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Una mirada crítica al cautiverio de especies animales

A lo largo de la historia humana el cautiverio de animales ha tenido distintos nombres y propósitos. Las
primeras colecciones de animales pertenecían a reyes o emperadores y se creaban como símbolos de la
colonización de los pueblos originarios y sus territorios y como una muestra del dominio que el hombre
ejerce sobre las bestias. El primer cautiverio del que se tiene registro se remonta a Saqqara, Egipto,
alrededor del 2500 a. C. y se conocía con el nombre de menagerie o casa de fieras. La colección tenía
distintos tipos de antílopes, babuinos, cigüeñas, halcones, entre otros animales que se usaban en
ceremonias religiosas.

En Egipto y Mesopotamia las colecciones de animales estuvieron ligadas a la domesticación de


especies salvajes. En Grecia, la relación con los animales tuvo un enfoque más crítico, lo que dio
origen a los primeros tratados zoológicos de Aristóteles. En Roma, el poder y el prestigio se ostentaban
en los juegos de gladiadores, donde las bestias salvajes eran lanzadas a la arena para que se mataran las
unas a las otras. La forma actual de estos juegos se observa en la tauromaquia y peleas de animales
como perros y gallos. A lo largo de los siglos el entretenimiento que las sociedades obtuvieron a través
de la observación de los animales se fue transformando.

Humanos viendo humanos


Durante el siglo XVI las casas de fieras ya contaban con seres humanos, por ejemplo, Hipólito de
Médicis quien gobernó Florencia tenía africanos, turcos, mongoles e indios provenientes de Asia a los
que consideraba bárbaros y gente exótica. Hasta el siglo XIX surgieron las exposiciones
exclusivamente antropozoológicas o zoológicos humanos para enfatizar la breve distancia entre el
mundo animal y los habitantes primitivos.

Carl Hagenbeck Jr. realizó su primera exposición en 1874, mientras que en 1881 los mapuches y
fueguinos fueron exhibidos en el Jardin des Plantes de París. Estos zoológicos humanos a menudo se
justificaban bajo el paradigma de humanidad ideal que era europeo, blanco y civilizado, que pretendía
aculturar y civilizar a los habitantes salvajes y primitivos del mundo.

“Gran parte de los capturados fueron embarcados a Europa donde se dispuso de tres tipos de
confinamiento: feria mundial, teatro de variedades y exposición antropozoológica; estos formatos de
exhibición actuaron por separado, pero confluyeron en un mismo periodo.”1

Actualmente, los zoológicos albergan especies de animales no humanos y se encuentran en las


ciudades, son un fenómeno urbano. En el siglo XIX en Norteamérica, Carl Hagenbeck transformó los
espacios de los zoológicos, de cuartos estériles de concreto a espacios que simulaban el hábitat natural
de los animales, sin embargo, esto no ha sido una tendencia mundial, aún es posible ver espacios
completamente estériles en zoológicos de renombre mundial como es el caso del zoológico de
Chapultepec de la ciudad de México.

El caso de este zoológico es emblemático en muchos sentidos, originariamente el zoológico de


Moctezuma albergaba no sólo animales y plantas, también había seres humanos que se consideraban
deformes, como enanos, albinos y jorobados2. Este zoológico fue destruido por Hernán Cortés en 1521
junto con la ciudad de Tenochtitlan. Tiempo después el naturalista Alfonso Luis Herrera, se inspiró en
los zoológicos europeos y decidió construir, en el mismo lugar donde estaba el de Moctezuma, el
zoológico de Chapultepec que abrió sus puertas en 1924.

A finales del siglo XX se estableció que la recreación del público que asiste a los zoológicos debe ser
con fines educativos. En este cambio de paradigma sobre la función del cautiverio, se añadieron la
investigación y la conservación de las especies, que aunque actualmente son consideradas tareas
comunes, cabe destacar que surgieron hace sólo ciento treinta años. 3 Cuando por decreto del Congreso
se inauguró en 1889, el Zoológico Nacional de Estados Unidos, como una división del Instituto
Smithsoniano, se planteó por primera vez el objetivo de preservar a las especies amenazadas.

Dado que el objetivo de conservación es muy reciente si se considera la historia de los zoológicos en
conjunto, persistió una visión mecanicista que ignoraba las necesidades psicológicas de los animales
cautivos, de allí el concepto de “condicionamiento operante” (Skinner, 1974) que plantea que el
aprendizaje de los animales es automático. Fue hasta la década de 1960 que comenzaron a expandirse
los estudios que señalaban la importancia de ambientes estimulantes que enriquecieran las capacidades
cognitivas y sociales de los animales en cautiverio, Desmond Morris (1964), Meyer-Holzapfel (1968) y

1 López Torres, Lorena P. (2012)“Fitz-Roy, Darwin y los zoológicos humanos en Jemmy Button de Benjamin
Subercaseaux” en Revista de Humanidades, Universidad Nacional Andrés Bello, Santiago, Chile, núm. 25, junio, pp. 97-
120
2 Mullan Bob y Gary Marvin (1987) Zoo Culture, Londres, Weidenfeld y Nicolson, p. 32
3 William A. Deiss y R. F. Hoage (ed.) (1996), New worlds, new animals: From Menagerie to Zoological Park in the
Nineteenth Century, Baltimore, John Hopkins University Press
Harlow y Harlow (1962) describieron los comportamientos anormales de animales en zoológicos, tales
como las estereotipias en primates.4

El primero en integrar los conceptos científicos al diseño de los espacios para animales en zoológicos
fue Hal Markowitz a finales de la década de 1980. Este cambio se atribuye a Anna Marie Lyles, quien
en la revista Nature, retó a los zoológicos a reconocer que gran parte de las instalaciones para la
exhibición de animales arrastraban la forma y el diseño de la época victoriana, que consideraba que era
suficiente proveer de comida y refugio, ignorando por completo la gama prístina de comportamientos
naturales de los animales.5

Por esta razón, actualmente “no existe un estándar para toda la industria, y ningún procedimiento
general o proceso ha surgido para identificar la matriz de variables que influyen en la vida de los
animales salvajes que viven en zoológicos” 6. El concepto de “enriquecimiento ambiental” aun carece
de avances en materia de manejo conductual para el mantenimiento de mamíferos en cautiverio. Esto es
porque las “características ambientales importantes como el sustrato y aspectos del comportamientos
tales como zonas de alimentación y refugio en gran medida han sido ignorados en la cría en
cautividad”7

La consecuencia de esta ausencia de aspectos clave para el desarrollo integral de los animales ha tenido
un impacto en la conservación in situ. En los primeros intentos de reintroducción de especies se
encontró que las muertes de los animales se debían a la falta de locomoción, a que carecen de sentido
de orientación, lo cual es obvio ya que los animales en zoológicos no pueden migrar y hasta la falta de
habilidades para obtener la comida (Beck et al. 1991, Castro et al. 1998, y Miller et al., 1998).
Actualmente, en la mayoría de los zoológicos se mantiene una política asistencialista, definida como
una actitud orientada a resolver problemas sociales a partir de la asistencia externa en lugar de generar
soluciones estructurales.

Esto se debe a que se piensa que el confinamiento de animales en zoológicos representa un conflicto
entre los intereses de la especie y los intereses de los individuos cautivos, cuando en realidad es un
conflicto entre los intereses de esos individuos en cautiverio y los intereses de los seres humanos que
4 Shepherdson, David J., et al. (ed.) (1999), Second Nature: Environmental enrichment for Captive Animals, Washington
D.C., Smithsonian Institution Press, pp. 1-12
5 Lyles, A. M y R. M. May (1987) “Problems in leaving the ark” en Nature, Londres, vol. 326, núm. 6110, pp.245-246
6 Ibid, p. 15.
7 Ibid, p. 25.
desean conservar a las especies.8 Además, el actual enfoque en las especies en peligro de extinción
afecta a un pequeño número de organismos carismáticos como rinocerontes, osos y pandas y falla en la
protección de los procesos fundamentales físicos, químicos, ecológicos y evolutivos que constituyen a
los ecosistemas y a los distintos niveles de organización biológica.

En México, las Áreas Naturales Protegidas se dividen en: reservas de la biósfera, parques nacionales,
monumentos naturales, áreas de protección de recursos naturales, áreas de protección de flora y fauna y
santuarios. Se crean por decreto presidencial y en ellas se realizan distintos tipos de aprovechamiento,
los cuales están reglamentados por la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente.
La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) administra actualmente 176 áreas
naturales que representan más de 25, 394, 779 hectáreas. Sin embargo, de acuerdo al “Análisis de
vacíos y omisiones en conservación de la biodiversidad marina de México: océanos, costas e islas” hay
un déficit de áreas protegidas en las selvas secas, matorral espinoso tamaulipeco, bosques de
pinoencino, selvas tropicales, bosques mesófilos de montaña y una baja representatividad de los
ecosistemas marinos y de mar profundo.9

Concepto tipológico de especie


El esencialismo platónico del mundo griego ha permeado a los zoológicos y sus programas de
reproducción en cautiverio. Para Platón las demás criaturas eran degradaciones del hombre y lo que
nosotros entendemos como especie, él lo concebía como un tipo ideal donde la variación biológica era
entendida como una desviación. Esto es lo que ahora se conoce con el nombre de concepto tipológico,
que define a una especie como una coleción de atributos fijos. Pese a que se considera que ya ha sido
eliminado del pensamiento biológico, aún tiene una presencia fantasmagórica en los zoológicos.

Después de la revolución darwiniana, sabemos que el concepto de especie entendida como un linaje
conformado por un ancestro y sus descendientes es una abstracción, una “caricatura de la evolución,
pues lo que realmente evoluciona son los genes. Nuevas mutaciones se sobreponen, otras se pierden y
algunas reemplazan a los genes ancestrales. Esto es lo que conocemos como procesos cladogenéticos
que dividen a las poblaciones en linajes distintos y anagenéticos, definidos como la evolución gradual
de un tipo en otro a lo largo de un mismo linaje.10
8 Norton, Bryan G et al. (1995) Ethics on the ark: Zoos, animal welfare and wildlife conservation, Washington D.C.,
Smithsonian Institution Press, p. 72
9 CONABIO-CONANP-TNC-PRONATURA (2007) Análisis de vacíos y omisiones en conservación de la biodiversidad
marina de México: océanos, costas e islas, México. URL: www.biodiversidad.gob.mx/pais/pdf/LibroGapMarino.pdf
10 Norton, Bryan G et al. (1995) Ethics on the ark: Zoos, animal welfare and wildlife conservation, Washington D.C.,
A finales del siglo XX, muchos zoológicos conservaban una visión de las especies en como bancos de
genes. Desde entonces persiste una actitud utilitaria, que trata a los animales como medios para la
conservación de las especies y que podían ser desechados una vez que hubieran producido
descendencia. Lo anterior derivó en propuestas de sacrificio de animales que se pensaban como
“excedentes”, una muestra de ello es el caso de los animales híbridos.

Una de las siete tecnologías que operan en el proceso de institucionalización del cautiverio y determina
el nivel de variabilidad genética que un zoológico posee, es la clasificación de los animales. 11 En la
década de 1990 se inició un debate sobre la clasificación de los tigres de acuerdo a sus orígenes
geográficos. Se determinó que había seis subespecies vivas y tres extintas de Panthera tigris y que cada
subespecie debía ser reproducida por separado para mantener sus especializaciones. Como resultado, en
el 2010 el zoológico de Magdeburgo en Alemania, eutanació a tres crías híbridas de tigre. Este episodio
generó una reacción pública bastante negativa sobre la labor de los zoológicos.

A la par, en el ámbito científico se ha señalado que debemos evitar el pensamiento tipológico que
retrata las especies como entidades estáticas, ya que “las especies son entidades genéticamente
variables que están conectadas genealógicamente con otras especies que aún existen y con las que han
desaparecido. Por lo tanto, la existencia de híbridos no va en contra del estatus de las especies. Por el
contrario, debemos tener más confianza en la designación del estado de las especies si los procesos
selectivos son suficientemente fuertes, y los procesos genéticos son suficientemente cohesivos para
contrarrestar los efectos homogeneizadores del flujo de genes.”12

Es una tarea difícil dejar atrás los restos del pensamiento tipológico. Para los zoológicos además de los
dilemas asociados a los animales híbridos, también suelen darse aquellos relacionados con los animales
“excedentes” o sobrantes. En el 2014, el zoológico de Copenhague mató a una jirafa de 18 meses
perfectamente sana. Según el director del zoológico, esta práctica de control natal es normal de los
zoológicos, pues está avalada por la Asociación Europea de Zoológicos y Acuarios (EAZA). De
acuerdo a la administración del zoológico, el sacrificio de la jirafa fue una medida para evitar la
endogamia, esto es, la reproducción en individuos de ascendencia común.

Smithsonian Institution Press, p. 70


11 Braverman, Irus (2013) Zooland: the institution of captivity, California, Stanford University Press, p. 53
12 Norton, Bryan G et al. (1995) Ethics on the ark: Zoos, animal welfare and wildlife conservation, Washington D.C.,
Smithsonian Institution Press, p. 81
Otros zoológicos del mundo ofrecieron albergar a la jirafa, pero las autoridades se negaron a donarla
porque creyeron que eso representaría poner en tela de juicio la legislación europea en materia de
conservación de especies. Ese mismo año, el zoológico sacrificó a cuatro crías de león que estaban
completamente sanas para tener espacio para un macho que les serviría como pie de cría. Se argumentó
que las cuatro crías no podrían sobrevivir la llegada del nuevo macho, ya que éste probablemente las
mataría.

Atravesando las fronteras


Los zoológicos también retratan cosas sobre la visión que tenemos de nosotros como individuos, como
sociedad y sobre nuestros gobiernos. A menudo estas instituciones se enfrentan con el problema de
tener recursos limitados con los cuales deben implementar programas que son muy complejos. Un
aspecto crucial, atañe a la forma en la que se conectan los programas de reproducción en cautiverio con
las legislaciones ambientales más generales de un país.

“El propósito de la investigación zoológica es ser beninga, no invasiva y no instrusiva, y se centra


principalmente en temas de conservación de la biodiversidad, de bienestar animal y manejo. Esto
incluye investigación en el propio terreno del parque, en instituciones asociadas, y en la naturaleza, ya
sea en el propio país o fuera de él.”13

Una de las lecciones que han aprendido los zoológicos este siglo es que los animales tienen
distribuciones geográficas que traspasan las barreras políticas al interior de un país e incluso fuera de
éste. El caso de la reintroducción del hurón de patas negras (Mustela nigripes), un mamífero endémico
de las praderas de Norteamérica que se declaró como “posiblemente extinto” en 1980 luego de los
intentos frustrados de reintroducción a su hábitat natural ejemplifica claramente lo anterior. A finales de
esa década, tras una intensa búsqueda, se ubicó a una población con más de 100 individuos en vida
libre, sin embargo las enfermedades afectaron a la población y sólo 18 individuos sobrevivieron. La
decisión fue capturarlos y usarlos en un programa de reproducción en cautiverio que para el 2000
registraba a 700 animales de la especie con vida.

El siglo XXI fue la cuna de la liberación en territorio mexicano de estos ejemplares, tras un intenso
debate concentrado en la crítica a las políticas de conservación estadounidenses se llegó a la conclusión
13 McGregor Reid, Gordon et al. (2008) Desarrollar el potencial de investigación en los zoológicos y acuarios. Estrategia
de investigación de EAZA, Ámsterdam, EAZA, p. 9 URL:
www.eaza.net/about/Documents/EAZA_Research_Strategy_2008_Spanish.pdf
de que Chihuahua tenía un potencial clave para la recuperación de la especie. Los primeros cuatro
hurones fueron liberados en las praderas de Janos-Casas Grandes y con el tiempo se contabilizó a 94
animales en vida libre.14

Conclusiones
Los aspectos no hablados en los zoológicos como la concepción que forjan de los animales,
independientemente de su especie, deben ser profundizados. En esta época de cambio donde los
derechos de los animales adquieren mayor relevancia para la sociedad, hemos de aclarar dos puntos
importantes: de qué forma defendemos esos derechos, es decir, cuál es la base de nuestra obligación
moral hacia los animales y cuáles son las razones que la sociedad tiene para proponer la abolición del
uso y explotación de los animales.

La visión de los derechos de los animales, muy distinta a la del bienestar animal, plantea que el derecho
básico de los animales es no ser usados para el beneficio de otros, es decir, abolir el estatus de
propiedad que le otorgamos a los animales. En este sentido, los zoológicos contribuyen a fortalecer ese
estatus pues, como hemos visto, el sentido utilitario del cautiverio se ha mantenido durante siglos.

Es inevitable entonces preguntarnos ¿es ético el cautiverio de animales?, ¿la educación de los seres
humanos justifica privar de la libertad a los animales?, ¿se están llevando a cabo las tareas de los
zoológicos correctamente o el siglo XXI verá la caída y el cierre de los zoológicos?

14 Pacheco, J., G. Ceballos y R. List (2002) “Reintroducción del hurón de patas negras en las praderas de Janos,
Chihuahua”, en Biodiversitas, CONABIO, núm. 42, pp.1-5

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