie
de eventos desafortunados, en los cuales la violencia, actos dolosos y, sobre
todo, de índole brutal, se dieron cita con la muerte; lo cual se vio requerida
diariamente en la ciudad. Valencia, en su artículo “Ciudad Juárez llego a los
3,000 asesinatos en 2010” asegura que, a dos semanas de su fin, 2010 fue el
año más mortal que Ciudad Juárez jamás haya visto (2010).
Era del saber público, que todos los días hablarían en televisión y periódico,
incluso el radio, de cuantas personas habían fallecido a causa del narcotráfico
y, esto, provocó que los detalles horrendos de ejecuciones públicas y
persecuciones, llegaran al oído no solo nacional, sino al conocimiento
internacional; poniendo a Ciudad Juárez, como lo titulo Ortega en su artículo:
“Ciudad. Juárez, por segundo año consecutivo, la ciudad más violenta del
mundo”(2010).
Se antecedía la ideología que Ciudad Juárez era una ciudad violenta, debido a
que asesinaban a mujeres; como lo menciona Monárrez en “La cultura del
feminicidio de Juárez” los asesinatos cometidos contra niñas y mujeres
iniciaron desde 1993 (2000). Era del saber público que, la ciudad, no solo
brindaba oportunidades de trabajo en la industria y crecimiento económico de
acuerdo a la DESEC6, sino que también, existía la posibilidad de encontrar la
muerte. La muerte evolucionó y no solo decidió tomar la vida de jóvenes
mujeres; también se asoció con el crimen organizado y pasó, de ser un hecho
esporádico femenino, a todo un acontecimiento diario en las cuales, las
persecuciones, así como los enfrentamientos armados en lugares públicos, se
hicieron comunes. La vida de hombres de diferentes edades, estatus social y
origen nacional, se enfrentaban a la muerte por el poder del manejo de un
mercado negro7. De acuerdo a los análisis estadísticos de Limas Hernández
los crímenes documentados y ocurridos en Ciudad Juárez en el 2009, revelan
que el mayor número de personas afectadas por hechos violentos eran del
sexo masculino. Esto significa que 9 de cada 10 afectados eran hombres
(2014). Para el 2010 había 1, 332, 131 habitantes, de los cuales el 28.17% su
entidad de nacimiento era de otro estado de la república, que residían en
Ciudad Juárez y el 3.7% era de otro país (IMIP8 2013). Lo cual indica que,
casi la tercera parte de los habitantes no eran personas nacidas en la entidad y
que buscaban una oportunidad de vida. Reconocido, que las oportunidades
laborales que brindaba la industria maquiladora, eran fuentes de empleo que
atraían a personas de otros puntos del país y que se establecían en la entidad.
Y, ¿Cómo es que la visita de la muerte se hizo cotidiana y se forjó como
signo de cultura?
Diario de Juárez/2010
Se convivía diariamente con números rojos que indicaban peligro, pero que,
aun así, se vivía comúnmente como respirar o beber agua. Era habitual pasar
frente a un lugar público y observar que estaba cercado, protegido y
resguardado por policías municipales, federales y el ejército, debido a que
“habían matado a alguien”. Quizá hubiera parecido que la ciudad estaba en
un toque de queda, no se visualizaba a ninguna persona fuera de su casa
después de las 22:00 horas. La vida nocturna se apagó por completo,
únicamente sobrevivieron algunos restaurantes y bares que no se dieron por
vencido y continuaban brindando sus servicios. Los negocios tenían horarios
limitados debido a la ola de violencia que golpeaba la ciudad.
Entonces ¿qué era lo más temido? Un arma hecha humano conocido como
sicario. El sicario, según la definición utilizada por Mérida Escobedo
obtenido del diccionario de la Real Academia Española es un asesino
asalariado. Es decir, cualquier individuo que da muerte a otra persona con el
fin de obtener un lucro (2015, p.2). Eran reconocidas las características que
sobresalían entre los jóvenes (de fácil detección), a este estereotipo forjado de
interés monetario, para llevar a cabo la actividad de muerte. Esta, se pagaba
por cabeza. Por la fuerte demanda, esta actividad no solo se llevaba a cabo
por profesionales en la materia, sino por jóvenes interesados en obtener
dinero fácil que no contaban con escrúpulos o simplemente gustaban de
ignorar la importancia de la vida humana. La demanda del sicariado9 fue
inminente durante este período en Ciudad Juárez, y por supuesto, el aumento
de estos mismos. A consecuencia de esto y la falta de experiencia, los
asesinatos no se efectuaban únicamente eliminando al sujeto en cuestión, sino
que abusaban de este poder y daban muerte a personas inocentes.
La muerte era una convivencia cotidiana que fue creciendo hasta convertirse
en una función social12, donde la sociedad estaba siendo direccionada,
creando un estilo de vida y conducta relacionada completamente con la
mortalidad. Fue predictor que, por la misma razón, era un componente común
con el que se podía encontrar a diario. Se visualizaban sucesos como película
de acción/terror; la única salida (si se presenciaba una escena de este tipo) era
cerrar los ojos y taparse los oídos, rogándole a la muerte que no te llevase y
pidiéndole a Dios, la oportunidad de seguir con vida. Debido a la habitual de
las escenas fuertes, de cuerpos de hombres sin vida, derrames de sangre en
las calles, estruendos de arma de fuego y casquillos dispersos por doquier, se
creó una insensibilidad hacia aquello, que, en algún momento, fuese
espantoso. No había sorpresa, solo un dolor constante de la sociedad por vivir
de esta manera. Las cuestiones como: “lo encontraron muerto”, “lo
acribillaron”, “son desconocidos”, crearon en los habitantes juarenses un
escudo de inmunidad donde la única salida fue empezar a sobrevivir cada
hecho mortal.
También existe, lo que se conoce como “la generación perdida”. Los jóvenes
de edad actual entre los 21 y 28 años, que en aquel 2007 eran adolescentes-
jóvenes, no conocieron el esplendor de la ciudad, principalmente la vida
nocturna que fue arrasada por la ola de violencia. Su conocimiento fuese,
hasta entonces, lugares clausurados y cerrados, estado de alerta, negación de
eventos sociales, limitantes de convivencia y desarrollo social.
Desde la fundación de Ciudad Juárez, es “sonado” que, por ser frontera con
Estados Unidos, el tráfico de sustancias ilícitas está presente; en losaños
veinte cuando la venta del whiskey era ilegal y ahora, en la actualidad, con
narcóticos. A casi diez años de haber iniciado la movilización de cárteles y
haber forjado un territorio de guerra, la ciudad en el 2014 inicia su
recuperación y su levantamiento como “la espuma”. Las cualidades apagadas
de una sociedad lastimada salieron a flote; se reinició el perfil donde no hay
discriminación social, donde las personas son cálidas y amables: te dan la
bienvenida y se comportan como amigos, como si fuesen conocidos de
muchos años.
Al iniciar esta situación, pareciese que “pasaría” rápido debido a que eran
acciones increíbles. Las detonaciones a cualquier hora y en cualquier lugar.
Se visualizaban las ejecuciones en vía pública a medio día cuando los niños
salen de la escuela, en un restaurante familiar, en la casa del vecino, saliendo
de la iglesia o dentro del centro comercial. Los negocios “muertos”, cerrados
o sin color, con horarios restringidos. Las calles vacías y las personas en la
máxima precaución. Los fraccionamientos cerrados y cercados con
protección para poder, un poco, delimitar la privacidad. Ahora, un dolor que
duraría en poder recuperarse, se dice con orgullo, que Juárez se levantó desde
las cenizas. La vida nocturna se está recuperando. Restaurantes, salones y
negocios re- abrieron sus puertas volviendo apostar en la imagen y el color.
La ciudadanía sale a la calle con la confianza, pero con cautela, desafiando
las estadísticas para animar su ciudad y verla renovarse.
Bibliografía | Referencias
Laura Fisher Jorge Espejo. (2011). Mercadotecnia (4ta ed.). México D.F.:
McGraw Hill.
** Fuetes Electrónicas**
Chouza, P. (2012, 20 abril). Cinco asesinadas en 24 horas en Ciudad Juárez.
Foto: Alejandro Bringas (EFE). Obtenida de El País:
http://elpais.com/elpais/2012/04/20/mujeres/1334906408_133490.html
1. Significado de la imagen de la muerte representa una dama en sociedad (La catrina. Una imagen para la
eternidad. Fugellie. 2012)↩
2. Mujeres asesinadas en Ciudad Juárez de 1993 a 1999 (La cultura del feminicidio en Ciudad Juárez. Monárrez.
2000)↩
3. Se define como organización ilícita vinculada al tráfico de drogas. (Fernández López. 2016)↩
4. Distribución o lugar que incluye las actividades que hace la empresa para que el producto esté disponible para
sus clientes objetivo (Kotler, Armstrong. 2014)↩
5. Es la actividad que diseña comunicaciones persuasivas e identificables que se transmiten por medios de
comunicación (Fisher, Espejo. 2011)↩
7. Comercio clandestino e ilícito practicado en período de racionamiento y de control de precios . Black market.
(Enciclopedia de economía. http://www.economia48.com/spa/d/mercado-negro/mercado-negro.htm. 2016)↩
11. El refrán popular refleja la mentalidad de un pueblo de una época y un lugar (Almena, 1996)↩
12. Se define como la función que esta dirigida de individuo a individuo, de grupo a grupo, condicionada por las
expectativas de conducta, ajustada a normas y persiguiendo fines (Weber. 2006)↩
13. Compañía Gas Natural de Juárez, de Grupo Imperial. Campaña Publicitaria “Siente orgulloso de ser de Juárez”.
(http://orgullosodeserdejuarez.mx/. 2016)↩
gabriel.garza@uacj.mx
Resumen
Todos nacemos con la habilidad para el dibujo y la ilustración, pues hay que
recordar aquellos días en lo que de pequeños tuvimos un gran interés por
tomar lápices y colores y plasmar en un hoja diferentes escenas producto de
nuestra creatividad e imaginación; sin embargo, para muchos al ir creciendo,
la actividad de dibujar pasó a un segundo plano, dejando en nosotros la falsa
idea de que no se sabe dibujar. (Foto. 2).
Dibujo de personaje realizado por madre e hija. Marzo 2014. Ciudad Juárez Chihuahua. Rafael Garza.
Día a día los humanos con nuestra capacidad de observar, analizar y tomar
decisiones aportamos nuevas soluciones a los problemas existentes. (Guilera
2011). Desde el comienzo de la historia el ser humano se ha visto envuelto en
un problema de comunicación que ha resuelto de diversas formas, una de
ellas es el dibujo y como ejemplo tenemos las pinturas rupestres que son los
primeros indicios de la necesidad de comunicación y la creatividad de los
primeros seres humanos para lograr representar las ideas en trazos y dibujos.
Después de estas figuras en piedra, la historia del hombre es contada a través
de la ilustración por medio de miles de pinturas y esculturas.
Algo que he notado como docente que imparte clases relacionados con el
dibujo, la ilustración y la animación es que el alumno viene con la idea de
que el diseño es tecnología, programas de diseño y no se equivoca, pero
como lo mencioné antes, tal como el dibujo es una herramienta en el proceso
de diseño, también la tecnología es solo una herramienta en este proceso.
Siempre he considerado que enseñar este tipo de materias es complicado y un
gran reto para el que lo enfrente, pero no es imposible. Los alumnos que
entran a estas materias, algunos de ellos, no tiene el gusto por el dibujo, la
ilustración, la animación y tal vez no han tenido contacto con algún tema
relacionado por mucho tiempo.
Existen estudiantes que tienen gusto y sobre todo habilidad para el dibujo, la
ilustración y la creación de personajes. Lo que he visto durante mi tiempo
como docente es que no siempre se les puede generar el gusto por estas
actividades, pero el reto está en que entiendan la utilidad y le den un
significado en la práctica. No todos tienen la misma habilidad. Debemos
tener en cuenta que, así como hay diferentes tiempos de enseñanza, también
hay que mencionar que todos aprendemos de formas distintas.
La Creatividad siempre ha sido una palabra llevada a sus límites por quienes
han tratado de definirla. Muchos con palabras rebuscadas y otros con
conceptos simples y que a su vez dejan en el aire una definición incompleta
pero aun que no la podamos definir o cada quien tome un camino distinto, la
creatividad es algo innato del ser humano. Jay Brand doctor en ciencias
cognitivas en un artículo publicado en ”HOW” Magazine, Design ideas at
work, junio de 1999, dice que se ha mostrado que la creatividad raramente, si
acaso, involucra ideas completamente nuevas u originales, en vez de eso la
mayoría de los trabajos creativos integran eficientemente información
existente y conceptos en síntesis inusuales o yuxtaposiciones, junto con un
mínimo de novedad, nos lleva a esa frase que dice que todo bajo el sol ya ha
sido creado por ejemplo, los aviones, no habrían sido creados sin antes haber
observado, investigado, a las aves volar y así podemos mencionar muchos
ejemplos al respecto.
Henri Matisse, el artista francés, decía que dibujar es un gesto con la ventaja
de la permanencia. No estamos en contra de la tecnología o de los avances
tecnológicos, al contrario, son parte importante del desarrollo del ser humano,
de la sociedad. Pero un buen diseño se comienza, aparte de una buena
investigación, con un buen boceto el cual se logra conociendo los
fundamentos del dibujo, de la ilustración. No podemos dejar que los procesos
tradicionales mueran, queden olvidados puesto que son la base de donde
surge toda creación.
Entre las preguntas hechas a los estudiantes, se les cuestionó si sabían que era
un apunte, que era un boceto y que era un estudio lo cual la mayoría no supo
contestar de forma correcta. Se les pregunto que si se consideraba una
habilidad fundamental el saber dibujar para estudiar la carrera de diseño lo
cual la mayoría contestó que no. Se les explicó la importancia de saber
simplificar formas. A su vez se reunió a grupo de estudiantes de niveles entre
intermedio y avanzado y se les hicieron preguntas similares y las respuestas
fueron variadas; pero en su nivel, contestaron que, si bien el sabe dibujar no
era una habilidad obligatoria para la carrera, si era una herramienta
importante para diseñar.
Una respuesta que ellos dieron a la pregunta del proceso creativo y de diseño
fue que la mayoría ha dejado de bocetar en papel y con lápiz porque
considera que ya es una parte obsoleta del proceso de diseño y que ya no se
practica ni en las clases, se está en desacuerdo por que se conocen docentes
que les exigen el bocetar.
¿Quién o quiénes son los responsables de que esta base para la creación de
productos visuales esté quedando atrás? Podríamos decir que tanto uso de la
tecnología está volviendo obsoletos estos procesos, que entre más digitales
nos volvamos estamos haciendo mejor nuestra labor. Pero debemos entender
como ya se mencionó anteriormente que la tecnología así como el dibujo son
solo herramientas que nos permiten realizar la labor de comunicadores
visuales. Los responsables somos nosotros, los encargados de transmitir lo
que es el diseño y sus procesos a la sociedad, al no saber cómo explicárselo
se forma la idea errónea de lo que es el diseño y comienzan a eliminar esos
procesos que son fundamentales para el desarrollo de cualquier producto
visual. El permitir como trabajadores del diseño que la comunicad dicte
nuestros formas de trabajar ya sea por necesidad o por obligación nos evita
completar un proceso donde lo más básico del diseño como bocetar queda a
un lado y los más fácil como observa y modificar lo que ya existe es lo más
conveniente en esto tiempos donde la vida solo se detiene para tomar aire y
continuar.
Bibliografía | Referencias
ameame.textil@gmail.com
Origen de la vida
se dice que a través de un soplido Dios hizo lo que hay sobre la tierra.
Relatos tarahumaras...
Resumen
Los textiles son vitales para la herencia de las culturas, en ellos podemos
encontrar la historia de cada pueblo, la forma en la que ven el mundo. Los
textiles además de ser objetos utilitarios de consumo para cubrir necesidades
básicas como la protección del clima, pueden ser objetos rituales o
decorativos, pueden mostrar cómo trabaja una población con el medio en que
se encuentra, cómo los materiales contribuyen para plasmar su espiritualidad
y nos hablan de las herramientas, además de sus manos, que utilizan para
expresar su visión del mundo.
Durante las visitas de campo durante el periodo de marzo del 2015 a julio de
2016 en el cual se identificó las principales zonas de producción textil y sus
principales artesanos, además de la interpretación de algunos elementos
representados en sus textiles considerados de valor cosmogónico, y como a
través de esta manifestación se encuentra la preocupación de la transferencia
de la técnica del tejido a la siguiente generación, transformando este saber-
hacer. Tomando investigaciones contemporáneas como la Aguilera (2011) en
su etnografía de la Faja rarámuri, Pintado (2012) sobre la dualidad de su
cultura y el proceso creativo, Rodríguez (2012) quien dedica su trabajo a la
historia de los tarahumaras y Olmos (2005) en la estética cosmogónica de las
culturas del norte. En base en estas investigaciones se desarrolla el tema de la
cobija rarámuri en su ritual de muerte.
La misma sierra los divide en alta y baja, la alta es para quienes viven arriba
de las montañas, principalmente esta zona es donde el clima es más frio y la
baja en donde se acercan a climas más tropicales (Sariego, 2015).
Existen relatos, textos académicos y material documental que habla sobre los
elementos sobre el entorno de creación y sus procesos para el desarrollo del
tejido. Elementos representando, sueños, pensamientos, sus mitos y creencias
estos, pueden verse en las cobijas, uno de los textiles representativos, toma un
papel de importancia en el ritual de vida y de muerte (Pintado, 2012;
Rodríguez, 2012; Aguilera, 2012). Por medio de la investigación “El telar
horizontal rarámuri” (Marceleño, 2016) hemos encontrado también que este
objeto se encuentra en peligro de extinción dentro de su producción artesanal
y de ritual.
Para entender cómo se conforma el tejido de una cobija debe entenderse que
los hilos son el material fundamental para su creación, es el elemento mínimo
que al ser trabajado en un conjunto, crea un producto más grande que tiene
una carga simbólica importante para la cosmovisión de este pueblo. La
mayoría de estos textiles están tejidos en dos tonalidades naturales, se utiliza
el material original de la lana de los borregos que se tienen en crianza, en
negro y blanco. Cada uno de estos tonos tiene un significado en especial, el
negro hace alusión del cosmos: la noche, el blanco a estrellas y caminos
iluminados. Se utilizan también algunos pigmentos naturales y
posteriormente con el intercambio resultado del mundo contemporáneo,
también algunos pigmentos artificiales.
Es importante resaltar que para los rarámuri, la dualidad está presente en su
cosmovisión, es decir que no hay bien sin mal, día sin noche,
femenino/masculino, frío/caliente, arriba/abajo, amanecer sin atardecer, por
ello sus relatos se basan en “si haces bien o si haces mal", ellos mismos se
llaman hijos de riosi y los blancos o mestizos hijos de riablo.
Este ritual se practica con el recién nacido tres o cuatro días, dependiendo si
es hombre o mujer. El oriwuame, sueña el nombre del bebé y su posible
papel en el mundo, luego introduce la fuerza vital en el pequeño, pues aún no
tiene alewas o almas, para convertirse en rarámuri (Merril ).
En este ritual nos damos cuenta de la relación de los hilos con su cosmos y
cómo el portar la cobija por quien está conectado todo el tiempo con el
mundo de las almas, es de importancia para esta cultura. En algunas otras
investigaciones se menciona que se porta este textil en los rituales que son
guiados por el oriwame, aunque no se adentran en muchos detalles, sin duda
este elemento cultural es fundamental para los rarámuri, además de ser un
objeto de uso cotidiano.
Este relato nos muestra la importancia que tiene para ellos cuidar el mundo
natural en el que habitan, pues se consideran sus guardianes, también da
muestra de cómo las malas conductas y malos pensamientos los pueden llevar
a hacer el mal y son castigados con la muerte.
Foto 1 1892, Narárachi, Chihuahua, Mexico. Carl Lumholtz. American Museum of Natural History.
Los rarámuri tienen la creencia de que al morir emprenden una nueva vida,
para ellos se lleva a cabo un largo viaje caminando que finaliza en el cielo,
lugar donde residen los muertos. Se dice en los relatos que llevan una vida
semejante en muchos aspectos a la terrenal, pero libre de penas y de las
molestias de los chabochi6 (Plancarte, 1954, p. 56). Es por eso que la
preparación en las fiestas se despide al difunto, se le prepara para el viaje con
alimentos y protección, en los siguientes días.
Se dice también en los relatos sobre la siguiente vida, que para los rarámuri
los muertos viven del otro lado, hacia donde se pone el sol. Cuando se pone
el sol en este mundo, en el otro amanece pasan al mundo de las almas
(Cardenal, 1993, p.34) es por eso que el cuerpo en el ritual al ser acomodado
para despedirse y la manera en que es enterrado su cabeza va hacia donde se
pone el sol, del otro lado del mundo continuaría caminando hace el oriente.
Cada una de estas fiestas se hace en los años consecutivos a la muerte, pero
conforme pasa el tiempo se hace una mayor celebración. Para la primera
celebración, que es cuando recién muere el rarámuri, participan solo los
familiares cercanos y personas allegadas a él, pues se dice que, es a ellos a
quienes enfermará en caso de que no lo ayuden a seguir su camino a la
siguiente vida. Para las siguientes fiestas, que se llevan a cabo los siguientes
tres o cuatro años, hay una mejor preparación y más invitados que lo alienten
a llegar al cielo.
También en los relatos se explica que la familia directa, esposa e hijos, madre
y hermanos, deben de salirse de sus hogares, solo como precaución en caso
de que el difunto no se dé cuenta de que está muerto y decide regresar a casa,
ya que puede enférmalos o hechizarlos en caso de que no hayan cumplido
con las festividades.
Muchas cosas contaban los viejos, las platicaban también los primeros
que vinieron. No la supieron ellos mismos, las creían del mismo modo
que los pueblos pobladores. Desde antiguo sabían, y vivían con ese
conocimiento, que un día este mundo iba a acabarse. Decían que cuando
fuera a acabarse la tierra, tendrían primero que arreglar bien una cobija
llamada churita. Hay dos clases de churitas: una cobija se llama
ri’wituama, esta tejida del mismo modo, pero [con el hilo] más torcido.
Es como una cobija llamada gawisori, pero más retorcida. Cuando la
tierra pues, fuera a acabarse, cuando fuéramos a morir todos los
habitantes del mundo, ya tendríamos que tener totalmente terminada la
churita, porque dicen que esta es buena y esta será la que nos salve. Si
nos cobijáramos con el gawisori cuando fuera a consumarse la tierra,
una vez que estuviéramos así acobijados, la misma cobija nos devoraría
del todo. Esto no pasaría con la churita, porque dicen que esta nos
salvaría. Cuando el agua fuera llegando arriba de los cerros, que
entonces nos estemos en cuevitas cobijados, tapando donde haya
agujeros para que no se meta el agua. Y dicen que el agua no entrará por
que la churita será nuestra salvadora (Erasmo Palma comunicación
personal en González, 1987, pp. 407-408).
Este relato nos remite también a que los rarámuri son protectores del mundo
natural y cuidan su entorno, por eso el cuidado de sus recursos naturales solo
para lo que es necesario en su cotidianidad: alimentación, indumentaria y
protección, pues se dice que “tata Dios” podría castigarlos ahogándolos en la
inundación, como en el relato de la creación explicado al inicio.
Sin embargo además de los materiales y herramientas, para los rarámuri hay
una preocupación para la trascendencia de este saber hacer, Sabina Aguilera
(2011) tiene un importante trabajo de investigación sobre esta trascendencia
del saber, trata de diferentes comunidades dentro y fuera de la sierra
tarahumara. En sus trabajos habla sobre los elementos iconográficos de la
greca escalonada y la espiral, interpretándolos en los textiles rarámuri, su
enfoque es en la faja, dado que tiene más elementos de interpretación, pero
no menos importantes que los de la cobija.
Dios fue el primero en hacer los caminos y luego ya pasaron sus hijos.
Cada rarámuri tiene su camino y debe esforzarse por trabajar y hacer
bien las cosas para ir por el camino de Dios, que va hacia arriba,
mientras que el camino del diablo va hacia abajo (Catarino,
Comunicación personal 2004 en Aguilera, 2011, p.83).
Los diseños que los rarámuri plasman en sus textiles representan los diversos
factores que componen su sistema de creencias, los elementos básicos con los
que se incorpora al mundo de las almas son representados en las cobijas. Uno
de los elementos que hace la diferenciación de una cobija utilizada para uso
cotidiano y otra para ritual, son los flecos, ya que en ellos se representa la
cosmovisión de los rarámuri, los pilares en los que sostiene el universo:
Los flecos en las cuatro esquinas del textil -a las cuales se les llama
nakara u oreja- son los cuatro postes, mientras que las [líneas] que
corren a lo largo del textil, representan los distintos pisos del universo
(Levi, 1998 en Aguilera, 2011, p. 134).
El universo que es representado con líneas, que conforman los niveles del
cosmos, es representado con líneas punteadas, diagonales o con intervalos
que hacen referencia a los caminos por los que debe de pasar un rarámuri,
pues se dice que en estos caminos ellos van determinando su propósito en la
vida, con la toma de decisiones que van haciendo en este recorrido.
Foto 3 Cobijas rarámuri. Museo regional Creel 2015. Rocío Marceleño
Puede decirse que, en las representaciones del tejido con los rarámuri, hay
una constate entre el ciclo de vida y muerte, y de vuelta. Con los hilos y
tejidos resguardan estas representaciones, que llamaremos artísticas como lo
sugiere Olmos (2009) en sus análisis de la estética de las culturas del
noroeste. Sus estudios hacen la articulación de estos saberes, con un sistema
de representación artística desde la visión de la estética del ritual:
Referencias
BONFIGLIOLI, C. (2006). Las vías del noreste I: una macro región indígena
americana. México: UNAM Instituto de Investigaciones Antropológicas.
LEVI, J. (1988). The Bow and the Blanket: Religion, Identity and Resistance
in Rarámuri Material Culture. Journal of Anthropological Research, Vol. 54,
No. 3 (Autumn, 1998), pp. 299-324. University of New Mexico. Recuperado
de: http://www.jstor.org/stable/3630650
1. Etnólogo noruego, llegó a México en 1890, sus estudios e interés por los pueblos que aún en tiempos modernos
vivían, según sus propias palabras, en la época de las cavernas, lo llevó a Chihuahua y Jalisco, principalmente.↩
7. Fundación Banamex, Fundación JUMEX, Museo Textil Oaxaca, CDI Comisión Nacional de los Pueblos
Indígenas, FONCA Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, CENIDART Escuela de Artesanías del Instituto
Nacional de Bellas Artes, PACMYC Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias, etc.↩
6
Dobles exequias, envoltorios sagrados y el cambio de
ropa en Pomuch, Campeche
Jorge Cervantes Martínez
jcervantes1.1@hotmail.com
INAH-Guerrero
Resumen
Al morir una persona la (s) entidad (es) anímicas que la conforman dejan el
colectivo de los vivos y se incorpora al mundo de los muertos. El transito
implica una serie de rituales dependiendo de la sociedad en cuestión.
De tal manera, que existe una noción del cuerpo intercambiable y cubre una
realidad interior. La metamorfosis del cuerpo conlleva a nuevas capacidades,
donde éste no debe entenderse como el aspecto material de la persona, sino
como un “haz de las condiciones” es decir, un conjunto de habilidades y
componentes típicos del ser. Así cuando, las osamentas al estar envueltas en
una tela, se les proporcionan un cuerpo que no sólo les permite incorporarse
al mundo de los muertos sino que, además, se les proporciona habilidades y
comportamientos propios del colectivo de los muertos.
Sus habitantes recuerdan que en sus amplias calles, por las tardes y en época
de lluvia se escuchaba el croar de las ranas, situación que los hace afirmar
que de ello deriva el nombre de Pomuch, “lugar de croar de las ranas”.
De acuerdo con Danièle Dehouve (2007) a los paquetes sagrados se les ubica
tanto en “el centro de México (nahuas), como en el sureste (purépechas,
mixtecos y zapotecos), y la zona maya” (p. 39) y en el noroccidente del país
(huicholes) (Neurath, 2010).
Los restos óseos, envueltos una tela con el nombre del difunto bordado, se
colocan en pequeñas cajas de madera y llevados a los osarios familiares.
Cabe señalar que el pixan no se incorpora inmediatamente después de la
muerte al colectivo de los muertos sino que permanece en la tierra hasta que
el cuerpo-carne que lo envuelve se desintegra. Durante éste periodo liminal
tienen lugar una serie de rezos y en el transcurso de esos tres años vive en el
cementerio. De acuerdo con Van Gennep (1986), es un periodo peligroso,
pues se cree que pueden enfermar principalmente a los niños y a los ancianos.
Ahora bien, para explicar la función de todo lo anterior, de acuerdo con las
concepciones teóricas asentadas en las ontologías y el perspectivismo, el ser
humano se percibe como una unidad mixta compuesta de una interioridad y
una fisicalidad, condición necesaria para identificar las semejanzas y
diferencias entre las sociedades. De acuerdo con Philippe Descola (2012),
estas semejanzas y diferencias se basan en principios de identificación y su
combinación es reducida, de tal manera que las sociedades definen al ser
humano o no-humano por:
Debajo del envoltorio o Kukut se ubican las entidades anímicas que permiten
poseer la intencionalidad o subjetividad (humanidad) y que normalmente son
idénticas a la de otros existentes. En este sentido, se trata de una distinción
entre una esencia antropomorfa de tipo espiritual, común a los seres
animados y una apariencia corporal variable, propia de cada especie. Esta
apariencia no es un atributo fijo, sino un envoltorio, una “ropa”
intercambiable y desechable.
Esto es visible en las distintas narraciones míticas donde existen seres cuya
forma y comportamiento se mezclan con atributos humanos y no-humanos.
Viveiros de Castro (2004) propone que esto se debe a que “la condición
original común a humanos y animales no es la animalidad, sino la
humanidad” (Ibíd.: 42). Así que los humanos son los que continuaron siendo
iguales a sí mismos; los animales son ex-humanos y no los humanos ex-
animales. De manera que, la referencia común a todos los seres de la
naturaleza no es el hombre en cuanto especie, si no la humanidad en cuanto a
condición. De ahí la importancia de la noción de “ropa”, pues es la que
esconde una esencia humana-espiritual común entre los distintos seres que
habitan el mundo.
Dichos componentes son los que permiten interrelacionarse con los diferentes
seres del cosmos. De ahí, que los distintos colectivos no difieren entre sí por
la ausencia o presencia del alma, sino, por la diferencia corporal (figura 3) Es
esa diferencia corporal o envoltura la que hace la partencia a un determinado
colectivo. Por tanto, el que los no-humanos posean intencionalidad y
conciencia, les permite tener un punto de vista, ya que un sujeto con alma es
capaz de ejercer un punto de vista de acuerdo con el tipo de cuerpo que posea
(Viveiros de Castro, 2004).
“cada año hacían memoria ante la caja (con cabellos, huesos y la piedra
que representaba el corazón del difunto) y hacíase con sacrificar
codornices, aves y mariposas y conejos; ponían también ante la caja e
imagen del difunto mucho incienso y ofrenda de comida y vino de rosas,
e unos cañutos o cañas que dicen acáitelt, que son unas de dos palmos,
llenas de cierta confección odorífica (tabaco) cuyo humo reciben por la
boca y dicen ser sano para la cabeza. Estos ofrecían cada año, hasta
cuatro, por la memoria en la cual vivos emborrachan y bailan y lloran
acordándose de que muerto y de otros difuntos” (Las Casas, 1987:184).
“El campo santo estaba cerrado por un muro alto de piedra. El interior
tiene cierto arreglo planificado y en algunos lugres había tumbas
construidas sobre el suelo, pertenecientes a familias de la villa, con
coronas secas colgando y ofrendas votivas exvotos. La población
tributaria de este lugar eran alrededor de 500 gentes, éste cementerio
había sido abierto hacia cinco años y todavía presentaba un espectáculo
espantoso. Había tumbas nuevas y en muchas bóvedas, criptas o
cámaras había un cráneo y una pequeña colección de huesos en una caja
o amarrados con un pañuelo” (2003:265).
Las ideas conectadas con el otro mundo son también de carácter cristiano y se
considera que algunas almas van al cielo o al purgatorio –sobre todos los
suicidas- y las muy malas van al infierno.
La exhumación se realiza por las mañanas y los restos son puestos al sol.
Posteriormente, son colocados dentro de cajas de madera cubriéndolos con un
mantel blanco bordado con figuras de ángeles o flores y el nombre del
difunto. A continuación, se colocan en el nicho familiar para que puedan ser
visitados y sea posible platicar con ellos , de acuerdo con los pobladores
“faltando ocho días para el mes de noviembre, a los restos se les cambia su
ropa, tiene que ser nueva, porque es la pureza y ellos se sienten bien, la tela
no se lava, la ropa tiene que ser nueva y no se lava, cada año tiene que
cambiarse no solo en noviembre, también se hace el días su cumpleaños y se
les borda su nombre” también en ese momento se les realiza su novenario.
Los restos óseos son colocados dentro de cajas de madera, no importa si son
de adultos o niños. Se acomodan de tal manera que los huesos de los pies y
costillas quedan por debajo de los huesos largos y el cráneo, parece como si
estuviera viendo por encima de la caja (figura 6).
De tal suerte que el osario funciona como una casa para el difunto y los otros
familiares. Estos osarios o contenedores rituales, son “multifamiliares”,
orientados hacia la calle principal de tal manera que los “residentes puedan
ver por encima de la albarrada” a los habitantes vivos de la comunidad.
Los osarios son “sus casas” ahí viven los difuntos, al parecer el cementerio es
un espacio dentro del pueblo donde viven los muertos, pues parte durante el
proceso funerario se dice “ahora te vas a vivir a tu nueva casa”. Al que
resaltar, que algunos de los nichos tiene la forma de la estructura de la casa
“típica maya” además, los colores iguales a las casas donde los vivos.
Ahora bien, es por medio del envoltorio o paquete que tiene lugar las
relaciones sociales entre los muertos o ancestros y los vivos, esto es posible
ya que se trata de exhumanos y aun poseen atributos análogos pese a su
diferencia corporal. Además, los componentes como el ool, kinam, tucul y
uuay permanecen en los restos óseos. Esto es lo que permite la comunicación
entre vivos y muertos, pues además al no tener un cuerpo-carne les permite
comunicarse con la Virgen y Dios para que manden la lluvia así como que no
provoquen enfermedades. Los muertos son los intermediarios entre los vivos
y las entidades que mandan la lluvia (La Virgen y Dios) pues se les habla, se
les cuestiona y se les platica todas las cosas suciedades en la familia y en el
pueblo, a cambio se les entrega comida y se les pinta sus casas (nichos de
osarios).
Textos referenciados
Ayala F., M. (2002) El bulto ritual del mundo perdido, Tikal 2002.
Mass C., H. (2006) “La muerte y sus rituales en la cultura maya” Temas
Antropológicos, vol. 28, pp. 179-193.
Entidades anímicas presentes en el humano y no-humano, así como sus características (elaboración
JCM)
Ubicación de las comunidades del Camino Real. Campeche-Mérida (foto JCM)
1. La palabra hanal significa comida que se descompone en dos morfemas, há, que es agua y nal, que es mazorca
en caña o elote.↩
2. De acuerdo con el Diccionario Calepino Maya Motul (2001:494) pixan significa cosa que está cubierta.↩
3. Hay que señalar que el Camino Real es una ruta de las más antiguas que comunican a Campeche con Mérida,
abierta desde el siglo XVI donde después se construyó la vía del ferrocarril. Hoy se accede a estos poblados por
medio de la carretera federal 180. El Camino Real incluye a los municipios de Calkiní, Hecelchakán y Tenabo –
parte norte del estado- donde se encuentran, mayormente indígenas mayas concentrados en pueblos históricos
cuya principal actividad económica es la agricultura tradicional, el trabajo artesanal y la pesca ribereña.↩
4. Las hectáreas de cultivo se encuentran en el municipio de Champotón, a más de 100 km al sur de Pomuch y en
las zonas aledañas a la población. La preparación del suelo comienza en mayo para realizar la siembra por el
mes de julio; a fines de octubre ya tiene los primeros elotes con lo que realizan el atole de maíz nuevo durante
la celebración de Todos los Santos en noviembre, y la cosecha del maíz para el autoconsumo, la llevan a cabo
en el mes de enero; regularmente, éste es el ciclo de cultivo en Pomuch.↩
6. Según las propiedades que asignas los humanos a los diversos seres existen cuatro modos de identificación
entre humanos y no-humanos: animismo (los no-humanos están dotados de una interioridad igual a la de los
humanos), totemismo (los humanos y no-humanos comporten interiodidades y fisicalidad), analogismo (todos
los seres son distintos entre sí) naturalismo (sólo los humanos tiene interioridad).↩
7. Kukut designa el cuerpo de cualquier cosa animada o inanimada. También es el nombre genérico que reciben
las plantas de bulbo de las liliáceas y algunas amarilídeas.↩
8. Es la creencia que en el mes de septiembre “es el menos adecuado para la caza” ya que los animales del monte
“se intercambian de forma: así los venados toman apariencia de culebras y viceversa, lo mismo sucede entre el
armadillo y el zopilote, loro y tortuga, murciélago y rata. Los gusanos de la flor de mayo se cambia en mariposa
nocturna e inversamente” (Villa Rojas, 1978:450).↩
9. De acuerdo con Descola el animismo es la ontología donde los seres humanos comparten la misma interioridad,
pero difieren en su exterioridad. Es decir, todo los existentes tiene alma, y por tanto, son sujetos que están
organizados socialmente, de tal manera, que no es el alma el gran diferenciador, sino el cuerpo.↩
10. Alfonso Caso (1933) reporta varios casos de dobles exequias “realizando la exhumación el cadáver, cuando ya
había desaparecido la carne” (p. 644).↩
12. En otro relato Stepens (2003) dice “junto a la iglesia y pegado al convento había un gran osario con una hilera
de calaveras al andén de los muertos. Encima del pilar que servía de apoyo a la pared de la escalera había una
oquedad llena de hueso y calaveras, de algunos pies de profundidad, y al largo de las paredes, pendientes de
ellas mecates, metidos en cajones o cestos amarrados en una tapa con los nombres encima, estaban los huesos y
calaveras de diversas personas; y lo mismo en Ticul, se distinguían entre ellos fragmentos de vestidos y aún
algunas calaveras con largas trenzas de cabello negro de una mujer adheridas todavía al cráneo. Estaban limpios
y las costillas a los lados puestos en orden regular, una encima de la otra. Dentro del recinto había una
promiscuidad de cráneos de varios pies. A lo largo del muero, colocados con cuerdas, estaban los huesos y
cráneos” (p.267)↩
13. Este evento anual corresponde a los últimos días de octubre y primero de noviembre donde se ofrece comida a
las almas de los muertos.↩
14. La primera vez que visite el cementerio de Pomuch fue en año de 2006, y al interior existía un espacio
destinado para la sepultura transitorio (tierra) sin embargo, es el espacio destinado para ello, poco a poco fue
despareciendo y ahora han construido gavetas de concreto y encima de ellas, se encuentran las “casitas”
osarios.↩
15. Entre las comunidades de Hampolol, Tenabo, Hecelchakán, Poc Boc, Santa Cruz, Dezibalche, Calkini y Becal
en el estado de Campeche, también tiene la costumbre de exhumar los restos de sus difuntos.↩
16. Las circunstancias de la muerte influyen directamente tanto en el tratamiento del cadáver como del proceso
funerario, pues el cuerpo de las personas que son asesinadas, las que murieron en accidentes y las que se
suicidaron no son exhumadas, ya que se considera que pertenece al “mal” además son enterrados fuera del
cementerio y “embrocados” –boca abajo--↩
7
La muerte en las redes: una reflexión sobre los cambios
ritualísticos de la muerte a partir de las redes sociales
digitales.
Mtro. Juan M. Fernández Chico, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez,
Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey y Centro de
Estudios de Artes Cinematográficas, jmfernandezchico@gmail.com
Resumen
Este trabajo parte de una pregunta clave: ¿cuáles son las representaciones y
rituales sobre la muerte a partir de la irrupción de las nuevas tecnologías de
información, específicamente las redes sociales digitales? Partiendo de las
aproximaciones de autoras como Paula Sibilia y Slavoj Žižek y del
seguimiento de estudios de caso, se hace una revisión y reconstrucción de
conceptos y aproximaciones teóricas que nos permitan dar sentido a las
nuevas manifestaciones que se vierten en las redes sociales a partir del
encuentro con la muerte. Se hizo un análisis metodológico cercano a lo que
Pau Contreras llama una “antropología cibernética”, siguiendo casos
específicos de personas con perfiles en Facebook que fallecieron, desde
personajes públicos hasta personas ordinarias, así como otros trabajos
vinculados a conservar la memoria de las personas fallecidas. Entre los
hallazgos es posible identificar una transformación de las prácticas, o rituales,
asociados a la muerte: una transición de lo íntimo a lo público, en donde las
redes sociales se convierten en una arena pública de momentos privados; el
asignar a las redes sociales un valor de confesionario o puente hacia la
persona muerta; asignarle al espacio digital un valor de gran otro lacaniano,
con un destinatario difuso, muchas veces irreconocible, que muta a partir de
las necesidades quien escribe: desde una figura religiosa a la que se le
reclama la acción o a quien se le encomienda la persona que ha fallecido,
hasta un tipo de espacio en blanco que incluye recuerdos, atributos y
reflexiones.
Pensar en los rituales sobre la muerte que giran en torno a un país como
México, es pensar, de manera generalizante, en una privacidad colectiva,
silenciosa, coronada por los ritos católicos en donde el cuerpo es despedido
entre lágrimas, anécdotas y reclamos. Su relación nos remite inmediatamente
a la tristeza como consecuencia de esa promesa nada segura de ganarnos el
cielo o merecernos el infierno, en donde, a pesar de nuestra cercanía con el
catolicismo y su promesa de la vida en el más allá, la muerte es un
distanciamiento casi eterno de la gente que queremos. Pensamos en círculos
cercanos a la persona que murió, su familia, amigos, gente que lo conocía y
ve en esas ceremonias una forma de despedida.
Cabe mencionar que este trabajo no es un recorrido histórico por los rituales
de la muerte, sino una mirada antropológica a nuevas plataformas de
comunicación y su relación con “morir”. Asumimos que los rituales han
cambiado por el simple hecho de ser un escenario virtual, restringiendo a
poblaciones incapaces de conectarse, por las afectaciones a la identidad que
implica un perfil digital, la ambigüedad de los roles lector/productor que da el
Internet, la libertad del anonimato, la cercanía de diálogo con personajes que
antes se creían inalcanzables, sumando la importancia que implica estos
espacios para la construcción y mantenimiento de un yo virtual. Es decir,
¿cuáles son las representaciones y rituales sobre la muerte a partir de la
irrupción de las nuevas tecnologías de información, específicamente las redes
sociales digitales? Entendiendo que esta irrupción responde a dinámicas de
economía global que impactan de manera particular en escenario locales.
Estas dinámicas inciden no sólo en los rituales alrededor de la muerte, de esto
estamos conscientes y partimos desde ahí.
Paula Sibilia (2008) aborda este fenómeno con un término gráfico: el autor-
narrador-personaje. Esta figura literaria cuenta con los tres elementos
necesarios para una historia: el autor, quien la escribe; el narrador, quien la
cuenta; y el personaje, quien la vive. Lo importante de esta triada es que
todos son la misma persona, la cual muestra su vida como una pieza artística
que tiene el mismo valor que cualquier otra obra literaria. Durante el
momento detonante de la imprenta nunca había suficientes libros, el mundo
seguía creciendo y la información, todavía limitada en cuanto a producción y
distribución, se movía lentamente, cosa contraria al dinámico intercambio de
información de la actualidad. Cada segundo en la Internet se vacía tanta
información como para llenar toda la vida de un ser humano. Podemos
recurrir a la figura del Aleph de Jorge Luis Borges, en donde todo lo
habitable en el universo coincide en un solo espacio, pasando del mundo de
información, al mundo con exceso de información (Trejo, 2006). El espacio
virtual se ve, entonces, como una gran bodega de información que es mucho
más segura que cualquier objeto material, pero tan grande que, una vez ahí,
se perdería en un océano inmenso y tan intempestivo que cualquier esfuerzo
por poner orden acabaría siendo una tarea imposible.
Pero este efecto excesivo se encuentra junto con otro similar: la ambivalencia
de la identidad de los usuarios en donde el yo puede tomar cualquier
tonalidad. El efecto de la distancia y el exceso se suman para permitir que el
usuario mienta cuando le sea necesario y posible.
Slavoj Žižek se suma a los que creen que la Internet no puede tener veracidad
por la cantidad tan grande de falsas identidades. Argumenta que por esa
misma razón la Internet no podrá ser una fuerza de unidad, pues el cara a cara
mediado por el monitor facilita que alguno mientan, acabando con la
reciprocidad esperada (Žižek, 2004b). La figura con la que se identifica a
estas falsas identidades es el término hoax, el cual abarca desde noticias
falsas, hasta personas totalmente ficticias pero que hacen pasar como reales.
Aunque Paula Sibilia nos dice que muchas de las cosas que leemos en la
Internet son reales los usuarios ven en la Internet la oportunidad de ampliar
su red social y darse a conocer al mundo de manera sencilla a partir de
articular narrativas propias para espacios públicos (Sibilia, 2008), y es en este
proceso de narración propia y de negociación con otras narrativas donde
surge la identidad, pero si algo caracterizará a las identidades virtuales es su
construcción a partir de la distancia y el anonimato (Priego, 2006).
Pero hay que entender que los seudónimos y los documentos anónimos han
circulado a lo largo de la historia de la literatura y los medios como parte de
una despreocupación intelectual de los autores y que la figura del autor como
productor de libros es un fenómeno mucho más reciente (Zaid, 2009). La
Internet sólo pone tierra firme sobre este anonimato del usuario en donde,
detrás, puede ocultarse una persona real, compleja, profunda, que ve en esa
identidad virtual un puente directo a su yo, o, de lo contrario, es sólo una
pantalla falsa de alguien de quien no tendremos pista de su identidad real.
Pero Slavoj Žižek tiene una versión diferente que puede sonar aterradora.
Dice que con el simple hecho de que la Red me permita navegar de manera
anónima, desprendido de lo que soy en el mundo real, quita los obstáculos
que restringen cualquier acción injustificada y totalmente arbitraria y
violenta, provocando que el espacio abierto y libre de la Internet se convierta
en un productor incesante de sujetos obligados a gozar de ella, en donde el
simple hecho de la posibilidad de una falsa identidad modifica la forma en
que la construyo (Žižek, 2004b).
Ya sea para hacer pública una identidad falsa o de simplemente narrar nuestra
privacidad en un espacio colectivo, el mundo virtual modifica nuestras
formas de construir y negociar nuestro yo, así como nuestra relación con
otros yo e identidades.
Es un juego similar al del cuento de El traje nuevo del emperador, en donde
un rey se pasea desnudo por la calle, engañado por unos ladrones de qué sólo
esa tela puede ser vista por gente inteligente: el rey se engaña a sí mismo para
no quedar mal frente a su súbditos haciéndose creer que puede ver la tela,
mientras que los súbditos se engañan a sí mismos haciendo creer que el rey
tiene razón y que, al ser una persona sensata, seguramente va vestido, sólo
que ellos no pueden verlo porque son ignorantes, aunque realmente va
desnudo, es decir, todos creen engañar a alguien más, a un tercero
inexistente, un Gran otro que no es el rey ni los súbditos, pero que está
representado en algún lugar entre ellos dos (Žižek, 1992). Ese Gran otro
lacaniano es ese mundo virtual conectado en red (Žižek, 2000), en donde se
le habla a alguien que no existe de manera concreta o individual, sino de
forma colectiva en un mundo en donde todo es simbolizado en donde todos
los que habitan el mundo virtual aceptan las reglas. ¿A quién se le habla
cuando se hace un reclamo en Facebook o Twitter sin receptor, cuando se
levanta una queja, cuando se habla de lo cansado del día, de lo harto, de lo
feliz, de los satisfecho o insatisfecho?
El segundo caso es el perfil de una persona que no es una figura pública con
un número muy inferior al del perfil de Juan Gabriel, Rogelio Valenzuela
Colomo. Este caso. como el de muchas personas fallecidas que tienen una
cuenta activa en Facebook, resulta vital para poder explicar cómo los medios
digitales, en específico ésta red social, ha introducido una nueva forma de
aproximación a la memoria, donde el juego de la memoria pasa del plano
personal al global.
Comentarios colocados en el muro del perfil de Facebook de Rogelio Valenzuela, días posteriores a su
muerte.
El proyecto encabezado por Milo Reinhardt y Conan Lai, destaca más que un
proyecto de intervención artística contemporánea a manera de instalación,
como un proyecto que reivindica la relación entre la práctica artística y la
creación de la memoria colectiva bajo la influencias de los medios digitales.
Ambos artistas comentan que les parecía extraño como los usuarios de
Facebook enfrentan la muerte de algún cercano de manera online y en
ocasiones les es mucho más difícil que en la vida real. Tanto Reinhardt como
Lai comenzaron investigando cómo se expresa el duelo en la comunidad de
Facebook, y a partir de una serie de condolencias y comentarios que la gente
escribe se enaltece la memoria de manera general, donde también participan
aquellos que solo se encuentran “en la “periferia” de su red.
Bibliografía
Augé, M. (2004). ¿Por qué vivimos? Por una antropología de los fines.
España: Gedisa editorial.
Zizek, S. (2004a). Amor sin piedad. Hacia una política de la verdad. España:
Editorial Síntesis.
Revistas
1. Para profundizar en el tema, se puede recurrir al artículo de Fernández (2013), Vigilancia (anticipada),
intimidad expuesta y globalización.↩
8
Muerte asistida: ¿eutanasia tecnológica?
Alejandra Lucía De la Torre Rodríguez
lucia.delatorre@uacj.mx
Resumen
“en las sociedades modernas y con especial intensidad a partir del siglo
XVIII la información y su circulación han tenido una presencia decisiva
y determinante en la historia de los acontecimientos y en la vida social”
(p.13)
Lo que significa que los seres humanos compran debido a que existe una
serie de signos culturales que son incitados a través de la publicidad, de tal
forma que mientras encuentre satisfacción al comprar, el proceso continuará
existiendo. Esto aunado a la necesidad de comunicarse y estar informado,
provocó que se viera inmerso en esa constante de renovar sus aparatos
tecnológicos por otros más avanzados que le permitan comunicarse y a la vez
mantener cierto estatus, por lo tanto, podemos suponer que siempre existirán
nuevas generaciones de personas cada vez más jóvenes con necesidad de
comprar aparatos tecnológicos. (Jeffries, 2007) lo visualizaba ya de esta
manera:
También los mismos autores indican la época en que nacieron, así como en el
entorno en el que se desenvuelven.
Para (Keeble, 2013) existen diferentes tipos de ella, las cuales son:
De tal manera que la calidad de vida aplicada a un objeto para beneficio del
cliente, cuando se encuentra en etapa de desarrollo es comparable con la
calidad de vida que debe tener una persona cuando se encuentra enferma,
también existen normas que deben respetarse y seguir, de lo contrario, es
cuando surge el tema de falta de ética aplicable en ambos casos.
Bibliografía
ATSDR Agency for toxic Substances and Disease Registry (2014) Agencia
para Sustancias Tóxicas y el registro de enfermedades [en línea] [fecha de
consulta: 22 de septiembre 2016] Disponible en:
http://www.atsdr.cdc.gov/index.html
Jimenez Valadez Ana Rosa, Nava Carbellido Víctor Manuel. (2005) ISO
9000:2000: estrategias para implantar la norma de calidad para la mejora
continua. México. Limusa Noriega Editores.
Li Jia, Hongzhou Lu, Jie Guo, Zhenming Xu y Yaohe Zhou. (2007). Recycle
Technology for Recovering Resources and Products from waste printed
Circuit Boards. [en línea]: documento electrónico fuente de internet [fecha de
consulta: 4 de abril 2017] Disponible en:
http://pubs.acs.org/doi/pdf/10.1021/es0618245
Selwyn Neil, (2009) "The digital native – myth and reality", Aslib
Proceedings, Vol. 61 Issue: 4,pp. 364-379, doi: 10.1108/00012530910973776
[fecha de consulta: 31 de marzo 2017]Disponible en:
http://dx.doi.org/10.1108/00012530910973776
Resumen
Saber que la vida es finita, tener conciencia de esa finitud es lo que nos
permite preguntarnos por el sentido trascendente de la muerte, que es lo
mismo que preguntarnos por el sentido trascendente de la existencia, pero por
sobre todo, por el sentido de nuestra propia vida.
Todos estos son aspectos atendidos por el Tanatólogo, quien trabaja tanto con
el enfermo, su familia, como con el equipo de salud involucrado. Sin
embargo, el trabajo de un tanatólogo no termina con la muerte del enfermo
terminal, como sucede con otras especialidades médicas, este trabajo
continúa hasta que los familiares y amigos hayan concluido el trabajo de
duelo y logren la aceptación total de la muerte de su ser querido. Por lo tanto,
un Tanatólogo debe conocer, antes que nada, todo lo relacionado con la
persona humana. Qué es el hombre. Pero el hombre total. No únicamente
partes del mismo. Es decir, en sus aspectos bio-psico-social y espiritual.
Además, debe poseer una gran habilidad para identificar rápidamente las
necesidades de sus pacientes, así como ser capaz de tener empatía con las
personas en proceso de morir o viviendo un duelo, emplear relaciones
interpersonales llenas de significado, con un extraordinario sentido del
humor, humildad para aprender, dar, reconocer y aceptar errores y perdonar,
alta generosidad de dar tu tiempo cada vez que el paciente lo necesite, así
como sensibilidad, competencia profesional, paciencia, honestidad,
flexibilidad y madurez, pero sobre todo el Tanatólogo tiene que haber
explorado su propia espiritualidad. El Tanatólogo, debe estar dispuesto a
entregar su tiempo al enfermo terminal y a los familiares de éste, siempre que
sea necesario para ellos; y debe disponer de todo el tiempo necesario para que
sus pacientes manifiesten sus sentimientos debiendo además estimularlos a
que lo hagan.
Es importante conocer los síntomas y signos que afectan a las personas que
sufren la pérdida de un ser querido, las cuales conforman el proceso de duelo
en sus diferentes etapas.
Nelson Valencia (2000) nos comparte que “la pérdida de un ser querido por
causa de muerte, tal vez sea una de las experiencias más compartidas por
todos los seres humanos, pero existe una gran diferencia en la forma como
enfrentamos tal experiencia”
El vivir con una pérdida no es algo fácil, los sentimientos de dolor vividos
ante una pérdida suelen permanecer por un tiempo que van a depender de las
circunstancias, entornos y realidades de vida de cada persona. En ocasiones
las personas que rodean a los familiares que perdieron un ser querido esperan
que estos vuelvan a la normalidad en unas cuantas semanas después del
deceso, pero, este proceso puede ser vivido durante meses, e incluso años.
Todos los dolientes tienen algunos puntos en común, y entre estos están las
etapas de elaboración del duelo, el conocimiento de estos puntos nos puede
ayudar grandemente al momento de proporcionar ayuda para procesar el
duelo a los familiares del fallecido.
Aunque ciertas personas son capaces de elaborar sus duelos sin ayuda
profesional, esto no es algo que realice toda la gente, un número importante
de personas necesitan ayuda para procesar sus duelos los cuales son difíciles
de resolver sin el apoyo de alguien más. Siendo este el campo de trabajo del
Tanatólogo.
Kübler-Ross
Bibliografía
Calle R., 2011. Enseñanzas para una muerte serena. Ed. Luciérnaga.
Barcelona
Kübler-Ross E., 2009. Una Luz que se apaga. Edit. PAX México.
Sherr L., 1992. Agonía, Muerte y Duelo. Editorial moderno, S.A. de C.V.
México, D.F.
www.tanatologia-amtac.com
10
La inevitable voz de la muerte en la música: Un
acercamiento a la importancia del concepto de la
muerte en la música
Dr. Efrain Ernesto Esperilla Garcia
Dies ire, di es illa.- Obra musical compuesta para esta presentación por el Dr.
Esperilla e interpretada por el Ensamble Vocal I y III de la Escuela de Música
de la UADEC, y acompañada por un track original.
¿Ahora bien, cómo es posible que la música pueda trasmitir o comunicar las
emociones ? Desde el clasicismo y el nacimiento de la Estética como una
disciplina filosófica, se ha argumentado seriamente sobre la factibilidad de
llamar a la Música: Lenguaje. Muchos pensadores argumentaron a favor y en
contra. Uno de los escritos mas significativos lo dió Theodoro Adorno en sus
Escritos Musicales II, argumenta ̈ La Música se asemeja al lenguaje.
Expresiones como idioma musical, entonación musical no son metáforas.
Pero la música no es lenguaje. Su semejanza con el lenguaje marca el camino
hacia el interior, pero también hacia lo vago1 Sin embargo años atrás ya
Schopenhauer había tratado este asunto y de alguna manera había logrado
que el mismo Nietzche con la ayuda de Wagner hubiese hablado tan
fuertemente contra la música con texto:
̈El origen y el carácter de toda la nueva poesía es tan fácil hacerlo derivar del
cristianismo, que podría denominársela tanto cristiana como romántica. El
cristianismo aniquiló, como un día del juicio, el mundo entero de los sentidos
con todos sus atractivos, lo aplastó hasta convertirlo en un túmulo funerario
junto con un batallón celestial, en su lugar puso un nuevo mundo de
espíritus.... ¡Qué quedó entonces al espíritu poético tras ese derrumbamiento
del mundo exterior? Aquello en lo que se hundió, el mundo interior. El
espíritu descendió en si mismo y en su noche y vio espíritus... Así floreció en
la poesía el reino de lo infinito sobre las ruinas del incendio de lo finito. En
vez de la clara alegría griega apareció la nostalgia infinita, o una
bienaventuranza inefable... En la ancha noche del infinito el hombre fue mas
temeroso que esperanzado3.
NOTAS
2.- Arthur Schopenhauer: Die welt als Wille und Vorstellung (El mundo
como voluntad y representación)En Sprache, Dichtung, Musik (Lenguaje,
poesía musica)Ed. De Jacob Knuas. Tubinga, 1973, vol I, pp. 258
3.- Jean Paul: Vorschule der Asthetic (Escuela de la estética). Ed. de Norbert
Miller. Munich, 1963, p. 93 ss.
5.- Carl Dahlhaus: La idea de la música absoluta, Idea Books, España 1999, p
22
6.- Johann George Sulzer, Allgemeine Theorie der schonene Kunster. Leipzig
1794. reed. Hildensheim 1967, vol IV, pp. 478
1. Th. W. Adorno: Escritos Musical I-III, Ediciones Akal, Madrid, p. 255↩
2. Arthur Schopenhauer: Die welt als Wille und Vorstellung, vol I, pp. 258↩
3. Jean Paul: Vorschule der Asthetic (Escuela de la estética). Ed. de Norbert Miller. Munich, 1963, p. 93 ss.↩
4. Eero Tarasti (2008), Los signos en la historia de la música, historia de la semiótica musical, Helsinki Fin.
Universidad de Helsinki. Traducción de Drina Hocevar. (Link) http://www.scielo.org.mx/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S1665-12002008000100002↩
5. Carl Dahlhaus: La idea de la música absoluta, Idea Books, España 1999, p 22↩
6. Johann George Sulzer, Allgemeine Theorie der schonene Kunster. Leipzig 1794.↩
11
Discurso e intersemiosis en los relatos orales sobre
aparecidos en carretera en el sureste de Coahuila
Gabriel Ignacio Verduzco Argüelles y Francisco Javier González Gaytán.
gabrielverduzco@uadec.edu.mx
francisco_goga@yahoo.com.mx
** Resumen **
Finalmente, hay una relación del destinatario consigo mismo (6). El discurso
colabora en la reestructuración del destinatario y en la medida en que se
vincula ideológicamente con la cultura. Hay que considerar además, que el
destinatario puede ser un colectivo, por lo que el discurso se vuelve un
dispositivo de la memoria de la cultura, que actualiza información al mismo
tiempo que olvida otros (Lotman, 1996: 80).
Los DSAC están condicionados por sus contextos, por quienes los enuncian y
por quienes reciben esos discursos. Es decir, por las condiciones de
producción (CP), circulación (CC) y recepción (CR). Para analizar
pertinentemente las CP/CC/CR hay que considerar, entre otras cosas, los
procesos de interdiscursividad, intertextualidad e intersemiosis.
11.0.5 La intersemiosis
De acuerdo con Torop (2002: 2), la intersemiosis es la actividad fundamental
de la semiosis subyacente a todos los textos, es la autocomunicación que
envuelve la reformulación del mensaje a través de nuevos códigos y, por
tanto, de nuevos significados.
[…] las subestructuras que participan en ello no tienen que ser isomorfas
una respecto a la otra, sino que deben ser, cada una por separado,
isomorfas a un tercer elemento de un nivel más alto, de cuyo sistema
ellas forman parte. Así, por ejemplo, el lenguaje verbal y el icónico de
las representaciones dibujadas no son isomorfos uno respecto al otro.
Pero cada uno de ellos, desde diversos puntos de vista, es isomorfo
respecto al mundo extrasemiótico de la realidad, del cual son un reflejo
en cierto lenguaje. Esto hace posible, por una parte, el intercambio de
mensajes entre esos sistemas, y, por otra, la nada trivial transformación
de los mensajes en el proceso de su traslado […].
11.0.6 Lugar
Los 10 testimonios hablan de hechos sucedidos en carretera. E1 se ubica en la
carretera llamada “ribereña” que está entre Cd. Acuña y Piedras Negras, en la
frontera coahuilense. E2 sucede en el tramo llamado “La Muralla”, en la
carretera Saltillo-Monclova, en el centro del estado de Coahuila. Aunque
ahora, tras la rectificación que se hizo de la carretera en noviembre de 1999,
el tráfico ya no circula por este tramo. E4 y E5 suceden en la carretera 57, en
el tramo México-San Luis Potosí.
11.0.7 Tiempo
Todos los relatos, excepto E4, mencionan expresamente o de forma indirecta
a que los sucesos narrados son en la noche:
11.0.8 La forma
Este tercer elemento común es el automóvil. ¿De qué forma se da en los
protagonistas la vivencia de los hechos? Mientras viajan en un automóvil:
11.0.9 El hecho
Todos los relatos refieren sucesos extraños que se dan en situaciones cuya
explicación es imposible o sumamente difícil de aceptar.
11.0.10 La carretera
La carretera, como forma de camino, simboliza la vida. En latín via y vita
tienen un parentesco fonético innegable (Pimentel, 2002: 840. 848). El
camino simboliza así, la historia, personal y colectiva, pues el camino es el
destino. En el camino se conoce el punto de partida, de alguna manera se
conoce o se intuye el final del camino, pero nunca se sabe lo que hay en él, se
desconoce el cómo será ese camino.
Tolkien (2001: 104) dice que “es muy peligroso [...], cruzar la puerta [...].
Vas hacia el camino y si no cuidas tus pasos no sabes hacia dónde te
arrastrarán”. El camino, y por ende, la carretera, implica una tensión entre la
no-pertenencia y el principio y destino que se encuentran en sus extremos.
Esta tensión implica incertidumbre, misterio y hasta peligro para quien la
recorre.
11.0.11 La noche
La noche, como todo símbolo, tiene una doble cara, positiva y negativa.
Simboliza el tiempo en que se gesta todo aquello, bueno o malo, que se
manifestará en pleno día. La noche es un símbolo rico de todas las
virtualidades de la vida (Gheerbrant y Chevalier, 2000: 754).
La mitología griega dice que la noche, νύξ, es hija del caos, y que igualmente
engendra el sueño y la muerte, las ensoñaciones, las angustias, la ternura y el
engaño. También entre los antiguos mayas existe una idea semejante, ya que
el glifo que se lee como noche, también puede leerse con el sentido de
interior de la tierra y también el de la muerte (Gheerbrant y Chevalier, 2000:
753-754).
Así, todos estos relatos que refieren sucesos que acontecen en la noche o
durante la noche, adentran al oyente y/o lector en ese mismo espacio de los
testigos o de los protagonistas, el espacio del tiempo que escapa al control y a
lo conocido. Además vuelve vulnerable a la persona, pues la oscuridad limita,
cierra espacios, pues el ser humano depende de su vista para valerse y
desenvolverse. Así, como dice Oz (2000: 56) la oscuridad es la noche con
todos sus ojos abiertos.
Así, todos los DSAC que refieren sucesos que acontecen en la noche o
durante la noche, adentran al destinatario en ese mismo espacio de los
testigos o de los protagonistas, el espacio del tiempo que escapa al control y a
lo conocido. Además vuelve vulnerable a la persona, pues la oscuridad limita,
cierra espacios, pues el ser humano depende de su vista para valerse y
desenvolverse.
Además, el hombre es un animal diurno, y fuera de las horas del día, la falta
de visión lo vuelve extremadamente vulnerable ante las amenazas de fuera.
De esta forma la oscuridad no deja lugar para el conocimiento y la vida que
provienen del sol, símbolo de la divinidad (Pascual y Serrano, 2007: 219).
Así, en los DSAC el vehículo simboliza una extensión del espacio personal
con el que se enfrenta la vida, lo que implica la tensión propio-ajeno,
simbolizada por vehículo-carretera. Es ahí donde cada sujeto decide lo
relevante para su vida.
1. El perro en E1
En la figura del perro negro se aprecia una fusión del papel del perro en
relación con la muerte y la consideración de lo oscuro o negro, señalado en el
inciso anterior. En muchos lugares de México se considera el aullido del
perro como un presagio de la muerte, ya que, como se señaló con
anterioridad, estos pueden ver la muerte, al diablo o a las brujas.
Trejo (2009: 176) explica que en las tradiciones de los pueblos de México, la
aparición nocturna de perros negros y de apariencia maligna puede deberse a
tres motivos: 1) al nahualismo; 2) a fantasmas de perros muertos; 3) a seres
malignos que pueden adoptar esta apariencia para aterrorizar a la gente.
Además el relato insiste que el perro tenía los ojos totalmente rojos. Como ya
se mencionó, es común en estos perros el que tengan ojos rojos. El ojo es,
casi universalmente, símbolo de la percepción intelectual, el conocimiento, la
penetración profunda, la atención y la vigilancia (Pascual y Serrano, 2007 p.
221). Ahora bien, la mirada está cargada de todas las pasiones del alma y
dotada de poder mágico que la vuelve tremendamente eficaz. La mirada es el
instrumento de las órdenes interiores: mata, fascina, fulmina, seduce y
expresa (Gheerbrant y Chevalier, 2000: 714).
Los seres malignos, dice Biedermann (1993: 331), tienen unos ojos cuya
mirada es petrificadora o vuelve indefenso a aquel a quien miran, ya que los
ojos son símbolo también de visión espiritual.
2. El rostro de la mujer en E6
Referencias
2. El término diégese significa para Genette (1998: 15-16) el universo espaciotemporal en el que transcurre la
historia narrada. No puede, por tanto, traducirse por diégesis, que designa el modo de representación
narrativo.↩
3. Torop emplea “traducción intersemiótica” referida al cambio de soporte del discurso, por ejemplo, una novela
que es llevada al cine o una leyenda convertida en ópera.↩
jcervantes1.1@hotmail.com
Centro INAH-Guerrero
Resumen
A pesar de que el ritual de la Santa Cruz, celebrado los primeros días del mes
de mayo, es una práctica generalizada entre las distintas comunidades nahuas
ubicadas en los márgenes del río Balsas -Mezcala-, como Ameyaltepec, San
Agustín Oapan, San Juan Tetelcingo, Xalitla (situados en el centro-norte de
Guerrero), y en Zitlala, Acatlán y Atliaca (situados al centro oeste de
Guerrero), el desarrollo de la ceremonia presenta particularidades interesantes
de un pueblo a otro.
Por otro lado, las almas se comunican y organizan con otras entidades. Al
tener cuerpo son ligeras y veloces, pueden viajar a lugares donde los
humanos no pueden ir y transmitir los mensajes de los humanos con los que
mandan la lluvia. Catharine Good (2004a), entre los nahuas de Ameyaltepec
y San Agustín Oapan, recogió la siguiente narración:
“a nosotros la gente no nos hacen caso, porque somos gente. Pero a las
almitas, a ellas sí les hacen caso. Las almitas son almitas. Ellas pueden ir a
todos lados. Ellas pueden ir lejos. Ellas pueden ir con Tonantzin, los santos y
Dios. Ellas son ligeras, son rápidas, y se van. Y sí les hacen caso, pueden
escucharlas, pueden pedir las cosas. Nosotros, la gente podemos hablar a las
almitas, y ellas nos escuchan. Las almitas llevan nuestros recados arriba,
hasta los que mandan la lluvia” (ibíd.:157).
Entre los nahuas de Ostotipan existe un eje que integra el culto a los muertos
y a las diferentes actividades rituales agrícolas. Las relaciones sociales entre
los nahuas y los muertos, se expresa ritualmente en diferentes momentos del
calendario anual.
Cuando llega el día, a las cinco de la mañana, la madrina de la cruz, junto con
las rezanderas, “sacan” la imagen de la Virgen de la Natividad de la iglesia de
Ostotipan. Hay que señalar que el padrino de la cruz auxilia al comisario
durante todo el ritual. También los acompaña la banda de música del pueblo.
A la virgen “la sacan con rosarios” de la iglesia y encabeza la procesión
durante el trayecto, “va por delante”. Aproximadamente a las siete de la
mañana, realizan la primera parada en el poblado de Tixtla, en el templo
conocido como el Santuario -que tiene por santo patrón a la Virgen de la
Natividad- ahí pagan su deuda a la Virgen por medio de misas además de
entregarle velas.
Los rosarios inician a las ocho de la noche y están a cargo de las rezanderas y
las mujeres (cada rosario duran dos horas aproximadamente) al término de
cada rosario, se alterna la banda de música y continúan hasta las cinco de la
mañana, cuando la “cruz de Ostotipan” junto con la imagen de la Virgen de la
Natividad, salen en una procesión con música y rezos alrededor de la pequeña
capilla y el pozo proveedor del agua. Al terminar el recorrido, los dos
elementos simbólicos regresan al interior de la capilla. A las seis de la
mañana se retira la comida y se calienta para que los asistentes la puedan
consumir antes de iniciar su partida de regreso al poblado de Ostotipan.
d) El tlanamaquilo
Por la mañana, el padrino de la cruz y las rezanderas bajan del cerro y tiene
lugar el tlanamaquilo -encuentro- en un manantial o Huelicapan, esto sucede
aproximadamente a las 10 de la mañana, cuando las personas que pasaron la
noche en el cerro con la cruz regresan y son interceptados a medio camino
por los pobladores que pasaron la noche en el cementerio de la comunidad y
la banda de música. Es aquí donde tiene lugar “el encuentro” y las danzas de
los huehueskistli, “los Machos”, “las Chinelas”, los tecuantzitzimej -los
tigritos- y el tecuani mayor. Ejecutan sus bailes junto con todos los
pobladores, además se reparte comida, refrescos y cervezas. Como a las doce
del día, llega la madrina de la cruz con la imagen de la Virgen de la Natividad
y la cruz “de la iglesia” después de realizar los rezos pertinentes,
aproximadamente a la una de la tarde, todos se dirigen al pueblo, llevando la
cruz y la imagen de la Virgen, la que es nuevamente depositada dentro de la
iglesia.
Entre los nahuas del Alto Balsas los muertos son los intermediarios entre los
humanos y las deidades que mandan la lluvia, además de “acarrear” las nubes
cargadas de agua lo que hace posible la lluvia. En este sistema de
reciprocidad se crea un vínculo de dependencia; pues la protección de los no-
humanos asegura efectos benéficos y garantiza una base de subsistencia,
además se perpetúa el vínculo entre vivos y muertos.
b)El tlanechicoli
Todos ellos, son elegidos durante la asamblea comunitaria que tiene lugar el
día tres de noviembre por la tarde. El proceso inicia con la mesa de debate
donde se nombra a un presidente, un secretario y dos escrutadores.
Posteriormente en un pizarrón se coloca el nombre de las dos personas que se
postulan. Pueden votar tanto hombres como mujeres mayores de 18 años, sin
importan el estado civil. Tradicionalmente entre los nahuas solamente podían
votar aquellos que estaban casados, pues adquirían derechos y obligaciones
ante el pueblo. Las obligaciones como una persona casada continúan, sobre
todo cuando se les nombra a ocupar un cargo, y si se niega, se pone a
consideración su permanencia dentro del pueblo “cuando tú te casas luego,
luego, tiene que tener cargo para pertenecer al pueblo, si te niegas, tiene que
irte, no importa si ya tienes tu casa construida”.
Ahora bien, regresando con la elección del tequihua, después de contar los
votos y elegir a uno de las dos propuestas, tiene lugar la entrega de “el sello”
del pueblo al nuevo comisario. Él nombra a la rezandera que lo auxiliará por
todo el año y pide a la banda de música que lo acompañe durante las fiestas y
ritos que se requieran. El nuevo tequihua acude a la iglesia y se presenta ante
la Virgen de la Natividad y ante Dios, les pide la fuerza para poder llevar
acabo sus funciones y que no haya problemas en el pueblo. Después las
personas se reúnen para ir “a dejar” a los muertos -los abuelos- al cementerio
de Totolcintla. Cuando se llega al panteón ya oscureciendo, la banda de
música toca mientras que las rezanderas ofrecen sus oraciones a los abuelos y
entregan las velas. De esta manera, inicia su labor el nuevo tequihua y pide
ahora a los ancestros que le ayuden para que no existan problemas en el
pueblo durante su gestión. Así, la Virgen, Dios y los ancestros conocen al
nuevo representante de los humanos con quien tendrán que negociar el futuro
del pueblo, con el auxilio de las rezanderas y la banda de música.
A pesar de que no existe una exegesis local del porque durante los distintos
tiempos que tiene el ritual de petición de lluvia acuden al cementerio a
solicitarla, pues solamente es “la costumbre hacerlo”, la praxis demuestra la
estrecha relación establecida entre los ancestros y los seres que se encargan
de enviar la lluvia, como lo demuestra en sus distintos trabajos Catharine
Good, en el caso de los nahuas de San Agustín Oapan (Alto Balsas). Quiero
terminar destacando la importancia de tres eventos rituales presentados
dentro del ciclo dual agrícola mesoamericano. Pues la petición de lluvia, la
fiesta de los abuelos y el cambio del tequihua están íntimamente relacionados
con el ritual agrícola.
Referencias
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préstamo intercultural y tradición mesoamericana”, Garrido A., Antonio
(comp.), El mundo festivo en España y América, Servicio de Publicaciones,
Universidad de Córdoba, pp. 219-258.
Flores, V., P. (2011) Los conflictos agrarios desde los estudios territoriales.
Pueblos nahuas del alto balsas. Tesis para obtener el grado de maestría en
desarrollo rural. Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco,
México.
1. De acuerdo con Dominique Raby (2013) tsoma contiene la raíz (t) so, “basura”. Se dice que el zopilote barre el
cielo porque sus alas parecen escobas, y prepara el cielo para la llegada de las nubes con agua.↩
2. Entre los nahuas de Ostotipan se tiene la creencia que los hombres infieles cuando mueren sus almas se
convierten en los zopilotes.↩
3. De los 24 pueblos que habitan en los márgenes del río Balsas, solamente los habitantes de Tula del Río y San
Francisco Ozomatlán no realizan su petición de lluvia en Oztotempan, de acuerdo con los habitantes de
Ostotipan “ellos cosechan a nuestras costillas” pues no van a pedir agua para todos.↩
4. Durante la época prehispánica a los guerrero de más éxito, que habían capturado cuatro prisioneros, adquirían la
categoría de tequihua pasaban a ser parte de los funcionarios que integraban los consejos del gobierno
(Carrasco, 1976).↩
5. El espacio ritual se localiza en la cima del extremo sur del cerro, sus coordenadas de ubicación GPS UTM son
461927 mE, 1978203 mN a 1005 msnm. Durante el camino de ascenso se observó que la en la superficie y área
general de la elevación, se distribuyen afloramientos de roca sedimentaria cubiertos por una delgada capa
húmica y vegetación caducifolia.↩
6. El área donde se lleva a cabo la solicitud de lluvia está formada por dos estructuras de planta arqueada,
dispuestas de manera concéntrica. Se encuentra orientado en dirección Noroeste-Sureste, está conformada por
piedra caliza obtenida de las inmediaciones del terrero. La estructura (a) confina el área ceremonial principal. El
cerco de piedra que la integra se extiende a lo largo de los límites Suroeste, Sureste y Noreste, tiene 1.30 m de
altura. La estructura (b) limita el área ceremonial total, de forma oval posee dos accesos; el principal hacia el
extremo Noroeste y un secundario hacia el Sureste. El espacio entre las dos estructuras sirve como corredor
donde se llevan a cabo las danzas y culminan frente a la estructura principal.↩
7. Tequihua es un concepto que tiene muchas acepciones. El tequiuh o tequiyoh se refiere a cosa que tiene o da
trabajo, trabajo difícil, otra se refiere trabajo de imposición de tributos y entre los nahuas de Huitzilan, Puebla
se riere a la naturaleza o el destino de uno, se dice que uno nace con el destino de ser envidioso y que, a pesar
que haga el esfuerzo de disfrazarla, la envidia se revela en la conducta cotidiana (Taggart, 2010)↩
8. Uno de los aspectos básicos de las comunidades campesinas de Mesoamérica es la jerarquía cívico-religiosa
que combina la mayoría de los cargos civiles y ceremoniales del pueblo, en un escalafón de cargos anuales.
Todos los hombres de la comunidad participan en éste sistema y todos tiene la oportunidad de subir cargo por
alcanzar puestos más elevados (Carrasco, 1976).↩
13
Bien morir y mal vivir para alcanzar la santidad. De
monjas endemoniadas y seres infernales del otro mundo
1
margarita.paztorres@gmail.com
Resumen
“Todo esto te daré, si postrado me adorares” (NT, Mat. 4, 9), dijo el diablo.
Conocido es este enfrentamiento de la tentación de Cristo, así como muchos
otros episodios de los Evangelios en los que Jesús realizaba exorcismos: “Y
mientras se acercaba el muchacho, el demonio le derribó y le sacudió con
violencia; pero Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho, y se
lo devolvió a su padre” (NT, Luc. 9, 42). Por ende y teniendo en cuenta que
la Iglesia acepta la existencia del demonio y la capacidad de Jesús y sus
sacerdotes para expulsarlo de los cuerpos, el problema no es si existe o puede
darse la posesión demoníaca pues, de hecho, el mismo Bautismo, como
primer sacramento, es un exorcismo para conjurar al demonio. Para la Iglesia
Católica la respuesta es clara y la disyuntiva otra: tanto para la propia
institución eclesiástica, como para el antiguo Santo Oficio, como para el
exorcista (de antaño y de hoy) la controversia se halla en dirimir si el
afectado es un enfermo o un poseso, si se trata de un trastorno mental o de
una fenomenología demoníaca. Y precisamente la comprobación es la fase
más compleja a que se enfrenta el sacerdote en tales casos:
Y llegando la hora, salió poniéndole el rostro muy feroz antes y los ojos
y la dejó como muerta por un rato, que bolbió12 quebrantada mucho en sí
de la batalla, lo cual vio todo el convento y muchos religiosos de casa y
gente de afuera por la iglesia, que había concurrido al fuego que el
demonio había tocado. {h 5v, 33-38}
Entrabánsele por los oídos, y en otras partes del cuerpo, causándole tan
grandes dolores, como si tuviera puñales atravesados, y a veces la tenían
envarada, sin dejarle mover pie, ni mano, impedíanle la respiración,
ahogándola, causábanle ardores grandes en la cabeza, que parecía echar
fuego por los ojos, y en ella interiormente sentía andar un enjambre de
escarabajos: tirábanle con un garfio las telas de los sesos con dolores
increíbles (f 20) (Rice Carlssohn, 2012, p. 309).
A través del discurso del exorcista, sabemos que también a la Pacora la
golpea el demonio, la arrastra, la muerde y le produce hematomas:
Y así, la señal que me dio fue tenerla tres días sin juicio, atormentándola
y dándola15 temblores a la criatura y que, después del batallón, en
cayendo como muerta, era señal que se había ido. Assí lo vimos, con lo
cual se fue {h 9r, 5-9}.
Que lo de la muerte, desde niña, como está dicho, duerme cada noche
como una hora y esto, a ratos, no de una ves16 ni con profundidad, sino
entre vela y duerme, salvo raríssimas veces que duerme tres horas, y eso
le daña porque le desvanece la cabeza, por estar acostumbrada a no
dormir. Y este dormir solo una hora habrá tres años que le sucede,
padeciendo mucho de los diablos {h 27r, 10-17}.
Una religiosa profesa, de edad de 25 años algo más y que, desde edad de
tres años, se crio en el monasterio de monjas donde es profesa, cuya
profesión hizo el año de mil y seiscientos y setenta, habiendo hecho
informe de ser hija legítima de sus padres (por ser constitución de la
religión el que sean legítimas), siendo en el hecho de la verdad hija de
un sacerdote clérigo y de una muger17 soltera, y que se dice está obsesa y
poseída de espíritus malos {h 36r, 1-8}.
Aflioel Arcángel. Año de 50: “Entré para que después padeciera por los
pecadores y sus padres {h 7r, 28-29}.
Así que no bastaba con morir sino que había que vivir bajo una serie de
esquemas aprendidos entre los que se cuentan, por supuesto, la lucha contra
la tentación y la victoria contra los demonios que atormentan la carne. Existe,
con toda probabilidad, además, una intrínseca relación de estas ideas
morbosas con la iconografía medieval heredada y los tratados conocidos
como Ars moriendi o Arte de bien morir, que advierten sobre las tentaciones
del maligno y cómo vencerlas:
El padre fray Francisco del Risco alude al tópico del Ars moriendi al
describir la gravedad de la enfermedad de Luisa, antes de que los exorcismos
surtieran algún efecto:
“me duelen todas las partes del cuerpo, hasta los nerbios, con tan gran
dolor que parece se me acaba la vida y, para quitárseme, en llegando el
tiempo determinado de Dios, es arrebatada mi alma a unión23 y luego,
repentinamente, sin otro remedio, baxo24 buena y sana, quedándome solo
el dolor templado o leve, que traigo entre día y noche en las dichas
partes” {h 17r, 1-20}.
¿Es la Pacora una verdadera visionaria, como Teresa de Ávila y sor María de
Santo Domingo o se trata de una embaucadora? El texto es contradictorio y
no dirime la cuestión: la monja y su joven amiga, Ana Núñez, tanto como el
padre fray Francisco del Risco están convencidos de su inocencia y su pureza
y de que los demonios vienen, o bien para glorificar la causa de Dios:
“Vanoel Dominación: culebra colorada que le anda en la cabeza. Año de 73.
Causa: purificarla y gloria de Dios” {h 6v, 40-41}, o bien para glorificar a la
propia Luisa. Y cuando el tribunal del Santo Oficio la llama a declarar,
interrogándola sobre la calidad de sus visiones, ella responde que “en el
entendimiento se le ofrecen como si claramente las viera con los ojos del
alma, sin oír eco ni vos25 que las articule ni objeto ni forma en que se le
declaren” {h 38r, 5-7}. Tales eran también las visiones intelectuales
teresianas, de lectura obligada para toda monja y que, sin duda, la Pacora
debía conocer: “Estando un día del glorioso San Pedro en oración, vi cabe mí
u sentí, por mijor26 decir, que con los ojos del cuerpo ni de el alma no vi nada,
mas parecíame estaba junto cabe mí Cristo y vía ser Él el que me hablaba, a
mi parecer” (Vid. 28. Comas y Navarro Durán, 1984, p. 153).
Luego quitada esta forma, se puso en una de una serpiente con cinco
alas por cada lado; en cada ala tenía un culebrón feroz, cuyo cuerpo
tenía enroscado por la serpiente y al peso que era el ala más superior, era
el culebrón más feroz y espantable (y nótese que todas estas figuras y las
que adelante dixere en los demás nombres, continuamente, assí de día
como de noche, las ve la criatura en que recibe el tormento que se deja
pensar) {h 4v, 16-23}.
Por otro lado, cuando las visiones proceden de seres angelicales o del propio
Dios, recuerdan el imaginario teresiano de Las moradas o Castillo interior:
La osadía de la joven monja Luisa Benítez es, cuando menos, arriesgada. Más
que un alejamiento de la doctrina y la heterodoxia, sus escarceos con los
demonios, la relación con su confesor y con Ana Núñez, sus declaraciones y
actuaciones, las supuestas revelaciones que el propio Cristo le dirige
componen una conducta y un proceder no únicamente censurable sino
herético. Aunque la cuestión que más sospechas despertó entre el Santo
Oficio, la afirmación más herética para los inquisidores fue, sin duda, la
capacidad que la religiosa se arrogaba para expulsar a los demonios del
cuerpo de Ana y que, tanto su amiga como el padre fray Francisco del Risco
compartían y aceptaban:
Dice la Ana Nuñes que su ángel custodio le ha dado a entender que los
demonios que a ella le34 afligen tienen dos preceptos de Dios: que no
obedezcan a los sacerdotes y que obedezcan a la Pacora, para que assí
sea mayor la maravilla de Dios a su tiempo {h 23v, 2-6}.
“No temas Juana Luisa de Gracia, que la mía y el poder están en tu fabor
y los demonios por ti se verán rendidos y abasallados porque a ti, que
eres la joya de mi corazón preciosa, intentan y procuran llegar y tienes
por nombre la Gracia que ellos perdieron y assí te mando que, con solo
este nombre (Gracia), los rindas por ti sola, urgiéndolos todo el tiempo,
que yo, que soy Jesucristo, no te avise de otra cosa” {h 20r, 23-30}.
Digo lo tercero, por lo que toca a esta Pacora, que la tengo por
sospechosa de pacto y familiaridad con el demonio porque de tan
repetidas y frecuentes apariciones diabólicas y tan feas y torpes
ejecuciones, que ella afirma que fueron involuntarias, y de su obstinado
silencio se infiere prudentemente esta censura, especialmente
condescendiendo ella con la Núñez en la especial gracia que en ella se
reconocía para lanzar el mal espíritu. {Leg. 2; h 262v, 13-21}.
Para terminar y tras los votos requeridos, la mayor parte de los inquisidores,
el ordinario y los consultores conformes
La sentencia fue similar, aunque sin el aditamento del encierro, para el padre
fray Francisco del Risco, al que se prohibió comunicarse con las dos monjas
y al que no se eximía de otras censuras ni de proceder “contra su persona a lo
que hubiere lugar de derecho” {h 286r, 20-22}. Y es que las relaciones con el
demonio, según parece, nunca acaban bien.
Bibliografía | Referencias
San Juan de la Cruz (2002). San Juan de la Cruz. Cántico Espiritual y poesía
completa. Elia Paola y Mª Jesús Mancho. Barcelona: Crítica.
Santa Teresa de Jesús (1984). La vida. Las moradas. Antonio Comas (ed.) y
Rosa Navarro Durán (intr. y notas). Barcelona: Planeta.
Santa Teresa de Jesús (1986). Libro de la vida. Otger Steggink (ed.). Madrid:
Clásicos Castalia. Sprenger, J. e Institoris (Krämer), H. (2004). Malleus
maleficarum. El Martillo de las Brujas para golpear a las brujas y sus herejías
con poderosa maza. Miguel Jiménez Monteserín (trad.). Valladolid: Maxtor.
1. Este estudio se ha realizado dentro del marco de una Ayuda para Contratos Predoctorales para la Formación de
Doctores 2014, otorgada por el Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO) español, asociada al
proyecto de investigación I + D + I: FFI2013-44286-P, Humanidades Digitales, Edad Media y Renacimiento. 1.
Poesía. 2. Traducción, del Departamento de Filología, Comunicación y Documentación de la Universidad de
Alcalá. Agradezco su ayuda y orientación a mis directores de tesis doctoral: Fernando Gómez Redondo (UAH)
y Rebeca Sanmartín Bastida (UCM).↩
2. El nombre de la ciudad de Trujillo, así como otros vocablos con valor fonético velar /x/ aparecen tanto con la
grafía “x” como con “j”. Se respeta la alternancia gráfica del documento original, como recomiendan los
criterios de Red CHARTA. Corpus Hispánico y Americano en la Red para la transcripción crítica de textos
medievales y áureos. Véase: http://www.redcharta.es/criterios-de-edicion/↩
3. Cuyo título completo es Flagellum Daemonum, exorcismos terribiles, potentissimos, et efficaces: Remediaque
probatissima, ac doctrinam singularem ad malignos spiritus expellendos, facturasque, & maleficia fuganda de
obsessis corporibus complectens: Cum suis benedictionibus, & omnibus requisitis ad eorum expulsionem.↩
7. Fanega, medida de peso que varía, según las diferentes geografías de España o América: “1. f. Medida de
capacidad para áridos que, según el marco de Castilla, tiene 12 celemines y equivale a 55,5 l, pero es muy
variable según las diversas regiones de España” (DRAE, 2014).↩
8. Se respeta la puntuación y ortografía propias del siglo XVI que recoge la edición de Otger Steggink.↩
10. Siguiendo las nuevas recomendaciones de la RAE, al ser considerados palabras paroxítonas ya no se acentúan
los verbos con pronombres enclíticos de objeto directo e indirecto. Véase: Tilde. Normas de acentuación. 4.3.
Formas verbales con pronombres enclíticos, en Diccionario Panhispánico de Dudas. DPD. Recuperado de
http://buscon.rae.es/dpd/srv/search?id=Adwesaq4ND64VT09xQ↩
11. Para el uso de este término (preternatural) nos atenemos a la distinción teológica que apunta el padre Fortea
entre natural (universo material), preternatural (aquellas acciones causadas por naturalezas angélicas o
demoníacas) y sobrenatural (aquello que está más allá de toda naturaleza creada y solo corresponde a Dios).
Véase Fortea (2012, p. 37).↩
12. Se respeta la alternancia entre las grafías “b” y “v”, aún no asentadas en la época del documento.↩
13. Referencia clara al fenómeno de la circumdatio que, en este caso, parece darse interna y externa.↩
15. Laísmo. Parece haber una confusión en el sistema etimológico, pues el hablante utiliza, indistintamente, el
leísmo femenino y el laísmo.↩
18. No queda claro a qué tipo de enfermedad se refiere, si física o anímica (quizá lo que se llamaba mal de madre y
que, posteriormente, Freud denominaría histeria femenina).↩
20. En los grabados del Ars moriendi los moribundos sostenían una vela en lecho de muerte. Este simbolismo halla
su base en el pasaje del huerto de Getsemaní (NT), cuando Jesús reprocha a sus discípulos que no hayan sabido
velar con él antes de que los soldaos le prendan: “Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a
Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad para que no entréis en tentación; el
espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil” (Mat. 26, 39-41).↩
21. Paroxismos↩
22. Agradezco a Rebeca Sanmartín Bastida sus aclaraciones en este y otros puntos del texto que para mí aún
permanecían oscuros y que resultan indispensables para comprender el sentido profundo de sus implicaciones:
en las santas, la enfermedad era una marca hagiográfica, pues era enviada por Dios para poner a prueba su
virtud. En la Pacora, sin embargo, parece que algunos sus achaques provienen del demonio o de la simulación:
“muchos que la ven gruesa no creen lo que padece y dicen algunos que miente, pues cómo podía ser padecer
tanto y no estar flaca, y que come y se regala con achaque de los diablos” {h 30v, 24-28}.↩
23. Alusión a la vía unitiva, la fase más elevada en la escala mística para el aproximamiento del alma al
conocimiento de Dios.↩
24. Es clara la metáfora del vuelo utilizada por San Juan de la Cruz para describir la elevación el alma (¡Apártalos,
amado, / que voy de vuelo!). Véase el Cántico espiritual, vv. 50-60.↩
26. Transcribimos según la ed. de Antonio Comas y Rosa Navarro Durán, respetando la fonética y la morfosintaxis
propia de los textos teresianos como los cierres vocálicos (mijor por mejor), por otra parte muy comunes en la
época.↩
28. Seseo↩
30. La asimilación de la Virgen María a la persona de Luisa Benítez en este extraño Ave María probablemente era
suficiente, por sí sola, para considerarla una herejía. Si a ello se suma la cantidad de afirmaciones atrevidas o,
cuando menos, poco ortodoxas de las dos monjas, no es de extrañar que el Tribunal Inquisitorial de Lima
incoara el proceso de fe para dirimir si provenían de Dios o del diablo los fenómenos preternaturales que se
producían.↩
32. Denario: “1. adj. desus. Que se refiere al número diez o lo contiene. Era u. t. c. s. m.” (DRAE, 2014).
Agradezco a Fernando Gómez Redondo su aclaración sobre este y otros aspectos del texto: Aquí el vocablo
denario hace referencia a la sarta de diez cuentas que corresponden a las diez avemarías del rosario.↩
33. Transcribimos como en el original el término más cercano a la etimología griega (<Χριστος).↩
35. El DRAE no recoge este compuesto léxico; el morrión es una pieza de la armadura o un tipo de casco militar
que cubre y protege la cabeza. Tendría más sentido paje de armas o de lanza, con un significado más cercano, a
lo que parece, al del texto. Paje de armas: “1. m. paje que llevaba las armas, como la espada, la lanza, etc., para
servírselas a su amo cuando las necesitaba” (DRAE, 2014). Esta suposición quedaría corroborada, además, por
la composición esquemática que se incluye en este mismo folio {h 20v} y que identifica la posición figurativa
de la religiosa, su ángel custodio y otros ángeles menores que se sitúan de manera metafórica como una
formación militar en la que Luisa iría en cabeza, delante de su ángel y, tras ellos, los demás.↩
36. “1. m. desus. ínterin (ǁ entretanto)” (DRAE, 2014).↩
14
Enfermedad y muerte en la Nueva España. El caso de
los reos indígenas del Septentrión a fines de la época
Colonial
Jesús David Martínez Román
marz_roman@hotmail.com
davidmroman.dmr@gmail.com
Resumen
En el plano histórico, las relaciones entre los indígenas y los habitantes de las
poblaciones en el norte de la Nueva España se caracterizaron por un continuo
estado de fragilidad. Esto se debió a los ataques de un grupo al otro. Los
indígenas, antes de la aparición de los apaches entre otras naciones del
Septentrión, los ‘chichimecas’ o ‘mecos’ se dedicaron al acoso de los
poblados, en donde realizaron ataques, robo de objetos, secuestro humano y
abigeato. (Velázquez, 1979, pp. 46-47) Los españoles emprendieron salidas a
las rancherías, territorios en donde habitaron los indígenas, para pacificar,
capturar y matar a aquellos individuos con el fin de brindar estabilidad a las
poblaciones sedentarias. Buscando por “[…] este medio y el del buen trato
con los prisioneros o rendidos, reducirlos a sociedad y atraerlos al
conocimiento de la verdadera religión.” (Velázquez, 1979, pp. 57)
Los custodios de las colleras y sus equivalentes en las cárceles optaron por
dejar en determinados sitios a todo aquel reo que estuviera indispuesto
físicamente o enfermo de gravedad. Con el fin de dar fe del cuidado del
individuo en situación delicada, los guardias debieron de elaborar una
minuta, en este registro se incluía la causa por la cual el individuo no puede
continuar su sentencia, además de las recomendaciones para la mejora de la
persona.
Con el fin de dar tratamiento a aquellas mujeres, se optó por el traslado de las
cinco indígenas del Hospicio de los Pobres al Hospital Real de Naturales.
Una vez en el hospital, Ignacio Azevedo, médico certificado por el
Protomedicato, declaró que cuatro de las cinco reas solo tuvieron leves
erupciones cutáneas, uno de los síntomas externos que caracterizó a este mal
y que al estar secos pueden desprenderse de la piel. Por otro lado, no pudo
tratarse de viruela por la ausencia de otros síntomas característicos de la
enfermedad como la alta calentura. (AGN, 1801.)
Otra enfermedad que pudo afectar a los reos indígenas durante su envío fuera
de Nueva España con destino a la isla de Cuba fue el escorbuto, padecimiento
que tuvo presencia en las embarcaciones en alta mar, mal que afectó a los
hombres que tenían una dieta con carencia en vitamina C. La enfermedad se
caracterizó por “grandes manchas y úlceras que aparecían por todo el cuerpo,
piernas hinchadas, encías pútridas y carne en descomposición. La
desintegración física iba acompañada de depresión y letargia.” (Williams,
2002, p. 81)
Un informe forense del siglo XVIII incluye otros indicios presentes en los
cuerpos post mortem “se les había secado toda la sangre y tenían las venas
llenas de agua y los huesos, después de rasparles la carne, estaban
completamente negros.” (Williams, 2002, p. 101)
Al igual que con otras afecciones, permanece la posibilidad que aquellos reos
indígenas se vieron vulnerables ante esta enfermedad durante los traslados
por ultramar, teniendo en cuenta su calidad de forzados, la dieta de estos
individuos era carente de los nutrientes que antes se mencionaron. Sin
embargo, no se encontraron documentos que ratifiquen la presencia de esta
enfermedad en la población de reos indígenas que interesaron en el presente
estudio. Por otro lado, este padecimiento se desechó en la investigación por
tener presencia fuera del virreinato.
Este envío con cinco comanches reos partió de Nueva Santander, provincia
que formó pare del norte novohispano, bajo la custodia de José Antonio
Benavides, junto con tres soldados y el grupo de apaches voluntarios, como
fueron comentados en el párrafo anterior. El incidente tuvo lugar durante la
cena en el paraje de la Rinconada, cercano a la entonces Villa de Santiago del
Saltillo, donde dos reos quisieron darse a la fuga, el intento se vio frustrado
por los custodios que lograron controlar a los reos. (AMS, 1799.)
En la mayor parte de las fuentes de la segunda mitad del XVIII, los apaches
aparecieron como los enemigos, sin olvidar que fueron la nación nativa más
mencionadas dentro de las deportaciones. Por otra parte, la historiografía
menciona que los comanches fueron vistos como seres más civilizados,
capaces de realizar intercambios de productos y de ser aliados ideales de los
colonos europeos, razón por la cual el presente documento resultó curioso en
cuanto a los reos y custodios indígenas involucrados.
La anterior cifra que aportó Santiago fue una de las pocas referencias que se
tuvieron en cuanto al cobro por este servicio extraordinario durante el
movimiento de la collera de las tierras del norte a la capital del virreinato;
esto se remitió a los diferentes testimonios que mencionaron los decesos
indígenas dejaron de lado la cifra aproximada de este servicio. Otras fuentes
consideraron que el dinero del entierro provino de la recaudación de las
limosnas, como menciona más adelante Tovar Esquivel. Algunos entierros
fueron hechos de forma improvisada en los caminos, llegado a recurrir solo a
los servicios de algún sacerdote, que como es sabido efectuaron la misa
fúnebre. En ocasiones, los gastos por el entierro y la asistencia del religioso
pudieron ser pagados gracias a los fondos obtenidos por las limosnas de los
fieles en determinadas poblaciones a lo largo del territorio novohispano.
(Tovar Esquivel, 2013, p. 167).
[…] tendido boca arriba dentro de un ataúd, y tapado con una frazada, al
parecer difunto expresándome haber fallecido la mañana de este día,
después de haber recibido el Santo Sacramento del Bautismo y habérsele
puesto por nombre José Felipe Neri y ser uno de los mecos que de orden
del excelentísimo señor virrey se hayan depositado en esta Real Cárcel,
por lo que se le pago al cura de la Veracruz para que se le diese
sepultura eclesiástica y para que conste pongo la presente en México
ocho de mayo de mil ochocientos y dos años. (AGN, 1802.)
Dicho indígena fue bautizado antes de morir con el nombre de Mateo José
María y que la causa del fallecimiento de aquel hombre fue un episodio de
diarrea. (AGN, 1809)
Referencias
Documentos consultados
AGN, 1801, Ind. Virr., c. 5676, e. 066, 3 f.
Bibliografía
luiscruoca@yahoo.com.mx
jorgem41@hotmail.com
Resumen
Pero antes de continuar con el desarrollo del texto, pedimos licencia para
contar una breve historia: mientras uno de los autores caminaba junto con
cuatro amigos por las arenosas calles de una colonia del municipio de
Catemaco, Veracruz, experimentó uno de los momentos de su vida que,
aunque pareciera irrelevante, orientó varias de sus reflexiones posteriores.
Luego de acercarse a saludar al tío de uno de sus acompañantes, oriundo del
lugar, fueron abordados por “la Muerte”, quien en medio de un trago de su
Caguama, los miró fijamente y sin reparos dijo: –Qué bueno que están juntos
por aquí, porque recuerden: ¡si no hay amigos, no hay amistad!
Aunque no todo acaba ahí, sino que esa simple frase, una obviedad
insignificante y hasta algo absurda, generó en los amigos conversaciones
sobre su sentido, si es que había alguno. A su parecer sí lo había y no era tan
simple, ni tan obvio, ni tan absurdo. Ahora, ¿qué relación existe entre dicha
experiencia narrada con esta digresión más académica?
Esta perspectiva permite romper con la idea de que exista una realidad por sí
misma “dada a la receptividad” (Levinas, 1974: 17), sin ningún tipo de
significación involucrada, donde esta última sería un accesorio agregado a la
cosa en sí o un intento por apropiarse de algo que, de antemano, es imposible
de lograr. Con esto se reconoce que tanto la percepción directa del objeto
como su significación van de la mano en todo momento. En este sentido, toda
“experiencia es una lectura, la comprehensión del sentido, una exégesis, una
hermenéutica y no una intuición [pura]” (Levinas, 1974: 24).
La muerte aparece como evidencia fuera de nosotros pero eso permite darnos
cuenta de nuestra condición mortal, impulsa nuestra reflexividad. Es, según
Ricoeur, “el único acontecimiento del que jamás podremos hacer la
experiencia individualmente […]. Porque no se trata de experiencia sino de
imaginación, siempre a destiempo, siempre inminente. Demasiado pronto,
demasiado tarde” (2008: 52). He ahí su carácter indecible como experiencia
propia y concreta, pero decible a partir de intentos configurativos que, al
cruzar elementos “reales” y “ficticios”, dan cuenta del poder de la
imaginación.
El verbo narrar deriva, según Bruner, del término latino narrare o gnarus, con
lo que se designa a “aquel que sabe de un modo particular” (2013: 48). Con
esto es posible señalar que todo narrar implica un modo de saber, una
participación del ser humano individual en la producción del saber propio del
contexto al que se adhiere. El relato es, por tanto, un yacimiento de saber,
tanto porque en él se vierte un conjunto de imaginarios y prácticas con
orígenes diversos, como porque representa un despliegue de recursos de
inteligibilidad para quien se acerca a ellos. He ahí por lo cual cualquier
narración implica una relación entre aquél que se constituye como narrador,
entre quienes aparecen como interlocutores de esa narración, y entre quienes,
de diversas maneras, han participado en la formulación de los criterios a
partir de los cuáles esa narración es posible.
Es así que los relatos a los que nos referimos no son propiamente relatos
autobiográficos, aunque participan de ellos. Son también
Pero estos relatos no remiten a la vida como una totalidad con el fin de
producir una trama identitaria, sino a la muerte como momento de ruptura en
que la vida misma o la forma de visualizarla exige una reconfiguración.
Dichos relatos remiten así a una muerte que es y no es propia: es en tanto que
nos implicó, nos afectó al tener alguna forma de participación en ella, y no es
porque no refiere nuestra propia muerte. En suma, los relatos de muerte son
la narración hecha por los vivos acerca de la muerte de los otros, que es
nuestro primer acercamiento a aquélla.
Cabe señalar, para cerrar este apartado, que los relatos de muerte, como todo
relato, constituyen un entramado de “realidad” y “ficción”, hecho que implica
pensar esos relatos no sólo en el orden de la racionalidad, sino también de la
afectividad; sobre todo porque este tipo de relatos conlleva el retorno no sólo
de una imagen evocada, sino también de la afección relacionada con esa
imagen. Producen necesariamente identificaciones y hasta formas de
intimidad en que se revelan aún los sentimientos y emociones más
escondidos. Esto es así porque el relato, en cuanto a su finalidad, pretende
“traer de vuelta al oyente desde el allí-y-entonces de la narración al aquí-y-
ahora en que se narra el relato” (Bruner, 2013: 37).
Para esto es relevante acercarse a las formas en que se han generado los
significados, las luchas a partir de las cuáles unos se hicieron hegemónicos y
otros fueron sistemáticamente excluidos, las apropiaciones realizadas por los
sujetos que en su vida cotidiana realizan sus prácticas en un terreno
medianamente regulado, así como los significados que, aunque
aparentemente excluidos, continúan presentes en la cotidianeidad de los
sujetos y sus producciones narrativas. Para ello es preciso atender a los
grupos e instancias que participan en dicha disputa, así como la compleja red
de interrelaciones que se gesta entre ellas.
Estas reflexiones permiten pensar que las cosas no son simplemente como
son –lo que implica su constitución y aparición físico-material–, sino que
llegan a serlo, a percibirse y a experimentarse como tales a partir de
dispositivos que los nombran –trabajo de los elementos simbólicos que le dan
sentido–. Dispositivos heterogéneos que incluyen “discursos, instituciones,
dispositivos arquitectónicos, reglamentos, leyes, medidas administrativas,
enunciados científicos, proposiciones filosóficas, la moralidad, la
filantropía...” (Foucault en Pérez Cortés, 2012: 514). En esta perspectiva, la
muerte no es una entidad dada en sí misma, sino que es un símbolo que
remite a las relaciones sociales y de poder.
Los relatos de muerte son yacimientos de saber útiles para los analistas socio-
culturales pero, cabe agregar, que en ellos también hemos encontrado un
yacimiento de otro tipo de saber que advierte “la posibilidad misma de
superar a la muerte a través del relato boca a boca, de la transmisión
ininterrumpida de una tradición que no termina con el vacío de la muerte”
(Cohen, 2008: 45).
Referencias
Así como los autores del Realismo Mágico, iluminan sus historias con
símbolos de identidad y pertenencia latinoamericana, Roberta Marroquín
recrea narrativas visuales, la intensidad de la oscuridad sirve de lienzo para
“pintar con luz” objetos e iconos costumbristas que corresponden a la Cultura
Mexicana, sobre todo desde un punto de vista femenino que responde a un
sinfín de reglas, tabúes y condiciones impuestas desde el seno familiar.