Está en la página 1de 1

Música roja

Por Luis G. Abbadie

(Publicado en los 1990s, creo que en El Occidental… no conservo copia e ignoro la fecha. Un
precedente para )

El aire era tan denso que casi bloqueaba la luz.

Puztequi caminaba sin prisas entre la masa de jóvenes brincoteantes; aspiró profundamente para
identificar los familiares aromas de sudor, tabaco y mariguana –esta última imprescindible, a pesar
de su prohibición nominal. El edificio vibraba con cada golpe de la música, y la voz indiscernible del
vocalista propagaba un sonido similar al de dos piedras ásperas al ser frotadas junto a un
micrófono. Aun así, Puztequi sabía de lo que hablaba: brutalidad, muerte y sangre, demonios y
blasfemias, oscuridad fingida para gente que se regodeaba en aquella imaginería ingenuamente
violenta sin saber una palabra acerca de la verdadera oscuridad, de la verdadera muerte.

Puztequi se permitió sonreír, y varios pares de ojos cargados de pintura se volvieron embotados
hacia la hinchada cicatriz de su mejilla derecha. Poco le importó.

Una muchacha de cabello erizado sacudía la cabeza con una cadencia de la que carecía la música;
un crucifijo invertido se mecía de su oreja. Sus ojos irritados rodeados de tinte verdoso se abrieron
mucho al ver a Puztequi. Él sonrió con mayor decisión y sujeto su brazo. Ella se dejó arrastrar,
moviéndose como un títere roto, imitando a su modo a los jóvenes que empezaron a entrarle al
slam un poco más allá; trastabilló y Puztequi la sujetó. Ella se rió estúpidamente y él, sin dejar de
sonreír, abrió la boca para saborear el sudor amargo en la frente de la muchacha. Los labios de
Puztequi se desviaron con rapidez hacia su sién y sus dientes encontraron, diestros, la vena que la
cruzabam rompiéndola.

La cacofonía de la música tragó el ruido de succión.

Puztequi caminaba entre los torsos uniformados en sudorosas camisetas negras, olvidándose ya
de la muchacha con cuyo cuerpo fláccido tropezaban los pies de la muchedumbre, y sus ojos
buscaban alguna mirada que pudiera cruzarse con la suya…

También podría gustarte