Está en la página 1de 12

LA VERDAD SOBRE SOBRE

LA CREACIÓN Y USO DE LA
MEXICÁYOTL
POR EL ESTADO MEXICANO.

Guillermo Marín
La reivindicación de la tradición
prehispánica (mexica-azteca) […] ha
sido otro argumento de esa gran
demagogia a lo largo de su historia
del PRI para perpetrase en el poder.
Mario Vargas Llosa.

Una inmensa ola, como un sunami cultural, está cayendo


encima de muchas personas, que ante el fracaso y derrumbe
del “La Modernidad”, están buscando “sus raíces ancestrales”
en el “Pasado Prehispánico” de México, como una forma de
volver a la esencia, a la raíz de una vida apegada a valores y
principios humanos que nos ofrezcan espacios de armonía,
plenitud y equilibrio.
El problema y el desafío de esta búsqueda, es caer en la
“comodidad de un producto” mercadológico llamado “la
mexicanidad”. En efecto, El Estado Necolonial criollo, heredero
directo del Virreinato de la Nueva España, solo que ahora, en
vez de gachupines, son los criollos, los que toman el poder y el
control. Para ellos, crean en 1821 un país, “de ellos y para
ellos”, al que indebidamente le llamarán México (porque no
todos somos mexicas), manteniendo en esencia, las mismas
condiciones de injusticia, explotación y depredación que sus
antepasados nacidos en la península Ibérica.
En la década de los años setenta, surge un movimiento de
recuperación y revaloración de la tradición de la civilización
Madre, pero, equivocadamente, asumen la raíz ancestral y la
esencia cultural en la mal llamada cultura azteca o mexica.
A partir de las danzas concheras, que tienen su origen en los
pueblos de La Gran Chichimeca, especialmente en lo que hoy
es el estado de Querétaro y Guanajuato; y que, en los últimos
cinco siglos lograron, a través de la cultura de resistencia,
mantenerse en los atrios de los templos católicos, y de una u
otra forma, mantener viva la tradición ancestral.
En la Ciudad de México, en los años setenta del siglo pasado,
surgieron los grupos de danza guerrera o azteca, o mexica.
Jóvenes de aquél entonces, que pasaron de la danza conchera
a la danza guerrera. Y que, de manera superficial, tomaron de
la “historia oficial”, la bandera de la cultura azteca o mexica,
para comenzar en la recuperación de su “ancestral pasado”.
Sin una visión crítica y analítica, menos aún, descolonizada,
abrazaron y exaltaron ciegamente el discurso oficial sobre el
Gran Imperio Azteca. Discurso que fue creado desde el mismo
siglo XVI por los conquistadores, quienes crearon en sus mitos,
fantasías y mentiras sobre los vencidos, la grandeza de su
heroica conquista.
Exageraron la grandeza, el poder y la barbarie de los
conquistados, pues ellos, -según la historia oficial-, “siendo un
puñado de valientes y devotos soldados”, vencieron a cientos
de miles de guerreros aztecas, gracias a la superioridad
cultural, tecnológica y religiosa. De esta manera, ganaron para
el verdadero Dios, la corona española y la civilización, un
inmenso imperio.
En el siglo XVIII, con el padre ideológico del criollismo,
Francisco Javier Clavijero, se empieza a crear del “Imperio
Azteca, un símil del Imperio Romano”. Raíz ancestral, -según
ellos-, de un pasado mítico de lo que en 1821 será México. Esta
es la razón por la cual, los criollos le ponen a su país el nombre
de México, en honor de la Gran México Tenochtitlán, usando los
símbolos mexicas para hacer su escudo nacional.
El Estado necolonial criollo a partir del final de la Revolución,
crearán, con la SEP, un proyecto nacionalista, monolingüe,
mono étnico y mono cultural, en el cual, el mejor indio será el
muerto. Los aztecas o mexicas serán usados como un “pasado
épico superado”, y el “indio” contemporáneo, deberá ser
“rescatado, castellanizado e integrado” a la “cultura y proyecto
nacional”. Y de oponerse y resistirse, condenado al genocidio.
En la década de los años sesenta, se crea el Museo Nacional de
Antropología e Historia, es el momento en que “el sistema”,
incorpora, de lleno, a su proyecto de nación al pasado
“Prehispánico”, como fuente de identidad y origen del Estado
Mexicano. La sala principal del museo la ocupará la cultura
mexica, pasando a segundo plano las demás culturas del
Anáhuac.
La cultura mexica o azteca, (aunque su verdadero nombre es
“mextin”, fue Tlacaélel el que le cambió el nombre por mexica,
y en el siglo XIX, Humboldt les puso aztecas), es el emblema
del Estado necolonial criollo. Los mexicas como un pueblo
guerrero, comerciante, dominador y explotador, -según la falsa
historia oficial- de “todo el México antiguo”, serán “los viejos
abuelos” del mexicano moderno. Reduciendo la historia
milenaria de una de las seis civilizaciones más antiguas y con
origen autónomo del planeta a solo 196 años de duración.
Es decir, desde la fundación de México-Tenochtitlán por
cazadores-recolectores, en 1325 a su destrucción en 1521 por
sus vencedores, -de ayer y de hoy-, los invasores extranjeros.
De esos 196 años de Tenochtitlán, solo tendrán un relativo
poder 81 años. Desde que Moctezuma Ilhuicamina y Tlacaélel
toman el poder, como tlatoani y cihuacóatl respectivamente.
De esta manera, en la historia oficial del Estado necolonial
criollo, la moderna y efímera Mexicáyotl, eclipsa y desplaza a
la milenaria Toltecáyotl. Crea un mito histórico que “explica” un
devenir histórico de poder y dominación del centro a la
periferia. Una historia que “explique la realidad histórica”, en
donde unos cuantos, tengan el poder y la supremacía de los
demás. En donde pocos tienen mucho y muchos no tienen
nada. “Porque la historia siempre ha sido así, de vencedores y
vencidos. Así que, resignenese”.
En los años ochenta, Televisa pasó al aire un programa en el
que moderaba Enrique Krause y “palomeaba el sumo sacerdote
de la kultura nacional”, el intelectual Octavio Paz. En este
programa el peruano, que más tarde será Premio Novel de
Literatura, Mario Vargas Llosa, dará una sentencia magistral,
por la agudeza, la profundidad y la verdad, de lo que ha sido y
es, el Estado mexicano.
Vargas Llosa pondrá dos calvos ardientes en la esencia del
Estado necolonial criollo. Dos verdades que, hasta la fecha, no
han podido ser superadas y que siguen dando el poder a un
pequeño grupo de poder en el país. La primera verdad es que
“México es una dictadura perfecta”. Y el segundo es que: El
Estado ha usado a la “historia Prehispánica mexica, como una
demagogia cultural para mantenerse en el poder.”
Citamos lo dicho texturalmente por Mario Vargas Llosa en la
televisión mexicana.
“México es la dictadura “camuflada”, de tal modo que puede
parecer, no ser una dictadura, pero tiene, de hecho; si uno
escarba, todas las características de una dictadura. La
permanecía, no de un hombre, pero si, de un partido, un
partido que es inamovible. Un partido que concede suficiente
espacio para la crítica, en la medida que esa crítica le sirva,
porque confirma que es un partido democrático. Pero que
suprime, por todos los medios, incluso los peores, aquella
crítica que de alguna manera pone en peligro su permanencia.
Una dictadura, que, además, ha creado una retórica que lo
justifica, una retórica de izquierda, para la cual, a lo largo de
su historia, reclutó, muy eficientemente a los intelectuales, a la
inteligencia. Yo no creo que haya en América Latina, en ningún
caso de sistema de dictadura, una que haya reclutado tan
eficientemente al medio intelectual, sobornando lo de una
manera muy sutil, a través de trabajos, a través de
nombramientos, a través de cargos públicos, sin exigirles, una
adulación sistemática, como si lo han hecho los dictadores
vulgares. Por el contrario, pidiéndoles una actitud crítica,
porque es la mejor manera de garantizar la permanencia de
este partido en el poder. Un partido de hecho, único, porque
financiaba a los partidos opositores. Esa dictadura, es una
dictadura, puede tener un nombre especial, una dictadura muy
especial, muy su generis, muy diferente, pero es una dictadura,
por tanto, es una dictadura, que todas las dictaduras
latinoamericanas, desde que yo tengo uso de razón, han
tratado de crear algo equivalente al PRI en sus propios países.
En el Perú, el dictador Velasco, trató con todo su equipo de
intelectuales reclutados de formar una especie de PRI peruano,
pero no funcionó. Alan García, trató de crear un PRI peruano.
El intento de nacionalización de todo el sistema financiero, fue
hecho, con el intento de crear un sistema semejante, para
garantizar ese tipo de permanencia, que ante el resto del
mundo pudiera ser camuflada, como ha sido el caso de la
dictadura mexicana. Y me atrevo a decir también, que no
solamente a la permanencia del poder, a la falta de una genuina
democracia interna, se puede hablar de una dictadura, como el
caso tradicional de México. Sino que, al igual que las otras
dictaduras latinoamericanas, fue incapaz de traer la justicia
social. No puedo creer que se pueda decir que, en México, haya
una mejor distribución de la riqueza, que en el país promedio
latinoamericano. Creo que las desigualdades son tan grandes y
originadas por las mismas razones de injusticia social, de
corrupción, como en otros países latinoamericanos. Entonces
la dictadura, tuvo en el caso de México, las mismas
consecuencias que tienen las otras dictaduras
latinoamericanas. Es verdad que ha habido una crítica interna
muy talentosa, muy generosa, muy valerosa de muchos
intelectuales mexicanos, naturalmente entre ellos, Octavio
(Paz), sin ninguna duda. Pero creo que es muy importante
también, denunciar el caso mexicano, espero que no se me
considere como “un mal invitado”, por decirlo de esa manera,
pero, como estos está democratizando, y como este país se
abre a la libertad, quiero ponerlo a prueba, y quiero decirlo aquí
abiertamente, porque eso lo he pensado yo desde la primera
vez, que vine a México, un país que yo admiro y quiero tanto.
Creo que es muy importante que se diga que en este país se
vivió y se ha vivido durante décadas, con unos matices muy
particulares, muy especiales, el fenómeno de la dictadura
latinoamericana. La revolución mexicana tiene cosas muy
admirables, sin ninguna duda. La más importante aquella que
mencionó Octavio (Paz), la reivindicación de un pasado. La
reivindicación de la tradición prehispánica, que ha sido
asumida con orgullo por el pueblo mexicano, como no ha
sido asumida en otros países, como ejemplo el mío. Esto
indudablemente ha sido una contribución muy positiva.
Pero también hay que entender que, eso, ha sido otro de
los instrumentos que ha utilizado el sistema dictatorial
del PRI para eternizarse. Ha sido otro argumento de esa
gran demagogia histórica, a lo largo de su historia del
PRI, que se ha prestado a muchas falsificaciones de tipo
cultural, como, por ejemplo, la justificación de falsos artistas,
de falsos géneros artísticos, en nombre de ese nacionalismo,
que creo que es uno de los factores más peligrosos dentro de
este proceso de democratización mexicana. Un factor, que
debe ser puesto en tela de juicio y cuestionado, si nosotros,
como estoy seguro lo quieren los demócratas mexicanos,
quieren que esta democratización y liberación en México valla
hasta sus últimas consecuencias.”
Mario Vargas Llosa le puso “los dos cascabeles “al gato
sistema”, cuando dijo que: México es una dictadura perfecta, y
lo segundo, que “el sistema ha utilizado “la Historia
Prehispánica” (mexicas, aztecas y demás fantasías) para
consolidarse y eternizarse en el poder.
Hemos afirmado en varios ensayos, el peligro que se corre al
asumir la “identidad ancestral del Anáhuac”, en la cultura
mextin, llamada: mexica y azteca. El Estado necolonial criollo
ha “fabricado” un supuesto “imperio azteca”, que le da un
marco histórico “ancestral”, al llamado, por el Dr. Guillermo
Bonfil Batalla, “El México imaginario”. En esta fabricación,
montada con textos tomados desde el siglo XVI, como son la
de los misioneros, conquistadores y anahuacas conversos, así
como por los “académicos del sistema”, presentan a los
“mextin-mexicas-aztecas”, como la cultura más importante del
“México Prehispánico”. Una cultura que llegó al Altiplano
Central en estado salvaje en el siglo XI, y que tomó, de los
remanentes que habían sobrevivido del colapso la cultura
teotihuacana, la Toltecáyotl, para transgredirlos y conformar
una ideología mística, materialista y guerra, llamada
Mexicáyotl. De la supuesta fundación de Tenochtitlán en 1325
a su caída en 1521, transcurrieron tan solo 196 años. Y de este
periodo, solo tuvieron un relativo y limitado poder los últimos
81 años.
El Estado “mexicano”, maliciosamente exalta a la Mexicáyotl y
diluye en la nada a la Toltecáyotl, para que el pueblo no
investigue, no conozca y no busque cambiar este país, con las
bases y principios de la Toltecáyotl. La Pirámide de Desarrollo
Humano Tolteca, que nos propone trabajar con nuestra
sabiduría: la alimentación-nutrición, salud-armonía,
educación-valores, organización-democracia participativa;
para llegar a las maestrías de: la conciencia histórica, la
conciencia sacra y la conciencia energética, quedan invalidadas
ante la visión militarista-materialista mexica. Los criollos, al
Anáhuac le llamaron México, que viene de mexica. Al pueblo le
llaman “mexicano”, como si los 110 millones de ciudadanos
fuéramos descendientes de los mexicas. Así, quedan
invisibilizados los mayas, los zapotecos, los mixtecos, los
purépechas, los totonacos, los yaquis, los tarahumaras, y un
largo etcétera. Todos somos uniformados como mexicas en un
país mono cultural, monolingüe, y mono étnico. Con un
“nacionalismo uniformador”.
La Toltecáyotl trabaja el concepto filosófico de: la vida, la
persona, la familia, la comunidad, el calpulli, la asamblea, el
mandar obedeciendo, la comunalidad, la solidaridad, la
alimentación, la salud, la educación, la relación con todos los
seres vivos, con la Naturaleza, el planeta y el cosmos. Sabiduría
que fue creada a lo largo de diez mil años entre todos los
pueblos del Cem Anáhuac, queda invalidada con la Mexicáyotl,
que fue creada por el Cihuacóatl Tlacaélel en 81 años, a través
de retomar y trasgredir una estructura de sabiduría y
conocimiento biófila-espiritual de miles de años. Cuando el
pueblo solo se queda con la Mexicáyotl, pierde miles de años
de conocimiento, se queda con “la fronda y pierde la raíz”,
huérfano, y el Estado neocolonial criollo gana fuerza y
fortaleza, para seguir manteniendo en el poder a los
“vencedores”, del gran y poderoso imperio azteca”. El PRI,
seguirá ganado todas las elecciones, porque como lo afirma
Mario Vargas Llosa, la “Dictadura Perfecta”, ha usado esa
“demagogia histórica” para perpetuarse en el poder.
“La razón por la cual, el Estado necolonial criollo, hace creer al
pueblo que la cultura mexica es la más importante de la
civilización Madre, es para mantenerlo sometido en la
ignorancia de “sí mismo” y en la supuesta superioridad de “sus
vencedores”. Guillermo Marín.
Finalmente diremos que, el sumo sacerdote, “el Papa de la
Kultura en México”, publicó un libro con los apuntes de su
estancia en la India, cuando era Embajador de México en la
década de los años sesenta. Octavio Paz, inmediatamente
después de que le otorgaron el Premio Novel de Literatura en
1990. En este libro, Paz, pretende “explicar la cultura de la
India milenaria”, con ejemplos de la cultura del México antiguo.
El resultado es catastrófico, Paz demostró que no conocía la
Toltecáyotl y la civilización del Anáhuac, y menos aún, la de la
India.
"Los pueblos mexicanos no experimentaron nada semejante a
la penetración del budismo en Ceilán, China, Corea, Japón y el
Sudeste asiático.... Las culturas mexicanas vivieron en una
inmensa soledad histórica; jamás conocieron la experiencia
cardinal y repetida de las sociedades del Viejo Mundo: la
presencia del otro, la intrusión de civilizaciones extrañas, con
sus dioses, con sus técnicas y sus visiones del mundo y del
trasmundo.
Frente a la vertiginosa diversidad del Viejo Mundo, la
homogeneidad de las culturas mexicanas es impresionante. La
imagen que presenta la historia mesoamericana, desde sus
orígenes hasta el siglo XVI, a la llegada de los españoles, es la
del círculo. Una y otra vez esos pueblos, durante dos milenios,
comenzaron y recomenzaron, con las mismas ideas, creencias
y técnicas, la misma historia. No la inmovilidad sino un girar en
que cada nueva etapa, simultáneamente, fin y recomienzo. A
Mesoamérica le faltó el contacto con gentes, ideas e
instituciones extrañas. Mesoamérica se movía sin cambiar:
perpetuo regreso al punto de partida.... Los antiguos
mexicanos vieron a los españoles como seres sobrenaturales
llegados de otro mundo porque no tenían categorías mentales
para identificarlos." Octavio Paz, Vislumbres de la India. Pág.
107
"El ejemplo contrario y complementario es el de los pueblos
americanos, que no pudieron resistir a los conquistadores
europeos: sus culturas desaparecieron, a la inversa de lo que
ocurrió con los hindúes, musulmanes y chinos ante el
imperialismo europeo. El Choque entre los españoles y los
mesoamericanos fue un violento encuentro entre civilizaciones
que se resolvió por la derrota de la mentalidad mágica y la
cultura ritualista. La inferioridad científica, filosófica, técnica y
política de los mesoamericanos no explica enteramente a la
conquista." Octavio Paz, Vislumbres de la India. [pág. 114]
“No todo fue horror: sobre las ruinas del mundo precolombino
los españoles y los portugueses levantaron una construcción
histórica grandiosa que, en sus grandes trazos, todavía está en
pie. Unieron a muchos pueblos que hablaban lenguas
diferentes, adoraban dioses distintos, guerreaban entre ellos o
se desconocían. Los unieron a través de leyes e instituciones
jurídicas y políticas, pero, sobre todo, por la lengua, la cultura
y la religión. Sí las pérdidas fueron enormes, las ganancias han
sido inmensas.
Para juzgar con equidad la obra de los españoles en México hay
que subrayar que sin ellos –quiero decir: sin la religión católica
y la cultura que implantaron en nuestro país- no seríamos lo
que somos. Seriamos, probablemente, un conjunto de pueblos
divididos por creencias, lenguas y culturas distintas." Octavio
Paz, Vislumbres de la India. [pág. 116].
Como lo señala atinadamente Mario Vargas Llosa, el Estado
mexicano ha sido muy hábil al crear un mito y una demagogia
cultural con “el imperio azteca” para alejar al pueblo de la
mayor riqueza filosófica-cultural de su pasado ancestral. La
instauración del culto fanático de la Mexicáyotl, es producto de
una “razón de Estado”.
La gente que fue informada solo con el libro de texto a través
de la SEP, sobre el pasado “Prehispánico” y que su referente
“ancestral” son los mexicas y la Gran México-Tenochtitlán.
Creyendo con los “mextin-mexicas-aztecas”, son los creadores
de la milenaria cultura y sabiduría del Cem Anáhuac, quedan
atrapados en “el laberinto de la desolación, de ser extranjeros
incultos en su propio país”.
El enemigo de los pueblos y culturas ancestrales del Anáhuac,
ha sido, el extranjero colonizador y depredador, quien se ha
apoderado del gobierno desde 1521 y ha impuesto sus propias
leyes, autoridades e instituciones. Lo mismo en el sistema
colonial que en el necolonial, no importando si son gachupines
o criollos, siempre han explotado al pueblo y depredado los
recursos naturales. Si el Estado necolonial criollo exalta a los
mexicas y al “imperio azteca”, haciendo de su “historia oficial”
el origen de su país…debemos estar alertas, ser críticos y
analíticos de su discurso.
El quedar ajenos a nuestra milenaria raíz. A los valores,
principios y saberes conocidos como Toltecáyotl, es como
quedar amputados del mayor potencial con el que podremos
cambiar el destino de nuestra nación.
Se requiere una acción crítica y analítica, para descolonizar el
proyecto de dominación cultural, a través de la anulación del
potencial de sabiduría milenaria que posee la Civilización del
Cem Anáhuac. Porque, es justamente, con esta sabiduría
“propia-nuestra”, y no con otras más, que nos lleguen del
extranjero, como podremos restaurar la armonía, la justicia y
la fraternidad entre los hijos de los hijos de los Viejos Abuelos
del Anáhuac.
Oaxaca
Julio de 2017.

También podría gustarte