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República Bolivariana de Venezuela

Universidad “Rafael María Baralt”

Aula: 1

Enfoque Geohistico

Alumna: Ediannis Rosales C.I: 30.024.075


“El Enfoque Geohistórico", tiene por estudiar los fenómenos sociales en su

dimensión temporo – espacial; es decir; el autor muestra una visión

interdisciplinaria, la cual es Indispensable para los estudios geográficos, por lo

geográfico forma parte del Proceso y requiere de la historia para ser depuración.

Además de ello, hace énfasis en la ciencia ecológica y su ambiental; debido a que

el ser humano ha transformado la naturaleza para su propio bienestar omitiendo

en muchos casos el detrimento ambiental y olvidando que esta forma parte de él.

Partiendo de esta propuesta da explicación a la realidad geográfica venezolana en

atención a las condiciones históricas. Ramón Tovar en su obra presenta una

descripción sistemática de la geografía sobre el desarrollo histórico que la misma

ha generación en el devenir de los tiempos. En su planteamiento se pone de

manifiesto determinadas concepciones que tienen su razón de ser en los enfoques

científicos. Bajo este aspecto que todo que todo acontecimiento e ideología

surgida en torno a un hecho se ve modificado por la determinación de otros que se

consideran y se hace una función del tiempo y del espacio. Por estas razones, las

organizaciones sociales constituyen las materiales y las desarrolladas por agentes

económicos, políticos, culturales, tecnológicos determinados en función de los

distintos usos que cada uno de ellos estén interesado en el otorgarle al espacio.

De acuerdo con el estudio metodológico de Tovar, R, este promueve la urgencia

para toda ciencia social (entre ellas la geografía) de determinar la naturaleza

histórica de todo espacio, es decir, "Ir del presente al pasado“. El enfoque

geohistórico es un planteamiento generado por la necesidad de explicar

fenómenos que en cierto modo, no se pueden dar a entender solo con la geografía

como ciencia, sino que tiende a necesitar de los sucesos históricos, que se ven
constantemente afectados por la cultura de la época. Es por esto, que la dinámica

social exige una disciplina que involucren tanto a la geografía como a la historia

para comprender como el hombre ha dinamizado su entorno. Así, de este modo,

sería una interdisciplinariedad, porque va más allá de las disciplinas

convencionales. Dichas características muestran una realidad relacionada al

espacio geográfico, que a su vez sería modificado por el hombre a través del

tiempo; dando lugar a las implicaciones históricas, las cuales son cambiantes y

transforman la cultura de una sociedad. En este sentido, Tovar (1986) menciona lo

siguiente, “se admite que la realidad es dinámica; pero quien le imprime nuevas

direcciones es el hombre en sociedad” Las implicaciones que se manifiestan

dentro del enfoque geohistórico, no son más que el resultado de la carencia de

fuerza en el criterio de la geografía física y la geografía humana en la actualidad,

las cuales se encargaban solo de explicar las relaciones del hombre con su medio,

obviando las herramientas metodológicas necesarias para explicar los fenómenos

que la globalización y la transnacionalización han dado al planeta y a los humanos

en sociedad. Asimismo, lo antes descrito se encuentra inmersos en una serie de

elementos impuestos por un proceso mundial capaz de ajustar a las

características de cada cultura, a sus intereses particulares, dando una sensación

de libertad que no es otra cosa sino la escogencia de muchos en manos de pocos,

y a su vez, se ven impulsados por los intereses capitalistas mundiales que solo se

ha mostrado como un modelo explotador con implicaciones conductistas y poco

ambientalistas. Tras dicha realidad, se parte de una nueva visión geohistórica para

buscar soluciones a dichas problemáticas que se manifiestan en la actualidad, al

respecto Tovar (1986) señala que “estamos emplazados a organizar la vida de la


sociedad sobre la naturaleza de modo que las relaciones Hombre-Medio cese el

pasado fardo de los factores de destrucción”. Por lo tanto el enfoque geohistórico

es un planteamiento teórico metodológico el cual parte del estudio del espacio

geográfico, y que el mismo es entendido como un resultado social. Dicho estudio

va direccionado a presentar múltiples métodos de análisis y recolección de datos,

para entender su medio, al respecto Tovar (1986) afirma que “el geógrafo no

puede adscribirse a un método único; seria aceptar que existe un desarrollo

general y similar en toda la superficie terrestre, lo que entraría en contradicción

con la ley de desarrollo desigual”. Esto se explica en nuestra realidad y entorno

social, mostrando lo niveles de desigualdad dentro de los pueblos, ciudades,

estados y países del mundo, donde dicha desigualdad se ve orientada por un

modelo capitalista que organiza el territorio según sus necesidades. Se debe

entender que dichos fenómenos y problemáticas son generadas por el mismo

hombre, el cual a través de la geohistórica busca una respuesta a sus muchos

intentos de solo reproducir capital y no de conservar su espacio, Asimismo Tovar

(1986) expresa que “una comunidad es un reservorio donde duermen las energías

en las cuales la naturaleza a puesto sus gérmenes pero cuyo empleo depende del

Hombre. Es el quien, al plegarla a sus necesidades, imprime la luz de su

individualidad.”. Se cae así en una serie de características particulares y generales

de una sociedad, que busca cubrir sus necesidades, y es aquí donde la

geohistórica es una ciencia de síntesis y de relaciones que debe dar solución y

respuestas a la situación del presente. Se trata de asumir posturas determinadas

de los hechos que ocurren en el planeta y como dichos sucesos pueden ser

orientados a un espíritu de conservación, sin generar un desequilibrio social, en


donde la geografía adopta un punto de vista ecológico y de conservación, y así la

geografía con la ecología convergen, sobre todo cuando los planteamientos de

ambas ciencias tienen una finalidad práctica. La concepción de las características

del mundo parte de graves desequilibrios que afectan la superficie del planeta, al

respecto Tovar (1986) señala que “los problemas como sus soluciones no podrán

plantearse dentro de los términos estrechos de los intereses de una potencia o de

una determinada clase social”. Ahora bien, siendo esta la realidad, la pregunta

sería ¿Cómo afrontar los fenómenos existentes con políticas que vallan

direccionadas a la conservación del planeta? Se muestra como un camino que

tiene claro un propósito pero sin mucha intencionalidad por parte de los agentes

que intervienen, es la constante contradicción de desarrollo y sub desarrollo,

donde el desarrollo parte como la premisa que orienta el comportamiento mundial,

globalizando sus intereses y dictaminando el comportamiento de la periferia.

Dentro de dicho fenómeno ocurre la teoría de la urbanización, que no es más que

una entidad cargada de problemas y necesidades, que buscaban en cierta medida

una organización que les permitiera tener accesibilidad a los servicios y mayor

comodidad para sus habitantes, en este sentido Bardet (1959) citado por Tovar,

confirma que “lejos de organizarse a sí misma en nuevas unidades

personalizadas, se encontraron en aglomeraciones monstruosas al servicios de la

gran industria, es el fenómeno conocido como urbanización” . Cabe señalar que

esto se ha manifestado en la aglomeración considerables de personas en poco

territorio creando nuevas situaciones en los géneros y modos de vida, dando más

problemas que soluciones, en donde no hay oportunidad para individualidades,

sino que se rigen a las necesidades de los intereses capitalistas, y no al contrario


como se le hace pensar a la sociedad, que cree que son ellos lo que dinamizan las

potencialidades el espacio, en consecuencia Tovar (1986) confirma que “se

impone la acción de políticas, no parciales sino globales, concebidas desde una

totalidad y para una totalidad” . La vertiente de dichos fenómenos ocurrido en el

país se ven direccionadas por los intereses globalizadores, donde las necesidades

de las grandes potencias reinan y dictaminan la geodinámica social. Tovar (1986)

“ha concentrado grandes masas en muy reducido territorio, creando el desbalance

de la relación campo-ciudad, ciudad-campo” , dicha dinámica implica grandes

sacrificios en la calidad de vida de sus habitantes, donde los servicios públicos se

ven colapsados y la demanda de empleo crece considerablemente, siendo este

otro factor que entra en juego en la globalización, ya que la tecnología mecanizo la

industria y ya no se necesita tanta mano de obra, trayendo como consecuencia

que los empleos no cubran la demanda y mucho menos les presente buenos

salarios, nadie escapa de esta dinámica mundial, que solo genera caos en las

aglomeraciones, y que dichos problemas afectan de forma directa el equilibrio

natural del planeta, ya que la gran industria (netamente capitalista) no busca la

conservación del ambiente sino la reproducción de capital. La propuesta es

ecologizar la urbanización, y distribuir las potencialidades para evitar las grandes

aglomeraciones en pocos espacios, dentro de una propuesta geohistórica,

asumiendo los errores del pasado, y como ellos afectan el presente, como

menciona Tovar (1986) “Hoy el drama de la sociedad y de la ciencia. Reorientar

sus ritmos, en una palabra humanizarla, es la preocupación central de los

urbanistas, planificadores, políticos, expertos en diseños, empresarios, y de todos

los estamentos dirigentes de la sociedad.”. En esta dirección, el enfoque


geohistórico busca determinar las características esenciales de la sociedad actual,

en donde todos los acontecimientos no son más que una síntesis del desarrollo

humano, y como orienta su conducta con patrones de autodestrucción, una

pregunta sería ¿por qué el ser humano tiene esa tendencia autodestructiva? Las

propuestas validas estarían dictaminadas y orientadas por la necesidad de capital,

pero con más fuerza entra la hipótesis que es su esperanza de vida, la realidad

mundial es que la esperanza de vida no es constante en todo el mundo, pero si

tiene como una media general, según la OMS para el 15 de mayo del 2014, la

esperanza de vida de las mujeres se ubica en 73 años y para los varones es de 68

años, danto así datos importantes en el entendimiento autodestructivo del ser

humano, los fenómenos naturales y sociales tardan décadas y hasta siglos para

asentarse, ya que el proceso capitalista tiene una fuerte arremetida después de la

Revolución Industrial a mitad del siglo XVIII, en pocas palabras más de dos siglos

han pasado, y siendo la esperanza de vida del ser humano casi medio siglo

apenas, se podría presumir dicha situación como una de las causas. El enfoque

geohistórico es una visión que ya tenía fundamentación teórica en Bolívar, según

Tovar (1986) “el espacio geográfico para Bolívar tiene un carácter socio-político;

pueblo, nivel cultural, magnitud del territorio, posición del mismo, forma de

gobierno, historia y personalidad cultural constituyen una integridad”. Es una visión

social y como se plantea un equilibrio y coherencia espacial, donde la geohistória

toma fuerza pedagógica, tomando en cuenta metodologías aplicadas en el ramo

educativo, direccionadas en el campo de las ciencias sociales como ciencia capaz

de mostrar realidades concretas y dinamizantes en tiempo y espacio. La

enseñanza de las ciencias sociales tiene múltiples retos en la actualidad, con


premisas indispensables en la aplicación de otras ciencias, ya que no solo abarca

el espacio como un ente estático, sino que también determina el dinamismo

espacial y el comportamiento humano en dicho entorno, según sus características

individuales, regionales y mundiales. El campo de las ciencias sociales es tan

amplio que Tovar (1986) agrega que “la sustitución de algunos sectores, del

cerebro por la máquina, deja abierto un inmenso y productivo ángulo a la praxis de

la cibernética”. Asimismo, muestra, que las ciencias sociales en sus distintas áreas

forman una ciencia madre capaz de mostrar vínculos, relaciones y contradicciones

que direccionara la praxis y su aplicación. Lo antes mencionado, expresa la praxis

docente, como punto de partida para determinas la aplicabilidad del enfoque

geohistórico como herramienta que promueva estudios de investigación

interdisciplinarias en las ciencias sociales, ya que lo geohistórico se presenta

como una alternativa transdisciplinaria, que va más allá de lo convencional, donde

convergen las vertientes geográfica, histórica, sociológica, antropológica y

económica, para la explicación de la organización espacial en atención a las

condiciones históricas determinadas. Como parte de una concepción filosófica de

mayor alcance de donde inicia su entender y comprensión de la acción social-

organizativa del hombre en determinado territorio, con la finalidad de estructurar y

construir su medio, de esta manera Tovar (1986) hace referencia que “si lo natural

está en contraste con lo social, concebido, artificial o creado, en la realidad actual

no se dan ni se conciben separados, sino estrechamente vinculados en una

inevitable interacción.”. Por otro lado es de gran importancia asumir los retos

actuales y mostrar el enfoque geohistórico como una herramienta en la praxis

docente, para dar forma y sentido a los acontecimientos sociales de la actualidad.

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