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Depresión y manía.

La depresión es un trastorno mental caracterizado por un estado de


infelicidad de duración e intensidad desproporcionadas ante un estímulo negativo (por
ejemplo, una pérdida reciente o un hecho triste). ... La manía es un trastorno mental
caracterizado por una elevación anómala del estado anímico.

DEPRESION, TRASTORNO BIPOLAR, MANIA


La depresión es un trastorno con múltiples manifestaciones en las tres
dimensiones básicas de la persona: lo cognitivo, lo emocional y lo corporal.

En el plano cognitivo, la depresión aparece con alteraciones en el curso del


pensamiento (bradipsiquia, es decir, enlentecimiento del mismo), y de su
contenido destacando lo que se consideran los tres temas básicos: ruina,
enfermedad y culpa. La memoria, atención y concentración están también muy
retardadas.

A nivel emocional encontramos tristeza, impotencia y desesperanza. La tristeza


suele ser muy vacía de emoción o suele tratarse también de tristezas ansiosas
(con mucho llanto por ejemplo) que va mucho más allá de las circunstancias que
la motivan.

A nivel corporal los ritmos circadianos están alterados: el sueño, la alimentación,


la motricidad,… Llegando desaparecer la instintividad (la sexualidad).

Los síntomas son muy variables, dependiendo del tipo de depresión, y lo que
podríamos considerar fundamental es la perdida de vitalidad y energía (está entre
lo mental y lo corporal).

La manía y los trastornos maniacos, serian el polo contrario. En lo cognitivo


aparecería un pensamiento acelerado de contenido grandioso. En lo emocional
aparece autoestima exagerada y omnipotencia acompañadas de sentimientos de
euforia. En lo corporal la persona está agitada, disminuyendo su necesidad de
dormir y aumentando su nivel de actividad, implicándose en actividades
placenteras de modo exagerado, pudiendo ponerse con ello en grave riesgo.

En ocasiones, la misma persona, puede variar en el tiempo entre ambos extremos.

Causas de la depresión y la manía:

Ya que nos encontramos con un grupo de trastornos que presentan grandes


diferencias en sus síntomas, las causas de cada uno de ellos dependerá de
diferentes factores, que habrá que estudiar individualmente, sin olvidar que un
polo importante en el que se mueven, es el de impotencia-omnipotencia en la
forma de abordar la realidad personal.
Tratamiento de la depresión y la manía:

El tratamiento consistirá en ir conociendo, a través de las diferentes sesiones, las


manifestaciones personales del trastorno en el individuo. Ello nos permitirá ir
modificando pensamientos erróneos y aprendizajes que condujeron al problema.

En la depresión movilizar el cuerpo, trabajar con lo agresivo, aprender a


escucharse, reconciliarse con las limitaciones reales, ayudar a poner límites,
mejorar la capacidad de relación,… son algunas de las áreas en las que ir
avanzando.

En el caso de los trastornos maniacos y en algunos depresivos, la medicación


puede ser importante, de cara a conseguir niveles adecuados emocionales y de
activación con los que poder iniciar un trabajo terapéutico más profundo.

  Tratamiento de la depresión y la manía en nuestro centro:


La depresión y la manía son problemas con solución, una salida que muchos de
nuestros pacientes ya han encontrado. 

TRASTORNOS DEL ESTADO DEL ÁNIMO: Depresión, y Bipolar.

La depresión es uno de los principales motivos de consulta a nuestros psicólogos


y terapeutas gestalt. Pero los trastornos de estado de ánimo incluyen otras
dificultades que iremos viendo a continuación.

Episodio depresivo mayor

La persona presenta cinco (o más) de los siguientes síntomas durante un período


de 2 semanas, que representan un cambio respecto a la actividad previa; uno de
los síntomas debe ser estado de ánimo depresivo o pérdida de interés o de la
capacidad para el placer.

No se incluyen los síntomas que son claramente debidos a enfermedad médica o


las ideas delirantes o alucinaciones no congruentes con el estado de ánimo.

1. estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, según el propio sujeto (p. ej.,
se siente triste o vacío) o la observación de otros (p. ej., llanto). En los niños y
adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable
2. Disminución del interés o de la capacidad para el placer en todas o casi todas
las actividades
3. Pérdida importante de peso sin hacer régimen o aumento de peso, o pérdida o
aumento del apetito.
4. insomnio o hipersomnia
5. Agitación o enlentecimiento psicomotores (observable por los demás)
6. Fatiga o pérdida de energía
7. Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados
8. Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión
9. Pensamientos recurrentes de muerte (no sólo temor a la muerte), ideación
suicida recurrente o tentativa de suicidio

Los síntomas no cumplen los criterios para un episodio mixto y provocan malestar
clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes
de la actividad del individuo.

Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia
(p. ej., una droga, un medicamento) o una enfermedad médica (p. ej.,
hipotiroidismo) y tampoco se explican mejor por la presencia de un duelo (p. ej.,
después de la pérdida de un ser querido.

Trastorno depresivo mayor, episodio único

En el se presenta un único episodio depresivo mayor y nunca se ha producido un


episodio maniaco, un episodio mixto o un episodio hipomaniaco

Puede ser:

Leve
Moderado
Grave sin síntomas psicóticos
Grave con síntomas psicóticos
En remisión parcial/en remisión total
No especificado

También puede presentarse:

Crónico
Con síntomas catatónicos
Con síntomas melancólicos
Con síntomas atípicos
De inicio en el posparto

Trastorno depresivo mayor, recidivante

Presencia de dos o más episodios depresivos mayores. Para ser considerados


episodios separados tiene que haber un intervalo de al menos 2meses seguidos
en los que no se cumplan los criterios para un episodio depresivo mayor.

Nunca se ha producido un episodio maniaco, un episodio mixto o un episodio


hipomaniaco
Puede ser:

Leve
Moderado
Grave sin síntomas psicóticos
Grave con síntomas psicóticos
En remisión parcial/en remisión total
No especificado

Crónico
Con síntomas catatónicos
Con síntomas melancólicos
Con síntomas atípicos
De inicio en el posparto

También puede presentarse con y sin recuperación interepisódica y/o con patrón
estacional.

Trastorno distímico

La persona permanece en un estado de ánimo crónicamente depresivo durante al


menos 2 años. En los niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable
y la duración debe ser de al menos1 año.

Aparecen igualmente, mientras está deprimido, de dos (o más) de los siguientes


síntomas:

1. pérdida o aumento de apetito


2. Insomnio o hipersomnia
3. Falta de energía o fatiga
4. Baja autoestima
5. Dificultades para concentrarse o para tomar decisiones
6. Sentimientos de desesperanza

Los síntomas causan un malestar clínicamente significativo o deterioro social,


laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

Puede ser:

Inicio temprano: si el inicio es antes de los 21 años


Inicio tardío: si el inicio se produce a los 21 años o con posterioridad.
Con síntomas atípicos

Episodio maniaco
En la persona aparece un ánimo anormal y persistentemente elevado, expansivo o
irritable, que dura al menos 1 semana (o cualquier duración si es necesaria la
hospitalización), durante el cual han persistido tres (o más) de los siguientes
síntomas (cuatro si el estado de ánimo es sólo irritable):

1. autoestima exagerada o grandiosidad


2. disminución de la necesidad de dormir (p. ej., se siente descansado tras sólo 3
horas de sueño)
3. más hablador de lo habitual o verborreico
4. fuga de ideas o experiencia subjetiva de que el pensamiento está acelerado
5. distraibilidad
6. aumento de la actividad intencionada o agitación psicomotora
7. implicación excesiva en actividades placenteras que tienen un alto potencial
para producir consecuencias graves (p. ej., enzarzarse en compras irrefrenables,
indiscreciones sexuales o inversiones económicas alocadas)

La alteración del estado de ánimo es suficientemente grave como para provocar


deterioro laboral o de las actividades sociales habituales o de las relaciones con
los demás, o para necesitar hospitalización con el fin de prevenir los daños a uno
mismo o a los demás, o hay síntomas psicóticos.

Los síntomas no son debidos a los efectos de una sustancia ni a una enfermedad
médica.

Episodio mixto

Se cumplen los criterios tanto para un episodio maniaco como para un episodio
depresivo mayor (excepto en la duración) casi cada día durante al menos un
período de 1 semana. Lo que produce un importante deterioro laboral, social o de
las relaciones con los demás, o requiere hospitalización para prevenir los daños a
uno mismo o a los demás, o hay síntomas psicóticos.

Episodio hipomaniaco

La persona presenta un período durante el que el estado de ánimo es


persistentemente elevado, expansivo o irritable durante al menos 4 días y que es
claramente diferente del estado de ánimo habitual, en el que encontramos tres (o
más) de los siguientes síntomas (cuatro si el estado de ánimo es sólo irritable):

1. autoestima exagerada o grandiosidad


2. Disminución de la necesidad de dormir (p. ej., se siente descansado tras sólo 3
horas de sueño)
3. Más hablador de lo habitual o verborreico
4. Fuga de ideas o experiencia subjetiva de que el pensamiento está acelerado
5. distraibilidad
6. Aumento de la actividad intencionada o agitación psicomotora
7. Implicación excesiva en actividades placenteras que pueden producir
consecuencias graves (p. ej., enzarzarse en compras irrefrenables, indiscreciones
sexuales o inversiones económicas alocadas)

El episodio está asociado a un cambio inequívoco de la actividad que no es


característico del sujeto cuando está asintomático.

La alteración del estado de ánimo y el cambio de la actividad son observables por


los demás aunque no es suficientemente grave como para provocar un deterioro
laboral o social importante o para necesitar hospitalización, ni hay síntomas
psicóticos.

Trastorno bipolar I, episodio maniaco único

En él aparece un único episodio maniaco, sin episodios depresivos mayores


anteriores.

Puede ser:

Mixto: si los síntomas cumplen los criterios para un episodio mixto.


Con síntomas catatónicos
De inicio en el posparto

Trastorno bipolar I, episodio más reciente hipomaniaco

El paciente presenta actualmente (o ha sido el más reciente) un episodio


hipomaniaco Previamente se ha presentado al menos un episodio maniaco o un
episodio mixto. Los síntomas provocan un malestar clínicamente significativo o un
deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

Puede aparecer:

Con y sin recuperación interepisódica


Con patrón estacional
Con ciclos rápidos

Trastorno bipolar I, episodio más reciente maniaco

El paciente presenta actualmente (o ha sido el más reciente) un episodio maniaco


Previamente se ha presentado al menos un episodio depresivo mayor un episodio
maniaco o un episodio mixto.

Puede darse:

Con síntomas catatónicos


De inicio en el posparto
Con o sin recuperación interepisódica
Con patrón estacional (sólo aplicable al patrón de los episodios depresivos
mayores)
Con ciclos rápidos

Trastorno bipolar I, episodio más reciente mixto

El paciente presenta actualmente (o ha sido el más reciente) un episodio mixto.


Previamente se ha presentado al menos un episodio depresivo mayor, un episodio
maniaco o un episodio mixto.

Puede darse:

Con síntomas catatónicos


De inicio en el posparto
Con o sin recuperación interepisódica
Con patrón estacional (sólo aplicable al patrón de los episodios depresivos
mayores)
Con ciclos rápidos

Trastorno bipolar I, episodio más reciente depresivo

El paciente presenta actualmente (o ha sido el más reciente) un episodio


depresivo mayor. Previamente se ha presentado al menos un episodio maniaco o
un episodio mixto.

Puede ser:

Crónico
Con síntomas catatónicos
Con síntomas melancólicos
Con síntomas atípicos
De inicio en el posparto
Con y sin recuperación interepisódica)
Con patrón estacional
Con ciclos rápidos

Trastorno bipolar I, episodio más reciente no especificado

Actualmente (o en el episodio más reciente) se cumplen los criterios, excepto en la


duración, para un episodio maniaco, un episodio hipomaniaco, un episodio mixto o
un episodio depresivo mayor. Previamente se han presentado al menos un
episodio maniaco o un episodio mixto. Los síntomas afectivos provocan un
malestar clínicamente significativo o un deterioro social, laboral o de otras áreas
importantes de la actividad del individuo.
Los episodios afectivos no se explican mejor por la presencia de un trastorno de
tipo psicótico ni son debidos a los efectos fisiológicos de una sustancia ni a una
enfermedad médica.

Pueden darse:

Con y sin recuperación interepisodios


Con patrón estacional
Con ciclos rápidos

Trastorno bipolar II

El paciente presenta o ha presentado uno o más episodios depresivos mayores y


al menos un episodio hipomaniaco pero no ha habido ningún episodio maniaco ni
un episodio mixto.

Los síntomas no se explican mejor por un trastorno psicótico y provocan malestar


clínicamente significativo o deterioro social/laboral o de otras áreas importantes de
la actividad del individuo.

El episodio actual o más reciente puede ser:


Hipomaniaco
Depresivo

El episodio depresivo mayor actual o el más reciente puede ser:

Crónico
Con síntomas catatónicos
Con síntomas melancólicos
Con síntomas atípicos
De inicio en el posparto

Además el trastorno puede darse:

Con y sin recuperación interepisódica)


Con patrón estacional
Con ciclos rápidos

Trastorno ciclotímico

Presencia, durante al menos 2 años, de numerosos períodos de síntomas


hipomaníacos y numerosos períodos de síntomas depresivo que no cumplen los
criterios para un episodio depresivo mayor. En los niños y adolescentes la
duración debe ser de al menos 1 año.
Durante ese periodo la persona no estado  sin síntomas durante más de 2 meses
ni ha presentado ningún episodio depresivo mayor, episodio maniaco o episodio
mixto. Nota: Después de ese periodo puede haber episodios maníacos o mixtos
superpuestos al trastorno ciclotímico o episodios depresivos mayores.

Los episodios afectivos no se explican mejor por la presencia de un trastorno de


tipo psicótico ni son debidos a los efectos fisiológicos de una sustancia ni a una
enfermedad médica.

Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social,


laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

Trastorno del estado de ánimo debido a... (Enfermedad médica)

En el cuadro clínico predomina una notable y persistente alteración del estado de


ánimo, caracterizada por uno (o ambos) de los siguientes estados:

1. estado de ánimo depresivo o notable disminución de intereses o del placer en


todas o casi todas las actividades
2. estado de ánimo elevado, expansivo o irritable

A partir de la historia clínica, la exploración física o las pruebas de laboratorio, hay


pruebas de que la alteración es una consecuencia fisiológica directa de una
enfermedad médica y no aparece exclusivamente en el transcurso de un delírium.

Los síntomas provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de


otras áreas importantes de la actividad del individuo.

Puede ser:

Con síntomas depresivos: si el estado de ánimo predominante es depresivo, pero


no se cumplen totalmente los criterios para un episodio depresivo mayor.
Con episodio similar al depresivo mayor: si se cumplen los criterios para un
episodio depresivo mayor.
Con síntomas maníacos: si el estado de ánimo predominante es elevado, eufórico
o irritable.
Con síntomas mixtos: si hay tanto síntomas de manía como de depresión sin que
ninguno predomine.

Trastorno del estado de ánimo inducido por sustancias

En el cuadro clínico predomina una notable y persistente alteración del estado de


ánimo caracterizada por uno (o ambos) de los siguientes estados:
1. estado de ánimo depresivo o notable disminución de intereses o del placer en
todas o casi todas las actividades
2. estado de ánimo elevado, expansivo o irritable

A partir de la historia clínica, la exploración física o los exámenes de laboratorio,


hay pruebas de que o los síntomas anteriores aparecen durante o en el mes
siguiente a una intoxicación o abstinencia o se deben al empleo de una.

La alteración no se explica mejor por la presencia de un trastorno del estado de


ánimo no inducido por sustancias, ni aparece exclusivamente en el transcurso de
un delírium.

Los síntomas provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de


otras áreas importantes de la actividad del individuo.

Este trastorno del estado de ánimo puede ser inducido por:

Alcohol
Alucinógenos
Anfetaminas (o sustancias de acción similar)
Cocaína
Fenciclidina (o sustancias de acción similar)
Inhalantes
Opiáceos
Sedantes, hipnóticos o ansiolíticos
Otras sustancias (o desconocidas)

Pueden ser:

Con síntomas depresivos


Con síntomas maníacos
Con síntomas mixtos

La manía y depresión son enfermedades o condiciones del conocido trastorno


afectivo bipolar, que muchos conocen simplemente como bipolaridad, y que puede
desembocar en problemas mayores y en crisis, que llevan al enfermo a padecer
de varios achaques y en varios casos a tomar decisiones y cometer acciones no
muy saludables.

Conoce todo lo que debes saber sobre las crisis, manías y depresiones que
atacan a una persona con trastorno afectivo bipolar.

Qué es el trastorno bipolar

El trastorno afectivo bipolar es una enfermedad mental de orden severa, que


puede afectar a cualquier parte de la población, sin importar edad, género o
posición socioeconómica. Esta es una enfermedad que se caracteriza por bruscos
cambios de humor, que pueden ir desde la más profunda alegría, la calma y la
tranquilidad, hasta la depresión y la violencia en un santiamén.

Esta enfermedad se divide en varios estados que pueden ser igual de complicados
no solo para el paciente, sino también para quienes le rodean. Estos estados se
conocen como estados de manía, estados depresivos y estados de crisis, y se
caracterizan por diversos elementos que hacen de cada estado un estado único.

En los pacientes lo más seguro es que se requiera ayuda profesional, como lo es


un psiquiatra, pues ellos pueden ayudarles a prevenir las crisis de bipolaridad y a
trabajar con esta enfermedad de manera que puedan mantenerla en un punto
estable.

Trastorno bipolar: prevención

Hay muchas maneras de prevenir este trastorno, y una de ellas es evitando las
actividades que pongan una excesiva carga mental en el paciente. Evitar los
problemas y las situaciones estresantes es una buena manera de evitar las crisis
bipolares y saber qué hacer con ellas.

También puedes buscar ayuda psicológica para prevenir el trastorno bipolar. No


se quiere decir con esto que estés padeciéndola, sino que puede prevenirse con
un psicólogo que ayude en el funcionamiento de la psique para que el estrés vaya
desapareciendo y de esa forma no se presente la enfermedad. Cabe destacar que
si padeces de la enfermedad no necesitarás un psicólogo, sino un psiquiatra.
Aunque puedes utilizar ambos para un mejor tratamiento.

Crisis manía y depresión

Estas son las etapas del trastorno bipolar, y se caracterizan por distintos
problemas y achaques que se dan dentro de ellas.

Manía

Los momentos o episodios de manía son estos que conforman una carga para el
paciente, pero esta carga es del estilo creativo, que generalmente se da con
momentos de ánimo y de gran movimiento. Es un momento en que el paciente se
haya enervado con sus propias emociones, y pueden darse momentos de
creatividad, de mucha energía y de alegría, así como pueden pasar también a
momentos de rabia e ira, todo esto por el exceso de energía que no sabe cómo
canalizar.

Depresión
Este momento es caracterizado por un estado letárgico, en el que el paciente se
siente mal en torno a todo lo que le sucede. Puede darse una gran tristeza,
desesperanza, pensamientos suicidas, falta o exceso de sueño y sensación de
vacío. En este estado el paciente se siente permanentemente mal.

Crisis

Este estado mezcla los dos anteriores, y es un estado explosivo en el que los
pacientes pueden llevar a cabo actos de los que luego podría arrepentirse, peleas,
actos violentos e incluso suicidios se han visto cuando el paciente alcanza la
crisis.

Esta enfermedad no debe tratarse a la ligera y para tratarla es importante que se


mantenga al paciente con un psiquiatra y que la familia consulte un terapeuta para
que puedan comprender cómo vivir con una persona bipolar. Esta es una
enfermedad que no es solo del afectado, sino de todos.

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