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Pregunta de investigación: ¿En qué medida los discursos directos y las analesis ayudan a la

configuración de los espacios en la novela “El huerto de mi amada” de Alfredo Brice


Echenique?

ANALEPSIS ESPACIOS DISCURSOS DIRECTOS


Pag.37: y todo para que su única hija El huerto Pag.37:
naciera muerta y aquel sinvergüenza se
largara con otra mujer y una buena -Huerto para siempre, estoy
parte de su dinero… En el huerto nada seguro. Porque además, en
de aquello existía, o, en todo caso,
había quedado atrás para siempre; el
mi casa no creo que quieran
huerto lo habitaban solo dos viejos recibirnos.
inmigrantes italianos, …. -El huerto, Carlitos. “Hemos
Pag.215: El huerto había sido el
gigantesco jardín animado de su
llegado a nuestro destino”,
infancia feliz y el lugar en el que, de como dicen a veces.
alguna manera, se ocultó con Carlitos,
el muchacho que le había devuelto la
felicidad perdida en la adolescencia. Y
fue también la cochera de su padre y el
lugar preferido de su madre. El huerto,
por lo tanto, era el único trozo de su
ciudad y de su vida que Natalia siempre
recordaría con amor.
Pag.63: Y sin duda por eso estaba ahora
sentado con tan pasmosa naturalidad
en el preciso comedor del huerto, y
todo, desde la presencia misma de
Natalia, de Luigi o de Marietta, de Julia
o de Cristóbal

Pag.11: Cuando aquella cálida noche de Casa de Carlitos


verano regreso a su casa y noto
preparativos para la fiesta, allá afuera,
en la terraza y en el jardín. Hacia un par
de semanas que preparaba todos los
días su examen de ingreso a la
universidad, en los altos de una muy
vieja casona de húmeda y polvorienta
fachada, amarillenta, sucia y de quincha
la vetusca y demolible casona aquella
situada en la calle de la Amargura y en
que vivían doña María Salinas, viuda de
Cespedes, puntualísima empleada del
Correo Central, y los tres hijos.
Pag.15: el gusto es todo mío, y aquello
de la antigüedad es clase y es tu y es
nosotros, o por lo menos así sonó, sin
duda por lo felices que se sintieron al
comprobar que las obras del segundo
piso en casa de la familia Alegre
realmente parecían un bombardeo.
Pag.18: Carlitos Alegre, que aún no se
había dado cuenta de que las ruidosas
obras habían terminado hace días en su
casa, noto sin embargo que la noche
era cálida y que esas luces en la terraza
y en el jardín, allá atrás, y seguro que
también en la piscina, le estaban
alegrando la vida. Y de qué manera.
Eran los preparativos de una fiesta,
pero no de sus hermanas sino de sus
padres, porque de lo contrario él lo
recordaría, si, se lo habrían avisado,
claro, pero no, a él nadie le había
avisado nada.
Pag.19: Y se trataba de pasar un buen
rato y nada más, aprovechando el
verano para disfrutar de la florida
terraza, para bailar un poco y tomar
unas copas, con la sencillez de siempre,
sin grandes aspavientos, sin ostentación
alguna, bastaba con unos focos de luz
estratégicamente colocados.
Pag.21: Y apareció en una terraza
sabiamente iluminada y deliciosamente
florida, en un baile para siempre, un
eterno Siboney de lejanas maracas, de
disimiladas y nocturnas palmeras, de
arrulladora brisa de mar tropical y piña
colada.
Pag.22:

Pag.16: Hasta que se atrevieron a Casa de Céspedes Salinas


llamar a Carlitos un domingo por la
tarde, calculando que no estaría en
casa, cruzando los dedos, y como
encajados ellos en el telefonazo de
pared negro y prehistórico de casa de
Céspedes Salinas, muertos de ansiedad
y cheek to cheek, los pobres.
Pag.17: Llevaba casi dos semanas
estudiando en casa de los mellizos
Céspedes y estos ya se habían
convencido de que jamás se enteraría
de o que era un segundo piso del
alquiler, por ejemplo, puesto que día
tras día le tocaba la puerta al inquilino
del primero y se le escurría casi entre
las piernas o por escasos centímetros
que quedaban libres entre su cuerpo y
el marco de la puerta de calle,
desesperado por empezar a estudiar
inmediatamente pero totalmente
incapaz de darse cuenta de que en esa
vetusta casona no se llegaba al segundo
piso por el primero sino por la puerta
de al lado, que sube de frente donde la
familia Céspedes.

INTERPRETACION.

El huerto es un espacio abierto, es un gigantesco jardín que se encuentra en la casa de Natalia


de Larrea, el único donde los jóvenes amantes pueden amarse sin ser juzgados donde ellos se
sienten libres, sin esos pensamientos que la sociedad crea. Además, los personajes Luiggi y
Maretta también se sienten bien y libres estando en el huerto ya que la mayor parte de su vida
la pasan en el huerto. Por lo cual se puede decir que el huerto se considera una simbología,
porque representa el lugar feliz de los dos personajes principales, y su nido de amor sin llegar a
ser juzgados por la sociedad limeña en ese entonces.

Casa de Céspedes:
Es un espacio cerrado, ya que es un lugar pobre, además muestra tristeza y se podía identificar
esa ansiedad que sentían los mellizos Céspedes.

Casa de Carlitos,

Es un espacio abierto ya que su casa es bien amplio y demuestra como una casa de clase alta,
ya que contaba con piscina, un gran jardín, una variedad de dormitorios y una terraza donde
todos los veranos hacen una fiesta, y él se siente muy feliz, se siente confortable, además es el
lugar donde conoció por primera vez a Natalia de Larrea.
UNA
PÁGINA DE
CADA
ESPACIO
NARRATIVO
ABIERTO: COHERENTE CON EL LOCUS AMOENUS

CERRADO: TRISTEZA

CERRADA-ABIERTO: CONFLICTO- FELICIDAD- GOCE…


¿En qué medida los discursos directos y las analepsis
ayudan a la configuración de los espacios en la novela “El
huerto de mi amada” de Alfredo Brice Echenique?
Capítulos:
. Las analepsis en la configuración de los espacios.
. Los discursos directos del narrador ayudan a la
configuración de los espacios.

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