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QUITO ENFRENTA NUEVAS RESTRICCIONES ANTE EL INCREMENTO

DE CASOS DE COVID-19

El alcalde de Quito, Jorge Yunda, informó


este jueves en rueda de prensa que la «falta
de conciencia sanitaria» de algunos grupos
de la población ha puesto en riesgo al
sistema hospitalario de la capital
ecuatoriana que, según las cifras oficiales,
registra el mayor número de contagios en
todo Ecuador. Es la ciudad más poblada y con más habitantes, por eso existe un peligro
inminente y no tenemos disponibilidad en el sistema sanitario. En estos momentos es
complicado encontrar lugar en las unidades de cuidados intensivos, advirtió Yunda.

Médicos y enfermeras, los primeros vacunados en Ecuador contra el covid-19

El funcionario informó que las autoridades y los profesionales médicos que hacen
seguimiento de la evolución del covid-19 en Quito le entregaron un informe técnico-
científico que concluye que «existe un alto incremento de casos en la capital». Por esta
razón, informó que el Comité de Operaciones de Emergencia de la ciudad dispuso nuevas
restricciones para evitar un nuevo desbordamiento del sistema sanitario y que regirán
desde el 22 de enero hasta el 7 de febrero.

Entre las medidas que anunció el alcalde está la restricción de las actividades en centros
comerciales, mercados, restaurantes, comedores y similares desde las 6:00 a.m. hasta las
10:00 p.m. y prohíbe el expendio de bebidas alcohólicas desde las 10:00 p.m. los fines de
semana. Además, Yunda anunció la restricción vehicular de 11:00 p.m. a 4:00 a.m. de
lunes a sábado. Ningún vehículo podrá circular, salvo las excepciones autorizadas para el
personal esencial y aquellos autorizados durante la pandemia.

Hago un llamado a los ciudadanos porque hemos notado un relajamiento por el cansancio
de la pandemia o afectación de la salud mental. Debemos tomar correcciones inmediatas
ante la irresponsabilidad de la población, enfatizó el alcalde.

Según el Municipio de Quito, las nuevas medidas de restricción serán evaluadas y


corregidas en un monitoreo diario para analizar la curva epidemiológica en la capital
ecuatoriana.
PLANES DE CANDIDATOS NO APUNTAN A LAS DEBILIDADES DEL
SISTEMA EDUCATIVO

Los candidatos no aparecen como los


‘mejores alumnos’ al trazar su hoja de
ruta en educación. Desde marzo hay
clases no presenciales y buena parte
propone proveer de Internet y hasta de
tabletas. Pero solo una pensó en
retener a los chicos en el sistema.
Ofrece una estrategia, no plantea una. Y eso es urgente, ya que la pandemia del covid-19
aumentó el riesgo de abandono escolar. En este ciclo, en todo el país se registran 4,8
millones de matriculados en planteles. Sin embargo, ONG prenden las alertas porque esa
cifra podría ser solo un espejismo.

Con una encuesta en línea, Unicef supo que un 87,2% de docentes dijo haber estado en
contacto con sus alumnos las últimas dos semanas. Eso les hace concluir que el resto,
12,8%, no lo ha logrado. Podría ser un indicador de abandono. En los 16 planes hay -en
el mejor de los casos- diagnósticos. No detallan estrategias, para avanzar en la alternancia
educativa, entre lo presencial y virtual, por ejemplo. De ella habla Juan Pablo Bustamante,
especialista en educación. Para él, quienes creen que ofrecer Internet y equipos resolverá
el problema, tienen una expectativa baja de lo que es la experiencia de aprendizaje.
“Debieran plantear acceso a la vacuna para docentes y lograr que una vez a la semana
haya un encuentro presencial”.

El grupo de presidenciables menciona la necesidad de hacer una reforma, para que los
estudiantes sean críticos. Ninguno precisa en qué puntos se centrarán. Pero al menos tres
dicen que la cívica y la ética regresarán a la malla. En cuanto al nivel superior, solo dos
candidatos no arremetieron contra el Examen de Acceso a la Educación Superior, que
existe desde el 2012. Hablan de libre ingreso y, a la par, quieren bajar el Impuesto a la
Renta y el IVA, que alimentan el fondo universitario, critica Augusto Barrera, quien
dirigió Senescyt. Y que -como los rectores- apunta que es demagógico el libre ingreso y
pide no volver a los sesenta con un profesor para 250 alumnos.
PANDEMIA Y ELECCIONES

La realidad mundial y nacional


desde la obscuridad de la pandemia
está marcada por la urgencia de
vacunar a la población, proceso que,
en el caso ecuatoriano, evidencia
nuestras precarias fuerzas para
resolver problemas sociales de
manera apropiada.

Mientras otros países, con situaciones sociales diferentes, muestran que su mejor nivel de
organización social funciona también para planificar y ejecutar este tipo de procesos,
nosotros nos presentamos como somos, con grandes limitaciones económicas y también
de concepción, planificación y ejecución para implementar este urgente requerimiento del
cual depende nuestro futuro inmediato.

La realidad cultural local se manifiesta, igualmente, en otros ámbitos de la cotidianidad


nacional como en el del trabajo, tan escaso y volátil; en el de la educación en pandemia
que ha sido abordada con las mismas características que las de la vacunación, esto es
precariamente; en el electoral, marcado por un sinnúmero de acontecimientos negativos;
en el de la seguridad ciudadana, cada vez menor porque la delincuencia campea y los
habitantes nos sentimos indefensos, y en todos los otros escenarios en los cuales
mostramos de lo que estamos hechos social y cívicamente. Desde la aceptación de esa
realidad, sí podemos mejorar si fortalecemos características positivas que también son
nuestras. Ese ha sido el histórico desafío de nuestra sociedad y lo sigue siendo, porque lo
que hemos logrado no es suficiente, lo sabemos y nos duele.

Esa angustia que nos invade no se relaciona con perplejidades filosóficas existenciales.
Es terrena y tiene que ver con carencias sociales básicas para la mayoría, porque algunos
sí hemos resuelto esos requerimientos y podemos especular sobre lo espiritual y sus
derivaciones, pero la gran mayoría de ecuatorianos no lo ha hecho por una serie de
circunstancias sistémicas y personales. La tarea colectiva y sobre todo la de quienes
vivimos en la comodidad que favorece la proyección propia es hacer lo necesario para
incorporar a todos a una cultura de convivencia sostenible.
Claro está que lo que afirmo no es nuevo y pese a ser un discurso manido, poco hemos
hecho para concretarlo, definidos por una gran incapacidad para buscar coherencia con
esos asertos. Por eso es que acusamos a los otros y creemos que trascendemos cuando
insultamos y denigramos a quienes repudiamos en estos tiempos electorales a los políticos
candidatos.

Seguramente que mucho de lo que se les acusa es verdad. Probablemente también, en


muchos casos, esas afirmaciones son fruto de la decadencia de quienes las expresan.
Además, es cierto que tanto ellos como nosotros somos ecuatorianos y cuando actuamos
lo hacemos desde una raíz cultural común a detractores y vilipendiados, y además lo
realizamos desde un vigente sistema social y jurídico del cual somos parte como electores
corresponsables.

Debemos, como siempre se proclama, votar bien para que los mejores sean electos y
cuando ejerzan el poder, lo hagan buscando aportar para construir un Ecuador con más
educación, civismo, salud y equidad vieja, esquiva e inalcanzable utopía ecuatoriana.

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