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LA RELACIÓN ENTRE PADRES E HIJOS ADOLESCENTES

1. CAUSAS DE TENSIONES

a) Presiones de la sociedad.
- En una sociedad agrícola, una generación sigue a otra sin rupturas ni desajustes mayores.
Los familiares trabajan lado a lado y comparten la vida en un sentido casi total. Pero en la
vida urbana, el paso del joven al mundo de los adultos es mucho más confuso.

- También, la sociedad ofrece múltiples oportunidades y crea ciertas presiones para


experimentar la nueva libertad que todos los jóvenes desean. Los medios de comunicación
masiva y su ambiente instan a que tomen una constante dosis de violencia, sexo, drogas,
alcohol, fantasía, etc.

- Romanos 12:2 “No os conforméis a este mundo; más bien, transformaos por la
renovación de vuestro entendimiento, de modo que comprobéis cuál sea la voluntad de
Dios, buena, agradable y perfecta”.

b) Los padres.
- A veces algunos padres que tienen hijos adolescentes, simultáneamente están sufriendo
cambios fisiológicos (como la menopausia o andropausia).

- “Padres, no irritéis a vuestros hijos, para que no se desanimen” (Colosenses 3:21).

- Muchos padres llevan cargas pesadas de responsabilidad económica fuera del hogar, a
veces simplemente para sostener a la familia.

- Si uno de los padres tiene una inestabilidad moral, como algo de su pasado que no
resolvió por no desarrollar una posición firme, puede causar dificultades en guiar a su
propio hijo o hija cuando llegan a enfrentar los mismos problemas.

c) El adolescente.
- Proverbios 15:1 dice: “La suave respuesta quita la ira, pero la palabra áspera aumenta
el furor”.

- Elementos especialmente desconcertantes para los padres son los cambios emocionales
repentinos de los jóvenes, la rebelión contra la autoridad de los padres, el rechazo de las
creencias e ideales, y la tendencia a querer más libertad cuando no demuestran un sentido
de responsabilidad.

2. EL DESARROLLO DEL ADOLESCENTE

Havighurst; lo que el adolescente necesita para transformarse en adulto:

Primero; Lograr relaciones nuevas y más maduras con los compañeros de su misma edad y
de ambos sexos.
Segundo; Desarrollar su papel social masculino o femenino; o sea, lo que es ser hombre o
mujer con sus propios recursos y habilidades.

Tercero; Aceptar su condición física (o papel sexual) y utilizar su cuerpo en una forma
efectiva.

Cuarto; Lograr una independencia emocional de los padres y de otros adultos.

Quinto; Alcanzar la seguridad de una independencia económica.

Sexto; Elegir y prepararse para una ocupación.

Séptimo; Prepararse para el matrimonio y la vida familiar.

Octavo; Desarrollar sus habilidades intelectuales para poder vivir en el mundo adulto y los
conceptos necesarios para la competencia cívica.

Noveno; Desear y aceptar un comportamiento aceptable ante la sociedad.

Décimo; Adquirir un conjunto de valores y un sistema ético que sirvan de guía a su


comportamiento.

a) El desarrollo físico.
- En este período el corazón y los pulmones casi se doblan en tamaño. Las secreciones de la
glándula tiroides producen un aumento de energía resultando en una tendencia de querer
estar activo hasta muy tarde (es normal el aumento de sueño). Una “maduración sexual”
ocurre porque unas glándulas hacen que los vellos comiencen a aparecer en las regiones
pubescentes y axilares en ambos sexos.

- El Estrógeno, la hormona femenina, comienza a incrementar en la niña entre los ocho y


los once años preparando el cuerpo para su ciclo menstrual. El promedio de años para
comenzar la menstruación es de trece años y medio; siendo los límites o extremos para
iniciar entre los diez y los dieciséis años.

- En realidad la apariencia, cómo se viste y se presenta reflejan el grado de su aceptación o


desprecio de sí mismo. El tamaño del joven figura en su comportamiento también. Si es
más grande que los demás, puede verse como el matón. En contraste, el que es más
pequeño suele hacer mucha bulla, de pelear, o ser payaso para aparentar que está seguro de
sí mismo. Si el joven está adecuado, físicamente hablando, y más aún si es atleta o de buen
parecer, tiende a confiar en estas habilidades y características por su popularidad y, a veces,
por su razón de existir; pero tiende a descuidar otros aspectos de la vida como la fe
religiosa y los estudios.

- Por la fuerza trata de probar su cuerpo en los deportes, las largas horas de actividad y la
experimentación con alcohol, drogas, fumar, sexo, etc. La temprana gordura de la
adolescencia normalmente causa vergüenza especialmente cuando los compañeros y los
padres lo comentan, o peor, le hacen broma al respecto. Tales comentarios al adolescente a
menudo le causan heridas profundas aunque él da la impresión de que no le importa.

b) El desarrollo emocional.
- Eclesiastés 11:10 dice: “Quita, pues, de tu corazón la ansiedad, y aleja de tu cuerpo el
mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad”.

- El adolescente se distingue por sus cambios radicales de emoción, pero no es fácil


explicar cómo o por qué piensa, analiza y actúa de esa manera. La primera ayuda necesaria
para animarles hacia un buen rumbo es considerarlos como individuos.

- Otro problema con los adolescentes y sus emociones son los extremos. Un momento se
sienten encima del mundo y en otros parecen tener el mundo encima de ellos. Las
explosiones de emoción estallan y dejan confusión y conflicto en saber cómo responder y
tratar a una persona tan “delicada”.

c) El desarrollo intelectual.
- Proverbios 2: 1-6 dice: “Hijo mío… si invocas a la inteligencia y al entendimiento
llamas a gritos, 4 si como a la plata la buscas y la rebuscas como a tesoros escondidos, 5
entonces entenderás el temor de Jehovah y hallarás el conocimiento de Dios. 6 Porque
Jehovah da la sabiduría, y de su boca provienen el conocimiento y el entendimiento”.

- La capacidad intelectual crece considerablemente durante la adolescencia. Alrededor de


los dieciséis años los adolescentes son capaces de pensar en abstracciones como las del
perdón y la salvación.

- Los jóvenes también desarrollan sus habilidades creativas y pueden concentrarse por
largos tiempos en algo que les interesa.

- Para poder hablar con los jóvenes hay que tener conocimiento y aprecio por la filosofía de
ellos hacia la vida. La vida actual es mucho más avanzada que la de la generación pasada,
de modo que los padres y los maestros deben aprovechar, usar y dominar toda clase de
información asequible para no quedarse atrás o parecer anticuados en su trato con los
suyos.

d) El desarrollo social

- Eclesiástés 11:9 dice: “Alégrate, joven, en tu adolescencia, y tenga placer tu corazón en


los días de tu juventud. Anda según los caminos de tu corazón y según la vista de tus ojos,
pero ten presente que por todas estas cosas Dios te traerá a juicio”.
.
- Esta faceta del desarrollo del adolescente abarca las relaciones que se forman con los
padres, con sus compañeros, con el sexo opuesto, y con la sociedad en que se desenvuelve.

- El factor predominante en la formación del niño y el joven es el del hogar. Normalmente


es allí donde ellos aprenden la mayor parte de lo que saben en cuanto al amor, la
aceptación, la seguridad, las relaciones significativas y el reconocimiento.
- Son los amigos los que sirven, aunque en competencia con los padres, para una buena
parte del desarrollo social del joven. Sirven de confidentes y para entrenarle al adolescente
en las pericias sociales del trato, la conversación y el conocimiento sexual (siendo el último
muchas veces información mala e inadecuada).

3. PASOS HACIA LAS BUENAS RELACIONES CON LOS ADOLESCENTES

a) Acepte que son individuos.


- El adolescente tiene el derecho de ser un adolescente, de no ser considerado como un
niño, ni forzado a ser un adulto con todas las responsabilidades que esto atañe.

- Respetar su vida privada y su propiedad contribuye a un buen sentido de confianza entre


padres e hijos jóvenes. Además es de poca ayuda reprender a los hijos delante de los
amigos o en público.

b) Demuéstreles amor.
- Los adolescentes de ambos sexos dependen del ejemplo y trato de los dos padres, pues así
pueden entender los papeles de la madre y del padre y comprender la función del amor en
esta relación más íntima de la vida. La triste verdad es que muchos jóvenes que tienen
problemas con drogas vienen de hogares carentes de amor y relaciones satisfactorias.

- Los padres muchas veces creen que aman a sus hijos adolescentes pero son muy negativos
en la expresión de su afecto y cuidado. Es decir que tienden siempre a estar corrigiéndolos.
El resultado es un negativismo constante con los jóvenes que lleva a humillarles, despreciar
su autoestima, minar su confianza y comunicarles que no son capaces de ser adultos.

c) Comuníquese positiva y claramente con ellos.

Primero; tome tiempo para escuchar. De otro modo no va a saber cuál es el problema que
tiene su hijo (a).

Segundo; No esté demasiado apurado para reaccionar, juzgar o proveer una respuesta hasta
que haya oído cuál es la preocupación real que le afecta a su hijo.

Tercero; Trate de escuchar con simpatía e identidad cuando el adolescente esté frustrado.

Cuarto; Hay que respetar la perspectiva o interpretación del joven de lo que él dice que es
su problema.

Quinto; Afirmaciones y felicitaciones por buenas acciones y por ser responsable son tan
importantes como las correcciones de los errores.

Sexto; El amor debe ser expresado no sólo con palabras, sino también tocándoles para
facilitar la comunicación.
Séptimo; El disgusto por acciones inaceptables debe ser explicado y no expresado como un
ataque sobre el carácter del joven, no con insultos.

Octavo; Admita sus propias dolencias y frustraciones, especialmente en cuanto a su


relación con el joven.

d) Use una disciplina consistente.


- Proverbios 13:1 dice: “El hijo sabio acepta la disciplina de su padre, pero el burlador
no escucha la corrección”.

- El amor genuino no es permisivo, sino cuidadoso. A la vez, hay que balancear nuestras
instrucciones hacia ellos con una vida cristiana que ejemplifique nuestras palabras.

- La disciplina consistente quiere decir que no le va a castigar al hijo en el momento del


antojo ni en una forma caprichosa, sino en amor, buscando que sea la corrección acorde con
la gravedad del delito. Si la disciplina no es consistente, pierde su efectividad y a menudo
crea resentimiento y frustración en el adolescente.

e) Deje que sean dirigidos internamente (su propia razón).


- Proverbios 22:6, dice: “Instruye al niño en su camino; y aun cuando sea viejo, no se
apartará de él”.

- Motivos importantes hacia la madurez del joven es el de sentir la dignidad del trabajo y el
de tomar responsabilidades.

- No basta decirles que los vicios les dañarán o que algunos sitios y actividades no les
convienen. Hay que mostrarles lo que es un lugar verdaderamente feliz y lo que es un
genuino compañerismo. Sin embargo, la decisión de quedarse en tal circunstancia, tarde o
temprano es de ellos.

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