Está en la página 1de 10

Sobre medios, masa, cultura popular en

las crónicas de Carlos Monsiváis


On the media, mass and popular culture in the
chronicles of Carlos Monsiváis
María Ángela Cifuentes
Doctora (c), Universidad Heinrich-Heine, Düsseldorf, Alemania.

Correo electrónico: maria.angela.cifuentes@gmail.com

Fecha de recepción: junio 2009


Fecha de aceptación y versión final: octubre 2009

Resumen
El escritor mexicano, Carlos Monsiváis, es uno de los intelectuales más reconocidos en la actua-
lidad por su obra como cronista de Ciudad de México, ensayista, analista de medios masivos,
crítico sobre la cultura y sociedad en América Latina, y, de manera particular, en México. Este
artículo aborda el trabajo periodístico-literario de sus libros de crónicas desde los años setenta
hasta los noventa, dentro de lo cual los conceptos de masa, medios masivos, cultura popular son
centrales. Estos son atendidos a lo largo del artículo tomando en consideración su postura crí-
tica, sobre todo respecto a la noción de masa. Igualmente se atiende al particular estilo híbrido
de su escritura, así como a la importancia que tiene la paradoja como recurso en su labor críti-
ca respecto a las relaciones de poder y al traspaso de fronteras de dicotomías.

Palabras clave: masa, medios masivos, cultura popular, élite, multitud, móvil, heterogéneo.

Summary
Mexican writer Carlos Monsiváis is one of the most highly recognized intellectuals today for
his work as the chronicler of Mexico City, essayist, analyst of the mass media, critic of culture
and society in Latin America and, above all, in Mexico. This article approaches the journalistic-
literary work of his collections of chronicles from the sixties to the nineties, within which the
concepts of mass, mass media and popular culture are central. These are analyzed throughout
the article taking into account his critical position, especially with respect to the understanding
of mass. At the same time, the particular hybrid style of his writing is analyzed, as well as the
importance of paradox as a resource in his critical work as regards power relations and the cross-
ing of the boundaries of dichotomies.

Key words: mass, mass media, popular culture, elite, multitude, mobile, heterogeneous.

Íconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 36, Quito, enero 2010, pp. 147-156
© Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador.
ISSN: 1390-1249
temas
María Ángela Cifuentes

as crónicas escritas por Carlos Mon- tura. No solo narra lo que observa y escucha;

L siváis (Ciudad de México, 1938), uno


de los intelectuales más influyentes de
América Latina en la actualidad, constituyen
en sus crónicas, Monsiváis expone, ante todo,
las diferentes sensibilidades y subjetividades
que van emergiendo de las prácticas de socie-
una obra clave sobre el desenvolvimiento, las dades mediatizadas en la gran megalópolis.
transformaciones y la cotidianidad de una de Desde esa perspectiva, “la ciudad se figura en-
las mayores megalópolis del siglo XX: Ciudad tonces como el laboratorio por excelencia de
de México. Las crónicas de Monsiváis encie- nuevas modas, tipologías emergentes y con-
rran, a la vez, una obra crítica sobre los prota- ductas seriadas” (Bencomo 2003: 157).
gonistas en la escena política de México, de Su interés cronístico se ha enfocado en la
manera especial sobre la relación con los me- descripción de una sociedad heterogénea en la
dios de comunicación de los diferentes grupos que las dicotomías como alta cultura y cultura
de la sociedad, y cómo se expresa esta relación de masas, élite-masa, civilización-barbarie
en las prácticas cotidianas. Hay que localizarlo pierden cabida. Para Monsiváis se trata más
en “una modernidad de los medios masivos”, bien de la coexistencia de lo global y lo local,
así lo advierte Vittoria Borsò al referirse a la la- de lo popular y lo exclusivo, de lo tradicional
bor cronística y crítica de Monsiváis, “cuya va- y lo moderno, lo que lleva a cruzamientos que
lidez se mantiene en los proyectos actuales más se sobreponen a fronteras tradicionales entre
avanzados de la cultura y del análisis de los opuestos. Los mass-media y la tecnología jue-
medios” (Borsò 2002: 29). gan un papel primordial al respecto, sobre lo
Junto a intelectuales como Elena Ponia- cual también versa su trabajo ensayístico. En-
towska, Sergio Pitol, José Joaquín Blanco o Jo- tre otros títulos está, por ejemplo, el libro de
sé Emilio Pacheco, entre otros, Monsiváis for- ensayos Aires de familia. Cultura y sociedad en
ma parte de una generación crítica frente a los América Latina (Premio Anagrama de Ensayo
hechos ocurridos en México a partir de la ma- 2000).
sacre de Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968, y Los libros de crónicas abarcan su produc-
con ello, sobre el papel cumplido por los go- ción periodístico-literaria, emprendida ya des-
bernantes y sus partidarios. de los años sesenta1. Ellos son: Días de guardar
Su escritura corresponde a una narrativa (1970), Amor perdido (1977), Escenas de pudor
posboom, caracterizada por géneros hibridiza- y liviandad (1981/1988), Entrada libre.
dos (Moraña 2007: 26) –que en Monsiváis Crónicas de la sociedad que se organiza (1987),
pueden verse reflejados en la combinación en- Los rituales del caos (1995). A estos títulos hay
tre lo periodístico y lo literario–, por su carác- que añadir el libro A ustedes les consta (1980),
ter irónico y por la fragmentariedad de su esti- una antología de la crónica en México llevada
lo. En ese sentido, Monsiváis es uno de los de- a cabo bajo su dirección.
fensores de la contracultura (Bencomo 2002: Otros libros importantes a considerarse
111), como también del papel crítico que debe dentro de su producción como crítico y ensa-
ejercer el intelectual frente a los hechos en la yista son: Salvador Novo. Lo marginal en el cen-
política, en la sociedad, en la cultura. tro (2000) –ensayo sobre el cronista y escritor
La labor llevada a cabo por Monsiváis a tra- mexicano–; Las tradiciones de la imagen (2002)
vés de este género corresponde al cronista que –su análisis sobre Poesía–.
–como lo caracteriza Anadeli Bencomo– “es
ante todo un sujeto que observa y escucha la
realidad que le rodea” (2003: 146). Esta suer- 1 Véase el comentario de Linda Egan, quien señala la labor
del periodismo revolucionario que Monsiváis, previo a
te de testigo de los acontecimientos a su alre- Días de guardar, había estado publicando en diferentes
dedor toma fuerza gracias al estilo de su escri- medios masivos por más de media década (2001: 135).

148
ÍCONOS 36, 2010, pp. 147-156
Sobre medios, masa, cultura popular en las crónicas de Carlos Monsiváis

La discusión de Monsiváis en sus crónicas Desde Días de guardar, Monsiváis advierte de


parte, por un lado, de la apreciación del habi- un corte a nivel social-político-ideológico; de la
tante de México frente a la masificación de la necesidad de seguir sensiblemente el significa-
ciudad; por otro lado, está su crítica a la polí- do de los medios masivos respecto al compor-
tica nacionalista promovida, sobre todo, por el tamiento de la sociedad, no desde una crítica
presidente Ávila Camacho en 1941, a través de fatalista de sus efectos, sino desde la doble cara
su proyecto de la Unidad Nacional. Monsiváis de la paradoja, a saber: desde el lado aglutina-
escribe: “La Unidad Nacional es la tierra firme dor y totalizador de los medios masivos y el
y el salvoconducto: funde armoniosamente a consumo, como también de su potencial mo-
las clases sociales, a las tendencias ideológicas, dernizador y transformador de mitos, tradicio-
a los logros antagónicos, a los héroes opuestos nes, costumbres. Monsiváis muestra más clara-
o contradictorios” (1988: 1381). En cara a la mente esta doble cara en su posterior libro de
masacre de Tlatelolco, el mito de la gran uni- crónicas de los años noventa, Los rituales del caos
dad entra duramente en duda. Días de guardar (1995). Siguiendo la mirada crítica de Guy De-
reúne, desde una mirada crítica, una compila- bord en su obra La Société du Spectacle (1967),
ción de crónicas a partir de este hito histórico2. Monsiváis destaca el poder normativo del es-
Este libro retrata una ciudad masificada, una pectáculo –“dictadura de la fascinación electró-
sociedad dividida entre élite y masas, una bur- nica”, en sus palabras–, que atrapa y dirige a las
guesía egoísta y consumista frente a la realidad multitudes. A ello añade Monsiváis el consumo
de una multitud deseosa de tomar parte de sus como otro factor normativo y ubicuo, “al que
ídolos; retrata igualmente la innegable nortea- se califica como fuerza que verdaderamente en-
mericanización de buena parte de la sociedad cauza a la sociedad” (1995: 15).
en México, que se hace perceptible durante la Monsiváis propone, sin embargo, tres fac-
década del sesenta, y los efectos del consumo tores que a la vez transgreden las virtudes tota-
de los medios de comunicación; de la expre- lizadoras y normativas del consumo y del es-
sión de la contracultura emergente frente a una pectáculo. Estos son: el humor, la ironía y el
política defensora del nacionalismo cultural: relajo –como valores de la “diversión genuina”,
siguiendo sus propios términos (1995: 16)–.
El país en ascenso. ¿Dónde se localiza su Estos tres factores no desvirtúan lo totalizador
personalidad moderna? En el crecimiento del consumo y del espectáculo; por el contra-
de la industria, en el desenvolvimiento de la rio, al transcurrir en el ejercicio de las prácti-
banca, en el impulso desarrollista de las ciu- cas cotidianas de una manera transversal, desa-
dades. México y la explosión demográfica. fiante, efímera, éstos confirman las relaciones
México y el auge de la burguesía nacional.
de poder en su paradoja entre sometimiento y
México y las inversiones extranjeras. La
liberalidad que existen entre los medios masi-
dimensión contemporánea se ve estimulada
a contrario sensu por las nuevas subculturas vos y sus usuarios. En este sentido, su propues-
y, de modo afirmativo, por el estallido que ta puede medirse a partir del análisis de la
deposita en cada hogar automóviles y refri- paradoja de las relaciones de poder que impli-
geradores. El retrato de la burguesía incluye ca entender tanto lo normativo como aquello
sus pretensiones y sus incertidumbres (1984 que transgrede, a saber: formas de oposición o
[1970]: 15). resistencia, como lo propone Michel Foucault
(1999: 164)3.
2 Como lo señala Vittoria Borsò, desde los años setenta
y luego de Tlatelolco, Monsiváis se convirtió, a través
de la revista Nexos, en “el representante de la autocon- 3 Este punto pone énfasis en la teoría de poder de
ciencia de la ‘cultura popular’ y de su fuerza como Michel Foucault, para quien las relaciones de poder se
‘contracultura’” (Borsó 2002: 30). ejercen tanto desde el lado de la sujeción como tam-

149
ÍCONOS 36, 2010, pp. 147-156
temas
María Ángela Cifuentes

El significado de la “masa” en sus crónicas que engendra el hacinamiento, de los vien-


tres prolíficos como responsables de las tur-
Desmontando los mitos de la élite política y bas arrasadoras. Pero en la práctica, lo que
social, Monsiváis desenmascara en sus crónicas se vive es una mentalidad postapocalíptica,
el fracaso de la política nacionalista cultural de lo peor ya pasó porque han nacido millones
su país, promovida por los herederos de la Re- que devastarán y vivirán apretujados. Lo
peor ha transcurrido porque lo peor es lo
volución Mexicana (Monsiváis 1988: 1416-
inevitable.
1421). El tema de la masa es central en su
Ésta es la paradoja: a la ciudad con
obra. No se trata de una mirada de defensor o signo apocalíptico la habitan quienes, en su
de detractor a favor o en contra de su existen- conducta sedentaria y por el mero hecho de
cia. En Monsiváis, el tratamiento de la masa no irse, se manifiestan como optimistas ra-
puede interpretarse, más bien, como la con- dicales (1993: 86)5.
frontación con una realidad que resulta del
éxodo a la ciudad de un inmenso porcentaje De cara a la posición fatalista de la élite, Mon-
de la población frente al empobrecimiento del siváis toma en consideración la teoría del filó-
campo4; la crítica al fracaso de políticas socia- sofo español José Ortega y Gasset –autor del
les y nacionalistas; el desmantelamiento de libro La rebelión de las masas (1930) y seguidor
una posición egoísta y exclusivista de la élite de lo propuesto por el francés Gustave Le Bon
política y social. En esa medida, Monsiváis en su obra Psicología de las multitudes (1895)–,
pone su ojo crítico sobre la queja fatalista, la para exponer el desprecio de la élite frente a las
“mentalidad apocalíptica” de la élite respecto a “masas”: “Gracias a La rebelión de las masas (no
la inmensa cantidad de personas que habitan y que se lea, sí que se intuye), la élite afina su
transforman el escenario de la ciudad, presen- desprecio por el mar de semblantes cobrizos,
tándose como una masa amenazante y pertur- por los invasores ocasionales de su panorama
badora. Monsiváis propone para ello la refle- visual” (Monsiváis 1995: 22). La masa es per-
xión de la paradoja a través de lo que él llama cibida como gleba, plebe, pópolo, (1995: 22;
“mentalidad postapocalíptica”: 2000: 25)6. Contraponiendo la queja, Mon-
siváis opta por enfrentar lo inevitable. Es decir,
En el fondo, si la catástrofe es muy cierta, observar y explicar la vida de millones que
pocos toman en serio el catastrofismo y la transitan a diario por la ciudad; que viven y
mayoría halla a contracorriente numerosos sobreviven; que reproducen lo que consumen,
estímulos. En la ideología urbana de la
pero a la vez van diversificando y modernizan-
Ciudad de México, ocupa un papel central
do la sociedad. La diversión toma importancia
la idea de fin del mundo, de la destrucción
en su trabajo como factor primordial para en-
bién desde su reverso, es decir, de formas transversales tender la relación paradójica entre someti-
que transgreden sus fronteras. Véase al respecto el aná- miento y liberalidad en el desenvolvimiento
lisis de Vittoria Borsò, (2004: 90). de la masa y los usos de los medios de comu-
4 Sobre el proceso de crecimiento de Ciudad de México,
véase el artículo de Carlos Monsiváis, “México, ciudad nicación.
del apocalipsis a plazos”. Allí Monsiváis anota una En sus crónicas de Días de guardar, en los
explosión demográfica en Ciudad de México, sobre años setenta, Monsiváis muestra a la masa tan-
todo a partir de los años cincuenta, cuando “alucina-
dos por los trabajos, la relativa seguridad, la diversión
to “abierta” y ubicua –en términos de Elías
y la vida liberada del control parroquial acuden a dia-
rio al Distrito Federal, para ya no abandonarlo, 500 o 5 Sobre este punto, véase el pasaje “De los orgullos que
600 personas, inmigrantes de todos los sitios del país, dan (o deberían dar) escalofríos” (Monsiváis 1995: 19-
que saturan vecindades y azoteas, viven en los resqui- 22); igualmente Vittoria Borsò (2002: 32).
cios cedidos por los parientes o en departamentitos a 6 Al respecto, véase el análisis de Vittoria Borsò (2004:
solo tres horas del sitio de su trabajo”, (1993: 77-78) 98).

150
ÍCONOS 36, 2010, pp. 147-156
Sobre medios, masa, cultura popular en las crónicas de Carlos Monsiváis

Canetti– como también “cerrada”, en cuanto a La invasión se desmenuza en diversos nive-


tumulto, a la multitud que busca la multitud les notorios que se advierten sin reconocer-
(Canetti 1994: 15). Como grandes moviliza- se, coinciden, se reconocen sin siquiera mi-
dores, los medios masivos parecerían dirigir y rarse y terminan aceptando como único la-
modelar al gran público. En sus posteriores li- zo de unión el espacio físico comúnmente
sojuzgado. Varias de las distintas colectivi-
bros de crónicas, Amor perdido (1977) y
dades que usan por comodidad el título co-
Escenas de pudor y liviandad (1987), Monsiváis
mún de ‘Juventud Mexicana’ se han dado
hace un recorrido de los ídolos de las multitu- cita con el ecuménico propósito de una au-
des que tomaron escena luego de la Revolu- dición (Monsiváis 1984[1970]: 118).
ción Mexicana a través de la radio, el cine y la
televisión. Los espectadores y oyentes apren- Esta diversificación de colectividades toma
dieron a sufrir, a gozar, a convivir con sus fuerza en su posterior libro de los años noven-
emociones las comedias y los melodramas de ta, Los rituales del caos. A ello apunta Mon-
la producción cinematográfica, la radionovela siváis, precisamente para contrarrestar el crite-
y la telenovela. rio sobre la masa como un todo homogéneo y
El público de Días de guardar es aquel ame- amenazante, y exponerla, más bien, diversa y
nazante ante los ojos de la élite, pero es a la vez múltiple para fortalecer un criterio de hetero-
el que empieza a desenfadarse del papel del Es- geneidad de gustos y afinidades que se da a
tado como modelador de las sensibilidades co- través de la diversidad de grupos de consumi-
lectivas. La masa que Monsiváis expone en las dores y usuarios. La ciudad de Los rituales del
crónicas de los setenta aparece orquestada por caos se presenta como aquella donde las multi-
el espectáculo y por los ídolos creados por los tudes (en plural) se mueven de una manera
medios masivos; sin embargo, también em- ubicua, dinámica, más desenfadada y dispersa
pieza a perfilarse como aquella que transgrede que aquella expuesta en las crónicas de los se-
las fronteras del nacionalismo cultural para tenta, en Días de guardar. La escritura de
modernizarse a través del consumo de una in- Monsiváis transmite precisamente esta movili-
dustria mediática internacional. Se trata aquí dad, en la que el cronista –a diferencia de
de una “ciudadanía del espectáculo”, en pala- aquel que, sin involucrarse, mira y analiza a la
bras de Anadeli Bencomo, “de estímulos y res- distancia a su objeto de estudio– aparece en
puestas gregarias que se desentendían del rol medio de las multitudes con sus sentidos
tutelar del Estado como órgano capaz de mo- abiertos, con la vista y sobre todo con el oído
nopolizar la formación de identidades” (2002: para percibir la discontinuidad de las múlti-
127). Bajo el mismo cielo están ya los seguido- ples voces y formas que se entremezclan en
res del rock ‘n’ roll, del pop, de la ranchera. En medio de las multitudes. En palabras de Bor-
la crónica “Para todas las cosas hay sazón”,
Monsiváis ejemplariza la variedad de públicos
o colectividades que a la vez representa la dife- México. La Naquiza: “Naco, dentro de este lenguaje
de discriminación a la mexicana, equivale a proletario,
renciación social. Se trata de La Onda, los lumpemproletariado, pobre, sudoroso, el pelo grasien-
Fresas, los Nacos7, con motivo de un concierto to y el copete alto, el perfil de cabeza de Palenque, ves-
de pop: tido a la moda de hace seis meses, vestido fuera de
moda o simplemente cubierto con cruces al cuello o
maos de doscientos pesos”. Los Fresas: “Los fresas, los
7 Monsiváis caracteriza a cada uno de estos grupos de la square, quienes ni de la disidencia discrepan (razón por
siguiente manera: La Onda: “Son los hippies mexica- la cual algunos llegaron incluso a participar en mani-
nos, los bohemios, los outsiders reales o fingidos, a festaciones estudiantiles); quienes, se acepten o no
quienes se conoce como Onda, o quienes desearían se como tales, viven para ingresar a clubes, desfilar en
les identificase como la Onda”. La Onda corresponde grupos sociales, militar en colonias o en calles”
al grupo contracultural, hippie, de los años setenta en (1984[1970]: 118-121).

151
ÍCONOS 36, 2010, pp. 147-156
temas
María Ángela Cifuentes

sò, la estética “oral” en Monsiváis involucra la ta y se organiza a sí misma con total entereza
concepción de la fenomenología acústica, a para reclamar sus derechos civiles o para actuar
saber, del espacio acústico, discontinuo, hete- a través de su propia capacidad de moviliza-
rogéneo, donde vista y sonido actúan de ma- ción (1987: 13)9. Y junto al compromiso civil
nera simultánea (1997: 134). está la otra cara, a saber, la del seguimiento de
Ello lleva a considerar precisamente el sig- las normas de la diversión y del sentimiento
nificado de la diversidad y la discontinuidad nacionalista, como Monsiváis trae a escena
–en lugar de lo continuo y uniforme–, de la dentro del mismo libro en la crónica
convivencia de grupos, de gustos, de ídolos y “¡¡¡Goool!!! Somos el desmadre”, referente al
sus seguidores, de diferentes formas de expre- Mundial de fútbol de 1986.
sión y representación dentro de la sociedad. Junto al consumidor de la industria de los
En sus palabras: “Este auge de lo diverso admi- medios masivos y la tecnología está también
te la convivencia, divertida o resignada, con- aquel que se compromete frente al desastre y a
tradictoria o complementaria, de Luis Miguel la necesidad, como queda demostrado en sus
y el Niño Fidencio, de El Santo, el enmascara- crónicas de los años ochenta. La masa en sus
do de Plata y Gloria Trevi, de Sting y los colec- crónicas guarda la paradoja de sujeción y a la
cionistas de pintura virreinal”8. vez de dinamismo, de oposición, de versatili-
La fragmentariedad de la masa en Mon- dad. Las crónicas finiseculares de Los rituales
siváis puede ser relacionada con el concepto de del caos proponen justamente esta doble cara,
multitude, expuesto por Antonio Negri y M- así como el carácter desenfadado frente a la
ichael Hardt. Multitude encierra un conjunto élite política y social. Las jerarquías existen; sin
de diferencias que existen yuxtapuestas unas embargo, en las prácticas, en el movimiento
con otras en la inmensidad de la sociedad. Se dinámico y ubicuo de las múltiples colectivi-
trata de diferencias que no se deben a una uni- dades, en el consumo, en el uso y la reproduc-
dad o a una sola identidad; éstas se muestran ción de lo adquirido y consumido dentro de
diversas en lo cultural, étnico, sexual, político, los diferentes órdenes sociales y culturales, las
relaciones de género, etc. (2004: 10). fronteras de las bipolaridades entre élite-masa,
De manera similar, la masa en Monsiváis se alta cultura y cultura de masas van desvane-
presenta fragmentaria y diversa en la multipli- ciéndose. En sus palabras: “en las grandes ciu-
cidad de formas, sensibilidades, consumido- dades las jerarquías se mantienen rígidas y, al
res, gustos, costumbres, cosmovisiones. Estas mismo tiempo, las jerarquías pierden su lugar
diferencias se yuxtaponen y entrecruzan en la y se deshacen en la trampa de los sentidos, en
fluidez y el movimiento constante dentro de la el embotellamiento de los seres, automóviles,
gran ciudad. pasiones, circunstancias”10.
En el libro de crónicas Entrada Libre. Cró- La diversidad y la fragmentariedad se defi-
nicas de la sociedad que se organiza, editado en nen como factores centrales para comprender
1987 luego del terremoto que golpeó a Ciu- la propuesta sobre masa que Carlos Monsiváis
dad de México en 1985, Monsiváis toma en expone en sus crónicas. Si bien el cronista toma
consideración el concepto de sociedad civil que en consideración el poder aglutinador del con-
contrarresta tajantemente al tradicional de
masa. Se trata de una sociedad comprometida
9 Sobre crónicas de Monsiváis respecto al terremoto de
y solidaria frente a la inoperancia del Estado y 1985, véase igualmente su posterior libro publicado en
a las adversidades; es la sociedad que se levan- 2005, “No sin nosotros”. Los días del terremoto 1985-
2005.
8 Tomado de “Parábola en donde se menciona el conte- 10 Tomado de “Parábola en donde se menciona el conte-
nido de este libro”, cubierta posterior de Los rituales del nido de este libro”, cubierta posterior de Los rituales del
caos. caos.

152
ÍCONOS 36, 2010, pp. 147-156
Sobre medios, masa, cultura popular en las crónicas de Carlos Monsiváis

sumo y del espectáculo motivado por los mass- superiores” (1995: 11). En ese sentido, Mon-
media, los mismos medios, no obstante, diver- siváis toma atención sobre la relación del pú-
sifican a sus usuarios. En las crónicas finisecu- blico y sus ídolos, sobre la vivencia sensorial a
lares de Los rituales del caos, la gran ciudad través de lo que ve, de lo que oye, de lo que
aparece poblada por multitudes que se mue- siente y comparte. En sus palabras: “No se
ven y se dispersan en la inmensa variedad de acudió al cine a soñar: se fue a aprender. A tra-
acciones y funciones, de múltiples sensibilida- vés de los estilos de los artistas o de los géne-
des, formas de vida, subjetividades. A partir de ros de moda, el público se fue reconociendo y
ello, difícilmente podemos referirnos a un cri- transformando, se apaciguó y se resignó y se
terio uniforme y unitario de masa; Monsiváis encumbró secretamente” (Monsiváis 1988:
nos expone precisamente la necesidad de re- 1518). La sala de cine se convirtió en una es-
pensar la diversidad de diferencias de la que pecie de escuela de comportamiento donde se
somos parte como sujetos urbanos, y gracias a asimilaron gestos, moda, frases, al compartir
ella vamos transformando nuestras maneras de emociones, lágrimas, dolores, risas en cada
vida, de representación, de relacionarnos unos melodrama o comedia.
con otros en las grandes urbes. En sus libros Amor perdido (1977) y Escenas
de pudor y liviandad (1981/1988), Monsiváis
dedica las crónicas a ídolos desde el teatro frí-
Medios y cultura popular volo de los años veinte, hasta aquellos de los
años de oro de la industria cinematográfica en
La relación de los usuarios con los medios México11, como también de la radio y luego de
masivos es un aspecto crucial en la obra de la televisión. El cronista trae a escena a actores
Carlos Monsiváis. Sus crónicas encierran la im- y figuras de melodramas y comedias, a músi-
portancia de esta relación para una produc- cos de rancheras y boleros como parte de la
ción de significados culturales; es decir, qué producción de figuras que alimentaron el pro-
crea el usuario con lo que percibe, con lo que yecto nacionalista cultural, sobre todo entre
recepta a través de los medios masivos. Ello los años cuarenta y cincuenta. Como contra-
lleva a la reflexión de lo que Walter Benjamin punto, Monsiváis dedica igualmente varias
llamó “sensorium”, relacionando a la percep- crónicas a fenómenos contraculturales tales co-
ción con la experiencia vivida –Erlebnis– mo La Onda, movimiento juvenil aparecido
(Benjamin 1974: 561). Jesús Martín-Barbero durante los años sesenta12, al igual que la figu-
resalta este concepto de Benjamin para expli- ra híbrida del Pachuco, o el público expuesto
car el sentido de la percepción con los usos, en el festival de rock del Avarándaro, en 1971,
para lo cual los medios masivos hacen las veces a través de la crónica “Dancing. El Hoyo
de mediadores (1987: 10). Punk”, del libro Escenas de pudor y liviandad
Este nuevo sensorium implica la relación
más abierta y emancipada de los diferentes
11 Monsiváis considera los años 1930 a 1954 como deci-
tipos de consumidores y usuarios hacia bienes sivos del cine nacional mexicano. Véase el artículo
culturales, como en el caso del cine, en contra- “Notas sobre la cultura mexicana en el siglo XX”
posición al poder hegemónico ejercido por la (Monsiváis 1998: 1506).
12 Según Monsiváis, La Onda es el primer movimiento
élite como poseedora de los bienes culturales contestatario en México contemporáneo “que se re-
expuestos en el arte. El cine democratizó el en- húsa desde posiciones no políticas a las concepciones
tretenimiento. Como lo explica Carlos Bonfil, institucionales y nos revela con elocuencia la extinción
“la revolución técnica rompía de golpe el aisla- de una hegemonía cultural. Tal hegemonía se nutre, en
términos generales, de la visión gubernamental de la
miento de las clases populares, las que por fin Revolución Mexicana y se concreta en el impulso
tenían acceso al entretenimiento de las esferas nacionalista” (1999[1977]: 235)

153
ÍCONOS 36, 2010, pp. 147-156
temas
María Ángela Cifuentes

(Monsiváis 1981/1988: 285-299). Está implí- diferentes y diversas colectividades que poseen
cita aquí, igualmente, la internacionalización recursos culturales para representarse y expre-
cultural impulsada por el consumo de la in- sarse. Al respecto, los medios de comunicación
dustria mediática estadounidense, dentro de lo y la tecnología han jugado un importante pa-
cual la radio y sobre todo la televisión han pel como mediadores hacia una diversifica-
jugado un papel central. La juventud se con- ción; es decir, de la manera cómo lo percibido
vierte en el mejor cliente y a la vez en el trans- es procesado y reutilizado en las prácticas coti-
formador cultural. En la era de la reproducti- dianas para generar diversas formas de identi-
bilidad técnica, escribe Mabel Moraña, “la ficación, de asociación, de participación.
cultura se revela como performance y como es- Lejos de una mirada romántica o, más aún,
pectáculo destinado a un público multitudina- folclorista en referencia a las tradiciones, sim-
rio y heterogéneo, con varios niveles de com- bologías, rituales en el entendimiento de cul-
petencia y expectativas de diferente índole” tura popular a partir de lo local (Schelling
(Moraña 2007: 48). 2004: 176-177), Monsiváis apunta a lo cam-
El proceso de intervención de los medios biante, flexible, móvil de la cultura popular, la
masivos se explica entonces en espacios de “en- que se hace y rehace gracias a procesos en
trecruzamientos” entre los intereses del Estado, constante transformación, motivados por el
así como de los empresarios de la industria uso de los medios masivos y la tecnología. Re-
mediática y los usuarios, entre el mundo rural firiéndose a la cultura popular urbana, Mon-
y el mundo urbano, entre las tradiciones y la siváis escribe:
modernidad (Schelling 2004: 183).
En esa medida, el sujeto-usuario en las cró- Esta cultura emerge al convertirse la socie-
nicas es tanto receptor como reproductor y dad tradicional en sociedad de masas y es
generador de significados, de procesos de per- hecha y rehecha profundamente por las
cepción, de valores y de gustos. De allí la cua- aportaciones tecnológicas del capitalismo:
lidad mimética y a la vez –paradójicamente– la imprenta, el grabado, la fotografía, las
transformadora del sujeto-usuario que es parte rotativas, el fonógrafo, el cine, la radio, la
de las diversas colectividades de la gran multi- televisión, los satélites (1994: 136).
tud. Esta cualidad transformadora de la cultu-
ra se da a través de los usos, de las reproduccio- Borsò define la cultura popular a partir de
nes y las transposiciones de lo percibido desde Monsiváis como “registro cultural”, a saber, co-
el medio masivo hacia lo introducido en la mo “otra” percepción al relacionarlo con la
cotidianidad por medio de la mímesis, de la movilidad y el montaje de imágenes de los
repetición. Monsiváis llama a las relaciones en- mass-media en la configuración y densidad ma-
tre industria cultural y vida cotidiana migracio- terial de la cultura urbana (2004: 100-101).
nes culturales, las mismas que han transforma- La postura de Monsiváis apunta entonces
do mitos, hábitos, costumbres, formas de vida. hacia lo móvil de la cultura, en contraposición
Al respecto, Monsiváis escribe: “No me refiero a una concepción de homogeneidad que man-
aquí sólo a las transformaciones de gran alcan- tiene rígidas las estructuras culturales y socia-
ce civilizatorio, sino también a las relaciones les. La cultura popular es cambiante y se ali-
entre industria cultural y vida cotidiana, entre menta tanto de las tradiciones como de los
el universo de imágenes y productos comercia- procesos de modernización; se mueve entre lo
les y las ideas del mundo” (2000: 155). local y lo global, entre pasado y presente.
Ya no se trata de la existencia de una élite Sus propuestas, a partir de sus crónicas urba-
como única poseedora de formas de represen- nas, invitan a reflexionar sobre los planos de lo
tación. Se trata, más bien, de la existencia de social y cultural a concebirse en la importancia

154
ÍCONOS 36, 2010, pp. 147-156
Sobre medios, masa, cultura popular en las crónicas de Carlos Monsiváis

de la diversificación, en el análisis de las para- Canetti, Elías, 1994, Masse und Macht, en
dojas, de los anversos y reversos que fragmen- Werke, Carl Hanser Verlag, Munich/Viena.
tan la unidimensionalidad de la concepción Debord, Guy, 1996 [1967], Die Gesellschaft
hegemónica de masa, de cultura, de identidad. des Spektakels, Tiamat, Berlín.
Las ciudades son cambiantes porque son Egan, Linda, 2001, Carlos Monsiváis. Culture
cambiantes los recursos para representarnos, al and Chronicle in contemporary Mexico, The
igual que las maneras de identificarnos en University of Arizona Press, Tucson/Arizona.
ellas; son cambiantes y heterogéneas por la Foucault, Michel, 1999, “Warum ich die Macht
diversidad de sus habitantes y de las múltiples untersuche. Die Frage des Subjekts“, en Jan
maneras de existir en cada una de ellas. Engelmann, compilador, Michel Foucault.
Botschaften der Macht: Der Foucault-Reader.
Diskurs und Medien, Deutsche Verlags-
Bibliografía Anstalt, Stuttgart.
Le Bon, Gustave, 1964, Psychologie der Ma-
Bencomo, Anadeli, 2003, “Subjetividades ssen, Alfred Kröner, Stuttgart.
urbanas: mirar/contar la urbe desde la cróni- Monsiváis, Carlos, 2005, “No sin nosotros”. Los
ca”, Iberoamericana, No. 11, pp. 145-159. días del terremoto 1985-2005, Ediciones
____________, 2002, Voces y voceros de la Era, México.
megalópolis. La crónica periodístico-literaria ____________, 2003, Las tradiciones de la
en México, Vervuert-Iberoamericana, imagen, Fondo de Cultura Económica-Ins-
Frankfurt, Madrid. tituto Tecnológico y de Estudios Superiores
Benjamin, Walter, 1974, Gesammelte Schrif- de Monterrey, México.
ten, Rolf Tiedemann y Hermann Schwe- ____________, 2000, Aires de familia. Cul-
penhäuser, editores, Suhrkamp, Frankfurt. tura y sociedad en América Latina, Ana-
Borsò, Vittoria, 2004, “Fronteras de poder y grama, Barcelona.
umbrales corporales. Sobre el poder perfor- ____________, 2000, Salvador Novo. Lo mar-
mativo de lo popular en la literatura y la cul- ginal en el centro, Ediciones Era, México.
tura de masas de México (Rulfo, Monsiváis, ____________, 1999[1977], Amor perdido,
Poniatowska)”, Iberoamericana, No. 16, Ver- Ediciones Era, México.
vuert-Iberoamericana, Madrid, pp. 87-106. ____________, 1997[1987], Entrada libre.
____________, 2002, “Literarische Mo- Crónicas de la sociedad que se organiza, Edi-
derne(n). Von Carlos Fuentes zu Carlos ciones Era, México.
Monsiváis und Carmen Boullosa. Moder- ____________, 1995, Los rituales del caos,
nidad(es) Literaria(s). De Carlos Fuentes a Ediciones Era, México.
Carlos Monsiváis y Carmen Boullosa”, en ____________, 1993, “México, ciudad del
¡Atención México! Positionen der Gegenwart. apocalipsis a plazos”, en Marina Heck,
Posiciones de la actualidad, Haus der Kul- compiladora, Grandes metrópolis de Amé-
turen der Welt, Berlín. rica, Fundação Memorial da América-Fon-
____________, 1997, “De la ontología de la do de Cultura Económica, São Paulo.
oralidad a la modulación oral de la escritu- ____________, 1988, “Notas sobre la cultura
ra. Problemas de la oralidad en México: un mexicana en el siglo XX”, en Daniel Cosío
análisis discursivo”, en Walter Bruno y Villegas, coordinador, Historia general de
Markus Klaus Schäffauer, compiladores, México, tomo II, El Colegio de México,
Oralidad y Argentinidad. Estudios sobre la México.
función del lenguaje hablado en la literatura ____________, 1984[1970], Días de guardar,
argentina, Gunter Narr, Tübingen. Ediciones Era, México.

155
ÍCONOS 36, 2010, pp. 147-156
temas
María Ángela Cifuentes

____________, 1981[1988], Escenas de pudor raña e Ignacio Sánchez Prado, compilado-


y liviandad, Editorial Grijalbo, México. res, El arte de la ironía. Carlos Monsiváis
____________, 1980, A ustedes les consta, ante la crítica, Ediciones Era, México.
Ediciones Era, México. Negri, Antonio y Michael Hardt, 2004, Mul-
Monsiváis, Carlos y Carlos Bonfil, 1994, A titude. Krieg und Demokratie im Empire,
través del espejo. El cine mexicano y su públi- Campus, Frankfurt.
co, Ediciones El Milagro-Instituto Mexica- Ortega y Gasset, José, [s.f.], La rebelión de las
no de Cinematografía, México. masas, Orbis, Barcelona.
Martín-Barbero, Jesús, 1987, De los medios a Schelling, Vivian, 2004, “Popular culture in
las mediaciones. Comunicación, cultura y he- Latin America”, en John King, editor, The
gemonía, Gustavo Gili, Barcelona. Cambridge Companion to Modern Latin
Moraña, Mabel, 2007, “El culturalismo de American Culture, University Press,
Carlos Monsiváis: ideología y carnavaliza- Cambridge.
ción en tiempos globales”, en Mabel Mo-

156
ÍCONOS 36, 2010, pp. 147-156

También podría gustarte