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P. PLACIDO MALLO GUTIERREZ AGUSTINO MISIONERO Y EXPLORADOR EN LA AMAZONIA PERUANA P. TOMAS GONZALEZ CUELLAS, OSA. P. PLACIDO MALLO GUTIERREZ AGUSTINO MISIONERO Y EXPLORADOR EN LA AMAZONIA PERUANA fal se] ido Mallo Gutiérrez Agustino, Misionero y Explorador en la Amazonia Peruana © 2001 P. TOMAS GONZALEZ CUELLAS, OSA. © 2001 CETA Centro de Estudios Teolégicos de la Amazonia Putumayo 355 Iquitos, Pera ISBN: 972.9410. ibida la reproducei aed ete libro. Ningin pirrafo de esta edicib puede ser lucido, copiado o transmitido sin autorizacién express lucdo, cop P pier act derechos de Propiedad tual que corresponden a esta publicacién sera deaunci (Ley sobre el Derecho de Autor) y a las internacionales que protegen la propiedad intelectual. Impresiones CETA. Hecho el Depésito Legal N° 1601012001-4103, PROLOGO ‘Muchas semillas de vocacién sembré el Doctor de la Gracia por nuestras tierras de Omafia. De muchas de ellas, espléndidamente logradas, nos dejé viva noticia el P. Marce- lino Nieto en breves y precisas evocaciones biogrificas de monjes de San Agustin que vieron la primera luz de la vida en estos valles y montafias alcanzando fama y renombre en las mil y una misiones que les fueron encomendadas. ‘Acaso, ahora, reclamando estudios profundos, como el que nos ofrece el P, Tomas GonzAlez Cuellas acerca de la vida y obra del P, Plécido Mallo Gutiérrez, hijo de Lazado, un pue- blecito de altura aposentado por donde se abre el delicioso Valle Chico de la Omafia. El libro del P. Tomés, més que una biografia, meticulosa- mente documentada, cobra aires de historia mas amplia que la de la mera historia de una vida cuajada de admirables pe- ripecias, alentadas tras el velo transparente de la humildad ica; de una vida misionera que a la vez explora y res- cata rincones del mundo de la marginacién, mundos todavia cocultos con sus pueblos prepotentes que se enorgullecen de haber alcanzado alturas de progreso y bienestar. Mundos, en Ia misién recuperados, que se ensamblan en esa gran epopeya de la colonizacién de las Américas, en la que también los hijos, de San Agustin escribieron paginas dignas de figurar con letras 7 de oro en las fieles y puntuales Relaciones, incluso, para de- corarla mis fielmente, en la gran Versién de Disney, conme- morativa del Descubrimiento que fue mucho m: tante y trascendente por lo que tuvo de liberacién espiritual y cultural que de descubrimiento y colonizacién propiamen- te dichos. Estos monjes omafieses, como otros muchos, hijos de Bs- pafia, no levaron a las Américas la ruina y el expolio de pue- blos y razas, sino acogimiento, defensa y liberacién. Los historiadores agustinos a los que alude el P. Tomas de- jaron, ya en vida del P. Mallo, una breve estampa del mismo, que resume asi: Ejercié el ministerio apostélico en Pevas entre los salvajes Yaguas; fue el primero que recorrié las selvas que separan el Amazonas del Putumayo y navegé, en frégil canoa, 0 en balsa, desde el nacimiento del rio Yagua hasta su desemboca- dura en el iltimo, y bautizando rios cual si de infieles se tratara, déndolos a conocer la misma Sociedad Geogrdfica del Peri que los desconocta; fundé la Misin de Leticia sobre la margen iz- quierda del Amazonas en la frontera del Perti con el Brasil y después fundé la de Nazaret en el rio Yavari donde levanto una Casa misi Dejé numerosos escritos, relaciones ¢ informes de las mi- siones agustinianas por los parajes recorridos.y explorados por él, y un curioso vocabulario del idioma de los yaguas, obra escrita al ritmo de sus trabajos misioneros con los in- digenas. No puede silenciar el P. Tomés la muerte macabra y horri- ble del P. Mallo en Talavera de la Reina, victima de piraiias 8 mis voraces que aquellas de las que tuvo que preservarse en la Amazonia. EI P. Tomés, capitulo tras capitulo de los veinticinco que componen el libro, siempre con fiel sujecién al miltiple dato historico y documental, nos va desvelando la vida y los tra- bajos del P. Mallo en sus aventuras apostélicas por parajes todavia ocultos de afluentes del Amazonas, inmenso y mis- terioso gran rfo que centra todo un mundo de reservas ecolé- gicas y humanas, que ahora la civilizacién maltrata, rfo que en otro tiempo explorara un personaje que trafa linaje leo- nés de una noble tierra, Diego de Ordés, brazo derecho de Hernin Cortés en trances amargos de la conquista de Mgjicos aquel Ordés que ostentaba por armas un voledn. En singladuras en cierto modo émulas va dejando las hue- Ilas de su fervor evangélico el P. Mallo, toda una memoria cjemplar la suya de lo mucho que un preclaro hijo de San ‘Agustin aporté a la historia, Ia més trascendente, de la colo- nizacién de las Américas, con sus trabajos en Iquitos y sus entornos, la exploracién de Yaguas, el contacto y el trato con sus tribus desconocidas donde el misionero agustino dejé lo mejor de su verbo encendido, levantando la misién de Leticia con su escuela. Enfermo regres a Espaiia siendo en Espatia donde lo que no habia experimentado entre los salvajes del Amazonas lo en- contraria entre otros mds saluajes en Talavera de la Reina donde el destino la Providencia le tenian reservado el bolocausto fi- nal, como con dolor nos recuerda su bidgrafo el P. Tomis. Se trata, en fin, deun libro serio, necesario y justamente 9 apasionado que acrece la suma de valores de una de las mas grandes empresas de la Humanidad. Florentino-Agustin Diez Gonzdlez Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia PRESENTACION, El esquema biogrifico, que vamos a copiar, fue redactado y publicado en vida de nuestro protagonista. De los dos esquemas que nos han legado los historiadores agustinos, dedicado a recopilar datos e inform: religiosos, y que han salido a la luz pi completo. Leemos: én sobre sus hermanos , elegimos el mis MALLO, (Fr. PLACIDO) Nacié el 31 de octubre de 1876 en Lazado, de la provincia de Leén, y profesé en el colegio de Valladolid a 12 de septiembre de 1894 (0, Cuando hubo terminado la carrera de estudios eclesidsticos, se alisté, para las misiones de Iquitos, entre los primeros Agus nos que llegaron a aquella nueva Prefectura en 1901, en que, habiéndose resentido gravemente su salud, efecto del cima in- sano de aquellas regiones, se vio precisado a regresar a Espatia. De su labor en dichas misiones pueden consignarse los siguién- tes datos: ejercid el ministerio apostélico en Pevas, entre los sal suajes Yaguas, desde 1902 al 1905; fue el primero que recorrié las. selvas que separan al Amazonas del Putumayo y navegs desde el nacimiento del Yagua hasta su desembocadura en el ‘timo; fund la mision de Leticia sobre la margen izquierda it del Amazonas, en la frontera del Perit con el Brasil, y después fundé también la de Nazaret en el rio Yavari, donde levantd una casa-mision. En Esparia ha residido en Bilbao y Gijén, dirigiendo en la primera los Talleres de Caridad, y en la segunda ha sido direc- tor de la Escuela Taller de Santa Rita a raiz desu fundacién. En la actualidad reside en Gijén, dedicado a las funciones pro- pias de su sagrado ministeri. Escritos : CARTA acerca de las misiones de los PP. Agustinos en Iquitos (Peri) Se publicé en el n° 184 de Las Misiones Catdlicas, Barcelona. RELACION de la legada a Lima de los primeros agustinos de Iquitos. La publicé el P, Diaz. y Gonzalez en el trabajo que lleva el n° 5 en su nota bibliogrifica. V. la pig, 235 del vol I ®, LA NUEVA MISION DE LETICIA (Andes Peri), Relacién de su establecimiento publicada en Las Misiones Catélicas, tomo xIV. INFORME sobre la escuela fundada en nuestra casa-misin de Iquitos. Publicdle el P, Martinez en sus Apuntes histéricos dela Provincia Agustiniana de Filipinas, América, pp. 140.149. CARTAS SOBRE LAS MISIONES, Publicaronse varias y retazos de otras en los Anales de la Propagacién de la Fe, de Lima. RELACIONES O MEMORIAS. Se de las resefiadas en Las Misiones Catélicas. 12 VOCABULARIO del dialecto de los yaguas, obra que comen: 26a escribir mientras se ocupé de evangelizarlos, CROQUIS del rio Yagua, inexplorado antes, remitido a la Sociedad Geogréfica de Lima, En la revista Vestir al desnudo ha publicado algunos articu- lites, resefas de fiestas, et, mientras ha sido Director de las Sociedades piadosas de Bilbao y Gijén mencionadas arriba 9. Por nuestra cuenta ponemos su muerte, macabra y horri- ble, en Talavera de la Reina, a donde fue destinado después de haber residido en Cédiz, siendo capellan de las monjas Agus- tinas de esta ciudad, hasta los primeros dias de la guerra civil espafiola. Nuestro trabajo consistir’ en ir rellenando los huecos que deja abierto este esquema, tratando de seguir sus pasos des- de el momento en que salié de su pueblo natal, Lazado, hasta la hora de su martirio, porque martirio fue, ms que asesi- nato. El P. Vela nos da ya muchas pautas de seguimiento. NOTAS 1 Esta fecha de nacimiento esti equivocada: en la partida de bautismo da el dia 3 de mayo de este mismo afio como la de su nacimiento. El dfa 13 de mayo de 1877 se suplen las ceremonias, bautismales, porque habia sido bautizado de socorro. Archivo Pa- rroquial de Murias de Paredes, Libro de Bautizados. Senra-Lazado, 1852-1899, folio 76v. 2+ ELP, Vela se remite aqui al volumen II de su Obra que esta- 13 mos utilizando. Hemos de decir que tinicamente se pul mento de esta Relacién. Clr. nota siguiente 6 un frag- 3- SANTIAGO VELA, Gregorio de, Ensayo de una Biblioteca Ibero-Americana de la Orden de San Agustin. Madrid, 1920, V. pp. 107-108. Otro esquema, anterior por lo menos en veinte afios, lo tenemos en PEREZ JORDE, Elviro, Catélogo Bio-Bibliogréfico de Jos Religiosos Agustinos de la Provincia del Santisimo Nombre de Jesis de Filipinas. Manila. 1901, p. 750. En adelante siempre citaremos estas obras por el nombre de su autor: VELA... JORDE... CAPITULO I FINALES DEL SIGLO XIX La década de 1890 nada tuvo de halagiiefia para Ja Provin- cia Agustiniana de Filipinas. La insurrecciéa, reclamando la Independencia de las Islas, alcanza su méximo exponente de virulencia, y consigue, con la ayuda norteamericana, sus objetivos. La masoneria, alli y aqui, no importa su apellido, habia preparado muy bien su campafia: consciente de que los Re- ligiosos espafioles eran el principal baluarte contra todo lo que fuera separacién de Espafia, dirigieron, desde afios atrds, sus baterias contra ellos. Apresamientos, maltratos, injurias y humillaciones eran lo més frecuente. No viene al caso deta- lar. El mismo clero nativo colaboré eficazmente en ello. ‘Tampoco anduvieron finos los representantes del Gobier- no Espafiol. El 21 de agosto de 18%, un agustino, P. Mariano il descubre la traicién y cémo estaba proyectado el exter nio de los espafioles en Filipinas. «Este hombre providencial aba a todos los hijos de Espafia de una muerte segura, casi lleg6 a mirdrsele con menosprecio. Era natural; puso de relieve los inconcebibles descuidos de la primera autoridad en las Islas»! £130 del mismo mes (agosto) fueron declarados oficialmente en estado de sitio las provincias de Manila, Bulacdn, Pam- 15 panga) Nueva Ecija, Térlac, la Laguna, Cavite y Batangas; se cred el primer batallén de leales voluntarios de Manila, y la sonriente capital del territorio viése convertida en ldbrego cementerio, con las zozobras y el pdnico consiguientes a tan extratias como imprescindibles precauciones. Desde esta fecha nefasta multiplicdronse las violaciones, los secuestros, los asesinatos, los despojos, las infamias, las violen- cias. Viéronse profanados muchos templos, derruidos muchos altares, sacrificadas muchas victimas por el sélo crimen de la honradez, La venganza, los homicidios, ls robos, y el desorden sucedieron a la paz: Filipinas hallabase privada de sus bellezas, de sus encantos, de sus tesoros y de su fe religiosa. Ya no era el ‘pais mas dichoso del mundo: a la dicha sucedié el silencio y la ‘muerte, sus llanuras convirtiéronse en campos de desolacién, de ruinas, La bandera patria, objeto de brutales y continuas profanaciones, no podia, no debia ondear por més tiempo en tun tervitorio anegado entre la sangre y la traicién ®. DOLOR AGUSTINIANO Se perdié «aquella Perla del Oriente», y con ello, muchos religiosos espafioles hubieron de abandonar las Islas. Son 191 los Agustinos que han de salir: unos hacia Macao y otros hacia la Peninsula. Otros quedan... gpor cudnto tiempo? Las Misiones de China son ahora tinico patrimonio espiri- tual de la Provincia. Estas misiones han estado siempre en su punto de mira, Lo siguen estando, pese a que todo se complica internacionalmente. 16 A raiz de nuestros desastres en Filipinas, sumisas, obedien- tes y amantes de Espafia durante tres centurias, mientras nuestros Gobiernos respetaron el alto prestigio que all te- nian los misioneros, y perdidas para la Metropoli tan pron- 10 como nuestros politicos se empefiaron en abatir aquel prestigio, las repiblicas americanas, especialmente de la ‘América Latina, solicitaron con empeiio hacerse, siquiera cen parte, herederas de los bienes imponderables que Filipi- nas rechazaba. Los superiores de las Ordenes religiosas recibieron reitera- das instancias de Obispos, Gobiernos y altas personalidades pidiendo que enviasen misioneros al nuevo continente....7 Seva acerrar una puerta de expansién, pero la Providencia le esté abriendo un nuevo campo de posibilidades, con todas sus puertas y ventanas abiertas de par en par: sangre, sudor y Uigrimas hasta llegar el momento. Todavia no estaba escrito el Himno misionero de la Provincia, ni habia pasado a misica, pero resonaba ya en el corazén de todos: iQué le importa la vida al que muere en los brazos de su Seftor! Son 231 parroquias y misiones de Filipinas las que han de ser abandonadas, con un total de 2,237.466 almas”. Se salva el convento de Manila: 240 religiosos quedan sin benefico algu- no. Las propiedades y bienes raices quedan intervenidos: no hay ingresos, y los gastos aumentan. Se clausuran los no dos; se suspende la vida normal con la esperanza de mej tiempos. Nada tiene de extrafio: los responsables de la Provin- cia tiemblan: urge buscar nuevos horizontes'®. 17 La Provincia Agustiniana sélo tenia en Espafia dos Mo: ios: el de Valladolid y el de Nera. Sra. de la Vid, (Burgos), junto con la Casa-ResidenciaEnfermerfa de Barcelona, la cual poco personal podfa acoger(””, Cunde el miedo. ¢Habré que disolver la Provincia? presentada al Sr. Ministro de 79 Justicia y Culto: dice que no sabe, pese a tantas y tantas declaracio- nes y aclaraciones tanto del Gobierno como de Roma, cual es el tetritorio de su Prefectura. De momento, sdlo es aquel que pisan. El que no discuten las didcesis inmediatas, lo discuten el Ecuador y Colombia. La iglesia de Iquitos podria pasar como «provisional en aldea, pero que ¢s indecente e impropia, no ya de importancia politica y comercial de Iquitos, sino de un pueblo que en algo se estimes, LARRABURE Y CORREA, CARLOS, Coleccidn de eyes... IX, 217-228. De este documento hay copia mecanografiada en APAF, 729. 65 Remitimos al lector al Apéndice C que colocamos al final de este trabajo. 66. Recordamos que en el Per, emontafia» es la palabra que usan para denominar «la selva». 67. ESPANA Y AMERICA, 3 1913) 237. 68. Asi consta por carta del Sr. Ministrode Justicia, Instruccién y Culto al P. Paulino, con fecha y que él, a su vez, remite a la Sra. Piérola con fecha 14, XI, 1905. APAF, 728. 69.- La carta esta fechada el dia 25 de junio de 1901, apenas cuatro meses después de haber Iegado. CAPITULO IX DILIGENCIAS FRUSTRADAS Por fin encuentran una casa que alquilan, Pero no se trata de vivir de alquiler. Hay que conseguir lo prometido por el Gobierno Supremo de Lima y adquit dencia. Mientras tanto, ya instalados, van organizandose en Jo mis elemental. ELP. Lucas Espinosa, recogiendo el testimonio de otro mi- sionero agustino, P. José Marcos, legado en esos afios, descri- be asf, esa casita alquilada en la calle Pastaza: Era de planta baja con puerta en medio, paredes de tapial y techo de zine: a la derecha, pasada la entrada, una capillita capaz para veinte personas: a la izquierda, el despacho y al- coba del Rvdmo. P. Prefectos siguiendo hacia dentro, habia un pasillo transversal, o paralelo a la fachada, en donde fun- cionaba una escuelita; continuando mis al interior, existian tres dormitorios y una despensa por un lado, y por el otro, un cobertizo que hacfa de todo: excepto la capilla, el despa- cho oficial y uno de los dormitorios, todas las demas de- pendencias tenfan el piso de tierra; para esparcimiento de los misioneros habia al fondo y remate de la casa un patio pe- quefio, con cerca de palos, uno que otro arbolito, algunas ga- indceas, y, por detalle curioso, un precioso guacamayo"™. En 1912 compran casa. Pertenecfa a uno de los curas que alli habjan residido, junto al malecén y ribera del Amazonas. 81 Tanto los terrenos que necesitaron para sus residencias, como para sus iglesias, tuvieron que comprarlos. El Gobierno cen- tral los habia concedido, pero el Gobierno local hizo oidos sordos. iDoce afios para adquirir, en propiedad, un terreno para casa propial éQué decir de Ia iglesia? Sélo unas palabras que tomamos del nuevo Prefecto Apostélico, P. Miguel San Roman, que sustituyé al P. Paulino, cuando enfermo hubo de retirarse: De lo que carece, Iquitos, es de iglesia, que no la tiene ni chica ni grande: aqui, tal es la actividad comercial y el afin del dinero, (plata, como dicen aqui), que nadie piensa en la construccién de un templo ai se preocupan de lo invisible, porque no produce plata”, SINTOMAS DE DESALIENTO ELP. Paulino, escribiendo al P. Soto, se siente abatido des- cribiendo la iglesia de Iquitos. Carece de pilas de de pilpito, de confesonarios, y, por no tener, ni tiene cubier- to el techo. Sélo se conoce que es iglesia por los altares que tiene, aunque sucios y descuidados. No puede pensar en reparaciones, hace pocos dias que ha llegado, y cuando habla de ello, la gente dice que ha dado sumas enormes para ello y nadie sabe por dénde se ha esfumado el dinero”, Otras muchas perlas dejamos en tintero, porque no trata- mos de hacer la historia de esta Misién: tnicamente pretende- 82 mos ambientar el campo de accibn el P. Placido Mallo y sus circunstancias. PROMESAS QUE NO SE CUMPLEN En este mismo mes, el P. Paulino se dirige a la Prefectura del Departamento de Loreto, recabando la concesién de los terrenos, de acuerdo a la citada Suprema Resolucién, de octu- bre pasado y que ya hemos transcrito. EI Sr. Prefecto de la ciudad contesta con la mis rotunda ne- gativa. Lima esté lejos, y no teme por su actitud: -~. Habiendo el Delegado del Gobierno, Sr. Carrillo, cedido, al Honorable Concejo de Iquitos, todos los terrenos del Estado de libre disposicibn, enclavados dentro del érea de la Ciudad, le era imposible dar cumplimiento, ete EP. Paulino acude de nuevo a Lima exponiendo esta situa cidn, tan extrafia como anémala. Acude hasta al Presidente de la Repitblica pidiendo se cumpla la Suprema Resolucién de 1 de mayo de 1899. De momento sélo consigue 50 soles para el alquiler de la vivienda. Tardan 6 afios en contestar, pero contestan, eso si, 30 de junio de 1907, urgiendo que se cumpla la Resolucién. Nada mis. EI Prefecto de la ciudad mantiene su sordera. En 1911 una nueva queja del P. Paulino hace saber al Gobierno central, que la subvencién concedida, 50 soles mensuales para los al- quileres de la casa, no le han sido abonados”®. Dénde est&? 83 De manera que, aunque no se ha concedido el terreno, ni por consiguiente construido la casa para residencia de la Pre- fectura Apostélica, ésta, desde la mencionada fecha, no ha recibido un centavo para alquiler de casa, teniendo que em- plear en esta atencidn la mayor parte de la subvencidn que para sustento de los misioneros nos pasa la «Obra de la Pro- pagacién de la Fe de Lima”. ‘0 lo que se desprende de las conversaciones sostenidas entre el Prefecto Apostélico y el Prefecto Depar- tamental. Nos lo dice el mismo P. Paulino y se lo dice tam- bién al Sr. Ministro de Estado en el Despacho de Culto: .» dirigi muchas comunicaciones el Sr. Prefecto, quien, al fin, me contesté que se habia dirigido de oficio al Concejo, al respecto de los terrenos y de la Suprema Resolucién, que ordenaba la cesién de los mismos; pero que nada podia ha- cer, porque ni aun contestacién habia merecido. Al manifestarle yo de que consintiese que el Concejo se burlase de este modo de su autoridad y de la del Supremo Gobierno, me dijo sonriendo de un modo particular: - «Bien se ve que usted no conoce este pais. Como amigo le aconsejo que no se canse de continuar mis gestiones sobre este asunto, pues perderia el tiempo y gastarfa indilmente la tinta y el papel. Si en Lima expiden esos Decretos es para del paso; pero, contestéle, que nunca obligarin, ni pue- den obligar al Concejo, que es auténomo, a que ceda los te- rrenos>. - Segin eso, repliqué yo admirado, el Supremo Gobierno se esta burlando de mi. El respondié, acentuando la sonrisa: «Asi pareces?” 84 Sélo tuvieron y consiguieron el respeto de la gente senci- } ¥ no desde el principio. Transcurrié un cierto tiempo an- tes de darse cuenta que los padresitos eran sus protectores, de- dicados a favorecer su libertad y su bienestar NOTAS 70. AHA, 54 (1960) 198-199. Hemos de tener en cuenta que cuan- do lleg6 el P. José Marcos, 1911, los religiosos habfan ya peregrinado por otras dos casas de alquiler, al menos, que hubieron de abandonar por las malas condiciones que reunfan. Por incomprensible que parezca, las cosas segu/an asi en 1927, en que, por fin, parece interesarse el Concejo ante la nueva peticidn de terreno para hacer la Catedral, o Iglesia Matriz; lo conceden en 1932, para quitérselo en 1934. .. @Para qué seguir? Es mis que suficiente y nadie piense que queremos ensefiarnos con aquella época ni con aquellas situa- ciones. Lo hemos creido necesario para comprender en qué condiciones han de trabajar los misioneros agustinos, entre los que tendri sitio destacado el P. Placido Mallo. Hemos de retrasar un poco més el encuentro con él: la ambientacién no ha terminado, sobre todo en lo referente a la situacién de los indios, cosa que es el tema del siguiente cap(- tulo. NOTAS 88 AHA, 54(1960) 203. 89.-_ Es posible que el lector se encuentre desconcertado ante los nombres que se da al caucho. Técnicamente se distinguen dos ti- pos: el verdaderamente caucho, jebe fino, nombre que le dan mu- chos, procedente de la planta euforbidceas, Hevea brasiliensis, y el jebe débil, que procedia de otra especie distinta de las euforbiéceas, Hevea guienensis. Aunque de distinta calidad, en el extranjero dos pasaban por caucho. Cir. SAN ROMAN, Jesis. Perfiles histé- ricos de la Amazonia peruana. Publicaciones CETA, Lima 1975. p. 125. VILLAREJO, Avencio. Asi es la Selva, Iquitos, 3° ed 1979, p. 107-108. 90. En otra carta, presumiblemente también al P. Tirso, y 99 publicada en MISIONES CATOLICAS, 10 (1902) 271-272, dice textualmente sobre este mismo punto: La guerra de exterminio que se hacen entre st, es como una especie de religién de venganza, hacien- do los més terribles juramentos de no tener jamés paz con sus enemigos, y de no perdonar jamds fatiga ni medio alguno hasta exterminarlos. La sinica enserianza que los padres, y a falta de ellos las madres, dan diariamente a sus bijos, es esta atroz doctrina de la venganza. Otra causa no menor son las matanzas realizadas por los blan 0s, odescendientes de razas europeas, quienes, rifle en mano, dan caza alos pobres saluajes asesinéndolos como a fieras, cautivando a sus mx jerese bijos, para reducirlos a esclavitud, o para venderlos como bes tias, a despecho de la decantada ilustracién y progreso del siglo. 91. Fue publicada esta CARTA-RELACION en la revista agus- tiniana ESPANA Y AMERICA I (1903) 516ss. La situacién de es- tos indios del Amazonas ha dado motivos y temas a més de un novelista. Nosotros no queremos acumular testimonios de los misioneros. Pero si queremos dejar constancia de su situacién, cuando estas cosas sucedian en pleno siglo XX, realizadas, pre- cisamente por “no espafioles”. 92- Para mas ampliacién de detalles, el curioso lector puede acu- dir a los articulos que estamos citando del P. LUCAS ESPINO- SA, en AHA 54 (1960), y mis ampliamente a la bibliografia u zada sobre las Misiones de Iquitos, con preferencia, LOS ANALES de las misiones agustinianas de Iquitos. 100 CAPITULO XIL BUSCANDO RAZONES El caucho, goma eléstica, jebe, 0, como los mismos nativos de la selva le Hamaban, Cabuachu, Cauchu 0 Cauchuc, pric- ticamente fue desconocido para Europa y el resto del mundo hasta la mitad del siglo XIX®. Con fecha 15 de junio de 1844 Charles Goodyear patenta en Estados Unidos una nueva forma de tratar este produc con lo que la oulcanizacién provocé en el ramo un autéi

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