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A.N.E. A.N.F.E.
Boletín Eucarístico
EL VENERABLE
LUIS DE TRELLES
Apóstol de la Eucaristía
Laico
Fundador de la Adoración
Nocturna en España
Abogado, Auditor, Pen el Congresoeriodista
y Diputado
Actos de Adoración:
Vengo, Jesús mío, a visitarte
Te adoro en el sacramento de tu amor.
Te adoro en todos los Sagrarios del
mundo.
Te adoro, sobre todo, en donde estás más
abandonado y eres más ofendido.
Te ofrezco todos los actos de adoración que
has recibido desde la institución de este Sacra-
mento y recibirás hasta el fin de los siglos.
Te ofrezco principalmente las adoraciones de
tu Santa Madre, de San Juan, tu discípulo ama-
do, y de las almas más enamoradas de la Eu-
caristía.
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíri-
tu Santo.
Ángel de mi Guarda, ve y visita en mi nombre
todos los Sagrarios del mundo.
Di a Jesús cosas que yo no sé decirle, y pídele
su bendición para mí.
Boletín Diocesano Asidonia-Jerez 15
NOTICIA DE JEREZ DE LA FRONTERA
Nota: Las vigilias ordinarias las estamos
haciendo en horario de 17.30 a 19.30 por causa
de el toque de queda, en enero y febrero no
se a que hora las haremos, pero se celebrarán.
Lo mismo con la de la Inmaculada y la de fin de
año.
OREMOS POR NUESTROS DIFUNTOS
DE JEREZ DE LA FRONTERA
SALMO 15
El Señor es el lote de mi heredad Tenemos la oportunidad
de meditar en un salmo de intensa fuerza espiritual, después de
escucharlo y transformarlo en oración. El Salmo 15 es un cántico
luminoso, con espíritu místico: Mi Señor eres tú, no hay dicha pa-
ra mí fuera de ti.
Así pues, Dios es considerado como el único bien.
El salmista declara: El Señor es el lote de mi heredad, Me
encanta mi heredad. S. Agustín comenta: El salmista dice: oh
Dios, dame una heredad. ¿Que me darás como heredad?, sino
que dice: “Todo lo que tu puedas darme fuera de ti, carece de va-
lor. Se tú mismo mi heredad. A ti es a quien amo.
Otro símbolo del Salmo 15 es el del “camino”; “Me enseñará
el sendero de la vida”. Es el camino que lleva al gozo pleno en la
presencia divina, a la alegría perpetua a la derecha del Señor.
Este Salmo es una oración muy apropiada para quienes en
el Bautismo, hemos renunciado a todo, para servir al único Dios
verdadero, y para los que en la profesión religiosa han dicho a
Dios: El Señor es el lote de mi heredad y mi copa. Que este sal-
mo, nos afiance en nuestra fidelidad bautismal ante cualquier
tentación, y nos recuerde a Jesús resucitado de entre los muer-
tos, dándonos la esperanza de que también nosotros, como El,
serenos saciados de gozo en la presencia de Dios. Con esta es-
peranza, nuestra carne descanse serena.
Delos escritos de San Juan Pablo II
Carmen Ramírez Gil
Presidenta Diocesana A.N.F.E.
ESPÍRITU DE ORACIÓN
"La adoración es la síntesis de la
humildad y el reconocimiento, de la justicia
y del amor que debemos a Dios; y por lo
tanto, el único homenaje adecuado, en
cuanto puede serlo, a la suprema majestad,
y a nuestra infinita pequeñez. La adoración implica
una deuda conocida y reconocida: (por eso es un) acto
de justicia; confiesa la infinita grandeza del criador, y
nuestra miseria: (por eso es un) acto de humildad; sim-
boliza el amor más puro al sumo bien: (por eso es un)
acto de caridad; propala la infinita maldad del pecado
como ofensa a Dios: (por eso es un) acto de contrición;
supone / el profundo pesar de haberle ofendido: (por
eso es un) acto de expiación; ofrece al Señor todo
nuestro ser, en pena del pecado y en tributo de gratitud
por sus dones: (por eso es un) acto de sacrificio; expre-
sa el deseo de desagraviarle, y restituirle la gloria que
con nuestras culpas le hemos detraído: (por eso es un)
acto de reparación; demanda humildemente su gracia
para no ofenderle: (por eso es un) acto de impetración;
y le tributa acciones de gracias por sus mercedes: (por
eso es un) acto de gratitud. Todos estos puntos de vista
tiene la adoración perfecta que el señor reclama de su
criatura racional, con perfecta razón para ello. Así com-
prendida, y asimilada a la oración, la adoración recuer-
da aquella sentencia de los libros santos que dice que
la oblación del justo empapa el altar, y es olor de suavi-
dad en la presencia del altísimo (Eclesiástico, 35, 8).
Nos proponemos que estas reflexiones sean más
consideradas y mejor comprendidas.