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BIOCOMERCIO ES CLAVE
Esta noticia en medio de la vorágine electoral, me alegra. Por qué? porque significa
el reconocimiento al biocomercio como herramienta para el desarrollo
sostenible en el ámbito internacional y al Perú como líder en este aspecto.
Aunque valgan verdades, aún se necesita darle un impulso más integral, real y
práctico; hacerlo uno de los instrumentos para la reducción de la pobreza y la
conservación de la biodiversidad. Aunque el Perú ha dado grandes pasos
generando las condiciones para liderar este proceso no sólo en América Latina, sino
en el mundo; creo que resulta urgente ahora orientar el proceso para hacerlo un
nuevo modelo de desarrollo. Exagerada me dirán unos; es una utopía, pensarán
otros, moverán la cabeza los más escépticos; el tiempo y nuestro esfuerzo lo
decidirán.
Bueno, el estudio indica que alguna de sus acciones serán generar información
macroeconómica con proyecciones para iniciativas públicas que favorezcan e
impulsen el Biocomercio y los Bionegocios en la búsqueda de una transición hacia
una economía verde. Abordando puntos clave como la certificación, los permisos
sanitarios, la denominación de origen y otros, en el afán de compilar la información
que sirva para mejorar los procesos relacionados al biocomercio.
Permítanme entonces decirles que el biocomercio, no es una certificación ni
tampoco es solamente orgánico; va más allá en su concepción y desarrollo, puede
incluirlos, pues si bien se necesitan algunas certificaciones y esencialmente debe
incluir lo orgánico, así como promover el comercio local e internacional de productos
con VALOR AGREGADO; la diferencia está en la CONSERVACIÓN DE LA
BIODIVERSIDAD, con todas sus facetas, procesos, ciclos, servicios y demás.
Por otro lado, el estudio debe considerar que no sólo se debe medir el impacto
económico en términos de PBI; sino en términos de conservación de servicios de
la biodiversidad (ecosistémicos le dicen), mejora del conocimiento, fortalecimiento
de tecnologías tradicionales y mejora de las condiciones sociales, ambientales y
económicas en el poblador local. En realidad esos deberían ser los reales
indicadores.
Sugiero que los sectores productivos priorizados sean elegidos en base a una
amplia consulta con todos los actores de la cadena y posibilidades reales de
aplicación e impacto, en particular en las economías locales.